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THEY DON'T KNOW ABOUT US.
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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THEY DON'T KNOW ABOUT US.
Eugenia.
Todo el mundo dice que nunca llegaré a cumplir mi sueño. Que es una fantasía, pero de las más grandes. ¿De esas con las que sueñas todos los días que ocurran porque tienes unas ganas tremendas de que pase? Sí, de esas. Pero el hecho de soñar algo, supone haber realizado ya la mitad de ese sueño. O eso parece.
CAPITULO 1
"¡Buh!" Noté como una mano se apoderaba de mi cintura, y salté del susto.
"¡Joder, Nacho! ¡Qué susto me has dado!" Grité. Él no podía parar de reírse.
"Enana, ¿te ayudo con la maleta?" Dijo entre risas acercándose a mí y alborotándome mi pelo rubio.
"¿Enana? Tengo 18 años, y como me sigas llamando así, ¡el que se va a quedar enano vas a ser tú!" Dije poniendo mi dedo índice sobre su pecho.
"¿A, si?" Puso los brazos en jarra."¿Estás segura?"
"Sí, mucho. ¿Quieres comprobarlo?" Intenté cerrar la maleta, pero no pude. Se acercó a mí y abrió la maleta cotilleando como siempre.
"¿Qué llevas ahí dentro?" Dijo revolviendo la ropa mientras sacaba uno de mis sujetadores.
"¿Todo precioso, verdad?" Dije arrancándole el sujetador de las manos.
"Menos esa foto tuya que tienes ahí…" Señaló a la foto que había encima de mi estantería.
"Imbécil." Le pegué un pequeño puñetazo en el hombro y él me lo devolvió.
"Es broma." Dijo riéndose. "Sales preciosa. Si uno de los cuatro melenudos esos te ve, flipará."
"Muchas gracias, pero no son cuatro…" Me callé durante tres segundos. "¡Son cinco!" Y me abalancé sobre él, empezando una de nuestras muchas guerras de cosquillas.
Nacho es fantástico. Si no fuera mi hermano, estoy segura de que sería mi novio. Nos llevamos genial a pesar de los seis años de diferencia. Su novia, una entre muchas chicas falsas y repelentes que hay en este mundo. No le gusto nada y ella a mi tampoco. Nacho dice que soy muchísimo mejor que ella y que por eso está celosa. En cambio, Miguel es diferente. Es completamente opuesto a Nacho, aunque con el solo me llevo dos años. Si pudiera tener una chica cada día de la semana, os aseguro que la tendría. Miguel me protege muchísimo más porque dice que no quiere que nunca me cruce con un tipo como él, ya que solo me podría traer problemas.
Mi madre, estos siete meses que han pasado desde que le diagnosticaron cáncer de mama con apenas solución, ha pegado un cambio radical. Está muchísimo mejor, casi no le queda cáncer. Solo le quedan dos meses para acabar el tratamiento y será libre.
Entré con mi hermano al salón donde mi madre estaba leyendo y fui directa a darle un abrazo de despedida abalanzándome sobre ella.
"Te veo en dos días." Dijo mi madre. "Llámame cuando llegues." Le di un último abrazo y nos fuimos hacia el aeropuerto. Después de una larga e intensa conversación con mi hermano, llegamos al destino y me despedí de él.
"Intenta no molestar mucho a tu prima." Dijo revolviéndome el pelo.
"¡Ay!" Me quejé apartando su mano de mi pelo. "¡Pero si yo no molesto!" Dicho esto, me cogió por la cintura, me levantó del suelo y me empezó a dar vueltas. "¡Para! ¡Me estoy mareando!" Dije entre risas, me bajó y me fui corriendo hacia el control de seguridad.
"Pásatelo genial, ¿vale?" Gritó. Yo levanté la mano con el dedo levantado en señal de 'Okay' y me fui.
Soy de esas a las que no les gusta las despedidas, por el simple hecho de no querer despedirme. Creo que si vas a ver a esa persona en tres días no es un 'Adiós' sino que es un 'Hasta luego' por eso mismo no le dije adiós, porque era una verdadera estupidez.
El viaje se me hizo muy corto, me he quedé dormida justo antes de despegar y me desperté cinco minutos antes de aterrizar, cogí mi maleta y cogí un taxi en dirección a casa de mi prima. Abrí la puerta. No había nadie. Decidí ir a tomar algo al sitio más cerca: Starbucks. Amo Starbucks, es mi sitio preferido desde hace una eternidad. Dejé una nota y me fui.
Salí a la calle y me puse los auriculares con Live While We're Young a todo volumen y empecé a caminar. Estaba feliz. Hoy iba a cumplir mi sueño. Iba a conocer a One Direction, no en persona, claro, pero el simple hecho de verles a treinta metros de distancia, me hacía completamente feliz.
Giré la esquina de la calle en dirección a casa con mi cappuccino doble con chocolate y leche desnatada y justo antes de alzar la mirada alguien me tiró al suelo derramando el café por toda mi camisa blanca. Que alguien me tire al suelo, no es raro. Porque soy demasiado torpe y demasiado despistada. ¿Y lo de la mancha ardiente que tengo sobre mi barriga? Bueno, eso me fastidiaba más.
Última edición por ohmysexyharold_ el Mar 26 Mar 2013, 9:15 am, editado 3 veces
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 2:
"Lo siento, estaba despistado." Se disculpó dándome su mano para ayudarme a levantar. Noté su mirada fijamente en mi nuca.
"No te preocupes, estoy bien." Respondí con mi tono más borde. Alcé la mirada y me crucé con sus ojos, verdes. Todavía no me había fijado en su cara, porque el verde de sus ojos me había dejado hipnotizada. Eran preciosos. Cuando finalmente conseguí verle la cara, me quedé completamente paralizada, sin respiración apenas. Noté como mis mejillas empezaban a arder. No me lo podía creer. Que un chico así te tire por la calle no ocurre todos los días. Iba con una camiseta gris de manga corta que ponía Lover en su parte izquierda, esa camiseta la había visto millones de veces en fotos, con ese gorro verde y con esas gafas de sol que le quedaban absolutamente perfectas.
"Déjame invitarte a un café." Me dijo con media sonrisa. Seguidamente miró mi barriga, por donde había derramado todo mi café. "Ohh, lo siento de verdad, entonces, te compraré también una camiseta."
"N-no te… No te pre-preocupes." Dije con dificultad, tartamudeando. Harry se dio cuenta y le produjo una gran sonrisa. "Da igual, mi casa, bueno, la casa donde estoy este fin de semana está aquí al lado…" Me volvió a dar su mano para ayudar a levantarme, y me puse en pie.
"Por favor, insisto. No tiro tantas veces como me gustaría a chicas tan guapas por la calle."
"Gracias." No sabía que mas decir. Me quedé totalmente en blanco y estaba roja como un tomate, pero literalmente me ardía la cara, por si no fuera suficiente…
" Encantado, soy Harry." Dijo sonriendo mientras miraba mis ojos marrones fíjamente.
"Lo sé." Moví la cabeza rápidamente con gesto de negación y me entró la risa nerviosa. "Perdón. Eugenia, encantada." Harry también se rió, una Directioner los reconocería hasta con traje espacial.
"¿Cómo? Eu.. ¿Qué?" Me reí porque la verdad es que es un poco difícil de pronunciar, no era la primera vez que me pasaba con alguien que no hablaba español.
"Eu-ge-nia" Pronuncié despacio.
"¿Eugenia?" Dijo entusiasmado, porque había conseguido pronunciarlo. "¿Así?"
"Sí" Respondí sonriendo.
Hablar en inglés con él, no me supuso ninguna dificultad. La verdad es que se me da bastante bien porque la chica que me cuidaba de pequeña era inglesa, y no articulaba palabra en español. Aparte de los viajes a Irlanda e Inglaterra en verano, es el tercer idioma que dómino a la perfección después del español y el catalán.
Harry, no me soltó el brazo desde que entramos en Zara. Tenía un millón de camisas y blusas en su mano, y según él, estaba obligada a probármelas todas.
"¿Me tengo que probar todo esto? Me basta con una simple camiseta." Cogí la primera camiseta blanca que vi. "Mira, esta va bien. Ya está." Se acercó a mí cogiendo la tela que tenia sobre mis manos, volviéndola a dejar sobre el mostrador.
"No lo hago por el hecho de que me siento mal y quiero comprarte algo, también me gusta estar contigo. Me gusta tu compañía." Dijo serio.
Me probé mil y una camisas, pero no me convencía ninguna.
"¿Cómo va?" Dijo detrás de la cortina.
"Mmmm, pues no sé… Me gusta más la otra." Abrí la cortina. "¿Qué te parece?"
"A mí también me gusta más la otra… ¿Y esta?" Sacó una camisa rosa palo de seda y tirantes finitos preciosa, que me pega perfectamente con lo que llevaba en ese momento. "Pruébatela. Seguro que te queda estupendamente." Afirmó guiñando un ojo.
"Me encanta, gracias." Me la puse y salí para que me diera su opinión.
"A ver…" Me hizo dar una vuelta sobre mi misma agarrando mi mano. "Muy sexy"
Después de pagar, salimos de la tienda dirección Starbucks, pedimos nuestras respectivas bebidas y salimos a la calle.
"Me tengo que ir a casa…"
"¿Qué?" Lo miré con cara interesante mientras daba pequeños sorbos a mi cappuccino rápidamente, llegaba tarde a casa. "¿Dónde tienes que ir?"
"A casa, llego tarde." Dije mientras aceleraba el paso.
"¿Y qué más?"
"A recoger a mi prima a la estación del metro."
"¿Me estas vacilando?" Dijo serio.
"¿Qué?" Me pegó un empujón flojito llevándome contra la pared y colocó sus manos a cada lado de mi cabeza acercando su boca más, más y cada vez más hasta que nuestros labios estaban a unos pocos centímetros de rozarse. No estaba acostumbrada a estos cambios bruscos en cuestión de segundos. Mi corazón empezó a acelerar a un ritmo frenético que parecía que se me iba a salir del pecho. Tan poca distancia entre Harry y yo, no era nada bueno.
"Me lo explicas o de aquí no te vas." Hice un amago de escaparme, pero no pude escapar ya que me tenia bien agarrada.
"Harry" Presionó su frente contra la mía posando sus ojos verdes sobre los míos. "Llego tarde"
"Yo sé porque llegas tarde." Dijo susurrando.
"¿Qué?" Jadeé. Mi cerebro era incapaz de articular palabra. Él estaba demasiado cerca de mí.
" Lo sabes…"
"¿Él qué?" Le pegue un pequeño empujón.
"¿Por qué no quieres decirlo?"
"Porque no se a que te refieres." Aparté la vista de sus ojos, me intimidaba con esa mirada.
"Lo sabes." Me dijo con media sonrisa. Finalmente, conseguí escabullirme de sus fuertes y musculosos brazos y salí corriendo.
"No…" Consiguió alcanzarme y me rodeó las piernas con sus brazos cogiéndome como un saco de patatas.
"¡Suéltame Harry! ¡Por favor!" Le pegué pequeños puñetazos y patadas. "¡Harry! ¡Ya hemos llegado! ¡Esta es mi casa!" No me soltó.
"Dame la llave."
"Suéltame." No lo hizo.
"¿Por…?"
"¿Por favor?" Dije orgullosa.
"Muy bien." Me soltó y nos quedamos uno en frente del otro. "Buena chica." Y con sus dos gigantes manos me rodeó la cara y me dio un beso en la frente. "Luego te llamo."
"Me debes una muy grande. No te creas que dejo que todo el mundo me coja en plena calle." El se rió. Saqué la llave, la introduje dentro de la cerradura y justo antes de dar la vuelta a la llave noté los brazos de Harry que me rodeaban por detrás.
"Lo siento, estaba despistado." Se disculpó dándome su mano para ayudarme a levantar. Noté su mirada fijamente en mi nuca.
"No te preocupes, estoy bien." Respondí con mi tono más borde. Alcé la mirada y me crucé con sus ojos, verdes. Todavía no me había fijado en su cara, porque el verde de sus ojos me había dejado hipnotizada. Eran preciosos. Cuando finalmente conseguí verle la cara, me quedé completamente paralizada, sin respiración apenas. Noté como mis mejillas empezaban a arder. No me lo podía creer. Que un chico así te tire por la calle no ocurre todos los días. Iba con una camiseta gris de manga corta que ponía Lover en su parte izquierda, esa camiseta la había visto millones de veces en fotos, con ese gorro verde y con esas gafas de sol que le quedaban absolutamente perfectas.
"Déjame invitarte a un café." Me dijo con media sonrisa. Seguidamente miró mi barriga, por donde había derramado todo mi café. "Ohh, lo siento de verdad, entonces, te compraré también una camiseta."
"N-no te… No te pre-preocupes." Dije con dificultad, tartamudeando. Harry se dio cuenta y le produjo una gran sonrisa. "Da igual, mi casa, bueno, la casa donde estoy este fin de semana está aquí al lado…" Me volvió a dar su mano para ayudar a levantarme, y me puse en pie.
"Por favor, insisto. No tiro tantas veces como me gustaría a chicas tan guapas por la calle."
"Gracias." No sabía que mas decir. Me quedé totalmente en blanco y estaba roja como un tomate, pero literalmente me ardía la cara, por si no fuera suficiente…
" Encantado, soy Harry." Dijo sonriendo mientras miraba mis ojos marrones fíjamente.
"Lo sé." Moví la cabeza rápidamente con gesto de negación y me entró la risa nerviosa. "Perdón. Eugenia, encantada." Harry también se rió, una Directioner los reconocería hasta con traje espacial.
"¿Cómo? Eu.. ¿Qué?" Me reí porque la verdad es que es un poco difícil de pronunciar, no era la primera vez que me pasaba con alguien que no hablaba español.
"Eu-ge-nia" Pronuncié despacio.
"¿Eugenia?" Dijo entusiasmado, porque había conseguido pronunciarlo. "¿Así?"
"Sí" Respondí sonriendo.
Hablar en inglés con él, no me supuso ninguna dificultad. La verdad es que se me da bastante bien porque la chica que me cuidaba de pequeña era inglesa, y no articulaba palabra en español. Aparte de los viajes a Irlanda e Inglaterra en verano, es el tercer idioma que dómino a la perfección después del español y el catalán.
Harry, no me soltó el brazo desde que entramos en Zara. Tenía un millón de camisas y blusas en su mano, y según él, estaba obligada a probármelas todas.
"¿Me tengo que probar todo esto? Me basta con una simple camiseta." Cogí la primera camiseta blanca que vi. "Mira, esta va bien. Ya está." Se acercó a mí cogiendo la tela que tenia sobre mis manos, volviéndola a dejar sobre el mostrador.
"No lo hago por el hecho de que me siento mal y quiero comprarte algo, también me gusta estar contigo. Me gusta tu compañía." Dijo serio.
Me probé mil y una camisas, pero no me convencía ninguna.
"¿Cómo va?" Dijo detrás de la cortina.
"Mmmm, pues no sé… Me gusta más la otra." Abrí la cortina. "¿Qué te parece?"
"A mí también me gusta más la otra… ¿Y esta?" Sacó una camisa rosa palo de seda y tirantes finitos preciosa, que me pega perfectamente con lo que llevaba en ese momento. "Pruébatela. Seguro que te queda estupendamente." Afirmó guiñando un ojo.
"Me encanta, gracias." Me la puse y salí para que me diera su opinión.
"A ver…" Me hizo dar una vuelta sobre mi misma agarrando mi mano. "Muy sexy"
Después de pagar, salimos de la tienda dirección Starbucks, pedimos nuestras respectivas bebidas y salimos a la calle.
"Me tengo que ir a casa…"
"¿Qué?" Lo miré con cara interesante mientras daba pequeños sorbos a mi cappuccino rápidamente, llegaba tarde a casa. "¿Dónde tienes que ir?"
"A casa, llego tarde." Dije mientras aceleraba el paso.
"¿Y qué más?"
"A recoger a mi prima a la estación del metro."
"¿Me estas vacilando?" Dijo serio.
"¿Qué?" Me pegó un empujón flojito llevándome contra la pared y colocó sus manos a cada lado de mi cabeza acercando su boca más, más y cada vez más hasta que nuestros labios estaban a unos pocos centímetros de rozarse. No estaba acostumbrada a estos cambios bruscos en cuestión de segundos. Mi corazón empezó a acelerar a un ritmo frenético que parecía que se me iba a salir del pecho. Tan poca distancia entre Harry y yo, no era nada bueno.
"Me lo explicas o de aquí no te vas." Hice un amago de escaparme, pero no pude escapar ya que me tenia bien agarrada.
"Harry" Presionó su frente contra la mía posando sus ojos verdes sobre los míos. "Llego tarde"
"Yo sé porque llegas tarde." Dijo susurrando.
"¿Qué?" Jadeé. Mi cerebro era incapaz de articular palabra. Él estaba demasiado cerca de mí.
" Lo sabes…"
"¿Él qué?" Le pegue un pequeño empujón.
"¿Por qué no quieres decirlo?"
"Porque no se a que te refieres." Aparté la vista de sus ojos, me intimidaba con esa mirada.
"Lo sabes." Me dijo con media sonrisa. Finalmente, conseguí escabullirme de sus fuertes y musculosos brazos y salí corriendo.
"No…" Consiguió alcanzarme y me rodeó las piernas con sus brazos cogiéndome como un saco de patatas.
"¡Suéltame Harry! ¡Por favor!" Le pegué pequeños puñetazos y patadas. "¡Harry! ¡Ya hemos llegado! ¡Esta es mi casa!" No me soltó.
"Dame la llave."
"Suéltame." No lo hizo.
"¿Por…?"
"¿Por favor?" Dije orgullosa.
"Muy bien." Me soltó y nos quedamos uno en frente del otro. "Buena chica." Y con sus dos gigantes manos me rodeó la cara y me dio un beso en la frente. "Luego te llamo."
"Me debes una muy grande. No te creas que dejo que todo el mundo me coja en plena calle." El se rió. Saqué la llave, la introduje dentro de la cerradura y justo antes de dar la vuelta a la llave noté los brazos de Harry que me rodeaban por detrás.
Última edición por ohmysexyharold_ el Lun 25 Mar 2013, 2:35 pm, editado 3 veces
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 3:
"Te veo luego, ¿vale? Prométemelo." Susurró a mi oído con voz ronca.
"Te lo prometo." Dije sonriente.
"¿De verdad?" Alzó las cejas.
"Sí." Acabé de dar la vuelta a la llave y entré en casa. Subí las escaleras, me senté en el sofá y encendí la tele. Al cabo de diez minutos recibí un mensaje de un número desconocido.
Espero que cumplas tu promesa y me lleves a dar un paseo por Madrid esta tarde.
***
Ahí estaba. Tan perfecto como siempre. Le saludé con la mano y me acerqué hacia él.
"Hola."
"Hola preciosa." Me dio un beso en la mejilla. No pude evitar sonreír. "¿Y bien, a dónde me llevas?"
"A la estación de metro." No respondió. Solo se limitó a revolver sus rizos, colocarlos hacia su lado derecho y sonreír mostrando sus preciosos hoyuelos. Empezamos a caminar mientras entrelazaba sus dedos con los míos, yo no me opuse a su gesto. Caminamos a paso lento por la acera unos minutos hasta llegar a la estación de tren más cercana a casa. Harry tomó asiento en un banco alrededor, pero yo me quedé en pie en frente suyo, estaba nerviosa.
"¿Cómo lo sabes?" Pregunté retomando la conversación que habíamos tenido hacía unas horas.
"No lo sabía, me lo acabas de decir tu ahora mismo." Dijo con una sonrisa triunfal. "Asi que… Directioner." Posó su dedo índice sobre mi barriga apretando ligeramente. "Tú me conoces más de lo que yo te conozco a ti, no es justo."
"Lo sé." Consiguió hacerse conmigo y me abrazó. Posó su cabeza sobre mi barriga, y sus brazos rodeaban la parte inferior de mi espalda.
"No tardaré en conocerte." Dijo casi susurrando. Esa frase hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Harry quería conocerme, a mí.
"¿Dónde te habías metido?" Interrumpió una voz por detrás, que parecía ser la de mi prima, María. Iba caminando cogida de la mano por su novio, Carlos. Fui caminando a paso ligero hacia ellos y les di un abrazo.
"¡C! ¡Ya te estaba empezando a echar de menos!" Dije con tono irónico. Me cogió por los muslos, me levantó y me dio dos vueltas. Harry apretó su mandíbula en un gesto serio.
"¿Tu? ¿Echándome de menos? ¡Já!" Me bajó y me revolvió el pelo. Ante ese gesto, mi prima se rió.
"Oye Lilly, ¿Desde cuándo tienes novio y decides no contármelo?" Dijo mi prima señalando a Harry, serio.
Lilly, nuestro apodo. Nos llamamos así desde que somos pequeñas. Ella no sabía decir mi nombre, ni yo el suyo. Así que nos quedamos con "Lilly".
"¿Novio? Lo he conocido hoy." Dije algo nerviosa.
"¿Qué te pasa?¿Desde cuándo tú estás tan cariñosa con un tío que apenas conoces?" Me miró con cara misteriosa.
"Venga, vamos. Tengo sorpresa para ti." Dije agarrándole el brazo.
"¿No vas a contármelo?"
"Cuando sepas con quien estaba, lo entenderás todo."
Mi prima no se lo creía hasta que Harry le enseñó el DNI. Estaba muy emocionada por conocer a Harry. Fuimos caminando hasta casa los cuatro escuchando las anécdotas que contaba Harry y las intervenciones que hacía de vez en cuando Lilly haciéndole saber que la mayoría, ya las sabíamos.
"¿Quieres pasar un rato?" Preguntó mi prima cogiendo a Carlos por el brazo.
"Mejor me voy, no quisiera molestar… Tengo que estar en un rato en el estadio."
"¡No molestas! Además, ¡así nos ayudas a hacer unas cosas!
"¿Qué cosas?" Dijimos Carlos y yo al unísono. No dábamos crédito a nada.
"Ya lo veréis." Se despegó de Carlos y nos empujó a los dos hacia dentro.
"Lilly, enséñale la casa que yo voy sacando las cosas, ¿vale?" Me guiñó un ojo y me eché a reír. La intenciones de mi prima eran muy claras. Harry no dudó en acariciar mi mano y entrelazar nuestras manos, la mía muy pequeña en comparación con la suya. Subimos al piso de arriba, y nos quedamos en el salón, de pie.
"Tu prima es demasiado lista. Me está empezando a caer muy bien." Dijo agarrándome por detrás suavemente la cintura.
