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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
O W N :: Fanfiction :: Fanfiction :: Músicos :: One Direction
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Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Jue 31 Dic 2015, 2:35 am
Capítulo Seis {Parte V}
<<Es tu marido. Acostarte con él sería normal>>.
<<No, no sería normal. Si no estás enamorada de él y él no te quiere, no sería normal. Espera al hombre de tu vida, alguien a quien le importes de verdad>>.
Pero lo deseaba. Más de lo que había deseado a nadie.
- Bueno, ya que estamos haciendo anuncios... -empezó Brooke-. Yo también estoy embarazada.
En el comedor se hizo el silencio hasta que Bonita preguntó:
- ¿De quién?
- Lo siento, madre, eso no es asunto tuyo.
- Si vas a avergonzar a esta familia con un bastardo como lo hizo tu padre, es asunto mío -replicó Bonita.
Invitado pensó en Cassie. No, estaba segura de que su nueva amiga no sería bienvenida en aquella casa.
- ¿Quién es el padre, Brooke? -Zayn lo había dicho con tono protector y esa nueva faceta de su marido la sorprendió.
- Soy una adulta, Zayn. No necesito que mis hermanos me protejan. El padre no va a ser parte de la vida del niño ni de la mía.
Bonita dejó la copa sobre la mesa, derramando parte del contenido sobre el mantel de damasco.
- No esperes que el dinero de los Malik pague por ese error.
Después se levantó, tambaleándose ligeramente, y salió del comedor con Lisette tras ella.
- ¿Cómo vas a hacer tu trabajo mientras cuidas del niño? -preguntó Zayn-. El padre debería ayudarte, aunque sólo sea económicamente.
- No necesito su ayuda -contestó ella-. Y llevaré al niño a una guardería o contrataré una niñera, como hacen miles de madres solteras. La verdad es que no lo tengo todo pensado. Esto también ha sido una sorpresa para mí, pero voy a tener este niño con el apoyo de mi familia o si él. Y ahora, por favor, ¿podemos hablar de otra cosa?
Invitado se emocionó al ver que Zayn quería ayudar a su hermana, pero ahora no era el momento porque Brooke estaba muy nerviosa. De modo que apretó su mano por debajo de la mesa y, cuando él la miró, le dijo con los ojos que era mejor dejarlo. Y Zayn pareció entenderla porque asintió con la cabeza.
- Tenemos que hacer algo con mamá. Su problema con el alcohol ha empeorado desde que murió papá.
- ¿Y qué sugieres? -preguntó Parker-. ¿Qué cerremos el mueble bar? Eso no valdría de nada.
- ¿Qué tal si ingresa en una clínica de desintoxicación? -sugirió Megan, la mujer de Stephen.
- Es lo único que la salvaría. No va a dejar de beber por su cuenta.
- Pero tampoco ingresaría en una clínica por decisión propia -opinó Brittany.
- La obligaremos a hacerlo -dijo Zayn, decidido. En ese momento parecía capaz de hacer que su madre capitulase y Invitado pensó que no sería un adversario fácil.
- Bueno, vamos a dar una noticia positiva -sonrió Brittany después de unos segundos de tensión-. Emilio y yo pensamos casarnos en Navidad. Y nos gustaría que estuvierais todos en la boda.
- ¿Te parece sensato considerando que en Malik Inc. hay un espía que le pasa información a la familia de tu prometido? -le espetó Parker.
- ¡Ya estoy harto! -exclamó Emilio-. Jordan no tiene un espía en la empresa Malik.
- ¿Cómo puedes saberlo cuando admites que Jordan y tú no os habláis siquiera?
- Yo podría encargarme de ello -intervino Zayn.
- No, de eso nada. Me encargaré yo -contestó Parker.
- Pues no estás haciendo mucho. Esto viene ocurriendo desde hace meses y si alguien nuevo…
- He dicho que me encargaré yo -lo interrumpió su hermano.
- Quiero ayudar y soy más persuasivo que tú.
- Olvídalo, hermanito. No estamos hablando de seducir mujeres. Esto es un negocio.
Invitado se puso colorada. Ella era una de esas mujeres a las que, supuestamente, Zayn se encargaba de seducir.
Pero los dos hombres parecían a punto de pegarse y decidió intervenir.
- No deberías despreciar la capacidad de Zayn para los negocios. Estate es un club que da mucho dinero y que funciona como un reloj. Zayn sabe lo que hace y, desde luego, sabe cómo dirigir a los empleados para que hagan su trabajo de la mejor manera posible.
Todos los ojos se volvieron hacia ella y a Invitado se le encogió es estómago. Por favor… ¿por qué había tenido que abrir la boca? Porque el tono insultante de Parker la había sacado de quicio. Pero aquélla no era su guerra y discutir con los Malik no era la mejor manera de impresionar a su familia política.
