Siete Pecados Capitales {NC}

Me levanté, malhumorada, de aquella cómoda cama. ¿No entendían que la gente duerme? Salí de la habitación y me dirigí hacía donde provenían aquellos ruidos. Reí por dentro al ver el interior de aquella habitación abierta. Mi cabeza giró automáticamente encontrándose con mis…queridas hermanitas y aquellos chicos.

-Que asco…-Susurró Zoe. La miré.
-Sh…-Dije colocando mi dedo índice en mis labios.
-Isabelle, no molestes.-Dijo, divertida, Perrie. Me guiñó un ojo y yo me lo tomé como un “adelante”.
-¡Hey! ¡¿Os queda mucho?!-Pregunté, burlona, provocando que aquellas dos personas de las que me estaba burlando cayesen de la cama provocando un gran estruendo. Un chico de pelo moreno y ojos azules se acercó a nosotros.
-¿Qué pasa aquí?-Dijo, medio dormido.-¡Son las tres de la mañana, joder!-Miró el interior de la habitación.-Y vosotros dos…”dale que te pego”…-Rió.

El chico de rizos y ojos verdes que acompañaba aquella noche a Gemma se tapó con la sábana y antes de cerrar la puerta me lanzó una mirada asesina. Sonreí satisfecha. Miré a los demás y les hice un gesto de despedida con la mano para luego girarme.

-Louis…¿Qué miras?

-Nada, nada…es solo que esa tiene un buen culo.-Dijo el recién nombrado, siendo aquella frase lo último que oyera antes de desaparecer por el pasillo. Mientras me escondía entre las sábanas me puse a pensar en el tiempo que tardarían aquellos dos a volver a la acción pero el “¡Joder, iros a un motel!” por parte de Keith hizo que olvidara por donde estaba contando.

{…}

-Buenos días.-Dije, intentando parecer aún medio dormida, cuando bajé las escaleras.
-¿Quieres desayunar algo?-Preguntó, Louis. Levanté mis cejas y sonreí de lado por la respuesta que acababa de aparecer por mi mente pero se esfumaron al recordar el plan de Avarice.
-¿Qué tenéis?
-Leche y cereales, hoy teníamos que ir ha hacer la compra pero creíamos que recién llegadas sería un poco feo irnos y dejaros solas.-Extendió una taza que contenía café.-¿Quieres?
-Si.-Dije en un intento de sonar amable mientras aceptaba la taza que me ofrecía.-Podéis iros si queréis, no nos importa quedarnos aquí.-Tomé un sorbo de aquel líquido de sabor horrendo.-Siempre y cuando Gems y Harry estén separados…-Señalé a los nombrados, los cuales estaban besándose en uno de los sillones. Reímos.
-¡Hey!-Les lanzó un terrón de azúcar para que se separasen.-¿Un poco de tregua no?-El chico señaló su oreja dando a entender que no le oía.-¡Que no vivís solos, joder! ¡Respeto hacía los demás!-Reí ante su histérico comportamiento. Mientras él mantenía una 2conversación a distancia” con Harry yo opté por beberme el café mientras le miraba de pies a cabeza. Después de aquella “revisión” me di cuenta de dos cosas; la primera, que tenía un buen culo. La segunda, que no llegaba al nivel del mío. Dejé el tazón vacío en la pica.

Subí a cambiarme a la habitación que me habían dejado. Miré la ropa que llevaba puesta ayer y luego puse los ojos en blanco. Toqué la ropa y luego puse mis ojos normales. Mi vestuario había cambiado. Agradecí mentalmente a Lucifer por haberme enseñado aquello de pequeña. Me puse la ropa que consistía en un pantalón corto de cintura alta que acababa antes del ombligo y de un dedo después de mi trasero, una camiseta sin mangas de color blanco con el logo de superman y unas bambas de color negro marca adidas. Volví a bajar las escaleras para llegar al salón y encontrarme a Perrie discutiendo con Gemma. Algo me decía que más que una pelea era un sermón.

-¡Serás perra! ¡No ha pasado ni un día y tu ya te has tirado a uno de ellos!-Dijo Perrie reprochando a Gemma, la cual alzaba sus hombros y sonreía a medias.
-Que le vamos ha hacer, Gemma es mucha Gemma.

Me acerqué a Zoe. Era la que estaba más apartada de aquella escena.-¿Siempre han de estar discutiendo?-Me preguntó, Zoe, mientras me miraba inocente. La abracé-
-Si…aparte, eso es mejor. Así luego duermen tranquilas.-Dije en su oído provocando que una pequeña risa saliese de sus labios.-No te preocupes, enserio.-La pequeña sonrió y se apoyó en mi hombro. La aparté.
-¿Y eso?-Preguntó, sin entender a que se debía mi comportamiento. Rodé los ojos.
-Ya ha pasado mi momento amable del día.

Zoe rió mientras los gritos y el choque contra los muebles y paredes por parte de Gemma y Perrie se oía como música de fondo de nuestra escena.