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Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
DIANTRES! EL NO DEJA PASAR UNAAA! XD SIGUELA!:D
AniitaRP4
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
ay Joseph estas peligrando yo siendo la rayiz me vengo, la dejo plantada tiene que hacerlo sufrir, aunque sea un poquito
siguelaaaa
siguelaaaa
JB&1D2
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
hola mis chicas bienvenidas a las nuevas lectoras,
aqui les traigo capitulo nuevo disfrútenlos
Si no hubiera invertido tanto en el resultado de aquella velada, Joe se habría reído de la cara que había puesto (_Tn). La rabia, la vergüenza y el enojo se mezclaban con el rosado intenso de sus mejillas.
—Yo no te elegí para mí —le recordó la mujer que tenía delante—. Elegí tu fantasía por su potencial publicitario, y no te olvides de ello ni un segundo.
—Sigues enfadada conmigo.
—De verdad, no eres tan importante en mi vida.
Discutir era una estupidez. No tenía tanto tiempo para hablar con (_Tn), y no quería malgastarlo con evasivas, de modo que pasó directamente a lo quería decirle; a lo que llevaba tres años queriendo decirle.
—(_Tn).
Ella arqueó las cejas ligeramente. Era impresionantemente bella. Su cabello era de un rubio mucho más sofisticado del que él recordaba; y su rostro más maduro y sexy.
—No puedo creer que huyera de ese modo.
—Y seguiste huyendo. ¿De verdad pensaste que iba a ir detrás de ti para obligarte a casarte conmigo? De verdad, te valorabas demasiado, Joe —dijo ella con una sonrisa y la clase de inflexión en la voz que uno utilizaba para contar algo que terminaba en un comentario jocoso.
Debía reconocer que tal vez se hubiera creído demasiado importante en su vida. Durante todo ese tiempo había pensado que le había roto el corazón...
—¿Qué pasa? Me estás mirando como si hablara en alemán —dijo ella.
—El alemán lo entiendo. Lo aprendí en Zurich.
Ella volteó los ojos.
—Me cuadra.
¿Y él había pasado esos tres años sintiéndose culpable por nada?
—¿Te partí el corazón aunque fuera un poco?
—Mira, es una historia fantástica. Dejaste plantada a una chica el día de su boda. No quiero estropeártela. De verdad, es un triunfo del que pocos hombres pueden presumir.
—Me porté como un canalla. Por favor, dímelo y déjalo pasar.
Ella se acercó un poco más a él, ofreciéndole con su proximidad un cautivador atisbo de una piel suave y pálida y de unos labios brillantes que él ya no tenía derecho alguno a besar.
—Si quieres la absolución, ve a ver a un cura.
Ella pinchó un pedazo de langosta de la pequeña torre de comida y se lo metió en la boca; entonces gimió con exagerado placer mientras masticaba. Siempre se había lanzado a la vida con deleite, ya fuera probando una comida nueva o una postura nueva en la cama. Él no había olvidado lo bonita que era ella, pero en el presente, unos años después, era todavía más preciosa.
—¿Esperaste mucho antes de darte cuenta de que no iba a presentarme?
¿Por qué la estaba presionando de ese modo? Era una estupidez, y no iba a ayudarla a que se olvidara de lo canalla que había sido ni a convencerla para que lo dejara entrar en su vida de nuevo, ni siquiera como amigo. Pero de algún modo él tenía que saberlo. Tal vez no hubiera visto a (_Tn) en tres años, pero la conocía desde hacía mucho. Ella no era de las que se ponía a hacer terapia o pedir consejo. Dudaba que se hubiera echado a llorar siquiera en el hombro de nadie. Seguramente habría decidido con rapidez que lo que él había hecho era en ese momento para bien, habría devuelto todos los regalos, tirado su vestido de novia y seguido adelante.
(_Tn) se terminó el primer plato con un suspiro de satisfacción, tomó un sorbo de vino blanco y dijo entonces:
—Más o menos una hora. Para entonces, papá ya había llamado a la policía para comprobar que no había habido ningún accidente de coche y había llamado al hospital y comprobado que no había ningún paciente con amnesia dando vueltas por el hospital vestido de esmoquin.
