She loves you. {LiamPayne}

El fin de semana que Camila se quedaría con ella los usaría para vengarse de Styles. Malik era un asunto suyo que debía tener un trato especial, por más que su trasero no lo valía lo suficiente como para que ella misma tuviera que hacerse cargo; pero sabía que obtendría buenos resultados al final de todos sus esfuerzos.
Ambas habían marcado un excelente plan que no podría tener fallo alguno; habían calculado maliciosamente todos sus movimientos y el de los demás. Esa noche, después de las doce, Hannah cumpliría cuatro meses con el castaño y pensaba pasarlo en compañía de su novio y no de cuatro idiotas más, aunque los últimos días se había llevado de maravillas con Niall y Louis; no tanto con el ultimo, pero con él primero podía mirar una película y reír juntos mientras soltaban uno que otro comentario. Más allá de eso no pasaba y tampoco deseaba ser su amiga, sin embargo el rubio demostró que poseía alma y no como esos idiotas.
—Hann, ¿segura que es debido darle esto? — pregunto Camila por enésima vez, mostrando la pastilla que había en sus manos.
— ¿Acaso te estas arrepintiendo, Camila? — Hannah levanto las cejas en alto ante las insistencias de su amiga — Si no quieres dárselo tú, puedo hacerlo yo. De todas formas, la segunda fase del plan no necesariamente debes ser tú...
—Tampoco es que me estoy echando atrás — replico la castaña, levantando las manos en alto — Pero vamos a estar jodidas luego, ¿te das cuenta?
—Lo sé, ¿es que ahora te importa?
Su amiga coloco los ojos en blanco, de inmediato en su rostro apareció una sonrisa zorruna.
— Bien, pero tu pagaras mi abogado si nos demanda.
— No nos va a demandar, no a menos que quiera que lo matemos.
Saliendo del cuarto de baño, caminaron hacia las escaleras de la enorme mansión. One Direction había sido invitado a una fiesta en casa de un millonario, el ambiente en si era tranquilo, obviamente no faltaba el alcohol, la música a todo volumen y la pista de baile infectado de personas. Las dos muchachas, moviendo sus caderas al compás de la música, se acercaron hacia la barra donde estaba Styles hablando con Zayn sobre algo que parecía ser divertido para ambos.
— Un refresco de fruta, por favor — pidió Camila en cuanto se apoyó a la barra — Sin alcohol.
— Yo quiero una piña colada — dijo Hannah, sentándose en uno de los asientos altos.
— Wow, Hamilton va por algo fuerte — se burló Malik, rodeo a su amigo y se situó enfrente de la rubia mientras sostenía una botella de cerveza en su mano.
Internamente, Hannah sonrió. Todo iba marchando al plan.
— No todos somos blanditos como tú, Malik. — contesto ella, fingiendo desagrado. Agradeció cuando ya tuvo su bebida en su mano y se colocó de pie, caminando lejos del moreno.
Antes que pudiera seguir caminando para llegar al patio trasero, una mano en su brazo la hizo detenerse y voltearse a ver. Zayn la había seguido con intenciones de prolongar la pelea, claramente; pero se vio en un gran dilema cuando este le quito la piña colada y le entrego en sus manos una botella de agua mineral.
— ¿Qué carajo es esto? — inquirió con el ceño fruncido.
— Agua, ¿acaso eres tonta también? — se mofo mientras colocaba una sonrisa cínica en su rostro.
La rubia contuvo las ganas de tirarle la botella por la cabeza.
—Ya se lo que es, ¿pero por qué me la das, idiota?
—Si así eres agresiva, no quiero pensar como serás ebria — contesto Malik, sin perder la burla hacia la novia de su amigo. — O quizá seas una borracha dulce y tierna, o deprimida y enojada, o también está que busques sexo alocadamente por cualquier...
—¡¿Acaso eres estúpido?! — grito con fuerza, tanto que, a pesar de la música alta, algunas personas se giraron a ver quiénes eran los que discutían.
Nadie se sorprendió cuando vieron a Zayn Malik y Hannah Hamilton pelear por un vaso de piña colada mientras la rubia le daba golpazos al moreno con una botella de agua. Mundialmente se sabía la terrible rivalidad que había entre ellos dos, algunos bromeaban que se peleaban tanto porque se amaban y trataban de ocultarlo, más cuando el novio de la chica era el mejor amigo de Malik y también su compañero de banda. Pero solo les bastaba verlos en vivo y en directo como se peleaban como unos críos por una figura de acción. La rubia parecía que en cualquier momento asesinaría al moreno, y este se contenía para no utilizar mucha fuerza y lastimarla.
De un momento a otro, Zayn soltó el vaso con una idea en su mente, la cual se llevó efectivamente cuando la piña colada se derramo en el precioso vestido que marcaba la figura de Hannah. Esta abrió la boca y los ojos con impresión ante el desastre que había provocado aquel engendro de piel morena; lo miro con total furia y no supo que hacer en aquel momento, que tipo de tortura usar, pero bien sabía que iba a pagárselas bien caro.

— ¡Todo es tu culpa, imbécil! — le grito la muchacha a su acompañante mientras mantenía los brazos cruzados.
— ¿Mi culpa? No fui la que salte arriba de una mesa para asesinar a alguien — mofo Malik, apretando con fuerza sus manos sobre el volante.
— Si no te hubieras corrido, no nos hubieran echado a patadas de la fiesta.

