Marry Me {Larry Stylinson}

La noche caía en la ciudad, oscureciendo las calles y llenándolas de silencio al mismo tiempo. La luna y las estrellas aparecieron con su brillo único en el mismo lugar de siempre, mientras que dos pares de ojos observaban la hermosa escena que pintaba la noche en el cielo.

-Me encanta… -Susurro Louis sin despegar la vista del cielo.

-¿El qué? –Pregunto el chico junto a él.

-Todo esto. Tú. Yo. Aquí… juntos –Suspiró antes de continuar.- Me encanta

Harry sonrió ante las palabras de su novio, volteo para encontrarse con el rostro lleno de felicidad del chico; él sabía a lo que se refería el mayor pues en ese momento se sentía de la misma forma, maravillado de la vida porque la compartía con Louis, su alma gemela, el amor de su vida. Y eso era lo que más le importaba.

-¿Cuáles son tus deseos más grandes Lou? –Pregunto Harry con curiosidad.

-Hmmm… ¡Vivir la vida al máximo! ¡A todo lo que da!

El ojiverde miro curioso a Louis, e intento descifrar el significado de las palabras del chico, se cuestionó a que se refería exactamente. Harry conocía muy bien a Louis, sabía que era un chico extrovertido mientras que él era introvertido y demasiado tímido, el mayor era sociable, todo lo contrario a él. De hecho eran muy distintos, uno de ojos azules y el otro de ojos esmeralda; uno alto y otro bajo; uno de cabello rizado y el otro de cabello liso. Más sin en cambio, los dos sabían que encajaban a la perfección porque se complementaban.

En ocasiones, Harry no llegaba a entender todo el significado de las palabras de Louis porque iba más allá de lo que superficialmente significaban. Como en ese momento, vivir al máximo significaba aún más que eso.

Estaban cómodamente sentados en el jardín de la casa de Harry disfrutando de su compañía mutua. Louis abrazo con más fuerza el torso de Harry, escondiendo su rostro en el pecho del mismo mientras que el otro depositaba un suave beso en la coronilla de su novio.

-Quiero vivir. Disfrutar hasta el último segundo de esta vida junto a ti… porque eres lo más importante en mi vida Hazz –Continuo Louis perdido en la mirada esmeralda de su novio.- Solo junto a ti…

Una sonrisa, más grande que la anterior, apareció en el rostro del menor y un suave sonrojo coloreo sus mejillas.

-Yo igual, todo lo que deseo… es a ti a mi lado –Hablo Harry con suavidad.

Louis se separó de Harry, dejando una distancia considerable entre ellos; sus miradas se cruzaron, entonces lo supo, sabía que debía hacerlo en ese momento.

-Y-yo… Harry… quiero… yo quiero… ¡quiero casarme contigo, Hazz! –Soltó Louis rápidamente, con las mejillas rojas y con los nervios de punta ante su propuesta.

Harry miro sorprendido a su novio, no porque dudara de lo que sentía y de la respuesta –que bien sabía que era: ¡sí!– que le daría, tan solo le tomó por sorpresa la propuesta porque aún no la esperaba. Se preguntó si Louis estaría bromeando pero el rostro de este indicaba que hablaba con seriedad.

Más sin en cambio, seguían siendo jóvenes y podían esperar para eso. Harry apenas tenía diecisiete años y Louis veinte; de hecho Harry aún era menor de edad para casarse legalmente, por lo que la propuesta era muy pronta para él. Podrían esperar dos o tres años más pero Harry veía la necesidad en la mirada de Louis, sus ojos habían pasado a estar ligeramente vacíos y suplicantes.

No podía negárselo.

-¿Por qué tan pronto Lou? –Cuestiono Harry.

-Y-yo… quiero, realmente quiero hacerlo –Admitió apenado.- pero si quieres… no…

-¡No! Si, si quiero. ¡Obviamente sí! Solo que lo veo muy pronto… pero si Lou ¡acepto casarme contigo!

Louis sonrió como nunca, sus ojos comenzaron a brillar y en ese momento todo desapareció, solo estaban ellos dos y nadie ni nada más. Absolutamente todo se volvió menos importante… todo.

