They don’t know about us (HARRY STYLES Y TU)

Me quedé en la habitación con la televisión encendida, pensando en todo, pensando en él. Mi mente me reprochaba lo rápido que había cedido a sus encantos pero mi corazón me decía que nos diera una oportunidad, que después de tanto tiempo ya era hora de intentarlo.

Sin embargo tenía miedo, estaba aterrada pensando en todo, en lo que pasaría si los demás se enteraban.

Cuando estaba junto a Harry me olvidaba de todo y de todos, no me importaba nada, solo él. Pero allí sola en la habitación, todos los malos sentimientos y temores salieron a flote tratando de ahogarme y confundirme aún más de lo que ya estaba. Traté de concentrarme en la película, pero minutos después me encontraba nuevamente vagando en mis pensamientos.

Al escuchar sonidos en la planta baja, supuse que ya todos los demás estaban despertando así que decidí bajar nuevamente. Había pasado casi tres horas acostada en la cama.

Al bajar lo primero que hice fue asomarme en la sala, pero él no estaba ahí, el sofá-cama ya estaba recogido y arreglado así que caminé hasta la cocina que era de donde provenían los ruidos. Mamá y Anne estaban preparando el desayuno mientras que Des y Harry jugaban cartas en la mesa. Saludé a todos y me dispuse a ayudar en la preparación de la comida. Podía sentir la mirada de Harry sobre mí, me armé de fuerza y valor para dirigir la vista hacia él, sonrió y me guiñó un ojo lo que automáticamente hizo que mis mejillas tomaran color. Giré inmediatamente para concentrarme en mi tarea, tratando de controlar la sonrisa de idiota que amenazaba con colarse en mi rostro.

Los adultos desayunaron en la mesa de la cocina, mientras que Harry y yo tomamos nuestros platos para dirigirnos hacia la sala. Nos sentamos en el sofá y él encendió el televisor. La vergüenza se apoderó de mí al recordar los eventos de pocas horas atrás, posiblemente para Harry había sido una estupidez, pero para mí había sido impactante y no podía evitar sentirme tímida al respecto.

Comimos viendo una serie de comedia, reía de la serie y de los comentarios que hacia mi compañero al lado.

-¿Por qué te dicen Grifo?

Giré hacia él con una clara mueca de confusión tratando de hallarle sentido a sus repentinas palabras. En cuanto entendí, solté una carcajada.

-¡Grify no Grifo!-Lo corregí y él rio también.
-Bueno como sea. ¿Por qué te llaman así?
-Porque…-Fruncí el ceño pensando unos segundos-De hecho no lo sé. ¿Y tú cómo sabes qué me dicen así?
-Trey te llamó así anoche.

Trey…seguro seguía durmiendo después de la borrachera de la noche anterior. Me preguntaba hasta que horas se habrían quedado y que se hicieron Zayn y Louis. Ya había terminado con mi desayuno así que me incliné colocando la vajilla en el piso para poder acomodarme mejor en el sofá con las piernas cruzadas sobre éste y abrazando un cojín.

-Odio que me digan Grify, por favor no lo hagas tú también-Puse mi mejor cara de mártir y lo miré divertida.

Harry se acercó a mí, viéndome a los ojos haciendo que mi pulso se enloqueciera. Odiaba que jugara con mis nervios haciendo uso de su repentina cercanía.

-¡Grify!-Susurró a centímetros de mi cara.

Cogí el cojín y lo golpeé en forma de juego. Al ver que él solo reía lo seguí golpeando haciendo que se inclinara hacia atrás. Tomó mi muñeca tirando de ella fuertemente haciendo que cayera sobre él.

-Qué salvaje eres-Susurró con falso temor que luego cambió por una expresión coqueta-Me gustan salvajes.

Trató de acercarse más a mis labios pero se lo impedí. Me alejé de él ubicándome nuevamente en mi lugar.

-Baboso-Dije torciendo los ojos y mirándolo mal.

Su risa se hizo aún más fuerte por mis palabras. Se irguió en su lugar acercándose a mí nuevamente y rodeó mis hombros con su brazo derecho.

-Era broma-Susurró en mi oído-Pero si te diré Grify, me gusta.
-Como quieras.

Giré para verlo y como siempre los nervios se abrieron paso por mi cuerpo, su mirada estaba fija haciéndome sentir como hipnotizada. Harry bajó su vista hacia mis labios humedeciendo los suyos, luego la dirigió a mis ojos. Su mirada profunda me desencajó totalmente. Sus labios estaban justo ahí, con un leve movimiento podría juntarlos con los míos, pero no podíamos, tenía que ser fuerte. Rompí la conexión rápidamente dirigiendo la atención hacia la pantalla gigante, Harry se acercó más a mi lado y ejerció más fuerza en el brazo que permanecía en mis hombros. Dejó un beso prolongado en mi mejilla y luego se alejó un poco para susurrar contra el costado de mi cara.

-Bésame.

Su fresco aliento entró por mis fosas nasales y por poco un embarazoso jadeo sale de mis labios. Controlando las hormonas me giré y deje un casto beso en sus labios, luego traté de concentrarme en la serie de televisión esperando que la tensión que sentía en mi cuerpo desapareciera.