"La verdad es que tiene unas ideas geniales y se las ingenia muy bien para que todo salga como ella quiere." No dijo nada. Me giró hacia él acercándome más y más hacia su cuerpo, hacia su torso vestido con una camiseta de manga corta gris que le quedaba realmente sexy. Nos quedamos en silencio. Parados uno en frente del otro sin saber que decir. Pero en ese momento no importaba. Sobraban las palabras. Apoyé mis pequeñas manos sobre su pecho y el rodeó mi cuerpo con las suyas. Le miré, me devolvió la mirada clavando sus ojos verdes sobre los míos marrones y la verdad es que la tentación de besarle era irresistible, pero no lo iba a hacer. Harry se dio cuenta, en cambio, no se separó de mi. Apoyó sus manos en mis mejillas, acercó mi cara a la suya y me dio un dulce beso en la frente.
"Vas a ser mía, lo prometo." Me invadió una sensación de felicidad y agonía a la vez. Estaba feliz porque quería estar conmigo, triste porque él vive en Inglaterra y yo vivo en España, la distancia que nos separa es muy larga. "No eres una chica fácil, por eso iré despacio. Me gustas"
"No me digas eso… " Una lágrima cayó de mis ojos resbalando lentamente sobre mi mejilla.
"Es verdad." Dijo mientras con su dedo gordo me secaba la mancha húmeda.
"Por eso mismo. Por qué sé que es verdad y cuando me vaya, se me hará todo mucho más difícil."
"Tenemos todo un verano por delante."
"Y todo un mes con exámenes en el que probablemente ni te podré contestar al teléfono."
"Te vendré a ver."
"¿Y la gira?"
"¿Confías en mí?" No dije nada. Sus palabras retumbaban por toda mi cabeza. Apenas hacía unas horas que le conocía, pero sentía que habían pasado meses, incluso años. No pude contenerme y le abracé rodeando mis brazos sobre su cuello. Un abrazo fuerte y cálido. Él rodeó sus brazos sobre mi cintura devolviéndome el abrazo.
Lilly subió las escaleras de la mano de Carlos.
"Lo siento, chicos." Interrumpió C. Harry y yo nos despegamos rápidamente y nos dedicamos una sonrisa. "Ya está todo y no tenemos mucho tiempo." Lilly había preparado en el salón de la planta baja una película con palomitas, refrescos y demás… ¿La película? Love Actually. Ella sabía perfectamente que era la película favorita de Harry, junto con la mía. Nos pasamos la tarde viendo la película y comiendo palomitas hasta que Harry se tuvo que ir, ya que llegaba tarde al estadio para el concierto que tenía que dar esa noche.
"Cuéntamelo todo ahora mismo. Tenemos una hora y media, no quiero que te saltes ningún detalle." Dijo mi prima expectante.
Se lo conté todo, detalle por detalle mientras nos arreglábamos. Lilly estaba boquiabierta y muy callada escuchando . Sin ninguna pregunta, nada. Raro en ella.
"¿Te ha comido la lengua el gato?" Pregunté vacilando.
"Estoy flipando." Dijo mientras caía rendida en la cama con los brazos y las piernas abiertas. "Es como un sueño hecho realidad. No sabes lo contenta que estoy por ti. Te mereces esto y muchísimo más." Dijo sonriente, seguidamente me tiré encima suyo y le di un abrazo.
"Me estas aplastando." Se quejó, y nos echamos a reír como dos niñas felices y despreocupadas que todavía les falta mucho por vivir.
"Te veo luego, ¿vale? Prométemelo." Susurró a mi oído con voz ronca.
"Te lo prometo." Dije sonriente.
"¿De verdad?" Alzó las cejas.
"Sí." Acabé de dar la vuelta a la llave y entré en casa. Subí las escaleras, me senté en el sofá y encendí la tele. Al cabo de diez minutos recibí un mensaje de un número desconocido.
Espero que cumplas tu promesa y me lleves a dar un paseo por Madrid esta tarde.
***
Ahí estaba. Tan perfecto como siempre. Le saludé con la mano y me acerqué hacia él.
"Hola."
"Hola preciosa." Me dio un beso en la mejilla. No pude evitar sonreír. "¿Y bien, a dónde me llevas?"
"A la estación de metro." No respondió. Solo se limitó a revolver sus rizos, colocarlos hacia su lado derecho y sonreír mostrando sus preciosos hoyuelos. Empezamos a caminar mientras entrelazaba sus dedos con los míos, yo no me opuse a su gesto. Caminamos a paso lento por la acera unos minutos hasta llegar a la estación de tren más cercana a casa. Harry tomó asiento en un banco alrededor, pero yo me quedé en pie en frente suyo, estaba nerviosa.
"¿Cómo lo sabes?" Pregunté retomando la conversación que habíamos tenido hacía unas horas.
"No lo sabía, me lo acabas de decir tu ahora mismo." Dijo con una sonrisa triunfal. "Asi que… Directioner." Posó su dedo índice sobre mi barriga apretando ligeramente. "Tú me conoces más de lo que yo te conozco a ti, no es justo."
"Lo sé." Consiguió hacerse conmigo y me abrazó. Posó su cabeza sobre mi barriga, y sus brazos rodeaban la parte inferior de mi espalda.
"No tardaré en conocerte." Dijo casi susurrando. Esa frase hizo que un escalofrío recorriera mi cuerpo. Harry quería conocerme, a mí.
"¿Dónde te habías metido?" Interrumpió una voz por detrás, que parecía ser la de mi prima, María. Iba caminando cogida de la mano por su novio, Carlos. Fui caminando a paso ligero hacia ellos y les di un abrazo.
"¡C! ¡Ya te estaba empezando a echar de menos!" Dije con tono irónico. Me cogió por los muslos, me levantó y me dio dos vueltas. Harry apretó su mandíbula en un gesto serio.
"¿Tu? ¿Echándome de menos? ¡Já!" Me bajó y me revolvió el pelo. Ante ese gesto, mi prima se rió.
"Oye Lilly, ¿Desde cuándo tienes novio y decides no contármelo?" Dijo mi prima señalando a Harry, serio.
Lilly, nuestro apodo. Nos llamamos así desde que somos pequeñas. Ella no sabía decir mi nombre, ni yo el suyo. Así que nos quedamos con "Lilly".
"¿Novio? Lo he conocido hoy." Dije algo nerviosa.
"¿Qué te pasa?¿Desde cuándo tú estás tan cariñosa con un tío que apenas conoces?" Me miró con cara misteriosa.
"Venga, vamos. Tengo sorpresa para ti." Dije agarrándole el brazo.
"¿No vas a contármelo?"
"Cuando sepas con quien estaba, lo entenderás todo."
Mi prima no se lo creía hasta que Harry le enseñó el DNI. Estaba muy emocionada por conocer a Harry. Fuimos caminando hasta casa los cuatro escuchando las anécdotas que contaba Harry y las intervenciones que hacía de vez en cuando Lilly haciéndole saber que la mayoría, ya las sabíamos.
"¿Quieres pasar un rato?" Preguntó mi prima cogiendo a Carlos por el brazo.
"Mejor me voy, no quisiera molestar… Tengo que estar en un rato en el estadio."
"¡No molestas! Además, ¡así nos ayudas a hacer unas cosas!
"¿Qué cosas?" Dijimos Carlos y yo al unísono. No dábamos crédito a nada.
"Ya lo veréis." Se despegó de Carlos y nos empujó a los dos hacia dentro.
"Lilly, enséñale la casa que yo voy sacando las cosas, ¿vale?" Me guiñó un ojo y me eché a reír. La intenciones de mi prima eran muy claras. Harry no dudó en acariciar mi mano y entrelazar nuestras manos, la mía muy pequeña en comparación con la suya. Subimos al piso de arriba, y nos quedamos en el salón, de pie.
"Tu prima es demasiado lista. Me está empezando a caer muy bien." Dijo agarrándome por detrás suavemente la cintura.
"La verdad es que tiene unas ideas geniales y se las ingenia muy bien para que todo salga como ella quiere." No dijo nada. Me giró hacia él acercándome más y más hacia su cuerpo, hacia su torso vestido con una camiseta de manga corta gris que le quedaba realmente sexy. Nos quedamos en silencio. Parados uno en frente del otro sin saber que decir. Pero en ese momento no importaba. Sobraban las palabras. Apoyé mis pequeñas manos sobre su pecho y el rodeó mi cuerpo con las suyas. Le miré, me devolvió la mirada clavando sus ojos verdes sobre los míos marrones y la verdad es que la tentación de besarle era irresistible, pero no lo iba a hacer. Harry se dio cuenta, en cambio, no se separó de mi. Apoyó sus manos en mis mejillas, acercó mi cara a la suya y me dio un dulce beso en la frente.
"Vas a ser mía, lo prometo." Me invadió una sensación de felicidad y agonía a la vez. Estaba feliz porque quería estar conmigo, triste porque él vive en Inglaterra y yo vivo en España, la distancia que nos separa es muy larga. "No eres una chica fácil, por eso iré despacio. Me gustas"
"No me digas eso… " Una lágrima cayó de mis ojos resbalando lentamente sobre mi mejilla.
"Es verdad." Dijo mientras con su dedo gordo me secaba la mancha húmeda.
"Por eso mismo. Por qué sé que es verdad y cuando me vaya, se me hará todo mucho más difícil."
"Tenemos todo un verano por delante."
"Y todo un mes con exámenes en el que probablemente ni te podré contestar al teléfono."
"Te vendré a ver."
"¿Y la gira?"
"¿Confías en mí?" No dije nada. Sus palabras retumbaban por toda mi cabeza. Apenas hacía unas horas que le conocía, pero sentía que habían pasado meses, incluso años. No pude contenerme y le abracé rodeando mis brazos sobre su cuello. Un abrazo fuerte y cálido. Él rodeó sus brazos sobre mi cintura devolviéndome el abrazo.
Lilly subió las escaleras de la mano de Carlos.
"Lo siento, chicos." Interrumpió C. Harry y yo nos despegamos rápidamente y nos dedicamos una sonrisa. "Ya está todo y no tenemos mucho tiempo." Lilly había preparado en el salón de la planta baja una película con palomitas, refrescos y demás… ¿La película? Love Actually. Ella sabía perfectamente que era la película favorita de Harry, junto con la mía. Nos pasamos la tarde viendo la película y comiendo palomitas hasta que Harry se tuvo que ir, ya que llegaba tarde al estadio para el concierto que tenía que dar esa noche.
"Cuéntamelo todo ahora mismo. Tenemos una hora y media, no quiero que te saltes ningún detalle." Dijo mi prima expectante.
Se lo conté todo, detalle por detalle mientras nos arreglábamos. Lilly estaba boquiabierta y muy callada escuchando . Sin ninguna pregunta, nada. Raro en ella.
"¿Te ha comido la lengua el gato?" Pregunté vacilando.
"Estoy flipando." Dijo mientras caía rendida en la cama con los brazos y las piernas abiertas. "Es como un sueño hecho realidad. No sabes lo contenta que estoy por ti. Te mereces esto y muchísimo más." Dijo sonriente, seguidamente me tiré encima suyo y le di un abrazo.
"Me estas aplastando." Se quejó, y nos echamos a reír como dos niñas felices y despreocupadas que todavía les falta mucho por vivir.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 4: Parte 1.
Llegamos a una sala gigante con sofás y una televisión de plasma en la pared, había dos puertas, una cada lado de la sala, debía ser uno de los camerinos. No había nadie, pero se oía a Harry cantar y una guitarra que la acompañaba.
"¿Little Things?" Dijo María emocionada.
Entré despacio por la puerta y allí estaba Harry cantando y Niall acompañándole con la guitarra. Me quedé de pie, apoyada en la pared mirando como cantaba, cantaba realmente bien. De vez en cuando me sonreía y fijaba su mirada sobre la mía mostrando sus hoyuelos.
"They add up to. I'm in love with you, and all these little things…"
"Yeah!" Gritó Niall. Yo aplaudí con los ojos llorosos. Esa canción realmente me emocionaba.
"Genial chicos, perfecta." Niall dejó la guitarra a un lado, vino hacia mí y me dio un abrazo tan fuerte que me dejó sin respiración.
"¡Por fin! Dos horas hablando de ti, ¡ya tenía ganas de conocerte!" Dijo riendo.
"Venga Niall, ya está… " Dijo Harry intentando separar sus brazos que rodeaban mi espalda.
"¿Dos horas? No sabía que fuera tan importante." Dije mirando a Harry con las cejas levantadas.
"Sí, lo eres." Dijo Niall mientras me guiñaba un ojo y le pegaba un pequeño codazo en las costillas a Harry.
"¿Y Carlos?" Preguntó Harry cambiando de tema.
"Con María en el sofá, haciendo cosas de novios." Respondí. Niall se puso las dos manos en la boca, exagerando un gesto de sorpresa.
"Entonces, ¿vamos Niall? quiero que los conozcas." Me cogió de la cintura y nos dirigimos a la sala. Cuando Niall los vio, fue hacia María, que estaba apoyada sobre el hombro de Carlos y riendo, se levantó y Niall le apretujó como había hecho conmigo, después le dio la mano a C, y se pusieron a hablar mientras salíamos de la sala hacia la zona de peluquería y maquillaje donde estaban los demás chicos. Harry me cogió por el hombro, y entramos los primeros a la sala.
Louis y Zayn estaban en peluquería, mientras Lou les hacía un par de retoques más a su pelo. Liam estaba sentado en un sofá que había en una esquina, con Lux encima suyo y un MacBook, mirando dibujos animados.
"¡Pero mira quien viene por ahí con Hazza!" Dijo Louis. Zayn me miró a través del espejo, dedicándome una sonrisa tímida.
"Bueno chicos, esta es Eugenia, la chica de la que os he hablado." Me presentó Harry.
"¿Eu-qué?" Dijeron todos al unísono.
"E-u-g-e-n-i-a." Dije despacio y vocalizando. Todos se echaron a reír. "Me podéis llamar Eu."
"Harry ya nos había enseñado como decirlo, solo querían hacer la broma estos payasos…" Dijo Liam sonriente. Yo me puse ligeramente colorada.
"Ven aquí renacuajo." Louis se levantó de la silla y me apretujo mucho más fuerte de lo que lo había hecho Niall. "Cuida a mi Harold ¿eh?" Yo no pude contener la risa y me eché a reír. Zayn se levantó y me dio la mano con una sonrisa dibujada en su cara. Liam vino con Lux en brazos, que esta jugaba con el cuello de su camisa, y me dio un beso en la mejilla. Me quedé jugando con Lux y con Liam, mientras que Lilly y C se presentaban a los demás y se quedaron hablando.
"Le gustas mucho." Dijo Liam.
"Me encantan los niños." Dije con una sonrisa. "¿La puedo coger?" Pregunté. Liam asintió, cogí a Lux y me quede con ella en brazos.
"No me refería a Lux, sino a…" Señaló a Harry con la cabeza mientras Lux jugaba con mi pelo. "Al parecer veo que a Lux también. Te está haciendo un buen peinado."
"No importa. Me gusta." Dije riendo.
"Te sacaré una foto." Liam sacó el teléfono de su bolsillo para sacarme la foto, le di mi numero y la subí a Twitter.
***
Lilly y yo no parábamos de bailar y de gritar. Parecíamos dos niñas pequeñas en un parque de atracciones. Al final, Carlos, también se unió a la fiesta, pero de repente cuando acabaron de tocar She's Not Afraid, Harry cogió el micro y empezó a hablar.
"¿Cuántas chicas hoy aquí llevan pantalones vaqueros?" Un montón de chicas empezaron a gritar emocionadas y Harry sonrió. "La canción que va dedicada a todas vosotras, esa canción que os hace llorar cada vez que la escucháis porque os define perfectamente, hoy se la voy a dedicar a alguien muy especial que he conocido hoy, aquí, en Madrid. Little Things.
Seguidamente se me llenaron los ojos de lágrimas y empezaron a caer sobre mis mejillas. Mi prima lo vio y no dudó en abrazarme, Carlos se unió a ese abrazo colectivo que solo nos dábamos a final del verano, cuando ellos se iban ya a su pueblo y yo me iba al mío. Little Things, la canción con la que he llorado millones de veces en mi habitación deseando que alguien me la dedicara y hoy me la dedica él. Nos despegamos de ese abrazo colectivo y miré a Harry. Me estaba mirando, serio y sonriente a la vez.
Al acabar el concierto, recibí un mensaje:
"Ponte guapa que a las 22:30 te paso a recoger por casa. Preferiblemente, algo sexy." Se lo enseñé a mi prima. El corazón se iba a salir de mi pecho en cualquier momento.
Llegamos a una sala gigante con sofás y una televisión de plasma en la pared, había dos puertas, una cada lado de la sala, debía ser uno de los camerinos. No había nadie, pero se oía a Harry cantar y una guitarra que la acompañaba.
"¿Little Things?" Dijo María emocionada.
Entré despacio por la puerta y allí estaba Harry cantando y Niall acompañándole con la guitarra. Me quedé de pie, apoyada en la pared mirando como cantaba, cantaba realmente bien. De vez en cuando me sonreía y fijaba su mirada sobre la mía mostrando sus hoyuelos.
"They add up to. I'm in love with you, and all these little things…"
"Yeah!" Gritó Niall. Yo aplaudí con los ojos llorosos. Esa canción realmente me emocionaba.
"Genial chicos, perfecta." Niall dejó la guitarra a un lado, vino hacia mí y me dio un abrazo tan fuerte que me dejó sin respiración.
"¡Por fin! Dos horas hablando de ti, ¡ya tenía ganas de conocerte!" Dijo riendo.
"Venga Niall, ya está… " Dijo Harry intentando separar sus brazos que rodeaban mi espalda.
"¿Dos horas? No sabía que fuera tan importante." Dije mirando a Harry con las cejas levantadas.
"Sí, lo eres." Dijo Niall mientras me guiñaba un ojo y le pegaba un pequeño codazo en las costillas a Harry.
"¿Y Carlos?" Preguntó Harry cambiando de tema.
"Con María en el sofá, haciendo cosas de novios." Respondí. Niall se puso las dos manos en la boca, exagerando un gesto de sorpresa.
"Entonces, ¿vamos Niall? quiero que los conozcas." Me cogió de la cintura y nos dirigimos a la sala. Cuando Niall los vio, fue hacia María, que estaba apoyada sobre el hombro de Carlos y riendo, se levantó y Niall le apretujó como había hecho conmigo, después le dio la mano a C, y se pusieron a hablar mientras salíamos de la sala hacia la zona de peluquería y maquillaje donde estaban los demás chicos. Harry me cogió por el hombro, y entramos los primeros a la sala.
Louis y Zayn estaban en peluquería, mientras Lou les hacía un par de retoques más a su pelo. Liam estaba sentado en un sofá que había en una esquina, con Lux encima suyo y un MacBook, mirando dibujos animados.
"¡Pero mira quien viene por ahí con Hazza!" Dijo Louis. Zayn me miró a través del espejo, dedicándome una sonrisa tímida.
"Bueno chicos, esta es Eugenia, la chica de la que os he hablado." Me presentó Harry.
"¿Eu-qué?" Dijeron todos al unísono.
"E-u-g-e-n-i-a." Dije despacio y vocalizando. Todos se echaron a reír. "Me podéis llamar Eu."
"Harry ya nos había enseñado como decirlo, solo querían hacer la broma estos payasos…" Dijo Liam sonriente. Yo me puse ligeramente colorada.
"Ven aquí renacuajo." Louis se levantó de la silla y me apretujo mucho más fuerte de lo que lo había hecho Niall. "Cuida a mi Harold ¿eh?" Yo no pude contener la risa y me eché a reír. Zayn se levantó y me dio la mano con una sonrisa dibujada en su cara. Liam vino con Lux en brazos, que esta jugaba con el cuello de su camisa, y me dio un beso en la mejilla. Me quedé jugando con Lux y con Liam, mientras que Lilly y C se presentaban a los demás y se quedaron hablando.
"Le gustas mucho." Dijo Liam.
"Me encantan los niños." Dije con una sonrisa. "¿La puedo coger?" Pregunté. Liam asintió, cogí a Lux y me quede con ella en brazos.
"No me refería a Lux, sino a…" Señaló a Harry con la cabeza mientras Lux jugaba con mi pelo. "Al parecer veo que a Lux también. Te está haciendo un buen peinado."
"No importa. Me gusta." Dije riendo.
"Te sacaré una foto." Liam sacó el teléfono de su bolsillo para sacarme la foto, le di mi numero y la subí a Twitter.
***
Lilly y yo no parábamos de bailar y de gritar. Parecíamos dos niñas pequeñas en un parque de atracciones. Al final, Carlos, también se unió a la fiesta, pero de repente cuando acabaron de tocar She's Not Afraid, Harry cogió el micro y empezó a hablar.
"¿Cuántas chicas hoy aquí llevan pantalones vaqueros?" Un montón de chicas empezaron a gritar emocionadas y Harry sonrió. "La canción que va dedicada a todas vosotras, esa canción que os hace llorar cada vez que la escucháis porque os define perfectamente, hoy se la voy a dedicar a alguien muy especial que he conocido hoy, aquí, en Madrid. Little Things.
Seguidamente se me llenaron los ojos de lágrimas y empezaron a caer sobre mis mejillas. Mi prima lo vio y no dudó en abrazarme, Carlos se unió a ese abrazo colectivo que solo nos dábamos a final del verano, cuando ellos se iban ya a su pueblo y yo me iba al mío. Little Things, la canción con la que he llorado millones de veces en mi habitación deseando que alguien me la dedicara y hoy me la dedica él. Nos despegamos de ese abrazo colectivo y miré a Harry. Me estaba mirando, serio y sonriente a la vez.
Al acabar el concierto, recibí un mensaje:
"Ponte guapa que a las 22:30 te paso a recoger por casa. Preferiblemente, algo sexy." Se lo enseñé a mi prima. El corazón se iba a salir de mi pecho en cualquier momento.
Última edición por ohmysexyharold_ el Lun 25 Mar 2013, 3:24 pm, editado 4 veces
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 4: Parte 2.
No sabía qué significado de sexy tendría Harry así que decidí ponerme un vestido de seda color negro ajustado con un elástico por la cintura. Por delante, me quedaba encima de las rodillas, y por detrás a la altura de los tobillos. Lilly sacó del armario unos tacones negros con brillantes plateados por el tacón, a conjunto con el vestido. Me puse un poco de base, colorete, me pinté los labios de rojo y me puse un poco de perfume.
Allí había un coche negro con una nota. "Sube, H." No me lo pensé dos veces y subí. Llegué al hotel donde se alojaban, por la puerta de atrás y me dirigí hacia el hall.
"¿Señorita Eugenia?" Dijo una voz a lo lejos.
"Sí, soy yo." Respondí sonriendo al hombre que se encontraba en la recepción.
