Re: ♥La Princesa y El Jeque♥nick y tu-adaptada-TERMINADA-

por **lovely last** Lun 13 Dic 2010, 10:34 am

no puede acabar es demasiado buena

por **Amy d' jonas <3** Lun 13 Dic 2010, 11:21 am

ay dios mio... :( maru subelo ya porfavor

por **lovely last** Lun 13 Dic 2010, 11:31 am

siii subelo ya plis

por **#Ale** Lun 13 Dic 2010, 11:55 am

MIL disculpas por no pasarme antes... y ya va a terminar NOOOO.... siempre mar llega de ultima tonta tonta....

pero sube cap cap cap cap
cap cap cap cap cap capc cap...please

por **Géne!** Lun 13 Dic 2010, 12:28 pm

maru aqui estoy :] lo sienrto por no pasar antes PERO YA ESTOY AQUI ^^que capitulos ni mas... {como definirlos} O.O {asi esta bien??} por fin me entere lo que ocultaba la princesa _____ & tambn Nick es que la princesa______ no entiende que el quiere oir de sus labios: TeAmo...
waoo maru me encanto esta historia no ´sé de donde la sacaste pero me encanto..
siguela pronto {creo que ya se acerca el gran final}
Hoy estras en fb en la noche? es para hablar {de nada} solo es hablar :] recuerda que mañana no tengo clase & estare aburrida & con hambre al igual que tu

por **Amy d' jonas <3** Lun 13 Dic 2010, 12:41 pm

CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP
CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP
CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP
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CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP CAP

por **Lucecita (adrii)** Lun 13 Dic 2010, 12:48 pm

♥La Princesa y El Jeque♥nick y tu-adaptada-TERMINADA- - Página 12 167695056

SIGUELA!!
Bzz :hug:

por **maru!!** Lun 13 Dic 2010, 2:09 pm

ya subo el cap final!! :D

por **Géne!** Lun 13 Dic 2010, 2:15 pm

maru!! escribió:ya subo el cap final!! :D

Y yo que pensaba dormirme pero ya que mas da.. Sube el cap final que yo feliz de leerlo {aunq con sueño.. que me esta matando} FINAL aayy viene la depre. a mi no me gustan las despedida ya te lo he dicho.. & creo que ya te sabes mi discurso de siempre cuando dices <cap final> de algunas de tus novela.. pero ya dale pa lante.. con el cap ^^

por **Patu** Lun 13 Dic 2010, 2:18 pm

final??? :sad: ay q rapido se termino tu nove!! :crybaby:

por **lovely last** Lun 13 Dic 2010, 2:20 pm

el cap final que tristee suena bueno ponlo y espero que subas otra novela pronto

por **maru!!** Lun 13 Dic 2010, 2:43 pm

Capítulo 10

Nick permaneció bajo el agua helada de la ducha y esperó a que disminuyera su enfado. No comprendía por qué __(tuap) no quería mostrarle el afecto que sentía hacia él… afecto que obviamente existía.
—¿Por qué te estás dando una ducha fría? —preguntó una titubeante voz femenina.
Entonces Nick pudo ver a __(tuap). Estaba frente a él y llevaba puesto su albornoz.
—He venido a disculparme —dijo—. Yo… yo no sabía nada de tu madrastra hasta hoy. Obviamente ahora comprendo por qué querías evitar casarte conmigo.
—Otra «princesa rebelde» era lo último que necesitaba Zangrar —dijo Nick, cerrando el agua.
—Sí, me doy cuenta de ello. Simplemente desearía que me lo hubieras contado antes, pero no lo hiciste, ¿no es así? Ni siquiera cuando supiste la verdad sobre mí.
—No estoy acostumbrado a confiar en nadie.
—Ni yo tampoco.
—Pues confiaste lo suficiente, en mí como para casarte conmigo, __(tuap).
—Tenía que hacerlo. Tú eras mi última esperanza —la princesa vaciló—. Antes de que me juzgues con demasiada severidad debes comprender una cosa sobre mi vida. Esperas que te cuente todo sobre mí pero te olvidas de que he estado los últimos dieciséis años no permitiéndome hacer eso mismo. Así logré sobrevivir.
—Lo sé —dijo Nick, agarrando una toalla y colocándosela alrededor de la cintura—. Pero ahora estás segura, ¿no es así?
—Sí, pero no puedo cambiar de un día para otro.
—Espero que seas sincera conmigo.
—Esperas que te cuente todo de mí, pero tú no ha haces lo mismo, ¿verdad?
—Yo ya te he otorgado lo que esperabas de este matrimonio. Protección. Nunca fue parte de nuestro acuerdo que yo me abriera ante ti.
—Tienes razón. Fui yo la que insistí en este matrimonio y tú sí que me rescataste de mi tío. Te debo mucho, lo sé. Y estoy dispuesta a ser todo lo que la esposa del sultán debe ser… simplemente no esperaba que ello implicara afecto —dijo __(tuap). Parecía con fundida—. Me tomaste por sorpresa. Nadie ha esperado antes eso de mí. No sabía que tú lo querías.
Hasta la noche anterior él tampoco lo había sabido.
—Tú eres mi esposa… quiero todo de ti, __(tuap).
—No estoy acostumbrada a confiar en nadie. No estoy segura de que pueda hacerlo —dijo ella, respirando profundamente—. Me da miedo.
—¿Miedo? —dijo Nick, sintiendo cómo el enfado abandonaba su cuerpo—. Por lo que puedo suponer, tu vida ha estado en peligro desde que eras una niña. Has mostrado una valentía increíble. ¿Cómo puede ser que te asuste el mostrar afecto?
—Porque he descubierto que confiar en alguien para después ver cómo te rechazan es la peor experiencia de todas —contestó ella, dando un paso atrás y tropezando.
Nick la agarró y evitó que cayera al suelo. Sintió cómo la excitación se apoderaba de su cuerpo y la soltó inmediatamente, como si le quemara. No comprendía la manera en la que reaccionaba ante aquella mujer. Cuando estaba cerca de ella perdía el control.
Como le había ocurrido a su padre…
—¿Te refieres a tu tío? —preguntó él, dando a su vez un paso atrás.
—No, nunca confié en él. Pero al principio hubo otras personas —dijo, tragando saliva dolorosa—mente—. Yo era sólo una niña, Nick. Y estaba acostumbrada a que me quisieran. Mis padres me habían querido y durante un tiempo acudí a todo el mundo con la esperanza de que alguien me ayudara.
—¿Y nadie lo hizo?
—Todos tenían demasiado miedo de mi tío. Pero yo estaba tan desesperada por tener apoyo que tardé mucho tiempo en dejar de confiar en las personas. Supongo que parte de mí simplemente no quería creer que aquello me estaba ocurriendo. Hace tanto tiempo que no confío en nadie y que no muestro ningún tipo de afecto que no estoy segura de poder hacerlo de nuevo tan fácilmente.
—Puedes y lo harás ya que ahora no tienes por qué sentir miedo —aseguró Nick, dejándose llevar por un impulso y abrazándola—. Nadie te pondrá una mano encima otra vez y, a pesar de lo que piensas, puedes confiar en mí.
—¿Puedo? —dijo ella, mirándolo. Sus ojos azules reflejaban vulnerabilidad.
—Sí, todo lo que te dije aquella noche en la cueva es cierto. No voy a permitir que nada ni nadie te haga daño.
—Porque soy tu esposa —dijo __(tuap) con cierta nostalgia.
