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THEY DON'T KNOW ABOUT US.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 12:
Me desperté acalorada, completamente envuelta por el cuerpo de Harry. Su cabeza rozaba la mía y notaba su respiración tranquila y regular en mi oreja. Me notaba pesada y relajada pero dolorida. Esos eran los efectos de Harry Styles, supongo. Me moví ligeramente para quedarme cara a cara con él intentando no despertarle, para observar sus preciosos rasgos. Es guapísimo.
"Buenos días, preciosa." Dijo mientras se aferraba todavía más fuerte a mí.
"Harry, me estas aplastando" Dije entre risas. "Buenos días." Besó ligeramente la comisura de mi boca y se levantó de la cama para coger una de sus camisetas.
"¿Cómo estás?" Preguntó pasándose la camiseta por el hueco de la cabeza. Me fascinaba ver lo guapo que es. Tan sexy, tan… Harry. No creo que me pudiera cansar nunca.
"Mejor que nunca." Me mordí el labio al recordar la noche anterior. Haba sido deliciosamente perfecta. "¿Tu?"
Una sonrisa quedó plasmada en la cara de Harry dejando ver claramente sus dos hoyuelos. Me encantaba cuando sonreía así. Parecía un chico de su edad, despreocupado.
"Genial. Ven, vamos a desayunar." Alcanzó una de sus camisetas del armario y la colocó sobre mi cuerpo. Seguidamente, me cogió en brazos y me llevó al salón donde había más comida junta que la que había comido en toda mi vida.
"Puedo caminar."
"No estoy de acuerdo contigo." Me sentó en una de las sillas que rodeaban la mesa, me besó la frente y se sentó al otro lado de la mesa. "Y ahora come un poco. Tendrás hambre"
"¿Todo esto?" La verdad es que estaba hambrienta, pero no tanto. Era una mesa de cristal larga y ancha donde cabían alrededor de seis personas llena de comida a reventar. Solo me fijé en las tortitas con sirope de arce que estaban al lado mío, y en el zumo de naranja que tenía una pinta deliciosa, y empecé a comer aquellas tortitas que me sabían a gloria.
"Come lo que puedas." Cogió una tostada y la untó con mantequilla mientras me miraba fijamente con aquellos ojos verdes penetrantes que hacen caer a cualquier mujer a su paso. Mi mente empezó a divagar sobre la última noche, exactamente después de salir de aquel baño tan reconfortante.
* Flashback *
"Toma, ponte esto." Alcanzó unas braguitas de color azul cielo de seda con encaje a los lados e increíblemente preciosas.
"¿De dónde lo has sacado?"
"Del armario." Respondió con una sonrisa que le atravesaba la cara. Ese gesto me decía que no quería que le preguntara, pero yo no podía evitar que mi mente se inundara a peguntas. Primero el bañador, luego la camiseta y ahora esto. ¿De dónde lo había sacado?
"¿Puedo verlo?" Pregunté mientras me dirigía hacia él.
"Ah, no." Se puso con los dos brazos agarrando las puertas del vestidor para que no tuviera oportunidad de abrirlas. Acaricié su cintura desnuda, y posé mis manos donde cubría la toalla que llevaba envuelta alrededor de su cadera, que dejaba ver ese caminito de vello hasta el ombligo tan sexy. "Me vas a estropear la sorpresa."
"No me gustan las sorpresas." Dije cruzándome de brazos.
"Por eso mismo." Besó ligeramente mis labios, y alcanzó una de sus camisetas para mí. "Toma, confío en que te tape el culo. Si no, no respondo ante mis actos."
Solté una risita que se escapó de mi interior y le di un beso en la mandíbula. Agarré la ropa interior que me había prestado y me dirigí al otro lado de la enorme habitación para poder vestirme. Me puse mis braguitas nuevas y la camiseta que desprendía un olor delicioso a Harry Styles. Como me encantaba ese olor. Notaba que Harry estaba en la otra punta de la habitación mirándome con los ojos clavados en todos mis movimientos. Giré mi cuerpo hacia él y vi como su mandíbula permanecía tensa y sus ojos abiertos. No pude evitar sonreír al verle.
"¿Tan gracioso te parece que no pueda evitar querer quitarte eso?"
"Hazlo." Sus ojos se cerraron y un suspiro salió bruscamente por las aletas de su nariz haciendo que se ensancharan con el paso del aire. Yo me mordía el labio para evitar sonreír porque realmente estaba utilizando toda su fuerza de voluntad para no quitarme la ropa allí mismo.
"Todavía no. Tenemos que cenar algo." Salió de la habitación a paso ligero y llamó a algún sitio que supuse que debía de ser el servicio de habitaciones.
***
Estábamos tumbados en uno de los sofás de piel color crema, con las piernas entrelazadas comiendo unos deliciosos e increíbles creps de chocolate recién hechos por nosotros mismos. Habían traído todos los ingredientes para que los pudiéramos cocinar en la pequeña cocina de la suite, porque evidentemente esa suite tenia cocina. Había sido muy divertido e interesante ver a Harry cocinar este tipo de cosas. Parecía tranquilo y muy concentrado hasta que yo metía mis manos simplemente para fastidiar.
"Está buenísimo." Dije metiéndome un trozo de crep en la boca. "¿Cómo lo haces?"
"Secreto." Me guiñó un ojo y rebañó lo que le quedaba de chocolate con el dedo y se lo metió en la boca. Esas cosas me desconcentraban.
"No me refería a eso."
"¿Entonces?" Levantó las cejas posando sus ojos verdes sobre los míos mientras una leve sonrisa asomaba sobre su cara.
"¿Siempre tienes lo que deseas donde y cuando quieres?"
"Algo así." Su sonrisa se hizo más amplia, más grande por la derecha que por la izquierda, mostrando uno de su hoyuelos.
"¿Por ser quién eres?"
"Supongo que sí." Agachó la cabeza para colocar sus rizos con un movimiento ligero. Su vista quedó fijada en los caminos de chocolate que estaban plasmados en el plato. Su expresión cambió completamente y yo supe lo que estaba pensando en ese mismo instante.
"Harry, yo…" Levantó su mirada hacia la mía clavando sus ojos en mis pupilas. "Yo no te quiero por lo que tienes."
Sus ojos brillaban de una pequeña mezcla de emoción y confusión. Esa necesidad que tenía de sentirse querido por quién es y no por lo que tiene era algo que me asombraba y a la vez me resultaba muy difícil tratar. Dejé mi plato sobre la mesilla que había enfrente del sofá y me senté sobre su regazo apoyando mi cabeza sobre su pecho. Inspiré profundamente su olor cautivador y exquisito, y rodeé mis brazos sobre su cintura atrayéndome más a él.
"Te quiero." Su cuerpo se volvió tenso y duro, y aquello que hacía segundos me resultaba tremendamente cómodo, ahora había desaparecido. "Lo que tienes y lo que eres no me interesa ni lo más mínimo. No me importa que tengas mucho dinero o poco. Tampoco que con un simple chasquido de dedos aparezca un arsenal de ingredientes para preparar uno de mis postres favoritos. Porque con creps o sin creps, te sigo queriendo igual."
Un estruendo salió de su pecho en forma de suspiro entrecortado dejando a un lado parte de la tensión que acumulaba su cuerpo. Levanté la cabeza para poder mirarle a los ojos, ahora de un verde más claro.
"Yo te quiero por quién eres. Por cómo me haces sentir cada vez que estoy a tu lado. Por protegerme de todo lo que pueda hacerme daño, porque sé que lo haces. Veo tu necesidad cuando estás conmigo, y como los ojos se te vuelven más oscuros cuando hablas con alguien que no sea yo. Harry, eso me asusta, igual que a ti. Hemos ido demasiado rápido. No estoy acostumbrada a sentir lo que siento ahora mismo, todas esas sensaciones que pasan por mi cuerpo cada vez que centras toda tu atención en mí, el papel que has llegado a ocupar en mi vida en tan poco tiempo. Tengo miedo. No busco que me digas 'te quiero' de un día para el otro. Quiero que me lo digas si realmente lo sientes, que me cuides y que poquito a poco me vaya convirtiendo en alguien importante en tu vida de verdad."
Posó un beso en mi nariz, y dejó un ligero mordisco que me hizo reír. Podía ser una buena respuesta si se trataba de Harry. Le acababa de decir todo en cuanto pasaba por mi cabeza desde el momento en que me tiró ese café.
"¿Sientes que no te demuestro que te quiero?" Preguntó con la boca pegada sobre mi nariz.
"No…" Respondí cerrando los ojos ante su gesto.
"¿Necesitas oírlo?"
"Depen…"
"Te quiero." Con una sonrisa de oreja a oreja besó tiernamente mis labios mordiendo mi labio inferior y tirándolo hacia él. Acababan de salir de su boca las palabras que más significan para mí. Esas simples palabras, esos golpes de voz pronunciando un sentimiento que parece muy pequeño, pero a la vez tan grande. El hecho de ser una persona que difícilmente muestre sus sentimientos hace que esas palabras se vuelvan más importantes, y más difíciles de pronunciar. "Ven."
Agarró mi mano para que me levantara del sofá y me condujo hacia la habitación. Una vez allí, agarró mi cintura y me atrajo hacia él posando un beso tierno sobre mis labios. Yo respondí enredando mis dedos en su sedoso pelo y abandonándome en su beso. No podía más. Necesitaba sentirle, tenerle.
Emitió un leve gruñido y una sonrisa se apoderó de su cara dejándome ver claramente que se había percatado de mi necesidad.
"No, no." Echó un paso hacia atrás para poder evaluar mi expresión. "Espera, primero te tenemos que quitar esa camiseta."
Se volvió a acercar a mí y agarró los dobladillos de la camiseta alzándola hacia arriba para quitármela y descubriendo mis pechos. Besó mi frente y echó unos pasos atrás para poder observar detenidamente mi cuerpo. En ese momento solo llevaba las braguitas azul claro que me había regalado.
"Joder." Dijo mientras se mordía el labio inferior de una manera tremendamente sexy.
Antes de que toda mi atención volviera a Harry y no en el labio que se estaba mordiendo, me agarró por debajo de los muslos elevándome del suelo. Rodeé mis piernas alrededor de su cintura y le besé. Le deseaba. Nuestras lenguas se rozaban recorriendo todos los huecos existentes de nuestras bocas mientras mis manos inconscientemente se iban a sus preciosos y suaves rizos. Me tumbó cuidadosamente boca arriba en la cama, y me rodeó con sus brazos posando todo su peso en ellos. Recorrió todo el hueco de mi cuello, desde el lóbulo de mi oreja hasta el interior de mis pechos, dejando besos húmedos que me estremecían. Mi mente divagaba exhausta por la mezcla entre el olor que desprendía Harry y el placer que me estaba aportando estar entre sus brazos.
Agarré su camiseta por el dobladillo para quitársela acariciando cada tramo de su piel, recorriendo cada musculo de su espalda. El hizo lo mismo con mis braguitas, deslizándolas por mis piernas y, seguidamente, se levantó para quitarse los calzoncillos dejándome ver claramente por primera vez su miembro. Abrió uno de los cajones de la mesita de noche para sacar una bolsita de aluminio, que abrió con los dientes, y se puso un condón.
"¿Tienes miedo?" Preguntó tiernamente posando pequeñas caricias sobre mi cara. Negué con la cabeza. "Si te duele mucho, por favor, dímelo." Agradecí su preocupación porque realmente una parte de mí tenía miedo, pero en cambio, había otra parte que deseaba entregarse a él.
Lentamente fue introduciendo su miembro dentro de las paredes resbaladizas del mío soltando un gruñido de placer haciendo que su mandíbula se tensara.
"¿Te duele?"
"No."
Avanzó un poco más dentro de mí y notaba como algo dentro se rompía dolorosamente.
"Ah."
"Ya está, ya está." Soltó un bufido e inmediatamente sus rasgos se relajaron. "Lo peor ya ha pasado. ¿Te duele?"
"Estoy bien." Era un dolor soportable, producto de hacer el amor por primera vez. Acababa de entregarme por completo a Harry. Desde ese momento era suya.
"Eres mía. Solo mía." Sonreí ante su comentario ya que era exactamente lo que yo acababa de pensar.
"Y tu mío."
"De eso no cabe duda." Empezó a moverse lentamente con movimientos constantes. Cada movimiento era una sensación nueva llena de placer. Cerré los ojos y me dejé llevar por esa sensación abandonando el pequeño dolor que se iba desvaneciendo. Apreté mis caderas contra Harry, y rodee mis piernas entorno a su cintura. Emitió un gemido que ahogó con mis labios. Yo sonreí al saber que estaba disfrutando conmigo.
"Eres tan estrecha." Jadeó.
Gemí ante esa sensación increíble que se iba apoderando poco a poco de mi cuerpo. El ritmo fue avanzando y el placer aumentaba. Noté que estaba a punto de estallar.
"Harry…"
Harry sonrió y me desplomé. Estallé en miles de fuegos artificiales y notaba como el calor se iba desvaneciendo en una sensación única llena de placer. A los pocos segundos Harry se desplomó encima de mí. Me besó tiernamente mientras su orgasmo se consumía y una vez terminado apoyó su cabeza sobre mis pechos y le rodeé con mis brazos. Definitivamente, no había mejor sensación que esta.
"Te quiero." Le estreché más fuerte agradeciendo sus palabras, y me abandoné en un profundo y bonito sueño.
***
"¿En qué piensas?" Preguntó Harry. "Estás muy callada."
"En esta noche." Una sonrisa hizo intento de asomarse por su cara pero enseguida se desvaneció.
"¿Te dolió mucho?"
"Hay dolores peores." Corté el último trozo de tortita que me quedaba en el plato, lo rebañé en sirope y me lo metí en la boca.
"No sabes cuánto lo siento." Su mirara desprendía preocupación y culpabilidad.
"Harry, no te disculpes. Ayer fue la mejor noche de mi vida."
"La mía también." Dijo con una sonrisa.
"Mentiroso." Sabía perfectamente que eso no era cierto.
"Es verdad." Se levantó de la silla, bordeó la mesa de cristal y se acercó a mí.
"Seguro que te has acostado con chicas mejores que yo."
"Pero a ninguna la quería como te quiero yo a ti." Dijo mientras posaba un beso sobre mi frente. "Cámbiate, que tienes que ir a casa de las chicas."
"¿Por qué?" Me quería quedar con él.
"Porque se van a enfadar conmigo si no te llevo a verlas. Al fin y al cabo son tus amigas." Me guiñó un ojo y se encaminó a la habitación. "Ah, y si me vuelves a llamar mentiroso tendrás que atenerte a las consecuencias, cielo."
Me desperté acalorada, completamente envuelta por el cuerpo de Harry. Su cabeza rozaba la mía y notaba su respiración tranquila y regular en mi oreja. Me notaba pesada y relajada pero dolorida. Esos eran los efectos de Harry Styles, supongo. Me moví ligeramente para quedarme cara a cara con él intentando no despertarle, para observar sus preciosos rasgos. Es guapísimo.
"Buenos días, preciosa." Dijo mientras se aferraba todavía más fuerte a mí.
"Harry, me estas aplastando" Dije entre risas. "Buenos días." Besó ligeramente la comisura de mi boca y se levantó de la cama para coger una de sus camisetas.
"¿Cómo estás?" Preguntó pasándose la camiseta por el hueco de la cabeza. Me fascinaba ver lo guapo que es. Tan sexy, tan… Harry. No creo que me pudiera cansar nunca.
"Mejor que nunca." Me mordí el labio al recordar la noche anterior. Haba sido deliciosamente perfecta. "¿Tu?"
Una sonrisa quedó plasmada en la cara de Harry dejando ver claramente sus dos hoyuelos. Me encantaba cuando sonreía así. Parecía un chico de su edad, despreocupado.
"Genial. Ven, vamos a desayunar." Alcanzó una de sus camisetas del armario y la colocó sobre mi cuerpo. Seguidamente, me cogió en brazos y me llevó al salón donde había más comida junta que la que había comido en toda mi vida.
"Puedo caminar."
"No estoy de acuerdo contigo." Me sentó en una de las sillas que rodeaban la mesa, me besó la frente y se sentó al otro lado de la mesa. "Y ahora come un poco. Tendrás hambre"
"¿Todo esto?" La verdad es que estaba hambrienta, pero no tanto. Era una mesa de cristal larga y ancha donde cabían alrededor de seis personas llena de comida a reventar. Solo me fijé en las tortitas con sirope de arce que estaban al lado mío, y en el zumo de naranja que tenía una pinta deliciosa, y empecé a comer aquellas tortitas que me sabían a gloria.
