Butterflies Born To Fly {Larry Stylinson} ||Nuevo capítulo 15.O8.14||

–No, mamá, no –Reía un niño.

El pequeño castaño de cinco años reía junto a su madre, la mujer abrazaba con cariño a su hijo y de paso le hacía cosquillas provocando la risa armoniosa que inundaba la habitación.

–¡Mami! –Louis no podía parar de reír.

–Te amo Lou, no lo olvides –Susurró la mujer de repente.

–Yo también te amo mami. Amo a mami y a papi –Dijo con orgullo el castaño.

–Mami y papi también te aman –Una voz grave se mezcló en la habitación.

La mujer volteó, aun con su hijo en brazos, encontrándose con el hombre que había hablado en el marco de la puerta con una sonrisa, pero ella no se la devolvió. Sus ojos parecían tristes, abrazo más a su hijo contra ella como si quisiera protegerlo. El hombre quito su sonrisa y rodo los ojos.

–Debemos hablar –Dijo el hombre totalmente serio.

–No, estoy con Lou –Respondió ella.

–Louis, hijo, por favor ve a jugar a la sala

Ella bajo al niño, le susurró algo antes de que saliera de la habitación, dejándola sola con su marido. No era que le tuviera miedo, tan solo que las cosas habían cambiado desde hacía una semana y ella estaba segura de que nada volvería a ser igual, tal vez lo mejor era hablar y pedir el divorcio, era lo mejor para Louis.

–¿Qué quieres que digamos? ¿Qué todo estará bien? –Habló la mujer con resentimiento– No, así no serán las cosas…

–¡Pero déjame explicarte! –Interrumpió él– Por favor… ¡te juro que las cosas no fueron así!

–¿No? ¿Entonces cómo fueron? ¡Vamos responde! ¡Excúsate! –Gritó ella sin contener unas pocas lágrimas.

–¡No quise… hacerlo! ¡Yo te amo!

–¡Si me amaras no te hubieras acostado con ella!

–Te amo a ti, y a mi hijo… por favor, entiende. –Rogo él con arrepentimiento en su voz.

–No, las cosas no son así –Habló un poco más calmada– Yo quiero el div–

–¡No! Maldita sea, dame otra oportunidad

–No lo haré. Hoy mismo nos vamos Louis y yo, no te preocupes. Así podrás traer a tus amantes acá… no te estorbaremos.

–¡No te llevarás a Louis a ningún lado! ¡Louis es mi hijo y debe quedarse con su padre!

–¡claro ahora es tu hijo pero mientras te acostabas con ella… seguro que ni te acordabas de él!

–¡Cállate!

–Papi… mami –La voz entrecortada de Louis se escuchó de repente– ¿Q–qué… sucede? ¿Por qué gritan?

–Louis… –Gimió la mujer corriendo hacia su hijo pero antes de que lo tomará en brazos, el hombre ya lo había cogido.

–No pasa nada Louis, no llores campeón –Susurró él mientras refugiaba la cabeza de Louis en sus hombros.

–Suelta a mi hijo –Exigió.

–También es mi hijo –Gruño él, sintiendo el suave temblor de Louis– Por favor, no empieces a discutir frente a él…

–¿Por qué…? –Susurró Louis reprimiendo su llanto.

Entonces Louis despertó, su frente estaba sudada y su respiración era entrecortada. Miró a su alrededor y se relajó al saber que estaba en la habitación del Centro, después poso su mirada al bulto a su derecha. Recordó aquella noche en la que Harry había ido tan solo para dormir con él, no se lo había negado entonces después se volvió costumbre para los dos dormir juntos.

Suspiró mientras sus manos ocultaban su rostro, quería llorar ahí mismo por el sueño que acaba de tener. Últimamente tenía varios sueños en los que todos sus recuerdos comenzaban a regresar, uno por uno regresaba a sus pensamientos y mientras más volvían, más quería olvidar.

Harry se removió de su lugar, soltando un largo suspiro e inconscientemente se abrazó a Louis, quien no negó su agarre, más bien lo atrajo más a él. Un suave gemido salió de los labios del menor, se aferró a Louis y sin más comenzó a llorar.

Al parecer esa noche no sería muy buena para los dos.

–Harry… –Susurró Louis queriéndolo tranquilizar– Tranquilo bebé

–N–no… –Soltó el menor gimiendo entre sueños– ¡Alex!