Parker la fulminó con la mirada, nada nuevo para Invitado porque su padre solía hacer lo mismo, y cuando vio que ella no se acobardaba tuvo qye carraspear.
- No necesito la ayuda de Zayn porque estoy intentando llegar a un acuerdo con Jordan Jefferies para mantener la paz entre las dos familias.
Todos en la mesa lo miraron boquiabiertos. Todos menos Brooke, que parecía aliviada, seguramente porque su embarazo ya no era el tema de debate. Y Zayn, que estaba mirando a su hermana con cara de preocupación.
Invitado apenas prestó atención mientras Parker explicaba su plan. Algo muy importante acababa de ocurrir en aquella mesa. Y no era el anuncio del hermano mayor.
Entonces recordó la investigación que había hecho para un trabajo de psicología en la universidad. Se había quedado fascinada por la manera en que el orden de nacimiento afectaba a la personalidad y el comportamiento de las personas. Había hecho el trabajo para entender por qué se enfurecía tanto con su padre.
Si recordaba correctamente, el texto decía que los hijos medianos a menudo se sentían invisibles y no era raro que buscasen reconocimiento.
Invitado estudió a su marido.
Su marido. Le resultaba tan extraño pensar que lo era…
Zayn parecía demasiado seguro de sí mismo para necesitar la aprobación de nadie; aparte de la Cámara de Comercio, claro. Él decía que no era la presidencia lo que le importaba de verdad, sino lo que ésta representaba.
¿Qué representaba ese puesto para él?
¿El reconocimiento de su éxito por parte de la comunidad empresarial de Miami? ¿O el respeto de su familia?
Fín Capítulo Seis.
Última edición por keikorawr el Vie 15 Mar 2019, 7:26 am, editado 1 vez
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por amfc:) Jue 31 Dic 2015, 10:07 pm
Esta hermosa la novela, síguelaaa, me estarás viendo aquí seguido jajaja
amfc:)
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por Miriam Sáb 09 Ene 2016, 10:08 pm
OMG me encanta siguela es genial que tu eres la protagonista 
sigela porfaaaa 
:why:porfavoooooooooor 
:filo: 
:galletica: :luuv: :galletica: :galletica: :timon: :timon: :timon:ES HERMOOOOOOSISIIIIISISISISISIMAAA 
:hearteyes:Siguela Porfavor 
sigela porfaaaa :why:porfavoooooooooor :filo: :galletica: :luuv: :galletica: :galletica: :timon: :timon: :timon:ES HERMOOOOOOSISIIIIISISISISISIMAAA :hearteyes:Siguela Porfavor Miriam
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por Cami Ramos Vie 21 Jul 2017, 12:25 am
Hola soy nueva lectora por favor siguela me encanta tu novela
Cami Ramos
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por Dulceshey Mar 05 Sep 2017, 9:29 pm
Jelou.
Soy una nueva lectora y en serio me dejaste con curiosidad de lo que pasará después.
Así que por favor, actualiza :c
Soy una nueva lectora y en serio me dejaste con curiosidad de lo que pasará después.
Así que por favor, actualiza :c
Dulceshey
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por diana marisol marisol Sáb 16 Sep 2017, 3:14 pm
Hola soy nueva lectora y por dios como ame tu novela la tienes que seguir es como mi cafeína cuando la encontré dije solo sera una parte después solo será un capitulo pero al final 3 horas se fueron leyendo tu magnífica novela tienes que seguirla porfavor
cuando la encontré dije solo sera una parte después solo será un capitulo pero al final 3 horas se fueron leyendo tu magnífica novela tienes que seguirla porfavor diana marisol marisol
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Jue 14 Mar 2019, 12:49 pm
Soy la peor de la vida. 100 años después y volví. No prometo nada, pero en verdad esta vez intentaré terminarla. Por último para que quede guardad completa.
La empecé a las 17 y ahora tengo 22. La comencé recién entrando a la universidad y ahora tengo mi título, jajaj.
Sólo les puede decir que volví, porque esta es una de mis novelas favoritas. Y la leo una y otra vez (la tengo en físico).
Comenzaré a escribir lo que sigue de inmediato:(
La empecé a las 17 y ahora tengo 22. La comencé recién entrando a la universidad y ahora tengo mi título, jajaj.
Sólo les puede decir que volví, porque esta es una de mis novelas favoritas. Y la leo una y otra vez (la tengo en físico).
Comenzaré a escribir lo que sigue de inmediato:(
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Jue 14 Mar 2019, 1:31 pm
Capítulo Siete {Parte I}
Invitado lo había defendido.
