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AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 1/7
Capitulo 3
Capitulo 3
Tabitha colgó el teléfono, sintiéndose un poco rara por su conversación. Y se sentía aún más extraña por la predicción de Amanda acerca de su salud. La preocupaba mucho, especialmente cuando estaba combinada con su propia sensación de intranquilidad.
Casi había muerto dos veces tres años atrás, cuando Desiderius había intentado asesinar a Amanda y a Nick. Desde entonces, ningún Daimon se había acercado a ella. Principalmente porque había perfeccionado sus habilidades y se había vuelto mucho más observadora.
Pero los de la noche anterior…
Habían sido difíciles de matar, y un grupo de ellos había escapado. Seguramente no regresarían. La mayoría de los Daimons desocupaban el área rápidamente luego de cruzarse con ella, o con uno de los Dark Hunters. La valentía no era precisamente algo por lo que fueran conocidos: como eran jóvenes, y la idea era mantenerse con vida, muy pocos Daimons querían competir con el ejército de Artemisa, el cual constaba de guerreros con cientos, si no miles, de años de experiencia en combatirlos.
Sólo Desiderius —quien había sido mitad dios— había poseído la fuerza y estupidez suficientes como para pelear con los Dark Hunters.
No, los Daimons de la noche pasada se habían ido, y ella estaría bien. Amanda debía haber comido algo en mal estado, o algo así.
Regresó junto a Zayn, que estaba terminando con su cena.
—¿Cuáles son tus poderes? —le preguntó.
Él pareció un poquito desconcertado ante la pregunta.
—¿Perdón?
—Tus poderes de Dark Hunter. ¿Incluyen premoniciones o precogniciones?
—No —dijo él antes de tomar un trago de vino—. Como la mayoría de los Dark Hunters romanos, salí bastante, y por favor disculpa lo burdo de esto, “perjudicado” en ese departamento.
Tabitha frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
Él respiró hondo antes de responder.
—A Artemisa no le importaba el hecho de que en Roma ella no fuese una deidad importante. Más bien, era principalmente venerada por nuestras clases más bajas, los esclavos y las mujeres. Así que mudó su rencor a nosotros cuando fuimos creados. Soy más fuerte y más ágil que un humano, pero no poseo los elevados poderes psíquicos que tienen el resto de los Dark Hunters.
—¿Entonces cómo te las arreglas para luchar contra los Daimons?
Él se encogió de hombros.
—Del mismo modo que tú. Peleo más habilidosamente que ellos.
Sí, tal vez, pero ella se encontraba ensangrentada con frecuencia luego de sus batallas. Se preguntaba qué tan seguido le pasaba a él también. Era difícil luchar contra un Daimon siendo humana.
—Eso no está bien —dijo Tabitha, enojada en su nombre por que Artemisa hubiese creado una desigualdad semejante entre sus Dark Hunters.
¿Cómo podía la diosa hacerlos flojos, sabiendo lo que tenían que enfrentar?
Hombre, Simi tenía razón. Artemisa era una diosa-bruja.
Zayn frunció el ceño ante la furia que escuchó en la voz de Tabitha. No estaba acostumbrado a que nadie se pusiera de su lado en ningún asunto. Ni como hombre, ni como Dark Hunter. Siempre había parecido ser su desdicha terminar del lado de los perdedores en cualquier asunto, sin importar si estaba en lo correcto o no.
—Pocas cosas son justas alguna vez —Tomó lo último de su vino y se puso de pie, luego inclinó la cabeza hacia ella—. Gracias por la comida.
—Cuando quieras, Z.
Él se puso rígido cuando ella utilizó el sobrenombre que despreciaba. Las únicas personas que lo habían usado habían sido su hermano Markus y su padre, y sólo para burlarse de él o menospreciarlo.
—Mi nombre es Zayn.
Ella lo miró secamente.
—No puedo decirte Zayn. Por dios. Suena como un auto italiano roto. Y cada vez que escucho ese nombre siento una profunda necesidad de decir “Vo-la-re, Oh, oh, oh”, y luego empiezo a pensar en la película “The Hollywood Knights” y créeme, no quieres que empiece con eso. Así que, para rescatar mi cordura de esa canción de porquería haciendo eco en mi cabeza, e imágenes de una lunática corriendo por el gimnasio de la secundaria haciendo cosas innombrables, puedes ser conocido como Z o Pastelito.
Su mirada oscureció.
—Mi nombre es Zayn, y no responderé a Val.
Ella se encogió de hombros.
—Bien, entonces, Pastelito, será como tú quieras.
Él abrió la boca para protestar, pero ya sabía que no le convenía discutir. Tabitha tenía un modo de salirse con la suya, y malditos fueran todos los razonamientos.
—Muy bien —dijo él de mala gana—, toleraré Z. Pero sólo proviniendo de ti.
Ella sonrió.
—¿Ves que no duele? De cualquier modo, ¿por qué odias ese sobrenombre?
—Es vulgar.
Ella puso los ojos en blanco.
—Debes ser realmente divertido en la cama —le dijo sarcásticamente.
Valerius estaba asombrado por sus palabras.
—¿Discúlpame?
—Simplemente me pregunto cómo sería hacer el amor con un hombre que está tan preocupado con ser rígido, pero… Nah. No puedo imaginar a alguien tan majestuoso haciéndolo del modo sucio.
—Te lo aseguro, jamás he tenido quejas en lo que a eso se refiere.
—¿En serio? Entonces debes estar acostándote con mujeres que son tan frías que podrías hacer cubitos de hielo sobre ellas.
Él se dio vuelta, para abandonar la habitación.
—No estamos teniendo esta discusión.
Pero ella no le dio un alivio temporal mientras lo seguía hacia la escalera.
—¿Eras así en Roma? Quiero decir, por lo que he leído, ustedes eran crudos con la sexualidad.
—Sólo puedo imaginar las mentiras que cuentan.
—¿Entonces siempre eran así de convencionales?
—¿Qué te importa?
Su respuesta lo sorprendió, mientras ella lo hacía detener.
—Porque estoy intentando deducir qué te hizo ser como eres ahora. Eres tan cerrado, que eres apenas humano.
—No soy humano, señorita Devereaux. En caso de que no se haya dado cuenta, soy uno de los condenados.
—Bebé, abre los ojos y mira alrededor. Todos estamos condenados de un modo u otro. Pero estar condenado es muy diferente a estar muerto. Y tú vives como si lo estuvieras.
—También lo estoy.
Ella echó una ardiente mirada sobre su delicioso cuerpo.
—Te ves extraordinariamente en forma para ser un hombre muerto.
Su rostro se endureció.
—Ni siquiera me conoces.
—No, es verdad. Pero la pregunta es, ¿tú te conoces?
—Soy el único que me conoce.
Y esa simple oración le dijo todo lo que necesitaba saber sobre él.
Estaba solo.
Tabitha quería acercarse, pero podía sentir que necesitaba darle algo de espacio. Él no estaba acostumbrado a interactuar con gente como ella… pero en realidad, pocos lo estaban.
Como la Abuela Flora, la vidente gitana de su familia, siempre decía, Tabitha tendía a abalanzarse sobre la gente como un tren de carga y segarlos en el sitio donde se encontraban.
Tabitha suspiró mientras él daba otro paso para alejarse de ella.
—De cualquier modo, ¿cuántos años tienes?
—Dos mil cient…
—No —lo interrumpió—. No los años de Dark Hunter. ¿Cuántos tenías cuando falleciste?
Ella sintió que una profunda ola de dolor lo atravesaba ante el pensamiento.
—Treinta.
—¿Treinta? Por dios, actúas como un viejo arrugado de mal genio. ¿Nadie se reía en el sitio del que provienes?
—No —dijo él sencillamente—. La risa no era tolerada ni consentida.
Tabitha no podía respirar mientras comprendía las palabras de Zayn, y recordó la visión de las cicatrices en su espalda.
—¿Nunca?
Él no respondió. En cambio, continuó subiendo las escaleras.
—Debería retirarme ahora.
—Espera —le dijo, apresurándose para adelantarse y hacer que se quedara quieto.
Giró para enfrentarlo.
Podía sentir la agitación en su interior. El sufrimiento. La confusión. Sabía lo odiado que era este hombre. Quizás se lo merecía, pero muy dentro de ella, no estaba tan segura.
La gente no se apartaba del mundo sin una razón. Nadie era tan estoico alegremente.
Y en ese momento, se dio cuenta de algo. Era su mecanismo de defensa. Ella se volvía insolente y salvaje cada vez que estaba de mal humor o incómoda.
Él se volvía frío. Formal.
Esa era su fachada.
—Lamento si dije algo que te ofendió. Mis hermanas frecuentemente dicen que he convertido el ofender a la gente en una forma de arte.
