Si hay amor, hay dolor; si hay dolor, hay venganza y, si hay venganza, estoy yo.

—No me creo que hayas resistido a arrastrarte —te dice Mary, negando con la cabeza asombrada.

Todas se sienten asombradas al ver que no te has derrumbado ante su mirada. Piensan que eras demasiado débil. Te sientes bien contigo misma.

—Ya os lo he dicho —dices algo cansada—. Le tengo más que olvidado. Sólo quiero vengarme y sacarmelo de encima de una vez.

—¿Has visto cómo te ha mirado cuando no te has despedido de él? —te cuestiona Jade, claramente orgullosa de ti.

—Sí —respondes —. Y he disfrutado cada instante.

Os meteis en el coche de Jade, el cual esta lleno de comida y envoltorios sueltos. Te sientas en el asiento del copiloto, con la vista fija en el aparcamiento de tu instituto y en las bicicletas que estan aparcadas en la entrada. Todavia no te puedes creer lo fuerte que eres. Todavia puedes sentir tu corazón bombardear rapidamente, aunque has sabido manejarte con frialdad. Sabes que eso le matará. Conoces demasiado a Liam Payne como para saberte de memoria todos sus puntos debiles.

—¿Al final iremos al partido? —pregunta Mary, esperanzada con ver a su amor Zayn.

—Claro que si —contestas—. Es una parte esencial. Él irá y, Nina tendrá que ir también por cierto, ¿dónde se ha metido?

—Ésta en el comedor —contesta Jade, apunto de arrancar el vehículo y salir del aparcamiento.

Conduce como una desquiciada y te sorprende que le hubieran dado el carnet.

—¿En el comedor? —tu voz suena alarmantenente tranquila—. ¿Qué diablos hace en el comedor?

—Ya sabes... Louis estaba serio y ella quería saber lo que le pasaba...
Tus ojos se entrecierran, en finas rendijas color azul verdoso con pestañas castañas oscuras y sientes la sangre burbujear en tus venas. Sales del vehículo, ignorando los gritos de tus amigas. Temes que lo vaya a joder ella todo por Louis. Sabes que ella es así. Demasiado buena como para ser simplemente real. Entras en el instituto de nuevo, con tus nervios a florer de piel y pensando mil maneras totalmente diferentes de matar a tu amiga. Entras al comedor, y todos repentinamente callan. Localizas a Nina, comiendo en la mesa de Liam y Harry, con Lidia a su lado. Tomlinson esta en una mesa, comiendo sólo. Nina te mira, con la vista sorprendida. Has llegado a tiempo. Ella estaba apunto de hablar con Tomlinson. Le lanzas una mirada de advertencia, esperando que capte que tu hablaras por ella y que no hace falta que se acerque más a la zona de peligro que rodea tu mágnifico plan.

—Louis —le llamas, lo suficientemente alto como para que te escuche y que, él también lo haga.

Liam te mira. Sientes sus músculos tensarse e intentar ahogar la sensación de querer correr a sus brazos y pedirle disculpas. Sabes que eso no es lo correcto y que, eres más fuerte que él. Rezas porque cuando camines hasta la mesa de Tomlinson, tus piernas no flaqueen. Tus ojos no te delaten. Tus palabras no sean las culpables de que te sientes como un ser diminuto en mundo de gigantes. Caminas. Tus piernas se mueven. Tu corazón bombardea con más fuerza de lo normal. Estas aguantando la respiración sin darte cuenta y tu mente te repite una y otra la vez las putadas que te ha hecho. Eso parece ser lo suficiente como para recuperar el odio y mirarle con desafio. Él aparta la mirada, intimidado y te deslizas con elengacia hacia la silla que esta al lado de Louis. Él no te ha mirada. Sé ve que esta deprimido.

—¿Te ocurre algo? —preguntas, intentando sonar normal cuando lo único que quieres hacer es salir corriendo por la puerta y no mirar atrás.

Él no te contesta y sigue removiendo la comida. La visión de alimentos te marea un poco y te hace sentirte nerviosa. La desvias y te fijas en el cabello castaño despeinado y en el perfecto perfil que tiene. Te aproximas un poco más, con cautela.

—Puedes confiar en mi —murmuras.

Él alza la mirada.

—Gracias pero estoy bien.

Sus ojos ya no te miran a ti, si no a algo que hay detrás de ti. Te volteas, y ves a Alex, tu compañero de casi todas tus materias. Él es alto y rubio con unos enigmaticos ojos de color verdes que te fascinan e hipnotizan. Rizos de color cobre se crean en su cabeza y piensas avergonzada que te mira a ti.

—Parece que he interrumpido algo —murmura, llevandose una mano a la nuca y sonriendo en forma de disculpa.

—No pasa nada, Pettyfer —repone Louis, con una sonrisa tan falsa que te provoca un escalofrío— ___ y yo ya habiamos termiando de hablar, de todas maneras.

Recoge su bandeja, con la comida intacta y desaparece de tu punto se vista. Te maldices por no haber conseguido sacarle la información.

—Oye ___... —dice Alex.

Os conoceis desde que erais unos niños pequeños. Él te ayudo cuando tenias trece años con tus problemas de orientación sexual.

—Dime Alexander —dices, pestañeando algo agotada por la presión emocional que sufre ahora mismo tu cabeza.

Piensas que te va a explotar en cualquier momento. Él te mira, y tú le miras dudosa. Te das cuenta de que Liam ha dejado de comer y se limita a remover la comida, mientras intenta atender a tu conservación.

—Estaba pensando. Sabes que tenemos los chicos un partido de baloncesto —asientes, sin llegar a atender por qué camino quiere ir—. Después del partido, hay una fiesta y, estaba pensando... ¿te gustaría ir juntos?

Le miras arqueando tus cejas, de manera que demuestras que esto te ha sentado como un sorprende cubo de agua fría sobre ti. Tu mente dice que niegues la invitación. Que es mala idea y que aquello te va a traer malas consecuencias pero, justamente cuando miras la mano de Liam, que aprieta con fuerza su vaso de cristal transparente, la voz que te tortura queda muda y una voz que no es la tuya dice:

—Claro que me gustaría ir contigo.

Entonces, él te da un beso en la boca, que tu le sigues y escuchas, con satisfacción como el vaso de Liam estalla en su mano y éste, se corta con los cristales.

La fase dos, ya esta hecha. Ahora solo tienes que esperar a que Nina recoja los trozos rotos, los vuelva a unir para después, dejarlo hecho trizas. Tu plan esta saliendo mejor de lo que pensabas.