Él se encogió, sintiendo el dolor que ella no quería mostrar.
—Ni siquiera vi tu vestido —dijo él.
—Eso es agua pasada, cielo —ella alzó la mirada y sonrió con deleite a algo o alguien que estaba detrás de él—. Creo que nos traen vieiras.
Mentía. Había visto el vestido de novia de (_Tn). Piper le había enviado una carta tremenda, con una foto de (_Tn) vestida de novia y con el ramo en la mano. En la foto estaba claro que la joven no sabía que la iban a dejar plantada en el altar, puesto que su aspecto era radiante, por decir algo. En la imagen parecía tan segura de sí misma y de su hombre, con los ojos brillantes de emoción y tan llenos de vida que parecía como si fuera a salirse de la foto. No tenía ni idea de por qué la llevaba todavía en su cartera.
Sin embargo, su comentario sobre la absolución le resultó convincente. Sospechaba que era la penitencia que lo había llevado a dar aquel paso tan impetuoso.
—Bueno. Ya no vas a ver el vestido nunca.
—¿Lo quemaste? —adivinó él.
Ella lo miró como si se hubiera vuelto loco.
—Hay que ver lo que te gusta el melodrama, ¿eh? Pues claro que no quemé el vestido. Se lo di a Nellie Redmond. Ella se quedó embarazada en el tercer año de facultad y se casó con aquel tal Bert con quien había estado saliendo. No tenían mucho dinero, y tenía más o menos mi talla.
Había regalado su vestido de novia. Por supuesto que sí. Estaba seguro de que incluso les había organizado la boda a Nellie y a Bert.
—¿Qué hiciste? ¿Quiero decir, después de darte cuenta de que no iba a volver ese día?
Debían de ir ya por el plato número diecisiete, por lo menos.
—Le pedí a Piper que se hiciera cargo del banquete. Me cambié de ropa, aparecí ante los invitados y di un breve discurso que me salió bastante bien, dadas las circunstancias. Entonces me marché. Se me ocurrió que los invitados se lo pasarían mejor sin mí.
—¿Nada más?
—Bueno, lloré unos cuantos días, pero estaba tan ocupada cancelando el viaje de novios y devolviendo los regalos que no tuve tiempo. Decidí que iba a tener que seguir viviendo. Así que eso fue lo que hice.
Él abrió la boca, pero ella sacudió la cabeza.
—Ya basta de hablar del pasado. Háblame de tu nuevo empleo.
Y así charlaron de su nuevo trabajo y del trabajo de (_Tn), y ella lo puso al día sobre las vidas de los conocidos en común.
Joe sabía que cada pedazo de comida que probaba era delicioso, pero se le olvidaba que estaba comiendo mientras trataba por todos los medios de cautivar a aquella mujer a la que había hecho tanto daño.
No se podía decir lo mismo de (_Tn). Ella se entusiasmó con todo, e incluso se tomó la molestia de preguntarle al sumiller cómo había elegido uno de los vinos en particular para uno de los platos. Ella era así, recordaba Joe , siempre curiosa. Y la gente hablaba con ella, parecían halagados por su interés genuino. De no haber sido relaciones públicas, habría sido una periodista magnífica.
Se produjo un leve revuelo cuando llegó un hombre con una cámara; y (_Tn) sonrió cuando apareció un equipo de televisión y una fastidiosa joven con el pelo de punta empezó a hacerle preguntas personales. Él hizo lo posible por mostrar entusiasmo por ser el ganador de aquel fin de semana de ensueño, y rápidamente ella tomó el relevo, dándole a la reportera tantos detalles jugosos como platos habían degustado esa noche.
A medida que transcurría la velada y ella continuaba con aquella actitud amigable pero impersonal, él se dio cuenta de que había conseguido su objetivo. Estaban hablando de nuevo. Ella se reía de sus historias cómicas y le hacía preguntas interesantes sobre los sitios donde había vivido. Las puertas estaban abiertas, al menos para una amistad. Y Joe se dio cuenta de lo mucho que había echado de menos su presencia en su vida.
