Butterflies Born To Fly {Larry Stylinson} ||Nuevo capítulo 15.O8.14||

¡Como extrañaba su piano! Harry suspiró mirando las cuatro paredes, era ya de madrugada y aun no podía dormir. Deseaba poder tocar las teclas, escuchar cualquier melodía y dejarse llevar por la sensación única que le trasmitía el piano.

Pero ahora mismo estaba encerrado en esa habitación, en la espera de un nuevo día. Suspiró con cansancio, de verdad no sabía qué hacer ni como distraerse, simplemente no había nada que le animará.

Miro hacia la única ventana que había en su habitación aburrida, detrás de ella no había mucho en realidad. De hecho lo único que veía en ella era una de los muros que rodeaban al centro y de cierta manera eso le frustraba, se sentía encerrado como si de un animal se tratase. Después de mirar unos minutos, y de no haber encontrado nada, se recostó nuevamente en la cama y miró al techo.

Por alguna razón una suave melodía llego a su mente, llenando con alegría su ser y sus manos comenzaron a dibujar las notas en el aire. El piano era tocado con cierta suavidad, cierta pasión… como solía hacerlo su padre.

Durante las noches en las que tenía pesadillas Harry recordaba todos momentos en que su padre se sentaba frente al piano y recitaba melodías que solo él podía transmitir con el verdadero sentimiento que ocultaban entre las notas. Solo ese hombre.

Lo extrañaba de verdad. Pero sabía que no volvería.

Luego aparecía Alex, el chico de mirada verde como la suya y sonrisa única. Su hermano… también lo extrañaba mucho. Pero entonces al recordar la imagen viva de Alex, otra más se colaba dentro de sus recuerdos, una imagen que no pertenecía a sus recuerdos. La mirada azul le miraba y una sonrisa se dibujaba en los labios rojos del castaño, al costado de sus ojos se marcaban pequeñas arrugas que hacían ver al chico de cierta manera… lindo.

Louis, recordó su nombre. También recordó la confianza que el chico le habría brindado y que sin chistar había aceptado, y es que nunca había sentido confianza al instante de conocer a alguien pero había algo en él que le gustaba, se sentía bien en sus brazos y con sus palabras, las cuales le tranquilizaron como si de música se tratase.

La imagen de Louis y Alex se mezclaron, físicamente no tenían ningún parecido pero algo en la forma de querer protegerlo de Louis le hacía recordar a su hermano mayor. Y es que llevaba años sin tener a alguien en quien refugiarse, como solía hacerlo con Alex, ya no tenía a quien recurrir para divertirse. Con la muerte de Alex no solo desato los lazos de hermandad en ellos sino que también los de amistad. Alex había dejado solo a Harry, sin nadie con quien le cuidará.

Y deseaba volver a tener esa unión que tenía con su hermano con alguien más.

Se levantó de su cama dando un suspiro, se negó a llorar por la falta de su padre y su hermano, y decidió ser fuerte por un momento. Aunque no negaría que los necesitaba pero entonces creyó encontrar a alguien que le ayudará a todo sus problemas. Se sentó en la orilla de la cama, sus pies se acomodaron en las pantuflas de peluche y sus manos buscaron el peluche que tanto adoraba.

Le agradaba Louis de alguna forma, tal vez no como solía agradarle su hermano pero le gustaba su compañía, no sabía cómo describir las sensaciones que tuvo cuando los brazos delgados de Louis le rodearon ni cuando sus palabras de aliento fueron susurradas solo para él. No se trataban de sensaciones que alguna vez experimentó con su hermano, sino que eran más… diferentes.

Salió de la habitación, miro por sus costados decidiendo por dónde ir. Intento hacer recuento del camino que habían tenido el hombre y él al llegar ahí desde la habitación del castaño. Comenzó a caminar hacia la izquierda, deseando no perderse en el intento de encontrar su objetivo.

Tal vez quince minutos estuvo caminando por los pasillos, dudando de que habitación era la del castaño pero después de esto se encontraba frente a una. Esperaba que no se tratase de otra y lo tomaran por loco al ir a las cuatro de la mañana despertando gente.

Toco. Una, dos, tres veces.



Louis se había quedado dormido después de tanto llorar, de tanto lamentarse. Y por suerte ninguna pesadilla había irrumpido su dormir, facilitándole un descanso más relajado. Pero no duro demasiado, pues dos horas después, tal vez tres, alguien se encontraba tocando a su puerta.

«Aylin» Pensó enseguida. Realmente no tenía alguna otra opción de persona que fuera a despertarle a esas horas. Se levantó con pesadez de su cama y camino de la misma forma hasta la puerta. Entonces la abrió.

