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My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
chelis escribió:bueno creo que ya esta pasando el examen de la suegra!!!!!!!!.... Jajajajajaja cuando nombraron las canciones yo también cante!!!!!!... Si que estoy loca!!!.... Pero bueno así soy!!!..... Y si esa familia es muuuuyyy linda!!!!!... Y perfecta!!!!!!!!!!....... Y joe es como José!!!... El tutor de los negocios de nick!!!!.... Jejejejeje creo!!!! Así que siguela poorrfiiss
JAAJAJAJAJ
Sip, lo pasamos y creo que con un 10 ;)
xD si, me paso lo mismo con las canciones!
Me encantan todas las de Taylor!
Lo sé, ellos son geniales!
Pronto resolveremos el tema de Joe! :)
Nos estamos leyendo! :)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Jeny_Smile1123 escribió:OMJJJ AME el capitulo!!! El Nicho y su familia son hermosos skbskwjsksjbz
Sube pronto!!
Besos x
:) Me alegra que te gustara!
Sip, ellos son geniales! *.*
Nos estamos leyendo! :)
\^.^/
Ya la Sigo! ;)
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
• CAPITULO 16 •
Son geniales. Tu familia —dije más tarde, cuando Nicholas y yo conducíamos de vuelta al campus.
En su mayoría, nos habíamos mantenido en silencio desde que salimos. Hope me había dado un gran abrazo y me dijo que volviera pronto, y Harper me había hecho prometer que cantaría de nuevo con ella. John me dio la mano y comentó que era una joven encantadora.
Mase y Darah se quedaban a pasar la noche, así que les dije que los vería al día siguiente.
—Lo son.
—Estás siendo raro.
—¿Cómo?
—Nunca te he visto tan tranquilo. Uno pensaría que alguien habría muerto. —Al instante me di cuenta de mi error—. Lo siento, eso fue descortés.
—No, me lo merecía. No soy muy agradable, ____(tn).
Casi nunca me llamaba por mi nombre real. Y noté que no me gustaba demasiado.
—Lo sé. Pero eso no te excusa de ser un imbécil.
—Soy lo que soy. Si no te gusta, hay una forma sencilla de salir de ella. Tienes tres opciones: Ódiame, ámame, házmelo. Elige tu veneno.
—Jódete.
—Esa es una de las opciones.
—Nunca pasearé contigo otra vez.
—Está bien. Ahora sé dónde guardas tus llaves. Sassy y yo nos divertiremos juntos —dijo, acariciando el tablero.
—Juro por Dios, Nicholas, que si te robas el coche, voy a apuñalarte mientras duermes.
—Bien. Adelante.
¿Qué le pasaba? Encendí un viejo CD de Avril Lavigne sólo para molestarlo. Miró por la ventana y se tocó la pierna.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Quería romper cada uno de sus cinco dedos para que no pudiera tocarlos nunca más.
No hablé con él de nuevo hasta que estuvimos de vuelta en la escuela. Nicholas llevaba su guitarra, y yo llevaba un recipiente de plástico con restos de comida que Hope había insistido que trajera. ¿Cómo podía decirle que no?
Inmediatamente me fui a la habitación y cerré la puerta.
Me quedé allí durante varias horas, comiendo las sobras de los Masons y leyendo. Pensé en llamar a Tawny, pero realmente no quería saber lo que había que decir sobre esta situación. No quería un consejo, que sería lo que ella me daría, por más no solicitado que fuera.
Estaba sumida en la agonía de Lo Que El Viento Se Llevó cuando escuché voces en la sala. Debían ser Dev y Sean. Hubo un suave golpe en la puerta. Nicholas nunca tocaba nuestra puerta.
—Oye, vamos a ir al Blue. ¿Quieres venir? Te invito una copa.
Negué con la cabeza sin levantar la cabeza de mi libro.
—Vamos, ____(tn).
—Últimamente me has estado diciendo mucho eso.
—Gracias a Dios, ella habla.
—Muérdeme.
—Me estás insultando. Eso debe decir que has vuelto a la normalidad. Ven con nosotros. Va a ser divertido. Puedes bailar y burlarte de mí.
—¿Me dejarás romper una botella de cerveza sobre tu cabeza? Porque diría que sí totalmente sólo por eso.
—Vamos a salir y ver cómo van las cosas. Podría permitirte darme un puñetazo, dependiendo de lo borracho que esté.
Nunca había visto borracho a Nicholas. Con un par de cervezas, pero nunca lo había visto fuera de control como la mayoría de la gente se ponía. Desde que era pequeña, el alcohol me afectaba como un martillo.
Sólo necesitaba una o dos copas, y ya me encontraba en la tierra feliz.
Nunca había visto el atractivo a emborracharse. Hasta esta noche.
—Iré —dije, balanceando las piernas por encima de mi cama y saltando hacia abajo. Había limpiado el desastre de ropa de esta mañana, pero encontrar la camiseta correcta iba a hacer otro viaje a través del fango.
Nicholas se quedó mirando el armario. Sabía que mi mente se había ido.
—Usa la rosa que está a la izquierda —señaló, y vi un trozo de rosa.
Era una camisa que tenía, pero nunca usaba. Simplemente no era realmente yo. Tawny me lo había regalado hace unos años, y no podía deshacerme de ella porque no quería hacerla enojar. Tenía una especie de flor en tela sobre el cuello, y era algo drapeada.
—Y esos ajustados pantalones negros.
—¿Quién eres tú, mi asesor de moda?
—Si ayuda a que te alistes más rápido, seguro. Voy a ser tu asesor de moda.
Agarró la camisa y la levantó. En realidad, no parece tan mala.
