El Círculo {One Direction} |NC|

Joan Bauer.

Kande ame tu cap <33 disculpa mi comentario, se supone que debo volver a estudiar ;-; como sea, me encanto :') Es que Joan es esta chica fria y cerebrito que ademas tiene un sentido casi perfecto del bien y el mal y sabe lo que se debe y no debe hacerse, sin dejarse llevar demasiado por el cerebro o demasiado por sus emociones (creo) y eso me encanta de ella. Sabe como analizar todo de manera correcta y eso la hacer perrfecta para ser la lider mori de la risa con esa parte de que Helenna y Stella se autoproclamarian XDD
Sobre Perrie D: DEOH, eso me dolio :c si, se lo merecia & blabla, pero fue demasiaoooooo D: esa Jane no tiene corazon aunque pensandolo, Perrie trato de matar un sinfin de veces a todos asi que :roll: como sea, tambien fue muy cruel, no hay que rebajarse.
Sobre lo de ser la lider y el conjuro eso me tiene muy intrigada ademas de esas "lecciones" que Jane le dara a Lenna, va y la mata ay, como es tan brusca ._________________.
Liam me intriga detesto no saber cuales son sus intenciones D: tu cap ademas de ser genialoso increible me deja con muchas dudas
asi que explicame ya que quiero saber :ccc
nenas, tal vez suba para el fin de semana porque esta semana tengo los examenes mensuales y puede que me de tiempo a escribir pero no a terminarlo ._. si me esperan, me harian muy feliz<3
cuidenseee :33

Lenna Bloom.

Entonces, para derrotar a Perrie deben enamorar a sus dos debilidades.

Ni siquiera preguntaré en que estaba pensando Joan cuando dijo eso, porque estoy segura de que no estaba pensando en lo absoluto. ¿Cómo diablos se le ocurre considerar que yo haré eso? Preferiría matarlo. Matarlo sería más efectivo, así ya no nos preocuparíamos más por su existencia y su irritante control sobre el metal. Pero de acuerdo con todas (incluyéndome, honestamente) Joan es la líder del Círculo y por más en contra de todo lo que soy que suene, debo ‘obedecer’ sus órdenes.

Tal vez pueda hacerla creer que lo he enamorado y matarlo sin que se dé cuenta, después lo culparía en alguien más. A nadie le va a importar; el trató de asesinarnos primero.

Además, Joan debería saber que la palabra amor es casi repugnante para mí decirlo. Tiene que estar demente.

Tomé una gran bocanada de aire al mismo tiempo que alejé esos pensamientos de mi mente, tratando de concentrarme en lo que Jane quiere que haga. Después de casi cometer homicidio contra mí, debía asegurarme de que en realidad me enseñara algo útil para hacer que la maldita de Perrie pague por todas las que nos ha hecho. Tal vez incluso me desquitara con todos los demás chicos. Ninguno me agradaba, a pesar de que Niall y Liam se estuviesen quedando con nosotras en este momento. Por mí, se podían ir al infierno.

Su explicación primero consistió en que mi poder es mental y se basa, básicamente, en lo real que podía ser mi imaginación. Mientras más vivida fuese la imagen en mi cabeza, más daño podía causar a quien sea con mi mente. Debía entrenarla para poder identificar la diferencia entre todos de un corto y largo alcance. Era más o menos algo que ya tenía identificado, pues cada cabeza se sentía diferente. Era algo similar a poder leer las mentes o identificar poderes, solo que se diferenciaba en que yo podía sentir la presencia mental de las personas y dañarlas física y psicológicamente.

No todo debería basarse en mi cabeza. Era mi mayor ofensiva, pero debía aprender una excelente defensiva ya que, cualquier atentado contra mi podría ser rápidamente efectivo. Aquello me recordó como ridículamente corto mi muñeca y casi me mata.

Según su ‘sincera’ opinión, haber aprendido defensa personal serviría de mucho, pero solo si sabía cómo usarla. Es más que obvio que mi masa muscular no era la más fuerte. Estoy muy consciente de que soy un palillo con un mal temperamento (aunque mi puño pega fuerte, eso sí). Pero no necesariamente se necesitaba ser un gorila para aprender a defenderse físicamente. Comenzó a mostrarme una rara arte marcial del Oriente que consistía en el ataque único a todos los puntos clave del cuerpo humano. Tendría que aprender demasiado sobre anatomía, pero después de ver como dejaba mi cuerpo inmóvil y se movía de una manera tan rápida y silenciosa, me dije que haría lo que sea para aprender aquello.

