"Jamás Lo Sabrás" (Nick)

La vi Hermosa cuando se deslizo dentro de nuestra cabina en el restaurante. Estaba sonriente y con el pelo empapado por la lluvia. Algo en su sonrisa y en su expresión de júbilo me hizo estremecer al darme cuenta de que me había citado por algo importante.
- Que frío hace allí afuera – Junto sus manos y soplo aire cálido para calentarlas – Eso me sucede por impuntual – sonrió.
- Siempre has sido impuntual, eso es irremediable – dije mientras le pasaba mi chaqueta por los hombros para que entrara en calor y le daba un suave beso en la mejilla. Me volví a sentar, en frente.
- Gracias
- De nada. ¿Quieres chocolate caliente?
- Para que me preguntas si ya lo ordenaste
- Bueno, bueno. Lo ordene con bizcochos. Como te gusta – sonrió
Después de comer el chocolate, hablamos un poco de nosotros, ya que no nos habíamos visto en tres semanas, y al parecer teníamos mucho que contar.
- Bueno – dije luego de un rato – Suelta la bomba
- ¿Qué?
- No me llamaste tan emocionada y me citaste aquí para hablar de trivialidades, tienes algo importante que contarme – sentencié, ella rió levemente.
- A veces me asusta lo bien que me conoces… Pero bueno, supongo que ése es el trabajo de los mejores amigos. – cierto, su mejor amigo, lo había olvidado. Tomó aire exageradamente y luego me miró a los ojos con expectativa, y cierto…temor. – Steve me pidió matrimonio – soltó.
Yo traté de digerir la noticia muy lentamente. Palabra por palabra. Steve, ______, matrimonio, muerte, embarazo, novio, hijos, amor…. Soledad. Y es que no aceptaba la idea de que mi ______ se casara con alguien que no fuera conmigo, la mujer de la que llevaba enamorado siete largos años, y a la que nunca me atreví a confesárselo, se fuera a casar con Steve, su novio desde hace 2 años. Porque si se casaban, lo hacían hasta la muerte, ella tendría una familia con él, el bebito que llevaría en la pancita crecida, y que la haría ver más hermosa, sería de él. Todo de él. Y yo con nada.
- ¿Qué ocurre Nick? Estás pálido
- Ahhh... Perdón, me quedé en blanco – murmuré poco convencido - ¿Te casaras? – una parte de mi desearía no escuchar esa respuesta, o que sus palabras transmitieran alguna esperanza para mi corazón.
- No lo se – Se encogió de hombros – No he respondido todavía. Le dije a Steve que tenía que pensarlo, consultarlo con mi mejor amigo – sonrió
- ¿Conmigo? – ella tenía que consultar conmigo una decisión tan importante como aquella, eso me hizo sonreír
- ¿con quien más si no contigo? Yo no veo otro mejor amigo por aquí – Reímos
- Bueno… ¿Realmente quieres casarte con él?
- Ahh- suspiró – es tan tierno, dulce, amable, romántico, atractivo, sexy… lo amo. Pero esto me parece un paso muy importante y no estoy demasiado segura – hizo una mueca – Temo que no sea el hombre indicado, y ya sabes como soy de anticuada con esas cosas
- Pero lo amas y eso es lo importante….que tu seas feliz a su lado – comenté aquello más para convencerme a mi mismo que a ella, lo único que verdaderamente me importaba era su felicidad, que ella sonriera y tuviera ese brillo especial en los ojos cuando hablaba de Steve, aunque yo me estuviera muriendo de dolor por dentro, ella sería feliz, me dije a mi mismo, después de todo… aquello era lo único que importaba. – Me alegro, creo que vas a ser muy feliz – Me obligue a sonreír, para ocultar el dolor que causa el sentimiento de renunciar a lo más amado en el mundo, cuando ella me abrazo, una lagrima solitaria rodó por mi mejilla, pero me la limpié antes de que pudiera verla. Al fin y al cabo... Yo estaba feliz por su compromiso, aunque por dentro mi corazón se estuviera derrumbando a pedacitos.