—Estamos listos cuando tú lo estés —dijo antes de irse para que me cambiara. Iba a ser interesante salir sólo yo y tres chicos. Si fuera un chico, sería un proxeneta. En realidad no había un equivalente bueno para una chica.
Decidí dejar mi cabello suelto. Se veía mejor que como lo tenía esta mañana, lo cual era inusual, pero decidí aceptarlo.
—¿Follable? —dije cuando llegué a la sala.
—Definitivamente —dijo Nicholas. Me gustó el aspecto semi aturdido en su rostro. Dios, me veía todos los días, pero aun así, cuando me ponía algo agradable no podía decir una palabra. Lo disfrutaba mucho. No te sucede eso con alguien a quien no le gustas.
Los otros chicos me sonrieron educadamente. No los había visto mucho últimamente.
—Está bien, vámonos, chicos. ¿Quién quiere llevar mi bolso, y quien quiere ser mi puta de bebidas por la noche?
Todos se miraron el uno al otro.
—Broma. Eso fue una broma. No se castraran por hacer eso.
—Llevar un bolso no me castraría —dijo Nicholas. Sí, por supuesto.
—Lo llevaría, pero no va con mi atuendo —dijo Dev. Todos se echaron a reír.
—Lo mismo —dijo Sean cuando nos fuimos.
Tomé cada uno de sus brazos.
—¿Vamos? ¡Para el bar! —me dijo, levantando un puño.
Todos caminaban al unísono, y Nicholas se quedó atrás.
—¿Tienes un tercer brazo para mí? —dijo.
—No, lo siento. Puedes tener mi bolso. —Le arrojé mi cartera dev mano negra, y la atrapó.
—Bien hecho. Puedes prepararme mis tragos toda la noche.
—¿Y ellos qué van a hacer? —me preguntó.
—Admirarme y asegurarse de que estoy cómoda, ¿cierto?
—Mis habilidades sólo a su servicio —dijo Dev, apretando mi brazo.
—Supongo que eso significa que estoy de guardia cómoda —dijo Sean.
—Hombres, ¿son siempre tan fáciles? —les dije.
—Y eso lo dice ella —murmuró Nicholas detrás de mí.
—Escuché eso —le dije sobre mi hombro.
—Caminaste directo hacia ello, ¿que se supone que debo hacer?
—Contrólate, hombre bolso.
El ligero escalofrío en el aire hizo que mi piel se estremeciera, y me hubiese gustado mucho haber traído una chaqueta.
—¿Tienes frío? —preguntó Sean.
—Estoy bien. Ya casi llegamos.
Blue Lagoon se encontraba abarrotado de nuevo. Parecía que todo el mundo había sido mordido por el insecto de otoño, o tal vez era un atraso del verano. En el estacionamiento, ya se encontraba unas chicas vomitando sus tripas en el pavimento al lado de un auto.
—Su trabajo de esta noche, el de todos ustedes, es asegurarse de que no termine así —dije, señalando a la muchacha, cuyo cabello se encontraba sostenido por una chica igual de borracha que apenas podía mantenerse en pie.
—Espera un segundo —dijo Nicholas.
—¿Qué está haciendo? —preguntó Dev.
Todos vimos como se acercó a la muchacha, que se aseguraba de mantenerse alejada de la corriente de vómito proveniente de la boca de su amiga.
—No tengo idea —le dije.
Habló con la chica que no vomitaba. Ella sacudió la cabeza y él le hizo señas hacia mí.
—¿Tienes tu teléfono? Mi batería murió. Y voy a llamar a un taxi. Ellas no viven en el campus.
—Por supuesto —le dije, pescando el teléfono y buscando el número de una de las compañías de taxis locales que frecuentaban el campus.
—No sé dónde está mi bolso —dijo la chica que no vomitaba. "Bolso" salió más bien como "Bolsho." La otra chica se desplomó sobre el pavimento, gimiendo.
—Está bien, ya lo encontraras mañana. Vamos a llamar a un taxi, ¿de acuerdo? ¿Sabes dónde vives? —preguntó Nicholas.
Ella le dio la dirección y yo se la repetí a la compañía de taxi en caso de que se les olvidara.
Dev y Sean se pusieron en acción, ayudando a la chica vómito a entrar para conseguir una toalla de papel húmeda y una taza de agua para que pudiera limpiarse.
El taxi llegó unos minutos más tarde, y las metimos. El taxista nos aseguró que llegarían a casa seguras, y se negó a que le pagarán cuando Nicholas sacó algo de dinero.
—No hay necesidad. Una buena acción merece otra —dijo, señalando a las chicas, y llevándolas a casa. Ellas probablemente no recordarían el acto de bondad que Nicholas les mostró, pero yo sí lo haría.
—¿Todo el mundo listo para entrar? —Tenía muchas ganas de alejarme del olor a vómito, y mis dientes comenzaban a castañar.
—¿Qué pasa con las chicas y no tener abrigos? —dijo Nicholas.
—Bueno, no tenía previsto este momento aleatorio de buen samaritano.
—Nunca lo tenemos —dijo, caminando hacia la puerta.
Vimos un guardia diferente esta vez, pero también conocía a Nicholas. Sin duda era un hombre popular. Mi identificación falsa fue apenas examinada antes de que me dejaran entrar.
—Una chica, tres hombres. Demonios —dijo.
—Estos son mis juguetes —le dije, sintiéndome audaz. Dios, ni siquiera había tomado un trago todavía.
—¿Necesita uno más?
—Quizás. Te lo haré saber —dije con un guiño, mientras me iba pavoneando mis caderas.
—¿Estás segura que aún no estás borracha? —dijo Nicholas, con el rostro un poco sorprendido por mi descaro.
—Ebria de vida, Nicholas. Ebria de vida.