Zayn no recordaba la última vez que alguien había dado la cara por él. Ni su padre, ni su madre, ni sus hermanos. No esperaba que lo hicieran sus hermanas porque, como hermano mayor, era su obligación cuidar de Brittany y Brooke. Y, sin embargo, Invitado había intentado defenderlo sin dudar un momento y sin que él se lo pidiera. Ese brillo de fuego en sus ojos cuando hablaba con Parker le había parecido tremendamente sexy. Y le hacía desear más.
¿Sería una amante apasionada?
Mientras pensaba en la mujer que estaba en su cuarto de baño, se sentó en la cama y miró la pared que separaba las dos habitaciones. Invitado no era la primera mujer que se duchaba allí ni mucho menos, pero era la única que lo había hecho desear entrar en el baño para verla desnuda. O, mejor aún, meterse en la ducha con ella y dejar que sus manos y su boca siguieran la dirección del agua…
«Porque cuando una mujer está usando la ducha es porque ya te has acostado con ella y estás deseando meterla en un taxi y enviarla a su casa».
Las mujeres con las que se acostaba nunca dormían allí. Invitado iba a ser la primera.
Unos minutos después se abrió la puerta del baño y Invitado salió, envuelta en una nube de vapor. Llevaba el pelo sujeto en un moño con mechones cayendo a los lados.
¿Cómo había podido creerla sosa alguna vez? A pesar de la sencilla camiseta y los pantalones cortos, tenía un aspecto tan deseable que se le hacía la boca agua.
—¿Por qué me has defendido esta noche?
Ella se detuvo, apretando contra el pecho el vestido negro que había llevado a la cena. Era un vestido sencillo, discreto, pero la abertura en la parte de atrás había hecho que Zayn estuviera pendiente cada vez que caminaba. Veía mucha más piel en Estate cada noche, pero como Invitado vestía de manera tan conservadora ese trocito de piel era territorio tabú y, por lo tanto, más deseable.
—Algo en el tono condescendiente de tu hermano me ha sacado de quicio. Me recordaba a…
—¿A quién?
—A mi padre. También él era de los que le decían a todo el mundo lo que tenía que hacer.
De modo que había tenido un padre controlador ¿Sería por eso por lo que era tan conservadora y responsable ahora?
—Invitado, no necesito que te pelees por mí.
—Ya sé que no.
Zayn se levantó de la cama para apartar un mechón de pelo de su cara.
—No necesito que me defiendas, pero te lo agradezco.
—Es lo que una esposa debe hacer, ¿no?
—No tengo ni idea. Todo esto es nuevo para mí.
—Sí, bueno… Zayn, yo creo que te has pasado esta noche. Sé que tenemos que hacer que tu familia nos crea enamorados, pero…
—Tú me devuelves los besos. En la playa, en la piscina, en la puerta…
—A lo mejor soy tan buena actuando como tú.
—No se pueden fingir los latidos del corazón o la dilatación de las pupilas — sonrió él, bajando la mirada hasta los pezones marcados bajo la camiseta—. Y eso tampoco se puede fingir.
Invitado se cruzó de brazos.
—¿Qué quieres decir?
—Que me deseas.
—Yo y otras cien mujeres, por lo visto. Pero parte de ser un adulto es saber que uno no puede tener todo lo que quiere.
—Puedes tenerme —Zayn abrió los brazos—. Puedes tenerme cuando quieras.
Invitado vaciló un momento… antes de sonreír con picardía.
—Eso he oído.
No era la invitación que él había soñado.
—¿Estás esperando el resultado de los análisis? ¿Es por eso?
—No, sencillamente estoy haciendo lo que habíamos acordado —suspiró ella.
Durante la cena se le había olvidado que estaban allí para convencer a su familia de que había sentado la cabeza y buscaba cualquier excusa para tocar a Invitado. Buscaba oportunidades para besarla porque besarla lo llenaba de una anticipación que no había sentido en mucho tiempo.
¿Cuántos besos le había robado esa noche? ¿Cuatro? No, cinco. Y después del último, en la puerta, estaba tan duro que apenas podía inclinarse para entrar en el descapotable.
—Los acuerdos se pueden cambiar —murmuró, alargando una mano para tocar su cuello—. Deja que te demuestre lo bien que podemos pasarlo, Invitado.
Ella cerró los ojos un momento, pero los abrió de golpe.
—No.
Zayn podría aceptar una negativa si supiera que Invitado no lo deseaba, pero no era así.
Entonces, ¿por qué estaban sufriendo los dos? Quería besarla hasta que ella le suplicase que le quitara la ropa y la tirase sobre la cama.
Y seguro que era tan ardiente como imaginaba. No, más ardiente, más húmeda. Se ponía a sudar pensando en ello.
Zayn vio que se ponía colorada, como si hubiera leído sus pensamientos.
Oh, sí. Lo deseaba.
—La aprobación de tu familia… —empezó a decir Invitado—. Por eso quieres conseguir la nominación de la Cámara, ¿verdad?
No podía haber dicho nada mejor para enfriarlo.
