Beautiful Disaster

Hola! Este capitulo hace referencia al nombre de la novela ;) Acá les dejo un nuevo capitulo :)

Luego del día de la fiesta, desperté en casa de Clarita con un dolor de cabeza que casi no me dejaba abrir los ojos. Creo que nunca me sentí tan mal como ese día. Internamente me sentía devastada y por fuera me veía incluso peor. Cuando desperté, Clarita me comentó que Joseph me había llevado allí la noche anterior. Yo estuve prácticamente todo lo que restaba del fin de semana tratando de recordar que era lo que había ocurrido exactamente. Solo recuerdo de estar en la barra tomando por no encontrar a Sol y a Nick por ningún lado, luego Joseph me sacó de allí y sé que tuvimos una charla antes de que me lleve a lo de Clarita y vomite en el camino. Esa noche estaba llena de baches negros en mi memoria y realmente me estaba lamentando por eso. Tenía miedo por lo que podría haber hecho o dicho, sobre todo teniéndolo a Joseph cerca. Qué tal si mencioné algo sobre la venganza? Clarita me dijo que Joseph se mostró preocupado por mi, así que no creo que haya mencionado algo sobre eso. Algo sabía por seguro: a Joseph le debía agradecer por cuidarme esa noche, y de paso me tenía que sacar las dudas sobre lo que pasó.

El día en que volvimos a clases tenía miedo de la cantidad de personas que me podrían haber visto en ese estado. Cuando entré al colegio, algunos me miraban y se reían, supongo que eran aquellos que me habían visto. Me lo confirmó el comentario de Jason. Realmente necesitaba saber si había pasado el papelón de mi vida. Luego de ese desafortunado comentario, sonaron los celulares de todos los presentes y se sintió como en una película de terror. La diferencia con esas películas de terror es que en este caso ese sonido de los celulares traía consigo la verdad que, obviamente, no tardaría en salir a la luz. Una foto de Sol y Nick a una distancia de la que yo nunca había estado de él. No quise escuchar ninguna de las tontas excusas que intentó ponerme Sol y le confesé que ya sabía todo desde antes. No tener que fingir más por un lado era un alivio pero ahora se venía otra batalla, la del "qué dirán" . Esto no iba a quedar ahí, la gente iba a hablar, iba a juzgar tanto a ellos como a mi y realmente espero que me toque la mejor parte.

Luego de la primer clase, durante uno de los recreos, varios se me acercaron para hablarme sobre la foto pero yo solo les sonreía y los ignoraba. El resto del día fue igual, era estresante y agotador. Necesitaba respirar de todo eso. Cuando salimos de clases, me dirigí hacia donde estaba Joseph y no pude evitar sentir mis piernas flojas a medida que me iba acercando a él. No entendía por qué.

-Tengo que hablar con vos.-le dije enseguida me acerqué a él.

-Si piensas que tengo algo que ver sobre la foto, ya te aviso que no.-yo suspiré.

-Sé que no fuiste vos, sé que estuviste conmigo toda esa noche. Tampoco me interesa quien fue el autor de la foto. No quiero hablar sobre eso.-

-Entonces sobre qué?-

-Sobre esa noche.-le dije mirándolo fijo y él me devolvió la mirada haciendo que algo dentro mio se movilizara-Gracias, sé que cuidaste de mi-

-No tenes que agradecer nada, lo hubiese hecho por cualquiera.-

-No importa por quien lo hubieses hecho, pero lo hiciste. Se lo contaste a muchas personas? Digo, ya tengo suficiente con todo el drama de la foto, no quiero que la mayoría del colegio también ande hablando sobre cuan borracha estuve.-

-No se lo dije a nadie, pero yo creo que la mayoría de las personas te vieron bailando como una loca arriba de la barra.-él rió y yo lo miré asombrada.

-Que hice qué!?-grité histérica. Por dios, creo que esto estaba peor de lo que imaginaba.

-Luego de eso te saqué de la fiesta y me gritaste, pero te dije que me lo agradecerías luego, y claramente no me equivoqué. No te acuerdas nada?-

-Solo que me sacaste de la fiesta, hablamos sobre algo, vomité y desperté en lo de Clarita. Ni siquiera sé en que momento me dormí. Yo no sé como haces para sobrevivir a diario así. Es decir, cada vez que te emborrachas te sientes así?-él me miró mal.

-No estas en condiciones de tratarme de alcohólico. Y además solo las personas estúpidas como vos toman sin saber y les hace tan mal.-yo suspiré.

-No quiero pelear.-

-Vos empezaste.-

-Podrías por favor decirme qué fue exactamente lo que ocurrió, qué...hicimos? Porque te juro que la duda me está matando.-

-Básicamente nos besamos y es una lastima que no lo recuerdes porque estoy seguro que fue el mejor beso de tu vida.-Yo arqueé mi ceja mientras sentía a mi corazón saltearse algunos latidos. Quedé allí, estupefacta ante lo que me acababa de decir, pero luego él rió y yo me relajé.-Quédate tranquila que no pasó, sino estoy seguro que lo recordarías.-yo lo miré mal, él es más engreído de lo que cree que soy yo. Aunque creo que un escalofrío recorrió mi cuerpo al escucharlo hablar sobre nosotros, besándonos.

