Conectarse
Últimos temas
miembros del staff
Beta readers
|
|
|
|
Equipo de Baneo
|
|
Equipo de Ayuda
|
|
Equipo de Limpieza
|
|
|
|
Equipo de Eventos
|
|
|
Equipo de Tutoriales
|
|
Equipo de Diseño
|
|
créditos.
Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
"NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 27 de 46. • Comparte
Página 27 de 46. • 1 ... 15 ... 26, 27, 28 ... 36 ... 46
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
angie- d jonas escribió:ohh please siguela
jum humillo a la rayis que malo pero bueno lo tenia q hcer
solo x eso se lo paso jeje
ii nueva lectora!!
BienVeNida :lol!: :lol!:
ahahaha si hay que pasarle esa a Nick ademas algo le tuvo que haber hecho _____ no creen?
para de repente Nick este cantando canciones romanticas ... que será :yonofui: :¬w¬: :inlove: :arre:
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
haha gracias x la bienvenida
q q sera? y para saberlo tienes q subir cap en este mismo instante
haha NTC sube cuando puedas
un beso
q q sera? y para saberlo tienes q subir cap en este mismo instante
haha NTC sube cuando puedas
un beso
angie- d jonas
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
Subeee mas!!! No seas tan mala juuumm xD
JijiMalfoyPotter
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
Dioooss la nove no podriia estar mejorr!!! Ya quiero saber que pasaaa entree nickk y ______ y simi y todotodooo!! Pliiss suubee cap pronntooo :)
Me fasciinaa tu noovee cdtt byyee
Me fasciinaa tu noovee cdtt byyee
paurivera
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
se qedo con el diariooo nooo!!
como se reencontraran,,,daisy q quiere decir, q ya le esta haciendo
efecto _____?
jaja me imagino a ash tan hermosoo
sube pleaseee
como se reencontraran,,,daisy q quiere decir, q ya le esta haciendo
efecto _____?
jaja me imagino a ash tan hermosoo
sube pleaseee
#Fire Rouge..*
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
PlizZ siguela pronto! Muero sin capítulos!x_x jaja! :D
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
ohohoh ya vengo a molestar jajaja
pliss quiero saber.... lo que va a pasar
te digo que esta nove desde que la empece a leer
te juro que me comio la historio ok no (es que no se como explicarlo :) )
ahaha y no habia comentado antes porque lo leia en mi cel y es una lata.
porque se conecta y luego se desconecta (y yo puff porqueria de cel)
pero hoy ya me conecte para "hacer la tarea" jeje
siguela pleasea!!!
pliss quiero saber.... lo que va a pasar
te digo que esta nove desde que la empece a leer
te juro que me comio la historio ok no (es que no se como explicarlo :) )
ahaha y no habia comentado antes porque lo leia en mi cel y es una lata.
porque se conecta y luego se desconecta (y yo puff porqueria de cel)
pero hoy ya me conecte para "hacer la tarea" jeje
siguela pleasea!!!
angie- d jonas
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
Siigueelaa porrfiisss mee encanta y estoy ansioosaa por el proximoo capiituulooo cdt xoxo
paurivera
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
CAPÍTULO TRES
Tres días más tarde cuando atravesaba caminando el campus hacia su despacho, ________ estaba lo bastante encolerizada como para escupir clavos de hierro. Qué atrevimiento por parte del doctor Alexander, darle su diario a ese... ese...
Un día ella iba a pensar en una palabra que describiría adecuadamente la particular especie de rastrero, del arroyo, repugnante, … infame, de Nicholas.
—¿Doctora Kafieri?
Se dio la vuelta para ver a Kyle Peltier, uno de sus estudiantes, corriendo hacia ella. Era el típico estudiante de penúltimo año, con el pelo rubio y una cara dulce. Acababa de trasladarse de otra facultad este semestre y era uno de sus mejores alumnos.
—¿Sí?
—Un amigo mío me pidió que le diera esto. —Él la ofreció una caja envuelta en papel de embalar.
Ella contempló el inesperado regalo.
—No entiendo.
—Yo tampoco, pero cuando él pide un favor, haces el favor sin preguntar por qué.
________ frunció el ceño ante sus crípticas palabras mientras cogía la caja. De inmediato Kyle se fue corriendo antes de que ella pudiera preguntarle algo más.
—Bien eso fue interesante. —La caja era pesada. La sacudió, pero no podía imaginarse que era lo que podría contener.
Con su suerte actual, una bomba.
Apartando el pensamiento, se dirigió hacia su pequeño despacho, agarró una taza de café y luego empezó a abrirla, lo cual era más fácil decir que hacer. Parecía que el obsequiante la había sellado herméticamente precintándola con cinta adhesiva.
—¡Odio cuándo la gente hace esto!
Finalmente, después de no menos de cinco minutos, fue capaz de separar la tapa de la caja y liberarla de un tirón. Al abrirla, se quedó helada. Esta contenía un martillo, un manojo de hojas de olivo, una nota atada a una solitaria rosa roja, y una bolsa de cuero del mismo tamaño que un pequeño libro. Con el corazón palpitando, levantó la bolsa de cuero marrón y la abrió para encontrar su diario.
Una sonrisa curvó sus labios. Así que el pequeño monstruo había hecho lo que debía. Entonces fue capaz de reírse por lo del martillo y «las ramas» de olivo que él había puesto dentro. Sacó su nota y la abrió para encontrar una hermosa letra masculina.
No soy realmente el idiota que piensas que soy. El diario es de una mujer joven en una aislada parte de Grecia y documenta su vida durante aproximadamente dieciocho meses. Es una lectura más o menos aburrida, pero si quieres más detalles, llámame. 555-602-1938.
Eirini,
Nick
Eirini, paz en griego. ________ sacudió la cabeza. No el idiota, pensó, sí de acuerdo. Pero era una especie de gesto dulce y le había devuelto su diario.
Con una rosa.
Sosteniéndola en alto, inhaló la dulce fragancia y sopesó si quería o no poner los ojos de nuevo en el troll.
Con los brazos cruzados sobre el pecho, Urian miró ceñudo a Nick, mientras Nick se sentaba en su trono en Katoteros y tocaba la guitarra. Casi tan alto como Nick, Urian tenía el pelo largo de color rubio platino y lo llevaba recogido en una coleta. Antiguo Daimon, Urian había sido salvado por Nick después de que el padre de Urian le cortara brutalmente la garganta. Y al igual que su padre, Urian tenía una personalidad sumamente mordaz de la cual estaba más que orgulloso.
Sin ningún deseo de tratar con el inestable mal humor de Urian o justificarse a sí mismo, Nick ignoró al hombre mientras continuaba cantando «Push» de los Matchbox Twenty en voz baja.
Simi estaba acostada boca abajo, viendo la QVC mientras devoraba un cubo de palomitas de maíz con sabor a barbacoa. Estaba vestida con medias negras y una falda de tela escocesa corta con una camisa de corte campesino rosa y negra y un corsé.
Urian se desplazó hacia donde estaba Alexion manteniendo las distancias desde un lado, también mirando fijamente a Nick, como si Nick fuera un experimento científico que hubiera salido seriamente mal. Durante miles de años, Alexion había sido la única persona que Nick permitió en su casa aparte de Simi. Por supuesto esto fue por la profundidad de la culpa, ya que Alexion había sido Ias, uno de los primeros Dark-Hunters que creó Artemisa. Nick había logrado devolverlo a una casi fantasmal existencia usando su sangre para impedir que Ias fuese una Sombra.
Muy mal Savitar por no haberle explicado aquellos poderes a Nick antes. Esto le hubiera ahorrado tanto a Ias como a él un montón de sufrimiento. Pero al menos Ias no estaba en constante dolor y miseria.
—¿Qué le pasa al jefe? —le preguntó Urian.
Alexion se encogió de hombros.
—No lo sé. Anoche llegó con un libro, se fue a su cuarto a leerlo, supongo, y luego salió de aquí esta mañana y ha estado tocando... esas canciones desde entonces.
Esas canciones eran baladas, las cuales Nicholas nunca tocaba. Godsmak, Sex Pistols, TSOL, Judas Priest, pero no...
—¿Eso es... —Urian se encogió físicamente antes de escupir el nombre— Julio Iglesias?
—Enrique.
Urian puso cara de espanto.
—Ni siquiera sabía que él conocía alguna mierda melosa. Queridos dioses... ¿está enfermo?
—No lo sé. En nueve mil años, nunca lo he visto de esta manera antes.
Urian se estremeció.
—Comienzo a estar asustado. Esto tiene que ser una señal del Apocalipsis. Si empieza con Air Supply , digo que nos acerquemos sigilosamente a él, lo llevamos a rastras a fuera y le sacamos a golpes la mierda.
—Te lo permitiré y que los demonios lo hagan. Personalmente me gusta demasiado mi estado semivivo como para ponerlo en peligro.
Nick levantó la vista y los traspasó a ambos con una malévola mirada encendida.
—¿Vosotras dos chicas no tenéis nada mejor que hacer como quitaros las pelusas de los dedos de los pies?
Urian sonrió abiertamente.
—La verdad es que no.
Nick gruñó por lo bajo una advertencia, pero antes de que realmente pudiera amenazarlos, su teléfono sonó. Reclinando la cabeza hacia atrás, suspiró frustrado. El maldito teléfono siempre se disparaba. Esta vez mejor que no fuera Artemisa para echar un polvo con él o iría por ella y…
Sus pensamientos se dispersaron cuando vio un prefijo local de Nueva Orleáns. No reconoció el número y no registró un nombre. Qué extraño. Con un movimiento seco abrió la tapa y contestó.
—¿Está Nick?
—¿________?
La garganta de ________ se quedó seca ante el modo en que él dijo su nombre. Puesto que ella era griega, nunca había pensado realmente que el griego fuera una lengua bonita, pero cuando él lo hablaba...
Apenas podía formar un pensamiento coherente.
—Um, ________. Llámame ________.
—Ah, no lo sabía. ¿Puedo hacer algo por ti?
Sí cariño, desnúdate y...
Ella sacudió la cabeza. Nunca tenía pensamientos como estos y no sabía por qué los tenía ahora, cuando tenía asuntos que discutir con alguien a quien detestaba absolutamente.
—Ah, sí, yo me preguntaba sobre el diario. ¿Hay alguna posibilidad de que pudieras reunirte conmigo más tarde y contarme más sobre él?
—¿A qué hora?
Agradecida de que no la colgara después de que ella le había tirado un martillo, sonrió.
—Estaré en casa en aproximadamente una hora.
—Allí estaré. —Él colgó.
No fue hasta que ________ colgó el teléfono que se dio cuenta de algo. No le había dicho donde vivía.
