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EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
Nombre: El Impostor
Autor: Anne Stuart
Adaptación: Sí
Género: Misterio, Romance, Drama
Advertencias: Algunos capítulos son Hot
Otras páginas: No
ARGUMENTO...
En la mansión de los Horan todos aguardan la muerte inminente de Sally, matriarca de la familia. Sólo su hija adoptiva, la joven ________ Smith, parece sufrir ante la evidencia del fatal desenlace y procura hacer todo lo posible para ayudarla en esos difíciles momentos. ________ sabe que la única persona capaz de devolver a su madre la paz necesaria para enfrentarse a la muerte es Niall Horan, su verdadero hijo. Pero Niall desapareció hace ya muchos años y nadie ha vuelto a saber nada de él... hasta esta noche.
SU IDENTIDAD ES UN MISTERIO
Conoce muy bien la fama de rebelde y consentido que tenía Niall Horan cuando huyó hace casi veinte años y no espera un gran recibimiento. Pero ahora que ha vuelto, no piensa renunciar a nada: ni al amor de Sally ni, por supuesto, a la cuantiosa herencia que percibirá cuando ella muera. Sin embargo, alguien va a entrometerse en sus planes: ________. Niall casi había olvidado sus ojos, inteligentes, curiosos y demasiado atractivos como para resistirse a mirarlos, aunque sabe que al hacerlo corre el riesgo de poner al descubierto su verdadera identidad.
Y ELLA CREE CONOCERLA
________ observa aterrorizada al extraño que dice ser Niall Horan. Es verdad que tiene su mismo rostro y su misma figura, que sus gestos son idénticos a los de Niall y que sus maneras no han cambiado. Pero ________ sabe que se trata de un impostor. Porque ella es la única testigo de la desaparición de Niall Horan aquella lejana noche, la única que vio cómo caía en una playa solitaria, asesinado. Sin embargo, si es cierto que Niall murió, ¿quién es entonces este extraño que parece conocer todos sus secretos? ¿Y por qué ha logrado que renazca en ella esa mezcla de atracción y odio que Niall siempre le provocaba?...
Autor: Anne Stuart
Adaptación: Sí
Género: Misterio, Romance, Drama
Advertencias: Algunos capítulos son Hot
Otras páginas: No
ARGUMENTO...
En la mansión de los Horan todos aguardan la muerte inminente de Sally, matriarca de la familia. Sólo su hija adoptiva, la joven ________ Smith, parece sufrir ante la evidencia del fatal desenlace y procura hacer todo lo posible para ayudarla en esos difíciles momentos. ________ sabe que la única persona capaz de devolver a su madre la paz necesaria para enfrentarse a la muerte es Niall Horan, su verdadero hijo. Pero Niall desapareció hace ya muchos años y nadie ha vuelto a saber nada de él... hasta esta noche.
SU IDENTIDAD ES UN MISTERIO
Conoce muy bien la fama de rebelde y consentido que tenía Niall Horan cuando huyó hace casi veinte años y no espera un gran recibimiento. Pero ahora que ha vuelto, no piensa renunciar a nada: ni al amor de Sally ni, por supuesto, a la cuantiosa herencia que percibirá cuando ella muera. Sin embargo, alguien va a entrometerse en sus planes: ________. Niall casi había olvidado sus ojos, inteligentes, curiosos y demasiado atractivos como para resistirse a mirarlos, aunque sabe que al hacerlo corre el riesgo de poner al descubierto su verdadera identidad.
Y ELLA CREE CONOCERLA
________ observa aterrorizada al extraño que dice ser Niall Horan. Es verdad que tiene su mismo rostro y su misma figura, que sus gestos son idénticos a los de Niall y que sus maneras no han cambiado. Pero ________ sabe que se trata de un impostor. Porque ella es la única testigo de la desaparición de Niall Horan aquella lejana noche, la única que vio cómo caía en una playa solitaria, asesinado. Sin embargo, si es cierto que Niall murió, ¿quién es entonces este extraño que parece conocer todos sus secretos? ¿Y por qué ha logrado que renazca en ella esa mezcla de atracción y odio que Niall siempre le provocaba?...
Última edición por Adriana Horan el Mar 09 Jul 2013, 12:50 pm, editado 6 veces
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
Me presento, me llamo Adriana y soy de España. Intentaré subir capítulo todos os días. Por favor COMENTAD, y FANTASMAS NO :) :(L):
Última edición por Adriana Horan el Sáb 01 Jun 2013, 2:40 am, editado 2 veces
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
CAPÍTULO 1 (PARTE 1)
Le despertó la cegadora luz blanca de una tormenta de nieve de fines de primavera. Profiriendo un sordo gemido, ________ se puso boca arriba, pero la deslumbrante luz se coló por una rendija de las gruesas cortinas y logró introducirse por debajo de sus párpados. Era imposible ignorarla.
Soltó un profundo y sufrido suspiro. Había dormido sola, siempre lo había hecho, y probablemente siempre lo haría, de modo que podía suspirar hasta saciarse. «Odio Vermont», murmuró con amargura.
En abril nevaba a raudales; también en septiembre y ya había tenido que pasar por ello. Ocho meses atrás no le había importado. Su lado más cándido se había deleitado con las neviscas derritiéndose sobre las hojas de intensos colores. Ocho meses atrás desconocía lo realmente largo y aburrido que podía ser el invierno en Vermont.
La casa estaba tranquila; cosa que era de esperar teniendo en cuenta que la finca de los Horan estaba cuidada por los criados más cualificados que el dinero pudiera comprar, y nada, ni siquiera una mota de polvo o un ruido involuntario, perturbaba nunca la aparente tranquilidad.
A veces, como ahora, ________ deseaba bajar hasta el vestíbulo de parqué de roble corriendo descalza y cantando con todas sus fuerzas. A veces quería reír en voz alta, gritar de rabia, llorar a solas. Pero en la actualidad esas veces eran menos frecuentes. Era una mujer sensible, que aceptaba lo bueno y lo malo de la vida. A todas horas rezaba en voz baja una oración que la serenaba, y la mayor parte de las veces se sentía tan tranquila y dócil como aparentaba. La buena y dulce ________. Leal y noble, con quien uno siempre podía contar.
La nieve densa era una de las cosas que escapaban a su control. Se levantó de la cama y descorrió las cortinas, dejando que entrara la deslumbrante luz por la ventana. Fuera estaba silencioso y hacía frío; la noche había dejado más de un palmo de nieve en el sur de Vermont, pero los encargados de mantenimiento ya la estaban despejando de acuerdo con su habitual y discreta eficacia. ________ apoyó la frente en el traslúcido cristal, respirando profundamente. Tal vez se sentiría mejor envuelta por el aire fresco y frío del exterior. Incluso aunque necesitara desesperadamente los rayos del sol para calentar sus huesos y no congelarse.
Siempre podía volver a meterse en la cama, subiendo el edredón hasta taparse las orejas, pero por alguna razón esa nunca había sido una opción, no desde el otoño pasado en que, al volver a casa para cuidar de tía Sally, se había trasladado al antiguo cuarto de Niall . Hacía más de diez años que Sally había guardado las pertenencias de éste en el cuarto trastero, y ________ había comprado muebles nuevos, así como cortinas y alfombras, y una enorme cama antigua en un vano intento por sentirse como en casa. Pero eso no sucedió nunca.
Niall llevaba mucho tiempo fuera; de ser ingenua pensaría que le habían olvidado por completo. Sin embargo, todos se acordaban del hijo perdido, hasta los poderosos e inalterables Horan.
Suspiró. Tal vez debería reclamar la habitación pequeña y funcional del ala este, donde había dormido siempre que venía de visita. Al menos allí se sentía cómoda, y no como una impostora que usurpaba la mejor habitación de la casa.
Estaba siendo ridícula y lo sabía. Pero se sentía extrañamente inquieta desde hacía ya algunas semanas. Como si algo crucial estuviese a punto de ocurrir.
Se empezó a alejar de la ventana, que se heló. Alguien había dejado el coche aparcado en la entrada del camino que rodeaba la casa, justo enfrente de la puerta, a primera vista sencilla, del edificio principal. Había un jeep negro viejo y oxidado sobre la nieve, y a juzgar por la altura de la nieve que cubría los tapacubos, dedujo que debía hacer horas que estaba allí. La noche anterior ________ se había ido a la cama hacia las once y no lo había visto. Se había levantado un poco más tarde de lo habitual, pero aun así apenas pasaban unos minutos de las ocho. ¿Quién, por el amor de Dios, podía haber llegado en plena madrugada? ¿Le habría pasado algo a tía Sally mientras ________ había permanecido echada en la cama quejándose del tiempo?
Tenía un armario lleno de camisones de seda, regalos todos ellos de diversos miembros, carentes de imaginación, de la familia Horan. ________ usaba camisetas grandes para dormir, y así corrió hasta el vestíbulo, descalza y sin tomarse la molestia de ponerse un albornoz encima.
La casa principal de la mansión de los Horan consistía en un edificio central con un ala a cada lado. La habitación de ________ estaba en el segundo piso; las dependencias de tía Sally ocupaban la totalidad del primer piso del ala oeste. No se oyó ni un ruido mientras ________ bajaba las escaleras corriendo y llegaba a la habitación de Sally, cuya puerta estaba abierta, sin aliento y aterrada.
La anciana estaba tumbada en la cama de hospital que había al fondo de la habitación, tranquila, callada y con los ojos cerrados. Las cortinas estaban echadas, y sólo una tenue luz penetraba la artificial penumbra. Tía Sally llevaba más de un año postrada en la cama, cada vez más cerca de la muerte, pero por muy cerca que se esté de ella, uno nunca está preparado del todo.
—¡Tía Sally! —La voz de ________ se rompía mientras se adentraba en las sombras, dispuesta a arrojarse sobre la cama y llorar.
Un brazo salió disparado, agarrándola antes de que pudiera cruzar la habitación, y estaba demasiado asustada para hacer algo que no fuera dejarse llevar de puro pánico.
Con los ojos medio abiertos, tía Sally intentó reconocerla en la oscuridad.
—¿Eres tú, ________? —preguntó con voz somnolienta pero sorprendentemente fuerte.
Quienquiera que la estuviese sujetando no parecía tener intención de soltarla, pero ahora la atención de ________ estaba centrada en la mujer que había sido como una madre para ella.
—¡Estás bien! —exclamó, sin tratar de disimular el alivio que sentía. — Pensaba que te había ocurrido algo.
El arrugado rostro de tía Sally parecía extrañamente luminoso.
—Y así es, ________. Ha ocurrido lo mejor del mundo.
Entonces ________ se dio cuenta de que alguien le seguía impidiendo acercarse a tía Sally. Se dio la vuelta; él le soltó el brazo y retrocedió. Ella alzó la vista y le miró fijamente, en silencio, asombrada, observándole de arriba abajo.
—Ha vuelto —anunció tía Sally, con voz inequívocamente alegre—. Ha vuelto a mí.
Hablaba como si acabase de recuperar a un amante perdido. El hombre debía de tener entre treinta y cuarenta años, cosa que hacía descartar tal posibilidad. Era alto, aunque no tanto como algunos fa miliares de tía Sally, delgado, llevaba unos tejanos desteñidos y un jersey grueso de algodón que había conocido épocas mejores. Su pelo rubio necesitaba un corte; su atractivo rostro, un afeitado. No había nada que reprocharles a sus impresionantes ojos azules, salvo desear que no la escrutaran con expresión tan cínica.
