Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 3. • Comparte
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Hola chicas, antes de publicar la sinopsis y demás quería presentarme. Bueno, me llamo Isabella y soy de España. Esta novela que voy a publicar es la primera que publicaré en este foro, y espero que os guste. Tengo bastantes capítulos escritos, y si veo que hay lectoras subiré todos los días. Os lo prometo:')
Pues nada, eso es todo. Espero que os guste la sinopsis y que comentéis. No me gusta tener lectoras fantasmas.
Besos xx.
Pues nada, eso es todo. Espero que os guste la sinopsis y que comentéis. No me gusta tener lectoras fantasmas.
Besos xx.
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:37 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Nombre: "Falsas Promesas".
Autora: Isa (yo)
Adaptación: No, todo es propio mío.
Advertencias: Más adelante tendrá escenas hot, pero os avisaré antes de ello. Ya que no quiero hacerme cargo de traumas. También aviso que utiliza un lenguaje un poco grosero, y hay escenas que no son del todo agradables. La novela es muy dura.
Otras Páginas: No.
Sinopsis: Ella tenía la vida perfecta. Tenía absolutamente todo lo que necesitaba para respirar, pero olvidó todos los enigmas de la vida y las piezas del puzle cayeron. Seguía sin estar preparada para su nueva vida, y vida se resumió en poco más que encerrarse en su mundo y evadirse de la realidad.
Luego esta él, un completo prepotente y cínico. Regresó a la ciudad después de pasar un año en el reformatorio, y nada volvió a ser lo mismo para él. La única forma de apaciguar la ira y el odio resentido era boxeando.
Él se convirtió en su peor pesadilla. Ella escondía algo, y no pararía hasta averiguar qué era. Sin embargo, la única manera de desahogarse los unió. Sus compañeros del ring sabían que ella era su punto débil.
El mundo de ella volvió a tener luz, pero su fin no era ser feliz. El regreso de una falsa promesa que puso fin a todo y el comienzo de más mentiras renació.
¿Volverá ella a ser feliz? ¿Sabrá escoger bien cuál es la mejor opción?
Autora: Isa (yo)
Adaptación: No, todo es propio mío.
Advertencias: Más adelante tendrá escenas hot, pero os avisaré antes de ello. Ya que no quiero hacerme cargo de traumas. También aviso que utiliza un lenguaje un poco grosero, y hay escenas que no son del todo agradables. La novela es muy dura.
Otras Páginas: No.
Sinopsis: Ella tenía la vida perfecta. Tenía absolutamente todo lo que necesitaba para respirar, pero olvidó todos los enigmas de la vida y las piezas del puzle cayeron. Seguía sin estar preparada para su nueva vida, y vida se resumió en poco más que encerrarse en su mundo y evadirse de la realidad.
Luego esta él, un completo prepotente y cínico. Regresó a la ciudad después de pasar un año en el reformatorio, y nada volvió a ser lo mismo para él. La única forma de apaciguar la ira y el odio resentido era boxeando.
Él se convirtió en su peor pesadilla. Ella escondía algo, y no pararía hasta averiguar qué era. Sin embargo, la única manera de desahogarse los unió. Sus compañeros del ring sabían que ella era su punto débil.
El mundo de ella volvió a tener luz, pero su fin no era ser feliz. El regreso de una falsa promesa que puso fin a todo y el comienzo de más mentiras renació.
¿Volverá ella a ser feliz? ¿Sabrá escoger bien cuál es la mejor opción?
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:38 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Capítulo 1.
Todo el mundo teme a la sangre. Aquel líquido rojizo, en ocasiones casi negro, que recorre cada una de las venas de nuestro cuerpo. Aquella que sale y entra disparada de nuestro corazón, como las personas que viajan por el metro. Por un momento me gustaría pensar que pasaría si en nuestro cuerpo escaseara la sangre. Posiblemente morirnos, respondería aquel trabajador que va y vuelve de la oficina a su casa a través del metro o como digo yo; simplemente sería tener menos.
Una hoja afilada, casi oxidada y pequeña -para tenerla cerca y que los demás no supieran de su existencia-, dibujaba pequeños trazos sobre la piel. Garabatos sin sentido, pero que al fin y al cabo tenían un mismo objetivo; Agradar más y evadir de la realidad.
Encerrada entre cuatro paredes blancas pasaba los días. Una escapada, al menos, del mundo real. El dolor ya no se siente. Es imposible compararlo con el dolor interno. Aquel que permanece si o si, aquel que por muchos cortes y cicatrices que bañen tus brazos, nunca se calmará.
Unos pesados pasos avanzaban con dificultad hasta el pequeño cuarto. Cogí una pequeña toalla blanca, y la puse sobre uno de mis brazos mientras que con el otro guardaba en la cisterna del váter a mi mejor amiga. La cuchilla.
El pomo de la puerta giró con dificultad, y detrás de él apareció mi peor pesadilla; Corbin. Un hombre apestoso. Se tiraba hasta altas horas de la noche bebiendo. Sin parar. Viendo partidos de la liga de hockey en el pequeño televisor del salón, y cuando se cansaba iba directamente a la nevera, cogía toda la comida que quería y desaparecía a través de las sombras. Cuando venía borracho, siempre lo pagaba con mi madre, y en varias ocasiones conmigo. Simplemente con lo primero que pillaba. Cogía su correa negra con hebilla, de oro falso, y se hacía el rey de todos. Se creía un ser superior.
-Necesito que me traigas más cerveza.-dijo mientras unas pequeñas gotas descendían veloces por su redonda y obesa cara.
-¿Y mamá?-le contesté mientras escondía detrás de mí, el brazo con la toalla envuelta en él.
Corbin desvió la mirada al frío suelo, donde varias gotas de sangre estaban esparcidas como pecas en un rostro humano.
-Tu madre se ha ido a trabajar y necesito llenar mi estómago.-dijo lo ultimo riendo, mientras se daba pequeños golpes en su redonda y saliente barriga. Un aliento a alcohol invadió el ambiente.
-¿Cuántas quieres?-le dije entre dientes. Sabía que no podía discutir con él. Era mi palabra contra la suya. Y si se me pasaba por la mente desobedecerlo, lo único que recibiría a cambio sería una paliza que me acordaría de ella para siempre.
-Las que te den con 5 libras.-dijo lo ultimo gritando, ya que había comenzado a andar de vuelta al sofá para seguir viendo la liga.
Una vez que se fue, lo primero que hice fue limpiar las pequeñas gotas que habían quedado en el suelo. Si las veía mi madre, seguro que comenzaría a darme el sermón o a llevarme a algún tipo de médico-psicólogo. A Corbin todo le daba igual. Él simplemente pasaba de esos temas.
Después de limpiar todo aquello, me vendé el brazo con una venda blanca y me puse una chaqueta negra –ancha- para evitar la mirada de la gente.
Al salir de la habitación, unos constantes berreos surgían desde el salón. Corbin le gritaba a aquel aparato, cuadrado, más antiguo que toda la casa pero que para él era como su propia vida. Blasfemaba barbaridades, mientras que con una de sus manos sujetaba la última lata de cerveza. Dos matojos de pelo rubio se movían veloces detrás de la encimera. Jugando y planeando maldades.
-Marcus y Paul, ¿Qué estáis haciendo?-les dije mientras les arrebataba de las manos unas tijeras. Ellos sonrieron maliciosamente. Todavía eran unos niños pequeños, ajenos al mundo externo. Para ellos todo era un juego. Un juego en que si movías una ficha mal, se podía arreglar con una tímida sonrisa.
Ambos tenían 3 años, y eran gemelos. Por no decir que eran los niños más bonitos que jamás había conocido. Tenían un pelo tan claro y rubio que no parecía normal, y encima era rebelde y casi imposible de peinar. Sus ojos, redondos y grandes, del color del mar. Pero un azul tan claro que te hería nada más posar la mirada sobre ellos. Aun no llegaba a comprender como su padre era el mismísimo borracho que se encontraba blasfemando delante de un televisor.
-Por favor no hagáis nada malo hasta que yo no venga.-ellos asintieron aun con la sonrisa en el rostro.
Crucé el pequeño salón hasta llegar a la puerta de madera que cumplía la función de puerta principal. La cerré silenciosamente y comencé a andar sobre la solitaria calle. La luna se encontraba en su máximo esplendor, brillando como una propia y única estrella de la galaxia. Metí las manos en los anchos bolsillos y mientras avanzaba hacia la tienda, golpeaba una piedra pequeña que se encontraba en el suelo.
FLASHBACK:
Sus grandes ojos grises ahora se encontraban rojos. Muy rojos. Parpadeaba rápidamente como si quisiera evitar el escozor que eso le provocaba.
-Ádam.-dije en un susurro. Él posó la vista sobre mis ojos. No podía verlo así.- Prométeme que nunca te irás. Que tú tampoco nos dejarás, por favor. Si te pasara algo, yo…-no pude terminar la frase. El llanto me había sucumbido. Él se levantó rápidamente del sillón y me estrechó contra su pecho.
-Nunca me voy a alejar de ti. Siempre estaré contigo en lo bueno, y en lo malo. Eres mi única hermana. Ahora eres mi propia vida.-dijo, mientras acariciaba mi pelo. Después me dio un fuerte beso en la frente.- Te lo prometo Sam.
FIN FLASHBACK.
Iba tan inmersa en los dolorosos recuerdos, que cuando llegué a la pequeña tienda, ésta tenía un gran cartel. “NOS TRASLADAMOS”
Bufé por lo bajo, ya que eso tan solo significaba que tenía que andar unas cuatros-cinco manzanas más para encontrar una tienda que se encontrara por esta zona abierta a las 10 de la noche.
Después de 15 largos minutos, la encontré. Pedí las cervezas, pero se negaron a venderme alcohol. Todavía era menor de edad para que me lo pudieran vender. En la pequeña tienda no pasaba eso. Ellos vendían todo tipo de cosas a cualquier persona de cualquier edad. Retomé el camino de nuevo a casa, pensando en la buena bronca que me caería.