Había sido todo un espectáculo ver a Zayn correr por toda la pista de baile mientras la rubia lo buscaba con desesperación para darle su merecido. Quizá se había propasado con sus intenciones de realmente golpearlo, pero es que estaba tan molesta porque su preciado vestido se había arruinado y por culpa de aquel muchacho que siempre estaba ahí, picándole con un palo para joderle la paciencia. Finalmente, las cosas no terminaron bien entre ellos porque Hannah subió arriba de una mesa, fingiendo bailar mientras buscaba con desesperación entre la gente a su presa, y en cuanto lo vio pasar cerca de ella, se lanzó desde aquella altura. Malik logro esquivarla a tiempo, sin siquiera importarle si se estrellaba contra el suelo o algo. Afortunadamente y al mismo tiempo desafortunado, Hannah callo arriba de un hombre de baja estatura que era el dueño de la mansión y anfitrión de la fiesta; termino echándolos a los dos después de la rabieta que había hecho.
Ahora los dos se dirigían al hotel, Liam los había regañado a ambos y prácticamente les aventó las llaves a Zayn para que ambos se fueran. Lejos de sentirse decepcionada de su novio, Hannah incluso aposto contra si misma que a Liam le importaría en lo más mínimo si ella estuviera o no en la fiesta, de lo contrario se hubiera preocupado en buscarla y no en esconderse, que era lo que parecía.
Se sentía triste el solo pensar que era costumbre el anticipar los actos de Liam y siempre dar en el blanco. Antes el dolor era tan fuerte que apenas y podía respirar sin soltar alguna lágrima, pero ahora ya lo tenía todo asimilado y se le hacía más la idea: Liam no la quería. Era definitivo, era claro como el agua y no había que darle vueltas para encontrar algo, sin embargo, ¿porque ella seguía a su lado, soportando a los cerdos de sus amigos, a las críticas de la prensa y los insultos de sus fans? ¿Por qué seguía allí, dispuesta a ofrecerle todo su amor, su compañía y su hombro cada vez que lo necesitara? Lo peor es que sabía que si Liam necesitaba algo de todo aquello no recurriría a ella, lo que era provocación de otro sufrimiento más.
¿Tan masoquista era? ¿Tan poco se valoraba? ¿Dónde estaba su dignidad?
« En la basura, mi orgullo la acompaña a la pobre infeliz » pensó con su típico humor negro.
— Rubia, ¿y ahora porque te callaste? ¿Acaso te diste cuenta que tengo la razón y soy mejor que tú?
Esa fastidiosa voz. Como la odiaba. Realmente, no había alguien que detestara tanto como lo hacía con Zayn. Si, por una parte era divertido pelear con él, pero había ciertas cosas que le hacían volver a la realidad y darse cuenta que él en verdad era muy cruel con ella. Se burló de sus sentimientos no correspondidos hacia Liam, criticaba cada parte de su cuerpo y le recalcaba cuan imperfecta era. Quizá en algún otro tiempo hubieran sido amigos, pero se negaba a entablar una amistad con Malik ahora que se había convertido en su enemigo.
— Solo pienso la mejor manera de cortarte las pelotas — contesto con tranquilidad. El moreno se sobresaltó ante la confesión — No sé si rebanarlo con un cuchillo, con una sierra o con un hilo dental, ¿qué dolería más?
— Estás loca.
— Te puedo sorprender aún más — agito sus pestañas, fingiendo inocencia mientras el muchacho solo revoleaba los ojos.
Estacionando afuera del hotel, antes que el moreno quitara el seguro del auto, su celular sonó escandalosamente y no le permitió a la rubia salir del carro hasta que él también tocara el suelo; confiar en ella era como caminar en una avenida con los ojos vendados. No iba a arriesgarse.
— ¿Que sucede, Harry? — Hannah abrió de golpe los ojos y mascullo una maldición. Si Zayn se estaba lo que hizo Camila y ella, iba a matarla a ella primero. — Espera, ¿qué? — Forcejeo la puerta, intentando abrirla con un tanto de desesperación. Era muy joven para morir — ¿Así que Hannah y Camila hicieron eso? — al sentir la mirada penetrante del cantante, la rubia miro a su costado y lo observo, teniendo una mirada fulminante en su rostro y con los ojos entrecerrados. — Entiendo, ya vamos para allá.
Una vez que corto el celular, un silencio se formó dentro del automóvil mientras el moreno miraba con atención a la rubia y esta trataba de no encontrarse con esos ojos mieles. Debía importarle una mierda lo que él pensara o dijera, pero sabía que Malik no iba a dejar pasársela tan fácil esta vez.
— Mandaste a Camila a ponerle una pastilla de viagra a la bebida de Harry — dijo Zayn, de una manera tan tranquila que alerto a la rubia — Y no solo eso, sino que hiciste que ella lo sedujera para que mi amigo la pase peor, ¿me equivoco?
Hannah decidió que no iba a intimidarse ante Malik y sus palabras. Ya bastante tendría con Liam próximamente y lo que menos necesitaba era que alguien más le reproche, aunque estaba en su derecho y sabía que Zayn iba a vengarse por su amigo.
— Si — contesto con una sonrisa socarrona en su rostro.
Pero se extrañó cuando este le devolvió la misma sonrisa. En cierto grado, la asusto.
— Eres terrible — rio amargamente el muchacho — ¿Sabes que Camila y Louis están saliendo en secreto? — la sonrisa de Hannah se borró.
— Mentira, él esta con Eleanor — replico ella, entrecerrando sus ojos. Sabía que su amiga estaba enamorada, pero... ¡¿De Louis?! ¡Santa mierda! ¡Si lo hubiera sabido antes no la hubiera enviado a hacerle esa jugada a Styles y hubiera pagado a alguien de allí! Pero no, Camila decidió guardárselo y ahora las dos estaban aún más jodidas, peor que antes.
— Sí que eres tonta. Eleanor y Louis se terminó en cuanto se inició la gira, cariño — las cejas de Zayn se levantaron al ver la incredibilidad de la muchacha — Louis nos contó a Liam y a mí cuando descubrimos unos mensajes en su celular, nos dijo que iba a iniciar una relación con ella y que aún no quería decir nada, ni siquiera a Harry que es su mejor amigo. Pero, viendo las circunstancias en que metiste a tu amiga, todo se va a ir al carajo. ¿Estás contenta?
¿Contenta? ¿Qué si estaba contenta? Bien, Louis no le caía exactamente bien, pero se sentía tan infeliz por hacerle esto a su mejor amiga.
Y, por primera vez en su vida, le dio la razón a Zayn: ella era terrible, tanto que lastimaba a quienes más querían por sus fines egoístas.