—Oh Dios mío, él es un acosador.
Su teléfono sonó.
Ella lo contestó para encontrar a Nick allí con aquella hipnótica voz profunda:
—Sólo es que me di cuenta de que no tengo tu dirección.
Riéndose, ella movió la cabeza ante su imaginación hiperactiva.
—No soy difícil de encontrar. Estoy en el 982 de St. Anne bajando por el Quarter.
—Nos veremos más tarde, pues.
La arcaica manera en que él lo dijo, hizo que un temblor recorriera descendiendo su columna. Al colgar el teléfono, no pudo menos que sonreír y ni siquiera sabía por qué.
Él es un gilipollas. Un completo y total imbécil.
Que le había enviado una rosa y que parecía saber leer una lengua que nadie más podía. Una lengua que ella desesperadamente necesitaba entender. Esto era trabajo. No era una cita. Podría soportar su insistente arrogancia el tiempo suficiente para conseguir lo que necesitaba y luego ella iba a tirarlo de culo.
Nick vaciló mientras se teletrasportaba unas cuantas casas más abajo de la de ________. Como la dueña, ésta combinaba con el resto de las casas de la calle. Realmente no tenía nada destacable, a pesar de eso era sencillamente hermosa. Pintada de un rosa muy pálido, y decorada con un blanco envejecido, era una vuelta al siglo de las típicas shotgun rowhouse de Nueva Orleáns. Las persianas estaban herméticamente cerradas y cuando intentó mirar al interior para encontrarla, no vio nada.
Nada.
Probablemente deberías salir corriendo.
Pero, ¿por qué? Todo lo que esto significaba era que serían amigos de alguna clase. Esta no era la primera vez que le sucedía.
Chorradas. Aun cuando estabas destinado a tener amistad con alguien captaste breves visiones de ellos.
Con ella no había nada...
Esto realmente lo asustaba y aún así se encontró acercándose a la puerta y llamando.
Escuchó lo que sonó como a algo tropezándose dentro, seguido de un murmullo bajo:
—¡Miérda!
Él se aguantó una sonrisa ante la obvia tribulación de ella. Hubo más revoltijo antes de que abriera la puerta.
Su cabello castaño hoy caía suelto. Grueso, brillante y ondulado, aquel pelo incitaba a ser tocado... no, incitaba a un hombre a sepultar la cara en él e inhalar en ella. ¿Cómo podía haber pensado alguna vez que era corriente? No le extraña, ella lo había llevado recogido la otra noche. Por no mencionar, que esto hacía que pareciera mucho más joven que cuando lo llevaba suelto en torno a la cara. Sus mejillas estaban ruborizadas, lo que hacía que sus agudos e inteligentes ojos resplandecieran.
Y aquellos labios...
Carnosos y llenos, fueron hechos para una noche llena de besos.
Pero la mejor parte eran sus gafas que estaban siempre ligerísimamente torcidas. Como si ella lo percibiera, las enderezó y se apartó de los ojos un mechón de pelo descolocado.
—Lo siento. Tengo dificultades técnicas para atravesar una habitación sin chocar con algo. Gracias a Dios mi torpeza está sólo limitada a la tierra. Probablemente me mataría buceando si fuera así de penosa bajo el agua.
—No hay problema. —Nick se agachó para esquivar el dintel de la puerta al entrar.
Los ojos de ________ se abrieron de par en par cuando lo observó entrar en la sala de estar. A pesar de que sabía que su casa no era grande, su presencia en ella parecía encogerla reduciéndola a la nada. Él literalmente llenaba el cuarto con su dominante presencia.
—Eres extravagantemente alto, ¿verdad?
Él arqueó una ceja negra por encima del borde de aquellas gafas de sol que parecían estar permanentemente pegadas a su cabeza.
—Para ser una mujer que quiere mi ayuda estás siempre dispuesta a insultarme. ¿Acaso yo debería hacer que esto resultara tan indoloro como fuera posible y marcharme ahora antes de que el idiota comience a agonizar dolorosamente aguijoneado por tus cosas una vez más?
Ella cerró la puerta.
—Te diría que siento todo esto, pero tienes que admitir que eras un estúpido. ¿Qué harías si alguien te hubiera hecho esto a ti?
Nick no contestó. Eso dependía de si hubiera sido antes o después de que su divinidad hubiera sido desbloqueada. Antes de que él la hubiera recibido. Ahora... oh ellos lo lamentarían por toda la eternidad.
Él exploró la pequeña casa que estaba atestada con objetos antiguos de Grecia y Roma, así como toneladas de fotos enmarcadas de sus ruinas. Entonces vio el pequeño cubo de basura con el que ella había tropezado. El contenido estaba todavía en mitad del suelo. Ella era un desastre andante lo que él encontró curiosamente encantador.
—Interesante lugar tienes aquí.
—Sí, adoro las cosas viejas.
Una onda de diversión le atravesó cuando él consideró su propia edad.
—¿Cómo de viejo?
—Ah, cuanto más viejo mejor. Tú nunca podrás ser lo bastante viejo en lo que a mi concierne.
Entonces ella debería adorar el suelo que él pisaba.
—¿Puedo ofrecerte algo de beber? —preguntó ella, empujando hacia arriba las gafas por su nariz.
—¿Tienes una cerveza?
Ella frunció el ceño.
—¿No es un poco temprano para eso?
—¿Vino?
Poniendo los ojos en blanco, ella hizo un sonido de supremo disgusto.
—Te juro que eres igual que un chico de una fraternidad. ¿Eres lo suficientemente mayor para beber?
El insulto lo divirtió.
—Sí. Confía en mí, soy mucho más mayor de lo que parezco.
—Ya he oído eso antes. Te pediría el carné de identidad, pero probablemente sea una falsificación.
A decir verdad lo era, pero sólo porque nadie creería jamás su verdadera fecha de nacimiento y si lo hicieran, tratarían de encerrarlo en una jaula para estudiar su longevidad.
—¿No te apetece alguna otra cosa? ¿Té? ¿Café?
Nick negó con la cabeza.
—Estoy bien, de verdad. No quiero más insultos. Me gustaría experimentar tres minutos enteros en tu presencia antes de que te lances sobre mí otra vez... y realmente deberíamos asegurarnos de que el instrumental está guardado bajo llave. —Se retiró la manga de su chaqueta para mirar su reloj—. Déjame poner en marcha el cronómetro...
Ella abrió la boca para responder, pero él alzó la mano.
—Espera. Nos quedan dos minutos y cincuenta y cinco segundos.
—No soy tan mala.
—Síp... no estás dentro de mis zapatos.
Ella bajó la mirada a sus enormes pies que tenían que ser de una talla cuarenta y siete o cuarenta y ocho, si es que se hacían tales cosas.
—Y a juzgar por el enorme tamaño, no creo que haya muchas personas que puedan.
Él chasqueó la lengua.
—Casi lo logramos a treinta segundos sin un insulto. Creo que precisamente batimos un nuevo record.
Ella odiaba el hecho de que fuera realmente encantador. Peor, estaba cautivándola.
—Bien, me comportaré. Si no te importa seguirme, la cocina está en la parte de atrás.
Nick se ajustó la mochila sobre el hombro antes de seguirla por la casa. Cuando se acercaron a la cocina se detuvo ante uno de los cuadros en la pared. Se trataba de una foto familiar con ________ de pie mirando al frente y en el centro, pero había tres personas en ella que él conocía íntimamente.
Geary, Arikos y Theodoros Kafieri.
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
No le extrañaba que no pudiera ver sus pensamientos o futuro.
—¿Es esta tu familia?
Ella echó un vistazo atrás.
—Sí. Mi papou es el que está junto a mí.
Theo. Nick sonrió ante su viejo amigo. Theo tan sólo tenía siete años cuando fue cegado durante la Segunda Guerra Mundial en un ataque contra su pueblo que había aniquilado a toda su familia. Nick fue quién había traído al niño a América donde pudiera comenzar una nueva vida y estar seguro. Había estado cuidando de Theo desde entonces.
Entonces no era que ________ tuviera algo que ver con él, era el hecho de que estaba ligada a Theo y a Arik el cual estaba casado con Geary. Arik había sido una vez un dios griego del sueño. Aquellas conexiones con ________ explicaban mucho.
Nick se relajó inmediatamente.
—Se ve que tienes una gran familia.
Ella sonrió.
—La típica griega. Hay un millón de parientes, pero por otro lado con un nombre como Nicholas, estoy segura de que sabes de qué va esto. —Ella irguió su cabeza como si recordara algo—. ¿Sabes qué? mi abuelo tiene un amigo muy querido que se llama Nicholas.
—¿De verdad?
—Sí, Se conocieron en Grecia y vinieron a América juntos. Pero eso fue hace mucho tiempo. —Ella volvió a la cocina y abrió un cajón que contenía pequeños paquetes marrones de café y té. Sacando uno, puso en marcha su cafetera Flavia, luego señaló la mesa de la cocina donde tenía un montón de libros, mapas y notas desordenadas.
Nick se dirigió hacia ello y se quedó impresionado. Ella era una mujer muy ocupada.
—Pilla una silla —dijo ella, sacando su taza antes de abrir la puerta de la nevera.
Nick abrió los ojos pasmado ante la visión de un frigorífico sumamente organizado. Las baldas estaban llenas con envases de plástico de color claro apilados ordenadamente que tenían etiquetas blancas con sus contenidos cuidadosamente catalogados.
—Te has hecho con bastantes Rubbermaid aquí ¿eh?
—Tengo un pequeño problema con el Trastorno-Obsesivo-Compulsivo. Ni caso. —Ella agarró un contenedor de la sección B. Seriamente.
—Esto está realmente más allá de un ligero TOC. Tienes un problema serio, ¿no es así?
—Cállate, siéntate y lee.
A excepción de su demonio Simi, nadie desde su renacimiento como dios había sido tan desdeñoso nunca con él.
—¿Por favor?
—¿Necesitas alguna cosa?
Él alzó una ceja.
—Se cortés conmigo, Señora. Soy dueña del Mundo, Ahora Haz Lo que Te Digo patético Plebeyo.
Ella se burló de él.
—No me pegas como la clase de tipo que recibe órdenes de todos modos.
—Sí, pero un simple por favor llega lejos. Soy yo el que está haciendo el favor aquí.
Ella puso su envase de baklava en la mesa.
—Muy bien. Por favor siéntate, cállate y lee.
Nick levantó las manos en un acto de rendición. Francamente debería estar horrorizado por su trato hacia él y aún así estaba extrañamente divertido por ella. Encogiéndose de hombros se quitó la mochila, se sentó y se acercó el diario de Ryssa.