Una hora más tarde ya había bebido copa y media, y me estaba divirtiendo mucho con los chicos. Nos sentamos en un extremo de la barra y estábamos ocupados viendo el caos que nos rodeaba. Nicholas se encontraba a mi lado, y creo que no era mi imaginación que a cada momento sentía su mano en alguna parte de mi cuerpo. Mi espalda, mi hombro, mi cintura. Estaba demasiado fuera de mí por el ron y cola como para molestarlo.
Además, me sentía bien, ya que había visto lo preocupado que había estado por esas chicas borrachas.
Hoy había actuado como un idiota, pero también había sido dulce y adorable con Harper. Eran como dos guisantes en una vaina. Ella era una chica un poco extraña, pero él la entendía.
—¿Quieres bailar? —dijo en mi oído.
Sabía que mi cara se encontraba roja por el alcohol, pero se puso más roja y más caliente con él detrás de mí.
—Seguro.
Me sentía un poco insegura cuando me bajé de mi taburete, pero podía caminar bien. Dev y Sean estaban ocupados charlando con dos chicas que habían visto al otro lado del salón y se encontraban al acecho. No creo que se fueran a sus departamentos esta noche.
—Voy a emborracharte con más frecuencia. Estás muy obediente hoy —dijo Nicholas.
—No estoy borracha Nicholas. —Realmente no lo estaba.
Apenas sonó agradable. Nunca había estado borracha antes. No parecía como una cosa que me gustaría hacer.
—Todavía no. Sólo tengo que conseguir que tomes un par de copas más y entonces estarás desmayada en mis brazos.
—Como sea.
Tomé su mano y lo llevé a la pista de baile, que, sorpresa, se encontraba llena. Golpeé y empujé hasta que encontré un poco de espacio. Nicholas vino conmigo, haciendo su propio lugar. Empecé a moverme, pero Nicholas me detuvo.
—Oh no, no te traje aquí a bailar así, por mucho que me encantaría verte hacer eso con tus caderas. —Me dio un tirón para acercarme, envolviendo sus manos alrededor de mi cintura y arrastrándolas desde mi espalda hasta mi trasero. Cuidado, señor.
—Quiero bailar —dijo, empezando a moverse—, de esta manera. Quiero bailar como si fuéramos la misma persona.
—Creí que no te gustaba.
—No me gustas —musitó, y luego cerró los ojos por un momento. Antes de abrirlos de nuevo y mirarme fijamente—. Baila conmigo. Sólo baila conmigo.
Entonces lo hice.
Bailamos durante lo que parecieron horas. Nicholas me dejó por un momento y volvió con otra copa, que yo de alguna manera equilibraba mientras bailábamos. Mi cuerpo se sentía líquido, pesado y suave. Nicholas tenía otra bebida y parecía estar perdido. Como ese momento en su habitación cuando habíamos sido las únicas dos personas en un planeta que había sido detenido.
Sus manos estaban sobre mí, las mías puestas en él, los dos sudábamos y respirábamos con dificultad, y la música hacía que me doliera la cabeza y me golpeaba en el cráneo, haciendo que todo fuese demasiado y no suficiente a la vez.
Con el tiempo comenzó hacer demasiado calor y empecé a alejarme para tomar un descanso. Nicholas me siguió, y fue como si la burbuja en la que habíamos estado bailando se reventara.
—¿Quieres otra copa?
—Un poco de agua estaría bien —le dije, abanicándome.
Dev y Sean habían venido a decirnos que se irían a una fiesta en una casa con las dos bellas damas cuyos nombres no podía recordar en este momento. Me encontraba abandonada en mi momento de necesidad.
Nicholas volvió con un vaso de agua, con una rodaja de limón para mí y otra cerveza para él.
—¿Cómo te sientes?
—Bien —le dije.
—¿Estás lista para irnos pronto? —Todavía era temprano.
—¿Por qué, a dónde quieres ir?
Se encogió de hombros. Sí, el momento de baile había terminado.
Cada uno de nosotros tomó un sorbo de nuestras bebidas en silencio.
—Aún no me gustas —dijo de pronto—. A pesar de todo esto. — Movió su mano. Supuse que indicaba la expresión vertical del deseo horizontal que habíamos estado teniendo sólo unos minutos atrás. Volvimos a caminar esa línea fina entre compañeros de habitación y... lo que sea. Nicholas bebió su cerveza, y bebí mi agua. Estábamos sentados en el mismo bar, pero era como si estuviéramos sentados uno frente al otro con el Gran Cañón entre nosotros.
Nicholas terminó su cerveza y pidió otra. Ya iba por su quinta o sexta, no podía recordar. Nunca lo había visto beber con tanta libertad. Me senté y jugueteé con mi teléfono, bebí mi agua y observé a los otros bailarines. Nicholas no quiso hablar conmigo, a pesar de que lo intenté un par de veces.
Después de que terminó su bebida más reciente, le dije que estaba lista para irme. No había vuelto a ser la noche de diversión que esperaba. Los recuerdos de Nicholas y el baile crepitaban en mi mente, fijándose en mí como fuego.
Caminamos de regreso a nuestro apartamento lentamente, tratando de no tropezar con nuestros pies inestables.
A él le iba tan mal como a mí. Cuando llegamos a nuestro departamento, Nicholas se estrelló en el sofá. Me senté en el sillón, tirando los pies hacia arriba y apoyé la barbilla sobre mis rodillas.
—¿Estás enojado conmigo?
—¿Qué? —Era como si acabara de recordar que estaba allí. Como si hubiera estado en trance.
—¿Estás enojado conmigo? Apenas me has dirigido una palabra en toda la noche.
—No todo se trata de ti, ____(tn) —espetó.
—Ya lo sé, imbécil. ¿Por qué no quieres hablar conmigo? Algo obviamente te está molestando. Tengo una idea que tiene que ver con tu reunión secreta con el misterioso Joe. ¿Me estoy acercando?
