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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
FICHA
Nombre: When I look to the sky
Autor: morethanagirl (yo)
Adaptación: Adaptación de una novela mía
Género: General
Advertencias: FIELES lectoras.
Otras páginas: Univisión
Nombre: When I look to the sky
Autor: morethanagirl (yo)
Adaptación: Adaptación de una novela mía
Género: General
Advertencias: FIELES lectoras.
Otras páginas: Univisión
s y k e s ©
When I look into sky
when it rains it pours and opens doors
Enamorarse ya no estaba en sus planes.
Pero apareció él, el chico de las portadas y los posters en las paredes. Con los ojos más bellos que alguna vez habría visto, con la sonrisa que enamora y con todos los prejuicios que ella quería evitar.
Niall Horan debía salir de sus vidas y de su cabeza; pero él no quería.
Pero apareció él, el chico de las portadas y los posters en las paredes. Con los ojos más bellos que alguna vez habría visto, con la sonrisa que enamora y con todos los prejuicios que ella quería evitar.
Niall Horan debía salir de sus vidas y de su cabeza; pero él no quería.
2013
Alejandra.17.Perú
Primera novela que subo a este foro; acepto criticas y demás.
+ gracias CamiTomlinson por ser mi betta ♥
Primera novela que subo a este foro; acepto criticas y demás.
+ gracias CamiTomlinson por ser mi betta ♥
Última edición por morethanagirl el Mar 12 Mar 2013, 12:54 pm, editado 5 veces
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Prólogo
Dos meses antes
Lo único que podía escuchar era el latido de mi propio corazón; mi ritmo cardiaco iba en descenso… algo dentro de mi comenzó a morir y entonces todo se volvió negro.
Y de pronto yo ya no era un solo latido; en mi existía un segundo latido.
Una vez Nathan me dijo que quería formar una familia conmigo; tener 3 hijos, una casa grande y un perro. Que sería genial vivir en los Estados Unidos; como lo hacía su hermana mayor.
“Podemos comprar una casa junto a las Montañas Rocosas” dijo una vez.
Pero nada de eso iba a ocurrir; todos esos planes habían quedado en simples sueños.
“Tienes seis semanas de embarazo” susurro el doctor. Mi corazón latió más fuerte y mi boca se seco.
Ya lo imaginaba, mi periodo se había atrasado casi un mes. Mi mano izquierda fue directamente hacia mi estomago.
Mamá lloraba en un rincón del cuarto, Josh había entrado pocas veces a saludarme y Luciano salía y entraba nervioso de la habitación; sabía que eso no estaba bien.
No me había atrevido a preguntar aun por Nat, pero sabía que todo estaba mal.
Una semana después del choque me entere que estaba muerto.
Y de pronto yo ya no era un solo latido; en mi existía un segundo latido.
Una vez Nathan me dijo que quería formar una familia conmigo; tener 3 hijos, una casa grande y un perro. Que sería genial vivir en los Estados Unidos; como lo hacía su hermana mayor.
“Podemos comprar una casa junto a las Montañas Rocosas” dijo una vez.
Pero nada de eso iba a ocurrir; todos esos planes habían quedado en simples sueños.
“Tienes seis semanas de embarazo” susurro el doctor. Mi corazón latió más fuerte y mi boca se seco.
Ya lo imaginaba, mi periodo se había atrasado casi un mes. Mi mano izquierda fue directamente hacia mi estomago.
Mamá lloraba en un rincón del cuarto, Josh había entrado pocas veces a saludarme y Luciano salía y entraba nervioso de la habitación; sabía que eso no estaba bien.
No me había atrevido a preguntar aun por Nat, pero sabía que todo estaba mal.
Una semana después del choque me entere que estaba muerto.
Última edición por morethanagirl el Jue 07 Mar 2013, 2:21 pm, editado 2 veces
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Bueno, acá yo c: ¡Sabes que me encanta!
Edito: me encanta ser tu beta c: así que no tenes nada que agradecerme.
Edito: me encanta ser tu beta c: así que no tenes nada que agradecerme.
Cami
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Capítulo Uno
Don't wake me up.
Penúltima semana de vacaciones; la luz se cuela hacia mi habitación como todos los días y yo en un vago intento para no despertarme oculto mi rostro entre las sabanas; sé que eso no sirve pero igual lo hago. Escucho las slaps de mamá chocar contra el parqué de mi habitación. No puedo levantarme, no quiero; pero igual tengo que hacerlo. Siento la mano de mi mamá recorrer mi espalda, giro mi cuerpo intentando alejarme de su tacto pero es algo imposible.
“Tienes que levantarte” dice en un tono empalagosamente maternal, antes de tomar mis sabanas y llevárselas con ella.
Ya no me siento caliente, ahora tengo frío y todo gracias a mi madre; encojo mis piernas pegándolas contra mi pecho en otro tonto intento de seguir durmiendo.
- ____– mamá sigue parada al lado de lo que debería ser la puerta de mi habitación. La fulmino con la mirada y me hecho sobre mi espalda, dándole a entender que pronto me tendrá bañada y vestida en la cocina.
Escucho sus pasos alejarse de mi habitación; suelto un bufido y maldigo la existencia de los despertadores, bueno al menos en el verano.
- ¡llegaras tarde! – grita desde, creo, la base de las escaleras.
Estiro uno de mis brazos buscando mi iPhone en la mesa de noche que se encuentra al lado de mi cama.
7.26 a.m. ¿es enserio?
Paso mis dedos por mi cabello, dándome cuenta que lo tengo completamente enredado. Haló de él en un intento fallido de desenredarlo un poco, pero es caso perdido; el al igual que mi mañana es un desastre. Me quedo cinco minutos más tirada en mi cama intentando, con todas mis fuerzas, sentarme.
Apoyo mis codos sobre el colchón y levanto mi cuerpo, soltando un quejido cuando mi espalda suena.
- ¿ya entraste a la ducha?
La escucho gritar a lo lejos, maldigo una vez mas y ahora sí, me siento al borde de mi cama. Oigo a Luciano salir de su habitación, él ya está completamente duchado y cambiado; me mira y suelta una carcajada antes de acercarse a lo que se supone que es la puerta de mi habitación.
- Apúrate – estira la mano y mueve las campanitas que cuelgan de la cortina que uso como puerta – en diez mamá subirá por ti.
- ¿A dónde vas?
- Quede en ir a jugar con Erick y sus niños del equipo de soccer
- ¿A las siete de la mañana?
- No todos duermen hasta el medio día si pueden – se da la vuelta y entra a su habitación una vez más.
Quiero golpearlo; lo amo pero algunas veces, muchas, me dan ganas de golpearlo. Mamá dice que debemos llevarnos bien; porque casi somos contemporáneos, Lu y yo nos llevamos un año con tres meses. Así que se supone que creciéramos juntos como dos amorosos y respetuosos hermanos pero en realidad cada años que pasa él y yo nos llevamos peor; él culpa al hecho que soy una perdedora y yo culpo al hecho que es un imbécil.
Está bien, no me refiero a que es un imbécil imbécil, pero lo es tanto como un adolescente de 16 años puede serlo.
Escucho a mamá acercarse a las escaleras y sé que es el momento para ir a bañarme; ya que si me demoro unos cuantos minutos más la tendré a ella frente a mi armario aconsejándome y regañándome sobre la ropa que una mujer embarazada debe usar.
- Me estoy metiendo a la ducha – grito tomando mi ropa interior de mi armario junto con una toalla y la ropa que usare durante el día.
Oigo la risa de Luciano al otro lado del pasillo, está saliendo de su habitación con su bolso deportivo colgado en un brazo y las llaves de su auto colgando en los dedos de la mano contraria.
¿Ya dije que quiero golpearlo?
Luciano, mamá y yo nos mudamos a Calgary cuando mamá se graduó, cuando cumplí diez años; ella quería que viviéramos en un lugar donde nos pudiera criar como la criaron a ella; con reglas y cierta cantidad de comida cacera que odiaras al crecer.