-¿Qué haces por aquí Mawson?-dijo detrás de mí, una ronca y grave voz. Me era notablemente conocida. Demasiado para mi opinión. Continúe caminando por la acerca.- Me vas a contestar, ¿o qué?-dijo de nuevo. Me limité a hacer caso omiso a sus palabras. Pude escuchar como sus pasos se iban acercando cada vez más rápido.- No me gusta que me ignoren.-dijo, mientras cogía mi brazo fuertemente. No pude evitar retorcerme de dolor por dentro. Me había cogido por el brazo que llevaba envuelta la venda, y apretaba con tanta fuerza y rabia que era capaz de sentir el salir de algunas pequeñas gotas de sangre.
-Déjame en paz.-me limité a responderle, mientras me deshacía de su brazo y comenzaba a andar. Una carcajada salió de sus labios.
-Escuché que tu madre trabajaba como puta.-me paré en seco ante aquellas palabras. Una oleada de rabia se apoderó de mí.- Tal vez le puedes decir que te meta con ella. A lo mejor te ganas algo.-dijo gritando las palabras.
Continué andando, a pesar de que mis ojos se habían cristalizado. Lo único que quería era llorar, pero no podía. Bastante me había pasado los últimos años de mi vida haciéndolo, y aun no sabía lo que me quedaba de este infierno.
--------------------------------------------------
Bueno chicas, veo que la sinopsis no ha gustado mucho porque NO HAY NINGÚN COMENTARIO :lloro: Así que decidí ponerles el 1º capítulo, a ver si así comentan. POR FAVOR, COMENTAR
Todo el mundo teme a la sangre. Aquel líquido rojizo, en ocasiones casi negro, que recorre cada una de las venas de nuestro cuerpo. Aquella que sale y entra disparada de nuestro corazón, como las personas que viajan por el metro. Por un momento me gustaría pensar que pasaría si en nuestro cuerpo escaseara la sangre. Posiblemente morirnos, respondería aquel trabajador que va y vuelve de la oficina a su casa a través del metro o como digo yo; simplemente sería tener menos.
Una hoja afilada, casi oxidada y pequeña -para tenerla cerca y que los demás no supieran de su existencia-, dibujaba pequeños trazos sobre la piel. Garabatos sin sentido, pero que al fin y al cabo tenían un mismo objetivo; Agradar más y evadir de la realidad.
Encerrada entre cuatro paredes blancas pasaba los días. Una escapada, al menos, del mundo real. El dolor ya no se siente. Es imposible compararlo con el dolor interno. Aquel que permanece si o si, aquel que por muchos cortes y cicatrices que bañen tus brazos, nunca se calmará.
Unos pesados pasos avanzaban con dificultad hasta el pequeño cuarto. Cogí una pequeña toalla blanca, y la puse sobre uno de mis brazos mientras que con el otro guardaba en la cisterna del váter a mi mejor amiga. La cuchilla.
El pomo de la puerta giró con dificultad, y detrás de él apareció mi peor pesadilla; Corbin. Un hombre apestoso. Se tiraba hasta altas horas de la noche bebiendo. Sin parar. Viendo partidos de la liga de hockey en el pequeño televisor del salón, y cuando se cansaba iba directamente a la nevera, cogía toda la comida que quería y desaparecía a través de las sombras. Cuando venía borracho, siempre lo pagaba con mi madre, y en varias ocasiones conmigo. Simplemente con lo primero que pillaba. Cogía su correa negra con hebilla, de oro falso, y se hacía el rey de todos. Se creía un ser superior.
-Necesito que me traigas más cerveza.-dijo mientras unas pequeñas gotas descendían veloces por su redonda y obesa cara.
-¿Y mamá?-le contesté mientras escondía detrás de mí, el brazo con la toalla envuelta en él.
Corbin desvió la mirada al frío suelo, donde varias gotas de sangre estaban esparcidas como pecas en un rostro humano.
-Tu madre se ha ido a trabajar y necesito llenar mi estómago.-dijo lo ultimo riendo, mientras se daba pequeños golpes en su redonda y saliente barriga. Un aliento a alcohol invadió el ambiente.
-¿Cuántas quieres?-le dije entre dientes. Sabía que no podía discutir con él. Era mi palabra contra la suya. Y si se me pasaba por la mente desobedecerlo, lo único que recibiría a cambio sería una paliza que me acordaría de ella para siempre.
-Las que te den con 5 libras.-dijo lo ultimo gritando, ya que había comenzado a andar de vuelta al sofá para seguir viendo la liga.
Una vez que se fue, lo primero que hice fue limpiar las pequeñas gotas que habían quedado en el suelo. Si las veía mi madre, seguro que comenzaría a darme el sermón o a llevarme a algún tipo de médico-psicólogo. A Corbin todo le daba igual. Él simplemente pasaba de esos temas.
Después de limpiar todo aquello, me vendé el brazo con una venda blanca y me puse una chaqueta negra –ancha- para evitar la mirada de la gente.
Al salir de la habitación, unos constantes berreos surgían desde el salón. Corbin le gritaba a aquel aparato, cuadrado, más antiguo que toda la casa pero que para él era como su propia vida. Blasfemaba barbaridades, mientras que con una de sus manos sujetaba la última lata de cerveza. Dos matojos de pelo rubio se movían veloces detrás de la encimera. Jugando y planeando maldades.
-Marcus y Paul, ¿Qué estáis haciendo?-les dije mientras les arrebataba de las manos unas tijeras. Ellos sonrieron maliciosamente. Todavía eran unos niños pequeños, ajenos al mundo externo. Para ellos todo era un juego. Un juego en que si movías una ficha mal, se podía arreglar con una tímida sonrisa.
Ambos tenían 3 años, y eran gemelos. Por no decir que eran los niños más bonitos que jamás había conocido. Tenían un pelo tan claro y rubio que no parecía normal, y encima era rebelde y casi imposible de peinar. Sus ojos, redondos y grandes, del color del mar. Pero un azul tan claro que te hería nada más posar la mirada sobre ellos. Aun no llegaba a comprender como su padre era el mismísimo borracho que se encontraba blasfemando delante de un televisor.
-Por favor no hagáis nada malo hasta que yo no venga.-ellos asintieron aun con la sonrisa en el rostro.
Crucé el pequeño salón hasta llegar a la puerta de madera que cumplía la función de puerta principal. La cerré silenciosamente y comencé a andar sobre la solitaria calle. La luna se encontraba en su máximo esplendor, brillando como una propia y única estrella de la galaxia. Metí las manos en los anchos bolsillos y mientras avanzaba hacia la tienda, golpeaba una piedra pequeña que se encontraba en el suelo.
FLASHBACK:
Sus grandes ojos grises ahora se encontraban rojos. Muy rojos. Parpadeaba rápidamente como si quisiera evitar el escozor que eso le provocaba.
-Ádam.-dije en un susurro. Él posó la vista sobre mis ojos. No podía verlo así.- Prométeme que nunca te irás. Que tú tampoco nos dejarás, por favor. Si te pasara algo, yo…-no pude terminar la frase. El llanto me había sucumbido. Él se levantó rápidamente del sillón y me estrechó contra su pecho.
-Nunca me voy a alejar de ti. Siempre estaré contigo en lo bueno, y en lo malo. Eres mi única hermana. Ahora eres mi propia vida.-dijo, mientras acariciaba mi pelo. Después me dio un fuerte beso en la frente.- Te lo prometo Sam.
FIN FLASHBACK.
Iba tan inmersa en los dolorosos recuerdos, que cuando llegué a la pequeña tienda, ésta tenía un gran cartel. “NOS TRASLADAMOS”
Bufé por lo bajo, ya que eso tan solo significaba que tenía que andar unas cuatros-cinco manzanas más para encontrar una tienda que se encontrara por esta zona abierta a las 10 de la noche.
Después de 15 largos minutos, la encontré. Pedí las cervezas, pero se negaron a venderme alcohol. Todavía era menor de edad para que me lo pudieran vender. En la pequeña tienda no pasaba eso. Ellos vendían todo tipo de cosas a cualquier persona de cualquier edad. Retomé el camino de nuevo a casa, pensando en la buena bronca que me caería.
-¿Qué haces por aquí Mawson?-dijo detrás de mí, una ronca y grave voz. Me era notablemente conocida. Demasiado para mi opinión. Continúe caminando por la acerca.- Me vas a contestar, ¿o qué?-dijo de nuevo. Me limité a hacer caso omiso a sus palabras. Pude escuchar como sus pasos se iban acercando cada vez más rápido.- No me gusta que me ignoren.-dijo, mientras cogía mi brazo fuertemente. No pude evitar retorcerme de dolor por dentro. Me había cogido por el brazo que llevaba envuelta la venda, y apretaba con tanta fuerza y rabia que era capaz de sentir el salir de algunas pequeñas gotas de sangre.
-Déjame en paz.-me limité a responderle, mientras me deshacía de su brazo y comenzaba a andar. Una carcajada salió de sus labios.
-Escuché que tu madre trabajaba como puta.-me paré en seco ante aquellas palabras. Una oleada de rabia se apoderó de mí.- Tal vez le puedes decir que te meta con ella. A lo mejor te ganas algo.-dijo gritando las palabras.
Continué andando, a pesar de que mis ojos se habían cristalizado. Lo único que quería era llorar, pero no podía. Bastante me había pasado los últimos años de mi vida haciéndolo, y aun no sabía lo que me quedaba de este infierno.
--------------------------------------------------
Bueno chicas, veo que la sinopsis no ha gustado mucho porque NO HAY NINGÚN COMENTARIO :lloro: Así que decidí ponerles el 1º capítulo, a ver si así comentan. POR FAVOR, COMENTAR
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:39 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Cariño¡¡¡¡¡Me encantó la nove .Porke es tan cruel con ella pobre ;((
askeroso corbin ¡¡Pobrecita kien es el ke le decía todo eso Yaa sube capi lo mas pronto ke puedas cariñooo¡¡¡
Preguntita necesitas chicas baby?
askeroso corbin ¡¡Pobrecita kien es el ke le decía todo eso Yaa sube capi lo mas pronto ke puedas cariñooo¡¡¡
Preguntita necesitas chicas baby?
CeliaStylinson
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
CeliaStylinson escribió:Cariño¡¡¡¡¡Me encantó la nove .Porke es tan cruel con ella pobre ;((
askeroso corbin ¡¡Pobrecita kien es el ke le decía todo eso Yaa sube capi lo mas pronto ke puedas cariñooo¡¡¡
Preguntita necesitas chicas baby?