—Eso es algo personal.
—El día que me convertí en tu esposa empecé a formar parte de tu vida personal. Si no me lo cuentas, no podré ayudarte.
Zayn se pasó una mano por el pelo. Tenía razón, ahora Invitado era parte de su vida, aunque sólo fuese de forma temporal.
—Quiero ocupar el sitio que me corresponde en Malik Inc.
—¿Por qué? ¿Dirigir Estate no es suficiente?
—No, no lo es. Mi padre me dejó fuera del consejo de administración cuando estaba vivo y ahora Parker está haciendo lo mismo. Y estoy harto de que me nieguen mi parte del negocio.
—¿Y qué importa eso? Tú tienes éxito con o sin la aprobación de Parker.
—Yo no quiero su aprobación —dijo él—. Me educaron para ocupar un sitio en la empresa familiar. Tengo la formación y la experiencia necesarias para hacer un papel más activo. Y me pregunto si se me niega mi sitio porque conocía la aventura de mi padre con la madre de Cassie y tuve valor para decírselo.
—¿Crees que te están castigando por no permanecer callado?
—Exactamente. Claro que nunca podré estar seguro.
—Sabes que no te dejan fuera por tu falta de talento, ¿verdad? No estaba mintiendo cuando le dije a Parker que diriges una organización que funciona como un reloj. Yo he trabajado en muchos sitios y sé de qué estoy hablando.
Su apoyo hizo que Zayn empezase a mirarla de otra manera.
—Gracias. No sé qué decir…
—Eres un típico hijo mediano, ¿lo sabías?
—¿Qué?
—Los niños que nacen entre unos hermanos y otros tienen que encontrar su sitio, su propia manera de triunfar, de llamar la atención.
—Eso es… acertado, supongo. Parker y Stephen siempre han estado muy unidos entre sí… y con mi padre. Brooke y Brittany son chicas y se llevan bien. Así que yo aprendí pronto a entretenerme solo. Si quería la atención de mis padres tenía que hacer algo más importante o más llamativo que mis hermanos. Y en el proceso adquirí una fama de temerario y de despreocupado que no puedo quitarme de encima, aunque dejé ese comportamiento juvenil hace mucho tiempo.
—¿Y crees que haberte casado ayudará a que olviden esa fama?
—Haberme casado con la mujer adecuada, sí.
Invitado se volvió hacia la ventana y él siguió la dirección de su mirada. Las luces de un crucero saliendo del puerto de Miami se reflejaban en el agua. La vista del mar había sido la razón por la que compró el ático, pero la vista no lo tranquilizaba esa noche.
—¿Tú eres hija única?
—Sí.
—¿Y cómo son los hijos únicos?
—Conformistas o rebeldes, no hay término medio.
—¿Y tú qué eras? —sonrió Zayn.
—¿Tú qué crees?
Él pensó en su forma de vestir, el pelo siempre sujeto en un moño, las gafas que no necesitaba…
—Una conformista. Lo cual está bien, porque una mujer con un pasado salvaje es lo último que necesito.
Y, sin embargo, el deseo de hacerla sentir salvaje en la cama lo tenía tan excitado que estaba a punto de mandar al demonio la promesa de no mantener relaciones sexuales con ella.
Zayn se volvió abruptamente y apartó el embozo de la sábana:
—Vamos a la cama.
Ella no se movió.
—Ya te dije que no iba a acostarme contigo.
—Invitado, sólo hay una cama. Como nos vamos mañana a la casa de Sunset, no he convertido el estudio en un dormitorio.
—Entonces dormiré en el sofá. ¿Tienes una almohada?
—¿Qué pasa? ¿No confías en ti misma?
Invitado se quedó en silencio unos segundos antes de apartar la mirada.
—Es posible.
Su sinceridad lo sorprendió.
Pero tampoco él estaba seguro de poder controlarse si se acostaba con ella. Y, por mucho que la deseara, no pensaba hacerle el amor hasta que Invitado estuviera húmeda y disponible.
Hasta entonces, tendría que soportar algunas noches en blanco.
—Acuéstate en la cama. Yo dormiré en el sofá.
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Vie 15 Mar 2019, 8:50 am
Capitulo Siete {Parte II}
El pulso de Invitado se aceleró y tuvo que pasarse varias veces las sudorosas palmas de las manos por el pantalón. Había tres pasillos en el piso de arriba. ¿Derecha? ¿Izquierda? ¿De frente? ¿Cuál habría sido la habitación de su madre?
Zayn cerró la puerta cuando los hombres de la mudanza se marcharon y empezó a subir la escalera con una maleta en cada mano. Con vaqueros y una camiseta de algodón que se pegaba a su torso, destacando un cuerpo que podría haber sido el de un modelo, los bíceps marcados…
«Muy sexy. Pero el sexo ya no es suficiente. Nada de revolcones de una noche. Te lo has prometido a ti misma».