3:45 am. Me desperté sudando y agitado. Aquella era la peor pesadilla que había tenido jamás. En el macabro sueño, ______ se iba de mi lado, a brazos de otro hombre, se casaba para formar una familia, no conmigo. Yo terminaba delirando de amor por ella en un manicomio, en soledad, loco, por no tener su amor. Y lo peor de la pesadilla es que se estaba volviendo realidad. Su matrimonio era un hecho. En unas semanas, iba a perder todo lo que en realidad me importaba, me iba a quedar vacío, y no iba a hacer nada por remediarlo.

Me moví en mi departamento en busca de la cocina, tomé un poco de agua, para calmarme y me senté en el sofá con la cara entre las manos, estaba destrozado. Desde aquel día en la cafetería, mi proceso de autodestrucción iba en una cuenta regresiva, que llegaría a 0 el día de la boda, porque para culminar mi tormento, yo era el padrino de la boda.
Había estado soñando con ella desde el día que me dijera que se iba a casar. En todo lo que vivimos juntos, en todo lo que nos faltaba por vivir. Pero separados. ¿Cómo iba a sobrevivir sin ella? Sin ______. Ella era mi razón de vivir. ¿Qué haría? No podía ser la sombra de aquel matrimonio feliz, tenía que encontrar mi lugar, pero... si mi lugar estaba con ella ¿Qué haría?
Soñaba con sus besos, con sus caricias, con sus labios… con su cuerpo. Fue mío, por una sola noche, pero fue mío

Me quedé dormido en el salón, sentado, con una sonrisa de estúpido en la cara, al recordar aquella noche. Que tonto por mi parte haber huido al día siguiente, que tonto por mi parte haberle propuesto que lo olvidáramos, que hiciéramos como si nada, que pretendiéramos que nada había pasado, que tonto por mi parte pensar que había sido un error, que tonto por mi parte dejarla ir, que tonto por mi parte no decirle que la amo, que tonto por mi parte amarla así.
Al día siguiente, cuando llegue del trabajo, me esperaba la invitación a mi condena. Por debajo de la puerta se había colado aquella pequeña desgracia “Steve&______” en Tres semanas, está usted cordialmente invitado. Suspire resignado ignorando la lágrima que resbalaba por mi mejilla, al fin y al cabo, aquello lo había elegido yo.

Ella venía de blanco, radiante, con una felicidad mal disimulada en el rostro. Me sentí desfallecer en cuanto la vi bajarse del auto, como si me sonriera a mí, como se hubiera arreglado para mí, como si su felicidad fuera por la promesa de un futuro juntos, como si fuera a casarse conmigo y no con el hombre que esperaba desesperado dentro de la iglesia.
- ¿Qué sucede? – Fui a su encuentro – Llegas más tarde de lo habitual, deberías ser puntual al menos en tu boda – me permití hacer una broma con el corazón partido
- ¿Nick?
- ¿Si?
- ¿Crees que esto es lo mejor para mí? – preguntó
- No lo se…. Solo tú puedes saberlo – Una luz de esperanza se abrió paso entre el túnel de dolor, pero tan rápido como llego se desvaneció al ver que ______ sonreía feliz. Me obligue a entrar en la iglesia con ______ de mi brazo, mi corazón sobrevivió al sentir que ella se escapaba de mi para siempre, para pertenecer a otro, que yo mismo había llevado su mano, y la había entregado a Steve, mi corazón sobrevivió al momento en que le encomendé a Steve cuidar de mi mejor amiga, cuidar de la mujer que amo, mi corazón sobrevivió al momento en que le entregue mi vida a aquel hombre, porque sin ______ no valía nada, quedaría vacío.

El momento más desastroso de mi vida, fue ver como consumaban su matrimonio, como ______ besaba a Steve jurándole amor eterno, jurándole amarlo hasta la muerte, fue ver como celebraban familiares y amigos, como Steve abrazaba a ______, como la besaba, como ella se entregaba a él en alma, como aceptaban con un alegre “Si” compartir el resto de su vida juntos, amarse hasta el fin de los días. Aquel maldito Si arruinó mi vida por completo, me destrozó, aquel maldito día perdí todo lo que me importaba, en aquel instante en que el cura pronunciaba el Ahora los declaro marido y mujer perdí todo. Quedé sin nada.

Estaba vacío, tenía ausencia de todo, mi corazón estaba partido desde hacía mucho tiempo, no me sentía con la capacidad de amar a nadie. No me sentía con el suficiente coraje de bajar mi caparazón protector y estar expuesto a otra desilusión. No lo permitiría.

