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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:34 pm

Sophie. escribió:¿Qué esperas? :3

Sigo diciendo que le tengo pavor a tus caritas dulces....


Of, en fin, ya la sigo...
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:35 pm

butterrockets escribió:No hay capítulo en el que no termine llorando djkghjdkfg es que diosssss Harry <3 es tan lindooo ,espero que subas y saludos :))


Jajaja, exactamente eso era lo que me sucedía cuando leía el libro...yo era llore que llore que llore :lloro:

En fin... Harry es perfecto. ya subo, besos
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:36 pm

andreaplopez912 escribió:SUBE CAP¡¡¡¡¡¡ que hoy es mi cumple y seria un muy buen regalo siguela please

Uyyy lo siento Andre...pero te recompenso, lo prometo FELIZ CUMPLEAÑOS MEGA ATRASADO!!
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:37 pm

NATHALY DE HORAN <3 escribió:NUEVA LECTTTTTTTT :aah:

ME ENCANTA LA NOVE LA AMOOOOO SIGUELA LO MAS RAPIDO QUE PUEDAS PORFA :ñomñom:


:bye:

Bienvenida :) Siento no seguirla tan rápido. De verás...he tenido MUCHO MUCHO MUCHOOOO QUE HACER.
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:38 pm

Sophie. escribió:sigueeee D:

Voy Sophhhh
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:39 pm

live.to.eat♥ escribió:
No puedo creer que estes adaptando Beautiful Disaster, es tan *_* slajdnmjakld TRAVIS *baabaa*
Estoy haciendo una adaptación de Hazza tambíen, te pasas POR ACÁ ? :D


LO SHEEEEEEEE!! TRAVEESSSSS!! JAJAJA.... TRAV, MAD DOG...IT'S PERFECTTTTTT .... Ya estoy leyendola :3
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:40 pm

Sophie. escribió:Cas,seguila mujer,me vas a hacer desesperar,ah.

Lo siento, muchas muchassss cosas
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Vie 07 Jun 2013, 7:41 pm

Jajaviera escribió:¿Lauuu? ¿estas viva? ¿donde estas? aaaaaaaaaah, moriré :c

Si, sigo viva..NO MUERASSS
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Sáb 08 Jun 2013, 9:24 am

¡¡MARATÓN DE PEDIR PERDÓNN!!


DEDICADO A ANDRE...POR SU CUMPLE ATRASADOOOOO


TE AMO COSA BONITA!!! -LAU :bye:
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Sáb 08 Jun 2013, 11:37 am


XII Capítulo:



.
El Uno para el Otro





Maratón 1/? :P





Tiré una pequeña pastilla blanca en mi boca y tragué, luego me tomé un gran vaso de agua. Me encontraba en el medio del cuarto de Harry en sostén y pantis, alistándome para ponerme mi pijama.
— ¿Qué es eso? —Preguntó Harry desde la cama.
—Um… mi pastilla.
Frunció el ceño.
— ¿Qué pastilla?
—La pastilla, Harry. No has rellenado todavía tu gaveta de arriba, y lo último que necesito es estar preocupándome por si me viene el período o no.
—Oh.
—Uno de nosotros tiene que ser responsable. —dije levantando la ceja.
—Dios mío, eres sexy. —Soltó Harry, apoyando la cabeza en una de sus manos—. La mujer más bella de Eastern es mi novia. Una total locura.
Rodé los ojos y deslicé la seda morada sobre mi cabeza, acurrucándome junto a él. Me senté en su regazo y besé su cuello, riéndome cuando dejó caer la cabeza al respaldo de la cama.
— ¿De nuevo? Me vas a matar, Pidge.
—No te puedes morir. —dije, cubriendo su cara de besos—. Eres demasiado cruel.
— ¡No, no me puedo morir porque hay demasiados imbéciles por ahí tratando de obtener mi lugar! ¡Puede que viva por siempre, sólo para alejarlos!
Reí contra su boca, y me volteó a mi espalda. Introdujo su dedo por entre la delicada cinta atada en mi hombro y la deslizó por mi brazo, besando la piel que dejaba atrás.
— ¿Por qué yo, Hazza?
Se inclinó hacia atrás, buscando mis ojos.
— ¿A qué te refieres?
—Haz estado con todas estas mujeres, negándote a sentar cabeza, negándote siquiera a recibir un número de teléfono… Entonces, ¿por qué yo?
— ¿De dónde viene esto? —Preguntó, su dedo acariciaba mi mejilla.
Me encogí de hombros.
—Tengo curiosidad.
— ¿Por qué yo? Tienes a la mitad de los hombres de Eastern solamente esperando que yo meta la pata.
Arrugué la nariz.
—Eso no es verdad. No cambies el tema.
—Claro que es verdad. Si yo no hubiera estado detrás de ti desde el principio, tuvieras a más que Parker Hayes siguiéndote a todos lados. Él solamente es demasiado engreído como para tenerme miedo.
— ¡Estás evitando mi pregunta! Y pobremente, debo añadir.
— ¡De acuerdo! ¿Por qué tú? —En su cara se asomó una sonrisa, y rozó mis labios con los suyos—. Sentí algo por ti desde aquella primera pelea.
— ¿Qué? —Dudé.
—Es cierto. ¿Tú en esa chaqueta llena de sangre? Te veías absolutamente ridícula. —Rió.
—Gracias.
Su sonrisa se desvaneció.
—Fue cuando me miraste. Ese fue el momento. Tenías los ojos bien abiertos, tu mirada inocente… sin pretensiones. No me miraste como si fuera Harry Styles —dijo, rodando los ojos a sus propias palabras—, me miraste como si yo fuera… una persona, supongo.
—Noticia de última hora, Hazz. Tú eres una persona.
Sacudió el flequillo de mi cara.
—No, antes de ti, Louis era el único que me trataba como cualquier otro. Tú no te pusiste toda rara ni coqueteaste, ni te pasaste los dedos por el cabello. Tú me viste a mí.
—Fui una completa perra contigo, Harry.
Besó mi cuello.
—Eso fue lo que cerró el trato.
Deslicé mis dedos por su espalda hasta llegar adentro de sus bóxers.
—Espero que esto se vuelva viejo pronto. No me veo a mí misma cansándome nunca de ti.
— ¿Lo prometes? —Preguntó sonriendo.
Su teléfono sonó en la mesa de noche, y lo llevó a su oído.
— ¿Sí? ¡Demonios, no! Tengo a Pidge aquí conmigo. Nos arreglamos para ir a la cama… Cierra la boca, Hans, eso no es gracioso… ¿En serio? ¿Qué hace en la ciudad? —Me miró y suspiró—. De acuerdo, estaremos allí en media hora… Me escuchaste, imbécil. Porque no voy a ningún lugar sin ella, es por eso. ¿Quieres que te rompa la cara cuando llegue? —Harry colgó y sacudió la cabeza.
Levanté una ceja.
—Esa fue la conversación más extraña que he escuchado.
—Era Hans. Holden está en la ciudad y hay noche de Póker en casa de mi papá.
— ¿Noche de Póker? —Tragué.
—Sí, usualmente toman todo mi dinero. Esos bastardos tramposos.
— ¿Voy a conocer a tu familia en treinta minutos?
Miró su reloj.
—Veintisiete minutos para ser exactos.
— ¡Oh Dios mío, Harry! —Chillé, saltando de la cama.
— ¿Qué estás haciendo? —Suspiró.
Revoloteé el closet y saqué un par de jeans, saltando de arriba abajo para ponérmelos, y luego tiré de mi pijama hacia a arriba, tirándoselo a la cara de Harry. — ¡No puedo creer que sólo me dieras veinte minutos de anticipación antes de conocer a tu familia! ¡Podría matarte ahora mismo!
Se quitó mi pijama de la cara y rió de mi desesperado intento por lucir presentable. Tomé una camisa de cuello en V y la puse en su lugar, luego corrí al baño, cepillándome los dientes y pasando un cepillo por mi pelo. Harry caminó detrás de mí, completamente vestido y listo, y rodeó sus brazos por mi cintura.
— ¡Soy un desastre! —Me quejé, frunciendo hacia el espejo.
— ¿Te das cuenta de lo hermosa que eres? —Preguntó, besándome el cuello.
Resoplé, volviendo al cuarto a ponerme un par de tacones, luego tomé la mano de Harry quien me guió a la puerta. Me detuve, subiendo el cierre de mi chaqueta y agarrando mi pelo en un moño suelto, preparándolo para el viaje a la casa del padre de Harry.
—Cálmate, Pidge. Son sólo un grupo de chicos sentados alrededor de una mesa.
—Esta la primera vez que voy a ver a tu papá y a tus hermanos… todos al mismo tiempo… ¿Y quieres que me calme? —dije, subiéndome a la moto detrás de él.
Torció su cuello, tocando mi mejilla mientras me besaba.
—Te van a amar, justo como yo lo hago.