-Me quieres decir de una maldita vez lo que pasó?-

-Lo único que te puedo decir es que me di cuenta que después de todo no somos tan diferentes. Tu vida es un desastre, la mía también, aunque nuestros desastres sean diferentes y hayas dicho que en parte ese desastre tuyo es por mi culpa.-

-Yo dije eso?-él asintió.-Dos desastres juntos harían que todo sea una locura, cierto?-le pregunté mirándolo a los ojos. Por un instante pasó por mi mente que pasaría si realmente estuviéramos juntos. Qué pasaría con todo a nuestro alrededor? Todo se hundiría en nuestro desastre o valdría la pena arriesgarse? Rápidamente trate de alejar esos pensamientos de mi mente.

-No sé si buena o mala, pero una locura seguro.-contestó sin correr su vista de la mía  Un silencio llenó el espacio, que luego Joseph rompió.-No entiendo porque te escondes detrás de algo que no sos, si todo lo que guardas dentro tuyo te hace mal.-

-Yo no me escondo detrás de nada, yo soy así.-dije a la defensiva.

-Te escondes detrás de la imagen de chica perfecta para mostrarle a los demás que estás siempre en control, cuando dentro tuyo te estás viniendo abajo. Ya no tenes que esconderte detrás de eso conmigo, ya sé el desastre que existe en tu vida, o aunque sea sé una parte de ese desastre. Mostrate realmente como sos porque tu careta ya no va más conmigo.-yo miré hacia abajo. Mostrarme como soy? Ni en un millón de años. Eso sería el fin de todo lo que me costó años en construir.

-Yo soy esto Joseph, te guste o no. No hay ninguna careta.-

-Jugamos el mismo juego, nos mostramos como queremos que los demás nos vean, no como lo que realmente somos. Un pequeño soplido y toda tu perfección y seguridad se te viene abajo. O mejor dicho, un poco de alcohol y todo se te viene abajo.-Que sepa cuan débil podía ser me ponía nerviosa. Que Joseph sea la primera persona que logré atravesar o aunque sea hacer un hueco en la capa con la cual me estuve cubriendo todos estos años me descolocaba. Yo tenía secretos, secretos que moría por contárselos a alguien para descargarme pero estaba aterrada de contarlos. Me daba terror pensar que se los podía haber dicho aquella noche.

-Creo que debo irme.-y sin ni siquiera mirarlo, volteé y comencé a caminar a mi casa. Ni siquiera busqué a Kevin para que me lleve, necesitaba caminar y distraerme. Cuando llegué a casa me encerré en mi habitación y me recosté sobre mi cama. Agarré mi teléfono y abrí la foto de Sol y Nick. Sentía tanta impotencia, tantas ganas de romper todo. Se habían burlado de mi quienes menos creí que podían hacerlo y ahora Joseph me pedía que me muestre realmente como soy con él? Ni en sueños. Si las pocas personas con las que me mostré tan solo un poco como soy me traicionaron. Rápidamente borré la foto de mi casilla de mensajes y me dirigí a mi lista de contactos para eliminar sus números. Ojala pudiera eliminarlos tan fácil de mi vida. Fui recorriendo los nombres de la lista, muchos de ellos de personas que ni siquiera tenía idea por qué los tenía si no los soporto, y me encontré con un nombre que no encajaba allí, no entendía qué hacia allí. Joseph. Casi sin pensarlo presioné la tecla para llamar. Quería saber si se trataba de quien creía. Esperé que me atendiera y cuando ya iba a colgar, una voz resonó del otro lado.

-Hola?-Sí, era él. El único Joseph que conocía.

-Me queres decir como es que tu número de teléfono está en mi celular?-

-Ah, sos vos.-

-Sí, soy yo y no contestaste mi pregunta.-

-La otra noche, cuando Clarita me pidió que le envié un mensaje a tu madre desde tu celular diciéndole que estabas en lo de tu amiga para que se quede tranquila, decidí registrarte mi número, es decir no quise que me rogaras que te de mi número, así que lo hice como un favor.-

-Yo no pensaba pedírtelo-

-Claro que sí, si morías por darme un beso.-escuché que dijo riendo. De qué se reía? Acaso quise besarlo y no lo recuerdo? Si quise besarlo seguro que fue por la venganza.

-Antes de querer besar a un estúpido como vos, me mato.-

-No era lo que pensabas el otro día.-dijo y volvió a reír  Se reía de mi? De repente corrí mi vista hacia un lado y vi algo que me trajo una idea a la cabeza.

-Nos podemos ver?-dije repentinamente, sin pensarlo.

-No lo sé, acabas de llamarme estúpido.-Yo rodeé mis ojos.

