Re: National Anthem (Louis Tomlinson y Paola Andrew's)

por **Blue Jeans** Lun 08 Jul 2013, 8:26 pm

Cheesito asdfghjklñ gracias por leer aún, no sabes que feliz me hace saber que aún tengo al menos una lectora, y que bueno que o lo veas aburrido, después si se pondrá interesante:3

por **Blue Jeans** Lun 15 Jul 2013, 7:35 pm

❝ Capitulo 13

Se dice que los humanos acostumbramos a temerle a lo desconocido, pero en realidad no es temor, es excitación por pensar que todo puede ser mejor.

Todo el camino fui absorta en mis pensamientos, mirando por la ventana, tardamos como una hora en llegar al aeropuerto de Kansas City, cuando llegamos mi papá estaciono el auto, y antes de bajar volteó a mirarme y vi tristeza en sus ojos.

-Lista pequeña?-

-Lista papá-

-Pues vamos…- Dijo saliendo del auto, salimos del auto y llevaba mis maletas conmigo, mi papá llevaba una, mi mamá otra, y yo otra, si, llevaba 3 maletas y un bolso de mano grande, quizás al llegar a Phoenix me sería un poco difícil, pero ya vería la manera de arreglármelas. Llegamos, y me despedí de mis papás antes de entrar al check-in, mi mamá a estas alturas estaba hecha un mar de llanto, a pesar que le dije que estaría bien y nada me sucedería, y que sabía a lo que estaba por enfrentarme, ella seguía diciendo que su pequeña iba a un lugar desconocido y que ella quería ir conmigo, hasta estuvo a punto de ir a comprar un boleta de avión, pero mi papá le dijo que se calmara y que todo estaría bien respecto a mí los abrasé muy fuerte e hice un gran esfuerzo por no llorar, cuando mi mamá estaba un poco más calmada, les dije que los amaba mucho, y que todo estaría bien, y ellos me dijeron que también me amaban, y dieron vuelta juntos, abrazados, caminaron y yo los seguía mirando, hasta que los perdí de mi vista y recordé que ya debía hacer la fila para el check-in, estuve una media hora haciendo fila hasta que fue mi turno, revisaron mis maletas y se las llevaron, fui a la ventanilla a preguntar cuál sería mi puerta de abordaje, me indicaron que era la puerta 3, tenía que hacer otra fila para que me revisaran a mí, después de estar otra media hora en la fila, me revisaron y al fin pase al mostrador que estaba en la entrada de la plataforma me pidieron mi pase de abordar, y después de eso, subí al avión y me senté en mi lugar, saqué di mi bolsa unas revistas que había comprado, y me puse a ojearlas, después de unos minutos nos indicaron que abrocháramos nuestros cinturones, y después de eso despego el avión Adiós a mi vieja vida de pueblo, ahora podré disfrutar verdaderamente de la vida, disfrutaré del dinero, y Phoenix es una ciudad que se mueve por el dinero, si tienes dinero, tienes éxito, conseguiré mucho en esa ciudad…

Con ese pensamiento me quedé dormida, después de un rato comencé a sentir una punzada en mi cuello, abrí mis ojos y me di cuenta que la punzada era gracias a que me había quedado con la cabeza ladeada al dormirme Dios! Dolía más de lo que uno podría pensar, supongo que me torcí, lentamente levanto mi mano hasta llegar a la zona dolorosa y froto ejerciendo un poco de presión para ver si mejora, lo cual en realidad no mejora mucho las cosas, pero bueno, en mi bolso traigo analgésicos musculares, saco uno y una botella de agua que traigo también, trago la pastilla y lentamente recuesto mi cabeza en el respaldo a manera de que no me valla a lastimar más, no puedo estar lastimada, este día va a ser muy cansado, tengo que acomodar mis cosas y va a ser pesado, pero trataré de apurarme para salir en la tarde a conocer Phoenix, por lo que he leído en libro y revistas, Phoenix es una ciudad muy bonita, y calurosa, y en verdad estoy ansiosa por conocerla. Entre mis pensamientos después de unos minutos, vuelvo a sentir sueño, así que volveré a dormir, después de todo, necesito energía.

*

-Señorita…- Sentía una voz muy lejana en mi cabeza –Señorita, ya hemos llegado a Phoenix-

-Eh?... oh, si gracias- Dije tratando de abrir lentamente mis ojos, lo primero que vi al abrirlos fue a la aeromoza delante de mí, al ver que había despertado dio la vuelta y se fue, me levanté de mi asiento, tome mi bolsa y vi que en el avión ya solo habían otras dos personas que al igual que yo estaban dormidas, me encamine a la salida, baje las escaleras despacio y camine hasta el interior del aeropuerto donde fui a recoger mi equipaje, fue difícil ir lidiando con tres maletas a la vez, aborde un taxi.