-Te amo –Anuncio Louis antes de besar los labios que tanta obsesión le traían.
El beso comenzó dulce y suave,

Al día siguiente Louis apareció en la tarde en la casa de su amado con unos papeles en mano. Vestía un smoking para la ocasión, pantalón negro, camisa blanca, blazer negro y una corbata roja. Harry vestía de la misma manera, a excepción de la corbata, en su lugar un moño –igual rojo– adornaba su cuello.

-Me encanta como te ves –Dijo Louis acercándose al oído de Harry.

Un choque eléctrico recorrió todo el cuerpo del menor.

-Y a mí me encantas tú –Admitió Harry.- Entonces prometido mío… ¿quién tendrá el honor de casarnos?

-¡Yo mismo! Cuando usted esté listo podemos comenzar

Harry comenzó a reír, llenando la habitación de su sonora risa. Louis camino hasta la mesa de la sala y colocó los papeles sobre la misma, acomodo todo lo necesario mientras la mirada de su prometido le seguía con cada movimiento.

-Bien, todo listo –Interrumpió los pensamientos de Harry. Estiro su mano para coger la de su compañero.- Vamos amor…

Louis guio a su novio hasta la mesa, fijo su mirada azul en el rostro curioso del ojiverde, quien seguramente se cuestionaba como se casarían estando únicamente ellos dos. Los labios de Louis depositaron un dulce beso en la mejilla sonrojada de Harry.

-Y bien… ¿Cómo nos casaremos? –Pregunto Harry alzando una ceja.

-Joven Harold Edward Styles –Comenzó a hablar con voz seria y graciosa.- ¿Acepta como esposo al apuesto, grandioso y único Louis William Tomlinson?

-Acepto Lou… para estar junto a ti en la salud y la enfermedad…

-En las buenas y… en las malas

-Prometo amarte cada día de mi vida…

-Amarte hasta el último segundo de mi respiración. Juntos para toda una eternidad

Louis esbozo una sonrisa y dentro de su blazer saco una cajita, la abre frente a Harry, mostrándole un par de anillos plateados, un poco delgados y con una frase grabada en el interior de los mismos. Lentamente, Louis saca un anillo y toma con delicadeza la mano izquierda de Harry.

-Te amo más que nadie en este mundo Hazz –Dijo Louis colocando el anillo en el dedo de su, ahora ya, esposo.

-Hasta que la muerte nos… -Susurró Harry repitiendo la acción con el otro anillo plateado.- separe…

-No –Interrumpió Louis.- La muerte ni nada nos separará nunca, juntos para toda una eternidad mi amor

Y sin más juntaron sus labios en un beso lento, suave y a su vez pasional, como si se tratase del último. Louis atrajo el cuerpo de Harry hacia el suyo, pasando sus brazos por el cuello del menor mientras sus manos acariciaban con suavidad los rizos que poseía el mismo.

No se separaron después de varios minutos, la respiración de Louis era rápida al igual que los latidos de su corazón. Sus orbes azules se oscurecieron ligeramente, dejándole ver a Harry la lujuria que embargaba en ese momento. Su distancia era demasiado corta y antes de que pasara más tiempo, Louis la acorto volviendo a unir sus labios con los de su esposo.

«Esposo». Que bien sonaba.

Las manos de Harry comenzaron a hacer un recorrido por el torso de su esposo, quitándole con desesperación el blazer y desacomodándole la camisa, al igual que la corbata. Los dos se sentían de la misma forma, necesitados del otro.

Los besos de Louis descendieron por el cuello de Harry mientras sus manos comenzaron a desvestirlo, primero el blazer, luego el moño. Con un poco de nerviosismo, sus dedos desabrocharon la camisa de Harry, dejando ver poco a poco el pecho del mismo.

-LouLou… -Dijo con voz entrecortada.- En… en la sala… no

No necesito más, Louis abrazo el cuerpo de Harry, alzándolo del piso, –y a pesar de que este fuera más alto– logro cargarlo llevándolo hasta la recámara del menor. Lo recostó con suavidad en la cama. Volvió a juntar sus labios, saboreando la piel que poseían los labios del otro.

