♥ Enamorada De Un Genio♥║Adaptación║(Joe&Tu)

—Gracias. Lo llamaré por teléfono desde la habitación —dijo Joe, saliendo de la piscina y enrollándose la toalla en la cintura inmediatamente.
__________ salió detrás. Sabía que Petra se había dado cuenta de por qué Joe se había puesto así la toalla en lugar de secarse. Poniéndose el suéter y las zapatillas, Joe se volvió hacia ella.
—¿Estás lista, _________?
—Tengo que ponerme las sandalias. Sube tú y ve llamando al doctor Rosenzweig. Nos veremos en la suite.
—Bien —asintió Joe, dirigiéndole una sonrisa a Petra—. Nos veremos mañana.
—Sí, claro.
A __________ le sorprendió ver que Petra no se iba al marcharse Joe. Se sentó en una silla a atarse las sandalias y trató de pensar en algo que decirle a la antigua amante de Joe. Pero Petra se le adelantó.
—Quería decirte lo contenta que estoy de lo tuyo con Joe. Parece más feliz que nunca —dijo sin preámbulos.
Sorprendida, ____________ se echó el pelo hacia atrás y la miró.
—Lo dices en serio, ¿verdad? —preguntó, viendo la expresión de sinceridad de Petra.
—Sí. Ya sé que Joe te ha dicho que estuvimos… saliendo juntos durante un tiempo, pero no quiero que te sientas amenazada por ese motivo. Nuestra relación fue perjudicial para ambos y acabó hace tiempo. Esta mañana me he dado cuenta de que te sentías incómoda conmigo, y quiero que sepas que no tienes ningún motivo para estarlo. Vamos a vernos bastante en un futuro y me gustaría que fuéramos amigas.
______________ se levantó encantada ante la sinceridad de Petra y sonrió.
—A mí también me gustaría, doctora Jantzen.
—Petra.
—Petra —repitió ____________.
—Quizá te resulta raro que te aborde de este modo tan directo.
—No, en absoluto. Estoy acostumbrada a la sinceridad de Joe. De hecho, me parece maravilloso.
—Bueno, a ninguno de nosotros nos gusta perder el tiempo cuando lo que se necesita es franqueza. Me alegro de que te hayas acostumbrado. Mi novio también ha aprendido a aceptar cómo soy, pero a veces le ha costado un buen esfuerzo.
—¿Tu novio? ¿Estás comprometida?
Petra se ruborizó.
—Sí. Desde hace muy poco. Se llama Richard y es… bueno, soy muy feliz con él.
—Eso es maravilloso —le aseguró ___________ calurosamente—. ¿A qué se dedica? Déjame adivinar. ¿Es científico? O quizás profesor.
Petra sonrió.
—Es vendedor de seguros. Y muy eficiente en su trabajo.
—Vendedor de seguros —repitió _________ luchando por no sonreír.
—Sí —continuó Petra, dándose cuenta de la gracia que le había hecho a ___________ su confesión—. Es extrovertido, ingenioso y alegre. Me hace reír y atreverme a hacer cosas que nunca había intentado a hacer antes. El mes pasado fuimos de acampada a las montañas. El fin de semana pasado empezó a enseñarme esquí acuático. Piensa que soy demasiado seria e introvertida, pero por alguna razón me quiere y desea que nos casemos.
—Y tú lo amas —observó __________ en tono confidente.
—Sí —confirmó Petra con una sonrisa.
—Entonces eres afortunada.
—También Joe —dijo Petra suavemente—. Te tiene a ti.
__________ supo en ese momento que Petra y ella serían amigas a pesar del pasado. El pasado ya no importaba. Sólo el futuro. Y su futuro era Joe.
Se despidieron afectuosamente y __________ se encaminó a la suite donde la esperaba su futuro. Estaba más decidida que nunca a que su relación con Joe funcionase. Decidida a convencerle de que nadie podría amarlo nunca como ella lo amaba, de que él la necesitaba tanto como ella a él. Quería decirle que ya no la asustaba su parte intelectual porque había comprendido que ella podía contribuir de forma valiosa a su vida.
Y puede que algún día aprendiese a amarla tanto como ella lo amaba.
Fin cap. 11

AHHHHHHH!!!
NONONO NO PÒDES DEJARLA ASI!! TENES QUE SEGUIRLA SI SI?? PORFA!!! :D

ESPERTANDO CAPIS

Aaaaaaaaaaaa!
El ultimo cap!
No no no!
Me niego a aceptarlo!
Waaaa, yo amo esta nove :crybaby:
Pero bueno,todo lo bueno llega a su fin
Ya quiero esa sorpresita!
Me encantaron los caps!
Siguela porfa!

