Fruto prohibido. [Justin, Jason y (tn) Bieber]

Fruto Prohibido.

"Cuando el amor es la manzana de Adan y Eva"

Capítulo 1: la rendija hacia la enfermiza verdad.

La luz se colaba a través de las rendijas. Mi respiración agitada y escandalosa que no podía ahogar. Estaba asustada e incluso podía escuchar los potentes latidos de mi corazón que amenazaba con salirse de mi pecho.
Escuche sus marcados y secos pasos acercarse hacia mí; estaba tan cerca que probablemente sentía mi respirar. Cerré mis ojos con fuerza y retrocedí deseando no haberme metido en este innecesario lio.
—¡¿Qué haces aquí?! —Pregunto con un estruendo— ¡Te estoy hablando! —Me presiono tomándome del cabello, cosa que me exalto aún más a pesar de que ni siquiera lo estaba jalando como solía hacerlo— ¡Por un demonio, mírame! —me ordeno haciéndome abrir los ojos y encontrarme con una mirada vacía pero al mismo tiempo tan llena de odio y maldad pura. Una maldad que apuñalo todos mis sentidos en un abrir y cerrar de ojos— ¡Dímelo! —Me saco del closet tomándome de los hombros, entonces sentí como mi espalda se impactó contra la pared haciéndome soltar un gemido de dolor.
—Solo… yo… —masculle.
—¡Habla, maldita!
Cerré mis ojos, como si encontrase respuesta en dicha y absurda acción. Sentí como su mirada recorría mi cuerpo entero con tal lentitud agobiante. Estaba perdida.
—¡¿Por qué traes mi camisa?! —Sí… lo había notado.
—Jason… —tartamudee.
—¡No me ha respondido nada! —Entonces sentí como nuevamente mi espalda se estrellaba contra la pared— ¡Por un demonio!— continuo maldiciendo ante mi silencio.
—Yo… No puedo decirte. —Y literalmente no sabía que decirle. No podía decirle la verdad.
—¡Me importa un carajo si puedes o no decirme, solo dilo!
Baje mi mirada lentamente hasta el piso, sintiendo como sus manos quemaban mis hombros con un dolor profundo. Pero es que no podía hablar, ¿Qué le diría? ¿Le diría que desde hacía muchos años había sentido atracción hacia él? ¿Qué me había puesto su camisa para poder sentir su aroma sobre mí? No podía decírselo. Era mi hermano.
—Jason… yo… —ni siquiera pude formar una frase. No tenía la fuerza para hacerlo ni las palabras adecuadas para explicarle. Intentaba buscar en mi mente alguna mentira que me ayudara a salir de esta situación, pero no la encontraba.
Desde hacía mucho tiempo había sentido algo hacia mi hermano mayor: Jason. Él era rebelde, cruel y frio. Era el vivo retrato de la maldad pura. Por alguna razón mi corazón se aceleraba cada vez que me miraba y aunque lo había negado por mucho tiempo, yo le deseaba.
El tema de mi obsesión hacia Jason me era bastante incomodo a tal grado que ni siquiera me gustaba pensar en ello; pero hoy las cosas habían cambiado, decidí pensar en el tema y escabullirme en la habitación de mi hermano e intentar sentir que lo nuestro era posible.
Me sentía tan tonta… tan enferma y desquiciada. ¡Era mi hermano! ¿Por qué sentía tales sentimientos tan enfermizos cada vez que lo miraba? ¿Por qué lo deseaba de ese modo?
—Espera un momento… —Lo escuche hablar—. Se lo que sucede. Lo sé perfectamente —Mi mirada se alzó hasta sus ojos—. Tú quieres estar cerca de mí —Sentí como sus manos se deslizaban desde mis hombros por todo mi torzo hasta llegar al borde de la camisa por donde abrió paso a sus manos hasta posarlas en mi short que se encontraba bajo ella.
Sentí como mis mejillas se ruborizaban notoriamente. Sus manos ahora me quemaban con delicadeza y sus caricias continuaban. Estaba feliz por ser correspondida, pero por otro lado estaba asustada por sentirme feliz.
—Jason… no… —volví a hablar torpemente sin lograr completar nada.