—¿Y bien? ¿Qué decisión has tomado? —Jane preguntó cuando el sol se ocultó y todas estábamos más o menos descansadas, duchadas y cambiadas de ropa.

Me recosté del sillón e inconscientemente crucé los dedos.

—Que sea matarlos, que sea matarlos, que sea matarlos —susurré una y otra vez, esperando que alguna fuerza mágica hiciera mis deseos realidad. Todo era posible, ¿no?

Paré de hablar abruptamente cuando  la mirada perpleja de Elise se detuvo en mí. Sus labios estaban entreabiertos y me miraba como si hubiese visto un fantasma.

—¿Qué?
—No los mataremos, Helenna —Joan me dedicó una fulminante mirada. Me encogí de hombros.
—No perdía nada con desearlo.
—¿Y qué haremos entonces, querida sobrina? Estoy segurísima de que no harán un lindo equipo con ustedes y también de que si los soltamos, nos atacaran de inmediato.
—Eso es verdad —concordó Alexa.
—…Siempre podemos matarlos…
—¡Helenna! Saca esa idea de tu cabeza.
—¿Por qué, eh? Ellos lo harían si tuviesen la oportunidad —escupí alzando la voz.
—No somos como ellos —me reprocha, sus ojos verdes volviéndose más fríos cada vez.
—Yo estoy con la enojona —Niall me señalo con despreocupación.

—¡Me niego, me niego a hacer eso! ¿Por qué no me dejas matarlo y ya? La del cargo de conciencia seré yo, de todos modos —estaba enojada, más que eso: furiosa. Joan sin duda había perdido la cabeza. ¿Qué diablos le pasaba? ¿En qué maldito universo paralelo se ha visto que las personas hacen eso con sus enemigos?

—Cállate, Helenna, ni siquiera yo estoy haciendo un espectáculo —gruñó Stella, rodando los ojos.

—Oh, creo que aquí todas sabemos por qué —sonreí cínicamente. Si pensaba que no me había dado cuenta de lo que pasaba entre ella y el rulado aquel, estaba más que equivocada. —No me importa un comino, ¿sabes?

—Creo que la mayoría gana, Lenna, y aquí todas estamos de acuerdo —intervino Elise. — aunque no sepamos exactamente qué haremos.

Luché contra todos mis impulsos de atacarla. Lucía tan calmada que me daban ganas de zarandearla. Ubiqué mis ojos en el suelo o estaba segura de que acabaría dejando a alguien inconsciente. Cerré los dedos formando puños hasta que mis nudillos comenzaron a blanquearse. Estaba harta de esta pequeña discusión, más aún porque sabía que no podía ganar. Debí haber matado a aquel tipo cuando tuve la oportunidad.

Aunque no lo creas, eso de enamorarlos será más efectivo que cualquier otro método.

La voz de Jane resonó en mi cabeza. Ella si parecía saber de qué hablábamos. Y a juzgar por el brillo malicioso en su mirada, debía reconocer que me estaba hablando con la verdad y ella sabía más de esto que yo. Al fin resignándome, solté todo el aire que había retenido en mis pulmones y mire a Joan, para después asentir con la cabeza.

—Si ya terminaron con su discusión de niñas malcriadas, entonces vayamos afuera a hacer el conjuro, no es que tengamos todo el tiempo del mundo —la forma en que Liam dijo aquello me hirvió la sangre pero solo me abstuve a cerrar los ojos y contar hasta diez. Tal vez hasta veinte.

En el enorme patio había una especie de estrella con cinco puntas y un círculo en el centro de esta. Me quedé mirando todo la escena con una cara inexpresiva. La palabra enamorar no salía de mi mente. A penas si estaba más o menos de acuerdo al estar en el jodido Círculo, cosa que no fue realmente mi elección.

Una vez terminado todo eso, Jane se colocó en el círculo en medio de las estrellas. Después de eso, cada una tuvo que caminar a una punta de la estrella. Justo cuando me preguntaba que seguía después, Jane tomo la mueca de Joan y cortó la palma de sus manos. Se repitió la acción con todas, que parecían ofrecerse al corte sin ningún quejido. Alexa se mostró reacia, pero lo logró. Cuando llegó mi turno casi golpeo a Jane y salgo corriendo de allí. Pero me contuve. El ardor y dolor no era peor que el de la muñeca, por lo que hice lo que todas y tomé las manos de Stella y Alexa, quienes estaban junto a mí.