—No tienes ni idea de lo qué estás hablando —dijo, con ojos fríos como el acero.
—Entonces ilumíname. No tienes que guardártelo todo.
—Quizá sí. Ya te he dicho que no quieres saber la verdad, así que no voy a decírtela.
—No me digas lo qué debo y qué no debo hacer, Nicholas Jonas. No sabes nada sobre mí.
Cerró los ojos, como si estuviese intentando recobrar la compostura, o rezando por paciencia.
—Sueles escuchar a Pistol Annies cuando estás enojada, por lo general conmigo. Reconozco tu risa falsa de la real. Tienes una gran carcajada, por cierto. Sé cuáles camisas son tus favoritas, porque son las primeras que te pones luego de que lavas la ropa. Lames tu labio inferior cuando intentas concentrarte en la lectura de un libro de texto. Lloras durante los comerciales de animales maltratados cuando crees que nadie está mirando. Así que no, no te conozco en absoluto.
—Eso no significa nada —susurré.
—Significa algo.
—Pensé que no te gustaba.
—No quiero que me gustes. —Se levantó y se agachó delante de mi silla tan rápido que casi salté—. ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Son tus ojos? ¿Tu sonrisa? ¿Esa risa sexy? ¿La forma en que no aceptas mi mierda? No sé. Todo lo que sé es que no me gusta. No me gusta.
Acercó su cara hasta la mía. Su aliento olía ligeramente a cerveza, pero más como él. Ese olor picante que se aferraba a él.
—No me gusta —susurró contra mis labios. Ellos casi se tocaban.
Casi...
Pero se retiró.
Había tenido suficiente. Si no besaba a este chico aquí mismo, ahora mismo, me iba a morir. Cerré mi mano en la parte posterior de su cabeza y tiré de su cabeza hacia la mía. Basta de hablar. Hora de los besos.
Nuestros labios se encontraron y eso fue todo. Toda nuestra resistencia se desmoronó y, de repente, estaba siendo echada hacia atrás cuando Nicholas intentaba devorarme no muy gentilmente. Aterrizamos en el suelo cuando el sillón se volteó hacia arriba.
—Ow —dije contra su boca.
—Hm —dijo, ignorando el hecho de que el sillón estaba de abajo hacia arriba y que nos encontrábamos en el piso. Me agarró y me rodó sobre mi espalda, por lo que ahora estábamos libres de la silla que había saboteado nuestro beso.
—No me gusta esa silla —dijo mientras me besaba mi rostro y mi cuello. Froté las manos de arriba y abajo por su cabeza, amando la sensación de hormigueo de su pelo corto contra mis palmas. Tenía un poco de barba en su cara, y podía sentir que raspaba mi piel hipersensible.
Me mordió el lóbulo de la oreja, y me reí porque hacía cosquillas.
—¿De qué te ríes?
—Cosquillas —fue la única palabra que pude formar antes de que sus labios estuvieran en los míos de nuevo, y luego su lengua dentro mi boca. Besar a Nicholas no se parecía a nada que hubiese experimentado antes. Era terrible y maravilloso al mismo tiempo. Estaba demasiado, demasiado cerca, su boca era demasiado exigente. Nunca me habían besado así antes, con pura e inalterada necesidad.
Ningún hombre nunca me había besado como si su salvación dependiera de ello. Nicholas me besó como si fuera al infierno, como si éste fuese su último beso y quisiera sacarle provecho.
—Eres tan hermosa —dijo cuándo se retiró para tomar aire por un segundo. Estaba teniendo problemas con eso mismo.
En lugar de contestar, extendí mi mano hasta sus labios. Quería besarlo mucho más de lo que quería el oxígeno.
El sonido de la puerta al cerrarse sonó como a kilómetros de distancia, pero luego una voz dijo—: Bueno, hola por allí.
Nicholas y yo levantamos la mirada para encontrarnos con la irritada cara de Renee.
—Ya era hora.
En su mayoría, nos habíamos mantenido en silencio desde que salimos. Hope me había dado un gran abrazo y me dijo que volviera pronto, y Harper me había hecho prometer que cantaría de nuevo con ella. John me dio la mano y comentó que era una joven encantadora.
Mase y Darah se quedaban a pasar la noche, así que les dije que los vería al día siguiente.
—Lo son.
—Estás siendo raro.
—¿Cómo?
—Nunca te he visto tan tranquilo. Uno pensaría que alguien habría muerto. —Al instante me di cuenta de mi error—. Lo siento, eso fue descortés.
—No, me lo merecía. No soy muy agradable, ____(tn).
Casi nunca me llamaba por mi nombre real. Y noté que no me gustaba demasiado.
—Lo sé. Pero eso no te excusa de ser un imbécil.
—Soy lo que soy. Si no te gusta, hay una forma sencilla de salir de ella. Tienes tres opciones: Ódiame, ámame, házmelo. Elige tu veneno.
—Jódete.
—Esa es una de las opciones.
—Nunca pasearé contigo otra vez.
—Está bien. Ahora sé dónde guardas tus llaves. Sassy y yo nos divertiremos juntos —dijo, acariciando el tablero.
—Juro por Dios, Nicholas, que si te robas el coche, voy a apuñalarte mientras duermes.
—Bien. Adelante.
¿Qué le pasaba? Encendí un viejo CD de Avril Lavigne sólo para molestarlo. Miró por la ventana y se tocó la pierna.
Uno, dos, tres, cuatro, cinco. Quería romper cada uno de sus cinco dedos para que no pudiera tocarlos nunca más.