Enfrentarse a Liam después de la jugada que le habían echo a Styles era más aterrador de lo que había pensado. El castaño se paseaba por toda la habitación como un león enjaulado. Por un momento paraba y miraba con total regaño a la muchacha y amagaba a hablar, pero volvía a caminar, como si pensara mejor sus palabras.
Hannah se encontraba sentada en la cama de la suite que compartían. Estaba segura que los cinco chismosos — contando a su mejor amiga — estarían con el oído pegado a la puerta por el gran sermón que soltaría su novio. Gracias a todo lo que era bueno, Louis solo se rio ante la broma que le habían echo a su mejor amigo y se limitó a abrazar a Camila — su novia desde ese momento — y a plantarle un beso delante de todos, dejándolos con los ojos abiertos y a Hannah con ganas de vomitar sobre los zapatos de Malik.
Sin embargo, eso no quitaba que Liam la asesinara por haberle hecho tal cosa a su amigo.
— ¡¿Cómo es que se te ocurre...?! — exclamo Liam, pero sus palabras se quedaron en el aire cuando Hannah se levantó y coloco las manos arriba.
— En mi defensa, rulitos me la debía.
— ¿Esa es tu defensa por dejar a mi amigo atado en una cama y con... con...? ¡Ya sabes! — Liam hizo una mueca y ella reprimió la risita burlona que estaba por escaparse.
— ¿Por dejar a su amiguito con ganas? — se aventuró mostrando una pequeña sonrisa, pero la quito en cuanto sintió los ojos asesinos sobre ella — ¡Oh vamos! Tampoco fue para tanto...
—¿Que no fue para tanto? ¿Y si la prensa lo descubría? ¿Y si Louis se tomaba todo mal y arruinaba las cosas con Camila?
— ¡Pero yo no sabía que Louis estaba con Cam! — replico la rubia, cruzándose de brazos y sentándose en la cama — Además, ¿de qué te quejas? Al menos fue ella y no yo, ¿preferías que fuera tu novia la que le tirara los perros a tu amigo?
Liam entrecerró los ojos y negó con la cabeza mientras soltaba un suspiro. Hannah era Hannah y sabía que no podía cambiar nada de ella por más que quisiera; así tal cual era desprendía un brillo especial que le encantaba, pero también tenía en cuenta los defectos que portaba, tales como vengativa, caprichosa, odiosa y orgullosa. De verdad que era un dolor de cabeza, más que esos cuatro muchachos escandalosos que tenía como amigos.
— Aun así no debiste — Liam paro de caminar y cruzo sus brazos mientras miraba despectivamente a su novia — ¿Qué tal si Camila se negaba y tenías que ser tú la que te tiraras sobre él? Ya bastante la gente hablara por la pelea que tuviste con Zayn dentro de la fiesta y más los dos volviéndose solos a casa. ¡Van a ver rumores sobre ustedes dos!
Hannah abrió los ojos en grande e hizo una mueca de asco.
— ¿Es que piensas enserio que ese aborto de mono y yo...? ¡Por Dios, Liam! ¡Tengo mejores gustos! — ofendida, coloco una mano sobre su pecho — Pero a ti que te preocupa si el mundo habla sobre mi relación amorosa con tu amigo a tus espaldas — incorporándose, fulmino con la mirada a su novio y coloco sus manos sobre sus caderas — ¿O vas a decirme que enserio estas celoso por qué Zayn y yo...?
Antes que pudiera terminar la pregunta, la cual ansiaba que fuera verdad, la puerta se abrió de golpe, dejando a la vista a los entrometidos de sus amigos, quienes se apartaron al instante y sonrieron con nervios. El moreno fue quien entro a la habitación con pasos largos, su cuerpo tenso y el ceño totalmente fruncido.
— Si vas a pensar esas estupideces, Liam — se dirigió a su amigo, ignorando la mirada fulminante de la rubia — Déjame decirte que antes de tocar a esa loca, prefiero quedarme sin pelotas. ¡Ni con un palo me atrevería a tocar esta desquiciada!
—¡¿Desquiciada?! — exclamo la rubia, antes que pudiera contestar el castaño — ¡Por favor! ¡Soy más hermosa de que la cosa que tienes por novia, engendro!
— ¡¿Tu?! ¡¿Más hermosa que Perrie?! — Zayn soltó un estruendo carcajada. Hannah se cruzó de brazos y Liam solo suspiro porque sabía que esto podría durar toda la noche — ¡Te crees mucho y eres poca cosa!
— ¡Cariño, yo soy mucho y poca cosa eres tú! — se apuntó a sí misma para luego apuntar a Malik en el pecho, quien quito la mano de la chica con su mano de manera brusca — ¡Y tu enserio crees que yo estaría con un tipejo como este! — esta vez se dirigió a su novio.
— Vete, Zayn.
— ¡Pero...!
— ¡Zayn, vete! ¡Quiero hablar con Hannah! — gruño Liam, tomando el brazo de su amigo y sacándolo del cuarto — ¡Y ni se les ocurra volver a escuchar detrás de las puertas a todos ustedes!
De un portazo cerró la puerta y se encamino hacia su novia, quien se volvió a cruzar de brazos y bufaba por dejaba maldiciones hacia Malik. Liam la inspecciono de arriba a abajo, preguntándose cuando seria el día que Hannah y Zayn dejaran de pelear de una buena vez. Sin más, se dirigió hacia uno de los cajones y saco un pequeño paquete.
Hannah miro con atención el objeto que tenía su novio en la mano. Sabía que era su regalo debido a los cuatro meses que habían compartido juntos y ansiaba tenerlo en sus manos, pero con la mirada que Liam le había dirigido no sabía que pensar.
Antes que pudiera decir alguna palabra, su novio coloco una mano sobre su nuca y la acerco hacia él, tomando posesión de sus labios de aquella manera tan dulce y perfecta como solo Liam sabía hacerlo. Por un momento se sintió tocar las nubes, y en cuanto trato de profundizar el beso, el muchacho se separó dejándola con un puchero.
— Feliz cuatro meses — Liam sonrió medianamente y ella le correspondió, pero antes que tomara el paquete, el castaño lo alejo de ella — Prométeme que no harás cosas así nunca más.
— Pero...
— Hannah.
Suspirando y revoleando los ojos, asintió y prácticamente le quito el paquete de la mano, dándole un pequeño y casto beso a su novio antes de abrirlo. Con desesperación, rasgo la envoltura del papel y se quedó maravillada ante la hermosa pulsera de oro con pequeños diamantes incrustados que formaban su nombre.
— Dámela, yo te la colocare.
Liam agarro la pulsera mientras Hannah se sentaba en la cama. Arrodillándose, tomo la mano derecha de la rubia y la coloco con delicadeza, logrando que la muchacha sonriera aún más.
— Yo también tengo un regalo para ti — ella guiño el ojo y se paró a la vez que él se sentaba en la cama. Saco una pequeña cajita envuelta de papel de regalo de su maleta, camino hacia su novio y se sentó a su lado, extendiéndole el objeto.
— Espero que te guste.
Sonriendo, el castaño tomo la caja y la quito el envuelto sin dejar papeles tirados como su novia, pero en cuanto abrió la caja se encontró con su peor pesadilla. Saltando y tirando el objeto, comenzó a hacer muecas de terror y a agitar con rapidez su mano mientras Hannah se retorcía en la cama de risa.
— ¡Una cuchara! — Grito espantado —¡¿Cómo se te ocurre regalarme una cuchara!?
— ¡Felices cuatro meses, mi amor! — grito la rubia, colgándose del cuello de su novio.
Y Liam comenzó a reírse de sí mismo, porque aunque Hannah tuviera los peores defectos, nunca dejaría de ser tan maravillosa.