Cuando llegamos solté mi pelo y pase mis dedos por él varias veces, antes de que Harry me llevara hacia la puerta.
— ¡Santo Cristo! ¡Es el idiota! —Uno de los chicos gritó.
Harry asintió. Trató de verse enojado, pero pude ver que estaba emocionado de ver a sus hermanos. La casa estaba gastada, con papel tapiz amarillo y marrón en las paredes y distintos tonos de café en las alfombras. Caminamos por un pasillo hasta una puerta abierta de par en par. El humo de cigarro salía de la habitación, y allí estaban su padre y hermanos, sentados alrededor de una mesa con sillas disparejas.
—Hey, Hey… Cuiden el lenguaje frente a la señorita. —dijo su papá, moviendo el cigarro en su boca al hablar.
—Pidge, éste es mi papá, Des Styles. Papá, ésta es Pigeon.
— ¿Pigeon? —Preguntó Des, divertido.
—_______. —Sonreí, sacudiendo su mano.
Harry apuntó a sus hermanos.
—Hansel, Henry, Howard, y Holden.
Todos asintieron, y todos menos Holden lucían como versiones mayores de Harry; sus cabellos ondulados, ojos verdes, sus camisas estiradas en los trabajados músculos, y cubiertos en tatuajes. Holden llevaba una camisa de vestir y la corbata suelta, sus ojos eran de color avellana, y su cabello rubio oscuro era un poco más largo.
— ¿_______ tiene apellido? —Preguntó Des.
—Abernathy. —Asentí.
—Es un placer conocerte, _______. —dijo Holden, sonriendo.
—Un gran placer. —dijo Hans, mirándome de arriba abajo.
Des lo golpeó en la nuca y él saltó.
— ¿Qué dije? —Preguntó, sobándose la cabeza.
—Siéntate, _______. Míranos quitarle el dinero a Harry. —Uno de los gemelos dijo. No supe quién era quién; ambos eran una total copia del otro, hasta sus tatuajes coincidían.
La habitación estaba decorada con fotografías antiguas de juegos de póker, fotos de leyendas posando con Des y a quién asumía era el abuelo de Harry, y cartas viejas en los estantes.
Los ojos de Des brillaban.
— ¿Sabes quién es Stu Unger?
Asentí.
—Mi papá es un fan también.
Se levantó, apuntando hacia la fotografía junto a él.
—Y ese de allí es Doyle Brunson.
Sonreí.
—Mi papá lo vio jugar una vez. Es increíble.
—El abuelito de Harry era un profesional… Nos tomamos el póker muy en serio por aquí. —Sonrió Des.
Me senté en medio de Harry y uno de los gemelos, mientras Hansel mezclaba las cartas con moderada habilidad. Los chicos pusieron su dinero y Des dividió las fichas.
Hansel levantó una ceja.
— ¿Quieres jugar, _______?
Sonreí educadamente y sacudí la cabeza.
—No creo que debería.
— ¿No sabes cómo? —Preguntó Des.
No pude evitar sonreír. Des se veía tan serio, casi paternal. Sabía la respuesta que él esperaba, y odiaba decepcionarlo.
Harry besó mi frente.
—Juega… Yo te enseño.
—Deberías darle un beso de despedida a tu dinero en este momento, _______. —Holden rió.
Presioné mis labios y busqué en mi bolso, sacando dos billetes de cincuenta. Se los tendí a Des y esperé pacientemente a que me los cambiara por fichas. La cara de Hansel se estiró en una sonrisa satisfecha, pero lo ignoré.
—Tengo fe en las habilidades para enseñar de Harry. —dije.
Uno de los gemelos aplaudió.
— ¡Demonios, sí! ¡Me voy a ser rico esta noche!
—Empecemos con poco esta vez. —dijo Des, tirando una ficha de cinco dólares.
Hansel repartió, y Harry jugó mi mano por mí.
— ¿Has jugado cartas alguna vez?
—Ha pasado un tiempo. —Asentí.
—No se vale el Go Fish1 , Pollyanna.2—dijo Hansel, mirando sus cartas.
—Cierra la boca, Hans. —Soltó Harry, mirando a su hermano antes de volver su vista a mi mano—. Estás buscando cartas altas, números consecutivos, y de la misma clase si eres muy afortunada.
En la primera mano Harry miró mis cartas y yo las suyas. Básicamente asentía y sonreía, jugando cuando me decían que lo hiciera. Ambos, Harry y yo perdimos, y mis fichas habían disminuido para el final de la primera ronda.
Luego de que Holden repartiera, no le permití a Harry ver mis cartas.
—Creo que lo tengo. —dije.
— ¿Estás segura? —Preguntó.
—Estoy segura, bebé. —Sonreí.
Tres manos después, ya había recuperado mis fichas y bajado la de los demás con un par de Ases, una escalera y la carta más alta.
— ¡Mierda! —Se quejó Hansel—. ¡La suerte de principiantes apesta!
—Tienes a una chica que aprende rápido, Hazz. —dijo Des, moviendo la boca alrededor de su cigarro.
Harry tomó un sorbo de su cerveza.
— ¡Me estás haciendo orgulloso, Pigeon! —Sus ojos estaban brillantes de emoción, y su sonrisa era diferente a la que siempre le había visto.
—Gracias. —Sonreí.
—Aquellos que no pueden, enseñan. —Holden sonrió satisfecho.
—Muy gracioso, imbécil. —Murmuró Harry.
Cuatro manos después, tomé lo último de mi cerveza y encogí los ojos hacia el único hombre en la mesa que no se había rendido.
—Está de tu parte, Henry. ¿Vas a seguir siendo un bebé o vas a dar la cara como un hombre?
— ¡Que se joda! —dijo, poniendo lo último de sus fichas.
Harry me miró, animado. Me recordó a la expresión de aquellos cuando lo venían pelear.
— ¿Qué tienes, Pigeon?
— ¿Henry? —Pregunté.
Una gran sonrisa cruzó su cara.
— ¡Flush3! —Gritó, abriendo sus cartas en la mesa.
Cinco pares de ojos se dirigieron a mí. Escaneé la mesa y luego tiré mis cartas.
— ¡Acepten su derrota y lloren, chicos! ¡Ases y ochos! —dije, riendo.
— ¿Un Full House4 ? ¿Qué demonios? —Hans lloró.
—Lo siento. Siempre quise decir eso. —dije, tomando mis fichas.
Los ojos de Holden se encogieron.
—Esto no es sólo suerte de principiantes. Ella juega.
Harry miró a Holden por un momento y luego giró la vista hacia mí.
— ¿Has jugado alguna vez, Pidge?
Junté mis labios y me encogí de hombros, dando mi mejor mirada inocente. La cabeza de Harry se fue hacia atrás dejando escapar una gran risotada. Trató de hablar, pero no pudo, y enterró su puño en la mesa.
— ¡Tu novia nos acaba de estafar! —dijo Henry, apuntando en mi dirección.
— ¡DE NINGUNA JODIDA MANERA! —Se quejó Hansel, levantándose.
—Buen plan, Harry. Traer un tiburón de cartas a la noche de póker. —dijo Des, guiñándome.
— ¡No lo sabía! —dijo él, sacudiendo la cabeza.
— ¡Tonterías! —Me miró Holden.
— ¡En serio! —Soltó entre risas.
—Odio decirlo, hermano. Pero creo que me enamoré de tu chica. —dijo Howard.
—Hey, ya. —Soltó Harry, su sonrisa inmediatamente convirtiéndose en una mueca.
—Ya está bueno. Estaba solamente dejándotela fácil, _________, pero quiero mi dinero de vuelta, ahora. —Advirtió Hansel.
Harry no jugó en las próximas rondas, viendo a sus hermanos luchar por recuperar su dinero. Mano tras mano, les gané sus fichas, y mano tras manos, Holden me miraba más de cerca. Cada vez que mostraba mis cartas, Harry y Des reían, Henry maldecía, Howard proclamaba su innegable amor por mí, y Hans soltaba una rabieta.
Una vez sentados en el salón, cambie mis fichas por dinero y le di cien dólares a cada uno. Des se negó, pero los hermanos aceptaron con gratitud. Harry tomó mi mano y caminamos a la puerta. Pude ver que estaba triste, así que apreté mi mano en la suya.
— ¿Qué sucede, bebé?
— ¡Acabas de regalar cuatrocientos dólares, Pidge! —Frunció el ceño.
—Si esto hubiera sido en una noche de póker en Sig Tau, me los hubiera quedado. No les puedo robar a tus hermanos la primera vez que los conozco.
— ¡Ellos se hubieran quedado con tu dinero! —dijo.
—No lo hubiera dudado ni por un segundo, tampoco. —Rió Howard.
Holden me miraba en silencio desde la esquina de la habitación.
— ¿Por qué sigues mirando a mi chica, Holdd?
— ¿Cuál fue que dijiste era su apellido? —Preguntó Holden.
Apoyé mi peso en la otra pierna, nerviosa. Harry notando mi incomodidad, volteó la mirada a su hermano y abrazó mi cintura. No estaba segura si lo hizo como una reacción protectora o si se estaba preparando para lo que su hermano podría decir.
—Es Abernathy. ¿Por qué?
—Puedo entender por qué no lo averiguaste antes de esta noche, Hazz, pero ya no tienes ninguna excusa. —dijo Holden, satisfecho.
— ¿De qué mierda estás hablando? —Preguntó Harry.
— ¿Por casualidad no estarás emparentada con Mick Abernathy? —Preguntó Holden.
Todas las cabezas se voltearon en mi dirección, y nerviosamente recogí mi pelo hacia atrás.
— ¿De dónde conoces a Mick?
Harry torció su cabeza para poder mirarme.
—Es uno de los mejores jugadores de póker que haya existido. ¿Lo conoces?
Me estremecí, sabiendo que finalmente había sido arrinconada para contar la verdad.
—Es mi padre.
Toda la habitación explotó.
— ¡DE NINGUNA JODIDA MANERA!
— ¡LO SABÍA!
— ¡ACABAMOS DE JUGAR CON LA HIJA DE MICK ABERNATHY!
— ¿MICK ABERNATHY? ¡SANTA MIERDA!
Holden, Des y Harry eran los únicos que no gritaban.
—Les dije que no debía jugar. —dije.
—Si nos hubieras dicho que eras la hija de Mick Abernathy, tal vez te hubiéramos tomado más en serio. —dijo Holden.
Miré a Harry, quien me miraba con asombro.
— ¿Tú eres Lucky Thirteen5 ? —Preguntó, sus ojos estaban un poco nublados.
Hansel se levantó y me apuntó, su boca se abrió en asombro.
— ¡Lucky Thirteen está en nuestra casa! ¡De ninguna manera! ¡No lo creo, joder!
—Ese fue un apodo que la prensa me dio. Y la historia no era exactamente correcta. —dije.
—Necesito llevar a ________ a casa, chicos. —dijo Harry, todavía mirándome.
Des me miró por encima de sus lentes.
— ¿Por qué no era correcta?
—Yo no le quité la suerte a mi papá. Es decir, que ridículo. —Reí, enredando un mechón de pelo alrededor de mi dedo, nerviosa.
Holden sacudió la cabeza.
—No, Mick dio esa entrevista. Dijo que a la media noche de tu decimotercer cumpleaños su suerte se acabó.
—Y la tuya empezó. —Añadió Harry.
— ¡Fuiste criada por mafiosos! —dijo Hans, riendo con emoción.
—Oh… no. —Reí una vez—. Ellos no me criaron. Sólo estuvieron alrededor… bastante.
—Es una pena, Mick soltándole tu nombre a la mafia por medio de la prensa. Eras sólo una niña. —dijo Des, sacudiendo la cabeza.
—En todo caso, fue suerte de principiantes. —dije, tratando de esconder mi humillación.
—Fuiste enseñada por Mick Abernathy —dijo Des, sacudiendo la cabeza en asombro—. Estabas jugando profesionalmente y ganando a la edad de trece años, por Cristo santo. —Miró a Harry—. No apuestes en su contra, hijo. Ella no pierde.
Harry me miró entonces, sus ojos aún sorprendidos y desorientados.
—Uh… Nos tenemos que ir, papá. Adiós, chicos.
La profunda y emocionada voz de la familia de Harry se desvaneció cuando él me arrastró por la puerta hasta su moto. Me agarré el cabello en un moño, y ajusté mi chaqueta, esperando a que hablara. Se subió a la moto sin palabras, y yo me monté en el asiento detrás de él.
Estaba segura que sentía que no había sido honesta con él, y probablemente estaba avergonzado de haberse enterado de una parte tan importante de mi vida al mismo tiempo que su familia. Esperaba una gran discusión al llegar a su apartamento, e inventé una docena de disculpas para el momento en que llegamos a la puerta.
Me llevó por el pasillo de la mano, y me ayudó con la chaqueta.
Tiré del gancho color caramelo que ataba mi cabello, el cual calló por mis hombros en gruesas ondas.
—Sé que estás enojado conmigo —dije sin poder mirarlo a los ojos—. Discúlpame que no te lo dije, pero no es algo de lo que hablo.
— ¿Enojado contigo? —dijo—. Estoy tan caliente que no puedo ver claramente. Le acabas de robar el dinero a los imbéciles de mis hermanos sin siquiera pestañear, lograste asombrar a mi papá, y estoy bastante seguro de que perdiste a propósito aquella apuesta que hicimos antes de mi pelea.
—Yo no diría eso…
Levantó la barbilla.
— ¿Pensaste que ibas a ganar?
—Bueno… no, no exactamente. —dije, quitándome los tacones.
Harry sonrió.
—Entonces, querías estar aquí conmigo. Creo que me acabo de enamorar de ti de nuevo.
— ¿Cómo es que no estás enojado en este momento? —Pregunté, tirando mis zapatos al closet.
Suspiró y asintió.
—Es algo bastante importante, Pidge. Debiste habérmelo dicho. Pero entiendo por qué no lo hiciste. Viniste aquí para apartarte de todo eso. Es como si el cielo se abriera… ahora todo tiene sentido.
—Bueno, eso es un alivio.
—Lucky Thirteen. —dijo, sacudió la cabeza y me sacó la camisa.
—No me llames así, Harry. No es algo bueno.
— ¡Eres jodidamente famosa, Pigeon! —Soltó, sorprendido por mis palabras. Desabotonó mis jeans y los bajó hasta mis tobillos, ayudándome a sacarlos.
—Mi padre me odió luego de eso. Todavía me culpa por todos sus problemas.
Harry se arrancó la camisa y me abrazó a él.
—Todavía no puedo creer que la hija de Mick Abernathy está parada frente a mí, he estado contigo todo este tiempo y no tenía ni idea.
Lo empujé lejos.
—No soy la hija de Mick Abernathy, Harry. Eso fue lo que dejé atrás. Soy ______. ¡Sólo ______! —dije, caminando al closet. Arranqué una camisa de su gancho y me la puse.
Suspiró.
—Lo siento. Estoy un poco sorprendido.
— ¡Solamente soy yo! —Llevé las palmas de mis manos contra mi pecho, desesperada porque entendiera.
—Sí, pero…
—Pero nada. La manera en que me estás mirando en este instante. Es justamente por eso que no te lo había dicho. —Cerré los ojos—. No voy a vivir así de nuevo, Hazz. Ni siquiera contigo.
— ¡Whoa! Cálmate, Pigeon. No nos dejemos llevar. —Sus ojos se concentraron y caminó hacia mí, envolviéndome en sus brazos—. No me importa lo que fuiste o lo que ya no eres. Sólo te quiero a ti.
—Entonces, supongo que tenemos eso en común.
Me llevó hacia la cama, sonriéndome.
—Somos sólo tú y yo contra el mundo, Pidge.
Me acurruqué junto a él, acomodándome en el colchón. Nunca planeé que nadie excepto Eleanor se enterara de Mick, y nunca esperé que mi novio perteneciera a una familia de aficionados al póker. Suspiré profundo, presionando mi mejilla contra su pecho.
— ¿Qué sucede? —Preguntó.
—No quiero que nadie se entere, Hazz. No quería que tú te enteraras.
—Te amo, _______. No lo volveré a mencionar, ¿de acuerdo? Tu secreto está a salvo conmigo. —dijo, besando mi frente.