Una sonrisa tironeó del borde de sus labios y, si no se confundía, sus ojos se suavizaron ligeramente.
—No me ofendiste.
—Bien.
Zayn estaba tentado de quedarse allí y hablar con ella, pero se sentía incómodo ante esa idea. Jamás había sido el tipo de persona con la que los demás hablaban. Incluso mientras era un hombre, sus conversaciones habían girado en torno a tácticas de guerra, filosofía y política. Jamás chácharas.
Sus conversaciones con mujeres habían sido incluso menos que sus conversaciones con hombres. Ni siquiera Agrippina había hablado realmente alguna vez con él. Habían intercambiado comentarios, pero ella nunca había compartido sus opiniones con él. Simplemente estaba de acuerdo con él, y hacía lo que le pedía.
Tenía la sensación que Tabitha jamás estaría de acuerdo con nadie, aunque supiese que la otra persona tenía razón. Parecía una cuestión de principios tener que estar en desacuerdo con todo.
—¿Siempre eres tan franca? —le preguntó.
issadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 2/7
Capitulo 3 Parte 2
Ella sonrió ampliamente.
À Dame tres pasos.
À Personaje de una novela del autor Gordon R. Dickson.
À Puede ser traducido como “El derecho de armar a los osos”, o “El derecho de armar a los hombres torpes”
À Serie de libros de ciencia-ficción militar. “Los golpeadores de Hammer.”
À El rápido shaman
Capitulo 3 Parte 2
Ella sonrió ampliamente.
—No conozco otro modo.
De pronto la canción “Gimme Three Steps” de Lynyrd Skynyrd comenzó a sonar en la radio.
Tabitha dejó escapar un pequeño chillido de felicidad y bajó corriendo las escaleras. Zayn apenas tuvo tiempo de parpadear antes de que ella subiera el volumen y corriera de regreso hacia él.
—Amo esta canción —dijo, mientras bailaba al ritmo. A Zayn le resultó difícil concentrarse en cualquier otra cosa que no fuera el balanceo de sus caderas mientras bailaba y cantaba la canción—. Vamos, ¡baila conmigo! —dijo, en el primer solo de guitarra.
Subió las escaleras para tomarlo de la mano.
—En realidad esta no es música para bailar.
—Claro que sí —dijo, antes de comenzar con el coro.
A pesar de sí mismo, él estaba enormemente entretenido por Tabitha. En toda su vida, jamás había conocido a nadie que disfrutase tanto de la vida, que sintiera semejante placer por algo tan sencillo.
—Vamos —intentó de nuevo cuando la parte cantada terminó—. Es una canción genial. Tienes que admirar a cualquiera que pueda rimar “leñador” con “el gritón con la cabeza de color” —dijo, guiñándole el ojo.
Zayn rió.
Tabitha se quedó muda.
—Oh, mi dios, él sí sabe cómo reír.
—Sé cómo reír —dijo Zayn suavemente.
Lo hizo bajar de la escalera y bailó a su alrededor antes de usarlo como palo y continuar bailando.
Ella se dejó ir, chasqueó los dedos y serpenteó hacia abajo antes de volver a levantarse.
—Creo que un día vas a destrozar esos mocasines lustrados a mano y terminarás soltándote.
Zayn aclaró su garganta e intentó imaginar algo así. No era posible. Había existido una época, cuando era humano, en la que podía haberlo intentado.
Pero esos días habían desaparecido mucho tiempo atrás.
Cada vez que había intentado ser algo diferente a lo que era, otra persona había pagado un precio terrible por eso. Así que había aprendido a mantenerse del modo en que era, y dejar en paz a los demás.
Era lo mejor.
Tabitha observó cómo su rostro se volvía de piedra una vez más. Suspiró. ¿Qué haría falta para llegar a este tipo? Para alguien que era inmortal, ciertamente no parecía disfrutar mucho de la vida.
Pese a todos los defectos de Nick, tenía que darle crédito. El antiguo General griego disfrutaba de cada respiración que tomaba. Vivía su vida al máximo.
Mientras que Zayn simplemente parecía existir.
—¿Qué haces para divertirte? —le preguntó.
—Leo.
—¿Literatura?
—Ciencia-ficción.
—¿En verdad? —le preguntó, sorprendida—. ¿Heinlein?
—Sí. Harry Harrison es uno de mis favoritos, así como Jim Butcher, Gordon Dickson, y C. J. Cherryh.
—Wow —dijo ella, asombrada—. Estoy impresionada. Continúa, Dorsai .
—En realidad, me agradan bastante más las novelas “The right to arm bears” y Wolfling de Dickson.
Eso sí que le pareció sorprendente.
—No lo sé, “Soldado, no preguntes” me parece más tu estilo.
—Es un clásico, pero los otros dos me revelaron más.
Hmmm… Wolfling era acerca de un hombre solo en un mundo alienígeno, sin amigos ni aliados. Eso confirmaba aún más sus sospechas sobre la vida de Zayn.
—¿Has leído “Hammer's Slammers”?
—David Drake. Otro favorito.
—Sí, uno tiene que amar las cosas militares. Burt Cole escribió un libro hace años, llamado “The quick…”
—Shaman. Era un héroe complejo.
—Sí, extrañamente inmoral y aún así honrado al mismo tiempo. Nunca estás seguro de qué lado está. Me recuerda un poco a algunos amigos que he tenido en estos años.
Zayn no pudo evitar sonreír. Era tan agradable tener a alguien que estaba familiarizada con su placer secreto. La única otra persona que sabía leyera ciencia-ficción era Acheron, pero raramente hablaban de eso.
—Eres una mujer extraordinaria, Tabitha.
Ella le sonrió.
—Gracias. Ahora te dejaré ir a la cama —dijo amablemente—. Estoy segura que te vendrá bien el descanso.
Ella ansiaba darle un beso tierno y amistoso en la mejilla, pero lo pensó mejor. En cambio, observó cómo salía de la habitación y subía la escalera.
Zayn regresó a la habitación de Tabitha silenciosamente. Tenía una presencia tan poderosa que él se sentía literalmente drenado sólo por haber estado cerca de ella.
Se quitó la ropa y la colgó, para no arrugarla, y luego regresó a la cama, para dormir.
Pero el sueño era algo que no llegaba. Por primera vez, olió el perfume en sus sábanas.
Era el aroma de Tabitha. Cálido, vivaz. Seductor.
E hizo que se pusiera instantáneamente duro por ella. Se cubrió los ojos con la mano y apretó los dientes. ¿Qué estaba haciendo? Lo último que podía hacer, como Dark Hunter, era tener una relación con una mujer. Y aunque pudiera, Tabitha Devereaux era la última mujer del planeta a la que podía tener.
Como amiga de Acheron, estaba tan fuera de su alcance, que debería llamarlo nuevamente y exigirle que encontrara un modo para sacarlo de allí.
Pero Acheron los había dejado juntos.
Volteándose, hizo su mejor intento por no aspirar profundamente o imaginar cómo se vería Tabitha en esa cama. Sus extremidades desnudas entrelazadas…
Maldijo y colocó una segunda almohada encima suyo. Mientras lo hacía, vio un pequeño camisón de seda negra. Una imagen de Tabitha vistiéndolo lo quemó.
No podía respirar. Antes de poder pensarlo mejor, lo acercó y dejó que la fría seda acariciara su piel. La sostuvo contra su nariz e inhaló su aroma.
Ella no es para ti.
Era verdad. Ya había matado a una mujer por ser tonto. No tenía ningún deseo de retomar ese camino.
Metió el camisón debajo de la almohada y se forzó a cerrar los ojos.
Pero incluso entonces fue perseguido por las imágenes de una mujer que debería, por todas las razones, repelerlo, y aún así lo cautivaba y seducía por completo.Tabitha pasó el resto del día entre su tienda y el pie de las escaleras, donde se forzaba a sí misma a dar marcha atrás y regresar a su negocio.
Pero sentía una horrible atracción hacia el Dark Hunter que dormía en su cama. Era estúpido. Él era un antiguo guerrero al que ni siquiera parecía agradarle.
Sin embargo, su beso había dicho otra cosa. Allí, por unos pocos minutos, él había estado tan ansioso por ella como ella por él. Ella no lo repelía completamente.
Esperó hasta las cuatro, y entonces fue a despertarlo.
Abriendo la puerta lentamente, se detuvo mientras lo veía dormido. Estaba acostado con la espalda hacia ella, pero lo que la hizo detener fueron las violentas cicatrices que entrecruzaban su carne. Esas no eran cicatrices de batalla. Eran el tipo de marcas que uno encontraría en alguien que había sido golpeado con un látigo. Muchas veces.
No podía apartar sus ojos. Sin pensarlo, atravesó el cuarto y puso su mano sobre el brazo de Valerius.
