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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Nombre: Enamorada de mi secuestrador
Autor: Yo
Adaptación: No
Género: Drama, hot
Advertencias: Malas palabras y escenas hot
Otras páginas: No
Prólogo
________(tn) es una bonita chica de 17 años que vive en Londres. Hace dos meses que se siente perseguida por la calle, y ha llegado al punto en el que terminan por secuestrarla, pero... ¿Por qué se siente tan excitada por su secuestrador? ¿No debería sentir miedo?
"Quizá sí quiero estar secuestrada, porque estoy enamorada de mi secuestrador"
Última edición por partywithidols el Vie 09 Ago 2013, 2:15 pm, editado 5 veces
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Holi :)) Me presento, mi nombre es Andrea o Andy, soy de España, tengo 16 años y bueno, aquí estoy con esta novela, espero que os guste :)
Esta noche subo el primer cap, ¿vale? Un besito :(L):
Esta noche subo el primer cap, ¿vale? Un besito :(L):
Última edición por partywithidols el Vie 09 Ago 2013, 9:55 am, editado 1 vez
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Oooooooooooooooo
mori. mori. jajajjaja ok no pero casi hola soy tú nueva lectora fiel siguela está buenísima :)
mori. mori. jajajjaja ok no pero casi hola soy tú nueva lectora fiel siguela está buenísima :)
jacqueline molina
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Bienvenida amooor :) Esta noche (horario Español) subo el primer cap, ¿vale? Un besito :(L):jacqueline molina escribió:Oooooooooooooooo
mori. mori. jajajjaja ok no pero casi hola soy tú nueva lectora fiel siguela está buenísima :)
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Ooooooooo bueno está bien lo espero con muchas ansias linda :)
jacqueline molina
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Capítulo 1
Estaba cansada. No podía más. Tenía las piernas tan cansadas de correr que estaba a punto de caerme. Me caí. Gruñí de impotencia, no podía dejar que me alcanzase.
“Vamos _______(tn), no puedes quedarte aquí. No ahora” Pensaba para mí mientras me levantaba del suelo y echaba a correr otra vez. Segundos después alcancé la puerta de mi casa, metí la llave apresuradamente en la cerradura y entré, cerrando la puerta con llave de nuevo. Me apoyé en ella y dejé que mi espalda se deslizara, hasta acabar sentada en el suelo. Escuché un golpe muy fuerte a mis espaldas, y salté en mi sitio.
Me levanté apresuradamente. Se escuchaba una voz. No se entendía nada, pero era una voz asquerosa.
“Has vuelto a huir, pero ya verás la próxima vez…” Volvió a dar un golpe, esta vez más fuerte, en la puerta. Miré por la mirilla, un hombre encapuchado se estaba alejando. Puse el seguro de la puerta y subí a mi habitación.
Miré la hora, las 21:30. Papá no tardaría en llegar de trabajar. Suspiré y me senté en la cama. Hacía ya casi un mes que no me pasaba, que no me perseguían por la calle. Pero eso no se lo había dicho a mi padre. Con 17 años que tenía ya me consideraba mayorcita para tener cuidado por Londres, y siempre había intentado volver acompañada a casa. Pero esta vez no habían podido acompañarme y… había estado muy cerca.
Mi móvil empezó a vibrar. Me senté en la cama y lo saqué del bolsillo.
¡Myriam! – Sonreí. Cómo la quería.
- ________(tn) sol, ¿qué tal? Llamaba para ver si habías llegado bien a casa – Ella era la única que sabía que había alguien “acosándome” – Como me tuve que ir antes y no pude acompañarte…
- Todo bien, tranquila – mentí. No iba a decirla que estuvo a punto de cogerme en la puerta de casa porque era capaz de llamar a mi padre para contarlo todo. Suspiró.
- Menos mal… Por cierto, mañana por la noche Alba celebra su cumpleaños, irás a la fiesta ¿verdad?
- ¿Al cumpleaños de esa puta? ¿Estás loca? Para que venga a restregarme que su novio es el buenorro de Malik, como siempre.
- ________(tn) no seas tonta, a esa ni caso, ¿sabes dónde es el cumpleaños?
- Pero
- ________(tn)…
- Venga, a ver… ¿dónde?
- Empieza por FA y termina por BR…
- FABRIC, OH DIOS, ¿en serio?
- Sí – rió - ¿Qué, vienes o no?
- Pero ni siquiera me ha invitado.
- Bah, tú vas ahí con las invitaciones a su cumpleaños que he conseguido, se las enseñas al de la discoteca y pasas.
- Ah bueno, entonces… Espera, ¿cómo las has conseguido? Si os lleváis a muerte.
- Pequeña ________(tn), parece mentira que no sepas los contactos que tengo – reí, no pude evitarlo. Era verdad, Myriam era la típica chica que siempre estaba a la última con todo y tenía cientos de amigos. Eso tenía sus beneficios, eso y ser su mejor amiga – Venga, vas un rato y a ver si te ligas a algún maromo – Reí de nuevo.
- Venga vale. ¿Hora?
- Mmm… ¿Te paso a recoger a las once?
- Hecho.
- Vale, pues nada. Vete quitando la roña y eso para mañana.
- Si estuvieras aquí te pegaría.
- Enga’.
Reímos. Adoraba estas pequeñas conversaciones con ella.
- Bueno Myriam, mañana te veo ¿vale? A las once aquí.
- Vale.
- Pero ni once y diez ni once y cuarto, que nos conocemos – rió.
- Once en punto y una décima – le hice una pedorreta.
- Hasta mañana.
- Chao, un besito.
Colgué y abrí el armario para ponerme el pijama. ¿Fabric? Dios mío, solo de pensarlo se me erizaba la piel. Fabric era la mejor discoteca de todo Londres, con esas tres plantas y esos pedazos de DJs del nivel de Chemical Brothers.
Tenía que pensar que le diría a mi padre, aunque realmente no le importaba lo que hiciera… Desde que murió mamá yo era como invisible para él… Aunque nunca había sido un buen padre. Desde los ocho años me faltó la figura materna, y la paterna había sido casi inexistente. Por eso me había vuelto tan independiente y era tan segura de mí misma. Quizá demasiado. Y también quizá tenía demasiado carácter. Posiblemente el carácter lo heredé de mamá.
“Hija, ya estoy en casa” escuché a mi padre mientras cerraba la puerta. Bajé las escaleras y entré en el salón donde estaba él dejando su chaqueta.