—¿Crees que no lo notaba? ¿A caso piensas que no notaba la manera en la que me mirabas cuando vagaba sin camisa? ¿Que no notaba la forma en la que me mirabas y esa atracción que sientes hacia mí? ¿Bromeas? —Sonrió enfermizamente— No soy un tonto —Beso mi cuello aturdiéndome completamente—. Me gusta eso.
Y finalmente sentí que mis piernas y todos mis sentidos se dormían mientras yo solo quería desaparecer de esta enferma, loca y desenfrenada situación.
Los recuerdos llegaron a mi mente. Recordé la primera vez que mire a Jason de una manera especial, de una forma tan diferente a la que comúnmente usamos para querer a nuestros hermanos; era el cumpleaños número dieciocho de Justin y Jason, este último ni siquiera se había presentado en su celebración y ni siquiera le importaba. Únicamente estaban los amigos de Justin celebrando en todo el primer piso.
Recuerdo que me encontraba en mi cama intentando dormir un poco. Tenía apenas catorce años y mis padres no me habían permitido estar en la fiesta de mis hermanos ya que habría bebidas alcohólicas y cosas inapropiadas para una “niña” según ellos.
La puerta se abrió en seco dándole paso a una silueta que conocía muy bien. Era Jason. Se encontraba totalmente ebrio y se desplomo en el piso como si no le importara el dolor del impacto. Al momento me puse de pie y le atendí arrodillándome.
—¿Qué haces en mi habitación? —preguntó molesto soltando un aroma a alcohol de su boca.
—Esta no es tu habitación, Jason. Es la mía. —El inspeccionó el lugar con la mirada y soltó una carcajada que hizó que la piel se me erizara por completo. Su risa era tan burlona y sarcástica como una de esas películas donde el villano suelta una carcajada penetrante e imponente.
—¿Dónde está el estúpido de Justin? —preguntó intentando ponerse de pie.
—No es un buen momento, mejor ve a dormir. —Lo ayude a ponerse de pie para llevarlo hasta su habitación, pero me fue imposible hacerlo caminar hasta la puerta ya que el cayo rendido en mi cama.
—Ven aquí, (tn). —Al momento atendí sus indicaciones y me senté a su lado. Todos en la casa sabíamos que a Jason no se le podía negar nada, él no era un adolescente rebelde, iba más allá de la rebeldía.
—¿Qué pasa? —pregunte con incertidumbre.
—Quiero decirte algo —Se sentó en la cama y me rodeo con su brazo en casi un abrazo. Me incomode un poco, Jason jamás había mostrado ni un poco de aprecio hacia nadie, menos hacia mí—. Quiero que pase lo que pase NUNCA confíes en Justin.
Abrí los ojos como platos, ¿Cómo podía pedirme eso? Justin era el chico más amable, sencillo, y educado que conocía. Justin no era como yo (una chica promedio), tampoco era como Jason (un adolescente peligroso), Justin caía en lo más absurdo de la nobleza, tanto que podría jurar que ni siquiera se encontraba bebiendo en su propia fiesta.
—¿Qué? —susurre sin entender la razón de la petición de mi hermano.
—Solo no lo hagas. ¿Me lo prometes? —me dijo con cierta… ¿ternura? No lo sé, pero hubo algo en su mirada que me derritió por completo y me obligo a afirmar con la cabeza. Esta vez no afirmaba por miedo a Jason, afirmaba porque su mirada me había convencido.
Dicha mi afirmación, el cayó en sueño profundo en el que su brazo me rodeo por toda la noche. Aún recuerdo mi corazón palpitante y mi vista al techo. No dormí esa noche, me sentía extraña, pero me gustaba tenerlo a mi lado, y deseaba que fuera siempre de ese modo.
Ahora tengo dieciséis y Jason veinte años. Había partido de casa hace unos días y podría jurar que se había ido por siempre. No fue así. El volvió tan solo para encontrarme tan vulnerable en su habitación, deseándole.
Sentí que continuaba besando mi cuello y yo aún no reaccionaba ya que no podía mover ni un solo de mis músculos. Estaba totalmente hipnotizada y asombrada por ser correspondida por mi propio hermano. ¿Qué me sorprendía? Jason era un enfermo, todos lo sabíamos.
—No… no puedo. —me opuse.