Aaaaaaaaaawwwwwwww*-* ¡OMG! ¡OMG! ¡OMG! ¡MI PRIMERA LECTORA!
:imdead: :enamorado: :ilusion: Estoy tan feliz con tu comentario*.* Y eso te convierte en mi lectora favorita adiejfief*-*
Lo sé, se que es muy dura C: Pero quería hacer una novela distinta a las demás:)
Lo siento cariño, de momento no necesito. Pero si veo que sí, la primera en avisar eres tu:)
Muchiiiiiiiiisimas gracias, no sabes lo feliz que estoy:)))
Ahora mismo subo el capítulo 2:)
Besos xx.
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:40 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Capítulo 2.
Cuando por fin llegué a casa, vi que el coche de mi madre estaba aparcado sobre la acera. Ya había llegado de trabajar. Ella trabajaba en un supermercado. Era la única que traía dinero a casa, ya que el vago de Corbin no se indignaba a buscarse uno, y ayudarla.
Iba a abrir la puerta, cuando la voz de mi madre me alarmó.
-¡¿Cómo se te ocurre a mandarla a por unas puñeteras cervezas a estas horas de la noche?!-gritaba mi madre. Nunca antes la había visto así.
-No consiento que me hables así, Rose.-le contestó Corbin, con una amenazante y grave voz.
Abrí rápidamente la puerta, intentado evitar pelea alguna.
-La tienda la han trasladado y he tenido que ir a una que se encontraba a más de 5 manzanas. Pero no me vendieron alcohol, sigo siendo menor.-respondí, mientras avanzaba hacia la cocina.- Siento haber tardado.
-No pasa nada cariño.-dijo mi madre, mientras se acercaba y me daba un beso en la frente.
Ella ya no era la misma que antes. Ni mucho menos. Debajo de sus grisáceos ojos, habían comenzado a nacer unas pequeñas, pero marcadas, ojeras violetas. Su cara se había llenado de arrugas, al igual que sus manos. Tenían un tacto áspero.
-Sí que pasa…Necesitaba esas cervezas…Ya no quedan más-dijo Corbin, mientras masticaba como un cerdo la comida del plato.
-Compraré mañana por la mañana.-le respondió mi madre, mientras colocaba algunas cosas en las estanterías.
Pude comprobar cómo Marcus y Paul estaban, embobados, delante del televisor viendo sus más preciados dibujos animados.
Me dirigí hasta mi habitación. No tenía ganas de cenar, ni de escuchar nada. Tan solo pensaba en el día que me esperaba mañana en el instituto. Como si viviera en el mismísimo infierno. Me recosté sobre la cama, mientras que con mis manos sujetaba el peso de mi cabeza. Todavía no se me iban los recuerdos. Recuerdos dolorosos. Los cuales intentaba olvidar de todas las maneras, pero me era imposible. Siempre. Siempre, estaban ahí.
FLASBACK:
-10.9.8.7…-comenzaba a contar la gente, que se encontraba alrededor de la larga mesa de cristal. Esperando que el reloj del gran salón, marcara las 7 de la tarde en punto.- ¡Feliz cumpleaños Samantha!-gritaron todos al unísono, seguido de varios y largos aplausos.
-Muchas gracias.-respondí con una sonrisa fingida. Detrás de aquellos rostros tan familiares. Faltaba uno. Sin duda el más importante de todos. Y se estaba perdiendo mi decimoquinto cumpleaños.
Me levanté de la mesa y busqué a mi madre. Se encontraba hablando animadamente con algunos vecinos, que habían venido a la fiesta.
-Mamá.-le dije. Ella se dio la vuelta y puso su mirada en mí.- ¿Dónde está papá?-le pregunté con la mirada triste.
-Estará a punto de venir cariño. Acaba de salir de trabajar.-me respondió con una voz tranquilizadora. Pero algo dentro de mí me decía que algo no iba bien. No era normal en él que tardara tanto.
Pasaron unos largos y eternos minutos, en los cuales, mi mirada tenía un objetivo. La puerta de la calle. Tan solo deseaba que se abriera lo antes posible, y detrás de ella apareciera el dulce rostro de mi padre.
El sonido de un teléfono hizo romper el silencio que se había formado. Era el teléfono de mi casa. Mi hermano fue el que lo cogió.
-¿Si?-dijo con su melosa voz.- Sí, somos nosotros. ¿Ha pasado algo?-después de aquellas palabras, mi hermano dirigió la vista rápidamente a mi madre, mientras le susurraba algo entre dientes. Mi madre fue rápidamente a ponerse al teléfono.
-¿Qué ha pasado?-dije, mientras avanzaba hasta donde se encontraba mi hermano y mi madre.
-Papá…Ha tenido un accidente…-dijo Ádam, con la mirada cristalina y apretando los puños. En seguida supe lo que había pasado.
-No…-dije, mientras me alejaba corriendo de allí.
No podía ser cierto lo que estaba pasando. Él no se podía haber ido, porque simplemente era mi todo. Era el único capaz de sacarme una sonrisa cuando más lo necesitaba. El único que sabía todos mis secretos. El único por el que daría mi vida. Y todo eso no se podía haber ido. Y menos cuando se suponía que debía de ser el mejor día de mi vida.
FIN FLASHBACK.
Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos. Pude comprobar que tenía las mejillas húmedas y los ojos cristalizados. La puerta se abrió sigilosamente, mientras dejaba al descubierto dos rostros malvados.
-Sé que sois vosotros.-les dije, mientras me levantaba de la cama y comenzaba a andar hasta la puerta.- ¿Qué queréis?
Se miraron mutuamente y después sonrieron.
-¿Nos puedes contar un cuento?-dijeron al unísono, mientras ponían cara de corderito degollado.
-Está bien. Pasar.-abrí la puerta para que pudieran pasar. Fueron corriendo a sentarse sobre la cama.- ¿Cuál queréis que os cuente?
-Solo queremos oír tu voz.-dijo Marcus, mientras Paul cogía una manta y se tapaban.
-Pero mira que sois unas ricuras. Al fin y al cabo no sois tan malos.-les respondí con una gran sonrisa. Me levanté, y fui hasta la única estantería que había en la habitación. Y posiblemente, la única que habría toda la casa.
Quité el polvo de algunos libros, y en seguida supe cual les iba a leer. ‘Romeo y Julieta’
Avancé hasta la pequeña cama, y me senté sobre el borde. Abrí el libro de par en par, mientras Marcus y Paul ponían su mirada en mí. Fui hasta mi escena favorita de todo el libro.
-Se ríe de las heridas quien no las ha sufrido. Pero, alto. ¿Qué luz alumbra esa ventana? Es el oriente, y Julieta, el sol. Sal, bello sol, y mata a la luna envidiosa, que está enferma y pálida de pena porque tú, que la sirves, eres más hermoso. Si es tan envidiosa, no seas su sirviente. Su ropa de vestal es de un verde apagado que sólo llevan los bobos ¡Tírala!-alcé mi voz suavemente, imitando a Romeo.
Leí unos cuantos fragmente más, hasta que comprobé que se habían quedado profundamente dormidos.
Me levanté sigilosamente de la cama, y antes de dejar el libro sobre la vieja estantería, leí una de las frases más importantes para mí. La que siempre me leía mi padre antes de irme a dormir.
‘Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro ultimo abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso’
Sin duda era la frase perfecta. Cerré suavemente el libro, y lo volví a dejar sobre la estantería. Algunas lágrimas descendieron veloces por mis mejillas. Pasarían meses hasta que se volviera a abrir, quizás siglos e incluso milenios.
La casa estaba en un completo silencio. Un silencio tenebroso. Tal vez mamá y Corbin ya estuvieran durmiendo. Fui sigilosamente hasta el cuarto de baño, cerré la puerta con pestillo y continué con el mismo objetivo de todos los días.
---------------------------------------
Espero que os guste este nuevo capítulo, y pidáis maaaaas!!:))
Besos xoxo.
Cuando por fin llegué a casa, vi que el coche de mi madre estaba aparcado sobre la acera. Ya había llegado de trabajar. Ella trabajaba en un supermercado. Era la única que traía dinero a casa, ya que el vago de Corbin no se indignaba a buscarse uno, y ayudarla.
Iba a abrir la puerta, cuando la voz de mi madre me alarmó.
-¡¿Cómo se te ocurre a mandarla a por unas puñeteras cervezas a estas horas de la noche?!-gritaba mi madre. Nunca antes la había visto así.
-No consiento que me hables así, Rose.-le contestó Corbin, con una amenazante y grave voz.
Abrí rápidamente la puerta, intentado evitar pelea alguna.
-La tienda la han trasladado y he tenido que ir a una que se encontraba a más de 5 manzanas. Pero no me vendieron alcohol, sigo siendo menor.-respondí, mientras avanzaba hacia la cocina.- Siento haber tardado.
-No pasa nada cariño.-dijo mi madre, mientras se acercaba y me daba un beso en la frente.
Ella ya no era la misma que antes. Ni mucho menos. Debajo de sus grisáceos ojos, habían comenzado a nacer unas pequeñas, pero marcadas, ojeras violetas. Su cara se había llenado de arrugas, al igual que sus manos. Tenían un tacto áspero.
-Sí que pasa…Necesitaba esas cervezas…Ya no quedan más-dijo Corbin, mientras masticaba como un cerdo la comida del plato.
-Compraré mañana por la mañana.-le respondió mi madre, mientras colocaba algunas cosas en las estanterías.
Pude comprobar cómo Marcus y Paul estaban, embobados, delante del televisor viendo sus más preciados dibujos animados.
Me dirigí hasta mi habitación. No tenía ganas de cenar, ni de escuchar nada. Tan solo pensaba en el día que me esperaba mañana en el instituto. Como si viviera en el mismísimo infierno. Me recosté sobre la cama, mientras que con mis manos sujetaba el peso de mi cabeza. Todavía no se me iban los recuerdos. Recuerdos dolorosos. Los cuales intentaba olvidar de todas las maneras, pero me era imposible. Siempre. Siempre, estaban ahí.
FLASBACK:
-10.9.8.7…-comenzaba a contar la gente, que se encontraba alrededor de la larga mesa de cristal. Esperando que el reloj del gran salón, marcara las 7 de la tarde en punto.- ¡Feliz cumpleaños Samantha!-gritaron todos al unísono, seguido de varios y largos aplausos.