NOOOOOOOOO!!!!!!!!
UN CAPI!!!!!!!!!
VOY A LLORAR :sad: :sad: :sad: :sad: :sad:
Me encanta muchisimo esta nove

HEEEERMOSOOOOOOOO :')

S I G U E L A POOOOORFI!


BESOS PALY

Capitulo 12
Joe estaba hablando por teléfono con el doctor Rosenzweig cuando ___________ atravesó la sala de estar de la suite y se dirigió a su habitación. Joe le indicó con un gesto que tenía para rato.
Se metió en la ducha dándole vueltas a su conversación con Petra. Mientras se aclaraba el pelo, pensó en las palabras de la mujer y en la felicidad que parecía haber encontrado con su novio. Luego, pensó en el tiempo que había pasado junto a Joe. Recordó las risas, la pasión y las confidencias compartidas.
No podía renunciar a él, decidió de repente. No podía apartarlo de su vida. Lo quería como nunca había querido a nadie. Lo necesitaba con una desesperación que la había dejado de sorprender hacía tiempo. Y podía hacerlo feliz.
Levantó la barbilla con determinación y salió de la ducha, envolviéndose en una enorme toalla. Mientras se secaba el pelo, trató de decidir cuál sería la mejor forma de abordar a Joe. Había tenido toda su atención en la piscina, pero podía ser que tras la conversación con el doctor Rosenzweig, se abstrayese de nuevo en asuntos relativos a Optium Forum. Y no estaba dispuesta a hablar con él de sus relaciones si no le prestaba toda su atención. Se preguntó si no lograría su propósito seduciéndolo. La idea la hizo sonreír ante el espejo. Era una pena que no se hubiese llevado el body negro. Pero lo que sí tenía era el mismo camisón azul al que él no se había podido resistir en Chicago. Quizá terminase de pasar a máquina las notas y se lo pusiese para entregárselas. Y si eso no daba resultado, siempre podía atarlo a una silla y gritarle a la cara lo que tenía que decir.
Entró en su dormitorio y enseguida vio que la situación se le había escapado de las manos. Joe estaba tumbado confortablemente en su cama. Tenía el pelo húmedo de la ducha, y llevaba un albornoz que lo cubría hasta los muslos. Recorrió con la mirada el cuerpo de ___________ que dejaba ver la toalla. Después, levantó una mano.
—Ven aquí —la apremió con voz ronca.
___________ se sintió terriblemente excitada. Dio unos pasos hacia la cama, pero a mitad de camino la asaltó una ráfaga de pánico que la dejó paralizada.
—No puedo —susurró.
Joe dejó caer la mano. Se sentó al borde de la cama y la observó atentamente.
—¿Qué ocurre? ¿Te ha dicho Petra algo que te haya molestado?
—No. Esto no tiene nada que ver con Petra —le aseguró __________—. Tiene que ver contigo.
Joe suspiró con fuerza.
—Todavía tienes dudas. Aún no estás segura de lo que sientes por mí.
—No. Te equivocas. Sé perfectamente lo que siento por ti —contestó __________—. Pero no podría soportar hacer el amor contigo por segunda vez durante un viaje para que luego me rechaces al volver a la realidad cotidiana de Dallas. Me hizo un daño terrible la otra vez, y no voy a permitir que ocurra de nuevo.
Sin darle tiempo a reaccionar, Joe se levantó de la cama y se acercó a ella. La cogió con fuerza de los hombros.
—Dime —le ordenó en tono apremiante—, dime lo que sientes por mí.
___________ respiró hondo para darse ánimos.
—Te quiero —confesó finalmente—. Creo que te he querido desde el principio, a pesar de los errores que he…
Joe no la dejó acabar. La abrazó con fuerza, como si tuviese miedo de que se desvaneciese si la soltaba, y comenzó a besarla hasta que todo su cuerpo tembló entre sus brazos, hasta que supo que no podría tenerse en pie si la dejaba. El beso duró una eternidad y, cuando él retiró sus labios de los de ___________, ella lo besó con igual pasión hasta que ninguno de los dos pudo mantenerse en pie y cayeron sobre la cama. La toalla quedó abandonada en el suelo.
—Dímelo otra vez —pidió Joe, acariciando su cuerpo desnudo.
—Te quiero, Joe. Te quiero con locura —repitió __________, desatándole el cinturón del albornoz.
—Te quiero —dijo él—. ¡Dios mío, ___________, cuánto te quiero!
Y volvió a besarla, incapaz de separarse ni un instante de sus labios.
________ le quitó el albornoz y comenzó a cubrirle el rostro de ardientes besos. ¡La amaba! Lloraba y reía al mismo tiempo. ¡Joe la amaba!
Joe la besó en el cuello mientras le acariciaba los senos, hasta conseguir que los pezones se pusieran duros y erectos.
—Tenemos que hablar —murmuró sin dejar de besarla—. Tengo que contarte… Quiero preguntarte…
Pero ___________ arqueó el cuerpo y entonces olvidó lo que iba a decir.
Se amaron con urgencia, casi salvajemente. No existía el pasado, ni el mundo exterior, ni nadie, ni nada, sólo sus cuerpos disfrutando del placer de amarse. Murmuraban palabras y frases incoherentes, pero ninguno de los dos tenía problemas en entender al otro. Rodaron por la cama, cambiando enfebrecidamente de una postura a otra, hasta que sus movimientos se volvieron más y más apremiantes y ambos gritaron al mismo tiempo envueltos en un espasmo de placer.
Pero no tuvieron bastante. Tras descansar un momento, comenzaron de nuevo los besos, las declaraciones de amor susurradas entre caricia y caricia, los gemidos de placer hasta que, exhaustos, se derrumbaron abrazados sobre la almohada.
Pareció pasar de nuevo una eternidad. Finalmente, Joe se estiró y exhaló un suspiro.
—Creo que necesito una ambulancia —dijo con voz cansada.
___________ rió y frotó la mejilla contra su hombro.