"La están esperando en la novena planta." Fui en dirección al ascensor y subí al piso nueve, donde me encontré con una puerta, que debía de ser la puerta de una azotea. Abrí la puerta y ahí estaba Harry de espaldas asomado por la barandilla. Llevaba unos pantalones ajustados azul marino y una americana a conjunto con una camisa blanca metida por dentro de los pantalones y desabrochada por el cuello. Iba absolutamente precioso. La azotea estaba decorada con luces en tonos cálidos y una mesa en una esquina, con la cubertería preparada, un mantel blanco y una rosa en el centro. Todo perfecto. Se giró y dirigió sus pasos hacia mí.
"Hola princesa." Sacó un ramo de doce rosas de detrás de su espalda. Lo miré sorprendida y ilusionada a la vez. Me abalancé sobre él y le di un beso en la mejilla. Nos separamos y se quedó mirando mi vestido. "Date la vuelta." Cogió mi mano dando una vuelta sobre mí misma y sonrió. Me acercó la silla para que me sentara y seguidamente, se sentó enfrente mío.
"Vaya sorpresa más bonita." Dije mirando alrededor. "Definitivamente me encantan las sorpresas."
"Bueno, he hecho lo que he podido." Dijo mientras descorchaba una botella de champagne. El tapón salió disparado y yo me reí ligeramente.
"Es todo perfecto. Aunque bastaba con la canción. Nunca nadie había hecho algo así por mí."
"¿Nunca?" Preguntó sorprendido. Negué con la cabeza. " Imposible. Una chica como tú se merece esto todos los días." Bajé la vista, avergonzada por las palabras de Harry. Empezaba a notar mis mejillas rosadas. Gracias a Dios vino un camarero a traernos la comida y empecamos a comer. "¿Cómo es que nunca habían hecho algo así por ti?" Quería evitar esa pregunta, no quería hablar de esto con él.
"Mmm, que rico está todo." Dije con intento de cambiar de tema. No funcionó.
"Eugenia…" Murmuró.
"Bueno, la verdad es que había candidato, pero digamos que no hubo ocasión." Harry me miró con las cejas levantadas. "Oh, Dios…" Suspiré. Se lo tenía que contar, ese era el momento. Así que tomé la iniciativa. "Javi era un chico genial, al que todas las chicas iban detrás, incluso yo. Íbamos a clase juntos desde los trece años, así que había confianza con él. Hace por lo menos un año y medio, la profesora de biología nos juntó para hacer un trabajo que yo maldecí porque nunca había pasado un rato con él a solas, solo con amigos y da gracias. Bueno, el trabajo duraba todo un trimestre, y decidimos quedar en mi casa una vez por semana para ir avanzando. Durante esos días, empezamos a tontear, una cosa llevó a la otra y nos liamos. Todo el colegio se enteró y como era de esperar, empezamos a salir. Era todo perfecto, estaba completamente enamorada de él. Solo tenía ojos para mi, y nunca había tenido motivos para ponerme celosa de ninguna chica. Era la envidia de todas las chicas del instituto y a mí me encantaba serlo, a quien vamos a engañar." Hice una pausa para aclararme la garganta. "El caso es que el día que hacíamos nueve meses, decidió contarme que esa misma semana se había follado a una chica, porque yo no le daba lo que el necesitaba. La verdad es que soy muy insegura conmigo misma, y yo, no estaba preparada. Eso me partió el alma, me decía que me esperaría, que estaba enamorado de mi y luego se fue con otra. Al cabo de dos meses, me vino con la historia de que me quería y de que estos dos meses sin mí se le habían hecho muy difíciles. Fui tan tonta que me tiré encima de sus brazos y estuve con él tres meses más. Pero durante esos tres meses, no hubo día que no discutiera con él, porque todas y cada una de las personas que le conocían me decían que estaba con otras aparte de conmigo, yo me moría por dentro, y no lo aguantaba más." Noté como las lágrimas caían sobre mis mejillas y Harry apretó su mandíbula, enfadado. "Un día decidí preguntarle a ver si era verdad, y me dijo que sí. Me volvió a recriminar que yo no le daba lo que él buscaba, y que solo se aprovechaba de mí. Allí me desplomé y entramos en la mayor discusión que jamás he tenido con nadie en mi vida. Me hizo rabiar tanto que le pegue un manotazo con la mano plana en la cara, y él me lo devolvió dejándome un ojo morado y el labio partido. Desde ese momento no quise saber nada más de él. Cada día recibía un mensaje suyo pidiéndome perdón, que lo que dijo lo había dicho sin pensar, que no pretendía haberme pegado y que era lo que más quería en el mundo. De esto hace solo tres meses." Yo seguía llorando. Mis lágrimas se escapaban de mis ojos rápidamente, mientras intentaba secármelas. Harry se levantó, se puso de cuclillas a mi lado y me sujeto la cara forzándome a que le mirara a los ojos.
"Escúchame. Nunca voy a permitir que llores por un gilipollas como ese. Nunca." Me secó las lágrimas con las mangas de su camisa. "Vales muchísimo más de lo que tú te crees. Si ese tío no te supo valorar, mejor, así te puedo valorar yo como realmente te mereces." Sus palabras me sacaron una sonrisa, y él me dedicó otra. "Quien no supo valorarte cuando tuvo su oportunidad, ahora debería importante una mierda." Jamás quiero hacerte sentir de este modo, y si algún día lo hago no me perdones, porque habré tenido mi mejor oportunidad y por ser idiota la habré dejado escapar."
"Harry…" Hice una pausa de unos quince segundos intentando aclarar mis pensamientos. "Lo nuestro es imposible. No lo fuerces mas… No podemos estar juntos porque tu vida es muy distinta a la mía. Yo tengo un futuro por delante y una carrera que estudiar. Tu futuro ya está escrito, viajas por todo el mundo sin rumbo fijo haciendo lo que te dicen que tienes que hacer, no tendrás tiempo para mi, y los rumores de que estés con otra chica irán apareciendo día sí y día también. ¿Tú crees que voy a poder soportar esto? Es muy difícil cuando la persona a la que quieres puede llegar a estar a miles de kilómetros por ahí."
"¿Al menos lo puedes intentar?" Dijo secándome las lagrimas de los ojos mientras se mordía el labio inferior. " Por mi…"
Justo antes de acabar la palabra, Harry me besó. Un beso dulce y cálido. Al principio no supe cómo responder. Era la primera vez en al menos tres meses que alguien me besaba, pero después me sumergí en él. Noté como Harry se agarraba a mi cintura, me levantó de la silla en la que yo estaba sentada y me alzó por lo menos medio metro del suelo. Era el mejor beso que me habían dado en mucho tiempo. Harry se separó por un instante, sin dejarme caer, y me miró. Yo sonreía como cuando a una niña pequeña le dan su chuchería favorita y como acto reflejo me mordí el labio inferior. No podía aguantar más, estaba completamente feliz. Me lancé a besarle, pero esta vez con más pasión. En ese instante noté como me faltaba la respiración. Este chico me ponía muy nerviosa cuando le tenía así de cerca. Subió por mi cuello dándome pequeños besos húmedos hasta llegar a mi oído.
"Gracias." Susurró. Su dulce, cálida y ronca voz hizo que me estremeciera. Le respondí a su agradecimiento con un beso en la mejilla y me separé de él, haciendo muchos esfuerzos por mantener el equilibrio.
No sabía qué significado de sexy tendría Harry así que decidí ponerme un vestido de seda color negro ajustado con un elástico por la cintura. Por delante, me quedaba encima de las rodillas, y por detrás a la altura de los tobillos. Lilly sacó del armario unos tacones negros con brillantes plateados por el tacón, a conjunto con el vestido. Me puse un poco de base, colorete, me pinté los labios de rojo y me puse un poco de perfume.
Allí había un coche negro con una nota. "Sube, H." No me lo pensé dos veces y subí. Llegué al hotel donde se alojaban, por la puerta de atrás y me dirigí hacia el hall.
"¿Señorita Eugenia?" Dijo una voz a lo lejos.
"Sí, soy yo." Respondí sonriendo al hombre que se encontraba en la recepción.
"La están esperando en la novena planta." Fui en dirección al ascensor y subí al piso nueve, donde me encontré con una puerta, que debía de ser la puerta de una azotea. Abrí la puerta y ahí estaba Harry de espaldas asomado por la barandilla. Llevaba unos pantalones ajustados azul marino y una americana a conjunto con una camisa blanca metida por dentro de los pantalones y desabrochada por el cuello. Iba absolutamente precioso. La azotea estaba decorada con luces en tonos cálidos y una mesa en una esquina, con la cubertería preparada, un mantel blanco y una rosa en el centro. Todo perfecto. Se giró y dirigió sus pasos hacia mí.
"Hola princesa." Sacó un ramo de doce rosas de detrás de su espalda. Lo miré sorprendida y ilusionada a la vez. Me abalancé sobre él y le di un beso en la mejilla. Nos separamos y se quedó mirando mi vestido. "Date la vuelta." Cogió mi mano dando una vuelta sobre mí misma y sonrió. Me acercó la silla para que me sentara y seguidamente, se sentó enfrente mío.
"Vaya sorpresa más bonita." Dije mirando alrededor. "Definitivamente me encantan las sorpresas."
"Bueno, he hecho lo que he podido." Dijo mientras descorchaba una botella de champagne. El tapón salió disparado y yo me reí ligeramente.
"Es todo perfecto. Aunque bastaba con la canción. Nunca nadie había hecho algo así por mí."
"¿Nunca?" Preguntó sorprendido. Negué con la cabeza. " Imposible. Una chica como tú se merece esto todos los días." Bajé la vista, avergonzada por las palabras de Harry. Empezaba a notar mis mejillas rosadas. Gracias a Dios vino un camarero a traernos la comida y empecamos a comer. "¿Cómo es que nunca habían hecho algo así por ti?" Quería evitar esa pregunta, no quería hablar de esto con él.
"Mmm, que rico está todo." Dije con intento de cambiar de tema. No funcionó.
"Eugenia…" Murmuró.
"Bueno, la verdad es que había candidato, pero digamos que no hubo ocasión." Harry me miró con las cejas levantadas. "Oh, Dios…" Suspiré. Se lo tenía que contar, ese era el momento. Así que tomé la iniciativa. "Javi era un chico genial, al que todas las chicas iban detrás, incluso yo. Íbamos a clase juntos desde los trece años, así que había confianza con él. Hace por lo menos un año y medio, la profesora de biología nos juntó para hacer un trabajo que yo maldecí porque nunca había pasado un rato con él a solas, solo con amigos y da gracias. Bueno, el trabajo duraba todo un trimestre, y decidimos quedar en mi casa una vez por semana para ir avanzando. Durante esos días, empezamos a tontear, una cosa llevó a la otra y nos liamos. Todo el colegio se enteró y como era de esperar, empezamos a salir. Era todo perfecto, estaba completamente enamorada de él. Solo tenía ojos para mi, y nunca había tenido motivos para ponerme celosa de ninguna chica. Era la envidia de todas las chicas del instituto y a mí me encantaba serlo, a quien vamos a engañar." Hice una pausa para aclararme la garganta. "El caso es que el día que hacíamos nueve meses, decidió contarme que esa misma semana se había follado a una chica, porque yo no le daba lo que el necesitaba. La verdad es que soy muy insegura conmigo misma, y yo, no estaba preparada. Eso me partió el alma, me decía que me esperaría, que estaba enamorado de mi y luego se fue con otra. Al cabo de dos meses, me vino con la historia de que me quería y de que estos dos meses sin mí se le habían hecho muy difíciles. Fui tan tonta que me tiré encima de sus brazos y estuve con él tres meses más. Pero durante esos tres meses, no hubo día que no discutiera con él, porque todas y cada una de las personas que le conocían me decían que estaba con otras aparte de conmigo, yo me moría por dentro, y no lo aguantaba más." Noté como las lágrimas caían sobre mis mejillas y Harry apretó su mandíbula, enfadado. "Un día decidí preguntarle a ver si era verdad, y me dijo que sí. Me volvió a recriminar que yo no le daba lo que él buscaba, y que solo se aprovechaba de mí. Allí me desplomé y entramos en la mayor discusión que jamás he tenido con nadie en mi vida. Me hizo rabiar tanto que le pegue un manotazo con la mano plana en la cara, y él me lo devolvió dejándome un ojo morado y el labio partido. Desde ese momento no quise saber nada más de él. Cada día recibía un mensaje suyo pidiéndome perdón, que lo que dijo lo había dicho sin pensar, que no pretendía haberme pegado y que era lo que más quería en el mundo. De esto hace solo tres meses." Yo seguía llorando. Mis lágrimas se escapaban de mis ojos rápidamente, mientras intentaba secármelas. Harry se levantó, se puso de cuclillas a mi lado y me sujeto la cara forzándome a que le mirara a los ojos.
"Escúchame. Nunca voy a permitir que llores por un gilipollas como ese. Nunca." Me secó las lágrimas con las mangas de su camisa. "Vales muchísimo más de lo que tú te crees. Si ese tío no te supo valorar, mejor, así te puedo valorar yo como realmente te mereces." Sus palabras me sacaron una sonrisa, y él me dedicó otra. "Quien no supo valorarte cuando tuvo su oportunidad, ahora debería importante una mierda." Jamás quiero hacerte sentir de este modo, y si algún día lo hago no me perdones, porque habré tenido mi mejor oportunidad y por ser idiota la habré dejado escapar."
"Harry…" Hice una pausa de unos quince segundos intentando aclarar mis pensamientos. "Lo nuestro es imposible. No lo fuerces mas… No podemos estar juntos porque tu vida es muy distinta a la mía. Yo tengo un futuro por delante y una carrera que estudiar. Tu futuro ya está escrito, viajas por todo el mundo sin rumbo fijo haciendo lo que te dicen que tienes que hacer, no tendrás tiempo para mi, y los rumores de que estés con otra chica irán apareciendo día sí y día también. ¿Tú crees que voy a poder soportar esto? Es muy difícil cuando la persona a la que quieres puede llegar a estar a miles de kilómetros por ahí."
"¿Al menos lo puedes intentar?" Dijo secándome las lagrimas de los ojos mientras se mordía el labio inferior. " Por mi…"
Justo antes de acabar la palabra, Harry me besó. Un beso dulce y cálido. Al principio no supe cómo responder. Era la primera vez en al menos tres meses que alguien me besaba, pero después me sumergí en él. Noté como Harry se agarraba a mi cintura, me levantó de la silla en la que yo estaba sentada y me alzó por lo menos medio metro del suelo. Era el mejor beso que me habían dado en mucho tiempo. Harry se separó por un instante, sin dejarme caer, y me miró. Yo sonreía como cuando a una niña pequeña le dan su chuchería favorita y como acto reflejo me mordí el labio inferior. No podía aguantar más, estaba completamente feliz. Me lancé a besarle, pero esta vez con más pasión. En ese instante noté como me faltaba la respiración. Este chico me ponía muy nerviosa cuando le tenía así de cerca. Subió por mi cuello dándome pequeños besos húmedos hasta llegar a mi oído.
"Gracias." Susurró. Su dulce, cálida y ronca voz hizo que me estremeciera. Le respondí a su agradecimiento con un beso en la mejilla y me separé de él, haciendo muchos esfuerzos por mantener el equilibrio.
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Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPITULO 5:
Me desperté y parecía que había sido todo un sueño. ¿Realmente había conocido a Harry?¿Lo había besado? Eso sí, sentía por él algo más que atracción física. Miré mi móvil sin mirar que hora era y abrí Twitter: tenía tropecientas mil menciones de gente conocida y unos quinientos seguidores más. "¿Pero qué coño es esto?" Pensé. Leí la primera mención, de Harry. Entonces todo había sido real. "Este es el principio de muchas mañanas, tardes y noches" Noté como se me llenaron los ojos de lágrimas y una sonrisa se dibujó en mi cara. Lo iba a echar mucho de menos. Miré la segunda mención, de Liam, era la foto que nos hicimos todos anoche después de salir a cenar con Harry. Justo antes de mirar los demás mensajes, Lilly entró por la puerta.
"¡Qué haces todavía en la cama! ¡Nos están esperando!" Dijo quitándome la sábana. "Deja de babear mirando el móvil y vístete ¡Ya! ¡Nos vamos al parque de atracciones!" Dijo pegando saltitos. A mí no me hizo mucha gracia. No entiendo esa obsesión que tiene la gente de subirse a una máquina para pasárselo bien. ¿No es mejor hacer una excursión con picnic todos juntos?¿O ir a algún restaurante de comida basura, ponernos hasta las botas y luego ir al cine? Pues no. Había que ir al parque de atracciones por petición exclusiva de Louis, Niall y mi prima. Miré la hora, las doce y media. Era tardísimo. Me levanté de la cama de un salto, me duché y me lavé los dientes. Abrí la maleta y saqué unos shorts color salmón deshechos por la parte del dobladillo, una camiseta ancha blanca de tirantes con encaje, una cazadora vaquera y unas botas bajas de ante color beige. Me vestí, me puse un poco de máscara de pestañas y bajé pitando las escaleras. Efectivamente, estaban todos esperando en la cocina riéndose y haciendo bromas.
"¡Hablando de la reina de Roma!" Dijo Lilly. La ignoré y me fui directa a la nevera, cogí un brick de zumo, una magdalena de la encimera, me senté encima de ésta y me la comí juntamente con el zumo. No había abierto la boca ni siquiera para dar los buenos días. No me hacía mucha gracia que fuéramos al parque de atracciones.
"¿Qué te pasa?" Preguntó Harry. La verdad es que no me había dado cuenta de que estaba allí, y ni siquiera le había dado los buenos días. Le hice un gesto para que viniese a mi lado a hacerme compañía, y así lo hizo.
"Es que no le gusta mucho la idea de ir al parque de atracciones." Dijo Lilly con sonrisa malvada, de esas que pone ella cuando está tramando algo. Yo le miré con mala cara.
"Pues mira Zayn, ya tienes compi de penas." Le dijo Louis dándole un pequeño golpe en el hombro. "Los miedicas se quedarán allí, sentaditos, mientras los valientes se lo pasan bien." Yo le saqué la lengua y Zayn se rió ante mi gesto.
"Que sepas, capitán valiente, que Zayn y yo no somos miedicas, solo tenemos formas distintas de entender el concepto de diversión." Dije con tono vacilón. "Solo sabemos divertirnos con cosas más simples ¿a que sí?" Dije mientras miraba a Zayn, le guiñé un ojo, salté de la encimera, di un beso en la mejilla a Harry, pasé por al lado de Zayn, le choqué la mano y me dirigí hacia arriba a recoger mi móvil, al bajar asomé mi cabeza por la puerta de la cocina.
"Bueno, ¿qué? ¿Os vais a quedar allí sentados todo el día con esas caras de mosca?" Dije guiñando un ojo. "Venga, vamos." Dije mientras señalaba la puerta con la cabeza.
Llegamos al parque Warner Madrid. Solo había estado una vez en mi vida, y ya hacía bastantes años, así que no lo recordaba muy bien. Nada más entrar, los chicos se quisieron subir a una especie de sofá gigante que giraba sobre sí mismo en el aire dejándonos boca abajo. Recuerdo haberme subido antes, así que convencí a Zayn para que se pusiera a mi lado y nos montásemos. La experiencia fue tan horrible para los dos que decidimos no subirnos nunca más, y nos fuimos a montar en todas las atracciones de los pequeños.
***
"¿Quieres hacer algo malvado?" Pregunté pensativa mientras nos dirigíamos a la caída libre, donde estaban los demás.
"Miedo me das." Dijo Zayn riendo. Cogimos dos botellas de plástico grandes y las rellenamos de agua. Les hicimos un agujero en el tapón y nos fuimos directos a la caída libre. Nos escondimos cada uno detrás de una basura que había justo al lado de la salida, y esperamos a que saliesen. El primero en salir fue Niall, que iba gritando del subidón de adrenalina que le debía haber pegado, pasó por al lado de la basura donde estaba escondido Zayn, el cual le tiró un chorrito de agua que salió directo del tapón y se giró, estaba serio. Zayn volvió a tirarle agua, y Niall se volvió a girar con cara de confusión. Seguidamente salieron Louis y Harry. Niall fue hacia ellos, y como ahora estaban más cerca de mí, les tiré un pequeño chorro de agua. Todos se giraron.
"¿Está lloviendo?" Preguntó Louis confundido.
"¿Tu también lo has notado? Me ha caído agua hace un rato, cuando estaba allí." Dijo el rubio señalando la basura donde Zayn estaba escondido. Cuando salieron Liam, C y Lilly, volvimos a tirarles agua, pero esta vez los dos, y se giraron todos a la vez confusos. Zayn y yo hicimos la señal que habíamos planeado antes, abrimos el tapón de la botella, salimos de la basura silenciosamente y les echamos agua por todo.
"¡Ahh, cabrones!" Gritó Niall tapándose la cabeza por el agua. "¡Sois vosotros!" Afirmó. Noté como alguien más fuerte y alto que yo, y empapado de los pies a la cabeza, me cogía por detrás como un saco de patatas y empezaba a caminar. Los demás siguieron los movimientos de Harry conmigo encima, y Zayn sacó el móvil para grabar.
"¡Zayn ayuda!" Grité.
"¡Disfruta de la experiencia, estás en buenas manos!" Dijo guiñándome un ojo.
"¡Traidor! ¡Ven aquí corriendo y bájame de aquí!" Dije mientras pegaba patadas a Harry. Todos rieron, mientras Zayn y Lou, me hacían un video. "¿Queréis dejar de grabar?" Repliqué.
"Luego tendrás un bonito recuerdo de este momento." Intervino Harry dándome palmaditas en el culo. "¡Con los valientes no se mete nadie!"
"¡Pero Zayn es mi aliado! ¡Mojadle también a él!" Dije señalándole. Ellos no paraban de reír y a mí me estaban cabreando. Me estaba arrepintiendo de haber dicho que nos reiríamos un rato todos juntos.
"¿Pero de quien ha sido la idea?" Le di un pellizco en el culo. "Además, Zayn es Zayn." Dijo riendo.
"Y yo soy t… Ahh!" Grité. Justo antes de poder terminar la frase, Harry se metió conmigo en la fuente, y los demás no paraban de reír. "¡Harry! ¡Fríííííía!¡Esta helada burro!" Dio un par de vueltas corriendo por la fuente conmigo a rastras. Me mojó, me remojó y me empapó. Era divertido, pero el agua estaba helada. Los demás, seguían expectantes grabando la situación y reían ante mis gritos. Había unas veinte personas haciéndonos fotos y grabando, que vergüenza. Harry me bajó de su hombro, y conseguí escaparme. Fui corriendo hacia Zayn.
"¡Dame un abrazo!" Grité con los brazos abiertos. Zayn salió corriendo, pero le conseguí alcanzar. Le di un abrazo mojado, pero unas manos me separaron de él y me subieron otra vez a rastras.