-Muchas gracias.-respondí con una sonrisa fingida. Detrás de aquellos rostros tan familiares. Faltaba uno. Sin duda el más importante de todos. Y se estaba perdiendo mi decimoquinto cumpleaños.
Me levanté de la mesa y busqué a mi madre. Se encontraba hablando animadamente con algunos vecinos, que habían venido a la fiesta.
-Mamá.-le dije. Ella se dio la vuelta y puso su mirada en mí.- ¿Dónde está papá?-le pregunté con la mirada triste.
-Estará a punto de venir cariño. Acaba de salir de trabajar.-me respondió con una voz tranquilizadora. Pero algo dentro de mí me decía que algo no iba bien. No era normal en él que tardara tanto.
Pasaron unos largos y eternos minutos, en los cuales, mi mirada tenía un objetivo. La puerta de la calle. Tan solo deseaba que se abriera lo antes posible, y detrás de ella apareciera el dulce rostro de mi padre.
El sonido de un teléfono hizo romper el silencio que se había formado. Era el teléfono de mi casa. Mi hermano fue el que lo cogió.
-¿Si?-dijo con su melosa voz.- Sí, somos nosotros. ¿Ha pasado algo?-después de aquellas palabras, mi hermano dirigió la vista rápidamente a mi madre, mientras le susurraba algo entre dientes. Mi madre fue rápidamente a ponerse al teléfono.
-¿Qué ha pasado?-dije, mientras avanzaba hasta donde se encontraba mi hermano y mi madre.
-Papá…Ha tenido un accidente…-dijo Ádam, con la mirada cristalina y apretando los puños. En seguida supe lo que había pasado.
-No…-dije, mientras me alejaba corriendo de allí.
No podía ser cierto lo que estaba pasando. Él no se podía haber ido, porque simplemente era mi todo. Era el único capaz de sacarme una sonrisa cuando más lo necesitaba. El único que sabía todos mis secretos. El único por el que daría mi vida. Y todo eso no se podía haber ido. Y menos cuando se suponía que debía de ser el mejor día de mi vida.
FIN FLASHBACK.
Unos toques en la puerta me sacaron de mis pensamientos. Pude comprobar que tenía las mejillas húmedas y los ojos cristalizados. La puerta se abrió sigilosamente, mientras dejaba al descubierto dos rostros malvados.
-Sé que sois vosotros.-les dije, mientras me levantaba de la cama y comenzaba a andar hasta la puerta.- ¿Qué queréis?
Se miraron mutuamente y después sonrieron.
-¿Nos puedes contar un cuento?-dijeron al unísono, mientras ponían cara de corderito degollado.
-Está bien. Pasar.-abrí la puerta para que pudieran pasar. Fueron corriendo a sentarse sobre la cama.- ¿Cuál queréis que os cuente?
-Solo queremos oír tu voz.-dijo Marcus, mientras Paul cogía una manta y se tapaban.
-Pero mira que sois unas ricuras. Al fin y al cabo no sois tan malos.-les respondí con una gran sonrisa. Me levanté, y fui hasta la única estantería que había en la habitación. Y posiblemente, la única que habría toda la casa.
Quité el polvo de algunos libros, y en seguida supe cual les iba a leer. ‘Romeo y Julieta’
Avancé hasta la pequeña cama, y me senté sobre el borde. Abrí el libro de par en par, mientras Marcus y Paul ponían su mirada en mí. Fui hasta mi escena favorita de todo el libro.
-Se ríe de las heridas quien no las ha sufrido. Pero, alto. ¿Qué luz alumbra esa ventana? Es el oriente, y Julieta, el sol. Sal, bello sol, y mata a la luna envidiosa, que está enferma y pálida de pena porque tú, que la sirves, eres más hermoso. Si es tan envidiosa, no seas su sirviente. Su ropa de vestal es de un verde apagado que sólo llevan los bobos ¡Tírala!-alcé mi voz suavemente, imitando a Romeo.
Leí unos cuantos fragmente más, hasta que comprobé que se habían quedado profundamente dormidos.
Me levanté sigilosamente de la cama, y antes de dejar el libro sobre la vieja estantería, leí una de las frases más importantes para mí. La que siempre me leía mi padre antes de irme a dormir.
‘Ojos, mirad por última vez. Brazos, dad vuestro ultimo abrazo. Y labios, que sois puertas del aliento, sellad con un último beso’
Sin duda era la frase perfecta. Cerré suavemente el libro, y lo volví a dejar sobre la estantería. Algunas lágrimas descendieron veloces por mis mejillas. Pasarían meses hasta que se volviera a abrir, quizás siglos e incluso milenios.
La casa estaba en un completo silencio. Un silencio tenebroso. Tal vez mamá y Corbin ya estuvieran durmiendo. Fui sigilosamente hasta el cuarto de baño, cerré la puerta con pestillo y continué con el mismo objetivo de todos los días.
---------------------------------------
Espero que os guste este nuevo capítulo, y pidáis maaaaas!!:))
Besos xoxo.
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:40 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Cariño¡¡¡Me encantó el capi¡¡Pobre Samy si padre tuvo un accidente el día de su decimoquinto cumpleaños .Y era como yo pensaba que el instituto era un infierno hasta que todo dió un giro de 360 grados¡¡.Venga Samy era genial Romeo y Julieta me encanta¡¡¡Sobre todo cunado a leido la última estrofa:``Ojos mirad por última vez.Brazos dad vuestro último abrazo.Y labios que sois puertas del aliento dad vuestro último beso´´..Me encantó sube cuando puedas y si tienes tienpo pasa por mi novela https://onlywn.activoforo.com/t33580-nunca-pensaste-que-esto-te-pasaria-atiharry-styleslouis-tomlinson-y-tu
CeliaStylinson
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Aaaaaaaaaaaawwwwwwwwww*-* muchísimas gracias, mi fiel lectora<33.CeliaStylinson escribió:Cariño¡¡¡Me encantó el capi¡¡Pobre Samy si padre tuvo un accidente el día de su decimoquinto cumpleaños .Y era como yo pensaba que el instituto era un infierno hasta que todo dió un giro de 360 grados¡¡.Venga Samy era genial Romeo y Julieta me encanta¡¡¡Sobre todo cunado a leido la última estrofa:``Ojos mirad por última vez.Brazos dad vuestro último abrazo.Y labios que sois puertas del aliento dad vuestro último beso´´..Me encantó sube cuando puedas y si tienes tienpo pasa por mi novela https://onlywn.activoforo.com/t33580-nunca-pensaste-que-esto-te-pasaria-atiharry-styleslouis-tomlinson-y-tu
Siento haber desaparecido, pero estuve de exámenes finales y demás T.T Pero ahora mismo os subo un maratón de 3 capítulooooooooooooooooos:))
En cuanto eso me paso, besos corazón!!xx.
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:41 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
MARATON 1/3;)
Capítulo 3
Unos gritos provenientes de la cocina me despertaron. Abrí los ojos lentamente, y me di cuenta de que había dormido en el cuarto de baño. El cuello me dolía horrores, al igual que todo el cuerpo. Me levanté y me aseé. Me puse unos pantalones vaqueros, junto con una sudadera gris y unas converses negras, rotas.
Al cruzar mi habitación, pude comprobar que Marcus y Paul aun seguían durmiendo. Ellos todavía no iban al colegio, y se quedaban durante todo el día con Corbin, mientras yo iba al instituto y mamá a trabajar. Al salir de la habitación, me encontré a Corbin y a mi madre discutiendo.
-¡Ya te lo he dicho! ¡No me voy a quedar con los críos!-le gritaba Corbin a mi madre, mientras cada vez se le iba poniendo la cara más roja.
-¿Y con quien se quedarán si no?-le contestó mi madre, mientras se echaba café en una taza.
-Me voy al instituto.-saludé cogiendo la mochila que se encontraba tirada en el suelo.
-Al menos desayuna algo.-dijo mi madre, mientras se sentaba sobre la mesa.
-No tengo hambre.-le respondí.
Abrí la puerta y comencé el camino hasta mi infierno matinal.
-Buenos días Sam. Ayer no me respondiste al mensaje que te envié.-apareció de repente Zayn.
Él era mi único amigo en el instituto, y probablemente en mi vida. Él tampoco era considerado como ‘bueno’ por los estudiantes del instituto al ser de descendencia pakistaní.
-Lo siento.-hice una mueca.- No sé dónde está el cargador. Probablemente se lo haya comido el asqueroso de Corbin.
-No digas eso. Seguro que lo encuentras pronto.-dijo con una gran sonrisa, mientras mostraba una hilera de dientes blancos perfectos.
-¿Y qué es lo que me dijiste en el mensaje?-le pregunté, mientras avanzábamos hasta la parada del autobús, ya que el instituto se encontraba bastante alejado del barrio donde vivíamos.
-Nada. Simplemente quería saber cómo estabas. Ya sabes… -dijo mirándome con cara preocupante.- Has cambiado.
-Estoy bien Zayn.-le respondí con una sonrisa fingida, intentando hacer que se lo creyera. Aunque la verdad es que no me encontraba para nada bien. Pero era demasiado orgullosa, como para aceptarlo.
-Te conozco desde hace bastante tiempo, Sam. Y sé que no estás bien. Pero quiero que sepas que me tienes para todo ¿sí?-me paró, para que lo mirara. Esos ojos castaños tan profundos me perforaban el alma. Se me hacía imposible mentirle, pero no quería que tuviera más problemas.
-Gracias, lo tendré en cuenta.-le dije con una gran sonrisa, mientras esperábamos al autobús.
Después de 5 largos minutos, el autobús se dignó a llegar y nos llevó hasta el instituto.
Como todos los jodidos días el grupito de los ‘populares’, que se entrometían en los asuntos de los demás, se encontraba apoyado junto el marco de la gran puerta principal del instituto. Allí estaban los que se creían superiores y mejores a los demás.
-Ayer me encontré con el imbécil de Styles.-le dije a Zayn, mientras lo miraba.
Harry Styles era uno de los populares más deseados por las chicas del instituto. Hacía menos de un año que había regresado al instituto, y había cambiado. Mucho. Ahora siempre andaba con Louis Tomlinson, Liam Payne y Niall Horan. Se creían unos dioses y siempre llevaban algún, que otro, cigarrillo en la boca. Jodidamente asquerosos, aunque para todas las chicas eran como ángeles caídos del cielo. Pero ellas no sabían que su mundo giraba alrededor de las drogas, el alcohol y el sexo.