- Papá, Myriam me invita mañana a dormir a su casa – le mentí. Le daba igual lo que hiciera pero aun así no creía que me dejase ir a Fabric - ¿Puedo ir?
Está bien – se encogió de hombros - ¿vendrás a comer?
- No lo sé – Me di la vuelta para subir a mi habitación.
- Mañana me avisas.
- Vale.
Subí a mi habitación y encendí el ordenador. Un poco de McFly para los oídos sentaba de maravilla muchas veces. Me recosté en la silla y cerré los ojos. Sonreí. Mañana iba a ser una buena noche.
Sentí mi móvil vibrar. Fruncí el ceño. Dándole pause a mi canción preferida de ellos, me quité los auriculares y le di a la tecla verde.
¿Diga?
- Hola… - ¿de qué me sonaba esa voz?
- ¿Quién es?
- Mmm… Te estoy viendo – Me sobresalté. No podía ser… ¿cómo tenía mi número? Miré alrededor mío y cerré la persiana.
- He preguntado que quién eres – dije con voz baja y temblorosa.
- Mañana lo sabrás, gatita.
- ¿Mañana?
- Sí, mañana… La fiesta – Me tapé la boca con la mano que tenía libre.
- ¿Cómo coño sabes que mañana me voy a una fiesta?
- Yo lo sé todo…
- Voy a colgar.
- Intenta no quedarte un solo instante sola… Por tu bien… - oí como la persona al otro lado del teléfono reía – O lo pasaremos bien. Oh sí.
- Imbécil.
- Mmm.
- Cabrón.
- No me insultes.
- ¡Gilipollas! – Grité, casi. Tenía una lágrima cayendo por mi mejilla derecha. - ¿Por qué no te vas a acosar a otra?
- Solo voy a decirte una palabra…
Me callé, esperando a escuchar esa palabra.
- Fabric – colgó.
Estaba cansada. No podía más. Tenía las piernas tan cansadas de correr que estaba a punto de caerme. Me caí. Gruñí de impotencia, no podía dejar que me alcanzase.
“Vamos _______(tn), no puedes quedarte aquí. No ahora” Pensaba para mí mientras me levantaba del suelo y echaba a correr otra vez. Segundos después alcancé la puerta de mi casa, metí la llave apresuradamente en la cerradura y entré, cerrando la puerta con llave de nuevo. Me apoyé en ella y dejé que mi espalda se deslizara, hasta acabar sentada en el suelo. Escuché un golpe muy fuerte a mis espaldas, y salté en mi sitio.
Me levanté apresuradamente. Se escuchaba una voz. No se entendía nada, pero era una voz asquerosa.
“Has vuelto a huir, pero ya verás la próxima vez…” Volvió a dar un golpe, esta vez más fuerte, en la puerta. Miré por la mirilla, un hombre encapuchado se estaba alejando. Puse el seguro de la puerta y subí a mi habitación.
Miré la hora, las 21:30. Papá no tardaría en llegar de trabajar. Suspiré y me senté en la cama. Hacía ya casi un mes que no me pasaba, que no me perseguían por la calle. Pero eso no se lo había dicho a mi padre. Con 17 años que tenía ya me consideraba mayorcita para tener cuidado por Londres, y siempre había intentado volver acompañada a casa. Pero esta vez no habían podido acompañarme y… había estado muy cerca.
Mi móvil empezó a vibrar. Me senté en la cama y lo saqué del bolsillo.
¡Myriam! – Sonreí. Cómo la quería.
- ________(tn) sol, ¿qué tal? Llamaba para ver si habías llegado bien a casa – Ella era la única que sabía que había alguien “acosándome” – Como me tuve que ir antes y no pude acompañarte…
- Todo bien, tranquila – mentí. No iba a decirla que estuvo a punto de cogerme en la puerta de casa porque era capaz de llamar a mi padre para contarlo todo. Suspiró.
- Menos mal… Por cierto, mañana por la noche Alba celebra su cumpleaños, irás a la fiesta ¿verdad?
- ¿Al cumpleaños de esa puta? ¿Estás loca? Para que venga a restregarme que su novio es el buenorro de Malik, como siempre.
- ________(tn) no seas tonta, a esa ni caso, ¿sabes dónde es el cumpleaños?
- Pero
- ________(tn)…
- Venga, a ver… ¿dónde?
- Empieza por FA y termina por BR…
- FABRIC, OH DIOS, ¿en serio?
- Sí – rió - ¿Qué, vienes o no?
- Pero ni siquiera me ha invitado.
- Bah, tú vas ahí con las invitaciones a su cumpleaños que he conseguido, se las enseñas al de la discoteca y pasas.
- Ah bueno, entonces… Espera, ¿cómo las has conseguido? Si os lleváis a muerte.
- Pequeña ________(tn), parece mentira que no sepas los contactos que tengo – reí, no pude evitarlo. Era verdad, Myriam era la típica chica que siempre estaba a la última con todo y tenía cientos de amigos. Eso tenía sus beneficios, eso y ser su mejor amiga – Venga, vas un rato y a ver si te ligas a algún maromo – Reí de nuevo.
- Venga vale. ¿Hora?
- Mmm… ¿Te paso a recoger a las once?
- Hecho.
- Vale, pues nada. Vete quitando la roña y eso para mañana.
- Si estuvieras aquí te pegaría.
- Enga’.
Reímos. Adoraba estas pequeñas conversaciones con ella.
- Bueno Myriam, mañana te veo ¿vale? A las once aquí.
- Vale.
- Pero ni once y diez ni once y cuarto, que nos conocemos – rió.
- Once en punto y una décima – le hice una pedorreta.
- Hasta mañana.
- Chao, un besito.
Colgué y abrí el armario para ponerme el pijama. ¿Fabric? Dios mío, solo de pensarlo se me erizaba la piel. Fabric era la mejor discoteca de todo Londres, con esas tres plantas y esos pedazos de DJs del nivel de Chemical Brothers.
Tenía que pensar que le diría a mi padre, aunque realmente no le importaba lo que hiciera… Desde que murió mamá yo era como invisible para él… Aunque nunca había sido un buen padre. Desde los ocho años me faltó la figura materna, y la paterna había sido casi inexistente. Por eso me había vuelto tan independiente y era tan segura de mí misma. Quizá demasiado. Y también quizá tenía demasiado carácter. Posiblemente el carácter lo heredé de mamá.