-Me puede llevar a la calle Desert Hills State?-

-Claro señorita, suba y yo le subiré sus maletas- Subió las maletas al auto y se subió al auto

-Se acaba usted de mudar aquí?-

-En realidad si ¿Cómo lo supo?-

-Bueno, nadie lleva tres maletas grandes para un viaje, y por su acento supongo que usted viene de Kansas?-

-Si, de Lansing-

-Oh, quiso salir de allí-

-Si, en Kansas no puedes ser nada ni nadie importante, no puedes lograr nada-

-Eso dice la gente que viene de allá-

-Oh! Es mucha gente la que viene?-

-No tantos pero si algunos, aunque yo pienso que Kansas es un lindo lugar-

-Solo si quieres no hacer nada de tu vida, sino Kansas puede ser el peor lugar del mundo, señor usted conoce la zona donde voy a vivir?-

-Oh sí, yo conozco esta ciudad como la palma de mi mano-

-Cómo es?-

-No lo conoce?-

-No, se lo compre a una chica que llego a vivir al pueblo, solo he visto el departamento en fotos-

-Bueno, la zona no está mal, es una zona promedio, no viven ricos ni pobres, normal, aunque hay días en los que se llena de trafico esa calle, le aconsejo que si va a trabajar salga muy temprano, así le dará tiempo-

-Bueno, gracias por el consejo lo tendré en cuenta- Después de esas palabras ya no seguimos hablando, me dediqué a admirar la hermosa y calurosa ciudad de Phoenix, había visto películas, fotos y otras cosas, pero nada era como estar aquí, había chicos en la calle con ropa de verano, platicando con chicas que se vestían con blusas que no tapaban nada y faldas muy cortas, parecían desesperadas parecía una ciudad de ensueño todo el mundo estaba haciendo algo, no como en Lansing allí nadie hacía nada nunca la rutina que todo el mundo tenía era: los hijos a la escuela, los padres al trabajo y la mayoría de las madres en casa luego todos regresaban a casa, comían y después de eso miraban televisión toda la tarde, viendo estúpidos programas de concursos para ganar dinero, luego todos se iban a la cama y se repetía la rutina día con día, excepto el domingo, todos se arreglaban como si fueran a algo muy importante para ir a misa, ir a misa allí era extraño, era el concepto de socializar, al terminar la misa las familias comenzaban a platicar, esa era la aburrida vida que todos llevaban allí, pero yo sabía que yo no era como ellos, que yo podía llegar muy lejos, y así lo haría, llegaría muy lejos.

-Señorita hemos llegado-

-Gracias, cuánto es?-

-Seis dólares- Saqué el dinero de mi monedero

-Aquí tiene-Le entregué el dinero mientras veía como bajaba del taxi, para ayudarme a bajar las maletas.

-Espero que tenga suerte señorita, tenga cuidado con todo lo que haga, esta ciudad puede parecer un sueño, pero es el matadero si no se tiene cuidado-

-Lo tendré en cuenta, gracias- Tomé mis maletas y me di la vuelta, entré al edificio, y me di cuenta de algo, había escaleras, ¿Cómo subiría mis maletas yo sola? Demonios!

Tomando fuerza, tome las maletas a como pude y las deje al pie de las escaleras, tome una y halando el aza trate de subirla escalón por escalón, cada vez que subía un piso me detenía a mirar los números, ya que no tenía ni idea de en qué piso estaba el departamento, cuando llegué al tercer piso estaba completamente exhausta, sentía que ya no podía más, sentía las tibias gotas de sudor recorrerme la frente, saqué un papel que estaba en mi bolso y lo abrí, y en él había dos enormes números, “42”, supuse que entonces el siguiente era mi piso, cuando estaba a mitad de la escalera vi un par de zapatos en el marco de una puerta, seguí mirando más arriba y me encontré con un chico recargado en el marco, él tenía el cabello castaño oscuro y lo llevaba ligeramente de lado, de textura algo ondulado y rebelde, la cara era redonda con facciones varoniles, con unos ojos grandes pestañas cortas pero rizadas y unas orbes celestes, muy bonitos ojos, con una nariz recta y respingada, con piel color marfil, aunque también parecía lechosa, era delgado pero tampoco era demasiado flacucho, estaba en forma, me estaba mirando y al parecer le daba risa mi situación, con la cara sudada y la cara roja por hacer esfuerzo en cada escalón.