—Sr. Styles, ¿Cree que puede bajar el tono hasta después de la clase? —dijo el Profesor Cheney, refiriéndose a mi risa mientras Harry enterraba su nariz en mi cuello.
Aclaré mi garganta, sintiendo como mis mejillas se encendían en vergüenza.
—No lo creo, Dr. Cheney. ¿Le ha echado un buen vistazo a mi chica? —dijo Harry, señalándome.
La risa inundó el salón, y mi cara se incendió. El Profesor Cheney me miró con cara medio divertida y medio incómoda, y luego le sacudió la cabeza a Harry.
—Sólo haga lo mejor que pueda. —dijo Cheney.
La clase se volvió a reír, y yo me hundí en mi asiento. Harry recostó su brazo en la espalda de mi silla, y la clase continuó. Luego de que terminara la hora, Harry me acompañó a mi próxima clase.
—Perdóname si te avergüenzo. No lo puedo evitar.
—Inténtalo.
Parker caminó junto a nosotros, y cuando le devolví su asentimiento con una sonrisa educada, sus ojos brillaron.
—Hola, ________. Te veo adentro. —Caminó al salón, y Harry lo fulminó por unos tensos segundos.
—Oye —Jalé su brazo hasta que me miró—. Olvídate de él.
—Le ha estado diciendo a los chicos en la fraternidad que aún lo llamas.
—Eso no es verdad. —dije, inafectada.
—Yo lo sé, pero ellos no. Dice que sólo está esperando su turno. Le dijo a Brad que tú sólo estás esperando por el momento correcto para dejarme, y que lo llamas para decirle cuán infeliz eres. Me está empezando a molestar.
—Tiene una gran imaginación. —Miré a Parker, y cuando se encontró con mis ojos lo fulminé con la mirada.
— ¿Te enojarías si te avergüenzo una vez más?
Me encogí de hombros, y Harry no perdió tiempo en meterme al salón. Se detuvo en mi mesa, poniendo mi bolso en el piso. Miró a Parker y luego me jaló hacia él, y me besó, profundo y determinado. Trabajó mis labios en su usual manera reservada sólo para el dormitorio, y no pude evitar tomar su camisa con ambos puños.
Los murmullos y las risas se volvieron más fuertes luego de que era claro que Harry no se iba a apartar pronto.
— ¡Creo que la dejó embarazada! —Alguien desde el final del salón gritó, riéndose.
Me separé con los ojos cerrados, tratando de recuperar mi aliento. Cuando miré a Harry, él me devolvía la mirada con la misma fuerza retenida.
—Sólo intentaba probar un punto. —Murmuró.
—Buen punto. —Asentí.
Harry sonrió, besó mi mejilla y luego miró a Parker quien estaba echando humo en su asiento.
—Te veo en el almuerzo. —Guiñó.
Caí en mi silla y suspiré, tratando de disipar el hormigueo en medio de mis piernas.
Soporté toda la clase de Cálculo, y cuando la hora terminó, vi a Parker apoyado en la pared junto a la puerta.
—Parker. —Asentí. Determinada en no darle la reacción que él quería.
—Sé que estás con él, no tiene que violarte en frente de toda una clase para mostrármelo.
Me detuve de inmediato y me preparé para atacar.
—Entonces, tal vez deberías dejar de decirle a tus hermanos de fraternidad que yo todavía te llamo. Lo vas a molestar demasiado, y no me voy a sentir mal cuando entierre su bota en tu trasero.
Arrugó la nariz.
—Escúchate. Te has estado juntando demasiado con Harry.
—No, esta soy yo. Es solamente un lado de mí que no conocías.
—No fue como si me hubieras dado la oportunidad, ¿cierto?
Suspiré.
—No quiero pelear contigo, Parker. Simplemente no funcionó, ¿está bien?
—No, no está bien. ¿Crees que disfruté siendo el hazme reír de Eastern? Harry Styles es el tipo que apreciamos sólo porque nos hace lucir bien. Él usa a las chicas, las bota, e incluso los mayores idiotas de Eastern parecen Príncipes Azules frente a Harry.
— ¿Cuándo vas a abrir los ojos y vas a ver que él es diferente ahora?
—Él no te ama, _________. Solamente eres un brillante juguete nuevo. Aunque luego de la escena que hizo en el salón, asumo que ya no eres tan brillante.
Mi mano voló a su cara antes de darme cuenta que lo había hecho.
—Si hubieras esperado dos segundos, te hubiera ahorrado el esfuerzo, Pidge. —dijo Harry, empujándome detrás de él.
Tomé su brazo.
—Harry, no.
Parker se veía un poco nervioso, mientras el perfecto contorno rojo de mi mano aparecía en su mejilla.
—Te lo advertí. —dijo Harry, empujando a Parker violentamente contra la pared.
La mandíbula de Parker se tensó, y me fulminó con la mirada.
—Considera esto un cierre, Harry. Ahora puedo ver que ustedes dos están hechos el uno para el otro.
—Gracias. —dijo Harry, llevando su brazo a mis hombros.
Parker se separó de la pared y caminó inmediatamente al otro lado del pasillo, hacia las escaleras, cerciorándose de que Harry no lo seguía con una rápida mirada.
— ¿Estás bien? —Preguntó Harry.
—Me duele la mano.
Sonrió.
—Eso fue asombroso, Pidge. Estoy impresionado.
—Probablemente me va a demandar y terminaré pagando su carrera en Harvard. ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que nos íbamos a encontrar en la cafetería.
Un lado de su boca se levantó en una sonrisa maliciosa.
—No me podía concentrar en clases. Todavía estoy sintiendo ese beso.
Miré por el pasillo y luego a él.
—Ven conmigo.
Sus cejas se unieron sobre su sonrisa.
— ¿Qué?
Caminé hacia atrás, arrastrándolo hasta que sentí la manilla del laboratorio de Física. La puerta se abrió, y con una mirada hacia atrás, vi que estaba solo y oscuro. Jalé su mano, riéndome por su expresión confusa, y luego tranqué la puerta, empujándolo contra ella.
Lo besé y se rió.
— ¿Qué estamos haciendo?
—No quiero que no seas capaz de concentrarte en clases. —dije, besándolo de nuevo. Me levantó y enredé mis piernas a su alrededor.
—No estoy seguro de qué hice sin ti todo este tiempo —dijo, sosteniéndome con una mano y desabotonándose el cinturón con la otra—. Pero nunca lo quiero averiguar. Eres todo lo que siempre he querido, Pigeon.
—Solo recuerda eso cuando tome todo tu dinero en el próximo juego de póker. —dije, quitándome la camisa.



-----------------
1)Go Fish: Juego de cartas en donde los jugadores piden las cartas que necesiten y se las intercambian.
2)Flush: Mano de cartas, en donde todas son de la misma clase.
3)Full House: Mano de cartas que contiene tres cartas de un rango y las otras dos de otro rango.
4)Lucky Thirteen: Trece Afortunado




__________________________

Ahora ya saben el pasado de la rayis ;) una jugadora de póker. Por cierto...alguien más odia con más intensidad a Parker??! Sólo yo?

Bueehh.., ya sigo con la maratón. -Lau





Última edición por ~La Castaña de Horan~ el Sáb 08 Jun 2013, 12:27 pm, editado 1 vez
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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Sáb 08 Jun 2013, 12:22 pm


XIII Capítulo:



.
Casa Llena





Maratón 2/2 :P



Di vueltas alrededor, escrutando mi reflejo con una mirada escéptica. Era blanco y sin espalda, peligrosamente corto, y el corsé estaba sujeto por una cadena corta de pedrería que formaba como un collar alrededor de mi cuello.
— ¡Wow! ¡Harry se va a mear encima cuando te vea con eso! —dijo Eleanor.
Puse mis ojos en blanco.
— ¡Qué romántico!
—Vas a llevar ése. No te pruebes nada más, ése es el indicado —dijo, aplaudiendo con entusiasmo.
— ¿No crees que es demasiado corto? Mariah Carey muestra menos piel.
Eleanor sacudió su cabeza.
—Insisto.
Me di vuelta en el banquillo mientras Eleanor se probaba un vestido tras otro, más indecisa a la hora de elegir uno para sí misma. Al final se decidió por uno extremadamente corto, ajustado, de color piel, que dejaba uno de sus hombros desnudo. Nos dirigimos en su Honda al apartamento para encontrar el lugar del Charger vacio y a Toto solo. Eleanor sacó su celular y marcó, sonriendo cuando Louis respondió.
— ¿A dónde fuiste, Bebé? —ella asintió y luego me miró—. ¿Por qué estaría molesta? ¿Qué tipo de sorpresa? —dijo cautelosa. Me miró de nuevo y luego entró al cuarto de Louis, cerrando la puerta.
Froté las puntiagudas y negras orejas de Toto mientras Eleanor murmuraba en la habitación. Cuando salió, trató de esconder la sonrisa en su cara.
— ¿Qué están tramando ahora? —Pregunté.
—Están en camino a casa. Dejaré que Harry te diga —dijo, sonriendo de oreja a oreja.
—Oh Dios… ¿qué? —Pregunté.
—Acabo de decir que no puedo contarte. Es una sorpresa.
Yo jugueteé con mi pelo y me miraba las uñas, incapaz de estarme quieta mientras esperaba a Harry para que diera a conocer su última sorpresa.
Una fiesta de cumpleaños, un cachorro—no podía imaginar que podría ser lo siguiente.
El fuerte ruido del motor del Charger de Louis anunció su llegada. Los chicos rieron mientras subían las escaleras.
—Están de buen humor —dije—, esa es una buena señal.
Louis entró primero.
—Simplemente no quería que pensaras que había una razón por la cual él se hizo uno y yo no.
Eleanor se puso de pie para saludar a su novio, y echó sus brazos alrededor suyo.
—Eres tan tonto Lou. Como si fuera a enojarme por eso. Si quisiera un novio loco, saldría con Harry —dijo Eleanor sonriendo, mientras inclinaba su cabeza para darle un beso.
—No tiene nada que ver con la manera en la que me siento por ti —agregó Louis.
Harry atravesó la puerta con un vendaje cuadrado de gasa en su muñeca. Me sonríe y luego se derrumbó en el sofá, descansando su cabeza en mi regazo.
No podía apartar la mirada del vendaje.
—De acuerdo… ¿qué hiciste?
Harry sonrió y tiró de mí hacia abajo para besarlo. Podía sentir el nerviosismo irradiando de él. Por fuera estaba sonriendo, pero tuve la clara sensación de que él no estaba seguro de cómo iba a reaccionar ante lo que había hecho.
—Hice un par de cosas hoy.
— ¿Cómo qué? —Pregunté suspicaz.
Harry rió.
—Tranquilízate, Pidge. No es nada malo.
— ¿Qué le pasó a tu muñeca? —Dije tirando de su mano por los dedos.
Un estruendoso motor diesel se detuvo fuera y Harry saltó del sofá para abrir la puerta.
— ¡Ya era hora! ¡He estado en casa por lo menos desde hace cinco minutos! —dijo con una sonrisa.
Un hombre entró del revés, cargando un sofá gris cubierto con plástico, seguido por otro hombre que traía la parte trasera del mismo. Louis y Harry movieron el sofá, conmigo y Toto todavía encima, hacia adelante, y entonces los hombres pusieron el nuevo sofá en el lugar del otro. Harry sacó el plástico y luego me levantó en sus brazos, colocándome en los blandos almohadones.
— ¿Tienen uno nuevo? —Pregunté, sonriendo de oreja a oreja.
—Sí, y un par de otras cosas también. Gracias chicos —dijo mientras los hombres de la mudanza levantaban el viejo sofá y se iban de la misma manera en que vinieron.
—Ahí van un montón de recuerdos —sonreí.
—Ninguno que yo quisiera conservar, —él se sentó a mi lado y suspiró, mirándome por un momento antes de quitar la cinta que sostenía la gasa en su brazo—. No te alteres.
Mi mente empezó a correr, pensando en qué podría haber debajo de la venda. Imaginé una quemadura, o puntos o algo igual de espantoso.
Él tiró del vendaje y me quedé sin aliento al sólo ver las simples letras en negro tatuadas a través de la parte inferior de su muñeca, la piel a su alrededor estaba roja y brillante por el antibiótico que él había untado encima. Sacudí mi cabeza con incredulidad al leer la palabra.