Frente a él estaba el niño de cabellera rizada mirándole con timidez. Pronto pudo notar un suave sonrojo en sus mejillas, algo que muy en el fondo le causo ternura. Frunció el ceño al darse cuenta de las horas en las que estaban y se preguntó que hacía ahí Harry.

–Hmm ¿Hola? –Dijo finalmente Louis.

No fue un tono frío pero tampoco amable, y es que horas antes se había dicho que no quería involucrarse con el niño, porque sabía que le traería problemas. Simplemente lo sabía.

Harry se mordió el labio inferior con timidez, agacho la mirada evitando que el mayor notara su total sonrojo. En ese momento se maldijo el no poder hablar, deseaba hablar con Louis pero las palabras no salían.

Louis suspiró, no podía negarse a ese niño. Realmente no podía, su mano se dirigió a la barbilla de Harry y no tardo en alzar su rostro, sus ojos se encontraron combinando el azul y el verde de la manera más encantadora que pudiera existir. Algo en la mirada de Harry le rompió el corazón, un corazón que ya tenía roto.

–¿Qué sucede bebé? –Dijo Louis nuevamente.

Provocando otro sonrojo en Harry ante la palabra «bebé». Rápidamente negó con la cabeza, no sucedía nada con él, solo quería estar con Louis. Eso era todo.

–Hmmm ¿quieres entrar? –Adivino el mayor. Harry asintió.

Lo dejo entrar y hasta el momento en que Harry corrió hacia la cama con cierta alegría, noto el peluche que abrazaba fuertemente. La pijama, las pantuflas de peluche y el mismo peluche hacían ver a Harry más niño de lo que era.

–¿Entonces no sucede nada? –Habló Louis acercándose al niño. Harry negó– ¿Entonces… qué haces aquí?

Harry se encogió de brazos como si la razón no existiese. De hecho no existía, porque la que se había planteado él era ilógica y en realidad no era una razón por la que estaba ahí sino más una necesidad. Tan solo quería volver a sentirse protegido.

–Está bien, no hay problema… creo. Hmm… ¿no tienes sueño? –Harry negó– Bien, bien… quieres hablar, jugar… no sé ¿quieres hacer algo?

Harry asintió y rápidamente estiró sus brazos, deshaciéndose del agarre del peluche. Desde la vista de Louis, Harry parecía apenas un niño de ocho años, sino es que menos, demasiado frágil y tierno, lo cual provoco que su corazón se estrujará una vez más.

Louis no dudo y le regalo lo que el niño quería, un abrazo. Se sentó junto a él mientras sus brazos rodeaban su pequeño y delgado cuerpo, con suavidad lo acostó en su pecho, haciendo que sus rizos llegaran a rozar su barbilla. El niño hizo su cabeza hacia atrás para poder mirar a Louis y sonrío sin razón alguna.

–¿Qué te gusta hacer Hazz? –Preguntó Louis después de un rato.

El niño pensó durante unos segundos como expresarle su pasión por la música, sobre todo por el piano. Sus manos se alzaron en el aire, cerró sus ojos esperando que alguna melodía llegase a sus pensamientos y cuando sucedió sus dedos comenzaron a tocar unas teclas imaginarias, llevando el ritmo que su cabeza escuchaba.

–¿Tocar el piano? –Harry asintió sin dejar de ‘tocar’.

Louis miró como los dedos de Harry se movían con agilidad por el aire, casi casi podía escuchar la melodía que el niño se imaginaba. Mientras el niño imaginaba que tocaba, una de las manos de Louis comenzaron a acariciar con mimo los rizos y entonces encontró adictiva esa acción.

–Es lo que más te gusta hacer ¿cierto?

«Muy cierto» Respondió Harry en su mente, asistiendo a la vez. Volvió a hacer su cabeza hacia atrás para mirar al mayor, quien tenía la vista perdida en una de las paredes de la habitación, luego la agacho y se acurruco más en el cuerpo de Louis.

Todo eso se sentía bien. Los dos lo sentían pero ninguno sabía de qué era lo que se trataba, lo único que querían admitir era que se sentía bien, demasiado bien. Louis cerró los ojos dejándose llevar por el sueño, sus brazos apretaron más el cuerpo del niño y sin más se quedó dormido.

Comprender todo lo que sentía sería difícil pero no negaría que quería averiguar cuanto es que cambiaría el niño en su miserable vida. Tal vez, su psicólogo tenía razón, él no necesitaba de alguien pero alguien si de él.

¿Podría ser ese alguien el pequeño Harry?



Ok perdón por tardar tanto, solo que la prepa me tiene atareada._. ¡esta semana tengo examenes! {irrelevante} y pues bueno. Pero ahora que ya acabe Prohibiciones estaré al cien para esta, y le daré más tiempo ñ.ñ
Chau, disfruten del capítulo<3.