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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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"Obsesión" (Joe y tú) [Adaptación]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: "Obsesión" (Joe y tú) [Adaptación]
~
Obsesión
~
Joe se despertó la mañana siguiente con una rígida erección. Mientras se levantaba tambaleando y desnudo, deseó que una cierta mujer estuviera acostada a su lado para que pudiera hacerse cargo del asunto por él. Pero no estaba. Tal como lo había hecho la mañana que lo sedujo en el salón de clases, también desapareció después de dejarlo medio muerto en el banquete de la noche anterior.
No se quedó con una vez. Siguió y le dio otra. Seguía asombrado de que casi a los treinta y seis se podía poner tan duro tan rápido y producir tan enormes cantidades de leche por esta mujer increíblemente excitante.
Joe caminó hacia el baño, abrió la ducha y se metió debajo, lavándose rápidamente el cuerpo y el cabello. Tenía trabajo que hacer hoy en la oficina, pero Dios sabía que iba a ser difícil en el mejor de los casos, imposible en el peor, mantener su cerebro concentrado en las matemáticas.
Cerrando el agua, se secó con la toalla, con cuidado de no lastimarse al hacerlo. Su erección estaba bastante grande y dolorosamente inflamada. Colgándose la toalla en el hombro, Joe caminó hasta el dormitorio con pisadas suaves, con su cabeza hecha un caos.
Quería ir a ella, quería encontrarla. La necesitaba.
Lo que deseaba de __________ era más que sexo, más que montar su cuerpo y cabalgar su carne hasta perder la consciencia. Quería todo de ella… corazón, alma, y también cuerpo. Quería lo que compartieron en Cairn Gorm y quería que dure por siempre.
Pero, ¿la haría feliz a la larga?, se preguntó por enésima vez. ¿Podría una apasionada mujer de veintinueve años permanecer feliz viviendo su vida con un reservado profesor de matemáticas siete años mayor?
Estos pensamientos lo siguieron asediando mientras salía del departamento y se dirigía a la universidad. Había tantas preguntas, tantas malditas dudas, pero también sabía sin lugar a dudas que había una sola respuesta.
Debía tenerla, no importaba nada más. Tenía que encontrar una manera de mantenerla a su lado.
Joe sacó la llave de su oficina del bolsillo de sus pantalones, preparándose para abrir la puerta. La puerta se abrió de par en par con solo tocarla, sin embargo, por lo que entró, concluyendo que debió haberse olvidado de echarle llave antes de irse la noche anterior. La escena que lo recibió lo hizo detenerse en su camino.
–Hola.
La erección que Joe había tenido toda la mañana creció y se hizo mucho más pronunciada cuando sus ojos se deleitaron con la reclinada forma de una muy desnuda __________ Elliot Jhonson. Estaba recostada en el pequeño sofá de su oficina, el que estaba frente a su escritorio, con las piernas bien abiertas, su sexo reluciente.
Sus pechos estaban levantados como invitándolo, sus pezones ya se erguían como cuchillas sobre sus acolchadas bases rosadas. Estaba simplemente recostada allí, sin nada puesto más que una sonrisa traviesa, sus piernas sumisamente abiertas para sus embates.
– Hola.
Los ojos de Joe ardían posesivos en dirección a los de ella cuando cerró la puerta detrás de él y comenzó a desabrocharse la camisa.
–Iba a esperar hasta esta noche –admitió ella, sus ojos verde claro cubiertos de deseo– pero descubrí que no podía.
Miró expectante mientras su cuerpo musculoso emergía de la ropa.
–Me alegro que no lo hicieras –murmuró– porque necesito tomarte ahora mismo.
Y luego ella se estiró hasta alcanzarlo, tirándolo sobre ella mientras él se acomodaba entre sus muslos y la embestía con un sólo poderoso embate. No pudo ofrecerle ningún juego anticipatorio, ninguna palabra de cariño, porque su mente se había vuelto primitiva hacía ya un tiempo y su cuerpo había tomado el control ante su necesidad de aparearse con el de ella.
__________ se quedó sin aliento cuando él la penetró, agarrándose de atrás de sus hombros mientras sus piernas envolvían su cintura. Su cabeza cayó hacia atrás con un gemido, mientras el la embestía fuerte, llevándola al borde del orgasmo.
Podía oír cómo su carne hacía ruidos como si sorbiera de él, podía oírlo gemir mientras la
golpeteaba hasta la inconsciencia, sin importarle nada excepto el cuerpo que estaba reclamando. Sus
manos encontraron sus senos, levantándolos y juntándolos hacia arriba para poder chupar sus
pezones mientras la tomaba.