No le había visto en su vida; estaba completamente segura de eso.
—¿Quién? —preguntó, clavando los ojos en él—. ¿Quién ha vuelto?
Su sonrisa no era especialmente desagradable; tan sólo ligeramente burlona, como si hubiese esperado que ella reaccionara así.
—¿No te acuerdas de mí, ________? —murmuró él. Su tono de voz era grave, algo ronco, la voz de un fumador—. ¡Menudo chasco!
—No te conozco. —No quería conocerle. Le envolvía un aura de peligro que era ilógica a la par que inconfundible.
—Es Niall, ________ —dijo tía Sally con júbilo—. Mi hijo ha vuelto a casa.
________, incrédula, se quedó paralizada. Tendría que haberse sorprendido, pero en el fondo una parte de sí misma había adivinado quién era. Quién fingía ser.
Niall Horan, el único hijo de Sally Horan, heredero de la mitad de su fortuna, había vuelto en el momento oportuno, casi veinte años después de su desaparición. Demasiado bonito para ser verdad.
________________________________________________________________________________________________
Aquí os dejo la primera parte del primer capítulo, mañana intentaré subir la segunda. Espero que os guste y que comentéis mucho! :) :(L):
Le despertó la cegadora luz blanca de una tormenta de nieve de fines de primavera. Profiriendo un sordo gemido, ________ se puso boca arriba, pero la deslumbrante luz se coló por una rendija de las gruesas cortinas y logró introducirse por debajo de sus párpados. Era imposible ignorarla.
Soltó un profundo y sufrido suspiro. Había dormido sola, siempre lo había hecho, y probablemente siempre lo haría, de modo que podía suspirar hasta saciarse. «Odio Vermont», murmuró con amargura.
En abril nevaba a raudales; también en septiembre y ya había tenido que pasar por ello. Ocho meses atrás no le había importado. Su lado más cándido se había deleitado con las neviscas derritiéndose sobre las hojas de intensos colores. Ocho meses atrás desconocía lo realmente largo y aburrido que podía ser el invierno en Vermont.
La casa estaba tranquila; cosa que era de esperar teniendo en cuenta que la finca de los Horan estaba cuidada por los criados más cualificados que el dinero pudiera comprar, y nada, ni siquiera una mota de polvo o un ruido involuntario, perturbaba nunca la aparente tranquilidad.
A veces, como ahora, ________ deseaba bajar hasta el vestíbulo de parqué de roble corriendo descalza y cantando con todas sus fuerzas. A veces quería reír en voz alta, gritar de rabia, llorar a solas. Pero en la actualidad esas veces eran menos frecuentes. Era una mujer sensible, que aceptaba lo bueno y lo malo de la vida. A todas horas rezaba en voz baja una oración que la serenaba, y la mayor parte de las veces se sentía tan tranquila y dócil como aparentaba. La buena y dulce ________. Leal y noble, con quien uno siempre podía contar.
La nieve densa era una de las cosas que escapaban a su control. Se levantó de la cama y descorrió las cortinas, dejando que entrara la deslumbrante luz por la ventana. Fuera estaba silencioso y hacía frío; la noche había dejado más de un palmo de nieve en el sur de Vermont, pero los encargados de mantenimiento ya la estaban despejando de acuerdo con su habitual y discreta eficacia. ________ apoyó la frente en el traslúcido cristal, respirando profundamente. Tal vez se sentiría mejor envuelta por el aire fresco y frío del exterior. Incluso aunque necesitara desesperadamente los rayos del sol para calentar sus huesos y no congelarse.
Siempre podía volver a meterse en la cama, subiendo el edredón hasta taparse las orejas, pero por alguna razón esa nunca había sido una opción, no desde el otoño pasado en que, al volver a casa para cuidar de tía Sally, se había trasladado al antiguo cuarto de Niall . Hacía más de diez años que Sally había guardado las pertenencias de éste en el cuarto trastero, y ________ había comprado muebles nuevos, así como cortinas y alfombras, y una enorme cama antigua en un vano intento por sentirse como en casa. Pero eso no sucedió nunca.
Niall llevaba mucho tiempo fuera; de ser ingenua pensaría que le habían olvidado por completo. Sin embargo, todos se acordaban del hijo perdido, hasta los poderosos e inalterables Horan.
Suspiró. Tal vez debería reclamar la habitación pequeña y funcional del ala este, donde había dormido siempre que venía de visita. Al menos allí se sentía cómoda, y no como una impostora que usurpaba la mejor habitación de la casa.
Estaba siendo ridícula y lo sabía. Pero se sentía extrañamente inquieta desde hacía ya algunas semanas. Como si algo crucial estuviese a punto de ocurrir.
Se empezó a alejar de la ventana, que se heló. Alguien había dejado el coche aparcado en la entrada del camino que rodeaba la casa, justo enfrente de la puerta, a primera vista sencilla, del edificio principal. Había un jeep negro viejo y oxidado sobre la nieve, y a juzgar por la altura de la nieve que cubría los tapacubos, dedujo que debía hacer horas que estaba allí. La noche anterior ________ se había ido a la cama hacia las once y no lo había visto. Se había levantado un poco más tarde de lo habitual, pero aun así apenas pasaban unos minutos de las ocho. ¿Quién, por el amor de Dios, podía haber llegado en plena madrugada? ¿Le habría pasado algo a tía Sally mientras ________ había permanecido echada en la cama quejándose del tiempo?
Tenía un armario lleno de camisones de seda, regalos todos ellos de diversos miembros, carentes de imaginación, de la familia Horan. ________ usaba camisetas grandes para dormir, y así corrió hasta el vestíbulo, descalza y sin tomarse la molestia de ponerse un albornoz encima.
La casa principal de la mansión de los Horan consistía en un edificio central con un ala a cada lado. La habitación de ________ estaba en el segundo piso; las dependencias de tía Sally ocupaban la totalidad del primer piso del ala oeste. No se oyó ni un ruido mientras ________ bajaba las escaleras corriendo y llegaba a la habitación de Sally, cuya puerta estaba abierta, sin aliento y aterrada.
La anciana estaba tumbada en la cama de hospital que había al fondo de la habitación, tranquila, callada y con los ojos cerrados. Las cortinas estaban echadas, y sólo una tenue luz penetraba la artificial penumbra. Tía Sally llevaba más de un año postrada en la cama, cada vez más cerca de la muerte, pero por muy cerca que se esté de ella, uno nunca está preparado del todo.
—¡Tía Sally! —La voz de ________ se rompía mientras se adentraba en las sombras, dispuesta a arrojarse sobre la cama y llorar.
Un brazo salió disparado, agarrándola antes de que pudiera cruzar la habitación, y estaba demasiado asustada para hacer algo que no fuera dejarse llevar de puro pánico.
Con los ojos medio abiertos, tía Sally intentó reconocerla en la oscuridad.
—¿Eres tú, ________? —preguntó con voz somnolienta pero sorprendentemente fuerte.
Quienquiera que la estuviese sujetando no parecía tener intención de soltarla, pero ahora la atención de ________ estaba centrada en la mujer que había sido como una madre para ella.
—¡Estás bien! —exclamó, sin tratar de disimular el alivio que sentía. — Pensaba que te había ocurrido algo.
El arrugado rostro de tía Sally parecía extrañamente luminoso.
—Y así es, ________. Ha ocurrido lo mejor del mundo.
Entonces ________ se dio cuenta de que alguien le seguía impidiendo acercarse a tía Sally. Se dio la vuelta; él le soltó el brazo y retrocedió. Ella alzó la vista y le miró fijamente, en silencio, asombrada, observándole de arriba abajo.
—Ha vuelto —anunció tía Sally, con voz inequívocamente alegre—. Ha vuelto a mí.
Hablaba como si acabase de recuperar a un amante perdido. El hombre debía de tener entre treinta y cuarenta años, cosa que hacía descartar tal posibilidad. Era alto, aunque no tanto como algunos fa miliares de tía Sally, delgado, llevaba unos tejanos desteñidos y un jersey grueso de algodón que había conocido épocas mejores. Su pelo rubio necesitaba un corte; su atractivo rostro, un afeitado. No había nada que reprocharles a sus impresionantes ojos azules, salvo desear que no la escrutaran con expresión tan cínica.
No le había visto en su vida; estaba completamente segura de eso.
—¿Quién? —preguntó, clavando los ojos en él—. ¿Quién ha vuelto?
Su sonrisa no era especialmente desagradable; tan sólo ligeramente burlona, como si hubiese esperado que ella reaccionara así.
—¿No te acuerdas de mí, ________? —murmuró él. Su tono de voz era grave, algo ronco, la voz de un fumador—. ¡Menudo chasco!
—No te conozco. —No quería conocerle. Le envolvía un aura de peligro que era ilógica a la par que inconfundible.
—Es Niall, ________ —dijo tía Sally con júbilo—. Mi hijo ha vuelto a casa.
________, incrédula, se quedó paralizada. Tendría que haberse sorprendido, pero en el fondo una parte de sí misma había adivinado quién era. Quién fingía ser.
Niall Horan, el único hijo de Sally Horan, heredero de la mitad de su fortuna, había vuelto en el momento oportuno, casi veinte años después de su desaparición. Demasiado bonito para ser verdad.
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Aquí os dejo la primera parte del primer capítulo, mañana intentaré subir la segunda. Espero que os guste y que comentéis mucho! :) :(L):
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
Holaaa! nueva, primera y fiel lectora here!:3 además también es el primer mensaje que hago porque esta cuenta es nueva jajajaja bueno me presento :) Me llamo Sandra Ballestero (aunque me suelen llamar Sandriss), tengo 14 años y tambien soy de España asdfghjklñ, soy #Belieber #Directioner #Jedhead #TWFanmily #Mixer #Brat #Mayniac #Sheerio #Mateista #Tributo #Arianator, y amo ∞Pretty Little Liars∞..
Me E-N-C-A-N-T-O el primer capítulo y por eso estoy aqui xD porfiss no me hagas esperar mucho para el segundo capi :33 es que de verdad que estoy muy intrigada por saber que pasa con ese ``impostor´´ jajaja bueno cielo te dejo ya :) bye!Bss xx
Me E-N-C-A-N-T-O el primer capítulo y por eso estoy aqui xD porfiss no me hagas esperar mucho para el segundo capi :33 es que de verdad que estoy muy intrigada por saber que pasa con ese ``impostor´´ jajaja bueno cielo te dejo ya :) bye!Bss xx
Sandriss_lalalol
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
Sandriss_lalalol escribió:Holaaa! nueva, primera y fiel lectora here!:3 además también es el primer mensaje que hago porque esta cuenta es nueva jajajaja bueno me presento :) Me llamo Sandra Ballestero (aunque me suelen llamar Sandriss), tengo 14 años y tambien soy de España asdfghjklñ, soy #Belieber #Directioner #Jedhead #TWFanmily #Mixer #Brat #Mayniac #Sheerio #Mateista #Tributo #Arianator, y amo ∞Pretty Little Liars∞..