—No te estoy preguntando. —dijo en seco mientras audazmente se las ingeniaba para desabrochar de uno en uno cada botón de la camisa dejando en descubierto gran parte de mi escote.
Por más que lo deseara no lo haría. Era mi hermano y jamás haría algo como eso, no con él. Intente alejarme pero él no me lo permitía e impactaba mi espalda contra la pared cada vez que notaba que quería zafarme de sus garras.
Me di cuenta de mi gran error: No debí haber entrado ni debí haberle provocado.
Me tomo entre sus brazos y me llevo hasta su cama. Sentí sus labios besar la comisura de los míos y me sentí completamente fuera del lugar, sentí extraño tener sus labios tan cerca de los míos. Estaba asustada, pero deseaba con locura que sus labios se fusionaran con los míos.
Poco a poco las cosas fueron cada vez más arriba de tono cuando la camisa quedo totalmente abierta, dejando mi ropa interior superior y mi abdomen en total intemperie. Mis mejillas se ruborizaron totalmente, pero a él ni siquiera le importo y repartió besos por toda mi anatomía, cosa que me encendía.
—(tn). —Escuche la voz de mi otro hermano.
Al ras me aparte de Jason y me hinque en la cama pero el continuaba sin importarle que Justin nos descubriera.
—Viene Justin… —dije bajo.
—Que venga y conozca a su pequeña hermanita —Rio burlón mientras continuaba besando mi cuello. Por algún motivo el filo de sus palabras me lastimó, sentí que mentía a Justin.
Hubo un par de golpes en la puerta que me alertaron justo cuando Jason se apoderaba totalmente de mí y mis sentidos se encontraban sin control alguno— Maldición —susurro Jason—. Ve al baño y no salgas hasta que yo te diga. —No tuvo que decírmelo dos veces.
Tome la camisa de Jason y entre fugaz al baño.
—Jason, ¿Has visto a (tn)? —pregunto Justin al mismo tiempo que Jason abría la puerta.
—¿Acaso me vez cara de niñero?
—No. Solo pensé que…
—No pienses, solo lárgate y déjame en paz —Cerró la puerta con un golpe dejando a Justin afuera aun buscándome.
Me sentía una basura.
La puerta del baño se abrió lentamente, donde Jason pudo encontrarme cabizbaja con un nudo en la garganta y su camisa arrugada y con algunos botones desabrochados—. Ven, se ha ido. —Me rodeo por la cintura y beso mi cuello una vez más.
—No quiero hacerlo. —Jason se apartó de mí. Probablemente esa había sido la primera vez que me había negado directamente a alguna de sus peticiones, era eso o simplemente esa mirada llena de furia había nacido de la nada. Era mi oposición.
—¡¡A mí no me dices que hacer!! —Volvió a golpearme contra la pared, pero esta vez de una forma única que nunca había sentido. Sentí como mi espalda sufría un agudo dolor que recorría todo mi cuerpo. Solté un gemido tras un chillido y lágrimas que resbalaban por mi mejilla.
Soltó mis hombros y me deslice hasta el piso donde sentada comencé a llorar desconsolada tras una serie de sucesos que me habían confundido totalmente. Me sentía sucia, una mentirosa, una cualquiera…
—No llores. —Me pidió en casi una orden, sin siquiera importarle que estuviese llorando. Simplemente le molestaban mis sollozos y quería que me callara, no había nada personal ni sentimental.
—¡¡No haré todo lo que me pidas!! —me opuse una vez más gritándole con despojo.
Vi como sus ojos se encendían y entonces cerré los mios esperando un golpe más… solo recibí sus labios sobre los míos. Me beso con delicadeza. Y aunque al principio fue extraño besar a mi hermano, me acostumbre con rapidez. Puse mi mano sobre su mejilla y el me rodeo con ambos brazos en casi un abrazo. Ahí yo sentada en el piso, y el en cuclillas alcanzando mi altura. Disfrute con agonía ese beso que quise que jamás terminara, pero lo hizo seguido de una mirada llena de confusión y una sonrisa de parte de mi hermano mayor.