—¿Qué quieres saber?
—Tú afirmas que puedes leerlo. Léelo.
________ bebió a sorbos su café mientras lo miraba y notó que sus largas piernas apenas cabían debajo de la mesa.
Él lo abrió por una página cualquiera y luego comenzó a hablar en lo que tuvo que ser la pronunciación más hermosa y fluida del griego antiguo que ella había oído alguna vez. Ella sólo podría reconocer palabras al azar, pero la facilidad con la cual él leía y las inflexiones de su voz la llevaron a creer que él realmente podría estar diciendo la verdad sobre que era conocedor de las palabras.
—¿Podrías intentarlo en inglés?
Él ni siquiera hizo una pausa.
—Hoy está lloviendo. No sé por qué el sonido de esto me molesta tanto, pero siempre lo hace. Antes de que comenzara la tormenta, fui a ver a Styxx al atrio cubierto. Él estaba con Padre como de costumbre y los dos practicaban tácticas de guerra. Hasta las once, Styxx se muestra como una gran promesa para ser un líder y el guerrero de gran renombre. No podía estar más orgullosa de mi hermano. Su cabello rubio se le ha puesto claro este verano ya que ha pasado tanto tiempo al aire libre. Traté de llegar a él…
—Para —interrumpió ella—. Realmente estás traduciendo esto, ¿verdad?
A él pareció dejarle perplejo su pregunta.
—¿No es eso lo que querías?
________ ni siquiera supo que responder a su pregunta. Sí, esto era lo que había querido más que nada. Pero nadie conocía esta lengua.
Excepto un gótico, un alcohólico chico de fraternidad punky con un clavo en la nariz... y un cuerpo hecho para el pecado.
¿Cómo demonios era posible?
—¿Dónde aprendiste griego? —preguntó.
—En Grecia.
Ella no podía aceptarlo.
—No, griego antiguo. ¿Quién te lo enseñó?
—Crecí con él.
—Mientes. Sé que estás mintiendo. Nadie en este planeta habla el griego antiguo del modo en que tú lo haces. He consultado a expertos de todo el mundo y ni uno de ellos podría hacer lo que tú acabas de hacer.
Él se encogió de hombros despreocupadamente como si la inquietud de ella no fuera nada.
—¿Qué quieres que te diga?
Sacudió la cabeza, no muy segura de sí misma.
—Quiero que me digas como es que sabes griego antiguo de esta manera.
—Mi familia lo hablaba y lo aprendí desde la cuna. En muchos sentidos; esta era mi lengua natal.
Lo habría llamado mentiroso, si no fuera por el hecho de que sus propios padres habían seguido ese sistema con ella. Aún así, no podía hacer lo que él había hecho. Era simplemente asombroso.
—Cuéntame sobre tu acento cuando hablas. No es un acento griego típico.
Él la contestó en el griego impecable.
—Nací en un lugar llamado Kalosis. Es tan pequeño que no está en un mapa. Es una isla provincial y mi acento es una mezcla del de mi madre y el antiguo Ateniense.
—¿Cuándo viniste a los Estados Unidos?
—Después de mi veintiún cumpleaños.
—¿Y con todo hablas el inglés como un nativo?
Él cambió de vuelta a su corriente inglés americano.
—Soy excepcionalmente bueno con los idiomas. En cuanto a mi acento natal, viene y va según mi humor y la palabra que esté diciendo.
Semejantes sencillas explicaciones la hicieron de repente sentirse como Torquemada durante la Inquisición.
—Perdóname, Nicholas. Verdaderamente me doy cuenta como de regañona debo sonar mientras tú estás intentado ayudarme —soltó un suspiro cansado—. Tú y yo hemos tenido un comienzo realmente malo, ¿verdad?
Él se encogió de hombros.
—He tenido muchos peores durante mi vida.
Ella apreció su gentileza.
—Sí pero apostaría que no de alguien a quien tratabas de ayudar.
Nick tuvo que disimular una risa sarcástica ante eso. Si tan sólo ella supiera...
Ella le sonrió y extrañamente todo pareció ser perdonado.
—Otra vez, siento que te ataqué. Es sólo que la Atlántida ha sido toda mi vida. No puedes ni imaginarte lo importante que la historia y mi investigación son para mí.
Probablemente tan importante como mantenerla oculta lo era para él.
—Mira, fui un imbécil en Nashville. Lo admito y me disculpo completamente por ello. Normalmente no avergüenzo a la gente de esa manera. Es sólo que por circunstancias sé que la Atlántida es sólo un mito. Tú encontraste algunos objetos realmente interesantes, pero eso es todo lo que son. Está claro para mí que eres una erudita brillante y sincera y puedo apreciar la dedicación. Sin embargo pierdes un tiempo valioso en un tópico sujeto a discusión.
Ella entornó los ojos.
—¿Cómo sabes que es un mito?
—¿Cómo sabes que no lo es?
Ella se inclinó hacia adelante, tan cerca que quedaron casi nariz con nariz.
—Porque el hombre que trajo a mi abuelo cuando era un niño le contó historias de la Atlántida y la isla antigua de Didymos para entretenerlo y apartar su mente de las graves quemaduras que había recibido de los Nazis. Mi papou dijo que el modo en que ese hombre describió la Atlántida y sus maravillas era como si él hubiera vivido allí. El hombre describió exactamente los mismos edificios que he encontrado sepultados en el Egeo.
Nick se quedó frío cuando ella azuzó recuerdos que él había enterrado. ¿Por qué le había contado a Theo aquellas historias?
Porque él había sido un niño aterrorizado y Nick había querido consolarlo. Tranquilizarle. Maldita sea. ¿Cómo podría él haber sabido que aquel único acto volvería para explotarle en la cara sesenta años más tarde?
—Pero lo más importante es esto. —Ella metió la mano en la caja de madera que estaba en la mesa y sacó una moneda que él no había visto desde que se la había puesto en la mano diminuta de Theo cuando había dejado al muchacho con una familia adoptiva en Nueva York con la promesa de que volvería para visitarlo. Ésta poseía la imagen de la madre de Nick por una cara y su símbolo del sol por la otra.
Joder.
________ dio un toquecito a la moneda.
—La escritura en un lado es algo que nunca había visto en ninguna parte hasta nuestro descubrimiento el verano pasado. En la otra cara, es griego y aunque no lo entiendo todo, puedo distinguir el nombre Apollymi. Ahora, dime que esto no es de la Atlántida.
—No es de la Atlántida —dijo él con su voz sonando hueca a sus propios oídos. Esto realmente había estado en su bolsillo—. Podría ser cualquier cosa. Podría incluso no ser una moneda. Podría ser un collar. Tal vez ella era la esposa de alguien. —O su madre.
—Nunca dije que esto fuera una moneda. Por aquel entonces no tenían dinero, ¿verdad? —Su mirada lo perforó—. Tú sabes la verdad, ¿cierto?
Nick hizo que su teléfono sonara.
—Mantén ese pensamiento. —Él fingió contestarlo y se levantó mientras intentaba pensar en una respuesta plausible.
Maldita fuera por ser tan rápida.
________ observó como Nick salía del cuarto para atender la llamada. Él volvió unos minutos más tarde.
—Me tengo que ir.
—Pero no puedes. Tengo más preguntas para ti.
Él parecía frustrado por algo.
—De veras que no tengo tiempo para contestarlas.
—¿Puedes volver?
Él negó con la cabeza.
—Lo dudo. Viajo mucho por trabajo y no estaré en la ciudad mucho tiempo. —Agarró la mochila del suelo y se dirigió hacia la parte delantera.
Ella lo siguió.
—Puedo pagarte por tu tiempo.
—No se trata de dinero.
Ella tiró de él deteniéndole.
—Por favor, Nicholas... por favor.
Nick quiso apartarla de un empujón y asustarla. Al dios en él no le gustaba ser acribillado a preguntas.
El hombre en él quería probar aquellos labios que le incitaban a un beso.
—No puedo, ________. —No puedo... Su decisión se asentó, suavemente quitó la mano de ella del brazo y se marchó.
________ quiso gritar mientras lo veía bajar la escalera delantera de su casa que le conducía a la calle. Él giró a la derecha y se dirigió hacia Bourbon Street.
Tenía que haber algún modo de conseguir que la ayudara. Él era el único que podía leer aquel libro y con esa total convicción en su interior, no iba a aceptar un no por respuesta.
Al final del día, ella era una Kafieri y nadie decía no a un Kafieri.
—Puedes correr de mí todo que quieras, señor Parthenopaeus, pero no serás capaz de esconderte. Me darás lo que quiero. —Iba a asegurarse de ello.
—¿Es esta tu familia?
Ella echó un vistazo atrás.
—Sí. Mi papou es el que está junto a mí.
Theo. Nick sonrió ante su viejo amigo. Theo tan sólo tenía siete años cuando fue cegado durante la Segunda Guerra Mundial en un ataque contra su pueblo que había aniquilado a toda su familia. Nick fue quién había traído al niño a América donde pudiera comenzar una nueva vida y estar seguro. Había estado cuidando de Theo desde entonces.
Entonces no era que ________ tuviera algo que ver con él, era el hecho de que estaba ligada a Theo y a Arik el cual estaba casado con Geary. Arik había sido una vez un dios griego del sueño. Aquellas conexiones con ________ explicaban mucho.
Nick se relajó inmediatamente.
—Se ve que tienes una gran familia.
Ella sonrió.
—La típica griega. Hay un millón de parientes, pero por otro lado con un nombre como Nicholas, estoy segura de que sabes de qué va esto. —Ella irguió su cabeza como si recordara algo—. ¿Sabes qué? mi abuelo tiene un amigo muy querido que se llama Nicholas.
—¿De verdad?
—Sí, Se conocieron en Grecia y vinieron a América juntos. Pero eso fue hace mucho tiempo. —Ella volvió a la cocina y abrió un cajón que contenía pequeños paquetes marrones de café y té. Sacando uno, puso en marcha su cafetera Flavia, luego señaló la mesa de la cocina donde tenía un montón de libros, mapas y notas desordenadas.
Nick se dirigió hacia ello y se quedó impresionado. Ella era una mujer muy ocupada.
—Pilla una silla —dijo ella, sacando su taza antes de abrir la puerta de la nevera.
Nick abrió los ojos pasmado ante la visión de un frigorífico sumamente organizado. Las baldas estaban llenas con envases de plástico de color claro apilados ordenadamente que tenían etiquetas blancas con sus contenidos cuidadosamente catalogados.
—Te has hecho con bastantes Rubbermaid aquí ¿eh?