No hablé con él de nuevo hasta que estuvimos de vuelta en la escuela. Nicholas llevaba su guitarra, y yo llevaba un recipiente de plástico con restos de comida que Hope había insistido que trajera. ¿Cómo podía decirle que no?
Inmediatamente me fui a la habitación y cerré la puerta.
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Me quedé allí durante varias horas, comiendo las sobras de los Masons y leyendo. Pensé en llamar a Tawny, pero realmente no quería saber lo que había que decir sobre esta situación. No quería un consejo, que sería lo que ella me daría, por más no solicitado que fuera.
Estaba sumida en la agonía de Lo Que El Viento Se Llevó cuando escuché voces en la sala. Debían ser Dev y Sean. Hubo un suave golpe en la puerta. Nicholas nunca tocaba nuestra puerta.
—Oye, vamos a ir al Blue. ¿Quieres venir? Te invito una copa.
Negué con la cabeza sin levantar la cabeza de mi libro.
—Vamos, ____(tn).
—Últimamente me has estado diciendo mucho eso.
—Gracias a Dios, ella habla.
—Muérdeme.
—Me estás insultando. Eso debe decir que has vuelto a la normalidad. Ven con nosotros. Va a ser divertido. Puedes bailar y burlarte de mí.
—¿Me dejarás romper una botella de cerveza sobre tu cabeza? Porque diría que sí totalmente sólo por eso.
—Vamos a salir y ver cómo van las cosas. Podría permitirte darme un puñetazo, dependiendo de lo borracho que esté.
Nunca había visto borracho a Nicholas. Con un par de cervezas, pero nunca lo había visto fuera de control como la mayoría de la gente se ponía. Desde que era pequeña, el alcohol me afectaba como un martillo.
Sólo necesitaba una o dos copas, y ya me encontraba en la tierra feliz.
Nunca había visto el atractivo a emborracharse. Hasta esta noche.
—Iré —dije, balanceando las piernas por encima de mi cama y saltando hacia abajo. Había limpiado el desastre de ropa de esta mañana, pero encontrar la camiseta correcta iba a hacer otro viaje a través del fango.
Nicholas se quedó mirando el armario. Sabía que mi mente se había ido.
—Usa la rosa que está a la izquierda —señaló, y vi un trozo de rosa.
Era una camisa que tenía, pero nunca usaba. Simplemente no era realmente yo. Tawny me lo había regalado hace unos años, y no podía deshacerme de ella porque no quería hacerla enojar. Tenía una especie de flor en tela sobre el cuello, y era algo drapeada.
—Y esos ajustados pantalones negros.
—¿Quién eres tú, mi asesor de moda?
—Si ayuda a que te alistes más rápido, seguro. Voy a ser tu asesor de moda.
Agarró la camisa y la levantó. En realidad, no parece tan mala.
—Estamos listos cuando tú lo estés —dijo antes de irse para que me cambiara. Iba a ser interesante salir sólo yo y tres chicos. Si fuera un chico, sería un proxeneta. En realidad no había un equivalente bueno para una chica.
Decidí dejar mi cabello suelto. Se veía mejor que como lo tenía esta mañana, lo cual era inusual, pero decidí aceptarlo.
—¿Follable? —dije cuando llegué a la sala.
—Definitivamente —dijo Nicholas. Me gustó el aspecto semi aturdido en su rostro. Dios, me veía todos los días, pero aun así, cuando me ponía algo agradable no podía decir una palabra. Lo disfrutaba mucho. No te sucede eso con alguien a quien no le gustas.
Los otros chicos me sonrieron educadamente. No los había visto mucho últimamente.
—Está bien, vámonos, chicos. ¿Quién quiere llevar mi bolso, y quien quiere ser mi puta de bebidas por la noche?
Todos se miraron el uno al otro.
—Broma. Eso fue una broma. No se castraran por hacer eso.
—Llevar un bolso no me castraría —dijo Nicholas. Sí, por supuesto.
—Lo llevaría, pero no va con mi atuendo —dijo Dev. Todos se echaron a reír.
—Lo mismo —dijo Sean cuando nos fuimos.
Tomé cada uno de sus brazos.
—¿Vamos? ¡Para el bar! —me dijo, levantando un puño.
Todos caminaban al unísono, y Nicholas se quedó atrás.
—¿Tienes un tercer brazo para mí? —dijo.
—No, lo siento. Puedes tener mi bolso. —Le arrojé mi cartera dev mano negra, y la atrapó.
—Bien hecho. Puedes prepararme mis tragos toda la noche.
—¿Y ellos qué van a hacer? —me preguntó.
—Admirarme y asegurarse de que estoy cómoda, ¿cierto?
—Mis habilidades sólo a su servicio —dijo Dev, apretando mi brazo.
—Supongo que eso significa que estoy de guardia cómoda —dijo Sean.
—Hombres, ¿son siempre tan fáciles? —les dije.
—Y eso lo dice ella —murmuró Nicholas detrás de mí.
—Escuché eso —le dije sobre mi hombro.
—Caminaste directo hacia ello, ¿que se supone que debo hacer?
—Contrólate, hombre bolso.
El ligero escalofrío en el aire hizo que mi piel se estremeciera, y me hubiese gustado mucho haber traído una chaqueta.
—¿Tienes frío? —preguntó Sean.
—Estoy bien. Ya casi llegamos.
Blue Lagoon se encontraba abarrotado de nuevo. Parecía que todo el mundo había sido mordido por el insecto de otoño, o tal vez era un atraso del verano. En el estacionamiento, ya se encontraba unas chicas vomitando sus tripas en el pavimento al lado de un auto.
—Su trabajo de esta noche, el de todos ustedes, es asegurarse de que no termine así —dije, señalando a la muchacha, cuyo cabello se encontraba sostenido por una chica igual de borracha que apenas podía mantenerse en pie.