Pigeon


— ¿Te gusta? —Preguntó.
— ¿Tienes mi nombre tatuado en tu muñeca? —Dije las palabras, pero no sonaba como mi voz. Mi mente se extendía en todas las direcciones, pero incluso así, me las arreglé para hablar con un tono calmado.
—Sí —dijo, besando mi mejilla mientras yo miraba con incredulidad la tinta permanente en su piel.
—Traté de hacerle entrar en razón _________. Él no ha hecho nada loco por un tiempo. Creo que estaba teniendo síntomas de la abstinencia —dijo Louis sacudiendo su cabeza.
— ¿Qué te parece? —Preguntó Harry.
—Deberías haberle consultado antes, Hazz —dijo Eleanor, sacudiendo la cabeza y cubriendo su boca con sus dedos.
— ¿Preguntarle qué? ¿Si podía hacerme un tatuaje? —Frunció el ceño, volviéndose hacia mí—. Te amo. Quiero que todos sepan que soy tuyo.
Me moví nerviosamente.
—Eso es permanente Harry.
—Al igual que nosotros —dijo, tocando mi mejilla.
—Muéstrale el resto, —dijo Louis.
— ¿El resto? —Dije bajando la mirada hacia su otra muñeca.
Harry se levantó, tirando hacia arriba de su camisa. Sus impresionantes abdominales se estiraban y se contraían con el movimiento. Harry se volteó, y en su costado había otro tatuaje fresco extendido a lo largo de sus costillas.
— ¿Qué es eso? —Pregunté, mirando de soslayo los símbolos verticales.
—Es hebreo —Harry sonrió.
— ¿Qué significa?
—Dice, “Pertenezco a mi amada, y mi amada me pertenece”.
Mis ojos se encontraron con los suyos.
— ¿No estabas contento con un tatuaje, así que te hiciste dos?
—Es algo que siempre dije que me iba a hacer cuando conociera a La Indicada. Te conocí… así que fui y me hice los tatuajes, —su sonrisa se desvaneció cuando vio mi expresión—. ¿Estás enojada, no? —dijo tirando hacia abajo su camisa.
—No estoy enojada. Yo sólo… esto es un poco abrumador.
Louis atrajo a Eleanor a su costado con un brazo.
—Acostúmbrate, _________. Harry es impulsivo y va siempre con todo. No creo que esto se acabe hasta que consiga ponerte un anillo en el dedo.
Las cejas de Eleanor se dispararon primero hacia mí y luego hacia Louis.
— ¿Qué? ¡Pero si acaban de empezar a salir!
—Creo… creo que necesito un trago —dije, caminando hacia la cocina.
Harry se echó a reír, mirándome a través de los gabinetes.
—Él estaba bromeando, Pidge.
— ¿Lo estaba? —Preguntó Louis.
—Él no estaba hablando sobre un tiempo de corto plazo —dijo Harry. Se volteó hacia Louis y se quejó—. Muchas gracias, imbécil.
—Tal vez ahora dejes de hablar de eso —Louis sonrió.
Me serví un trago de whisky en un vaso y tiré mi cabeza hacia atrás, tomándolo todo de un trago. Mi rostro se comprimió mientras el líquido quemaba bajando por mi garganta.
Harry me rodeó gentilmente con sus brazos la cintura desde atrás.
—No te estoy proponiendo, Pidge. Son sólo tatuajes.
—Lo sé —dije asintiendo mientras me servía otro trago.
Harry me quitó la botella y le puso la tapa, metiéndola de nuevo en el gabinete. Cuando no me di la vuelta, él giró mis caderas para ponerme frente a él.
—De acuerdo. Tuve que habértelo mencionado antes, pero decidí comprar el sofá y luego una cosa llevó a la otra. Me emocioné.
—Esto es muy rápido para mí, Harry. Mencionaste lo de vivir juntos, te marcaste con mi nombre, me estás diciendo que me amas… todo esto es muy… rápido.
Harry frunció el ceño.
—Te estás alterando. Te dije que no te alteraras.
— ¡Es difícil no hacerlo! ¡Te enteraste sobre mi papá y todo lo que sentías antes se había ampliado!
— ¿Quién es tu papá? —Preguntó Louis, claramente molesto por no saber nada. Cuando no le hice caso, suspiró—. ¿Quién es su papá? —Le preguntó a Eleanor.
Eleanor sacudió su cabeza con desdén.
La expresión de Harry cambió con disgusto.
—Mis sentimientos por ti no tienen nada que ver con tu papá.
—Vamos a ir a esta fiesta de parejas mañana. Se supone que es una gran cosa donde vamos a anunciar nuestra relación o algo, ¡Y ahora tú tienes mi nombre en tu brazo y este proverbio hablando de cómo nos pertenecemos! ¿Es loco, de acuerdo? ¡Estoy alterada!
Harry agarró mi rostro y plantó su boca en la mía, y luego me levantó del suelo, colocándome en el mostrador.
Su lengua pidió entrar en mi boca, y cuando le dejé, gimió.
Sus dedos excavaron en mis caderas, trayéndome más cerca.
—Eres tan jodidamente caliente cuando te enojas —dijo contra mis labios.
—Está bien —respiré—, estoy calmada.
Él sonrió, contento de que su plan de distracción haya funcionado.
—Todo sigue siendo lo mismo, Pidge. Seguimos siendo sólo tú y yo.
—Ustedes dos están locos —dijo Louis, sacudiendo su cabeza. Eleanor golpeó juguetonamente su hombro.
—_________ también compró algo para Harry hoy.
— ¡Eleanor! —le regañé.
— ¿Encontraste un vestido? —me preguntó sonriendo.
—Sí —envolví mis piernas y brazos alrededor suyo—. Mañana va a ser tu turno de enloquecer.
—Estoy esperando ansioso por eso —dijo, sacándome del mostrador. Saludé a Eleanor con la mano mientras Harry me llevaba por el pasillo.



El viernes después de clases, Eleanor y yo pasamos la tarde en el centro, arreglándonos y disfrutando. Nos hicimos la manicura y la pedicura, nos depilamos, bronceamos nuestra piel y nos arreglamos el cabello. Cuando volvimos al apartamento, cada espacio había sido cubierto por ramos de rosas. Rojas, rosadas, amarillas y blancas—parecía una florería.
— ¡Oh Dios mío! —Chilló Eleanor cuando entró por la puerta.
Louis miró a su alrededor, luciendo orgulloso.
—Fuimos a comprar flores, pero ninguno de los dos pensó que un solo ramo sería suficiente.
Abracé a Harry.
—Ustedes son… son increíbles, chicos. Gracias.
El palmeó mi trasero.
—Treinta minutos para la fiesta, Pidge.
Los chicos se vistieron en la habitación de Harry mientras nosotras nos deslizábamos en nuestros vestidos en el cuarto de Louis. Justo mientras me colocaba mis tacones plateados, alguien golpeó la puerta.
—Hora de irnos, señoritas —dijo Louis.
Eleanor salió y Louis silbó.
— ¿Dónde está ella? —Preguntó Harry.
—_________ está teniendo algunos problemitas con sus zapatos. Saldrá en un segundo —Eleanor explicó.
— ¡El suspenso me está matando, Pigeon! —Gritó Harry.

Salí jugueteando con mi vestido mientras Harry se paraba enfrente de mí, inexpresivo.
Eleanor le pegó un codazo y el pestañeó.
—Santo cielo.
— ¿Estás listo para enloquecer? —Preguntó Eleanor.
—No estoy enloqueciendo, ella luce increíble —dijo Harry.
Sonreí y luego, lentamente, me di la vuelta para mostrarle la caída pronunciada de la tela en la parte trasera del vestido.
—Bien, ahora estoy enloqueciendo —dijo, acercándose a mí y haciéndome dar una vuelta.
— ¿No te gusta? —Le pregunté.
—Necesitas una cazadora —corrió al perchero y luego a toda prisa cubrió mis hombros con el abrigo.
—Ella no puede vestir eso toda la noche, Hazz —se rió Eleanor.
—Te ves hermosa, ________ —dijo Louis como una disculpa por el comportamiento de Harry.
La expresión de Harry se veía dolida mientras hablaba.
—Te ves hermosa. Te ves increíble… pero no puedes vestir eso. Tu falda es… wow, tus piernas son… ¡tu falda es demasiado corta y es sólo la mitad de un vestido! ¡Ni siquiera cubre tu espalda!
No pude evitarlo, pero sonreí.
—Esa es la forma en que está hecho, Harry.
— ¿Ustedes dos viven para torturarse el uno al otro? —Louis frunció el seño.
— ¿No tienes un vestido más largo? —Preguntó Harry.
Miré hacia abajo.
—En realidad es bastante modesto en el frente. Es solamente en la espalda donde muestra mucha piel.
—Pigeon —hizo una mueca con sus siguientes palabras—, no quiero que te enojes, pero no puedo llevarte a la casa de mi fraternidad luciendo así. Me voy a meter en una pelea en los primeros cinco minutos que estemos ahí, cariño.
Me incliné hacia arriba con las puntas de mis pies y besé sus labios.
—Tengo fe en ti.
—Esta noche va a apestar. —se quejó.
—Esta noche va a ser fantástica —dijo Eleanor, ofendida.
—Simplemente piensa en lo fácil que va a ser sacármelo más tarde —dije, besando su cuello.
—Ese es el problema. Todos lo demás chicos ahí estarán pensando la misma cosa.
—Pero tú serás el único que va a averiguarlo, —murmuré. Él no respondió así que me eché hacia atrás para evaluar su expresión.
— ¿De verdad quieres que me cambie?
Harry escaneó mi rostro, mi vestido, mis piernas y luego exhaló.
—No importa qué vistas, eres preciosa. Debería acostumbrarme a eso ahora, ¿verdad? —me encogí de hombros y él sacudió su cabeza—. Muy bien, ya es tarde. Vamos.