-Tengo una propuesta que puede interesarte.-

-Tentador.-me respondió.-En media hora en la plaza a dos cuadras del colegio.-

-Perfecto.-le dije y luego él corto sin ni siquiera despedirse. Yo me levanté de mi cama, agarré mi bolso y el folleto de la competencia de danza que había traído la idea a mi mente. Tomé mi celular y llamé a un remis. Cuando llegué a la plaza, no me fue muy difícil identificar la moto de Joseph.

-Llegas tarde.-dijo ni bien me acerqué.

-Ahora controlas el tiempo?-

-Algo así. Escucho tu propuesta.-

-Si hay algo que recuerdo de la otra noche es que me contaste que trabajabas en Strimbow y si trabajas ahí es porque necesitas el dinero, cierto?-

-No, lo hago por simple diversión.-me contestó sarcástico.

-No es necesario el sarcasmo Joseph.-

-Todavía no escucho tu propuesta, así que seguí hablando.-

-Bueno, recuerdas esto?-dije mientras sacaba el folleto de mi bolso.

-Sí, la competencia de baile.-

-Te acordas que nos dijeron que como premio había dinero?-él asintió.-Bueno, se me ocurrió que quizás si nos anotamos y ensayamos lo suficiente, podríamos ganar. Es decir, creo que somos buenos, así que alguna chance tenemos. Si ganamos te quedarías todo el dinero vos y quizás no tengas que trabajar, al menos por un tiempo. Quizás no tengas que trabajar por lo que resta del año y puedas terminar tus estudios bien...-él me interrumpió.

-No necesito tu lástima.-

-De qué hablas? No es lástima Joseph. Te quiero ayudar.-

-Por qué me ayudarías - Yo me quedé pensando. No lo sé, no sé por qué quiero ayudarlo, pero quiero. Sé que necesita el dinero y sé que puedo ayudarlo de esta forma.

-Tómalo como una devolución por el favor que me hiciste de llevarme a lo de Clarita.-

-Quédate tranquila que no tenes una deuda que saldar conmigo, si eso es lo que te preocupa.-

-No Joseph, simplemente te quiero ayudar.-le dije.

-Pero no necesito tu ayuda!-me gritó.-No necesito nada tuyo ni de nadie. Yo puedo solo. No voy a ser un proyecto tuyo para limpiar tu conciencia.-

-Yo no tengo que limpiar mi conciencia de nada, simplemente te quiero ayudar!-le dije gritando también.

-Y yo no quiero tu ayuda, así que anda a tratar de ayudar a alguien más, aunque creo que tendrías que empezar a ayudarte a vos misma y tu propio desastre antes de intentar arreglar el de los demás.-me dijo antes de subirse a su moto y marcharse dejándome ahí parada, sola. No entendía. Yo simplemente lo quise ayudar. Es obvio que con él no se puede tener una conversación tranquila. Por qué hace todo tan complicado? Por qué hace que me sienta tan distinta y haga cosas sin sentido cuando está cerca? Necesitaba un respiro del colegio, de mis padres, de Joseph. Mi cabeza es un completo enredo en este momento.

Ni bien bajábamos del auto vi que Sarah me estaba esperando en la puerta. Esto solo significaba malas noticias o que mis padres estaban en casa. Normalmente me inclinaría por las malas noticias pero esta vez ella no tenía mala cara, estaba feliz. Tenía una sonrisa en la cara que pronto desapareció ni bien me vio bajar y esa cara de felicidad se torno en una de preocupación.

- ¡Sol! ¿Qué te pasó?-

- Nada Sarah, no te preocupes.-

- ¿Qué no me preocupe? ¡Pero mira cómo estás!-

- Estoy bien, en serio.-

- ¿Él te hizo algo? – señaló a mi acompañante.

- No, Sarah él me trajo acá. Solo te voy a decir que me peleé con Gaby, pero no quiero hablar sobre ello.-

- Bueno mi niña, después me vas a contar todo.–me abrazó. - … y perdón.– le dijo a Nick.

- Está bien, señora. – dijo él educadamente.

- ¿Están mamá y papá no?-

- ¿Cómo supiste?-

- Porque me esperaste acá afuera. – ella sonrió y luego volvió a sus tareas.

- Le agradas, Nick.-

- ¿Te parece?-

- Si, sino no te hubiera pedido perdón.-

- ¿Y si no le agrado a tus padres?-

- No importa, no van a estar por mucho tiempo acá. Además, a la única persona que debes agradarle está frente a vos y… creo que me agradas.-

- ¿Cómo es eso de que crees que te agrado?-

- Bueno, tal vez me agradas mucho.-

- Así está mejor. – dijo y me abrazó.

- Gracias, lo necesitaba.-

- De nada. – le sonreí. Me armé del poco coraje que me quedaba y entré a la casa. Como era de suponer mis padres me esperaban sentados en el sillón del living. Sus miradas se posaron rápidamente en mí pero luego se posaron en Nick.

- Hola ma, hola pa.-

- Hola – respondieron al unísono.

- Él es Nick, Nick ellos son mis padres.-

- Mucho gusto, señor y señora Asnicar.-

- El gusto es nuestro, Nick, pero no me llames señora Asnicar, llamame Jen.-

- Claro, Jen.-

- Bueno, nos vamos, adiós. – dije y tome a Nick de la mano para subir a mi cuarto.