-Pasa de él.-me aconsejó Zayn, mientras avanzábamos a través de la puerta.
-Por aquí viene la detestable e insignificante, junto a su terrorista.-comenzó a decir Louis Tomlinson, el mejor amigo de Harry Styles, con su típica risa oída a millones de kilómetros. Los demás le imitaron. Haciendo que sus risas se oyeran cada vez más, para que todo el mundo pusiera la vista sobre nosotros dos.
Capítulo 3
Unos gritos provenientes de la cocina me despertaron. Abrí los ojos lentamente, y me di cuenta de que había dormido en el cuarto de baño. El cuello me dolía horrores, al igual que todo el cuerpo. Me levanté y me aseé. Me puse unos pantalones vaqueros, junto con una sudadera gris y unas converses negras, rotas.
Al cruzar mi habitación, pude comprobar que Marcus y Paul aun seguían durmiendo. Ellos todavía no iban al colegio, y se quedaban durante todo el día con Corbin, mientras yo iba al instituto y mamá a trabajar. Al salir de la habitación, me encontré a Corbin y a mi madre discutiendo.
-¡Ya te lo he dicho! ¡No me voy a quedar con los críos!-le gritaba Corbin a mi madre, mientras cada vez se le iba poniendo la cara más roja.
-¿Y con quien se quedarán si no?-le contestó mi madre, mientras se echaba café en una taza.
-Me voy al instituto.-saludé cogiendo la mochila que se encontraba tirada en el suelo.
-Al menos desayuna algo.-dijo mi madre, mientras se sentaba sobre la mesa.
-No tengo hambre.-le respondí.
Abrí la puerta y comencé el camino hasta mi infierno matinal.
-Buenos días Sam. Ayer no me respondiste al mensaje que te envié.-apareció de repente Zayn.
Él era mi único amigo en el instituto, y probablemente en mi vida. Él tampoco era considerado como ‘bueno’ por los estudiantes del instituto al ser de descendencia pakistaní.
-Lo siento.-hice una mueca.- No sé dónde está el cargador. Probablemente se lo haya comido el asqueroso de Corbin.
-No digas eso. Seguro que lo encuentras pronto.-dijo con una gran sonrisa, mientras mostraba una hilera de dientes blancos perfectos.
-¿Y qué es lo que me dijiste en el mensaje?-le pregunté, mientras avanzábamos hasta la parada del autobús, ya que el instituto se encontraba bastante alejado del barrio donde vivíamos.
-Nada. Simplemente quería saber cómo estabas. Ya sabes… -dijo mirándome con cara preocupante.- Has cambiado.
-Estoy bien Zayn.-le respondí con una sonrisa fingida, intentando hacer que se lo creyera. Aunque la verdad es que no me encontraba para nada bien. Pero era demasiado orgullosa, como para aceptarlo.
-Te conozco desde hace bastante tiempo, Sam. Y sé que no estás bien. Pero quiero que sepas que me tienes para todo ¿sí?-me paró, para que lo mirara. Esos ojos castaños tan profundos me perforaban el alma. Se me hacía imposible mentirle, pero no quería que tuviera más problemas.
-Gracias, lo tendré en cuenta.-le dije con una gran sonrisa, mientras esperábamos al autobús.
Después de 5 largos minutos, el autobús se dignó a llegar y nos llevó hasta el instituto.
Como todos los jodidos días el grupito de los ‘populares’, que se entrometían en los asuntos de los demás, se encontraba apoyado junto el marco de la gran puerta principal del instituto. Allí estaban los que se creían superiores y mejores a los demás.
-Ayer me encontré con el imbécil de Styles.-le dije a Zayn, mientras lo miraba.
Harry Styles era uno de los populares más deseados por las chicas del instituto. Hacía menos de un año que había regresado al instituto, y había cambiado. Mucho. Ahora siempre andaba con Louis Tomlinson, Liam Payne y Niall Horan. Se creían unos dioses y siempre llevaban algún, que otro, cigarrillo en la boca. Jodidamente asquerosos, aunque para todas las chicas eran como ángeles caídos del cielo. Pero ellas no sabían que su mundo giraba alrededor de las drogas, el alcohol y el sexo.
-Pasa de él.-me aconsejó Zayn, mientras avanzábamos a través de la puerta.
-Por aquí viene la detestable e insignificante, junto a su terrorista.-comenzó a decir Louis Tomlinson, el mejor amigo de Harry Styles, con su típica risa oída a millones de kilómetros. Los demás le imitaron. Haciendo que sus risas se oyeran cada vez más, para que todo el mundo pusiera la vista sobre nosotros dos.
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:41 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
MARATÓN2/3:)
Capítulo 4.
Zayn me hizo una seña para que los ignoraran, y entramos dentro del instituto.
-Ya no los aguanto más.-le dije a Zayn, mientras avanzábamos por los pasillos.
-Ya se cansaran de insultar. Por cierto, me tengo que ir a clase de Filosofía que tengo examen y quiero llegar a tiempo.-dijo Zayn. Asentí con la cabeza, y lo vi alejarse a través de la multitud de estudiantes.
Un irritante sonido hizo que pusiera mis manos sobre las orejas. La sirena para empezar las clases había tocado, y a mí me tocaba la odiosa y lúgubre asignatura de matemáticas. Nunca se me había dado bien resolver problemas o inecuaciones sin sentido alguno. Veía una pérdida de tiempo escribir pizarras y pizarras enteras de números que luego no me servirían para nada.
Un chico que venía corriendo hizo que tirara todos mis apuntes y libros al suelo.
‘Genial. Otra vez volveré a llegar tarde a clase.’-pensé mientras recogía los libros, y folios esparcidos por el frio suelo. Varias personas que pasaban por ahí, incluso, me pisaron las hojas.
Cuando por fin terminé de recoger todas las hojas, ya no quedaba nadie por los pasillos. Ni un alma deambulante por el mundo mortal. Avancé con torpeza hasta el aula 15. Respiré profundamente y posé mi mano sobre el pomo de metal, mientras lo hacía girar con cierto nerviosismo.
-Señorita Mawson. Vuelve a llegar tarde.-dijo, el viejo profesor mientras alzaba la vista del gordo libro de matemáticas, y se quitaba las gafas para verme mejor.
-Lo siento, pero…
-¡Que sea la última vez!- me interrumpió con su grave voz.- Si no tendré que mandarle directamente al despacho del director, ¿entendido?-asentí con la cabeza agachada, mientras avanzaba hasta mi pupitre.
Una pierna estirada en medio de la clase hizo que tropezara y callera hacia delante. Seguido de varías carcajadas y dedos señalándome.
-¿Se encuentra bien, señorita Mawson?-dijo el profesor Smith, con un cierto tono de voz preocupante.
-Sí.-le contesté, mientras apoyaba la mano izquierda sobre el pupitre más cercano y me ayudaba a levantarme.
Para mi desgracia, al alzar la vista me encontré con una mirada celeste perforante. Una maliciosa sonrisa se formó en sus labios. Le dediqué una cara de asco y fui a sentarme directamente en mi pupitre. Él cual se encontraba al lado de Kilian, uno de los nerds de clase.
La clase se pasó eterna. Pizarras y pizarras enteras de apuntes. Los cuales debía de haber copiado, pero ni me molestaba en hacerlo ya que nunca lo entendí y nunca lo entenderé.
-Espere, señorita Mawson.-me paró el profesor Smith, mientras se apoyaba contra su rectangular y larga mesa. Ya no quedaban alumnos en el interior del aula.- Necesita subir la nota de matemáticas, sino no podrá entrar en la Universidad.
-¿Y eso porque?-pregunté sorprendida. Ahora sí que la tenía echada.
-El director lo ha propuesto así. Pero no va solo mal en mi asignatura, sino en otras muchas más.-hice una mueca, mientras desviaba la mirada al suelo.- Samantha. ¿Qué le ha ocurrido? Antes no era así. Era una chica estudiosa y ordenada. Y ahora mírese.-me señalo.- No trae los deberes, no toma apuntes, y ni si quiera intentas hacer algún examen, ¿Por qué?
Estuve un par de minutos en silencio, hasta que puse mi mirada sobre sus ojos negros.
-Y-yo…-dije tartamudeando.- Supongo que he cambiado. Todos cambiamos en algún momento de nuestras vidas, ¿no cree?
-Sí, lo creo. Pero no un cambio tan brusco como lo de usted, en 3 años atrás.-hubo un incomodo silencio.- Samantha, ¿tiene algún problema?-negué rápidamente con la cabeza.- Mira, ahora no le voy a hablar de profesor a alumno, sino de persona a persona. Sabe que me encuentra disponible a cualquier hora. Que me puede decir y pedir consejo para lo que necesite…-le interrumpí.
-Gracias. Se lo agradezco. Pero no lo necesito, y ahora si no le molesta tengo que irme a la siguiente clase.-le dije, mientras salía del aula y ponía rumbo a la próxima clase.
El resto de la mañana pasó con total normalidad. Si consideramos normal que te griten, te insulten y muchas más cosas. Al fin y al cabo mi vida consistía en eso.
A última hora me fugué de clase. Como todos los días que me tocaba Educación Física y Deportes a última. No pensaba ponerme pantalón corto y una camiseta de tirantes, porque simplemente no quería que la gente viera todo lo que tenía. No les importaba. Además de que nunca se me había dado bien hacer ningún tipo de deporte.
Recorrí el largo y solitario pasillo, para después salir por la gran puerta principal. A estas horas no se encontraba nadie en el instituto, excepto los alumnos de último año. Caminé por la delgada acera mientras la pregunta, que horas antes me había hecho el profesor Smith, seguía rondando por mi cabeza. Sin duda había cambiado. Y mucho. Antes, como él decía, era estudiosa y ordenada, pero después del accidente todo cambió. Mi mundo se volvió gris, y nunca más vi el cielo azul.
Alcé la mirada del suelo, y pude ver dos siluetas a lo lejos, aunque no estaban tan lejos de lo que pensaba. Cuando pude distinguir bien quienes eran, maldecí y blasfemé para mis adentros. Me di la vuelta, y comencé a andar a paso rápido en dirección contraria.
