Trouble, love&shows {One Direction} NC. 1er tema terminado

Mis ganas de colocar mis manos sobre el cuello de Coraline, en este momento donde todas estamos de los pelos de punta, parece tan atractiva como Johnny Depp en cuero. De acuerdo, no me exprese bien y creo que no es un gran problema en este momento, pero si captaron mi idea, se los agradezco.

El e-mail no solo nos dice que ganamos el dichoso concurso donde pasaremos a camarín para conocer a One Direction, no solo compartiremos una cena con ellos y con Ed Sheeran, sino también nos dice – o mejor dicho, nos obliga – a hacernos pasar por sus novias. Coraline está completamente confusa y aterrorizada por las palabrotas que todas están lanzando en su contra. Ellie me ayuda a calmar a Jayme y Emma; en cualquier momento, van saltar arriba de la pequeña rubia, y aunque se lo tenga merecido, le tengo un increíble aprecio.

- ¡Esperen, esperen! ¡Yo no sé nada de ese contrato! – chilla mientras se echa hacia atrás, cayendo al suelo.

- ¡Entonces explicarnos que dice ahí! – espeta Emma, exasperada y aun alterada.

- Tranquilas, puede que se hayan confundido. – aseguro metiéndome en el medio.

- ¡No digas eso! – reclama Cora – Se cumple mi sueño y una fantasía. Cualquier chica quisiera salir con uno de ellos.

No voy a negar que sean atractivos, pero si se refiere a “cualquier” chica queriendo estar con ellos, seria, obviamente, una directioner aficionada como lo es Coraline. Estoy empezando a subir a la cima, mi padre me dijo que no me metiera en la boca del lobo para que la prensa no me creara una mala fama; si llego a salir con uno de estos chicos, tendré que decirle “adiós” a Chris Evans y sus músculos perfectos.

Oh, Capitán América, que bien la hubiésemos pasado.

- ¿Quieres seguir viviendo? – Coraline asiente – Entonces, no hables ni desees cosas así. Estamos en un buen aprieto si lo que dice allí es verdad.

- No puede serlo – replico Michelle, frunciendo el ceño y mordiéndose las uñas – No hay ningún contrato. Es todo una confusión.

Desgraciadamente, mis otras dos amigas no están tan seguras de que lo sea; las animo y les digo que tengan optimismo para que piensen que es una cruel broma que ellos habrán hecho. Quizás, querían ver que tal era la reacción de las fans en una situación así, o, simplemente, lo hicieron para divertirse en cuanto dijeran que la estaban jodiendo. De todas formas, no quiero que Coraline tenga el corazón roto.
Decidimos entre todas que vamos a ir mañana al concierto que realizan en Londres antes de irse de gira, arreglaremos la gran confusión que se ha creado y volveremos a nuestras vidas, sin preocuparnos por ser novias de muchachos que ni conocemos – y esto también cuenta a Coraline, por más que insiste en que sabe cada cosa de ellos.

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El hombre robusto y grande que mantiene una pequeña etiqueta donde dice su nombre y su cargo en seguridad, parece tan emocionado de vernos que incluso nos inspecciono de arriba a abajo. El único momento donde puso mala cara, fue cuando le quito a Emma una navaja que mantenía oculta entre sus chucherías. Sé que puede parecer un poco psicópata, pero una vez nos quisieron asaltar y su navaja – por más que no sepa usarla – es de grandísima ayuda. Aunque usarla ahora parece una excelente idea.

Suelto una risita al imaginar a Emma pelear con su navaja como si fuese parte de los tres mosqueteros, solo que seriamos nosotras cuatro contra el que viniera porque Coraline no se atrevería a participar si es en contra de sus amores platónicos. Solo espero que esos chicos sean tales como se hacen ver, no quiero que se lleve una desilusión en grande, y aunque las chicas han estado preparándola para una futura decepción, no evito preocuparme.

Llegamos hacia una puerta, finalmente, donde el guardaespaldas la abre y nos permite entrar a una habitación; pareciera que es un camerino lo suficientemente grande como para un ejército – sí, estoy exagerando, pero es grande -, con un gran resplandor en el interior y unos aperitivos alrededor de una mesa larga y cuadrada, en la cual nos sentamos en los asientos de un lado.

Se nos pide que esperemos mientras los chicos salen del backstage; nos dice que también vendrá Simone Cowell, por lo que Jayme comienza a cantar las vocales para calentar su voz. Si logra conquistarlo con el hermoso talento que posee, será un gran paso para su carrera. Al menos de esto dos están sacando provecho, o mejor dicho tres, contando que Michelle adora a Ed Sheeran.

La puerta se habré de repente, quitándome de mis pensamientos y callando los murmullos de mis amigas. Cinco chicos, atractivos y con aires de superioridad – además de las caras poco amigables -, entran con pasos cansadores y mirándonos con fijes, inspeccionándonos a cada una de nosotras con desprecio. Todas nos damos cuenta de ello, menos Coraline que se ha quedado en shock, y de repente, comienza a gritar como una desquiciada. Michelle y yo la sostenemos antes que se tire arriba de la mesa y tenga la intención clara de violar a esos muchachos; por mi estaría bien, pero el problema sería que nos tragaríamos un gran juicio donde pasaríamos años encerradas.