Pero esas promesas no podían evitar que se le pusiera la piel de gallina cada vez que él estaba cerca. Y cuanto más tiempo estaban juntos, mayor era la fascinación.
—¿Has encontrado el dormitorio principal?
—No —contestó ella. Ahora que estaba allí empezaba a temer que aquello hubiera sido un error, que los diarios no estuvieran escondidos en la casa.
¿Pero y si lo estaban? No tenía la menor duda de que su lectura cambiaría su vida. Y quizá no para mejor.
—Por aquí —dijo Zayn.
Mientras lo seguía, no pudo evitar mirar su espalda… y su bien formado trasero.
«Contrólate, por favor».
—Nuestra habitación es la parte más moderna de la casa, se construyó hace quince años.
Antes de que su madre muriera.
Pasaron por delante de un vestidor tan grande como el salón de su apartamento, con cajones y armarios empotrados. Zayn se detuvo para dejar las maletas en el suelo y luego siguió por un pasillo, pasando frente a un cuarto de baño que parecía salido de la revista Architectural Digest: suelos de mármol blanco, una ducha redonda con paredes de cristal, una enorme bañera de hidromasaje, encimeras de mármol negro, grifos ultra modernos…
Frente al cuarto de baño, una tercera puerta revelaba un cuarto de estar y el nuevo sofá-cama. ¿Era allí donde iba a dormir?
Invitado siguió a Zayn hasta un dormitorio semicircular decorado en tonos arena, perla y albaricoque, con una enorme cama colocada sobre una tarima de madera con un cabecero tallado como una enorme concha marina. Las paredes eran de cristal y tenía la misma vista de la piscina, el muelle y la pista de tenis. Una tumbona, una mesita y dos sillones ofrecían un lugar perfecto para desayunar o leer un buen libro.
—Es precioso, pero aquí no hay mucha intimidad, ¿no? Cualquiera que mire desde el jardín podría vernos.
—Con este botón se cierran las cortinas —dijo él, señalando un interruptor.
La suite era más pequeña que el búngalo y más íntima que su ático. ¿Podría compartirla con él y no rendirse al deseo que sentía?
Una imagen apareció entonces en su mente; una imagen que la había perseguido durante todo el día. Aquella mañana había despertado antes que Zayn y se había acercado de puntillas hasta la barandilla del segundo piso para verlo abajo, dormido en el sofá del salón. La sábana lo cubría hasta la cintura, pero era evidente que dormía desnudo. Y había perdido demasiado tiempo mirándolo, esperando que la sábana que apenas lo cubría cayera al suelo…
«Voyeur», pensó, poniéndose colorada.
No, sólo era curiosidad.
No, era más que eso. Zayn siempre le había gustado y ahora le gustaba más. Y no porque le hubiese regalado un anillo de diamantes o el coche. Eran las pequeñas cosas que había descubierto sobre él, como por ejemplo que fuese tan buen perdedor cuando jugaban al scrabble, que fuese tan protector con su hermana pequeña, que no hubiera ridiculizado su miedo a volar, que quisiera ayudar a su madre…
Entendía la difícil relación que había tenido con su padre y su deseo de compensar un pasado no demasiado admirable. Eso era algo que tenían en común.
Y si no estuvieran casados querría salir con él.
A lo mejor Zayn no era el mujeriego que decían en las revistas después de todo. A lo mejor sólo era un hombre normal y corriente que quería acostarse con mujeres guapas lo más a menudo posible.
No era un hombre que evitase el trabajo y, si fuera el playboy que decían las crónicas, podría haberse quedado en la cama y dejar que los empleados lo hicieran todo, pero no era así.
«Y a lo mejor tú te estás agarrando a un clavo ardiendo porque te gusta».
—La cama es suficientemente grande para los dos —sonrió Zayn entonces.
No debería sentirse tentada, pero así era.
—Zayn, ya hemos hablado de esto…
—Invitado —replicó él en el mismo tono. Pero había una invitación al pecado en sus ojos marrones, una invitación que ella quería aceptar por mucho que se lo negara a sí misma.
—No me lo estás poniendo nada fácil.
—No —Zayn tomó su cara entre las manos. El calor de su palma era tan agradable que sentía la tentación de apoyar la cara en ella.
Y ésa era otra cosa. Zayn era sincero, a pesar de la deshonestidad de aquel matrimonio.
La deseaba y no intentaba esconderlo.
«Acostarte con él no sería un intento de buscar aprobación o una forma de retar a tu padre».
Pero no estaría bien. Rendirse al deseo no la acercaría a su objetivo y ella quería pensar en el futuro.
Sin embargo, antes de que pudiera tomar una decisión, él inclinó la cabeza para buscar sus labios, acariciándola con la lengua y tirando suavemente de su labio inferior. A Invitado le encantaba su forma de besar.