_________ rió y frotó la mejilla contra su hombro.
—Pues tendrá que llamar otra persona. Yo no tengo fuerzas ni para marcar el número.
—Te quiero, _________.
A pesar de la cantidad de veces que se lo había dicho mientras hacían el amor, a Mallory seguía sorprendiéndole escuchar esas palabras de sus labios.
Levantó la cabeza para mirarlo a los ojos y le acarició la mejilla.
—¿Estás seguro, Joe? No podría soportar que luego cambiases de opinión.
—No cambiaré de opinión —prometió él—. Nunca le he dicho eso a nadie que no fuese de mi familia. Ni siquiera pensaba que fuera capaz de amar a una mujer como te amo. Quiero compartir contigo cada mañana, cada noche, el resto de mi vida. Quiero que te cases conmigo, que tengas hijos conmigo, hacerme viejo junto a ti. ¿Aceptas?
—Sí.
—¿Tan deprisa? —preguntó Joe con los ojos brillantes de emoción—. ¿Ni siquiera quieres pensártelo? Sabes que no es fácil vivir conmigo.
—Eres el hombre que amo —contestó ____________ mirándolo tiernamente—. No quiero vivir con otro. Te quiero, Joe —añadió, besándolo con adoración—. Y te prometo que te haré feliz.
—Ya me haces feliz —contestó él, abrazándola—. Nunca he sido tan feliz.
_____________ odiaba tener que sacar a relucir el tema, pero tenía que hacerlo.
—Joe, respecto a la noche que pasamos en Chicago. ¿Por qué estabas tan frío y distante a la mañana siguiente? ¿Qué hice yo para que me rechazaras tan bruscamente?
—No era por ti, amor mío —contestó él, pesaroso—. Tú no hiciste nada, nada en absoluto. Esa mañana me levanté y comprendí que me había enamorado profundamente de ti, que nunca podría dejar de amarte, y sentí un miedo atroz ante mis sentimientos. No sabía qué hacer, cómo decírtelo, ni siquiera estaba seguro de que tú quisieras saberlo. Llevaba mucho tiempo criticando a mi familia por no creerme capaz de desenvolverme por mí mismo, y resultó que yo era igual de culpable porque también estaba convencido de ello. Pensaba que no tenía nada que ofrecerte. Tenía miedo de no hacerte feliz, de que cambiases de opinión como hiciste con…
Se interrumpió bruscamente. ___________ levantó la cabeza y lo miró con el ceño fruncido.
—¿Cómo hice con quién? —preguntó.
—Con ese hombre del que te enamoraste —continuó él de mala gana—. Con el otro hombre para el que trabajaste.
—Es cierto que estaba firmemente convencida de que no quería que volviese a repetirse nada parecido. Ahora entiendo que te preguntases si no estaría cayendo en el mismo error por segunda vez.
Respiró hondo y le contó exactamente lo que había ocurrido entre Larry y ella. Habló con mucha calma, sin emoción.
—Pensé que lo amaba —dijo al acabar el relato—. Pero cuando rompimos, me di cuenta casi inmediatamente de que me había engañado a mí misma. Si lo hubiese amado, no lo habría olvidado con tanta facilidad. A ti nunca podría olvidarte. Nunca.
Joe se relajó visiblemente.
—¿Tenías miedo de que te tratase tan mal como él? —la regañó Joe—. ¿De qué te utilizase para luego dejarte por otra mujer que considerase más apropiada? ¿No se te ocurrió pensar que yo no era así?