"Come lo que puedas." Cogió una tostada y la untó con mantequilla mientras me miraba fijamente con aquellos ojos verdes penetrantes que hacen caer a cualquier mujer a su paso. Mi mente empezó a divagar sobre la última noche, exactamente después de salir de aquel baño tan reconfortante.
* Flashback *
"Toma, ponte esto." Alcanzó unas braguitas de color azul cielo de seda con encaje a los lados e increíblemente preciosas.
"¿De dónde lo has sacado?"
"Del armario." Respondió con una sonrisa que le atravesaba la cara. Ese gesto me decía que no quería que le preguntara, pero yo no podía evitar que mi mente se inundara a peguntas. Primero el bañador, luego la camiseta y ahora esto. ¿De dónde lo había sacado?
"¿Puedo verlo?" Pregunté mientras me dirigía hacia él.
"Ah, no." Se puso con los dos brazos agarrando las puertas del vestidor para que no tuviera oportunidad de abrirlas. Acaricié su cintura desnuda, y posé mis manos donde cubría la toalla que llevaba envuelta alrededor de su cadera, que dejaba ver ese caminito de vello hasta el ombligo tan sexy. "Me vas a estropear la sorpresa."
"No me gustan las sorpresas." Dije cruzándome de brazos.
"Por eso mismo." Besó ligeramente mis labios, y alcanzó una de sus camisetas para mí. "Toma, confío en que te tape el culo. Si no, no respondo ante mis actos."
Solté una risita que se escapó de mi interior y le di un beso en la mandíbula. Agarré la ropa interior que me había prestado y me dirigí al otro lado de la enorme habitación para poder vestirme. Me puse mis braguitas nuevas y la camiseta que desprendía un olor delicioso a Harry Styles. Como me encantaba ese olor. Notaba que Harry estaba en la otra punta de la habitación mirándome con los ojos clavados en todos mis movimientos. Giré mi cuerpo hacia él y vi como su mandíbula permanecía tensa y sus ojos abiertos. No pude evitar sonreír al verle.
"¿Tan gracioso te parece que no pueda evitar querer quitarte eso?"
"Hazlo." Sus ojos se cerraron y un suspiro salió bruscamente por las aletas de su nariz haciendo que se ensancharan con el paso del aire. Yo me mordía el labio para evitar sonreír porque realmente estaba utilizando toda su fuerza de voluntad para no quitarme la ropa allí mismo.
"Todavía no. Tenemos que cenar algo." Salió de la habitación a paso ligero y llamó a algún sitio que supuse que debía de ser el servicio de habitaciones.
***
Estábamos tumbados en uno de los sofás de piel color crema, con las piernas entrelazadas comiendo unos deliciosos e increíbles creps de chocolate recién hechos por nosotros mismos. Habían traído todos los ingredientes para que los pudiéramos cocinar en la pequeña cocina de la suite, porque evidentemente esa suite tenia cocina. Había sido muy divertido e interesante ver a Harry cocinar este tipo de cosas. Parecía tranquilo y muy concentrado hasta que yo metía mis manos simplemente para fastidiar.
"Está buenísimo." Dije metiéndome un trozo de crep en la boca. "¿Cómo lo haces?"
"Secreto." Me guiñó un ojo y rebañó lo que le quedaba de chocolate con el dedo y se lo metió en la boca. Esas cosas me desconcentraban.
"No me refería a eso."
"¿Entonces?" Levantó las cejas posando sus ojos verdes sobre los míos mientras una leve sonrisa asomaba sobre su cara.
"¿Siempre tienes lo que deseas donde y cuando quieres?"
"Algo así." Su sonrisa se hizo más amplia, más grande por la derecha que por la izquierda, mostrando uno de su hoyuelos.
"¿Por ser quién eres?"
"Supongo que sí." Agachó la cabeza para colocar sus rizos con un movimiento ligero. Su vista quedó fijada en los caminos de chocolate que estaban plasmados en el plato. Su expresión cambió completamente y yo supe lo que estaba pensando en ese mismo instante.
"Harry, yo…" Levantó su mirada hacia la mía clavando sus ojos en mis pupilas. "Yo no te quiero por lo que tienes."
Sus ojos brillaban de una pequeña mezcla de emoción y confusión. Esa necesidad que tenía de sentirse querido por quién es y no por lo que tiene era algo que me asombraba y a la vez me resultaba muy difícil tratar. Dejé mi plato sobre la mesilla que había enfrente del sofá y me senté sobre su regazo apoyando mi cabeza sobre su pecho. Inspiré profundamente su olor cautivador y exquisito, y rodeé mis brazos sobre su cintura atrayéndome más a él.
"Te quiero." Su cuerpo se volvió tenso y duro, y aquello que hacía segundos me resultaba tremendamente cómodo, ahora había desaparecido. "Lo que tienes y lo que eres no me interesa ni lo más mínimo. No me importa que tengas mucho dinero o poco. Tampoco que con un simple chasquido de dedos aparezca un arsenal de ingredientes para preparar uno de mis postres favoritos. Porque con creps o sin creps, te sigo queriendo igual."
Un estruendo salió de su pecho en forma de suspiro entrecortado dejando a un lado parte de la tensión que acumulaba su cuerpo. Levanté la cabeza para poder mirarle a los ojos, ahora de un verde más claro.
"Yo te quiero por quién eres. Por cómo me haces sentir cada vez que estoy a tu lado. Por protegerme de todo lo que pueda hacerme daño, porque sé que lo haces. Veo tu necesidad cuando estás conmigo, y como los ojos se te vuelven más oscuros cuando hablas con alguien que no sea yo. Harry, eso me asusta, igual que a ti. Hemos ido demasiado rápido. No estoy acostumbrada a sentir lo que siento ahora mismo, todas esas sensaciones que pasan por mi cuerpo cada vez que centras toda tu atención en mí, el papel que has llegado a ocupar en mi vida en tan poco tiempo. Tengo miedo. No busco que me digas 'te quiero' de un día para el otro. Quiero que me lo digas si realmente lo sientes, que me cuides y que poquito a poco me vaya convirtiendo en alguien importante en tu vida de verdad."
Posó un beso en mi nariz, y dejó un ligero mordisco que me hizo reír. Podía ser una buena respuesta si se trataba de Harry. Le acababa de decir todo en cuanto pasaba por mi cabeza desde el momento en que me tiró ese café.
"¿Sientes que no te demuestro que te quiero?" Preguntó con la boca pegada sobre mi nariz.
"No…" Respondí cerrando los ojos ante su gesto.
"¿Necesitas oírlo?"
"Depen…"
"Te quiero." Con una sonrisa de oreja a oreja besó tiernamente mis labios mordiendo mi labio inferior y tirándolo hacia él. Acababan de salir de su boca las palabras que más significan para mí. Esas simples palabras, esos golpes de voz pronunciando un sentimiento que parece muy pequeño, pero a la vez tan grande. El hecho de ser una persona que difícilmente muestre sus sentimientos hace que esas palabras se vuelvan más importantes, y más difíciles de pronunciar. "Ven."
Agarró mi mano para que me levantara del sofá y me condujo hacia la habitación. Una vez allí, agarró mi cintura y me atrajo hacia él posando un beso tierno sobre mis labios. Yo respondí enredando mis dedos en su sedoso pelo y abandonándome en su beso. No podía más. Necesitaba sentirle, tenerle.
Emitió un leve gruñido y una sonrisa se apoderó de su cara dejándome ver claramente que se había percatado de mi necesidad.
"No, no." Echó un paso hacia atrás para poder evaluar mi expresión. "Espera, primero te tenemos que quitar esa camiseta."
Se volvió a acercar a mí y agarró los dobladillos de la camiseta alzándola hacia arriba para quitármela y descubriendo mis pechos. Besó mi frente y echó unos pasos atrás para poder observar detenidamente mi cuerpo. En ese momento solo llevaba las braguitas azul claro que me había regalado.
"Joder." Dijo mientras se mordía el labio inferior de una manera tremendamente sexy.
Antes de que toda mi atención volviera a Harry y no en el labio que se estaba mordiendo, me agarró por debajo de los muslos elevándome del suelo. Rodeé mis piernas alrededor de su cintura y le besé. Le deseaba. Nuestras lenguas se rozaban recorriendo todos los huecos existentes de nuestras bocas mientras mis manos inconscientemente se iban a sus preciosos y suaves rizos. Me tumbó cuidadosamente boca arriba en la cama, y me rodeó con sus brazos posando todo su peso en ellos. Recorrió todo el hueco de mi cuello, desde el lóbulo de mi oreja hasta el interior de mis pechos, dejando besos húmedos que me estremecían. Mi mente divagaba exhausta por la mezcla entre el olor que desprendía Harry y el placer que me estaba aportando estar entre sus brazos.
Agarré su camiseta por el dobladillo para quitársela acariciando cada tramo de su piel, recorriendo cada musculo de su espalda. El hizo lo mismo con mis braguitas, deslizándolas por mis piernas y, seguidamente, se levantó para quitarse los calzoncillos dejándome ver claramente por primera vez su miembro. Abrió uno de los cajones de la mesita de noche para sacar una bolsita de aluminio, que abrió con los dientes, y se puso un condón.
"¿Tienes miedo?" Preguntó tiernamente posando pequeñas caricias sobre mi cara. Negué con la cabeza. "Si te duele mucho, por favor, dímelo." Agradecí su preocupación porque realmente una parte de mí tenía miedo, pero en cambio, había otra parte que deseaba entregarse a él.
Lentamente fue introduciendo su miembro dentro de las paredes resbaladizas del mío soltando un gruñido de placer haciendo que su mandíbula se tensara.
"¿Te duele?"
"No."
Avanzó un poco más dentro de mí y notaba como algo dentro se rompía dolorosamente.
"Ah."
"Ya está, ya está." Soltó un bufido e inmediatamente sus rasgos se relajaron. "Lo peor ya ha pasado. ¿Te duele?"
"Estoy bien." Era un dolor soportable, producto de hacer el amor por primera vez. Acababa de entregarme por completo a Harry. Desde ese momento era suya.
"Eres mía. Solo mía." Sonreí ante su comentario ya que era exactamente lo que yo acababa de pensar.
"Y tu mío."
"De eso no cabe duda." Empezó a moverse lentamente con movimientos constantes. Cada movimiento era una sensación nueva llena de placer. Cerré los ojos y me dejé llevar por esa sensación abandonando el pequeño dolor que se iba desvaneciendo. Apreté mis caderas contra Harry, y rodee mis piernas entorno a su cintura. Emitió un gemido que ahogó con mis labios. Yo sonreí al saber que estaba disfrutando conmigo.
"Eres tan estrecha." Jadeó.
Gemí ante esa sensación increíble que se iba apoderando poco a poco de mi cuerpo. El ritmo fue avanzando y el placer aumentaba. Noté que estaba a punto de estallar.
"Harry…"
Harry sonrió y me desplomé. Estallé en miles de fuegos artificiales y notaba como el calor se iba desvaneciendo en una sensación única llena de placer. A los pocos segundos Harry se desplomó encima de mí. Me besó tiernamente mientras su orgasmo se consumía y una vez terminado apoyó su cabeza sobre mis pechos y le rodeé con mis brazos. Definitivamente, no había mejor sensación que esta.
"Te quiero." Le estreché más fuerte agradeciendo sus palabras, y me abandoné en un profundo y bonito sueño.
***
"¿En qué piensas?" Preguntó Harry. "Estás muy callada."
"En esta noche." Una sonrisa hizo intento de asomarse por su cara pero enseguida se desvaneció.
"¿Te dolió mucho?"
"Hay dolores peores." Corté el último trozo de tortita que me quedaba en el plato, lo rebañé en sirope y me lo metí en la boca.
"No sabes cuánto lo siento." Su mirara desprendía preocupación y culpabilidad.
"Harry, no te disculpes. Ayer fue la mejor noche de mi vida."
"La mía también." Dijo con una sonrisa.
"Mentiroso." Sabía perfectamente que eso no era cierto.
"Es verdad." Se levantó de la silla, bordeó la mesa de cristal y se acercó a mí.
"Seguro que te has acostado con chicas mejores que yo."
"Pero a ninguna la quería como te quiero yo a ti." Dijo mientras posaba un beso sobre mi frente. "Cámbiate, que tienes que ir a casa de las chicas."
"¿Por qué?" Me quería quedar con él.
"Porque se van a enfadar conmigo si no te llevo a verlas. Al fin y al cabo son tus amigas." Me guiñó un ojo y se encaminó a la habitación. "Ah, y si me vuelves a llamar mentiroso tendrás que atenerte a las consecuencias, cielo."
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPITULO 13:
Harry paró el Audi R8 de color gris que había alquilado hacía unos días, enfrente de la casa de las chicas. Un coche un tanto excesivo para pasear por una ciudad como esa y me asombraba por el poco tiempo que llevaba allí, lo bien que se orientaba en ella.
"¿Se puede saber por qué me dejas aquí?"
No quería ir, quería pasar tiempo con él. Estábamos a viernes, lo que suponía que en tres días Harry volvería a Londres a pasar tiempo con su familia y yo me dedicaría a estudiar para mis exámenes.
"Tus amigas te quieren ver."
"Tu eso no lo sabes." Dije cruzándome de brazos.
"¿No quieres ir?" Preguntó levantando una ceja y con una sonrisa visible en su rostro.
"Lo que no quiero es morir aplastada por preguntas de Alejandra." Puse los ojos en blanco. Alejandra cuando se le metía algo en la cabeza podía llegar a ser la Inquisición en persona. "Los rumores vuelan, Harry."
"Lo sé." Acercó su enorme mano a mi mejilla, y la acarició suavemente con las yemas de los dedos.
"¿No te importa?"
"¿Me debería importar?" Dijo levantando las cejas. "Quiero que la mayor gente posible sepa que eres mía, solo para mí."
Inhalé una gran cantidad de aire que retuve unos segundos en mis pulmones y lo desprendí en forma de suspiro.
"Desgraciadamente yo te tengo que compartir con millones de chicas que están locas por ti."
"Pero solo tú puedes hacer lo que quieras conmigo. Soy tuyo." Se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la frente. "Luego te llamo."
"¿Qué vas a hacer?"
"Tengo que hacer unos recados." Colocó un mechón de mi pelo rebelde detrás de mi oreja.
"¿Tan importantes como para abandonarme todo un día?"
"Es urgente." Dijo mientras me acariciaba con su dedo pulgar mi labio inferior.
"Ahh." Se acercó lentamente a mí y posó sus labios sobre los míos dejando un beso dulce y apasionado al que respondí encantada.
"Vete antes de que me arrepienta."
"Pues arrepiéntete." Una risa se escapó del pecho de Harry y me señaló la puerta que estaba a mi derecha como señal de que bajara del coche. "Vale, vale. Ahora me voy."
Le di un último beso rápido sobre los labios, salí del coche y le hice una señal con la mano para que me llamara mas tarde. Segundos después el coche de Harry aceleró bruscamente y se perdió por los callejones de la ciudad.
Toqué el timbre del apartamento en el que vivían mis amigas y rápidamente una cara conocida, pero que no era ninguna de ellas, se asomó por el cristal que había justo al lado de la puerta dispuesta a abrir.
"¡Lilly!" Grité mientras abalanzaba sobre ella para darle un abrazo. "¿Se puede sabe que haces aquí y porqué no me has llamado?"
"Primero, llevas con el móvil apagado casi dos días, y segundo, no tenía planeado perderme tu dieciocho cumpleaños por nada del mundo, que por cierto, es mañana."
"¿Qué?" Rebusqué entre mi bolso mi móvil para revisar si estaba apagado. Cierto. ¿Qué hacía apagado? Apreté el botón de encendido y saqué el cargador para enchufar el teléfono.
"¿No vas a decir nada respecto a tu cumpleaños?"
"Sabes que no me gusta celebrarlo."
"Ah no. Llevo toda mi vida desde que tengo uso de razón consintiéndote no celebrarlo, pero esta vez lo siento mucho, porque lo vas a celebrar." Puse los ojos en blanco. No recordaba haberle mencionado a Harry la fecha de mi cumpleaños, así que al menos de algo me libraba.