Yo, particularmente amo Calgary; clima cálido durante el verano y un infernal frio durante el invierno; simplemente una parte del polo norte en Canadá. Amo la lluvia durante todo el año y no tener que sudar como si estuviera en un sauna durante el verano; no como Florida, odio Florida; hemos ido cada navidad desde que tengo 12, aunque la razón por la que vamos es genial.
Las tontas sesiones a las cuales mamá me inscribió comienzan a las nueve; otra cosa que aborrezco, las sesiones para aprender a ser una madre adolescente.
“Si yo hubiese acudido a un grupo de apoyo cuando estaba embarazada de ti hubieses salido mucho mejor”
La teoría de mamá era algo, por no decir otra cosa, tonta; pero quien sabe de repente si ella hubiese asistido ella hubiese aprendido que no es necesario que yo asista a un tonto grupo de apoyo.
Quiero decir, si ella hubiese asistido sabría por lo que me está haciendo pasar todas las mañanas desde hace dos meses. Yo solo estoy embarazada, embarazada con diecisiete años pero al fin y al cabo embarazada.
Los baños de agua caliente ya no son lo mío; me fastidia la sensación del agua contra mi piel. Le hecho la culpa a las hormonas, me tienen altamente alterada y últimamente han provocado que todo en mí cambie; desde mi helado favorito hasta mi forma de ser; soy una maldita bipolar.
Golpean la puerta del baño, se que necesito apurarme antes que mamá comience a regañarme una vez más.
- ¡Sécate bien el cabello! – Vuelve a golpear la puerta – no quieres resfriarte.
Asiento con la cabeza, como si ella pudiese verme, me cambio en silencio y salgo semi vestida; aún me faltan mis zapatillas.
“Tienes prohibido usar tacones a menos que sea necesario” dijo cuando me quitaron el yeso de la pierna.
Eso fue igual a un nuevo armario lleno de vans y ballerinas.
¡Soy toda una niña de 13 años! ¡Yeih!
Siento a Nathan moverse dentro de mí; lo siento desde hace dos semanas y es la cosa más maravillosa que alguna vez sentí; se siente como mariposas y cosquillas en el estomago. Poso las dos manos sobre mi vientre y sonrío.
La ropa aún sigue quedándome, he subido medio kilo solamente y no he aumentado ni una sola talla. A simple vista no parezco ni subida de peso; tengo que admitir que lamento, y agradezco, no haber subido ni un solo kilo ya que nadie me cree que estoy embarazada, y no es que vaya gritando a los cuatro vientos que lo estoy, pero me gustaría aprovechar los beneficios que trae estarlo; como poder usar el cajero preferencial en el supermercado.
- Estoy lista.
Mamá lleva puesto el horrible delantal que Luciano y yo le hicimos hace cinco años, y que por alguna extraña razón aun no se deshace. Voltea a mirarme y sonríe de oreja a oreja al comprobar que estoy bañada y cambiada antes de las 8: 20 de la mañana.
Luciano sigue sentado en la mesa de la cocina con lo que parece ser su segunda ración de huevos revueltos. Lanzo mi bolso sobre una de las sillas vacías y me siento frente a él; mi plato con la porción de huevos revueltos necesaria para Nat y yo ya está servido. Quiero más, pero mamá no me lo permite, tengo que mantener una dieta balanceada. Luciano se sirve un poco más y me los pasa por delante del rostro. Desgraciado.
Mamá toma asiento al lado de Luciano con su tazón de frutas en la mano, sé que hay uno para mi en la mesa detrás mío pero no quiero comerlo.
Luciano se pone de pie, toma su plato y el mío; hoy es su día de lavar los platos
A los pocos segundos ya tengo el tazón de de fruta frente a mí, miro a mamá y sé que si no me lo como todo es posible que quite mis galletas oreos de la lista de compras de la semana.
- Hoy tengo guardia – dice poniéndose de pie y dejando su plato junto al lavadero para que Luciano los lave. – Así que iremos a comprar lo que falta en la alacena antes del almuerzo.
Los dos asentimos con la cabeza, sabemos lo que significa guardia; posiblemente mañana logre faltar a la sesión de grupo.
- Mañana Josh vendrá a cenar, así que se encargaran de la cena – continua diciendo. Luciano suelta un quejido y yo rio.
Luciano odia cocinar, siempre se le quema todo; por eso cada vez que nos toca preparar la cena él se vuelve mi picador/pelador/lavador de papas, cebollas y demás. Mamá lo mira con mala cara, sabe que no le gusta hacerlo pero son nuestros deberes.
Comienza a susurrar cosa y sé que se refiere a hacerme la vida imposible durante las 12 horas que mamá nos va a dejar solos. Me acerco a él, levanto mi puño en el aire y golpeo su antebrazo con fuerza, él hace una mueca de dolor y ríe.
- Eres un idiota.
- Yo también te quiero – dice abrazándome por el costado.
Sabe que por las hormonas últimamente odio sus abrazos y que solamente me provocan calor, así que lo hace con más fuerza. Lo empujo lejos de mí con una sonrisa en el rostro, él vuelve a envolverme con sus brazos y me planta un beso en la mejilla.
- Luciano – mamá vuelve a entrar a la cocina; lleva una botella de agua entre las manos. Luciano por fin me suelta, le saco la lengua; sé que no es muy maduro pero Lu siempre me saca de quicio. – tienes que irte.
- No quiero – cruzo los brazos sobre mi pecho y hago que mi labio inferior sobresalga sobre el superior.
Ella me mira, se que nada de lo que haga le hará cambiar de opinión; aun con la mueca en el rostro tomo mi bolso y me acerco a ella para depositarle un beso en la sien. Sonríe satisfecha.
Camino fuera de la casa con dirección a nuestro garaje, para darme cuenta que el auto de Luciano me está bloqueando la salida.
- ¿Crees que puedas apurarte?
Lu está detrás de mí con sus llaves en la mano.
- ¿no era que no querías ir?
Bufo y ruedo los ojos, espero que entre a su auto y salga del garaje para subirme al mío e irme antes de que me arrepienta.
Recibí el auto dos meses después de obtener la licencia de conducir; fue una buena escusa para que mamá me convirtiera en la chofer personal de Luciano por una año entero. Hasta que el consiguió su propia licencia y el auto de sus sueños, en una venta de segunda.
Me costó subirme a cualquier auto después del accidente; aún sigo teniendo esa pesadilla donde me veo a mi misma salir disparada de la camioneta, donde siento la sangre correr por mi rostro y donde solo puedo escuchar mis propios gritos en la oscuridad.
Y el corazón de Nathan apagarse a mi lado.
“Tienes que levantarte” dice en un tono empalagosamente maternal, antes de tomar mis sabanas y llevárselas con ella.
Ya no me siento caliente, ahora tengo frío y todo gracias a mi madre; encojo mis piernas pegándolas contra mi pecho en otro tonto intento de seguir durmiendo.
- ____– mamá sigue parada al lado de lo que debería ser la puerta de mi habitación. La fulmino con la mirada y me hecho sobre mi espalda, dándole a entender que pronto me tendrá bañada y vestida en la cocina.
Escucho sus pasos alejarse de mi habitación; suelto un bufido y maldigo la existencia de los despertadores, bueno al menos en el verano.
- ¡llegaras tarde! – grita desde, creo, la base de las escaleras.
Estiro uno de mis brazos buscando mi iPhone en la mesa de noche que se encuentra al lado de mi cama.
7.26 a.m. ¿es enserio?
Paso mis dedos por mi cabello, dándome cuenta que lo tengo completamente enredado. Haló de él en un intento fallido de desenredarlo un poco, pero es caso perdido; el al igual que mi mañana es un desastre. Me quedo cinco minutos más tirada en mi cama intentando, con todas mis fuerzas, sentarme.
Apoyo mis codos sobre el colchón y levanto mi cuerpo, soltando un quejido cuando mi espalda suena.