Bueno, me presento hasta el final. Soy Ale Bentley, y esta es mi novela sobre Jason, Justin y (tn) Bieber. Si consigo lectoras continuare la novela! Tengo otra novela que estoy subindo aqui, es sobre vampiros y proximamente subire una que he comenzado, es sobre zombis jajaja creo que esta es la unica novela no sobre natural que tengo... en fin. Que tengan buen dia c:

Hola, que buena tu nove, síguela (:

Capítulo 2: “Lucha entre el cuerpo, corazón y pensamientos”

Mis ojos no podían cerrarse por más que lo intentara, el aroma de Jason continuaba en mi cuerpo y no podía dejar de sentir un cosquilleo en mi estómago al recordar lo que había pasado.
Vi que lentamente la puerta se abrió, entonces me acurruque y fingí estar completamente dormida sin saber de quien se trataba. Sentí que se acostaban a mi lado y entonces sus manos rodearon mi cintura apegándome totalmente a su fuerte anatomía que yo reconocí sin problema alguno.
—Sé que no estas dormida. —dijo con voz ronca haciéndome abrir los ojos.
—¿Qué necesitas? —Pregunte fingiendo ser ingenua— Es tarde.
—Te necesito a ti —Beso mi cuello y sentí una sensación tan placentera que recorrió todo mi cuerpo. Jamás había sentido nada igual a aquello, era simplemente estupendo.
Sus manos se deslizaron en mi abdomen y me obligo a estar totalmente cerca de él sintiendo como su torso descubierto chocaba contra el mío. Sus labios quedaron con los míos y me beso suave pero deliciosamente.
—Dime lo que quieres, (tn). —hablo Jason.
—No quiero nada. —mentí.
—¿Entonces porque la obsesión de escabullirte en mi habitación? —Nuevamente hizo que me avergonzara por mi inapropiada actitud. Mis mejillas se enrojecieron e intente ser discreta.
—Es que… —masculle.
—Dime, (tn). Dime lo que quieres —Volvió a plantar sus labios en mi cuello—, dime que quieres que continúe besándote, dime que quieres que te toque —susurro en mi oído—. Solo dímelo.
Mordí mi labio inferior intentando no explotar. Mi respiración se agito y me costaba administrar aire, mi corazón latía con la fuerza de mil caballos mientras mis manos se aferraban a su espalda y su cabeza se ocultaba en mi cuello repartiendo en el uno que otro beso que me encendía; sin embargo no pude aguantarme un chillido lleno de agonía por querer besarle.
Sentí como una sonrisa se formaba aun en mi cuello, el subió hasta quedar sobre mí y mirarme fijamente a los ojos. Unos ojos hermosos y color miel que tenían un no sé qué que me hacía sentir que su mirada fuera oscura y maligna.
—Solo tienes que pedírmelo —Me dijo como si fuera tan fácil…
Me calle unos instantes y seguí mirando sus ojos. ¿Por qué el cruel destino me hacía esto? ¿Por qué me había enamorado de mi hermano y no de un chico de la escuela como las demás hacían? Recordaba haber escuchado a Stacy King (una chica de mi clase) hablar sobre su secreto amor hacia su primo, y me pareció perturbarte, jamás me imagine que mi situación fuese mucho más enferma que la suya.
—Dime… —Mordió el lóbulo de mi oreja.
—Quiero que me beses, Jason. —Me sorprendí hasta yo misma al escuchar que esas palabras se escapaban de mi boca al sentir sus mordiscos.
—¿Eso es todo? —pregunto con una voz ronca sorprendiéndome aún más.
—No. Yo quiero que… —Trague saliva.
—Te escucho —Acaricio mi mejilla seguido de unos golpecitos en la puerta—. Maldita sea… —susurro.
—¿Qué pasa? —pregunte en voz alta.
—¿puedes abrir, (tn)? —Escuche a Justin hablar al otro lado del trozo de madera. Mira a Jason como si le pidiera permiso con la mirada, o más bien le pedía que se quitara de sobre mí para poder abrir a mi hermano. El entendió y se retiró con un resoplo.
—¿Qué pasa? —pregunte abriendo la puerta.
—Quiero hablarte sobre algo que me tiene agobiado y no he encontrado la forma de decírtelo siendo cauteloso, entonces seré directo —hablo Justin alertándome un poco—. ¿Puedo pasar? —Asentí con la cabeza y al reaccionar casi me da un paro cardiaco cuando repare en que Jason estaba aún en ese lugar, pero las cosas se calmaron cuando vi que sorprendentemente se había esfumado.