"¿Dónde están Ale y Sav?" Pregunté cambiando de tema. En ese mismo momento apareció la melena pelirroja de Savannah cruzando el umbral de la puerta.
"¡Eh, desaparecida!" Dejó unas bolsas en una de las mesas de al lado del sofá con cierta gracia y me dio un fuerte abrazo. "¿Qué tal está tu Dios griego?"
"Demasiado bueno." Intervino una voz al fondo.
"¿Dónde estabas?" Preguntó Savannah a Alejandra preocupada. "No has dormido en casa y tampoco contestas al teléfono."
"Estaba por ahí." Respondió con una sonrisa de oreja a oreja. Eso no era muy propio de Alejandra por las mañanas.
"Uy, Alejandra, ¡aquí huele a polvazo!" Comentó Lilly riendo.
"¡Tiene que haber sido increíble para que esté así de buena mañana!" Continué. Un golpe fue dejado en mi brazo con cierta indignación por parte de Alejandra y todas nos echamos a reír. Ver a Alejandra de tan buen humor era una de las cosas que sucedían cada muy poco por alguna razón que desconozco.
Nos tuvo expectantes toda la mañana mientras nosotras tres intentábamos por todos los medios sacarle información sobre su 'noche loca' con quien fuera el afortunado de tenerla en sus brazos. No dijo ni una palabra. Solamente se limitó a encerrarse en su habitación para darse una ducha y hablar por teléfono con ese chico que le había dejado con ganas de más.
Después de que saliera por primera vez de su habitación en las tres horas y media que llevaba allí metida, comimos unas pizzas barbacoa que habíamos pedido a domicilio y fue cuando finalmente se digno a contarnos donde había estado y que es lo que había hecho.
"¡Vale, que sí! ¡Que me he acostado con él!" Reconoció mientras un trozo de pizza era llevado hasta su boca.
"¡Por fín!" Dijimos las tres restantes al unísono mientras chocábamos las palmas en señal de victoria.
"Sois peores que el FBI." Dijo Alejandra con el ceño fruncido.
"¿Y qué tal?" Preguntó Lilly dando un mordisco a su trozo de pizza.
"Pues bien."
"¡Alejandra!" Intervino Sav.
"¡Qué!" Gritó la otra en respuesta. No podíamos parar de reír. Me encantaba ver lo mucho que a Ale le incomodaban estas situaciones. Sobre todo, por el hecho de hablar de un chico que le gusta de verdad.
"¿Te gusta?" Pregunté curiosa. Asintió con seriedad moviendo la cabeza sin dejar de mirar el plato. Algo que acababa de pasar por sus pensamientos había arrasado su alegría. "¿Qué pasa?"
"Tengo miedo."
"¿A qué?" Continué.
"Tengo miedo de que te acabes enfadando conmigo."
"¿Porqué debería enfadarme contigo?" No estaba entendiendo nada de lo que sus palabras intentaban decirme. ¿Qué tendría que ver esto conmigo?
"¿Alejandra?" Interrumpió Lilly.
"¿Quién es ese chico?" Continuó Sav.
"Euge, prométeme que no te vas a enfadar." Me tendió su dedo meñique para sellar la promesa. Algo que llevabámos haciendo desde muy pequeñas.
"Te lo prometo." Respondí mientras entrelazaba su dedo con el mío.
"Estoy con Miguel."
"¿Qué Miguel?"
"Tu hermano." Dijo en un susurro. Si se trataba de una broma no tenía gracia. Las tres nos quedamos completamente paralizadas. Mi hermano no. Le acabaría haciendo daño, y no quería eso para mi mejor amiga.
"¿No vais a decir nada? " La cara de Alejandra reflejaba miedo. Pero, ¿miedo a qué?
"Espero que sepas donde te estás metiendo." Respondí.
"No me mires con esta cara."
"¿Cómo quieres que te mire?"
"No sé, ¿Cómo mi mejor amiga que me apoya?"
"Ale… Te apoyo, y lo sabes. Estaré contigo en todas las decisiones que tomes."
"Pero no apoyas a tu hermano."
"Alejandra, sabes cómo es, ¿no? ¿Lo sabes?"
"Sí."
"¿Entonces?"
"Estoy enamorada de él."
Estaba empezando a atar cabos. Mi hermano y su interés especial por Alejandra los últimos meses no me habían pasado desapercibidos, pero tampoco habría llegado a pensar que le acabaría gustando. Sabía que Miguel era capaz de hacer daño a Alejandra sin apenas darse cuenta, y eso no me hacía gracia.
***
"Este teléfono está apagado o fuera de cobertura." Durante todo el día, estas palabras no dejaban de sonar en mi teléfono. Harry había dicho que me llamaría, pero no daba señales de vida. Llevaba medio día sin él, y ya le echaba de menos. Después de haber visto dos sesiones de las típicas películas de comedia romántica con mis amigas, sonó mi teléfono.
"¿Sí?" Respondí rápidamente sin mirar quien llamaba.
"¡Desaparecida!"
"Ah, hola Miguel." Hablé decepcionada. Una risa se oyó detrás de la otra línea del teléfono dejándome saber que se había percatado de mi decepción.
"¿Preferías que fuera Harry?" Preguntó.
"La verdad es que sí." Respondí con una risita. "Por cierto, tengo que hablar contigo."
"Lo sé."
"¿Y por qué no me has dicho nada?" Grité enfadada.
"Por qué sabía que te enfadarías."
"Creo que estoy más enfadada por el hecho de que no me lo hayas contado."
"También crees que la voy a dejar en dos días y no es así."
"Más te vale." Amenacé. "Como le hagas daño te mato, ¿me has entendido?"
"¡Si, mi capitana!"
"Eres imbécil…" Dije riendo.
"La quiero…"
"Ella a ti también."
"¿Eso te ha dicho?"
"A su manera, pero si." Sabía que mi hermano estaba sonriendo en ese preciso instante, y no pude evitar hacerlo yo tambien. ¿Qué había pasado en las dos últimas semanas? Me quedé pensando el giro completo que ha dado mi vida en ese corto periodo de tiempo. Todo el mundo parecía, no sé… Más feliz.
"Enana, ¿estás ahí?"
"Sí, perdón."
"Te estaba diciendo si está Ale por ahí, tengo que hablar con ella un momento y no me coge en móvil."
"No tardes, por favor."
"Claro." Asintió. "Te quiero."
"Yo también." Me giré hacía los sofás donde las chicas se estaban pintando las uñas, y le tendí mi mano con el teléfono a Alejandra.
"Mi hermano." Una sonrisa de felicidad se dibujó en su cara y cogió el aparato que le estaba tendiendo.
"Nunca la había visto así." Dijo Sav.
"Yo tampoco." Respondí. "¿Sabes lo que es increíble? Mi hermano me acaba de decir que la quiere."
"¡¿Qué?!" Respondieron las dos al unísono.
"Tu hermano no ha tenido una relación seria en su vida." Añadió Lilly.
"Pues parece que esto va enserio." Dijo Savannah.
"Nos vamos." Interrumpió Ale mientras caminaba hacia nosotras con mi teléfono en su mano.
"¿A dónde?" Pregunté.
"Sorpresa."
"¿Va enserio?" Añadí resoplando. Odio que me hagan esto.
"¡Sí!" Gritaron las tres a la vez. Antes de poder articular palabra, me encontraba sentada en el asiento del copiloto del coche de Savannah dirección a mi casa.
Harry paró el Audi R8 de color gris que había alquilado hacía unos días, enfrente de la casa de las chicas. Un coche un tanto excesivo para pasear por una ciudad como esa y me asombraba por el poco tiempo que llevaba allí, lo bien que se orientaba en ella.
"¿Se puede saber por qué me dejas aquí?"
No quería ir, quería pasar tiempo con él. Estábamos a viernes, lo que suponía que en tres días Harry volvería a Londres a pasar tiempo con su familia y yo me dedicaría a estudiar para mis exámenes.
"Tus amigas te quieren ver."
"Tu eso no lo sabes." Dije cruzándome de brazos.
"¿No quieres ir?" Preguntó levantando una ceja y con una sonrisa visible en su rostro.
"Lo que no quiero es morir aplastada por preguntas de Alejandra." Puse los ojos en blanco. Alejandra cuando se le metía algo en la cabeza podía llegar a ser la Inquisición en persona. "Los rumores vuelan, Harry."
"Lo sé." Acercó su enorme mano a mi mejilla, y la acarició suavemente con las yemas de los dedos.
"¿No te importa?"
"¿Me debería importar?" Dijo levantando las cejas. "Quiero que la mayor gente posible sepa que eres mía, solo para mí."
Inhalé una gran cantidad de aire que retuve unos segundos en mis pulmones y lo desprendí en forma de suspiro.
"Desgraciadamente yo te tengo que compartir con millones de chicas que están locas por ti."
"Pero solo tú puedes hacer lo que quieras conmigo. Soy tuyo." Se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la frente. "Luego te llamo."
"¿Qué vas a hacer?"
"Tengo que hacer unos recados." Colocó un mechón de mi pelo rebelde detrás de mi oreja.
"¿Tan importantes como para abandonarme todo un día?"
"Es urgente." Dijo mientras me acariciaba con su dedo pulgar mi labio inferior.
"Ahh." Se acercó lentamente a mí y posó sus labios sobre los míos dejando un beso dulce y apasionado al que respondí encantada.
"Vete antes de que me arrepienta."
"Pues arrepiéntete." Una risa se escapó del pecho de Harry y me señaló la puerta que estaba a mi derecha como señal de que bajara del coche. "Vale, vale. Ahora me voy."
Le di un último beso rápido sobre los labios, salí del coche y le hice una señal con la mano para que me llamara mas tarde. Segundos después el coche de Harry aceleró bruscamente y se perdió por los callejones de la ciudad.
Toqué el timbre del apartamento en el que vivían mis amigas y rápidamente una cara conocida, pero que no era ninguna de ellas, se asomó por el cristal que había justo al lado de la puerta dispuesta a abrir.
"¡Lilly!" Grité mientras abalanzaba sobre ella para darle un abrazo. "¿Se puede sabe que haces aquí y porqué no me has llamado?"
"Primero, llevas con el móvil apagado casi dos días, y segundo, no tenía planeado perderme tu dieciocho cumpleaños por nada del mundo, que por cierto, es mañana."
"¿Qué?" Rebusqué entre mi bolso mi móvil para revisar si estaba apagado. Cierto. ¿Qué hacía apagado? Apreté el botón de encendido y saqué el cargador para enchufar el teléfono.
"¿No vas a decir nada respecto a tu cumpleaños?"
"Sabes que no me gusta celebrarlo."
"Ah no. Llevo toda mi vida desde que tengo uso de razón consintiéndote no celebrarlo, pero esta vez lo siento mucho, porque lo vas a celebrar." Puse los ojos en blanco. No recordaba haberle mencionado a Harry la fecha de mi cumpleaños, así que al menos de algo me libraba.
"¿Dónde están Ale y Sav?" Pregunté cambiando de tema. En ese mismo momento apareció la melena pelirroja de Savannah cruzando el umbral de la puerta.
"¡Eh, desaparecida!" Dejó unas bolsas en una de las mesas de al lado del sofá con cierta gracia y me dio un fuerte abrazo. "¿Qué tal está tu Dios griego?"
"Demasiado bueno." Intervino una voz al fondo.
"¿Dónde estabas?" Preguntó Savannah a Alejandra preocupada. "No has dormido en casa y tampoco contestas al teléfono."
"Estaba por ahí." Respondió con una sonrisa de oreja a oreja. Eso no era muy propio de Alejandra por las mañanas.
"Uy, Alejandra, ¡aquí huele a polvazo!" Comentó Lilly riendo.
"¡Tiene que haber sido increíble para que esté así de buena mañana!" Continué. Un golpe fue dejado en mi brazo con cierta indignación por parte de Alejandra y todas nos echamos a reír. Ver a Alejandra de tan buen humor era una de las cosas que sucedían cada muy poco por alguna razón que desconozco.
Nos tuvo expectantes toda la mañana mientras nosotras tres intentábamos por todos los medios sacarle información sobre su 'noche loca' con quien fuera el afortunado de tenerla en sus brazos. No dijo ni una palabra. Solamente se limitó a encerrarse en su habitación para darse una ducha y hablar por teléfono con ese chico que le había dejado con ganas de más.
Después de que saliera por primera vez de su habitación en las tres horas y media que llevaba allí metida, comimos unas pizzas barbacoa que habíamos pedido a domicilio y fue cuando finalmente se digno a contarnos donde había estado y que es lo que había hecho.
"¡Vale, que sí! ¡Que me he acostado con él!" Reconoció mientras un trozo de pizza era llevado hasta su boca.
"¡Por fín!" Dijimos las tres restantes al unísono mientras chocábamos las palmas en señal de victoria.
"Sois peores que el FBI." Dijo Alejandra con el ceño fruncido.
"¿Y qué tal?" Preguntó Lilly dando un mordisco a su trozo de pizza.
"Pues bien."
"¡Alejandra!" Intervino Sav.
"¡Qué!" Gritó la otra en respuesta. No podíamos parar de reír. Me encantaba ver lo mucho que a Ale le incomodaban estas situaciones. Sobre todo, por el hecho de hablar de un chico que le gusta de verdad.
"¿Te gusta?" Pregunté curiosa. Asintió con seriedad moviendo la cabeza sin dejar de mirar el plato. Algo que acababa de pasar por sus pensamientos había arrasado su alegría. "¿Qué pasa?"
"Tengo miedo."
"¿A qué?" Continué.
"Tengo miedo de que te acabes enfadando conmigo."
"¿Porqué debería enfadarme contigo?" No estaba entendiendo nada de lo que sus palabras intentaban decirme. ¿Qué tendría que ver esto conmigo?
"¿Alejandra?" Interrumpió Lilly.
"¿Quién es ese chico?" Continuó Sav.
"Euge, prométeme que no te vas a enfadar." Me tendió su dedo meñique para sellar la promesa. Algo que llevabámos haciendo desde muy pequeñas.
"Te lo prometo." Respondí mientras entrelazaba su dedo con el mío.
"Estoy con Miguel."
"¿Qué Miguel?"
"Tu hermano." Dijo en un susurro. Si se trataba de una broma no tenía gracia. Las tres nos quedamos completamente paralizadas. Mi hermano no. Le acabaría haciendo daño, y no quería eso para mi mejor amiga.
"¿No vais a decir nada? " La cara de Alejandra reflejaba miedo. Pero, ¿miedo a qué?
"Espero que sepas donde te estás metiendo." Respondí.
"No me mires con esta cara."
"¿Cómo quieres que te mire?"
"No sé, ¿Cómo mi mejor amiga que me apoya?"
"Ale… Te apoyo, y lo sabes. Estaré contigo en todas las decisiones que tomes."
"Pero no apoyas a tu hermano."
"Alejandra, sabes cómo es, ¿no? ¿Lo sabes?"
"Sí."
"¿Entonces?"
"Estoy enamorada de él."
Estaba empezando a atar cabos. Mi hermano y su interés especial por Alejandra los últimos meses no me habían pasado desapercibidos, pero tampoco habría llegado a pensar que le acabaría gustando. Sabía que Miguel era capaz de hacer daño a Alejandra sin apenas darse cuenta, y eso no me hacía gracia.
***
"Este teléfono está apagado o fuera de cobertura." Durante todo el día, estas palabras no dejaban de sonar en mi teléfono. Harry había dicho que me llamaría, pero no daba señales de vida. Llevaba medio día sin él, y ya le echaba de menos. Después de haber visto dos sesiones de las típicas películas de comedia romántica con mis amigas, sonó mi teléfono.
"¿Sí?" Respondí rápidamente sin mirar quien llamaba.
"¡Desaparecida!"
"Ah, hola Miguel." Hablé decepcionada. Una risa se oyó detrás de la otra línea del teléfono dejándome saber que se había percatado de mi decepción.
"¿Preferías que fuera Harry?" Preguntó.
"La verdad es que sí." Respondí con una risita. "Por cierto, tengo que hablar contigo."
"Lo sé."
"¿Y por qué no me has dicho nada?" Grité enfadada.
"Por qué sabía que te enfadarías."
"Creo que estoy más enfadada por el hecho de que no me lo hayas contado."
"También crees que la voy a dejar en dos días y no es así."
"Más te vale." Amenacé. "Como le hagas daño te mato, ¿me has entendido?"
"¡Si, mi capitana!"
"Eres imbécil…" Dije riendo.