Él giró con un siseo y la agarró.
Antes de que ella se diera cuenta de lo que iba a hacer, la tenía debajo de él, con una mano en la garganta.
—Suéltame, Zayn, o voy a lastimarte mucho.
Él parpadeó como si estuviese saliendo de un sueño. Su apretón se aflojó inmediatamente.
—Perdóname —dijo, mientras le acariciaba suavemente el cuello—. Debería haberte advertido que no me despertaras tocándome.
—¿Siempre atacas a la gente cuando te despiertan?
Zayn no podía hablar mientras sentía la suavidad de la piel de Tabitha debajo de sus dedos. A decir verdad, había estado soñando con ella. Sólo que ella estaba en su mundo. Vestida con nada excepto un collar de perlas y cubierta por pétalos de rosas.
Era increíblemente hermosa. Sus ojos eran tan azules. Su nariz graciosa, y sus labios… eran material de leyenda. Llenos y exuberantes, rogaban por su atención.
Antes de poder detenerse, descendió su boca sobre la de ella.
Tabitha gimió ante el sabor a guerrero romano. Su beso era tierno y suave, una antítesis total a la sensación de acero de su cuerpo. La hizo derretir, mientras envolvía sus brazos alrededor de la espalda desnuda de él y trazaba las cicatrices que encontraba allí.
Y ella estaba demasiado consciente del hecho que él estaba completamente desnudo.
Zayn gruñó al sentir la lengua de ella acariciando ligeramente la suya. Sentir su aroma y sus suaves curvas envueltas a su alrededor. La tela de sus jeans raspó su piel mientras ella abría los muslos y lo sostenía entre esas piernas largas y exquisitas. Tabitha pasó una mano por el pelo de Zayn, apartándolo de su rostro antes de enterrar la mano y sostenerlo contra sí.
Él levantó el borde de su suéter para poder acunar suavemente su pecho a través del satén de su sostén. Ella gimió profundamente, con un sonido ronco y crudo que lo hizo arder.
Como Tabitha le había señalado antes, él había pasado demasiadas noches con mujeres que jamás habían reaccionado tan francamente a su contacto. Ella pasó las manos por sus hombros, luego descendió a la parte inferior de su espalda.
En lo único que él podía pensar era en tomarla. En deslizarse muy profundo dentro de ella hasta que ambos estuvieran débiles y saciados.
Mientras buscaba con los dedos el pasador del frente de su sostén, un diminuto fragmento de cordura asomó su fea cabeza. Ella no era para él.
Apartó la mano.
Tabitha acunó su cabeza entre las manos y lo atrajo.
—Sé lo que eres, Z. Está bien.
Tomó la mano de él con la suya y la llevó de regreso a su pecho. Apartó el satén hasta que él sintió el duro e inflamado pezón provocando a su palma. zAYN no podía respirar mientras acunaba su suave seno. Ella era tan cálida, tan acogedora, que le resultaba difícil creer que era algo especial para ella.
—¿Te acuestas con todos los Dark Hunters?
À Dame tres pasos.
À Personaje de una novela del autor Gordon R. Dickson.
À Puede ser traducido como “El derecho de armar a los osos”, o “El derecho de armar a los hombres torpes”
À Serie de libros de ciencia-ficción militar. “Los golpeadores de Hammer.”
À El rápido shaman
issadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 3/7
Capitulo 3 Parte 3
Capitulo 3 Parte 3
Ella se quedó dura.
—¿Qué?
—Sólo me preguntaba si habrías estado con Acheron… con Talon.
Tabitha lo apartó de un empujón.
—¿Qué tipo de pregunta es esa?
—Apenas te conozco, y ya te has ofrecido dos veces a mí.
—¡Oh, imbécil arrogante! —Tomó la almohada y lo atacó con ella. Zayn levantó una mano para escudarse, pero ella no se detenía—. ¡Eres tan estúpido! No puedo creer que me preguntaras semejante cosa. Lo juro, ¡jamás volveré a estar en la misma habitación que tú!
Finalmente, el aporreo de almohadas terminó.
Él bajó el brazo.
Ella le dio un último golpe en la cabeza y entonces soltó la almohada.
—Para tu información, compañero, no soy la bicicleta del pueblo. No duermo con cada tipo al que me acerco. Pensé que eras… Oh, no importa. ¡Al diablo contigo!
Ella giró y salió violentamente de la habitación. Golpeó la puerta con tanta fuerza que hizo repiquetear las ventanas y tambalear los collares que había en su espejo y en el altar.
Zayn se quedó tirado en la cama, completamente sorprendido por lo que acababa de suceder. ¿Ella lo había golpeado con una almohada?
Por su encuentro de la noche pasada, sabía que ella podría haberlo atacado con algo mucho más doloroso, pero se había contenido.
Para ser sincero, se sentía aliviado por la obstinada reacción de Tabitha. Su indignación había sido demasiado grande como para ser fingida.
Y eso trajo una extraña calidez a su pecho. ¿Podría ser que él realmente le agradara?
No. No era posible. Él no le agradaba a nadie. Jamás lo había hecho.
“Eres despreciable. Lamento el día en que mamá te trajo a este mundo. Sólo me alegra que haya muerto antes de poder ver la vergüenza que eres para la familia”.
Se sobresaltó ante las crueles palabras que su hermano Markus le había arrojado repetidamente. Su propio padre lo despreciaba.
“Eres débil. Patético. Debería haberte matado antes de gastar el agua y la comida que han hecho falta para criarte”. Sus palabras eran bondadosas comparadas con lo que sus hermanos Dark Hunters habían expresado.
No, no había modo que le “agradara” a Tabitha. Ella ni siquiera lo conocía.
Él no sabía por qué ella era tan receptiva a su contacto.
Quizás era simplemente una mujer con una fuerte pasión. Él era un hombre apuesto. Y no es que por eso fuese vanidoso. Sólo era un hecho. Incontables mujeres se le habían ofrecido a través de los siglos.
Pero por alguna razón que no quería pensar más, deseaba algo más que una relación de una noche con Tabitha.
Quería…
Zayn forzó a sus pensamientos a apartarse de eso. No necesitaba a nadie, ni siquiera un amigo. Era mejor pasar su vida solo, alejado de otra gente.
Levantándose, se vistió y abandonó el dormitorio de Tabitha para bajar las escaleras.
Encontró a Marla en el comedor.
—Uuuh, bombón, no sé qué le hiciste a Tabby, pero está furiosa. Me pidió que te dijera que comas antes que envenene tu comida, o le haga algo peor.
Zayn quedó sorprendido al ver ternera al marsala y una ensalada italiana con pan con ajo esperándolo.
—¿De dónde vino eso? —le preguntó a Marla.
—De Tony's, calle abajo. Tabitha me envió a buscarlo. Ella y Tony no se hablan en este momento. Dios la bendiga, tiende a hacer que todo el mundo se enoje con ella. Pero él lo superará. Siempre lo hace.
Zayn se sentó y luego tomó un bocado del paraíso. Jamás había probado algo mejor. ¿Por qué Tabitha se habría tomado semejante molestia por él?
Estaba a mitad de la comida cuando Tabitha pasó por la puerta que conducía a su tienda.
—Espero que te ahogues —le gruñó mientras iba hacia la cocina.
Zayn tragó lo que estaba comiendo, se limpió la boca y corrió la silla para ir detrás de ella.
—¿Tabitha? —la hizo detener—. Lamento lo que dije. Es sólo que…
—¿Sólo que qué?
—La gente nunca es agradable porque sí.
Y jamás eran agradables con él.
Tabitha se quedó muda. ¿Hablaba en serio?
—¿La cena estaba bien?
—Estaba deliciosa. Gracias.
—No hay problema. —Apartó su mano—. Probablemente sabes que ya está oscuro. Puedo llevarte a tu casa cuando estés listo.
—Sólo necesito detenerme para comprar un poco de aceite para lámparas.
—¿Aceite para lámparas? ¿No tienes electricidad?
—Sí, pero es imperativo que lo compre esta noche y vaya a casa.
—Está bien. El carro de batalla espera a cuatro calles, en lo de mi hermana Tia. Podemos tomar el aceite de su negocio.
—¿Tiene aceite para lámparas?
—Sí. Es una sacerdotisa vudú. Probablemente viste el altar, arriba, que hizo para mí. Es un poquito excéntrica, pero la queremos de cualquier modo.
Zayn inclinó su cabeza respetuosamente ante ella, luego regresó escaleras arriba a buscar su abrigo.
Tabitha estaba a punto de recoger los platos cuando Marla la espantó.
—Me ocuparé de eso por ti.
—Gracias, dulzura.
Marla arrugó la nariz.
—Cuando quieras. Ustedes vayan y hagan algo salvaje por mí. Quiero todos los detalles.