Me E-N-C-A-N-T-O el primer capítulo y por eso estoy aqui xD porfiss no me hagas esperar mucho para el segundo capi :33 es que de verdad que estoy muy intrigada por saber que pasa con ese ``impostor´´ jajaja bueno cielo te dejo ya :) bye!Bss xx
Hola Sandra!!
Me alegro muchísimo de que te haya gustado tanto el capítulo, y tranquila que mañana tendrás la segunda parte. Un besito guapa :) :(L):
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
CAPÍTULO 1 (PARTE 2)
—¿Acaso no piensas darme la bienvenida, ________? —le preguntó tras un largo y tenso silencio—. ¿A mí, el hijo pródigo que ha vuelto al seno de su adorada familia?
Sentía la mirada inquieta de Sally, que era más fuerte que el brillo burlón de los ojos azules de ese hombre. Quería gritarle, pero se lo impidió su amor por Sally. Sally le había aceptado; Sally había sido engañada. ________ tendría que ser realmente cauta.
—Bienvenido a casa —dijo, forzando las palabras.
Sally se reclinó y sonrió, cerrando los ojos. Pero con esas palabras no logró engañar ni por un momento al hombre que se hacía llamar Niall Horan.
—Creo que mi madre necesita dormir —opinó con suavidad—. Me temo que la desperté ayer noche al llegar, y la emoción le impidió conciliar el sueño.
—Ha estado muy enferma —añadió ________, tratando de contener la rabia que sentía.
—Se está muriendo —dijo él rotundamente. La miró a los ojos—. ¿Por qué no nos tomamos un café y me cuentas todos los detalles? Seguro que Constanza nos preparará algo de comida.
—¿Cómo sabes que Constanza aún trabaja aquí?
—La vi ayer noche. Rubén y ella lloraron de emoción al verme —explicó él—. No pareces alegrarte mucho de que esté aquí, ________. ¿Acaso he estropeado algo con mi inesperado regreso?
—En absoluto.
Entonces sonrió; una sonrisa fría que seguía siendo sorprendentemente sexy.
—¿Por qué no lo hablamos? Por mí no es necesario que te vistas. Veo que te has convertido en una mujer muy guapa.
Probablemente su intención era ponerla nerviosa, pero aunque no corriera sangre Horan por sus venas, había estado rodeada de ellos toda su vida. Levantó la cabeza con aires de suficiencia, dejando a un lado el hecho de que llevaba únicamente una camiseta roja, con la figura de un tigre en su parte frontal, que le llegaba hasta la mitad de sus largas y desnudas piernas..
—Estaré lista en cinco minutos —dijo con frialdad—. Me reuniré contigo en la oficina. —Esperó a que le contestara.
—He estado fuera durante casi veinte años, ________. Por aquel entonces no había ninguna oficina.
—Pregúntaselo a Constanza —replicó, dándole la espalda, resistiendo el impulso de estirarse la camiseta hasta las rodillas.
Esperó a llegar a su habitación para dejar aflorar su reacción. Cerró la puerta tras de sí, se apoyó contra ella, y un escalofrío recorrió todo su cuerpo al recordar los ojos observadores y burlones de aquel extraño.
Porque se trataba de un extraño; de eso estaba totalmente segura. Había pasado gran parte de su más tierna infancia cerca de Niall Horan, sus cicatrices, tanto físicas como psíquicas, aún podían atestiguarlo. Y el hombre que estaba en la habitación de tía Sally no era más que un impostor y, dada la enorme cantidad de dinero que es taba en juego, también un criminal.
Antes de volver a salir de la habitación, se vistió apresuradamente, abriendo y cerrando cajones de golpe y apenas deteniéndose a pasarse un cepillo por el pelo. No se fiaba de lo que él pudiera hacer por la casa estando solo. No se fiaba de él lo más mínimo.
Rondaba los catorce años cuando vio por última vez al único hijo verdadero de Sally Horan. Niall había sido un monstruo desde la niñez, o al menos eso es lo que le habían dicho, y la adolescencia no le ayudó mucho. Era salvaje, peligroso, demasiado guapo para no ser un creído, y no había quien le controlara; ni siquiera el estirado de su tío Warren, que consideraba que tanto su sobrino como el resto de niños en general eran desagradables extraterrestres; ni su estricta madre, que vivía conforme a unas reglas, pero que se ablandaba al estar cara a cara con su amado hijo. Robó, mintió, actuó de forma inmoderada, y Rubén y Constanza siguieron encontrando cigarrillos y marihuana en su cuarto.
Rubén le encubría, pero ________ había oído lo que comentaban los mayores. Y todas las noches rezaba para que le mandaran fuera, a un colegio militar, a un reformatorio, a algún sitio donde lograran quitarle tantas tonterías de la cabeza y se aseguraran de no dejarle volver nunca para atormentar a esa joven que en realidad no era su hermana, y que jamás pertenecería del todo a la distinguida familia Horan. A esa joven que bebía los vientos por él absurda e irremediablemente sin que nada pudiera impedirlo, fuese lo horrible que fuese.
Al final no le mandaron fuera. Simplemente se fue, llevándose consigo todo el dinero que había en la casa, la hucha de la cocina, los ahorros de Constanza, el cerdito de ________ lleno de dinero, que la última vez que contó sumaba ochenta y seis mil setecientos dólares. No tuvo tiempo de echar mano de la impresionante colección de joyas de su madre, pero con motivo de sus cumpleaños y Navidad, ________, a sus precoces trece años, ya había recibido valiosas joyas de oro. También se las llevó en su huida.
Ni los mejores investigadores privados ni las fuerzas policiales más experimentadas fueron capaces de encontrar rastro alguno de él durante los siguientes años. Warren había investigado e informó a su hermana de que su hijo, definitivamente había desaparecido, la lucha se desató entre ellos y les mantuvo distanciados durante casi toda una década.
Y ahora la oveja negra había vuelto. O alguien que se hacía pasar por Niall Horan. Y ________ no estaba segura de cuál de los dos sería más peligroso; si el verdadero Niall o su impostor.
____________________________________________________________
Aquí os dejo la segunda parte del capítulo, espero que os guste :) :(L):
—¿Acaso no piensas darme la bienvenida, ________? —le preguntó tras un largo y tenso silencio—. ¿A mí, el hijo pródigo que ha vuelto al seno de su adorada familia?
Sentía la mirada inquieta de Sally, que era más fuerte que el brillo burlón de los ojos azules de ese hombre. Quería gritarle, pero se lo impidió su amor por Sally. Sally le había aceptado; Sally había sido engañada. ________ tendría que ser realmente cauta.
—Bienvenido a casa —dijo, forzando las palabras.
Sally se reclinó y sonrió, cerrando los ojos. Pero con esas palabras no logró engañar ni por un momento al hombre que se hacía llamar Niall Horan.
—Creo que mi madre necesita dormir —opinó con suavidad—. Me temo que la desperté ayer noche al llegar, y la emoción le impidió conciliar el sueño.
—Ha estado muy enferma —añadió ________, tratando de contener la rabia que sentía.
—Se está muriendo —dijo él rotundamente. La miró a los ojos—. ¿Por qué no nos tomamos un café y me cuentas todos los detalles? Seguro que Constanza nos preparará algo de comida.
—¿Cómo sabes que Constanza aún trabaja aquí?
—La vi ayer noche. Rubén y ella lloraron de emoción al verme —explicó él—. No pareces alegrarte mucho de que esté aquí, ________. ¿Acaso he estropeado algo con mi inesperado regreso?
—En absoluto.
Entonces sonrió; una sonrisa fría que seguía siendo sorprendentemente sexy.
—¿Por qué no lo hablamos? Por mí no es necesario que te vistas. Veo que te has convertido en una mujer muy guapa.
Probablemente su intención era ponerla nerviosa, pero aunque no corriera sangre Horan por sus venas, había estado rodeada de ellos toda su vida. Levantó la cabeza con aires de suficiencia, dejando a un lado el hecho de que llevaba únicamente una camiseta roja, con la figura de un tigre en su parte frontal, que le llegaba hasta la mitad de sus largas y desnudas piernas..
—Estaré lista en cinco minutos —dijo con frialdad—. Me reuniré contigo en la oficina. —Esperó a que le contestara.
—He estado fuera durante casi veinte años, ________. Por aquel entonces no había ninguna oficina.
—Pregúntaselo a Constanza —replicó, dándole la espalda, resistiendo el impulso de estirarse la camiseta hasta las rodillas.
Esperó a llegar a su habitación para dejar aflorar su reacción. Cerró la puerta tras de sí, se apoyó contra ella, y un escalofrío recorrió todo su cuerpo al recordar los ojos observadores y burlones de aquel extraño.
Porque se trataba de un extraño; de eso estaba totalmente segura. Había pasado gran parte de su más tierna infancia cerca de Niall Horan, sus cicatrices, tanto físicas como psíquicas, aún podían atestiguarlo. Y el hombre que estaba en la habitación de tía Sally no era más que un impostor y, dada la enorme cantidad de dinero que es taba en juego, también un criminal.
Antes de volver a salir de la habitación, se vistió apresuradamente, abriendo y cerrando cajones de golpe y apenas deteniéndose a pasarse un cepillo por el pelo. No se fiaba de lo que él pudiera hacer por la casa estando solo. No se fiaba de él lo más mínimo.
Rondaba los catorce años cuando vio por última vez al único hijo verdadero de Sally Horan. Niall había sido un monstruo desde la niñez, o al menos eso es lo que le habían dicho, y la adolescencia no le ayudó mucho. Era salvaje, peligroso, demasiado guapo para no ser un creído, y no había quien le controlara; ni siquiera el estirado de su tío Warren, que consideraba que tanto su sobrino como el resto de niños en general eran desagradables extraterrestres; ni su estricta madre, que vivía conforme a unas reglas, pero que se ablandaba al estar cara a cara con su amado hijo. Robó, mintió, actuó de forma inmoderada, y Rubén y Constanza siguieron encontrando cigarrillos y marihuana en su cuarto.
Rubén le encubría, pero ________ había oído lo que comentaban los mayores. Y todas las noches rezaba para que le mandaran fuera, a un colegio militar, a un reformatorio, a algún sitio donde lograran quitarle tantas tonterías de la cabeza y se aseguraran de no dejarle volver nunca para atormentar a esa joven que en realidad no era su hermana, y que jamás pertenecería del todo a la distinguida familia Horan. A esa joven que bebía los vientos por él absurda e irremediablemente sin que nada pudiera impedirlo, fuese lo horrible que fuese.
Al final no le mandaron fuera. Simplemente se fue, llevándose consigo todo el dinero que había en la casa, la hucha de la cocina, los ahorros de Constanza, el cerdito de ________ lleno de dinero, que la última vez que contó sumaba ochenta y seis mil setecientos dólares. No tuvo tiempo de echar mano de la impresionante colección de joyas de su madre, pero con motivo de sus cumpleaños y Navidad, ________, a sus precoces trece años, ya había recibido valiosas joyas de oro. También se las llevó en su huida.
Ni los mejores investigadores privados ni las fuerzas policiales más experimentadas fueron capaces de encontrar rastro alguno de él durante los siguientes años. Warren había investigado e informó a su hermana de que su hijo, definitivamente había desaparecido, la lucha se desató entre ellos y les mantuvo distanciados durante casi toda una década.
