Criminal {Harry Styles & Cherri Sayer}

Nombre: Criminal
Autor: Evilsunset
Adaptación: no
Género: Drama/Romance/+18
Advertencias: Contiene material violento, sexual.
Otras páginas: wattpad


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Hola! Mi nombre es Ferly y esta es mi novela, hace dos meses que comencé a escribirla y la subí a wattpad con el mismo user "evilsunset" pero decidí subirla aquí, espero que les guste :)

WOW!!! Corto pero interesante
hola soy creo que tu segunda, nueva, fiel y sensual lectora jajaja se me hiso interesante siguela quiero leerla

ya subo el prefacio y por el momento no necesito chicas, pero si necesito les aviso :)

Me paré en seco, mis ojos no daban crédito a la escena que tenía justo en frente.

Él notó mi presencia, giró su cuerpo lentamente sin decir nada me miró con sus ojos verde esmeralda. Yo retrocedí unos cuantos pasos.

— ¿Qué hiciste?— dije completamente asustada.

—Cherri, yo…—avanzó hacia mí, yo seguí retrocediendo hasta chocar con la fría pared.

—Me das miedo— mí voz se quebraba— No te acerques.

—No, Cherri…nena, no. —avanzó un poco más.

— ¡Aléjate de mí! Si te acercas, llamaré a la policía.

Le dije, estaba aterrada el se quedó quieto y se dejó caer de rodillas al suelo.

—No quise hacerlo. —levantó su rostro, de sus ojos rojos descendían pequeñas lágrimas. —No tuve elección.

Salí corriendo del lugar, tenía que alejarme, tenía que alejarme de Harry Styles para siempre.

El olor a combustible de automóvil inundó mis pulmones, generando en mi cara una mueca de disgusto, miré mi teléfono, dos llamas perdidas de mi padrastro, ya después lo llamaría.

En el terreno abandonado había alrededor de veinte autos con sus respectivos dueños esperando la hora de competir. Todos los viernes por la noche, chicos de la universidad y de otras partes se reunían allí para hacer carreras de autos clandestinas.

Sentada en el cofre del auto deportivo color negro, observaba a mi novio que aún seguía revisando que los neumáticos estuvieran en perfecto estado.

Yo nunca había estado allí, era peligroso pero de una forma u otra, él me había convencido.

Empecé a salir con Derek Miller tan sólo dos meses atrás, él era alto, popular, apuesto y atlético. No era la clase de tipo con él que yo saldría, él usualmente salía con las rubias plásticas, sin ninguna neurona en el cerebro, pasándose horas en el espejo y hablando de que chico era mejor en la cama y no con una chica que su única preocupación era sobrevivir en la universidad.

Pero lo había hecho, se había fijado en mí, supongo que era porque la única chica que no se moría por él y como dicen por ahí “Los hombres quieren, lo que no pueden tener”

Derek me hacía sentir especial y hermosa, eso me encantaba. Había tenido algunos novios antes, pero ninguno tan apuesto como él.

Toda mi atención se acaparó en un auto blanco antiguo, que se estacionó al lado de nosotros. De este descendió un chico de rizos oscuros, llevaba unos pantalones negros de tubo, una camisa blanca y chaqueta de piel negra que le daban un aspecto rudo y altamente atractivo.

Se recargó en su auto, sacando un cigarrillo junto con un encendedor del bolsillo de su chaqueta.

Encendió el cigarrillo y a la primera exhalación de humo, levantó la mirada. Me encontró observándolo, unos ojos verdes penetrantes bajo unas cejas perfectas.

Bajé la mirada avergonzada, Derek se acercó a mí dándome un beso en los labios, lo abrace recargando mi barbilla en su hombro, volví a ver al chico rizado, él me miraba fijamente, sin ninguna expresión en la cara, confundida regresé mi atención a Derek.

— ¿Cuándo correrás?—pregunté.

—Al primero que me rete nena. —sus manos seguían en mi cintura y yo sonreí débilmente, no me agradaba que corriera.