—Espera un segundo —dijo Nicholas.
—¿Qué está haciendo? —preguntó Dev.
Todos vimos como se acercó a la muchacha, que se aseguraba de mantenerse alejada de la corriente de vómito proveniente de la boca de su amiga.
—No tengo idea —le dije.
Habló con la chica que no vomitaba. Ella sacudió la cabeza y él le hizo señas hacia mí.
—¿Tienes tu teléfono? Mi batería murió. Y voy a llamar a un taxi. Ellas no viven en el campus.
—Por supuesto —le dije, pescando el teléfono y buscando el número de una de las compañías de taxis locales que frecuentaban el campus.
—No sé dónde está mi bolso —dijo la chica que no vomitaba. "Bolso" salió más bien como "Bolsho." La otra chica se desplomó sobre el pavimento, gimiendo.
—Está bien, ya lo encontraras mañana. Vamos a llamar a un taxi, ¿de acuerdo? ¿Sabes dónde vives? —preguntó Nicholas.
Ella le dio la dirección y yo se la repetí a la compañía de taxi en caso de que se les olvidara.
Dev y Sean se pusieron en acción, ayudando a la chica vómito a entrar para conseguir una toalla de papel húmeda y una taza de agua para que pudiera limpiarse.
El taxi llegó unos minutos más tarde, y las metimos. El taxista nos aseguró que llegarían a casa seguras, y se negó a que le pagarán cuando Nicholas sacó algo de dinero.
—No hay necesidad. Una buena acción merece otra —dijo, señalando a las chicas, y llevándolas a casa. Ellas probablemente no recordarían el acto de bondad que Nicholas les mostró, pero yo sí lo haría.
—¿Todo el mundo listo para entrar? —Tenía muchas ganas de alejarme del olor a vómito, y mis dientes comenzaban a castañar.
—¿Qué pasa con las chicas y no tener abrigos? —dijo Nicholas.
—Bueno, no tenía previsto este momento aleatorio de buen samaritano.
—Nunca lo tenemos —dijo, caminando hacia la puerta.
Vimos un guardia diferente esta vez, pero también conocía a Nicholas. Sin duda era un hombre popular. Mi identificación falsa fue apenas examinada antes de que me dejaran entrar.
—Una chica, tres hombres. Demonios —dijo.
—Estos son mis juguetes —le dije, sintiéndome audaz. Dios, ni siquiera había tomado un trago todavía.
—¿Necesita uno más?
—Quizás. Te lo haré saber —dije con un guiño, mientras me iba pavoneando mis caderas.
—¿Estás segura que aún no estás borracha? —dijo Nicholas, con el rostro un poco sorprendido por mi descaro.
—Ebria de vida, Nicholas. Ebria de vida.
********************
Una hora más tarde ya había bebido copa y media, y me estaba divirtiendo mucho con los chicos. Nos sentamos en un extremo de la barra y estábamos ocupados viendo el caos que nos rodeaba. Nicholas se encontraba a mi lado, y creo que no era mi imaginación que a cada momento sentía su mano en alguna parte de mi cuerpo. Mi espalda, mi hombro, mi cintura. Estaba demasiado fuera de mí por el ron y cola como para molestarlo.
Además, me sentía bien, ya que había visto lo preocupado que había estado por esas chicas borrachas.
Hoy había actuado como un idiota, pero también había sido dulce y adorable con Harper. Eran como dos guisantes en una vaina. Ella era una chica un poco extraña, pero él la entendía.
—¿Quieres bailar? —dijo en mi oído.
Sabía que mi cara se encontraba roja por el alcohol, pero se puso más roja y más caliente con él detrás de mí.
—Seguro.
Me sentía un poco insegura cuando me bajé de mi taburete, pero podía caminar bien. Dev y Sean estaban ocupados charlando con dos chicas que habían visto al otro lado del salón y se encontraban al acecho. No creo que se fueran a sus departamentos esta noche.
—Voy a emborracharte con más frecuencia. Estás muy obediente hoy —dijo Nicholas.
—No estoy borracha Nicholas. —Realmente no lo estaba.
Apenas sonó agradable. Nunca había estado borracha antes. No parecía como una cosa que me gustaría hacer.
—Todavía no. Sólo tengo que conseguir que tomes un par de copas más y entonces estarás desmayada en mis brazos.
—Como sea.
Tomé su mano y lo llevé a la pista de baile, que, sorpresa, se encontraba llena. Golpeé y empujé hasta que encontré un poco de espacio. Nicholas vino conmigo, haciendo su propio lugar. Empecé a moverme, pero Nicholas me detuvo.
—Oh no, no te traje aquí a bailar así, por mucho que me encantaría verte hacer eso con tus caderas. —Me dio un tirón para acercarme, envolviendo sus manos alrededor de mi cintura y arrastrándolas desde mi espalda hasta mi trasero. Cuidado, señor.
—Quiero bailar —dijo, empezando a moverse—, de esta manera. Quiero bailar como si fuéramos la misma persona.
—Creí que no te gustaba.
—No me gustas —musitó, y luego cerró los ojos por un momento. Antes de abrirlos de nuevo y mirarme fijamente—. Baila conmigo. Sólo baila conmigo.
Entonces lo hice.
Bailamos durante lo que parecieron horas. Nicholas me dejó por un momento y volvió con otra copa, que yo de alguna manera equilibraba mientras bailábamos. Mi cuerpo se sentía líquido, pesado y suave. Nicholas tenía otra bebida y parecía estar perdido. Como ese momento en su habitación cuando habíamos sido las únicas dos personas en un planeta que había sido detenido.
Sus manos estaban sobre mí, las mías puestas en él, los dos sudábamos y respirábamos con dificultad, y la música hacía que me doliera la cabeza y me golpeaba en el cráneo, haciendo que todo fuese demasiado y no suficiente a la vez.