Tabitha rió mientras intentaba imaginar lo que podría implicar algo “salvaje” con Zayn. Probablemente sería nada más milagroso que lograr que vistiera zapatillas y bebiera de un vaso de papel.
Zayn se unió a ella. Tabitha lo acompañó rápidamente a la puerta de la tienda antes que Marla viese su abrigo y lo confiscara.
Él se detuvo tan repentinamente dentro de su tienda, que ella chocó contra él. Zayn se quedó boquiabierto mientras recorría el lugar con la mirada, con una expresión de completo horror en su rostro.
—¿Dónde estamos?
—En mi tienda —dijo Tabitha—. La caja de Pandora, en la calle Bourbon. Proveo de servicios a strippers y transvestidos.
—Esto es… es una…
—Tienda para adultos, sí, lo sé. La heredé de mi tía cuando ella se retiró. Ahora cierra la boca y para de tragar saliva. Hago mucho dinero y amigos en este sitio.
Zayn no podía creer lo que estaba viendo. ¿Tabitha era dueña de una guarida de iniquidad? ¿Y por qué lo sorprendía?
—Y esto es exactamente lo que ha ocasionado que el mundo occidental se deteriore —dijo, mientras ella lo conducía a través de una caja de vidrio con cubrepezones decorativos y tangas.
—Oh, sí, claro —dijo Tabitha—. Como si no fueras capaz de dar tu brazo derecho por tener a una mujer vestida con mis cosas, desvistiéndose para ti. Buenas noches, Franny —le gritó a la mujer detrás de la caja registradora—. Asegúrate de darle a Marla los ingresos y depositar cuando cierres esta noche, ¿está bien?
—Claro, jefa. Que tengas una buena noche.
Tabitha encabezó la salida a la calle. La ciudad ya estaba colocando las barreras en las intersecciones, que convertirían a la calle Bourbon en un centro de compras de trasnoche para los peatones. Giró a la izquierda sobre la calle Bienville hacia la casa de su hermana; mientras tanto, escudriñaba en busca de cualquier actividad sospechosa.
Zayn se mantenía notablemente silencioso.
Mientras se aproximaban a la siguiente bocacalle, oyó a Zayn maldecir.
Dos segundos más tarde, un relámpago lo golpeó.
issadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 4/7
Capitulo 4
Tabitha jadeó mientras Zayn era arrojado contra un edificio por el golpe del relámpago. Antes de poder dar un paso, comenzó a llover sobre él, literalmente, y sobre nadie más. De hecho, el único sitio donde caía agua era donde Zayn estaba tirado en el piso.
Capitulo 4
Tabitha jadeó mientras Zayn era arrojado contra un edificio por el golpe del relámpago. Antes de poder dar un paso, comenzó a llover sobre él, literalmente, y sobre nadie más. De hecho, el único sitio donde caía agua era donde Zayn estaba tirado en el piso.
—¿Qué diablos? —preguntó.
Zayn respiró hondo mientras se ponía lentamente de pie. Su labio estaba cortado, y tenía un corte en la mejilla, donde se había golpeado contra la pared. Sin una palabra, se limpió la sangre con el dorso de su mano, y luego tocó la herida en su mejilla.
Estaba empapado mientras la lluvia continuaba cayendo sobre él con un golpeteo staccato.
—Se detendrá en un minuto.
Y así fue.
Zayn secó el agua de su rostro y luego escurrió su pelo.
Tabitha estaba pasmada.
—¿Qué acaba de suceder?
—Mi hermano, James —dijo cansadamente mientras sacudía los brazos y salía agua por todos lados. Hace un par de años fue convertido en dios, y desde entonces me ha convertido en su ocupación de tiempo completo. Es la razón por la que ya no conduzco. Me cansé bastante de que mi motor se saliera del auto cada vez que me detenía ante un semáforo. El único tipo de transporte seguro que me queda son mis pies, y como has visto, ni siquiera son completamente seguros.
La furia no estaba ausente en su tono.
—¿Mi auto sí es seguro?
Zayn asintió.
—Sólo viene por mí —Ella comenzó a acercársele—. No lo hagas —le dijo, y su respiración formó de repente una pequeña nube mientras hablaba—. Aquí está helado.
Tabitha estiró la mano y sintió el aire ártico que rodeaba a Zayn. Hacía más frío que en un congelador donde estaba parado.
—¿Por qué te hace esto?
—Me odia.
—¿Por qué? —Tabitha sintió que una ola de vergüenza lo atravesaba—. ¿Qué le hiciste? —Él no respondió. En cambio, se sopló las manos y comenzó a caminar otra vez—. Zayn —le dijo, deteniéndolo aunque no estaba segura de que no se le hubiera congelado la mano al hacerlo—. Háblame.
—¿Y qué quieres que te diga, Tabitha? —preguntó con calma—. Sentía pena por James cuando éramos pequeños, y cada vez que intentaba ayudarlo, sólo terminaba lastimándolo más. Tiene derecho a odiarme, y a toda nuestra familia. Debería haberlo dejado en paz e ignorarlo. Hubiese sido mejor para todos.
—No está mal ayudar a alguien.
Él la miró con sequedad.
—Mi padre siempre decía “Nullus factum bonus incedo sinepoena”; ninguna buena acción queda sin castigo. En el caso de James, le dio mucha importancia a comprobarlo.
Ella estaba consternada por lo que le estaba contando.
—Pensé que mi familia era extraña. Parece que ustedes eran realmente el equipo disfuncional.
—No te das idea.
Y volvió a andar por la calle.
Tabitha lo siguió pero, para ser sincera, se sentía realmente mal por él. No podía imaginar que una de sus hermanas la odiara. Era cierto que no se llevaban bien todo el tiempo. Con ocho hermanas y una amplia variedad de locuras en la familia, siempre había uno que no le hablaba a otro por algo que había sucedido pero, al final, la familia era la familia, y cualquiera que los amenazara recibía rápidamente una dosis de la solidaridad Devereaux.
Incluso aunque técnicamente no se dirigiesen la palabra, siempre podían contar con la familia en caso de necesidad. Hasta cuando eran niñas. En la escuela secundaria, Tabitha había jurado que no volvería a hablarle a su hermana mayor Trina, porque ésta había tenido una cita con un chico del que sabía que Tabitha estaba enamorada.
Cuando el idiota rompió el corazón de Trina poniéndole los cuernos con una porrista, Tabitha había soltado a la preciada boa constrictora de la Tía Cora dentro del auto del tipo. Él se había asustado tanto que había mojado sus pantalones antes que Tabitha sacara a la serpiente.
Aún así, habían pasado dos días más, antes que ella y su hermana se reconciliaran. Pero lo habían solucionado. Nadie en su familia guardaba rencor por más de unas pocas semanas. Y sin importar lo enojados que estuvieran, jamás, jamás lastimarían al otro.
Por dios, ¿qué tipo de familia tenía Zayn, que dos mil años más tarde su hermano aún le arrojaba relámpagos?
Para el momento en que llegaron a la tienda de su hermana, las cejas y las pestañas de Z estaban completamente congeladas. Su piel tenía un horrible tinte grisáceo.
—¿Estás bien?
—No me matará —le dijo con calma—. No te preocupes. Dentro de unos minutos se aburrirá y me dejará en paz por algún tiempo.
—¿Cuánto?
—Generalmente un par de meses, a veces más. En realidad nunca sé cuándo va a atacar. Le gusta sorprenderme.
Tabitha estaba horrorizada por lo que estaba presenciando.
—¿Ash sabe que te hace esto?
—James es un dios ahora. ¿Qué puede hacer Acheron para detenerlo? Al igual que tú con tu cuñado, James piensa que es divertido “bromear” conmigo.
—Jamás soy deliberadamente cruel con él. Bueno, quizás esa vez en que le envié una caja de Rogaine (Tratamiento para el cabello) para su cumpleaños, pero ese fue sólo un regalo de broma hasta que abriera el verdadero.
Tocó las manos heladas de Zayn y se dio cuenta que estaba temblando en exceso.
Le dolía el corazón por él. Se sopló las manos y las frotó antes de colocarlas sobre el rostro de Zayn, que estaba tan frío que instantáneamente tomó todo el calor de su piel.
Él la miró agradecidamente antes de apartarse.
De pronto, una nube de algo sulfúrico los rodeó.
Tabitha tosió ante el rancio olor, antes de taparse la nariz y girar para encontrarse con su hermana Tia murmurando algo que no podía entender.
—¿Qué estás haciendo? —le preguntó.
—Él tiene la maligna sensación de la muerte encima. En realidad no ibas a meterlo en mi tienda de ese modo, ¿verdad?
—Sí —Tabitha arrebató el pequeño recipiente de madera de las manos de Tia—. ¿Podrías terminar con esta desagradable porquería vudú? Apesta.