- ¿ya entraste a la ducha?
La escucho gritar a lo lejos, maldigo una vez mas y ahora sí, me siento al borde de mi cama. Oigo a Luciano salir de su habitación, él ya está completamente duchado y cambiado; me mira y suelta una carcajada antes de acercarse a lo que se supone que es la puerta de mi habitación.
- Apúrate – estira la mano y mueve las campanitas que cuelgan de la cortina que uso como puerta – en diez mamá subirá por ti.
- ¿A dónde vas?
- Quede en ir a jugar con Erick y sus niños del equipo de soccer
- ¿A las siete de la mañana?
- No todos duermen hasta el medio día si pueden – se da la vuelta y entra a su habitación una vez más.
Quiero golpearlo; lo amo pero algunas veces, muchas, me dan ganas de golpearlo. Mamá dice que debemos llevarnos bien; porque casi somos contemporáneos, Lu y yo nos llevamos un año con tres meses. Así que se supone que creciéramos juntos como dos amorosos y respetuosos hermanos pero en realidad cada años que pasa él y yo nos llevamos peor; él culpa al hecho que soy una perdedora y yo culpo al hecho que es un imbécil.
Está bien, no me refiero a que es un imbécil imbécil, pero lo es tanto como un adolescente de 16 años puede serlo.
Escucho a mamá acercarse a las escaleras y sé que es el momento para ir a bañarme; ya que si me demoro unos cuantos minutos más la tendré a ella frente a mi armario aconsejándome y regañándome sobre la ropa que una mujer embarazada debe usar.
- Me estoy metiendo a la ducha – grito tomando mi ropa interior de mi armario junto con una toalla y la ropa que usare durante el día.
Oigo la risa de Luciano al otro lado del pasillo, está saliendo de su habitación con su bolso deportivo colgado en un brazo y las llaves de su auto colgando en los dedos de la mano contraria.
¿Ya dije que quiero golpearlo?
Luciano, mamá y yo nos mudamos a Calgary cuando mamá se graduó, cuando cumplí diez años; ella quería que viviéramos en un lugar donde nos pudiera criar como la criaron a ella; con reglas y cierta cantidad de comida cacera que odiaras al crecer.
Yo, particularmente amo Calgary; clima cálido durante el verano y un infernal frio durante el invierno; simplemente una parte del polo norte en Canadá. Amo la lluvia durante todo el año y no tener que sudar como si estuviera en un sauna durante el verano; no como Florida, odio Florida; hemos ido cada navidad desde que tengo 12, aunque la razón por la que vamos es genial.
Las tontas sesiones a las cuales mamá me inscribió comienzan a las nueve; otra cosa que aborrezco, las sesiones para aprender a ser una madre adolescente.
“Si yo hubiese acudido a un grupo de apoyo cuando estaba embarazada de ti hubieses salido mucho mejor”
La teoría de mamá era algo, por no decir otra cosa, tonta; pero quien sabe de repente si ella hubiese asistido ella hubiese aprendido que no es necesario que yo asista a un tonto grupo de apoyo.
Quiero decir, si ella hubiese asistido sabría por lo que me está haciendo pasar todas las mañanas desde hace dos meses. Yo solo estoy embarazada, embarazada con diecisiete años pero al fin y al cabo embarazada.
Los baños de agua caliente ya no son lo mío; me fastidia la sensación del agua contra mi piel. Le hecho la culpa a las hormonas, me tienen altamente alterada y últimamente han provocado que todo en mí cambie; desde mi helado favorito hasta mi forma de ser; soy una maldita bipolar.
Golpean la puerta del baño, se que necesito apurarme antes que mamá comience a regañarme una vez más.
- ¡Sécate bien el cabello! – Vuelve a golpear la puerta – no quieres resfriarte.
Asiento con la cabeza, como si ella pudiese verme, me cambio en silencio y salgo semi vestida; aún me faltan mis zapatillas.
“Tienes prohibido usar tacones a menos que sea necesario” dijo cuando me quitaron el yeso de la pierna.
Eso fue igual a un nuevo armario lleno de vans y ballerinas.
¡Soy toda una niña de 13 años! ¡Yeih!
Siento a Nathan moverse dentro de mí; lo siento desde hace dos semanas y es la cosa más maravillosa que alguna vez sentí; se siente como mariposas y cosquillas en el estomago. Poso las dos manos sobre mi vientre y sonrío.
La ropa aún sigue quedándome, he subido medio kilo solamente y no he aumentado ni una sola talla. A simple vista no parezco ni subida de peso; tengo que admitir que lamento, y agradezco, no haber subido ni un solo kilo ya que nadie me cree que estoy embarazada, y no es que vaya gritando a los cuatro vientos que lo estoy, pero me gustaría aprovechar los beneficios que trae estarlo; como poder usar el cajero preferencial en el supermercado.
- Estoy lista.
Mamá lleva puesto el horrible delantal que Luciano y yo le hicimos hace cinco años, y que por alguna extraña razón aun no se deshace. Voltea a mirarme y sonríe de oreja a oreja al comprobar que estoy bañada y cambiada antes de las 8: 20 de la mañana.
Luciano sigue sentado en la mesa de la cocina con lo que parece ser su segunda ración de huevos revueltos. Lanzo mi bolso sobre una de las sillas vacías y me siento frente a él; mi plato con la porción de huevos revueltos necesaria para Nat y yo ya está servido. Quiero más, pero mamá no me lo permite, tengo que mantener una dieta balanceada. Luciano se sirve un poco más y me los pasa por delante del rostro. Desgraciado.
Mamá toma asiento al lado de Luciano con su tazón de frutas en la mano, sé que hay uno para mi en la mesa detrás mío pero no quiero comerlo.
Luciano se pone de pie, toma su plato y el mío; hoy es su día de lavar los platos
A los pocos segundos ya tengo el tazón de de fruta frente a mí, miro a mamá y sé que si no me lo como todo es posible que quite mis galletas oreos de la lista de compras de la semana.
- Hoy tengo guardia – dice poniéndose de pie y dejando su plato junto al lavadero para que Luciano los lave. – Así que iremos a comprar lo que falta en la alacena antes del almuerzo.
Los dos asentimos con la cabeza, sabemos lo que significa guardia; posiblemente mañana logre faltar a la sesión de grupo.
- Mañana Josh vendrá a cenar, así que se encargaran de la cena – continua diciendo. Luciano suelta un quejido y yo rio.
Luciano odia cocinar, siempre se le quema todo; por eso cada vez que nos toca preparar la cena él se vuelve mi picador/pelador/lavador de papas, cebollas y demás. Mamá lo mira con mala cara, sabe que no le gusta hacerlo pero son nuestros deberes.
Comienza a susurrar cosa y sé que se refiere a hacerme la vida imposible durante las 12 horas que mamá nos va a dejar solos. Me acerco a él, levanto mi puño en el aire y golpeo su antebrazo con fuerza, él hace una mueca de dolor y ríe.
- Eres un idiota.
- Yo también te quiero – dice abrazándome por el costado.
Sabe que por las hormonas últimamente odio sus abrazos y que solamente me provocan calor, así que lo hace con más fuerza. Lo empujo lejos de mí con una sonrisa en el rostro, él vuelve a envolverme con sus brazos y me planta un beso en la mejilla.
- Luciano – mamá vuelve a entrar a la cocina; lleva una botella de agua entre las manos. Luciano por fin me suelta, le saco la lengua; sé que no es muy maduro pero Lu siempre me saca de quicio. – tienes que irte.
- No quiero – cruzo los brazos sobre mi pecho y hago que mi labio inferior sobresalga sobre el superior.
Ella me mira, se que nada de lo que haga le hará cambiar de opinión; aun con la mueca en el rostro tomo mi bolso y me acerco a ella para depositarle un beso en la sien. Sonríe satisfecha.
Camino fuera de la casa con dirección a nuestro garaje, para darme cuenta que el auto de Luciano me está bloqueando la salida.