Y ahora la oveja negra había vuelto. O alguien que se hacía pasar por Niall Horan. Y ________ no estaba segura de cuál de los dos sería más peligroso; si el verdadero Niall o su impostor.
____________________________________________________________
Aquí os dejo la segunda parte del capítulo, espero que os guste :) :(L):
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
HOLAA!:D ya estoy de vuelta ^^ es que he estado castigada bueno..lo sigo estando jajajaja pero me he conectado ha escondidas (que malosa ehh x?) xD bueno pues que te voy a decir si es que me ENCANTA :aah: :corre: :canto: :happuy: esta nove y estoy intrigada por saber que pasa a continuacion :33 (PS: como no la sigas voy a mandar a mis ponicornios para que te traigan a mi casa a que me cuentes lo siguiente xD y si..es una amenaza ponicorniana xD) lo siento no me hagas mucho caso que se me va la pinza jajaja xD tengo malas noticias..puede que solo me conecte viernes, sabados y domingos o..si estudio y apruebo exámenes, a lo mejor me dejan algun dia mas, pero en principio solo me conectare esos dias, a no ser que me meta a escondidas como ahora xD pero bueno te dejo ya que creo que los de la puerta o es mi hermano o son mis padres asi que bye!bss xx SIGUELAA! tqm :hug: <3<3<3<3
Sandriss_lalalol
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
Sandriss_lalalol escribió:HOLAA!:D ya estoy de vuelta ^^ es que he estado castigada bueno..lo sigo estando jajajaja pero me he conectado ha escondidas (que malosa ehh x?) xD bueno pues que te voy a decir si es que me ENCANTA :aah: :corre: :canto: :happuy: esta nove y estoy intrigada por saber que pasa a continuacion :33 (PS: como no la sigas voy a mandar a mis ponicornios para que te traigan a mi casa a que me cuentes lo siguiente xD y si..es una amenaza ponicorniana xD) lo siento no me hagas mucho caso que se me va la pinza jajaja xD tengo malas noticias..puede que solo me conecte viernes, sabados y domingos o..si estudio y apruebo exámenes, a lo mejor me dejan algun dia mas, pero en principio solo me conectare esos dias, a no ser que me meta a escondidas como ahora xD pero bueno te dejo ya que creo que los de la puerta o es mi hermano o son mis padres asi que bye!bss xx SIGUELAA! tqm :hug: <3<3<3<3
jajajaja, tranquila que ya la sigo, y no te preocupes, conéctate cuando puedas :)
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
CAPÍTULO 1 (PARTE 3)
Le encontró en la oficina con sus largas piernas estiradas sobre la silla de al lado, y una taza de café en una mano. La delicada taza de Limoges, que la tía Sally le gustaba tanto, parecía ridícula en su mano grande y fuerte. Observó que ésta estaba bronceada y que no llevaba anillos. El Niall que conocía los hubiera llevado. A través de la ventana contemplaba el paisaje invernal, con los ojos entornados porque la luz intensa le deslumbraba; y ella permaneció de pie junto a la puerta, concediéndose el dudoso beneficio de mirarle.
No tendría que haber habido razón alguna para que ese hombre
pudiera ser Niall Horan. En su adolescencia Niall había tenido el pelo moreno, pero podría haberse aclarado hasta convertirse en la melena rubia del extraño. Sus facciones atractivas y juveniles, su petulante boca y sus ojos hipnóticos, ligeramente entornados, bien podrían haber desembocado en el hombre que estaba allí repantigado, completamente a sus anchas. Había un millón de razones por las que podía ser Niall Horan, y sólo una que se lo impedía.
—¿Vas a quedarte ahí, como un buitre al acecho? —preguntó perezosamente, sin tomarse la molestia de volverse para mirarla. Su silueta se reflejaba en los ventanales; debió de verla en cuanto llegó.
—Eso podría decirse más de ti que de mí —respondió con bastante calma, entrando en la habitación y sirviéndose una taza de café. La taza de Limoges encajaba perfectamente en sus manos. Sus manos, de largos dedos, delicadas, elegantes. Manos aristocráticas, en marcado contraste con las manos del extraño.
Se giró y la miró.
—¿Piensas que soy un buitre?
—¿No son los buitres los que se ciernen sobre los moribundos, esperando a darse un banquete? —Estaba sentado en la silla que ________ utilizaba habitualmente. La mesa tenía capacidad para ocho comensales, pero de algún modo se las había arreglado para apropiarse de lo único que ella reclamaba para sí.
La miró sonriendo con lentitud y picardía.
—Nunca te he caído demasiado bien, ¿no es cierto, ________?
Pretendía ser amable, pero ________ era inmune. Se sentó frente a él y dio un reconfortante sorbo de café negro.
—Niall nunca me cayó muy bien —dijo con cautela, aunque el auténtico Niall lo hubiera sabido con toda seguridad—. Respecto a ti, no sé muy bien qué pensar.
—¡Ah! ¿Crees que yo no soy Niall Horan? Entonces, ¿qué he venido a hacer aquí? —Sus dudas no parecían inquietarle lo más mínimo.
—Sally Horan se está muriendo. Cuando eso ocurra dejará a sus herederos una sustanciosa cantidad de dinero. Niall Horan desapareció hace más de dieciocho años, tiempo suficiente para darlo por muerto. Eso es precisamente lo que ha ansiado hacer Warren al menos durante los últimos diez años. Si no hubiese aparecido nadie afirmando ser Niall, habría mucho más dinero para heredar.
—¿Así que eres codiciosa? —preguntó él, al tiempo que vertía con abandono una cucharada de azúcar en el café.
—No especialmente. Yo no soy uno de los herederos. A mí me da igual que Niall esté vivo o muerto; al menos económicamente. —Se sentía orgullosa de su voz fría e insensible. Le había costado mucho perfeccionarla, llegar a ser una perfecta Horan; ella que en realidad nunca había sido una verdadera Horan.
—¿Me estás diciendo que mi madre no te dejará nada? Me cuesta creerlo, has formado parte de esta familia prácticamente desde que naciste.
—No legalmente —puntualizó— Nunca fui adoptada.
—¿Ni siquiera después de que yo me fuera?
—¿Qué te hace pensar eso? —le rebatió con brusquedad—. ¿No tendrías tú nada que ver con el hecho de que no me adoptaran, verdad?
—Estás sobrestimando mi influencia —contestó—. Además, me gustaba tenerte como hermana pequeña. No me hubiera importado que lo legalizaran. Todavía no has respondido a mi pregunta. ¿Estás intentando decirme que mi madre no te ha dejado nada en su testamento?
—¿Por qué te preocupa tanto su testamento? ¿Cómo sabes que aún figuras en él?
—Me lo has dicho tú misma, ________ —dijo con amabilidad—. Además, mi madre se alegró tanto de verme ayer noche que me lo contó todo, incluso lo que agradecía no haberlo cambiado cediendo a las presiones. Así que, ¿cuánto te ha dejado?
Se le quedó mirando con profunda aversión.
—Puede que Niall tuviera muchos defectos —dijo ella—, pero no fue nunca un grosero.
Él se rió; su risa era suave y burlona y le crispaba los nervios.
—Has pasado demasiado tiempo cerca de Sally. Te sale a la perfección ese tono gélido. ¿Has tenido que practicarlo o ha sido simplemente por osmosis? —Obviamente no esperaba respuesta alguna. Puso los pies en el suelo y cogió la cafetera, llenando su delicada taza floreada y sirviéndose una cantidad de azúcar indecente. El verdadero Niall siempre había tenido debilidad por los dulces—. Los últimos dieciocho años de mi vida han sido muy duros. Tendrás que disculparme si mis modales están un poco oxidados.
—No lo dudo —dijo ella con frialdad—, pero tú no eres Niall Horan.
—Debe de ser agradable estar tan segura de ti misma. —Se sirvió también leche, dejando el café de color beige claro. Levantó la vista y la miró; ella esperaba un arrebato de ira en sus ojos. En cambio son rió—. ¿Vas a ser la más difícil de convencer? Mi madre, Constanza y Rubén me han recibido con los brazos abiertos. Todos deseaban que volviera.
—Todos menos yo.
Volvió a mirarla.
—¿Por qué no querías que volviera?
—Lo que no quiero es que un impostor se meta en la familia y les estafe.
—¿Y si soy el verdadero Niall?
—No quisiera que a Sally se le partiera el corazón. No le queda mucho tiempo y me gustaría que lo viviera en paz. Ya había aprendido a vivir sin su hijo. Lloró su ausencia y luego siguió adelante con su vida.
—La paz es un bien al que se concede demasiado Valor —murmuró—. Creo que Sally preferiría varias semanas de alegría que varios meses de agonía.
—No te corresponde a ti decidirlo —dijo enardecida.
—A ti tampoco.
Punto muerto. La mirada de ________ cruzó la mesa y se clavó en él, sin esforzarse en disimular su antipatía.
—Supongo que tendrás alguna prueba.
—Supón lo que te dé la gana —le replicó con indiferencia.
—Warren y Patsy no te creerán sólo por tu cara bonita. Exigirán respuestas, alguna prueba física. Hay huellas dactilares, muestras dentales...
—A Niall Horan no se le tomaron nunca las huellas dactilares, ni siquiera cuando le pillaron con una bolsa de marihuana a los catorce años. Su familia tenía demasiado poder. Vete a saber si hay pruebas dentales, pero como no me hicieron ningún empaste antes de los veintitrés años, dudo que te sirvan de mucha ayuda.
—Veo que no has dejado nada al azar —dijo ella, sin ocultar la amargura que había en su voz.
—Míralo de esta forma: en el peor de los casos haré muy feliz a una anciana, y en esta maldita familia hay dinero más que suficiente para repartir. No echarán de menos mi parte.
—¿Estás admitiendo que no eres Niall Horan?
____________________________________________________________
Aquí la tercera parte del capítulo, seguramente luego subiré la cuarta y última parte. Comentad porfaa!! :) :(L):
Le encontró en la oficina con sus largas piernas estiradas sobre la silla de al lado, y una taza de café en una mano. La delicada taza de Limoges, que la tía Sally le gustaba tanto, parecía ridícula en su mano grande y fuerte. Observó que ésta estaba bronceada y que no llevaba anillos. El Niall que conocía los hubiera llevado. A través de la ventana contemplaba el paisaje invernal, con los ojos entornados porque la luz intensa le deslumbraba; y ella permaneció de pie junto a la puerta, concediéndose el dudoso beneficio de mirarle.
No tendría que haber habido razón alguna para que ese hombre
pudiera ser Niall Horan. En su adolescencia Niall había tenido el pelo moreno, pero podría haberse aclarado hasta convertirse en la melena rubia del extraño. Sus facciones atractivas y juveniles, su petulante boca y sus ojos hipnóticos, ligeramente entornados, bien podrían haber desembocado en el hombre que estaba allí repantigado, completamente a sus anchas. Había un millón de razones por las que podía ser Niall Horan, y sólo una que se lo impedía.
—¿Vas a quedarte ahí, como un buitre al acecho? —preguntó perezosamente, sin tomarse la molestia de volverse para mirarla. Su silueta se reflejaba en los ventanales; debió de verla en cuanto llegó.