Louis acarició la cabeza de Harry, enredando sus dedos en los rizos del mismo, comenzó a tararear una suave canción esperando que el niño se tranquilizara. Repitió varias veces el nombre de “Alex” provocando que se cuestionara de quien se trataba, quien era en la vida de su pequeño.

Por un instante se sintió celoso pero reprimió esos sentimientos.

Y hasta ese momento se sintió curioso por saber cuál era el pasado de Harry, saber quién era antes el pequeño cuando hablaba y el por qué había dejado de hacérselo.

–¿Qué sucedió contigo? –Se preguntó para sí mismo.



Louis se quedó despierto, no había podido dormir en realidad pues tenía miedo de que más recuerdos se presentaran en sus sueños. Durante las cuatro horas lo único que hizo fue abrazar a Harry y velar sus sueños.

El pequeño despertó encontrándose con los ojos azules de Louis mirándole con ternura, se sintió avergonzado sin razón y escondió su rostro en el pecho del mayor. Louis lanzó una suave risa ante la acción del menor.

–Buenos días Harry –Habló Louis con una sonrisa– ¿Estas mejor?

Harry alzó en rostro ante la confusión que le provoco la pregunta.

–Me refiero a tus sueños… no fueron muy buenos ¿cierto?

El niño negó con la cabeza. Recordó su sueño y en definitiva no era bueno, porque otra vez estaba Alex en él y como en los demás lo tenía que dejar ir.

–Hmm… mencionaste el nombre de Alex –Siguió Louis con curiosidad ante el nombre.

Harry se paralizo, no sabía que hablaba dormido y que menos aun fuera a pronunciar el nombre de su hermano. Bajo la mirada ante los recuerdos de su sueño, todos solían ser iguales; la escena del accidente con Alex junto a él.

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas, a pesar de haber pasado tanto tiempo del accidente, él no podía olvidar ningún detalle e ignorar el hecho de que en el había perdido a su papá y a su hermano.

En definitiva nunca lo olvidaría.

–¿Sabes que puedes confiar en mí, no? –Harry asintió en respuesta a Louis– Siempre, siempre estaré para ti.



Se sentía diferente en definitiva.

Aunque Louis supiera a que se debiera sus repentinos extraños sentimientos, no quería aceptarlo. No debía aceptarlo porque no era lo correcto.

Pero cuantas veces se sintió solo y necesitado, cuantas veces deseo tener a alguien con quien compartir sus días, cuantas veces… y en esos instantes tenía a la persona que llenaba totalmente el vacío que tanto tiempo necesito ser llenado.

Solo necesitaba de una sola persona. Y esa persona era Harry.

No quería a nadie más en su vida, no quería imaginarse su vida sin el pequeño. Para los pocos días que llevaban de conocerse, se les podía considerar muy cercanos y ninguno de los dos planeaba alejarse del otro.

–Con él todo es diferente –Dijo Louis mientras miraba sus muñecas, las cuales llevaban un par de días sin ser auto lastimadas– Pero es estúpido…

–¿Estúpido? Yo no lo creo –Interrumpió Aylin.

–No debería sentirme así, es un niño.

–Tiene doce años, te aseguro que no es tan niño como tú lo consideras…

–De igual forma, es cuatro años menor que yo.

–Estas buscando excusas para esconder lo que sientes Louis

–No sé qué siento en realidad…

–Lo quieres mucho –Admitió Aylin con una sonrisa– Demasiado por lo que he visto.

Louis miró a la pelirroja, quien sonreía con sinceridad como si quisiera transmitirle algo que él no logro captar. Ella aseguraba que los sentimientos que Louis sentía hacia el menor eran sinceros y verdaderos pero él no quería aceptarlo, porque en su vida nunca se imaginó encontrar a alguien con quien compartir ese tipo de sentimientos.

A diferencia de Aylin, con quien se sentía a gusto siempre que pasaba el tiempo con ella, con Harry eran más íntimos los momentos, se abrazaban y acurrucaban en cada momento, de hecho no había momento en que no se vieran necesitados por el contacto físico.

–¿Por qué no quieres aceptarlo? –Insistió Aylin.

–Porque no crea que exista eso que tú dices…

–Eso que yo digo le llamo amor. Así de fácil.

–No estoy enamorado.

–Pero lo estarás.

–Tampoco lo estaré. Las cosas con Harry tan solo son diferentes, no hay más allá de eso…

Aylin suspiró con cansancio– ¿Y por qué crees que son diferentes?

