Ángel Guardian

por **Directioner's** Jue 01 Ago 2013, 10:59 pm

Capítulo 1
—Yo no sabía que tan romántico podía llegara a ser un asiento trasero —dijo (TN) sonriendo, mientras descansaba contra Louis. Entonces ella miró detrás de él a la pila de chatarra en el piso del carro—. Tal vez deberías sacar tu corbata de ese vaso de Burger King.
Louis se agacho e hizo una mueca. Él tiro la cosa goteante hacia la parte delantera del carro, luego se sentó de nuevo al lado de (TN).
—¡Ow! —el olor de flores marchitas lleno el aire.
(TN) se rió en voz alta.
—¿Qué es tan gracioso? —preguntó Louis, tirando las rosas marchitas de detrás de él, pero también se estaba riendo.
—¿Qué pasaría si alguien viene y ve la calcomanía del Clero de tu padre en el parachoques?
Louis arrojó las flores hacia el asiento de adelante y la atrajo hacia él otra vez.
Trazó la cinta de seda de su vestido, luego tiernamente besó su hombro. —Les diría que estoy con un ángel.
—¡Oh, qué línea!
—(TN), te amo —dijo Louis, con el rostro repentinamente serio—.
Ella le devolvió la mirada, y luego mordió su labio.
—Esto no es alguna especie de juego para mí. Te amo, (TN) (tuapellido), y un día vas a creerme.
Puso sus brazos alrededor de él y lo abrazó con fuerza. —Yo te amo a ti, Louis Tomlinson —susurró ella en su cuello. (TN) si le creía, y confiaba en él como no confiaba en nadie más. Un día ella tendría el valor de decirlo, todas las palabras en voz alta. Te amo, Louis. Ella lo gritaría hacia fuera de las ventanas. Ella lo pondría en una pancarta en el fondo de la piscina de la escuela.
Les tomo unos pocos minutos enderezarse a sí mismos. (TN) empezó a reír de nuevo. Louis sonrió y la vio intentar domar su maraña dorada de cabello —un esfuerzo inútil—. Luego él encendió el carro, pasando por baches y piedras de la estrecha carretera.
—La última mirada al río —dijo él mientras la carretera hacia un fuerte giro lejos de él.
El sol de Junio, pasando por la cresta oeste del lago de Connecticut, llenaba de luz las copas de los árboles, bañándolos con un fuego de oro. El sinuoso camino se deslizo por un túnel de arces, álamos y robles. (TN) se sintió como si se deslizara por debajo de olas con Louis, con la puesta de sol brillante arriba, ellos dos moviéndose juntos a través de un abismo de azul, morado, y verde profundo.
Louis encendió los faros.
—Realmente no tienes que apurarte —dijo (TN)—. Ya no tengo hambre.
—¿Arruine tu apetito?
Ella sacudió su cabeza. —Supongo que estoy llena de felicidad —dijo ella suavemente.
El carro aceleró y tomo una curva bruscamente.
—Dije, no tenemos que apresurarnos.
—Esto es gracioso —murmuró Louis—Me pregunto porque…—él miró hacia abajo a sus pies—.No siento —Baja la velocidad, ¿sí? No importa si estamos un poco retrasados. ¡Oh! —(TN) apuntó hacia el frente—. ¡Louis!
Algo había caído de los matorrales y entrado a la carretera. Ella no había visto lo que era, solo el parpadeo de movimiento entre las sombras profundas. Luego el venado se detuvo. Volteo su cabeza, un par de ojos brillantes se enfocaron por las luces del coche.
—¡Louis!
Ellos se estaban precipitando sobre los ojos brillantes.
—Louis, ¿no lo ves?
Todavía se acercaban.
—(TN), algo…
—¡Un venado! Exclamó ella.
Los ojos del animal ardieron. Luego, luz vino desde detrás de él, una ráfaga brillante alrededor de su oscura silueta. Un carro estaba viniendo desde la dirección opuesta. Los árboles los amurallaban. No había espacio para girar a la izquierda o la derecha.
—¡Detente! —Gritó ella—.Yo…
—Detente, ¿Por qué no te detienes? —ella imploró—. ¡Louis, detente!
El parabrisas explotó.
Días después, todo lo que (TN) podía recordar era la cascada de vidrios.