El beso de la noche anterior había sido ardiente, pero no tanto como aquél. Aquél era un asalto a sus sentidos que la hacía olvidar la precaución y el sentido común.
Zayn la empujó suavemente contra la pared y metió un muslo entre sus piernas, empujando hacia arriba mientras acariciaba sus pechos por encima de la camiseta hasta que a Invitado se le encogió el estómago. La erección masculina rozaba su vientre y el calor de su torso la quemaba. Tuvo que apretar los puños para controlar el deseo de tocarlo, de comprobar si lo que había bajo sus pantalones era tan grande como parecía.
Nadie que mirase desde fuera podría ver sus lenguas haciendo un baile sensual ni las manos de Zayn sobre su pecho. No había testigos, pero Invitado quería aquello, lo quería a él; quería que la tocase, quería sentir la pasión que se había negado a sí misma durante tanto tiempo.
El puso una mano entre sus piernas y Invitado se apartó para buscar aire, apoyando la cabeza en la pared. Zayn empezó a acariciarla por encima del pantalón, despacio, sabiendo lo que hacía, y un gemido escapó de sus labios.
«No deberías dejar que te hiciera eso».
«Detenlo. Eres demasiado vulnerable en este momento como para razonar».
«Apártate».
Pero no podía hacerlo. Aún no. El placer, fuera de control, aumentaba de tal forma que estaba a punto del orgasmo.
Casi incapaz de soportar su propio peso, se agarró a los hombros de Zayn, apoyándose en la pared para no perder el equilibrio. Y se obligó a abrir los ojos para mirar los de él.
—¿Te gusta?
Invitado se puso colorada.
—Tú sabes que sí. Pero no deberíamos hacerlo —avergonzada, volvió la cabeza para mirar el jardín—. No hay nadie mirando.
—Esto ha sido para mí. Ya te dije que siempre intentaba conseguir lo que quería. Y te quiero a ti, Invitado Malik. Considérate advertida.
Luego le guiñó un ojo y salió de la habitación.
Y a Lauryn se le doblaron las rodillas.
¿Qué había hecho?
Había abierto la caja de Pandora.
Y no estaba convencida de que fuese capaz de cerrarla.
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Vie 15 Mar 2019, 10:20 am
Capítulo Siete {Parte III}
Zayn estaba decidido a conquistarla, evidentemente. Le enviaba flores, le compraba joyas, regalos… que encontraba en su almohada, al lado de su plato, en su escritorio. Pero eran sus conversaciones durante el almuerzo lo que empezaba a erosionar seriamente sus defensas.
Aquel hombre sabía cómo conquistar a una mujer.
Pero ella no quería ser una conquista más.
Con tantas emociones, había perdido de vista su objetivo y aún no había empezado a buscar en los vestidores de la casa. Además del dormitorio principal, sólo había echado un vistazo en el piso de arriba. Y en parte era culpa de Zayn, que insistía en mantener la imagen de enamorados y no se apartaba de su lado ni un momento.
A las ocho iba a buscarla para ir a algún restaurante de moda donde los vería todo el mundo y donde la tocaba a la menor oportunidad. Y después iban al club hasta las tres de la mañana y seguía tocándola.
Llevaba cuatro días viviendo en la casa de su madre… ¡cuatro días! Y no tenía nada salvo unas hormonas superactivas y un reloj biológico que ya no sabía si era de día o de noche.
«Si fueras sincera con Adam sobre tu madre biológica no tendrías que mentir».
Pronto, se dijo a sí misma. Pronto se lo contaría. Le gustaba demasiado como para seguir mintiéndole sobre la razón por la que se había casado con él.
Zayn nunca había estado preocupado por ninguna mujer, pero no podía dejar de pensar en Invitado, que esa noche había puesto como pretexto una jaqueca para marcharse a casa. Y, de repente, el club lo aburría tanto que decidió marcharse unos minutos más tarde.
Después de conectar la alarma subió al piso de arriba, pero cuando iba a entrar en su dormitorio vio luz en una de las habitaciones.
¿Habría un intruso en la casa o Invitado estaría explorando? ¿Se habría encontrado con un ladrón a pesar de las medidas de seguridad o alguien del servicio se habría dejado la luz encendida?
La necesidad de comprobar que Invitado estaba bien era, de repente, tan urgente como respirar. Zayn sacó el móvil del bolsillo, dispuesto a llamar a la policía si era necesario, y entró en la habitación. Allí no había nadie, pero oyó ruido en el vestidor.
Se acercó en silencio y vio a Invitado arrodillada, golpeando el suelo de madera con los nudillos.
—¿Qué estás haciendo?
Ella lanzó un grito, llevándose una mano al corazón.
—¡Qué susto me has dado!