Después de 5 años de soledad, de depresión, de borracheras, de martirio, de…. Dolor. Todavía seguía amando a _____ como el primer día, la amaba con todas las fuerzas de mi corazón, y es que no importaba cuántos años llevara de casada, ni que en su tuviera una hermosa bebita llamada Nicole, que le había colocado aquel nombre por mí, su tío. Yo amaba a _____ en silencio, yo sufría en silencio, yo soñaba con que ella fuera mía, con poderla abrazar, con poderla besar, con poderla estrechar en mis brazos, con poder hacerle el amor otra vez… soñaba con poder despertar a su lado todas las mañanas y que algún día despertáramos y nos diéramos cuenta que estábamos viejos, que habíamos compartido toda una vida juntos, soñaba con una familia con ella, soñaba con besar su abultada pancita, y que en su interior creciera un hijo nuestro. Soñaba con comprar ropita para nuestro bebe, soñaba con llevar a nuestros hijos a la escuela, con llevarlos a la secundaria, la universidad, con tener nietos. Soñaba con llegar a casa del trabajo y encontrarla sonriente esperándome, que me besara y que me sonriera con ese calor como lo hizo el día de su matrimonio.

Pero aquel día se acabaron mis esperanzas, aquel día en el que Steve se lo había llevado todo y me había dejado a mí y a mi eterna acompañante… soledad. Aquel día en el que se había decidido para mí un mundo frio, vacío, solo. Ellos lo tenían todo y yo que tenía… nada. Tenía mis recuerdos, tenía mis ilusiones, pero no me bastaba con soñar despierto. Mi vida era vacía, porque envidiaba a cada instante lo que Steve tenía, su hermosa esposa e hija. Yo sólo tenía mi apartamento, autos, dinero, mujeres... Pero no la tenía a ella. Tenía un corazón tan resistente que había soportado 5 años viendo que la vida que había soñado se escapaba de mis manos, que la mujer que amaba era de otro, que caminaban agarrados de la mano, que se besaban con pasión, que se amaban, y que nada de ello me tocaba a mí. Pero, no podía ser egoísta, ella estaba feliz, y eso era lo único que importaba, mi sufrimiento no importa, pero la felicidad de ______ si, por eso jamás confesaría mi amor, vivirá enterrado para siempre, sepultado por montañas de dolor.

Corría como si mi vida dependiera de aquello. Llegué al hospital a las 3 de la tarde, exhausto. En cuanto recibí la llamada de que Steve había sufrido un accidente automovilístico en la autopista sur en su BMW con su adorada esposa ______ y que ambos estaban graves, salí corriendo de mi casa y llegué tan rápido como pude para encontrarme con que tenía que esperar - ¡Pero yo necesito verla ya! – había gritado a la enfermera, y ésta me pidió tranquilidad. En alguno de esos cuartos ______ se debatía entre la vida y la muerte y yo tenía que verla, tenía que decirle que la amaba, que siempre la había amado, que ella era la mujer por la que sufría día y noche, a la que amaba locamente. No sabía porque había esperado hasta que ella estuviera en ése estado para hablar con la verdad, pero necesitaba hacerlo en ése momento así que sin importarme las consecuencias, me escabullí en su cuarto. Mi corazón se encogió al verla, a mi amada, en aquella cama, conectada a un sinfín de aparatos que le quitaban su brillo especial, su vitalidad y alegría natural. Se volteó a verme, me sonrió débilmente.

