Aprendiendo a decir adiós (Nick y tú/Segunda Temporada)

Un mutismo exasperante invadió el pasillo, pude descifrar en la mirada de Derek una serie de emociones, primero sorpresa, segundo entendimiento y tercero decepción, las lágrimas empezaron a correr por mi rostro –Yo….- empecé a balbucear una excusa que no tenía.

Pero antes de poder continuar Derek paro y me callo alzando la mano –no te preocupes dar explicaciones, no las necesito- dijo cortante y emprendió de nuevo su camino hacia al ascensor, le llamo y volteo de nuevo hacia mí –ahhhh y como dijo mi buen amigo Friedrich Nietzsche…Lo que me preocupa no es que me hayas mentido, sino que, de ahora en adelante, ya no podré creer en ti-.

-¿Qué quieres decir con eso?- le inquirí preocupada.

-Interprétalo como quieras- dijo entrando al ascensor –solo espero que todo lo que estás haciendo valga la pena para que estés perdiendo el amor sincero- y la puerta del ascensor cerro y con ello un sentimiento de desconsuelo se apodero de mí.

-No te preocupes nena- dijo Nick besando mi cabello –ya se le pasará-.

-Algo me dice que no será así- dije entrando de nuevo al apartamento.

Los días siguieron transcurriendo, no de la misma forma en que hubiese querido, extrañaba enormidades a Derek, me lo tope en un par de ocasiones en los pasillos pero solo me saludaba asintiendo con la cabeza y de inmediato se escabullía. Y en cuanto a Nick luego de un descanso posterior a su viaje lo había visto en pocas ocasiones, según él por todos los compromisos de trabajo y alguno que otro familiar que saltaban con los días, por lo que debía adaptar mi horario al de Nick y para lograrlo sacrificaba algunos compromisos pero no me importaba. Mis amigas insistían en saber que me sucedía y mi cambio repentino por lo que supuse que Derek no había soltado palabra sobre nuestro encuentro y estaba aliviada, pero no paso mucho tiempo antes que alguien más descubriera la verdad.

La segunda persona que se enteró de lo sucedido fue Joe, aunque parezca sorprendente una buena mañana me esperaba al salir de casa hacia la universidad –preciosa! Siempre es un placer verte!- dijo mientras se acercaba a mi puerta.

-Joe? Que haces aquí?- le inquirí sorprendida.

-Esperaba un recibimiento más caluroso- me regaño mientras me estrechaba entre sus brazos.

-Sabes que siempre me alegra mucho verte- le respondí devolviendo su abrazo de oso como me tenía acostumbrada.

-Así está mejor- dijo más tranquilo –y pues vengo a secuestrarte para ir a desayunar, espero no me hagas el feo-

-Pasa algo?- le pregunte poniéndome nerviosa al instante.

-No hay nada que un par de hot cakes y crema batida no puedan resolver- me contesto más serio.

Durante el traslado y la comida, la conversación fue trivial, reímos mucho es algo que no pararás al estar con Joe y supuse que su ultimo comentario indicando problemas. era una de sus tantas bromas.

Sin embargo, cuando empecé a despedirme de él en el parqueo de la universidad, agradeciendo su invitación me pidió algunos minutos más de tiempo –necesito corroborar algo- fue su explicación, así que bajamos a una de las bancas cerca de los jardines de mi facultad e ignorando las miradas inquisidoras de los transeúntes me centre en sus palabras.

-No soy quien para meterme en asuntos que son de dos personas, siendo sincero hasta el momento ignoro si está sucediendo algo entre tú y mi hermano, pero todo indica que mis sospechas no están alejadas de la realidad y tampoco te obligaré a que me confieses algo- suspiro pesadamente- sabes? Estoy compartido en esta situación por un lado Nick es mi hermano y por el otro estas tú, una grandiosa y dulce amiga que se ha ganado mi corazón, así lo único que he esperado poder decirte es que tengas mucho cuidado y que estés consciente que a pesar de todo siempre estaré para ti- apretó mis manos entrelazadas en mi regazo y se despidió dándome un beso en la frente, dejándome totalmente desconcertada ¿Joe sabía algo que me haría daño?.