"La quiero…"
"Ella a ti también."
"¿Eso te ha dicho?"
"A su manera, pero si." Sabía que mi hermano estaba sonriendo en ese preciso instante, y no pude evitar hacerlo yo tambien. ¿Qué había pasado en las dos últimas semanas? Me quedé pensando el giro completo que ha dado mi vida en ese corto periodo de tiempo. Todo el mundo parecía, no sé… Más feliz.
"Enana, ¿estás ahí?"
"Sí, perdón."
"Te estaba diciendo si está Ale por ahí, tengo que hablar con ella un momento y no me coge en móvil."
"No tardes, por favor."
"Claro." Asintió. "Te quiero."
"Yo también." Me giré hacía los sofás donde las chicas se estaban pintando las uñas, y le tendí mi mano con el teléfono a Alejandra.
"Mi hermano." Una sonrisa de felicidad se dibujó en su cara y cogió el aparato que le estaba tendiendo.
"Nunca la había visto así." Dijo Sav.
"Yo tampoco." Respondí. "¿Sabes lo que es increíble? Mi hermano me acaba de decir que la quiere."
"¡¿Qué?!" Respondieron las dos al unísono.
"Tu hermano no ha tenido una relación seria en su vida." Añadió Lilly.
"Pues parece que esto va enserio." Dijo Savannah.
"Nos vamos." Interrumpió Ale mientras caminaba hacia nosotras con mi teléfono en su mano.
"¿A dónde?" Pregunté.
"Sorpresa."
"¿Va enserio?" Añadí resoplando. Odio que me hagan esto.
"¡Sí!" Gritaron las tres a la vez. Antes de poder articular palabra, me encontraba sentada en el asiento del copiloto del coche de Savannah dirección a mi casa.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPITULO 14:
Metí la llave en la cerradura de la puerta de mi casa y abrí cautelosamente. No tenía ni idea de por qué me habían traído hasta allí, ni lo que me iba a encontrar. No había nadie. Ni mi madre, ni mis hermanos. Todo muy extraño suponiendo que ya eran las ocho y media de la tarde.
Mis amigas me habían dicho que esperarían abajo mientras me cambiaba de ropa porque según ellas la que llevaba en ese momento no era 'apropiada'. ¿Qué tienen de malo unos shorts vaqueros y una sudadera que me había prestado Harry?
Crucé el salón para ir a mi habitación y allí, para mi sorpresa, había un ramo con dos docenas de rosas rojas y rosas en un jarrón de cristal situadas justo en medio de la puerta del salón. Visualicé una tarjetita que llevaba en uno de los extremos del lazo que cubrían las rosas y lo leí: "En tu libro favorito hay algo escondido, encuéntralo. H, xx."
Estaba completamente sorprendida. Todo esto explicaba el porqué de su desaparición y el hecho de que no hubiera contestado al móvil en todo el día. Me dirigí corriendo a donde había dejado mi libro favorito: La última canción. Estaba en una de las pequeñas estanterías que hay en el salón, donde lo había dejado la última vez. Lo cogí y miré en su interior en busca de alguna nota que hallé en la portada: "Mira en el capítulo que contiene tu número de la suerte. H, xx."
Recorrí las páginas hasta llegar al capítulo número trece del libro, preguntándome cómo sabía todos esos detalles de mí sin haberle dicho nada. Encontré otra nota: "Hay veces que uno sabe más de lo que la otra persona cree. Luego me preguntarás como sé todo esto sobre ti si nunca me lo has dicho, prometo responderte. ¿Lugar favorito para perder el tiempo? H, xx."
Harry tenía un poder para leer mis pensamientos que nadie más tenía sobre mí. Era increíble su capacidad para prevenir todos mis actos y todas mis palabras. Como si la conexión que había entre nosotros fuera más allá de lo que las fuerzas naturales entienden. Me dirigí a mi habitación, concretamente a ese lugar que acababa de mencionar en su nota. Me encanta perderme en un buen libro echada sobre el sillón que hay en una de las esquinas de mi habitación, junto con mi pequeña estantería. Al abrir la puerta de mi habitación, me encontré con un camino de pétalos de rosa que se encaminaban hacia ese lugar. Justo encima del sillón se encontraba uno de los vestidos más bonitos que jamás había tenido la oportunidad de llevar puesto. Un vestido palabra de honor color crema dividido en capas de seda que parecía muy caro, de corte alto, por encima de las rodillas. Me quedé paralizada, asombrada por la consideración de Harry. A los pies del sillón visualicé unas sandalias de tacón con plataforma, que contenían unas pequeñas piedrecitas en las cintas del empeine, de una marca de las que te quitan el hipo con solo ver el precio. En uno de los brazos del sillón había una bolsa con lencería de encaje blanca bastante cara, y en su interior una nota: "No tengo pensado quitarte nada esta noche, pero espero que lo lleves puesto, cielo. Se me nubla la mente solo de pensarlo. H, xx."
Una sonrisa se asomó por mi cara, divertida ante la nota de Harry pero a la vez un poco decepcionada. Quizás porque esa noche no volvería a ser suya después de todo, opino que todo esfuerzo obtiene su recompensa, ¿no?
Me duché rápidamente y me vestí con todo lo que Harry había elegido detalladamente para mí. Me maquillé ligeramente aplicando máscara sobre mis pestañas, colorete de tono melocotón sobre las mejillas, y un poco de gloss. Recibí un mensaje de mis amigas en el que me indicaron que me esperaban donde me habían dejado una hora antes. Al abrir la puerta de casa, dispuesta a salir en busca de ellas, una silueta que llevaba tiempo ansiando ver estaba situada enfrente de mí envuelta en unos vaqueros negros perfectamente definidos a sus piernas, y una camisa blanca sobre la que una americana gris oscuro cubría su torso musculoso. Sostenía un pequeño trozo de cartulina blanca en el que había escrito: "Felicidades por adelantado. Harry, xx."
"Harry." Susurré. No sabía que más decir. Mi cuerpo se había quedado parado en medio del umbral de la puerta sin saber que hacer. Odiaba celebrar mi cumpleaños, y agradecía que Harry lo hiciera todo mucho más especial. "Gracias."
Una sonrisa triunfal se asomó por su cara dejando ver que estaba contento con lo que había elegido.
"Estas preciosa." Agarró mi mano y me dio una vuelta sobre mi eje observando con detenimiento cada espacio que recorría el vestido. "Me estoy arrepintiendo de lo que he escrito en la última nota."
"Hazlo." Dije con tono tentador. Harry negó con la cabeza todavía con sus dos hoyuelos plasmados en la cara mientras me agarraba con sus anchas manos mi cintura y me atraía hacia su cuerpo.
"Sabía que dirías eso." Posó sus labios sobre los míos suavemente, moviendo ligeramente su boca en contacto con la mía. No se hacía a la idea lo mucho que había echado de menos ese contacto, su olor… Olía deliciosamente bien. "Ven, vamos."
Harry apretó el botón de llamada del ascensor, que se abrió inmediatamente. Entramos en él y bajamos a la planta baja donde justo en la entrada estaba aparcado su Audi R8.
"No paro de imaginarte con esa ropa interior puesta." Dijo mientras me abría la puerta del copiloto.
"Tú lo has decidido."
"Es una buena elección." Dijo guiñándome un ojo. Cerró la puerta cuidadosamente, dio la vuelta al coche con pasos amplios y, seguidamente, entró en el coche.
"¿Dónde vamos?" Pregunté.
"Vamos a ponerte esto." Alzó su brazo derecho cuya mano sujetaba un pañuelo. Me di la vuelta y me colocó el pañuelo de tela negra sobre los ojos, para que no pudiera ver nada.
"¿Me vas a decir a donde vamos?"
"Como siempre tan impaciente y ansiosa." Noté como una sonrisa se iba dibujando en su cara. Todo esto le divertía, independientemente de lo que fuera lo que fuese que venía después. Resoplé molesta ante su respuesta y una carcajada salió de de su pecho. "Sorpresa, cielo."
Después de unos largos veinte minutos de camino, llegamos al destino que Harry había elegido. Salió del coche y se dirigió a abrirme la puerta del copiloto permitiéndome la libertad de salir de él. Estábamos en una calle, situados de pie en la acera. Olía bien. A jazmín quizás.
"¿Me vas a quitar el pañuelo?"
"No tengo intención de hacerlo."
Dos fuertes brazos rodearon mi cintura por detrás atrayéndome hacía su cuerpo, posando su nariz entre el hueco de mi cuello.
"Aunque… si me prometes no abrir los ojos, te lo quito." Susurró sobre mi oído. Un escalofrío estremecedor recorrió todo mi cuerpo arrastrando a su paso una tormenta de deseo y curiosidad. Me moría de ganas por saber lo que me había preparado Harry.
"No se impaciente, señorita."
"Cállate." Soltó una carcajada desde lo más profundo de su pecho y me dio un beso en el cuello.
"Tan impaciente como siempre." Me desató el pañuelo que cubrían mis ojos esforzándome por mantenerlos cerrados, al menos hasta que hubiéramos llegado. "No los abras."
"Prometido." Me agarró de la mano, y con la otra en la parte inferior de mi espalda me condujo hacia el interior de un edificio que al parecer estaba completamente vacío. No se escuchaba nada, ni un solo movimiento, ni una sola voz. Apreté su mano fuertemente y él respondió con el mismo gesto. Me causaba cierta inseguridad el hecho de no poder ver nada. "No me sueltes, por favor."
"Nunca. Confía en mí." Sus palabras me resultaron muy reconfortantes y me relajé como acto reflejo a su respuesta. "Cuidado aquí, hay un escalón." Hice caso de sus palabras y seguimos caminando unos pocos metros más.
"Señor." Una voz se oyó desde muy cerca de mi posición. Me sobresalté y Harry me agarró con más fuerza.
"Tranquila, es solo un hombre." El apoyo de Harry desapareció completamente. Me quedé inmóvil en medio de donde quisiera que estuviese y seguidamente, una puerta corredera se abrió. Harry avanzaba hacia el interior de la habitación recién descubierta con grandes y alegres zancadas. "Acércate."
"¿Cómo?" Pregunté con sarcasmo. "Me voy a tropezar."
"Camina." Empecé a dar pequeños pasos hacia donde provenía la voz no muy lejana de Harry.
"¡Vamos! No te vas a chocar con nada." Dijo riendo.
"¿Seguro?" Seguí avanzando con mis pequeños pasos. ¿Qué le parecía tan divertido?
"¿Puedo abrir los ojos ya? Se me van a quedar pegados." Harry rió con más fuerza y una sonrisa se asomó por mi cara. "Me alegra divertirte tanto."
"Y a mí que lo hagas." Me sobresalté al notar que estaba a escasos centímetros de mí. Estiré mi brazo para poderle alcanzar, pero rápidamente se apartó. Una punzada se clavó en mi estómago al percatarme que lo estaba haciendo totalmente a propósito. "Abre los ojos."
Metí la llave en la cerradura de la puerta de mi casa y abrí cautelosamente. No tenía ni idea de por qué me habían traído hasta allí, ni lo que me iba a encontrar. No había nadie. Ni mi madre, ni mis hermanos. Todo muy extraño suponiendo que ya eran las ocho y media de la tarde.
Mis amigas me habían dicho que esperarían abajo mientras me cambiaba de ropa porque según ellas la que llevaba en ese momento no era 'apropiada'. ¿Qué tienen de malo unos shorts vaqueros y una sudadera que me había prestado Harry?
Crucé el salón para ir a mi habitación y allí, para mi sorpresa, había un ramo con dos docenas de rosas rojas y rosas en un jarrón de cristal situadas justo en medio de la puerta del salón. Visualicé una tarjetita que llevaba en uno de los extremos del lazo que cubrían las rosas y lo leí: "En tu libro favorito hay algo escondido, encuéntralo. H, xx."
Estaba completamente sorprendida. Todo esto explicaba el porqué de su desaparición y el hecho de que no hubiera contestado al móvil en todo el día. Me dirigí corriendo a donde había dejado mi libro favorito: La última canción. Estaba en una de las pequeñas estanterías que hay en el salón, donde lo había dejado la última vez. Lo cogí y miré en su interior en busca de alguna nota que hallé en la portada: "Mira en el capítulo que contiene tu número de la suerte. H, xx."
Recorrí las páginas hasta llegar al capítulo número trece del libro, preguntándome cómo sabía todos esos detalles de mí sin haberle dicho nada. Encontré otra nota: "Hay veces que uno sabe más de lo que la otra persona cree. Luego me preguntarás como sé todo esto sobre ti si nunca me lo has dicho, prometo responderte. ¿Lugar favorito para perder el tiempo? H, xx."
Harry tenía un poder para leer mis pensamientos que nadie más tenía sobre mí. Era increíble su capacidad para prevenir todos mis actos y todas mis palabras. Como si la conexión que había entre nosotros fuera más allá de lo que las fuerzas naturales entienden. Me dirigí a mi habitación, concretamente a ese lugar que acababa de mencionar en su nota. Me encanta perderme en un buen libro echada sobre el sillón que hay en una de las esquinas de mi habitación, junto con mi pequeña estantería. Al abrir la puerta de mi habitación, me encontré con un camino de pétalos de rosa que se encaminaban hacia ese lugar. Justo encima del sillón se encontraba uno de los vestidos más bonitos que jamás había tenido la oportunidad de llevar puesto. Un vestido palabra de honor color crema dividido en capas de seda que parecía muy caro, de corte alto, por encima de las rodillas. Me quedé paralizada, asombrada por la consideración de Harry. A los pies del sillón visualicé unas sandalias de tacón con plataforma, que contenían unas pequeñas piedrecitas en las cintas del empeine, de una marca de las que te quitan el hipo con solo ver el precio. En uno de los brazos del sillón había una bolsa con lencería de encaje blanca bastante cara, y en su interior una nota: "No tengo pensado quitarte nada esta noche, pero espero que lo lleves puesto, cielo. Se me nubla la mente solo de pensarlo. H, xx."
Una sonrisa se asomó por mi cara, divertida ante la nota de Harry pero a la vez un poco decepcionada. Quizás porque esa noche no volvería a ser suya después de todo, opino que todo esfuerzo obtiene su recompensa, ¿no?
Me duché rápidamente y me vestí con todo lo que Harry había elegido detalladamente para mí. Me maquillé ligeramente aplicando máscara sobre mis pestañas, colorete de tono melocotón sobre las mejillas, y un poco de gloss. Recibí un mensaje de mis amigas en el que me indicaron que me esperaban donde me habían dejado una hora antes. Al abrir la puerta de casa, dispuesta a salir en busca de ellas, una silueta que llevaba tiempo ansiando ver estaba situada enfrente de mí envuelta en unos vaqueros negros perfectamente definidos a sus piernas, y una camisa blanca sobre la que una americana gris oscuro cubría su torso musculoso. Sostenía un pequeño trozo de cartulina blanca en el que había escrito: "Felicidades por adelantado. Harry, xx."
"Harry." Susurré. No sabía que más decir. Mi cuerpo se había quedado parado en medio del umbral de la puerta sin saber que hacer. Odiaba celebrar mi cumpleaños, y agradecía que Harry lo hiciera todo mucho más especial. "Gracias."
Una sonrisa triunfal se asomó por su cara dejando ver que estaba contento con lo que había elegido.
"Estas preciosa." Agarró mi mano y me dio una vuelta sobre mi eje observando con detenimiento cada espacio que recorría el vestido. "Me estoy arrepintiendo de lo que he escrito en la última nota."
"Hazlo." Dije con tono tentador. Harry negó con la cabeza todavía con sus dos hoyuelos plasmados en la cara mientras me agarraba con sus anchas manos mi cintura y me atraía hacia su cuerpo.
"Sabía que dirías eso." Posó sus labios sobre los míos suavemente, moviendo ligeramente su boca en contacto con la mía. No se hacía a la idea lo mucho que había echado de menos ese contacto, su olor… Olía deliciosamente bien. "Ven, vamos."
Harry apretó el botón de llamada del ascensor, que se abrió inmediatamente. Entramos en él y bajamos a la planta baja donde justo en la entrada estaba aparcado su Audi R8.
"No paro de imaginarte con esa ropa interior puesta." Dijo mientras me abría la puerta del copiloto.
"Tú lo has decidido."
"Es una buena elección." Dijo guiñándome un ojo. Cerró la puerta cuidadosamente, dio la vuelta al coche con pasos amplios y, seguidamente, entró en el coche.