Finalmente, cuando el sabor del postre de limón desapareció de su boca, y se terminaron el café, Joe sintió que se le acababa el tiempo.
—¿Y estás con alguien? —le preguntó él, deseando no haberlo dicho incluso cuando las palabras le salían de la boca.
Ella lo miró; sus ojos azules adoptaron una expresión gélida.
—Estoy con mucha gente. Vamos, voy a enseñarte el hotel.
(_Tn) volvió al papel de relaciones públicas con tanta rapidez que él apenas si podía seguirla. Le enseñó las habitaciones privadas, destinadas a juegos y diversión espontánea, un salón de belleza tan lujoso que incluso él, un hombre de pelo en pecho, sintió la tentación de que le hicieran la pedicura, y una biblioteca donde sospechaba que acontecían más cosas aparte de la lectura.
Aunque por todas partes habían un trasfondo de erotismo, Piper había conseguido que perseverara la sensación de elegancia. Todo desde el decorado a la multitud de lugares en los que una pareja podría esconderse y dar rienda suelta a su pasión animó a Joe . (_Tn) caminaba delante de él a ratos, con un vestido suave y vaporoso que le ceñía las curvas, y Joe sintió que su cuerpo reaccionaba ante ella.
Cuando llegaron a la puerta de su suite ella retrocedió un paso para dejarle claro que no pensaba entrar.
—Buenas noches, Joe .
Justo antes de que ella se diera la vuelta, él le plantó repentinamente las manos sobre los hombros y la obligó a mirarlo.
—¿Por qué no puedo seguir?
Ella lo miró y pestañeó, bastante sorprendida.
—¿Eh?
—He salido con mujeres, con muchas mujeres desde que estuve contigo.
—Gracias por compartir la información, pero creo que debo...
—Pero no sirve de nada —continuó Joe —. En cuanto empiezo a pensar en el futuro, creo que la mujer en cuestión es demasiado agradable para estar con un canalla como yo. Me pregunto si me dará por abandonarla cuando me necesite.
—Ése no es mi problema.
—No. Pero tú eres parte de ello. Siempre acabo pensando en ti cuando estoy con otra mujer. ¿Por qué?
—¿Te sentirás culpable?
Él sacudió la cabeza con impaciencia.
—Eso es lo que pensé yo también al principio. Entonces me dije que tal vez podría seguir adelante hasta que estuviera seguro de que a ti te iba bien.
—Entonces sigue adelante, Joe . Mi vida está mejor que bien. Es fantástica. Estoy haciendo realidad mi sueño. Gracias por darte cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro y tener las agallas de ponerlo en acción —sacudió la cabeza y se echó a reír con delicadeza—. ¿Te imaginas si nos hubiéramos casado? Habría detestado tener que divorciarme.
Ella tenía razón. Debería estar contento de que ella viera su ruptura del mismo modo que la veía él. ¿Entonces por qué sus palabras le sentaron como un tiro?
Ella le puso las palmas de las manos a ambos lados de la cara, se puso de puntillas y lo besó con suavidad.
—Ve a vivir una vida maravillosa. Yo pienso hacer lo mismo.
Se dio la vuelta y echó a andar, y en ese momento Joe entendió perfectamente cuál era su problema. Si un relámpago de luz hubiera rasgado el cielo y lo hubiera golpeado, no habría visto con tanta claridad cuál era su verdadero problema.
Él, Joe Jonas, seguía enamorado de Kirsten Prescott.
Y tenía un fin de semana para encontrar el modo de recuperarla.
_______________________________________________________________________________________________________Continuara...
aqui les traigo capitulo nuevo disfrútenlos
Capítulo 3
Si no hubiera invertido tanto en el resultado de aquella velada, Joe se habría reído de la cara que había puesto (_Tn). La rabia, la vergüenza y el enojo se mezclaban con el rosado intenso de sus mejillas.
—Yo no te elegí para mí —le recordó la mujer que tenía delante—. Elegí tu fantasía por su potencial publicitario, y no te olvides de ello ni un segundo.