Capítulo 4.
Zayn me hizo una seña para que los ignoraran, y entramos dentro del instituto.
-Ya no los aguanto más.-le dije a Zayn, mientras avanzábamos por los pasillos.
-Ya se cansaran de insultar. Por cierto, me tengo que ir a clase de Filosofía que tengo examen y quiero llegar a tiempo.-dijo Zayn. Asentí con la cabeza, y lo vi alejarse a través de la multitud de estudiantes.
Un irritante sonido hizo que pusiera mis manos sobre las orejas. La sirena para empezar las clases había tocado, y a mí me tocaba la odiosa y lúgubre asignatura de matemáticas. Nunca se me había dado bien resolver problemas o inecuaciones sin sentido alguno. Veía una pérdida de tiempo escribir pizarras y pizarras enteras de números que luego no me servirían para nada.
Un chico que venía corriendo hizo que tirara todos mis apuntes y libros al suelo.
‘Genial. Otra vez volveré a llegar tarde a clase.’-pensé mientras recogía los libros, y folios esparcidos por el frio suelo. Varias personas que pasaban por ahí, incluso, me pisaron las hojas.
Cuando por fin terminé de recoger todas las hojas, ya no quedaba nadie por los pasillos. Ni un alma deambulante por el mundo mortal. Avancé con torpeza hasta el aula 15. Respiré profundamente y posé mi mano sobre el pomo de metal, mientras lo hacía girar con cierto nerviosismo.
-Señorita Mawson. Vuelve a llegar tarde.-dijo, el viejo profesor mientras alzaba la vista del gordo libro de matemáticas, y se quitaba las gafas para verme mejor.
-Lo siento, pero…
-¡Que sea la última vez!- me interrumpió con su grave voz.- Si no tendré que mandarle directamente al despacho del director, ¿entendido?-asentí con la cabeza agachada, mientras avanzaba hasta mi pupitre.
Una pierna estirada en medio de la clase hizo que tropezara y callera hacia delante. Seguido de varías carcajadas y dedos señalándome.
-¿Se encuentra bien, señorita Mawson?-dijo el profesor Smith, con un cierto tono de voz preocupante.
-Sí.-le contesté, mientras apoyaba la mano izquierda sobre el pupitre más cercano y me ayudaba a levantarme.
Para mi desgracia, al alzar la vista me encontré con una mirada celeste perforante. Una maliciosa sonrisa se formó en sus labios. Le dediqué una cara de asco y fui a sentarme directamente en mi pupitre. Él cual se encontraba al lado de Kilian, uno de los nerds de clase.
La clase se pasó eterna. Pizarras y pizarras enteras de apuntes. Los cuales debía de haber copiado, pero ni me molestaba en hacerlo ya que nunca lo entendí y nunca lo entenderé.
-Espere, señorita Mawson.-me paró el profesor Smith, mientras se apoyaba contra su rectangular y larga mesa. Ya no quedaban alumnos en el interior del aula.- Necesita subir la nota de matemáticas, sino no podrá entrar en la Universidad.
-¿Y eso porque?-pregunté sorprendida. Ahora sí que la tenía echada.
-El director lo ha propuesto así. Pero no va solo mal en mi asignatura, sino en otras muchas más.-hice una mueca, mientras desviaba la mirada al suelo.- Samantha. ¿Qué le ha ocurrido? Antes no era así. Era una chica estudiosa y ordenada. Y ahora mírese.-me señalo.- No trae los deberes, no toma apuntes, y ni si quiera intentas hacer algún examen, ¿Por qué?
Estuve un par de minutos en silencio, hasta que puse mi mirada sobre sus ojos negros.
-Y-yo…-dije tartamudeando.- Supongo que he cambiado. Todos cambiamos en algún momento de nuestras vidas, ¿no cree?
-Sí, lo creo. Pero no un cambio tan brusco como lo de usted, en 3 años atrás.-hubo un incomodo silencio.- Samantha, ¿tiene algún problema?-negué rápidamente con la cabeza.- Mira, ahora no le voy a hablar de profesor a alumno, sino de persona a persona. Sabe que me encuentra disponible a cualquier hora. Que me puede decir y pedir consejo para lo que necesite…-le interrumpí.
-Gracias. Se lo agradezco. Pero no lo necesito, y ahora si no le molesta tengo que irme a la siguiente clase.-le dije, mientras salía del aula y ponía rumbo a la próxima clase.
El resto de la mañana pasó con total normalidad. Si consideramos normal que te griten, te insulten y muchas más cosas. Al fin y al cabo mi vida consistía en eso.
A última hora me fugué de clase. Como todos los días que me tocaba Educación Física y Deportes a última. No pensaba ponerme pantalón corto y una camiseta de tirantes, porque simplemente no quería que la gente viera todo lo que tenía. No les importaba. Además de que nunca se me había dado bien hacer ningún tipo de deporte.
Recorrí el largo y solitario pasillo, para después salir por la gran puerta principal. A estas horas no se encontraba nadie en el instituto, excepto los alumnos de último año. Caminé por la delgada acera mientras la pregunta, que horas antes me había hecho el profesor Smith, seguía rondando por mi cabeza. Sin duda había cambiado. Y mucho. Antes, como él decía, era estudiosa y ordenada, pero después del accidente todo cambió. Mi mundo se volvió gris, y nunca más vi el cielo azul.
Alcé la mirada del suelo, y pude ver dos siluetas a lo lejos, aunque no estaban tan lejos de lo que pensaba. Cuando pude distinguir bien quienes eran, maldecí y blasfemé para mis adentros. Me di la vuelta, y comencé a andar a paso rápido en dirección contraria.
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:42 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Maratón 3/3:)
Capítulo 5.
-¡Mawson!-gritó una de las siluetas. Sabía perfectamente quien era. Él era el único que me llamaba por mi apellido.- ¿Otra vez te la estás fugando? ¿Cuántas veces van ya en este trimestre?-rió.
-Supongo que es lo que hace constantemente, ¿no crees Harry?-dijo alzando la voz la otra silueta.
Me paré en seco, y me di la vuelta para encontrármelos a ambos mirándome y riéndose a carcajadas.
-¿Por qué no os metéis en vuestra vida y me dejáis en paz de una puñetera vez?-les contesté con toda la rabia acumulada.
Se acercaron hasta estar totalmente enfrente de mí. Louis Tomlinson llevaba un cigarrillo entre sus labios, y le daba una calada detrás de otra, como si estuviera nervioso. Harry se acercó todavía más a mí. Llevaba una cazadora de cuero negro, y una camiseta blanca. Una sonrisa salió de sus labios ante mi pregunta, y por un momento estuvo jugando con el juego de llaves de su deportivo.
-Porque nosotros tenemos vida, cariño.-me contestó, mientras se colocaba bien sus rizos. Lo más sagrado para él. Y una maliciosa sonrisa, se hacía presente en la comisura de sus labios.
-No como tú, pequeña insólita.-dijo Louis con su típica risa, mientras lanzaba al asfalto la colilla de su cigarro, ya acabado.
-¿A eso le llamas vida?-dije, mientras retrocedía un paso. Harry enarcó una de sus cejas.- Que yo sepa tu vida es igual de mierda que la mía.- me acerqué más a él.-¿Le llamas vida a no tener ninguna relación con tus padres? ¿Qué te tengan miedo por lo que les puedas llegar a hacer? ¿A pasarte varios años en un reformatorio? ¿A eso le llamas vida?
En los ojos de Harry comenzó a haber ira. Apretó sus puños conteniéndosela, mientras su mirada se perdía entre mis ojos.
-¿Es cierto lo que está diciendo?-se acercó Louis hasta Harry, mientras lo miraba incrédulo.
-Claro que no.-se defendió éste.- ¿De verdad vas a creerla?-Louis negó rápidamente.
-¡Sam!-gritó una voz detrás de mí. Al darme la vuelta vi a Zayn.
-Tu novio terrorista te está esperando. Corre y hazle lo que todos conocemos que sabes hacer.-dijo Louis, mientras se reía y comenzaba a andar. Pero Harry no se movió.- Vámonos, Harry.-lo cogió por la chaqueta, él seguía teniendo la mirada fija en mí, mientras apretaba los puños. Por un momento tuve miedo. Miedo de lo que fuera capaz de hacer.
Las dos siluetas se alejaron por donde las había visto la primera vez.
-Oye, ¿estás bien?-puso su mano Zayn sobre mi hombro. Lo que hizo que diera un pequeño grito del susto. Asentí con la cabeza.- ¿Qué querían? ¿Te han hecho algo?
-No, no. No me han hecho nada.-le respondí mientras nos dábamos las vuelta y comenzábamos a caminar hacia la parada del autobús.- ¿Qué tal tu examen de Filosofía?-le pregunté, intentando cambiar de tema.
-Muy bien, había estado estudiando con varias semanas de antelación.-respondió con una gran sonrisa.
-Me alegro.-le dije, mientras le daba un pequeño abrazo. Zayn era como mi hermano, y lo quería muchísimo.
Hermano.
Esa palabra, retumbó por toda mi cabeza. Rebuscando entre los recuerdos más dolorosos.
FLASHBACK.
Yesterday,
All my troubles seemed so far away,
Now it looks as though they're here to stay
Oh I believe in yesterday.
Suddenly,
I'm not half the man I used to be
There's a shadow hanging over me
Oh yesterday came suddenly
(ESTA CANCIÓN ES- THE BEATLES YESTERDAY)
Cantaba junto al reproductor de música, que meses atrás me habían regalado por mi cumpleaños. Me encanta poner los, grandes y redondos, discos de vinilo de cantantes antiguos que tenía mi padre en su pequeña estantería del salón. Escucharlos me recordaba a él. Podía sentir que su alma aun continuaba aquí, junto a mí. Y eso fue lo que me ayudo a salir de la dura depresión en la que caí.
Saltaba sobre la cama, como si aun tuviera 7 años, mientras que un peine hacia la función de micrófono.
Estaba sola en casa. Mamá se encontraba de cena con sus antiguas amigas. Era la primera vez que salía después de varios meses encerrada en casa por mi culpa. Mis continuas pesadillas y mis negadas ganas de ir al instituto, hicieron que tuviera que dejar por un momento su trabajo y se dedicara a mí. Y mi hermano Ádam, se encontraba con sus amigos, y no volvía hasta altas horas de la noche.