- ¿Crees que puedas apurarte?
Lu está detrás de mí con sus llaves en la mano.
- ¿no era que no querías ir?
Bufo y ruedo los ojos, espero que entre a su auto y salga del garaje para subirme al mío e irme antes de que me arrepienta.
Recibí el auto dos meses después de obtener la licencia de conducir; fue una buena escusa para que mamá me convirtiera en la chofer personal de Luciano por una año entero. Hasta que el consiguió su propia licencia y el auto de sus sueños, en una venta de segunda.
Me costó subirme a cualquier auto después del accidente; aún sigo teniendo esa pesadilla donde me veo a mi misma salir disparada de la camioneta, donde siento la sangre correr por mi rostro y donde solo puedo escuchar mis propios gritos en la oscuridad.
Y el corazón de Nathan apagarse a mi lado.
Última edición por morethanagirl el Vie 08 Mar 2013, 6:31 am, editado 2 veces
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Cami Tomlinson escribió:Bueno, acá yo c: ¡Sabes que me encanta!
Edito: me encanta ser tu beta c: así que no tenes nada que agradecerme.
♥
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
New reader *w*..
Hi! Good.. mi nombre es Luciana.. :B (pro decime Luci c:)
Soy de Argentina, pero eso no importa e.e
Lo que en realidad me importa es que me tienes de lectora hasta el final de la novela y que quiero que la sigas
:ilusion:
Ah y.. que buen comienzo de empezar a escribir en el foro, siendo la primera novela :D
Besos&Seguila :3
Hi! Good.. mi nombre es Luciana.. :B (pro decime Luci c:)
Soy de Argentina, pero eso no importa e.e
Lo que en realidad me importa es que me tienes de lectora hasta el final de la novela y que quiero que la sigas
:ilusion:
Ah y.. que buen comienzo de empezar a escribir en el foro, siendo la primera novela :D
Besos&Seguila :3
Sugus
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
¡Luciana! me encanta tu nombre, ya lo habras notado :3•Sugus• escribió:New reader *w*..
Hi! Good.. mi nombre es Luciana.. :B (pro decime Luci c:)
Soy de Argentina, pero eso no importa e.e
Lo que en realidad me importa es que me tienes de lectora hasta el final de la novela y que quiero que la sigas
:ilusion:
Ah y.. que buen comienzo de empezar a escribir en el foro, siendo la primera novela :D
Besos&Seguila :3
Gracias, me he esforzado bastante en esta novela.
Subire el próximo capítulo cuando tenga dos comentarios más (:
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
hayy me gustoo demasiado
enserio me gusta muchoooo ensero esta muy buena sigela
ah me llamo loana pero me dicen loa
sigelaaa
LOA
enserio me gusta muchoooo ensero esta muy buena sigela
ah me llamo loana pero me dicen loa
sigelaaa
LOA
loa
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
morethanagirl escribió:¡Luciana! me encanta tu nombre, ya lo habras notado :3•Sugus• escribió:New reader *w*..
Hi! Good.. mi nombre es Luciana.. :B (pro decime Luci c:)
Soy de Argentina, pero eso no importa e.e
Lo que en realidad me importa es que me tienes de lectora hasta el final de la novela y que quiero que la sigas
:ilusion:
Ah y.. que buen comienzo de empezar a escribir en el foro, siendo la primera novela :D
Besos&Seguila :3
Gracias, me he esforzado bastante en esta novela.
Subire el próximo capítulo cuando tenga dos comentarios más (:
¿Enserio? e.e
Sinceramente a mi no D:
Okei linda te esperare c:
Besos
Sinceramente a mi no D:
Okei linda te esperare c:
Besos
Sugus
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Capítulo Dos
teen mom
Arrastro mis pies a través del estacionamiento. Sostengo mi bolso contra el lado derecho de mi cuerpo y bostezo. Debemos estar aproximadamente 25 °C y siento como si estuviera 40 °C. Abanico mi rostro con mi mano.
Una de las chicas que está en mi grupo baja del coche de su padre, acelero el paso y le escucho saludarme; le sonrió de lado y levanto mi brazo. Tiene ocho meses de gestación y su estomago supera el metro de diámetro. Posa una de sus manos detrás de su espalda y camina hasta llegar a mi lado. Acomodo mi cabello, me siento incomoda, en los dos meses que voy asistiendo al grupo nunca había hablado con ella, no es que tampoco allá sido muy sociable.
Empujo con cuidado la puerta de vidrio, dejando que ella pase primero. La alarma suena cuando entra y lo hace de nuevo cuando yo lo hago, avisándole a la secretaria que hemos entrado. Despega la mirada de su computador y sonríe al vernos, no es necesario que le digamos nuestros nombres, ella ya los sabe; nos busca en la lista y nos marca asistencia.
Magda, la chica que entro conmigo, se dirige a la sala de reunión, camino detrás de ella viendo como su vestido se pega a su espalda por su enorme barriga; jala la vasta de este, intentando que se suelte un poco más. Abre la puerta en silencio y entra primero. Se voltea y me mira; su sonrisa ahora es una mueca y veo como sus ojos se desvían hasta mis shorts.
¿Desde cuándo ella no podrá usar los suyos?
Camino en silencio buscando una silla vacía donde pueda sentarme. La sala esta media llena de chicas que se encuentran en la misma condición que Magda y que yo. No tengo relación con ninguna así que prefiero sentarme en una de las sillas que se encuentra al lado de la psicóloga.
Algunas me miran yo solo trato de no prestarles atención; ella sienten pena por mí, porque saben mi historia, al igual que yo se las de ella.
- Hoy tenemos una niña menos – dice la psicóloga revisando su libreta.
Una de las chicas ya ha dado a luz; Hannah se adelanto tres semanas ha tenido dos hermosos mellizos.
Ella nos cuenta sobre cómo están los bebés y lo hermosos y saludables para después enseñarnos las fotos de los bebés.
Todas sonreímos al verlas; todas queremos tener a nuestros pequeños entre nuestros brazos ya. Samantha, es la próxima en tener dar a luz, si otra no se le adelanta. En dos semanas cumplirá 9 meses.
- ¿De qué quieren hablar?
Pregunta después de haber desconectado su teléfono del proyector.
Me recuesto en la silla y espero una de las tantas preguntas sobre “¿Qué pensaran de mí” o “¿ya nadie querrá estar conmigo?”
Yo no quiero estar con nadie así que simplemente me limito a escuchar los dramas y cambios hormonales que tienen las demás chicas mientras me concentro en sentir cada movimiento que Nathan hace dentro de mí.
Cuando conocí a Nathan por primera vez, le tire todo una botella de Gatorate encima. Él solo se limito a reír y a repetirme que no importaba. Me sentía tan avergonzada por mi torpes, que no me atreví a mirarlo a los ojos. Él y yo éramos tan diferentes, él amaba los deportes mientras que yo amaba el arte y nunca asistía a los partidos de soccer a menos que mamá me obligara porque Luciano jugaba. Él era conocido por todos y yo tenía un círculo cerrado de amigos. Yo era una Junior y él estaba en 11 grado. Yo me enamore a primera vista, él solo quería conocerme.
Todo paso demasiado rápido; un día yo lo había bañado en Gatorade y al otro día él me estaba esperando en la puerta de cada clase.
Cuando se graduó decidió estudiar ingeniera en la Universidad de Calgary, a pesar de que recibió becas para otras universidades decidió quedarse aquí y esperarme un año, hasta que también me graduara. Teníamos un plan, un buen plan que se acabo en una sola noche.
- ¿____? – una mano me coge del codo y me jala hacia ella. Ahogo un grito, no porque me haya dolido, sino porque me ha asustado.
Todas me miran, quiero desaparecer; he estado tan sumida en mis pensamientos que no me he percatado que han cambiado el tema y ahora están hablando sobre porque unas engordan rápidamente y otras simplemente se quedan delgadas eternamente.