"¿Dónde vamos?" Pregunté.
"Vamos a ponerte esto." Alzó su brazo derecho cuya mano sujetaba un pañuelo. Me di la vuelta y me colocó el pañuelo de tela negra sobre los ojos, para que no pudiera ver nada.
"¿Me vas a decir a donde vamos?"
"Como siempre tan impaciente y ansiosa." Noté como una sonrisa se iba dibujando en su cara. Todo esto le divertía, independientemente de lo que fuera lo que fuese que venía después. Resoplé molesta ante su respuesta y una carcajada salió de de su pecho. "Sorpresa, cielo."
Después de unos largos veinte minutos de camino, llegamos al destino que Harry había elegido. Salió del coche y se dirigió a abrirme la puerta del copiloto permitiéndome la libertad de salir de él. Estábamos en una calle, situados de pie en la acera. Olía bien. A jazmín quizás.
"¿Me vas a quitar el pañuelo?"
"No tengo intención de hacerlo."
Dos fuertes brazos rodearon mi cintura por detrás atrayéndome hacía su cuerpo, posando su nariz entre el hueco de mi cuello.
"Aunque… si me prometes no abrir los ojos, te lo quito." Susurró sobre mi oído. Un escalofrío estremecedor recorrió todo mi cuerpo arrastrando a su paso una tormenta de deseo y curiosidad. Me moría de ganas por saber lo que me había preparado Harry.
"No se impaciente, señorita."
"Cállate." Soltó una carcajada desde lo más profundo de su pecho y me dio un beso en el cuello.
"Tan impaciente como siempre." Me desató el pañuelo que cubrían mis ojos esforzándome por mantenerlos cerrados, al menos hasta que hubiéramos llegado. "No los abras."
"Prometido." Me agarró de la mano, y con la otra en la parte inferior de mi espalda me condujo hacia el interior de un edificio que al parecer estaba completamente vacío. No se escuchaba nada, ni un solo movimiento, ni una sola voz. Apreté su mano fuertemente y él respondió con el mismo gesto. Me causaba cierta inseguridad el hecho de no poder ver nada. "No me sueltes, por favor."
"Nunca. Confía en mí." Sus palabras me resultaron muy reconfortantes y me relajé como acto reflejo a su respuesta. "Cuidado aquí, hay un escalón." Hice caso de sus palabras y seguimos caminando unos pocos metros más.
"Señor." Una voz se oyó desde muy cerca de mi posición. Me sobresalté y Harry me agarró con más fuerza.
"Tranquila, es solo un hombre." El apoyo de Harry desapareció completamente. Me quedé inmóvil en medio de donde quisiera que estuviese y seguidamente, una puerta corredera se abrió. Harry avanzaba hacia el interior de la habitación recién descubierta con grandes y alegres zancadas. "Acércate."
"¿Cómo?" Pregunté con sarcasmo. "Me voy a tropezar."
"Camina." Empecé a dar pequeños pasos hacia donde provenía la voz no muy lejana de Harry.
"¡Vamos! No te vas a chocar con nada." Dijo riendo.
"¿Seguro?" Seguí avanzando con mis pequeños pasos. ¿Qué le parecía tan divertido?
"¿Puedo abrir los ojos ya? Se me van a quedar pegados." Harry rió con más fuerza y una sonrisa se asomó por mi cara. "Me alegra divertirte tanto."
"Y a mí que lo hagas." Me sobresalté al notar que estaba a escasos centímetros de mí. Estiré mi brazo para poderle alcanzar, pero rápidamente se apartó. Una punzada se clavó en mi estómago al percatarme que lo estaba haciendo totalmente a propósito. "Abre los ojos."
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 15:
Al abrir los ojos, que había mantenido cerrados por un largo periodo de tiempo, me quedé completamente helada. Llevé mis manos a mi boca, como intento de ocultar mi sorpresa y las lágrimas que estaban a punto de resbalar por mis mejillas. Un grito de 'FELICIDADES' se oyó de fondo entre toda la gente que había. Estaban todos: Savannah con Dani, su novio; Alejandra y mi hermano, mi prima con Carlos, Nacho, Liam, Zayn y Perrie, Louis con Eleanor y Niall. Harry los había llamado a todos.
La cara de Harry mostraba alegría y felicidad bajo su media sonrisa perfecta. Agarró mi cintura con una mano y me atrajo hacia él.
"Felicidades, preciosa." Dijo mientras que con la otra mano me secaba las lágrimas de emoción que se me habían escapado.
"Gracias." Susurré sonriendo.
Les abracé uno a uno agradeciendo la sorpresa que me habían preparado. Me presenté a Eleanor y Perrie, que se mostraron encantadoras. Estaba segura que llegaríamos a ser grandes amigas. Por otra parte, Danielle no estaba y la cara de Liam no desprendía esa felicidad infinita de siempre. Apunté como nota mental ir a hablar con él antes de que se volvieran a ir.
Acabamos de cenar un menú bastante exquisito que contenía en la mayoría de los platos cosas que pertenecían a mis alimentos favoritos. Una tarta de fresas y chocolate negro fue traída a las doce de la noche con dieciocho velas las cuales tuve que soplar pidiendo un deseo bajo las peticiones de Niall. El trabajo que le debía haber llevado a Harry averiguar mis preferencias debía haber sido horrible.
"¡Chicos!" Gritó Louis golpeando su copa de champán con una cucharilla desde su posición en la mesa, donde estábamos todos sentados. "¡Chicos, por favor!"
Todo el mundo dejó sus conversaciones, en mi caso sobre la preferencia de llevar vestidos por encima de la rodilla en verano que compartíamos Eleanor y yo, y que a Harry no le hacía mucha gracia, pero no decía nada. Es más, no me había dirigido la palabra en toda la cena.
"Quiero brindar por todos y cada uno de nosotros. Pero en especial por este renacuajo que ha dejado en stop a Harold." Todos levantaron su copa al instante y golpearon unas con las otras. Yo no podía estar más colorada. ¿En stop? ¿Yo? No podía parar de pensar en eso. ¿Qué le habrá contado Harry a Louis que yo no sepa?
Una vez hubimos brindado todos, una imagen gigante se proyectó en una de las paredes de la sala, mostrando un video donde salían Lou Teasdale y Harry, sosteniendo a Lux en brazos, los dos sentados en una mesa y comiendo helado.
"¿¡Qué!?" Susurró Harry. Supuse que ante ese comentario no tenía ni idea que les estaban grabando.
"No se Lou, pero siento que ella me dará todo su cariño y su amor de manera incondicional sin esperar nada a cambio."
"Aunque no espere nada a cambio, sabes que no puedes jugar con ella como con las demás."
"No lo haré, esta vez será diferente."
"Tienes que convencer a John de eso."
"¿Otra vez con John? Lou, es que me da igual lo que me diga John. Si me quiere echar que me eche y que espere a ver como evoluciona la banda sin mí. Yo sé lo que tengo que hacer, es mi vida. No soy ningún producto de mercado que una vez comprado puedes hacer lo que quieras con él."
"Sabes como es. ¡No va a ceder!"
"¡Ni yo tampoco! Por primera vez en mi vida encuentro a alguien que me devuelve los pies a la tierra y me demuestra que yo también soy humano. Que toda la fama no es nada más que apariencia. Que nadie de fuera me conoce realmente como soy, y ella… no sé, me hace sentir diferente. No pienso ceder."
"¿Estás seguro?"
"Pero a ver, ¿tú de qué lado estás?"
"Del tuyo."
"¿Entonces? ¿Qué estás haciendo?"
"La quieres."
"No."
"No me mientas, que se te nota en la cara."
"¿Tanto se me nota?"
"Cariño, llevas desde que hemos empezado a hablar de ella sin tocar el helado."
"¿Y eso que tiene que ver?"
"Pues que estabas sonriendo como un imbécil."
"Dios, Lou. ¿Se puede enamorar alguien tan rápido de una persona?"
"Ya ves que sí. Solo tardas siete segundos en enamorarte de una persona, cielo. Pero escúchame, como se te ocurra hacer algo que la haga sufrir, te juro que no tienes mundo suficiente para echar a correr."
"Eres imbécil."
"Te lo digo muy enserio."
"Y yo también."
Miré enseguida a Harry. Estaba igual de sorprendido, o incluso más, que yo. Ninguno de los dos nos lo esperábamos. Me devolvió una mirada fría que se podía romper con todo lo que fuera posible. Noté una punzada de dolor sobre mi estómago. ¿Qué estaba pasando? De repente, su mirada se volvió de un tono más cálido y tierno acompañada de una sonrisa que desapareció rápidamente mientras negaba con la cabeza.
Niall se acercó corriendo hasta mi posición y me dio un abrazo que me dejó sin apenas respiración. "Te echaba de menos… Toma, mi regalo."
Tendió un sobre blanco, sobre el cual estaba escrita su felicitación con su firma.
"Como sea dinero te lo devuelvo." Bromeé.
"Venga ya tonta, ábrelo." Abrí el sobre cuidadosamente y encontré en su interior unos vales gratis de comida en el restaurante favorito de Niall, Nando's.
"¿Enserio?" Dije sosteniendo los vales en mi mano.
"Así ya tienes excusa para salir a comer conmigo." Me guiñó un ojo y me envolvió en otro abrazo. Harry mantuvo en tensión su mandíbula durante un pequeño instante de tiempo, pero el suficiente como para que yo me percatara de su incomodidad.
"¡No la achuches más que la vas a exprimir!" Interrumpió Louis causando la risa de todos los asistentes. Eleanor me pegó un codazo, riéndose también. Achuchar era muy propio de Niall.
"Toma. Espero que te guste." Zayn se acercó a mí con un paquete en la mano. Le di un beso en la mejilla y procedí a desenvolver el regalo. Era un brazalete de cuero, precioso. Lo observé fijamente y vi que en el centro había una fecha grabada: 24 de Mayo de 2013.
"Zayn, es preciosa. Muchas gracias."
"Es la fecha en la que conocí a unas de mis mejores amigas." Susurró a mi oído.
"Lo mismo digo."
Después de colocarme la pulsera que Zayn acababa de regalarme, Liam me tendió un paquete y me dio uno de sus abrazos que tanto había echado de menos. Al estar sentada, me ahogaba con todos los abrazos que dejaban en mí.
"Felicidades Eu, espero que te guste." Abrí el paquete segura de que fuera lo que fuese me iba a gustar.
"¡Es la foto que nos hicimos en la discoteca el día en que nos conocimos!" Estaba enmarcada en un marco de cristal precioso, realmente me hacía muchísima ilusión tenerla como recuerdo.
"La misma." Dijo guiñando un ojo.
"¡Chicos, atentos que este es el mejor regalo!" Gritó Alejandra, que estaba sentada a mi lado. Me tendió una bolsa en la que había un conjunto de lencería de encaje azul oscuro que debía ser muy caro, pero a la vez también muy transparente.
"Dios." Murmuró Harry mientras inspiraba bruscamente por la nariz.
"Sois horribles." Dije riendo sin hacer caso al comentario de Harry. "¿A quién se le ha ocurrido?"
"A mí no me mires." Respondió Carlos haciendo que me riera mientras señalaba a Alejandra.
"¡A mí tampoco!" Añadió Dani pasando un brazo alrededor del cuello de Savannah.
"No te hagas la tonta que seguro que lo estrenas esta noche." Añadió Ale.
"Esta noche seguro que no." Respondió Harry.
"No le hagas caso." Dijo Eleanor negando con la cabeza mientras me tendía un sobre con dos nombres: el suyo y el de Perrie. "No hace falta que lo abras, es una invitación para un Spa. Habíamos pensado en llevarte cuando vinieras a Londres."
"¡Muchísimas gracias! Me encantaría ir con vosotras." Le dí un abrazo a ella, y me levaté para abrazar a Perrie.
Nacho se levantó de la silla para poner algo en el proyector y yo volví a mi posición en la mesa. Desee con todas mis fuerzas que no fuera algo embarazoso. Luego me percaté de que no venía con Mireia, muy buena consideración por su parte.
Un video empezó a reproducirse mostrando fotografías mías que habían sido tomadas por mis hermanos o por mi madre a lo largo de mi vida. Noté como unos brazos rodeaban mi cuello por detrás y el olor exquisito de Harry inundó todos mis sentidos.
"Lo siento." Susurró a mi oído.
"¿Qué estabas haciendo?"
"Pensé que preferías mantener una distancia por tus hermanos."
"Y así es, pero también me podrías haber hecho mas caso en vez de ignorarme completamente."
"Perdóname."
"No tienes por qué pedir perdón."
"No me podido resistir, por eso estoy aquí."
"Y a mí me encanta que no puedas hacerlo."
"Anda, mira el video, es precioso."
"¿Tu ya lo has visto?" Harry asintió y posó un beso sobre mi pelo. Yo me dejé llevar por esa cantidad de imágenes que se estaban proyectando enfrente de mí. Mi prima y yo en una piscina hinchable a los siete años, Carlos, las chicas y yo haciendo torres humanas en la playa hace unos veranos, Sav y yo sentadas en el sofá de casa cada una con unas pintas que deberían estar prohibidas… Definitivamente, este estaba siendo el mejor cumpleaños de mi vida.
Al abrir los ojos, que había mantenido cerrados por un largo periodo de tiempo, me quedé completamente helada. Llevé mis manos a mi boca, como intento de ocultar mi sorpresa y las lágrimas que estaban a punto de resbalar por mis mejillas. Un grito de 'FELICIDADES' se oyó de fondo entre toda la gente que había. Estaban todos: Savannah con Dani, su novio; Alejandra y mi hermano, mi prima con Carlos, Nacho, Liam, Zayn y Perrie, Louis con Eleanor y Niall. Harry los había llamado a todos.
La cara de Harry mostraba alegría y felicidad bajo su media sonrisa perfecta. Agarró mi cintura con una mano y me atrajo hacia él.
"Felicidades, preciosa." Dijo mientras que con la otra mano me secaba las lágrimas de emoción que se me habían escapado.
"Gracias." Susurré sonriendo.
Les abracé uno a uno agradeciendo la sorpresa que me habían preparado. Me presenté a Eleanor y Perrie, que se mostraron encantadoras. Estaba segura que llegaríamos a ser grandes amigas. Por otra parte, Danielle no estaba y la cara de Liam no desprendía esa felicidad infinita de siempre. Apunté como nota mental ir a hablar con él antes de que se volvieran a ir.
Acabamos de cenar un menú bastante exquisito que contenía en la mayoría de los platos cosas que pertenecían a mis alimentos favoritos. Una tarta de fresas y chocolate negro fue traída a las doce de la noche con dieciocho velas las cuales tuve que soplar pidiendo un deseo bajo las peticiones de Niall. El trabajo que le debía haber llevado a Harry averiguar mis preferencias debía haber sido horrible.
"¡Chicos!" Gritó Louis golpeando su copa de champán con una cucharilla desde su posición en la mesa, donde estábamos todos sentados. "¡Chicos, por favor!"
Todo el mundo dejó sus conversaciones, en mi caso sobre la preferencia de llevar vestidos por encima de la rodilla en verano que compartíamos Eleanor y yo, y que a Harry no le hacía mucha gracia, pero no decía nada. Es más, no me había dirigido la palabra en toda la cena.
"Quiero brindar por todos y cada uno de nosotros. Pero en especial por este renacuajo que ha dejado en stop a Harold." Todos levantaron su copa al instante y golpearon unas con las otras. Yo no podía estar más colorada. ¿En stop? ¿Yo? No podía parar de pensar en eso. ¿Qué le habrá contado Harry a Louis que yo no sepa?
Una vez hubimos brindado todos, una imagen gigante se proyectó en una de las paredes de la sala, mostrando un video donde salían Lou Teasdale y Harry, sosteniendo a Lux en brazos, los dos sentados en una mesa y comiendo helado.
"¿¡Qué!?" Susurró Harry. Supuse que ante ese comentario no tenía ni idea que les estaban grabando.
"No se Lou, pero siento que ella me dará todo su cariño y su amor de manera incondicional sin esperar nada a cambio."
"Aunque no espere nada a cambio, sabes que no puedes jugar con ella como con las demás."
"No lo haré, esta vez será diferente."
"Tienes que convencer a John de eso."
"¿Otra vez con John? Lou, es que me da igual lo que me diga John. Si me quiere echar que me eche y que espere a ver como evoluciona la banda sin mí. Yo sé lo que tengo que hacer, es mi vida. No soy ningún producto de mercado que una vez comprado puedes hacer lo que quieras con él."