***
El sonido del disparo, (TN) saltó. Ella odiaba las piscinas, especialmente las piscinas techadas. Incluso aunque ella y sus amigos estaban a diez pies del borde, se sentía como si estuviera nadando. El aire en si mismo parecía oscuro, una niebla húmeda, azul verdosa, pesada con olor a cloro. Todo hacía eco —el disparo, los gritos de la multitud, la explosión de nadadores en el agua—. Cuando (TN) había entrado por primera vez a la abovedada área de la piscina, ella trago saliva para recuperar el aliento. Deseó estar afuera en el brillante y ventoso día de Marzo.
—Dime de nuevo —dijo ella—. ¿Cuál de todos es él?
Nancy Goldstein miro a Ivonne Van Dyke. Ivonne miró a Nancy de regreso. Ellas dos sacudieron sus cabezas, suspirando.
—Bueno, ¿Cómo voy a ser capaz de saberlo? —preguntó (TN)—. Ellos no tienen cabello, cada uno de ellos tiene, los brazos rasurados, piernas rasuradas, y pechos rasurados…un equipo de chicos calvos en tapones de goma y lentes submarinos.
Están usando los colores de nuestra escuela, pero por todo lo que sé, ellos podrían ser un cargamento de extraterrestres.
—Si ellos son extraterrestres —dijo Ivonne, haciendo clic rápidamente con la punta de su bolígrafo—, me mudo a ese planeta.
Nancy le quitó el bolígrafo a Ivonne y dijo con voz ronca —Dios, ¡amo la natación!
—Pero no ves a los nadadores una vez que están en el agua —observó (TN).
—Porque ella chequea al grupo que está acercándose a los bloques —explicó Ivonne.
—Louis es el que está en la línea del centro —dijo Nancy—. Los mejores nadadores siempre compiten en las líneas del centro.
—El está en nuestro panfleto —añadió Ivonne—. El mejor en el estilo mariposa. El mejor del estado, de hecho.
(TN) ya sabía eso. El póster del equipo de natación estaba por toda la escuela:
Louis surgiendo del agua, sus hombros inclinándose hacia delante, sus poderosos brazos echados hacia atrás como alas. La persona a cargo de la publicidad sabía lo que estaba haciendo cuando selecciono esa foto. Había producido numerosas copias, lo que era algo bueno, porque los pósters pegados de Louis desaparecían continuamente…dentro de los casilleros de las chicas.
En algún día durante esta manía de los pósters, Ivonne y Nancy habían empezado a creer que Louis estaba interesado en (TN). Dos colisiones en el pasillo en una semana era todo lo que hacía falta para convencer a Ivonne, una escritora imaginativa que había leído una biblioteca de romances Arlequines.
—Pero, Ivonne, he caminado contigo un montón de veces —discutió (TN) con ella—. Sabes quién soy.
—Lo sabemos —dijo Nancy—. Con la cabeza en las nubes. A tres millas por encima de la tierra. En la zona de Ángeles. Pero de todos modos, creo que Ivonne tiene algo de razón. Recuerda, él fue hacia ti…
—Tal vez él es torpe cuando esta fuera del agua. Como una rana… —había aRobertado (TN), sabiendo todo el tiempo que no había nada de torpe en Louis Tomlinson.
El se había presentado a ella en Enero, ese primer día nevado cuando ella había llegado a la escuela secundaria Stonehill. Una porrista había sido asignada como guía para (TN) y la estaba guiando a través de una cafetería abarrotada.
—Probablemente estas chequeando a los atletas —dijo la porrista.
En realidad, (TN) estaba demasiado ocupada intentando averiguar que era la cosa verde fibrosa que su nueva escuela le estaba sirviendo a sus estudiantes.
—En tu escuela en Norwalk, las chicas probablemente sueñan con las estrellas de futbol. Pero un montón de chicas de Stonehill…Soñaran con él, pensó (TN) mientras seguía la mirada de la porrista hacia Louis.
—En realidad, prefiero a un chico que tenga cerebro —le dijo (TN) a la pelirroja mullida.
—¡Pero él tiene cerebro! —había insistido Nancy cuando (TN) le repitió la conversación unos pocos minutos después.
Nancy era la única chica que (TN) ya conocía en Stonehill, y de alguna manera ella había encontrado a (TN) en la multitud ese día.
—Me refiero a un cerebro que no esté anegado —aRobertó (TN)—. Sabes que nunca he estado interesada en atletas. Quiero a alguien con quien pueda hablar.