Me acurruqué junto a Harry en busca de su calor mientras caminábamos del coche a la casa Sigma Tau. El aire estaba lleno de humo, pero cálido. La música resonaba desde el sótano y Harry asentía con la cabeza al compás de ella. Todo el mundo volteó simultáneamente. No estaba segura si estaban mirando porque Harry estaba en una fiesta de parejas, porque llevaba pantalones de vestir, o por mi vestido, pero todos nos estaban mirando.
Eleanor se inclinó para susurrarme en el oído:
—Estoy tan contenta de que estés aquí, ________. Me siento como si hubiera despertado en una película de Molly Ringwald.
—Me alegro de poder ayudar —me quejé.
Harry y Louis tomaron nuestros abrigos y luego nos guiaron a través de la sala a la cocina. Louis tomó cuatro cervezas de la nevera y le dio una a Eleanor, y después a mí. Nos quedamos en la cocina, escuchando a los hermanos de fraternidad de Harry discutir su última pelea. Las hermanas de la fraternidad acompañándolos resultaron ser las mismas rubias tetonas que siguieron a Harry en la cafetería la primera vez que hablamos.
Taylor era fácil de reconocer. No podía olvidar el aspecto de su cara cuando Harry la empujó fuera de su regazo por insultar a Eleanor. Ella me miraba con curiosidad, estudiando cada una de mis palabras. Sabía que estaba curiosa del por qué Harry Styles me encontró irresistible y me encontré a mí misma tratando de demostrárselo. Mantuve mis manos sobre las de Harry, añadiendo bromas inteligentes en los momentos precisos de la conversación, y bromeando con él sobre sus nuevos tatuajes.
—Amigo, ¿tienes el nombre de tu chica en tu muñeca? ¿Qué diablos te poseía para hacer eso? —dijo Brad.
Harry orgullosamente volteó su mano para revelar mi nombre.
—Estoy loco por ella, —dijo, mirando con ojos cálidos.
—Apenas la conoces. —se burló Taylor.
Él no quitó sus ojos de los míos.
—Pasamos todo el tiempo juntos. La conozco. —Frunció el ceño—. Pensé que el tatuaje te había molestado. ¿Ahora estás presumiéndolo?
Me incliné para besar su mejilla y me encogí de hombros.
—Cada vez me gusta más. (Buauajahajaja la rayis contra Taylor :maloso: )
Louis y Eleanor se dirigieron escaleras abajo y nosotros los seguimos, tomados de la mano. Los muebles habían sido empujados a lo largo de las paredes para así formar una improvisada pista de baile, y cuando bajábamos las escaleras, una canción lenta comenzó a tocar.
Sonreí y presioné mi mejilla contra su pecho. Él extendió su mano contra mi espalda, cálida y suave ante mi piel desnuda.
—Todo el mundo te está mirando en este vestido —dijo. Miré hacia arriba, esperando ver una expresión tensa, pero él estaba sonriendo—. Creo que es genial… estar con la chica que todo el mundo quiere.
Puse los ojos en blanco.
—Ellos no me quieren. Sólo están curiosos por saber por qué tú me quieres. Y de todos modos, lo siento por cualquiera que piense que tiene una oportunidad. Estoy desesperadamente y completamente enamorada de ti.
Una mirada de dolor oscureció su rostro.
— ¿Sabes por qué te quiero? No sabía que estaba perdido hasta que tú me encontraste. No sabía lo que era estar solo hasta la primera noche que pasé sin ti en mi cama. Tú eres lo único que he hecho bien. Tú eres lo que he estado esperando, Pigeon.
Me estiré para tomar su rostro entre mis manos y él envolvió sus brazos alrededor de mí, levantándome del suelo. Apreté mis labios contra los suyos, y él me besó con toda la emoción de lo que acaba de decir. Fue en ese momento que me di cuenta de por qué se había hecho el tatuaje, por qué me había elegido a mí y por qué yo era diferente. No era sólo yo, y no era sólo él, la excepción era que estábamos juntos.
Un ritmo más rápido vibró a través de los altavoces, y Harry me puso sobre mis pies. — ¿Todavía quieres bailar?
Eleanor y Louis aparecieron junto a nosotros y yo levanté una ceja.
—Sólo si piensas que me puedes seguir el ritmo.
Harry sonrió.
—Pruébame.
Moví mis caderas contra las de él y pasé la mano por su camisa, desabrochando los primeros dos botones, Harry se echó a reír y sacudió la cabeza, y me di la vuelta, moviéndome contra él al ritmo de la música. Me agarró de las caderas y estiré mi mano, agarrando su trasero. Me incliné hacia adelante y él hundió los dedos en mi piel. Cuando me levanté, colocó sus labios en mi oído.
—Sigue así y nos vamos a ir temprano.
Me di la vuelta y sonreí, echando mis brazos alrededor de su cuello. Él se pegó a mí y saqué su camisa de sus pantalones, deslizando mis manos por su espalda, presionando mis dedos en sus fuertes músculos y tuve que sonreír al oír el ruido que él hizo cuando probé su cuello.
—Jesús, Pigeon, me estás matando, —dijo, agarrando el dobladillo de la falda, tirándola hacia arriba lo suficiente para acariciar mis muslos con sus dedos.
—Creo que sabemos lo que es la atracción sexual. —se burló Taylor detrás de nosotros.
Eleanor se dio la vuelta, dirigiéndose hacia Taylor en pie de guerra. Louis la sostuvo justo a tiempo.
— ¡Dilo otra vez! —dijo Eleanor—. ¡Te reto, perra! (Akskdkdjdjd Eliii)
Taylor se escondió detrás de su novio, sorprendida por la amenaza de Eleanor.
—Será mejor que le pongas un bozal a tu cita, Brad —Harry advirtió.
Dos canciones más tarde, el cabello detrás de mi cuello estaba pesado y húmedo. Harry besó la piel justo debajo de mi oreja.
—Vamos, Pidge. Necesito un cigarrillo.
Él me llevó por las escaleras y luego agarró el abrigo antes de guiarme al segundo piso. Salimos al balcón para encontrar a Parker y a su cita. Ella era más alta que yo, su corto y oscuro cabello estaba recogido hacia atrás con un solo broche. Me di cuenta de sus tacones de aguja puntiaguda de inmediato, con su pierna enganchada alrededor de la cadera de Parker. Ella estaba con su espalda contra la pared de ladrillo, y cuando Parker nos vio, él sacó su mano debajo de la falda de la chica.
—_________. —dijo, sorprendido y sin aliento.
—Hola, Parker, —le dije, reprimiendo una sonrisa.
—Cómo, eh… ¿cómo has estado?
Le sonreí cortésmente.
—Genial, ¿Y tú?
—Uh —miró a su cita—, _________ ésta es Amber. Amber… ________.
— ¿_______, _______? —Preguntó.
Parker dio una rápida inclinación de cabeza, incómodo. Amber me estrechó la mano con una mirada de disgusto en su rostro, y luego sus ojos viajaron a Harry como si acabase de encontrarse con el enemigo.
—Amber. —advirtió Parker.
Harry se echó a reír una vez y luego abrió las puertas para dejarlos caminar. Parker tomó la mano de Amber y entraron a la casa.
—Eso fue… extraño, —dije, sacudiendo la cabeza mientras crucé los brazos, apoyándome en la barandilla. Hacía frío y sólo había un puñado de parejas a fuera.
Harry era todo sonrisas. Ni siquiera Parker podría estropear su estado de ánimo.
—Al menos dejó de tratar de ganarte de vuelta.
—No creo que él haya estado tratando de tenerme de vuelta tanto como tratando de mantenerme lejos de ti.
Harry arrugó la nariz.
—Llevó a casa a una sola chica una vez. Ahora se comporta como si hubiera hecho un hábito recoger y salvar a cada estudiante de primer año que he bolseado.
Le lancé una mirada irónica desde la esquina de mi ojo.
— ¿Alguna vez te he dicho lo mucho que detesto esa palabra?
—Lo siento —dijo, tirando de mí a su lado. Encendió su cigarrillo y aspiró profundamente. El humo que sopló era más espeso que de costumbre, mezclándose con el aire de invierno. Volteó su mano y lo miró su muñeca—. ¿Qué tan extraño es que este tatuaje no es sólo mi nuevo favorito, pero que también me hace sentir en paz al saber que está ahí?
—Muy extraño. —Harry levantó una ceja y me reí—. Estoy bromeando. No puedo decir que lo entiendo, pero es muy dulce… al estilo-Harry Styles.
—Si se siente tan bien que esté en mi brazo, no puedo imaginar cómo se sentirá el poner un anillo en tu dedo.
—Harry…
—En cuatro años, o tal vez cinco. —agregó.
Tomé un respiro.
—Tenemos que tomarnos las cosas con calma. Muy, muy en calma.
—No empieces esto, Pidge.
—Si seguimos a este ritmo, estaré descalza y embarazada antes de graduarme. No estoy lista para mudarme contigo, no estoy lista para un anillo, y definitivamente no estoy lista para sentar cabeza.
Harry tomó mis hombros y me dio vuelta para mirarlo de frente.
—Esto no es el “creo que debemos ver a otras personas,” ¿verdad? Porque no te voy a compartir. De ninguna jodida manera.
—No quiero ver a nadie más. —le dije, exasperada. Él se relajó y liberó mis hombros, agarrándose de la barandilla.
— ¿Qué estás diciendo, entonces? —Preguntó, mirando hacia el horizonte.
—Estoy diciendo que tenemos que llevar las cosas con calma. Eso es todo lo que estoy diciendo.
Él asintió con la cabeza, claramente infeliz. Toqué su brazo.
—No te enfades.
—Parece que damos un paso adelante y dos pasos hacia atrás, Pidge. Cada vez que pienso que estamos en la misma página, levantas un muro. No lo entiendo… la mayoría de las chicas están acosando a sus novios para que se lo tomen en serio, para que hablen sobre sus sentimientos, para que den el siguiente paso…
— ¿Creo que ya habíamos establecido que yo no formo parte de la mayoría de las chicas?
Dejó caer su cabeza, frustrado.
—Estoy cansado de adivinar. ¿Hasta dónde ves esto, _______?
Presioné mis labios contra su camisa.
—Cuando pienso sobre mi futuro, tú estás en él.
Harry se relajó, tirando de mí hacia él. Los dos vimos las nubes de la noche desplazarse a través del cielo. Las luces de la escuela iluminaban el bloque oscuro, y los invitados a la fiesta envolvían sus brazos contra sus gruesas chaquetas, corriendo a la calidez del ladrillo y la casa de la fraternidad.
Vi la misma paz en los ojos de Harry de la que había sido testigo pocas veces, y me di cuenta que al igual que las otras noches, su expresión de felicidad era el resultado de mi reafirmación.
Yo había experimentado la inseguridad, de esos que vivían de un solo golpe de mala suerte, de hombres que tenían miedo de su propia sombra. Era fácil tener miedo del lado oscuro de Vegas, del lado que las luces de neón y brillo nunca parecían tocar. Pero Harry Styles no tenía miedo de pelear, o de defender a alguien que le importaba, o mirar en los ojos una humillada y enfadada mujer. Él podía entrar en una habitación y mirar a alguien dos veces su tamaño, creyendo que nadie podía tocarlo—que él era invencible a todo lo que tratara de hacerlo caer.
Él no tenía miedo de nada. Hasta que me conoció.
Yo era la parte de su vida que era desconocida, la carta salvaje, la variable que no podía controlar. Independientemente de los momentos de paz que le había dado, en cada momento de cada día, la crisis que sentía sin mí se hacía diez veces peor en mi presencia. La ira que antes se apoderaba de él cada vez era más difícil para controlar. Ser la excepción ya no era un misterio, ya no era especial. Me había convertido en su debilidad.
Al igual que mi padre.
— ¡________! ¡Ahí estás! ¡He estado buscándote por todas partes! —dijo Eleanor, corriendo a través de la puerta. Ella alzó su teléfono celular—. Acabo de hablar por teléfono con mi papá. Mick los llamó ayer por la noche.
— ¿Mick? —Mi rostro se contrajo en asco—. ¿Por qué los iba a llamar?
Eleanor levantó las cejas como si yo debiera saber la respuesta.
—Tu madre seguía colgándole.
— ¿Qué quería? —dije, sintiéndome enferma.
Ella apretó los labios.
—Saber dónde estás.
—No se lo dijeron, ¿verdad?
El rostro de Eleanor se crispó.
—Él es tu padre, _______. Mi padre sintió que él tenía derecho a saber.
—Él va a venir aquí —dije, sintiendo mis ojos quemar—. ¡Él va a venir aquí, Eli!
— ¡Lo sé! ¡Lo siento! —dijo ella, tratando de abrazarme. Me alejé de ella y me tapé la cara con las manos.
Un par de manos fuertes y familiares se posaron protectoramente sobre mis hombros.
—No te hará daño, Pigeon, —dijo Harry—. No se lo permitiré.
—Él encontrará la manera. —dijo Eleanor, mirándome con pesadez en los ojos—. Siempre lo hace.
— ¡Tengo que salir de aquí! —Sujeté el abrigo que me rodeaba y tiré de la manija de las puertas francesas. Estaba demasiado molesta como para coordinar mis pasos. Mientras las lágrimas caían por mis mejillas, la mano de Harry cubrió la mía. Él presionó, ayudándome a abrir la puerta. Lo miré, consciente de la ridícula escena que estaba haciendo, esperando ver una expresión de confusión o desaprobación en su rostro, pero él me miraba con sólo comprensión.
Harry envolvió su brazo mí alrededor y bajamos a la planta baja, escaleras abajo y entre la multitud hacia la puerta. Los tres lucharon para seguirme el paso mientras yo zigzagueaba hasta el Charger.
La mano de Eleanor se aferró de mi abrigo, deteniéndome en seco.
—_______ —susurró, señalando a un pequeño grupo de personas.
Estaban alrededor de un hombre mayor y desaliñado, quien señalaba frenéticamente hacia la casa, sosteniendo una fotografía. Las parejas asentían con la cabeza, discutiendo la foto uno al otro.
Me dirigí hacia al hombre y tomé la foto de su mano.
— ¿Qué demonios estás haciendo aquí?
La multitud se dispersó, entrando a la casa, y Louis y Eleanor estaban a cada lado de mí. Harry sostenía mis hombros desde atrás.
Mick miró a mi vestido y chasqueó la lengua en desaprobación.
—Bien, bien, Cookie. Puedes tomar a la chica de Las Vegas…
—Cierra la boca. Cállate, Mick. Sólo da la vuelta —señalé detrás de él—, y vuelve por donde viniste. No te quiero aquí.
—No puedo, Cookie. Necesito tu ayuda.
— ¿Qué hay de nuevo en eso? —Se burló Eleanor.
Mick entrecerró los ojos a Eleanor y luego me miró a mí.
—Te ves increíblemente hermosa. Has crecido. No te hubiese reconocido en la calle.
Suspiré, impaciente ante su charla.
— ¿Qué es lo que quieres?
Él levantó las manos y se encogió de hombros.
—Creo que me he metido en un lío, nena. Tu viejo padre necesita un poco de dinero.
Cerré los ojos.
— ¿Cuánto?
—Estaba haciendo relativamente bien, realmente lo estaba. Sólo tenía que pedir un granito de arena para salir adelante… y ya sabes.
—Lo sé —le espeté—. ¿Cuánto necesitas?
—Veinticinco.
—Mierda, Mick, ¿Dos mil quinientos? Si te largas en este mismo instante… Yo te los daré. —dijo Harry, sacando su cartera.
—Se refiere a veinticinco mil. —dije, mirando a mi padre.
Los ojos de Mick se dirigieron a Harry.
— ¿Quién es este payaso?
La mirada de Harry se deslizó lejos de su cartera y sentí su peso en mi espalda luchando por contenerse.
—Puedo ver, ahora, por qué un hombre como tú se ha reducido a pedirle a su hija por un préstamo.
Antes de que Mick pudiera hablar, saqué mi teléfono celular.
— ¿A quién le debes en esta ocasión, Mick?
Mick se rascó el pelo canoso.
—Bueno, es una historia divertida, Cookie…
— ¿A quién? —Grité.
—Benny.
MI boca se abrió y di un paso atrás, hacia Harry.
— ¿Benny? ¿Le debes a Benny? ¿Qué demonios es…?—Respiré, no tenía sentido—. No tengo esa cantidad de dinero, Mick.
Él sonrió.
—Algo me dice que sí.
— ¡Bien, no lo tengo! ¿Realmente lo has hecho, esta vez, no? ¡Sabía que no pararías hasta que terminaras muerto!
Se removió, la sonrisa de satisfacción desapareciendo de su rostro.
— ¿Cuánto tienes?
Apreté la mandíbula.
—Once mil. Estaba ahorrando para un coche.
Los ojos de Eleanor se lanzaron a mi dirección.
— ¿De dónde has sacado once mil dólares, ________?
—De las peleas de Harry. —dije, con los ojos clavados en Mick.
Harry tiró de mí para mirarme a los ojos.
— ¿Has obtenido once mil de mis peleas? ¿Cuándo estabas apostando?
—Adam y yo tenemos un acuerdo. —dije, sin preocuparme ante la sorpresa de Harry.
Los ojos de Mick se animaron repentinamente.
—Puedes duplicar eso en un fin de semana, Cookie. Puedes conseguirme los veinticinco para el domingo, y Benny no enviará a sus matones por mí.
Sentía la garganta seca.
—Me dejará sin nada, Mick. Necesito pagar por la escuela.
—Oh, puedes conseguirlo de nuevo en muy poco tiempo. —dijo, agitando su mano con desdén.
— ¿Cuándo es la fecha límite? —Le pregunté.
—El lunes. A la medianoche. —dijo, sin complejos.
—No tienes que darle una jodida moneda de diez centavos, Pigeon —dijo Harry, tirando de mí brazo.
Mick me agarró de la muñeca.
— ¡Es lo menos que puedes hacer! ¡No estaría en este lío si no fuera por ti!
Eleanor le dio una palmada en la mano y luego lo empujó.
— ¡No te atrevas a comenzar esa mierda de nuevo, Mick! ¡Ella no te obligó a pedirle dinero prestado a Benny!
Mick me miró con odio en sus ojos.
—Si no fuera por ella, yo tendría mi propio dinero. Me arrebataste todo lo que era mío, _______. ¡No tengo nada!
Pensaba que el tiempo y la distancia lejos de Mick disminuirían el dolor que conllevaba ser su hija, pero las lágrimas en mis ojos me decían lo contrario.
—Voy a reunir el dinero de Benny para el domingo. Pero cuando lo haga, quiero me dejes en paz. No haré esto otra vez, Mick. A partir de ahora, estás por tu propia cuenta, ¿Me oyes? Mantente. Alejado.
Él apretó sus labios y luego asintió.
—Como tú digas, Cookie.
Me di la vuelta y me dirigí hacia el coche, escuchando a Eleanor detrás de mí.
—Hagan sus maletas, chicos. Nos vamos a Las Vegas.