- Adios señor y… Jen. Un gusto. – mis padres asintieron. Cualquiera diría que fui muy grosera y fría pero no me importa.

- ¿Por qué fuiste así con ellos? – me preguntó Nick cuando ya estábamos en mi habitación.

- Porque se lo merecen.-

- Hay algo que no me contaste porque no entiendo nada, parecen buenas personas.-

- Parecen, pero no lo son. Son mis padres por sangre pero mi única madre/padre siempre fue y será Sarah. – suspiré. - Ellos nunca están en casa. Siempre están trabajando o vaya a saber uno qué. Ellos me abandonaron, yo siempre crecí al lado de Sarah mientras ellos se perdían todos los momentos importantes en mi vida. Y cuando estaban en casa lo único que hacían era pelear.-

- Lo… lo siento. – lo interrumpí.

- No lo sientas, estoy mejor con ellos lejos. De todas formas no quiero hablar más sobre ello. – suspiré una vez más. – te quiero.-

- Yo también. – se acercó a mí e iba a besarme pero lo alejé.

- No, no puedo… todavía. Perdóname Nick.-

- Está bien, te entiendo. – desvié mi mirada hacia otro lado y vi la hora, me sobresalté al verla.

- Debo ir a la práctica.-

- ¿En serio vas a ir?-

- Tengo que hacerlo.-

- Ok, dejame ir con vos, mi auto quedó allá.-

- Claro, Nick. – bajamos, Nick saludó a mis padres y partimos hacia el colegio. Antes de bajar, él me abrazó y después se fue. Por mi parte tragué todo mi orgullo y entré al gimnasio. Fue horrible, ni bien entré todos se dieron vuelta y no paraban de mirarme.

- ¿Qué hacés acá? – preguntó Megan. ¿Acaso no se cansaba de molestarme?

- Vengo a la práctica, creo que es obvio.-

- Veo, lo que no se es por qué o para qué.-

- Soy la co-capitana, también es obvio por qué y para qué vengo. – dije de mala manera.

- Sería mejor que te vayas, no queremos una traidora en el equipo.-

- Sos una idiota. – ay que bien se siente decirlo. – Enserio dudo que alguna vez hayas tenido un cerebro.-

- Bueno, basta. ¿Qué está pasando? – interrumpió Gaby.

- Ella me está diciendo que me vaya. Soy la co-capitana, no me puede decir que me vaya.-

- En realidad si te puede decir que te vayas, ahora ella es la co-capitana.-

- ¿Qué? Esto no puede ser cierto.-

- Lo es, yo ocupé tu puesto. Por fin se hizo justicia.-

- Pero Gaby, no podés…-

- Si puedo y así lo hicimos, porque no fue solo obra mía. Nadie te quiere acá.-

- Ya podés irte ex co-capitana, y considérate expulsada de las porristas. – dijo Megan con una sonrisa en su rostro. ¿Quién se cree que es? Es sólo mi reemplazo, la segunda. A veces me gustaría golpearla. ¿Por qué disfruta tanto el hacerme miserable? Maldita sea, la odio.

- Ok, me voy. Ya no hay nada que yo pueda hacer acá. ¿Saben qué? – dije mientras me iba. – Renuncio a esta maldita estupidez de las animadoras.-

Llegué a casa llorando. Para mi suerte mis padres no estaban, según Sarah se habían ido “a pasear”. Ella estuvo consolándome toda la tarde, le debo una por aguantarme así, y aunque actúe como si no me importara, me importa y mucho el que me hayan echado de las porristas. Ese equipo era mi vida, ese equipo era una de las razones de mi popularidad, no podía ser echada de ahí. Hoy había sido sin duda el peor día de mi vida y el comienzo de los horribles días siguientes.

No quise tratarla mal a Sol durante la práctica y tampoco disfruté haciéndolo  Megan había propuesto eliminar a Sol de las porristas ya que una de nosotras no podía ser una traidora. Todas las demás aceptaron, y yo no me pude negar. No podría verla en las prácticas y pensar que en algún momento la considere mi mejor amiga y luego ella se fue sin dudarlo un segundo con el chico que me gustaba. No podría tolerar armar una coreografía juntas para las porristas como hacíamos siempre, no podría trabajar con ella. Me había traicionado y eso nunca lo podría perdonar. Todo esto me hacia sentir tan terrible que ni bien llegué a casa luego de la práctica me acosté a dormir y no desperté hasta el día siguiente. Esperaba que ese día sea mejor a como habían sido los últimos  pero cuando vi a la tal Stacy acercarse a mi, sabía que no tendría esa suerte. Ella era mucho más alta que yo y, claramente, tenía muchos más músculos que yo. Siempre tenía esa actitud de “no me importa nada” y, realmente, se la envidiaba mucho. Ojala yo pudiera actuar así, guiándome por mis instintos como un animal, sin importarme nada de nada. Stacy es de esas chicas que te hacen sentir que si las miras un segundo más de lo correcto te podrían matar. Siempre vestida de negro, tratando de demostrar cuan fuerte es. Creo que esta chica me odio toda la vida, pero ahora que estoy cerca de Joseph creo que su odio es aún más fuerte. Lo confirmo cuando me empuja contra uno de los casilleros en un pasillo de la escuela en los que no andaba nadie. Estoy segura que me podría matar allí mismo y nadie se enteraría. También estoy segura que si planea golpearme no puedo hacer nada para defenderme.