–N–no… no lo sé.

–Porque hay algo más –Respondió ella con seguridad– Pero no te presionaré, tal vez… sólo no estás listo.

–¿Listo para qué? –Preguntó Louis un poco confundido.

–Para ver todo lo que se esconde detrás de toda tu confusión. Yo lo veo y no dudo, de hecho estoy segura de que de eso se trata.

–El amor no existe…

–¿Ahora eres pesimista con el amor?

–No… solo que nunca lo vi. Mis papás solían amarse pero después… ya no –Dijo encogiéndose de brazos.

–Si existe, solo que para pocos.

–No para mí…

–Louis, te intentaste suicidar. Saliste vivo y estás acá. ¿No crees que por algo sobreviviste?

–Por mala suerte diría yo.

Aylin negó con la cabeza pero no dijo nada, lo único que hizo fue levantarse del pasto en donde estaban sentados e irse.

Louis suspiró y se quedó pensando en todas las palabras que le dijo Aylin, tal vez la chica tenía razón pero él seguiría sin aceptarlo.

No es que no creyera en el amor, más bien le parecía algo indispensable para la gente solo que para él no lo era.

Tal vez los recuerdos que estaba teniendo sobre su pasado le hacían tener ideas más equivocas sobre el amor.

A su madre la recuerda enamorada de su padre, los recuerda felices durante un tiempo pero después tan solo recuerda los gritos y llantos de parte de los dos. Recuerda la poca disposición que tenía su madre días antes de que su padre la matara, también la furia contenida en aquel hombre que trajo como consecuencia el final trágico para su querida esposa y él mismo.

Sus padres se amaban pero su final no había sido muy feliz que digamos.

Y aquello era lo único que Louis tenía como ejemplo para el amor.



–Todo irá bien –Dijo Louis con voz suave.

Harry soltó un suspiró lleno de nerviosismo. Sus ojos verdosos se clavaron en su reflejo que tenía frente, en ellos se podía notar la ansiedad y un poco miedo que inundaba su ser. Louis sonrió detrás de él, sus manos posaron en los hombros del menor e hizo suaves movimientos reconfortantes con la esperanza de que se relajara.

–Te ves bien –Siguió hablando el mayor.

Las mejillas del menor se tornaron rojas de inmediato, sus ojos captaron por un nanosegundo los ojos azules del mayor pero aparto la mirada al instante, después se miró a sí mismo. Llevaba un pantalón de vestir negro, una camisa blanca con un moño en su cuello y un saco negro, además de sus rizos ligeramente alborotados.

Habían pasado tres semanas desde que Harry había llegado al Centro, después de veintitrés días tenía permitido ver a su madre. Anhelaba verla, al fin y al cabo era su madre pero se sentía nervioso por alguna extraña razón. De verdad la extrañaba, que hasta contaba los minutos para salir de la habitación y correr a los brazos de su madre.

Tan solo pasaron minutos para que Louis saliera junto a Harry, caminaron hacia la zona en la que recibían visitas. Eran las cuatro de la tarde, no había prisa de ir corriendo pues faltaban quince minutos para la hora indicada; como siempre Louis llevaba de la mano al menor, no dijo nada más tan solo se limitó a apretar su agarre para darle la confianza necesaria.

–Un día saldrás de aquí definitivamente –La voz de Louis rompió el silencio que había entre los dos.

Harry giró su cabeza para mirar al mayor, en sus ojos podía ver la confusión y tristeza acumulada de repente. Paró en seco, miró al suelo y soltó el agarre del mayor. Por su mente comenzaron a llegar todos los momentos vividos junto a Louis, que aunque no fueran demasiados, eran demasiado especiales para Harry.

Louis era especial para Harry y hasta ese momento se dio cuenta de cuan necesario era la presencia del castaño en su vida.

Lo que había dicho Louis era cierto, algún tendría que salir de ahí y rehacer su vida pero no quería ya otra vida en la que Louis no se viera involucrado, porque era su amigo, su mejor amigo.

¿Qué pasaría después de que saliera por la puerta del Centro definitivamente?

No quería separarse de Louis, eso lo sabía.

–¿Qué sucede? –Preguntó Louis enseguida.

«Tengo miedo a perderte» Dijo Harry en sus pensamientos, deseaba decírselo con palabras pero aún no se sentía listo para hablar.

–Dime bebé… –Insistió Louis.