—Tengo un pequeño problema con el Trastorno-Obsesivo-Compulsivo. Ni caso. —Ella agarró un contenedor de la sección B. Seriamente.
—Esto está realmente más allá de un ligero TOC. Tienes un problema serio, ¿no es así?
—Cállate, siéntate y lee.
A excepción de su demonio Simi, nadie desde su renacimiento como dios había sido tan desdeñoso nunca con él.
—¿Por favor?
—¿Necesitas alguna cosa?
Él alzó una ceja.
—Se cortés conmigo, Señora. Soy dueña del Mundo, Ahora Haz Lo que Te Digo patético Plebeyo.
Ella se burló de él.
—No me pegas como la clase de tipo que recibe órdenes de todos modos.
—Sí, pero un simple por favor llega lejos. Soy yo el que está haciendo el favor aquí.
Ella puso su envase de baklava en la mesa.
—Muy bien. Por favor siéntate, cállate y lee.
Nick levantó las manos en un acto de rendición. Francamente debería estar horrorizado por su trato hacia él y aún así estaba extrañamente divertido por ella. Encogiéndose de hombros se quitó la mochila, se sentó y se acercó el diario de Ryssa.
—¿Qué quieres saber?
—Tú afirmas que puedes leerlo. Léelo.
________ bebió a sorbos su café mientras lo miraba y notó que sus largas piernas apenas cabían debajo de la mesa.
Él lo abrió por una página cualquiera y luego comenzó a hablar en lo que tuvo que ser la pronunciación más hermosa y fluida del griego antiguo que ella había oído alguna vez. Ella sólo podría reconocer palabras al azar, pero la facilidad con la cual él leía y las inflexiones de su voz la llevaron a creer que él realmente podría estar diciendo la verdad sobre que era conocedor de las palabras.
—¿Podrías intentarlo en inglés?
Él ni siquiera hizo una pausa.
—Hoy está lloviendo. No sé por qué el sonido de esto me molesta tanto, pero siempre lo hace. Antes de que comenzara la tormenta, fui a ver a Styxx al atrio cubierto. Él estaba con Padre como de costumbre y los dos practicaban tácticas de guerra. Hasta las once, Styxx se muestra como una gran promesa para ser un líder y el guerrero de gran renombre. No podía estar más orgullosa de mi hermano. Su cabello rubio se le ha puesto claro este verano ya que ha pasado tanto tiempo al aire libre. Traté de llegar a él…
—Para —interrumpió ella—. Realmente estás traduciendo esto, ¿verdad?
A él pareció dejarle perplejo su pregunta.
—¿No es eso lo que querías?
________ ni siquiera supo que responder a su pregunta. Sí, esto era lo que había querido más que nada. Pero nadie conocía esta lengua.
Excepto un gótico, un alcohólico chico de fraternidad punky con un clavo en la nariz... y un cuerpo hecho para el pecado.
¿Cómo demonios era posible?
—¿Dónde aprendiste griego? —preguntó.
—En Grecia.
Ella no podía aceptarlo.
—No, griego antiguo. ¿Quién te lo enseñó?
—Crecí con él.
—Mientes. Sé que estás mintiendo. Nadie en este planeta habla el griego antiguo del modo en que tú lo haces. He consultado a expertos de todo el mundo y ni uno de ellos podría hacer lo que tú acabas de hacer.
Él se encogió de hombros despreocupadamente como si la inquietud de ella no fuera nada.
—¿Qué quieres que te diga?
Sacudió la cabeza, no muy segura de sí misma.
—Quiero que me digas como es que sabes griego antiguo de esta manera.
—Mi familia lo hablaba y lo aprendí desde la cuna. En muchos sentidos; esta era mi lengua natal.
Lo habría llamado mentiroso, si no fuera por el hecho de que sus propios padres habían seguido ese sistema con ella. Aún así, no podía hacer lo que él había hecho. Era simplemente asombroso.
—Cuéntame sobre tu acento cuando hablas. No es un acento griego típico.
Él la contestó en el griego impecable.
—Nací en un lugar llamado Kalosis. Es tan pequeño que no está en un mapa. Es una isla provincial y mi acento es una mezcla del de mi madre y el antiguo Ateniense.
—¿Cuándo viniste a los Estados Unidos?
—Después de mi veintiún cumpleaños.
—¿Y con todo hablas el inglés como un nativo?
Él cambió de vuelta a su corriente inglés americano.
—Soy excepcionalmente bueno con los idiomas. En cuanto a mi acento natal, viene y va según mi humor y la palabra que esté diciendo.
Semejantes sencillas explicaciones la hicieron de repente sentirse como Torquemada durante la Inquisición.
—Perdóname, Nicholas. Verdaderamente me doy cuenta como de regañona debo sonar mientras tú estás intentado ayudarme —soltó un suspiro cansado—. Tú y yo hemos tenido un comienzo realmente malo, ¿verdad?
Él se encogió de hombros.
—He tenido muchos peores durante mi vida.
Ella apreció su gentileza.
—Sí pero apostaría que no de alguien a quien tratabas de ayudar.
Nick tuvo que disimular una risa sarcástica ante eso. Si tan sólo ella supiera...
Ella le sonrió y extrañamente todo pareció ser perdonado.
—Otra vez, siento que te ataqué. Es sólo que la Atlántida ha sido toda mi vida. No puedes ni imaginarte lo importante que la historia y mi investigación son para mí.
Probablemente tan importante como mantenerla oculta lo era para él.
—Mira, fui un imbécil en Nashville. Lo admito y me disculpo completamente por ello. Normalmente no avergüenzo a la gente de esa manera. Es sólo que por circunstancias sé que la Atlántida es sólo un mito. Tú encontraste algunos objetos realmente interesantes, pero eso es todo lo que son. Está claro para mí que eres una erudita brillante y sincera y puedo apreciar la dedicación. Sin embargo pierdes un tiempo valioso en un tópico sujeto a discusión.
Ella entornó los ojos.
—¿Cómo sabes que es un mito?
—¿Cómo sabes que no lo es?
Ella se inclinó hacia adelante, tan cerca que quedaron casi nariz con nariz.
—Porque el hombre que trajo a mi abuelo cuando era un niño le contó historias de la Atlántida y la isla antigua de Didymos para entretenerlo y apartar su mente de las graves quemaduras que había recibido de los Nazis. Mi papou dijo que el modo en que ese hombre describió la Atlántida y sus maravillas era como si él hubiera vivido allí. El hombre describió exactamente los mismos edificios que he encontrado sepultados en el Egeo.
Nick se quedó frío cuando ella azuzó recuerdos que él había enterrado. ¿Por qué le había contado a Theo aquellas historias?
Porque él había sido un niño aterrorizado y Nick había querido consolarlo. Tranquilizarle. Maldita sea. ¿Cómo podría él haber sabido que aquel único acto volvería para explotarle en la cara sesenta años más tarde?
—Pero lo más importante es esto. —Ella metió la mano en la caja de madera que estaba en la mesa y sacó una moneda que él no había visto desde que se la había puesto en la mano diminuta de Theo cuando había dejado al muchacho con una familia adoptiva en Nueva York con la promesa de que volvería para visitarlo. Ésta poseía la imagen de la madre de Nick por una cara y su símbolo del sol por la otra.
Joder.
________ dio un toquecito a la moneda.
—La escritura en un lado es algo que nunca había visto en ninguna parte hasta nuestro descubrimiento el verano pasado. En la otra cara, es griego y aunque no lo entiendo todo, puedo distinguir el nombre Apollymi. Ahora, dime que esto no es de la Atlántida.
—No es de la Atlántida —dijo él con su voz sonando hueca a sus propios oídos. Esto realmente había estado en su bolsillo—. Podría ser cualquier cosa. Podría incluso no ser una moneda. Podría ser un collar. Tal vez ella era la esposa de alguien. —O su madre.
—Nunca dije que esto fuera una moneda. Por aquel entonces no tenían dinero, ¿verdad? —Su mirada lo perforó—. Tú sabes la verdad, ¿cierto?
Nick hizo que su teléfono sonara.
—Mantén ese pensamiento. —Él fingió contestarlo y se levantó mientras intentaba pensar en una respuesta plausible.
Maldita fuera por ser tan rápida.
________ observó como Nick salía del cuarto para atender la llamada. Él volvió unos minutos más tarde.
—Me tengo que ir.
—Pero no puedes. Tengo más preguntas para ti.
Él parecía frustrado por algo.
—De veras que no tengo tiempo para contestarlas.
—¿Puedes volver?
Él negó con la cabeza.
—Lo dudo. Viajo mucho por trabajo y no estaré en la ciudad mucho tiempo. —Agarró la mochila del suelo y se dirigió hacia la parte delantera.
Ella lo siguió.
—Puedo pagarte por tu tiempo.
—No se trata de dinero.
Ella tiró de él deteniéndole.
—Por favor, Nicholas... por favor.
Nick quiso apartarla de un empujón y asustarla. Al dios en él no le gustaba ser acribillado a preguntas.
El hombre en él quería probar aquellos labios que le incitaban a un beso.
—No puedo, ________. —No puedo... Su decisión se asentó, suavemente quitó la mano de ella del brazo y se marchó.
________ quiso gritar mientras lo veía bajar la escalera delantera de su casa que le conducía a la calle. Él giró a la derecha y se dirigió hacia Bourbon Street.
Tenía que haber algún modo de conseguir que la ayudara. Él era el único que podía leer aquel libro y con esa total convicción en su interior, no iba a aceptar un no por respuesta.
Al final del día, ella era una Kafieri y nadie decía no a un Kafieri.
—Puedes correr de mí todo que quieras, señor Parthenopaeus, pero no serás capaz de esconderte. Me darás lo que quiero. —Iba a asegurarse de ello.
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
Waaaaaaaa xfizZ siguela pronto!^.^
Muffin_Nickita_Jonas92
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
mm la rayis ya esta cambiando a nick bueno en las canciones :)
jajaja rayis en q piensas (bueno con nick quien no) y q va a hacer para conseguir lo que quiere??
jajaja rayis en q piensas (bueno con nick quien no) y q va a hacer para conseguir lo que quiere??
angie- d jonas
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
o ____ sabe lo que quieree
jjajaj y es lo mismo que yo :twisted:
me encanta pleasee siguelaaa
jjajaj y es lo mismo que yo :twisted:
me encanta pleasee siguelaaa
#Fire Rouge..*
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
CAPÍTULO CUATRO
Nick hizo todo lo posible por sacarse a ________ de la mente, pero era imposible. Sencillamente había algo respecto a ella que lo atraía.
Él odiaba eso.