—¿Se puede saber qué estás haciendo?
Invitado se mordió los labios.
—Pues… estoy buscando un compartimento escondido.
—¿Qué?
—Verás… ésta era la casa de mi madre. Mi madre biológica. Estoy buscando sus diarios.
Zayn hizo una mueca. Tenía que haber oído mal.
—Invitado, ¿de qué estás hablando? ¿Estás borracha?
—No, no lo estoy. Y es una historia muy larga —suspiró ella—. Una que debería haberte contado antes de casarnos, pero no sabía cómo hacerlo. ¿Podemos…? Ven, tengo que enseñarte una cosa.
Zayn la siguió hasta el vestidor de su dormitorio y esperó mientras sacaba dos carpetas y un montón de cartas unidas por una cinta de su maleta.
El remite era la dirección de aquella casa, sin nombre, sólo con una inicial: L.
—Tras la muerte de mi padre descubrí que no era hija de Susan Lowes. Adrianna Laurence era mi madre biológica. Conoció a mi padre cuando estuvo destinado en Florida, tuvieron una aventura, ella quedó embarazada… y yo soy el resultado. Las cartas que le escribió hablan de un compartimento escondido en esta casa en el que guardaba sus diarios. En uno de ellos escribió: «sólo tú, mis diarios y yo sabemos la verdad». Así que estoy esperando encontrarlos y averiguar algo sobre mí. Y, sobre todo, por qué me abandonó.
Zayn sacudió la cabeza atónito. Era imposible que Invitado se hubiera casado con él por simple coincidencia. Era imposible que hubiera encontrado trabajo en el club por casualidad.
—¿Todo esto ha sido una trampa?
—No exactamente.
—¿Qué entonces?
Invitado respiró profundamente.
—Vine a Florida tras la muerte de mi padre dispuesta a conocer a Adrianna, pero había muerto y no tenía parientes. Pregunté por ahí, pero me dijeron que su casa había sido vendida. Casi nadie quería hablar conmigo y los que lo hicieron decían no saber nada de una hija —Invitado golpeó una de las carpetas—. Esto es todo lo que he podido descubrir. Pero no es suficiente.
—¿Quieres reclamar su herencia? —preguntó él.
—No, sólo quiero encontrar los diarios de mi madre para descubrir algo más sobre mí misma. Y cuando descubrí que tú habías comprado la casa, decidí que la única manera de conseguir lo que quería era a través de ti.
—O sea, que me has utilizado.
—Sí, supongo que podrías decir eso. Pero yo no te pedí que te casaras conmigo. Sólo pensaba hacerme tu amiga para… para convencerte de que me dejaras entrar aquí. Tenía que descubrir mi pasado, Zayn. El matrimonio de mis padres era una mentira. Mi padre se casó con Susan, la viuda de su mejor amigo, para darme una madre y darle un padre al niño que esperaba Susan… pero el pobre murió antes de nacer. Todo en lo que yo había creído siempre era una mentira. No sabía… sigo sin saber qué es verdad y qué no. Necesito averiguar la verdad.
Aquello era tan absurdo que Zayn no podía creerlo.
—¿Y por qué has hecho todo este numerito? ¿Por qué no me contaste la verdad?
—Porque toda esta historia parece sacada de una novela romántica. Pensé que no me creerías.
Y probablemente no la habría creído.
—Cuando descubrí que estabas buscando un contable solicité el puesto y lo conseguí. Pensé que cuando nos conociéramos mejor podría explicarte la situación… pero no fue así. Manteníamos una relación exclusivamente profesional.
Zayn recordó entonces que le había dicho que se casaría con él sólo si vivían en aquella casa.
—Te casaste conmigo para vivir aquí.
—Y tú te casaste conmigo para conseguir un puesto en la Cámara de Comercio. Creo que ninguno de los dos se ha casado por amor —replicó ella.
—¿Qué habrías hecho si no te hubiera propuesto matrimonio?
—No lo sé. Estaba intentando reunir valor para pedirte que me dejases entrar aquí —suspiró Invitado—. Pero pensé que si me decías que no estaría en un callejón sin salida. Zayn, siento mucho no habértelo contado antes. Pero es que… no sabía cómo hacerlo.
Zayn se sentía como un tonto. Se sentía traicionado, utilizado.
Le gustaría alejarse de Invitado, pero anular el matrimonio después de dos semanas daría al traste con sus planes. Perdería la presidencia de la Cámara y el puesto que le correspondía en Malik Inc.
—¿También es mentira cómo reaccionas cuando te toco?
—Tú sabes que no —contestó ella.
Zayn no sabía qué pensar, qué decir.
—Cuando encuentres los diarios, si existen, ¿qué pasará?
—Que seguiremos adelante como habíamos acordado. Te prometí que estaría contigo dos años y eso es lo que voy a hacer.