Tia se estiró hacia ella.
—Dame eso.
—Suéltame o lo tiraré en la calle —Tia se apartó instantáneamente. Tabitha observó el polvo rojo-dorado y frunció los labios ante el rancio olor—. Sabes, realmente podría habérmelas arreglado sin esta asquerosa porquería. Y aquí estaba, diciéndole a Z que mi familia no era tan mala —agregó, alcanzándole el recipiente a Tia.
—Necesitas protección —dijo Tia a la defensiva—. Hay algo aquí. Puedo sentirlo.
—Esa debe ser tu cordura. Quizás podrías invitarla a pasar —Tia la miró con irritación. Tabitha sonrió—. Sólo bromeaba. Sé lo que quieres decir. También puedo sentirlo.
Tia miró a Zayn, que aún temblaba.
—¿Por qué está mojado y congelado?
—Es una larga historia —dijo Tabitha. Tenía la sensación que Zayn no apreciaría que le contara a su hermana acerca de su hermano psicópata—. Esta es mi hermana Tiyana. Tia, para resumir.
—Hola —dijo Tia antes de tomar el brazo de Zayn y llevarlo hacia la entrada de su tienda.
Él miró a Tabitha con pánico.
—Está bien. Está principalmente loca, pero no tiene un solo pelo de maldad en su cuerpo.
—No quiero oír nada sobre mi locura proviniendo de la lunática que caza vampiros en su tiempo libre. Deberías verla —le dijo Tia a Zayn mientras lo arrastraba a través del angosto local, que estaba alineado en estantes con todo tipo de gris-gris, amuletos, muñecos vudú, velas y recuerdos para turistas—. Piensa que cualquier tipo vestido de negro es un vampiro. ¿Tienes una idea de cuántos hombres visten de negro en Nueva Orleáns? Es aterradora. En serio —Tia se dio vuelta hacia la vendedora—. Chelle, cuida la tienda un minuto —le dijo a su empleada, quien estaba etiquetando una nueva tanda de llaveros de diente de cocodrilo.
Tia los condujo por la puerta trasera hacia el cuarto de almacenamiento. Hizo sentar a Zayn en una silla alta y luego extrajo una gran caja de ponchos Mexicanos, antes de tomar varios de ellos y envolvérselos alrededor.
Fue hacia el baño y regresó con una toalla.
—Seca su cabello mientras le preparo algo caliente de beber.
—Gracias, hermanita —dijo Tabitha mientras tomaba la toalla.
Zayn estaba desconcertado por la obstinada generosidad. Nadie lo había tratado jamás de ese modo… como si él importara. Como si ellas se preocuparan.
—Puedo secarme el cabello.
—Mantente bajo los ponchos y entra en calor —le dijo Tabitha mientras le quitaba el lazo de la cola de caballo.
Su ternura lo sorprendió, mientras le secaba cuidadosamente el cabello con la toalla y luego lo peinaba con sus dedos.
Tia volvió con una taza grande y humeante en forma de esqueleto que tenía un aroma cálido y extraño.
—No te preocupes. No es una poción. Simplemente una mezcla casera de canela y chocolate que vendo en Navidad, y que supuestamente evita la melancolía.
Se la alcanzó.
—¿Funciona? —preguntó él.
—En la mayoría de la gente. El chocolate estimula las endorfinas para animarte, y la canela hace pensar a casi todos en el hogar y el amor materno —Tia sonrió—. Te asombrarías de cuánta ciencia hay en la magia.
Zayn tomó un sorbo dubitativo. Estaba sorprendentemente bueno y, de hecho, lo entibió.
—Gracias —dijo.
Tia asintió.
—¿Vinieron a buscar tu auto? —le preguntó a Tabitha.
—Sí. No quisimos molestarte.
—Está bien. Estaba esperando a que apareciera Amanda. La llamé antes, y le dije que hice un talismán para ella y para Marissa.
Tabitha se quedó helada. No sería bueno que Amanda encontrara a Zayn allíissadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 5/7
Capitulo 4 Parte 2
Capitulo 4 Parte 2
Estaba segura que su hermana no comprendería cómo podía estar ayudándolo. Y no era que Tabitha estuviera avergonzada de lo que estaba haciendo, pero aún así era una complicación que quería evitar, por el bien de todos.
—Genial, pero tenemos que irnos. Tenemos algunas cosas que hacer. Dale a Mandy un beso de mi parte.
—Lo haré.
Tabitha hizo señas para que Zayn la siguiera por la puerta trasera que conducía al patio, donde el Mitsubishi de Tia estaba aparcado junto a su Mini Cooper.
Destrabó el auto para él.
—Entra, enseguida regreso.
Zayn hizo lo que le pedía, y le sorprendió que el auto tuviese más espacio para las piernas de lo que parecía desde afuera. Aún así, se sentía un poquito apretado.
Ella corrió hacia la tienda y salió a los pocos minutos, con un saco de plástico. Entró al auto y se lo dio.
—Tu aceite para lámparas —dijo.
Él estaba sorprendido de que lo hubiera recordado, especialmente porque a él mismo se le había olvidado.
—Gracias.
Ella no dijo nada mientras encendía el auto y salía marcha atrás por el camino. En cuanto estuvieron en la calle, puso el cambio y salió chirriando.
Él se quedó sentado con calma mientras ella se abría paso entre el tráfico a una velocidad que lo hubiese aterrorizado si no fuese inmortal.
El interior del auto era tan diminuto comparado a lo que él estaba acostumbrado, que era difícil no fijarse en ella. Conducía del modo en que vivía: rápido y al límite.
—¿Por qué eres tan intensa? —le preguntó, mientras ella doblaba en una esquina de un modo que él podría jurar que dejó al auto en dos ruedas.
—Mi madre dice que nací de esa manera. Cree que Amanda debe haber obtenido las dos partes de dominio mientras que yo me llevé todo el coraje —Se puso seria mientras cambiaba la marcha y pasaba rápidamente a un auto que iba muy despacio—. En realidad, eso no es cierto. El hecho es que soy lo que algunos llaman imán. Mis poderes psíquicos no recaen en habilidades especiales, como los de mi hermana Amanda. Los míos son más tranquilos. Intuición, psicometría. Cosas que son prácticamente inútiles para los humanos, pero altamente valoradas por los Daimons —se detuvo ante un semáforo en la calle Canal y lo miró—. Tenía sólo trece años cuando el primer grupo de Daimons me atacó. Estaría muerta ahora si Talon no me hubiese salvado.
Zayn frunció el ceño ante sus palabras. Tenía razón. Los imanes emitían una poderosa tentación para los Daimons. Con su naturaleza ardiente y su gusto por la vida, ella debía ser la más atractiva para ellos. —A diferencia de la mayoría de los humanos, no me permitieron vivir ignorando tu mundo. Era aprender a defenderme o terminar muerta. No quiero ofenderte, pero los muertos no me atraen.
—No me ofendes. Habiendo estado muerto por más de dos mil años, no puedo recomendártelo.
Ella se rió.
—No lo sé. Muerto y vistiendo Armani. Creo que la mayoría de la gente se estaría arrojando de los edificios si pudieran regresar forrados de dinero como tú.
—Como hombre mortal tenía tanto dinero como ahora, y muchos más… —su voz se fue desvaneciendo al darse cuenta de que casi había dicho “amigos.”
Eso no era realmente cierto pero, al menos en aquel entonces la gente que lo desdeñaba abiertamente, a excepción de su familia, generalmente se lo guardaba.
No era algo en lo que le agradara pensar, o hablar.
—¿Muchos más qué? —le preguntó ella cuando no terminó la oración.
—Nada.
Zayn la dirigió hacia su casa en la Tirad Street, en el Garden District.
Tabitha dejó escapar un silbido bajo mientras se aproximaban. Ingresó al camino que conducía a la casa, que estaba protegido por una variedad de follaje, y se detuvo ante la enorme entrada de acero forjado. Bajó su ventanilla y presionó el botón de la caja de seguridad.
—¿Sí?
Él se inclinó hacia delante y habló en voz alta.
—Soy Zayn, Gilbert. Abre el portón.
Las puertas se abrieron unos segundos más tarde.
—Muy lindo —dijo Tabitha mientras conducía por el camino circular y aparcaba frente a la puerta principal, detrás de lo que parecía ser un Chevy IROC rojo deteriorado, que debía pertenecer a uno de los empleados de Zayn.
No podía imaginar a Z en él ni muerto, y como ya lo estaba…
—Asumo que ese no es tuyo, ¿o tu hermano se enfureció realmente un día y lo destruyó?
Zayn no hizo ningún comentario.
Tabitha se detuvo para observar la fuente en el recodo del camino, que tenía luces azules por la noche. Era un tributo a la diosa Minerva, y había sido una de las razones por las que Zayn había escogido este sitio como hogar.