—Desde luego —concedió él, preguntándose qué quería ella de él.
—Di… dijiste que quizá nuestro matrimonio no sea feliz.
—Dije que no lo sería si no eres sincera. Sé sincera conmigo, __(tuap), y nos irán muy bien las cosas.
—Pero tú no amas, ¿no es así, Nick? Ya me lo has dejado claro.
—Te he dicho que puedes confiar en mí. Jamás te fallaré como hizo tu tío. Necesitaba una esposa y tú necesitas protección. Es un intercambio justo —dijo él, abriéndole el albornoz y quitándoselo—. Te queda demasiado grande.
—Oh —dijo __(tuap), ruborizándose al verse desnuda delante de él.
—Eres increíblemente hermosa —dijo él, excitado—. ¿Te lo había dicho ya esta mañana?
—No —contestó ella sin mirarlo a los ojos—. ¿Te duele el brazo?
—En absoluto —mintió él, levantándole la barbilla con la mano.
—¿Qué quieres de mí, Nick?
—Todo —contestó él, abrazándola con fuerza—. Todo, __(tuap), recuérdalo.
Ella se sintió muy bien.
Nick la tomó en brazos y la llevó al dormitorio, donde la tumbó de espaldas en la cama y se colocó sobre ella. Entonces la besó y se dispuso a convertirla en una vibrante y amantísima esposa.
La dulzura de sus labios fue como un puñetazo de pasión, pero no quería hacerle daño. Así que refrenó sus impulsos y comenzó a seducir a su esposa. Utilizando manos y boca, exploró cada milímetro de su tembloroso cuerpo hasta que fue difícil saber quién era el que estaba más desesperado.
—Nick… —sollozó ella, presionando sus caderas contra él en una descarada invitación.
Pero él ignoró su propio deseo, así como la súplica de ella, y continuó volviéndola loca.
—¡Nick! Por favor, por favor… —imploró __(tuap), revolviéndose en una agonía de excitación.
Él acercó su mano al húmedo centro de su feminidad. __(tuap) estaba tan caliente, tan húmeda y tan preparada para él, que tuvo que apretar los dientes para evitar tomarla en aquel mismo momento con una feroz fuerza.
En vez de ello la penetró despacio. Cuando la sedosa calidez de ella le rodeó, gimió y hundió la cabeza en su cuello. Respiró su fragancia y saboreó su piel con la boca.
Entonces sintió cómo el primer espasmo del orgasmo de ella apretaba su miembro. Perdió todo control y le hizo el amor con toda la pasión y urgencia que el cuerpo de ella exigía. A los pocos segundos él mismo disfrutó de un clímax de tales proporciones que se le nubló la vista y se quedó completamente en blanco.
Pasó un tiempo considerable hasta que se sintió de nuevo un ser humano. Cerró los ojos con la esperanza de recobrar un poco de control y sintió cómo ella se daba la vuelta hacia él. Entonces abrió los ojos para mirarla y vio a una mujer que tenía el aspecto de estar muy satisfecha.
Estaba a punto de ponerla sobre su cuerpo para enseñarle una nueva posición cuando ella le puso una mano en el abdomen y se acurrucó en él.
—Ha sido increíble, habibati —dijo Nick, sonriendo satisfecho y abrazándola con fuerza.
—Sí —dijo ella dulcemente—. ¿Saldrá todo bien?
—Desde luego —contestó él, tratando de tranquilizarla—. Eres mía.
Un mes después, __(tuap) no podía creer lo mucho que había cambiado su existencia.
Por primera vez en su vida se sentía segura.
El palacio estaba repleto de guardias armados y la seguridad dentro de Citadel era extrema.
Exploró Zangrar e hizo un gran esfuerzo en aprender el idioma. A veces Nick iba con ella, pero tenía muchos compromisos y, en ocasiones, tenía que esperar a la noche para verlo.
—Me siento cómo si tuviera que concertar una cita para verte —le dijo una noche mientras cenaban juntos en uno de los patios de palacio.
—¿Me has echado de menos? —preguntó Nick—. Me alegra saberlo, habibati. Me han dicho que hoy fuiste a visitar el hospital. Ha sido muy amable por tu parte.
—Me lo enseñaron y me explicaron el trabajo que hacen. Necesitan un nuevo escáner, Nick. El jefe del departamento de radiología me contó todo lo que podrían hacer si tuvieran uno nuevo. ¿Crees…? Quiero decir que… le dije que te lo mencionaría…
—¿Has estado gastando mi dinero de nuevo, __(tuap)?
—Simplemente prometí que te lo preguntaría, eso es todo —contestó, ruborizada.
—Está claro que el pueblo de Zangrar está comenzando a aprender que el sultán no le puede negar nada a su esposa —dijo él con calidez.