—Eso podría decirse más de ti que de mí —respondió con bastante calma, entrando en la habitación y sirviéndose una taza de café. La taza de Limoges encajaba perfectamente en sus manos. Sus manos, de largos dedos, delicadas, elegantes. Manos aristocráticas, en marcado contraste con las manos del extraño.
Se giró y la miró.
—¿Piensas que soy un buitre?
—¿No son los buitres los que se ciernen sobre los moribundos, esperando a darse un banquete? —Estaba sentado en la silla que ________ utilizaba habitualmente. La mesa tenía capacidad para ocho comensales, pero de algún modo se las había arreglado para apropiarse de lo único que ella reclamaba para sí.
La miró sonriendo con lentitud y picardía.
—Nunca te he caído demasiado bien, ¿no es cierto, ________?
Pretendía ser amable, pero ________ era inmune. Se sentó frente a él y dio un reconfortante sorbo de café negro.
—Niall nunca me cayó muy bien —dijo con cautela, aunque el auténtico Niall lo hubiera sabido con toda seguridad—. Respecto a ti, no sé muy bien qué pensar.
—¡Ah! ¿Crees que yo no soy Niall Horan? Entonces, ¿qué he venido a hacer aquí? —Sus dudas no parecían inquietarle lo más mínimo.
—Sally Horan se está muriendo. Cuando eso ocurra dejará a sus herederos una sustanciosa cantidad de dinero. Niall Horan desapareció hace más de dieciocho años, tiempo suficiente para darlo por muerto. Eso es precisamente lo que ha ansiado hacer Warren al menos durante los últimos diez años. Si no hubiese aparecido nadie afirmando ser Niall, habría mucho más dinero para heredar.
—¿Así que eres codiciosa? —preguntó él, al tiempo que vertía con abandono una cucharada de azúcar en el café.
—No especialmente. Yo no soy uno de los herederos. A mí me da igual que Niall esté vivo o muerto; al menos económicamente. —Se sentía orgullosa de su voz fría e insensible. Le había costado mucho perfeccionarla, llegar a ser una perfecta Horan; ella que en realidad nunca había sido una verdadera Horan.
—¿Me estás diciendo que mi madre no te dejará nada? Me cuesta creerlo, has formado parte de esta familia prácticamente desde que naciste.
—No legalmente —puntualizó— Nunca fui adoptada.
—¿Ni siquiera después de que yo me fuera?
—¿Qué te hace pensar eso? —le rebatió con brusquedad—. ¿No tendrías tú nada que ver con el hecho de que no me adoptaran, verdad?
—Estás sobrestimando mi influencia —contestó—. Además, me gustaba tenerte como hermana pequeña. No me hubiera importado que lo legalizaran. Todavía no has respondido a mi pregunta. ¿Estás intentando decirme que mi madre no te ha dejado nada en su testamento?
—¿Por qué te preocupa tanto su testamento? ¿Cómo sabes que aún figuras en él?
—Me lo has dicho tú misma, ________ —dijo con amabilidad—. Además, mi madre se alegró tanto de verme ayer noche que me lo contó todo, incluso lo que agradecía no haberlo cambiado cediendo a las presiones. Así que, ¿cuánto te ha dejado?
Se le quedó mirando con profunda aversión.
—Puede que Niall tuviera muchos defectos —dijo ella—, pero no fue nunca un grosero.
Él se rió; su risa era suave y burlona y le crispaba los nervios.
—Has pasado demasiado tiempo cerca de Sally. Te sale a la perfección ese tono gélido. ¿Has tenido que practicarlo o ha sido simplemente por osmosis? —Obviamente no esperaba respuesta alguna. Puso los pies en el suelo y cogió la cafetera, llenando su delicada taza floreada y sirviéndose una cantidad de azúcar indecente. El verdadero Niall siempre había tenido debilidad por los dulces—. Los últimos dieciocho años de mi vida han sido muy duros. Tendrás que disculparme si mis modales están un poco oxidados.
—No lo dudo —dijo ella con frialdad—, pero tú no eres Niall Horan.
—Debe de ser agradable estar tan segura de ti misma. —Se sirvió también leche, dejando el café de color beige claro. Levantó la vista y la miró; ella esperaba un arrebato de ira en sus ojos. En cambio son rió—. ¿Vas a ser la más difícil de convencer? Mi madre, Constanza y Rubén me han recibido con los brazos abiertos. Todos deseaban que volviera.
—Todos menos yo.
Volvió a mirarla.
—¿Por qué no querías que volviera?
—Lo que no quiero es que un impostor se meta en la familia y les estafe.
—¿Y si soy el verdadero Niall?
—No quisiera que a Sally se le partiera el corazón. No le queda mucho tiempo y me gustaría que lo viviera en paz. Ya había aprendido a vivir sin su hijo. Lloró su ausencia y luego siguió adelante con su vida.
—La paz es un bien al que se concede demasiado Valor —murmuró—. Creo que Sally preferiría varias semanas de alegría que varios meses de agonía.
—No te corresponde a ti decidirlo —dijo enardecida.
—A ti tampoco.
Punto muerto. La mirada de ________ cruzó la mesa y se clavó en él, sin esforzarse en disimular su antipatía.
—Supongo que tendrás alguna prueba.
—Supón lo que te dé la gana —le replicó con indiferencia.
—Warren y Patsy no te creerán sólo por tu cara bonita. Exigirán respuestas, alguna prueba física. Hay huellas dactilares, muestras dentales...
—A Niall Horan no se le tomaron nunca las huellas dactilares, ni siquiera cuando le pillaron con una bolsa de marihuana a los catorce años. Su familia tenía demasiado poder. Vete a saber si hay pruebas dentales, pero como no me hicieron ningún empaste antes de los veintitrés años, dudo que te sirvan de mucha ayuda.
—Veo que no has dejado nada al azar —dijo ella, sin ocultar la amargura que había en su voz.
—Míralo de esta forma: en el peor de los casos haré muy feliz a una anciana, y en esta maldita familia hay dinero más que suficiente para repartir. No echarán de menos mi parte.
—¿Estás admitiendo que no eres Niall Horan?
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Aquí la tercera parte del capítulo, seguramente luego subiré la cuarta y última parte. Comentad porfaa!! :) :(L):
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
:enamorado: Seguila :33 :omg: Porfi porfiiiiiis <3 Esta re buena tu nove :33
Aldi:33
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
Aldi:33 escribió: :enamorado: Seguila :33 :omg: Porfi porfiiiiiis <3 Esta re buena tu nove :33
Ahora la sigo preciosa :)
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
CAPÍTULO 1 (PARTE 4)
Se puso de pie con la misma elegancia con que el joven Niall lo hubiera hecho, y movió la mesa. Ella no se asustó ni se movió. Solamente estrechó con fuerza la delicada taza entre sus manos y siguió sentada, mirándole.
Él apoyó las manos en el mantel de lino a la altura de ________ y se inclinó sobre ella. Demasiado cerca. Se descubrió a sí misma conteniendo la respiración; no estaba dispuesta a respirar el mismo aire que Niall.
—¿Por qué me tienes miedo, ________?
Estaba demasiado cerca. Podía ver su melena rubia y los detalles de sus ojos azules. Tan cerca que hasta olía el café en su aliento, la nieve derretida, el suave aroma del champú. Le miró a los ojos, y por un momento pensó en Niall tiempo atrás, mucho tiempo atrás.
—Yo no te tengo miedo —respondió ella.
—¿Tienes miedo de que te vuelva a quitar el sitio? ¿De que Sally me quiera más que a ti? ¿De ser de nuevo excluida?
Soltó la taza, consciente de que en cualquier otro momento habría destrozado la frágil porcelana entre sus manos. Se reclinó sobre el respaldo, apartándose de él, y curvó sus labios sonriendo de esa manera fría e insensible que había perfeccionado hacía ya años.
—Aparte del bienestar de Sally —manifestó ________—, no hay nada más que me preocupe.
—De pequeña no eras tan angelical —dijo él—. Recuerdo que te pasabas el día gimoteando y tratando de seguirme. ¿Cuándo decidiste tomar carrera para convertirte en la próxima Madre Teresa?
—¡Déjame en paz! —No pudo evitarlo; las palabras brotaron de sus labios con rabia y firmeza.
Eso era lo que él quería. Su sonrisa se hizo más amplia; ella tuvo ganas de pegarle. ________ puso las manos en su regazo y mantuvo la espalda erguida mientras él se alejaba.
—Te han entrenado bien, ________ —murmuró—. Han hecho contigo lo que nunca pudieron hacer conmigo.
—¿El qué?
—Te han convertido en uno de ellos. Te han absorbido el seso y el alma. —Sacudió la cabeza— ¡Qué lástima no haberte llevado conmigo cuando huí!
—Has olvidado algunos detalles que deberías recordar, por aquel entonces yo sólo tenía trece años.
—Es cierto —dijo él en voz baja—. Lo que no significa que no supieras besar.
________ notó que perdía el color de la cara. Era imposible que lo supiera. Nadie podía saberlo.
—¿A qué... a qué te refieres?
El se dirigió hacia la puerta abovedada.
—Será mejor que vaya a ver cómo está mi madre. La he echado de menos más de lo que me imaginaba.
—No has contestado a mi pregunta. —________ se puso de pie y apoyó las manos sobre la mesa para que él no viera que estaba temblando.
—No, no lo he hecho. —Sonrió con dulzura—. Tendrías que llamar a Warren y Patsy y decirles que vinieran. Tal vez se les dé mejor que a ti desenmascarar al impostor.
Y se fue antes de que ella pudiese pronunciar palabra.
____________________________________________________________
Bueno chicas, aquí acaba el primer capítulo, espero que os haya gustado. Mañana subiré las primeras partes del segundo, y no os olvidéis de comentar si os ha gustado por favor :) :(L):
Se puso de pie con la misma elegancia con que el joven Niall lo hubiera hecho, y movió la mesa. Ella no se asustó ni se movió. Solamente estrechó con fuerza la delicada taza entre sus manos y siguió sentada, mirándole.
Él apoyó las manos en el mantel de lino a la altura de ________ y se inclinó sobre ella. Demasiado cerca. Se descubrió a sí misma conteniendo la respiración; no estaba dispuesta a respirar el mismo aire que Niall.
—¿Por qué me tienes miedo, ________?
Estaba demasiado cerca. Podía ver su melena rubia y los detalles de sus ojos azules. Tan cerca que hasta olía el café en su aliento, la nieve derretida, el suave aroma del champú. Le miró a los ojos, y por un momento pensó en Niall tiempo atrás, mucho tiempo atrás.
—Yo no te tengo miedo —respondió ella.
—¿Tienes miedo de que te vuelva a quitar el sitio? ¿De que Sally me quiera más que a ti? ¿De ser de nuevo excluida?
Soltó la taza, consciente de que en cualquier otro momento habría destrozado la frágil porcelana entre sus manos. Se reclinó sobre el respaldo, apartándose de él, y curvó sus labios sonriendo de esa manera fría e insensible que había perfeccionado hacía ya años.
—Aparte del bienestar de Sally —manifestó ________—, no hay nada más que me preocupe.
—De pequeña no eras tan angelical —dijo él—. Recuerdo que te pasabas el día gimoteando y tratando de seguirme. ¿Cuándo decidiste tomar carrera para convertirte en la próxima Madre Teresa?