Jane cortó sus propias muñecas  al final, y dejó caer varias gotas en el centro del círculo, así como varias gotas de todas nosotras caían en las puntas. Cerró los ojos, extendió los brazos al aire y comenzó a recitar algo que estoy segura solo Joan comprendió.

¿Qué diablos pasaba? No tenía idea. ¿Cuál era el fin del conjuro? Nadie lo sabía, excepto aquellos tres, a juzgar por la cara de confusión que tenía el rubio. Después una extraña sensación invadió todos mis sentidos, dejándome un poco aturdida por unos segundos. Estaba segura que eso paso con el resto de las chicas. Me sentí en el aire por unos segundos y después como con brusquedad aterrizaba en la realidad.

Al abrir los ojos, Jane ya no estaba allí.

Justo antes de que pudiese preguntar qué demonios había sido aquello, algo parecido a una puerta de metal cayéndose resonó por toda la casa, hasta espantar unos pájaros del árbol del patio. No tuvimos que hacer más que compartir una mirada entre todas para darnos cuenta de que había sido aquel trio. Corrimos tan rápido como pudimos hasta el sótano. Si lograban escaparse, no tendríamos oportunidad de atraparlos otra vez. Era ahora o nunca.

Tenía razón, Zayn había dominado el metal para quitar las esposas de sus muñecas y estaba terminando de desatar a Perrie cuando llegamos. De inmediato me concentre en la rubia primero, ya que su mente era la que sentía más débil en el momento. Comenzó a retorcerse y a quejarse de dolor, sujetándose al moreno para no caer de bruces al suelo.

Noté de reojo como una cabellera pelirroja salía de algún escondite tan rápido que parecía un destello. Mientras Elise y Niall comenzaban a unir sus poderes, un corte apareció en la mano de Niall y después ambos estaban tomándose de la mano. ¿Qué demonios…? Lo mismo pasó con Harry y Stella; con Liam y Joan. Era tan rápido que nadie podía reaccionar. ¿Qué demonios estaba ocurriendo? ¿Por qué…?

Como si fuera poco, aquel chico de cabello castaño y ojos azules salió de la nada. Aun no sabía si él era de los Mensajeros o si era algún loco independiente que andaba detrás del libro. Como había desconcentrado mi atención de Perrie, la rubia fue a atacar a Alexa, quien estaba más cerca de ella. Antes de que lo hiciera, la sombra pelirroja se acercó otra vez y corto la mano del recién aparecido, tal vez confundiéndola con Perrie y uniendo la mano de el con la de Alexa.

Estaba a punto de huir de lo que sea que fuese cuando la punta de una espada se acercó a mi cuello. Miré a Zayn alerta, el cual estaba en frente de mí, su mano levantada y una pequeña sonrisa asomándose por sus labios. El miedo no me dejaba actuar como pretendía, ya que no podía infligirle dolor como deseaba. Pero algo estaba logrando, ya que frunció el ceño y parecía tener dificultad en controlar la espada. Mierda, en serio quería matar a ese cabrón.

En un parpadeo de ojos, nuestras manos estaban juntas y pude sentir su sangre. ¿Pero cómo diablos…? El sonido metálico de la espada chocando contra el suelo confirmo que no estaba alucinando. Trate de lastimar al moreno pero mis habilidades no servían. Las suyas tampoco. ¿Habría Jane...acaso…? En ningún momento la sentí tocarme.

De repente, la susodicha apareció y toco a Liam.

—Muchas gracias por tu poder, niño; fue de muy buen uso —la tía de Joan parecía estar orgullosa de su magnífica hazaña.

Me solté de Zayn tan rápido como pude y lo empujé lejos de mí. Limpié mis manos con el jean negro que llevaba puesto.

—¡¿Qué diablos ha sido todo esto?! —exclame, sintiéndome más enojada cada vez.

No entendía ni mierda de lo que ocurría y eso no me gustaba para nada.