- Genético – digo mirando a la rubia que se encuentra delante de mí – a mi madre se le empezó a notar mi embarazo cuando cumplió siete meses.
Acomodo mi cabello hacia un lado, incomoda.
- Solo engordo 6 kilos – continuo diciendo como si no fuese gran cosa, pero en realidad si lo es.
Tengo tanto miedo de no engordar, de no tener una panza grande que me haga saber que estemos bien. Mamá y yo hemos visitado al ginecólogo más veces de lo normal para poder asegurarme que todo está bien conmigo.
Mamá me ha repetido mil y un veces que solo es mi organismo y que mi bebé esta perfecto; pero aun tengo miedo.
- ¡Qué envidia! – Magda tiene las dos manos sobre su estomago y lo soba continuamente. Todas asienten, soy la única en todo el grupo que al parecer tiene un organismo que le permite mantenerse delgada.
La psicóloga explica algo sobre cómo podemos evitar engordar demasiado para no sufrir de diabetes gestacional. Hay una chica en el grupo que ya lo sufre, nos explica que durante los primeros meses se la paso comiendo dulces y cuando se la detectaron le prohibieron comerlos más. “Es una tortura” dice acomodándose su cerquillo que se había divido en dos.
Me quedo mirándola mientras ella explica que es lo que le permiten y no le permiten comer. Reímos cuando hace una tonta broma sobre el chocolate. Todas hablamos sobre los antojos mas extraños que hemos tenido y eso incluye una rara obsesión por la Fanta de limón durante la madruga que tuvo la psicóloga durante su tercer embarazo.
- Mi esposo cada semana compraba dos sixpacks para mí.
La sesión termina cuando la psicóloga se levanta y nos despide a cada una; tengo las dos piernas entumecidas por estar una hora y media sentada. Todas salimos en silencio, muy pocas son las que hablan, toda la conexión que parecíamos tener termina cuando la psicóloga se va. Una que otra sonríe, tomo mi bolso y salgo del salón. Tengo un mensaje de Luciano diciendo que podemos encontrarnos en McDonalds para que me compre la cajita feliz que me debe.
Escucho mi nombre a lo lejos, ya tengo abierta la puerta de mi auto y estoy metiéndome adentro. Reconozco a la chica cuando se me acerca, es un año menor que yo y asiste al mismo curso de Luciano. Lleva unas slaps que chocan contra el piso, provocando un ruido molesto a cada paso que va; le sonrío a pesar de nunca antes haberle hablado.
- Necesito un favor – dice cuando llega a mi lado.
Se está mordiendo el labio y se toca el cabello mucho.
- ¿Sí?
- Me preguntaba si pasabas por el centro comercial – dice en un susurro. Veo como el rubor llega a sus mejillas y muerde el interior de una de ellas.
Asiento con la cabeza; entro dentro del auto y hago una señal con el dedo para que se acerque a la puerta de copiloto y suba.
- Mi madre me ha llamado para decirme que no podía recogerme; me has salvado – dice cuando cierra la puerta.
Le sonrió, en realidad no se qué decirle. Ella me explica porque su mamá no la pudo recoger y que tiene que ir al mall para comprar unas cosas para el cumpleaños de una de sus amigas. Estoy atenta a la carretera, pero aun escucho su parloteo a mi lado.
- ¿Puedo encender la radio?
El semáforo esta en rojo así que si puedo voltear a mirarla.
- Claro – respondo entregándole el control remoto de esta.
Cambia los canales hasta que reconoce una canción y sonríe. No reconozco la canción así que me vuelco a limitar a prestarle atención al camino; ella comienza a cantar, quiero pedirle que guarde silencio pero no se qué tan mal educado es que haga eso.
- ¿Conoces a One Direction?
La miro incrédula, se quienes son; en realidad el mundo entero saben quienes son pero no soy fanática de su música así que no conocía ninguna de sus canciones aparte de What Makes You Beautiful, el hit que la hermanita de Nat me hizo escuchar una tarde que tuve que esperar que regresara de una práctica de soccer.
- No mucho – digo.
- Yo soy su mas grande fan – dice cogiéndose la muñeca e intentado enseñarme el dije que cuelga de su pulsera.
- Mis preferencias musicales son mas como The Script o Coldplay - me intento excusar; ella sonríe, al parecer se da cuenta que no estoy intentando ofenderla pero su banda favorita me parece muy poca cosa.
- One Direction también tienen canciones buenas – dice soltando una carcajada. Si ha captado mi indirecta.
- No lo creo – susurro intentando dar la conversación como zancada, pero ella toma su iPhone de su cartera y lo conecta al cable que cuelga del puerto USB de mi radio.
Es solo una niña. Me repito cuando doblo a la derecha en una señal de pare.
La música suena y no quiero admitir que me parece buena; muerdo mi labio inferior intentando desviar mi atención de las voces de los cinco extranjeros. Y cuando menos me doy cuenta comienzo a tararear la canción.
- Han mejorado desde What Makes You Beautiful – digo estacionándome en el centro comercial para que ella baje.
- Fue su primera canción, todas mejoran desde su primera canción – dice desconectando su iPhone. Asiento con la cabeza, todos mejoran desde su primera canción. Posiblemente hasta los Rollin hayan tenido una predecible primera canción; bueno no, los Rollin Stones siempre han sido buenos.
Levanto el seguro de su puerta. Ella me mira y susurra "Lamento lo de Nathan" no es la primer vez que me dicen eso, pero nunca una condolencia suena bien; me limito a sonreirle y asentir con la cabeza.
La veo alejarse antes de volver a encender mi auto y encaminarme al McDonalds por mi cajita feliz.
Una de las chicas que está en mi grupo baja del coche de su padre, acelero el paso y le escucho saludarme; le sonrió de lado y levanto mi brazo. Tiene ocho meses de gestación y su estomago supera el metro de diámetro. Posa una de sus manos detrás de su espalda y camina hasta llegar a mi lado. Acomodo mi cabello, me siento incomoda, en los dos meses que voy asistiendo al grupo nunca había hablado con ella, no es que tampoco allá sido muy sociable.
Empujo con cuidado la puerta de vidrio, dejando que ella pase primero. La alarma suena cuando entra y lo hace de nuevo cuando yo lo hago, avisándole a la secretaria que hemos entrado. Despega la mirada de su computador y sonríe al vernos, no es necesario que le digamos nuestros nombres, ella ya los sabe; nos busca en la lista y nos marca asistencia.
Magda, la chica que entro conmigo, se dirige a la sala de reunión, camino detrás de ella viendo como su vestido se pega a su espalda por su enorme barriga; jala la vasta de este, intentando que se suelte un poco más. Abre la puerta en silencio y entra primero. Se voltea y me mira; su sonrisa ahora es una mueca y veo como sus ojos se desvían hasta mis shorts.
¿Desde cuándo ella no podrá usar los suyos?
Camino en silencio buscando una silla vacía donde pueda sentarme. La sala esta media llena de chicas que se encuentran en la misma condición que Magda y que yo. No tengo relación con ninguna así que prefiero sentarme en una de las sillas que se encuentra al lado de la psicóloga.
Algunas me miran yo solo trato de no prestarles atención; ella sienten pena por mí, porque saben mi historia, al igual que yo se las de ella.
- Hoy tenemos una niña menos – dice la psicóloga revisando su libreta.
Una de las chicas ya ha dado a luz; Hannah se adelanto tres semanas ha tenido dos hermosos mellizos.
Ella nos cuenta sobre cómo están los bebés y lo hermosos y saludables para después enseñarnos las fotos de los bebés.
Todas sonreímos al verlas; todas queremos tener a nuestros pequeños entre nuestros brazos ya. Samantha, es la próxima en tener dar a luz, si otra no se le adelanta. En dos semanas cumplirá 9 meses.
- ¿De qué quieren hablar?
Pregunta después de haber desconectado su teléfono del proyector.
Me recuesto en la silla y espero una de las tantas preguntas sobre “¿Qué pensaran de mí” o “¿ya nadie querrá estar conmigo?”