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La maratón fue pequeña pero los caps son largosss y aquí se viene lo bueno :3
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú" - Página 8 Empty Re: Beautiful Disaster (ADAPTADA) "Harry y Tú"

Mensaje por Jajaviera Vie 14 Jun 2013, 5:59 pm


OOOOOOOH ES QUE YO LOS AMO!
REALMENTE SON DEMASIADO PERFECTOS JUNTOS!
ES MUY AFORTUNADA LA CHIQUILLA.
OOOH PERO ES QUE ES PERFECTO! SON PERFECTOS


YO! ODIO A PARKER, ES QUE CON MI VIDA! YO LO ODIO. AHORA MÁS POR QUE ESTA DE ZORRA EN ZORRA POR QUE LA RAYITA NO LE DA LA PASADA! JAJAJAJAJA PERDEDOR! :C


MALDITO IMBECIL


JAJAJAJA HARRY Y SUS TATUAJES! CADA UNO MÁS ESPECIAL QUE EL OTROOO!


OOOOOOH YO AMOOOO ESTA ADAPTACION LAURAAA <3
ES QUE ES HERMOSA...


HE DICHO ''ES QUE'' TODO EL TIEMPO. ES QUE ES HERMOSAAAA!
JAJAJAJAJAJAJA


UUYUYU SIGUELA PRONTOOO! ME ENCANTA DEMASIADOOOO!


UN BESO ENORME LAU <3 :(L)::(L)::(L)::(L)::(L)::(L)::(L)::(L):⭐
Jajaviera
Jajaviera


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Mensaje por andreaplopez912 Vie 28 Jun 2013, 4:46 am

me encanto¡¡¡¡ siento no haber podido comentar antes

que mono harry con los tatuajes es tan jhgjfgjkfnqrfegfqnrjd y la rayis es una gran jugadora de poker eso no me lo esperaba.....
y ese hejjfghnrj2 de mick te lo juro que yo misma me lo cargaria sin tener motivo

que tal como estas????jejejejeje espero que bien y te queria hacer una preguntilla como se llama el libro en el que esta inspirada la novela?????? besos guapa
andreaplopez912
andreaplopez912


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Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Lun 01 Jul 2013, 7:06 pm

andreaplopez912 escribió:me encanto¡¡¡¡ siento no haber podido comentar antes

que mono harry con los tatuajes es tan jhgjfgjkfnqrfegfqnrjd y la rayis es una gran jugadora de poker eso no me lo esperaba.....
y ese hejjfghnrj2 de mick te lo juro que yo misma me lo cargaria sin tener motivo

que tal como estas????jejejejeje espero que bien y te queria hacer una preguntilla como se llama el libro en el que esta inspirada la novela?????? besos guapa

No es una inspiración, es libro solo que cambié los nombres.


Es Beautiful Disaster. de Jamie MCcguire, todos los acontecimientos del libro son los mismos, el único cambio, son los nombres.
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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Mensaje por ~La Castaña de Horan~ Lun 01 Jul 2013, 8:13 pm


XIV Capítulo:



.    
Corta Estancia en el 


Pecado



Harry dejó nuestras maletas y miró alrededor de la habitación. 
—Esto es lindo, ¿verdad?
Lo fulminé con la mirada y él enarcó su ceja. 
— ¿Qué?
Empecé a desempacar mi maleta y sacudí mi cabeza. Diferentes estrategias y la falta de tiempo llenaron mi cabeza. 
—Estas no son vacaciones Harry. No deberías estar aquí.
Al momento siguiente él estaba detrás de mí, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura. 
—Yo voy a donde tú vayas.
Ladeé mi cabeza en contra de su pecho y suspiré. 
—Tengo que ir a la planta baja. Tú puedes quedarte aquí si quieres o echarle un vistazo al show. Te veré más tarde ¿De acuerdo?
—Iré contigo.
—No te quiero allí, Hazz. —Una expresión de dolor cruzó su rostro, toqué su brazo—. Si voy a ganar catorce mil dólares en un fin de semana necesito estar concentrada al máximo. No me gusta quién voy a ser en esas mesas, y no quiero que tú lo veas, ¿Vale?
Él retiró mi cabello fuera de mis ojos y besó mi mejilla. 
—De acuerdo, Pidge.
Harry saludó a Eleanor mientras dejaba la habitación. Ella se acercó a mí en el mismo vestido que usó en la fiesta. Me cambié por una falda corta dorada y un par de tacones, estudiándome en el espejo. Eleanor llevó mi cabello hacia atrás y me pasó un tubo negro.
—Necesitas al menos cinco capas más de rímel, y ellos van a pedir tu identificación antes de que te des cuenta si no usas un poco más de rubor, ¿Acaso has olvidado cómo se juega este juego?
Arranqué el rímel de las manos de Eleanor y pasé al menos otros diez minutos en mi maquillaje, cuando terminé, mis ojos se empezaron a llenarse de lágrimas. 
—Maldita sea _________, no llores —me dije mirando hacia arriba mientras secaba la parte inferior de mis ojos con un pañuelo desechable.
—No tienes que hacer esto _________, tú no le debes nada. —dijo ahuecando mis hombros mientras me miraba al espejo una última vez
—Él le debe dinero a Benny, Eli, si no lo hago, lo matarán.
Su expresión era de lástima, ya la había visto mirarme de esa manera muchas veces antes, pero esta vez ella estaba desesperada. Lo había visto arruinar mi vida más veces de las que ninguna de las dos podríamos contar.
— ¿Qué pasa con la siguiente vez que lo haga? ¿Y la siguiente? No puedes seguir haciendo esto.
—Él estuvo de acuerdo con mantenerse lejos, Mick Abernathy es muchas cosas, más no un estúpido.
Caminamos por el pasillo e ingresamos a un ascensor vacío. 
— ¿Tienes todo lo que necesitas? —Pregunté, manteniendo las cámaras en mente.
Eleanor chocó su uñas con la licencia de conducir falsa y sonrió. 
—El nombre es Candy, Candy Crawford. —dijo en un falso acento sureño.
Extendí mi mano. 
—Jessica James. Gusto en conocerte, Candy.
Ambas nos pusimos nuestras gafas de sol y permanecimos con cara de póker mientras el ascensor se abría, revelando las luces de neón y el bullicioso casino. La gente se movía en todas las direcciones. Las Vegas era el infierno celestial, el único lugar en donde podías encontrar bailarinas en ostentosos trajes y montones de maquillaje. Prostitutas con una indumentaria aceptable, hombres de negocios en lujosos trajes y familias enormes en la misma edificación. 
Desfilamos a lo largo de un pasillo alineado con cuerdas rojas y le entregamos nuestras identificaciones a un hombre que tenía una chaqueta roja. Me observó por un momento y me quité las gafas.
—Cualquier momento de hoy sería genial. —dije con tono aburrido.
Nos devolvió nuestras identificaciones y se hizo a un lado, dejándonos pasar, atravesamos los pasillos en donde estaban las máquinas tragamonedas, las mesas de Black Jack . Escaneé la habitación, observando las diferentes mesas de póquer, asintiendo hacia una con viejos caballeros sentados en ella.
—Ésa. —dije, contoneándome por el camino.
—Empieza agresiva ___________, ellos no sabrán lo que se les viene encima.
—No. Ellos son de las Vegas a la antigua, tengo que jugar inteligente esta vez.
Me acerqué a la mesa, usando mi más encantadora sonrisa. Los locales podían oler a los estafadores a millas de distancia, pero yo tenía dos cosas a mi favor que cubrían el olor de cualquier cosas que pudiera levantar sospechas: juventud… y tetas.
—Buenas noches, caballeros. ¿Les importa si me uno a ustedes?
Ellos no miraron en mi dirección. 
—Seguro, pequeña. Toma asiento y procura verte bonita. Sólo no hables.
—Quiero entrar. —dije pasándole mis gafas a Eleanor—. No hay suficiente acción en las mesas de Black Jack.
Uno de los hombres masticó su cigarrillo. 
—Esto es una mesa de póquer princesa, cinco cartas. Prueba tu suerte en las máquinas de ranura.
Me senté en la única silla vacía, haciendo una demostración al cruzar mis piernas. 
—Siempre he querido jugar póquer en las Vegas. Y tengo todas estas fichas… —dije, poniendo mi montón de fichas en la mesa—, Y soy muy buena jugando en línea.
Los cinco hombres miraron mis fichas y luego a mí.
—Hay una apuesta mínima, cariño. —dijo el concesionario.
— ¿Cuánto?
—Cinco mil, dulzura. Escucha… no quiero hacerte llorar. Hazte un favor y juega en las máquinas de ranura.
Empujé hacia adelante mis fichas, encogiéndome de hombros en el modo en que una chica temeraria y excesivamente segura de sí misma haría antes de darse cuenta que acababa de perder sus fondos para la universidad. Los hombres se miraron entre ellos. El concesionario se encogió de hombros y tiró sus fichas.
—Jimmy. —dijo ofreciendo su mano. Cuando la tomé él señaló a los otros—. Mel, Pauly, Joe y él es Winks. —Miré hacia un hombre flaco que masticaba un palillo, y como había predicho, me guiñó un ojo. 
Asentí y esperé con falsa anticipación mientras Jimmy repartía la primera mano. Perdí a propósito las dos primeras, pero para la cuarta mano yo estaba arriba. No le tomaba tanto tiempo a los veteranos de las Vegas descifrarme como había tomado Thomas.
— ¿Dijiste que jugabas en línea? —Preguntó Pau.
—Con mi papá
— ¿Eres de aquí? —Preguntó Jimmy
—Manchester. —Respondí sonriendo.
—Ella no juega en línea, se los dije. —dijo Mel, quejándose.
Una hora después, había tomado veintisiete mil dólares de mis oponentes, y ellos estaban empezando a sudar.
—Me retiro. —dijo Jimmy, bajando sus cartas frunciendo el ceño.
—Si no lo estuviera viendo con mis propios ojos, nunca lo habría creído. —Escuché detrás de mí.
Eleanor y yo nos dimos la vuelta al mismo tiempo, mis labios estirándose a través de mi cara formando una amplia sonrisa. 
—Jesse. —Sacudí mi cabeza—. ¿Qué estás haciendo aquí?
—Es mi lugar el que estás ocupando, Cookie. ¿Qué estás haciendo tú aquí?
Rodé mis ojos y me volví hacia mis suspicaces nuevos amigos.
—Sabes que odio eso, Jess.
—Discúlpenos. —dijo Jesse, tirando de mí por el brazo para ponerme de pie. Eleanor me miró con cautela mientras me estaba llevando unos cuantos pies lejos de la mesa
El padre de Jesse manejaba el casino, estaba más que sorprendida que él se hubiera unido al negocio de la familia. Solíamos perseguirnos entre nosotros por los pasillos y escaleras del hotel y siempre lo vencía cuando alcanzábamos los ascensores. Él había crecido desde la última vez lo que lo había visto. Lo recordaba como un desgarbado adolescente, pero el hombre que tenía al frente era sin duda un bien vestido jefe de sala, para nada desgarbado y ciertamente apuesto. Seguía teniendo su sedosa piel marrón y ojos verdes que recordaba, pero el resto de él era una agradable sorpresa. 
Su iris del color de las esmeraldas resplandecía en las brillantes luces del casino. 
—Esto es surrealista, pensé que eras tú cuando estaba caminando por tu mesa, pero no podía convencerme a mí mismo que volverías aquí. Cuando vi a esa Campanita limpiando la mesa, supe que eras tú.
—Yo soy. —Sonreí.
—Te ves… diferente.
—También tú, ¿Cómo está tu padre?
—Retirado. —Sonrió—. ¿Cuánto tiempo te quedarás?
—Sólo hasta el domingo. Tengo que volver a la escuela.
—Hola, Jess. —dijo Eleanor, tomando mi brazo.
—Eleanor. —Se rió entre dientes—. Debí haberlo sabido, ustedes son como la sombra de la otra.
—Si sus padres supieran que la traje aquí, todo eso habría terminado hace mucho tiempo.
—Es bueno verte, _______. ¿Por qué no me dejas comprarte la cena? — Preguntó, escaneando mi vestido.
—Me encantaría, Jess, pero no estoy aquí por diversión.
Él tendió sus manos y sonrió. 
—Tampoco yo. Muéstrame tu identificación.
Mi cara decayó, sabiendo que tenía una pelea en mis manos. Jesse no caería en mis encantos tan fácilmente, sabía que tenía que decirle la verdad.
—Estoy aquí por Mick. Está en problemas.
Jesse asintió. 
— ¿Qué tipo de problema?
—Los usuales.
—Me encantaría ayudar, sabes que respeto a tu papá, pero sabes que no puedo permitirte quedarte.
Alcancé su brazo y lo presioné. 
—Le debe dinero a Benny.
Jesse cerró sus ojos y sacudió su cabeza. 
—Jesús.
—Tengo hasta mañana, Jesse, déjame quedarme hasta entonces.
Él puso la palma de su mano en mi mejilla. 
—Te lo diré… si cenas conmigo mañana. Te daré hasta la medianoche.
Miré a Eleanor y luego a Jesse.
 —Estoy aquí con alguien.
Se encogió de hombros. 
—Tómalo o déjalo, ________. Tú sabes cómo se hacen las cosas por aquí, no puedes obtener algo sin nada a cambio.
Suspiré derrotada. 
—Está bien. Te veré mañana en la noche en Ferraos si me das hasta la medianoche.
Bajó su cabeza y besó mi mejilla. 
—Fue bueno verte. Te veré mañana… cinco en punto, ¿de acuerdo? Estoy en el piso a las ocho.
Sonreí mientras él se alejaba, pero mi sonrisa pronto cayó cuando vi a Harry estudiando desde la mesa de la ruleta. 
—Oh, mierda. —dijo Eleanor, tirando de mi brazo.
Harry fulminó a Jesse con la mirada mientras él pasaba y luego vino hacia mí, metiendo las manos en sus bolsillos y miró a Jesse, quien nos estudiaba desde la esquina de su ojo.
— ¿Quién era él?
Asentí en la dirección de Jesse. 
—Él es Jesse Viveros, lo he conocido por un largo tiempo.
— ¿Cuánto tiempo?
Miré en dirección de la mesa de póquer.
—Harry, no tengo tiempo para esto.
—Supongo que tiraron la idea del ministro de la juventud. —dijo Eleanor, mirando coquetamente en la dirección de Jesse.
— ¿Ése es tu ex novio? —dijo Harry, de repente muy enojado—. Pensé que habías dicho que él era de Inglaterra.
Le disparé a Eleanor una impaciente mirada y luego tomé el mentón de Harry y lo miré, acaparando toda su atención.
—Él sabe que no soy lo suficientemente mayor para estar aquí, Hazz. Me dio hasta la medianoche, te lo explicaré luego, pero por ahora tengo que regresar al juego, ¿de acuerdo?
La mandíbula de Harry se tensó debajo de su piel, cerró sus ojos, tomando un profundo respiro.
—Muy bien, te veré a la medianoche. 
Bajó su cabeza para besarme, pero sus labios fueron fríos y distantes.
—Buena suerte.
Sonreí mientras él se mezclaba con la multitud, y luego volví mi atención a los hombres.
— ¿Caballeros?
—Toma asiento, Shirley Temple. —dijo Jimmy—. Haremos que nuestro dinero regrese, justo ahora, no apreciamos el ser estafados.
—Hagan lo peor. —dije sonriendo, barajé las cartas y las repartí con precisión a cada jugador.
—Tienes diez minutos. —Susurró Eleanor 
—Lo sé. —dije 
Traté de bloquear el tiempo y la rodilla de Eleanor golpeando nerviosamente debajo de la mesa.
—Nunca he visto nada como tu niña, has tenido casi un juego perfecto, y no tienes ningún consejero. —dijo Paul.
Winks asintió, su alegría se había evaporado. —Lo noté, ninguna sonrisa, incluso sus ojos permanecen iguales, no es natural, todo el mundo tiene un consejero.
—No todos. —dijo Eleanor.
Sentí un par de manos muy familiares en mis hombros, sabía que era Harry, pero no me di la vuelta, no con tres mil dólares en medio de la mesa.
—Me retiro. —dijo Jimmy.
Aquellos que se habían reunido alrededor de nosotros aplaudieron cuando bajé mi mano. Jimmy era el único que estaba lo suficientemente cerca para tocarme con una pizca de amabilidad. Nada que no pudiera manejar.
— ¡Increíble! —dijo Pau.
—Estoy fuera. —Joe se quejó, levantándose y alejándose de la mesa.
Jimmy era un poco más gracioso.
—Podría morir hoy y sentir que he jugado con un oponente que de verdad vale la pena. Ha sido un placer, _________.
Me congelé. 
— ¿Lo sabías?
Jimmy sonrió, los años de humo de cigarrillo y café manchando su gran sonrisa. 
—He jugado contigo antes, hace 6 años, he querido una revancha por un largo tiempo. —Jimmy extendió su mano—. Cuídate niña. Dile a tu papá que Jimmy Pescelli dice hola.
Eleanor me ayudó a recoger mis ganancias, me volví hacia Harry, mirando mi reloj. 
—Necesito más tiempo.
— ¿Quieres intentar en las mesas de Black Jack?
—No puedo perder dinero, Hazz.
Sonrió. 
—No puedes perder, Pidge.
Eleanor negó con la cabeza. 
—El Black Jack no es su juego.
Harry asintió. 
—Gané un poco. Estoy arriba de los seiscientos. Los puedes tener. 
Louis me pasó sus fichas. 
—Sólo hice tres. Son tuyas.
Suspiré. 
—Gracias chicos, pero aún me hacen falta cinco de los grandes. 
Miré mire reloj y luego alcé la vista para ver a Jesse acercándose. 
— ¿Cómo te fue? —dijo sonriendo.
—Aún me faltan cinco mil, Jess, necesito más tiempo.
—Ya he hecho todo lo que puedo, _________.
Asentí, sabiendo que ya había exigido mucho.
—Gracias por dejarme quedar.
—Tal vez le puedo decir a mi padre que hable con Benny por ti.
—Es el desastre de Mick, voy a pedirle que él se encargue del resto.
Jesse negó con su cabeza. 
—Tú sabes que eso no pasará, Cookie, no importa cuánto tengas, si hace falta algo de lo que él debe, Benny enviará a alguien. Tú mantente tan lejos de él como puedas.
Sentí que mis ojos quemaban. 
—Tengo que tratar.
Jesse se acercó, y habló en voz baja: —Consigue un avión, ________. ¿Me escuchaste?
—Te escuché. —dije toscamente.
Jesse suspiró, y sus ojos se llenaron de compasión. Me envolvió en sus brazos y besó mi cabello. 
—Lo siento. Si mi trabajo no estuviese en juego, tú sabes que trataría de hacer algo.
Asentí, alejándome de él. 
—Lo sé. Hiciste lo que pudiste.
Elevó mi mentón con su dedo. 
—Te veré mañana a las cinco. —Bajó su cabeza y depositó un beso en la esquina de mi boca, y luego se fue sin decir una palabra.
Miré a Eleanor, quien estaba observando a Harry. No me atreví a encontrarme con sus ojos; no podía imaginar que tan enojada era la expresión en su rostro.
— ¿Qué es a las cinco? —dijo Harry, su voz teñida con enojo mal disimulado.
—Ella estuvo de acuerdo en cenar con Jesse si él la dejaba quedarse. No tenía opción Hazz. —dijo Eleanor.
Podía deducir por el tono de precaución de su voz que Harry estaba más que enojado, lo miré y él me fulminó con la mirada con la misma expresión de traición que Mick tenía en su rostro la noche en que se dio cuenta que yo había tomado su suerte.
—Tenías una opción.
— ¿Alguna vez has tratado con la mafia, Harry? Lo siento si tus sentimientos están heridos, pero una comida gratis con un viejo amigo no es un precio alto que pagar para mantener a Mick vivo.
Podía ver que Harry quería arremeter contra mí, pero no había nada que él pudiera decir.
—Vamos chicos, tenemos que encontrar a Benny. —dijo Eleanor, tirando de mi brazo.
Harry y Louis nos siguieron en silencio mientras caminábamos hacia al edificio de Benny. El tráfico—de personas y carros—en la vía estaba empezando a concentrarse. Con cada paso que daba, me sentía enferma, sentía un vacío en mi estómago, mi mente corriendo, pensando en un argumento lo suficientemente convincente para hacer entrar a Benny en razón. Para cuando tocamos la gran puerta verde que había visto tantas veces, no tenía nada en mente.
No era una sorpresa ver al enorme guardián, negro, atemorizante, y tan ancho como era de alto, pero yo estaba aturdida de ver a Benny detrás de él.
—Benny. —Respiré
—Vaya, vaya… ya no eres de Lucky Thirteen, ¿cierto? Mick no me dijo lo llamativa que te has convertido. He estado esperando por ti, Cookie. He oído que tienes un pago para mí.
Asentí y Benny hizo un gesto hacia mis amigos. Alcé mi mentón para fingir confianza. 
—Ellos están conmigo.
—Me temo que tus acompañantes tendrán que esperar afuera. —dijo el guardián en un anormal tono bajo.
Harry me tomó del brazo inmediatamente. 
—Ella no va entrar sola, voy con ella.
Benny observó a Harry. Cuando Benny alzó la vista a su guardián y las esquinas de su boca se elevaron, me relajé un poco. 
—Es lo suficientemente justo. —dijo Benny—. Mick estará contento de saber que tienes a tan buen amigo.
Lo seguí adentro, volviéndome para ver la mirada preocupada en la cara de Eleanor. Harry mantuvo firme su agarre en mi brazo, manteniéndose a propósito entre el guardián y yo. Seguimos a Benny a un ascensor, ascendiendo cuatro pisos en silencio y luego las puertas se abrieron.
Un gran escritorio de caoba yacía en el medio de una vasta habitación. Benny cojeó hasta alcanzar una silla y sentarse, gesticulando hacia nosotros para que tomáramos las dos sillas vacías enfrente del escritorio. Cuando me senté, el cuero se sentía frío debajo de mí, y me pregunté cuánta gente se habría sentado en la misma silla, momentos antes de su muerte. 
Estiré mi mano para coger la de Harry y él me dio un apretón tranquilizador.
—Mick me debe veinticinco mil, confío en que tienes la cantidad completa. —Dijo escribiendo algo en una libreta de notas
—En realidad —hice un pausa aclarándome la garganta—, me faltan cinco mil, Benny, pero tengo todo el día de mañana para conseguirlos, y cinco mil no es un problema ¿Cierto? Tú sabes que soy buena para eso.
—¡_________! —dijo Benny, ceñudo—, me decepcionas, conoces mis reglas mejor que eso.
—Por… Por favor Benny, te estoy pidiendo que tomes los diecinueve mil y tendré el resto para ti mañana. 
Los ojos de Benny iban de Harry a mí y viceversa. Ahí fue cuando note el par de hombres que salieron de las esquinas más oscuras de la habitación. El agarre de Travis en mi mano se hizo más fuerte, contuve el aliento.
—Tú sabes que no tomo nada a menos de que sea la cantidad completa. El hecho de que estés tratando de darme menos de lo que es me dice algo. ¿Sabes lo que me dice? Que tú no estás segura de que puedas obtener la cantidad completa.
Los hombres que estaban en las esquinas se movieron otro paso hacia adelante. 
—Puedo obtener tu dinero Benny. —Me reí nerviosamente—. Gané nueve mil en seis horas.
—Entonces me estás diciendo que me traerás nueve mil en las próximas seis horas. —Benny nos sonrió diabólicamente.
—El plazo es hasta la medianoche mañana. —dijo Harry, mirando detrás de nosotros y luego a los hombres que se aproximaban.
— ¿Qué estás haciendo Benny? —Pregunté, mi postura rígida.
—Mick me llamó anoche. Dijo que te estabas encargando de su deuda.
—Le estoy haciendo un favor. Yo no te debo dinero. —dije severamente, mis instintos de supervivencia tomando vida.
Benny apoyó sus rechonchos codos llenos de grasa en su escritorio. 
—Estoy considerando enseñarle a Mick una lección, además estoy curioso de ver cuán suertuda eres.
Harry se levantó de su silla tirando me mí con él. Me llevó detrás de él, retrocediendo hasta la puerta.
—Josiah está afuera de la puerta, chico. ¿A dónde piensas que vas a escapar?
Estaba equivocada. Cuando estaba pensando en persuadir a Benny para que viera la razón, debía haber anticipado el deseo de Mick de sobrevivir, y la afición de venganza de Benny.
—Harry. —Le advertí, viendo como los secuaces de Benny se acercaban a nosotros.
Harry me empujó unos cuántos pies detrás de él y permaneció de pie. 
—Espero que sepas, Benny, que cuando me deshaga de tus hombres, no quiero ser irrespetuoso, claro está. Pero estoy enamorado de esta chica, y no puedo dejar que la lastimes.
Benny estalló en una ruidosa carcajada. 
—Te lo dejaré a ti hijo. Tienes las bolas más grandes que cualquiera que hayan venido a través de esas puertas. Te prepararé lo que estás a punto de enfrentar, el chico grande a tu derecha es David, y si él no puede sacarte con sus puños, lo hará con el cuchillo que tiene en su funda. El hombre a tu izquierda es Dane, él es mi mejor luchador. Tiene una pelea mañana, sólo para que sepas, él nunca pierde. Te importaría si no te lastimas las manos, Dane, tengo un montón de dinero en ti.
Dane le sonrió a Harry con divertidos y salvajes ojos. 
—Sí, señor.
— ¡Detente, Benny! Puedo conseguir tu dinero. —Lloré
—No… Esto se va a poner bastante interesante. —Se rió entre dientes, sentándose en su silla.
David corrió hacia Harry, mis manos volaron a mi boca. El tipo era fuerte, pero torpe y lento. Antes de que David pudiera coger su cuchillo, Harry lo incapacitó, empujando la cara de David directo hacia su rodilla, cuando Harry lanzó un puñetazo, no gastó tiempo, lanzando cada pizca de energía que tenía en la cara del hombre. Dos puñetazos y un codazo después, David yacía en el piso, en un charco de sangre.
Benny echó su cabeza hacia atrás, riendo histéricamente golpeando su escritorio con el placer de un niño viendo caricaturas en la mañana de un sábado. 
—Muy bien, ve por él Dane, no te asustó, ¿cierto?
Dane se aproximó a Harry cuidadosamente, con la concentración y la precisión de un luchador profesional. Su puño voló a la cara de Harry con una velocidad increíble, pero Harry lo esquivó, embistiendo con su hombro a Dane, utilizando toda su fuerza. Cayeron contra el escritorio de Benny. Dane agarró a Harry con sus brazos, empujándolo contra el piso. Se enfrentaron en el piso por un momento, pero luego Dane ganó terreno, posicionándose para poder darle algunos puños a Harry, mientras él estaba atrapado debajo de él en el piso. Cubrí mi cara, me era imposible mirar. Oí un llanto de dolor y levanté la vista, para ver a Harry cerniéndose sobre Dane, agarrándolo de su peludo pelo, golpeándolo puño tras puño en un lado de su cabeza. La cara de Dane cayó en el escritorio de Benny, para luego ponerse de pie desorientado y sangrando.
Harry lo observó por un momento, para luego atacar otra vez, usando toda su fuerza. Dane lo esquivó una vez, consiguiendo golpear a Harry en la mandíbula con sus nudillos.
Harry sonrió y lo apuntó con un dedo. 
—Esa fue tu oportunidad.
No podía creer lo que acababa de escuchar. Harry había dejado que el matón de Benny lo golpeara. Él lo estaba disfrutando. Jamás había visto a Harry pelear sin restricciones, era un poco atemorizante verlo liberar todo lo que tenía en estos asesinos entrenados y teniendo las de de ganar. Hasta ese momento nunca me había dado cuenta de lo que Harry era capaz de hacer. Con la risa molesta de Benny en el fondo, Harry terminó de rematar a Dane, depositando su codo en el centro del rostro de Dane, dejándolo fuera de juego antes de que golpeara el suelo. Vi su cuerpo rebotar en la alfombra importada de Benny.
— ¡Eres asombroso! ¡Simplemente asombroso! —dijo Benny, aplaudiendo con placer.
Harry me empujó detrás de él mientras Josiah atravesaba la puerta, con su masiva figura.
— ¿Debería encargarme de esto, señor?
— ¡No! No, no… —dijo Benny aún aturdido por la improvisada actuación—. ¿Cuál es tu nombre?
—Harry Styles. —dijo, aún teniendo la respiración pesada, limpiando lo sangre de Dane y David de sus manos en sus vaqueros.
—Harry Styles, creo que puedes ayudar a que tú pequeña novia se salga de éste problema.
— ¿Cómo?
—Se suponía que Dane pelearía mañana en la noche, tenía un montón de dinero para él, pero parece que Dane no estará en forma para ganar la pelea. Te sugiero que tomes su lugar. Gana y perdonaré los dólares faltantes de la deuda de Mick.
Harry se volvió hacia mí. 
— ¿Pigeon?
— ¿Estás bien? —Pregunté, limpiando la sangre de su rostro. Mordí mi labio, sintiendo mi cara deformarse con una mezcla de miedo y alivio.
Harry sonrió. 
—No es mi sangre, no llores, bebé.
—Soy un hombre ocupado hijo. —dijo Benny—. ¿Estás dentro?
—Lo haré. —dijo Harry—. Dime el cuándo y el dónde, estaré ahí. 
—Estarás peleando contra Brock McMann, él no es un oponente fácil. Fue excluido de la UFC el año pasado.
Ese dato no afectó en lo más mínimo a Harry. 
—Sólo dígame dónde tengo que estar.
La sonrisa de tiburón de Benny cruzó su cara. 
—Me gustas, Harry Styles. Creo que seremos buenos amigos
—Lo dudo. —dijo Harry, abriendo la puerta y manteniendo una postura protectora hasta que alcanzamos la puerta principal.


