Master Scam|Novela Colectiva| One Direction & Others

El ensordecedor sonido de la alarma me despierta, abro los ojos lentamente mientras busco aunque sea tres razones para levantarme; no las encuentro, pero de todas formas me levanto.
Me dirijo hasta el baño con los ojos entornados, chocando con todo lo que se me cruce y tirando todo lo que me estorbe.
Al llegar al baño coloco el seguro en la puerta y comienzo a desvestirme entretanto el agua de la ducha se calienta. Sin duda, esto es muy diferente a Italia.
Entro a la ducha con cuidado de no verme al espejo, sé que soy horrenda, no hay para qué seguir dándome pruebas del hecho.
El agua de la ducha cae tan elegantemente que mis músculos rápidamente se acostumbran y relajan, la lluvia artificial llena cada parte de mi cuerpo, sacando todo rastro de jabón de él. Luego de diez minutos dentro, salgo tapada por una toalla blanca que envuelve desde mi torso hasta mis rodillas. Marcho fuera del baño, ahora con camino al armario para sacar de ahí toda la ropa necesaria.
Seco mi cuerpo y comienzo a vestirme, unos vaqueros negros de cuero, un polo color blanco junto a una chaqueta de cuero del mismo color; además de mis botas negras estilo jeffrey Campbell para completar el atuendo.
Regreso al baño para terminar de peinar mi cabellera color caramelo, maquillarme y luego salir de la habitación para bajar hasta el comedor.
Al llegar a éste me encuentro con un sexteto de chicas que asoman su vista a la escalera con mirada impaciente y haciendo ademanes a los cuales no les presto atención; tomo un sándwich con mermelada y un vaso de jugo de manzana y me siento a la mesa.
-¿Sabes qué hora es Colleman?- pregunta una Allison bastante molesta.
-¿las nueve y media?- contesto interpelando con inocencia.
-No, las una cuarenta y cinco- grita, haciendo que mis tímpanos por poco se revienten.
-No es tan tarde, además creo que el domingo tiré lejos la alarma y no tengo con qué despertar.- me defiendo, mintiendo.
-Creo que en Italia está de moda tirar los despertadores por la ventana.- me ayuda Amelia mientras con los labios le dedico un “gracias”
El silencio se ha acomodado en la habitación, es difícil saber de qué tema hablar, todas articulamos sílabas sin saber qué decir, preferimos guardar silencio.
-¿Cuándo comenzamos?- rompo el incómodo silencio, mientras todas me miran atentas
-Hoy, así que deberíamos poner manos a la obra- responde Athenea tomando el control de la situación.
Todas nos levantamos y comenzamos con los quehaceres del hogar, luego las que aún están en pijama van a arreglarse y salimos con dirección a las empresas “P.S.M.H.T y asociados”, donde comenzaremos con el plan
Al llegar cada una toma direcciones diferentes, dependiendo del chico elegido y todo el asunto. Tomo el ascensor, marcando el séptimo piso, las puertas están a punto de cerrarse, pero por alguna razón vuelven a abrirse, dejando ver a un chico castaño y ojiazul con bastante egocentrismo y “superioridad”, inmediatamente lo reconozco. Él es Louis William Tomlinson Lewis, uno de los siete chicos más codiciados de toda Europa, lo miro despectivamente mientras el sólo se acerca más a mí.
-¿Quién eres?- pregunto haciéndome la desentendida
-Louis Tomlinson- responde el con el ceño fruncido.
Su cara sólo provoca que mis ganas de reír se hagan incontrolables, no aguanto, estallo de la risa mientras el sólo me mira aún más confundido. "¡Rayos!" tengo que encontrar una excusa rápida antes de que me descubra.
-¿De qué te ríes?- pregunta con un tono molesto
-¿Has visto Iron Man 3?- intento cambiar de tema
-No- responde- esas cosas no me interesan- concluye
-Pues te pierdes de lo mejor- respondo agradeciendo al cielo de que no haya descubierto que todo fue una farsa. Si mi padre estuviera aquí, estaría muy decepcionado de mí.
-¿A qué piso vas?- pregunta sacándome de mi trance
-Al mismo que el tuyo- respondo mientras el sólo sube y baja sus cejas repetidamente- No es para lo que crees, pervertido- agrego antes de que sus fantasías sexuales terminen dejándolo con un gran problema que le costará solucionar.