—¡Déjame en paz! —No pudo evitarlo; las palabras brotaron de sus labios con rabia y firmeza.
Eso era lo que él quería. Su sonrisa se hizo más amplia; ella tuvo ganas de pegarle. ________ puso las manos en su regazo y mantuvo la espalda erguida mientras él se alejaba.
—Te han entrenado bien, ________ —murmuró—. Han hecho contigo lo que nunca pudieron hacer conmigo.
—¿El qué?
—Te han convertido en uno de ellos. Te han absorbido el seso y el alma. —Sacudió la cabeza— ¡Qué lástima no haberte llevado conmigo cuando huí!
—Has olvidado algunos detalles que deberías recordar, por aquel entonces yo sólo tenía trece años.
—Es cierto —dijo él en voz baja—. Lo que no significa que no supieras besar.
________ notó que perdía el color de la cara. Era imposible que lo supiera. Nadie podía saberlo.
—¿A qué... a qué te refieres?
El se dirigió hacia la puerta abovedada.
—Será mejor que vaya a ver cómo está mi madre. La he echado de menos más de lo que me imaginaba.
—No has contestado a mi pregunta. —________ se puso de pie y apoyó las manos sobre la mesa para que él no viera que estaba temblando.
—No, no lo he hecho. —Sonrió con dulzura—. Tendrías que llamar a Warren y Patsy y decirles que vinieran. Tal vez se les dé mejor que a ti desenmascarar al impostor.
Y se fue antes de que ella pudiese pronunciar palabra.
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Bueno chicas, aquí acaba el primer capítulo, espero que os haya gustado. Mañana subiré las primeras partes del segundo, y no os olvidéis de comentar si os ha gustado por favor :) :(L):
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
CAPÍTULO 2 (PARTE 1)
—¿Qué demonios pasa aquí? —Warren Horan entró vociferando en la pequeña biblioteca, decorada a la perfección, y procedió a intimidar a ________.
Con aparente tranquilidad ésta cerró el talonario de tapas de cuero. El temperamento arrogante y bombástico de Warren tenía la virtud de alterar siempre su estado de ánimo, pero hacía años que había aprendido a disimularlo. Warren era el tipo de hombre que se crecía en las debilidades ajenas, y ________ disponía del suficiente sentido común para no mostrar las suyas más de lo necesario.
—Te he llamado —dijo ella, mirándole—, pero ya habías salido.
—Me ha llamado Sally en plena maldita noche —dijo Warren bruscamente, incluso de peor humor que de costumbre—, para contarme no sé qué ridícula historia sobre la reaparición de Niall. ¿Dónde está?
—No le he visto desde esta mañana. He estado aquí trabajando.
—Debe haberle pillado una tormenta de nieve de camino a casa. Yo he tardado una eternidad en llegar. Así pues, ¿qué opinas?
Warren no era un hombre que se interesara normalmente por la opinión de otros, en especial por la suya.
—¿Qué opino de qué?
—¡No seas absurda! ¿Qué opinas del hijo pródigo? ¿Es él realmente?
—¿Y quién iba a ser sino? —dijo ________ con precaución.
—Un impostor. Todos supusimos que Niall estaba muerto, que había muerto hacía años. Hay mucho dinero en juego; cualquiera podría intentar quedárselo. ¿Le has hecho alguna pregunta? ¿Le has pedido alguna prueba?
—No me considero la más adecuada para hacerlo. Tía Sally le cree, y está más feliz de lo que ha estado en años. No voy a ser yo quien le diga ahora que se trata de un impostor.
—Pero piensas que lo es —afirmó Warren con astucia.
________ le miró. Warren, de casi setenta años, era un hombre atractivo, claro que los Horan no habían sido bendecidos únicamente con un tremendo encanto físico sino además con dinero. Era un soltero de oro más preocupado por su apariencia y sus posesiones que por cualquier otra cosa. Iba vestido, cómo no, con un traje gris de Armani y a pesar de ser ya un poco mayor para llevarlo, su aspecto seguía siendo elegante e intachable.
Nunca había sido un hombre que fomentara la intimidad y ella no estaba de humor para confiarle sus dudas.
—No lo sé —respondió ________, mintiendo. Warren sacudió la cabeza.
—Tendré que ver al chico, hacerle un par de preguntas capciosas...
—Ya no es un chico.
Warren encogió sus hombros estrechos y pulcros.
—¿Dónde está? ¿Dónde puedo encontrar a la oveja negra?
—Probablemente estará con Sally. Ha ido a su habitación después de desayunar.
—¡Qué escena tan bucólica! Sally es una mujer inteligente. Detectará con facilidad a un impostor. La verdad no tardará mucho en salir a la luz.
—No —repitió ________—, no tardará. —Pero algo le decía que no iba a ser tan sencillo.
—Bueno —dijo Warren, cada vez más impaciente—, ¿vienes conmigo?
El día se iba volviendo más y más raro. Warren normalmente la trataba a caballo entre alguien con quien no se llevara bien y una criada de cierto rango, lo que de hecho describía bastante bien su posición en la familia Horan. En el pasado no había requerido nunca su opinión o su compañía, había aceptado su presencia sin más.
Ella se levantó.
—Si quieres, sí.
—Conocías a Niall tan bien como cualquiera. Por así decirlo, creciste con él. Tal vez adviertas algo sospechoso en su historia.
La idea no resultaba muy tentadora. El hombre que estaba con tía Sally era un mentiroso y un farsante, sin embargo ________ no tenía precisamente ganas de ser portadora de malas noticias. La tarea de desenmascararlo no era cosa suya sino de otro. Lo más importante era proteger a tía Sally ahora que su débil estado de salud le impedía protegerse a sí misma. La verdad y el dinero eran cuestiones secundarias.
Pero Warren estaba de pie junto a la puerta, prácticamente subiéndose por las paredes de impaciencia, y no era el mejor momento de hacerle frente. Ese momento llegaría con la inminente muerte de tía Sally, pero aún había que esperar.
La habitación de Sally estaba bañada de suaves sombras. Esta vez ________ no sacó precipitadas conclusiones macabras al verla dormir tranquilamente en la cama de hospital que había sido instalada meses atrás. Esta vez no echó de menos la silueta tumbada sobre el diván victoriano de terciopelo verde pálido, leyendo reposadamente.
Warren se aclaró la garganta con imponente majestuosidad, y tía Sally se despertó de golpe. El hombre que se hacía pasar por Niall no se movió, se limitó a levantar la cabeza para mirarles con absoluta indiferencia.
—Warren. —No era de extrañar que tía Sally sonara más resignada que entusiasta. Sentía cierto cariño por su hermano menor, pero no mucho más—Tu sobrino ha vuelto.
—Eso parece —dijo Warren en tono deliberadamente poco efusivo, aunque de todas formas nunca había sido un hombre dado a exteriorizar sus emociones—. Bienvenido a casa, Niall.
—Tío Warren. —tenía una pizca de malicia en sus ojos al mirar a su tío. Claro está que el verdadero Niall siempre había tratado al arrogante de su tío con irónico menosprecio.
—¿Por qué no vamos al salón para no molestar a Sally? Como te puedes imaginar, quisiera que me respondieras a un sinfín de preguntas... —explicó Warren con suavidad.
—¡No! —La voz de tía Sally era sorprendentemente fuerte.
—No seas ridícula, Sally —protestó Warren—. Sólo quiero hacerle un par de preguntas al chico, concertar un par de pruebas médicas... Pura formalidad, por supuesto, pero es conveniente que seamos cautos. Después de todo han pasado dieciocho años, y aunque debo admitir que hay un ligero parecido, deberíamos tener algún tipo de prueba. Papeles, respuestas...
—¡No! —exclamó Sally de nuevo, más calmada—. No dejaré que le examines de arriba abajo. ¿Acaso crees que no conozco a mi propio hijo? Podrían haber pasado cincuenta años y le seguiría reconociendo, no con los ojos, sino con el corazón.
—Tus ojos no ven nada bien —le interrumpió Warren bruscamente—. Y dudo que tus abogados acepten esto sin ningún tipo de prueba.
—¡Que se jodan los abogados! —exclamó Niall en voz baja.
Tras la sorpresa inicial, Sally se rió.
—Eso es, Warren —dijo con un hilo de voz—. Ya has oído a mi hijo. Que se jodan los abogados.
—¡Sally! —Warren protestó, visiblemente alarmado, pero Sally le ignoró.
—Ven aquí, ________ —ordenó con el autoritario encanto que la caracterizaba—. Hoy casi no te he visto.
—Pensé que tal vez te apetecería estar un rato a solas con Niall. —Ni por un instante dudó, algo de lo que se sentía orgullosa, que Sally se creería la mentira con tanta facilidad.
Como recompensa obtuvo la brillante sonrisa de Sally.
—Hoy cenaremos todos juntos, los cuatro. Ahora mismo me siento asombrosamente fuerte, lista para comerme el mundo. ¿Por qué no acompañas a Niall a su habitación y te aseguras de que no le falte de nada? Desde que llegó anoche no ha tenido ni un momento para ocuparse de sus cosas.
—¿En qué habitación le instalo? —preguntó ________, aunque ya lo había deducido.
—Dónde va a ser, ________, en su antigua habitación, la que le ha estado esperando durante todos estos años. —Volvió su cabeza hacia el impostor—La redecoré cuando amplié la casa, pero creo que te gustará igualmente. Si quieres cambiar algo, díselo a ________ y ella se encargará de todo.
________ sintió que él la miraba; era una sensación desagradable.
—Además de ocuparse de cualquier cambio, ¿a qué se dedica ________ ahora? —Su madre no percibía el tono burlón de su voz. A ________ no se le pasó por alto. Y no pudo evitar enfadarse.
—Se ocupa de mí —respondió Sally—. Se ha portado de maravilla, Niall. Insistió en dejar su trabajo para cuidar de mí cuando volví a enfermar de cáncer. No podría haber tenido una hija mejor.
Los párpados del impostor se cerraron sobre sus ojos, atónitos.
—Me imagino que no —afirmó.
________ sabía lo que él estaba pensando, aunque no lo dijera. Pensaba que había vuelto por dinero; que había dejado su piso de Boston y su carrera como asistenta social escolar y que había vuelto para cuidar a una anciana moribunda en sus últimos días de vida; a una anciana moribunda muy rica.
A fin de cuentas, por eso había venido él, ¿verdad? Y era una pérdida de tiempo insistir en que ella no tenía nada que ganar salvo la tranquilidad de conciencia.
____________________________________________________________
Aquí dejo la primera parte del segundo capítulo, mañana seguramente no podré subir, pero el domingo intentaré subir dos partes para compensar la del sábado. No os olvidéis de comentar por favor!! :) :(L):
—¿Qué demonios pasa aquí? —Warren Horan entró vociferando en la pequeña biblioteca, decorada a la perfección, y procedió a intimidar a ________.
Con aparente tranquilidad ésta cerró el talonario de tapas de cuero. El temperamento arrogante y bombástico de Warren tenía la virtud de alterar siempre su estado de ánimo, pero hacía años que había aprendido a disimularlo. Warren era el tipo de hombre que se crecía en las debilidades ajenas, y ________ disponía del suficiente sentido común para no mostrar las suyas más de lo necesario.
—Te he llamado —dijo ella, mirándole—, pero ya habías salido.