Nancy resopló a través de sus labios. —Ya te estás comunicando con los ángeles…
—No empieces con eso —le advirtió (TN).
—¿Ángeles? —preguntó Ivonne. Ella había estado escuchando desde la mesa de al lado—. ¿Hablas con ángeles?
Nancy rodó sus ojos, molesta por la interrupción, luego se volteó de nuevo a (TN).
—Crees que en algún lugar de esa halada colección tuya, tengas al menos un ángel del amor.
—Sí.
—¿Qué clase de cosas les dices? —Ivonne interrumpió de nuevo. Ella abrió un blog de notas. Su lápiz estaba posicionado como si ella fuera a copiar lo que (TN) iba a decir, palabra por palabra.
Nancy pretendió que Ivonne no estaba ahí. —Bueno, si tienes un ángel del amor,
(TN), ella lo está arruinando. Alguien debería recordarle su misión.
(TN) se encogió de hombros. No es que no estuviera interesada en los chicos, pero sus días estaban lo suficientemente llenos —con su música, su trabajo en la tienda, manteniendo altas sus notas, y ayudando a cuidar a su hermano de ocho años,
Philip—. Habían sido un par de meses duros para Philip, su madre, y ella. No lo abría soportado sin los ángeles.
Después de ese día en Enero, Ivonne había buscado a (TN) para preguntarle acerca de su creencia en los ángeles y para mostrarle algunas de sus historias cortas románticas. (TN) disfrutaba hablar con ella. Ivonne, quien era de cara redonda con cabello largo hasta los hombros esmerilado y ropas que eran desde desinteresadas hasta desaliñadas, y vivía muchas vidas increíblemente románticas —en su mente.
Nancy, con su magnífica larga melena de cabello negro y dramáticas cejas y pómulos, también perseguía y vivía muchas pasiones —en los salones de clases y pasillos, dejando a los chicos de la secundaria Stonehill emocionalmente exhaustos—. Ivonne y Nancy nunca habían sido muy amigas, pero a finales de
Febrero ellas se habían convertido en aliadas en la causa de juntar a (TN) con
Louis.
—Escuché que él es bastante inteligente —había dicho Ivonne en otro almuerzo en la cafetería.
—Un cerebro total —estuvo de acuerdo Nancy—. El mejor de la clase.
(TN) enarco una ceja.
—O bastante cerca.
—Nadar es un deporte delicado —continuó Ivonne—. Se ve como si todo lo que estuvieran haciendo es ir hacia atrás y adelante, pero un chico como Louis tiene un plan, una compleja estrategia ganadora para cada carrera.
—Uh-huh —dijo (TN).
—Todo lo que estamos diciendo es que deberías venir a una competencia de nado —le dijo Nancy.
—Y sentarte al frente —sugirió Ivonne.
—Y dejarme vestirte ese día —aRobertó Nancy—. Sabes que puedo elegir tu ropa mejor que tú.
(TN) había sacudido su cabeza, preguntándose a continuación, y por días como sus amigas podían pensar que un chico como Louis podría estar interesado en ella.
Pero cuando Louis se había parado en la asamblea de la clase junior y le dijo a todo el mundo lo mucho que necesitaba el equipo que todos fueran para la última gran competencia de la escuela, mirando todo el tiempo hacia ella, parecía que tenía pocas opciones.
—Si perdemos este encuentro —dijo Nancy—, estará en tu conciencia, chica.
Ahora, a finales de Marzo, (TN) observo a Louis sacudir sus brazos y piernas. Él tenía una perfecta estructura de nadador, anchos y poderosos hombros, caderas estrechas. La gorra escondía su liso cabello marrón, el cual era corto y espeso según recordaba.
—Cada centímetro de él es músculo duro —suspiró Ivonne. Después de varios clicks de su bolígrafo, el cual ella había recuperado de Nancy, estaba escribiendo sin cesar en su blog de notas—. Como una reluciente piedra. Sinuosa en las manos de un escultor, fundida en los dedos de su amante…
(TN) miró hacia la libreta de Ivonne. —¿Qué es esta vez? —Preguntó ella—, ¿poesía o romance?
—¿Hay alguna diferencia? —replicó su amiga.
—¡Nadadores arriba! —gritó el oficial de partida, y los competidores escalaron a sus plataformas.
—Mi, mi…, murmuró Nancy. Esos pequeños trajes no dejan mucho a la imaginación, ¿verdad? Me pregunto cómo luciría Ian en uno.