—¿De qué se trata? —pregunte sentándome en la cama.
—De Jason… —Se detuvo en seco.
—¿Qué paso? —pregunte con el alma en un hilo, seguro nos había descubierto.
—(Tn), tu y yo sabemos perfectamente lo enfermo que esta nuestro hermano —dijo—, quiero que estés alejada de él lo más que puedas.
—¿Qué? —Mi voz se cortó—es mi hermano, como tú. —Me interpuse.
—Él no es como yo y ambos lo sabemos. —Me hablo fuerte.
—yo… —preferí callar y quedarme cabizbaja.
—(tn)… —Tomo aire—, sé que es tu hermano, pero tú ya no eres una niña —Levante mi mirada intentando entender a lo que se refería— Mis padres no están y tu estas completamente a mi cuidado y no dejare que nada te pase. Entonces, seré directo: —Prepare mi corazón —eres muy linda, yo puedo verte de una manera completamente normal, sé que mi hermana es linda pero soy una persona sana y no me cabe en la cabeza verte como algo más; pero Jason… él está enfermo —fruncí el ceño—, es un desquiciado, ¿crees que a él le importara si eres su hermana o no? —Negué con la cabeza, él tenía razón— No puedes andar por allí vagando cerca de él. No quiero que nada te pase porque los dos sabemos que es capaz de todo.
—No lo es. —Incluso yo misma me sorprendí de mi respuesta; últimamente tenía un no sé qué, cosa que me hacía decir cosas que realmente no quería decir.
—¿Estás hablando enserio?
—No —Suspire—. No sé qué decirte… —Incline mi rostro.
—Mira, solo atiende mi petición —dijo el—. Iré a dormir, tú también deberías hacerlo. Buenas noches —Resoplo deteniéndose en el marco de la puerta— Sé que tú no serias capaz, (tn). —Se retiró dejándome bajo la oscura noche con sus palabras clavadas en mi mente “Sé que tu no serias capaz”, me sentía más que una basura.
Sentí que unos cálidos y húmedos labios rosaban contra mi cuello exaltándome ligeramente, pero al momento repare en que se trataba de Jason— Que bueno que ya se fue… —me dijo muy cerca del oído seguido de un mordisco en el lóbulo de mi oreja.
—No. Es que… no se… —titubee como era común en mí. Me sentía estúpida cuando hacia eso…
—¡El estúpido de Justin te ha lavado el cerebro! —Se levantó furioso.
—Jason… —intente calmarlo con el temor de que Justin lo escuchara dentro de mi habitación.
—¡No intentes callarme! —Se acercó peligrosamente —¡No tienes idea, (tn)! ¿Realmente eres tan tonta? —Me miro con desprecio.
—No. No soy tonta, pero no quiero hacerlo.
—¡Porque el imbécil de Justin te ha metido esas ideas en la cabeza!
—¡No es por eso! —levante la voz.
—¿Entonces porque? ¿He? —Me pregunto—, hace apenas unas horas querías revolcarte conmigo —Sentí sus palabras como una puñalada—, ¡y ahora que Justin llega cambia tu idea! —me reprocho.
—¡No sé qué hacer, Jason! Entiéndeme… —Incline mi rostro totalmente frustrada.
—Es una lástima que no te esté preguntando. —Le mire con incertidumbre, entonces él se lanzó a mí y comenzó a forzarme para besar sus labios recorriendo los míos con su lengua tan desesperadamente. Quería resistir… pero le deseaba tanto que comencé a aceptar sus labios.
—Jason. —dije su nombre en un respiro.
—Nunca te dejare (tn), nunca —Entonces continuo besando con furor mis labios que ya me dolían a consecuencia de sus mordiscos.
Enrede mis manos en su espalda y me encargue de deshacerme de su camisa para dejar en descubierto ese abdomen que yo conocía y me provocaba encontrarme en una situación para nada sana. Él sonrió en mi boca al sentir como era yo quien tomaba la iniciativa, acción que probablemente le dio la confianza de acariciar mi anatomía bajo mi blusa, igualmente lo hubiese hecho sin mi consentimiento, pero como lo disfrute…
Las cosas fueron saliéndose de control cuando me cargo apegándome en su abdomen sin despegar nuestros labios y mis piernas rodeando su cintura en el aire. Me pego a la pared y sus labios bajaron hasta mi cuello. Me bajo y se apartó solo un poco de mi para tirar al piso todo lo que se encontraba en mi escritorio.