-Wow, traes equipaje ligero-

-Acabo de llegar-

-Oh, nueva en la ciudad, adivinare, acabas de dejar a mamá y papá- Me molesté con lo que me dijo, podía ser un chico atractivo, pero era un cretino

- Eso te importa un bledo!- le espeté con rabia mientras me miraba con ojos divertidos, y al escuchar mi respuesta lanzo una estruendosa risa y caminaba hacia las escaleras, bajaba los escalones hasta llegar en el cuál me había quedado desde que comenzamos a charlar o más bien me comenzó a molestar

-Soy Logan- y me tendió una mano a modo de saludo esperando a que yo la estrechara, la estreche –Yo me llamo…-

-Déjame adivinar, tú te llamas gruñona-

-Jajá, es de mala educación interrumpir a alguien cuando está hablando y no, no me llamo gruñona, por alguna razón ese nombre no le llamo la atención a mi madre, me llamo Paola- Le contesté a su broma, al tiempo que le sonreía y el hacía lo mismo conmigo, lo siguiente que hizo fue tomar mi maleta y cargarla mientras subía los escalones que faltaban, volteo a mí con el ceño fruncido

-Oye, cuál es tu departamento? Que piso es?-

-Curiosamente y para tu suerte, este es mi piso, el 42-

-Oh! Que bien! Al fin tendré alguien divertida cerca de mí, aquí solo viven ancianos- Al escucharlo decir eso, mis ojos casi se salen de sus orbitas, mientras el comienza a reír nuevamente, maldición! Este tipo hace bromas todo el tiempo? Le arrebate mi maleta de las manos, tome mi llave y abrí el departamento

-Oh vamos! No seas susceptible! Creo que eres la chica más bella que he visto en mi vida, pero con ese humor nunca te casaras-

-Ja! Yo si soy bonita! Y si me quedo sola será por eso, por mi humor como dices tú, pero tú te quedarás solo por tu humor y por tu fea cara!-

-Entonces te haré compañía señorita Paola, seremos dos solterones, un guapo y un feo, uno con humor y el otro gruñón, ¿Quieres saber quién es quién?-

-No, gracias creo saberlo-

-Ah si?-

-Sí, y si no es mucha molestia ¿Podrías quitarte de mi puerta para que pueda pasar e ir por mis otras maletas que pudieron haberse robado en todo el tiempo que he perdido hablando contigo?- Pasé por su lado empujándolo levemente con mi mano, y baje con paso apresurado, en verdad podrían haber robado mis maletas mientras hablaba con ese tonto, y cuando creo que ya me he librado de él, siento que viene bajando las escaleras detrás de mí, llego al piso de abajo y veo allí en el mismo lugar en el cual las deje, a mis maletas, que bueno que no sucedió nada o habría matado al idiota ese por entretenerme tanto tiempo hablando con él, toma una de mis maletas dispuesto a cargarla parece.

-Qué crees que estás haciendo?-

-Yo soy un caballero y desde mi punto de vista tú eres una damisela en apuros-

-Uhmm, pues esta damisela ya lleva bastante tiempo ensuciándose las manos, y no me ha pasado nada, así que no te necesito-

-Ahh, así que eres una de esas chicas que creen que no necesitan nada más que a ellas mismas-

-No, pero si lo quieres ver así me importa muy poco tu opinión- El lanzó una risa mientras negaba con la cabeza y recargaba la espalda en uno de los muros del edificio, que por cierto no estaba mal, en los corredores había ventanas, era un lugar bastante iluminado. Tomé mi otra maleta, me preparé para volver a subirla y me encontré con que mis brazos se habían vuelto de gelatina, maldición! Esto solo me pasa a mí en este momento, aun sabiendo que quizá me lastimara tomé la maleta y decidida subí el primer escalón, me voltee y jalé la maleta para poder subirla, oh no, tacones para el día en que te cambies de casa jamás, Paola, Paola, Paola, ¿Por qué no se te ocurrió ponerte unos flats? Seguí tratando de subir, pero solo espere el momento de perder el equilibrio o que mis brazos ya no pudieran más y caer de bruces al piso, solo para que el tal “Logan” pudiera reírse de mi como lo venía haciendo desde que me vio allá arriba, no había subido ni siquiera cinco escalones y ya me había puesto a sudar y apuesto a que mi cara estaba completamente roja de tanto esfuerzo, estaba segura de que si no me quitaba los tacones no volvería a caminar nunca en la vida, me quité los zapatos y vi como Logan que todo este tiempo había estado con una sonrisa en la cara se puso serio al ver cómo me sentaba en el escalón y frotaba lenta y cuidadosamente mis pies.