(TN) le dio un codazo. —Mantén tu voz baja. El está justo allá.
—Lo sé —dijo Nancy, corriendo sus dedos a través de su cabello.
—En sus marcas…
Ivonne se inclino hacia delante para mirar a Ian Baines. —Su largo, magro cuerpo, vido y ardiente…
¡Bang!
—Siempre utilizas palabras que empiezan por a —dijo Nancy.
Ivonne asintió. —Cuando escribes usando aliteraciones de a, suena como abrumadora respiración. Ávido, ardiente, arrebatador…
—¿Alguna de las dos se está molestando en ver la carrera? —(TN) interrumpió.
—Son cuatrocientos metros, (TN). Todo lo que Louis hace es ir de atrás para delante, de atrás para delante.
—Ya veo. ¿Qué paso con el cerebro total con su compleja estrategia ganadora en el sutil deporte de la natación? —preguntó (TN).
Ivonne estaba escribiendo de nuevo. —Volando como un ángel, deseando que sus alas acuosas fueran cálidos brazos para (TN). ¡Estoy realmente inspirada hoy!
—Yo también —dijo Nancy, con su mirada viajando hacia abajo a la línea de cuerpos en el área de salida, luego saltando a los espectadores para ver a Ian.
(TN) siguió su mirada, luego rápidamente dirigió su atención de nuevo a los nadadores. Por los últimos tres meses Nancy había estado en la caliente—ardiente, ávida—búsqueda de Ian Baines.
(TN) deseó que Nancy se enganchara con alguien más, y que lo hiciera pronto, realmente pronto, antes del primer sábado de Abril.
—¿Quién es esa pequeña morena? —preguntó—. Odio a las pequeñas tipo petite.
Ian no se ve bien con alguien petite. Cara pequeña, manos pequeñas, pies pequeños y delicados.
—Grandes senos —dijo Ivonne, mirando hacia arriba.
—¿Quién es ella? ¿Alguna vez la has visto antes, (TN)?
—Nancy, has estado en esta escuela mucho más tiempo que…
—Ni siquiera estas mirando —interrumpió Nancy.
—Porque estoy viendo a nuestro héroe, justo como se supone que debo hacer.
¿Qué significa waller? Todo el mundo grita ¡Waller! cuando Louis da una vuelta.
—Ese es su apodo —replicó Ivonne—. Por la manera en que ataca la pared. El se dobla a sí mismo y se lanza con la cabeza primero, para así poder deslizarse más rápido.
—Ya veo —dijo (TN)—. Suena como un cerebro total para mí, lanzando su cabeza contra una pared de concreto. ¿Cuánto tiempo duran estos encuentros usualmente?
—Vamos, (TN) —gimió Nancy, y la empujo por el brazo—. Mira y dime si sabes quién es la pequeña morena.
—Fernanda.
—¡Estas inventándolo! dijo Nancy.
—Es Fernanda Hammonds —insistió (TN)—. Ella está en último año de mi clase de música.
Consciente de la continua observación de Nancy, Fernanda se volteo y le dio una mirada sucia. Ian noto su expresión y miro por encima de su hombro hacia ellas. (TN) vio la diversión propagándose por su cara.
Ian Baines tenía una sonrisa encantadora, cabello oscuro, y ojos grises, ojos grises muy fríos, notó (TN).
El era como un actor, como la estrella de una película, que era parte de todo, aun cuando el show había terminado, se celebraba a si mismo lejos de los demás, creyendo que él era mejor que el resto. No era el dinero de Ian sino su indiferencia, este alejamiento, lo que volvía a Nancy salvaje.
Nancy siempre quiere lo que no puede tener.
(TN) puso su brazo ligeramente alrededor de su amiga. Ella apunto a un tipo buenísimo en traje de baño haciendo estiramientos en el área de salida, esperando distraerla. Luego gritó —¡Waller! —mientras Louis iba por su última vuelta.
Creo que me estoy acostumbrando a esto —dijo ella, pero parecía que los pensamientos de Nancy estaban en Ian ahora. Esta vez, (TN) temió que,
Nancy estaba deprimida.
—El nos está mirando —dijo Nancy emocionadamente—. Está viniendo hacia acá.
(TN) sintió que se ponía tensa.
—Y la Chihuahua lo está siguiendo.