— ¿Enserio ya te tienes que ir? — pregunto por enésima vez Hannah, haciendo un puchero.
Camila coloco los ojos en blanco, pero aun así le brindo a su amiga una cálida sonrisa. La rubia la abrazo con cariño y la castaña acepto gustosamente. No, no eran de ser muy afectivas entre ellas y las palabras más lindas que podían decirse venían de la mano con una variedad de insultos amistosos; aun así se les iba hacer difícil separarse. Habían convivido día y noche y estado acostumbrada a la presencia de la otra, de nuevo eran separadas y era mucho más triste que la primera vez.
— Ya, no llores porque me empaparas el hombro — bromeo Camila, separándose de su amiga.
— No estoy llorando, idiota — bufo la rubia, colocando los ojos en blanco — Mucha suerte con la universidad y saludos al vago de Darren. Dile que me llame el muy desconsiderado.
— Espero que en mi ausencia no haya descubierto al amor de su vida porque si no estamos jodidas — comento la ojiazul.
—Que va, siempre seremos sus nenas preferidas — Hannah le guiño el ojo a su amiga y le dio un leve golpe en su brazo — Vete, tu vuelo está por salir.
Dándose un último abrazo de despedida, Camila se marchó. Se había despedido de Louis antes de partir hacia el aeropuerto, y como su relación era reciente, aun no querían que los medios se enterasen. No pudieron despedirse como se debía, pero Hannah esperaba que la relación entre ambos durara bastante. Louis no era un mal chico, y aunque en el principio la había tratado mal, sabía que era el chico perfecto para la amargada de su amiga.
No evito soltar un par de lágrimas mientras Liam conducía de nuevo hacia el hotel. Debían empacar todo para ir a la próxima ciudad en donde miles de fans estaban esperando a su banda preferida.
El castaño le sonrió a su novia cuando el semáforo se colocó en rojo, puso la mano sobre la de ella para darle ánimos.
— Pronto la volverás a ver, seguramente haremos otra parada más larga y pasara tiempo con nosotros — le dijo, logrando que una sonrisa pequeña se asomara en el rostro de su novia — Y ahora que esta con Louis estoy seguro que nos visitara en sus tiempos libres.
— Gracias, Liam.