-Qué quieres con Joseph?-me dice mientras sujeta uno de mis hombros fuertemente.

-Nada! Yo no quiero nada con Joseph!-le grito y ni por un segundo trato de mantenerme calmada. Quizás alguien me escucha gritar y viene a detener que yo termine con un ojo hinchado.

-No estoy tan segura. Dicen que te vieron por el barrio con él.-

-Cuando?-dije desconcertada. Si me iba a golpear, esperaba que fuera por algo cierto. Yo no estuve nunca por su barrio con Joseph.

-El viernes pasado.-La fiesta. Acaso había olvidado también eso? O ella se refería a cuando fui a lo de Clarita?

-Joseph solo me llevó a la casa de una vieja amiga.-le expliqué.

-Oh por favor! Como si fuera a creerte que tienes una amiga en mi barrio!-

-Sí! Se llama Clarita, tienes que conocerla!-le dije desesperada.

-Clarita? Sos amiga de Clarita?-yo asentí.

-Bueno, más bien ella trabaja en mi casa hace años y...-

-Ah claro, sos la niña rica para la que Clarita trabaja.-dijo interrumpiéndome - Como sea, mantenete alejada de él. No es la primera vez que te veo cerca.-Ya estaba lo suficientemente harta de que la gente me diga lo que tengo que hacer como para que encima venga Stacy a sumarse a ellos, así que tomé valor y le contesté.

-Y si no me mantengo alejada qué?-

-La vas a pasar mal.-dijo con una mirada desafiante que por dentro me hacia temblar.

-En vez de estar acá amenazándome a mi, deberías encargarte de buscarlo a él porque si no está contigo no es exactamente por mi culpa!-le grité. Ella me acorraló contra el casillero en un movimiento veloz, mientras que cerraba su puño. Justo cuando pensé que iba a golpearme, alguien más hablo.

-Stacy!-ella volteó al igual que lo hice yo.-Soltala.-

-Oh por dios Joe! Enserio te pondrás de su lado?-

-No me estoy poniendo del lado de nadie, nada más te estoy pidiendo que la sueltes Stacy.-Ella dejo de hacer presión sobre mi con sus brazos, y me soltó.-Ahora me quieren decir qué diablos está pasando?-

-A vos qué te pasa Joe!? Ahora dejas de lado a tu gente por esta!?-gritó.

-Yo no estoy dejando a nadie Stacy! No deje de lado a nadie. No sé que estás diciendo. Además yo voy a hacer lo que quiero con mi vida.-

-No puedo creer que prefieras estar con ella que conmigo, Joe.-

-Si no estoy contigo, no es por culpa de ella. No puedes aceptar que te diga que no?-

-Antes no solías decir no, Joe.-

-Bueno, pero ahora sí. No quiero estar con nadie Stacy!-

-Ya vas a volver rogándome Joe!-le gritó y se fue hecha un furia. Yo solté una risita y Joseph me miró.

-Es demasiado dramática!-dije.

-Mira quien habla.-me contestó él.-No vas a agradecerme? Acabo de salvarte de una casi muerte segura.-Sí, debía y quería agradecerle. Quería decirle cuanto me alegraba de que haya aparecido en el momento justo y agradecerle por salvarme de no tener que usar anteojos hasta que se me vaya la hinchazón en el ojo que me iba a dejar Stacy, pero en vez de todo eso, me salió otra cosa.

-Yo me podría haber defendido muy bien! Ahora ella me va a odiar aún más y no dudará en golpearme la próxima vez que me cruce en su camino.-

-Sos una desagradecida!-

-Ves! Eso es lo que se siente cuando intentas ayudar a alguien y solo te responde con gritos. Ahora yo no quiero tu ayuda!-

-No entendes nada. Nunca lo podrías entender.-

-No Joseph, vos no entendes nada. Me seguís viendo como la estúpida chica del colegio, que se cree superior a los demás y es egocéntrica  Bueno, deberías dejar de ver películas y ver la realidad, porque creo que ya te demostré que no soy así. No queres ver que en realidad el mundo no está en tu contra y que no todo es como pensabas. Te quejas de que yo tengo perjuicios, pero vos? Yo creo que sos peor que yo. Te sentías muy seguro en tu zona de “todo el mundo me odia y mi vida es más caótica que la de ellos” y no podes ver que en realidad no es así. Esto siempre fue sobre mi descubriendo tu mundo, pero vos? Vos no te permitís ver como soy realmente y preferís vivir juzgándome Joseph.-Él se quedó callado y yo simplemente me di media vuelta y me fui. No sé si estaba exagerando o tenía razón, pero sentía que debía decirle todo eso. Un día me dice que me muestre real con él, que ya sabe como soy, y al otro vuelve a juzgarme sin motivo, tratándome casi como estúpida. Estaba cansada de todo y de todos.