Yo no quiero estar con nadie así que simplemente me limito a escuchar los dramas y cambios hormonales que tienen las demás chicas mientras me concentro en sentir cada movimiento que Nathan hace dentro de mí.
Cuando conocí a Nathan por primera vez, le tire todo una botella de Gatorate encima. Él solo se limito a reír y a repetirme que no importaba. Me sentía tan avergonzada por mi torpes, que no me atreví a mirarlo a los ojos. Él y yo éramos tan diferentes, él amaba los deportes mientras que yo amaba el arte y nunca asistía a los partidos de soccer a menos que mamá me obligara porque Luciano jugaba. Él era conocido por todos y yo tenía un círculo cerrado de amigos. Yo era una Junior y él estaba en 11 grado. Yo me enamore a primera vista, él solo quería conocerme.
Todo paso demasiado rápido; un día yo lo había bañado en Gatorade y al otro día él me estaba esperando en la puerta de cada clase.
Cuando se graduó decidió estudiar ingeniera en la Universidad de Calgary, a pesar de que recibió becas para otras universidades decidió quedarse aquí y esperarme un año, hasta que también me graduara. Teníamos un plan, un buen plan que se acabo en una sola noche.
- ¿____? – una mano me coge del codo y me jala hacia ella. Ahogo un grito, no porque me haya dolido, sino porque me ha asustado.
Todas me miran, quiero desaparecer; he estado tan sumida en mis pensamientos que no me he percatado que han cambiado el tema y ahora están hablando sobre porque unas engordan rápidamente y otras simplemente se quedan delgadas eternamente.
- Genético – digo mirando a la rubia que se encuentra delante de mí – a mi madre se le empezó a notar mi embarazo cuando cumplió siete meses.
Acomodo mi cabello hacia un lado, incomoda.
- Solo engordo 6 kilos – continuo diciendo como si no fuese gran cosa, pero en realidad si lo es.
Tengo tanto miedo de no engordar, de no tener una panza grande que me haga saber que estemos bien. Mamá y yo hemos visitado al ginecólogo más veces de lo normal para poder asegurarme que todo está bien conmigo.
Mamá me ha repetido mil y un veces que solo es mi organismo y que mi bebé esta perfecto; pero aun tengo miedo.
- ¡Qué envidia! – Magda tiene las dos manos sobre su estomago y lo soba continuamente. Todas asienten, soy la única en todo el grupo que al parecer tiene un organismo que le permite mantenerse delgada.
La psicóloga explica algo sobre cómo podemos evitar engordar demasiado para no sufrir de diabetes gestacional. Hay una chica en el grupo que ya lo sufre, nos explica que durante los primeros meses se la paso comiendo dulces y cuando se la detectaron le prohibieron comerlos más. “Es una tortura” dice acomodándose su cerquillo que se había divido en dos.
Me quedo mirándola mientras ella explica que es lo que le permiten y no le permiten comer. Reímos cuando hace una tonta broma sobre el chocolate. Todas hablamos sobre los antojos mas extraños que hemos tenido y eso incluye una rara obsesión por la Fanta de limón durante la madruga que tuvo la psicóloga durante su tercer embarazo.
- Mi esposo cada semana compraba dos sixpacks para mí.
La sesión termina cuando la psicóloga se levanta y nos despide a cada una; tengo las dos piernas entumecidas por estar una hora y media sentada. Todas salimos en silencio, muy pocas son las que hablan, toda la conexión que parecíamos tener termina cuando la psicóloga se va. Una que otra sonríe, tomo mi bolso y salgo del salón. Tengo un mensaje de Luciano diciendo que podemos encontrarnos en McDonalds para que me compre la cajita feliz que me debe.
Escucho mi nombre a lo lejos, ya tengo abierta la puerta de mi auto y estoy metiéndome adentro. Reconozco a la chica cuando se me acerca, es un año menor que yo y asiste al mismo curso de Luciano. Lleva unas slaps que chocan contra el piso, provocando un ruido molesto a cada paso que va; le sonrío a pesar de nunca antes haberle hablado.
- Necesito un favor – dice cuando llega a mi lado.
Se está mordiendo el labio y se toca el cabello mucho.
- ¿Sí?
- Me preguntaba si pasabas por el centro comercial – dice en un susurro. Veo como el rubor llega a sus mejillas y muerde el interior de una de ellas.
Asiento con la cabeza; entro dentro del auto y hago una señal con el dedo para que se acerque a la puerta de copiloto y suba.
- Mi madre me ha llamado para decirme que no podía recogerme; me has salvado – dice cuando cierra la puerta.
Le sonrió, en realidad no se qué decirle. Ella me explica porque su mamá no la pudo recoger y que tiene que ir al mall para comprar unas cosas para el cumpleaños de una de sus amigas. Estoy atenta a la carretera, pero aun escucho su parloteo a mi lado.
- ¿Puedo encender la radio?
El semáforo esta en rojo así que si puedo voltear a mirarla.
- Claro – respondo entregándole el control remoto de esta.
Cambia los canales hasta que reconoce una canción y sonríe. No reconozco la canción así que me vuelco a limitar a prestarle atención al camino; ella comienza a cantar, quiero pedirle que guarde silencio pero no se qué tan mal educado es que haga eso.
- ¿Conoces a One Direction?
La miro incrédula, se quienes son; en realidad el mundo entero saben quienes son pero no soy fanática de su música así que no conocía ninguna de sus canciones aparte de What Makes You Beautiful, el hit que la hermanita de Nat me hizo escuchar una tarde que tuve que esperar que regresara de una práctica de soccer.
- No mucho – digo.
- Yo soy su mas grande fan – dice cogiéndose la muñeca e intentado enseñarme el dije que cuelga de su pulsera.
- Mis preferencias musicales son mas como The Script o Coldplay - me intento excusar; ella sonríe, al parecer se da cuenta que no estoy intentando ofenderla pero su banda favorita me parece muy poca cosa.
- One Direction también tienen canciones buenas – dice soltando una carcajada. Si ha captado mi indirecta.
- No lo creo – susurro intentando dar la conversación como zancada, pero ella toma su iPhone de su cartera y lo conecta al cable que cuelga del puerto USB de mi radio.
Es solo una niña. Me repito cuando doblo a la derecha en una señal de pare.
La música suena y no quiero admitir que me parece buena; muerdo mi labio inferior intentando desviar mi atención de las voces de los cinco extranjeros. Y cuando menos me doy cuenta comienzo a tararear la canción.
- Han mejorado desde What Makes You Beautiful – digo estacionándome en el centro comercial para que ella baje.
- Fue su primera canción, todas mejoran desde su primera canción – dice desconectando su iPhone. Asiento con la cabeza, todos mejoran desde su primera canción. Posiblemente hasta los Rollin hayan tenido una predecible primera canción; bueno no, los Rollin Stones siempre han sido buenos.
Levanto el seguro de su puerta. Ella me mira y susurra "Lamento lo de Nathan" no es la primer vez que me dicen eso, pero nunca una condolencia suena bien; me limito a sonreirle y asentir con la cabeza.
La veo alejarse antes de volver a encender mi auto y encaminarme al McDonalds por mi cajita feliz.
Última edición por morethanagirl el Vie 08 Mar 2013, 7:19 am, editado 1 vez
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
¡Bienvenida Loa!loa escribió:hayy me gustoo demasiado
enserio me gusta muchoooo ensero esta muy buena sigela
ah me llamo loana pero me dicen loa
sigelaaa
LOA
Muchas gracias por comentar;
ya subí capítulo (:
cariños
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Amé el capítulo :3
¿Que One Direction no es la gran cosa? e_é, la rayis esta mal :B aksjkasjksaj..
Quiero que me digas si falta mucho para que los chicos aparescan c:
Es que *w* ya me imagino el momento en el cual se enamora de Niall.. awww :3
Seguila que me encanta :D!
Besitos
¿Que One Direction no es la gran cosa? e_é, la rayis esta mal :B aksjkasjksaj..