Le parecía perfecto por donde quiera que lo viera; de arriba, abajo, de lado y del otro. Para ella, Liam era un hombre atractivo que podía cautivar con su mirada y su sonrisa a quien él quisiera, y no solo eso, sino que era una gran persona que se preocupaba por sus seres queridos y siempre tenía las palabras adecuadas para hacer sentir bien a quien se encontrara decaído.
Estas fueron una de las principales cosas por las cuales sus ojos se habían centrado en el castaño. No solo había sido su enemigo número uno cuando eran niños, también habían sido mejores amigos a pesar de la extraña relación que eso sobrellevaba. De todas formas, haberse enamorado de él había sido su perdición por muchos años.
Y allí estaba ella, encerrada en el baño mientras trataba de ahogar sus sollozos con su mano sobre sus labios, sosteniendo débilmente el celular de su novio — el cual había tomado a escondidas— con la mano libre y con los ojos cerrados, tratando de olvidar la dura realidad que estaba golpeándola con fuerza.

"Te extraño, Liam.
Te sigo amando y no quiero otra cosa que estar contigo, comprendo porque estas con Hannah, pero recuerda que algunas promesas son imposibles de cumplir."

Él le había contado de la promesa que le había echo hacer hace tres años atrás; la había puesto en ridículo con Danielle, con su ex, quien todavía quería estar a su lado. Estaba segura que los chicos no tenían idea de nada, de lo contrario estarían haciéndole la vida imposible, sobre todo el moreno.
Pero para Hannah lo peor no era que Danielle le mandara mensajes comprometedores a su novio, sino las respuestas que este le daba.

"Sabes que aun te amo, pero no puedo dejar a Hannah, al menos no ahora. Lo siento, Danielle."

¿Que quería decir con "no ahora"? ¿Que dentro de unos meses le daría una patada en el trasero y olvidaría todo lo que habían pasado juntos?
Ahogo otro sollozo mientras se decía a si misma que todo el tiempo que habían vivido dentro de la relación no había sido nada en especial, o al menos para él. Les costaba estar juntos, sus amigos siempre intervenían y Liam nunca se quejaba, si la trajo al tour solo fue porque ella se había molestado con él. ¿Por qué no terminaba con todo ello de una buena vez y le daba la libertad tan ansiada a Liam?
Comprendió mejor las cosas cuando busco entre las fotos si había alguna de ella, algo que pudiera darle esperanzas de que al menos le gustaba un poco y realmente ponía empeño en quererla; pero solo estaban las que se tomaron cuando ella lo había obligado por capricho. En cambio, tenía fotografías de Danielle sola y en compañía de él, fotos que nunca antes había visto en su vida.
Unos golpes en la puerta la hicieron reaccionar, saliendo del trance en el que se había envuelto.
— ¿Hannah? ¿Estás ahí? — pregunto el castaño, se notaba por su voz que recién se despertaba.
— Si — contesto lo más normal que pudo, tratando de que su voz no la delatara — ¿Necesitas pasar?
— No, solo quería saber si estabas aquí — contesto el muchacho — ¿Viste mi celular? Creo que lo olvide en el cuarto de Zayn?
— Ve a buscarlo, yo saldré en unos minutos.
Y Liam le hizo caso, puesto que si su amigo tomaba su móvil iba a estar en serios problemas con toda la información que había allí. Para su mala suerte, fue su novia quien tenía el teléfono en la mano y se apresuró a guardarlo antes que Liam volviera a entrar.
La rubia se secó las lágrimas y suspiro mientras deseaba no haber leído jamás esos mensajes.

Si había algo que Hannah detestaba, eran los grititos que soltaba su cuñada desde el otro lado de la línea mientras le contaba los regalos que había recibido por Liam. Desde las cajas de pañales hasta la preciosa cuna que le había obsequiado a su futura sobrina. Sabía que el castaño estaba emocionado por la sola idea de ser tío por primera vez, ella también estaba contenta por ello y no se aguantaba para ver a su cuñada y a su hermano, felicitarlos por la gran noticia de un nuevo miembro en la familia, pero sus oídos estaban cansados de tanto griterío.
— ¡Y no sabes que más tiene la cuna! — chillo Ruth, Hannah revoleo los ojos mientras mantenía un tanto alejado el móvil de su oreja — ¿Adivinas, Hannah? ¿Adivinas?
— No, no adivino — oculto su malhumor y la exasperación que sentía en ese momento — Dímelo, me encantaría saberlo.
— No es necesario que seas sarcástica, querida — replico la Payne, un tanto molesta — ¿Y ahora que te hicieron los amigos de mi hermano como para que te tomes las cosas conmigo?
Hannah suspiro y paso una mano por su cabello.
— Lo siento, Ruth, pero no estoy de ánimos para escuchar tus gritos.
— Oye, yo no estoy gritando...
—Si claro — interrumpió la rubia — En fin, los idiotas no han hecho nada...
— ¿Entonces? — insistió su cuñada, mostrando un deje de preocupación en su voz.
— Pues... — cerró con fuerza los ojos y recordó con exactitud cada palabra de los mensajes de Liam y Danielle, quebrando aún más su corazón en pedazos — nada.
No podía decirle a Ruth lo que estaba pasando, con las hormonas alborotadas sabía que haría que estalle la tercera guerra mundial y Max no iba a tener piedad en partirle el pez hueso a Liam si se enteraba de que aun amaba a su ex.
— ¿Nada? ¿No me estarás ocultando algo, Hamilton?
— Es solo que estoy... ya sabes... en mis días — respondió con lo primero que se le vino a la mente. No había sido muy inteligente de su parte, pero con tal de despistar a su cuñada estaba satisfecha.
— Oh, que incómodo para ti y justo cuando tienes a cinco idiotas que soportar — comento Ruth — Pero tranquila, ya se te pasaran, no te pongas de malas. Hay muchos traseros por los cuales debes patear.
Sonrió ante las palabras de la castaña y poco después se despidió, prometiéndole llamar próximamente y lo más antes posible. En ese momento ya no tenía nada más que hacer, había llamado a cada uno de sus seres queridos para tratar de levantar sus ánimos, incluso a los señores Payne había marcado; sin embargo, todavía seguía persistente las palabras que había leído y se repetían en su mente sin querer.
No había querido ir a ninguno de los conciertos ni acompañado a ningún lugar a su novio junto con su banda, prefería estar encerrada en el cuarto o caminar por el hotel que se encontraba. En aquellas dos semanas donde había confirmado que Liam no la quería y solo estaba con ella por lastima, trataba de esquivarlo lo más posible al igual que a todos sus amigos. Ya todos habían notado las extrañas actitudes que tenía la rubia, incluso con su novio, pero habían decidió darle el espacio, cosa que ella agradeció enormemente en silencio.
Esa noche, One Direction tenían un recital y luego una fiesta, dos eventos de los que ella había declinado. Ya había pasado una hora desde que se habían ido y sabía que volverían pasada las cuatro de la mañana, y realmente esperaba que pudiera dormir aquella noche y no como las demás que se las pasaba mirando la ventana mientras su novio dormía plácidamente a su lado.
Decidida a dejar de sufrir un poco, bajo hacia el restaurante que poseía el hotel donde se hospedaban. Para su desgracia, todas las mesas estaban ocupadas y debería esperar al menos a que una se desocupe. Pero que va, su estómago le exigía comer y no le quedaba más que aventurarse por una ciudad desconocida y comprar algo para comer.
Antes que pudiera marcharse, una señora de edad avanzada le toco el hombro, logrando que ella volteara al instante.
— Escuche que no tienes mesa — dijo la anciana, Hannah se contuvo para no lanzar uno de sus comentarios repletos de sarcasmo y humor negro — ¿Te gustaría compartir la mesa conmigo? Estaré usando una mesa de dos para una sola persona y sería un desperdicio.
Bien, quizás podía moverse la lengua por un buen rato.