- Te estaba esperando – dijo con mucho esfuerzo
- ¡Oh... _______! – Murmuré con una lágrima rodando por mi mejilla al tiempo que me acercaba y le tomaba fuertemente la mano – Ya estoy aquí y no me voy a ir – ella rió melancólicamente
- Como siempre
- ¿Qué sabes de Steve? – pregunte preocupado
- Que murió, no aguantó tanto, el auto se estrello muy fuerte y… ya no está – dijo con lágrimas en sus verdes y hermosos ojos.
- Shhh – la acuné en mi pecho – Todo va a estar bien
- Sabes que eso no es verdad – murmuro débilmente
- Claro que si… vas a ver como sales de aquí y nos vamos a casa
- Escucha Nick – tomo mi mano y la entrelazó con la suya – Quiero confesarte algo – Me senté a su lado para escucharla, ella no podía hablar mucho ya que estaba muy débil – El accidente de auto lo ocasioné yo porque...
- No es necesario que lo cuentes, no puedes hablar mucho, mejor descansa que yo voy a estar aquí, jamás me iré –Me sonrió
- Tengo que decírtelo, no me queda mucho tiempo – tosió fuertemente
- Shhh.. Hablar te hace mal
- No – negó – Necesito decírtelo… Steve iba conduciendo y sacó a colación el tema de nuestro divorcio
- ¿Divorcio?
- Si, se lo había pedido hacía unos meses, porque no soportaba la vida así, no tenía sentido si ya no nos queríamos como antes, si ya yo no lo amaba... En todo caso, el se puso colérico cuando le confesé que amaba a otro hombre y que la situación se estaba volviendo cada vez peor, estábamos discutiendo muy fuerte y… de repente todo se torno… gris – una lágrima resbaló por su mejilla y yo la seque – Quiero que cuides muy bien de Nicole
- No… tu vas a cuidar de ella, eres su madre, ella solo tiene un año, te necesita, vas a estar ahí para ella – Ella me miró melancólicamente
- Siempre fuiste muy soñador y positivo, eso es lo que más me gusta de ti – comentó mientras acariciaba mi mejilla – Nicole va a estar en muy buenas manos, no lo dudo
- En las tuyas, claro, en las manos de su madre
– soñador y positivo, por eso es que te amo...
– ¿Qué? – pregunté incrédulo, no podía creer que ella me estuviera diciendo eso en ese momento
– Siempre lo he hecho Nick, siempre te he amado, solo que no me había dado cuenta… hasta que fue demasiado tarde
– Shh.. Estas muy débil – dije con las lágrimas desbordando por mi rostro
– Aquel día en la iglesia, te pregunté si creías que eso era lo mejor para mi porque... de alguna manera estaba esperando que me dijeras que no – empezó a llorar – que...Que me dijeras que me amabas, que…
– shh – yo no podía articular palabra alguna, no tenía fuerzas, sentía que iba a desfallecer en cualquier momento ante aquella confesión
– que me dijeras que mi vida era al lado tuyo, que me dijeras que no podías vivir sin mí. Pero no lo hiciste Nick, no lo hiciste… – empezó a sollozar fuertemente y sus lágrimas caían como cascadas sobre sus mejillas – supongo que fue porque no sentías lo mismo, porque no me amabas lo suficiente…
– Yo...Yo yo si…
– Escúchame – me dijo interrumpiéndome – Te amo. Nick, he estado enamorada de ti desde que éramos adolescentes, desde que andábamos en pañales, desde que hicimos el amor. Pero tu nunca lo estuviste de mi y yo…
– No digas eso por favor... – suplique sintiendo que mi corazón se rompía en mil pedazos. Ella me amaba, mi amor era correspondido y por mi cobardía estábamos separados. Por no decirle a tiempo que la amaba, ella se había casado con otro dejándome vacío. Si me había quedado sin nada, era única y exclusivamente por mi culpa.

– Te amo, siempre lo hice y siempre lo haré, no lo olvides por favor. Quiero que cuides de Nicole, ¿Sabes? Yo soñaba con que ella fuera tu hija, supongo que por eso le puse Nicole, amala como si fuera de tu sangre. El saber que ustedes van a estar bien, me dejará morir en paz…
– No por favor, no me días eso – ella me acarició la mejilla suavemente
– Te amo, no lo olvides – dijo para luego tomar mi mano fuertemente y cerrar sus ojos… para siempre
– Te amo ______ – dije con la cabeza gacha, cuando la levanté, ella ya estaba durmiendo – ¡NOO! Te amo mi vida, ______ te he amado siempre, ¡______! ¡Despierta! ¡Por favor!
Pero ella ya se había ido, para siempre y no iba a escuchar mis palabras por más fuerte que gritara. Besé sus secos labios, aún así su sabor era… a ella, sabían a ella, unos labios que jamás volverán a pronunciar palabra alguna. La arropé y besé su frente
– Te amo ______, pero tú… jamás lo sabrás.