Entre más besos y caricias se entregaron a la noche. El amor llenaba la habitación y sus cuerpos mismos; no necesitaban de muchas palabras para demostrarse cuanto se amaban, tan solo de miradas, un par de caricias y millones de besos eran necesarios.

Se amaban y no había duda de eso. La noche había sido testigo del gran amor que se tenían.

-Gracias –Susurró Louis un poco adormilado.

El mayor se encontraba desnudo –al igual que su esposo– y acurrucado entre los brazos de Harry, su nariz rosaba la piel desnuda del otro, aspirando el suave aroma a Harry combinando con sexo lleno de amor.

-Gracias por todo –Continuo con voz áspera. Cerró los ojos con fuerza esperando que las lágrimas no se hicieran presentes.

-Shht –Silenció Harry mientras sus brazos abrazaban a Louis como si se tratase del ser más frágil de todo el planeta.

Poco a poco el llanto de Louis se fue acentuando, llegando hasta los oídos del menor, quien lo abrazo aún más fuerte. Harry podía sentir el miedo de Louis pero no dijo nada, no quería cuestionarle en ese momento; pero Louis no podía evitar sentirse así, como tampoco podía evitar lo que el destino le deparaba.

Louis amaba a Harry, lo amaba demasiado que nunca se imaginó una vida sin él; era su todo. Pero debía acostumbrarse, los dos debían de hacerlo. A veces, las almas gemelas no nacen para estar juntas, sino que mueren para vivir juntas en la eternidad.

-Cause nothing can ever, ever replace you –Comenzó a cantar el menor en el oído de su esposo.- Nothing can make me feel like you do.
”Yeah, you know there’s no one, I can relate to. I know we won’t find a love that’s so true. There’s nothing like us. There’s nothing like you and me, together through the storm.

Harry miro con ternura a Louis, sus manos acariciaron con mimo la piel del rostro del mismo mientras su voz seguía canturreando la suave canción. Harry no se imaginaba su vida sin Louis a su lado, porque en esos momentos lo tenía junto a él, en sus brazos.

There’s nothing like us. There’s nothing like you and me together.




I’m lonely here at night, I’m lost here in the moment and time keeps slipping by. And if I could have just one wish I’d have you by my side. I miss you. I need you.

¿A dónde se había ido Louis? ¿Por qué lo había dejado de esa manera?

Por qué… cuando había prometido estar junto a él por toda una eternidad. No, Harry simplemente no comprendía los actos de Louis y tampoco quería comprender; porque sabía que la verdad le iba a doler. Así era siempre, las verdades terminan lastimando. Pero de que se trataba la verdad de Louis, ¿acaso ya no le amaba? ¡No! Acababan de casarse tan solo unos días atrás pero ahí estaba Harry solo, sin él a su lado. Lo había dejado.

“¿¡Pero por qué mierda, por qué!?” Se preguntaba una y otra vez lo mismo.

No existía una razón lógica para eso.

Harry miro su mano izquierda, observo el anillo plateado en su dedo anular; en realidad no se atrevía a quitárselo porque lo amaba, porque lo que él dijo era verdad, además de que significaba alejarse de Louis si se lo quitaba. Y definitivamente eso no haría.

La duda embargo todo su ser, preguntándose por milésima vez que pasaría con Louis. Él no sería capaz de dejarlo, no así sin explicación alguna.

Se levantó del sofá, tomo su chaqueta, dispuesto a ir a enfrentarlo. Encendió su auto cuando estuvo arriba, y fue rumbo hacia la casa del ojiazul. Cuando llego, la miro durante unos minutos antes de ir a tocar.

Nada…

Intento de nuevo pero nadie le respondía. Su corazón comenzó a acelerarse, nada iba bien. Lo presentía y entonces el miedo embargo su cuerpo, las lágrimas luchaban por salir pero él no quería llorar.

Una voz lo saco de sus pensamientos, haciéndole girar encontrándose con una mujer de mayor edad.

-Harry cariño –Habla la mujer, vecina de Louis, con voz dulce.- ¿Qué te trae por aquí?