–Joe…
__________ se corrió, con su espalda arqueada y sus pezones proyectados hacia su cálida boca, más
duros que antes. Él gimió, chupando los picos más vigorosamente, empujando dentro de su pegajosa
carne con golpes rápidos y profundos. Sus piernas seguían colgándose de su cintura,
permitiéndole una penetración profunda que los calentaba a los dos hasta altas temperaturas.
Su boca aferrada a un pezón prominente, gimió contra su seno al acabarse. Con todo el cuerpo
convulsionándose, Joe terminó violentamente dentro de ella, largándole su leche caliente bien
adentro de su útero.
Podía sentir sus manos deslizándose por su espalda, masajeando su trasero mientras su respiración
se estabilizaba y sus párpados le pesaban. Él no soltó su pezón, no quería soltar su pezón. Su
cabeza cayó sobre su seno, aún tirando de él.
–Ay, Miley, por favor dime que es una broma.
–Me temo que no –su suspiro se pudo escuchar claramente a través de la línea telefónica–
ese bastardo despreciable me dejó.
__________ se mordía el labio inferior mientras agarraba firmemente el teléfono con su mano.
–Ay, linda, lo siento tanto. Nunca me di cuenta de que ustedes dos tuvieran problemas. Tú y
Justin parecían hechos el uno para el otro.
–Las apariencias evidentemente engañan. Mientras hablamos, mi marido se está mudando con la
modelo de la portada de su última novela.
–Ay, querida
__________ cerró los ojos por un momento, sintiendo el dolor de Miley como si fuera suyo. Las dos
habían sido íntimas amigas desde que se conocieron en una fiesta ofrecida por la editorial Ballast
Books. Ambas escribían para la editorial, pero para departamentos diferentes.
–¿Qué voy a hacer, nena? –Miley suspiró– para ser honesta, hace años que no estoy
enamorada de Justin, pero aun así es mi marido. Estoy tan deprimida que apenas puedo ver.
__________ lo analizó por un momento.
–Bueno –dijo, aclarando su garganta– ¿por qué no vienes a Escocia y te quedas conmigo la
semana que viene? –sonrió, pensando que era una idea realmente maravillosa– no sólo me
encantaría andar por ahí contigo, pero además, si tú no te hubieras preocupado tanto por lo que
ese imbécil pensaría de ti si venías de vacaciones sola a Europa en primera instancia, estarías
aquí de todas formas. De hecho, se supone que estés aquí con el resto de los escritores de
Ballast.
–Eso es cierto –aceptó Miley, sonando como si le empezara a gustar la idea.
–Podrías quedarte aquí mismo conmigo. Ballast me acomodó en una habitación muy linda.
–Olvídalo –Miley se rió por lo bajo, el primer signo de buen humor desde que llamó a la
habitación de __________ un poco más de veinte minutos atrás– no te ofendas, __________, pero
lo último que tengo ánimos para hacer es escucharte toda melosa con el sujeto que conociste.
__________ frunció el ceño.
–¿Me viste alguna vez comportarme de forma melosa? –se negó a pensar en los sentimientos
almibarados que albergaba para Joe– además, nunca jamás ha subido a mi habitación del hotel.
–A-há. ¿Entonces todavía no te has acostado con el Dr. Semental?
–Yo no dije eso –murmuró.
Miley echó su cabeza hacia atrás y rió.
–No importa, nena. Ahora realmente no quiero saber.
__________ rió por lo bajo, sacudiendo levemente la cabeza.
–Sólo di que vendrás. Trae a Erica si quieres. Sólo dime por favor que está bien que te
reserve una habitación –le pidió esperanzada.
Miley se quedó callada tanto tiempo que __________ estaba segura de que diría que no. Pero
entonces, milagrosamente, dio marcha atrás y cambió de idea.
–No puedo llevar a mi hija porque empieza pronto la escuela, pero estoy segura de que mi madre la
cuidará por mí. Son unas vacaciones de trabajo, después de todo.
–Entonces….
–Sí –Miley rió por lo bajo, sintiéndose más malvada y descarada de lo que se sintió en
años– ve y reserva esa habitación. Por una semana.
__________ sonrió, sin poder creer que se las había arreglado para convencerla.
–Excelente. Llamaré abajo ahora mismo. ¡Reserva ese vuelo apenas colguemos!.
–Lo haré, linda. Gracias por todo –su voz sonó trémula, lo que hizo saber a __________ que se
estaba emocionando con la idea– si hay un lugar en el vuelo de esta noche, estaré allí mañana
por la mañana.