—Sigues enfadada conmigo.
—De verdad, no eres tan importante en mi vida.
Discutir era una estupidez. No tenía tanto tiempo para hablar con (_Tn), y no quería malgastarlo con evasivas, de modo que pasó directamente a lo quería decirle; a lo que llevaba tres años queriendo decirle.
—(_Tn).
Ella arqueó las cejas ligeramente. Era impresionantemente bella. Su cabello era de un rubio mucho más sofisticado del que él recordaba; y su rostro más maduro y sexy.
—No puedo creer que huyera de ese modo.
—Y seguiste huyendo. ¿De verdad pensaste que iba a ir detrás de ti para obligarte a casarte conmigo? De verdad, te valorabas demasiado, Joe —dijo ella con una sonrisa y la clase de inflexión en la voz que uno utilizaba para contar algo que terminaba en un comentario jocoso.
Debía reconocer que tal vez se hubiera creído demasiado importante en su vida. Durante todo ese tiempo había pensado que le había roto el corazón...
—¿Qué pasa? Me estás mirando como si hablara en alemán —dijo ella.
—El alemán lo entiendo. Lo aprendí en Zurich.
Ella volteó los ojos.
—Me cuadra.
¿Y él había pasado esos tres años sintiéndose culpable por nada?
—¿Te partí el corazón aunque fuera un poco?
—Mira, es una historia fantástica. Dejaste plantada a una chica el día de su boda. No quiero estropeártela. De verdad, es un triunfo del que pocos hombres pueden presumir.
—Me porté como un canalla. Por favor, dímelo y déjalo pasar.
Ella se acercó un poco más a él, ofreciéndole con su proximidad un cautivador atisbo de una piel suave y pálida y de unos labios brillantes que él ya no tenía derecho alguno a besar.
—Si quieres la absolución, ve a ver a un cura.
Ella pinchó un pedazo de langosta de la pequeña torre de comida y se lo metió en la boca; entonces gimió con exagerado placer mientras masticaba. Siempre se había lanzado a la vida con deleite, ya fuera probando una comida nueva o una postura nueva en la cama. Él no había olvidado lo bonita que era ella, pero en el presente, unos años después, era todavía más preciosa.
—¿Esperaste mucho antes de darte cuenta de que no iba a presentarme?
¿Por qué la estaba presionando de ese modo? Era una estupidez, y no iba a ayudarla a que se olvidara de lo canalla que había sido ni a convencerla para que lo dejara entrar en su vida de nuevo, ni siquiera como amigo. Pero de algún modo él tenía que saberlo. Tal vez no hubiera visto a (_Tn) en tres años, pero la conocía desde hacía mucho. Ella no era de las que se ponía a hacer terapia o pedir consejo. Dudaba que se hubiera echado a llorar siquiera en el hombro de nadie. Seguramente habría decidido con rapidez que lo que él había hecho era en ese momento para bien, habría devuelto todos los regalos, tirado su vestido de novia y seguido adelante.
(_Tn) se terminó el primer plato con un suspiro de satisfacción, tomó un sorbo de vino blanco y dijo entonces:
—Más o menos una hora. Para entonces, papá ya había llamado a la policía para comprobar que no había habido ningún accidente de coche y había llamado al hospital y comprobado que no había ningún paciente con amnesia dando vueltas por el hospital vestido de esmoquin.
Él se encogió, sintiendo el dolor que ella no quería mostrar.
—Ni siquiera vi tu vestido —dijo él.
—Eso es agua pasada, cielo —ella alzó la mirada y sonrió con deleite a algo o alguien que estaba detrás de él—. Creo que nos traen vieiras.
Mentía. Había visto el vestido de novia de (_Tn). Piper le había enviado una carta tremenda, con una foto de (_Tn) vestida de novia y con el ramo en la mano. En la foto estaba claro que la joven no sabía que la iban a dejar plantada en el altar, puesto que su aspecto era radiante, por decir algo. En la imagen parecía tan segura de sí misma y de su hombre, con los ojos brillantes de emoción y tan llenos de vida que parecía como si fuera a salirse de la foto. No tenía ni idea de por qué la llevaba todavía en su cartera.