“Hija, ya estoy en casa” escuché a mi padre mientras cerraba la puerta. Bajé las escaleras y entré en el salón donde estaba él dejando su chaqueta.
- Papá, Myriam me invita mañana a dormir a su casa – le mentí. Le daba igual lo que hiciera pero aun así no creía que me dejase ir a Fabric - ¿Puedo ir?
Está bien – se encogió de hombros - ¿vendrás a comer?
- No lo sé – Me di la vuelta para subir a mi habitación.
- Mañana me avisas.
- Vale.
Subí a mi habitación y encendí el ordenador. Un poco de McFly para los oídos sentaba de maravilla muchas veces. Me recosté en la silla y cerré los ojos. Sonreí. Mañana iba a ser una buena noche.
Sentí mi móvil vibrar. Fruncí el ceño. Dándole pause a mi canción preferida de ellos, me quité los auriculares y le di a la tecla verde.
¿Diga?
- Hola… - ¿de qué me sonaba esa voz?
- ¿Quién es?
- Mmm… Te estoy viendo – Me sobresalté. No podía ser… ¿cómo tenía mi número? Miré alrededor mío y cerré la persiana.
- He preguntado que quién eres – dije con voz baja y temblorosa.
- Mañana lo sabrás, gatita.
- ¿Mañana?
- Sí, mañana… La fiesta – Me tapé la boca con la mano que tenía libre.
- ¿Cómo coño sabes que mañana me voy a una fiesta?
- Yo lo sé todo…
- Voy a colgar.
- Intenta no quedarte un solo instante sola… Por tu bien… - oí como la persona al otro lado del teléfono reía – O lo pasaremos bien. Oh sí.
- Imbécil.
- Mmm.
- Cabrón.
- No me insultes.
- ¡Gilipollas! – Grité, casi. Tenía una lágrima cayendo por mi mejilla derecha. - ¿Por qué no te vas a acosar a otra?
- Solo voy a decirte una palabra…
Me callé, esperando a escuchar esa palabra.
- Fabric – colgó.
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Capítulo 2
Tiré el móvil a la cama. ¿Cómo que Fabric? ¿Cómo sabía que yo iba a ir allí? ¿Cómo coño lo sabía? Oh venga, no me había dado ni tiempo a ponerlo en cualquier red social o por ahí para que el tío ese se enterara. Estaba muy asustada.
Pero tenía mi orgullo, y por un gilipollas que no paraba de molestarme no iba a quedarme sin ir a la mejor fiesta a la que iba a ir en mucho tiempo.
- ¡YO ABRO! – Bajé corriendo las escaleras, adelantándome a mi padre.
- ¿Quién es? – me preguntó.
- Es Myriam, me viene a buscar para ir a la fiesta - me callé, recordando que le dije que me quedaría a dormir en su casa – eh… de pijamas.
- Ah, vale – Se dio la vuelta y se dirigió al salón a terminar de ver el dichoso partido Manchester-Liverpool, que al parecer estaba interesante.
Abrí la puerta.
- ¿LISTA PARA LA FIESTA?
- ¿DE PIJAMAS? ¡SI! – Me miró extrañada.
- ¿Qué pij…? – La tapé la boca y le dije en bajito lo de mi padre.
- ¿Y cómo vas a llevar la ropa?
- En esta bolsa – La guiñé un ojo mientras elevaba una bolsa de cartón con mi mano izquierda – Me dejas cambiarme en tu casa ¿verdad? – Me miró mal – Claro que me dejas – Rodó los ojos riendo - ¡Adiós papá! – Me despedí mirándolo. Me hizo un gesto de despedida sin mirarme y salí de casa, no sin antes coger las llaves.
Monté en el coche de Myriam. Se había sacado el carné hace unos meses, poco después de su décimo-octavo cumpleaños. Siempre había tenido prisa por uno.
Llegamos a su casa y entramos.
- Ven conmigo y ayúdame, he traído mucha ropa. No sé qué ponerme – la cogí del brazo y la llevé a su habitación conmigo.
- A ti te da igual lo que te diga que vas a hacer siempre lo que tú quieras, ¿no?
- Exacto – la sonreí. Me sacó la lengua. Abrí la bolsa y saqué un vestido azul- ¿qué te parece este? – resopló.
- Mira, me gusta más este – sacó un vestido negro de palabra de honor. Vaya, pensaba que no lo había metido – y si tienes los negros ya… ¡Sí, aquí están! – sacó unos tacones negros con algo más de tacón de lo que me gustaría.
- Sí hombre, con lo alta que soy, ¿quieres que la gente se asuste de mí de lo que mido? – Me miró mal.
- ________(tn) unos tacones te hacen las piernas bonitas, venga – bufé.
- Está bien… - me vestí y me calcé. Hice una mueca sonriendo, estos tacones tampoco me hacían tan alta.
- VAAAAAALE, ¡vamonos! – Me miré al espejo dando gracias por haber salido ya peinada de casa, tenía el pelo color miel cayendo liso hasta la altura del ombligo. Me había hecho algunas ondas por el pelo. Me gustaba. Myriam me cogió del brazo y me llevó a rastras por la casa. Tenía prisa, sí.
Bueno, para qué mentir, yo también estaba bastante ansiosa por esa fiesta…
Aunque tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar…
Entramos en la discoteca. Dios mío, eso era el paraíso de las fiestas. Miraras donde miraras había gente bailando y riendo. Fui a decirle algo a Myriam pero de repente no la vi. Había desaparecido. Me encogí de hombros y me quise dirigir a la barra cuando de repente me paralicé.
Oh Dios.
El puto acosador sabía que yo estaba aquí, y lo más seguro es que me estuviera observando. Recorrí la vista por el espacio que llegaba a ver pero no la veía. Me desesperé. No podía quedarme sola, no joder, no. Suspiré intentando tranquilizarme y pensar normalmente. Nadie iba a secuestrarme delante de cientos de personas, lo que tenía que hacer era no salir fuera sola o irme a algún lugar apartado.
Me acerqué a la barra y pedí un mojito. No me apetecía emborracharme pero los mojitos eran mi punto débil, y que la mujer con la que acababa de cruzarme llevara uno no ayudaba.