–No veo la hora.
–¡Ni yo! Nos vemos.
Cuando __________ colgó el teléfono, pensó que una semana no era mucho tiempo, no era mucho en
absoluto. Y aun así ese era todo el tiempo que le quedaba con Joe. Una semana más y se estaría
volviendo a Atlanta. La idea era extremadamente deprimente.
Durante los últimos siete días, desde la noche de la reunión formal de Joe en la universidad, lo
estuvo seduciendo de formas nuevas casi todos los días. Se le aparecía y ponía a disposición en
su oficina, entraba a su departamento a hurtadillas y le hacía el amor allí, hasta lo llevó
engañado al castillo de Sterling y lo montó hasta el éxtasis en los terrenos del palacio.
Y sin embargo, después de todo su esfuerzo, Joe todavía no la había buscado.
__________ se paró con un suspiro y caminó sin apuro para admirar la vista de Edimburgo desde su
ventana. Cruzando los brazos sobre sus senos, se preguntó si todos sus planes y confabulaciones
habían sido en vano. Quizás Joe se contentaba con tener una aventura con ella mientras estaba
aquí, pero quizás él realmente no quería continuar las cosas más allá de la semana restante
que ella había planeado quedarse.
Él sabía que ella planeaba irse, sabía que tenía pasajes para Atlanta para dentro de una semana
exacta. No le había dicho nada para tratar de frustrar esos planes. Nada en absoluto.
******
__________ se desplomó en la silla más cercana y respiró hondo. Tenía la misma sensación de
nervios en el vientre que había tenido mientras esperaba que Ballast se volviera a comunicar con
ella respecto a si planeaban comprar su primer manuscrito o no. Sólo que esta vez, admitió, la
apuesta era muchísimo mas alta.
Obsesión
~
Joe se despertó la mañana siguiente con una rígida erección. Mientras se levantaba tambaleando y desnudo, deseó que una cierta mujer estuviera acostada a su lado para que pudiera hacerse cargo del asunto por él. Pero no estaba. Tal como lo había hecho la mañana que lo sedujo en el salón de clases, también desapareció después de dejarlo medio muerto en el banquete de la noche anterior.
No se quedó con una vez. Siguió y le dio otra. Seguía asombrado de que casi a los treinta y seis se podía poner tan duro tan rápido y producir tan enormes cantidades de leche por esta mujer increíblemente excitante.
Joe caminó hacia el baño, abrió la ducha y se metió debajo, lavándose rápidamente el cuerpo y el cabello. Tenía trabajo que hacer hoy en la oficina, pero Dios sabía que iba a ser difícil en el mejor de los casos, imposible en el peor, mantener su cerebro concentrado en las matemáticas.
Cerrando el agua, se secó con la toalla, con cuidado de no lastimarse al hacerlo. Su erección estaba bastante grande y dolorosamente inflamada. Colgándose la toalla en el hombro, Joe caminó hasta el dormitorio con pisadas suaves, con su cabeza hecha un caos.
Quería ir a ella, quería encontrarla. La necesitaba.
Lo que deseaba de __________ era más que sexo, más que montar su cuerpo y cabalgar su carne hasta perder la consciencia. Quería todo de ella… corazón, alma, y también cuerpo. Quería lo que compartieron en Cairn Gorm y quería que dure por siempre.
Pero, ¿la haría feliz a la larga?, se preguntó por enésima vez. ¿Podría una apasionada mujer de veintinueve años permanecer feliz viviendo su vida con un reservado profesor de matemáticas siete años mayor?
Estos pensamientos lo siguieron asediando mientras salía del departamento y se dirigía a la universidad. Había tantas preguntas, tantas malditas dudas, pero también sabía sin lugar a dudas que había una sola respuesta.
Debía tenerla, no importaba nada más. Tenía que encontrar una manera de mantenerla a su lado.
Joe sacó la llave de su oficina del bolsillo de sus pantalones, preparándose para abrir la puerta. La puerta se abrió de par en par con solo tocarla, sin embargo, por lo que entró, concluyendo que debió haberse olvidado de echarle llave antes de irse la noche anterior. La escena que lo recibió lo hizo detenerse en su camino.
–Hola.
La erección que Joe había tenido toda la mañana creció y se hizo mucho más pronunciada cuando sus ojos se deleitaron con la reclinada forma de una muy desnuda __________ Elliot Jhonson. Estaba recostada en el pequeño sofá de su oficina, el que estaba frente a su escritorio, con las piernas bien abiertas, su sexo reluciente.