Pero ni la mitad de lo que odiaba el modo en que la había dejado en la estacada como un cobarde el día anterior. Seguía diciéndose que era para bien y aún así, no podía convencerse completamente de ello. Había algo consolador cuando estaba a su alrededor, lo cual, dada su habitual hostilidad hacia él, no tenía sentido en absoluto.
Ahora sentado en el tejado de la casa que estaba ayudando a construir, intentó despejar la cabeza y regresar al trabajo.
Alguien le tocó el pie. Miró hacia arriba para ver a Karl delante de él. Nick se quitó uno de los auriculares.
—¿Sí?
—Visita.
Asumiendo que era uno de sus compañeros en Nueva Orleáns, Nick dejó el martillo y se dirigió hacia la escalera de mano. No fue hasta que había bajado hasta la mitad que vio a ________ esperándolo. Su pelo estaba recogido hacia delante en onduladas coletas. Llevaba puesta una falda beige larga y una chaqueta marrón.
Pero fueron sus grandes ojos marrones lo que se le quedó grabado.
Por mirarlos y no a lo que estaba haciendo, perdió pie y se cayó de golpe de la escalera, directamente al suelo donde aterrizó con el más embarazoso porrazo, y que no ayudó el que la escalera se cayera entonces sobre él, atrayendo todas las miradas hacia su torpe estupidez. El dolor lo golpeó con fuerza en la espalda, cadera y hombro mientras luchaba por conseguir algo de aparente dignidad.
Considerando el modo en que quedó despatarrado, realmente esto no tenía remedio. Suspirando, apartó la escalera de sus piernas.
________ se acercó atropelladamente para arrodillarse a su lado.
—¿Estás bien?
La respuesta hubiera sido sí hasta que ella colocó la mano en su pecho. En esta posición, todo en lo que pudo pensar fue en tirar de ella y tumbarla sobre él y darle uso a su mano para algo mucho más agradable.
—Sí, estoy bien. —Entonces él echó una ojeada hacia las otras personas a su alrededor que lo contemplaban preocupados. Su cara ardió de vergüenza—. Estoy bien, a todos —dijo más alto—: Sólo fue un pequeño resbalón.
Ellos volvieron a trabajar mientras él deseaba volverse invisible. Nunca había hecho una cosa como esta.
—Deberías tener más cuidado —dijo ________ en tono de regaño. ¿Qué le pasó a su respeto hacia él? Obviamente había seguido el mismo camino que su último vestigio de dignidad—. Podrías haberte roto el cuello o con lo grande que eres haber aterrizado sobre alguno de ellos y cargártelo.
De acuerdo... la mujer estaba chiflada.
—¿Qué haces aquí, ________? —Rodó y se levantó, entonces se dio cuenta de que se había hecho algo de verdadero daño en la pierna cuando esta palpitó dolorosamente en protesta al ser usada de nuevo. Hizo todo lo que pudo para no gruñir o cojear.
La sonrisa de ella lo deslumbró.
—He venido para tentarte.
Era demasiado tarde, ya lo había hecho y sabía que ella no quería decirlo en el sentido en que él lo hacía.
—No puedo ser tentado.
—Sí, puedes. Toda persona puede ser tentada.
Pero él no era una persona. Recogió la escalera de mano y la devolvió a su posición original. Entonces se puso a recoger los clavos que se habían caído de su cinturón de herramientas. Cuando emprendió el regreso hacia la escalera, ella se plantó firmemente en su camino.
—________... —gruñó.
—Mira, te seré honesta, No hubo jamás en toda la historia de la humanidad un ser humano nacido más obstinado que yo.
—Sí, aquí lo hay. Yo.
Cuando él se puso en marcha dejándola a un lado, ella corrió hacia la escalera rodeándole y se situó en el primer peldaño. Debería estar cabreado como el infierno y aún así ella estaba tan adorable allí, de pie, con su falda larga y zapatos planos con un brazo trabado alrededor del peldaño por encima de su cabeza que hizo todo lo que pudo por no sonreírle.
—Muy bien, no tienes que traducirlo. Sólo enséñame como hacerlo y te dejaré en paz. Si esto ayuda, aprendo realmente rápido.
Él rechinó los dientes con frustración.
—No me gusta discutir. No me gustan los conflictos. Básicamente me gusta que me dejen en paz para hacer mis cosas y esto no incluye enseñarte a ti nada. Ahora, ¿me permites?
—Por favor... —La expresión de ella era una mezcla de la más ardiente y maravillosa súplica y de la más cruda seducción que él hubiera visto alguna vez—. Seré tu esclava de baklava hasta que muera.
Él frunció el ceño.
—¿Mi qué?
—Esclava de baklava. Hago el mejor que hayas probado jamás y te mantendré surtido de este hasta que seas gordo y viejo.
—No como baklava.
—Eso es porque nunca has comido el mío. A menos que seas alérgico a las nueces, te encantará.
Intentó soltarla a la fuerza de la escalera, pero veraz a sus palabras, ella no iba a moverse. Su cólera se rompió. ¿Cómo podía ser uno de los seres más poderosos en el universo y no ser capaz de quitar de en medio a una simple y pequeña mujer?
Ella hizo que sus ojos se parecieran a los de un cachorrito triste.
—Por favor, Nicholas —dijo en griego. Después cambió al inglés—. Tres días y luego nunca tendrás que verme de nuevo. Dime lo que quieres a cambio y lo haré.
Karl se rió cuando los oyó por casualidad.
—¿Por qué no le pides que sea tu esclava sexual? Por eso yo le enseñaría todo lo que ella quisiera.
La mandíbula de ella cayó como si ese fuera el pensamiento más repugnante que hubiera tenido jamás.
—¡Agg!
Aquel único sonido lo puso en guardia.
—¿Agg? —repitió Nick—. No puedes hablar en serio.
—¡Sí, agg! Ni siquiera te conozco realmente y aquí los dos pensáis que sencillamente voy a meterme corriendo en la cama contigo. ¡No gracias! Dios, eres un autentico cerdo arrogante.
¿Cerdo arrogante?
Ella torció su cara con repugnancia y dejó la escalera.
—Muy bien, investigaré sin ti —tembló—. Acostarme con él por una traducción, asqueroso —dijo en voz baja mientras se iba.
Nick dejó colgando el brazo apoyado en la escalera mientras la veía encaminarse hacia su coche. Estaba completamente asombrado.
Ella no quería acostarse con él...
Ella pensaba que acostarse con él era asqueroso.
Todo el mundo pasada la pubertad querían estar en su cama. Todos.
Excepto ________. Un estallido de esperanza le traspasó cuando se dio cuenta de que podría ser una de las personas excepcionalmente raras que eran inmunes a la maldición de su Tía Epithymia. Incluso las mujeres que no encontraban atractivos a los hombres lo miraban.
Hasta ahora, y a lo largo de la historia, los que habían sido inmunes siempre fueron hombres... o mujeres que eran ciegas.
Encontrar una hembra humana que no lo deseara...
Podría comportarse de manera normal en torno a ella. Bajar la guardia y no tener que estar preocupado porque fuera a empezar a echarle mano a la entrepierna. La novedad de esto únicamente logró que ansiara estar a su alrededor.
Antes de que pudiera frenarse, fue hacia el coche de ella y la hizo detenerse.
—Te enseñaré.
Ella se giró airadamente y le clavó el índice en el pecho.
—No voy a acostarme contigo, amigo.
Le sonrió.
—No te lo estaba pidiendo. Lo juro. Nunca te pediría eso a ti.
Ella se quedó con la boca abierta antes de que se inclinase hacia él con un gruñido ofendido.
—¿Qué? ¿Piensas que acostarte conmigo sería repugnante? ¡Ah eres un gilipollas!
Nick alzó las manos con frustración.
—¿Por qué nunca puedo ganar contigo? Si quiero acostarme contigo soy un cerdo y si no lo hago soy un gilipollas. ¿Qué quieres de mí?
Ella se quedó de pie junto a la puerta abierta de su coche y alzó la mirada hacia él, con aquellos ojos llenos de sentimiento que lo abrasaban hasta las entrañas.
—Quiero que traduzcas el diario y te guardes las manos para ti.
—¿Y a pesar de eso aún tengo atractivo para ti?
Ella soltó una risa diabólica.
—Exactamente. Ahora lo has pillado. —Le dio unas palmaditas en el brazo—. Te veré esta noche a las siete.
No podría esperar, pensó él sarcásticamente. Tal vez debería hacer que Simi viniera con él. Cada vez que estaba cerca de ________, sentía una profunda necesidad de protección. Al menos debería asegurarse de llevar puesto un suspensorio esta noche así ella no podría pillarle desprevenido cuando él no estuviera mirando.
¿Qué tipo de bastardo masoquista era él que seguía implicándose con mujeres que lo aborrecían?
Deberías olvidarte de eso de enseñarle algo.
Sí, pero ella poseía una parte de su pasado y si él no la alejaba de la Atlántida y de Didymos, iba a haber problemas aún más grandes. La fuente primigenia podría requerir de la indulgencia en él, si ella se encontraba con otro de los diarios de Ryssa. Él tenía los que pensaba que eran los más condenatorios. Pero no sabía sobre qué más había escrito su hermana. Tenía que encargarse de ________ y su búsqueda obsesiva.
La última cosa que necesitaba era que los Dark-Hunters averiguaran que su madre era quién había creado a los Daimons contra los que pasaban la eternidad luchando y que estaban siendo dirigidos por un tsoulos que todavía se vendía para protegerlos. Sería desastroso para él.
No, él tenía que ayudarla lo suficiente como para conseguir desviarla de esta búsqueda. Tal vez debería encontrar algo sobre Lemuria y llevarla a ese tema. Después de todo, el pasado de Lemuria no tenía nada que ver con el suyo.
Podrías simplemente matarla.
Esa sería la respuesta de Savitar. Pero Nick no podía hacer esto tampoco. Theo había sepultado ya a la mayor parte de su familia y si había algo que él sabía sobre su viejo amigo era cuánto amaba Theo a su familia.
No, tenía que encontrar otro modo de mover la masa inerte que era la obstinación de ________ antes de que fuera demasiado tarde...
Escila y Caribdis . Como Odiseo, estaba atrapado entre la espada y la pared.
________ lo tenía todo dispuesto perfectamente. Su cuaderno, el diario y una cerveza en hielo para su alto e irritable invitado. Estaba en el sofá, mordisqueando un taco de queso cuando hubo un golpe en la puerta en el preciso instante en que el reloj daba las siete.
Caray... ¿Cómo de puntual podría ser una persona?