Salimos del ascensor y lo primero que veo es una gran y hermosa oficina, la cual consiste en cuatro paredes de color tierra, una gran mesa con la placa de “Tomlinson” y un montón de fotocopiadoras y computadoras de máxima tecnología que me dejan con la boca semi-abierta.
-¿Y a que vienes?- pregunta interfiriendo entre mi mirada verdosa y las computadoras.
-Busco trabajo- contesto.
Él me mira de arriba abajo, le entrego una carpeta dónde se encuentra la información de mis antiguos “trabajos”. Sonríe como si hubiese adivinado lo que piensa.
-Creo que necesito una secretaria- susurra- pero tendrías que usar algo más formal- dirige nuevamente su mirada hacia mi
-Métete tu formalidad por…-no alcanzo a terminar cuando un rubio aparece por la puerta de entrada, sí, el mismo Niall Horan.
-Asegúrate de cerrar la puerta Amelia- pronuncia el recién llegado. Sonrío, Ame ha conseguido trabajo
-Hola Horan, ¿quién es ella?- pregunta Tomlinson con una sonrisa fingida.
-Hola Tomlinson, ¿Cómo estás?, yo bien gracias.- ironiza el rubio, quién hasta ahora es el que ha demostrado tener más estilo, por lo menos para mí.
-Para de estupideces duende, creo que te pregunté por ella no por ti- responde con tono antipático.
-Creo que si la quieres tanto deberías quedarte con ella, yo me quedo con tu secretaria que también está muy linda- sonríe mientras Louis lo fulmina con la mirada.
¡Rayos!, esto no nos puede estar pasando, se supone que yo voy por Tomlinson y Ame por Horan, esto se está volviendo un caos y estoy segura de que las chicas nos matarán.
Con Ame nos miramos nerviosas, ellos lo notan e inmediatamente fijan sus miradas en nosotras, acabamos de ser descubiertas ¿qué haremos ahora?
-Yo me quedo con la castaña, Horan. Al fin y al cabo yo la contraté- recrimina Tomlinson mirando burlonamente al rubio.
Por un momento llegué a creer que este era nuestro fin, pero me doy cuenta que sólo estaban tratando de elegir con quién quedarse –estúpidos hombres- Espero que al quinteto de chicas que faltan le haya ido igual de bien que a mí y a Ame.
Salimos de la gran oficina, sonriéndonos triunfantes una a la otra, puedo decir que el plan ha empezado bien –al menos para mí- y que espero que termine de la misma forma.
Salgo del edificio junto a Ame, y fijamos nuestra vista en “Telepizza”, un local de pizzas –como su nombre lo dice- que también está en Italia, Chile y unos cuantos países más, y que puedo garantizar que las pizzas son deliciosas. En fin, tomamos dirección hasta “Telepizza” y luego de cruzar unas cuantas calles, hemos llegado.
El lugar está adornado con tonalidades rojo vivo y blanco perla, montones de mesas y sillas bastante limpias y bien organizadas, además de un mesón de pedidos, en dónde los empleados –quienes tienen una muy buena presentación personal- atienden a la clientela.
Sigo observando el lugar y me encuentro con el quinteto de chicas muy felices y riéndose en otra mesa, pellizco a Ame, quien me fulmina con la mirada; apunto a las chicas, nos miramos y ambas asentimos con una sonrisa malévola en el rostro.
Nos vamos acercamos a su mesa, bastante pero no del todo y vemos a un chico uniformado –quien por el traje debe ser un empleado- que lleva diez malteadas, cuando pasa por enfrente nuestro, le ponemos el pie logrando que el chico aterrice en el suelo y las chicas que conforman el quinteto sólo lo miren enojadas, lo hemos logrado. Un chico en el suelo y cinco de nuestras amigas empapadas en malteadas; chocamos palmas, y todos se dan vuelta a mirarnos, fingimos un saludo formal mientras todos vuelven a sus cosas y dejan de husmear, para luego retirarnos rápidamente del lugar, total podemos comer en casa…

***

Luego de media hora de largo trayecto, hemos llegado a nuestro humilde y hermoso hogar, comenzamos a cocinar, arroz con carne, algo simple, fácil y llenador…perfecto.
Comemos lenta y divertidamente, entre risas y sustos, me levanto de la mesa seguida por Ame, lavo mi traste y el de ella, para ser amable, y subo a mi habitación.
Dentro de todo el día el nombre de ese chico moreno y castaño no se ha salido de mi mente. Sólo espero que no sea lo que estoy pensando…