-Bésame bien-Susurró nuevamente.

Traté de alejarme pero fue imposible. Odiaba como él siempre estaba poniéndome nerviosa con tan sólo acercarse, cuando yo no provocaba absolutamente nada en él. También quería que se pusiera nervioso por mí. Pero a Harry Styles nadie lo hace sentir nervioso.

-Harry quítate-Trataba de hacer que saliera de mi espacio personal pero él se resistía apretándome más a su lado.

Dejé de forcejear. En realidad no había puesto mucho esfuerzo de mi parte. No podía engañarme, mi cuerpo lo quería cerca y no me permitía que me alejara totalmente de él. Besó nuevamente mi mejilla tomándose su tiempo, repartió besos de allí hasta llegar a la comisura de mis labios.

-Harry alguien puede llegar.

Parecía que yo era la única pensando en las posibles consecuencias si alguien nos descubría. Miré nerviosamente hacia la entrada de la sala y no se veía nada, no se escuchaban pasos pero no debíamos confiarnos de todos modos. En cualquier momento podrían decidir venir a ver la tele.

-Bésame-Sentenció una vez más.

Volvió a intentar acercarse a mis labios pero sólo logró un corto roce antes de que yo me negara de nuevo. En esos momentos el miedo por ser descubiertos era mucho más grande que la debilidad que sentía por él. Harry soltó un pequeño gruñido de frustración pero aun así no se alejó. Su ceño estaba fruncido.

-Solo uno-Otra vez se acercó, tanto que nuestras narices se rozaron-Quiero besarte.

Esta vez no permitió que me negara sino que se abalanzó sobre mis labios. Estaba pensando en empujarlo, pero solo hice eso, pensar.

La debilidad hizo efecto dentro de mí, bloqueando todos los demás pensamientos negativos. Me besaba lento pero yo sabía que no era lo que él quería.

Me sorprendí cuando sentí la lengua del rizado tratando de entrar, esta vez sí me aleje. Él buscó instintivamente mis labios pero lo único que encontró  fue mi mejilla.

-Ya. Eso fue un beso-Dije mirándolo y esperando que se moviera un poco.

Él sacó su brazo y se frotó la cara con ambas manos, luego las dirigió a su cabello restregándolo con fastidio dejándolo despeinado a su paso.

-Necesito besarte bien maldita sea-Gruñó irritado.

Esta vez fui yo quien se acercó rodeándolo con mi brazo al igual que él lo había hecho conmigo hace unos segundos. Me di cuenta que yo también quería besarlo, besarlo bien, sin preocupaciones ni riesgos.

-Subamos-Susurré.

Las palabras salieron completamente sin autorización de mi boca, me sonrojé un poco por la mirada de sorpresa de Harry. Pero yo estaba mucho más sorprendida. Rápidamente tomó mi mano levantándome del sofá sin dejar que me arrepintiera de lo que había dicho. Caminó hacia la entrada de la sala y se asomó verificando que nadie estuviera merodeando. Me reí silenciosamente por lo gracioso que se veía haciendo eso. Luego de comprobar que continuaban en la cocina corrió velozmente hacia las escaleras tirando de mi mano.

Subimos tratando de hacer el menor ruido posible hasta llegar a mi habitación. Con cuidado cerró la puerta. Giró rápidamente hacia mí y sin dejarme oportunidad de decir o hacer algo atacó mis labios. Su lengua se abrió paso inmediatamente, era un beso duro y lleno de pasión.

Sus manos sujetaban mis caderas fuertemente mientras que yo colgaba de su cuello en puntas de pie tratando de alcanzar su altura, un suspiro de mi parte se escapó en medio del beso. Sus manos bajaron despacio hasta llegar a mi trasero, me estremecí al sentirlas allí. A pesar de que la noche anterior había hecho lo mismo en la cocina, esta vez sentí la necesidad de quitarlas. Sin dejar de besarlo solté mis manos de su cuello y las bajé hasta tomar las suyas y posicionarlas en mi espalda. Él volvió a bajarlas así que con paciencia las subí otra vez. Como si nada las colocó en mi trasero nuevamente, esta vez dando un suave apretón pegándome más a él.

-¡Harry!-Me quejé rompiendo el beso.
-¿Qué?-Dijo agitado pero con una sonrisa coqueta plantada en el rostro.
-Controla esas manos-Respondí fulminándolo con la mirada.
-¡Oh vamos!-Se rio un poco mirándome como si yo estuviera bromeando.

Seguramente las mujeres a las que él estaba acostumbrado se dejaban tocar fácilmente, pero yo no quería que él estuviera conmigo de la misma forma en qué había estado con ellas. Sentía como si él se dejara llevar por la emoción del momento y se olvidaba que no estaba con una de sus putas, sino conmigo.

Sentía la bipolaridad haciendo su trabajo con mis pensamientos. Me gustaba que me besara duro, y de cierto modo me gustó que me tocara como también me había gustado nuestro pequeño momento de la mañana mientras todos dormían. Todo eso era nuevo para mí, pero me gustaba porque era con él. Pero había otra parte de mí que me gritaba que sólo me veía como una más. Y recuerdos del pasado volvían a mi memoria haciéndome dudar.

-No soy una de tus zorras.