Quiero que me digas si falta mucho para que los chicos aparescan c:
Es que *w* ya me imagino el momento en el cual se enamora de Niall.. awww :3
Seguila que me encanta :D!
Besitos
Sugus
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Lo sé, osea ¿qué tiene en la cabeza? asdfgh•Sugus• escribió:Amé el capítulo :3
¿Que One Direction no es la gran cosa? e_é, la rayis esta mal :B aksjkasjksaj..
Quiero que me digas si falta mucho para que los chicos aparescan c:
Es que *w* ya me imagino el momento en el cual se enamora de Niall.. awww :3
Seguila que me encanta :D!
Besitos
Falta maso, viene un capítulo mas de rayis y después un capítulo de Niall ♥
es taaaan sensualon ¿lo he dicho antes? ese hombre me trae loca;
a pesar de que me engaña con cuatro chicos sé que cuando me vea morira por mi. okno; pero vale la pena soñar :3
¿puedes creer que hasta ahora no he escrito el capítulo dónde se enamoran? es como que no se como hacerlo porque siento que me sale siempre muy no sé opaco o muy muy cursi, tipo así de helado de mashmelows
bueno aquí una fotito de mi papichulo sensual y latigable ♥
morethanagirl
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
morethanagirl escribió:Lo sé, osea ¿qué tiene en la cabeza? asdfgh•Sugus• escribió:Amé el capítulo :3
¿Que One Direction no es la gran cosa? e_é, la rayis esta mal :B aksjkasjksaj..
Quiero que me digas si falta mucho para que los chicos aparescan c:
Es que *w* ya me imagino el momento en el cual se enamora de Niall.. awww :3
Seguila que me encanta :D!
Besitos
Falta maso, viene un capítulo mas de rayis y después un capítulo de Niall
es taaaan sensualon ¿lo he dicho antes? ese hombre me trae loca;
a pesar de que me engaña con cuatro chicos sé que cuando me vea morira por mi. okno; pero vale la pena soñar :3
¿puedes creer que hasta ahora no he escrito el capítulo dónde se enamoran? es como que no se como hacerlo porque siento que me sale siempre muy no sé opaco o muy muy cursi, tipo así de helado de mashmelows
bueno aquí una fotito de mi papichulo sensual y latigable
kajskajskasj.. Si es un Dios Griego *w*
No me pongas esas fotos tan.....1313... porque en cualquier momento sufro un paro cardíaco D:
¿Como que no has escrito ese capítulo, mujer? Es el mas importante (?) :B
Ten fe y salga lo que salga va a estar bien :3
Bueno seguila
Besitos
No me pongas esas fotos tan.....1313... porque en cualquier momento sufro un paro cardíaco D:
¿Como que no has escrito ese capítulo, mujer? Es el mas importante (?) :B
Ten fe y salga lo que salga va a estar bien :3
Bueno seguila
Besitos
Sugus
Re: When I look to the sky - Niall Horan & ____ Lavoie
Capítulo Tres
Family
Luciano deja caer el juguete de mi cajita feliz sobre la mesa, pikachu. Lo tomo entre las manos y lo saco de su bolsa; ya no me importa las papitas grandes que él me ha comprado; el juguete para niños mayores de seis años ha llamado toda mi atención. Lo pongo sobre la mesa y busco su botón de encendido. Lu me mira a la vez que intenta abrir la mayonesa. Enciendo a pikachu y sus mejillas se ponen color rosa. Es lo mejor del mundo. Lo apago y me le quedo mirando. Es el mejor juguete que ha venido con la cajita feliz en años. Lo meto en mi cartera, asegurándome que este apagado, no quiero que sus baterías se gasten.
Un sobre de mayonesa cae frente a mis papas, sabía que se rendiría y en algún segundo el sobre caería frente a mí.
Levanto la mirada y lo veo sonriendo, lo miro de mala manera y él deja la mitad de sus papas sobre mi bandeja; ahora si tomo el sobre y lo abro despacio sin apretarlo; se lo paso sin antes tomar una papa más.
- Ya está en camino al supermercado – dice después de leer el mensaje que mamá le ha enviado.
Miro mi bandeja, aun no me he terminado mi porción de nuggets extra que había comprado y mi soda sigue intacta; tomo la caja y se la pongo frente a Luciano, se que antes de que regrese del baño él ya se las terminaría.
“Debo comer menos” dice cuando me ve regresar, como creí los siete nuggets que le había dejado ya no existen.
Le quito mi vaso de soda de entre las manos y salgo del restaurante.
- ¿Te sigo? – dice a la vez que lanza sus llaves al aire, asiento con la cabeza y entro a mi auto.
Quise comentarle sobre lo extraña que era la chica que lleve al centro comercial, pero no me pareció seguro decirle que una de sus compañeras estaba embarazada.
Mamá le había dicho a Luciano que iría en bus hasta el centro comercial para que uno de nosotros la regresara a casa, en ese caso seria yo; porque él ha hecho planes para almorzar en la casa de sus amigos.
Estar los tres presentes durante las compras de la semana era una tradición familiar impuesta por mamá cuando cumplí 12 y quería pasar todo el día en la casa de nuestra vecina.
“Son dos horas a la semana no les hará daño”
Desde ese momento ni Luciano ni yo pudimos escaparnos esto, algunas veces Josh nos acompañaba volviéndolo una batalla campal sobre que tipo de cereal debemos comprar; mamá no nos permite comer cereales azucarados, pero Josh le hace entender que un poco de edulcorante artificial durante el desayuno no hace mal a nadie; así que nosotros tenemos al menos una vez al mes dos cajas de Froot Loops en nuestro carrito de compras.
Josh llegaría hoy por la noche de un viaje de negocios, asi que no tendremos Froot Loops en nuestra lista.
Escucho un bocinazo de auto y sé que es la señal de Luciano para avisarme que está detrás de mí. Logro escuchar su radio cuando bajo mi ventanilla; tiene el techo abajo y sus raybans puestas. Un auto con chicas pasa a nuestro lado, veo él les sonríe.
- ¡Aún se hace pis en la cama! – grito sacando un poco mi cabeza por la ventana.
Lo veo levantarme el dedo corazón a través del retrovisor. Idiota. Gesticulo con los labios.
Mi vaso de soda aun sigue medio lleno cuando llegamos al supermercado, sé que tengo que botarlo antes que nos encontremos con mamá. Comer comida chatarra a las espaldas de mamá es lo más rebelde que Luciano y yo hemos hecho juntos, aparte de escaparnos una vez para buscar el paradero de nuestro padre.
Nosotros somos medios hermanos, esto quiere decir que Luciano no es hijo de mi mamá; pero si hijo de mi papá. Papá es lo que se dice un idiota con suerte, conoció a mamá durante la secundaria, ella cayó rendidamente enamorada a sus pies y él, pues se aprovecho de eso. Ella lo amo hasta el último día que se mantuvo con nosotras y ese fue el día que le dijo que estaba embarazada. Ella no ha querido contarme nunca la historia completa, pero me imagino que fue algo como: “Scott estoy embarazada” y él “Qué bueno pero chau”. Posiblemente haya omitido algunas lagrimas y maldiciones, pero es lo mejor que se me ocurrió cuando crecía. Mis abuelos no estuvieron muy contentos con la noticia, pero nos aceptaron; cuidaron de mí hasta que mi hermoso y responsable padre apareció un día en nuestra casa, con un bebé de dos meses en brazos, Luciano. ¿Mencione que papá es un maricón? Pues si no lo hice lo hago, ES UN MARICÓN. Él no podía cuidarlo y si mamá no lo hacia lo dejaría morir solo, imbécil, entonces ella lo recibió; y mis abuelos nos botaron. Así fue todo, mamá uso todos sus ahorros para alquilar una habitación en la casa de una anciana para nosotros tres y comenzó a trabajar como vendedora de productos de maquillaje por teléfono durante las noches; las mañanas las pasábamos en una guardería de pase libre y cuando sus guardias comenzaron la señora nos cuidaba. Ella es súper. Cuando la anciana murió, dejo la casa a nombre de mamá así que pasamos de una habitación con un baño a tres habitaciones con cuatro baños, pero mamá aun seguía estudiando así que otra vez nos reducimos a dos habitaciones y tres baños, ya que ella alquilo nuestra antigua habitación a una estudiante de primer año de medicina.
