Vecino Insoportable *Niall Horan y tú* Comedia romance y Hot

Capítulo 3

Él la ignoró y continuó extrayendo los tulipanes del suelo, asegurándose de que los malditos bulbos vinieron con ellos. Los lanzo lejos de su propiedad así ella no podía poner sus manos sobre ellos para volver a plantarlos.

Ella le apretó la boquilla, enviando una ráfaga completa de agua fría sobre él. Aun así, continuó rompiendo su jardinera.

— ¡Para! Por favor, detente!—exclamó. Él sólo desaceleró cuando llegó al estrecho espacio entre sus casas.

Niall tenía que mover sus hombros para poder entrar en el apretado espacio. Afortunadamente ella renuncio a seguir mojándolo. Su cuerpo se estremeció violentamente cuando él se inclinó hacia delante para agarrar un puñado de tulipanes. De repente algo lo sujeto alrededor de sus tobillos.

— ¿Qué demonios?— Él fue sacado de balance, aterrizando primero de cara en el espeso lodo que ella había creado con su pequeña crisis de agua. Antes de que pudiera levantarse, ella se arrastró sobre su espalda hasta llegar a esas malditas flores.

______ utilizo su pequeño marco como ventaja. Después rápidamente trepo sobre Niall y comenzó a desenterrar tantos tulipanes con sus manos como le fue posible apoyándolos suavemente, pero rápidamente, contra el lado de su casa.

— ¡Oye! Deja de hacer eso!—exigió él mientras se inclinaba sobre ella para agarrar sus manos.

— ¡Suéltame!— Le espetó ella, cavando más rápido.

—Lo haría, si tu no estuvieras en mi jodida propiedad!.

Echando hacia atrás un codo lo desplazo. Maldiciendo en voz baja Niall se presionó aún más hasta que el cuerpo de ella se acurrucó firmemente debajo del suyo. Ella se congeló inmediatamente debajo de él. Tomando ventaja de su sorprendida reacción, él agarró tantas flores como pudo.

—Dije que te quites, no que me aplastes!— aclaró ella.

Era lo único que podía hacer para controlar su respiración. Iba a hiperventilar y a desmayarse. No hay duda sobre ello. Un hombre grande y musculoso estaba encima de ella!

Sus sentidos entraron en sobrecarga mientras trataba de enfocar. Pero todo en lo que podía pensar era en la sensación de su fuerte y duro estómago siendo presionado contra su espalda. De repente un escalofrío se disparó a través de su cuerpo, y nada tenía que ver con el agua que se filtra a través de su ropa. era sobre lo que sentía en su espalda...duro.

La realización se hundió. Un hombre muy muuuy grande estaba encima de ella!

—Eso más te vale no sea lo que yo creo que es... —silbo ella entre dientes apretados.

—No lo es — Lo era. — No te adules a ti misma, amor... — le espeto, tratando de no gemir o frotarse contra ella. Estaba un poco sorprendido. No es que tuviera un problema levantándose. No... Por supuesto en estos días su interés en el sexo había decaído un poco. Infiernos, él no podía recordar la última vez que tuvo sexo, lo que en sí mismo era patético.

Él hizo un intento a medias para retirar más flores. Eso pareció distraerla lo suficiente como para que su pequeño y coqueto culo se acurrucara contra su regazo. Sus ojos se cerraron mientras frotaba su cara contra el cuello de ella e inhalaba lentamente. Ella no pareció darse cuenta así que lo hizo otra vez. Él juraría por su vida que ella olía a moras y crema. Era condenadamente tentadora.

Ella gimió en irritación —No sé cuál es tu problema. Cometí un error al plantarlas en tu propiedad. Déjenme moverlas unas pocas pulgadas y todo se resolverá.

Eso lo sacó de su aturdimiento — ¡No!— Él llegó junto a ella y comenzó a excavar las flores. Ella maldijo en voz baja mientras se arrastraba por debajo de él para salvar lo que podía de flores. Él simplemente la siguió, asumiendo la misma posición cada vez y frustrando el infierno fuera de ella.

—Estás siendo un idiota! Sólo quiero mis bulbos!— dijo, tratando de no llorar. Se trataba de los bulbos de su abuela. Su abuelo los había comprado para ella después de la guerra para festejar el éxito de su primer negocio.

—No, no vas a plantarlos aquí! No pueden quedarse!—dijo, cavando más rápido.