La anciana se llamaba Julia Tyler, tenía dos hijos y cinco nietos que amaba más que a nada en su mundo. Había enviudado hace unos diez años y heredado gran parte de la fortuna de su marido — el 40 % se dividió entre los dos hijos — y estaba recorriendo el mundo, uno de sus sueños desde niña.
Hannah se ría de las ocurrencias de la simpática y dulce ancianita mientras estaban tomando un café luego de cenar. Apenas era la una de la madrugada y no se cansaba de hablar con la señora, la cual le contaba mil y un anécdotas de su loca adolescencia y las maldades que solía hacerles a sus enemigos, incluso a su propio esposo.
— Robert era un necio cuando quería, pero era muy tranquilo y jamás gritaba — recordaba la mujer, sonriendo con un poco de tristeza. Hannah sonrió comprensivamente — Era un padre que siempre estaba presente y un marido que me acompañaba en los momentos más difíciles, pero el jamás me amo.
Ante la declaración, la rubia frunció el ceño y se preguntó a si misma si debía preguntarle como sabia ello.
— Él ya amaba a otra persona cuando nos casamos — explico Julia, adivinando la siguiente pregunta de Hannah — Como era una mujer muy humilde, no se le permitió casarse con ella y romper nuestro compromiso. Ella murió al poco tiempo debido a una extraña enfermedad que se comenzó a expandir.
Un silencio se prolongó debido a que Julia se tomó el tiempo en beber el té que había pedido. Los nervios de la Hamilton comenzaron a brotar, ansiando saber la respuesta de aquella historia.
—Robert era bueno para fingir que no pasaba nada — continuo la señora Tyler — Pero yo me daba cuenta cuando se encerraba en su estudio por horas y lo encontraba dormido arriba de su escritorio con una foto de ella en su mano.
— ¿Y eso no le molesto? ¿Nunca le dijo algo? — insistió la muchacha en saber.
— Me dolía, era joven y yo estaba profundamente enamorada de él — extendió una sonrisa sincera en su rostro — Él me quería, éramos mejores amigos y estábamos juntos, solo que su corazón ya pertenecía a otra persona y yo no podía pelear una batalla que ya estaba ganada de ante mano.
La rubia solo asintió mientras bajaba la cabeza y tomaba sus manos con fuerza, tratando de no echarse a llorar allí mismo. Podía aceptar una historia en la que ninguno de los dos estaban enamorados pero habían aprendido a quererse por más que amaran a otras personas por separado, pero no podía soportar la sola idea de amar a alguien el resto de tu vida y no ser correspondida. Quiso reírse de lo irónico que resultaba ello, pues ella había estado loca por el castaño desde que era niña.
— ¿Usted cree que si no se hubiera casado con su esposo se habría enamorado de alguien más? — pregunto Hannah con la voz quebrada y sin contenerse de soltar algunas lágrimas.
En vez de que la mujer la mirara confundida o con pena, solo sonrió de manera comprensiva y maternal.
— Por supuesto que sí, cariño — asintió ella, colocando una mano sobre la de la rubia — Solo hay que ser lo suficientemente fuerte como para aceptar que esa persona no era para nosotros y animarse a buscar el verdadero amor.
Aquellas palabras tan sabias de Julia iban a acompañarla por siempre.