"¡Sueltame! ¡No soy un saco!" Harry soltó una carcajada.
"Eres mí saco." Supongo que lo dijo con una sonrisa, pero no alcancé a verla ya que mi cabeza estaba a la altura de su cintura y boca abajo. Yo no me pude resistir ante sus palabras y sonreí como una tonta. Me metió en la fuente y me bajó de su hombro. Me agarró fuertemente de la cintura, me atrajo hacia su cuerpo y me besó. Fue un beso helado, como el agua que nos rodeaba. Rodeé mis brazos entorno a su cuello, y le besé con más ganas. Él me levantó del suelo y empezó a dar vueltas sobre su eje. La gente nos seguía sacando fotos y estaba aplaudiendo. Yo me moría de la vergüenza, ese beso que me estaba dejando desconcertada, completamente sin respiración. Notaba como mi corazón se aceleraba cada segundo que nuestros labios permanecían juntos, y por lo que yo sentía el suyo también. Me alzó un poco más, rodeé mis piernas entorno a su cintura, y sus brazos se posaron en mi culo, sujetándome para no caerme.
"¡El sexo cuando lleguemos al hotel!" Gritó Louis aguando la fiesta. "¡Esto es escándalo público!" Todos rieron ante su vasto comentario. Harry y yo nos separamos juntando nuestras frentes mientras nuestro aliento se mezclaba. Sonrió ante ese gesto. Giré mi cara mirando con indignación a Louis.
"¡Envidioso!" Grité mientras le sacaba la lengua. Le di un pequeño beso a Harry, me bajó de encima suyo y fuimos con los demás cogidos de la mano. Estábamos completamente empapados de los pies a la cabeza y me estaba muriendo de frio. Pero los demás no tardaron mucho en meterse en la fuente hasta terminar completamente empapados de los pies a la cabeza.
Me desperté y parecía que había sido todo un sueño. ¿Realmente había conocido a Harry?¿Lo había besado? Eso sí, sentía por él algo más que atracción física. Miré mi móvil sin mirar que hora era y abrí Twitter: tenía tropecientas mil menciones de gente conocida y unos quinientos seguidores más. "¿Pero qué coño es esto?" Pensé. Leí la primera mención, de Harry. Entonces todo había sido real. "Este es el principio de muchas mañanas, tardes y noches" Noté como se me llenaron los ojos de lágrimas y una sonrisa se dibujó en mi cara. Lo iba a echar mucho de menos. Miré la segunda mención, de Liam, era la foto que nos hicimos todos anoche después de salir a cenar con Harry. Justo antes de mirar los demás mensajes, Lilly entró por la puerta.
"¡Qué haces todavía en la cama! ¡Nos están esperando!" Dijo quitándome la sábana. "Deja de babear mirando el móvil y vístete ¡Ya! ¡Nos vamos al parque de atracciones!" Dijo pegando saltitos. A mí no me hizo mucha gracia. No entiendo esa obsesión que tiene la gente de subirse a una máquina para pasárselo bien. ¿No es mejor hacer una excursión con picnic todos juntos?¿O ir a algún restaurante de comida basura, ponernos hasta las botas y luego ir al cine? Pues no. Había que ir al parque de atracciones por petición exclusiva de Louis, Niall y mi prima. Miré la hora, las doce y media. Era tardísimo. Me levanté de la cama de un salto, me duché y me lavé los dientes. Abrí la maleta y saqué unos shorts color salmón deshechos por la parte del dobladillo, una camiseta ancha blanca de tirantes con encaje, una cazadora vaquera y unas botas bajas de ante color beige. Me vestí, me puse un poco de máscara de pestañas y bajé pitando las escaleras. Efectivamente, estaban todos esperando en la cocina riéndose y haciendo bromas.
"¡Hablando de la reina de Roma!" Dijo Lilly. La ignoré y me fui directa a la nevera, cogí un brick de zumo, una magdalena de la encimera, me senté encima de ésta y me la comí juntamente con el zumo. No había abierto la boca ni siquiera para dar los buenos días. No me hacía mucha gracia que fuéramos al parque de atracciones.
"¿Qué te pasa?" Preguntó Harry. La verdad es que no me había dado cuenta de que estaba allí, y ni siquiera le había dado los buenos días. Le hice un gesto para que viniese a mi lado a hacerme compañía, y así lo hizo.
"Es que no le gusta mucho la idea de ir al parque de atracciones." Dijo Lilly con sonrisa malvada, de esas que pone ella cuando está tramando algo. Yo le miré con mala cara.
"Pues mira Zayn, ya tienes compi de penas." Le dijo Louis dándole un pequeño golpe en el hombro. "Los miedicas se quedarán allí, sentaditos, mientras los valientes se lo pasan bien." Yo le saqué la lengua y Zayn se rió ante mi gesto.
"Que sepas, capitán valiente, que Zayn y yo no somos miedicas, solo tenemos formas distintas de entender el concepto de diversión." Dije con tono vacilón. "Solo sabemos divertirnos con cosas más simples ¿a que sí?" Dije mientras miraba a Zayn, le guiñé un ojo, salté de la encimera, di un beso en la mejilla a Harry, pasé por al lado de Zayn, le choqué la mano y me dirigí hacia arriba a recoger mi móvil, al bajar asomé mi cabeza por la puerta de la cocina.
"Bueno, ¿qué? ¿Os vais a quedar allí sentados todo el día con esas caras de mosca?" Dije guiñando un ojo. "Venga, vamos." Dije mientras señalaba la puerta con la cabeza.
Llegamos al parque Warner Madrid. Solo había estado una vez en mi vida, y ya hacía bastantes años, así que no lo recordaba muy bien. Nada más entrar, los chicos se quisieron subir a una especie de sofá gigante que giraba sobre sí mismo en el aire dejándonos boca abajo. Recuerdo haberme subido antes, así que convencí a Zayn para que se pusiera a mi lado y nos montásemos. La experiencia fue tan horrible para los dos que decidimos no subirnos nunca más, y nos fuimos a montar en todas las atracciones de los pequeños.
***
"¿Quieres hacer algo malvado?" Pregunté pensativa mientras nos dirigíamos a la caída libre, donde estaban los demás.
"Miedo me das." Dijo Zayn riendo. Cogimos dos botellas de plástico grandes y las rellenamos de agua. Les hicimos un agujero en el tapón y nos fuimos directos a la caída libre. Nos escondimos cada uno detrás de una basura que había justo al lado de la salida, y esperamos a que saliesen. El primero en salir fue Niall, que iba gritando del subidón de adrenalina que le debía haber pegado, pasó por al lado de la basura donde estaba escondido Zayn, el cual le tiró un chorrito de agua que salió directo del tapón y se giró, estaba serio. Zayn volvió a tirarle agua, y Niall se volvió a girar con cara de confusión. Seguidamente salieron Louis y Harry. Niall fue hacia ellos, y como ahora estaban más cerca de mí, les tiré un pequeño chorro de agua. Todos se giraron.
"¿Está lloviendo?" Preguntó Louis confundido.
"¿Tu también lo has notado? Me ha caído agua hace un rato, cuando estaba allí." Dijo el rubio señalando la basura donde Zayn estaba escondido. Cuando salieron Liam, C y Lilly, volvimos a tirarles agua, pero esta vez los dos, y se giraron todos a la vez confusos. Zayn y yo hicimos la señal que habíamos planeado antes, abrimos el tapón de la botella, salimos de la basura silenciosamente y les echamos agua por todo.
"¡Ahh, cabrones!" Gritó Niall tapándose la cabeza por el agua. "¡Sois vosotros!" Afirmó. Noté como alguien más fuerte y alto que yo, y empapado de los pies a la cabeza, me cogía por detrás como un saco de patatas y empezaba a caminar. Los demás siguieron los movimientos de Harry conmigo encima, y Zayn sacó el móvil para grabar.
"¡Zayn ayuda!" Grité.
"¡Disfruta de la experiencia, estás en buenas manos!" Dijo guiñándome un ojo.
"¡Traidor! ¡Ven aquí corriendo y bájame de aquí!" Dije mientras pegaba patadas a Harry. Todos rieron, mientras Zayn y Lou, me hacían un video. "¿Queréis dejar de grabar?" Repliqué.
"Luego tendrás un bonito recuerdo de este momento." Intervino Harry dándome palmaditas en el culo. "¡Con los valientes no se mete nadie!"
"¡Pero Zayn es mi aliado! ¡Mojadle también a él!" Dije señalándole. Ellos no paraban de reír y a mí me estaban cabreando. Me estaba arrepintiendo de haber dicho que nos reiríamos un rato todos juntos.
"¿Pero de quien ha sido la idea?" Le di un pellizco en el culo. "Además, Zayn es Zayn." Dijo riendo.
"Y yo soy t… Ahh!" Grité. Justo antes de poder terminar la frase, Harry se metió conmigo en la fuente, y los demás no paraban de reír. "¡Harry! ¡Fríííííía!¡Esta helada burro!" Dio un par de vueltas corriendo por la fuente conmigo a rastras. Me mojó, me remojó y me empapó. Era divertido, pero el agua estaba helada. Los demás, seguían expectantes grabando la situación y reían ante mis gritos. Había unas veinte personas haciéndonos fotos y grabando, que vergüenza. Harry me bajó de su hombro, y conseguí escaparme. Fui corriendo hacia Zayn.
"¡Dame un abrazo!" Grité con los brazos abiertos. Zayn salió corriendo, pero le conseguí alcanzar. Le di un abrazo mojado, pero unas manos me separaron de él y me subieron otra vez a rastras.
"¡Sueltame! ¡No soy un saco!" Harry soltó una carcajada.
"Eres mí saco." Supongo que lo dijo con una sonrisa, pero no alcancé a verla ya que mi cabeza estaba a la altura de su cintura y boca abajo. Yo no me pude resistir ante sus palabras y sonreí como una tonta. Me metió en la fuente y me bajó de su hombro. Me agarró fuertemente de la cintura, me atrajo hacia su cuerpo y me besó. Fue un beso helado, como el agua que nos rodeaba. Rodeé mis brazos entorno a su cuello, y le besé con más ganas. Él me levantó del suelo y empezó a dar vueltas sobre su eje. La gente nos seguía sacando fotos y estaba aplaudiendo. Yo me moría de la vergüenza, ese beso que me estaba dejando desconcertada, completamente sin respiración. Notaba como mi corazón se aceleraba cada segundo que nuestros labios permanecían juntos, y por lo que yo sentía el suyo también. Me alzó un poco más, rodeé mis piernas entorno a su cintura, y sus brazos se posaron en mi culo, sujetándome para no caerme.
"¡El sexo cuando lleguemos al hotel!" Gritó Louis aguando la fiesta. "¡Esto es escándalo público!" Todos rieron ante su vasto comentario. Harry y yo nos separamos juntando nuestras frentes mientras nuestro aliento se mezclaba. Sonrió ante ese gesto. Giré mi cara mirando con indignación a Louis.
"¡Envidioso!" Grité mientras le sacaba la lengua. Le di un pequeño beso a Harry, me bajó de encima suyo y fuimos con los demás cogidos de la mano. Estábamos completamente empapados de los pies a la cabeza y me estaba muriendo de frio. Pero los demás no tardaron mucho en meterse en la fuente hasta terminar completamente empapados de los pies a la cabeza.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 6:
"Me voy a constipar por tu culpa." Me quejé mientras entrabamos en la habitación.
"Quítate la ropa." Dijo mientras me intentaba sacar la sudadera que me había dejado justo después de salir del parque de atracciones.
"¿Qué pretendes?" Dije mientras luchaba contra él para que no subiera más el trozo de tela caliente.
"Que te metas en la ducha. Venga, quítate la ropa."
"Me la quitaré, pero en el baño." Le guiñé un ojo, le di un beso, y me metí en el baño. Salí con la toalla envuelta por el cuerpo. Harry estaba sentado en la cama con el móvil, sin nada que cubriese su pecho. Apartó la vista del móvil y se me quedó mirando con una sonrisa que mostraba sus dos hoyuelos. Parecía estar observando algún trozo de mi cuerpo que no había sido cubierto por la toalla, pero estaba equivocada. Solo me estaba poniendo colorada.
"¿Quieres dejar de desnudarme con la mirada? Me estas poniendo nerviosa." Dije mientras caminaba hacia él. "¿Qué me pongo?" Me situé enfrente de él cruzando los brazos.
"Mejor dicho, ¿qué te quitas?" Dijo con esa sonrisa todavía puesta.
"Qué asco me das." Dije sacándole la lengua mientras mis mejillas se volvían de un tono más rosado. Harry se rió negando con la cabeza mientras se dirigía al armario. Sacó unos pantalones de chándal grises, una camiseta blanca y una sudadera. Me dejó la ropa en el sillón y se acercó lentamente hacia mí sin apartar la vista de mis ojos. Me agarró por la cintura cubriendo con sus dos enormes manos mis curvas y me empezó a dar besos por el cuello, cosa que no resistía.
"Harry… Por favor." Dije con los ojos medio cerrados y una sonrisa en la cara.
"Déjame quitarte esa toalla…" Me susurró al oído.
"Ni lo sueñes." Dije todavía sonriendo. Y Harry volvió a mi cuello posando ligeras humedades con sus labios. Una milésima de segundo después, Harry me agarró de la cintura, me levantó un metro del suelo, me tiró en la cama como si fuera un cojín en plena guerra y me empezó a hacer cosquillas.
"¡No!" Supliqué retorciéndome de la risa. "¡Harry por favor!"
"Dime que sí."
"¡No! " Harry cada vez me hacía más y más cosquillas. "¡Harry!"
"Suplícamelo." Dijo con media sonrisa.
"¡Te lo suplico! ¡Por favor!" Y se lanzó a besarme. Yo estaba tumbada en la cama boca arriba, sujetándome la toalla con una mano, y la otra rodeando el cuello de Harry. Él estaba en posición de flexión con una mano a cada lado de mi cabeza con los codos ligeramente doblados. Me besó tiernamente. Su lengua recorrió toda mi boca despacio, sin ninguna prisa. Yo hice lo mismo con la mía intentando recordar cada milímetro, por si acaso. Se separó de mí con la respiración acelerada y me sonrió mirándome con los ojos medio abiertos. Un pequeño ruido salió de su pecho formando una ligera curva en sus labios.
"Antes de que te metiera en la fuente, ibas a decir algo…" Dijo con tono seductor.
"¿El qué?" Respondí sonriendo.
"Eso yo ya no lo sé. Me lo tienes que decir tú."
"No me acuerdo…"
"Que sí, a ver …" Dijo mientras se levantaba de su posición de flexión y se sentaba en la cama. Yo también me levanté y me senté junto a él. "Cuando te he dicho: "Zayn es Zayn…" y tú has dicho "¿Y yo soy…?"
"¿Yo soy qué?"
"Eso es lo que me tenias que decir, el 'qué'." Me acordaba perfectamente de lo que le iba a decir, pero en esos momentos no piensas lo que dices porque estás nerviosa, y eso es exactamente lo que me había pasado minutos atrás y no pensaba decírselo. No pensaba decirle que iba a decir que yo era su novia, porque técnicamente no lo era.
"No se… " Dije intentando mentir, pero no funcionó.
"Creo que alguien quiere otro ataque de cosquillas" Dijo haciendo amago de atacarme.
"¡No!" Negué poniendo mis manos en las suyas intentando que no se acercase a mí.
"Pues dímelo." Dijo haciendo fuerza hacía mi, sobre sus manos.
"No." Seguía haciendo una ligera fuerza, suficiente para conseguir tumbarme sin hacerme daño y me estaba inclinando hacia abajo. "¡Esto no es justo! No puede ser que me hagas cosquillas cada vez que quieras saber algo. Y además, llevo una toalla y no estoy al cien por cien para defenderme… Eres un tramposo. "Harry se rió mientras seguía haciendo fuerza.
"Es la forma más fácil para que me digas lo que quiero saber… Sin mentiras." Dijo con media sonrisa y finalmente, me atacó.
"¡Vale, vale! Te lo digo, pero suéltame." Me dejó de hacer cosquillas y me cogió como si fuera una princesa. Me agarré a su cuello y nos quedamos unos pocos centímetros el uno del otro cruzando nuestras miradas fijamente.
"¿Me lo vas a decir?" Dijo levantando las cejas.
"Me da vergüenza." Me dio un pequeño beso en los labios.
"¿Y ahora?" Sonrió y yo aparté la mirada de sus ojos.
"¿Te puedo hacer una pregunta?" Dije ligeramente sonrojada. Él asintió. "¿Somos algo? Quiero decir… ¿Tu y yo, estamos juntos o solo lo haces por diversión, por entretenerte un rato este fin de semana?" Harry levantó las cejas con gesto sorprendente y le miré a los ojos cruzándome con su mirada. "¿Estamos, o no estamos?"
"Si lo hubiera hecho por divertirme, ya nos hubiéramos acostado hace rato, ¿no crees?"
"¿Entonces?" Levanté las cejas, estaba nerviosa. Harry se acercó a mi oreja, mientras yo jugaba con sus rizos de la parte trasera de su pelo.
"¿Quieres ser mi novia?" Dijo susurrando con voz ronca. En ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo. Apartó la cara de mi oreja y me lancé a besarle.
***
Cogí la ropa que me había dado Harry, me vestí y me puse a recolectar mi ropa empapada. Seguidamente Harry salió de la ducha con una toalla enrollada por la cintura y algo en las manos. Me di cuenta que me faltaba mi ropa interior, me la había dejado en el baño. Miré a Harry detenidamente y reparé en sus manos.
"Dame eso ya." Cogió mi sujetador y lo empezó a mirar, era negro sin tirantes. Después mis bragas, , negras también.
"Harry…"
"Esto es demasiado sexy… Supongo que llevarás algo ahí debajo, ¿no?" Dijo con media sonrisa plasmada en su boca. Yo me abalancé sobre él intentando alcanzar mis prendas íntimas, pero alzó el brazo para que no lo consiguiera. "No, no. Dame un beso." Dijo señalando sus labios. Le di un beso, pero en la mejilla. Eso no pareció mucho de su agrado, pero me devolvió mi ropa. "Lo siento si te ha molestado. Solo pretendía parecer divertido." Le mire a los ojos y le abrace hundiendo mi cabeza en su pecho, él me cogió por la cintura y me devolvió el abrazo.
"Gracias." Susurré.
"Me voy a constipar por tu culpa." Me quejé mientras entrabamos en la habitación.
"Quítate la ropa." Dijo mientras me intentaba sacar la sudadera que me había dejado justo después de salir del parque de atracciones.
"¿Qué pretendes?" Dije mientras luchaba contra él para que no subiera más el trozo de tela caliente.
"Que te metas en la ducha. Venga, quítate la ropa."
"Me la quitaré, pero en el baño." Le guiñé un ojo, le di un beso, y me metí en el baño. Salí con la toalla envuelta por el cuerpo. Harry estaba sentado en la cama con el móvil, sin nada que cubriese su pecho. Apartó la vista del móvil y se me quedó mirando con una sonrisa que mostraba sus dos hoyuelos. Parecía estar observando algún trozo de mi cuerpo que no había sido cubierto por la toalla, pero estaba equivocada. Solo me estaba poniendo colorada.
"¿Quieres dejar de desnudarme con la mirada? Me estas poniendo nerviosa." Dije mientras caminaba hacia él. "¿Qué me pongo?" Me situé enfrente de él cruzando los brazos.
"Mejor dicho, ¿qué te quitas?" Dijo con esa sonrisa todavía puesta.
"Qué asco me das." Dije sacándole la lengua mientras mis mejillas se volvían de un tono más rosado. Harry se rió negando con la cabeza mientras se dirigía al armario. Sacó unos pantalones de chándal grises, una camiseta blanca y una sudadera. Me dejó la ropa en el sillón y se acercó lentamente hacia mí sin apartar la vista de mis ojos. Me agarró por la cintura cubriendo con sus dos enormes manos mis curvas y me empezó a dar besos por el cuello, cosa que no resistía.
"Harry… Por favor." Dije con los ojos medio cerrados y una sonrisa en la cara.
"Déjame quitarte esa toalla…" Me susurró al oído.
"Ni lo sueñes." Dije todavía sonriendo. Y Harry volvió a mi cuello posando ligeras humedades con sus labios. Una milésima de segundo después, Harry me agarró de la cintura, me levantó un metro del suelo, me tiró en la cama como si fuera un cojín en plena guerra y me empezó a hacer cosquillas.
"¡No!" Supliqué retorciéndome de la risa. "¡Harry por favor!"
"Dime que sí."
"¡No! " Harry cada vez me hacía más y más cosquillas. "¡Harry!"
"Suplícamelo." Dijo con media sonrisa.
"¡Te lo suplico! ¡Por favor!" Y se lanzó a besarme. Yo estaba tumbada en la cama boca arriba, sujetándome la toalla con una mano, y la otra rodeando el cuello de Harry. Él estaba en posición de flexión con una mano a cada lado de mi cabeza con los codos ligeramente doblados. Me besó tiernamente. Su lengua recorrió toda mi boca despacio, sin ninguna prisa. Yo hice lo mismo con la mía intentando recordar cada milímetro, por si acaso. Se separó de mí con la respiración acelerada y me sonrió mirándome con los ojos medio abiertos. Un pequeño ruido salió de su pecho formando una ligera curva en sus labios.
"Antes de que te metiera en la fuente, ibas a decir algo…" Dijo con tono seductor.
"¿El qué?" Respondí sonriendo.
"Eso yo ya no lo sé. Me lo tienes que decir tú."
"No me acuerdo…"
"Que sí, a ver …" Dijo mientras se levantaba de su posición de flexión y se sentaba en la cama. Yo también me levanté y me senté junto a él. "Cuando te he dicho: "Zayn es Zayn…" y tú has dicho "¿Y yo soy…?"
"¿Yo soy qué?"
"Eso es lo que me tenias que decir, el 'qué'." Me acordaba perfectamente de lo que le iba a decir, pero en esos momentos no piensas lo que dices porque estás nerviosa, y eso es exactamente lo que me había pasado minutos atrás y no pensaba decírselo. No pensaba decirle que iba a decir que yo era su novia, porque técnicamente no lo era.
"No se… " Dije intentando mentir, pero no funcionó.
"Creo que alguien quiere otro ataque de cosquillas" Dijo haciendo amago de atacarme.
"¡No!" Negué poniendo mis manos en las suyas intentando que no se acercase a mí.
"Pues dímelo." Dijo haciendo fuerza hacía mi, sobre sus manos.