—Por qué?— exigió ella, cada vez más y más cerca de llorar en frustración —No te entiendo! No haces nada con tu propiedad en absoluto. ¿Por qué te importa si hay una cama de flores aquí o más allá unas pocas pulgadas? Ellas no te están lastimando!

—Al infierno que no!— espetó, pensando en todos los puntos en su espalda y cuello que aún latían.

Ella se mofo —Son sólo flores. ¿Qué podrían hacer para irritarte a este nivel?— Ella oyó un zumbido pasar junto a su oído y distraídamente agito una mano.

—Abejas!!!!— dijo él, tratando de retroceder, pero no podía. Su gran cuerpo estaba atrapado entre sus casas.

—Sí, es una abeja... — dijo ella lentamente, como si estuviera hablando con un niño.

Él gimió mientras intentaba girar su enorme cuerpo para liberarse. Cuando eso no funciono, intentó empujar hacia atrás. Su brazo serpenteo alrededor de su cintura, tratando de tirar de ella junto con él.

—Oye, quita tus manos.

—Es un jodido nido y nosotros simplemente lo perturbamos!— gritó.

Los ojos de ______ salieron disparados hacia adelante y luego se ampliaron. Efectivamente, dos pies frente a ella al final de lo que parecía ser un nido de tierra, muy grande que ahora sobresalía fuera de la tierra gracias a las flores que ellos arrancaron. Avispones comenzaban a pulular por encima del nido. No pasaría mucho tiempo antes de que descendieran sobre ellos.

—Muévete!.

—No puedo!.

_______ apretó los dientes mientras se estrellaba de nuevo lo más fuerte que pudo contra él. Él gimió bajo en su oído, pero no dejo de intentar retroceder. Ella se movió hacia adelante y golpeó de nuevo, y otra vez. Cada vez fue recibida con un gemido y ganaba unos pocos centímetros.

—Una vez más!— rechino él.

Ella se movió hacia adelante y esta vez cuando golpeó de nuevo, empujo uno de los hombros de él, haciéndolo desplazar. Niall utilizo el impulso para tirar de ellos y retroceder varios pies. Mantuvo su brazo serpenteando alrededor de la cintura de ella mientras se arrastraban lejos del nido.

—Están pululando!—Exclamó _______.

—Mierda!— Niall miró frenéticamente alrededor, buscando un lugar seguro.

—Mi casa!— dijo ella, gesticulando violentamente hacia su puerta.

—Buena idea— dijo mientras corría hacia la casa, arrastrando con ella a largo.

El zumbido se volvió más y más fuerte mientras el enjambre comenzaba a girar a su alrededor. Una vez llegaron a la puerta él la abrió, aliviado de que ella la hubiera dejado sin seguro, y corrieron al interior, golpeando la puerta cerrada detrás de ellos.

—Abejas!— gritó _______, señalando las abejas que los habían seguido al interior.

Rápidamente él la soltó y agarró dos revistas de una pequeña pila sobre una mesa de café y le lanzó una a ella. Sin decir una palabra enrollaron las revistas y empezaron a atacar la docena o así de abejas que lograron seguirlos dentro. Ninguno de los dos habló hasta la última abeja fue aplastada.

—Cinco....noches... de...picaduras...seguidas.... — soltó Niall mientras intentaba recobrar el aliento.

—Sabías que había avispones y aun así arrancaste las flores?— preguntó ella con incredulidad.

Su abuela le había enseñado bien. Un nido de tierra no era algo con lo que meterse. Podrían ser tan pequeños como una pila o una moneda de un centavo o varios pies de largo.

Niall hizo un gesto en dirección a su casa —Intentaba matarlos.

Ella sacudió la cabeza en incredulidad. ¿Él sabía que había un nido y no le había dicho?

— ¿Por qué no me dijiste que había un nido? Sabes que trabajo en el jardín —dijo, esforzándose por mantener su tono uniforme. Podrían haber muerto!.

— ¡Lo hice!.

—No, no lo hiciste!.

Él levanto las manos — He estado intentando decírtelo por las últimas semanas, pero cada vez que me acercaba a ti, salías corriendo!.

Ella abrió la boca para discutir, pero la cerró rápidamente y parpadeó. Sí, eso realmente sonaba como algo que ella haría en cuanto a lo que él se refería —Oh...— dijo finalmente.

—Sí, oh... — espeto él. Se asomó por la ventana y gimió — Todavía están pululando.

______ suspiró —Van a ser un problema durante unas horas. Tenemos que llamar a un exterminador...