Sus pechos estaban levantados como invitándolo, sus pezones ya se erguían como cuchillas sobre sus acolchadas bases rosadas. Estaba simplemente recostada allí, sin nada puesto más que una sonrisa traviesa, sus piernas sumisamente abiertas para sus embates.
– Hola.
Los ojos de Joe ardían posesivos en dirección a los de ella cuando cerró la puerta detrás de él y comenzó a desabrocharse la camisa.
–Iba a esperar hasta esta noche –admitió ella, sus ojos verde claro cubiertos de deseo– pero descubrí que no podía.
Miró expectante mientras su cuerpo musculoso emergía de la ropa.
–Me alegro que no lo hicieras –murmuró– porque necesito tomarte ahora mismo.
Y luego ella se estiró hasta alcanzarlo, tirándolo sobre ella mientras él se acomodaba entre sus muslos y la embestía con un sólo poderoso embate. No pudo ofrecerle ningún juego anticipatorio, ninguna palabra de cariño, porque su mente se había vuelto primitiva hacía ya un tiempo y su cuerpo había tomado el control ante su necesidad de aparearse con el de ella.
__________ se quedó sin aliento cuando él la penetró, agarrándose de atrás de sus hombros mientras sus piernas envolvían su cintura. Su cabeza cayó hacia atrás con un gemido, mientras el la embestía fuerte, llevándola al borde del orgasmo.
Podía oír cómo su carne hacía ruidos como si sorbiera de él, podía oírlo gemir mientras la
golpeteaba hasta la inconsciencia, sin importarle nada excepto el cuerpo que estaba reclamando. Sus
manos encontraron sus senos, levantándolos y juntándolos hacia arriba para poder chupar sus
pezones mientras la tomaba.
–Joe…
__________ se corrió, con su espalda arqueada y sus pezones proyectados hacia su cálida boca, más
duros que antes. Él gimió, chupando los picos más vigorosamente, empujando dentro de su pegajosa
carne con golpes rápidos y profundos. Sus piernas seguían colgándose de su cintura,
permitiéndole una penetración profunda que los calentaba a los dos hasta altas temperaturas.
Su boca aferrada a un pezón prominente, gimió contra su seno al acabarse. Con todo el cuerpo
convulsionándose, Joe terminó violentamente dentro de ella, largándole su leche caliente bien
adentro de su útero.
Podía sentir sus manos deslizándose por su espalda, masajeando su trasero mientras su respiración
se estabilizaba y sus párpados le pesaban. Él no soltó su pezón, no quería soltar su pezón. Su
cabeza cayó sobre su seno, aún tirando de él.
–Ay, Miley, por favor dime que es una broma.
–Me temo que no –su suspiro se pudo escuchar claramente a través de la línea telefónica–
ese bastardo despreciable me dejó.
__________ se mordía el labio inferior mientras agarraba firmemente el teléfono con su mano.
–Ay, linda, lo siento tanto. Nunca me di cuenta de que ustedes dos tuvieran problemas. Tú y
Justin parecían hechos el uno para el otro.
–Las apariencias evidentemente engañan. Mientras hablamos, mi marido se está mudando con la
modelo de la portada de su última novela.
–Ay, querida
__________ cerró los ojos por un momento, sintiendo el dolor de Miley como si fuera suyo. Las dos
habían sido íntimas amigas desde que se conocieron en una fiesta ofrecida por la editorial Ballast
Books. Ambas escribían para la editorial, pero para departamentos diferentes.
–¿Qué voy a hacer, nena? –Miley suspiró– para ser honesta, hace años que no estoy
enamorada de Justin, pero aun así es mi marido. Estoy tan deprimida que apenas puedo ver.
__________ lo analizó por un momento.
–Bueno –dijo, aclarando su garganta– ¿por qué no vienes a Escocia y te quedas conmigo la
semana que viene? –sonrió, pensando que era una idea realmente maravillosa– no sólo me
encantaría andar por ahí contigo, pero además, si tú no te hubieras preocupado tanto por lo que
ese imbécil pensaría de ti si venías de vacaciones sola a Europa en primera instancia, estarías
aquí de todas formas. De hecho, se supone que estés aquí con el resto de los escritores de
Ballast.
–Eso es cierto –aceptó Miley, sonando como si le empezara a gustar la idea.
–Podrías quedarte aquí mismo conmigo. Ballast me acomodó en una habitación muy linda.