 Las cosas no mejoraron luego del colegio. Cuando estaba llegando a casa, a tan solo unas cuadras, divisé el auto de mi papá y decidí acercarme ya que seguramente iba a casa y pensé que podríamos ir juntos. Pero antes de llegar a su lado pude ver a mi padre besarse con una mujer, una mujer que definitivamente no era mi madre, no dude de eso ni un segundo ya que, por empezar, mi madre no era rubia. Instantáneamente sentí mis mejillas mojadas a causa de mis lágrimas que en algún momento habían comenzado a salir, y cuando por fin pude reaccionar, salí corriendo de allí antes que él pudiera verme. Corría sin dirección, hacia un destino incierto, hacia algún lugar donde no tuviera que pensar. Si algo faltaba para que mi vida este peor era esto. Él me había fallado una vez más. Ni siquiera sé como le pude creer, fui tan ingenua. Corría sin importarme nada ni nadie. No me importaba que me vean como una loca, yo solo corría, escapándome de todo. Hasta que una frenada brusca me hizo parar.

-Fíjate por donde vas idiota!-yo oí la voz y levanté la vista.-Vos?-dijo asombrado-Qué te pasa?-yo no dudé ni un segundo en correr hacia él, buscando un refugio.

-Llévame lejos Joseph, por favor.-dije en el medio de mis lágrimas. Él me miró y enseguida me hizo una seña para que subiera, a lo que yo accedí enseguida. Me aferré a él como si fuera lo único que me quedara en este mundo, aunque no sabía si eso no era, después de todo, cierto. El viento chocaba sobre mi cara, pero no secaba las lágrimas que caían de mis ojos sin cesar. Me sentía terrible y no podía dejar de llorar. De a ratos, los ojos de Joseph se cruzaban con los míos por el retrovisor de la moto y podía notar su cara de preocupado. Cómo es que la única persona que está para mi en el momento que más necesito a alguien es justamente la persona que se supone que tendría que odiar?

La moto se frenó después de un tiempo de andar a toda velocidad. Ni siquiera me interesaba donde estábamos  yo solo quería sentarme y llorar, hasta poder sentirme aliviada. Caminamos varios pasos, y la arena comenzó a filtrarse en mis zapatillas mientras que el ruido de las olas llenaba mis oídos  Joseph no decía nada, solo caminaba a mi lado. De repente, mis pies dejaron de deslizarse y caí sentada en la arena. Abracé mis piernas con mis brazos y lloré desconsoladamente. Él se sentó a mi lado y me abrazó, sin preguntar nada, sin ni siquiera hacer un sonido y eso era justamente lo que necesitaba. Simplemente sentir que alguien estaba allí para mi, pero sin hacer preguntas, sin cuestionarme nada. Yo lloré sobre su pecho, dejando mis lágrimas sobre su camiseta, hasta que me pude tranquilizar. No sé exactamente cuanto tiempo estuvimos en silencio, escuchando solo el ruido del mar, pero no era incomodo, más bien era placentero.

-Gracias.-solo pude decir con mi voz entrecortada, mientras que rodaban por mis mejillas las últimas lágrimas.

-No es necesario que lo digas-me respondió limpiando con su pulgar mis lágrimas.-No es necesario que me cuentes que te sucede si no quieres, pero creo que te haría bien.-

-Es mi padre.-

-Le pasó algo?-

-No, está mejor que nunca.-ninguno de los dos dijo nada por unos segundos. Yo suspiré y comencé a relatarle lo que moría por contar hace tiempo y no podía, eso que me estaba atormentando.-A comienzos del verano, yo volvía de la casa de mi supuesta mejor amiga y lo ví a mi padre, con otra mujer, sin pensar en mi madre o en mí. Él me vio y enseguida salió corriendo detrás de mi. Tuvimos una fuerte discusión, él me pedía que quede entre nosotros, que no le cuente a mi madre, mientras que yo lloraba y le preguntaba por qué lo había hecho. Él no me respondió y solo me rogó que no dijera nada. Yo le dije que yo no le contaría nada a mi madre, solo si él me prometía que no lo iba a volver a hacer, que no nos iba a volver a traicionar. Él aceptó y yo cumplí con mi palabra.-me tomé un respiro para luego seguir con el relato. -Mi madre nunca se enteró de lo ocurrido. Un poco lo hice por él y otro poco lo hice por mi. No quería ver a mi familia desmoronarse más de lo destrozada que ya estaba, además del hecho de que mi madre me culparía a mi por lo ocurrido por más que haya sido mi padre quien nos haya traicionado. No sé como lo hace, pero siempre encuentra alguna forma de hacerme quedar como la culpable. Probablemente diría que eso no hubiese pasado si yo no hubiera nacido, o algo así.-

-No digas eso.-

-Pero es así.-dije mirándolo -Y ahora, vuelve a pasar. Mi papá me falló, rompió su promesa. Volvía del colegio y lo vi, con la misma mujer que antes, la misma rubia con la que lo encontré durante el verano. Eso quiere decir que nunca dejó de verla, nunca dejó de estar con ella. Me mintió todo este tiempo, como lo hicieron mis supuestos amigos. Todo el mundo me traiciona. A nadie le importa lastimarme, a nadie le importa si a mi me duelen las cosas. Qué creen? Que no tengo sentimientos? A nadie le interesa como me siento yo.-

-A mi me interesa.-yo lo miré.