—Lindo auto. —una voz ronca hizo presencia.

Ambos volteamos, era el rizado.

— ¿Cuánto le costo a tu papi?—dijo en tono de burla, Derek frunció el ceño.

— ¿Cuál es tu problema idiota?—le contestó elevando la voz. Él ruloso rió.

—Ninguno—Se acercó y apagó su cigarrillo en el auto costoso de Derek, aumentando su furia. —Simplemente no me agradan los tipos como tú.

Derek se acercó para darle un golpe pero lo detuve, el rizado soltó una carcajada. ¿Cuál era su maldito problema? Era un busca-problemas.

— ¿Quieres pelear?—le gritó Derek.

—No, arreglemos esto con una carrera. —Respondió— Una vuelta, el que pierda, no vuelve por aquí.

Derek asintió sonriendo, él tenía ventaja, su auto era nuevo, su padre se lo compro por su cumpleaños número dieciocho, en cambio el auto de él era un clásico antiguo.

— ¿Cuál es el trofeo para el ganador?—preguntó el mi novio sonriendo.

—Ella— contestó el ruloso con su ronca voz, mirándome fijamente.

Mi cuerpo se tensó abriendo completamente mis ojos, ¿A mí? ¿Para que ese chico me querría?

—La quiero a ella.

—Hecho—dijo Derek con una sonrisa.

— ¿Qué?—lo miré indignada. — ¿Qué te sucede? ¡No soy un maldito trofeo! —le grité furiosa.

—Calma nena—me tomó de los hombros— ¿No ves su auto? ¡Esto es fácil! Le ganaré a este idiota rápido.

—No tenías porque apostarme. —le miré con el ceño fruncido.

—No seas histérica, no pasará nada.

Derek besó mis labios, apartándome del coche, ambos chicos se subieron a sus autos.

Dos chicos del lugar rosearon una blanca línea de aerosol en el suelo.

Estaba tan nerviosa, ¿Qué tal si ese chico ganaba? Sería de él, me tendría. Eso me aterraba.

¿Cómo Derek pudo apostarme? Eso me había dolido, parecía que yo no le importará. Quizás era cierto. Una alta rubia se posó en la línea justo en medio de los dos autos con una pequeña bandera amarilla.

Al escuchar los motores de ambos autos mi corazón se empezó a acelerar a mil por hora junto con un nudo en el estómago.

—En sus marcas…—empezó con voz altísima— ¿Listos?— Derek y el chico de rizos se volteaban a ver desafiantes. — ¡FUERA! —grito la rubia alzando la bandera amarilla.



Lo único que imploraba era que Derek, ganará.[b]

Los automóviles arrancaron a una velocidad increíble, dejando un rastro de humo.

Mis piernas temblaban del nerviosismo, sí Derek perdía, el chico de rulos me tendría y ni siquiera sabía su nombre, si él llegará a ganar, me opondría rotundamente y no él no actuaría contra mi voluntad, ¿o si?

Tenía que tranquilizarme, aquél chico no tenía oportunidad de ganar, el automóvil de Derek superaba al auto del chico en todos los sentidos. No había manera.

Los segundos se me estaban haciendo eternos, mirando fijamente hacía donde era la meta.

De pronto escuche los automóviles aproximándose levanté mi vista para encontrar al auto del rizado llevándole ventaja a Derek por solo unos centímetros.

Estaban a punto de llegar a la meta y mi corazón quería estallar, en segundos todos empezaron a gritar y aplaudir de felicidad otros maldecían, ya había un ganador.

Mi cuerpo estaba inmóvil, no podía siquiera articular palabra o emitir algún sonido.

Él chico misterioso había ganado. Ambos chicos se acercaron a mí.

—Quiero mi premio. —Dijo el rizado— Ahora— me miró, yo estaba tan asustada.

—Eres imbécil si crees que ella se irá contigo—le dijo Derek con brusquedad.