¿No era obvio? Estaba frente a la casa de Louis, donde vivía Louis, su novio –ahora, esposo–. Suspiró haciendo notoria su frustración.

-Busco a Louis –Dijo obviando el hecho.

-¿A Louis? ¡Pero cariño la familia Tomlinson se mudó hace cinco días!

Cinco días. El número de días que habían pasado desde la última vez que se vieron y que no sabía nada de él.
¿Por qué no le dijo? ¿Qué sucedía con Louis? Harry agradecía con voz baja y quebrada, yéndose al instante de ahí. La frustración, el temor, el enojo y la tristeza invadieron su cuerpo, golpeo el volante del auto y enseguida las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos.

Como pudo manejo de regreso a su casa, se dejó caer enseguida sobre el sofá llorando como nunca lo había hecho. En ese momento las cosas no tenían sentido, juraba que no había nada de malo en su relación… –¡hasta se habían casado!–. Tomo su celular y sin pensarlo marco el número de Louis pero como lo esperaba, este no contesto.

Un día estaba junto a él, casándose y haciendo el amor… y al otro simplemente se había ido.

El timbre lo saco de sus pensamientos, se levantó del sofá, paso sus manos por sus ojos, con el intento de borrar cualquier evidencia de que había llorado, y así, con pasos rápidoz pero pesados, fue hacia la puerta. En el fondo deseaba que la persona del otro lado fuera Louis por lo que se apresuró a abrir.

El alma se le cayó en pedazos al ver que no era Louis, sino un joven un poco más bajo que él con una playera polo roja y una gorra del mismo color.

-¿El joven Styles? –Pregunto el joven.

-Hmm… sí, soy yo.

-Tengo un paquete para usted

Hasta ese momento Harry se percató de la caja pequeña que llevaba el joven sobre sus manos, esta estaba completamente cerrada y una pequeña etiqueta adornaba la parte de arriba.

“Para Harry, mis mejores deseos para mi esposo”

«Mi esposo» El corazón de Harry se volcó dentro de él, millones de sensaciones llegaron hasta su ser y de repente, sintió que la respiración le fallaba, en su mente las palabras se repetían como millones de imágenes. Bien, ahora si nada tenía sentido.

-Necesito su firma aquí –Señalo el joven en un papel.

Harry firmo, el joven agradeció y se retiró. El ojiverde suspiro con pesadez, observo la caja durante unos minutos dudando si abrirla o no, sabía que aquel paquete lo había enviado Louis, que no se trataba de una broma porque nadie sabía que se casaron, solo ellos dos lo sabían.

Comenzó a abrirlo encontrándose con un cd y un sobre, el cual por encima tenía “Para Hazza”; no tenía remitente pero era obvio que era de Louis. Cogió la carta, dejando la caja a un lado, sus manos temblaban pero aun así la abrió.

Era una carta.