Me lo sirvieron, pagué y me di la vuelta para buscar a Myriam cuando me encontré con el hombre más sexy que había visto en mi vida. Era un chico bastante alto, tenía el pelo castaño algo largo y alborotado hacia arriba, ojos verdosos y una camisa blanca abierta por el pecho dejando ver el tatuaje de dos aves en él. Me sonrió.
- Hola – me guiñó el ojo derecho.
- Eh… ho-hola – sonreí. _______(tn), relájate, es solo un chico.
- ¿Qué haces aquí tan sola? – se lamió los labios, y maldita sea si una ola de calor no recorrió mi cuerpo cuando lo hizo.
- Yo… Bueno, venía con una amiga, pero la he perdido – rodé los ojos sonriendo.
- Mmm… Eres una desobediente – Lo miré confundida.
- ¿Eh?
Me agarró de las caderas, se inclinó a mi oído y me susurró.
- Ayer te dije que intentaras no quedarte sola… - abrí los ojos como platos - … que algo podía pasar… - inspiré, como si me faltara el aire. Estaba aterrada pero no podía moverme. Me lamió el lóbulo de la oreja y sentí su aliento de nuevo - ¿recuerdas? – volvió a lamerme el lóbulo.
Lo empujé y di dos pasos hacia atrás, chocándome con alguien a quien oí de fondo quejándose. Pero eso ahora no me importaba. Tenía a la persona que había convertido mis dos últimos meses en una pesadilla justo delante de mí. Me guiñó un ojo de nuevo, me sonrió pícaramente y desapareció entre la multitud.
Entonces reaccioné y empecé a buscar a Myriam por todos lados. ¿Dónde coño estaba?
Después de cinco minutos la vi a lo lejos. Por fin. Fui casi corriendo pasando entre la gente, la agarré del hombro y la di la vuelta.
- MYRIAM BLACK, ¿dónde coño estabas cuándo…? – Se me cortó la voz, estaba hablando con él.
- Ya he encontrado a tu amiga por ti – Me guiñó el ojo. ¿Qué hacía él con Myriam?
- ¿Qué haces aquí? – pregunté de malos modos – Vete joder, ¡vete! Déjame en paz, DÉJAME, ¡yo a ti no te he hecho nada!
- _______(tn), ¿qué te pasa? – Myriam me miraba con una ceja levantada – ha venido a decirme que me estabas buscando… Es un amor.
- Te he hecho un favor – me sonrió pícaramente. Eso iba con doble sentido. Gilipollas.
- Jódete – le saqué el dedo. Myriam me fulminó con la mirada y me cogió de la mano.
- Ven anda, acompáñame al baño que voy a mear – tiró de mí y volví a sacarle el dedo. Estúpido. Me sonrió y me hizo una señal de que me llamaría.
No pude ver más, Myriam ya me había metido en el baño.
- Vale, vas a decirme qué coño te pasa. ¿Estás mal de la cabeza? Claramente ese chico está por ti, y tú le estás mandando a la mierda. ¿PERO TÚ LE HAS VISTO? Ese pelo, esos ojos, esa camisa tan sexy…
- Myriam por favor… - Me apoyé en un lavabo y empecé a llorar. Esto me superaba.
- ¿ _______(tn)?
- ¿Sabes quién es ese? – me miró y negó con la cabeza. Entonces la expliqué lo de la llamada de ayer y lo que había ocurrido antes. Abrió los ojos como platos y se tapó la boca.
- ¿Qué dices? ¿Acabo de hablar con…? – asentí - ¿quieres que nos vayamos? – asentí de nuevo.
Salimos de la discoteca.
- Y esta vez te dejo en la puerta de casa, ni en la esquina de la calle ni mierdas – yo me limitaba a ir asintiendo – y mañana por la mañana vas a venir conmigo a comisaría, que ya fuimos hace mes y medio y no han hecho una mierda.
Subimos al coche y en 20 minutos ya estaba aparcando en la acera de enfrente de mi casa.
- Bueno, ya estás sana y salva – suspiró. Me bajé del coche y la abracé.
- Gracias – hizo un gesto indicando que no tenía importancia y arrancó. Observé cómo el coche desaparecía por la curva.
Me fui a dar la vuelta para entrar a casa cuando mi móvil empezó a sonar.
- ¿Diga?
- Te dije que no te quedaras sola – colgaron.
Me paralicé aterrada, tenía que entrar a casa ya. Atravesé corriendo la calzada y ya casi me sentía a salvo metiendo la llave en la cerradura cuando una especie de saco cayó sobre mi cabeza y hombros, y antes de que pudiera gritar, alguien metió la mano por debajo, obstaculizando mi respiración con un pañuelo. Vaya… Ese pañuelo tenía alguna especie de insomnio… Yo…
Cerré los ojos, y lo último de lo que fui consciente es de caer sobre alguna especie de asientos, un sonido de alguien cerrando una puerta y el motor de un coche arrancando. Y entonces me quedé dormida.
Tiré el móvil a la cama. ¿Cómo que Fabric? ¿Cómo sabía que yo iba a ir allí? ¿Cómo coño lo sabía? Oh venga, no me había dado ni tiempo a ponerlo en cualquier red social o por ahí para que el tío ese se enterara. Estaba muy asustada.
Pero tenía mi orgullo, y por un gilipollas que no paraba de molestarme no iba a quedarme sin ir a la mejor fiesta a la que iba a ir en mucho tiempo.
...
...
...
- ¡YO ABRO! – Bajé corriendo las escaleras, adelantándome a mi padre.
- ¿Quién es? – me preguntó.
- Es Myriam, me viene a buscar para ir a la fiesta - me callé, recordando que le dije que me quedaría a dormir en su casa – eh… de pijamas.
- Ah, vale – Se dio la vuelta y se dirigió al salón a terminar de ver el dichoso partido Manchester-Liverpool, que al parecer estaba interesante.
Abrí la puerta.
- ¿LISTA PARA LA FIESTA?
- ¿DE PIJAMAS? ¡SI! – Me miró extrañada.
- ¿Qué pij…? – La tapé la boca y le dije en bajito lo de mi padre.
- ¿Y cómo vas a llevar la ropa?
- En esta bolsa – La guiñé un ojo mientras elevaba una bolsa de cartón con mi mano izquierda – Me dejas cambiarme en tu casa ¿verdad? – Me miró mal – Claro que me dejas – Rodó los ojos riendo - ¡Adiós papá! – Me despedí mirándolo. Me hizo un gesto de despedida sin mirarme y salí de casa, no sin antes coger las llaves.