—¿Artemisa sabe acerca de esa estatua?
—Como aún respiro, lo dudo —dijo él con calma.
Él la condujo hacia los viejos escalones de piedra. En cuanto llegaron a la puerta, Gilbert la abrió.
—Buenas noches, mi señor.
Su mayordomo no dijo nada acerca del hecho que Zayn llegase a casa mojado.
Había algo en el viejo y rígido hombre inglés, que le recordaba a Tabitha al Alfred de Batman.
—Buenas noches, Gilbert —se quedó parado a un lado para permitir que el hombre mayor viera a Tabitha—. Esta es la señorita Devereaux.
—Muy bien, señor —Gilbert inclinó su cabeza ceremoniosamente hacia Tabitha—. Encantado, madame —Luego miró nuevamente a Zayn—. ¿Desearían su señoría y madame algo para beber o comer?
Zayn la miró.
—Estoy bien.
—No, gracias, Gilbert.
El mayordomo inclinó la cabeza ante ellos, luego se dirigió hacia la parte trasera de la casa.
Zayn la condujo hacia la izquierda.
—Si puedes, por favor espera en la biblioteca, y regresaré en unos minutos.
—¿Adónde vas? —le preguntó, pensando en su repentino humor sombrío.
—Necesito cambiarme esto por algo seco.
Ella asintió.
—Está bien.
Él fue hacia las escaleras.
Tabitha vagó a través de la entrada en arco que llevaba a una oscura habitación cubierta de libros desde el suelo hasta el techo. Estaba en una esquina echando una ojeada a los títulos cuando sintió que alguien entraba en la habitación, detrás de ella.
Giró para encontrarse con un apuesto hombre de más o menos su edad mirándola fijamente.
—¿Amanda? ¿Qué diablos te trajo aquí?
—No soy Amanda —le dijo, atravesando la habitación para que él pudiera ver su rostro marcado—. Soy su hermana Tabitha. ¿Y tú eres?
—Otto Carvalletti.
—Ah —dijo, al comprender—. El Escudero de Z.
—Sí, no me lo recuerdes.
Ella no necesitó de la empatía para sentir su rencor.
—¿Por qué sirves a alguien que odias?
—Como si tuviera elección. El consejo me envió aquí, así que aquí estoy, atrapado en el infierno.
—Compañero, no sé de dónde eres, pero me opongo a la gente que odia a mi ciudad.
Él se mofó.
—No tengo problema con Nueva Orleáns. Amo esta ciudad. Es con el Conde Penicula que estoy en desacuerdo. ¿Lo has conocido?
—¿El Conde quién?
—El idiota que vive aquí. Zayn. Ya sabes, el viejo “No respires en mi presencia, prole”.
Este tenía que ser el hombre más extraño que Tabitha había conocido jamás, y dado el anormal grupo de amigos que tenía, eso era mucho decir.
—¿Prole por proletariado?
Él pareció aliviado de que lo comprendiera.
—Oh, gracias a dios tienes cerebro.
Ella no estaba segura de si debía sentirse halagada o no.
—Aún estoy confundida. ¿Por qué te envió el Consejo de Escuderos aquí? ¿No saben lo que sientes por él?
—Como mi padre resulta ser uno de los miembros de la junta, sí, lo saben. Desdichadamente, nadie más quería tomar este puesto. Y como Lord Zayn exigió a alguien que pudiera hablar italiano y latín, no había demasiados para elegir. Pomposo charlatán.
—¿Qué tiene de pomposo querer a alguien que hable tu lengua nativa? He notado que Talon le enseñó gaélico a Sunshine; y cada vez que Joe y Nick están cerca de Selena, inmediatamente hablan en griego antiguo.
—Sí, pero ellos no exigen que sus Escuderos lo sepan. Fíjate que Jerry no es realmente rápido en griego.
Tabitha resopló.
—Jerry no es realmente rápido en inglés la mayoría del tiempo.
—Hey, no insultes a mi amigo.
—Resulta que Jerry también es uno de mis amigos, y lo quiero como a un hermano, pero eso no hace que sea temporada de caza de Zayn.
—Sí, claro. Querida, deberías invertir en un libro y leer lo que Zayn Magnus hizo en su vida.
Ella cruzó los brazos sobre el pecho y levantó la cabeza.
—Discúlpeme, Señor Carvalletti, le haré saber que tengo una maestría en Civilización Antigua. ¿Y usted?
—No, yo tengo un doctorado de Princeton.
Quedó impresionada a pesar de sí misma. Princeton no aceptaba a personas estúpidas.
—¿En Civilización Antigua?
—No. Estudios Fílmicos —dijo en un tono bajo.
—¿Perdón? —preguntó, con los ojos muy abiertos—. ¿Dijiste “fílmicos”? —Estaba espantada—. ¿Te especializaste en películas? Oh, y casi me impresionaste.
—Hey —dijo él a la defensiva—, te haré saber que me rompí el trasero trabajando por ese título, muchas gracias.
—Oh, sí, claro. Yo fui una alumna Fulbright (Estudiante de intercambio). ¿Alguna vez asististe a una escuela en la que papi no hubiera construido un edificio?
—Mi padre no construyó un edificio allí… —Se detuvo antes de agregar—: Mi abuelo lo hizo.
Tabitha resopló.
issadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 6/7
Capitulo 4 Parte 3
Capitulo 4 Parte 3
—Lo siento, pero tuve que aprender cuatro idiomas para obtener mi título. ¿Y tú?
—Ninguno. Crecí hablando doce.
—Bueno, ¿acaso no eres el Señor Refinado? Uuuh, ¿y tienes el descaro de quejarte de Z? Al menos él no anda por ahí haciendo alarde de su intelecto superior.
—No, él sólo se pavonea por su raza superior. Inclínense ante mí, basura plebeya.
—Tal vez él no actuaría de ese modo si todos ustedes no fueran tan condenadamente desagradables con él todo el tiempo.
—¡Que yo soy desagradable con él! Señorita, ni siquiera me conoces.
Tabitha retrocedió, especialmente porque sintió su dolor.
—Tienes razón, Otto, no te conozco, y probablemente estoy haciéndote lo mismo que le hiciste a Z cuando lo conociste. Te miré una vez, escuché tres segundos de tu conversación, y emití algunas opiniones realmente duras, que podrían ser erróneas tanto como podrían ser correctas —Ella se acercó a él con las manos apretadas detrás de la espalda—. Por ejemplo... Tu cabello, aunque atractivo, es desgreñado, pero es de ese estilo andrajoso-chic que sólo proviene de una cosmetóloga muy costosa. No te has afeitado en… ¿qué? ¿Dos días?
—Tres.
Ella lo ignoró.
—Llevas una camisa Hawaiana de un fuerte e insoportable rojo brillante que sé que le pertenece a Jerry, porque sólo la usa cuando quiere sacar de las casillas a Nick. Tuvo que encargarla especialmente por Internet, por la simple vulgaridad de la misma. Estás descalzo y vi el golpeado IROC afuera, el cual, asumo ahora, te pertenece.
—Él se puso notoriamente rígido, lo que confirmó su sospecha.
Ella continuó con su recapitulación.
—A primera vista, te ves como uno de esos tipos fiesteros, de vacaciones, que entran a mi tienda buscando el armario de videos que tenemos en la parte de atrás, porque ninguna mujer que se respete a sí misma saldría contigo. El tipo de hombre que compra todos los collares de Mardi Gras de pechos desnudos y fornicadores, para colgarlos alrededor de su cuello y pasar toda la semana borracho y vomitando, gritándole a las mujeres que muestren sus nalgas.
Él se cruzó de brazos y la miró con resentimiento.
—Ahora pongamos eso en contraste con algunos otros hechos que he notado. Eres un Escudero, y eres un Sangre Azul por tu propia admisión, lo que significa que provienes de generaciones enteras de Escuderos. Tu familia ha tenido más dinero que dios desde hace mucho tiempo. En realidad fuiste a Princeton e, incluso con una especialización cómica, te tomaste la molestia de obtener un doctorado. Eso me dice que el estatus sí significa algo para ti. Déjame adivinar: ese Jaguar negro metalizado, realmente genial que, literalmente, resplandece en la oscuridad, que Jerry tiene estacionado en su casa y sin embargo jamás conduce, es en realidad tuyo.
Se detuvo junto a él y lo miró de arriba abajo.
—Sin mencionar que te conduces como un hombre acostumbrado a ser respetado, aún cuando intentas pretender que eres un cursi patán. Cualquiera con un gramo de percepción no se deja engañar por el modo en que te muestras.
Levantó la mano de Otto, donde tenía tatuada una telaraña.