Uhmm… ¿Hola? No, no es una buena forma de comenzar… pero creo que lo hice… ¿Cómo empiezo con esto? ¿Con un gracias o un perdón? La verdad no sé cómo pero lo haré, bueno mi mejor intento…
Eh… Harry te amo.
Bien, me vi en la necesidad de que lo supieras, quiero que lo tengas bien presente, que nunca lo olvides por favor. Soy capaz de llenar la hoja de puros te amo’s tan solo para que lo recuerdes, pero no es el punto.
Harry… por favor, por favor entiéndeme. Sé que lo harás, no ahora pero después, cuando todo esto se aclare. Lo sé me fui, pero lo hice porque necesitaba… no, no, no, debía irme, ya sé fui un cobarde por no decírtelo pero sé que fue lo mejor. Las despedidas no me gustan.
Ahora mismo estoy… no, no importa, ya no. Cariño, gracias.
Gracias por todos los momentos que pasamos juntos, por la alegría con la que me has llenado. Simplemente gracias por ser mi todo, por amarme como yo lo hago. Los días, las horas, los minutos se convirtieron en segundos tan solo por estar a tu lado; recordaré cada momento que vivimos juntos, cada sonrisa y cada lágrima, cada beso y cada caricia; me será imposible olvidar lo que un día tu y yo vivimos. Y espero que tú jamás lo olvides.
Contigo aprendí a amar. A necesitar de alguien y ser necesitado, a proteger y ser protegido. Junto a ti mi vida se hizo más fácil, me enseñaste tanto. Los dos aprendimos del otro pero hubo una cosa que nos faltó aprender, porque nos acostumbramos a estar juntos pero nunca a estar lejos; todo esto duele, la verdad no sé cómo le haré para estar sin ti.
Por favor, no llores, no te derrumbes, no por mí. Porque si lo haces sé que yo seré el culpable y me dolerá no estar junto a ti, para abrazarte y calmar la tormenta.
Pero no puedo. Lo siento…
Es necesario que aprendas que yo… yo no estoy más. Qué no volveré, quiero que sonrías (esas sonrisa que tanto amo, con tu par de adorables hoyuelos), que sigas adelante y que recuerdes lo nuestro como algo significativo, algo bueno… para mí ha sido lo mejor que me ha pasado en toda mi vida.
Te ayudaré… de algún modo lo haré… te ayudaré a que yo sea tan un recuerdo, uno que no duela.
No lo dudes, te amo.
Juntos para toda una eternidad. Tal vez, nuestro destino sea otro; no aquí. Te esperaré cariño mío.

Harry terminó de leer la carta, sus ojos estaban hinchados, rojos y con lágrimas brotando sin parar. No comprendía lo que quería Louis, quería que le olvidará a él pero reteniéndolo en sus recuerdos más profundos; Harry comenzó a reír, era una risa vacía y burlona. Él no olvidaría.

Dejo la carta a su costado, acerco la caja para sacar el disco y cuando lo tuvo en sus manos, se dio cuenta que debajo había un papel que decía “Recoger Miércoles 9”

Era una nota de la compra de algo pero no decía de qué. Para miércoles 9 falta aún una semana, seis días de hecho, aunque no quiso cuestionarse mucho por lo que se dirigió a su notebook, inserto el disco y enseguida un video comenzó a reproducirse.

Fotos de Louis y él aparecían en la pantalla, extractos de videos caseros de ellos; los segundos corrían y las imágenes no dejaban de aparecer; con una canción de fondo, la misma que le Harry le canto por última vez. Harry paro el video, dejando una imagen congelada de Louis sonriendo. ¿Por qué le hacía esto?, sus dedos acariciaron la pantalla como si se tratase de su Louis. Pero no lo era.

You know I’m used to making your day. But that is the past now, we didn’t last now. I guess that this is meant to be yeah… Tell me, was it worth it? We were so perfect but baby I just want you to see… There’s nothing like us.

Los días corrieron con rapidez, Harry no hizo mucho en realidad más que ir al colegio –sin ganas de hacerlo– y dormir lo más que podía. Su madre estaba preocupada pero su hijo no quería adaptarse a una vida sin Louis. Entonces llego miércoles 9. El día tan esperado por Harry, tal vez volvería a verlo… tal vez no.

Se dirigió a la dirección que tenía la nota. Cuando llego se encontró con un estudio de fotos –¡Lo recordaba…!–. Ahí habían ido a sacarse unas fotos tres días antes de su casamiento, solo porque Louis había insistido un par de fotos más en su colección de “Harry y Louis por siempre”.

Entro y un señor detrás del mostrador le miro curioso. Harry se acercó, saco la nota de su bolsillo y la mostro.

-Yo… vengo a recoger esto –Dijo sin saber a qué se refería exactamente con “esto”.

El señor asintió, tomo la note y se dirigió a otro cuarto; al volver, en sus manos traía un algo/paquete, grande de tamaño, delgado de grosor y plano, envuelto en papel. Además de una caja pequeña con un sobre.

-Aquí está su encargo joven –Dijo el señor entregando lo que sea que fuera aquello.- ¿Desea checarlo aquí?

-Eh… sí –Contesto con un poco de duda.