Sin embargo, su comentario sobre la absolución le resultó convincente. Sospechaba que era la penitencia que lo había llevado a dar aquel paso tan impetuoso.
—Bueno. Ya no vas a ver el vestido nunca.
—¿Lo quemaste? —adivinó él.
Ella lo miró como si se hubiera vuelto loco.
—Hay que ver lo que te gusta el melodrama, ¿eh? Pues claro que no quemé el vestido. Se lo di a Nellie Redmond. Ella se quedó embarazada en el tercer año de facultad y se casó con aquel tal Bert con quien había estado saliendo. No tenían mucho dinero, y tenía más o menos mi talla.
Había regalado su vestido de novia. Por supuesto que sí. Estaba seguro de que incluso les había organizado la boda a Nellie y a Bert.
—¿Qué hiciste? ¿Quiero decir, después de darte cuenta de que no iba a volver ese día?
Debían de ir ya por el plato número diecisiete, por lo menos.
—Le pedí a Piper que se hiciera cargo del banquete. Me cambié de ropa, aparecí ante los invitados y di un breve discurso que me salió bastante bien, dadas las circunstancias. Entonces me marché. Se me ocurrió que los invitados se lo pasarían mejor sin mí.
—¿Nada más?
—Bueno, lloré unos cuantos días, pero estaba tan ocupada cancelando el viaje de novios y devolviendo los regalos que no tuve tiempo. Decidí que iba a tener que seguir viviendo. Así que eso fue lo que hice.
Él abrió la boca, pero ella sacudió la cabeza.
—Ya basta de hablar del pasado. Háblame de tu nuevo empleo.
Y así charlaron de su nuevo trabajo y del trabajo de (_Tn), y ella lo puso al día sobre las vidas de los conocidos en común.
Joe sabía que cada pedazo de comida que probaba era delicioso, pero se le olvidaba que estaba comiendo mientras trataba por todos los medios de cautivar a aquella mujer a la que había hecho tanto daño.
No se podía decir lo mismo de (_Tn). Ella se entusiasmó con todo, e incluso se tomó la molestia de preguntarle al sumiller cómo había elegido uno de los vinos en particular para uno de los platos. Ella era así, recordaba Joe , siempre curiosa. Y la gente hablaba con ella, parecían halagados por su interés genuino. De no haber sido relaciones públicas, habría sido una periodista magnífica.
Se produjo un leve revuelo cuando llegó un hombre con una cámara; y (_Tn) sonrió cuando apareció un equipo de televisión y una fastidiosa joven con el pelo de punta empezó a hacerle preguntas personales. Él hizo lo posible por mostrar entusiasmo por ser el ganador de aquel fin de semana de ensueño, y rápidamente ella tomó el relevo, dándole a la reportera tantos detalles jugosos como platos habían degustado esa noche.
A medida que transcurría la velada y ella continuaba con aquella actitud amigable pero impersonal, él se dio cuenta de que había conseguido su objetivo. Estaban hablando de nuevo. Ella se reía de sus historias cómicas y le hacía preguntas interesantes sobre los sitios donde había vivido. Las puertas estaban abiertas, al menos para una amistad. Y Joe se dio cuenta de lo mucho que había echado de menos su presencia en su vida.
Finalmente, cuando el sabor del postre de limón desapareció de su boca, y se terminaron el café, Joe sintió que se le acababa el tiempo.
—¿Y estás con alguien? —le preguntó él, deseando no haberlo dicho incluso cuando las palabras le salían de la boca.
Ella lo miró; sus ojos azules adoptaron una expresión gélida.
—Estoy con mucha gente. Vamos, voy a enseñarte el hotel.
(_Tn) volvió al papel de relaciones públicas con tanta rapidez que él apenas si podía seguirla. Le enseñó las habitaciones privadas, destinadas a juegos y diversión espontánea, un salón de belleza tan lujoso que incluso él, un hombre de pelo en pecho, sintió la tentación de que le hicieran la pedicura, y una biblioteca donde sospechaba que acontecían más cosas aparte de la lectura.