¿Ian porque? Se preguntó (TN). ¿Qué tiene que decirle ahora después de casi tres meses de ignorarla? En Enero ella había aprendido rápidamente que Ian no agradecería su presencia. Y como si estuvieran obligados por algún tipo de acuerdo silencioso, ni él ni (TN) habían anunciado que su padre iba a casarse con la madre de ella. Pocas personas sabían que él y (TN) estarían viviendo en la misma casa en Abril que viene.
—¡Hola, (TN)! —Fernanda fue la primera en hablar. Ella se apretó a si misma al lado de (TN), ignorando a Nancy y apenas mirando a Ivonne—. Justo le estaba contando a
Ian como nosotras siempre nos sentamos cerca de la otra en clase de música.
(TN) miro a la chica con sorpresa. Ella nunca había notado realmente donde se sentaba Fernanda. —Él dice que no te ha escuchado tocar el piano. Le estaba diciendo que tan fantástica eres.
(TN) abrió su boca pero no pudo pensar en nada que decir. La última vez que ella había tocado una composición original para la clase, Fernanda había mostrado su apreciación mediante el acto de limarse las uñas. Luego (TN) sintió los ojos de Ian en ella. Cuando ella encontró su mirada, él le guiño un ojo. (TN) hizo gestos rápidamente hacia sus amigas y dijo: —¿Conoces a Nancy Goldstein y a Ivonne Van Dyke?
—No muy bien —dijo él, sonriéndole a cada una a su vez.
Nancy brillaba. Ivonne se concentro en el con el interés de una investigadora, con su mano haciendo click incesantemente en el bolígrafo.
—¿Adivina que, (TN)? En Abril no vas a vivir lejos de mi casa. Para nada lejos —dijo Fernanda—. Va a ser mucho más fácil estudiar juntas ahora.
¿Más fácil?
—Puedo llevarte a la escuela. Va a ser un viaje más rápido para tu casa.
¿Más rápido?
—Tal vez podamos juntarnos más.
¿Más?
—Bueno, (TN) —exclamó Nancy, batiendo sus largas y oscuras pestañas—.
¡Nunca me dijiste que tu y Fernanda eran tan buenas amigas! Tal vez todas podremos juntarnos más. Te gustaría ir a casa de Fernanda, ¿Verdad, Ivonne?
Ian apenas y suprimió su sonrisa.
—Podríamos tener una fiesta de pijamas, Fernanda.
Fernanda no se veía entusiasmada.
—Podríamos hablar de chicos y votar quien es la cita más caliente de por aquí.—
Nancy volteo su mirada hacia Ian, deslizando sus ojos hacia arriba y debajo de él, tomando nota de todo. El continuaba pareciendo divertido.
—Conocemos a otras chicas, de la vieja escuela de (TN) en Norwalk —dijo Nancy alegremente. Ella sabía que la comunidad de clase-alta de Stonehill cerca de la
Ciudad de Nueva York no tenía nada que hacer con los trabajadores de Norwalk—
. A ellas les encantaría venir. Luego todas podremos ser amigas. ¿No crees que sería divertido?
—No realmente —dijo Fernanda, y le dio la espalda a Nancy.
—Fue un gusto hablar contigo, (TN). Te veo pronto, espero. Vamos, Robert, hay mucha gente por aquí…
Ella tiró de su brazo.
Mientras (TN) se giraba a la acción de la piscina Ian agarro su barbilla. Con la punta de sus dedos el inclino su rostro hacia arriba al de él. Estaba sonriendo.
—Inocente (TN) —dijo él—. Te vez avergonzada. ¿Por qué? Funciona de las dos maneras, sabes. Hay una cantidad de chicos, chicos que yo apenas conozco, quienes repentinamente me están hablando como si fueran mis mejores amigos, quienes están contando con caer por mi casa esa primera semana de Abril. ¿Por qué tú crees que eso pasa?
(TN) se encogió de hombros. —Eres parte de la multitud, supongo.
—¡Realmente eres inocente! —exclamó él.
Ella deseo que la dejara ir. Ella miro detrás de él hacia la próxima serie de gradas, donde sus amigos estaban sentados. Eric Ghent y otro chico estaban hablando con Fernanda y riendo. El ultra genial Will O’Leary le devolvió la mirada.
Ian retiro sus manos. Se fue todavía brillando de risa. Cuando (TN) giro a la piscina de nuevo, ella vio que tres chicos con gorra de goma e idénticos pequeños trajes de baño la habían estado observando. Ella no tenía idea, si alguno, de ellos era Louis.
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