El señor volvió a asentir antes de volver su atención al paquete, lo abrió en cuestión de segundos dejándole ver a Harry de lo que se trataba: una foto enmarcada. No, eran varias fotos pequeñas alrededor de una más grande en el medio. En todas aparecía Louis junto a él, desde su primera foto hasta la última. La foto grande era la que se habían sacado en el estudio mismo.

El corazón de Harry comenzó a latir con rapidez, una sensación repentina de llorar le invadió, las imágenes comenzaron a reproducirse en su mente, las sonrisas de Louis…

¡Cuánto le extrañaba!

-Y el joven Tomlinson me pido que le entregara esto –Dijo señalando la caja pequeña y el sobre.

-Gra-gracias

Y sin más se fue de ahí.

Al llegar a su casa, se sentó en el sofá con la caja y el sobre en sus manos como la última vez. Primero decidió abrir la caja: era el anillo que pertenecía a Louis.

Un gemido salió de sus labios, las lágrimas llenaron su rostro y las ganas de gritar le invadieron. ¿Qué significaba todo eso?

Tomo el sobre en sus manos, lo abrió sin más, encontrándose nuevamente con una carta.

Cariño he estado pensando en lo que tuvimos y me di cuenta que nadie podría reemplazarte pero no es como si algún día fuera a suceder. De hecho creo que ya nada de lo que planeaba y lo que no va a suceder, ya no.
Seguro quieres explicaciones y te las daré, eso tenlo por seguro.
Lo primero que tengo que decir, que pedirte, es una disculpa, por como actué; ahora estando aquí… me arrepiento de no haberte dicho, de no compartir mi dolor contigo pero de eso se trataba. Nunca quise verte sufrir y menos si era por mí. Aunque creo que no lo logre del todo porque nuestra separación dolió mucho ¿verdad?
Harry… ¿Has pensado en la muerte? Yo sí, últimamente ha ocurrido y no pienses que yo quería pensar en eso, ¡no claro que no!, tan solo la idea llegaba a mi mente por una razón que nunca pude ignorar.
Hazz… yo tenía leucemia.
Perdón si nunca te lo dije, no era algo que quisiese que supieras. Fui diagnosticado hace un año y medio, intente seguir con mi vida, me plantee desde el principio que era eso lo que quería, disfrutar de lo que los días me daban y desde antes lo único que en mi vida era importante, eras tú.
Nunca quise tomar algún tratamiento porque significa sufrir aún más de lo que se espera; así que inmediatamente decidí rechazar cualquier tipo de tratamiento. Lo único que tomaba eran medicamentos pero no fue suficiente.
Puede que haya sido un completo idiota por mi decisión, pero eso no era lo que quería. Lo único que deseaba era estar junto a ti, vivir todo lo que me fuera posible pero siempre a tu lado.
Cariño… tenias 14 años cuando te conocí, te veías tan adorable que aún no me creo que tú y yo hayamos conseguido tener una relación conmigo, más sin en cambio me correspondiste. Tú de 15 y yo apunto de mis 18, así comenzamos con nuestra relación. Fui feliz no lo dudes, todo lo que viví a tu lado fue lo mejor que me ha pasado en mi vida.
Si me arrepiento de esto pero hacerte pasar por todo lo que yo sentí, no eso no lo permitiría a mí mismo. Sería muy cruel de mi parte aunque se vea como un acto cobarde –que aunque actué así, fue por tu bien–.
Perdóname.
Fue hace dos meses que recibí la noticia, una enfermera me miro con compasión y dijo “Louis, tu cuerpo ya no responde a los medicamentos. Ya no son suficientes. Sin tratamiento las esperanzas de vida se redujeron ¿Entiendes lo que digo?” Claro que lo sabía, siempre lo supe. Respondí “¿Cuánto tiempo me queda?”. Nunca hubo una fecha exacta pero me comencé a debilitar… la muerte… la veía venir. Entonces lo supe… no habría más días junto a ti, debía hacer algo. Y es así como llegue a esto. Si te soy sincero quería hacer algo para ayudarte, como Gerry ayuda a Holly en Pd. Te amo, pero no tenía mucho tiempo así que esto surgió.
Quiero que me olvides… bueno no. No lo hagas. Más bien que todo esto no te afecte demasiado, prometo no olvidarte y esperar para vivir nuestra eternidad. Por favor no dejes que mi recuerdo te destroce, hazlo por ti, por mí. Eres joven, puedes superar esto. Yo lo sé… siempre estaré contigo cuando todo se vuelva difícil. No te preocupes, alguien te cuidará desde allá y ese alguien soy yo.
Por cierto, el anillo quiero que lo guardes tú como un recuerdo más de nosotros más. Como lo es la foto, el video y las cartas. Estos serán mis últimos regalos que recibirás, ojalá y los disfrutes –a excepción de las cartas–. Y por último, gracias por cumplir mi último deseo.