—Me ha llamado Sally en plena maldita noche —dijo Warren bruscamente, incluso de peor humor que de costumbre—, para contarme no sé qué ridícula historia sobre la reaparición de Niall. ¿Dónde está?
—No le he visto desde esta mañana. He estado aquí trabajando.
—Debe haberle pillado una tormenta de nieve de camino a casa. Yo he tardado una eternidad en llegar. Así pues, ¿qué opinas?
Warren no era un hombre que se interesara normalmente por la opinión de otros, en especial por la suya.
—¿Qué opino de qué?
—¡No seas absurda! ¿Qué opinas del hijo pródigo? ¿Es él realmente?
—¿Y quién iba a ser sino? —dijo ________ con precaución.
—Un impostor. Todos supusimos que Niall estaba muerto, que había muerto hacía años. Hay mucho dinero en juego; cualquiera podría intentar quedárselo. ¿Le has hecho alguna pregunta? ¿Le has pedido alguna prueba?
—No me considero la más adecuada para hacerlo. Tía Sally le cree, y está más feliz de lo que ha estado en años. No voy a ser yo quien le diga ahora que se trata de un impostor.
—Pero piensas que lo es —afirmó Warren con astucia.
________ le miró. Warren, de casi setenta años, era un hombre atractivo, claro que los Horan no habían sido bendecidos únicamente con un tremendo encanto físico sino además con dinero. Era un soltero de oro más preocupado por su apariencia y sus posesiones que por cualquier otra cosa. Iba vestido, cómo no, con un traje gris de Armani y a pesar de ser ya un poco mayor para llevarlo, su aspecto seguía siendo elegante e intachable.
Nunca había sido un hombre que fomentara la intimidad y ella no estaba de humor para confiarle sus dudas.
—No lo sé —respondió ________, mintiendo. Warren sacudió la cabeza.
—Tendré que ver al chico, hacerle un par de preguntas capciosas...
—Ya no es un chico.
Warren encogió sus hombros estrechos y pulcros.
—¿Dónde está? ¿Dónde puedo encontrar a la oveja negra?
—Probablemente estará con Sally. Ha ido a su habitación después de desayunar.
—¡Qué escena tan bucólica! Sally es una mujer inteligente. Detectará con facilidad a un impostor. La verdad no tardará mucho en salir a la luz.
—No —repitió ________—, no tardará. —Pero algo le decía que no iba a ser tan sencillo.
—Bueno —dijo Warren, cada vez más impaciente—, ¿vienes conmigo?
El día se iba volviendo más y más raro. Warren normalmente la trataba a caballo entre alguien con quien no se llevara bien y una criada de cierto rango, lo que de hecho describía bastante bien su posición en la familia Horan. En el pasado no había requerido nunca su opinión o su compañía, había aceptado su presencia sin más.
Ella se levantó.
—Si quieres, sí.
—Conocías a Niall tan bien como cualquiera. Por así decirlo, creciste con él. Tal vez adviertas algo sospechoso en su historia.
La idea no resultaba muy tentadora. El hombre que estaba con tía Sally era un mentiroso y un farsante, sin embargo ________ no tenía precisamente ganas de ser portadora de malas noticias. La tarea de desenmascararlo no era cosa suya sino de otro. Lo más importante era proteger a tía Sally ahora que su débil estado de salud le impedía protegerse a sí misma. La verdad y el dinero eran cuestiones secundarias.
Pero Warren estaba de pie junto a la puerta, prácticamente subiéndose por las paredes de impaciencia, y no era el mejor momento de hacerle frente. Ese momento llegaría con la inminente muerte de tía Sally, pero aún había que esperar.
La habitación de Sally estaba bañada de suaves sombras. Esta vez ________ no sacó precipitadas conclusiones macabras al verla dormir tranquilamente en la cama de hospital que había sido instalada meses atrás. Esta vez no echó de menos la silueta tumbada sobre el diván victoriano de terciopelo verde pálido, leyendo reposadamente.
Warren se aclaró la garganta con imponente majestuosidad, y tía Sally se despertó de golpe. El hombre que se hacía pasar por Niall no se movió, se limitó a levantar la cabeza para mirarles con absoluta indiferencia.
—Warren. —No era de extrañar que tía Sally sonara más resignada que entusiasta. Sentía cierto cariño por su hermano menor, pero no mucho más—Tu sobrino ha vuelto.
—Eso parece —dijo Warren en tono deliberadamente poco efusivo, aunque de todas formas nunca había sido un hombre dado a exteriorizar sus emociones—. Bienvenido a casa, Niall.
—Tío Warren. —tenía una pizca de malicia en sus ojos al mirar a su tío. Claro está que el verdadero Niall siempre había tratado al arrogante de su tío con irónico menosprecio.
—¿Por qué no vamos al salón para no molestar a Sally? Como te puedes imaginar, quisiera que me respondieras a un sinfín de preguntas... —explicó Warren con suavidad.
—¡No! —La voz de tía Sally era sorprendentemente fuerte.
—No seas ridícula, Sally —protestó Warren—. Sólo quiero hacerle un par de preguntas al chico, concertar un par de pruebas médicas... Pura formalidad, por supuesto, pero es conveniente que seamos cautos. Después de todo han pasado dieciocho años, y aunque debo admitir que hay un ligero parecido, deberíamos tener algún tipo de prueba. Papeles, respuestas...
—¡No! —exclamó Sally de nuevo, más calmada—. No dejaré que le examines de arriba abajo. ¿Acaso crees que no conozco a mi propio hijo? Podrían haber pasado cincuenta años y le seguiría reconociendo, no con los ojos, sino con el corazón.
—Tus ojos no ven nada bien —le interrumpió Warren bruscamente—. Y dudo que tus abogados acepten esto sin ningún tipo de prueba.
—¡Que se jodan los abogados! —exclamó Niall en voz baja.
Tras la sorpresa inicial, Sally se rió.
—Eso es, Warren —dijo con un hilo de voz—. Ya has oído a mi hijo. Que se jodan los abogados.
—¡Sally! —Warren protestó, visiblemente alarmado, pero Sally le ignoró.
—Ven aquí, ________ —ordenó con el autoritario encanto que la caracterizaba—. Hoy casi no te he visto.
—Pensé que tal vez te apetecería estar un rato a solas con Niall. —Ni por un instante dudó, algo de lo que se sentía orgullosa, que Sally se creería la mentira con tanta facilidad.
Como recompensa obtuvo la brillante sonrisa de Sally.
—Hoy cenaremos todos juntos, los cuatro. Ahora mismo me siento asombrosamente fuerte, lista para comerme el mundo. ¿Por qué no acompañas a Niall a su habitación y te aseguras de que no le falte de nada? Desde que llegó anoche no ha tenido ni un momento para ocuparse de sus cosas.
—¿En qué habitación le instalo? —preguntó ________, aunque ya lo había deducido.
—Dónde va a ser, ________, en su antigua habitación, la que le ha estado esperando durante todos estos años. —Volvió su cabeza hacia el impostor—La redecoré cuando amplié la casa, pero creo que te gustará igualmente. Si quieres cambiar algo, díselo a ________ y ella se encargará de todo.
________ sintió que él la miraba; era una sensación desagradable.
—Además de ocuparse de cualquier cambio, ¿a qué se dedica ________ ahora? —Su madre no percibía el tono burlón de su voz. A ________ no se le pasó por alto. Y no pudo evitar enfadarse.
—Se ocupa de mí —respondió Sally—. Se ha portado de maravilla, Niall. Insistió en dejar su trabajo para cuidar de mí cuando volví a enfermar de cáncer. No podría haber tenido una hija mejor.
Los párpados del impostor se cerraron sobre sus ojos, atónitos.
—Me imagino que no —afirmó.
________ sabía lo que él estaba pensando, aunque no lo dijera. Pensaba que había vuelto por dinero; que había dejado su piso de Boston y su carrera como asistenta social escolar y que había vuelto para cuidar a una anciana moribunda en sus últimos días de vida; a una anciana moribunda muy rica.
A fin de cuentas, por eso había venido él, ¿verdad? Y era una pérdida de tiempo insistir en que ella no tenía nada que ganar salvo la tranquilidad de conciencia.
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Aquí dejo la primera parte del segundo capítulo, mañana seguramente no podré subir, pero el domingo intentaré subir dos partes para compensar la del sábado. No os olvidéis de comentar por favor!! :) :(L):
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
LO SIENTO MUCHO!! Siento no haber podido subir durante esta semana, pero tenía muchos exámenes y deberes. Os dejo un maratón y por favor, las fantasmas que comenten!!! :)
Adriana Horan
Re: EL IMPOSTOR [NIALL HORAN Y TÚ] (ADAPTADA) (TERMINADA)
MARATÓN 1/¿?
CAPÍTULO 2 (PARTE 2)
—Eres muy generosa —dijo él. Y por alguna razón ________ se acordó de repente del auténtico Niall, de su voz cargada de insinuación sexual.
Después se recordó a sí misma que todo aquello no tenía nada de sexual. Era sólo un farsante, dispuesto a robarle la fortuna a una anciana, y lo único que les unía era su querida familia. Pero los Horan nunca habían sido muy cariñosos y sin embargo ahora Warren contemplaba al intruso con sorprendente aceptación.
—Adelante, pues, vete a instalarte —concedió Warren abiertamente—. Hablaremos más tarde. Estoy seguro de que ________ te entenderá mejor que nadie. —Se mostró dubitativo—. Me alegro de verte, muchacho.
Sally levantó su mano deformada por el dolor y dio una palmadita de aprobación a Warren.
—Se está bien en casa —dijo Niall Horan. Y ________ debió de imaginarse el tono ligeramente burlón de su voz grave y ronca.
Podía sentir su mirada clavada en la espalda mientras le conducía al piso superior por la amplia escalera principal. Por suerte ya se las había arreglado para despejar toda su ropa y sus pertenencias de su cuarto prestado. Si el impostor se enteraba de que ella había estado durmiendo allí, lo utilizaría como un arma más.
Entró antes que él para dar un último vistazo y verificar que no hubiera huella alguna de su apropiación temporal. Niall se detuvo y se acercó a la puerta, examinando la habitación con ojo crítico.
—Mi madre no esperaba que volviera —comentó.
________ se quedó en el centro de la habitación, mirándole.
—Niall desapareció hace más de dieciocho años, y en todo este tiempo no ha habido ni una llamada, ni un indicio de que al menos estaba aún con vida. Tía Sally es una mujer realista; hace años que aceptó lo que era evidente.
De nuevo su boca dibujó una ligera y extraña sonrisa.
—¿Y no te alegras por ella? —preguntó con suavidad.
________ permaneció callada, ignorando la inconfundible burla.
—La cama es nueva y todo es muy acogedor...
—¿Quien ha utilizado la habitación mientras yo estaba fuera?
—Nadie en especial —contestó, contenta de poder ser totalmente honesta—. Sólo algún que otro invitado.
—¿Por qué está repleta de telas estampadas de flores? Éste no es el estilo de tía Patsy. Esta madera es muy sencilla. A Patsy le gustan las cosas lujosas y recargadas.
Trató de ocultar lo asombrada que estaba. Niall había hecho sus deberes, eso saltaba a la vista. Conocía al dedillo a la consentida de tía Patsy.