Levantándose, fue hacia la puerta y la abrió para encontrarse al señor Gótico todo engalanado con una chaqueta larga de cuero estilo pirata, pantalones negros y un par de botas negras con cráneos verdes de neón pintados en ellas. Su pelo estaba húmedo como si se hubiera bañado recientemente y olía a fresas. Además todavía llevaba aquellas gafas de sol oscuras.
—Pasa —invitó, retrocediendo para dejarle entrar.
Agachó la cabeza para no golpearse con el dintel de la puerta y se dirigió al sillón donde dejó caer su mochila en el suelo y luego se quitó la chaqueta. La puso sobre la mochila y conservó los guantes negros sin dedos en las manos.
Ella miró con el ceño fruncido el tatuaje en su musculoso bíceps que asomaba por debajo de su camiseta negra.
—Pensé que estaba en tu antebrazo.
Él echó un vistazo al tatuaje y se encogió de hombros.
—¿No deberíamos comenzar?
Antes de que ella pudiera cerrar la puerta, el teléfono móvil de él sonó.
Soltó un desganado suspiro antes de abrirlo.
—Aquí Nick. Dime.
Se marchó para abrirle la cerveza y se la dio mientras él escuchaba.
La brindó una sonrisa agradecida mientras cogía la cerveza.
—Uf, no. Sería realmente imprudente. Confía en mí, ella no tiene sentido del humor respecto a nada que sea macho... Bien veré lo que puedo hacer. —Colgó y marcó el teléfono al mismo tiempo que le daba un trago a la cerveza.
—Enseguida estoy contigo —la aseguró, luego se puso a hablar con alguien en el teléfono—. Oye, Urian, te necesito para echarle un ojo a Zoe en Seattle. Está a un paso de ponerse a las malas con Ravyn el cual amenaza con degollarla... No, no voy a poder subir allá durante unos días. —Tomó otro trago—. Gracias. —Colgó y se puso el teléfono en el bolsillo de atrás.
________ le miró con ceño.
—¿Y qué es exactamente lo que haces?
—Soy domador.
—¿Un domador? —preguntó, divertida ante el mero pensamiento de él a caballo con un sombrero vaquero negro adornado con cráneos—. ¿Como un vaquero?
Él soltó una carcajada.
—Sí, sólo me peleo con gente con actitudes viles. Te gustarían ellos. La mayoría son unos auténticos imbéciles.
—Ah, una genuina reunión de mentes entonces.
—Algo así. —Su teléfono sonó de nuevo. Gruñendo, lo sacó y miró el número antes de abrirlo—. No... No tienes que pedirlo, sé lo que quieres. La respuesta es no. Mierda, no, puesto que esto viene de Dominic. —Colgó y luego marcó otro número—. Oye, Alexion. Voy a desviarte algunas llamadas durante la siguiente hora más o menos. No estoy de humor para ocuparme de ellas ahora mismo. —Cerró el teléfono otra vez, luego lo dejó caer en el bolsillo de su chaqueta en el suelo.
Femme Fatale
Re: "NICHOLAS una historia que no quiere ser revelada o SI?" ( nick y tu) ADAPTACION .
Pasándose una mano terriblemente grande por su pelo negro y rojo, se sentó en el sillón y alzó la vista hacia ella.
—Estoy listo cuando tú lo estés.
—¿Estás seguro? Pareces un poquito tenso y no quiero hacer ningún movimiento repentino por si has tomado un montón de cafeína o algo así.
Una esquina de la boca de él se curvó hacia arriba en una encantadora media sonrisa.
—Estoy bien.
________ fue a la mesa de centro y recogió el diario para así poder dárselo.
—¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?
Él tomó el diario y con cuidado lo abrió antes de colocarlo en equilibrio sobre el muslo.
—¿Cuánto del antiguo, antiguo griego sabes?
—A nivel muy fluido.
Le habló otra vez y ella lo reconoció como griego, pero no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Era un hermoso galimatías.
Ella frunció el ceño.
—¿Es el mismo dialecto que el del diario?
—No... —dijo él en inglés antes de cambiar de vuelta al griego—: ¿Puedes entender lo que te digo ahora?
—Ese griego lo entendí totalmente.
—Bien —dijo en inglés—. Eres buena con la lengua de la Edad de Hierro. Esto ayudará.
________ se cruzó de brazos mientras trataba de asimilar el período de tiempo que el diario cubría.
—Entonces el diario es de la Edad de Bronce.
Él se frotó con el pulgar la ceja.
—¿Qué te dijo tu datación?
Sus mejillas se encendieron cuando se vio obligada a admitir el hecho de él la había calado correctamente en Nashville. El troll.
—Básicamente no fue concluyente.
—Ya me lo imagino —masculló él, entonces más alto dijo—: Prepárate. El diario es de la Edad de Piedra. Del período mesolítico para ser preciso.
________ farfulló incrédula. No había forma de que fuera tan viejo. Ni siquiera ligeramente posible.
—Te estás quedando conmigo.
Él negó con la cabeza despacio.
________ lo contempló.
—No. Te equivocas. Completa y absolutamente. Sencillamente no es posible. ¿Entiendes lo que estás diciendo?
—Lo entiendo totalmente.
De todos modos se negó a creerlo.
—En aquel entonces no tenían libros. No estaban civilizados. No tenían la escritura... ¡No tenían ni siquiera casas! La gente todavía vivía en cuevas. Apenas tenían el fuego.
Él permaneció completamente estoico bajo su diatriba.
—¿Y cómo sabes tú esto? ¿Acaso viviste durante aquel período?
—Bueno no, pero el registro arqueológico nos dice que la escritura no es tan antigua.
—Y el registro arqueológico es sólo tan sólido como el último hallazgo. —Sostuvo en alto el diario—. Felicidades, doctora Kafieri, verdaderamente lo ampliaste.
Totalmente sorprendida, ________ no pudo hacer nada aparte de contempla el libro en la mano de él.
—Está demasiado bien conservado para ser tan viejo.
Él se encogió de hombros despreocupadamente.
—Esto es lo que hay.
—Sí, pero si es tan viejo, ¿cómo es que conoces la lengua cuando nunca hemos tenido nada de aquel período en forma escrita antes?
—Te lo dije, ésta es básicamente la misma lengua con la que me crié. Viví en una comunidad muy pequeña donde nuestro griego no es el mismo que con el que tú creciste hablando. —Inclinó la cabeza hacia el libro—. Esta es mi lengua.
________ sacudió la cabeza mientras trataba de entender totalmente la importancia de su descubrimiento. De lo que él le decía. Era tan colosal. Muchísimo más de lo que había esperado alguna vez descubrir.
—¿Entiendes el significado de encontrar un diario así de antiguo?
—Más que tú.
—Nadie va a creérselo jamás. Nadie. —Se reirían de ella, de la profesión si siquiera intentara plantear esto.
Nick tomó otro trago de cerveza.
—Probablemente tengas razón sobre eso. —Porque iba a asegurarse condenadamente bien de ello.
Con sus ojos brillantes, acunó el diario contra sí misma como si fuera un niño precioso.
—Estoy sosteniendo algo que alguien una vez apreció... hace once mil años. Hace once mil años —repitió—. Dios mío, Nick, ¿entiendes lo viejo que es?
Mejor de lo que ella podría imaginarse.
—Este libro podría decirme todo. Lo que comían, como vivían... —Sus ojos se llenaron de lágrimas—. Con este libro, hemos descubierto un mundo que nadie vivo ha vislumbrado alguna vez antes. No puedo creer este descubrimiento. No me extraña que nadie supiera las lenguas o que el equipo no pudiera dar con la fecha correcta. Esto se salía de las fechas, pero nadie lo creyó, así que seguimos con las pruebas una y otra vez. ¡Oh Dios mío! —dijo en voz baja—. Hace once mil años. Imagínate que hermoso debió ser el mundo.
No desde la perspectiva de él. Personalmente, le gustaría ser capaz de purgar la mayor parte de aquellos años de su memoria.
—Estás dejando aceite de tu piel por todas partes del diario. No creo que quieras hacer eso dada su edad.
Ella lo posó inmediatamente.
—Gracias. Tiendo a dejarme llevar a veces. —Se sentó en el suelo, a su lado y capturó su mirada mientras ella sujetaba firmemente los brazos de la silla de él con sus manos—. ¿Qué más puedes decirme sobre él?
De nuevo, más de lo que ella creería en toda su vida. Podría decirle que todas las personas en él existieron y presentarla a dos de ellas que vivían actualmente y respiraban. Esa era la parte más espeluznante de todo. Pero los contenidos de éste eran inocuos. Todo lo que mostraba era como había sido la protegida e ingenua Ryssa de muchacha. Lo preciosa que había sido.
—¿Qué más quieres saber?
Antes de que pudiera contestar, el teléfono de ella sonó con «Bark at the Moon» de Ozzy Osborne.
—Espera de un segundo. Es David.
Nick se recostó en su asiento mientras ella contestaba. Sabes que no deberías haberle dicho lo que era el diario. Pero por otro lado, realmente no tenía importancia. Había sólo un puñado de seres que podrían leerlo y uno de ellos era humano. Además, mejor ojeaba y leía el libro primero él. Ahora sabía que no tenía nada que temer de ello. Pero tenía que mantener a ________ cerca de sí y distraerla de esta búsqueda antes de que ella encontrara un diario que fuera irrefutable.
Esto podría haber suscitado preguntas que no quería contestar.
—¡Es terrible! ¿Está alguien herido?
Nick frunció el ceño ante la tensión en la voz de ________ antes de volver su atención a la llamada.
—De acuerdo, sólo mantenme al tanto. Gracias, cielo. —Sus rasgos estaban pálidos cuando volvió.
—¿Va todo bien?
—No, alguien atacó a un miembro de mi equipo en Grecia ayer.
Nick frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
—Oh fue horrible. Perdimos algo de la investigación y un par de objetos que acababan de ser izados. David dijo que Nikolas trató de detener a los atracadores, pero que no pudo. Se pondrá bien, pero realmente está destrozado por ello. —Sacudió la cabeza—. Te juro que estamos malditos. Cada vez que nos acercamos para subir pedazos grandes del hallazgo, pasa algo malo.
—Tal vez es que los antiguos dioses os están avisando para que les dejéis en paz.
Ella resopló.
—Tal vez, pero no puedo. Mis padres dieron sus vidas para demostrar la existencia de la Atlántida. Mi tío sacrificó su vida y su cordura. Mi prima puede haber abandonado la búsqueda, pero juré sobre las tumbas de mis padres que yo no lo haría. No antes de que la reputación de mi padre sea restaurada. Estoy harta de verle ser el remate del chiste en las fiestas siempre que alguien saca a relucir la Atlántida —lo miró—. Estoy segura de que tú no tienes ni idea de lo que es que se burlen de ti y que te ridiculicen.