Un llanto era lo único que podía oírse en aquel momento, Harry comenzó a gritar, exigiendo a la nada que Louis volviese a su lado. Quería abrazarlo, besarlo, decirle que todo iría bien, que juntos afrontarían todo mal. Pero en el fondo sabía que era demasiado tarde, que nada haría que el tiempo corriese en reversa y todo volviera a ser como antes.

Harry volvió a fijar su mirada en la carta, la cual se encontraba un poco húmeda por las lágrimas que cayeron en ella, y hasta ese momento se dio cuenta que en la parte inferior estaba escrita una dirección.


Doncaster. El condado en el que Louis se había criado de niño.

Miro el reloj pegado en una de las paredes de la sala, el cual daba cuarto para la una de la tarde. No lo pensó siquiera, ya que no tenía muchas opciones. Se levantó, tomo una chamarra, las llaves de su auto y la carta junto con el anillo, guardando este en un bolsillo de su pantalón. Manejaría hasta Doncaster, tardaría un par de horas en llegar pero el tiempo no le importaba; luego daría explicaciones a su madre por su decisión tan inmediata.
Tenía la esperanza de volver a verlo, aunque sea por última vez.

Después de casi tres horas llego hasta Doncaster, busco la dirección y cuando dio a ella, se encontraba frente a un camposanto. Toda esperanza se desvaneció cuando comprendió que la posibilidad de ver a Louis era totalmente nula, las lágrimas que tanto había reprimido comenzaron a brotar sin parar.

Bajo del auto dispuesto a entrar, cuando apenas dio un paso una voz interrumpió sus pensamientos.

-¡Harry! –Una voz femenina se escuchó detrás de él.

Giro sobre sí mismo encontrándose un par de adultos mirándolo con melancolía, la señora y el señor Tomlinson le sonrieron suavemente, seguramente reprimiendo el llanto. Tanto como Harry, ellos habían perdido a su hijo único.

-Louis nos dijo que te recibiéramos… -Comenzó a hablar la mujer casi en un susurro.- Dijo que eres muy compulsivo, que vendrías enseguida… -Esbozo una pequeña sonrisa mientras lágrimas recorrían su rostro.- No le creímos pero… aquí estás. ¡Oh Harry! Nuestro Louis…

-¿El ya…? –Pregunto Harry sin terminar de hablar.

-S-si… -Dijo el señor intentando no llorar, como ya lo hacía su esposa.

-¿Puedo… puedo verlo? –Volvió a preguntar.

-Claro que sí…

No dijeron más. Harry siguió a los padres de Louis, hasta parar frente a una lápida, no fue necesario que le dijeran que ahí estaba porque él ya sabía que su Louis ahora estaba ahí. Su Louis, su novio, su prometido, su amante, su esposo.

Nuevamente comenzó a llorar, se arrodillo frente a la lápida dejando caer su cabeza entre sus rodillas. Todo lo vivido junto a Louis se reprodujo en su mente hasta dejar una sola imagen, la lápida. Alzó el rostro, encontrándose con lo que tenía escrito la misma.


Todo el interior de Harry comenzó a contraerse, provocando un llanto más fuerte y maldiciendo todo lo que se le ocurría. Louis ya no estaba pero Harry sabía que cumpliría con su promesa de estar juntos para toda una eternidad. Un suave viento llego a él haciendo que su llanto disminuyera y una sonrisa apareciera en sus labios.

Todo iría bien porque Louis estaría a su lado.

«Thanks for marry me» Susurró Louis por última vez.