__(tuap) se ruborizó. Cada vez lo deseaba más y más.
—Así que… ¿les vas a dar dinero para un escáner? Realmente creo que lo necesitan.
—Si tú lo crees, así se hará. Le diré a Omar que se encargue del asunto.
—¿Sí? ¿De verdad? —dijo ella, sonriendo—. Gracias.
—¿Qué será lo siguiente? ¿A quién quieres mejorarle la vida? —preguntó Nick, disfrutando de la conversación—. Ten cuidado de que no se aprovechen de ti, __(tuap).
—Te hace sentir bien, ¿verdad? Ser capaz de ayudar —dijo ella. Pero la sonrisa que estaba esbozando se borró de su cara y se le formó un nudo en la garganta—. Así era mi padre. No importaba la magnitud de lo que le pidieran; si él creía que estaba bien y que ayudaría a Rovina, movía montañas para conseguirlo. Todos lo querían ya que él se preocupaba por la gente.
—Está claro que el espíritu del padre vive en la hija —dijo Nick dulcemente, tomándole la mano—. Él estaría orgulloso de ti, __(tuap).
—No —contradijo ella, agitando la cabeza—. ¿Qué he hecho yo por Rovina? Simplemente observé mientras William destruía todo lo que mi padre había construido.
—Eras una niña. No tenías a nadie y aun así lograste sobrevivir. Y lograste seguir siendo valiente y sincera cuando todos los que te rodeaban eran corruptos. Tu tío será castigado, ______(tn).
—¿Estás planeando enfrentarte a él? —quiso saber ella, impresionada—. ¿Tienes un plan?
—Esto no es un tema de discusión —contestó Nick, soltándole la mano y levantándose.
—Pero si tiene que ver con Rovina…
—__(tuap)… —dijo él, dándose la vuelta para mirarla—Juraste que ibas a confiar en mí.
—Confío en ti, pero…
—Entonces no dudes de mí. Cuando llegue el momento, te contaré más cosas. Por ahora, sólo te pido que no salgas de Citadel. ¿Me lo prometes?
—Sí, pero…
—Contigo siempre hay un «pero» —dijo Nick, abrazándola—. Yo he aprendido que cuando ése es el caso, sólo hay una manera de silenciarte.
Entonces la tomó en brazos, la besó apasionadamente y __(tuap) se olvidó de lo que iba a decir.
Pero durante los días que siguieron no comprendió por qué no estaba completamente feliz. La vida le sonreía y gozaba de seguridad. Pero le faltaba una cosa esencial.
Amor.
Nick no la amaba.
En el dormitorio era extremadamente atento y se entregaba por completo. Además, le hacía regalos muy frecuentemente y le enseñó la parte medieval de Citadel él mismo. Pero no la amaba.
Una tarde, sentada a la sombra en uno de los preciosos jardines de palacio, pensó que quizá algún día llegara a amarla. Oyó cómo alguien la llamaba y levantó la mirada. Vio a Omar acercándose a ella apresuradamente.
—¿Omar? —preguntó, levantándose—. ¿Ocurre algo?
—Ha habido un accidente terrible, Su Alteza.
—¿Está herido el sultán? —horrorizada, __(tuap) se acercó a él.
—Su Excelencia está perfectamente —la tranquilizó Omar—. Pero nos ha llegado un informe de una explosión en uno de los yacimientos petrolíferos. Parece que nadie conoce la seriedad del asunto. Su Excelencia le ruega que le perdone. Como ya sabe, está fuera del país y tenía previsto regresar esta tarde, pero va a dirigirse directamente al lugar del accidente. Me ha pedido que le diga que se pondrá en contacto con usted en cuanto pueda.
—Pero en principio tardará mucho en llegar al lugar del accidente si viene desde el exterior, ¿no es así?
—Es lamentable, pero inevitable.
—Alguien deberá ir a ayudar, a asegurarse de que se haga todo lo que se pueda hacer —__(tuap) tomó una decisión inmediata—. Iré yo, Omar. Iré a visitar el lugar y veré qué podemos hacer. Así estaré preparada para informar a Nick en cuanto llegue.
—Eso no sería adecuado, Su Alteza —dijo Omar, preocupado.
—¿Por qué no?
—A la esposa del anterior sultán no se le hubiera ocurrido actuar de esa manera.
—Pero yo no soy ella —señaló Alexa con delicadeza—. Yo soy la esposa del sultán actual y quiero ayudar. No soy ningún florero, Omar.
—Pero…
—El sultán se casó conmigo porque descubrió que no soy como su madrastra, ¿no es así?
—Sí, Su Alteza, pero… —contestó Omar.
—Te estaría muy agradecida si dispusieras un vuelo para mí. ¿A qué distancia está ese lugar?
—A media hora por helicóptero. Pero Su Excelencia dejó claras instrucciones de que usted no debía salir de Citadel.
—Me ha estado protegiendo demasiado —dijo ella—Ese peligro ya no existe.
—Pero…
—Arréglalo, Omar —ordenó __(tuap), dirigiéndose al palacio—. Voy a cambiarme de ropa.