El momento había llegado. Era perfecto para dejar de ser una carga para el castaño y el dolor que producía él no ser correspondida y ser tomada solo por un cordero herido. Sabía que el dolor no se iba acabar solo cuando ella terminara con Liam, iba a durar bastante tiempo en el cual iba a tener que ser fuerte para salir adelante. Tal vez podría conocer en algún futuro a alguien que le correspondiera y ser feliz, mientras tanto debía pagar las consecuencias de sus absurdos sentimientos hacia Payne; sentimientos que no eligió tenerlos hacia justamente él.
La puerta de su cuarto se abrió y se volteo a ver quién era. Allí estaba un rubio recostado sobre el marco de su puerta con los brazos cruzados, mirándola con cierta lastima. Desvió con rapidez la vista de Niall y limpio sus lágrimas con lo poco que le quedaba de dignidad y orgullo.
— Hannah...
— Si vas a defender a tu amiguito por irse de la fiesta con Danielle, pues no te gastes. — replico con brusquedad, apretó con fuerza sus puños mientras luchaba para no echarse a llorar.
— No venía a eso — contesto con tranquilidad el muchacho, inmutándose ante el tono rudo de la chica — Solo quería saber si quieres hacer equipo conmigo para el póker y patearles el trasero a Harry y Louis.
— ¿Y el aborto de mono?
— Salió a encontrarse con Perrie, también está en esta ciudad.
Suspiro. Al menos sabía que Harry no se atrevería a molestarla porque era lo bastante maricon como para enfrentarse a ella y Zayn no estaba.
No era que quería realmente ir a jugar al póker con esos ineptos, pero si seguía pensando y llorando se volvería loca. Si estaba enfrente de personas, sabía que se contendría para no echarse a llorar y concentrarse en otras cosas. No quería estar a solas en su habitación para cuando Liam llegara después de la pequeña discusión que habían tenido por las noticias y él se marchara para tratar de solucionar el problema. Poco y nada le importaba si seguía siéndole fiel, puesto que le dolía aún más que la vida le demostrara aún más que nunca obtendría el corazón de Liam.
— ¿Hannah?
Saliendo de sus pensamientos, asintió con la cabeza y se incorporó para seguir al rubio, deseando que Liam tardara en llegar antes de volver a recomponerse.

— Denme lo que tengan ahora —  dijo Harry, sonriendo socarronamente.
Niall y Hannah suspiraron mientras Louis imitaba la sonrisa del castaño. Jugando a grupos, habían apostado dinero, pertenencias y también la libertad de humillar a los perdedores. Styles y Tomlinson estaban por ganar el juego, puesto que Niall no tenía nada y Hannah había dicho que no sabía jugar para nada.
Anteriormente, el rubio recordaba aquella vez que la muchacha había presumido ser una genial en aquel juego. No sabía si se trataba de una estrategia o algo, pero tenía en cuenta que si perdían ambos sus amigos iban a hacerles la vida pesada.
Dejando caer sus cartas arriba de la mesa, Louis y Harry chocaron las manos y cantaron victoria.
— Escalera real — dijo Hannah, quitando a los dos amigos de su festejo y al rubio de su depresión.
Y allí estaba, claramente la escalera real de corazones en mano de la rubia que sonreía burlonamente.
— ¡Esto es injusto! ¡Dijiste que no sabías jugar! — exclamo Louis, alzando los brazos al aire y moviéndolos exageradamente.
— Yo dije que no sabía si iba a poder seguirles el ritmo, ya que, obviamente, soy mucho mejor que ustedes.
— Eres una...
— Cuidadito tu boca, Styles, o yo misma te voy a cortar las pelotas — amenazo la muchacha mientras entrecerraba los ojos.
— Y ahora es la prenda — dijo Niall, tomando un sorbo de su botella de cerveza a la vez que miraba divertido a sus amigos.
Louis y Harry revolearon los ojos y asintieron, esperando que les hiciera ambos blondies.


Cierta castaña preparaba lo necesaria para una noche de películas con su mejor amigo. Después de largas semanas de exámenes escritos y orales en la universidad, Camila y Darren habían aprobado el año y decidido que se merecían tirarse a mirar sus películas preferidas mientras tomaban cerveza e ingerían comida chatarra.
El departamento se sentía algo solitario y silencioso desde que la rubia no estaba, y no es que la castaña solo lo notaba, sino también el pelinegro que acostumbraba a pasar a ver a sus dos amigas antes de entrar a su propio departamento. Extrañaban a la revoltosa y odiosa rubia que les alegraba los días con sus comentarios sarcásticos y sus planes vengativos. Lo único que les quedaba esperar era que pronto la gira terminara y volvieran a reencontrarse con ella.
El timbre del departamento sonó cuando Camila termino de servir en un tazón las palomitas que recién había sacado del paquete que se hallaba microondas. Maldijo por debajo y le grito a Darren que fuera atender, el cual se encontraba en la sala, pero el muchacho no contesto y él tipo de las pizzas se hacía cada vez más insistentes. Molesta, camino hacia la puerta y le tiro prácticamente el dinero en la cara al muchacho para luego tomar con brusquedad las tres pizzas que habían ordenado. Si, iban a acabar con una enorme barriga y rodando por todo el deprimente, pero poco y nada le importaba después de haberse destrozado los sesos estudiando.
— ¿Qué diablos estás haciendo? Las pizzas no se pagan solas — regaño a su amigo, quien justo salía de su cuarto con la notebook en la mano y su vista fija en la pantalla.
— No vas a creerme esto — un asombrado Darren la miro con los ojos bien abiertos y formando una sonrisa en su rostro.
— ¿Qué? ¿Acaso descubrieron una cura para tu estupidez?
— Siempre tan linda, pero estoy segura que es lo que más te gustaría — el pelinegro se acercó hacia los sillones y coloco la laptop sobre una pequeña mesa ratona de vidrio — Ven, Cam, tienes que ver lo masculino que es tu novio.
Entrecerrando los ojos y dejando las pizzas en un mueble cercano, se sentó de lado de su amigo y el video comenzó a reproducirse.