"Sabes como es. ¡No va a ceder!"
"¡Ni yo tampoco! Por primera vez en mi vida encuentro a alguien que me devuelve los pies a la tierra y me demuestra que yo también soy humano. Que toda la fama no es nada más que apariencia. Que nadie de fuera me conoce realmente como soy, y ella… no sé, me hace sentir diferente. No pienso ceder."
"¿Estás seguro?"
"Pero a ver, ¿tú de qué lado estás?"
"Del tuyo."
"¿Entonces? ¿Qué estás haciendo?"
"La quieres."
"No."
"No me mientas, que se te nota en la cara."
"¿Tanto se me nota?"
"Cariño, llevas desde que hemos empezado a hablar de ella sin tocar el helado."
"¿Y eso que tiene que ver?"
"Pues que estabas sonriendo como un imbécil."
"Dios, Lou. ¿Se puede enamorar alguien tan rápido de una persona?"
"Ya ves que sí. Solo tardas siete segundos en enamorarte de una persona, cielo. Pero escúchame, como se te ocurra hacer algo que la haga sufrir, te juro que no tienes mundo suficiente para echar a correr."
"Eres imbécil."
"Te lo digo muy enserio."
"Y yo también."
Miré enseguida a Harry. Estaba igual de sorprendido, o incluso más, que yo. Ninguno de los dos nos lo esperábamos. Me devolvió una mirada fría que se podía romper con todo lo que fuera posible. Noté una punzada de dolor sobre mi estómago. ¿Qué estaba pasando? De repente, su mirada se volvió de un tono más cálido y tierno acompañada de una sonrisa que desapareció rápidamente mientras negaba con la cabeza.
Niall se acercó corriendo hasta mi posición y me dio un abrazo que me dejó sin apenas respiración. "Te echaba de menos… Toma, mi regalo."
Tendió un sobre blanco, sobre el cual estaba escrita su felicitación con su firma.
"Como sea dinero te lo devuelvo." Bromeé.
"Venga ya tonta, ábrelo." Abrí el sobre cuidadosamente y encontré en su interior unos vales gratis de comida en el restaurante favorito de Niall, Nando's.
"¿Enserio?" Dije sosteniendo los vales en mi mano.
"Así ya tienes excusa para salir a comer conmigo." Me guiñó un ojo y me envolvió en otro abrazo. Harry mantuvo en tensión su mandíbula durante un pequeño instante de tiempo, pero el suficiente como para que yo me percatara de su incomodidad.
"¡No la achuches más que la vas a exprimir!" Interrumpió Louis causando la risa de todos los asistentes. Eleanor me pegó un codazo, riéndose también. Achuchar era muy propio de Niall.
"Toma. Espero que te guste." Zayn se acercó a mí con un paquete en la mano. Le di un beso en la mejilla y procedí a desenvolver el regalo. Era un brazalete de cuero, precioso. Lo observé fijamente y vi que en el centro había una fecha grabada: 24 de Mayo de 2013.
"Zayn, es preciosa. Muchas gracias."
"Es la fecha en la que conocí a unas de mis mejores amigas." Susurró a mi oído.
"Lo mismo digo."
Después de colocarme la pulsera que Zayn acababa de regalarme, Liam me tendió un paquete y me dio uno de sus abrazos que tanto había echado de menos. Al estar sentada, me ahogaba con todos los abrazos que dejaban en mí.
"Felicidades Eu, espero que te guste." Abrí el paquete segura de que fuera lo que fuese me iba a gustar.
"¡Es la foto que nos hicimos en la discoteca el día en que nos conocimos!" Estaba enmarcada en un marco de cristal precioso, realmente me hacía muchísima ilusión tenerla como recuerdo.
"La misma." Dijo guiñando un ojo.
"¡Chicos, atentos que este es el mejor regalo!" Gritó Alejandra, que estaba sentada a mi lado. Me tendió una bolsa en la que había un conjunto de lencería de encaje azul oscuro que debía ser muy caro, pero a la vez también muy transparente.
"Dios." Murmuró Harry mientras inspiraba bruscamente por la nariz.
"Sois horribles." Dije riendo sin hacer caso al comentario de Harry. "¿A quién se le ha ocurrido?"
"A mí no me mires." Respondió Carlos haciendo que me riera mientras señalaba a Alejandra.
"¡A mí tampoco!" Añadió Dani pasando un brazo alrededor del cuello de Savannah.
"No te hagas la tonta que seguro que lo estrenas esta noche." Añadió Ale.
"Esta noche seguro que no." Respondió Harry.
"No le hagas caso." Dijo Eleanor negando con la cabeza mientras me tendía un sobre con dos nombres: el suyo y el de Perrie. "No hace falta que lo abras, es una invitación para un Spa. Habíamos pensado en llevarte cuando vinieras a Londres."
"¡Muchísimas gracias! Me encantaría ir con vosotras." Le dí un abrazo a ella, y me levaté para abrazar a Perrie.
Nacho se levantó de la silla para poner algo en el proyector y yo volví a mi posición en la mesa. Desee con todas mis fuerzas que no fuera algo embarazoso. Luego me percaté de que no venía con Mireia, muy buena consideración por su parte.
Un video empezó a reproducirse mostrando fotografías mías que habían sido tomadas por mis hermanos o por mi madre a lo largo de mi vida. Noté como unos brazos rodeaban mi cuello por detrás y el olor exquisito de Harry inundó todos mis sentidos.
"Lo siento." Susurró a mi oído.
"¿Qué estabas haciendo?"
"Pensé que preferías mantener una distancia por tus hermanos."
"Y así es, pero también me podrías haber hecho mas caso en vez de ignorarme completamente."
"Perdóname."
"No tienes por qué pedir perdón."
"No me podido resistir, por eso estoy aquí."
"Y a mí me encanta que no puedas hacerlo."
"Anda, mira el video, es precioso."
"¿Tu ya lo has visto?" Harry asintió y posó un beso sobre mi pelo. Yo me dejé llevar por esa cantidad de imágenes que se estaban proyectando enfrente de mí. Mi prima y yo en una piscina hinchable a los siete años, Carlos, las chicas y yo haciendo torres humanas en la playa hace unos veranos, Sav y yo sentadas en el sofá de casa cada una con unas pintas que deberían estar prohibidas… Definitivamente, este estaba siendo el mejor cumpleaños de mi vida.
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Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 16:
"Nos vamos." Harry agarró suavemente mi brazo y me apartó de los demás, que seguían bailando al ritmo de la música que Zayn estaba pinchando.
"¿A dónde?"
"A celebrar tu cumpleaños."
"Pensaba que eso era lo que estábamos haciendo…"
"Me refiero tú y yo solos, tonta."
"Pero me lo estoy pasando bien…"
Sujetó con sus dos enormes manos mi cara, y posó un ligero beso sobre mis labios. Por fin un gesto de cariño.
"Y no lo discuto pero, ¿quién ha dicho que no vaya a ser mejor?" Otro beso fue dejado sobre mis labios causándome una sonrisa y entrelazó sus dedos con los míos. "Vamos. Seguro que se lo pasan bien sin nosotros."
Eché la vista atrás, y no cabía duda que se lo estaban pasando bien. En ese momento Zayn acababa de poner Scream and Shout y todo el mundo estaba sumergido en la canción. Sobretodo Louis y Niall con un movimiento de caderas parecido a Shakira y con un par de copas de más, que me hizo mucha gracia.
Antes de que saliéramos por la puerta del reservado, hacia el restaurante, la puerta corredera se abrió y apareció Paul con semblante bastante preocupado.
"Haz, tenemos un problema."
"¿Qué pasa?"
"Hay unas cien chicas fuera, y tienen todas las salidas del restaurante taponadas. Vamos a tardar un rato en convencerlas de que no vais a poder salir."
Liam se acercó a nosotros para intervenir en la conversación.
"Yo puedo salir."
"¿Estás seguro?" Preguntó Paul.
"Sí. Además, estoy cansado y me gustaría ir al hotel a descansar."
"Solo diez minutos, Liam." Añadió Paul. "Solo mientras Harry y Euge salen por la puerta de atrás." Liam asintió y se dirigió hacia la puerta con Paul. Antes de que salieran por ella, me solté de Harry y fui corriendo hacia Liam.
"¿Estás bien?" Pregunté. Liam asintió y me acarició el brazo.
"Gracias."
"¿Quieres hablar?" Insistí. Me devolvió una mirada llena de ternura y seguidamente, Harry me agarró por la cintura.
"Vamos." Intervino Harry.
"Mañana hablamos." Añadió Liam.
"Claro."
Liam se alejó por el pasillo que llevaba a la puerta principal con Paul, mientras Harry y yo nos dirigíamos por el lado opuesto, hacia la cocina, donde se encontraba la puerta trasera. Al cabo de unos pocos segundos un grito ensordecedor resonaba por todo el restaurante, 'efecto Liam' pensé.
"Dios mío, esto es horrible."
"Créeme, estamos más que acostumbrados."
"Sois increíbles."
"Cielo, simplemente hacemos nuestro trabajo."
***
"¡Cuidado! ¡Hay un escalón!" Me tropecé, pero Harry me agarró antes de que cayera al suelo.
"¿¡Cómo puñetas quieres que lo vea si me has vuelto a tapar los ojos!?" Me quejé. "Además, haberlo pensado cuando decidiste comprarme estos tacones de infarto."
"Lo siento. Creo que será mejor que te coja en brazos." Antes de que pudiera responder me alzó sobre sus brazos y un grito ahogado salió de mi garganta mientras Harry se reía.
"¡Harry!" Soltó otra carcajada causándome una sonrisa. "Yo no le veo la gracia." Dije mientras me agarraba a su nuca.
"Estás sonriendo."
"Porque tú te estás riendo."
Después de haber salido con éxito del restaurante, Harry me volvió a tapar los ojos antes de entrar en el coche, y me había traído hasta este misterioso lugar, que por la forma en la que olía y el frío que hacía tenía una idea de donde estábamos.
Empezamos a subir unas escaleras bastante inclinadas y al abrir la puerta, la brisa y el olor del mar inundaron mis sentidos.
"Eres el mejor." Dije mientras me apretaba contra su pecho.
"¿Sabes dónde estamos?"
"Llevo toda mi vida viniendo a este lugar, se llegar hasta con los ojos cerrados mientras alguien me coge en brazos."
Me quité el pañuelo que me tapaba los ojos y efectivamente, mis sentidos no me engañaban. Harry me había traído a la terraza de la parroquia del Padre Luís. Estaba llena de velas parecidas a las que puso la última vez en la azotea de su hotel, en Madrid.
"¿Algún día dejarás de sorprenderme?"
"Espero no hacerlo nunca." Dijo mientras bajaba sus brazos para permitirme ponerme de pie.
"No me bajes por favor." Soltó una risita y volvió a sujetarme. Le abracé mas fuerte pegando mi mejilla contra su pecho mientras unas lágrimas se escapaban por mis ojos resbalando por mis mejillas.
"Eh, ¿qué pasa?" Posó sus labios sobre la parte superior de mi cabeza y dejó un ligero beso en ella. "No llores, por favor…"
"No sé por qué lo sabes, ni como, ni quién te lo ha contado. Pero te lo agradezco de verdad. Nadie había hecho nada parecido antes por mí."
"Ya tuvimos esta conversación antes, ¿recuerdas? Una chica como tú se merece esto todos los días."
"No me refiero a que me lo merezca o no. Sé que lo has hecho para que deje de pensar que mi cumpleaños no es digno de celebrarlo, sabes lo que pasó."
"Sí."
"¿Quién te lo ha contado?"
"Tu madre. Pero me gustaría que me lo contaras tú."
"Yo apenas recuerdo nada."
"Pero te lo han contado muchas veces, y te culpas por ello. Me gustaría saber porqué."
"Harry…"
"Después tengo algo más para ti."
"¿Más cosas?" Harry asintió con una sonrisa y se dirigió a una de las pocas paredes que había en la terraza. "¿Qué estás haciendo?"
Se apoyó en ella y se dejó arrastrar hasta caer en el suelo conmigo en brazos. Nos quedamos en silencio unos minutos, pero fue el tiempo suficiente para decidir que era hora de contárselo. Me sentía muy cómoda entre sus brazos así que no separé mi cabeza de su pecho. Me relajaba oír los latidos de su corazón perfectamente coordinados con los míos. Su respiración era constante y calmada, y el olor que desprendía era… simplemente me apasionaba.
"Hoy hace dieciséis años que mi padre murió." La respiración de Harry se cortó por un corto periodo de tiempo, pero rápidamente volvió a su ritmo normal.
"¿Y por qué te sientes culpable?"
"Harry, yo estaba allí, con él. No había nadie más."
"Solo tenías dos años, no podías hacer nada."
"¡Podría haber avisado a alguien! Si hubiera habido alguien, mi padre ahora estaría vivo…"
Me producía un dolor horrible recordar ese momento, ver morir a tu padre no es algo que quieras recordar. Las lágrimas recorrían mis mejillas, arruinando todo el maquillaje que había sobre mis ojos, mientras Harry me las limpiaba una a una con sus dedos pacientemente.
"No recuerdo nada de él. Ni como olía, ni su forma de caminar, ni su voz… Solo puedo recordar el día en que murió. Mi mente no para de reproducir una y otra vez ese momento como una película que no termina nunca. Una y otra vez. Estábamos solos en casa hinchando globos para la fiesta de cumpleaños que me había organizado mi madre. Mi padre me estaba enseñando como hinchar un globo, pero yo no podía, era imposible. Cada vez que soplaba me dolían las mejillas de la fuerza que hacía, y no conseguía hincharlo. A mi padre eso le divertía mucho, pero al final decidió hincharlos él. De repente, se empezó a poner muy rojo y le costaba horrores respirar. Yo estaba muy asustada porque no sabía lo que le pasaba. Mi padre no paraba de repetir en susurros que me fuera a mi habitación, que no me preocupara que él estaba bien, solo que tenía mucho calor. No le hice caso, Harry, me quedé allí quieta abrazándole y llorando porque sabía que se estaba muriendo. Al cabo de una hora más o menos apareció mi madre con mis hermanos y se puso muy nerviosa. Nacho llamó corriendo a una ambulancia y mi madre me llevó a mi habitación. Eso es lo único que recuerdo de él. No tengo recuerdos bonitos junto a mi padre. Jamás he celebrado un cumpleaños porque encuentro que no es un día del que tenga que sentirme orgullosa."
"Tu madre te dijo que tenía problemas de corazón, y que solo era cuestión de tiempo que sufriera un infarto."
"¡Pero podría haberle pasado al menos una hora más tarde o una hora antes y seguiría vivo!"
"No puedes cambiar el destino, cariño. Ni tú, ni yo, ni nadie."
"Ya lo sé, por eso me siento culpable. Porque quizás podría haberlo hecho."
"No podías."
Nos quedamos abrazados, en silencio durante un largo período de tiempo que me parecieron segundos. Harry en estos momentos significaba para mí algo que nadie jamás lo había hecho antes. Estaba hecho perfectamente a mi medida, y eso me aterrorizaba.
"Harry…"
"¿Si?"
"No quiero que nos separen." Los músculos de sus brazos se apretaron más contra mi cuerpo dejando por sobreentendido que eso no iba a ocurrir fácilmente.
"¿Por qué crees que lo van a hacer?"
"En el video Lou y tú hablabais de John, que supongo que es uno de los jefes de Management."
"Así es. Es el jefe de todos los jefes, el que dirige toda la banda."
"¿Y por qué no quiere que estemos juntos?" Notaba la incomodidad de Harry ante mis preguntas, pero en ese momento lo único que me importaba era la verdad.
"Porque todo el mundo sabe la fama que tengo, y estar contigo solo significa aumentar más esa fama. Cree que haré lo mismo de siempre."
"¿Y lo harás?"
Esa era la duda que llevaba rondando mi cabeza desde el primer momento que conocí a Harry. Sabía perfectamente como era, aunque al fin y al cabo debo reconocer que jamás había creído en esa fama.