Monté en el coche de Myriam. Se había sacado el carné hace unos meses, poco después de su décimo-octavo cumpleaños. Siempre había tenido prisa por uno.
Llegamos a su casa y entramos.
- Ven conmigo y ayúdame, he traído mucha ropa. No sé qué ponerme – la cogí del brazo y la llevé a su habitación conmigo.
- A ti te da igual lo que te diga que vas a hacer siempre lo que tú quieras, ¿no?
- Exacto – la sonreí. Me sacó la lengua. Abrí la bolsa y saqué un vestido azul- ¿qué te parece este? – resopló.
- Mira, me gusta más este – sacó un vestido negro de palabra de honor. Vaya, pensaba que no lo había metido – y si tienes los negros ya… ¡Sí, aquí están! – sacó unos tacones negros con algo más de tacón de lo que me gustaría.
- Sí hombre, con lo alta que soy, ¿quieres que la gente se asuste de mí de lo que mido? – Me miró mal.
- ________(tn) unos tacones te hacen las piernas bonitas, venga – bufé.
- Está bien… - me vestí y me calcé. Hice una mueca sonriendo, estos tacones tampoco me hacían tan alta.
- VAAAAAALE, ¡vamonos! – Me miré al espejo dando gracias por haber salido ya peinada de casa, tenía el pelo color miel cayendo liso hasta la altura del ombligo. Me había hecho algunas ondas por el pelo. Me gustaba. Myriam me cogió del brazo y me llevó a rastras por la casa. Tenía prisa, sí.
Bueno, para qué mentir, yo también estaba bastante ansiosa por esa fiesta…
Aunque tenía el presentimiento de que algo malo iba a pasar…
Entramos en la discoteca. Dios mío, eso era el paraíso de las fiestas. Miraras donde miraras había gente bailando y riendo. Fui a decirle algo a Myriam pero de repente no la vi. Había desaparecido. Me encogí de hombros y me quise dirigir a la barra cuando de repente me paralicé.
Oh Dios.
El puto acosador sabía que yo estaba aquí, y lo más seguro es que me estuviera observando. Recorrí la vista por el espacio que llegaba a ver pero no la veía. Me desesperé. No podía quedarme sola, no joder, no. Suspiré intentando tranquilizarme y pensar normalmente. Nadie iba a secuestrarme delante de cientos de personas, lo que tenía que hacer era no salir fuera sola o irme a algún lugar apartado.
Me acerqué a la barra y pedí un mojito. No me apetecía emborracharme pero los mojitos eran mi punto débil, y que la mujer con la que acababa de cruzarme llevara uno no ayudaba.
Me lo sirvieron, pagué y me di la vuelta para buscar a Myriam cuando me encontré con el hombre más sexy que había visto en mi vida. Era un chico bastante alto, tenía el pelo castaño algo largo y alborotado hacia arriba, ojos verdosos y una camisa blanca abierta por el pecho dejando ver el tatuaje de dos aves en él. Me sonrió.
- Hola – me guiñó el ojo derecho.
- Eh… ho-hola – sonreí. _______(tn), relájate, es solo un chico.
- ¿Qué haces aquí tan sola? – se lamió los labios, y maldita sea si una ola de calor no recorrió mi cuerpo cuando lo hizo.
- Yo… Bueno, venía con una amiga, pero la he perdido – rodé los ojos sonriendo.
- Mmm… Eres una desobediente – Lo miré confundida.
- ¿Eh?
Me agarró de las caderas, se inclinó a mi oído y me susurró.
- Ayer te dije que intentaras no quedarte sola… - abrí los ojos como platos - … que algo podía pasar… - inspiré, como si me faltara el aire. Estaba aterrada pero no podía moverme. Me lamió el lóbulo de la oreja y sentí su aliento de nuevo - ¿recuerdas? – volvió a lamerme el lóbulo.
Lo empujé y di dos pasos hacia atrás, chocándome con alguien a quien oí de fondo quejándose. Pero eso ahora no me importaba. Tenía a la persona que había convertido mis dos últimos meses en una pesadilla justo delante de mí. Me guiñó un ojo de nuevo, me sonrió pícaramente y desapareció entre la multitud.
Entonces reaccioné y empecé a buscar a Myriam por todos lados. ¿Dónde coño estaba?
Después de cinco minutos la vi a lo lejos. Por fin. Fui casi corriendo pasando entre la gente, la agarré del hombro y la di la vuelta.
- MYRIAM BLACK, ¿dónde coño estabas cuándo…? – Se me cortó la voz, estaba hablando con él.
- Ya he encontrado a tu amiga por ti – Me guiñó el ojo. ¿Qué hacía él con Myriam?
- ¿Qué haces aquí? – pregunté de malos modos – Vete joder, ¡vete! Déjame en paz, DÉJAME, ¡yo a ti no te he hecho nada!
- _______(tn), ¿qué te pasa? – Myriam me miraba con una ceja levantada – ha venido a decirme que me estabas buscando… Es un amor.
- Te he hecho un favor – me sonrió pícaramente. Eso iba con doble sentido. Gilipollas.
- Jódete – le saqué el dedo. Myriam me fulminó con la mirada y me cogió de la mano.
- Ven anda, acompáñame al baño que voy a mear – tiró de mí y volví a sacarle el dedo. Estúpido. Me sonrió y me hizo una señal de que me llamaría.
No pude ver más, Myriam ya me había metido en el baño.
- Vale, vas a decirme qué coño te pasa. ¿Estás mal de la cabeza? Claramente ese chico está por ti, y tú le estás mandando a la mierda. ¿PERO TÚ LE HAS VISTO? Ese pelo, esos ojos, esa camisa tan sexy…
- Myriam por favor… - Me apoyé en un lavabo y empecé a llorar. Esto me superaba.
- ¿ _______(tn)?
- ¿Sabes quién es ese? – me miró y negó con la cabeza. Entonces la expliqué lo de la llamada de ayer y lo que había ocurrido antes. Abrió los ojos como platos y se tapó la boca.
- ¿Qué dices? ¿Acabo de hablar con…? – asentí - ¿quieres que nos vayamos? – asentí de nuevo.
Salimos de la discoteca.
- Y esta vez te dejo en la puerta de casa, ni en la esquina de la calle ni mierdas – yo me limitaba a ir asintiendo – y mañana por la mañana vas a venir conmigo a comisaría, que ya fuimos hace mes y medio y no han hecho una mierda.