—No me conoces lo suficientemente bien como para hacer esa aseveración.
—Lo lamento —dijo quedamente—. Tienes razón. A propósito, ¿quién era la pelirroja?
Su cambio constante de pensamientos lo aturdió.
—¿De qué demonios estás hablando ahora?
—En Nashville, estabas con una hermosa mujer pelirroja que se levantó y se marchó ofendida. ¿Quién era ella?
Maldita sea, ella había estado atenta.
—Una vieja amiga.
—Realmente fuiste un asqueroso con ella. Por cierto ella estaba actuando, di por sentado que vosotros dos estabais enrollados.
Ahora fue su turno para resoplar ante la mera idea.
—Oh puedo garantizarte que no somos pareja. —Esto implicaría que Artemisa admitiera abiertamente que tenía una relación estrecha con él. ¿Y que importaba si tuvieron una hija juntos y la mitad del panteón de ella supiera que durmieron juntos? todavía no se sentía con el valor suficiente para confesar que él era algo más que su favorito platónico.
—A pesar de eso eres importante para ella —le reprendió ________.
Él tuvo que sepultar la ira que sintió ante su condena en cuanto que ella no tenía ni idea de cuanta mierda había soportado de Artemisa durante siglos, incluyendo el hecho de que había guardado el nacimiento de su hija en secreto para él durante más de once mil años. La diosa tuvo suerte de que no la hubiera matado por aquel pequeño hecho.
—Mira, mi vida privada es privada. Si este es el único tema en el que estás interesada, me marcho.
Ella le palmeó ligeramente la rodilla.
—No estés tan gruñón todo el tiempo.
—Sí bueno, no me gusta hablar de mí y aborrezco las preguntas personales.
—Muy bien. Todo lo que quiero es ese cerebro tuyo durante un ratito. —Ella le pasó un contenedor Rubbermaid poco profundo con baklava.
Nick frunció el ceño.
—¿Qué es esto?
—Ya te conté. Baklava.
—Y en realidad no lo como, pero gracias por la intención. —Se lo devolvió.
—Tú te lo pierdes. —Cogió un triángulo antes de llevarlo de vuelta a la mesa—. Ahora enséñame como leer esto.
Nick abrió el diario nuevamente.
—Hay unos caracteres adicionales y diptongos que no existen en el griego clásico al que tú estás acostumbrada. Las terminaciones y las conjugaciones son también diferentes.
Ella asintió con la cabeza, luego señaló una palabra.
—Adelphianosis. ¿Esto es «hermano»?
Se quedó impresionado por lo rápidamente que ella identificó la lengua desconocida.
—Sí.
Ella frunció el ceño.
—Así pues si estoy leyendo correctamente, esto dice que su hermano... —Ella señaló la palabra anterior—. ¿Styxx?
—Sí.
Sacudió la cabeza confusa.
—¿Por qué le llaman Styxx? Este era un nombre femenino de diosa.
Él siempre pensó que era una extraña elección para el nombre de su hermano también, pero ¿qué demonios? Nadie le había preguntado y los padres de Ryssa nunca habían estado en sus cabales.
—¿Y cuántos hombres se llaman Artemis ?
—Buen argumento. Sólo es que me parece extraño.
—Bien por eso tiene una X adicional al final. Para diferenciar la forma masculina de la femenina.
—Ah, eso tiene sentido. —Ella volvió su mirada al libro en el regazo de él y sintió una sensación extraña de encogimiento en el estómago. Como un puñetazo sólo que fue más sexual que eso y lo tomó completamente desprevenido.
Él no reaccionaba ante las personas de esta manera.
No obstante, tuvo esta súbita compulsión de inclinarse hacia adelante y simplemente aspirar su olor. Tocar su mejilla y ver si era realmente tan suave como parecía. O todavía mejor, tomar su mano y presionarla contra el repentino bulto en sus pantalones que clamaba por el cuerpo de ella. Su pene se tensó ante el mero pensamiento de ella desabrochándole los pantalones y tocándolo.
Inconsciente de su inesperado talante, ella arrastró el dedo bajando por la página, tratando de descifrar las palabras escritas por Ryssa con esmero.
—Entonces, ¿ella está contando sobre una pelea con su hermano?
Le llevó unos tres segundos completos que aquellas palabras se antepusieran al deseo que tenía de besarla.
—Uh... sí. Su hermano estaba enfadado porque ella planeaba visitar a su tía en Atenas y no quería que su hermano la acompañara porque era molesto viajar con él.
________ alzó la mirada cuando oyó la profundidad de la voz de Nick. No podía decir hacia donde estaba mirando él puesto que todavía llevaba puestas aquellas oscuras gafas de sol.
—¿Puedes ver bien?
—Muy bien.
—¿Por qué no te quitas las gafas de sol?
—Veo mejor con ellas puestas.
—Oh. —Ella alargó la palabra cuando tuvo una repentina percepción.
—Eres uno de esos, ¿verdad?
—¿Esos qué?
—Un tipo vanidoso que necesita gafas, pero como no quieres que nadie lo sepa y no puedes ponerte lentillas, entonces en lugar de eso llevas gafas de sol graduadas. —Ella puso los ojos en blanco—. He tenido unos cuantos como tú en mis clases. Realmente, nadie pensará menos de tu virilidad por necesitar gafas, eso solamente hace que te conviertas en un cretino. —Se señaló las suyas dando un toque con una uña en las gafas—. Mírame. Prefiero ser capaz de ver a ser vanidosa en esto.
Nick escondió una sonrisa ante su última conclusión errónea sobre él. Sin comentar nada, estiró la mano para coger la cerveza y tomó un trago mientras ella volvía al diario.
Se sentaron allí durante más de dos horas mientras ella aprendía su lengua natal. Era tan extraño oír a alguien más hablándola después de todo ese tiempo que no pudo evitar sentirse caldeado por ello. Hubo incluso una parte suya que se puso nostálgica por el sonido. Este era un sentimiento que no lograba a menudo, ya que allí había tenido una menos que deseable existencia, pero por otro lado, el hogar era el hogar.
Incluso uno malo.
Y francamente, le gustó tener esta conexión con alguien. Él había estado solo durante tanto tiempo. Se había aleccionado para no confiar en nadie. A pesar de eso, se encontró queriendo confiar en ella y sin saber por qué. Quizá era por la feroz lealtad de ella. Él deseaba ardientemente que alguien fuera así de leal con él. Si tan sólo ellos...
—Estoy listo cuando tú lo estés.
—¿Estás seguro? Pareces un poquito tenso y no quiero hacer ningún movimiento repentino por si has tomado un montón de cafeína o algo así.
Una esquina de la boca de él se curvó hacia arriba en una encantadora media sonrisa.
—Estoy bien.
________ fue a la mesa de centro y recogió el diario para así poder dárselo.
—¿Cuál es la mejor manera de hacerlo?
Él tomó el diario y con cuidado lo abrió antes de colocarlo en equilibrio sobre el muslo.
—¿Cuánto del antiguo, antiguo griego sabes?
—A nivel muy fluido.
Le habló otra vez y ella lo reconoció como griego, pero no tenía ni idea de lo que estaba diciendo. Era un hermoso galimatías.
Ella frunció el ceño.
—¿Es el mismo dialecto que el del diario?
—No... —dijo él en inglés antes de cambiar de vuelta al griego—: ¿Puedes entender lo que te digo ahora?
—Ese griego lo entendí totalmente.
—Bien —dijo en inglés—. Eres buena con la lengua de la Edad de Hierro. Esto ayudará.
________ se cruzó de brazos mientras trataba de asimilar el período de tiempo que el diario cubría.
—Entonces el diario es de la Edad de Bronce.
Él se frotó con el pulgar la ceja.
—¿Qué te dijo tu datación?
Sus mejillas se encendieron cuando se vio obligada a admitir el hecho de él la había calado correctamente en Nashville. El troll.
—Básicamente no fue concluyente.
—Ya me lo imagino —masculló él, entonces más alto dijo—: Prepárate. El diario es de la Edad de Piedra. Del período mesolítico para ser preciso.
________ farfulló incrédula. No había forma de que fuera tan viejo. Ni siquiera ligeramente posible.
—Te estás quedando conmigo.
Él negó con la cabeza despacio.
________ lo contempló.
—No. Te equivocas. Completa y absolutamente. Sencillamente no es posible. ¿Entiendes lo que estás diciendo?
—Lo entiendo totalmente.
De todos modos se negó a creerlo.
—En aquel entonces no tenían libros. No estaban civilizados. No tenían la escritura... ¡No tenían ni siquiera casas! La gente todavía vivía en cuevas. Apenas tenían el fuego.
Él permaneció completamente estoico bajo su diatriba.
—¿Y cómo sabes tú esto? ¿Acaso viviste durante aquel período?
—Bueno no, pero el registro arqueológico nos dice que la escritura no es tan antigua.
—Y el registro arqueológico es sólo tan sólido como el último hallazgo. —Sostuvo en alto el diario—. Felicidades, doctora Kafieri, verdaderamente lo ampliaste.
Totalmente sorprendida, ________ no pudo hacer nada aparte de contempla el libro en la mano de él.
—Está demasiado bien conservado para ser tan viejo.
Él se encogió de hombros despreocupadamente.
—Esto es lo que hay.
—Sí, pero si es tan viejo, ¿cómo es que conoces la lengua cuando nunca hemos tenido nada de aquel período en forma escrita antes?
—Te lo dije, ésta es básicamente la misma lengua con la que me crié. Viví en una comunidad muy pequeña donde nuestro griego no es el mismo que con el que tú creciste hablando. —Inclinó la cabeza hacia el libro—. Esta es mi lengua.
________ sacudió la cabeza mientras trataba de entender totalmente la importancia de su descubrimiento. De lo que él le decía. Era tan colosal. Muchísimo más de lo que había esperado alguna vez descubrir.
—¿Entiendes el significado de encontrar un diario así de antiguo?
—Más que tú.
—Nadie va a creérselo jamás. Nadie. —Se reirían de ella, de la profesión si siquiera intentara plantear esto.
Nick tomó otro trago de cerveza.
—Probablemente tengas razón sobre eso. —Porque iba a asegurarse condenadamente bien de ello.
Con sus ojos brillantes, acunó el diario contra sí misma como si fuera un niño precioso.
—Estoy sosteniendo algo que alguien una vez apreció... hace once mil años. Hace once mil años —repitió—. Dios mío, Nick, ¿entiendes lo viejo que es?
Mejor de lo que ella podría imaginarse.