—¿Que mi esposa ha ido al yacimiento petrolífero? —dijo Nick con la furia reflejada en los ojos mientras hablaba por teléfono con Omar—. ¿Y tú lo has permitido?
—Ha sido muy insistente y su esposa no es una mujer fácil de disuadir, Su Excelencia.
—No obstante, debías haberla disuadido. Di instrucciones de que debía permanecer dentro de Citadel —dijo Nick, atemorizado—. Dime que mandaste guardias con ella.
—A dos, Su Excelencia.
Repentinamente el sultán se vio invadido por una sospecha… ¿sería el tío de __(tuap) el responsable de la explosión?
—Telefonea al helicóptero, Omar. No quiero que aterricen en el yacimiento petrolífero, no es seguro.
—Ya es demasiado tarde. Llegaron hace media hora, Su Excelencia. Su Alteza Real ya está atendiendo a los heridos.
Nick se sintió muy tenso.
Todo aquello era culpa suya ya que había insistido en que ella no viviera con tanto miedo y, al hacerlo, la había puesto en peligro. Se sintió más desesperado que nunca.
—Omar —dijo—. Quiero que te pongas en contacto con los guardaespaldas. Con cualquiera. Quiero que le hagan llegar un mensaje a __(tuap). Dile que se marche de allí. Inmediatamente.
—Haré todo lo que pueda, Su Excelencia.
Al colgar el teléfono, Nick se sintió más tenso que nunca. Llegaría al yacimiento petrolífero en quince minutos, pero no sabía si ya sería demasiado tarde.