Mientras la canción de Lady gaga comenzaba a sonar, se veía a un Louis maquillado exageradamente igual que su mejor amigo; sus labios rojos, rubor en su mejilla, pestañas postizas, pequeñas colitas — ya que el cabello de ambos no era muy largo—, los ojos pintados según su combinación de ropa. Tomlinson tenía una pollera ajustada rosa mientras la parte de arriba tenía un corpiño; el castaño con rulos se vestía en cambio con un vestido rojo ajustado y unos tacos altos.

Lady Gaga - Boys boys boys


Ambos muchachos se movían ante la música que se reproducía mientras se escuchaba grandes risotadas, las cuales Darren y Camila identificaron como las de Hannah.
Sus movimientos eran provocativos y exagerados, como si estuvieran bailando en un verdadero videoclip.


Louis avanzaba hacia la cámara mientras Harold se subía arriba de una silla y meneaba hacia abajo y volvía hacia arriba, agitando sus brazos al compás de la canción. El castaño se acercó hacia el de rulos y se agacho para que este le diera un manotazo en el trasero.


Saltando, brincando y moviendo su cuerpo mientras modulaban la canción, se veía más que nada que Styles estaba pasándola verdaderamente mal por las muecas que hacía, hasta que al final de la canción término cayendo hacia el suelo debido a que no estaba acostumbrado a los tacos. En cambio, Louis se mostraba que enserio le estaba divirtiendo cumplir la apuesta, tanto que parecía poner todo su empeño en ser mejor que Styles.



La canción termino con Louis abrazado a un Niall rojo y muriendo de risa, enrollando sus brazos sobre su cuello y levantando una de sus piernas hacia atrás, fingiendo estar completamente enamorado del rubio.

Debajo del video, publicado desde la cuenta de One Direction, a ninguno de los dos amigos de la rubia les sorprendió el comentario.
"Dedicado a Hannah Hamilton, por habernos ganado en el póker."

Y sin más, Camila y Darren explotaron de risa, prometiéndose volver a ver el video cuando dejaran de revolcarse en el suelo.


Liam llego a la media hora después que habían terminado el video donde la hombría de Tomlinson y Styles quedaría en lo más profundo de la tierra. Para ese entonces, Hannah estaba con un humor increíble y apenas había echo caso a la tristeza que su corazón sentía, pero en cuanto vio a Liam cruzar aquella puerta, toda alegría se esfumo al igual que su sonrisa.
La rubia se encontraba sentada en la cama con los brazos cruzados mientras Liam explicaba entre murmuros la razón por la cual había salido de la fiesta con su ex novia.
— Estaba ebria, demasiado y jamás la había visto así... — tomo una respiración antes de continuar, y se dio un momento para mirar al expresión de su novia, la cual carecía de sentimiento alguno — No encontré a los chicos por ningún lado, tampoco a personas conocidas y... tuve que llevarla yo.
Hannah sabía que las palabras de Liam eran sinceras, después de todos los años que llevaba conociéndolo podía asegurar con certeza cuando mentía y cuando no. También tenía en cuenta las imágenes de Danielle en la fiesta, su aspecto desuñido lo decía todo.
— ¿por qué no me lo dijiste cuando llegaste? — cuestiono la muchacha, levantando su mirada para encontrarse con la de Payne — Si tan solo me lo hubieras dicho, no habría armado el escándalo que hice hoy a la mañana.
— Porque no sabía cómo decírtelo — contesto el castaño, volviendo a suspirar — Ibas a reaccionar mal de todas formas y...
— ¿Por qué siempre me tomas como si fuera una perra agresiva? — incorporándose, Hannah aun siguió cruzada de brazos — Si, cuando quiero puedo ser bastante perra o agresiva, pero si te hubieras tomado el tiempo suficiente para hablar conmigo esto no habría ocurrido y te hubiera apoyado. Sin embargo, siempre es lo mismo entre nosotros.
— ¿Qué cosa? ¿A qué te refieres?
— Me refiero a que nunca podemos tener un momento para nosotros dos. Es más, antes o después de la gira no recuerdo ni una sola vez que hayamos salido a una cita. — La vista de Liam se fue hacia el suelo, y por más que le doliera, Hannah ya estaba harta — Tú decides: empiezas a tomarle más importancia a esta relación o tomo mis cosas y me largo.
Y sin más, con la frente bien en alto y el corazón tizándose, Hannah salió de la habitación, dejando a un Liam muy confundido.

Kandeeee sabes que te amo y te voy a secuestrar para encerrarte en mi sótano que no tengo y hacer que te cases conmigo, pero TARDASTE. Ah, en realidad no me importa, mientras haya maratón to' peolex(?) Y gracias a vos voy a descargarme Boysx3 de la leidi gugú(?) Me encantó la maratón, y estaba escuchando mi random en el celu y como que, por razones de la vida y milagros que ocurren cada 1000 años, el random me pasó la música perfecta para cada momento. ¿Una Hannah deprimida? Let Me Go. ¿Poker? The Best Damn Thing ¿se nota mucho que tengo algo con Avril L? Buano, como me duele el trasero y mi hermosa mejor amiga me está llamando perra culpándome de que el día le fue para la mierda, te dejo este sepsi cosito que encontré en los cositos de los smilies