No solo un Sueño (Nick)

— ¡Por fin terminamos! — dije suspirando de cansancio. Mire la cara de ______, parecía un zombie. Llevábamos siete largas e interminables horas haciendo el proyecto para la universidad, de verdad estábamos exhaustos
— ¡No puedo creer que hemos estado estudiando 7 horas seguidas! ¡Es un récord! — La mire con cierto reproche — Bueno, bueno. También es cierto que de las siete horas, nos tomamos un pequeño receso de dos horitas…
— ¿Un pequeño receso? ¡Interrumpiste la parte más importante del trabajo porque querías ver una película! — dije a punto de estallar en carcajadas. Había hecho una cara con pucheros casi rogándome que nos detuviéramos para ver la película, y yo como siempre, cedí.
— Pero necesitábamos un receso, llevamos semanas trabajando incansablemente, si parar. Eso era lo justo — dijo estirando los brazos por arriba de su cuerpo y bostezando levemente.
—Bueno, creo que me voy, estás muy cansada — dije parándome del sofá y cogiendo mí abrigo.
— No, espérate un rato más. Mi hermana no llega aún y estar en este apartamento sin la compañía de alguien podría llegar a enloquecerme — Pidió tímidamente
— Está bien… tu ganas.

Nos acomodamos en el amplio sofá de la sala de estar del apartamento que compartía con su hermana, un bonito estilo victoriano reinaba el lugar, un apartamento muy al estilo de San Francisco. Antes de poder entablar una conversación con mi amiga, ella se encontraba en mi regazo, completamente dormida. Suspire con cansancio, ese trabajo… y los últimos trabajos que habíamos tenido que hacer, estaban acabando con mis energías. Pero pasar tiempo con mi amiga era una buena manera de diversión. Con _____ nadie se aburría nunca.
Antes siquiera de ser consciente de mis actos, el cansancio me venció y logró acabar con la fuerza que me mantenía despierto… Caí completamente rendido.
El leve sonido de un juego de llaves impactar contra el cristal del comedor me despertó, era Andy, la hermana mayor de _____.

— ¿Qué haces aquí tan tarde Nick? Creía que a estas horas ya habrían acabado — Dijo Andrea con un deje de diversión en su voz — Ah…. Ya se, no querías dejar a _____ sola, que tierno. ¿Por qué no puedo conseguir un hombre así? — comentó haciendo extraños gestos con sus manos. Me restregué los ojos despertando completamente — Veo que estás muy adormilado ¿Quieres dormir aquí? Puedo dormir con _____ y dejarte mi cama, su cama es la más amplia.
— No gracias, mis padres deben de estar preocupados — dije imaginando a mi madre despierta sentada en el sofá junto a la puerta, esperando por mi. Cierto que soy mayor de edad y responsable por mí mismo, pero hay que tener consideración con los padres.
— Bueno — acotó Andy en tono conciliador — ¿Podrías llevar a ______ a su habitación por favor? No creo que se despierte hasta el lunes
— Claro

Cogí a ______ por debajo de sus rodillas y por sus hombros, la conduje por el corto pasillo hasta su habitación y la deposité en su cama. La miré tan tierna y frágil mientras dormía que se me encogió el corazón. _____ es una chica muy guapa, de cabellos rojizos hasta la cintura y hermosos ojos verdes. Era curioso como nunca me había fijado en sus hermosos labios, que en ese instante estaban a menos de cinco centímetros de los míos, me dejé envolver por su aroma, una perfecta mezcla floral y suave. Sus labios estaban entreabiertos, como previendo lo que iba a ocurrir a continuación, Por mi mente cruzó la idea de que ella, en medio de su sueño, estaba deseando ese beso tanto como yo.

— Nick… — susurro de repente abriendo un poco sus ojos. Me asusté y traté de apartarme, pero ella me agarraba por el cuello, con un movimiento ágil pronto tenía mis labios sobre los suyos, saboreando ese dulce néctar que era su boca, llenándome con su nuevo y delicioso sabor, ella respondió al beso, moviendo sus dulces labios sobre los míos con movimientos torturantes. Me separé lentamente, queriendo guardar aquel momento para siempre, queriendo conservar el sabor de sus labios sobre los míos todo el camino hacia casa, queriendo encontrarme con su sonrisa y su tímida mirada… pero ella estaba dormida de nuevo, con una dulce sonrisa.

— Hola — dije alegremente a mis amigos al día siguiente, cuando llegaba al café de siempre para desayunar.
— Hola — saludó Logan con una sonrisa pícara — ¿Qué tal te fue anoche en casa de ______? ¿Algo interesante que contar?
El color rápidamente llegó a mis mejillas, pero no le iba a contar a Logan ni a nadie lo que había sucedido, ese beso quedaba entre _____ y yo, a menos que ella no lo recordara.
— No, ya sabes, lo de siempre, estudiar, interrumpir el estudio con pizza y una película y volver al trabajo… nada anormal – comenté casualmente — a propósito ¿Dónde está ______?
Pregunté al no ver a _____ entre los rostros que me miraban. Chace, Ian, Logan, Abbie y Alex se encogieron de hombros. Miré a Lucy.
— Me llamó diciendo que se demoraba un poco, al parecer su cama la ha raptado
— Bien...
Pasaron unos veinte minutos más hasta que vi aparecer por la puerta la delicada silueta de ______. Caminaba confiadamente con una sonrisa en el rostro.
— Hola — saludó al llegar a nuestra mesa, sentándose al lado de Logan, su mirada se paseó por los rostros de todos los presentes, hasta llegar al mío, un leve rubor cubrió sus mejillas en cuanto me miró, haciendo posar las curiosas miradas de nuestros amigos sobre nosotros — Hola Nick — dijo casi en un susurro. Pero fueron las únicas palabras que cruzó conmigo en todo el desayuno.