Subimos al coche y en 20 minutos ya estaba aparcando en la acera de enfrente de mi casa.
- Bueno, ya estás sana y salva – suspiró. Me bajé del coche y la abracé.
- Gracias – hizo un gesto indicando que no tenía importancia y arrancó. Observé cómo el coche desaparecía por la curva.
Me fui a dar la vuelta para entrar a casa cuando mi móvil empezó a sonar.
- ¿Diga?
- Te dije que no te quedaras sola – colgaron.
Me paralicé aterrada, tenía que entrar a casa ya. Atravesé corriendo la calzada y ya casi me sentía a salvo metiendo la llave en la cerradura cuando una especie de saco cayó sobre mi cabeza y hombros, y antes de que pudiera gritar, alguien metió la mano por debajo, obstaculizando mi respiración con un pañuelo. Vaya… Ese pañuelo tenía alguna especie de insomnio… Yo…
Cerré los ojos, y lo último de lo que fui consciente es de caer sobre alguna especie de asientos, un sonido de alguien cerrando una puerta y el motor de un coche arrancando. Y entonces me quedé dormida.
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Aquí dejo el primer y segundo cap, a ver si les va gustando la nove, mi forma de escribir idk. Gracias por leerla y no me seais fantasmas, con un "seguilaaaa" me vale :)
En cuanto haya dos comentarios de dos personas subo el terceroooo :(L):
En cuanto haya dos comentarios de dos personas subo el terceroooo :(L):
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
holaaaaa
nueva lectora! me gusta como escribes :3
siguela pronto si?
Besos!
nueva lectora! me gusta como escribes :3
siguela pronto si?
Besos!
Wiskis
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
ANDYYYYY SETITA MIAAA SIGUELAA QUE NOS TIENES A TODAS MUERTAS DE MIEDO Y DUJSOOSJSIIDD Y MIEDO Y Y Y que eso.. Que sigas. TE QUIEROOOOOOO
laurastyles97
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
oh esta super woooooo me en canta jajajajjaj xhgjdrhtgh
cuando la perseguia yo tipo :
cuando vi lo sexy que era :
y ahora :
haceme lo que quieras hazza mmmm jajajaja esta mmmmumuuuuyy buena tienes que seguirla si no me muero oh por dios esta genial me muero por dios dale segui si no te voy a ir a buscar a tu casa y y te voy a cortar la cabeza ... nah mentira ...
no enserio
si no la sigues me muero es algo de vida o muerte
oh no la estamos perdiendo se nos va oh no nnnoooooooo
vez eso puede pasar si no la sigues pero bueno seguiela que es genial esta super y te estoy cansando pero bueno pero es tan senhfijrhurehuerhufgrhe la amo esnserio bueno chau te quiero dfoirshori :)
ah y otra cosa
s
e
g
u
i
l
a
please por todas las directioner
kiesses
cuando la perseguia yo tipo :
cuando vi lo sexy que era :
y ahora :
haceme lo que quieras hazza mmmm jajajaja esta mmmmumuuuuyy buena tienes que seguirla si no me muero oh por dios esta genial me muero por dios dale segui si no te voy a ir a buscar a tu casa y y te voy a cortar la cabeza ... nah mentira ...
no enserio
si no la sigues me muero es algo de vida o muerte
oh no la estamos perdiendo se nos va oh no nnnoooooooo
vez eso puede pasar si no la sigues pero bueno seguiela que es genial esta super y te estoy cansando pero bueno pero es tan senhfijrhurehuerhufgrhe la amo esnserio bueno chau te quiero dfoirshori :)
ah y otra cosa
s
e
g
u
i
l
a
please por todas las directioner
kiesses
fatiama daniela
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Oooooooooooo
jacqueline ya viene a molestar jajajajajajajaj ok no
me gustaron mucho mucho mucho mucho me enamoré jajajjaja siguela
jacqueline ya viene a molestar jajajajajajajaj ok no
me gustaron mucho mucho mucho mucho me enamoré jajajjaja siguela
jacqueline molina
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Capítulo 3
Abrí los ojos. Tenía sensación de pesadez, y sueño. ¿Dónde estaba?
Me senté en la cama y abrí los ojos bien. Vale, ya recordaba qué había pasado. Di un golpe en la cama con rabia, no podía ser verdad que había conseguido secuestrarme. Miré alrededor, estaba en una especie de desván encima de una cama solo provista de una manta. Nada más. Vi una puerta al final de la sala y quise comprobar que estaba cerrada. Me levanté y avancé hacia ella. Giré el pomo. Estaba abierta, para mi sorpresa. La abrí del todo y me encontré con unas escaleras que subían para arriba. La cerré y me di la vuelta. Entonces escuché unos pasos que bajaban. Me aterroricé, fui corriendo a la cama y me arropé hasta las orejas, de espaldas a la puerta.
Oí un chirrido a mis espaldas y adiviné que alguien había abierto la puerta. Cerré los ojos con fuerza mientras sentía cómo unos pasos se acercaban donde yo estaba.
- Sé que estás despierta – Esa voz… No podía ser… - Mírame – Esa voz era la del teléfono pero no la que escuché dos días antes – Gatita… - Era una voz grave y ronca. Áspera. Sexy. Sin duda era la del chico de la discoteca.
- No quiero mirarte.
Sentí cómo se hundía el colchón a mi lado, indicando que alguien se había subido conmigo. Él. Sentí una mano destaparme la cara y acariciarme la mejilla. Me la quité de encima.
- Déjame ir – Dije. Él rió.
- ¿Por qué debería dejarte ir?
- Me tienes aquí contra mi voluntad.
- Ya – Lo miré. No llevaba camiseta, por lo que pude ver todos sus tatuajes. Dos aves en los pectorales, una mariposa negra en el vientre, y muchos más repartidos por los brazos y costados. Me gustaba. Mucho. Una ola de calor parecida a la que sentí ayer recorrió mi cuerpo.
¿Qué coño? ¡No podía sentirme atraída por mi secuestrador!
- Mañana nos vamos de aquí – dijo de repente.
- ¿Dónde? – rió
- A ti te lo voy a decir – Suspiré. Volví a acurrucarme.
- ¿Por qué me has estado persiguiendo todo este tiempo?
- ¿Yo? – Le oí reír – Gatita, el que te ha estado persiguiendo y el que te ha secuestrado no he sido yo. Yo no hago el trabajo sucio.