—No podía evitar preocuparme —admitió ___________—. Los dos sabemos que no somos iguales ni intelectualmente ni en cuanto a clase social. Había ocurrido una vez. ¿Cómo podía estar segura de que no iba a ocurrir de nuevo?
—No digas tonterías, amor mío. No tengo intención de comparar coeficientes de inteligencia ni balances del banco con la mujer que amo. ¿No sabes que tienes todo lo que necesito? Eres brillante, ingeniosa, tierna, adorablemente optimista, encantadora, llena de fuerza de voluntad. Nunca sé con qué vas a sorprenderme, pero disfruto anticipando tu próxima sorpresa. Me haces reír, me haces sentir dolor, a veces me vuelves loco. Y nunca me saciaré de ti.
____________ contuvo las lágrimas y logró esbozar una sonrisa.
—Creo que empecé a darme cuenta de que no me estabas comparando con tus colegas después de conocer a Petra. Es tan guapa, tan brillante, tan serena, y sin embargo supe que no serías feliz con ella desde el instante en que os vi juntos. Por cierto, es una persona muy agradable. Creo que podremos ser amigas.
—Me alegro —dijo Joe.
—También está enamorada. Va a casarse —le confió _________.
—¿De veras? No lo sabía —dijo él con curiosidad.
—Con un vendedor de seguros. Le está enseñando esquí acuático y va con él de acampada. Creo que ha decidido que Petra necesita aprender algunas actividades normales —añadió muy seria.
—Eso me suena —dijo Joe, riendo.
—Sí. A mí también —contestó ella.
Se quedó un rato callada. Después, se revolvió inquieta.
—Joe.
—¿Sí?
—Me estoy muriendo de hambre.
—Te prometí que comeríamos después, ¿no?
—Sí.
—¿Qué te parece un filete con patatas asadas, ensalada y champán para celebrar nuestro compromiso?
A __________ se le hizo la boca agua sólo de pensarlo.
—Maravilloso —dijo.
—¿Crees que ahora lograrás marcar el número? Podemos decir que nos lo suban y así nos evitamos tener que vestirnos.
—Y volver a desvestirnos después —bromeó ___________, acariciándole el estómago.
—Si no quieres que acabemos en el hospital por desnutrición y agotamiento, será mejor que te comportes y llames al servicio de habitaciones.
_____________ hizo como si considerase las dos opciones.
—¿Crees que estarás recuperado después de comer? —preguntó con sonrisa provocativa.
—Creo que vas a necesitar tomar muchas proteínas.
—¿Seguro?
—Seguro —confirmó Joe en tono arrogante.
—Sigo pensando que he creado un monstruo.
—Desde luego. Sigo pensando que tienes razón.
—¿Y qué hay de tu trabajo? ¿No tenías que preparar una propuesta para la sesión de mañana?
—La acabaré en un momento mientras esperamos la comida.
Le cogió una mano, se la llevó a los labios y se puso muy serio.
—Mi trabajo siempre será importante para mí, _________, pero creo que podrás evitar que me sumerja excesivamente en ello. Tú eres lo más importante para mí, no lo dudes nunca. Lo más importante. Te quiero.
—Yo también te quiero —dijo __________ con sonrisa temblorosa—. Voy a llamar al servicio de habitaciones. Ve a encender el ordenador.
Fin cap. 12