—Si te parece demasiado femenino puedo ir a comprar algunos grabados con escenas de caza —propuso ella con voz ligeramente mordaz—. Un par de animales muertos le darían un aspecto un poco más masculino.
—¿Usabas tú este cuarto?
En esta ocasión no pudo ocultar su reacción. Saltaba a la vista que estaba muy bien informado; un impostor necesita estarlo. También tenía que ser observador, y probablemente a ella le había delatado la inevitable tirantez de su boca.
—Estuve viviendo en Boston hasta que Sally empeoró —explicó, sin dar una respuesta clara. Si al verdadero Niall Horan no le debía nada en absoluto, menos le debía aún a su imitador. Constanza había eliminado de allí cualquier rastro de su presencia, y ella había vuelto a la pequeña habitación del primer piso, donde había estado casi toda su vida—. Saliendo a la izquierda hay un cuarto de baño nuevo con el que tendrás más que suficiente —añadió enérgicamente—. Le diré a Rubén que suba tus maletas...
—Puedo hacerlo yo.
El impostor estaba de pie entre la puerta y ella, de modo que no tenía más remedio que mirarle directamente a los ojos.
Hubiera podido ser Niall. Tenía sus mismos ojos claros, de un azul celestes y levemente rasgados que le conferían un aspecto eslavo, y su atractiva y adusta cara de adolescente podría haberse transformado en ese cuerpo marcadamente elegante, en esos fuertes pómulos y en esa boca exuberante, sensual. Hubiera podido ser Niall, salvo por una cosa.
Niall Horan estaba muerto.
Él se movió, y ella suspiró levemente, aliviada. No quería pasar demasiado cerca de él al salir de la habitación.
Pero no se apartó del todo. Se movió acercándose a ________. Ella permaneció inmóvil porque tiempo atrás había aprendido a no exteriorizar el miedo; sin embargo, en esta ocasión le estaba suponiendo un esfuerzo no hacerlo. Era alto. Lo suficientemente alto para que se sintiera un poco intimidada. Niall nunca había sido tan alto y cuando desapareció ya tenía diecisiete años. A esa edad se supone que uno ha crecido todo lo que tiene que crecer, ¿no es cierto?
—Así que te he robado la habitación —dijo con su voz suave y ronca—. Y te he quitado el sitio como cuidadora oficial de tía Sally. No me extraña que no me recibas con los brazos abiertos.
—No es mi estilo recibir con los brazos abiertos ni en el mejor de los casos —repuso ella.
—Apuesto a que no —murmuró él—. Aunque debo admitir que es una pena. ¿Vas a ayudar a tío Warren a demostrar que soy un impostor?
—Eso será si lo eres.
—¿Y tú qué piensas, ________? —Estaba demasiado cerca de ella.
Le recordaba misteriosamente al verdadero Niall, cosa que la alteraba y la confundía. Le hacía dudar de la verdad de la que nunca había estado del todo segura.
No era de extrañar que ejerciera una poderosa influencia sobre ella. Sólo alguien que pudiese hacerse pasar con éxito por el auténtico Niall intentaría llevar a cabo tal propósito, y el impostor conocía todos los trucos. Todos los pequeños y sensuales hábitos que Niall había vivido, para hacerla sentir vulnerable, para hacerla sentir una extraña, una especie de anhelo despreciable.
________ le miró con frialdad, desafiándole.
—Pienso que si haces daño a tía Sally, desearás no haberlo intentado nunca.
—¿No haber intentado ¿qué? —Su voz era suave, provocadora—. ¿Qué me harás?
Pero ________ no estaba dispuesta a seguirle el juego, por más que la aguijoneara. No estaba preparada para declararle su enemistad sin reservas, aunque él ya la hubiera detectado.
—Creo que estarás muy cómodo aquí —afirmó ella, dando un pequeño paso hacia atrás y esquivándole en lo que esperaba que fuera un educado acto fortuito.
—Sí, seguro que sí —replicó Niall en voz baja. La estaba dejando escapar deliberadamente y ella lo sabía, pero no le importaba; de pronto huir de él era muy importante—. Si en algún momento notas que echas de menos tu antigua habitación, no dudes en venir a visitarla —añadió.
—Estaré bien —dijo ella.
—La cama es grande. No tengo inconveniente en compartirla.
________ dio un respingo; se había pasado de la raya.
—Eso será cuando el infierno se hiele. Él contempló el paisaje invernal.
—Ya se ha helado, ________.
CAPÍTULO 2 (PARTE 2)
—Eres muy generosa —dijo él. Y por alguna razón ________ se acordó de repente del auténtico Niall, de su voz cargada de insinuación sexual.
Después se recordó a sí misma que todo aquello no tenía nada de sexual. Era sólo un farsante, dispuesto a robarle la fortuna a una anciana, y lo único que les unía era su querida familia. Pero los Horan nunca habían sido muy cariñosos y sin embargo ahora Warren contemplaba al intruso con sorprendente aceptación.
—Adelante, pues, vete a instalarte —concedió Warren abiertamente—. Hablaremos más tarde. Estoy seguro de que ________ te entenderá mejor que nadie. —Se mostró dubitativo—. Me alegro de verte, muchacho.
Sally levantó su mano deformada por el dolor y dio una palmadita de aprobación a Warren.
—Se está bien en casa —dijo Niall Horan. Y ________ debió de imaginarse el tono ligeramente burlón de su voz grave y ronca.
Podía sentir su mirada clavada en la espalda mientras le conducía al piso superior por la amplia escalera principal. Por suerte ya se las había arreglado para despejar toda su ropa y sus pertenencias de su cuarto prestado. Si el impostor se enteraba de que ella había estado durmiendo allí, lo utilizaría como un arma más.
Entró antes que él para dar un último vistazo y verificar que no hubiera huella alguna de su apropiación temporal. Niall se detuvo y se acercó a la puerta, examinando la habitación con ojo crítico.
—Mi madre no esperaba que volviera —comentó.
________ se quedó en el centro de la habitación, mirándole.
—Niall desapareció hace más de dieciocho años, y en todo este tiempo no ha habido ni una llamada, ni un indicio de que al menos estaba aún con vida. Tía Sally es una mujer realista; hace años que aceptó lo que era evidente.
De nuevo su boca dibujó una ligera y extraña sonrisa.
—¿Y no te alegras por ella? —preguntó con suavidad.
________ permaneció callada, ignorando la inconfundible burla.
—La cama es nueva y todo es muy acogedor...
—¿Quien ha utilizado la habitación mientras yo estaba fuera?
—Nadie en especial —contestó, contenta de poder ser totalmente honesta—. Sólo algún que otro invitado.
—¿Por qué está repleta de telas estampadas de flores? Éste no es el estilo de tía Patsy. Esta madera es muy sencilla. A Patsy le gustan las cosas lujosas y recargadas.
Trató de ocultar lo asombrada que estaba. Niall había hecho sus deberes, eso saltaba a la vista. Conocía al dedillo a la consentida de tía Patsy.
—Si te parece demasiado femenino puedo ir a comprar algunos grabados con escenas de caza —propuso ella con voz ligeramente mordaz—. Un par de animales muertos le darían un aspecto un poco más masculino.
—¿Usabas tú este cuarto?
En esta ocasión no pudo ocultar su reacción. Saltaba a la vista que estaba muy bien informado; un impostor necesita estarlo. También tenía que ser observador, y probablemente a ella le había delatado la inevitable tirantez de su boca.
—Estuve viviendo en Boston hasta que Sally empeoró —explicó, sin dar una respuesta clara. Si al verdadero Niall Horan no le debía nada en absoluto, menos le debía aún a su imitador. Constanza había eliminado de allí cualquier rastro de su presencia, y ella había vuelto a la pequeña habitación del primer piso, donde había estado casi toda su vida—. Saliendo a la izquierda hay un cuarto de baño nuevo con el que tendrás más que suficiente —añadió enérgicamente—. Le diré a Rubén que suba tus maletas...
—Puedo hacerlo yo.
El impostor estaba de pie entre la puerta y ella, de modo que no tenía más remedio que mirarle directamente a los ojos.
Hubiera podido ser Niall. Tenía sus mismos ojos claros, de un azul celestes y levemente rasgados que le conferían un aspecto eslavo, y su atractiva y adusta cara de adolescente podría haberse transformado en ese cuerpo marcadamente elegante, en esos fuertes pómulos y en esa boca exuberante, sensual. Hubiera podido ser Niall, salvo por una cosa.
Niall Horan estaba muerto.
Él se movió, y ella suspiró levemente, aliviada. No quería pasar demasiado cerca de él al salir de la habitación.
Pero no se apartó del todo. Se movió acercándose a ________. Ella permaneció inmóvil porque tiempo atrás había aprendido a no exteriorizar el miedo; sin embargo, en esta ocasión le estaba suponiendo un esfuerzo no hacerlo. Era alto. Lo suficientemente alto para que se sintiera un poco intimidada. Niall nunca había sido tan alto y cuando desapareció ya tenía diecisiete años. A esa edad se supone que uno ha crecido todo lo que tiene que crecer, ¿no es cierto?
—Así que te he robado la habitación —dijo con su voz suave y ronca—. Y te he quitado el sitio como cuidadora oficial de tía Sally. No me extraña que no me recibas con los brazos abiertos.
—No es mi estilo recibir con los brazos abiertos ni en el mejor de los casos —repuso ella.
—Apuesto a que no —murmuró él—. Aunque debo admitir que es una pena. ¿Vas a ayudar a tío Warren a demostrar que soy un impostor?
—Eso será si lo eres.
—¿Y tú qué piensas, ________? —Estaba demasiado cerca de ella.
Le recordaba misteriosamente al verdadero Niall, cosa que la alteraba y la confundía. Le hacía dudar de la verdad de la que nunca había estado del todo segura.
No era de extrañar que ejerciera una poderosa influencia sobre ella. Sólo alguien que pudiese hacerse pasar con éxito por el auténtico Niall intentaría llevar a cabo tal propósito, y el impostor conocía todos los trucos. Todos los pequeños y sensuales hábitos que Niall había vivido, para hacerla sentir vulnerable, para hacerla sentir una extraña, una especie de anhelo despreciable.
________ le miró con frialdad, desafiándole.
—Pienso que si haces daño a tía Sally, desearás no haberlo intentado nunca.
—¿No haber intentado ¿qué? —Su voz era suave, provocadora—. ¿Qué me harás?
Pero ________ no estaba dispuesta a seguirle el juego, por más que la aguijoneara. No estaba preparada para declararle su enemistad sin reservas, aunque él ya la hubiera detectado.
—Creo que estarás muy cómodo aquí —afirmó ella, dando un pequeño paso hacia atrás y esquivándole en lo que esperaba que fuera un educado acto fortuito.
—Sí, seguro que sí —replicó Niall en voz baja. La estaba dejando escapar deliberadamente y ella lo sabía, pero no le importaba; de pronto huir de él era muy importante—. Si en algún momento notas que echas de menos tu antigua habitación, no dudes en venir a visitarla —añadió.
—Estaré bien —dijo ella.
—La cama es grande. No tengo inconveniente en compartirla.
________ dio un respingo; se había pasado de la raya.
—Eso será cuando el infierno se hiele. Él contempló el paisaje invernal.
—Ya se ha helado, ________.
Adriana Horan
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