__(tuap) trabajó junto con los médicos y ayudó en todo lo que pudo.
—Hay alguien herido en la sala de control —le dijo un hombre que se acercó a ella—. Necesita su ayuda.
—Desde luego —dijo la princesa, que sin vacilar se levantó y siguió al hombre.
Se dijo a sí misma que podía haber sido peor. Algunos de los heridos eran graves, pero no había ningún muerto. Al llegar a la sala de control vio a un hombre tumbado en el suelo. Estaba sangrando.
—Llama a los médicos… —le ordenó al hombre que la había llevado allí.
Pero al darse la vuelta vio que éste se había ido y que era su tío quien estaba detrás de ella.
—Bueno, bueno —dijo él, mirando sus polvorientas ropas—. La vida como esposa del sultán no es tan glamurosa como esperabas.
__(tuap) estaba tan impresionada que no podía articular palabra ni pensar con claridad.
El hombre herido gritó en agonía y ella se dio la vuelta hacia él instintivamente.
—No te muevas, ______(tn) —ordenó William.
—Necesita ayuda.
—No siempre obtenemos lo que merecemos.
—¿Qué estás haciendo aquí? —preguntó __(tuap), atemorizada y al mismo tiempo enfadada.
—Reclamando lo que es mío —contestó su tío, esbozando una funesta sonrisa—. Y tú siempre has sido mía, __(tuap).
—Afuera me esperan mis guardaespaldas —dijo ella con el corazón revolucionado.
—Desafortunadamente para ti, han tenido que ausentarse —dijo William, cerrando la puerta tras de sí y echando la llave—. Tuviste suerte en muchas ocasiones, _______(tn). Pero aquí no hay nadie que te pueda salvar. Sólo estamos tú y yo. No vas a soplar las velas de tu próxima tarta de cumpleaños.
El hombre herido gimió de nuevo y la princesa se mordió el labio inferior.
—Por favor… deja que lo ayude y después voy contigo, si eso es lo que quieres.
—No vas a ir a ningún sitio —aseguró William, sacando una pistola de su bolsillo—. Pensabas que el sultán te iba salvar, pero vas a morir aquí mismo, en el desierto. Deberías haber muerto con tus padres.
—Nunca te hice daño —dijo __(tuap), mirando la pistola.
—Arruinaste todo por lo que yo había trabajado —dijo su tío, enfurecido—. Yo era el regente, pero jamás se me otorgó el respeto que yo merecía. Tú sabías cómo ganarte la compasión de la gente, ¿verdad?
—William…
—Todos se enamoraron de ti y eso no podía funcionar, ¿no te das cuenta? No podía permitir que tú vivieras ya que sabía que la gente estaba deseando que llegara el día en el que te convirtieras en reina. Tenías que sufrir un accidente. Pero fuiste increíblemente difícil de matar. Cada vez tuve que ser más ingenioso.
__(tuap) apenas podía respirar.
—No lograrás nada con matarme.
—Todo lo contrario; me dará mucha satisfacción. Me han quitado el trono, ¿lo sabías? El Consejo —dijo William, apuntando a la cabeza de su sobrina con el arma—. Me han obligado a retirarme y quieren que tú ocupes mi lugar. Pero eso no va a ocurrir.
De reojo, __(tuap) vio movimiento en la ventana.
—Estoy segura de que todo es un malentendido…
—Quizá, pero todo se aclarará una vez estés muerta. Aquellos tipos tenían ordenado acabar contigo en el desierto, pero tu entusiasta guardaespaldas se interpuso en su camino.
__(tuap) vio cómo su tío apretaba el gatillo y se apartó hacia un lado. En ese mismo momento se oyó un gran golpe, así como cristales rompiéndose. Nick tumbó la puerta y entró en la sala acompañado de varios guardaespaldas.
Con un solo movimiento desarmó a William y le dio un puñetazo tan fuerte que éste cayó al suelo. Sin darle un respiro, lo agarró y lo levantó. Lo colocó contra la pared mientras esbozaba una expresión tan fría que, por primera vez en su vida, __(tuap) vio temor reflejado en los ojos de su tío.
Nick lo agarró por la garganta y apretó con fuerza.
—Jamás le volverás a poner un dedo encima a mi esposa, así como tampoco dirás nada degradante de ella ni en público ni en privado.
William trató de soltarse y comenzó a respirar entrecortadamente ya que necesitaba aire. Pero Nick no lo soltó.
—Durante dieciséis años ella ha soportado tu incesante persecución y estaba completamente sola. Pero eso ha cambiado. ¡Todo tiene que acabar ahora mismo!
—Nick… —susurró __(tuap) al ver que a su tío se le iban a salir los ojos de las órbitas.
—Ella ya no está sola. ______(tn) es mía y me tiene a mí para protegerla.
—¡Nick! —lo intentó de nuevo __(tuap)—. Suéltalo. No merece la pena.
—¿Cómo puedes decir eso? —preguntó el sultán sin darse la vuelta, pero no apretando ya tanto el cuello de William—. ¡Trató de matarte!
—Pero no lo logró. Y ya ha pasado. Ya ha pasado todo. Él irá a la cárcel.
Nick gruñó con desprecio, soltó a William y asintió con la cabeza ante los dos guardaespaldas, quienes inmediatamente agarraron a éste.
—Sí, irá a la cárcel. Ha cometido un delito en Zangrar y recibirá aquí su castigo para poder asegurarme personalmente de que así sea. Lleváoslo de mi vista.
Los guardaespaldas sacaron a William de la habitación y __(tuap) se volvió inmediatamente hacia el hombre herido.
—Nick, debes llamar a los médicos —dijo, arrodillándose y quitándole al hombre la chaqueta—. Lo siento mucho —le dijo al herido—. Siento mucho no haberle podido ayudar antes, pero va a estar bien. Le van a trasladar en avión directamente al hospital.
Nick telefoneó y dio algunas órdenes. Instantes después, los médicos llegaron y se llevaron al hombre.
—Gracias —le dijo __(tuap) a Nick una vez estuvieron solos—. Me has vuelto a salvar. Se está convirtiendo en un hábito —la sonrisa que estaba esbozando se borró de su cara al ver la intimidatoria mirada de él—. Estás muy enfadado, ¿verdad?
—¡Estoy tan enfadado contigo que sería capaz de estrangularte yo mismo! —espetó Nick—. ¡En qué estabas pensando! ¿Qué se apoderó de ti para hacer que viajaras sola al desierto? Te podían haber matado. Tu tío te habría matado si yo no hubiera llegado a tiempo.
—Sí, seguramente tengas razón. He… he sido un poco impulsiva, pero cuando oí que había habido una explosión y que tú no ibas a ser capaz de llegar aquí en breve, quise venir a ayudar.
—Y eso fue una tontería —dijo Nick, pasándose una mano por su oscuro pelo.
—Querías una esposa que se preocupara por la gente de Zangrar —señaló ella—. Y yo me preocupo por ellos, Nick. Durante el último mes tu pueblo me ha dado la bienvenida y me ha hecho sentir como en casa de una manera que jamás había sentido. Aunque sólo llevo aquí poco tiempo, siento como si esta tierra fuera mi hogar.
—Has mostrado tener un coraje increíble y me culpo a mí mismo del hecho de que hoy te hayas puesto en riesgo.
—¿Por qué te vas a culpar a ti mismo? —dijo __(tuap), mirándolo sorprendida.
—Me echo la culpa por dos razones. La primera es porque fui yo el que insistí en que confiaras en la gente. Y la segunda es porque no te dije que todavía había un riesgo.
—Tú no sabías que mi tío iba a seguir intentando matarme.
—He tenido agentes trabajando en Zangrar desde que aquella noche en la cueva me contaste tu historia —dijo Nick—. Sabía que él estaba planeando algo, pero creía que tú estabas segura ya que estabas dentro de Citadel. Cuando Omar me dijo que habías viajado al desierto, casi me vuelvo loco.
—¿Sospechaste que mi tío estaba detrás de la explosión?
—Creí que era posible. Mis agentes habían descubierto los comienzos de una conspiración, aunque no tenían detalles.
—Pero mi tío no podía estar seguro de que yo iba a venir.
—Era una suposición razonable ya que ése es el tipo de mujer que eres. Eres fuerte, compasiva, y te preocupas mucho por los demás —dijo Nick, abrazándola—. Es por eso que te quiere el pueblo de Rovina, así como el de Zangrar, y…
En ese momento tuvo que dejar de hablar y respiró profundamente.
—Y es la razón por la que yo te amo.
—¿Tú me amas? —preguntó la princesa, sintiendo cómo le daba un vuelco el corazón.
—Mucho.
—Nun… nunca me lo habías dicho.
—Hasta hace unas horas yo ni siquiera era consciente de ello —dijo él, acariciándole la mejilla—.
Cuando me enteré de que habías venido aquí sola sospeché cuál era la conspiración, supe que estabas en peligro. Traté de ponerme en contacto contigo, pero ya estabas ayudando con los heridos. Así que no pude hacer otra cosa más que esperar y pensé que iba a perder la razón. í]
—Tú no crees en el amor —dijo __(tuap).
—Pues parece ser que sí —contestó Nick—. Y aparentemente lo hago de una manera intensa y completa. Te amo, habibati. Eres mía, solamente mía… —entonces la besó con delicadeza.