"No." Seguía haciendo una ligera fuerza, suficiente para conseguir tumbarme sin hacerme daño y me estaba inclinando hacia abajo. "¡Esto no es justo! No puede ser que me hagas cosquillas cada vez que quieras saber algo. Y además, llevo una toalla y no estoy al cien por cien para defenderme… Eres un tramposo. "Harry se rió mientras seguía haciendo fuerza.
"Es la forma más fácil para que me digas lo que quiero saber… Sin mentiras." Dijo con media sonrisa y finalmente, me atacó.
"¡Vale, vale! Te lo digo, pero suéltame." Me dejó de hacer cosquillas y me cogió como si fuera una princesa. Me agarré a su cuello y nos quedamos unos pocos centímetros el uno del otro cruzando nuestras miradas fijamente.
"¿Me lo vas a decir?" Dijo levantando las cejas.
"Me da vergüenza." Me dio un pequeño beso en los labios.
"¿Y ahora?" Sonrió y yo aparté la mirada de sus ojos.
"¿Te puedo hacer una pregunta?" Dije ligeramente sonrojada. Él asintió. "¿Somos algo? Quiero decir… ¿Tu y yo, estamos juntos o solo lo haces por diversión, por entretenerte un rato este fin de semana?" Harry levantó las cejas con gesto sorprendente y le miré a los ojos cruzándome con su mirada. "¿Estamos, o no estamos?"
"Si lo hubiera hecho por divertirme, ya nos hubiéramos acostado hace rato, ¿no crees?"
"¿Entonces?" Levanté las cejas, estaba nerviosa. Harry se acercó a mi oreja, mientras yo jugaba con sus rizos de la parte trasera de su pelo.
"¿Quieres ser mi novia?" Dijo susurrando con voz ronca. En ese momento un escalofrío recorrió mi cuerpo. Apartó la cara de mi oreja y me lancé a besarle.
***
Cogí la ropa que me había dado Harry, me vestí y me puse a recolectar mi ropa empapada. Seguidamente Harry salió de la ducha con una toalla enrollada por la cintura y algo en las manos. Me di cuenta que me faltaba mi ropa interior, me la había dejado en el baño. Miré a Harry detenidamente y reparé en sus manos.
"Dame eso ya." Cogió mi sujetador y lo empezó a mirar, era negro sin tirantes. Después mis bragas, , negras también.
"Harry…"
"Esto es demasiado sexy… Supongo que llevarás algo ahí debajo, ¿no?" Dijo con media sonrisa plasmada en su boca. Yo me abalancé sobre él intentando alcanzar mis prendas íntimas, pero alzó el brazo para que no lo consiguiera. "No, no. Dame un beso." Dijo señalando sus labios. Le di un beso, pero en la mejilla. Eso no pareció mucho de su agrado, pero me devolvió mi ropa. "Lo siento si te ha molestado. Solo pretendía parecer divertido." Le mire a los ojos y le abrace hundiendo mi cabeza en su pecho, él me cogió por la cintura y me devolvió el abrazo.
"Gracias." Susurré.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPITULO 7:
"¡Voy yo! pero no me hagáis trampas que nos conocemos ¿eh?" Dije mientras me levantaba de la silla. Estábamos jugando al Monopoly.
"Que sí, que si, venga." Dijo Lilly pegándole un pequeño codazo a Carlos. Fui a abrir la puerta y allí estaba, tan perfecto como siempre.
"¡Harry!" Me abalancé sobre él dándole un beso.
"Vamos."
"¿A dónde?" Pregunté curiosa. No obtuve respuesta. "Voy echa un desastre." Dije señalando mi ropa.
"Veo que llevas mi sudadera…" Añadió sonriendo. Me cogió del brazo y me estiró hacia él mientras salía por la puerta.
"¿A qué hora os vais mañana?" Pregunté.
"Por la mañana, pronto." Su expresión era seria.
"¿Qué pasa?"
"Nada." Vi como tenía la mandíbula apretada. Algo no iba bien. Entrelacé mis dedos con los suyos para intentar calmarlo, algo que resultó de gran utilidad. Rocé mi pulgar sobre sus nudillos, y noté unas pequeñas heridas, que resultaban hechas hace poco.
"¿Qué ha pasado?" No respondió. "¿Harry?"
"No ha pasado nada. " El silencio se hizo dueño de la situación. No me gustaba nada el cambio de actitud de Harry, me asustaba. Fuimos durante los diez minutos de camino cogidos de la mano andando en silencio. De vez en cuando me giraba hacia Harry para ver la expresión de su cara cada vez un poco más relajada gracias a las caricias que iba dejando de vez en cuando sobre su mano, que parecían reconfortarle. Llegamos al hotel de los chicos, pero en la planta de las habitaciones parecíamos estar él y yo solos. En un abrir y cerrar de ojos, me encontré empotrada contra la pared gracias a un fuerte golpe que dio Harry sobre mí. Nuestras narices se rozaban y nuestro aliento se mezclaba. Notaba que el corazón se iba a salir de mi pecho en cualquier momento.
"No quiero que nos separen." Dijo dando pequeñas caricias sobre mi mejilla.
"¿Q-quién nos va a separar?" Tartamudeé ligeramente posando mis manos sobre su nuca mientras jugaba con sus rizos. Harry cerró los ojos, y cogió una gran bocanada de aire.
"Nadie." Dijo con tono amenazador. En ese momento su teléfono sonó. "Mierda…" Rebuscó el móvil por su bolsillo trasero. Se alejó de mi dándome un beso en la frente y descolgó. A medida que se iba alejando, sus facciones se iban endureciendo. Su mano derecha sujetaba el móvil, y su mano izquierda estaba envuelta en un puño, cada vez apretado con más fuerza dejando ver sus nudillos blancos. Posó su antebrazo contra la pared y apoyó su frente en él. No estaba contento. No conseguí escuchar la conversación, pero deduje que se trataba de algo no muy bueno a medida que se iba acercando a mí con paso ligero.
"Ven." Entrelazó suavemente sus dedos con los míos y me dirigió a una habitación que no era la suya y, al parecer, de nadie más. Se acercó a mi sujetándome por la cintura y me dio un pequeño beso en la frente. "Necesito que te quedes aquí, vuelvo en un rato." Susurró a mi oído.
"¿Tardarás mucho?" Dije posando pequeñas caricias con mis manos sobre su pecho.
"No más de diez minutos. Tengo que solucionar una cosa." Me dio un pequeño beso en los labios y salió por la puerta. La verdad es que me fastidiaba un poco el hecho de dejarme aquí sola, en una habitación que no era de nadie. Me senté en la cama que había en el centro de la enorme habitación, acomodé los cojines y me apoyé en ellos. ¿Quién le habría llamado y por qué estaba tan furioso? ¿Tendría algo que ver conmigo? No me gustaba verlo así. Antes de que me diese cuenta, una mano estaba acariciando mi espalda.
"Amor." Susurró una voz cálida y ronca. "Te has quedado dormida."
Harry:
Debió quedarse dormida hace rato. Había tardado más del tiempo previsto. Al no obtener respuesta por parte de ella, decidí hacer lo que creía conveniente. Le desabroché el botón de sus pantalones, y se los arrastré cuidadosamente hacia abajo hasta sacárselos por los tobillos dejando a la vista su ropa interior de encaje negro, realmente sexy. Saqué la sudadera que le había prestado horas antes muy despacio por su pequeña cabeza juntamente con su camiseta dejando a la vista su sujetador, para mi sorpresa, de un color parecido al coral. Su cuerpo era realmente increíble en ropa interior, pero ella se veía como las demás, idea que debía sacarle de la cabeza. Nada en comparación con las otras chicas con las que había estado. Reparé en su pecho izquierdo donde tenía un tatuaje, casi insignificante, a la altura del corazón que le quedaba realmente bien. Me quité la camiseta para ponérsela a ella, la cogí en brazos y la coloqué en el centro de la cama. Deslicé mis pantalones vaqueros por mis piernas hasta llegar al suelo dejado al descubierto mis bóxers grises y me tumbé a su lado, dejando que apoyase su cabeza sobre mí pecho cálido. Acaricié su largo pelo rubio mientras observaba las facciones de su cara. Era hermosa, y ella no lo sabía. No iba a dejar que me separasen de ella.
Eugenia:
Me desperté un poco descolocada y sobresaltada por la situación. Unos brazos fuertes me estaban sujetando por detrás, y estaba en una habitación que parecía no ser la de casa de Lilly. Me giré y allí estaba. Ese chico de pelo rizado que tanto me gustaba. Enredé mis dedos en su pelo, ligeramente despeinado, acariciándolo con suavidad. Su gesto era relajado y desprendía cierto aire de tranquilidad. Me reconfortaba saber que ya estaba más tranquilo después de la llamada de ayer.
"Buenos días, preciosa." Dijo con voz ronca mientras me atraía con sus brazos hacia él entrelazando sus piernas desnudas con las mías.
"Buenos días." Dije acariciando sus rizos una vez más. "Lo siento, ayer me debí quedar dormida."
"Estás guapísima, así, recién levantada." Añadió sin hacer caso omiso a mi comentario, mirándome fijamente a los ojos. Mis mejillas empezaron a sonrojarse. "Además, mi camiseta te debe quedar genial." Miré para ver que ropa llevaba puesta. Creía recordar haberme quedado dormida, pero con mi ropa.
"¿Me desvestiste?" Pregunté extrañada. Aunque la pregunta era claramente obvia. Él asintió con una sonrisa de oreja a oreja mostrando esos hoyuelos que tanto me gustan. Se acercó a mí para darme un beso, pero aparté mi cara con cierta picardía. En un abrir y cerrar de ojos, Harry se posicionó encima mío dejando besos húmedos por mi cuello, mientras lentamente subía la parte inferior de mi camiseta. "Harry…" Siguió subiéndola hasta llegar a mi sujetador y se quedó mirando fijamente mi tatuaje.
"¿Qué significa?" Preguntó mientras daba besitos encima de él.
"Es solo un tatuaje."
"Pero tiene un significado, ¿no?" Me acomodé en la cama dejando los besos de Harry a un lado, mientras me sentaba sobre sus piernas dispuesta a contarle todo acerca de la enfermedad de mi madre y lo mal que lo habíamos pasado mis hermanos y yo este último año, y así hice. Alguna que otra lágrima caía de mis ojos, y el enseguida me la limpiaba posando sus manos en mi cara y arrastrando la pequeña gota con el pulgar. Es el único tatuaje que tengo en todo el cuerpo, todo un logro para mí, teniendo en cuenta que les tengo cierto respeto a las agujas. Me lo hice hace seis meses, cuando supe que mi madre estaba mejorando. Es el símbolo del lazo cruzado (ᴥ), que significa lucha, lucha contra el cáncer de mama en el caso de mi madre.
"¡Voy yo! pero no me hagáis trampas que nos conocemos ¿eh?" Dije mientras me levantaba de la silla. Estábamos jugando al Monopoly.
"Que sí, que si, venga." Dijo Lilly pegándole un pequeño codazo a Carlos. Fui a abrir la puerta y allí estaba, tan perfecto como siempre.
"¡Harry!" Me abalancé sobre él dándole un beso.
"Vamos."
"¿A dónde?" Pregunté curiosa. No obtuve respuesta. "Voy echa un desastre." Dije señalando mi ropa.
"Veo que llevas mi sudadera…" Añadió sonriendo. Me cogió del brazo y me estiró hacia él mientras salía por la puerta.
"¿A qué hora os vais mañana?" Pregunté.
"Por la mañana, pronto." Su expresión era seria.
"¿Qué pasa?"
"Nada." Vi como tenía la mandíbula apretada. Algo no iba bien. Entrelacé mis dedos con los suyos para intentar calmarlo, algo que resultó de gran utilidad. Rocé mi pulgar sobre sus nudillos, y noté unas pequeñas heridas, que resultaban hechas hace poco.
"¿Qué ha pasado?" No respondió. "¿Harry?"
"No ha pasado nada. " El silencio se hizo dueño de la situación. No me gustaba nada el cambio de actitud de Harry, me asustaba. Fuimos durante los diez minutos de camino cogidos de la mano andando en silencio. De vez en cuando me giraba hacia Harry para ver la expresión de su cara cada vez un poco más relajada gracias a las caricias que iba dejando de vez en cuando sobre su mano, que parecían reconfortarle. Llegamos al hotel de los chicos, pero en la planta de las habitaciones parecíamos estar él y yo solos. En un abrir y cerrar de ojos, me encontré empotrada contra la pared gracias a un fuerte golpe que dio Harry sobre mí. Nuestras narices se rozaban y nuestro aliento se mezclaba. Notaba que el corazón se iba a salir de mi pecho en cualquier momento.
"No quiero que nos separen." Dijo dando pequeñas caricias sobre mi mejilla.
"¿Q-quién nos va a separar?" Tartamudeé ligeramente posando mis manos sobre su nuca mientras jugaba con sus rizos. Harry cerró los ojos, y cogió una gran bocanada de aire.
"Nadie." Dijo con tono amenazador. En ese momento su teléfono sonó. "Mierda…" Rebuscó el móvil por su bolsillo trasero. Se alejó de mi dándome un beso en la frente y descolgó. A medida que se iba alejando, sus facciones se iban endureciendo. Su mano derecha sujetaba el móvil, y su mano izquierda estaba envuelta en un puño, cada vez apretado con más fuerza dejando ver sus nudillos blancos. Posó su antebrazo contra la pared y apoyó su frente en él. No estaba contento. No conseguí escuchar la conversación, pero deduje que se trataba de algo no muy bueno a medida que se iba acercando a mí con paso ligero.
"Ven." Entrelazó suavemente sus dedos con los míos y me dirigió a una habitación que no era la suya y, al parecer, de nadie más. Se acercó a mi sujetándome por la cintura y me dio un pequeño beso en la frente. "Necesito que te quedes aquí, vuelvo en un rato." Susurró a mi oído.
"¿Tardarás mucho?" Dije posando pequeñas caricias con mis manos sobre su pecho.
"No más de diez minutos. Tengo que solucionar una cosa." Me dio un pequeño beso en los labios y salió por la puerta. La verdad es que me fastidiaba un poco el hecho de dejarme aquí sola, en una habitación que no era de nadie. Me senté en la cama que había en el centro de la enorme habitación, acomodé los cojines y me apoyé en ellos. ¿Quién le habría llamado y por qué estaba tan furioso? ¿Tendría algo que ver conmigo? No me gustaba verlo así. Antes de que me diese cuenta, una mano estaba acariciando mi espalda.
"Amor." Susurró una voz cálida y ronca. "Te has quedado dormida."
Harry:
Debió quedarse dormida hace rato. Había tardado más del tiempo previsto. Al no obtener respuesta por parte de ella, decidí hacer lo que creía conveniente. Le desabroché el botón de sus pantalones, y se los arrastré cuidadosamente hacia abajo hasta sacárselos por los tobillos dejando a la vista su ropa interior de encaje negro, realmente sexy. Saqué la sudadera que le había prestado horas antes muy despacio por su pequeña cabeza juntamente con su camiseta dejando a la vista su sujetador, para mi sorpresa, de un color parecido al coral. Su cuerpo era realmente increíble en ropa interior, pero ella se veía como las demás, idea que debía sacarle de la cabeza. Nada en comparación con las otras chicas con las que había estado. Reparé en su pecho izquierdo donde tenía un tatuaje, casi insignificante, a la altura del corazón que le quedaba realmente bien. Me quité la camiseta para ponérsela a ella, la cogí en brazos y la coloqué en el centro de la cama. Deslicé mis pantalones vaqueros por mis piernas hasta llegar al suelo dejado al descubierto mis bóxers grises y me tumbé a su lado, dejando que apoyase su cabeza sobre mí pecho cálido. Acaricié su largo pelo rubio mientras observaba las facciones de su cara. Era hermosa, y ella no lo sabía. No iba a dejar que me separasen de ella.
Eugenia:
Me desperté un poco descolocada y sobresaltada por la situación. Unos brazos fuertes me estaban sujetando por detrás, y estaba en una habitación que parecía no ser la de casa de Lilly. Me giré y allí estaba. Ese chico de pelo rizado que tanto me gustaba. Enredé mis dedos en su pelo, ligeramente despeinado, acariciándolo con suavidad. Su gesto era relajado y desprendía cierto aire de tranquilidad. Me reconfortaba saber que ya estaba más tranquilo después de la llamada de ayer.
"Buenos días, preciosa." Dijo con voz ronca mientras me atraía con sus brazos hacia él entrelazando sus piernas desnudas con las mías.
"Buenos días." Dije acariciando sus rizos una vez más. "Lo siento, ayer me debí quedar dormida."
"Estás guapísima, así, recién levantada." Añadió sin hacer caso omiso a mi comentario, mirándome fijamente a los ojos. Mis mejillas empezaron a sonrojarse. "Además, mi camiseta te debe quedar genial." Miré para ver que ropa llevaba puesta. Creía recordar haberme quedado dormida, pero con mi ropa.
"¿Me desvestiste?" Pregunté extrañada. Aunque la pregunta era claramente obvia. Él asintió con una sonrisa de oreja a oreja mostrando esos hoyuelos que tanto me gustan. Se acercó a mí para darme un beso, pero aparté mi cara con cierta picardía. En un abrir y cerrar de ojos, Harry se posicionó encima mío dejando besos húmedos por mi cuello, mientras lentamente subía la parte inferior de mi camiseta. "Harry…" Siguió subiéndola hasta llegar a mi sujetador y se quedó mirando fijamente mi tatuaje.
"¿Qué significa?" Preguntó mientras daba besitos encima de él.
"Es solo un tatuaje."
"Pero tiene un significado, ¿no?" Me acomodé en la cama dejando los besos de Harry a un lado, mientras me sentaba sobre sus piernas dispuesta a contarle todo acerca de la enfermedad de mi madre y lo mal que lo habíamos pasado mis hermanos y yo este último año, y así hice. Alguna que otra lágrima caía de mis ojos, y el enseguida me la limpiaba posando sus manos en mi cara y arrastrando la pequeña gota con el pulgar. Es el único tatuaje que tengo en todo el cuerpo, todo un logro para mí, teniendo en cuenta que les tengo cierto respeto a las agujas. Me lo hice hace seis meses, cuando supe que mi madre estaba mejorando. Es el símbolo del lazo cruzado (ᴥ), que significa lucha, lucha contra el cáncer de mama en el caso de mi madre.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 8:
"¿Me dejas despedirme de ti?" Intervino Harry serio. Estábamos en el hall del hotel despidiéndonos unos de otros, ya que esa misma mañana se iban a Portugal a dar su último concierto en Europa, y no los volvería a ver al menos hasta que terminase los exámenes de acceso a la universidad, es decir, un mes, más o menos.
"No." Le di un pequeño beso y me dirigí hacia la puerta, pero antes de que pudiera dar más allá de dos pasos, me agarró por el brazo.
"¿Te arrepientes?" Preguntó preocupado.
"¿De qué me tengo que arrepentir?" Respondí sonriente.
"De empezar algo conmigo. Me asustan los comentarios que puedes oír de mi… Y de ti."
"Quiero empezar algo contigo, no con las personas que nos envidian." Harry sonrió ante mi respuesta mostrando sus dos hoyuelos y me dio un ligero beso, apenas rozando sus labios con los míos. "¿Todo esto tiene algo que ver con la llamada de ayer?"
La noche anterior...
Harry
Estaba dando pequeñas caricias sobre la suave piel de su cara, como intento de relajarme acerca de la llamada de hace unas horas, mientras respondía a sus preguntas directas sin apenas pensar la respuesta cuando el sonido irritante de mí teléfono sonó. No dudé ni un segundo de quien podía ser. Me alejé de ella después de darle un ligero beso en la frente y respondí al teléfono.
"Sabes que no puedes estar con ella." Una voz irritada sonó desde la otra línea del teléfono.
"Tú no eres nadie para decirme con quién puedo estar, John."
"No es bueno para el grupo." Esa frase retumbó por toda mi cabeza. Apoyé mi brazo sobre la pared para después apoyar mi cabeza sobre él. No quería perder el control.
"Luego te llamo." Colgué el teléfono y me dirigí hacia ella. "Ven." Entrelacé sus pequeños dedos con los míos, de tamaño superior, mientras la dirigía a una de las habitaciones libres para que se sintiera más cómoda. "Necesito que te quedes aquí, vuelvo en un rato." Susurré mientras agarraba su cintura entre mis manos.
"¿Tardarás mucho?" Respondió con tono reconfortante mientras posaba suaves caricias sobre mi pecho. Quería quedarme allí, con ella.
"No más de diez minutos." Dije con esfuerzo de mantenerme firme. "Tengo que solucionar una cosa." Al salir por la puerta mi móvil volvió a sonar, debía de ser John.
"Es la última vez que me cuelgas. Te recuerdo que quien manda aquí soy yo, Harry."
"Pensaba que éramos amigos." Dije con tono irritado.
"Y lo somos, pero eso no cambia que sea tu jefe."
"No decides sobre mi vida." Trataba de evitar todas las respuestas ante sus palabras añadiendo otras nuevas, no iba a ceder.
"Pero sí sobre la banda."
"Eugenia no tiene nada que ver con la banda."
"Tiene mucho que ver. Ahora forma parte de tu vida y tu formas parte de la banda."
"Eso no influye en nada."
"Harry, es muy influenciable. Una pequeña discusión con ella y tendremos grandes problemas." Todas las cosas que decía John me empezaban a poner nervioso, no tenían sentido. ¿Qué tenía que ver ella en todo esto?
"John, respeta mi vida."
"El grupo necesita fama. Si no, no sois nada. Me lo agradecerás con el paso del tiempo. Solo trato de alejarte de los problemas."
"Ella no es ningún problema."
"Ella es el mayor de los problemas. ¿Tengo que recordarte lo mal que puede acabar esto?"
"Cállate." La ira empezaba a recorrer cada espacio de mi cuerpo, nudillos apretados dejando ver claras marcas blancas.
"Harry..."
"No voy a cambiar de opinión. Me dan igual las consecuencias." Colgué el teléfono, estaba furioso. Un fuerte golpe salió de mi puño en dirección a la pared dejándome caer en el suelo del pasillo tratado de calmar mi ira, la rabia que causaban las palabras de John sobre mí estado de ánimo.
***
Eugenia
Estaba agotada. Solo quería llegar a casa. En ese momento estaba completamente feliz. Acababa de pasar el mejor fin de semana de mi vida y digamos que este año y los siguientes que estaría estudiando en Londres, prometían. Llegué a casa, y se me quitaron esas ganas que tenia de volver. Nacho y su pequeña mascota, Mireia, estaban tumbados en el sofá viendo una película. La odio. Es ridículamente penosa. Dejé las llaves en la mesilla de la entrada y me dirigí al salón.
"Hola." Saludé mientras un suspiro se escapaba de mis labios.