"¿Desde cuándo llevas preguntándote eso?" Su mirada de ojos verdes que reflejaba ternura y amor, se cruzó con la mía llena de dudas e inseguridades. Cada día, desde hace unas semanas, me preguntaba el porqué se había fijado en mí y no en una de esas supermodelos famosas con un cuerpo que quita el hipo, o en una de las mil y una cantantes que tienen una voz que te deja sin respiración, y siempre que lo preguntaba, obtenía la misma respuesta: "Tú eres mejor que todas esas chicas que solo están interesadas en mi físico y en mi apariencia." Y en efecto, esas palabras salieron de la boca de Harry en el mismo momento que se estaban reproduciendo en mi cabeza.
Notas musicales empezaron a reproducirse en la garganta de Harry cantando mi canción favorita:
"People say we shouldn’t be together
Too young to know about forever
But I say, they don’t know what they talk talk talking about.
Cause this love is only getting stronger
So I don’t wanna wait, any longer
I just wanna tell the world that you’re mine, girl.
They don’t know about the things we do
They don’t know about the “I love you’s”
But I bet you if they only knew
They will just be jealous of us
They don’t know about the up all nights
They don’t know I’ve waited all my life
Just to fall in love it feels this right
Baby they don’t know about, they don’t know about us.
Just one touch and I was a believer
Every kiss, it gets a little sweeter
It’s getting better, keeps getting better all the time, girl
***
They don't know about us."
"Feliz cumpleaños, cielo."
"Gracias."
Me acerqué a sus labios y le besé profundamente dejándome llevar por los sentimientos que salían de mi interior. Había sido un día completamente perfecto. No podía parar de pensar en el video que Louis había puesto en el restaurante y todo lo que decía en él: "Por primera vez en mi vida encuentro a alguien que me devuelve los pies a la tierra y me demuestra que yo también soy humano. Que toda la fama no es nada más que apariencia. Que nadie de fuera me conoce realmente como soy, y ella… no sé, me hace sentir diferente."
"Nos vamos." Harry agarró suavemente mi brazo y me apartó de los demás, que seguían bailando al ritmo de la música que Zayn estaba pinchando.
"¿A dónde?"
"A celebrar tu cumpleaños."
"Pensaba que eso era lo que estábamos haciendo…"
"Me refiero tú y yo solos, tonta."
"Pero me lo estoy pasando bien…"
Sujetó con sus dos enormes manos mi cara, y posó un ligero beso sobre mis labios. Por fin un gesto de cariño.
"Y no lo discuto pero, ¿quién ha dicho que no vaya a ser mejor?" Otro beso fue dejado sobre mis labios causándome una sonrisa y entrelazó sus dedos con los míos. "Vamos. Seguro que se lo pasan bien sin nosotros."
Eché la vista atrás, y no cabía duda que se lo estaban pasando bien. En ese momento Zayn acababa de poner Scream and Shout y todo el mundo estaba sumergido en la canción. Sobretodo Louis y Niall con un movimiento de caderas parecido a Shakira y con un par de copas de más, que me hizo mucha gracia.
Antes de que saliéramos por la puerta del reservado, hacia el restaurante, la puerta corredera se abrió y apareció Paul con semblante bastante preocupado.
"Haz, tenemos un problema."
"¿Qué pasa?"
"Hay unas cien chicas fuera, y tienen todas las salidas del restaurante taponadas. Vamos a tardar un rato en convencerlas de que no vais a poder salir."
Liam se acercó a nosotros para intervenir en la conversación.
"Yo puedo salir."
"¿Estás seguro?" Preguntó Paul.
"Sí. Además, estoy cansado y me gustaría ir al hotel a descansar."
"Solo diez minutos, Liam." Añadió Paul. "Solo mientras Harry y Euge salen por la puerta de atrás." Liam asintió y se dirigió hacia la puerta con Paul. Antes de que salieran por ella, me solté de Harry y fui corriendo hacia Liam.
"¿Estás bien?" Pregunté. Liam asintió y me acarició el brazo.
"Gracias."
"¿Quieres hablar?" Insistí. Me devolvió una mirada llena de ternura y seguidamente, Harry me agarró por la cintura.
"Vamos." Intervino Harry.
"Mañana hablamos." Añadió Liam.
"Claro."
Liam se alejó por el pasillo que llevaba a la puerta principal con Paul, mientras Harry y yo nos dirigíamos por el lado opuesto, hacia la cocina, donde se encontraba la puerta trasera. Al cabo de unos pocos segundos un grito ensordecedor resonaba por todo el restaurante, 'efecto Liam' pensé.
"Dios mío, esto es horrible."
"Créeme, estamos más que acostumbrados."
"Sois increíbles."
"Cielo, simplemente hacemos nuestro trabajo."
***
"¡Cuidado! ¡Hay un escalón!" Me tropecé, pero Harry me agarró antes de que cayera al suelo.
"¿¡Cómo puñetas quieres que lo vea si me has vuelto a tapar los ojos!?" Me quejé. "Además, haberlo pensado cuando decidiste comprarme estos tacones de infarto."
"Lo siento. Creo que será mejor que te coja en brazos." Antes de que pudiera responder me alzó sobre sus brazos y un grito ahogado salió de mi garganta mientras Harry se reía.
"¡Harry!" Soltó otra carcajada causándome una sonrisa. "Yo no le veo la gracia." Dije mientras me agarraba a su nuca.
"Estás sonriendo."
"Porque tú te estás riendo."
Después de haber salido con éxito del restaurante, Harry me volvió a tapar los ojos antes de entrar en el coche, y me había traído hasta este misterioso lugar, que por la forma en la que olía y el frío que hacía tenía una idea de donde estábamos.
Empezamos a subir unas escaleras bastante inclinadas y al abrir la puerta, la brisa y el olor del mar inundaron mis sentidos.
"Eres el mejor." Dije mientras me apretaba contra su pecho.
"¿Sabes dónde estamos?"
"Llevo toda mi vida viniendo a este lugar, se llegar hasta con los ojos cerrados mientras alguien me coge en brazos."
Me quité el pañuelo que me tapaba los ojos y efectivamente, mis sentidos no me engañaban. Harry me había traído a la terraza de la parroquia del Padre Luís. Estaba llena de velas parecidas a las que puso la última vez en la azotea de su hotel, en Madrid.
"¿Algún día dejarás de sorprenderme?"
"Espero no hacerlo nunca." Dijo mientras bajaba sus brazos para permitirme ponerme de pie.
"No me bajes por favor." Soltó una risita y volvió a sujetarme. Le abracé mas fuerte pegando mi mejilla contra su pecho mientras unas lágrimas se escapaban por mis ojos resbalando por mis mejillas.
"Eh, ¿qué pasa?" Posó sus labios sobre la parte superior de mi cabeza y dejó un ligero beso en ella. "No llores, por favor…"
"No sé por qué lo sabes, ni como, ni quién te lo ha contado. Pero te lo agradezco de verdad. Nadie había hecho nada parecido antes por mí."
"Ya tuvimos esta conversación antes, ¿recuerdas? Una chica como tú se merece esto todos los días."
"No me refiero a que me lo merezca o no. Sé que lo has hecho para que deje de pensar que mi cumpleaños no es digno de celebrarlo, sabes lo que pasó."
"Sí."
"¿Quién te lo ha contado?"
"Tu madre. Pero me gustaría que me lo contaras tú."
"Yo apenas recuerdo nada."
"Pero te lo han contado muchas veces, y te culpas por ello. Me gustaría saber porqué."
"Harry…"
"Después tengo algo más para ti."
"¿Más cosas?" Harry asintió con una sonrisa y se dirigió a una de las pocas paredes que había en la terraza. "¿Qué estás haciendo?"
Se apoyó en ella y se dejó arrastrar hasta caer en el suelo conmigo en brazos. Nos quedamos en silencio unos minutos, pero fue el tiempo suficiente para decidir que era hora de contárselo. Me sentía muy cómoda entre sus brazos así que no separé mi cabeza de su pecho. Me relajaba oír los latidos de su corazón perfectamente coordinados con los míos. Su respiración era constante y calmada, y el olor que desprendía era… simplemente me apasionaba.
"Hoy hace dieciséis años que mi padre murió." La respiración de Harry se cortó por un corto periodo de tiempo, pero rápidamente volvió a su ritmo normal.
"¿Y por qué te sientes culpable?"
"Harry, yo estaba allí, con él. No había nadie más."
"Solo tenías dos años, no podías hacer nada."
"¡Podría haber avisado a alguien! Si hubiera habido alguien, mi padre ahora estaría vivo…"
Me producía un dolor horrible recordar ese momento, ver morir a tu padre no es algo que quieras recordar. Las lágrimas recorrían mis mejillas, arruinando todo el maquillaje que había sobre mis ojos, mientras Harry me las limpiaba una a una con sus dedos pacientemente.
"No recuerdo nada de él. Ni como olía, ni su forma de caminar, ni su voz… Solo puedo recordar el día en que murió. Mi mente no para de reproducir una y otra vez ese momento como una película que no termina nunca. Una y otra vez. Estábamos solos en casa hinchando globos para la fiesta de cumpleaños que me había organizado mi madre. Mi padre me estaba enseñando como hinchar un globo, pero yo no podía, era imposible. Cada vez que soplaba me dolían las mejillas de la fuerza que hacía, y no conseguía hincharlo. A mi padre eso le divertía mucho, pero al final decidió hincharlos él. De repente, se empezó a poner muy rojo y le costaba horrores respirar. Yo estaba muy asustada porque no sabía lo que le pasaba. Mi padre no paraba de repetir en susurros que me fuera a mi habitación, que no me preocupara que él estaba bien, solo que tenía mucho calor. No le hice caso, Harry, me quedé allí quieta abrazándole y llorando porque sabía que se estaba muriendo. Al cabo de una hora más o menos apareció mi madre con mis hermanos y se puso muy nerviosa. Nacho llamó corriendo a una ambulancia y mi madre me llevó a mi habitación. Eso es lo único que recuerdo de él. No tengo recuerdos bonitos junto a mi padre. Jamás he celebrado un cumpleaños porque encuentro que no es un día del que tenga que sentirme orgullosa."
"Tu madre te dijo que tenía problemas de corazón, y que solo era cuestión de tiempo que sufriera un infarto."
"¡Pero podría haberle pasado al menos una hora más tarde o una hora antes y seguiría vivo!"
"No puedes cambiar el destino, cariño. Ni tú, ni yo, ni nadie."
"Ya lo sé, por eso me siento culpable. Porque quizás podría haberlo hecho."
"No podías."
Nos quedamos abrazados, en silencio durante un largo período de tiempo que me parecieron segundos. Harry en estos momentos significaba para mí algo que nadie jamás lo había hecho antes. Estaba hecho perfectamente a mi medida, y eso me aterrorizaba.
"Harry…"
"¿Si?"
"No quiero que nos separen." Los músculos de sus brazos se apretaron más contra mi cuerpo dejando por sobreentendido que eso no iba a ocurrir fácilmente.
"¿Por qué crees que lo van a hacer?"
"En el video Lou y tú hablabais de John, que supongo que es uno de los jefes de Management."
"Así es. Es el jefe de todos los jefes, el que dirige toda la banda."
"¿Y por qué no quiere que estemos juntos?" Notaba la incomodidad de Harry ante mis preguntas, pero en ese momento lo único que me importaba era la verdad.
"Porque todo el mundo sabe la fama que tengo, y estar contigo solo significa aumentar más esa fama. Cree que haré lo mismo de siempre."
"¿Y lo harás?"
Esa era la duda que llevaba rondando mi cabeza desde el primer momento que conocí a Harry. Sabía perfectamente como era, aunque al fin y al cabo debo reconocer que jamás había creído en esa fama.
"¿Desde cuándo llevas preguntándote eso?" Su mirada de ojos verdes que reflejaba ternura y amor, se cruzó con la mía llena de dudas e inseguridades. Cada día, desde hace unas semanas, me preguntaba el porqué se había fijado en mí y no en una de esas supermodelos famosas con un cuerpo que quita el hipo, o en una de las mil y una cantantes que tienen una voz que te deja sin respiración, y siempre que lo preguntaba, obtenía la misma respuesta: "Tú eres mejor que todas esas chicas que solo están interesadas en mi físico y en mi apariencia." Y en efecto, esas palabras salieron de la boca de Harry en el mismo momento que se estaban reproduciendo en mi cabeza.
Notas musicales empezaron a reproducirse en la garganta de Harry cantando mi canción favorita:
"People say we shouldn’t be together
Too young to know about forever
But I say, they don’t know what they talk talk talking about.
Cause this love is only getting stronger
So I don’t wanna wait, any longer
I just wanna tell the world that you’re mine, girl.
They don’t know about the things we do
They don’t know about the “I love you’s”
But I bet you if they only knew
They will just be jealous of us
They don’t know about the up all nights
They don’t know I’ve waited all my life
Just to fall in love it feels this right
Baby they don’t know about, they don’t know about us.
Just one touch and I was a believer
Every kiss, it gets a little sweeter
It’s getting better, keeps getting better all the time, girl
***
They don't know about us."
"Feliz cumpleaños, cielo."
"Gracias."
Me acerqué a sus labios y le besé profundamente dejándome llevar por los sentimientos que salían de mi interior. Había sido un día completamente perfecto. No podía parar de pensar en el video que Louis había puesto en el restaurante y todo lo que decía en él: "Por primera vez en mi vida encuentro a alguien que me devuelve los pies a la tierra y me demuestra que yo también soy humano. Que toda la fama no es nada más que apariencia. Que nadie de fuera me conoce realmente como soy, y ella… no sé, me hace sentir diferente."
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 17:
"Eugenia, cariño, despierta. Te están esperando." Mi madre. ¿Me están esperando?¿Qué hora era? Me estiré un poco sobre la cama y miré el reloj: Las nueve y media. Demasiado pronto después de que Harry me trajera a casa sobre las cuatro de la mañana. ¿Porqué Harry me había traído a casa? Dios, tenía demasiado sueño como para pensar ahora en esas cosas. Me abracé a la almohada y me volví a quedar dormida.
"Harry, ¿podrías ir tu a ver si a ti te hace caso?"
"Por supuesto."
Oía voces en el pasillo, pero no sabía exactamente que decían. ¿Quién estaba a esta hora en casa?
"¿Eu?"
"¿Mmm?"
"Cielo, despierta tenemos cosas que hacer." Esa voz no era la de mi madre. ¿Harry?
"Mmm…" Me quejé mientras, sin abrir los ojos, retorcía mi cuerpo entre las sábanas. De repente, el lado izquierdo de la cama se hundió, y un fresco aroma a Harry me inundó completamente.
"Felicidades." Susurró acariciando suavemente mi pelo enredado por el sueño. Se me había olvidado completamente de que seguía siendo mi cumpleaños. "Los chicos no tardarán el llamarme…"
Abrí los ojos y la clara luz de un día de primavera cegó mi vista. Me restregué las manos contra mis ojos y posé la vista en el chico de pelo rizado que estaba sentado a mi lado.
"¿Cómo puedes estar tan guapo y solo haber dormido cinco horas?" Harry se rió ante mi comentario y se puso de pie.
"Te dejo que te cambies. Date prisa, por favor." Se agachó y me dio un beso en la frente.
"Quédate." Le agarré del brazo obligándole a sentarse donde había estado hacía escasos segundos. Una pequeña carcajada salió de su garganta posando una grande sonrisa sobre sus comisuras.
"Con una condición."
"La que quieras."
"Date prisa."
"¿Por qué tienes tanta prisa?" Dije mientras Harry quitaba las sábanas que cubrían mi cuerpo.
"Mierda, no sabía que dormías así. Con una simple camiseta de tirantes y unas braguitas…"
"Ayer por la noche no me apetecía buscar un pijama."
"Llevas las braguitas que te regalé."
"Sí." Estiró con un movimiento rápido mis dos piernas desnudas, me alzó, y me colocó sobre el suelo.
"A vestirse." Me pegó una palmada en el culo provocando que pegara un saltito.
"¿Dónde vamos a ir?"
"A jugar al futbol."
"Harry, sabes que eso no es buena idea..."
"No vas a caerte. Si lo haces yo estaré allí para recogerte." Una sonrisa se reflejó en mi cara provocando otra en la suya. Nunca hubiera pensado que esas palabras fueran a salir de su boca. Me acerqué a él, rodeé mis brazos por su cuello y él agarró mi cintura invitándome a acercar mi cuerpo hacia el suyo.
"Tienes prisa, ¿recuerdas?" Le di un pequeño beso en los labios y me aparté de sus brazos con grandes esfuerzos.
Abrí las puertas de mi armario en busca de alguna prenda deportiva que ponerme. Me decidí por unos leggins negros de deporte y una camiseta de tirantes ancha de color coral.