Aquel beso provocó que __(tuap) se sintiera aturdida.
—Te forcé a que te casaras conmigo —dijo cuando él dejó de besarla.
—Y yo fui a Rovina en persona, decidido a que cambiaras de opinión y que no te casaras con el sultán. Pero en cuanto te quitaste la máscara tras el combate de esgrima, supe que tenía un problema.
—Yo estaba esperando que perdieras el combate para así poder justificar el echarte. Pensaba que iba a estar más segura yo sola. No confiaba en nadie. No me atrevía a hacerlo.
—Eras muy valiente y parecías merecer el título de «princesa rebelde»—.
—Traté de decirte que estaba en peligro.
—Créeme que me arrepiento muchísimo del hecho de no haberte creído, pero tienes que comprender que todas las mujeres que han pasado por mi vida, aparte de ti, han utilizado el drama y la histeria para obtener lo que querían.
—Yo simplemente estaba siendo sincera.
—Ahora lo sé. Cuando descubrí por todo lo que habías pasado, simplemente quería mantenerte a salvo de todo. Aquella noche en el desierto…
—Me resultó tan duro no acostarme contigo —admitió __(tuap), ruborizada—. Te deseaba tanto.
—Y yo te deseaba a ti. Fue en ese momento cuando decidí que me tenía que casar contigo —dijo Nick—. Quizá ya me había enamorado de ti. Sé que tú me haces sentir más vivo que nunca y durante poco tiempo, mientras estábamos juntos, me olvidé de las obligaciones y de la responsabilidad.
—Simplemente desearía que me hubieras dicho quién eras. Yo estaba tan confundida. Pensé que me estaba casando con el sultán y que estaba enamorada de otro hombre. Fue horrible.
—Afortunadamente no soy tan posesivo como para tener celos de mí mismo —dijo él, sonriendo.
—¿Realmente me amas? ¿Estás seguro? —preguntó ella, poniéndole una mano en el pecho.
Nick bajó la cabeza y la besó dulcemente.
—Mi princesa del desierto. Había pensado que ibas a odiar todo lo de mi país y me has dejado impresionado. Todo te ha fascinado. Te has enamorado de Zangrar y yo… —murmuró en su boca— yo me enamoré de ti, habibati.
Emocionada, __(tuap) apoyó la cabeza en el pecho de él para esconder sus lágrimas.
—Lo siento, estoy siendo muy tonta. Es porque estoy feliz. Esto es como un sueño.
—Espero que sea como un buen sueño. Deja de llorar —dijo Nick, levantándole la barbilla—. Te prohíbo que llores. De ahora en adelante, si algo te hace sentirte infeliz, simplemente tienes que decírmelo y yo solucionaré el problema.
La princesa sonrió. Todavía se sentía aturdida ante la novedad de que alguien se preocupara por ella.
—¿Y ahora qué ocurre? Mi tío…
—Irá a juicio y, sin duda, pasará el resto de su vida en la cárcel —dijo Nick, sonriendo levemente—. Lo que te deja con un problema, habibati. Ahora mismo es el Consejo el que está gobernando Rovina, pero están ansiosos por recibir a su reina. Supongo que no pretendes abdicar, ¿verdad?
—No —contestó __(tuap)—. Le debo a mi padre el, por lo menos, tratar de solucionar el desorden que ha creado William. Hay muchos problemas.
—Y muchas soluciones —murmuró Nick, dándole otro beso—. Yo soy muy bueno solucionando los desordenes que han dejado otras personas. Puedo aconsejarte en muchas cosas.
Al sentir la boca de él sobre la suya, __(tuap) no pudo pensar con claridad.
—¿Estás sugiriendo que dividamos nuestro tiempo entre Zangrar y Rovina? ¿Puede ocurrir eso?
—Nosotros haremos que ocurra. Donde hay voluntad y una flota de aviones privados… —dijo él, encogiéndose de hombros— las distancias no son un problema. Nuestros hijos amarán el desierto, pero también conocerán los bosques y prados de Rovina. Tendrán una infancia privilegiada y aprenderán a ser tolerantes. Cuando tengan la edad suficiente, nuestro primer hijo gobernará Zangrar y el segundo Rovina.
—¿Y si tenemos una hija?
—Si es tan valiente e ingeniosa como su madre, será capaz de gobernar ambos países con los ojos cerrados mientras toma sus lecciones de esgrima —Nick hizo una pausa y la besó de nuevo—. Sea lo que sea lo que decidamos, nuestros países estarán unidos para siempre y tú serás capaz de poner en práctica los cambios que hubiera querido tu padre.
—¡Me haces tan feliz! Nadie antes lo había hecho —dijo __(tuap), abrazándolo.
—Acostúmbrate a ello, habibati —arrulló él—. Porque he descubierto que estoy muy comprometido en lo que se refiere a la felicidad de mi esposa. Estoy dispuesto a tumbar a cualquiera que se interponga en tu camino.
—Ya lo has hecho —dijo ella, mirando a su alrededor y viendo la puerta rota. No podía creer la pasión y determinación con la que la había defendido—. Me salvaste… de nuevo.
—Si es necesario pretendo seguir salvándote, pero estaría bien si me dieras menos motivos de preocupación ya que si no, me volveré canoso antes siquiera de que hayan nacido nuestros hijos.
—Tú no pareces ser un hombre que se preocupe fácilmente.
—Soy un hombre que sabe cómo defender lo suyo. Recuérdalo, ________(tn).
—Lo recordaré. Y a cambio, ¿qué quieres de mí?
—Ya lo sabes —contestó Nick con arrogancia—. Quiero todo, __(tuap). Todo lo que tengas para dar, todo lo que eres. No quiero que escondas nada.
Sintiéndose amada y segura por primera vez en su vida, la princesa sonrió.
—¿Eso es todo, Su Excelencia? Bueno, creo que no va a ser muy duro…-dijo sonriendo