"¿Y esa cara tan larga?" Preguntó Nacho levantándose del sofá. Eso hizo que Mireia se moviera poniendo esa cara de fastidio, pero solo me limité a mirarla, por lo que Nacho se dio cuenta y se rió.
"¿Y mamá?" Pregunté.
"Ha salido a dar un paseo, no creo que tarde mucho." Justo en ese momento unas llaves giraron la cerradura de la puerta, haciendo que se abriera. Fui directamente hacia la entrada para recibir a mi madre, y para mi sorpresa, con muy buena compañía.
"¡Miguel!" Grité sorprendida mientras me abalanzaba sobre mi hermano con gesto de abrazo. "¿Qué haces aquí?"
"Oh, gracias enana. Yo también me alegro de verte." Dijo con tono irónico. "¿Qué pasa, no puedo dar una sorpresa a mi hermana de vez en cuando?" Claro que lo podía hacer. No llevaba muy bien el hecho de que mis hermanos no estuvieran siempre en casa debido a que estudiaban bastante lejos. Nacho en Francia, y Miguel en Alemania. No podía evitar echarlos de menos. Esa misma noche, como todas las noches de domingo cuando estamos los tres juntos, vimos una película. Así que nos tumbamos los tres apretadísimos en el sofá y pusimos la mejor película para pasar un rato en familia, pero mi habilidad para quedarme dormida en cualquier sitio no me dejó ver más allá de la mitad.
Habían pasado dos días. Dos días pegada al teléfono hablando con Harry, me sorprendió que mantuviera su promesa de llamarme todos los días, y como ya había acabado las clases y ahora solo tenía que estudiar, tenía tiempo para hablar con él. Esa noche, fui a dormir a casa de mis amigas, Savannah y Alejandra, para contárselo todo lo ocurrido el anterior fin de semana, con pelos y señales.
"¿Entonces, te cogió como un saco sobre su hombro y te llevó a rastras por todo el parque de atracciones?" Intervino Ale. "Menudos bíceps debe tener, porque con lo que pesas tu…" Dijo riendo entre dientes.
"Gracias" Dije guiñándole un ojo irónicamente. "Yo también te quiero."
"¿Algún día pararéis?" Interrumpió Savannah entre carcajadas.
"¡No!" Dijimos las dos al unísono riendo.
"Sav, si tiene el culo grande, lo tiene y punto." Continuó Ale bromeando.
"¡Alejandra!" Dijimos las dos al unísono. Nos echamos a reír ante la coincidencia de nuestro pensamiento. Alejandra es una chica que dice lo que piensa, sin rodeos. En cambio, Savannah es más reservada. Estábamos las tres sentadas alrededor de la cama de matrimonio de la habitación de Savannah (ya que la de Alejandra estaba llena de ropa sucia esparcida por todo el terreno, producto de su desorden natural) viendo revistas de moda, y hablando sobre mi extraña relación con uno de los cinco cantantes de una de las bandas juveniles más famosas del planeta, cuando se oyó un ruido extraño procedente del pequeño jardín trasero de la casa. Alejandra se asomó a la ventana, posando una mano sobre sus labios con gesto de sorpresa.
"H-hay un hombre ahí" Dijo tartamudeando mientras señalaba su posición. Seguidamente, me asomé para asegurarme de lo que acababa de decir era cierto. Se veía claramente la silueta de un hombre avanzando por el pequeño jardín hacia la puerta trasera que se situaba en la cocina. Era alto, musculado y claramente familiar para mí.
"¿Me dejas despedirme de ti?" Intervino Harry serio. Estábamos en el hall del hotel despidiéndonos unos de otros, ya que esa misma mañana se iban a Portugal a dar su último concierto en Europa, y no los volvería a ver al menos hasta que terminase los exámenes de acceso a la universidad, es decir, un mes, más o menos.
"No." Le di un pequeño beso y me dirigí hacia la puerta, pero antes de que pudiera dar más allá de dos pasos, me agarró por el brazo.
"¿Te arrepientes?" Preguntó preocupado.
"¿De qué me tengo que arrepentir?" Respondí sonriente.
"De empezar algo conmigo. Me asustan los comentarios que puedes oír de mi… Y de ti."
"Quiero empezar algo contigo, no con las personas que nos envidian." Harry sonrió ante mi respuesta mostrando sus dos hoyuelos y me dio un ligero beso, apenas rozando sus labios con los míos. "¿Todo esto tiene algo que ver con la llamada de ayer?"
La noche anterior...
Harry
Estaba dando pequeñas caricias sobre la suave piel de su cara, como intento de relajarme acerca de la llamada de hace unas horas, mientras respondía a sus preguntas directas sin apenas pensar la respuesta cuando el sonido irritante de mí teléfono sonó. No dudé ni un segundo de quien podía ser. Me alejé de ella después de darle un ligero beso en la frente y respondí al teléfono.
"Sabes que no puedes estar con ella." Una voz irritada sonó desde la otra línea del teléfono.
"Tú no eres nadie para decirme con quién puedo estar, John."
"No es bueno para el grupo." Esa frase retumbó por toda mi cabeza. Apoyé mi brazo sobre la pared para después apoyar mi cabeza sobre él. No quería perder el control.
"Luego te llamo." Colgué el teléfono y me dirigí hacia ella. "Ven." Entrelacé sus pequeños dedos con los míos, de tamaño superior, mientras la dirigía a una de las habitaciones libres para que se sintiera más cómoda. "Necesito que te quedes aquí, vuelvo en un rato." Susurré mientras agarraba su cintura entre mis manos.
"¿Tardarás mucho?" Respondió con tono reconfortante mientras posaba suaves caricias sobre mi pecho. Quería quedarme allí, con ella.
"No más de diez minutos." Dije con esfuerzo de mantenerme firme. "Tengo que solucionar una cosa." Al salir por la puerta mi móvil volvió a sonar, debía de ser John.
"Es la última vez que me cuelgas. Te recuerdo que quien manda aquí soy yo, Harry."
"Pensaba que éramos amigos." Dije con tono irritado.
"Y lo somos, pero eso no cambia que sea tu jefe."
"No decides sobre mi vida." Trataba de evitar todas las respuestas ante sus palabras añadiendo otras nuevas, no iba a ceder.
"Pero sí sobre la banda."
"Eugenia no tiene nada que ver con la banda."
"Tiene mucho que ver. Ahora forma parte de tu vida y tu formas parte de la banda."
"Eso no influye en nada."
"Harry, es muy influenciable. Una pequeña discusión con ella y tendremos grandes problemas." Todas las cosas que decía John me empezaban a poner nervioso, no tenían sentido. ¿Qué tenía que ver ella en todo esto?
"John, respeta mi vida."
"El grupo necesita fama. Si no, no sois nada. Me lo agradecerás con el paso del tiempo. Solo trato de alejarte de los problemas."
"Ella no es ningún problema."
"Ella es el mayor de los problemas. ¿Tengo que recordarte lo mal que puede acabar esto?"
"Cállate." La ira empezaba a recorrer cada espacio de mi cuerpo, nudillos apretados dejando ver claras marcas blancas.
"Harry..."
"No voy a cambiar de opinión. Me dan igual las consecuencias." Colgué el teléfono, estaba furioso. Un fuerte golpe salió de mi puño en dirección a la pared dejándome caer en el suelo del pasillo tratado de calmar mi ira, la rabia que causaban las palabras de John sobre mí estado de ánimo.
***
Eugenia
Estaba agotada. Solo quería llegar a casa. En ese momento estaba completamente feliz. Acababa de pasar el mejor fin de semana de mi vida y digamos que este año y los siguientes que estaría estudiando en Londres, prometían. Llegué a casa, y se me quitaron esas ganas que tenia de volver. Nacho y su pequeña mascota, Mireia, estaban tumbados en el sofá viendo una película. La odio. Es ridículamente penosa. Dejé las llaves en la mesilla de la entrada y me dirigí al salón.
"Hola." Saludé mientras un suspiro se escapaba de mis labios.
"¿Y esa cara tan larga?" Preguntó Nacho levantándose del sofá. Eso hizo que Mireia se moviera poniendo esa cara de fastidio, pero solo me limité a mirarla, por lo que Nacho se dio cuenta y se rió.
"¿Y mamá?" Pregunté.
"Ha salido a dar un paseo, no creo que tarde mucho." Justo en ese momento unas llaves giraron la cerradura de la puerta, haciendo que se abriera. Fui directamente hacia la entrada para recibir a mi madre, y para mi sorpresa, con muy buena compañía.
"¡Miguel!" Grité sorprendida mientras me abalanzaba sobre mi hermano con gesto de abrazo. "¿Qué haces aquí?"
"Oh, gracias enana. Yo también me alegro de verte." Dijo con tono irónico. "¿Qué pasa, no puedo dar una sorpresa a mi hermana de vez en cuando?" Claro que lo podía hacer. No llevaba muy bien el hecho de que mis hermanos no estuvieran siempre en casa debido a que estudiaban bastante lejos. Nacho en Francia, y Miguel en Alemania. No podía evitar echarlos de menos. Esa misma noche, como todas las noches de domingo cuando estamos los tres juntos, vimos una película. Así que nos tumbamos los tres apretadísimos en el sofá y pusimos la mejor película para pasar un rato en familia, pero mi habilidad para quedarme dormida en cualquier sitio no me dejó ver más allá de la mitad.
Habían pasado dos días. Dos días pegada al teléfono hablando con Harry, me sorprendió que mantuviera su promesa de llamarme todos los días, y como ya había acabado las clases y ahora solo tenía que estudiar, tenía tiempo para hablar con él. Esa noche, fui a dormir a casa de mis amigas, Savannah y Alejandra, para contárselo todo lo ocurrido el anterior fin de semana, con pelos y señales.
"¿Entonces, te cogió como un saco sobre su hombro y te llevó a rastras por todo el parque de atracciones?" Intervino Ale. "Menudos bíceps debe tener, porque con lo que pesas tu…" Dijo riendo entre dientes.
"Gracias" Dije guiñándole un ojo irónicamente. "Yo también te quiero."
"¿Algún día pararéis?" Interrumpió Savannah entre carcajadas.
"¡No!" Dijimos las dos al unísono riendo.
"Sav, si tiene el culo grande, lo tiene y punto." Continuó Ale bromeando.
"¡Alejandra!" Dijimos las dos al unísono. Nos echamos a reír ante la coincidencia de nuestro pensamiento. Alejandra es una chica que dice lo que piensa, sin rodeos. En cambio, Savannah es más reservada. Estábamos las tres sentadas alrededor de la cama de matrimonio de la habitación de Savannah (ya que la de Alejandra estaba llena de ropa sucia esparcida por todo el terreno, producto de su desorden natural) viendo revistas de moda, y hablando sobre mi extraña relación con uno de los cinco cantantes de una de las bandas juveniles más famosas del planeta, cuando se oyó un ruido extraño procedente del pequeño jardín trasero de la casa. Alejandra se asomó a la ventana, posando una mano sobre sus labios con gesto de sorpresa.
"H-hay un hombre ahí" Dijo tartamudeando mientras señalaba su posición. Seguidamente, me asomé para asegurarme de lo que acababa de decir era cierto. Se veía claramente la silueta de un hombre avanzando por el pequeño jardín hacia la puerta trasera que se situaba en la cocina. Era alto, musculado y claramente familiar para mí.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 9:
"¡Harry!" Abrí sobresaltada la puerta que daba al jardín, abalanzándome sobre sus gigantes brazos. "Nos has asustado."
"Yo también me alegro de verte" Dijo con tono divertido mientras daba un ligero beso sobre mis labios. "Vamos adentro, vas a coger frío." Miró mi ropa, con rasgos claramente tentadores.
"¿Como me has encontrado?" Pregunté extrañada.
"Puedo conseguir todo lo que quiera." Dejaba ver uno de sus hoyuelos y se acercaba hacía mí, con paso vacilante. Posé mis manos sobre el mueble de la encimera mientras el avanzaba, acortando nuestra distancia. Cogió con ambas manos mi cara, y me besó tiernamente. Mariposas revoloteando por mi estómago y mejillas sonrosadas ante su respuesta y todo lo que estaba dispuesto a hacer. "Te he echado de menos." Dijo sobre mis labios.
"Yo también." Sonreí tímidamente. "Pero solo han pasado dos días." Continué.
"¿Ah sí?" Bromeó. "Pues a mí me han parecido meses." Susurró sobre mi cuello, posando ligeros besos húmedos.
"Harry…" Supliqué. Los besos en el cuello superaban todos mis placeres. Sí quería conseguir algo de mí, claramente esa era vía más fácil, y la mejor forma. Dejaba de ser persona sin tener conocimiento alguno de mis actos haciendo dueño completa y exclusivamente a él. Agarró mis manos posándolas alrededor de su cuello y pasó cada uno de sus brazos por debajo de mis nalgas alzándome hasta situarme encima de la encimera la cual estaba apoyada segundos antes. En ese momento, me di cuenta de la ropa que llevaba puesta y del repaso que antes había dado Harry sobre mi cuerpo. No era de extrañar. Camiseta gris de tamaño considerablemente grande, robada del armario de mi hermano hará varios años, estirada hacía abajo por el chico de pelo rizado que me estaba sujetando para proteger mis piernas desnudas, llevando solo unas bragas debajo del material gris y completamente descalza.
"Lo siento, no quiero tener tentaciones." Dijo sonriendo. "Esta no es mi casa." Mis mejillas se volvieron de un tono claramente rosado al percatarme del espectáculo que acababan de presenciar mis amigas, las cuales observaban atentamente la situación apoyadas en el marco de la puerta.
"Podéis seguir. Nosotras como si no estuviéramos." Dijo Ale irónicamente colocando sus brazos alrededor de sus caderas. "Ah, por cierto, soy Ale. Y la chica pelirroja de mi lado, es Savannah."
"Encantado, soy Harry." Se presentó dirigiéndose hacia ellas con una sonrisa amigable.
"La próxima vez llamas al timbre, nos ahorrarás otro susto." Continuó Ale, con gesto enfadado.
"No te enfades, que la sorpresa ha sido muy bonita." Intervino Sav.
"De todos modos, ya nos íbamos, ¿no?" Pregunté posando mis ojos en los de Alejandra mientras agarraba la mano de Harry, una vez bajada de la encimera. Alejandra pretendía ser muy borde y no me iba a quedar para verlo.
"Claro." Respondió con una sonrisa. "Vamos."
***
"¿Adónde me llevas?" Preguntó Harry sonriendo mientras yo tiraba suavemente de su brazo arrastrándole por la calle principal de la ciudad.
"Sorpresa." Guiñe un ojo, o hice un intento de eso, bajo la risa de Harry. Era jueves por la mañana, cerca de las 10:30. Hacía un día perfecto para el momento perfecto. Llevaba dos días, desde que Harry había llegado, queriéndole enseñar esto. Caminamos unos diez minutos cogidos de la mano hacia el mar, donde se encontraba una pequeña iglesia entre las muchas casas antiguas que rodeaban la muralla. Entramos en esa pequeña iglesia donde un hombre mayor de unos setenta años estaba ordenando unos papeles sobre el altar iluminado por el gran ventanal de color que se situaba justo enfrente suyo, encima de la puerta. Las paredes, de roca antigua, daban un aire frio al lugar, bastante agradecido en verano.
"Uau." Susurró Harry sorprendido. "Esto es precioso."
"Todavía no hemos llegado." Le dediqué una sonrisa y le solté la mano dirigiéndome a paso ligero hacia aquel hombre que desde hacía años había sido como un padre para mí. El Padre Luis alzó la vista, bastante sorprendido al verme por ahí.
"¡Pero qué sorpresa más bonita!" Gritó alegre resonando por toda la iglesia.
"¡Padre Luis!" Le abracé y los ojos se me llenaron de lágrimas. Hacía mucho que no pasaba por ahí. Todos mis problemas y inquietudes han sido resueltos por él, no como sacerdote, ni como quién pertenece a la iglesia, sino como un padre, el padre que nunca he tenido. "¿Cómo está?"
"Bien, bien." Dijo dándome palmaditas la espalda. "Me alegro de verte." No es un hombre de mucho afecto, más bien es frío y distante, pero sé que me quiere, como yo a él.
"Y yo." Sonreí ante su comentario. "Me preguntaba si…"
"¿Quieres tu llave de arriba?" Interrumpió. No preguntó por Harry, que estaba atentamente observando todo, lo que me extrañó. "Te la dejaste aquí la última vez, supongo que con las prisas te olvidaste." Soltó una carcajada. "Tú y las prisas…"
"Sí, por favor." Sonreí ante su comentario. Yo y las prisas somos íntimas amigas. Me dio la llave que daba a la terraza con vistas al mar y subí por aquellas escaleras vertiginosas hacía el lugar.
"Ven." Cogí la mano de Harry y me acerqué hacia el borde. No hay barandilla para sujetarse y la iglesia es bastante alta. "Ten cuidado, aquí." Me senté al borde con los pies colgando sobre el aire. La vista era preciosa. Pequeños barcos de vela navegando sin rumbo fijo a causa del viento y gaviotas revoloteando alrededor del puerto. Harry no decía nada, se limitaba a observar el paisaje.
"¿Te gusta?" Pregunté rompiendo el silencio.
"Mucho, es precioso."
"Suelo venir muy a menudo a desahogarme. Me resulta tranquilizante." Me levanté del borde y tendí la mano a Harry con una sonrisa traidora. No tenía ni idea de lo que iba a hacer ahora. "Vamos."
"¿A dónde?"
"Sorpresa." Dije sonriendo.
"Me resulta muy difícil ser el sorprendido." Dijo agarrándome por la cintura posando un beso sobre mis labios. Yo, poco a poco, iba dirigiendo mis pasos hacia atrás hasta llegar al borde de una de las esquinas de la terraza.
"¿Confías en mí?" Pregunté con los ojos llenos de emoción sobre los de Harry. Rodeé mis brazos sobre su cintura y nos empujé hacia atrás, sin darle oportunidad de responder a la pregunta que acababa de formular. Un grito ahogado salió de su boca, mostrando el susto que le acababa de dar. En cambio, yo no podía parar de reír ante su gesto. Caímos sobre la tela marrón, sujetada entre dos palmeras y la iglesia, que años atrás colocamos el Padre Luis y yo para ver el atardecer.
"¡Harry!" Abrí sobresaltada la puerta que daba al jardín, abalanzándome sobre sus gigantes brazos. "Nos has asustado."
"Yo también me alegro de verte" Dijo con tono divertido mientras daba un ligero beso sobre mis labios. "Vamos adentro, vas a coger frío." Miró mi ropa, con rasgos claramente tentadores.
"¿Como me has encontrado?" Pregunté extrañada.
"Puedo conseguir todo lo que quiera." Dejaba ver uno de sus hoyuelos y se acercaba hacía mí, con paso vacilante. Posé mis manos sobre el mueble de la encimera mientras el avanzaba, acortando nuestra distancia. Cogió con ambas manos mi cara, y me besó tiernamente. Mariposas revoloteando por mi estómago y mejillas sonrosadas ante su respuesta y todo lo que estaba dispuesto a hacer. "Te he echado de menos." Dijo sobre mis labios.
"Yo también." Sonreí tímidamente. "Pero solo han pasado dos días." Continué.
"¿Ah sí?" Bromeó. "Pues a mí me han parecido meses." Susurró sobre mi cuello, posando ligeros besos húmedos.
"Harry…" Supliqué. Los besos en el cuello superaban todos mis placeres. Sí quería conseguir algo de mí, claramente esa era vía más fácil, y la mejor forma. Dejaba de ser persona sin tener conocimiento alguno de mis actos haciendo dueño completa y exclusivamente a él. Agarró mis manos posándolas alrededor de su cuello y pasó cada uno de sus brazos por debajo de mis nalgas alzándome hasta situarme encima de la encimera la cual estaba apoyada segundos antes. En ese momento, me di cuenta de la ropa que llevaba puesta y del repaso que antes había dado Harry sobre mi cuerpo. No era de extrañar. Camiseta gris de tamaño considerablemente grande, robada del armario de mi hermano hará varios años, estirada hacía abajo por el chico de pelo rizado que me estaba sujetando para proteger mis piernas desnudas, llevando solo unas bragas debajo del material gris y completamente descalza.
"Lo siento, no quiero tener tentaciones." Dijo sonriendo. "Esta no es mi casa." Mis mejillas se volvieron de un tono claramente rosado al percatarme del espectáculo que acababan de presenciar mis amigas, las cuales observaban atentamente la situación apoyadas en el marco de la puerta.
"Podéis seguir. Nosotras como si no estuviéramos." Dijo Ale irónicamente colocando sus brazos alrededor de sus caderas. "Ah, por cierto, soy Ale. Y la chica pelirroja de mi lado, es Savannah."
"Encantado, soy Harry." Se presentó dirigiéndose hacia ellas con una sonrisa amigable.
"La próxima vez llamas al timbre, nos ahorrarás otro susto." Continuó Ale, con gesto enfadado.
"No te enfades, que la sorpresa ha sido muy bonita." Intervino Sav.
"De todos modos, ya nos íbamos, ¿no?" Pregunté posando mis ojos en los de Alejandra mientras agarraba la mano de Harry, una vez bajada de la encimera. Alejandra pretendía ser muy borde y no me iba a quedar para verlo.
"Claro." Respondió con una sonrisa. "Vamos."
***
"¿Adónde me llevas?" Preguntó Harry sonriendo mientras yo tiraba suavemente de su brazo arrastrándole por la calle principal de la ciudad.
"Sorpresa." Guiñe un ojo, o hice un intento de eso, bajo la risa de Harry. Era jueves por la mañana, cerca de las 10:30. Hacía un día perfecto para el momento perfecto. Llevaba dos días, desde que Harry había llegado, queriéndole enseñar esto. Caminamos unos diez minutos cogidos de la mano hacia el mar, donde se encontraba una pequeña iglesia entre las muchas casas antiguas que rodeaban la muralla. Entramos en esa pequeña iglesia donde un hombre mayor de unos setenta años estaba ordenando unos papeles sobre el altar iluminado por el gran ventanal de color que se situaba justo enfrente suyo, encima de la puerta. Las paredes, de roca antigua, daban un aire frio al lugar, bastante agradecido en verano.
"Uau." Susurró Harry sorprendido. "Esto es precioso."
"Todavía no hemos llegado." Le dediqué una sonrisa y le solté la mano dirigiéndome a paso ligero hacia aquel hombre que desde hacía años había sido como un padre para mí. El Padre Luis alzó la vista, bastante sorprendido al verme por ahí.
"¡Pero qué sorpresa más bonita!" Gritó alegre resonando por toda la iglesia.
"¡Padre Luis!" Le abracé y los ojos se me llenaron de lágrimas. Hacía mucho que no pasaba por ahí. Todos mis problemas y inquietudes han sido resueltos por él, no como sacerdote, ni como quién pertenece a la iglesia, sino como un padre, el padre que nunca he tenido. "¿Cómo está?"