—Tranquila, te explicaremos más tarde —contestó Joan mientras que con la ayuda de Liam levantaban a Perrie, la cual estaba inconsciente, y la amarraban a una silla nuevamente.
—No te pregunte a ti —sentencié y sentí la vena en mi cuello salirse. De verdad estaba enojada.
—¿Y tú que haces aquí? —preguntó Alexa, viendo al chico con una mezcla de emociones en su rostro.
—Vine por Perrie —se encogió de hombros y llevó la mirada a su mano. Genial, otro idiota que andaba a través de la perra. — ¿Qué nos hiciste?
—¿Estas con ella? —la pregunta de Alexa dio a entender que ella tal vez pensó que él era bueno. Hola, el la había atacado antes, ¿Qué no lo recordaba?
—Es mi media-hermana.

La peli-marrón abrió la boca pero no dijo nada. Nadie sabía que hacer o decir en aquel momento.

—¿Por qué diablos no puedo usar mis poderes? —Niall se quejó como un niñato y sus mejillas se tornaron rojas de frustración.
—Si no se calman, se quedaran así hasta que se me pegue la gana —nos advirtió Jane con un tono de voz que fue suficiente para que todos hicieran silencio.

Resoplé y de mala gana hice caso. Justo cuando iba a caminar hacia Joan, alguien me tomó por la cintura y me haló hacia detrás. Zayn pasó la espada por delante de mi cuello, amenazando con degollarme en cualquier segundo. ¿Por qué siempre era yo la que terminaba amenazada con algo filoso, eh?

—Suelta a Perrie.

—¿O qué, la matarás? —Jane se rió cínicamente. — Haz lo que quieras, chico; la rubia se queda donde está.

Clavé las uñas en el antebrazo de Zayn ante la respuesta de Jane. Y después decían que yo era la que parecía no tener corazón. Era la segunda vez que intentaba asesinarme de manera indirecta en, ¿Cuántos días? ¿Dos, tres?

Todos los presentes adoptaron una expresión perpleja.

—Jane, no estarás pensando en dejar que la mate, ¿o sí? —intervino Stella, mirando con cuidado hacia ella y luego hacia mí.

Zayn acero más la espada hacia mi cuello. Yo eché mi cabeza hacia atrás en un intento por alejarme, pero su cuerpo estaba en mi camino. Consideré las posibilidades de golpearlo con la pierna y esquivar la espada, cortándome el antebrazo en el proceso y después hacer que Stella detuviese el sangrado.

—Si —la respuesta calmada y casual de Jane solo me hizo desear arrancarle las pestañas y quemarle el rostro.

Zayn se tensó detrás de mí, no esperaba esa respuesta. Sorpresa, Jane es un ser despiadado, no le importa nada. Inclinó la espada y me hizo un corte rápido en la clavícula. Solté un gemido y maldije en voz baja. Después, mi cuerpo actuó solo. Tomé impulso y le di un cabezazo que lo dejo aturdido, alejé la espada haciendo que la soltara girando su muñeca y me alejé unos cuantos pasos de él. Tomé la espada entre mis manos y me preparé para atravesar su pecho con ella. Al diablo si no podía dormir por el resto de mis días.

—Helenna, espera —la voz de Joan me hizo girar a verla.
—¿Qué quieres?
—Mira —señaló hacia Zayn.

Cuando volteé hacia él, lo que vi no me pudo dejar más atónita. Justo en el mismo lugar en el que fui cortada, una línea delgada de sangre había aparecido en la camiseta azul grisáceo que llevaba puesta. Abrí muy bien los ojos, sin creerlo. Zayn se percató de la herida y se quedó congelado, mirado de mi herida a la de él y de vuelta a la mía. Todo tenía cada vez menos sentido.

—¿Qué diablos me hiciste? —espetó Zayn con voz contenida, mientras se sacaba la camiseta para revisar el corte. Era exactamente igual que el mío.
—Eso pasará cada vez que uno de ustedes intente algo contra su, eh, ¿Cómo decirlo? Pareja —la arrogante voz de Jane llenó el sótano, que se encontraba en total silencio porque todos estaban petrificados con lo que acababa de pasar.
—¿Estás diciendo que no lo puedo matar? —mi voz sonó tan decepcionada que tal vez si debería revisar mi cabeza un poco.
—Si lo matas, tú morirás también. Todos ustedes están unidos por lazos de sangre ahora y no hay nada que pueda separarlos.

Y mientras escuchaba aquello, no pude evitar pensar que mi vida acababa de volverse un infierno en plena Tierra.