Fin

por **maru!!** Lun 13 Dic 2010, 2:47 pm

Chicas muchisimas GRACIAS A TODAS
x haber seguido la nove
espero q les guste el final!!:D
ahora veo haber q nove puedo subir, les dejo la sinopsis aca y me dicen su la subo ok??
las quiero

byebye

:)

por **Amy d' jonas <3** Lun 13 Dic 2010, 3:14 pm

:crybaby: AAAAHHIIIII LA AMEE LA AMEEE!!
GRACIAS X NO MATAR A NADIE XD AJAJAJA (aunke el tio no me importaba xD)
JAJAJ ESPERARE TU PROXIMA NOVE YA SABES MARU!
BESOSS!!

por **maru!!** Lun 13 Dic 2010, 3:28 pm

aca les dejo la sinopsis de la siguiente nove q voy a subir... :D

SINOPSIS:
Domaría a aquella fierecilla… quisiera ella o no.

El jeque Joe vivía según las estrictas reglas del desierto. Cuando descubrió que __(tn) había infringido una de esas normas sagradas, poniendo en peligro a su gente, Joe se vio obligado a actuar…
__(tn) se había convertido en una especie de esclava, pero su instinto le decía que escapara… aunque cada vez que lo intentaba, el desierto se lo impedía. Y, con cada acto de desobediencia, Joe se volvía más y más firme.
Como dirigente, debía domarla. Como hombre, la deseaba con todas sus fuerzas…

les gusta??
la comienzo a subir??
:D :D

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