"Bien, bien." Dijo dándome palmaditas la espalda. "Me alegro de verte." No es un hombre de mucho afecto, más bien es frío y distante, pero sé que me quiere, como yo a él.
"Y yo." Sonreí ante su comentario. "Me preguntaba si…"
"¿Quieres tu llave de arriba?" Interrumpió. No preguntó por Harry, que estaba atentamente observando todo, lo que me extrañó. "Te la dejaste aquí la última vez, supongo que con las prisas te olvidaste." Soltó una carcajada. "Tú y las prisas…"
"Sí, por favor." Sonreí ante su comentario. Yo y las prisas somos íntimas amigas. Me dio la llave que daba a la terraza con vistas al mar y subí por aquellas escaleras vertiginosas hacía el lugar.
"Ven." Cogí la mano de Harry y me acerqué hacia el borde. No hay barandilla para sujetarse y la iglesia es bastante alta. "Ten cuidado, aquí." Me senté al borde con los pies colgando sobre el aire. La vista era preciosa. Pequeños barcos de vela navegando sin rumbo fijo a causa del viento y gaviotas revoloteando alrededor del puerto. Harry no decía nada, se limitaba a observar el paisaje.
"¿Te gusta?" Pregunté rompiendo el silencio.
"Mucho, es precioso."
"Suelo venir muy a menudo a desahogarme. Me resulta tranquilizante." Me levanté del borde y tendí la mano a Harry con una sonrisa traidora. No tenía ni idea de lo que iba a hacer ahora. "Vamos."
"¿A dónde?"
"Sorpresa." Dije sonriendo.
"Me resulta muy difícil ser el sorprendido." Dijo agarrándome por la cintura posando un beso sobre mis labios. Yo, poco a poco, iba dirigiendo mis pasos hacia atrás hasta llegar al borde de una de las esquinas de la terraza.
"¿Confías en mí?" Pregunté con los ojos llenos de emoción sobre los de Harry. Rodeé mis brazos sobre su cintura y nos empujé hacia atrás, sin darle oportunidad de responder a la pregunta que acababa de formular. Un grito ahogado salió de su boca, mostrando el susto que le acababa de dar. En cambio, yo no podía parar de reír ante su gesto. Caímos sobre la tela marrón, sujetada entre dos palmeras y la iglesia, que años atrás colocamos el Padre Luis y yo para ver el atardecer.
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
HOLA A TODAS
PASENSE POR MIS NOVELAS
No te escondo nada -Harry styles- (hot) / Una relacion nunca esperada ~Harry Styles y tu~ (presionen encima de los titulos)
PASENSE POR MIS NOVELAS
No te escondo nada -Harry styles- (hot) / Una relacion nunca esperada ~Harry Styles y tu~ (presionen encima de los titulos)
Miauu;3
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPÍTULO 10:
Estábamos tumbados sobre la tela marrón bastante gruesa que sujetaba nuestros cuerpos suspendidos en el aire. Estaba acariciando con un ligero movimiento de manos los suaves y fuertes brazos de Harry, y apoyaba mi cabeza sobre su pecho mientras él jugaba con pequeños mechones rubios de mi pelo. Olía realmente bien. Una mezcla de detergente, champú y Harry. Habíamos pasado allí tumbados unas horas, hablando sobre mi vida, y sobre mis lejanos planes de futuro. Tenía pensado desde un principio ir a estudiar a Londres, la carrera de Medicina, gracias a la beca que me concedían.
"Te podrías venir a vivir conmigo." Dijo Harry cogiendo uno de mis mechones rubios y enrollándolo en el dedo.
"¿Qué?" Grité sorprendida levantando mi cabeza.
"No tendrás que pagar el alquiler, ni tampoco irás a una residencia de esas con las que compartes pasillo con tíos que solo quieren acostarse contigo, no tendrás que comprar comida, ni lavar la ropa, ni hacer la cama, tendrás tu sitio para estudiar tranquilamente..."
"Vale, para." Interrumpí. "Estás jugando sucio". Dije frunciendo el ceño. Su intención estaba clara. Su sonrisa estaba llena de orgullo, y dejaba mostrar su hoyuelo derecho. "Además, ¿quien dice que no quiera compartir pasillo con tíos que se quieran acostar conmigo?" Puse tono de burla, y Harry me miraba con una ceja levantada, pero su expresión se puso seria al momento.
"Tú no irás a una residencia."
"Iré a casa de Sav, sus padres tienen una casa allí. Ella viene conmigo." Dije con intento de tranquilizarlo. No parecía funcionar. "Vivió allí toda su infancia. Después vino aquí porque a su padre le destinaron." La expresión de Harry se relajó considerablemente.
"¿Tiene novio?"
"Sí."
"Entonces decidido, te vienes conmigo."
"¡Harry!"
"No estoy bromeando."
"Ya basta." Dije pellizcando suavemente el brazo que estaba acariciando. El hizo un intento de parecer molesto, pero no lo consiguió.
"¿Porqué el Padre Luis es tan importante para ti?" Preguntó cambiando de tema. Realmente me había pillado desprevenida. No me había preguntado por él en lo que llevábamos en la iglesia y supuse que no le había dado mucha importancia. Le había dicho que la tela sobre la que estábamos la habíamos puesto él y yo hacía unos cuantos años, pero no hubiera imaginado que estuviera buscando el momento para preguntármelo.
"¿Qué te hace pensar que sea importante para mí?" Respondí, pero Harry no contestó. Al cabo de unos segundos prosiguió:
"Cuando me has contado que pusisteis la tela juntos, estabas orgullosa de decirlo. Me mirabas como si estuvieras hablando sobre tu padre."
"Es que es mi padre." El cuerpo de Harry se puso tenso y yo solté una risita. "No literalmente, tonto. Cuando mi padre murió, el se hizo cargo de mi mientras mi madre trabajaba y mis hermanos estaban en el colegio. Yo era muy pequeña."
"Ohh." Harry dejó de acariciarme el pelo me estrechó entre sus brazos.
"Eso ya lo sabías."
"¿El qué?" Dijo pareciendo confuso.
"Que mi padre murió justo después de que yo naciera." Harry levantó una ceja y negó con la cabeza. "Niall me llamó diciendo que habías pedido un informe completo sobre mi vida a los managers. Dijo que lo había leído y era bastante completo."
"¿Enserio te dijo eso?" La expresión de Harry ahora descubría sorpresa. Yo asentí con la cabeza.
"Eres demasiado posesivo, y eso es jugar muy sucio."
"Yo lo veo justo. Cuando te conocí, tu sabias mucho mas de mí que yo de ti, así que creí conveniente investigarte."
"¿Investigarme? No soy ningún sospechoso de asesinato." Dije riendo.
"Vuélvelo a hacer." Dijo enrollando otro de mis mechones por sus largos dedos.
"¿El qué?" En ese momento la que estaba confusa era yo.
"Ese sonido."
"Harry, ¿qué sonido?"
"Haces un sonido muy bonito cuando te ríes."
"¿Qué?" Dije riendo inconscientemente.
"¿Ves?" Sonrió. "Definitivamente, lo voy a clasificar en mi lista se sonidos favoritos."
"¿Tienes una lista de sonidos favoritos?" Levanté una ceja, sorprendida.
"Efectivamente, y este encabeza la lista."
"Estás loco…"
"Eso es lo que me produce estar con usted, señorita."
"Pues no le sienta muy bien, señor."
"Lo sé." Dijo pasando una mano por sus suaves rizos. "No sé lo que estás haciendo conmigo…"
Después de ir a comer rápidamente unos sándwiches a uno de los sitios más buenos de la ciudad, decidimos ir a darnos un baño a la piscina que se encontraba en el hotel donde se alojaba Harry durante esos días. Al llegar al hotel, subimos por el ascensor impacientemente hasta llegar a la suite principal, nada menos que esperar cuando se trataba de Harry. Ya había estado allí los anteriores dos días, pero todavía me creaba cierto respeto, sobre todo por los dos ventanales que se situaban pegados a la pared, dejando ver la ciudad situada bajo nuestros pies. Se trataba de una suite con una habitación tremendamente grande, un comedor, dos baños y un salón con una televisión de plasma incorporada. Se podría decir que ese trozo de hotel era prácticamente más grande que mi casa.
Entré por la puerta dejando mi pequeño bolsito en el suelo y me giré para ver a Harry dando vueltas a una idea que se me acababa de pasar por la cabeza.
"No tengo bañador". Una media sonrisa se dibujó en la cara de Harry.
"¿Quién ha dicho que necesitas bañador?" Se iba acercando lentamente hacia mí mientras yo retrocedía hacía uno de los ventanales que daban al exterior.
"Supongo que no querrás que baje desnuda a la piscina." Dije con tono irónico
"¿Quién ha dicho que vayamos a la piscina?" Las intenciones de Harry se dejaban ver claramente sobre su tono de voz. Hizo un intento de acorralarme con sus brazos pero yo me escapé. Estaba de buen humor y quería jugar.
"Bueno, pues yo lo digo ahora." Dije intentando esquivar sus movimientos. Solté una pequeña risita ante su intento fallido de cogerme.
"¿Quieres ir a la piscina?" Preguntó Harry levantando una ceja. Yo asentí con una sonrisa. "¿Sin bañador?"
"Siempre puedo ir con ropa interior." La expresión de la cara de Harry cambió totalmente. Se dirigió hacia la habitación de la suite y sacó una bolsa de Kalvin Klein.
"Toma." Me entregó la bolsa y me dio un ligero beso en los labios. Era un bikini de color azul oscuro unido por el vientre realmente bonito y realmente caro.
"¿D-de donde lo has sacado?"
"Estaba seguro de que querrías bañarte en la piscina, y lo compré por si acaso."
"Pero esto es muy caro…"
"Vete haciendo a la idea de que me lo puedo permitir." Dijo rodeándome por la cintura y atrayéndome hacia él.
"No quiero que me compres regalos caros."
"Es solo un bañador. Póntelo." Le di un pequeño beso en los labios y hice un intento de separarme de los brazos que rodaban mi cintura, pero me atrajo más hacia su cuerpo y profundizó en el beso. Me aparté de él con esfuerzos, viendo en su cara una mueca de fastidio.
"Mmm…" Murmuró
"Voy a cambiarme." Dije sin aliento. Di media vuelta y me dirigí al baño.
Nunca había pensado en mi en una chica sexy y con curvas, y ese bikini era exactamente para chicas así. Al salir del baño, para mi sorpresa Harry se había puesto un bañador exactamente del mismo color del mío, que le cubría hasta la mitad del muslo. Estaba realmente sexy. Al verme, sus ojos se abrieron como platos.
"Creo que no debería haberte comprado este bañador."
"¿Por qué?" Pregunte ruborizada. "¿Tan mal me queda?"
"No, no." Dijo con una media sonrisa. "Es que no quiero que seas el centro de atención de la piscina. Estas demasiado sexy."
"¿Sexy?" Levanté las cejas ante su comentario.
"Sexy." Asintió
"No quiero ser sexy."
"Nena, eres sexy." Dijo prolongando el 'eres' mientras se acercaba a mí. "Ponte esto." Sacó una camiseta gris de mi talla de su armario.
"¿Cuántas cosas me has comprado?" Dije con sorpresa.
"Solo estas dos cosas." Dijo mientras se ponía una camiseta blanca sobre su torso
"Mentiroso." Dije riendo. "Vamos." Me puse la camiseta, me dirigí a la puerta zarandeándome bajo la mirada de Harry y bajamos a la piscina.
"Sé lo que estás haciendo." Dijo mientras se quitaba la camiseta lentamente.
"¿El qué?" Pregunté tratando de parecer confusa mientras me quitaba la camiseta y la dejaba en una de las hamacas. Efectivamente estaba intentando de ser 'sexy'.
"Estas jugando con fuego." Dijo rodeándome por la cintura. "Y el que juega con fuego, se acaba quemando."
"¿No te gusta?" Agarré sus rizos con mis manos a la altura de su nuca mientras lo atraía hacia mí.
"Eugenia, me gusta demasiado. Por eso te pido que pares, porque no quiero que nos llamen la atención por escándalo público." Nuestras narices se rozaban y sus manos pasaron de posarse en mi cintura a agarrarse a mi culo. Solté un grito ahogado por la sorpresa de su gesto y la risa de Harry escapó de su boca mientras apretaba sus manos contra mis nalgas. Era una sensación cómoda cuando se trataba de alguien a quien querías.
"Bueno, la piscina está vacía…" Dije a escasos centímetros de su boca. La tentación era irresistible.
"¿Así que, quieres jugar, eh?" Dijo posando ligeros besos en mi nariz. El hueso de su mandíbula se dejaba ver claramente indicando que estaba tenso, tenso de excitación. "Pues vamos a jugar." Antes de que pudiera darme cuenta, me agarró por debajo de los muslos sin ningún esfuerzo y me lanzó a la piscina haciendo que tragara un poco de agua."
"¡Harry!" Grité cuando conseguí reponerme de la tos que me había producido el agua.
"El que juega con fuego se quema, ¿recuerdas?" Yo puse los ojos en blanco mientras intentaba mantenerme a flote en el agua ya que no conseguía llegar pie. Harry se lanzó a la piscina con un perfecto salto de cabeza, se acercó a mí, me cogió en brazos y rodeo mis piernas a su cintura y posó sus manos en mi culo sujetándome.
"¿Mejor?"
"Si." Susurré. "Te odio."
El agua le llegaba a la mitad de su perfecto y tonificado pecho, y sus rizos mojados caían sobre su frente y sobre sus mejillas. Estaba muy guapo y muy sexy. Aparté los rizos que le caían sobre la frente y me quedé mirando sus preciosos ojos verdes.
"¿Y bien?"
"Eres precioso." Acaricié su torso con las dos manos a la altura de sus hombros y subí hasta agarrar los rizos de su nuca. "Y muy guapo."
"Tú sí que eres preciosa." Dijo posando un beso húmedo sobre mi nariz.
"Todavía no sé porqué te has fijando en mí." Me agarró la cara con sus dos gigantes manos, y me besó con ternura.
"Yo sí que lo sé."
Estábamos tumbados sobre la tela marrón bastante gruesa que sujetaba nuestros cuerpos suspendidos en el aire. Estaba acariciando con un ligero movimiento de manos los suaves y fuertes brazos de Harry, y apoyaba mi cabeza sobre su pecho mientras él jugaba con pequeños mechones rubios de mi pelo. Olía realmente bien. Una mezcla de detergente, champú y Harry. Habíamos pasado allí tumbados unas horas, hablando sobre mi vida, y sobre mis lejanos planes de futuro. Tenía pensado desde un principio ir a estudiar a Londres, la carrera de Medicina, gracias a la beca que me concedían.
"Te podrías venir a vivir conmigo." Dijo Harry cogiendo uno de mis mechones rubios y enrollándolo en el dedo.
"¿Qué?" Grité sorprendida levantando mi cabeza.
"No tendrás que pagar el alquiler, ni tampoco irás a una residencia de esas con las que compartes pasillo con tíos que solo quieren acostarse contigo, no tendrás que comprar comida, ni lavar la ropa, ni hacer la cama, tendrás tu sitio para estudiar tranquilamente..."
"Vale, para." Interrumpí. "Estás jugando sucio". Dije frunciendo el ceño. Su intención estaba clara. Su sonrisa estaba llena de orgullo, y dejaba mostrar su hoyuelo derecho. "Además, ¿quien dice que no quiera compartir pasillo con tíos que se quieran acostar conmigo?" Puse tono de burla, y Harry me miraba con una ceja levantada, pero su expresión se puso seria al momento.
"Tú no irás a una residencia."
"Iré a casa de Sav, sus padres tienen una casa allí. Ella viene conmigo." Dije con intento de tranquilizarlo. No parecía funcionar. "Vivió allí toda su infancia. Después vino aquí porque a su padre le destinaron." La expresión de Harry se relajó considerablemente.
"¿Tiene novio?"
"Sí."
"Entonces decidido, te vienes conmigo."
"¡Harry!"
"No estoy bromeando."
"Ya basta." Dije pellizcando suavemente el brazo que estaba acariciando. El hizo un intento de parecer molesto, pero no lo consiguió.
"¿Porqué el Padre Luis es tan importante para ti?" Preguntó cambiando de tema. Realmente me había pillado desprevenida. No me había preguntado por él en lo que llevábamos en la iglesia y supuse que no le había dado mucha importancia. Le había dicho que la tela sobre la que estábamos la habíamos puesto él y yo hacía unos cuantos años, pero no hubiera imaginado que estuviera buscando el momento para preguntármelo.
"¿Qué te hace pensar que sea importante para mí?" Respondí, pero Harry no contestó. Al cabo de unos segundos prosiguió:
"Cuando me has contado que pusisteis la tela juntos, estabas orgullosa de decirlo. Me mirabas como si estuvieras hablando sobre tu padre."
"Es que es mi padre." El cuerpo de Harry se puso tenso y yo solté una risita. "No literalmente, tonto. Cuando mi padre murió, el se hizo cargo de mi mientras mi madre trabajaba y mis hermanos estaban en el colegio. Yo era muy pequeña."
"Ohh." Harry dejó de acariciarme el pelo me estrechó entre sus brazos.
"Eso ya lo sabías."
"¿El qué?" Dijo pareciendo confuso.
"Que mi padre murió justo después de que yo naciera." Harry levantó una ceja y negó con la cabeza. "Niall me llamó diciendo que habías pedido un informe completo sobre mi vida a los managers. Dijo que lo había leído y era bastante completo."
"¿Enserio te dijo eso?" La expresión de Harry ahora descubría sorpresa. Yo asentí con la cabeza.
"Eres demasiado posesivo, y eso es jugar muy sucio."
"Yo lo veo justo. Cuando te conocí, tu sabias mucho mas de mí que yo de ti, así que creí conveniente investigarte."
"¿Investigarme? No soy ningún sospechoso de asesinato." Dije riendo.
"Vuélvelo a hacer." Dijo enrollando otro de mis mechones por sus largos dedos.
"¿El qué?" En ese momento la que estaba confusa era yo.
"Ese sonido."
"Harry, ¿qué sonido?"
"Haces un sonido muy bonito cuando te ríes."
"¿Qué?" Dije riendo inconscientemente.
"¿Ves?" Sonrió. "Definitivamente, lo voy a clasificar en mi lista se sonidos favoritos."
"¿Tienes una lista de sonidos favoritos?" Levanté una ceja, sorprendida.
"Efectivamente, y este encabeza la lista."
"Estás loco…"
"Eso es lo que me produce estar con usted, señorita."
"Pues no le sienta muy bien, señor."
"Lo sé." Dijo pasando una mano por sus suaves rizos. "No sé lo que estás haciendo conmigo…"
Después de ir a comer rápidamente unos sándwiches a uno de los sitios más buenos de la ciudad, decidimos ir a darnos un baño a la piscina que se encontraba en el hotel donde se alojaba Harry durante esos días. Al llegar al hotel, subimos por el ascensor impacientemente hasta llegar a la suite principal, nada menos que esperar cuando se trataba de Harry. Ya había estado allí los anteriores dos días, pero todavía me creaba cierto respeto, sobre todo por los dos ventanales que se situaban pegados a la pared, dejando ver la ciudad situada bajo nuestros pies. Se trataba de una suite con una habitación tremendamente grande, un comedor, dos baños y un salón con una televisión de plasma incorporada. Se podría decir que ese trozo de hotel era prácticamente más grande que mi casa.
Entré por la puerta dejando mi pequeño bolsito en el suelo y me giré para ver a Harry dando vueltas a una idea que se me acababa de pasar por la cabeza.
"No tengo bañador". Una media sonrisa se dibujó en la cara de Harry.
"¿Quién ha dicho que necesitas bañador?" Se iba acercando lentamente hacia mí mientras yo retrocedía hacía uno de los ventanales que daban al exterior.
"Supongo que no querrás que baje desnuda a la piscina." Dije con tono irónico
"¿Quién ha dicho que vayamos a la piscina?" Las intenciones de Harry se dejaban ver claramente sobre su tono de voz. Hizo un intento de acorralarme con sus brazos pero yo me escapé. Estaba de buen humor y quería jugar.
"Bueno, pues yo lo digo ahora." Dije intentando esquivar sus movimientos. Solté una pequeña risita ante su intento fallido de cogerme.
"¿Quieres ir a la piscina?" Preguntó Harry levantando una ceja. Yo asentí con una sonrisa. "¿Sin bañador?"
"Siempre puedo ir con ropa interior." La expresión de la cara de Harry cambió totalmente. Se dirigió hacia la habitación de la suite y sacó una bolsa de Kalvin Klein.
"Toma." Me entregó la bolsa y me dio un ligero beso en los labios. Era un bikini de color azul oscuro unido por el vientre realmente bonito y realmente caro.
"¿D-de donde lo has sacado?"
"Estaba seguro de que querrías bañarte en la piscina, y lo compré por si acaso."
"Pero esto es muy caro…"
"Vete haciendo a la idea de que me lo puedo permitir." Dijo rodeándome por la cintura y atrayéndome hacia él.
"No quiero que me compres regalos caros."
"Es solo un bañador. Póntelo." Le di un pequeño beso en los labios y hice un intento de separarme de los brazos que rodaban mi cintura, pero me atrajo más hacia su cuerpo y profundizó en el beso. Me aparté de él con esfuerzos, viendo en su cara una mueca de fastidio.
"Mmm…" Murmuró
"Voy a cambiarme." Dije sin aliento. Di media vuelta y me dirigí al baño.
Nunca había pensado en mi en una chica sexy y con curvas, y ese bikini era exactamente para chicas así. Al salir del baño, para mi sorpresa Harry se había puesto un bañador exactamente del mismo color del mío, que le cubría hasta la mitad del muslo. Estaba realmente sexy. Al verme, sus ojos se abrieron como platos.
"Creo que no debería haberte comprado este bañador."
"¿Por qué?" Pregunte ruborizada. "¿Tan mal me queda?"
"No, no." Dijo con una media sonrisa. "Es que no quiero que seas el centro de atención de la piscina. Estas demasiado sexy."
"¿Sexy?" Levanté las cejas ante su comentario.
"Sexy." Asintió
"No quiero ser sexy."
"Nena, eres sexy." Dijo prolongando el 'eres' mientras se acercaba a mí. "Ponte esto." Sacó una camiseta gris de mi talla de su armario.
"¿Cuántas cosas me has comprado?" Dije con sorpresa.
"Solo estas dos cosas." Dijo mientras se ponía una camiseta blanca sobre su torso
"Mentiroso." Dije riendo. "Vamos." Me puse la camiseta, me dirigí a la puerta zarandeándome bajo la mirada de Harry y bajamos a la piscina.