Con el tiempo comenzó hacer demasiado calor y empecé a alejarme para tomar un descanso. Nicholas me siguió, y fue como si la burbuja en la que habíamos estado bailando se reventara.
—¿Quieres otra copa?
—Un poco de agua estaría bien —le dije, abanicándome.
Dev y Sean habían venido a decirnos que se irían a una fiesta en una casa con las dos bellas damas cuyos nombres no podía recordar en este momento. Me encontraba abandonada en mi momento de necesidad.
Nicholas volvió con un vaso de agua, con una rodaja de limón para mí y otra cerveza para él.
—¿Cómo te sientes?
—Bien —le dije.
—¿Estás lista para irnos pronto? —Todavía era temprano.
—¿Por qué, a dónde quieres ir?
Se encogió de hombros. Sí, el momento de baile había terminado.
Cada uno de nosotros tomó un sorbo de nuestras bebidas en silencio.
—Aún no me gustas —dijo de pronto—. A pesar de todo esto. — Movió su mano. Supuse que indicaba la expresión vertical del deseo horizontal que habíamos estado teniendo sólo unos minutos atrás. Volvimos a caminar esa línea fina entre compañeros de habitación y... lo que sea. Nicholas bebió su cerveza, y bebí mi agua. Estábamos sentados en el mismo bar, pero era como si estuviéramos sentados uno frente al otro con el Gran Cañón entre nosotros.
Nicholas terminó su cerveza y pidió otra. Ya iba por su quinta o sexta, no podía recordar. Nunca lo había visto beber con tanta libertad. Me senté y jugueteé con mi teléfono, bebí mi agua y observé a los otros bailarines. Nicholas no quiso hablar conmigo, a pesar de que lo intenté un par de veces.
Después de que terminó su bebida más reciente, le dije que estaba lista para irme. No había vuelto a ser la noche de diversión que esperaba. Los recuerdos de Nicholas y el baile crepitaban en mi mente, fijándose en mí como fuego.
Caminamos de regreso a nuestro apartamento lentamente, tratando de no tropezar con nuestros pies inestables.
A él le iba tan mal como a mí. Cuando llegamos a nuestro departamento, Nicholas se estrelló en el sofá. Me senté en el sillón, tirando los pies hacia arriba y apoyé la barbilla sobre mis rodillas.
—¿Estás enojado conmigo?
—¿Qué? —Era como si acabara de recordar que estaba allí. Como si hubiera estado en trance.
—¿Estás enojado conmigo? Apenas me has dirigido una palabra en toda la noche.
—No todo se trata de ti, ____(tn) —espetó.
—Ya lo sé, imbécil. ¿Por qué no quieres hablar conmigo? Algo obviamente te está molestando. Tengo una idea que tiene que ver con tu reunión secreta con el misterioso Joe. ¿Me estoy acercando?
—No tienes ni idea de lo qué estás hablando —dijo, con ojos fríos como el acero.
—Entonces ilumíname. No tienes que guardártelo todo.
—Quizá sí. Ya te he dicho que no quieres saber la verdad, así que no voy a decírtela.
—No me digas lo qué debo y qué no debo hacer, Nicholas Jonas. No sabes nada sobre mí.
Cerró los ojos, como si estuviese intentando recobrar la compostura, o rezando por paciencia.
—Sueles escuchar a Pistol Annies cuando estás enojada, por lo general conmigo. Reconozco tu risa falsa de la real. Tienes una gran carcajada, por cierto. Sé cuáles camisas son tus favoritas, porque son las primeras que te pones luego de que lavas la ropa. Lames tu labio inferior cuando intentas concentrarte en la lectura de un libro de texto. Lloras durante los comerciales de animales maltratados cuando crees que nadie está mirando. Así que no, no te conozco en absoluto.
—Eso no significa nada —susurré.
—Significa algo.
—Pensé que no te gustaba.
—No quiero que me gustes. —Se levantó y se agachó delante de mi silla tan rápido que casi salté—. ¿Qué tiene que ver contigo? ¿Son tus ojos? ¿Tu sonrisa? ¿Esa risa sexy? ¿La forma en que no aceptas mi mierda? No sé. Todo lo que sé es que no me gusta. No me gusta.
Acercó su cara hasta la mía. Su aliento olía ligeramente a cerveza, pero más como él. Ese olor picante que se aferraba a él.
—No me gusta —susurró contra mis labios. Ellos casi se tocaban.
Casi...
Pero se retiró.
Había tenido suficiente. Si no besaba a este chico aquí mismo, ahora mismo, me iba a morir. Cerré mi mano en la parte posterior de su cabeza y tiré de su cabeza hacia la mía. Basta de hablar. Hora de los besos.
Nuestros labios se encontraron y eso fue todo. Toda nuestra resistencia se desmoronó y, de repente, estaba siendo echada hacia atrás cuando Nicholas intentaba devorarme no muy gentilmente. Aterrizamos en el suelo cuando el sillón se volteó hacia arriba.
—Ow —dije contra su boca.
—Hm —dijo, ignorando el hecho de que el sillón estaba de abajo hacia arriba y que nos encontrábamos en el piso. Me agarró y me rodó sobre mi espalda, por lo que ahora estábamos libres de la silla que había saboteado nuestro beso.
—No me gusta esa silla —dijo mientras me besaba mi rostro y mi cuello. Froté las manos de arriba y abajo por su cabeza, amando la sensación de hormigueo de su pelo corto contra mis palmas. Tenía un poco de barba en su cara, y podía sentir que raspaba mi piel hipersensible.
Me mordió el lóbulo de la oreja, y me reí porque hacía cosquillas.
—¿De qué te ríes?