Por un momento el disco dejó de funcionar. Bajé de la cama, y fui a ver lo que sucedía. Había un parte de él que ya no estaba. Lástima. Sin duda venía la mejor parte.
Me dejé caer rendida contra la suave y blanda cama, hasta que unos gritos e insultos que provenían de fuera hicieron que me levantara y fuera a mirar por la ventana. Cuando miré a través de ella a la oscura calle, pude comprobar cómo un par de chicos le pegaban a otro. Éste se encontraba con los brazos en forma de cruz sobre su cara, para protegerla de los fuertes puñetazos. Esa ropa me era tan familiar. Ese pelo rubio…
-Ádam.-susurré.
----------------------------------------------------
Chicaaaaaaas, espero que os guste. Y espero ver vuestros comentarios. Si eso, a la tarde os subo otro maratón. Solo si hay comentarios!!xx.:bye::bye:
Capítulo 5.
-¡Mawson!-gritó una de las siluetas. Sabía perfectamente quien era. Él era el único que me llamaba por mi apellido.- ¿Otra vez te la estás fugando? ¿Cuántas veces van ya en este trimestre?-rió.
-Supongo que es lo que hace constantemente, ¿no crees Harry?-dijo alzando la voz la otra silueta.
Me paré en seco, y me di la vuelta para encontrármelos a ambos mirándome y riéndose a carcajadas.
-¿Por qué no os metéis en vuestra vida y me dejáis en paz de una puñetera vez?-les contesté con toda la rabia acumulada.
Se acercaron hasta estar totalmente enfrente de mí. Louis Tomlinson llevaba un cigarrillo entre sus labios, y le daba una calada detrás de otra, como si estuviera nervioso. Harry se acercó todavía más a mí. Llevaba una cazadora de cuero negro, y una camiseta blanca. Una sonrisa salió de sus labios ante mi pregunta, y por un momento estuvo jugando con el juego de llaves de su deportivo.
-Porque nosotros tenemos vida, cariño.-me contestó, mientras se colocaba bien sus rizos. Lo más sagrado para él. Y una maliciosa sonrisa, se hacía presente en la comisura de sus labios.
-No como tú, pequeña insólita.-dijo Louis con su típica risa, mientras lanzaba al asfalto la colilla de su cigarro, ya acabado.
-¿A eso le llamas vida?-dije, mientras retrocedía un paso. Harry enarcó una de sus cejas.- Que yo sepa tu vida es igual de mierda que la mía.- me acerqué más a él.-¿Le llamas vida a no tener ninguna relación con tus padres? ¿Qué te tengan miedo por lo que les puedas llegar a hacer? ¿A pasarte varios años en un reformatorio? ¿A eso le llamas vida?
En los ojos de Harry comenzó a haber ira. Apretó sus puños conteniéndosela, mientras su mirada se perdía entre mis ojos.
-¿Es cierto lo que está diciendo?-se acercó Louis hasta Harry, mientras lo miraba incrédulo.
-Claro que no.-se defendió éste.- ¿De verdad vas a creerla?-Louis negó rápidamente.
-¡Sam!-gritó una voz detrás de mí. Al darme la vuelta vi a Zayn.
-Tu novio terrorista te está esperando. Corre y hazle lo que todos conocemos que sabes hacer.-dijo Louis, mientras se reía y comenzaba a andar. Pero Harry no se movió.- Vámonos, Harry.-lo cogió por la chaqueta, él seguía teniendo la mirada fija en mí, mientras apretaba los puños. Por un momento tuve miedo. Miedo de lo que fuera capaz de hacer.
Las dos siluetas se alejaron por donde las había visto la primera vez.
-Oye, ¿estás bien?-puso su mano Zayn sobre mi hombro. Lo que hizo que diera un pequeño grito del susto. Asentí con la cabeza.- ¿Qué querían? ¿Te han hecho algo?
-No, no. No me han hecho nada.-le respondí mientras nos dábamos las vuelta y comenzábamos a caminar hacia la parada del autobús.- ¿Qué tal tu examen de Filosofía?-le pregunté, intentando cambiar de tema.
-Muy bien, había estado estudiando con varias semanas de antelación.-respondió con una gran sonrisa.
-Me alegro.-le dije, mientras le daba un pequeño abrazo. Zayn era como mi hermano, y lo quería muchísimo.
Hermano.
Esa palabra, retumbó por toda mi cabeza. Rebuscando entre los recuerdos más dolorosos.
FLASHBACK.
Yesterday,
All my troubles seemed so far away,
Now it looks as though they're here to stay
Oh I believe in yesterday.
Suddenly,
I'm not half the man I used to be
There's a shadow hanging over me
Oh yesterday came suddenly
(ESTA CANCIÓN ES- THE BEATLES YESTERDAY)
Cantaba junto al reproductor de música, que meses atrás me habían regalado por mi cumpleaños. Me encanta poner los, grandes y redondos, discos de vinilo de cantantes antiguos que tenía mi padre en su pequeña estantería del salón. Escucharlos me recordaba a él. Podía sentir que su alma aun continuaba aquí, junto a mí. Y eso fue lo que me ayudo a salir de la dura depresión en la que caí.
Saltaba sobre la cama, como si aun tuviera 7 años, mientras que un peine hacia la función de micrófono.
Estaba sola en casa. Mamá se encontraba de cena con sus antiguas amigas. Era la primera vez que salía después de varios meses encerrada en casa por mi culpa. Mis continuas pesadillas y mis negadas ganas de ir al instituto, hicieron que tuviera que dejar por un momento su trabajo y se dedicara a mí. Y mi hermano Ádam, se encontraba con sus amigos, y no volvía hasta altas horas de la noche.
Por un momento el disco dejó de funcionar. Bajé de la cama, y fui a ver lo que sucedía. Había un parte de él que ya no estaba. Lástima. Sin duda venía la mejor parte.
Me dejé caer rendida contra la suave y blanda cama, hasta que unos gritos e insultos que provenían de fuera hicieron que me levantara y fuera a mirar por la ventana. Cuando miré a través de ella a la oscura calle, pude comprobar cómo un par de chicos le pegaban a otro. Éste se encontraba con los brazos en forma de cruz sobre su cara, para protegerla de los fuertes puñetazos. Esa ropa me era tan familiar. Ese pelo rubio…
-Ádam.-susurré.
----------------------------------------------------
Chicaaaaaaas, espero que os guste. Y espero ver vuestros comentarios. Si eso, a la tarde os subo otro maratón. Solo si hay comentarios!!xx.:bye::bye:
Última edición por IsabellaStyles el Jue 11 Jul 2013, 1:42 am, editado 1 vez
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Hello, girls. Siento haber estado ausente, pero...¡NO HAY NINGÚN COMENTARIO! ¿USTEDES VEN ESTO NORMAL? ¡PORQUE YO NO!:wut: :lloro: :misery: :muere: Y no sé si la voy a continuar. Lo más seguro es que cierre el tema.
Lo siento, pero son ustedes las que lo han querido.
Lo siento, pero son ustedes las que lo han querido.
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
IsabellaStyles escribió: Hello, girls. Siento haber estado ausente, pero...¡NO HAY NINGÚN COMENTARIO! ¿USTEDES VEN ESTO NORMAL? ¡PORQUE YO NO!:wut: :lloro: :misery: :muere: Y no sé si la voy a continuar. Lo más seguro es que cierre el tema.
Lo siento, pero son ustedes las que lo han querido.
Babyy¡¡¡¡¡¡NO CANCELES LA NOVE¡¡¡:lloro: :wut: :gasp: ¡¡¡¡¡Yo si ke kiero ke la ontinues sorry por no haber comentado antes pero eske tenia los examenes de selectivo y voy super agobiada:misery: .POR LO KE MAS KIERAS NO LA CANCELES NI LA CIERRES¡¡:lloro: SIGUELA PORFAAAA
CeliaStylinson
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
Aaaaaaaaaw*-* Tranquila, corazón. ¡NO LA VOY A CANCELAR! ¡AUNQUE TENGA QUE SUBIR PARA SOLO UNA LECTORA! ¡MI FIEL LECTORA!:amor: :amor: Y tranquila, no te preocupes. Espero que te hayan salido muy bien los exámenes. Y, ¿sabes qué? Me alegraste el diaaaaaaaaaa!!!!!:corre: :corre: Ahora mismo te subo dos capítulos, ¿si? Y de nuevo ¡¡MUCHÍSIMAS GRACIAS!!:ilusion: :ilusion:CeliaStylinson escribió:IsabellaStyles escribió: Hello, girls. Siento haber estado ausente, pero...¡NO HAY NINGÚN COMENTARIO! ¿USTEDES VEN ESTO NORMAL? ¡PORQUE YO NO!:wut: :lloro: :misery: :muere: Y no sé si la voy a continuar. Lo más seguro es que cierre el tema.
Lo siento, pero son ustedes las que lo han querido.
Babyy¡¡¡¡¡¡NO CANCELES LA NOVE¡¡¡:lloro: :wut: :gasp: ¡¡¡¡¡Yo si ke kiero ke la ontinues sorry por no haber comentado antes pero eske tenia los examenes de selectivo y voy super agobiada:misery: .POR LO KE MAS KIERAS NO LA CANCELES NI LA CIERRES¡¡:lloro: SIGUELA PORFAAAA
IsabellaStyles
Re: FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES)
CAPÍTULO 6-RECUERDOS.
Bajé rápidamente las largas escaleras, sin importarme quienes fueran esos tipos. Estaban pegando a Ádam, y no lo podía permitir.
-¡Eh, vosotros!-grité, mientras me acercaba rápidamente hasta donde se encontraban ellos.
Por un momento dejaron de darle puñetazos a mi hermano, para desviar su mirada a mí. Ni si quiera me había dando cuenta que aun seguía en pijama. Una fina camiseta y un pantalón corto cubrían, ahora, mi pequeño y delgado cuerpo.
-Sam-gruñó Ádam, mientras se pasaba una mano por el labio y retiraba la sangre que caía por él.
-Dejar en paz a mi hermano, o si no…-me interrumpieron.
-O si no, ¿qué?-repitió uno de ellos, mientras se acercaba a mí. No me gustaban las pintas que tenían y comencé a tener miedo. Me había metido en la boca del lobo.