— ¡Jesucristo! —Eleanor lloró, viendo la sangre que salpicaba la ropa de Harry—. ¿Están bien chicos? —Me tomó por los hombros y examinó mi rostro.
—Estoy bien. Tan solo otro día en la oficina. Para ambos. —dije limpiando mis ojos.
Harry cogió mi mano y nos dirigimos hacia el hotel con Louis y Eleanor detrás de nosotros. No muchos repararon en el aspecto de Harry. Estaba cubierto de sangre y sólo uno que otro parecía notarlo.
— ¿Qué rayos pasó ahí adentro? —Finalmente preguntó Louis.
Harry se deshizo de su ropa y desapareció en el cuarto de baño. La ducha se encendió y Eleanor me pasó una caja de pañuelos.
—Estoy bien, Eli.
Suspiró y empujó la caja hacia mí otra vez. 
—No, no estás bien.
—Este no es mi primer encuentro con Benny. —dije, mis músculos doloridos por estar tanto tiempo tensados en las últimas 24 horas.
—Es tu primera vez viendo como Harry descarga toda su mierda en otra persona. —dijo Louis—. Lo he visto antes, y no es lindo.
— ¿Qué pasó? —Eleanor insistió.
—Mick llamó a Benny. Le dijo que yo me haría cargo de su deuda.
— ¡Lo voy a matar! Voy a matar a ese hijo de perra. —gritó Eleanor.
—Benny no me estaba haciendo responsable, pero dijo que iba a darle una lección a Mick por enviar a su hija a pagar su deuda. Él llamó a dos de sus malditos perros para que fueran por nosotros y Harry los noqueó. A ambos. En menos de cinco minutos.
— ¿Entonces Benny los dejó ir? —Preguntó Eleanor.
Harry salió del baño con una toalla alrededor de su cintura, la única evidencia de la pelea era una pequeña marca roja en su pómulo, debajo de su ojo derecho.
—Uno de los chicos que eliminé tenía una pelea mañana en la noche. Tomaré su lugar y en recompensa Benny perdonará lo que Mick debe.
Eleanor se puso de pie. 
—Esto es ridículo. ¿Por qué lo estamos ayudando? Él te lanzó directo a los lobos. ¡Lo voy a matar! 
—No si yo lo mato primero. —Harry ardía de rabia.
—Tranquilízate, —le dije.
— ¿Entonces pelearás mañana? —Preguntó Louis.
—En un lugar llamado Zero. Seis en punto. Es Brock McMann, Lou.
—De ninguna manera. De ninguna jodida manera. Hazz. ¡El tipo es un maniático!
—Sí. —Harry sonrió—, pero él no está peleando por su chica ¿cierto? —Harry me envolvió en sus brazos. Besando la parte superior de mí cabello—. ¿Estás bien, Pigeon?
—Esto está mal. Esto está mal en muchas maneras. No sé con quién de ustedes hablar primero para dejar esto.
— ¿Me viste esta noche? Voy a estar bien. He visto a Brock pelear antes. Él es duro, pero no invencible.
—No quiero que hagas esto, Hazz.
—Bueno, yo no quiero que tú vayas a cenar con tu ex novio mañana en la noche. Supongo que ambos tenemos que hacer algo que no queremos para salvar al bueno para nada de tu padre.
Lo había visto antes. Las Vegas cambiaba las personas. Creando monstruos y hombres rotos. Era fácil dejar que las luces y los sueños robados se filtraran en tu sangre. Había visto la enérgica, invencible mirada en el rostro de Harry tantas veces crecer. Y la única cura era un avión que nos llevara a casa. 
























Miré mi reloj otra vez.
— ¿Tienes que estar en algún lugar, Cookie? —Preguntó Jesse, divertido.
—Por favor, deja de llamarme así. Jess. Lo odio.
—También odié cuando te fuiste. Y eso no te detuvo.
—Esta es una conversación aburrida y sin sentido. Solamente cenemos, ¿de acuerdo?
—Muy bien, hablemos entonces de tu nuevo chico. ¿Cuál es su nombre? ¿Harry? —Asentí y él sonrió—. ¿Qué estás haciendo tú con ese psicópata tatuado? Se ve como un rechazado de The Manson Family .
—Sé amable Jesse, o me iré de aquí.
—No puedo superar lo diferente que te ves. No puedo superar que tú estás sentada aquí, enfrente de mí.
—Supéralo. —dije, rodando los ojos.
—Ahí está. —dijo Jesse—. La chica que recuerdo
Miré mi reloj. 
—La pelea de Harry es en veinte minutos. Mejor me voy.
—Aún estamos esperando el postre.
—No puedo Jess. No quiero que él se preocupe acerca de si voy a aparecer o no. Es importante.
Sus hombros cayeron. 
—Lo sé. Extraño los días en que yo era importante.
Dejé descansar mis manos en las suyas. 
—Éramos sólo niños. Eso fue hace mucho tiempo. 
— ¿Cuándo crecimos? El que tú estés aquí es una señal, _________. Pensé que nunca te vería de nuevo y aquí estás. Quédate conmigo.
Negué con mi cabeza despacio, vacilando. No quería herir a mi más viejo amigo. 
—Lo amo, Jess
La desilusión oscureció la pequeña sonrisa en su rostro. 
—Entonces es mejor que vayas.
Besé su mejilla y abandoné el restaurante, cogí un taxi.
— ¿A dónde se dirige? —Preguntó el taxista 
—Zero.
El taxista se volvió hacia mí, viéndome fijamente. 
— ¿Está segura? 
—Estoy segura. ¡Vamos! —dije, lanzando el dinero sobre el asiento.


 


 ___________________________________________________________
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!! I'm Hereeee!




No sé porqué----pero siento que Benny es un hombre con muchos traumas...quién se ríe así Dioss!!!




En fin...las amoo..






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Buenoooo besosss!! -Lau
~La Castaña de Horan~
~La Castaña de Horan~


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