—Cosquillas —fue la única palabra que pude formar antes de que sus labios estuvieran en los míos de nuevo, y luego su lengua dentro mi boca. Besar a Nicholas no se parecía a nada que hubiese experimentado antes. Era terrible y maravilloso al mismo tiempo. Estaba demasiado, demasiado cerca, su boca era demasiado exigente. Nunca me habían besado así antes, con pura e inalterada necesidad.
Ningún hombre nunca me había besado como si su salvación dependiera de ello. Nicholas me besó como si fuera al infierno, como si éste fuese su último beso y quisiera sacarle provecho.
—Eres tan hermosa —dijo cuándo se retiró para tomar aire por un segundo. Estaba teniendo problemas con eso mismo.
En lugar de contestar, extendí mi mano hasta sus labios. Quería besarlo mucho más de lo que quería el oxígeno.
El sonido de la puerta al cerrarse sonó como a kilómetros de distancia, pero luego una voz dijo—: Bueno, hola por allí.
Nicholas y yo levantamos la mirada para encontrarnos con la irritada cara de Renee.
—Ya era hora.
Puede haber gente más bipolar que estos dos!??
& eso que no se gustan, se imaginan si se gustaran! xD
JAJAJAJA
En fin, veremos como cambia su relación de ahora en adelante!
Disfruten del capitulo niñas!
Nos estamos leyendo! :)
\^.^/
Lu wH!;*
X
:bye:
HeyItsLupitaNJ
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Aaaa se dieron un beso me voy a morir
sigue o me voy a vengarme de ti
sigue o me voy a vengarme de ti
Valen Fisher
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
oh nonononononononoooo...
por el mas sagrado amor a los jonas... como la dejas asi ?
YES.... por dios... ya era hora de que algo asi pase...
si le faltaban un par de copas a los dos para poder besarse....
ahora si.. si me dicen que no se gusta.. entro en la nove y los apuñalo (?
jajajajajajajaja....
pero tenia que llegar renne a interrumpir ¬¬.... grrrrrr...
ame el cap...
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaa
por el mas sagrado amor a los jonas... como la dejas asi ?
YES.... por dios... ya era hora de que algo asi pase...
si le faltaban un par de copas a los dos para poder besarse....
ahora si.. si me dicen que no se gusta.. entro en la nove y los apuñalo (?
jajajajajajajaja....
pero tenia que llegar renne a interrumpir ¬¬.... grrrrrr...
ame el cap...
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
DIOOOOOOS NO LO CREO!!, acaso soñé o estos dos se besaron???.
pff menos mal que ni cariño se tienen jajajaja. Son únicos esos dos XD...
pero de todas formas, TIENES QUE SEGUIRLAAAAAAA O ME VA A DAR UN INFARTO MUJER!!!
Ok, me enamoró este capiii, siguela bella. Nos leemos prontooo jajaj. Kisses
pff menos mal que ni cariño se tienen jajajaja. Son únicos esos dos XD...
pero de todas formas, TIENES QUE SEGUIRLAAAAAAA O ME VA A DAR UN INFARTO MUJER!!!
Ok, me enamoró este capiii, siguela bella. Nos leemos prontooo jajaj. Kisses
AbriiL_013♥
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
Por que tuvo que aparecer Renee!!!!..... Y bueno casi se comen el uno al otroooo!!!...... Yo creo que harán como que no se acuerdan... Y la escusa de que estaban tomados!!!!!!..... Y si son bipolares!!!!!!..... Jajajajajajajajajaja ........ Pero bueno solo ellos se entienden!!!!!!!!...... Y mira que según no se gustan nada!!!!!!.... Lo que no to es que nick no le gusta nada lo que siente por ella!!...... Y no que no le gusta de gusta!!!!!! Si me entienden!!!!..... Jajajajajajajajajajajajajajaja siguela porfiiiiisss
chelis
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
ahora si puedo comentar!!!!!!! BIEN!
MALDITOS BIPOLARES!
es que aaaa PONGANSE DE ACUERDO!
Me desesperan!
PERO ES QUE AHORA SE DIERON UN BESO!
DESPUES VAN A PELEAR
Y DESPUES 1313?!
NO, no creo que el Nicho este tan loco!
BUENO AHORA SI!
SIGUELA O TE PERSIGO CON UNA ESCOBA
BESOS XX
MALDITOS BIPOLARES!
es que aaaa PONGANSE DE ACUERDO!
Me desesperan!
PERO ES QUE AHORA SE DIERON UN BESO!
DESPUES VAN A PELEAR
Y DESPUES 1313?!
NO, no creo que el Nicho este tan loco!
BUENO AHORA SI!
SIGUELA O TE PERSIGO CON UNA ESCOBA
BESOS XX
Val x.
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
¡¡¡¡¡POR FIN!!!!
Ya era hora, ese orgullo me estaba matando era a mi.
Siguela prontito.
Ya era hora, ese orgullo me estaba matando era a mi.
Siguela prontito.
Puchy_ve
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
es que no sabes que siempre hay un loco para otro loco!
Yo estoy esperando a mi loco :(
Me encanta!! Aunque Nicholas ande raro!
Pero al fin se besaron ya era hora!!
Siguela!!
Yo estoy esperando a mi loco :(
Me encanta!! Aunque Nicholas ande raro!
Pero al fin se besaron ya era hora!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
vamos avanzando!Nicholas!!ohhhhhjj podrias conseguirle un novio a Renee xq tuvo q interrumpirlos!:( buenoooo siguelaaaaaa xfaaaa ninha
nickelen
Re: My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
MALDITA RANA RENEE JAJAJAJAJAJJAJA. DIOOOS QUIERO QUE CONTINUE, UN BESO NO ES SUFICIENTEEE ♥
Aria de Jonas
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