"¿Te gusta?" Harry asintió con el ceño fruncido, supongo que a causa de estar pensando la respuesta. Cogí un conjunto de ropa interior y me dirigí al baño a lavarme los dientes. Aproveché para colocarme las prendas íntimas, y volví a la habitación en busca de las demás bajo la atenta mirada de Harry. Me coloqué la camiseta, y me puse los leggins. Volví a abrir el armario en busca de mis deportivas, las cuales Harry insistió en ponerme, y me hice una coleta rápida y alta.
"Lista."
Harry se mordió el labio inferior mientras agarró mi brazo y me besó tiernamente.
"Venga, a desayunar." Susurró con su mano golpeando en mi trasero. Me alzó en volandas y me sacó de casa bajo la atenta mirada sonriente de mi madre.
El Audi R8 que conducía Harry durante su visita seguía pareciéndome increíble. Lo había equipado con dos tazas de café humeantes para llevar, y unas galletas de chocolate tremendamente deliciosas que comí de camino al campo de futbol.
"¿En qué piensas?" Preguntó con la vista fija en la carretera. No me había dado cuenta de que me había quedado mirándole con una sonrisa tonta. Estaba pensando en lo romántico que había sido estos últimos días y en lo mucho que apreciaba esos detalles.
"En que eres un romántico."
"¿Ah sí?"
"Sí."
"La verdad es que no opino lo mismo." Estiró su brazo hasta posarlo sobre el respaldo de mi asiento y empezó a jugar con el pelo que caía de mi coleta.
"¿Habías hecho antes algo así por alguien?"
"¿Algo cómo qué?"
"Algo como todo lo que has hecho por mí." Apartó su brazo del respaldo de mi asiento y lo volvió a poner sobre el volante del coche. Aceleró ligeramente la velocidad adelantando a un coche y volvió la vista hacia mí con una media sonrisa y volvió a centrarse en la carretera.
"¿Por qué me preguntas eso?"
"Curiosidad."
"No."
"¿No, qué?"
"Nunca había hecho nada así por nadie."
Levantó la vista de la carretera posando sus ojos sobre los míos durante un segundo y, seguidamente, alargó su brazo para alcanzar mi pierna y posar suaves caricias en forma circular. Mi corazón empezó a bombear a una velocidad que asustaba.
"Te quiero." Susurré agarrando su mano, que superaba el doble de tamaño que la mía.
"Lo sé." Respondió apretando ligeramente mi muslo.
Al llegar, bajé del coche después de que lo hiciera Harry, que se dirigió hacia mí y posó su mano sobre la parte baja de mi espalda produciéndome una sensación reconfortante. Todos estaban sentados en los banquillos de un viejo campo de futbol que se encontraba a las afueras de la ciudad, pero que yo recordaba perfectamente porque es donde solía venir a ver a Miguel jugar sus partidos de futbol.
Después de que todos y cada uno de ellos me felicitaran otra vez recordando mi mayoría de edad, Louis y Niall hicieron dos equipos. Zayn, Eleanor, Savannah, Dani y Harry en el equipo de Louis. Liam, Lilly, Perrie, Alejandra, Carlos, y yo en el equipo de Niall. Me fastidió que Harry no quisiera ir conmigo, no se me da mal jugar pero soy muy patosa y pierdo el equilibrio con facilidad.
Después de media hora jugando y unos cuantos pellizcos en mi culo por parte de Harry, Liam había metido dos goles a Zayn, que estaba de portero como yo, y Niall metió de penalti. Entre Harry y Dani habían conseguido meterme dos goles, aunque había parado unos cuantos tiros de Dani. Cuando Carlos quiso relevarme en la portería, Liam decidió pasarme la pelota para que yo chutase hacia Zayn. Marqué gol por casualidad y nos posicionamos 4-2 en el marcador. Después de mi gol, Niall vino corriendo hacia a mí y me alzó al aire dando vueltas. En ese mismo instante Harry chutó con una fuerza extravagante la pelota, dándome un balonazo en el brazo y haciendo que cayera al suelo.
"¡Ah!"
"¡Harry!" Gritó Alejandra. "¿Eres gilipollas o que te pasa?" Vino corriendo hacia mi posición junto con Niall y se agachó a mi lado. La pelota me había dado justo en el codo, temiendo que apareciera un golpe morado.
Harry seguía plantado en medio del campo de futbol, sin moverse. Me giré para observar su expresión.
"Déjalo, no lo ha hecho a propósito." Dije a Alejandra.
"Debería ir con un poco más de cuidado." Intervino Liam acercándose. "¿Estás bien?" Me tendió su mano y me ayudó a levantarme del suelo.
"Sí, solo ha sido un golpe." Contesté. "¿Tu cómo estás?" Pregunté refiriéndome a anoche. Liam me contestó guiñándome un ojo y de repente noté como alguien por detrás me alzaba en brazos y me llevaba hacia los banquillos.
"Lo siento." Dijo Harry mientras me colocaba en su regazo, sentado en las sillas. "¿Estás bien? ¿Te he hecho mucho daño?"
"Estoy bien." Su cara reflejaba preocupación y miedo. Seguidamente, su mirada se volvió de la manera en la que solo he visto cuando se dirige hacía mi.
"Ha sido sin querer."
"Lo sé." Acaricié su mejilla suavemente y posé un beso sobre ella.
"Déjame ver el codo." Estiré el brazo golpeado e hice una mueca de dolor al ver el golpe que se empezaba a formar. Harry acarició cuidadosamente el lugar y apretó su mandíbula.
"Has metido gol, Niall te ha cogido en brazos y…" Se echó hacia atrás en el asiento suspirando y pasando sus manos por su pelo, el cual estaba sujetado por una cinta que le quedaba realmente bien.
"Solo estábamos celebrando mi gol, deberías aprender a controlar tus celos, Harry."
"Y mi puntería también." Se echó hacia delante y besó mi mejilla. "¿Estamos bien?"
"Estamos bien."
Me levantó de su regazo y fuimos caminando hacía el campo, donde los demás seguían jugando.
"No ha sido buena idea traerte aquí. Debería haber sido un poco más egoísta y haberte llevado a otro lugar, tu y yo solos."
"Me lo estoy pasando bien."
"Me alegra saberlo."
"Eugenia, cariño, despierta. Te están esperando." Mi madre. ¿Me están esperando?¿Qué hora era? Me estiré un poco sobre la cama y miré el reloj: Las nueve y media. Demasiado pronto después de que Harry me trajera a casa sobre las cuatro de la mañana. ¿Porqué Harry me había traído a casa? Dios, tenía demasiado sueño como para pensar ahora en esas cosas. Me abracé a la almohada y me volví a quedar dormida.
"Harry, ¿podrías ir tu a ver si a ti te hace caso?"
"Por supuesto."
Oía voces en el pasillo, pero no sabía exactamente que decían. ¿Quién estaba a esta hora en casa?
"¿Eu?"
"¿Mmm?"
"Cielo, despierta tenemos cosas que hacer." Esa voz no era la de mi madre. ¿Harry?
"Mmm…" Me quejé mientras, sin abrir los ojos, retorcía mi cuerpo entre las sábanas. De repente, el lado izquierdo de la cama se hundió, y un fresco aroma a Harry me inundó completamente.
"Felicidades." Susurró acariciando suavemente mi pelo enredado por el sueño. Se me había olvidado completamente de que seguía siendo mi cumpleaños. "Los chicos no tardarán el llamarme…"
Abrí los ojos y la clara luz de un día de primavera cegó mi vista. Me restregué las manos contra mis ojos y posé la vista en el chico de pelo rizado que estaba sentado a mi lado.
"¿Cómo puedes estar tan guapo y solo haber dormido cinco horas?" Harry se rió ante mi comentario y se puso de pie.
"Te dejo que te cambies. Date prisa, por favor." Se agachó y me dio un beso en la frente.
"Quédate." Le agarré del brazo obligándole a sentarse donde había estado hacía escasos segundos. Una pequeña carcajada salió de su garganta posando una grande sonrisa sobre sus comisuras.
"Con una condición."
"La que quieras."
"Date prisa."
"¿Por qué tienes tanta prisa?" Dije mientras Harry quitaba las sábanas que cubrían mi cuerpo.
"Mierda, no sabía que dormías así. Con una simple camiseta de tirantes y unas braguitas…"
"Ayer por la noche no me apetecía buscar un pijama."
"Llevas las braguitas que te regalé."
"Sí." Estiró con un movimiento rápido mis dos piernas desnudas, me alzó, y me colocó sobre el suelo.
"A vestirse." Me pegó una palmada en el culo provocando que pegara un saltito.
"¿Dónde vamos a ir?"
"A jugar al futbol."
"Harry, sabes que eso no es buena idea..."
"No vas a caerte. Si lo haces yo estaré allí para recogerte." Una sonrisa se reflejó en mi cara provocando otra en la suya. Nunca hubiera pensado que esas palabras fueran a salir de su boca. Me acerqué a él, rodeé mis brazos por su cuello y él agarró mi cintura invitándome a acercar mi cuerpo hacia el suyo.
"Tienes prisa, ¿recuerdas?" Le di un pequeño beso en los labios y me aparté de sus brazos con grandes esfuerzos.
Abrí las puertas de mi armario en busca de alguna prenda deportiva que ponerme. Me decidí por unos leggins negros de deporte y una camiseta de tirantes ancha de color coral.
"¿Te gusta?" Harry asintió con el ceño fruncido, supongo que a causa de estar pensando la respuesta. Cogí un conjunto de ropa interior y me dirigí al baño a lavarme los dientes. Aproveché para colocarme las prendas íntimas, y volví a la habitación en busca de las demás bajo la atenta mirada de Harry. Me coloqué la camiseta, y me puse los leggins. Volví a abrir el armario en busca de mis deportivas, las cuales Harry insistió en ponerme, y me hice una coleta rápida y alta.
"Lista."
Harry se mordió el labio inferior mientras agarró mi brazo y me besó tiernamente.
"Venga, a desayunar." Susurró con su mano golpeando en mi trasero. Me alzó en volandas y me sacó de casa bajo la atenta mirada sonriente de mi madre.
El Audi R8 que conducía Harry durante su visita seguía pareciéndome increíble. Lo había equipado con dos tazas de café humeantes para llevar, y unas galletas de chocolate tremendamente deliciosas que comí de camino al campo de futbol.
"¿En qué piensas?" Preguntó con la vista fija en la carretera. No me había dado cuenta de que me había quedado mirándole con una sonrisa tonta. Estaba pensando en lo romántico que había sido estos últimos días y en lo mucho que apreciaba esos detalles.
"En que eres un romántico."
"¿Ah sí?"
"Sí."
"La verdad es que no opino lo mismo." Estiró su brazo hasta posarlo sobre el respaldo de mi asiento y empezó a jugar con el pelo que caía de mi coleta.
"¿Habías hecho antes algo así por alguien?"
"¿Algo cómo qué?"
"Algo como todo lo que has hecho por mí." Apartó su brazo del respaldo de mi asiento y lo volvió a poner sobre el volante del coche. Aceleró ligeramente la velocidad adelantando a un coche y volvió la vista hacia mí con una media sonrisa y volvió a centrarse en la carretera.
"¿Por qué me preguntas eso?"
"Curiosidad."
"No."
"¿No, qué?"
"Nunca había hecho nada así por nadie."
Levantó la vista de la carretera posando sus ojos sobre los míos durante un segundo y, seguidamente, alargó su brazo para alcanzar mi pierna y posar suaves caricias en forma circular. Mi corazón empezó a bombear a una velocidad que asustaba.
"Te quiero." Susurré agarrando su mano, que superaba el doble de tamaño que la mía.
"Lo sé." Respondió apretando ligeramente mi muslo.
Al llegar, bajé del coche después de que lo hiciera Harry, que se dirigió hacia mí y posó su mano sobre la parte baja de mi espalda produciéndome una sensación reconfortante. Todos estaban sentados en los banquillos de un viejo campo de futbol que se encontraba a las afueras de la ciudad, pero que yo recordaba perfectamente porque es donde solía venir a ver a Miguel jugar sus partidos de futbol.
Después de que todos y cada uno de ellos me felicitaran otra vez recordando mi mayoría de edad, Louis y Niall hicieron dos equipos. Zayn, Eleanor, Savannah, Dani y Harry en el equipo de Louis. Liam, Lilly, Perrie, Alejandra, Carlos, y yo en el equipo de Niall. Me fastidió que Harry no quisiera ir conmigo, no se me da mal jugar pero soy muy patosa y pierdo el equilibrio con facilidad.
Después de media hora jugando y unos cuantos pellizcos en mi culo por parte de Harry, Liam había metido dos goles a Zayn, que estaba de portero como yo, y Niall metió de penalti. Entre Harry y Dani habían conseguido meterme dos goles, aunque había parado unos cuantos tiros de Dani. Cuando Carlos quiso relevarme en la portería, Liam decidió pasarme la pelota para que yo chutase hacia Zayn. Marqué gol por casualidad y nos posicionamos 4-2 en el marcador. Después de mi gol, Niall vino corriendo hacia a mí y me alzó al aire dando vueltas. En ese mismo instante Harry chutó con una fuerza extravagante la pelota, dándome un balonazo en el brazo y haciendo que cayera al suelo.
"¡Ah!"
"¡Harry!" Gritó Alejandra. "¿Eres gilipollas o que te pasa?" Vino corriendo hacia mi posición junto con Niall y se agachó a mi lado. La pelota me había dado justo en el codo, temiendo que apareciera un golpe morado.
Harry seguía plantado en medio del campo de futbol, sin moverse. Me giré para observar su expresión.
"Déjalo, no lo ha hecho a propósito." Dije a Alejandra.
"Debería ir con un poco más de cuidado." Intervino Liam acercándose. "¿Estás bien?" Me tendió su mano y me ayudó a levantarme del suelo.
"Sí, solo ha sido un golpe." Contesté. "¿Tu cómo estás?" Pregunté refiriéndome a anoche. Liam me contestó guiñándome un ojo y de repente noté como alguien por detrás me alzaba en brazos y me llevaba hacia los banquillos.
"Lo siento." Dijo Harry mientras me colocaba en su regazo, sentado en las sillas. "¿Estás bien? ¿Te he hecho mucho daño?"
"Estoy bien." Su cara reflejaba preocupación y miedo. Seguidamente, su mirada se volvió de la manera en la que solo he visto cuando se dirige hacía mi.
"Ha sido sin querer."
"Lo sé." Acaricié su mejilla suavemente y posé un beso sobre ella.
"Déjame ver el codo." Estiré el brazo golpeado e hice una mueca de dolor al ver el golpe que se empezaba a formar. Harry acarició cuidadosamente el lugar y apretó su mandíbula.
"Has metido gol, Niall te ha cogido en brazos y…" Se echó hacia atrás en el asiento suspirando y pasando sus manos por su pelo, el cual estaba sujetado por una cinta que le quedaba realmente bien.
"Solo estábamos celebrando mi gol, deberías aprender a controlar tus celos, Harry."
"Y mi puntería también." Se echó hacia delante y besó mi mejilla. "¿Estamos bien?"
"Estamos bien."
Me levantó de su regazo y fuimos caminando hacía el campo, donde los demás seguían jugando.
"No ha sido buena idea traerte aquí. Debería haber sido un poco más egoísta y haberte llevado a otro lugar, tu y yo solos."
"Me lo estoy pasando bien."
"Me alegra saberlo."
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
AVISO:
Para aquellos que sigáis interesados en la novela, la voy a seguir aquí: http://www.wattpad.com/16147415-they-don%27t-know-about-us
MUCHISIMAS GRACIAS POR LEER A TODOS <3
Para aquellos que sigáis interesados en la novela, la voy a seguir aquí: http://www.wattpad.com/16147415-they-don%27t-know-about-us
MUCHISIMAS GRACIAS POR LEER A TODOS <3
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
Bien, lamento decir que tu novela carece de la ficha REGLAMENTARIA {Nombre, autor, adaptación, género, contenido, advertencias, otras paginas} que es obligatoria poner, esto está en el PROTOCOLO el cual es obligatorio leer cuando se inicia una novela, tienes dos días {48 horas} para colocarlo, es obligación leerlo, además el tema está en una sección equivocada, pásate por acá Mover y borrar temas y solicita que cambien de subforo el tema. - Staff OnlyWn’s.
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