—Lindo reloj —dijo secamente—. Patek Philippe Grand Complications Chronographs. Déjame adivinar: es el 5004P que se vende a ciento cincuenta mil dólares.
—¿Cómo sabes eso?
—Provengo de una larga línea de dueños de negocios, y mi Tía Zelda tiene una joyería —sostuvo su brazo levantado ante él—. Mira, ¿ves mi reloj de ataúd? Se vende al por menor por treinta y dos dólares en Hot Topic, y da la misma hora que el tuyo. Recibe la paliza de un Daimon y continúa andando.
Él puso los ojos en blanco.
Tabitha continuó con su discurso rimbombante.
—Y no eres un Escudero normal —Le dio una palmadita al tatuaje de telaraña en el dorso de su mano, con el que todos los Escuderos de su clase estaban marcados—. Eres un Rito de Sangre. Bien, Doctor Carvalletti, creo que en la vida real, no estás demasiado lejos de ser exactamente como Z. Duro, arrogante, y dispuesto a hacer lo que sea necesario para cumplir con tu trabajo.
Ella inclinó la cabeza.
—Creo que lo que más te molesta es que, si fueses un Dark Hunter, serías igual a él. Pienso que te mata por dentro saber lo similares que son. ¿Dónde está colgado tu traje negro de Armani? ¿En la casa de Jerry?
—¿Qué eres? ¿La maldita Sherlock Holmes?
Ella sonrió.
—Bastante, excepto que generalmente no me lleva tanto tiempo llegar a la verdad.
Él la miró impasiblemente.
—No necesito que me des una lección de moral, bebé. Sé cómo funciona el mundo.
—No tengo ninguna duda sobre eso. Pero tienes mucho que aprender de la gente. Lo que dicen y lo que sienten rara vez son lo mismo. Ahora mismo sé que me odias. Nada te gustaría más que sacarme a patadas de aquí, y cerrar de un golpe la puerta. Pero date cuenta que no has hecho nada de eso.
—Entonces, ¿cuál es tu punto?
—Mi punto es este. Los Escuderos de Rito de Sangre son los encargados de proteger los mandatos del Consejo, y mantener oculto el mundo de los Dark Hunters. Eso significa que están dispuestos a dar los pasos que sean necesarios, incluyendo el asesinato, para proteger sus secretos. Estoy segura que en alguna parte de tu pasado tuviste que hacer algo desagradable para cumplir con tu juramento de Escudero, y realizar tus tareas. Cuando estabas leyendo ese libro acerca de Zayn, ¿te preguntaste alguna vez cuánto disfrutó? ¿O si simplemente hizo lo que hizo porque era su trabajo?
Otto sacudió la cabeza.
—¿Alguna vez te dijeron que deberías ser abogada?
—Sólo Bill cuando discutimos. Además, me gusta demasiado matar chupasangres como para ser uno de ellos —estiró la mano hacia él—. Tabitha Devereaux. Encantada de conocerte —su confusión la rodeó. Él vaciló antes de estrechar la mano que le ofrecía—. No te preocupes, Otto —le dijo con una sonrisa—. Soy un gusto que se adquiere con el tiempo. La mayoría de mis mejores amigos tuvieron que conocerme por años antes de poder siquiera soportar mi presencia. Soy como el moho, generalmente crezco dentro tuyo lentamente.
—Tú lo dijiste, no yo.
Ella le palmeó el brazo.
—Hazme un favor, sé bueno con Penícula. Creo que hay mucho más en él de lo que vemos.
—Eres la única persona que conozco que piensa de ese modo.
—Sí, bueno, supongo que siento que todos nosotros, los inadaptados, debemos mantenernos unidos. Al menos de ese modo no estamos solos.
Él la miró con un ceño confundido, pero antes que pudiera hacer algún comentario, su teléfono celular sonó.
Tabitha se alejó de él para darle privacidad en su llamado. Fue hacia el vestíbulo, para observar ávidamente el trabajo verdaderamente impresionante de las baldosas del piso.
No fue hasta quedar en el umbral que vio a Zayn parado en el último escalón. A primera vista, podía pasar por una de las estatuas que flanqueaban las escaleras pero, a diferencia de ellas, él era de carne y hueso.
Zayn miró fijamente a Tabitha mientras sus palabras resonaban en su cabeza. Por lo que sabía, nadie lo había defendido jamás.
Ni siquiera una vez en sus dos mil años de vida y muerte.
Y, aunque lo hubiesen hecho, dudaba que hubiese sido tan elocuentemente. Ella estaba en la penumbra de su umbral, con su largo cabello castaño enmarcando un rostro que era abierto y honesto.
El rostro de una mujer que no temía enfrentarse a nadie ni a nada. Jamás había conocido a alguien tan valiente.
—Gracias —le dijo, calmadamente.
—¿Escuchaste? —Él asintió sutilmente—. ¿Cuánto escuchaste?
—Mucho.
Ella pareció incomodarse.
—Podrías habernos hecho saber que estabas aquí. No es agradable escuchar a escondidas.
—Lo sé.
Ella fue a pararse frente a él.
Zayn descendió el escalón. Deseaba tanto tomarla en sus brazos y besarla, pero no podía.
Ella era humana, y él no. La última vez que se había dignado a sentir compasión por una mujer que no era para él, le había causado un dolor que ninguna mujer debería soportar jamás, y había causado su propia muerte.
Pero eso no evitaba que su cuerpo deseara ardientemente a Tabitha. Que su corazón sintiera una extraña punzada, debido al hecho que ella lo hubiese defendido.
Antes de poder detenerse, se estiró y acunó su mejilla marcada con la mano.
Había estado solo tanto tiempo. Aislado. Odiado.
Y esta mujer…
Ella llenaba algún vacío interno que él había olvidado que existía.
El corazón de Tabitha martilleó ante la calidez de la mano en su rostro. La suavidad que veía en sus ojos oscuros y la gratitud que sentía en él. No, él no era lo que Otto creía.
No era frío e insensible. Brutal o violento. Si lo fuese, ella lo sabría. Lo sentiría.
Nada de eso estaba allí. Sólo sentía dolor y soledad proviniendo de Zayn.
Le cubrió la mano con la suya, y le ofreció una sonrisa.
Para su sorpresa, él la devolvió con una propia. Era la primera vez que veía una verdadera sonrisa de él. El gesto suavizaba sus rasgos y tiró con fuerza de su corazón.
Él bajó la cabeza hacia la de ella.
Tabitha abrió los labios, queriendo saborearlo.
—Hey, ¿Zayn?
Él se irguió de un tirón mientras ella luchaba por no maldecir lo oportuno de Otto.
Zayn se alejó de ella dos segundos antes de que Otto apareciera en el vestíbulo.
—¿Sí?
—Ya me voy. Me encontraré con Tad y Kyi de la página web de Dark Hunter. Tendré el teléfono encendido por si necesitas algo.
La mirada de Otto se encontró con la de ella, y pudo sentir su desdén.
Tabitha le sonrió.
—Buenas noches, Otto. No permitas que Tad te meta en problemas.
—¿También conoces a Tad?
—Bebé, conozco a casi todos en esta ciudad.
—Genial —murmuró Otto en voz baja mientras iba hacia la puerta.
En cuanto se cerró detrás de él, Zayn pasó junto a Tabitha.
Por alguna razón que no podía comprender, ella se estiró y atrapó su cabeza con la mano.
Sobresaltado, él abrió la boca.
Incapaz de resistir la tentación, ella se puso en puntas de pie y lo besó.
issadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
MARATON 7/7
Capitulo 5
Capitulo 5
Tabitha no estaba para nada preparada para la reacción de Zayn a su beso. En un rápido y tierno movimiento la acercó a sí, la levantó del suelo, giró y luego la recostó sobre las pulidas escaleras. No era la más cómoda de las posiciones, pero era extrañamente erótica.
Aún así, no era rival para su beso caliente y exigente, que la dejó débil y sin respiración. Su cuerpo largo y masculino yacía entre sus piernas, mientras él mantenía todo su peso sobre una rodilla. Ella podía sentir la erección presionando contra su centro, mientras su propio cuerpo ardía por sentirlo de este modo, desnudo.
El intenso y delicioso aroma de Zayn la atravesó, excitándola aún más.
No había nada civilizado ni correcto en la manera en que la besaba. Nada civilizado en la manera en que la abrazaba. Era crudo y mundano. Prometedor.
Tabitha envolvió sus piernas alrededor de la delgada cintura mientras le devolvía el beso con todas sus fuerzas.
Zayn no podía pensar mientras la saboreaba. Mientras la sentía. Ella lo envolvía en un capullo con su calidez y su pasión.
Apenas podía contenerse para no tomarla en las escaleras como un bárbaro jefe militar.
—Tienes que dejar de besarme, Tabitha —le susurró entrecortadamente.