Epílogo
_________ chupó el sello, lo pegó en el sobre y lo añadió a la pila de cartas que había sobre la mesa del comedor. Se pasó la lengua por los labios. Le sabía la boca a pegamento. Por milésima vez se dijo que deberían invertir en una máquina de pegar sellos y sobres.
Consultó el reloj. Eran las diez pasadas y Joe seguía en su despacho trabajando en un nuevo programa informático en el que llevaba meses enfrascado. Si no lo arrancaba del ordenador, podía pasarse toda la noche allí.
Se había puesto a trabajar en el comedor para oír si lloraba el bebé que dormía en el dormitorio de al lado. Entró en la habitación con las cartas bajo el brazo y se acercó de puntillas a la cuna. La niña de cuatro meses dormía apaciblemente boca abajo, lo que parecía ser su postura predilecta. Tras haberse asegurado de que estaba bien, __________ le acarició con ternura los rojizos rizos y salió de puntillas del dormitorio.
Una vez en el piso de abajo, dejó los sobres sobre la mesa de su despacho y se dirigió a la cantera, nombre con el que ambos seguían llamando afectuosamente al despacho de Joe.
Tal como esperaba, Joe estaba sentado ante el ordenador.
—Joe.
—Mmmm —masculló él sin apartar los ojos del monitor.
—Joe, es tarde y tienes una clase por la mañana temprano —siguió diciendo ___________, aunque sabía que era como si le estuviese hablando al ordenador—. Ven a la cama.
—Ya voy, amor mío, sólo un minuto —contestó Joe, escribiendo algo en la pantalla—. No, no. Aquí hay algo que falla —gruñó al ver los resultados.
—Joe, cariño. Si te descuidas, te va a salir humo —le dijo __________, abrazándolo por la espalda.
—No te preocupes, cariño —dijo él sin pestañear siquiera.
Acto seguido, borró la pantalla y pulsó otros comandos.
Iba a tener que tomar medidas drásticas. No era la primera vez en los dos años de matrimonio que tenía que pensar en algo ingenioso para sacarlo de allí. Y estaba segura de que no sería la última. Se mordió el labio inferior y empezó a desabrocharse un puño de la blusa de seda negra.
—Joe, cariño. Puedes seguir mañana.
—De acuerdo —contestó todavía absorto en el ordenador.
Ni siquiera se había dado cuenta de que ___________ estaba quitándose la blusa.
—Mañana vas a estar muy cansado si no descansas esta noche —continuó __________, dejando caer al suelo los pantalones—. ¿Vas a venir ahora? —añadió, empezando a quitarse el body.
En algún lugar de su mente, Joe era consciente de que ___________ estaba detrás de él reclamando su atención. Sólo quería solucionar un pequeño problema. Luego, le haría caso. Quizá si probase a…
De repente, algo cayó sobre la pantalla del monitor oscureciéndolo. Era algo oscuro. Joe lo cogió con impaciencia para quitarlo. Iba a tirarlo, cuando sus dedos apreciaron la suavidad de la prenda de seda negra con encajes. Estaba impregnada del suave perfume que siempre utilizaba __________.
Dejó de mirar la prenda y se volvió. Se quedó sin respiración. _______ sólo llevaba una minúscula braguita de seda negra. Llevaba la roja melena suelta sobre los hombros desnudos, y sonreía con tal ternura que a Joe se le encogió el corazón.
—¡Eres tan bella! —murmuró, olvidándose de lo que estaba haciendo.
—¿Más que tu ordenador?