-Auch!- Puso una expresión de dolor en su cara, tomo mi maleta y la subió por las escaleras como si fuera lo más liviano que había cargado, me quedé allí sentada y en cuestión de segundos bajó, tomo la maleta y me dispuse a seguirlo, aunque los pies me dolían mucho y no sabía cómo llegaría hasta mi piso.

-Tú espera aquí, ahora vengo por ti- Y sin darme derecho a réplica subió rápidamente, después de otro par de segundos lo escuche bajar, llegó hasta donde yo estaba, y me cargó en sus brazos, no me importaba, de hecho era agradable teniendo en consideración que si apoyaba mis pies en el suelo sentiría como caminar sobre espinas.

-Ay veces en que hasta las damas más fuertes necesitan ayuda de alguien, pero te admiro por intentarlo, ahora te dejaré en tu departamento, iré por algo para comer y te lo llevaré para que comas-

-Es lo menos que puedes hacer por mí-

-Dios! Te habían dicho que jamás te casaras?-

-Quieres callarte?-

-No-

-Entonces muérete-

-Tú primero- OH DIOS! Nadie me había dicho algo así, este chico era extrañamente interesante, puede ser un caballero y en segundos puede ser un cretino, no creo que tenga novia a pesar de que es un chico guapo al menos a mí no me ha dado buena impresión, me deja en mi departamento, se va y al fin puedo ver mi departamento bien, tal como dijo la chica que me lo vendió tenía los muebles cubiertos con sábanas, era pequeño pero lindo, tenía una habitación, un baño, una sala/comedor, y una pequeña cocina, era muy bonito, estaba pintado de un verde oliva o manzana, no podía decidir bien, y tenía algunos detalles en blanco, había pagado caro por él, pero ahora no tendría que comprar ningún mueble, lentamente camine hasta la habitación, pintada igual que todo el departamento, con la cama tapada por una sábana blanca, y los demás muebles también, abrí las ventanas y cuidadosamente comencé a quitar las sabanas, cuando termine de quitar las sabanas de todo el departamento el piso estaba completamente lleno de polvo, tendría que limpiar pero primero me cambie de ropa por algo más cómodo, me apresuré a limpiar el piso y como era pequeño no tarde nada, termine de limpiar y escuche como sonaba el timbre, me levante y abrí la puerta, y allí estaba de nuevo Logan, solo que esta vez llevaba una pizza en sus manos.

-Toma, te la traje por lo que pasó hace rato, siento haberme reído de ti, es solo que eres una chica que parece una modelo y, es gracioso ver como intentas hacer el trabajo pesado- Me entregó la pizza- Bueno, creo que yo me voy, te dejo para que sigas acomodándote, por cierto, bienvenida-

-No te vallas, digo, no me comeré esta pizza yo sola, y bueno, al parecer no eres tan cretino como yo creía- Me di la vuelta y escuche como cerró la puerta, le indique que tomara asiento en el sofá, tome la pizza y me senté junto a él, estuvimos la tarde comiendo y platicando, al parecer una vez que lo conoces es un chico bromista, pero muy dulce también, es mi primer amigo en Phoenix, wow, genial ya que no soy tan amigable, toda mi vida la he pasado viendo lo que me convenga a mí, por eso no he tenido muchos amigos.

Después de ese día estuve moviendo algunos mueble que no me gustaba en donde estaban, acomodando mis cosas y demás, salí a buscar trabajo, ya que tenía dinero, pero necesitaba tener un trabajo, ya que el dinero no me bastaría, así que busque trabajo en un restaurante, que por cierto era uno de los más “elegantes” de la ciudad, y como yo necesitaba encontrar algo que me conectara o algo pensé que me sería útil, bueno, ya había trabajado en un restaurante en Kansas así que ya tenía algo de “experiencia”. Tenía el turno de la mañana, lo que no me gustaba mucho era el uniforme el cual consistía en una falda que llegaba a las rodillas en color negro con una blusa blanca con un chaleco sobre la blusa, y zapatos negros.

Todo marchaba bien, o algo así, ya que el objetivo por el cual había llegado a Phoenix, no lo había conseguido aun, aún no había entrado en alguna de las fiestas de los ricos, no sabía cuándo ni nada sobre ello, ya que la gente que me rodeaba no era de la más alta sociedad de Phoenix, así que tendría que empezar a conocer gente con un mayor estatus social, necesitaba hacerlo, no sabía cómo, pero necesitaba entrar.

Hola! :3 trate de actualizar antes, pero no pude, ahora tengo mucha prisa y no revise el capitulo, pero si necesita correciones comenten y yo lo corrijo, espero poder actualizar mañana tambien, las quiero y ya saben, si ya leyeron o les cuesta nada comentar bebas, las quiero. xoxo

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