–Olvídalo –Miley se rió por lo bajo, el primer signo de buen humor desde que llamó a la
habitación de __________ un poco más de veinte minutos atrás– no te ofendas, __________, pero
lo último que tengo ánimos para hacer es escucharte toda melosa con el sujeto que conociste.
__________ frunció el ceño.
–¿Me viste alguna vez comportarme de forma melosa? –se negó a pensar en los sentimientos
almibarados que albergaba para Joe– además, nunca jamás ha subido a mi habitación del hotel.
–A-há. ¿Entonces todavía no te has acostado con el Dr. Semental?
–Yo no dije eso –murmuró.
Miley echó su cabeza hacia atrás y rió.
–No importa, nena. Ahora realmente no quiero saber.
__________ rió por lo bajo, sacudiendo levemente la cabeza.
–Sólo di que vendrás. Trae a Erica si quieres. Sólo dime por favor que está bien que te
reserve una habitación –le pidió esperanzada.
Miley se quedó callada tanto tiempo que __________ estaba segura de que diría que no. Pero
entonces, milagrosamente, dio marcha atrás y cambió de idea.
–No puedo llevar a mi hija porque empieza pronto la escuela, pero estoy segura de que mi madre la
cuidará por mí. Son unas vacaciones de trabajo, después de todo.
–Entonces….
–Sí –Miley rió por lo bajo, sintiéndose más malvada y descarada de lo que se sintió en
años– ve y reserva esa habitación. Por una semana.
__________ sonrió, sin poder creer que se las había arreglado para convencerla.
–Excelente. Llamaré abajo ahora mismo. ¡Reserva ese vuelo apenas colguemos!.
–Lo haré, linda. Gracias por todo –su voz sonó trémula, lo que hizo saber a __________ que se
estaba emocionando con la idea– si hay un lugar en el vuelo de esta noche, estaré allí mañana
por la mañana.
–No veo la hora.
–¡Ni yo! Nos vemos.
Cuando __________ colgó el teléfono, pensó que una semana no era mucho tiempo, no era mucho en
absoluto. Y aun así ese era todo el tiempo que le quedaba con Joe. Una semana más y se estaría
volviendo a Atlanta. La idea era extremadamente deprimente.
Durante los últimos siete días, desde la noche de la reunión formal de Joe en la universidad, lo
estuvo seduciendo de formas nuevas casi todos los días. Se le aparecía y ponía a disposición en
su oficina, entraba a su departamento a hurtadillas y le hacía el amor allí, hasta lo llevó
engañado al castillo de Sterling y lo montó hasta el éxtasis en los terrenos del palacio.
Y sin embargo, después de todo su esfuerzo, Joe todavía no la había buscado.
__________ se paró con un suspiro y caminó sin apuro para admirar la vista de Edimburgo desde su
ventana. Cruzando los brazos sobre sus senos, se preguntó si todos sus planes y confabulaciones
habían sido en vano. Quizás Joe se contentaba con tener una aventura con ella mientras estaba
aquí, pero quizás él realmente no quería continuar las cosas más allá de la semana restante
que ella había planeado quedarse.
Él sabía que ella planeaba irse, sabía que tenía pasajes para Atlanta para dentro de una semana
exacta. No le había dicho nada para tratar de frustrar esos planes. Nada en absoluto.
******
__________ se desplomó en la silla más cercana y respiró hondo. Tenía la misma sensación de
nervios en el vientre que había tenido mientras esperaba que Ballast se volviera a comunicar con
ella respecto a si planeaban comprar su primer manuscrito o no. Sólo que esta vez, admitió, la
apuesta era muchísimo mas alta.
Harriet
Re: "Obsesión" (Joe y tú) [Adaptación]
nueva lectora!!!
me encanta esta nove!!!
por favor siguela!!!
me encanta esta nove!!!
por favor siguela!!!
maca$
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Miér 20 Nov 2024, 12:51 am por SweetLove22
» My dearest
Lun 11 Nov 2024, 7:37 pm por lovesick
» Sayonara, friday night
Lun 11 Nov 2024, 12:38 am por lovesick
» in the heart of the circle
Dom 10 Nov 2024, 7:56 pm por hange.
» air nation
Miér 06 Nov 2024, 10:08 am por hange.
» life is a box of chocolates
Mar 05 Nov 2024, 2:54 pm por 14th moon
» —Hot clown shit
Lun 04 Nov 2024, 9:10 pm por Jigsaw
» outoflove.
Lun 04 Nov 2024, 11:42 am por indigo.
» witches of own
Dom 03 Nov 2024, 9:16 pm por hange.