Falling Apart |Harry Styles, James Maslow y Spencer W.| ¡CANCELADA!

Entre una que otra risa, anécdotas de jóvenes por parte de Mike y Lucy, miradas asesinas de mi hacia Harry, quién parecía divertirse con esto, termino la cena, y ahora nos encontrábamos en el estudio de Lucy. Quién le contaba animadamente a Mike todo acerca de sus viajes, y él solo la miraba fijamente, con una sonrisa dibujada en los labios.

Pero no todo estaba perfecto por aquí; en una silla color crema del estudio, un poco más alejados de Mike y Lucy, estaba sentada yo, tratando de ignorar al quisquilloso rizado, quién no paraba de parlotear.

— Harry, ¿Podrías dejar de mirarme así? —Pedí amablemente mientras jugaba con un mechón de mi cabello.

No podía ver a Harry, pero estaba casi segura de que tenía la mirada puesta en mí, como si yo fuera un objeto al que admirar.

— Sé que te derrito, Spencer. No tienes que demostrarlo. —Lo contemplé con los ojos abiertos de par en par. Este me sonrió.
— No sabes lo que dices. —Musité incrédula.
— ¿Ah, sí? Pues en la cena no dejabas de mirarme.
— Sí, rogando que te callaras y dejarás de mirarme así.

Harry soltó una carcajada, y acomodo sus rizos con un leve movimiento de cabezas.

— Vamos, Spencer. Podemos ser buenos amigos. —Propuso con una sonrisa, a la que yo decidí ignorar.
— Claro, después de que me lleves a tu cama. Y eso nunca pasara querido.
— Ya veremos.
— ¿Disculpa? —Oh no, no dijo lo que acaba de escuchar.
— Nada, nada. —Dijo alzando los hombros.

No sé de qué estaban hablando Lucy y Mike, pero la mayor parte de su conversación, nos miraban a Harry y a mí, y susurraban cosas. Sinceramente no me importaba, siempre y cuando sus planes no me incluyeran a mí.

Estábamos muy aburridos, y Harry ciertamente no me ayuda. Fije mi mirada en él, pero este no me vio, puesto a que estaba viendo no sé qué cosa en su teléfono. Esta noche no podría mejorar. Decidí ir por un vaso de gaseosa a la cocina, tenía mucha sed. Pero cuando me paré de la silla, casi tropiezo con el escritorio. Haciendo que todas las miradas de los presentes se incrustaran en mí.

— Aparte de pedante, torpe. —Susurró Harry para sí mismo, sonriendo burlón.
— Cállate, ricitos. —Gruñí, saliendo del estudio algo incomoda.

Eso fue una clara perdida de orgullo; y yo, era muy orgullosa. Aunque algunas veces lo consideraba como una actitud estúpida.

Entre a la cocina por mi vaso de gaseosa. Una vez que lo tenía en mano, me senté en el mesón con las piernas cruzadas.

— Spencer, la Srita. Lucy… —Cuando alcé la vista vi a Harry casi que con la boca abierta.
— ¿Qué decías? —Pregunté, alzando una de mis pelirrojas cejas.
— Que tu madre se pregunta cuando volverás al estudio. —Dijo, totalmente indiferente a lo que vio hace un rato.
O sea, imagino que era la posición en cómo estaba sentada.
— Dile que voy en un segundo. —Tome un sorbo de gaseosa y baje la mirada, algo inquieta.
— ¿Me das un poco? —Pidió Harry mientras se acercaba a mí con las manos en sus bolsillos traseros.
— Sírvete tú mismo.
— Se supone que yo soy el invitado. Ciertamente, sería una falta de respeto ir por una gaseosa, con toda la libertad del mundo. —Objeto, algo orgulloso.
— Se supone que tú no debías estar viendo mis pechos y mis piernas deliberadamente. —Aconseje, mientras me ponía de pie, para lavar el vaso.
— Sí, lo siento. Aun así, tú no debiste colocarte en esa posición y menos si tienes un vestido tan corto. —Replico.
— ¿Ahora me estás dando clases de compostura? —Amonesté estando a espaldas de él.
— Las necesitas, querida. —Y esa fue la gota que derramo el vaso de mi cordura.

Después de dejar el vaso en el mesón de la cocina, me acerque peligrosamente a Harry, fulminándolo con la mirada. Quedamos solo a centímetros, y este me veía desafiándome.

— Te juro que si vuelvas a decir otra babosada como esa, cortaré tus rizos cuando estés dormido. —Amenacé, tocando ligeramente su nariz.

Me di la vuelta, ya satisfecha por mi linda amenaza. Cuando siento que un fuerte brazo me toma por la cintura, dándome la vuelta, para justo quedar en frente de Styles.

—No puedes negar los vulnerable que te sientes ahora, ¿O sí? —Este me apretó aún más hacia él, no dejando ningún espacio libre.

Sentía como mi respiración se agitaba poco a poco. Su aliento acariciaba mi cara, haciéndome delirar.

— Cla-claro que te equivocas. —Titubee, algo nerviosa.
— Me parece que no, preciosa.
— Suéltame ya, Styles. —Exigí mientras bajaba la mirada y me encontré con los definidos músculos que marcaban su camisa, haciéndolo ver aún más atractivo aún.
— Claro. —Acepto y retirando su mano de mi cintura.

Estaba enojada conmigo misma por permitir que Harry me viera débil. Quise poder golpearlo por lo que causaba en mí, pero sería algo fuera de contexto. Las sensaciones que experimente hoy con Harry y James eran muy similares, y lo que más me causaba temor era que se intensificarán, hasta llegar a definir un sentimiento mucho más fuerte.

—Debo irme. —Avisé cortante, mientras salía por la puerta.

Fui directo hacia el estudio, tratando de contenerme un poco. Lucy al verme entrar, se le dibujo una sonrisa inmediatamente en la cara. A los segundos, entro Harry.

—Justamente estábamos hablando de ustedes dos. —Harry y yo nos miramos confundidos. Lucy prosiguió— Ya planeamos una doble cita para mañana, ¿Qué les parece? —Informo Lucy. Mike nos sonrió, asintiendo.
— ¿¡Qué!? —Escandalice boquiabierta.
—No puede ser. —Musito Harry.