—En eso acordamos. Yo gane, la chica me la quedo yo. —Sonrió—Súbete nena.

Abrió la puerta de su coche, pero yo no me moví.

—Ya te dije que ella no se va contigo. —Derek se puso delante de mí. —Así que te puedes largar, idiota.



El chico de ojos esmeralda, frunció el ceño y se acercó a Derek propinándole un golpe en la cara con el puño que hizo que cayera al suelo. Grité y me acerqué a Derek rápidamente, empezaba a sangrar de la nariz.



—Más bien, él que se larga eres tú. —Le dijo a Derek que seguía en el suelo— No te metas en mi camino, no te conviene niño.

Me miró, yo estaba con Derek, tomó de mi brazo y me levantó.

—Sube, no me hagas obligarte. —me dijo en un tono seco y autoritario, con su mirada penetrante me asuste y sin vacilar me subí a su auto.

Él chico de rizos comenzó a conducir, ¿A dónde me llevaba? Quería irme, quería saber como se encontraba Derek. Lo había dejado ahí, en el suelo.

Este chico me aterrorizaba, su mirada, su forma de hablar, era un misterio y seguía sin saber su nombre o que edad tenía.

No quería estar con él, lo único que quería era volver con mi novio.

El chico de mirada intimidante conducía a una velocidad alta asustándome más, yo guardaba silencio mientras jugaba nerviosamente con mis manos.

De un momento a otro se orilló en una parte de la carretera y apagó el auto. Me miró.

— ¿Cómo te llamas?— preguntó.

—Che-Cherri. —tartamudeé.

—Soy Harry. —murmuró.

Harry, ese nombre le quedaba a la perfección.

Sus ojos eran tan hermosos, intimidantes, pero hermosos. Se acercó a mí sonriendo, yo me quedé quieta, subió su mano a mi mejilla y la acarició, retrocedí unos centímetros ante su tacto, él soltó una risa. ¿Qué era tan divertido?

—Tranquila, yo no te haré daño.

Sus palabras no me tranquilizaron ni siquiera un poco, posó su gran mano en mi hombro y acercó su boca a mi oído.

—Eres preciosa.

Empecé a temblar al sentir su respiración en mi oído, su voz era ronca y sensual, sentí como inhaló y exhaló en mi cuello, mi pecho comenzaba a subir y bajar debido a mi respiración agitada y él lo sintió.

—Hueles bien.

Dijo con sus labios rozando mi cuello y lo besó, un húmedo y caliente beso mientras que con su pulgar acariciaba mi barbilla. Su beso hizo que mi piel se erizara en segundos, traté de decir algo pero no podía, sus acciones me dejaban sin habla.



—Mierda Cherri —gruñó. Inhaló de nuevo llenando sus pulmones con mi aroma. —Hueles tan bien.



Subió a mí oreja nuevamente y mordió el lóbulo para después pasar su lengua. Sus manos se deslizaron por mis brazos para llegar a mi cintura, la apretó levemente haciendo un pequeño masaje con sus pulgares. Sus dedos eran fríos y mi piel caliente, me producía escalofríos la forma tan descarada en la que me acariciaba.

Seguía besando mordiendo y chupando mi oreja, pareciera como si quisiese devorar mi lóbulo, pose mis manos en su pecho y lo aparté de mí.



—No—me alejé, Harry mantenía su sonrisa seductora.

— ¿A dónde quieres ir? Te puedo invitar una cerveza. —dijo volviendo a encender el coche.

—No bebo —mentí.

Harry arqueó su perfecta ceja.

— ¿Una niña buena? Me gusta, me gusta. —sonrió. —Entonces, te invito un café.

—No quiero. —dije seca.

Harry frunció el ceño.

— ¿Entonces que quieres?—dijo con cierto tono de fastidio.

—Quiero regresar con mi novio.

Harry me miró enojado y volvió a conducir.

—Lo siento nena, eso no se va a poder. —la velocidad del automóvil comenzó a aumentar.