—¿Por qué?
Él siseó mientras ella mordía suavemente su mentón.
—Porque si no lo haces, te haré el amor, y eso es lo último que cualquiera de nosotros necesita.
Tabitha trazó el contorno de los labios de Zayn con la lengua mientras él hablaba. Lo único que quería era quitarle la ropa y explorar cada centímetro de su exquisito y masculino cuerpo con la boca. Lamerlo y provocarlo hasta que rogara por su piedad.
Pero él tenía razón. Era lo último que necesitaban. Él era un Dark Hunter que tenía prohibido tener novia y, aún peor, no era el tipo de chico que pudiera presentarle a su familia alguna vez.
Todos se pondrían en su contra por entablar amistad con el enemigo más odiado de su cuñado. Nick había sido más que aceptado en su enorme familia. Todos lo querían.
Incluso Tabitha. ¿Cómo podría lastimarlo de este modo?
No, no era justo para ninguno de ellos.
—Está bien —dijo tranquilamente—. Pero primero tendrás que salir de encima de mí.
Eso fue lo más difícil que Zayn tuvo que hacer en su vida. Todo lo que su corazón deseaba era quedarse allí mismo donde estaba. Pero no podía, y lo sabía.
Respirando profundamente, se obligó a levantarse y ayudarla a ponerse en pie.
Su cuerpo seguía duro, le costaba respirar. No soportaba estar cerca de ella sin tocarla. Pero, por otro lado, estaba acostumbrado al control.
Lo habían criado de ese modo. Lo que jamás había esperado era la necesidad casi animal que sentía por tomarla. Era primitiva y exigente. Feroz. Y lo único que anhelaba era probar a Tabitha.
—Supongo que esta es la parte en la que nos separamos —dijo, con voz entrecortada.
Tabitha asintió. Pasó tan cerca de ella que pudo oler su aroma crudo e innatamente masculino. Hizo que su corazón se acelerara y alimentó aún más su deseo.
Apenas podía evitar acercarse a él. Anhelando, lo vio abrir la puerta principal de su casa.
—Gracias, Tabitha —dijo calmadamente.
Ella sintió su tristeza y la hizo sufrir aún más.
—No te metas en problemas, Z. Intenta que no vuelvan a apuñalarte.
Él asintió y se mantuvo rígido y formal. Pero se rehusó a mirarla.
Suspirando nostálgicamente por algo que no podía ser evitado, Tabitha se obligó a partir.
Había terminado.
Impulsivamente, volvió la vista mientras la puerta se cerraba. No había señales de Zayn. Ni una.
Excepto por un sexto sentido que le decía que aún estaba observándola.Zayn no podía apartar su mirada de Tabitha mientras ella subía a su auto. No comprendía por qué sentía el impulso de correr hacia la puerta y detenerla.
Ella no era como Agrippina. Tabitha no era tranquilizadora ni reconfortante, y sin embargo…
Su corazón sufrió mientras ella salía rápidamente del camino de su casa y de su vida.
Estaba solo otra vez.
Pero, por otra parte, siempre lo había estado. Incluso cuando Agrippina había vivido en su hogar, se había mantenido apartado. La había observado de lejos. La había deseado cada noche, y sin embargo jamás la había tocado.
No le correspondía. Él había sido un noble y ella no más que una esclava de humilde cuna que servía en su casa. Si hubiese sido uno de sus hermanos, la habría tomado sin cuestionarlo. Pero no había estado en él aprovecharse de ella. Forzarla a ir a su cama.
Ella no se hubiera atrevido a negarse. Los esclavos no tenían nada de control sobre sus vidas, especialmente cuando tenía algo que ver con sus amos.
Cada vez que la había visto, había tenido en la punta de la lengua pedirle que se acostara con él.
Y cada vez que había abierto la boca, la había cerrado rápidamente, rehusándose a pedirle algo en lo que ella no tenía voz. Entonces, la había llevado a su casa para salvarla de lo que otros miembros de su familia podrían hacerle.
Zayn dio un respingo mientras recordaba la noche en que sus hermanos habían ido a buscarlo. La noche en que habían encontrado su estatua y se habían dado cuenta de quién era.
Maldiciendo, se apartó de la ventana y obligó a esos pensamientos a apartarse de su mente.
Jamás había sido su destino ayudar a nadie.
Había nacido para estar solo. Para no tener amigos ni confidentes. Para no reír ni jugar jamás.
No se podía luchar contra el destino. No se podía esperar otra cosa. Había nacido a esta vida del mismo modo en que había nacido a la anterior.
Tabitha se había ido.
Y era lo mejor.
Con el pecho apretado, subió por las escaleras de caoba hacia su habitación. Se ducharía, cambiaría de ropa, y entonces haría el trabajo con el que se había comprometido.Tabitha condujo su auto de regreso a lo de Tia, donde vio el Toyota de Amanda en la calle. Entró, y estaba bajando del auto cuando Amanda y Tia salieron por la puerta trasera.
—Hey, Mandy —dijo Tabitha, acortando la distancia para poder abrazar a su gemela.
—Entonces, ¿quién era el hombre hermoso con el que estabas? Tia dijo que no mencionaste su nombre.
Tabitha se obligó a no enviar ningún pensamiento o emoción inconsciente a su hermana melliza.
—Es sólo un amigo.
Amanda sacudió la cabeza.
—Tabby —la regañó—. Tienes que dejar de pasar tiempo con tus amigos homosexuales y buscarte un novio.
—A mí no me pareció homosexual —dijo Tia—. Pero estaba bien vestido.
—¿Dónde está la bebé M? —preguntó Tabitha, intentando sacar del tema a ambas.
—En casa. Sabes cómo es Ash. Se rehúsa a permitir que abandone el edificio una vez que cae el sol.
Tabitha asintió.
—Sí, estoy de acuerdo con él. Es una niñita muy especial, que necesita protección.
—Yo también concuerdo, pero odio dejar a mi bebé. Siento como si me faltara un órgano vital —Amanda sostuvo su talismán de plata—. Tia me hizo prometer que lo colgaría en la habitación de Marissa.
—Buen consejo.
Amanda frunció el ceño.
—¿Segura que estás bien? Hay algo muy extraño en ti esta noche.
—Siempre hay algo extraño en mí.
Amanda y Tia rieron.
—Es cierto —concordó Amanda—. Está bien, entonces dejaré de preocuparme.
—Por favor. Una madre es suficiente.
Amanda la besó en la mejilla.
—Las veré más tarde.
Ni Tabitha ni Tia hablaron hasta que Amanda subió a su auto y partió. Tabitha metió sus manos en los bolsillos y giró para enfrentar el ceño fruncido de su hermana.
—¿Qué?
—¿Quién era él, en realidad?
—¿Qué sucede con ustedes? No es nadie por quien debas preocuparte.
—¿Era un Dark Hunter?
—Basta, Gladys —dijo Tabitha, refiriéndose a la entrometida vecina de “Hechizada”, el programa de TV que le había dado nombre a Tabitha—. No hay ronda de gratificación para Veinte Preguntas y tengo cosas que hacer. Nos vemos.
—¡Tabitha! —Tia la siguió por la calle—. Tú no sueles ser sigilosa en nada. Me pones nerviosa.
Tabitha respiró hondo y enfrentó a su hermana mayor.
—Mira, él sólo era alguien que necesitaba ayuda, y se la presté. Ahora regresó a su vida y yo a la mía. No necesitamos una conferencia familiar por eso.
Tia hizo un sonido de desaprobación.
—Eres tan exasperante. ¿Por qué no puedes simplemente responder a mi pregunta?
—Buenas noches, Tia. Te quiero.
Tabitha continuó caminando y agradeció que su hermana se detuviera y regresara a su tienda.
Aliviada, se dirigió a la calle Bourbon sin un destino fijo. Buscaría algo de comida para los indigentes y luego haría sus rondas.
—¡Oh, es Tabitha!
Ella giró ante la distintiva voz cantarina que conocía extremadamente bien. Acercándose por detrás estaba la demonio de Ash, Simi, quien parecía una mujer de diecinueve o veinte años exteriormente. Esta noche Simi llevaba una minifalda negra, leggings púrpura, y un corset de un tono subido. Vestía un par de botas stiletto altas hasta los muslos y llevaba una cartera en forma de ataúd de PVC. Su largo cabello negro estaba suelto sobre sus hombros.
issadanger
Re: AFERRATE A LA NOCHE - ZAYN Y TABITHA TERMINADA
BUENO MIS NIÑAS ESPERO LES HALLA GUSTADO EL MARATON ESPRO QUE COMENTEN MUCHOOOOOOOO ASI QUE BUENO LAS DEJO JIJI Y LAS QUIERO GRACIAS POR LEER MIS NOVES JIJI
issadanger
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