Aunque por todas partes habían un trasfondo de erotismo, Piper había conseguido que perseverara la sensación de elegancia. Todo desde el decorado a la multitud de lugares en los que una pareja podría esconderse y dar rienda suelta a su pasión animó a Joe . (_Tn) caminaba delante de él a ratos, con un vestido suave y vaporoso que le ceñía las curvas, y Joe sintió que su cuerpo reaccionaba ante ella.
Cuando llegaron a la puerta de su suite ella retrocedió un paso para dejarle claro que no pensaba entrar.
—Buenas noches, Joe .
Justo antes de que ella se diera la vuelta, él le plantó repentinamente las manos sobre los hombros y la obligó a mirarlo.
—¿Por qué no puedo seguir?
Ella lo miró y pestañeó, bastante sorprendida.
—¿Eh?
—He salido con mujeres, con muchas mujeres desde que estuve contigo.
—Gracias por compartir la información, pero creo que debo...
—Pero no sirve de nada —continuó Joe —. En cuanto empiezo a pensar en el futuro, creo que la mujer en cuestión es demasiado agradable para estar con un canalla como yo. Me pregunto si me dará por abandonarla cuando me necesite.
—Ése no es mi problema.
—No. Pero tú eres parte de ello. Siempre acabo pensando en ti cuando estoy con otra mujer. ¿Por qué?
—¿Te sentirás culpable?
Él sacudió la cabeza con impaciencia.
—Eso es lo que pensé yo también al principio. Entonces me dije que tal vez podría seguir adelante hasta que estuviera seguro de que a ti te iba bien.
—Entonces sigue adelante, Joe . Mi vida está mejor que bien. Es fantástica. Estoy haciendo realidad mi sueño. Gracias por darte cuenta de que no estábamos hechos el uno para el otro y tener las agallas de ponerlo en acción —sacudió la cabeza y se echó a reír con delicadeza—. ¿Te imaginas si nos hubiéramos casado? Habría detestado tener que divorciarme.
Ella tenía razón. Debería estar contento de que ella viera su ruptura del mismo modo que la veía él. ¿Entonces por qué sus palabras le sentaron como un tiro?
Ella le puso las palmas de las manos a ambos lados de la cara, se puso de puntillas y lo besó con suavidad.
—Ve a vivir una vida maravillosa. Yo pienso hacer lo mismo.
Se dio la vuelta y echó a andar, y en ese momento Joe entendió perfectamente cuál era su problema. Si un relámpago de luz hubiera rasgado el cielo y lo hubiera golpeado, no habría visto con tanta claridad cuál era su verdadero problema.
Él, Joe Jonas, seguía enamorado de Kirsten Prescott.
Y tenía un fin de semana para encontrar el modo de recuperarla.
_______________________________________________________________________________________________________Continuara...
ElitzJb
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
WAAAAAAAAAAYYYYYYY!!! SIGUEEEEELAAAAAAAAA!:''DDDD
AniitaRP4
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
WAAAAAAAAAAYYYYYYY!!! SIGUEEEEELAAAAAAAAA!:''DDDD
AniitaRP4
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
Por favor!! Sigue con más.... Por fi por fi... Anda si ... No me dejes así! En estos momentos sigo odiando a Joe, mira q dejar a rayis así, sin más... Quiero leer más!!!
kenyajonasgrey
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
Va ahora si la quiere de vuelta!!!!!!...... Nonononono!!!.. Que le cueste un poco!!!!
chelis
Re: Encuentros privados Joe J y(_TN) Terminada
holisssssss !!!
ciin presentandose en esta novelaaaa :L
wow... es demasiado genial la tramaaa..
joe te odio... como la va a dejar plantada... es un canalla...
y ahora se da cuenta que sigue enamorado... jum..
please siguelaaaaaaaaaaaaa
ciin presentandose en esta novelaaaa :L
wow... es demasiado genial la tramaaa..
joe te odio... como la va a dejar plantada... es un canalla...
y ahora se da cuenta que sigue enamorado... jum..
please siguelaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
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