Mi celular suena tan fuerte que provoca que suelte mi vaso de soda, Luciano ríe detrás de mí.
- ¿Mamá?
- Estoy en la sección de lácteos, apúrense – dice para después colgarme. Recojo el envase vacio de soda y me acerco a uno de los tachos de basura para arrojarlo.
Las puertas automáticas se abren cuando estamos a menos de dos metros de ellas, cuando éramos pequeños nos encantaba jugar con ellas; avanzábamos a pequeños paso para saber desde que distancia se daban cuenta de nuestra presencia. Siento la mano de Luciano recorrer mi espalda y posarse sobre mi hombro izquierdo, apoya todo su peso sobre mi y espera que lo arrastre dentro; así que no me muevo. Pego mis pies al piso y no avanzo; las puertas se cierran después de que pase un minuto, o es lo que creo; Luciano mueve un pie más cerca y estas se vuelven a abrir. Aun tiene el peso de su cuerpo apoyado sobre el mío y yo aun no me muevo para nada. Su mano pasa de mi hombro hasta la parte baja de mi espalda, se lo que planea apenas retrocede un paso.
- No lo hagas – le susurró, pero aun así se que lo hará.
Mis pies se despegan del piso y digo una maldición; una señora que se encuentra saliendo nos mira y sonríe. “Es mi tonto hermano menor” le digo. Ella asiente con la cabeza y suelta una carcajada, Luciano avanza unos cuantos pasos hasta que uno de los empleados le indica que tiene que bajarme.
- Está embarazada, es mejor que no camine – suelta sin pensar.
El empleado es un chico un poco mayor que yo, recorre mi cuerpo con la mirada y hace una mueca triste, entonces toda la diversión que había en el ambiente se esfuma como por arte de magia; mis pies tocan el piso y Lu me envuelve con el brazo; ninguno de los tres se mueve y yo quiero golpear al chico porque no deja de mirarme con tristeza. Paso mi brazo por detrás de la cintura de Luciano y lo empujo hasta la sección de lácteos dejando al chico parado mirándonos.
- Lamento eso – dice después de un rato, veo el arrepentimiento en sus ojos; sé que no quiso hacerlo de mala atención así que finjo una sonrisa y hago como si nada a sucedido, él también lo hace pero los dos sabemos que algo si ha sucedido.
Veo a mamá metiendo varios potes de yogurt al carrito de compras, recién está empezando así que no nos va a regañar por demorarnos un par de minutos, reviso las yemas de mis dedos verificando que no me haya ningún rastro de la soda que he arrojado hace unos minutos.
- Prefiero que todos sean de fresa – dice Luciano asustándola un poco. Sujeta con fuerza una botella para después depositarla dentro del coche. Cuando tiene la mano libre le da un golpe a Luciano en el brazo.
- ¿Quieres que muera de un infarto? – pregunta volviéndose a concentrar en la cantidad de botellas de yogurt que vamos a llevar.
Que nuestra familia esté compuesta por una embarazada, un adolescente en crecimiento y una emergencista no es nada conveniente, nosotros tres comemos todos los días como si no hubiese mañana.
- No mamá – responde él como un niño castigado.
Caminamos por los pasillos recogiendo de los estantes todo lo que nos falta, a la vez que ruego para que no nos encontremos con el chico de la entrada de nuevo. Mamá a permitido que compre dos paquetes de oreo´s pero con la condición que para mañana cocine lasaña para la cena que tendremos con Josh.
Antes de llegar a la caja, Luciano ya ha abierto un pote de yogurt y se lo está comiendo, pero a pesar de que le ruego a mamá para que me deje comer un paquete de oreo´s no me deja y en vez de eso me ofrece un pote de compota de plátano; admito que la compota es deliciosa pero no se ve nada bien que una chica de casi dieciocho años este comiéndola.
- ¿Podemos llevar helado? – pregunto cuando ya estamos en la caja.
- Si.
Luciano hace una mueca con la boca y abre el congelador que tenemos a nuestro helado; me paro a su lado para ver que sabores hay.
- ¿Milk & Cookies?
- Por favor
Toma dos envases de un litro y un envase más de Strawberry Cheesecake.
- Mamá, ¿Qué sabor quieres? – pregunta acomodando los potes en la cinta registradora.
- Mango Mango
La chica que nos atiente suelta una risita cuando Luciano pasa por el frente de ella; mamá la mira mal y yo codeo a Luciano; él aun no se da cuenta el efecto que hacen sus ojos chocolates con todas las adolescentes.
Comenzamos a meter nuestras compras en bolsas en silencio, aún con la mirada de la chica sobre nosotros.
- Permítanme.
Mi corazón se detiene; la voz la reconozco, es la del chico de la entrada. Suelto el paquete y me alejo de él, no quiero que me mire con tristeza. Él chico mete las bolsas en el carrito de compras; Luciano lo mira mal y mamá le sonríe sin darse cuenta de la tensión que existe entre nosotros.
Cuando los dos terminan de llenar el coche; camino delante de ellos, de manera que los guio hasta mi auto; mis rodillas flaquean un poco, estoy nerviosa. Abro la maletera en silencio y me hago a un lado para que Lu y Alex, el nombre del chico según la placa que lleva en el pecho, metan las cosas en mi auto. Mamá está hablando por celular, al parecer con Josh; están coordinando a qué hora ella pasara por él al aeropuerto.
Alex se despide y yo entro al auto; me inclino sobre el asiento de copiloto y le abro la puerta a mi mamá; escucho como la puerta de la maletera se cierra y Luciano se dirige a la puerta de mamá.
- Estoy de vuelta antes de las cuatro de la tarde – dice metiendo su cabeza por la ventana y dándole un beso a mama en la frente – guárdenme un poco de pollo.
Lo vemos alejarse con dirección a su auto; mamá no me deja encender el auto hasta que ve que Luciano lo hace y sale del estacionamiento. Ella prende la radio y la ubica en las noticias. Me concentro completamente en la carretera y las señales de paré.
Me estaciono al lado de su coche. Solo metemos el helado y las cosas que necesitan ir al congelador; lo demás lo dejamos en el auto para cuando Luciano llegue y pueda meter las cosas más pesadas.
La cocina huele a estofado recién hecho; sonrío, ella ya tenía nuestro almuerzo hecho. Dejo las bolsas de helado sobre la alacena y los sacos para meterlos al congelador junto con la carne que compramos. Mamá tararea una fea canción a la vez que sirve nuestro almuerzo. Vuelvo a la cochera para traer mi bolso que aun se encuentra tirado en los asientos de atrás. Cuando regreso nuestros platos ya están sobre la mesa y mamá sentada.
- Te he sacado cita con el obstetra para pasado mañana – dice de pronto.
- Pero me toca dentro de una semana.
Ella sonríe y asiente, veo mi estomago. ¿Algo está mal conmigo? Ninguna de las dos dice nada después; ella se mantiene en silencio y espera que yo termine de almorzar para dejar los platos en el lavavajillas e irse a dormir lo que queda de la tarde.
Nathan se mueve dentro de mí, sé que no hay nada malo conmigo, no puede haber algo malo conmigo.
Espero que el lavavajillas termine para sacarlas y guardarlas en su lugar; se que ya está dormida cuando subo y no escucho ningún sonido. Entro a mi habitación, aún no he aceptado mi solitud de matrícula en la universidad; aún no estoy segura de poder hacerlo.
Última edición por morethanagirl el Lun 11 Mar 2013, 8:31 am, editado 1 vez
morethanagirl
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