I'm not perfect

Mkae you feel like the fish time

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Make you feel like the firsh time| Louis Tomlinson y tu| En proceso

Narra _____.


- ¿Qué te pasa? –preguntó Lidia o Lulú, como la llamaba yo, cuando solté un suspiro de repente. Mi mejor amiga, prácticamente éramos como hermanas.

- Nada, nada.-dije negando con la cabeza. Bajábamos por las escaleras al patio. Hora de volver a casa.

- No me mientas, cuéntamelo.-volvió a insistir.

- Pesada.-protesté mirando al frente encontrándome con él y sus amigos, formaban un corro y él estaba de espaldas.

- Oh, ya sé, él, ¿verdad? –dijo y asentí con la cabeza.

- Es lo de siempre, Lulú.-me abrazó de lado.-

- Eh, no te pongas así, ______. Estoy segura de que le gustas.-

- No lo creo, él es un año mayor, tiene muchas chicas para elegir.-

- Pues ahora mismo solo está mirándote a ti.-me dijo sonriendo. Miré de nuevo hacia ellos para comprobarlo y era cierto, me estaba mirando y se acercaba a nosotras dos.

- Lidia, ¿me dejas hablar un momento con _____? –preguntó en cuanto llegó a nuestra altura. ¿Desde cuando él quería hablar conmigo?

- Claro.-respondió ella alejándose después, dejándome a solas con él.

- ¿Qué pasa? –pregunté al cabo de unos segundos.


Era raro. Nunca habíamos hablado los dos solos, solo nos saludábamos si nos veíamos por los pasillos o cuando él venía alguna vez a mi clase a visitar a su mejor amigo, pero nada más.


- ¿Tienes algo que hacer esta tarde? –respondió a mi pregunta con otra.

¿Qué? ¿Tú? ¿Invitándome a salir? ¿A mí?


- No.-contesté algo tímida.

- Genial, nos vemos entonces a las seis en Sandall Park, ¿de acuerdo? –dijo a lo que yo asentí con la cabeza.- Hasta luego, ______.-me sonrió para volver de nuevo con sus amigos y yo me dirigí a la salida del instituto donde me esperaban mis amigos.


¿Qué era lo que acababa de pasar? ¿Me había pedido una cita?


- ¿Qué te ha dicho? –preguntó Lulú en cuanto estuve a su lado.

- Hemos quedado esta tarde.-dije apenas sin creérmelo todavía.

- ¡Te lo dije, te lo dije! Le gustas.-canturreó ella.

- ¿Has quedado con él? –dijo Niall.


Mi duendecillo irlandés, no le gustaba que le llamaran así, pero yo lo hacía desde que nos hicimos amigos cuando él se mudó a aquí, desde entonces, somos inseparables. No parecía muy contento.


- ¿Qué te pasa duendecillo?

- Sabes que no me gusta que me llamen así.-refunfuñó.- No me fio de él, eso es todo.

- No seas aguafiestas Nialler.-dijo ______(chica de Niall). Otra de mis mejores amigas.- Deja a la chica que disfrute de su cita, lleva mucho tiempo esperando el momento.-


Tenía razón. Llevaba enamorada de él desde aquel día que entré al instituto y le vi en la secretaría, arreglando unos papeles de su matrícula.


Nos pusimos a andar camino de casa. Íbamos los cuatro juntos hasta un punto en el que nuestros caminos se dividían.


- Y ya sabes, si no sabes qué ponerte, me llamas.-me dijo _____(chicadeNiall) despidiéndose de mí.

- Lo sé, lo sé.-respondí riendo.

- Y en cuanto vuelvas, me llamas, quiero saber qué ha pasado.-dijo Lulú dándome un abrazo.

- Serás la primera en saberlo.-y después de que ellas dos se despidieran de Niall, nosotros seguimos andando hasta mi casa.

- Pásalo bien esta tarde, ____-dijo.- Perdón por lo de antes, ten cuidado, ¿vale?

- Lo tendré, no te preocupes.-le abracé y me besó en la mejilla antes de que se fuera.


(…)


Eran las seis menos cuarto y salí de casa para llegar puntual donde habíamos quedado. Estaba allí cuando llegué, sentado en uno de los bancos.


- Hola.-dije tímida detrás de él.

- ¡Hola! –me saludó poniendo una de sus mejores sonrisas.- Vaya, estás muy guapa, _____.-dijo haciendo que me sonrojara.

- Llámame mejor ___(tapodo), ______ es demasiado serio.-

- Claro.-sonrió de nuevo.- ¿Te apetece que demos un paseo? –asentí y empezamos a caminar entre los árboles.


Al principio tenía miedo, estaba nerviosa por estar a solas con él pero a medida que pasaba el tiempo, ambos íbamos cogiendo confianza y estuvimos un buen rato hablando mientras paseábamos. Era un chico estupendo, que me hacía reír cada minuto y me encantaba.


- Tengo algo que decirte.-dijo de repente, parándose y colocándose frente a mí.

- ¿El qué? –pregunté mirándole a los ojos. Unos ojos azules tirando a grises, preciosos, que me estaban haciendo perder la cabeza en aquel momento.

- Pues que.-dudó un momento antes de seguir hablando.- me gustas, ___(tapodo), me gustas mucho.-no sabía si lo que estaba oyendo era verdad o una vez más aquello era producto de mi imaginación.


Descubrí que todo era cierto cuando sentí sus labios sobre los míos. No podía creerlo, era mi primer beso con el chico ideal. Un beso suave, dulce y delicado.


- Tú…tú también me gustas.-dije sonriendo cuando nos separamos.

- Recuérdame que no vuelva a hacer apuestas contigo, Tommo.-dijo una voz detrás de mí. Era Harry, el ricitos de los ojos verdes de mi clase. Se acercó a nosotros para darle un billete a Louis.


Espera, espera. ¿He oído bien? ¿Apuesta? ¿APUESTA? ¿Todo había solo sido eso? ¿Una estúpida apuesta? No lo podía creer. Me quedé mirándole, pidiendo por dentro que por favor se tratara solo de una broma y que todo lo que había pasado hacía unos momentos era porque realmente él sentía algo por mí.


- Gracias por ayudarme a ganar, preciosa.-susurró él en mi oído dándome un beso en la mejilla después para irse con él.


Y yo me quedé allí plantada, con una cara de idiota impresionante y el corazón roto en mil pedazos. Había sido una tonta que había caído en su juego. Recordé las palabras de Niall de esta mañana y empecé a llorar, sin poder evitar un segundo más derrumbarme, quedándome sentada a la sombra de un árbol.


No sé cuánto tiempo pasé allí sentada hasta que alguien me sacó de mis pensamientos gritando mi nombre.


- ¡____(tapodo)! ¡____(tapodo), reacciona! –Niall me agitaba levemente, haciéndome volver a este mundo.- ¿Te ha pasado algo? Te he llamado mil veces. Me tenías preocupado.

- Niall, tenías razón en todo.-dije empezando a llorar de nuevo.

- No entiendo nada, ____tapodo). ¿Qué ha pasado y porqué estás aquí sola a estas horas?-me miraba con preocupación, esperando una respuesta.

- Todo era una apuesta.-contesté y al instante me abrazó fuerte.

- Esta me la va a pagar.-susurró aunque pude escucharle perfectamente.- No merece que llores por él, _____.-dijo limpiándome las lágrimas.- Vamos, te acompaño a casa.-asentí con la cabeza, nos levantamos y fuimos andando hasta mi casa.