Emma y Jayme se ríen cuando se asustan y se echan hacia atrás. Por suerte, Coraline ha dejado de gritar y mantiene una sonrisa ancha sobre su rostro, una que no he visto en muchísimo tiempo. Simone aparece con el ceño fruncido y mirando a nuestra amiga con curiosidad, la misma mirada nos dirige a todas.

- Bienvenidas, señoritas – nos dice con una fingida sonrisa en el rostro.

- Hola – saludamos todas entre susurros, menos la pequeña Cora que parece estar más emocionada que cuando corrimos a Paul McCartney cuando teníamos doce años.

- ¿Qué hacen ustedes ahí? Siéntense en la mesa – les ordena a sus muchachos, quienes a regañadientes obedecen – Bien, chicas, esta es la cuestión: Han ganado un concurso, uno donde las hemos seleccionado a ustedes para que no solamente ganaran, si no para…

- ¿Ser sus novias? – interrumpe Emma, señalando con desprecio a la banda. – Mire, señor, nosotras hemos concursado solo por nuestra amiga, Coraline, no porque queramos salir con sus chicos.

- Además, ¿en qué momento se especificaba que seríamos contratadas? – cuestiona Jay.

- ¿Quién firmo el contrato? – pregunta un moreno, pareciera que esta mas muerto que vivo.

Todas miramos a Coraline, quien mantiene su mirada devorando a cada uno de los chicos con las mejillas enrojecidas; quisiera sacarla de ese trance dándole unas cuantas bofetadas, pero no creo que sea el momento ni el lugar. Simone nos explica que en el contrato también se decía sobre que, antes de concursar, no solo ganaríamos conocer a los chicos, sino también ser sus novias por seis meses donde nos comprometeríamos a mejorar su imagen.

Si una firma, todas caen con ella.

Estoy segura, muy segura que Emma, Jay e incluso Michelle quieren matar a Coraline, quien aún no se da cuenta la gravedad del asunto. Mi padre va a matarme cuando se entere de esto, a no ser que quiera sacar provecho y me anime a salir con uno de ellos para elevar mi fama. Si quiero llegar a la cima, quiero que sean por mis esfuerzos y no por quien salgo, ¿es tan difícil de entender?

- ¿Y si nos rehusamos a seguir el contrato? – por primera vez, Michelle habla.
Simone inspira profundamente. Lo que viene no me gustara.

- Se las denunciara por una cantidad de trillones de dólares por no respetar el contrato establecido; también estaba como una advertencia que no leyeron.

Tomo con brusquedad los papeles que nos tiende, pero no hay nada mientras sigo pasando las hojas. Me sorprendo cuando de pronto, el rubio de la banda me pasa una lupa gigantesca y me dice que busque en la página siete. Y allí esta, tan claro que solo se puede ver de esta forma. Bien, nos han cagado en grande.

- Si ya está todo dicho y hecho – una vez más, sonríe de forma falsa - ¿Qué tal si hacemos el sorteo de las parejas?

- Una pregunta – Emma levanta la mano.

- Dime – asiente Simone mientras toma un sombrero negro entre sus manos.

- ¿Si, por casualidad, alguna muere trágicamente, se nos ha de denunciar también? – mira hacia Coraline, fulminándola con la mirada y, seguramente, lamentándose porque le hayan quitado su navaja.

Simone revolea los ojos y le tiende el sombrero a Ellie mientras le pide que saque un papel. Esta inspira profundamente mientras nos mira a cada una de nosotras, como pidiéndonos que usáramos nuestros poderes mágicos para salir de este aprieto; es un gran problema porque no tenemos poderes.

- Zayn Malik – dice con la voz temblorosa.

El moreno que tiene la pinta de ser un matón de primera, es quien le ha tocado a nuestra amiga. Al menos es lindo; oh bueno, todos lo son.

- Liam Payne – Emma frunce el ceño al leer el papel que ha sacado - ¿Quién diablos es Liam Payne?

- Soy yo – levanta la mano un castaño de ojos cafés.

- A mí me tocó un tal Louis Tomilson o algo así– Jay abre los ojos en grande.

- Tomlinson – corrige el castaño con ojos azules.

Coraline y yo nos miramos, ella está sonriendo de oreja a oreja mientras que yo solo quiero salir corriendo de aquí, refugiarme en algún lugar donde nunca me encuentren y tal vez escribir un libro sobre esta aventura.

Finalmente, lo sacamos al mismo tiempo. Ni siquiera soy capaz de leerlo, ella lo abre con desesperación y lanza un gritito de emoción; prácticamente, salta arriba de la mesa para volver a saltar sobre el rubio, quien cae directamente al suelo.

- ¡Me toco Niall! ¡Me toco Niall! – festeja aun encima de él. – pero, ¿para qué es esto?

- Dime que puedo matarla y no me denunciaran; por favor, dímelo. – me ruega Emm.

Le sonrió comprensivamente, entendiendo sus ganas de asesinar a la pequeña rubia aun encima de Niall y besándolo por toda la cara mientras este se queja y pide que se la quiten encima.

Abro el papel y leo el nombre del muchacho: Harry Styles, el de cabellera endemoniadamente enrulada y ojos verdes. Unos ojos que parecen estar matándome con la mirada.

Ojala que estos meses se pasen rápidos.