-Mentira, a vos tampoco te interesa, sino no vivirías insultándome.-

-Lo que hoy me dijiste en el colegio...tenías razón. No me permito ver que en realidad no todas las personas adineradas son frívolas y malas personas, no me permito ver que ellos también tienen problemas y no solo los tiene la gente como yo. Pero vos te encargas de demostrarme todo el tiempo que también tienen problemas, y si te trato mal es justamente porque no me quiero permitir que mis pensamientos cambien. Pero ahora sí quiero permitirme eso, porque veo el dolor en tus ojos y sé que no es un dolor menor al que siento yo casi a diario.-

-Igual yo también estuve mal siempre con vos. Siempre te traté mal y te juzgué sin conocerte. Por más que te hayas encargado que sea muy fácil odiarte, empezando por esa vez que me tiraste al agua, no tendría que haberte tratado así. Es decir, ni siquiera te conocía cuando todas nuestras peleas comenzaron!-

-Creo que esta es nuestra forma de pedirnos perdón, cierto?-

-Creo que sí.-Y en ese momento, algo cambió. No podría explicarlo, pero me sentía diferente, el aire se sentía diferente. Era como si ambos entendiéramos el dolor del otro sin ni siquiera tener la necesidad de decirlo. Por primera vez en un tiempo, no me sentía sola.

-Y ya que estamos con esto del perdón, te pido perdón por lo de Stacy esta mañana.-

-No es necesario, lo entiendo. Ex novia celosa, cierto?-

-No exactamente. Nunca fuimos lo que se podría llamar novios.-

-Debe ser una chica difícil-él rió y luego se puso más serio.

-Soy el primero en saber todo lo que ocurrió con tu padre?-yo bajé la vista.

-Sorprendentemente, si. Sos a la primer persona que se lo cuento, así que más vale que nadie más se entere de esto porque voy a saber que vos fuiste quien habló.-

-No te preocupes, no le voy a decir a nadie. Pero como te pudiste guardar tanto dolor todo este tiempo? Sin hablarlo con nadie, sufriendo en silencio.-

-No lo sé, pero esta es la primera vez que me siento aliviada después de todo lo ocurrido.-se produjo un silencio que luego interrumpí.-Ahora no sé qué voy a hacer. No sé que es lo que se supone que debo hacer cuando llegue a casa. Cómo voy a mirar a mis padres a la cara?-

-Pero tu papá te vio que lo viste?-

-No, esta vez corrí antes de que me vea. No sé si fingir que todo está perfecto, como hago habitualmente, o gritarle a mi padre por romper su promesa y a mi madre por no abrir los ojos o, mejor dicho, hacer como si no viera nada.-

-Para mi tendrías que hablar con tu padre y luego decirle la verdad a tu madre.-

-No es tan sencillo. Yo sé lo que va a pasar. Sé que mi madre va a reaccionar en mi contra, porque es más fácil eso antes de separarse y pensar que todo el mundo va a juzgarla y verla mal por eso.-

-Pero no tiene por qué reaccionar así. Nada de esto es tu culpa.-

-Lo sé, pero ella es así.-yo suspiré.-Cuando te propuse inscribirnos en la competencia de baile en realidad no era solo para ayudarte a vos, sino para ayudarme también a mi. Necesitaba despejarme, poner mi cabeza en otro lado, y bailando es la única forma en que puedo hacerlo. Ahora necesito eso más que nunca.-mis ojos se dirigieron hacia los suyos.-Necesito pensar en otra cosa y liberar mi mente de todo esto para después poder encontrar una solución a todo este maldito drama. Por favor, hacelo un poco por mí y otro poco por vos. Sé que no somos amigos ni nada como para que me hagas ese favor, pero sos el único que me puede ayudar. Por favor-le supliqué mirándolo fijamente. Él tiró su cabeza para atrás y suspiró. Luego me miró.

-Solo por esta vez.-yo arqueé una ceja.

-Eso es un sí? Te inscribirás conmigo en la competencia?-él asintió.

-Solo por esta vez voy a volver a bailar-yo solté un grito sonriendo y luego lo abracé con todas mis fuerzas provocando que caiga sobre la arena y yo quede encima de él.

-Gracias, gracias, gracias-le dije sonriendo.

-Estoy empezando a pensar que todo esto era simplemente una actuación para que yo acepté inscribirme, pero deberías ser muy buena actriz en ese caso.-

-Créeme que no es así. Es que enserio me pone feliz-sonreí y él también lo hizo. Ambos nos quedamos mirándonos fijamente a los ojos, mientras que en nuestros labios estaba plasmada una sonrisa. En ese momento, me olvidé de todo, y sentía que podría vivir el resto de mi vida de esta forma, sintiendo esa paz que me producía ese preciso momento. Lamentablemente, el sonido de mi celular me obligó a bajar a tierra.