"Sé lo que estás haciendo." Dijo mientras se quitaba la camiseta lentamente.
"¿El qué?" Pregunté tratando de parecer confusa mientras me quitaba la camiseta y la dejaba en una de las hamacas. Efectivamente estaba intentando de ser 'sexy'.
"Estas jugando con fuego." Dijo rodeándome por la cintura. "Y el que juega con fuego, se acaba quemando."
"¿No te gusta?" Agarré sus rizos con mis manos a la altura de su nuca mientras lo atraía hacia mí.
"Eugenia, me gusta demasiado. Por eso te pido que pares, porque no quiero que nos llamen la atención por escándalo público." Nuestras narices se rozaban y sus manos pasaron de posarse en mi cintura a agarrarse a mi culo. Solté un grito ahogado por la sorpresa de su gesto y la risa de Harry escapó de su boca mientras apretaba sus manos contra mis nalgas. Era una sensación cómoda cuando se trataba de alguien a quien querías.
"Bueno, la piscina está vacía…" Dije a escasos centímetros de su boca. La tentación era irresistible.
"¿Así que, quieres jugar, eh?" Dijo posando ligeros besos en mi nariz. El hueso de su mandíbula se dejaba ver claramente indicando que estaba tenso, tenso de excitación. "Pues vamos a jugar." Antes de que pudiera darme cuenta, me agarró por debajo de los muslos sin ningún esfuerzo y me lanzó a la piscina haciendo que tragara un poco de agua."
"¡Harry!" Grité cuando conseguí reponerme de la tos que me había producido el agua.
"El que juega con fuego se quema, ¿recuerdas?" Yo puse los ojos en blanco mientras intentaba mantenerme a flote en el agua ya que no conseguía llegar pie. Harry se lanzó a la piscina con un perfecto salto de cabeza, se acercó a mí, me cogió en brazos y rodeo mis piernas a su cintura y posó sus manos en mi culo sujetándome.
"¿Mejor?"
"Si." Susurré. "Te odio."
El agua le llegaba a la mitad de su perfecto y tonificado pecho, y sus rizos mojados caían sobre su frente y sobre sus mejillas. Estaba muy guapo y muy sexy. Aparté los rizos que le caían sobre la frente y me quedé mirando sus preciosos ojos verdes.
"¿Y bien?"
"Eres precioso." Acaricié su torso con las dos manos a la altura de sus hombros y subí hasta agarrar los rizos de su nuca. "Y muy guapo."
"Tú sí que eres preciosa." Dijo posando un beso húmedo sobre mi nariz.
"Todavía no sé porqué te has fijando en mí." Me agarró la cara con sus dos gigantes manos, y me besó con ternura.
"Yo sí que lo sé."
ohmysexyharold_
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
!Hola! :3
Primera y fiel lectora.
Me encantaron los capítulos, gracias por pasarme la novela c:
Si no la sigues, conocerás mi lado oscuro, muajaja(?) :jojojo:
Síguela, me encanta tu novela c:
Primera y fiel lectora.
Me encantaron los capítulos, gracias por pasarme la novela c:
Si no la sigues, conocerás mi lado oscuro, muajaja(?) :jojojo:
Síguela, me encanta tu novela c:
Swaggy Girl8
Re: THEY DON'T KNOW ABOUT US.
CAPITULO 11:
"¡Cuidado!" Dije entre risas agarrándome lo más fuerte posible a su cintura. Harry me sujetaba boca abajo como un saco de patatas llevándome de camino a la suite mientras me resbalaba poco por el agua que cubría nuestros cuerpos. "¿Por qué has tenido que dejarte las toallas? ¡Me estoy helando!" Metió la llave en la cerradura y sonó un 'click'.
"Porque me despistas." Dijo empujando la puerta con el pie para cerrarla. "Y ahora, nos vamos a dar un baño caliente."
Me depositó en el suelo mojando todo a su paso, y me dio un beso en la frente mientras yo cerraba los ojos ante su gesto. Se dirigió hacia en baño rápidamente para abrir el agua de la bañera y por como olía, debió echar un jabón de lavanda que me recordaba a su olor. Olía tan bien… Seguidamente se acercó a mí, posó su mano izquierda sobre mi cintura mientras con la derecha acariciaba el centro de mi bikini.
"¿Tienes frio?" Preguntó con tono preocupado.
"Un poco." Dije mientras pasaba mis brazos por su cintura mientras le atraía hacia mí. Me estaba helando. A pesar de que los dos estábamos completamente empapados, el calor que desprendía su cuerpo era muy reconfortante. El respondió a mi abrazo y posó su nariz en el hueco de mi cuello.
"Hueles muy bien."
"Usted también señor Styles." Dije pasando la nariz por su torso. "Me gusta estar pegada a ti." Posaba ligeros besos húmedos por mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja dejando pequeños mordiscos en ella, causando escalofríos que se iban directos a mi entrepierna. Su contacto era estremecedor y causaba grandes efectos sobre mí.
"Quiero sacarte ese bañador mojado." Susurró arrastrando las palabras con voz ronca. Respondí ante su comentario pasando mis dedos por debajo de la tira elástica de su bañador moviéndolos de un lado a otro mientras un escalofrío recorría lentamente mi espina dorsal. Harry soltó un gemido que rápidamente ahogó con mis labios y se apartó de mi negando con la cabeza y con el ceño fruncido. "No puedo hacer esto si tú no estás preparada."
Su cara era una mezcla de preocupación, miedo y excitación. Una mezcla muy sexy cuando quedaba plasmada en los hermosos rasgos de la cara de Harry. Su prominente hueso de la mandíbula era claramente visible y ese simple gesto hacía que se me nublara la mente. No podía pensar claramente. ¿Realmente quería esto? ¿Realmente quería tanto a Harry para entregarme completamente a él? Él me había dejado bastante claro que quería estar conmigo, de todas las formas posibles y a su debido tiempo, y estaba claro que yo me estaba enamorando de él y estaba dispuesta a dar un paso adelante con tal de complacerle.
Se acercó a mí lentamente, y sin decir nada me agarró ambos lados de la cara y me besó suavemente, como si fuera la primera vez. Con Harry, todos los besos eran como la primera vez. Nunca sabías de qué forma iba a responder. Agarró con una mano suavemente mi espalda y se apartó de mí para poder observar mi expresión.
"¿Quieres?" Dijo casi suplicando mientras acariciaba mi mejilla.
"Si." Sus dos ojos verdes se abrieron hasta alcanzar límites casi imposibles y una media sonrisa se iba dibujando lentamente en su cara mostrando su hoyuelo derecho. "Te quiero."
Esas dos simples palabras, salieron de mi boca sin apenas haber tenido tiempo de procesarlas. En cuerpo de Harry se tensó inmediatamente y sus ojos se abrieron más de lo que lo habían hecho antes. No conseguía adivinar que estaba pasando por su cabeza, eso era lo más frustrante de la situación. Un ligero rubor se apoderó de mis mejillas e instantáneamente, la mano de Harry cogió mi brazo derecho posándolo sobre su nuca, animándome que acariciara sus rizos todavía mojados y goteando ligeramente sobre sus hombros perfectamente esculpidos. Volvió agarrar mi cintura, y con la mano libre dejó una caricia sobre mi mejilla.
"Estaba deseando oír eso, bebé." Pequeños besos fueron dejados en mi boca, uno detrás de otro causándome una ligera risita. "Me encanta ese sonido." Dijo con una amplia sonrisa plasmada sobre mi boca. "No sé qué estás haciendo conmigo, los chicos dicen que me estoy enamorando de ti."
Sus palabras resonaron por todos los huecos de mi cabeza intentado procesarlas milímetro a milímetro. Enamorarse de mí, eso sonaba deliciosamente bien. Todas mis preocupaciones y todos mis miedos se desvanecieron milésimas de segundo después de oír esas palabras. ¿Podía ser más feliz? No lo creo.
Antes de que pudiera darme cuenta, me agarró por debajo de los muslos como una princesa y me llevó de camino al cuarto de baño.
"¿Qué tal si nos damos un baño primero?" Propuso. Los brazos de Harry rodeaban lentamente mi cintura hasta llegar al cierre del bañador. Notaba su inseguridad ante la situación. Sus mejillas ligeramente rosadas y una sonrisa nerviosa le delataban. No voy a negar que yo no tenía ni idea de que hacer. Estaba de pie en mitad de ese enorme cuarto de baño con el ligero ruido de fondo del agua llenando la bañera y enfrente de mí tenía al hombre más precioso de jamás ha podido existir. Sonreí ante ese pensamiento. Iba a ser mío.
"Vamos a sacarte esto." Susurró sobre mi oído mientras un escalofrío recorría todo mi cuerpo haciendo que me estremeciera a su paso. Me desabrochó el cierre y deslizó lentamente el material mojado por mi cuerpo, destapando mis pechos hasta llegar a la altura de mis caderas.
"Mierda." Dijo mordiéndose el labio inferior. "Eres preciosa."
Toda mi atención iba dirigida a ese labio tan seductor que se estaba mordiendo deseando ser yo la que lo estuviera haciendo. En ese momento me daba igual estar semidesnuda de cintura para arriba. Sus ojos verdes se encontraban con los míos, con una mirada intensa y llena de súplica mientras se arrodillaba ante mí y deslizaba por mis piernas la parte restante del bañador. Una vez retirado, besó mi vientre, justo a la altura del ombligo.
"Hueles tan bien, Eugenia." Besos fueron dejados desde la parte inferior de mi vientre hasta el interior de mis pechos sin dejar ningún espacio vacío, causándome una risita a su paso. No me había dado cuenta que estaba completamente desnuda ante sus caricias. Nunca me había mostrado completamente desnuda ante nadie. Ese pensamiento hizo que mis mejillas empezaran a arder. "¿Qué pasa?" Preguntó preocupado pero con una sonrisa llena de cariño.
"Nada, no te preocupes." Le devolví el gesto. Se levanto de su posición en el suelo y me cogió con sus manos ambos lados de la cara.
"¿Te sientes incómoda?"
"No, no." Respondí con cierta vergüenza. "Solo es que nunca había estado desnuda delante de nadie."
"Lo sé." Aplastó sus labios contra los míos rápidamente. "Y no sabes lo mucho que me alegra, ven, vamos." Cogió mi mano para ayudar a meterme en la bañera y me senté en uno de los extremos. Seguidamente Harry se quitó su bañador dejando a la vista su parte más íntima y se metió en la bañera.
***
El agua seguía caliente a pesar del rato que llevábamos metidos en aquella enorme bañera. Estaba tumbada entre las piernas de Harry muy cómodamente envuelta de espuma hasta la barbilla jugando con sus enormes y largas manos mientras él me acariciaba el pelo después de habérmelo lavado con su champú. Había sido divertido ver como Harry se las arreglaba con mi largo pelo rubio, mientras que yo me las había apañado bastante bien con el suyo. También nos habíamos lavado mutuamente ambos cuerpos, haciendo hincapié mas en unas zonas que en otras pero sin pasar el limite. Debo admitir que me decepcionó un poco no haber traspasado esa línea.
"Tienes las manos enormes." Dije posando mi mano sobre la suya. Era asombrosamente grande la distancia que sobraba de su mano respecto a la mía.
"Puedo hacer cosas milagrosas con ellas." Susurró sobre mi oído. Me estremecí al notar su cálido aliento en mi oreja.
"Eres un pervertido." Dije entre risas.
"¿Cómo sabes tú que no me refería a dibujar, por ejemplo?"
"Harry, tú no sabes dibujar…"
"Vale, vale, lo admito." Una sonrisa oscura se iluminó en su cara dejando ver sus preciosos hoyuelos en señal de derrota mientras apoyaba su nariz en el hueco de mi cuello. "¿Te apetece cenar?"
"¿Cenar?" Si era la hora de cenar, se me había pasado el tiempo demasiado rápido. "¿Qué hora es?"
"La ocho y diez."
"¿Tan tarde?" Él asintió con un leve murmuro todavía con su nariz pegada a mi cuello. "¿Cuánto tiempo llevamos aquí metidos?"
"Unas dos horas." Definitivamente, el tiempo pasa extremadamente rápido. "Hueles tan bien." Comentó.
"Tu tampoco te quedas atrás."
"¿Entonces, te apetece cenar de dulces y meternos en la cama pronto como los viejecitos?"
"¿Me quedo a dormir contigo?" Mi expresión irradiaba felicidad infinita, aunque no iba a durar mucho si sabía el porqué de esa quistión.
"Le he pedido permiso a tu madre y a tu hermano." La alarmas sonaban dentro de mi cabeza, me estaba empezando a dar vueltas todo.
"¿A cuál de los dos?" Dije con cierto tono de pánico. Harry asomó su sonrisa una vez más. No sé que le hacía tanta gracia. Yo me estaba empezando a preocupar por su vida si con el que había hablado se trataba de Miguel.
"A Nacho." Nunca había deseado oír tanto el nombre de mi hermano. Un suspiro de alivio escapó de mis labios entreabiertos. "Y ahora si me permites, señorita tengo-un-hermano-que-quiere-matar-a-mi-novio, quiero cenar creps de Nutella, y tu vas a comértelos conmigo."
"Buena idea." Tenía un hambre de mil demonios.
"¡Cuidado!" Dije entre risas agarrándome lo más fuerte posible a su cintura. Harry me sujetaba boca abajo como un saco de patatas llevándome de camino a la suite mientras me resbalaba poco por el agua que cubría nuestros cuerpos. "¿Por qué has tenido que dejarte las toallas? ¡Me estoy helando!" Metió la llave en la cerradura y sonó un 'click'.
"Porque me despistas." Dijo empujando la puerta con el pie para cerrarla. "Y ahora, nos vamos a dar un baño caliente."
Me depositó en el suelo mojando todo a su paso, y me dio un beso en la frente mientras yo cerraba los ojos ante su gesto. Se dirigió hacia en baño rápidamente para abrir el agua de la bañera y por como olía, debió echar un jabón de lavanda que me recordaba a su olor. Olía tan bien… Seguidamente se acercó a mí, posó su mano izquierda sobre mi cintura mientras con la derecha acariciaba el centro de mi bikini.
"¿Tienes frio?" Preguntó con tono preocupado.
"Un poco." Dije mientras pasaba mis brazos por su cintura mientras le atraía hacia mí. Me estaba helando. A pesar de que los dos estábamos completamente empapados, el calor que desprendía su cuerpo era muy reconfortante. El respondió a mi abrazo y posó su nariz en el hueco de mi cuello.
"Hueles muy bien."
"Usted también señor Styles." Dije pasando la nariz por su torso. "Me gusta estar pegada a ti." Posaba ligeros besos húmedos por mi cuello hasta llegar al lóbulo de mi oreja dejando pequeños mordiscos en ella, causando escalofríos que se iban directos a mi entrepierna. Su contacto era estremecedor y causaba grandes efectos sobre mí.
"Quiero sacarte ese bañador mojado." Susurró arrastrando las palabras con voz ronca. Respondí ante su comentario pasando mis dedos por debajo de la tira elástica de su bañador moviéndolos de un lado a otro mientras un escalofrío recorría lentamente mi espina dorsal. Harry soltó un gemido que rápidamente ahogó con mis labios y se apartó de mi negando con la cabeza y con el ceño fruncido. "No puedo hacer esto si tú no estás preparada."
Su cara era una mezcla de preocupación, miedo y excitación. Una mezcla muy sexy cuando quedaba plasmada en los hermosos rasgos de la cara de Harry. Su prominente hueso de la mandíbula era claramente visible y ese simple gesto hacía que se me nublara la mente. No podía pensar claramente. ¿Realmente quería esto? ¿Realmente quería tanto a Harry para entregarme completamente a él? Él me había dejado bastante claro que quería estar conmigo, de todas las formas posibles y a su debido tiempo, y estaba claro que yo me estaba enamorando de él y estaba dispuesta a dar un paso adelante con tal de complacerle.
Se acercó a mí lentamente, y sin decir nada me agarró ambos lados de la cara y me besó suavemente, como si fuera la primera vez. Con Harry, todos los besos eran como la primera vez. Nunca sabías de qué forma iba a responder. Agarró con una mano suavemente mi espalda y se apartó de mí para poder observar mi expresión.
"¿Quieres?" Dijo casi suplicando mientras acariciaba mi mejilla.
"Si." Sus dos ojos verdes se abrieron hasta alcanzar límites casi imposibles y una media sonrisa se iba dibujando lentamente en su cara mostrando su hoyuelo derecho. "Te quiero."
Esas dos simples palabras, salieron de mi boca sin apenas haber tenido tiempo de procesarlas. En cuerpo de Harry se tensó inmediatamente y sus ojos se abrieron más de lo que lo habían hecho antes. No conseguía adivinar que estaba pasando por su cabeza, eso era lo más frustrante de la situación. Un ligero rubor se apoderó de mis mejillas e instantáneamente, la mano de Harry cogió mi brazo derecho posándolo sobre su nuca, animándome que acariciara sus rizos todavía mojados y goteando ligeramente sobre sus hombros perfectamente esculpidos. Volvió agarrar mi cintura, y con la mano libre dejó una caricia sobre mi mejilla.
"Estaba deseando oír eso, bebé." Pequeños besos fueron dejados en mi boca, uno detrás de otro causándome una ligera risita. "Me encanta ese sonido." Dijo con una amplia sonrisa plasmada sobre mi boca. "No sé qué estás haciendo conmigo, los chicos dicen que me estoy enamorando de ti."
Sus palabras resonaron por todos los huecos de mi cabeza intentado procesarlas milímetro a milímetro. Enamorarse de mí, eso sonaba deliciosamente bien. Todas mis preocupaciones y todos mis miedos se desvanecieron milésimas de segundo después de oír esas palabras. ¿Podía ser más feliz? No lo creo.
Antes de que pudiera darme cuenta, me agarró por debajo de los muslos como una princesa y me llevó de camino al cuarto de baño.
"¿Qué tal si nos damos un baño primero?" Propuso. Los brazos de Harry rodeaban lentamente mi cintura hasta llegar al cierre del bañador. Notaba su inseguridad ante la situación. Sus mejillas ligeramente rosadas y una sonrisa nerviosa le delataban. No voy a negar que yo no tenía ni idea de que hacer. Estaba de pie en mitad de ese enorme cuarto de baño con el ligero ruido de fondo del agua llenando la bañera y enfrente de mí tenía al hombre más precioso de jamás ha podido existir. Sonreí ante ese pensamiento. Iba a ser mío.
"Vamos a sacarte esto." Susurró sobre mi oído mientras un escalofrío recorría todo mi cuerpo haciendo que me estremeciera a su paso. Me desabrochó el cierre y deslizó lentamente el material mojado por mi cuerpo, destapando mis pechos hasta llegar a la altura de mis caderas.
"Mierda." Dijo mordiéndose el labio inferior. "Eres preciosa."
Toda mi atención iba dirigida a ese labio tan seductor que se estaba mordiendo deseando ser yo la que lo estuviera haciendo. En ese momento me daba igual estar semidesnuda de cintura para arriba. Sus ojos verdes se encontraban con los míos, con una mirada intensa y llena de súplica mientras se arrodillaba ante mí y deslizaba por mis piernas la parte restante del bañador. Una vez retirado, besó mi vientre, justo a la altura del ombligo.
"Hueles tan bien, Eugenia." Besos fueron dejados desde la parte inferior de mi vientre hasta el interior de mis pechos sin dejar ningún espacio vacío, causándome una risita a su paso. No me había dado cuenta que estaba completamente desnuda ante sus caricias. Nunca me había mostrado completamente desnuda ante nadie. Ese pensamiento hizo que mis mejillas empezaran a arder. "¿Qué pasa?" Preguntó preocupado pero con una sonrisa llena de cariño.
"Nada, no te preocupes." Le devolví el gesto. Se levanto de su posición en el suelo y me cogió con sus manos ambos lados de la cara.
"¿Te sientes incómoda?"
"No, no." Respondí con cierta vergüenza. "Solo es que nunca había estado desnuda delante de nadie."
"Lo sé." Aplastó sus labios contra los míos rápidamente. "Y no sabes lo mucho que me alegra, ven, vamos." Cogió mi mano para ayudar a meterme en la bañera y me senté en uno de los extremos. Seguidamente Harry se quitó su bañador dejando a la vista su parte más íntima y se metió en la bañera.
***
El agua seguía caliente a pesar del rato que llevábamos metidos en aquella enorme bañera. Estaba tumbada entre las piernas de Harry muy cómodamente envuelta de espuma hasta la barbilla jugando con sus enormes y largas manos mientras él me acariciaba el pelo después de habérmelo lavado con su champú. Había sido divertido ver como Harry se las arreglaba con mi largo pelo rubio, mientras que yo me las había apañado bastante bien con el suyo. También nos habíamos lavado mutuamente ambos cuerpos, haciendo hincapié mas en unas zonas que en otras pero sin pasar el limite. Debo admitir que me decepcionó un poco no haber traspasado esa línea.
"Tienes las manos enormes." Dije posando mi mano sobre la suya. Era asombrosamente grande la distancia que sobraba de su mano respecto a la mía.
"Puedo hacer cosas milagrosas con ellas." Susurró sobre mi oído. Me estremecí al notar su cálido aliento en mi oreja.
"Eres un pervertido." Dije entre risas.
"¿Cómo sabes tú que no me refería a dibujar, por ejemplo?"
"Harry, tú no sabes dibujar…"
"Vale, vale, lo admito." Una sonrisa oscura se iluminó en su cara dejando ver sus preciosos hoyuelos en señal de derrota mientras apoyaba su nariz en el hueco de mi cuello. "¿Te apetece cenar?"
"¿Cenar?" Si era la hora de cenar, se me había pasado el tiempo demasiado rápido. "¿Qué hora es?"
"La ocho y diez."
"¿Tan tarde?" Él asintió con un leve murmuro todavía con su nariz pegada a mi cuello. "¿Cuánto tiempo llevamos aquí metidos?"
"Unas dos horas." Definitivamente, el tiempo pasa extremadamente rápido. "Hueles tan bien." Comentó.
"Tu tampoco te quedas atrás."
"¿Entonces, te apetece cenar de dulces y meternos en la cama pronto como los viejecitos?"
"¿Me quedo a dormir contigo?" Mi expresión irradiaba felicidad infinita, aunque no iba a durar mucho si sabía el porqué de esa quistión.
"Le he pedido permiso a tu madre y a tu hermano." La alarmas sonaban dentro de mi cabeza, me estaba empezando a dar vueltas todo.
"¿A cuál de los dos?" Dije con cierto tono de pánico. Harry asomó su sonrisa una vez más. No sé que le hacía tanta gracia. Yo me estaba empezando a preocupar por su vida si con el que había hablado se trataba de Miguel.
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