- Pero ¿por qué querías secuestrarme? – Lo miré. De repente se puso tenso y bajó la mirada. Parecía dolido por algo.
- Mañana nos vamos de aquí – Se levantó y se dirigió a la puerta. Yo le estaba mirando, esos shorts le quedaban realmente bien…
¡________(tn), ya!
Abrió la puerta, pero antes de salir se dio la vuelta y me miró.
- Iré a comprarte ropa, donde nosotros vamos no habrá dónde comprarla.
- Eh… - No sabía qué decir - ¿gracias? – Sonrió y negó con la cabeza.
- Aún no puedo creer que no sepas quién soy – Salió y cerró la puerta detrás suya.
¿Cómo? ¿Se supone que tenía que saber quién era él? ¿Por qué? ¿Lo conocía? Me senté en la cama. No podía ser, yo no lo conocía.
Escuché una puerta cerrarse en el piso de arriba, e intuí que el chico ese había salido. Entonces me atreví a salir de la habitación. Avancé hacia la puerta y giré el pomo. ¡No estaba cerrada! Subí las escaleras sigilosamente por si acaso había alguien más en la casa. Terminé de subirlas, pero no vi ninguna persona en esa especie de hall. La puerta principal estaba a unos pasos. Avancé casi diciéndome que era una tontería probar.
Sí, estaba cerrada. Era de esperar. Suspiré. Tenía sed. Busqué la cocina y entré. Abrí el frigorífico y bebí un poco de agua. ¿Qué hora era? Estaba completamente perdida, ya había descubierto que el móvil y las llaves me habían desaparecido, así que no pude mirar la hora ni llamar a nadie.
Entré en el salón y vi un reloj enorme colgado, pero estaba parado. Rodé los ojos y abrí otra puerta. Una habitación. ¿Me había llevado a su casa? Vi un reloj digital y por fin supe la hora, las 17:30. ¿Cuánto había dormido? Unas once horas o así, wow.
Di dos pasos, quería ver cómo era la habitación. Era rectangular, tenía una cama pegada a la pared y una mesa auxiliar al lado. Pegada a la pared izquierda había una mesa y una silla. Vi una especie de álbum y me llamó la atención.
Me senté en la silla y lo abrí. Lo que vi me dejó impactada. ¡Era yo hacía lo menos tres años! Pero ¿qué le pasaba a este tío? Pasé la página, yo otra vez. Estaba con Myriam en el centro comercial. La siguiente página era yo unos meses después en el cumpleaños de Laura. Seguí pasando las hojas, en todas salía yo. Cuando me hice el esguince en la rodilla, cuando me vendaron la mano… En cada página estaba un poco más mayor. Mi pelo más largo, mi cuerpo más desarrollado…
Oí un portazo y salté en el sitio. Mierda, acababa de llegar. Me levanté de la silla y cerré el álbum. Me asomé por la puerta y le vi dejar dos bolsas en el salón. Se quitó la camiseta y empezó a caminar hacia la habitación. Di varios pasos hacia atrás… Joder, menuda estúpida, tendría que haberme quedado tranquilita en el desván… Entró en la habitación con su camiseta color marrón en el brazo. Me miró y cogió el álbum con mirada asustada.
- Olvidé cerrar la puerta del desván, vaya.
- Eh… Ese álbum… Yo…
- ¿Has llegado al final?
- ¿Eh?
- ¡Que si has llegado al final, joder! – Dejó el álbum encima de la mesa y se acercó a mí.
- No, he llegado hasta esa vez que me fui a cenar a la pizzería hace como año y medio – Cerró los ojos y suspiró. Parecía aliviado, ¿qué habría al final de ese álbum?
De repente me sonrió pícaramente y se acercó a mí. Di dos pasos hacia atrás, chocándome con la pared. Me apreté contra esta. Tenía miedo, mucho. Él se seguía acercando a mí. Colocó cada brazo a un lado mío como si no quisiera que me escapara e inclinó la cabeza. Me lamió el lóbulo, una ola de calor recorrió mi cuerpo de nuevo.
- ¿Sabes? – Me susurró – Tenemos la cama al lado – Bajó sus manos a mis costados y empezó a repartir besos en mi cuello.
- Ni… joder. Ni lo sueñes – No podía casi hablar, me estaba volviendo loca. ¿Por qué tenía que ser tan sexy? Si fuera menos orgullosa probablemente me habría dejado llevar, pero no. Oh no, él no iba a salirse con la suya. Lo empujé – ¡Suéltame!
- Mhm… Me pone cuando estás enfadada… Pero ¿sabes? Tienes razón. Mejor esperamos a estar donde vamos a ir mañana y aprovechamos la cama de allí – Se separó de mí y me guiñó un ojo – Pruébate la ropa que te he comprado.
Abrí los ojos. Tenía sensación de pesadez, y sueño. ¿Dónde estaba?
Me senté en la cama y abrí los ojos bien. Vale, ya recordaba qué había pasado. Di un golpe en la cama con rabia, no podía ser verdad que había conseguido secuestrarme. Miré alrededor, estaba en una especie de desván encima de una cama solo provista de una manta. Nada más. Vi una puerta al final de la sala y quise comprobar que estaba cerrada. Me levanté y avancé hacia ella. Giré el pomo. Estaba abierta, para mi sorpresa. La abrí del todo y me encontré con unas escaleras que subían para arriba. La cerré y me di la vuelta. Entonces escuché unos pasos que bajaban. Me aterroricé, fui corriendo a la cama y me arropé hasta las orejas, de espaldas a la puerta.
Oí un chirrido a mis espaldas y adiviné que alguien había abierto la puerta. Cerré los ojos con fuerza mientras sentía cómo unos pasos se acercaban donde yo estaba.
- Sé que estás despierta – Esa voz… No podía ser… - Mírame – Esa voz era la del teléfono pero no la que escuché dos días antes – Gatita… - Era una voz grave y ronca. Áspera. Sexy. Sin duda era la del chico de la discoteca.
- No quiero mirarte.
Sentí cómo se hundía el colchón a mi lado, indicando que alguien se había subido conmigo. Él. Sentí una mano destaparme la cara y acariciarme la mejilla. Me la quité de encima.
- Déjame ir – Dije. Él rió.
- ¿Por qué debería dejarte ir?
- Me tienes aquí contra mi voluntad.