—Este libro podría decirme todo. Lo que comían, como vivían... —Sus ojos se llenaron de lágrimas—. Con este libro, hemos descubierto un mundo que nadie vivo ha vislumbrado alguna vez antes. No puedo creer este descubrimiento. No me extraña que nadie supiera las lenguas o que el equipo no pudiera dar con la fecha correcta. Esto se salía de las fechas, pero nadie lo creyó, así que seguimos con las pruebas una y otra vez. ¡Oh Dios mío! —dijo en voz baja—. Hace once mil años. Imagínate que hermoso debió ser el mundo.
No desde la perspectiva de él. Personalmente, le gustaría ser capaz de purgar la mayor parte de aquellos años de su memoria.
—Estás dejando aceite de tu piel por todas partes del diario. No creo que quieras hacer eso dada su edad.
Ella lo posó inmediatamente.
—Gracias. Tiendo a dejarme llevar a veces. —Se sentó en el suelo, a su lado y capturó su mirada mientras ella sujetaba firmemente los brazos de la silla de él con sus manos—. ¿Qué más puedes decirme sobre él?
De nuevo, más de lo que ella creería en toda su vida. Podría decirle que todas las personas en él existieron y presentarla a dos de ellas que vivían actualmente y respiraban. Esa era la parte más espeluznante de todo. Pero los contenidos de éste eran inocuos. Todo lo que mostraba era como había sido la protegida e ingenua Ryssa de muchacha. Lo preciosa que había sido.
—¿Qué más quieres saber?
Antes de que pudiera contestar, el teléfono de ella sonó con «Bark at the Moon» de Ozzy Osborne.
—Espera de un segundo. Es David.
Nick se recostó en su asiento mientras ella contestaba. Sabes que no deberías haberle dicho lo que era el diario. Pero por otro lado, realmente no tenía importancia. Había sólo un puñado de seres que podrían leerlo y uno de ellos era humano. Además, mejor ojeaba y leía el libro primero él. Ahora sabía que no tenía nada que temer de ello. Pero tenía que mantener a ________ cerca de sí y distraerla de esta búsqueda antes de que ella encontrara un diario que fuera irrefutable.
Esto podría haber suscitado preguntas que no quería contestar.
—¡Es terrible! ¿Está alguien herido?
Nick frunció el ceño ante la tensión en la voz de ________ antes de volver su atención a la llamada.
—De acuerdo, sólo mantenme al tanto. Gracias, cielo. —Sus rasgos estaban pálidos cuando volvió.
—¿Va todo bien?
—No, alguien atacó a un miembro de mi equipo en Grecia ayer.
Nick frunció el ceño.
—¿Qué quieres decir?
—Oh fue horrible. Perdimos algo de la investigación y un par de objetos que acababan de ser izados. David dijo que Nikolas trató de detener a los atracadores, pero que no pudo. Se pondrá bien, pero realmente está destrozado por ello. —Sacudió la cabeza—. Te juro que estamos malditos. Cada vez que nos acercamos para subir pedazos grandes del hallazgo, pasa algo malo.
—Tal vez es que los antiguos dioses os están avisando para que les dejéis en paz.
Ella resopló.
—Tal vez, pero no puedo. Mis padres dieron sus vidas para demostrar la existencia de la Atlántida. Mi tío sacrificó su vida y su cordura. Mi prima puede haber abandonado la búsqueda, pero juré sobre las tumbas de mis padres que yo no lo haría. No antes de que la reputación de mi padre sea restaurada. Estoy harta de verle ser el remate del chiste en las fiestas siempre que alguien saca a relucir la Atlántida —lo miró—. Estoy segura de que tú no tienes ni idea de lo que es que se burlen de ti y que te ridiculicen.
—No me conoces lo suficientemente bien como para hacer esa aseveración.
—Lo lamento —dijo quedamente—. Tienes razón. A propósito, ¿quién era la pelirroja?
Su cambio constante de pensamientos lo aturdió.
—¿De qué demonios estás hablando ahora?
—En Nashville, estabas con una hermosa mujer pelirroja que se levantó y se marchó ofendida. ¿Quién era ella?
Maldita sea, ella había estado atenta.
—Una vieja amiga.
—Realmente fuiste un asqueroso con ella. Por cierto ella estaba actuando, di por sentado que vosotros dos estabais enrollados.
Ahora fue su turno para resoplar ante la mera idea.
—Oh puedo garantizarte que no somos pareja. —Esto implicaría que Artemisa admitiera abiertamente que tenía una relación estrecha con él. ¿Y que importaba si tuvieron una hija juntos y la mitad del panteón de ella supiera que durmieron juntos? todavía no se sentía con el valor suficiente para confesar que él era algo más que su favorito platónico.
—A pesar de eso eres importante para ella —le reprendió ________.
Él tuvo que sepultar la ira que sintió ante su condena en cuanto que ella no tenía ni idea de cuanta mierda había soportado de Artemisa durante siglos, incluyendo el hecho de que había guardado el nacimiento de su hija en secreto para él durante más de once mil años. La diosa tuvo suerte de que no la hubiera matado por aquel pequeño hecho.
—Mira, mi vida privada es privada. Si este es el único tema en el que estás interesada, me marcho.
Ella le palmeó ligeramente la rodilla.
—No estés tan gruñón todo el tiempo.
—Sí bueno, no me gusta hablar de mí y aborrezco las preguntas personales.
—Muy bien. Todo lo que quiero es ese cerebro tuyo durante un ratito. —Ella le pasó un contenedor Rubbermaid poco profundo con baklava.
Nick frunció el ceño.
—¿Qué es esto?
—Ya te conté. Baklava.
—Y en realidad no lo como, pero gracias por la intención. —Se lo devolvió.
—Tú te lo pierdes. —Cogió un triángulo antes de llevarlo de vuelta a la mesa—. Ahora enséñame como leer esto.
Nick abrió el diario nuevamente.
—Hay unos caracteres adicionales y diptongos que no existen en el griego clásico al que tú estás acostumbrada. Las terminaciones y las conjugaciones son también diferentes.
Ella asintió con la cabeza, luego señaló una palabra.
—Adelphianosis. ¿Esto es «hermano»?
Se quedó impresionado por lo rápidamente que ella identificó la lengua desconocida.
—Sí.
Ella frunció el ceño.
—Así pues si estoy leyendo correctamente, esto dice que su hermano... —Ella señaló la palabra anterior—. ¿Styxx?
—Sí.
Sacudió la cabeza confusa.
—¿Por qué le llaman Styxx? Este era un nombre femenino de diosa.
Él siempre pensó que era una extraña elección para el nombre de su hermano también, pero ¿qué demonios? Nadie le había preguntado y los padres de Ryssa nunca habían estado en sus cabales.
—¿Y cuántos hombres se llaman Artemis ?
—Buen argumento. Sólo es que me parece extraño.
—Bien por eso tiene una X adicional al final. Para diferenciar la forma masculina de la femenina.
—Ah, eso tiene sentido. —Ella volvió su mirada al libro en el regazo de él y sintió una sensación extraña de encogimiento en el estómago. Como un puñetazo sólo que fue más sexual que eso y lo tomó completamente desprevenido.
Él no reaccionaba ante las personas de esta manera.
No obstante, tuvo esta súbita compulsión de inclinarse hacia adelante y simplemente aspirar su olor. Tocar su mejilla y ver si era realmente tan suave como parecía. O todavía mejor, tomar su mano y presionarla contra el repentino bulto en sus pantalones que clamaba por el cuerpo de ella. Su pene se tensó ante el mero pensamiento de ella desabrochándole los pantalones y tocándolo.
Inconsciente de su inesperado talante, ella arrastró el dedo bajando por la página, tratando de descifrar las palabras escritas por Ryssa con esmero.
—Entonces, ¿ella está contando sobre una pelea con su hermano?
Le llevó unos tres segundos completos que aquellas palabras se antepusieran al deseo que tenía de besarla.
—Uh... sí. Su hermano estaba enfadado porque ella planeaba visitar a su tía en Atenas y no quería que su hermano la acompañara porque era molesto viajar con él.
________ alzó la mirada cuando oyó la profundidad de la voz de Nick. No podía decir hacia donde estaba mirando él puesto que todavía llevaba puestas aquellas oscuras gafas de sol.
—¿Puedes ver bien?
—Muy bien.
—¿Por qué no te quitas las gafas de sol?
—Veo mejor con ellas puestas.
—Oh. —Ella alargó la palabra cuando tuvo una repentina percepción.
—Eres uno de esos, ¿verdad?
—¿Esos qué?
—Un tipo vanidoso que necesita gafas, pero como no quieres que nadie lo sepa y no puedes ponerte lentillas, entonces en lugar de eso llevas gafas de sol graduadas. —Ella puso los ojos en blanco—. He tenido unos cuantos como tú en mis clases. Realmente, nadie pensará menos de tu virilidad por necesitar gafas, eso solamente hace que te conviertas en un cretino. —Se señaló las suyas dando un toque con una uña en las gafas—. Mírame. Prefiero ser capaz de ver a ser vanidosa en esto.
Nick escondió una sonrisa ante su última conclusión errónea sobre él. Sin comentar nada, estiró la mano para coger la cerveza y tomó un trago mientras ella volvía al diario.
Se sentaron allí durante más de dos horas mientras ella aprendía su lengua natal. Era tan extraño oír a alguien más hablándola después de todo ese tiempo que no pudo evitar sentirse caldeado por ello. Hubo incluso una parte suya que se puso nostálgica por el sonido. Este era un sentimiento que no lograba a menudo, ya que allí había tenido una menos que deseable existencia, pero por otro lado, el hogar era el hogar.
Incluso uno malo.
Y francamente, le gustó tener esta conexión con alguien. Él había estado solo durante tanto tiempo. Se había aleccionado para no confiar en nadie. A pesar de eso, se encontró queriendo confiar en ella y sin saber por qué. Quizá era por la feroz lealtad de ella. Él deseaba ardientemente que alguien fuera así de leal con él. Si tan sólo ellos...
Femme Fatale
Contenido patrocinado
Página 27 de 46. • 1 ... 15 ... 26, 27, 28 ... 36 ... 46
Temas similares
» Crash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
» Un hombre oscuro y peligroso [Nicholas&Tu] (Adaptación)
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
» My Favorite Mistake - Nicholas Jonas & TU - (Adaptación) - TERMINADA!
» Crow's Row - Nicholas Jonas & TU (Adaptación) TERMINADA!
» Un hombre oscuro y peligroso [Nicholas&Tu] (Adaptación)
» Clash - Nicholas Jonas & Tu (Adaptación) - TERMINADA!
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
Página 27 de 46.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.