-Te está sonando el teléfono.-

-Lo sé.-dije y me incorporé tomando mi celular del bolsillo de mi pantalón. Mensaje de Megan. Había olvidado la práctica de las animadoras por completo. Ni siquiera me detuve a pensar sobre eso ni un segundo. Creo que es la primera vez que faltó a una práctica desde que soy animadora y por el mensaje de Megan, creo que todas estaban muy enojadas por mi ausencia.-Problemas y más problemas.-

-Qué pasó ahora?-

-Olvidé la práctica de las animadoras.-

-Quieres que te lleve?-

-No, ya es demasiado tarde y aunque no lo fuera preferiría quedarme acá escuchando el ruido de las olas del mar en vez de la voz chillona de Megan.-Yo cerré mis ojos por un momento, respirando el aire puro que brindaba la naturaleza, tratando de encontrar tranquilidad en el.

-Sabes algo?-yo abrí mis ojos y lo miré.-Te ves más linda así, sin estar todo el tiempo en una pose, sin estar arreglándote el cabello todo el tiempo o retocando tu maquillaje. Lucís mejor así, cuando estás al natural.-Yo sonreí. Esta era mi verdadera esencia  no la chica que vive tratando de lucir perfecta y que alguien me diga eso, me hacia sentir muy bien.

-Gracias. Y vos lucís mejor así, siendo un chico tranquilo y comprensivo que el que vive creyendo que puede llevarse el mundo por delante.-

-Mira quien habla de que cree que puede llevarse el mundo por delante.-yo lo miré mal.

-No peleemos, si?-él asintió.-De todas formas, creo que deberíamos ir yendo, ya está haciendo frío.-

-Tienes frío?-comenzó a sacarse su chaqueta y yo lo miré asombrada mientras él me la ponía sobre mis hombros. Definitivamente este Joseph era mejor que el que se mostraba como un chico duro al que no se le podía ni hablar.

-No hace falta. Tendrías frío vos.-

-No, yo estoy bien.-

-Gracias, otra vez.-

-Ya me voy a cobrar todo esto.-yo lo miré asustada y él rodó sus ojos.-Es broma.-le dí un pequeño golpe en el brazo. Luego de unos minutos más allí, emprendimos camino hacia mi casa. No quería llegar ahí, pero en algún momento tendría que volver, fingir que todo estaba perfecto y mirar a mi padre sabiendo que se nos burlaba en la cara. No podía decir nada. Si yo llegaba a decir lo que sabía explotaría todo, y no estaba segura de querer eso. Cuando llegamos a mi casa, luego de un recorrido que casi no sentí por estar hundida en mis pensamientos, me bajé de la moto de Joseph.

-Gracias por todo Joseph, enserio.-

-No tienes que agradecer a cada rato.-

-Lo sé, pero quiero hacerlo. Es que nunca pensé que serias la persona que me contuviera en uno de mis peores momentos.-

-Si el destino, o lo que sea, quiso que nos cruzáramos en esa calle, en ese momento, debe haber sido por algo, cierto?-yo asentí. Era cierto, no podía ser coincidencia que de entre todas las personas, los dos nos hayamos encontrado en un momento horrible para mí.

-Bueno, debería entrar, así que...adiós.-me acerqué a él y le di un beso en la mejilla. Cuando iba a alejarme, él me sostuvo del brazo y lo miré.

-No olvides inscribirnos.-

-Claro que no, es lo que más quiero en este momento.-Él se me acercó un poco.

-Segura que es lo que más queres en este momento?-Sentí mis piernas temblar sin saber muy bien que significaba eso. Tampoco me podía explicar mi pulso acelerado. O mi respiración entre cortada. Lo único que sabía es que si no me alejaba rápido, iba a perder el control sobre algo que ni siquiera conocía.

-Debo entrar Joseph.-le dije alejándome  Tonta, podría haber sido un momento perfecto para la venganza. Aunque, cómo podría vengarme de la única persona que en realidad me ayudó? Cómo podría vengarme de la única persona que fue sincera conmigo? Esa venganza era lo más estúpido que podría haber pensado. Ahora si estaba cerca de él era nada más que por lo que sentía, no por ninguna estúpida venganza.

-Adiós.-me dijo mientras yo entraba y luego de cerrar la puerta, escuché el sonido de la moto alejarse. Inspeccioné mi casa con la vista y todo lucía demasiado tranquilo. No había nadie en casa, a excepción de Clarita supongo. Por lo menos no tendría que empezar a fingir que todo estaba perfecto desde ahora. Subí a mi habitación y cuando me encontré abrazando una chaqueta que no era mía  me di cuenta que su perfume había cubierto toda mi habitación y que yo sonreía sin ninguna explicación. O mejor dicho si había una explicación, una que me aterraba y no me atrevía a aceptar: él.