— ¿Cómo dormiste anoche? — pregunté unas horas después, cuando estábamos en casa de Chace
— Bien
— Yo moría de sueño anoche, casi desfallezco cuando llegue a casa, como era de esperarse mi madre estaba preocupada.
— No es para menos, solo a mi se me ocurre hacerte quedar hasta la madrugada para cuidarme, como si no pudiera valerme por mi misma, y luego te dejo ir y conducir por la ciudad a esas horas — dijo con la cabeza gacha
— Hey, no te preocupes, sabes que haría eso por ti y más — mi mente no tenía planeado decir aquellas palabras, pero al parecer mi corazón si porque las sentí de verdad. Me miro un poco asustada al principio pero luego tiernamente
— Si, lo sé. Yo también haría lo que fuera por ti, eres muy buen amigo — No se porque ese calificativo me dolió tanto, al fin y al cabo eso era lo que habíamos sido desde que nos conocimos, y yo había estado de acuerdo con ello… hasta el día anterior. — Adivina ¿que? — Preguntó divertida — Anoche tuve un sueño muy raro…. Tú estabas ahí.
— ¿Yo?
— Si, tú eras el protagonista. Me besaste en el sueño — dijo y el rubor volvió a sus mejillas — Y ¡Como besabas! — dijo esta vez riendo — Ahora se porque Claire vive enamorada de ti, si mi novio besara así — luego soltó unas carcajadas. Pero yo no me reía, así que creía que todo había sido un sueño, de alguna manera eso me decepcionó. Creí que había estado consciente de todo, que también lo había sentido y que a ella también le había cambiado de alguna manera… como a mí.

Al ver mi rostro completamente serio, dejó de reír. Me miró con un deje de temor en su mirada, temiendo que fuera verdad lo que transmitían mis ojos. Tomé su rostro entre mis manos desesperadamente y la besé.

— No fue un sueño — dije al separarme — Te besé de verdad, nos besamos… y no sabes cuanto me encantó — dije tomando un poco de distancia
— Yo pensé que…
— No, no lo soñaste. Pasó en realidad
— Pero…
— Estos últimos días hemos estado muy juntos, ya sabes, por los trabajos de la universidad y todo, yo la verdad no sabia… — dije rascando mi nuca —…no sabía que sentía algo por ti… hasta ayer. Nunca lo pensé, pero siempre te quedaba mirando como tonto mientras estudiábamos, tú no te dabas cuenta. Y claro, por estarte mirando, luego tenía que desvelarme estudiando en casa lo que no estudié por estar mirándote. Nunca encontré explicación alguna para la punzada de dolor que sentía mi corazón cada que algún chico se te acercaba con alguna no muy amistosa intención ni para el vacío que sentía cuando dejaba tu casa. Creo que siempre fue así pero no me di cuenta, y el beso de anoche, juro que ha sido la mejor experiencia de mi vida, eres la chica más hermosa que he conocido, la única con la que sueño todos los días, no puedo sacarte de mis pensamientos por más que lo intente y yo… a mi… me asusta mucho la necesidad de estar contigo todo el tiempo, de verdad me da terror depender del cariño de alguien y te pido por favor que si no sientes nada por mi, no rechaces mi amor, al menos acéptalo como amistad. Yo seré lo que tú quieras que sea. Amigo, amante. Pero yo siento que… todo el amor que tengo dentro debe ser recibido por alguien, porque no amo fácilmente a nadie, creo que… eres la primera. — dije agachando mi cabeza y tomando sus manos — Así que… si mi amor no es correspondido, te pido por favor que seas condescendiente con mis sentimientos, porque debo reconocer que aunque lo intentara tomaría toda una eternidad olvidarte, creo que jamás lo podría hacer.

Levanté mi mirada y me encontré con la suya, sus ojos estaban cristalizados y me miraba tiernamente… aquel gesto fue una esperanza para mi corazón.
— Eso es…— dijo cogiendo aire para hablar — Lo más hermoso que alguien me ha dicho jamás — me abrazó a la vez que las lágrimas desbordaban por sus mejillas — Nick.. Nick.. Nick — susurraba sin aliento — Te he querido desde siempre — dijo separándose y limpiando sus lágrimas — Desde que te conocí aquel día en la universidad, desde siempre… y siempre lo supe. Solo estaba esperando que tu te dieras cuenta y creo que… temía ser rechazada — dijo sonriendo — Eres el chico más maravilloso que he conocido, solo dos palabras resumen mis sentimientos. Te amo

<<Te amo>> Escuche susurrar esos hermosos labios, con las palabras más hermosas que pueden existir, aquellas dos palabras que hicieron saltar de júbilo mi corazón. La tomé de la cintura y la besé, primero fue un beso lento y tierno, pero luego fue cobrando lujuria y nos encontramos en medio de una batalla, donde nuestras lenguas danzaban a un mismo ritmo, acompasadas perfectamente.

Dejó reposar su cabeza en mi hombro al separarnos. La abracé fuertemente por la cintura.
— ¿Sabes que? — preguntó son una sonrisa apartando su cara de mi hombro solo lo necesario para mirarme a los ojos.
— ¿Qué? — Sonreí y acaricié su cabello.
— Anoche tuve el sueño más hermoso… Tú estabas ahí.