- Ya – Lo miré. No llevaba camiseta, por lo que pude ver todos sus tatuajes. Dos aves en los pectorales, una mariposa negra en el vientre, y muchos más repartidos por los brazos y costados. Me gustaba. Mucho. Una ola de calor parecida a la que sentí ayer recorrió mi cuerpo.
¿Qué coño? ¡No podía sentirme atraída por mi secuestrador!
- Mañana nos vamos de aquí – dijo de repente.
- ¿Dónde? – rió
- A ti te lo voy a decir – Suspiré. Volví a acurrucarme.
- ¿Por qué me has estado persiguiendo todo este tiempo?
- ¿Yo? – Le oí reír – Gatita, el que te ha estado persiguiendo y el que te ha secuestrado no he sido yo. Yo no hago el trabajo sucio.
- Pero ¿por qué querías secuestrarme? – Lo miré. De repente se puso tenso y bajó la mirada. Parecía dolido por algo.
- Mañana nos vamos de aquí – Se levantó y se dirigió a la puerta. Yo le estaba mirando, esos shorts le quedaban realmente bien…
¡________(tn), ya!
Abrió la puerta, pero antes de salir se dio la vuelta y me miró.
- Iré a comprarte ropa, donde nosotros vamos no habrá dónde comprarla.
- Eh… - No sabía qué decir - ¿gracias? – Sonrió y negó con la cabeza.
- Aún no puedo creer que no sepas quién soy – Salió y cerró la puerta detrás suya.
¿Cómo? ¿Se supone que tenía que saber quién era él? ¿Por qué? ¿Lo conocía? Me senté en la cama. No podía ser, yo no lo conocía.
Escuché una puerta cerrarse en el piso de arriba, e intuí que el chico ese había salido. Entonces me atreví a salir de la habitación. Avancé hacia la puerta y giré el pomo. ¡No estaba cerrada! Subí las escaleras sigilosamente por si acaso había alguien más en la casa. Terminé de subirlas, pero no vi ninguna persona en esa especie de hall. La puerta principal estaba a unos pasos. Avancé casi diciéndome que era una tontería probar.
Sí, estaba cerrada. Era de esperar. Suspiré. Tenía sed. Busqué la cocina y entré. Abrí el frigorífico y bebí un poco de agua. ¿Qué hora era? Estaba completamente perdida, ya había descubierto que el móvil y las llaves me habían desaparecido, así que no pude mirar la hora ni llamar a nadie.
Entré en el salón y vi un reloj enorme colgado, pero estaba parado. Rodé los ojos y abrí otra puerta. Una habitación. ¿Me había llevado a su casa? Vi un reloj digital y por fin supe la hora, las 17:30. ¿Cuánto había dormido? Unas once horas o así, wow.
Di dos pasos, quería ver cómo era la habitación. Era rectangular, tenía una cama pegada a la pared y una mesa auxiliar al lado. Pegada a la pared izquierda había una mesa y una silla. Vi una especie de álbum y me llamó la atención.
Me senté en la silla y lo abrí. Lo que vi me dejó impactada. ¡Era yo hacía lo menos tres años! Pero ¿qué le pasaba a este tío? Pasé la página, yo otra vez. Estaba con Myriam en el centro comercial. La siguiente página era yo unos meses después en el cumpleaños de Laura. Seguí pasando las hojas, en todas salía yo. Cuando me hice el esguince en la rodilla, cuando me vendaron la mano… En cada página estaba un poco más mayor. Mi pelo más largo, mi cuerpo más desarrollado…
Oí un portazo y salté en el sitio. Mierda, acababa de llegar. Me levanté de la silla y cerré el álbum. Me asomé por la puerta y le vi dejar dos bolsas en el salón. Se quitó la camiseta y empezó a caminar hacia la habitación. Di varios pasos hacia atrás… Joder, menuda estúpida, tendría que haberme quedado tranquilita en el desván… Entró en la habitación con su camiseta color marrón en el brazo. Me miró y cogió el álbum con mirada asustada.
- Olvidé cerrar la puerta del desván, vaya.
- Eh… Ese álbum… Yo…
- ¿Has llegado al final?
- ¿Eh?
- ¡Que si has llegado al final, joder! – Dejó el álbum encima de la mesa y se acercó a mí.
- No, he llegado hasta esa vez que me fui a cenar a la pizzería hace como año y medio – Cerró los ojos y suspiró. Parecía aliviado, ¿qué habría al final de ese álbum?
De repente me sonrió pícaramente y se acercó a mí. Di dos pasos hacia atrás, chocándome con la pared. Me apreté contra esta. Tenía miedo, mucho. Él se seguía acercando a mí. Colocó cada brazo a un lado mío como si no quisiera que me escapara e inclinó la cabeza. Me lamió el lóbulo, una ola de calor recorrió mi cuerpo de nuevo.
- ¿Sabes? – Me susurró – Tenemos la cama al lado – Bajó sus manos a mis costados y empezó a repartir besos en mi cuello.
- Ni… joder. Ni lo sueñes – No podía casi hablar, me estaba volviendo loca. ¿Por qué tenía que ser tan sexy? Si fuera menos orgullosa probablemente me habría dejado llevar, pero no. Oh no, él no iba a salirse con la suya. Lo empujé – ¡Suéltame!
- Mhm… Me pone cuando estás enfadada… Pero ¿sabes? Tienes razón. Mejor esperamos a estar donde vamos a ir mañana y aprovechamos la cama de allí – Se separó de mí y me guiñó un ojo – Pruébate la ropa que te he comprado.
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Amoreeees :) Sé que prometí subir en cuanto tuviera dos comentarios, pero no me esperaba tener cuatro tan pronto y además he estado algo ocupada :/
¿Qué tal la novela? ¿Os gusta? Estaba en la cama antes de dormirme pensando y me vino la inspiración hahaha.
Comeeeeeenten mucho mucho, os quierooo :(L):
¿Qué tal la novela? ¿Os gusta? Estaba en la cama antes de dormirme pensando y me vino la inspiración hahaha.
Comeeeeeenten mucho mucho, os quierooo :(L):
partywithidols
Re: ¿Enamorada de mi secuestrador? {Harry Styles y tú} {Hot}
Bienvenida cielo!! Muchísimas graciassss :amor:Wiskis escribió:holaaaaa
nueva lectora! me gusta como escribes :3
siguela pronto si?
Besos!
Seguida está, un besitoooo :(L):
partywithidols
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