Louis se agachó a la altura del mayor, alzó su rostro notando las pocas lágrimas que comenzaban a acumularse en sus ojos, con la mano derecha limpió las que se habían escapado. Intento descifrar la mirada de Harry pero no pudo hacerlo.

–¿Qué pasa?

–N–no… –Comenzó a hablar Harry, su voz era suave e infantil, como tantas veces la había soñado Louis– qu–quiero… –Susurró.

–Hablaste… ven acá –Lo atrajo a su cuerpo envolviéndolo en un abrazo– ¿Qué no quieres?
Harry se separó y lo miró fijamente, después lo señalo para luego señalarse a sí mismo; espero que el mayor le entendiera, luego alzo de su mano dejando ver solamente su dedo meñique.

–Te lo prometo –Susurró Louis, respondiendo al agarre de su dedo– Creo habértelo mil y un veces pero, te prometo que siempre estaremos juntos.

Harry sonrió y volvió a abrazarlo. El sentimiento que sentía hacia Louis era demasiado fuerte, no lo entendía pero sabía que sin él no podría tener una vida; podría compararlo como con Alex, tardo en entender que él no volvería y a cada rato lo extrañaba y necesitaba pero en esos instantes tenía a Louis, sea lo que fuera su sentimiento hacia él, no lo quería perder.

–Haremos mil y un recuerdos juntos, juro que yo tampoco me quiero separar de ti –Susurró Louis con los ojos cerrados.

Después de separarse caminaron nuevamente hacia la sala de visitas, donde una mujer ya esperaba con alegría a Harry, quien no dudo en salir corriendo a su encuentro y se envolvieron en un fuerte abrazo. Louis miró la escena, sintiéndose un poco fuera de lugar, en ese momento Harry era feliz, demasiado feliz.

La escena era demasiado perfecta a sus ojos y varios pensamientos llegaron a su mente, varias preguntas.

¿Qué se sentiría abrazar a su madre? ¿Qué se sentiría ser amado por la mujer que le dio la vida?

Louis lo sabía por todos los recuerdos que tenía pero no eran suficiente para saber lo que se sentía tener una madre.

Harry tomo la mano de su madre y la acerco a Louis, quien ya estaba dispuesto a irse de ahí pero se detuvo cuando la mano pequeña de Harry tomo la suya, sonrió a sus adentros pero de inmediato se sonrojo. Tenía la esperanza de que aquella mujer no se diera cuenta de la forma en que se sentía junto al pequeño.

–L–Louis… –Susurró Harry tartamudeando.

Los ojos de Anne se llenaron de lágrimas, pues había pasado demasiado tiempo desde que había escuchado la voz de su hijo. Harry hacia un gran esfuerzo para hablar, más que nada para poder relacionarse de mejor forma con Louis, no tanto por querer salir de ahí.

–Hablaste cariño –Dijo Anne orgullosa. Después miró a Louis y sonrió– Hola Louis ¿cierto? Soy Anne, madre de este diablillo.

–H–hola, yo soy Louis –Dijo un poco nervioso, y se golpeó mentalmente por haber hablado como un idiota.

–Supongo que eres amigo de mi hijo. No sabes cuánto me alegra –Habló ella mientras miraba a su hijo– Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que Harry se relacionó con alguien…

–Él me agrada y supongo que le agrado –Admitió encogiéndose de hombros.

–Seguramente lo hace. Bueno mucho gusto Louis…es hora de irnos, el tiempo es oro.

Anne tomo de la mano a su hijo dispuesta a pasar una tarde que prometía ser maravillosa junto a su hijo. Pero antes de salir, Harry salió corriendo hacia Louis, lo abrazo y alzando de puntitas alcanzo con sus labios las mejillas del mayor, depositando un tierno beso.

«Gracias» Pensó Harry para volver junto a su madre para disfrutar de aquella tarde.


+¡Perdón por tardar tanto! Solo que bueno el tiempo y la flojera alsjdñak pero mis clases ya acabaron, no más tareas ni trabajos que quitan tiempo, ah (?) ¡Y por la tardanza...! subo el capítulo completo & algo más, viene algo, un capítulo que uhmm no sé, me emociona mucho & realmente quiero subirlo, solo uno más y luego ese. Aviso, dolerá. Ah(?)
No diré más haha hablo mucho, gracias por esperar ¡y por todos los comentarios!<3.
Bye.
Pd. Capaz subo el miércoles c;