—No soy bueno en la cama —me informo al mismo tiempo que me recostaba sobre la mesa de madera. Sonreí con ironía. Realmente estaba segura que sea donde sea él lo haría más que maravilloso.
Sus labios recorrieron cada parte de mi boca, mi cuello y el ligero escote de mi blusa que comenzaba a salir poco a poco haciendo que otro recuerdo llegara fugazmente a mi mente; palabras de Jason que se habían quedado sembradas en mi cabeza desde siempre…
—Déjala ir como quiera —hablo Jason—, de todos modos no se ve para nada mal…
Las mejillas de Justin se enrojecieron al escuchar esas palabras de Jason, estaba segura que si yo no hubiera estado allí seguro le hubiera reclamado, pero ciertamente yo no le tome nada de importancia, pensé que era algo normal, simple.
—¡No ira de ese modo! Es mi hermana y no saldrá de aquí por ninguna razón —se interpuso Justin— ¡Ve y ponte algo decente! —me ordeno como si se tratara de mi padre.
¿Desde cuándo Jason me veía diferente a una hermana? Quizá desde antes de que yo tuviese trece años y mucho antes de que el tuviera diecisiete. Había notado miradas de Jason sobre mí; miradas insinuadoras que prestaban atención y captaban con detalle cada parte de mí. A pesar de que mi hermano era distante sus miradas siempre estaban sobre mí, y esto no cesaba, al contrario: en cuanto más crecíamos más miradas lanzaba hacia mí.
—Ya no eres una niña, (tn) —me dijo al oído con un gemido—. Justin es un imbécil, aun piensa que eres la misma “pequeña (tn)” —Rio— quisiera que te viera justo ahora. —Rio una vez más sin saber que sus palabras simplemente me hacían sentir peor.
—No quiero ser alguien diferente. —Intente apartarme.
—Lo eres —Me presiono contra el escritorio para volver estar bajo sus garras—. No eres ni siquiera lo que yo pensaba que eras —dijo—. Mírate —Se acercó a mi oído—, estas aquí, besándome en una situación desenfrenada. Pensé que te gustaba, pero nunca imagine que aceptarías algo como esto.
—No lo estoy aceptando —me defendí—. Eres tu quien me obliga.
Sus manos me tomaron con fuerza levantándome de la mesa e impactándome contra la pared como siempre hacia. Sus ojos se tornaron llenos de malicia y enojo, se acercó a mí violentamente y hablo: — ¿estás segura de lo que dices? Porque si me dices que quieres seguir yo seguiré y hare contigo lo que me plazca —Lo mire con angustia intentando guardarme un ladrido por mi dolor—. En cambio, si dices que ya no quieres continuar te dejare —Me apunto con su dedo—, pero escúchame bien: una vez que me vaya JAMAS vuelvas tras de mí. Tú decides.
Estuve un rato discutiendo internamente entre dejarlo o continuar. Quería continuar, pero no en este momento; no quería que se fuera, pero tampoco quería que siguiera aquí. Más bien necesitaba estar en otro momento… en uno en el que me encontrara preparada para probar más de él.
—No quiero continuar. —dije pensando que hacia lo correcto. El trago saliva, se apartó de mí y salió más que furioso de mi habitación.
Me recosté en la cama intentando dormir, pero no podía ni siquiera mantener la respiración. Aún tenía el delicioso y excitante aroma de Jason sobre mi piel, aun podía sentir sus manos y sus besos; Mientras tanto, mis sentimientos, mi corazón acelerado y mi cuerpo de respiración agitada tenían una guerra en mi interior. No estaba segura de que lo que había hecho era lo correcto. Gran parte de las personas lo tomarían como la mejor opción, pero si estuviesen en mi lugar… frente a Jason Bieber… Dios, me entenderían.

FreyCastronovo escribió:

¡WOW!
Que fuerte, es genial tu novela:D
¡PRIMERA LECTORA! Yey<3
Una mini pregunta, ¿puedo salir en tu nove? Si no, esta bien:3
Espero que la sigas pronto:D
¿Pasas a leer mi novela? Tal vez te guste:)
The Following: blood behind you || Justin & _____.

Gracias por leer!! de verdad me gustaria agregarte, pero la novela ya esta escrita :c ya la he terminado. Casi al final tengo otro personaje, puedo ponerle tu nombre :D es amiga de la protagonista, ¿cual seria tu nombre? n.n

y claro! me pasare a leer tu novela :D