—Más que nada en el mundo —dijo Joe, poniéndose en pie y abrazándola.
—No te olvides de grabar lo que has hecho —le recordó ____________.
Lo grabó apresuradamente, apagó el ordenador y la cogió en brazos.
—¿Has dicho algo sobre ir a dormir, señora Jonas?
___________ rió y se colgó de su cuello.
—Joe, no seas tonto. Bajame. No puedes llevarme así hasta la habitación.
—¿Qué te apuestas?
_____________ dejó de protestar y apoyó la cabeza en su hombro. La llevó escaleras arriba sin el menor esfuerzo y se paró en la puerta del dormitorio de la niña.
—¿Y Laurie?
—Laurie está perfectamente —le aseguró ____________.
Jooe sonrió y la llevó hasta la cama, donde se dejó caer con ella debajo.
—Está bien. Estoy impresionada —admitió ella con los dedos entre su pelo—. Estás en excelente forma, doctor Jonas.
—Tú también estás en buena forma —dijo Joe, acariciando su cuerpo desnudo y besando sus senos.
—¿Estás enfadado conmigo?
—¿Por qué tendría que estar enfadado contigo? —preguntó Joe.
—Por haberte interrumpido en el trabajo.
—¿No te dije que encontrarías la forma de distraerme cuando tendiese a abstraerme excesivamente en un proyecto? —dijo, deslizando los dedos por debajo de la braguita.
—Suerte que conozco tus debilidades —contestó ella, desabrochándole la camisa—. No eres nada fácil de distraer, querido marido.
—Tendría que estar ciego y loco para no distraerme al verte frente a mí sin nada más que estas braguitas tan sexys, señora Jonas. Me gusta tu estilo.
—Te quiero, Joe —dijo ___________, poniéndose seria.
—Y yo te quiero a ti —dijo él con voz profunda—. Me has dado tanto durante estos dos años. Una hija preciosa, un hogar feliz, amor, pasión, risas. No me había dado cuenta de lo vacía que estaba mi vida cuando sólo tenía mi trabajo. No lo supe hasta que pude compararlo con lo que es mi vida contigo. Y Dios sabe que no es siempre fácil convivir conmigo.
—Nunca dudes de que nuestro matrimonio me ha hecho más feliz de lo que nunca he sido, Joseph Jonas —dijo ____________ con firmeza—. Eres un marido maravilloso, y no podría encontrar un padre que quisiese tanto a su hija. No ha habido un solo día en estos dos años en que me haya arrepentido de que entrases en aquella agencia de colocación. Te quiero. Siempre te querré.
Joe la besó apasionadamente y se desprendió con impaciencia la ropa que le quedaba.
Acto seguido empezó a demostrarle cuánto la amaba y lo que seguía excitándolo después de dos años de intimidad; a demostrarle cuánto la deseaba y que siempre la desearía aunque pasasen los años.
___________ cerró los ojos y se entregó llena de felicidad a las caricias de su amado genio, segura de que al fin había encontrado su sitio en este mundo. Se concentró en darle a su marido tanto placer como ella estaba sintiendo, y sonrió satisfecha cuando no le quedó duda alguna de su éxito.

¡¡FIN!!

OOOOOH FUE HERMOSA LA NOOOVE(:

ME ENCANTO, GRACIAS POR SUBIR UNA NOVELA TAN LINDA Y COMPARTIRLA CON NOSOTRAS !!

Y SISISI UNA NUEVA NOVE SERIA LO MEJOOOOR!!

Besos paly

Noooooooooooo!
Se termino!
Y que manera de terminarse!
Me encanto la novela,el cap,y todo!
Awwww,ya tienen una hijita!
Voy a llorar :(
Jaja
Si!
Quiero otra nove!
Gracias por subir esta!
IJonasBrothers
Ni idea por que puse eso jaja
Pero bueno
Gracias y sube otra!