Retrocedí lentamente, pero me estampé contra algo fuerte que había detrás de mí. Al darme la vuelta, pude comprobar cómo otro hombre se encontraba observándome con una sonrisilla maliciosa. Por un momento no llegó a entrar aire en mis pulmones.
-Mira lo que nos hemos encontrado, Jim. ¿Qué te parece si nos la llevamos? Resultara divertido jugar con esta preciosidad-dijo el hombre que estaba detrás de mí, mientras me agarraba fuertemente por las muñecas y con su otra mano cogía mi barbilla. Tenía unos profundos ojos castaños.
-Dejarla en paz. Ni se os ocurra tocarle un pelo-dijo enfurecido Ádam, mientras venía hasta donde me encontraba-. Os daré lo que queréis, pero a ella dejarla. No tiene nada que ver en esto.
Mi mirada todavía seguía clavada en sus ojos. Las muñecas comenzaban a arder. Apretaba con tanta fuerza.
-Suéltala, David-le ordenó uno de ellos-. Te damos de tiempo hasta el miércoles. Como no lo tengas ya sabes lo que te pasará.
Después de esas palabras, comenzó a andar a través de las sombras de la oscuridad. El tal David me soltó, al fin, y lo primero que hice fue ir corriendo a los brazos de mi hermano.
-¿Te encuentras bien?-le pregunté, mientras me aferraba a su cuerpo.
-Sí. Entremos a casa antes de que cojas un resfriado.
Asentí, y le ayudé a caminar ya que no podía andar bien. En alguna que otra ocasión, perdió el equilibrio.
FIN FLASHBACK.
•POV Harry:
-Oye tío, ¿a qué se refería la detestable con eso de que estuviste varios años en un reformatorio?-volvió a preguntar Louis, mientras bajaba la ventanilla del coche y se encendía otro cigarro.
-A nada. Ya te lo he dicho. Es una mentirosa-le contesté, sin desviar la mirada de la carretera.
Seguía sin creerme como había abierto la boca y había dicho eso. ¿Quién se creía que era? No era nada. No era absolutamente nadie para revolver entre las cenizas de mi pasado. Apreté con fuerza el acelerador. Estaba furioso y tenía que liberar mi ira de una forma u otra.
Por fin llegamos al gran local. Éste se encontraba un poco apartado de la ciudad, para que nadie pudiera molestarnos y no tuviéramos problemas con la policía.
-¿No entras, Harry?-me preguntó Louis, al ver que me quedaba apoyado contra el coche. Negué con la cabeza-. Como quieras. Pero que sepas que las botellas se van a acabar en seguida con estos tipos-dijo lo último riendo, mientras abría las puertas de par en par, y un hilo de música salía de ellas.
FLASHBACK:
Estaba ebrio. Muy ebrio. Sabía que me había pasado bebiendo.
Metí la llave en la dorada cerradura, aunque costó meterla ya que mis manos temblaban nerviosas y sudaban a causa del alcohol. Cuando por fin pude entrar, todo estaba muy oscuro y en silencio. Cerré con cuidado la puerta, pero perdí el equilibrio y me tropecé. Por desgracia me estampé, contra la delicada entrada de cristal haciendo que se partiera en mil pedazos. Mis padres al oír aquel escándalo, dieron las luces de toda la casa y bajaron corriendo hasta la entrada.
-¿Se puede saber que es todo esto?-preguntó mi madre, mientras bajaba las escaleras abotonándose su batín azul cían.
-Mierda-maldecí, mientras me levantaba como podía. Me había clavado algún que otro cristal en la palma de la mano. Al levantarme, perdí el equilibrio y me volví a estampar, pero esta vez contra la pared.
-¡Estás borracho!-dijo, con un grito ahogador mi madre.
-¡Agh!-me quejé, mientras me llevaba las manos a la cabeza-. Deja de gritar-le respondí, mientras me levantaba del suelo-. Y sí, estoy borracho. ¿Me vas a hacer algo?-me acerqué hasta ella- ¿Me vas a volver a meter a un reformatorio?-le escupí las palabras.
-¡Harry! ¡Deja de hablarle a tu madre así!-intervino mi padre, mientras se acercaba a consolar a mi madre, la cual se encontraba llorando.
-Cállate, hijo de puta-le respondí con desprecio, mientras subía como podía las escaleras.
FIN FLASHBACK.
Bajé rápidamente las largas escaleras, sin importarme quienes fueran esos tipos. Estaban pegando a Ádam, y no lo podía permitir.
-¡Eh, vosotros!-grité, mientras me acercaba rápidamente hasta donde se encontraban ellos.
Por un momento dejaron de darle puñetazos a mi hermano, para desviar su mirada a mí. Ni si quiera me había dando cuenta que aun seguía en pijama. Una fina camiseta y un pantalón corto cubrían, ahora, mi pequeño y delgado cuerpo.
-Sam-gruñó Ádam, mientras se pasaba una mano por el labio y retiraba la sangre que caía por él.
-Dejar en paz a mi hermano, o si no…-me interrumpieron.
-O si no, ¿qué?-repitió uno de ellos, mientras se acercaba a mí. No me gustaban las pintas que tenían y comencé a tener miedo. Me había metido en la boca del lobo.
Retrocedí lentamente, pero me estampé contra algo fuerte que había detrás de mí. Al darme la vuelta, pude comprobar cómo otro hombre se encontraba observándome con una sonrisilla maliciosa. Por un momento no llegó a entrar aire en mis pulmones.
-Mira lo que nos hemos encontrado, Jim. ¿Qué te parece si nos la llevamos? Resultara divertido jugar con esta preciosidad-dijo el hombre que estaba detrás de mí, mientras me agarraba fuertemente por las muñecas y con su otra mano cogía mi barbilla. Tenía unos profundos ojos castaños.
-Dejarla en paz. Ni se os ocurra tocarle un pelo-dijo enfurecido Ádam, mientras venía hasta donde me encontraba-. Os daré lo que queréis, pero a ella dejarla. No tiene nada que ver en esto.
Mi mirada todavía seguía clavada en sus ojos. Las muñecas comenzaban a arder. Apretaba con tanta fuerza.
-Suéltala, David-le ordenó uno de ellos-. Te damos de tiempo hasta el miércoles. Como no lo tengas ya sabes lo que te pasará.
Después de esas palabras, comenzó a andar a través de las sombras de la oscuridad. El tal David me soltó, al fin, y lo primero que hice fue ir corriendo a los brazos de mi hermano.
-¿Te encuentras bien?-le pregunté, mientras me aferraba a su cuerpo.
-Sí. Entremos a casa antes de que cojas un resfriado.
Asentí, y le ayudé a caminar ya que no podía andar bien. En alguna que otra ocasión, perdió el equilibrio.
FIN FLASHBACK.
•POV Harry:
-Oye tío, ¿a qué se refería la detestable con eso de que estuviste varios años en un reformatorio?-volvió a preguntar Louis, mientras bajaba la ventanilla del coche y se encendía otro cigarro.
-A nada. Ya te lo he dicho. Es una mentirosa-le contesté, sin desviar la mirada de la carretera.
Seguía sin creerme como había abierto la boca y había dicho eso. ¿Quién se creía que era? No era nada. No era absolutamente nadie para revolver entre las cenizas de mi pasado. Apreté con fuerza el acelerador. Estaba furioso y tenía que liberar mi ira de una forma u otra.
Por fin llegamos al gran local. Éste se encontraba un poco apartado de la ciudad, para que nadie pudiera molestarnos y no tuviéramos problemas con la policía.
-¿No entras, Harry?-me preguntó Louis, al ver que me quedaba apoyado contra el coche. Negué con la cabeza-. Como quieras. Pero que sepas que las botellas se van a acabar en seguida con estos tipos-dijo lo último riendo, mientras abría las puertas de par en par, y un hilo de música salía de ellas.
FLASHBACK:
Estaba ebrio. Muy ebrio. Sabía que me había pasado bebiendo.
Metí la llave en la dorada cerradura, aunque costó meterla ya que mis manos temblaban nerviosas y sudaban a causa del alcohol. Cuando por fin pude entrar, todo estaba muy oscuro y en silencio. Cerré con cuidado la puerta, pero perdí el equilibrio y me tropecé. Por desgracia me estampé, contra la delicada entrada de cristal haciendo que se partiera en mil pedazos. Mis padres al oír aquel escándalo, dieron las luces de toda la casa y bajaron corriendo hasta la entrada.
-¿Se puede saber que es todo esto?-preguntó mi madre, mientras bajaba las escaleras abotonándose su batín azul cían.
-Mierda-maldecí, mientras me levantaba como podía. Me había clavado algún que otro cristal en la palma de la mano. Al levantarme, perdí el equilibrio y me volví a estampar, pero esta vez contra la pared.
-¡Estás borracho!-dijo, con un grito ahogador mi madre.
-¡Agh!-me quejé, mientras me llevaba las manos a la cabeza-. Deja de gritar-le respondí, mientras me levantaba del suelo-. Y sí, estoy borracho. ¿Me vas a hacer algo?-me acerqué hasta ella- ¿Me vas a volver a meter a un reformatorio?-le escupí las palabras.
-¡Harry! ¡Deja de hablarle a tu madre así!-intervino mi padre, mientras se acercaba a consolar a mi madre, la cual se encontraba llorando.
-Cállate, hijo de puta-le respondí con desprecio, mientras subía como podía las escaleras.
FIN FLASHBACK.
IsabellaStyles
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» FALSAS PROMESAS (HARRY STYLES Y TU)
» Promesas rotas |Harry Styles| >>One Shot
» PROMESAS... [HARRY STYLES Y TU] neccesitamos 2 chicas
» 40 promesas cumplidas y un almohadón de pluma {Harry Styles y ______ Scodelario}
» ✝ Mentiras, promesas y decepciones ✝ Harry Styles y _____ Tomlinson AUDICIONES.
» Promesas rotas |Harry Styles| >>One Shot
» PROMESAS... [HARRY STYLES Y TU] neccesitamos 2 chicas
» 40 promesas cumplidas y un almohadón de pluma {Harry Styles y ______ Scodelario}
» ✝ Mentiras, promesas y decepciones ✝ Harry Styles y _____ Tomlinson AUDICIONES.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.