Si estaba mintiendo se merecía un Óscar, pensó él.
—Bueno, ya hablaremos de esto por la mañana.
—Zayn…
—No, déjalo. Ahora mismo quiero estar solo.
Se alejó porque quería creerla cuando todo le decía que no lo hiciera. Sabía que la historia era absurda y estaba harto de mentiras.
Las de su padre para ocultar su aventura con la madre de Cassie. Las de su madre para esconder que bebía.
Primero leería las cartas y lo que hubiera en la carpeta y luego hablaría con Brandon para saber qué debía hacer.
Pero tendría que tomar una decisión.
Seguir con su mujer o echarla de su casa.
Fin Capítulo Siete
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Vie 15 Mar 2019, 12:21 pm
Capítulo Ocho {Parte I}
—Te ayudaré a buscar esos diarios.
La voz de Zayn sorprendió tanto a Invitado que estuvo a punto de atragantarse con el zumo de naranja.
La había creído. Pero la felicidad que sintió era por algo más que por la posibilidad de encontrar los diarios de Adrianna.
—¿Por qué quieres ayudarme?
—He hablado con Brandon y me ha dicho que no has incumplido el acuerdo. Aunque te echase de aquí, tendría que pagarte un millón de dólares.
—Ah, es por eso. Pues no te preocupes, yo no aceptaría dinero por un trabajo que no he hecho —replicó Invitado, dolida—. Pero, por favor, ayúdame a encontrar los diarios antes de que esto termine.
—Esto no va a terminar por ahora. Yo también he perdido recientemente a mi padre y sé cómo afectan esas cosas… y también sé lo que es quedarse sin respuesta a muchas preguntas.
Invitado se enamoró un poquito de él en ese momento. Pero intentó aplastar ese sentimiento. Su relación con Zayn era temporal y no podía arriesgarse a perder el corazón por él. Además, aunque quisiera prolongar aquel matrimonio, no era tan tonta como para creer que Zayn iba a enamorarse de ella. Estaba claro que no tenía nada que ver con las mujeres con las que él solía salir.
—He comprobado tu historia de todas formas —suspiró Zayn, sirviéndose un café—. Y he leído la necrológica de tu padre. Una pena lo del accidente.
—Murió haciendo lo que más le gustaba: volar. Probando nuevos aviones. Y de uniforme, como él quería.
—Mi padre era igual, vivía sólo para trabajar —dijo él—. Pero, en fin, te sigo necesitando para conseguir lo que quiero.
—No voy a defraudarte, en serio.
Haría lo que tuviera que hacer para ayudarlo a convertirse en el nuevo presidente de la Cámara de Comercio e intentaría hacer ver a Parker que podía contar con su hermano para dirigir la empresa.
—Muy bien, de acuerdo. Tú me ayudas a mí y yo te ayudo a ti.
Invitado se incorporó un poco para darle un beso en la mejilla.
—Gracias.
—¿Por qué?
—Por ayudarme. Por creer en mí historia.
—Deberías habérmela contado, Invitado.
—Sí, lo sé. Y lo siento.
—¿Hay algún otro secreto que yo deba conocer?
Invitado pensó en contarle lo de su juventud rebelde, pero sus días de rebelión habían pasado y no lo afectaban a él. Tommy vivía al otro lado del país… y seguramente estaría en alguna cárcel. Además, la anulación significaba que no habían estado casados. Gracias a su padre, la ceremonia que no podía recordar había sido borrada de todos los registros. Se sentía avergonzada de sus estúpidos errores y tenía miedo de que Zayn la despreciase por ello.
—No.
—Me alegro —Zayn dejó la taza de café sobre la mesa e inclinó la cabeza para besarla. Nadie podía verlos, pero a Invitado le dio igual. Lo único que le importaba era el calor de sus labios. No le gustaba admitir que había empezado a participar de esos besos, pero…
Pero Zayn se apartó enseguida.
—Te deseo, Invitado. Y estoy harto de jugar al gato y al ratón.
El ronco sonido de su voz la hizo temblar.
Tenía razón. No podían seguir así. La tensión era insoportable.
—Yo también te deseo.
—Entonces, podemos tomarnos el día libre y buscar los diarios. O podemos irnos a la cama. Juntos.
A Invitado se le encogió el estómago. Sabía que no sería para siempre, pero le gustaba Zayn. Y ya estaba medio enamorada de él.
—He esperado meses para encontrar esos diarios. Creo que puedo esperar unos minutos más.
—¿Minutos? Me subestimas, esposa mía.
Invitado tuvo que sonreír.
—Demuéstramelo.
Zayn la tomó en brazos para salir de la cocina y el corazón de Invitado dio un salto por lo romántico del gesto.
—Zayn, no puedes subir la escalera conmigo en brazos.
—Claro que puedo. ¿Quieres apostar algo?
Se encontraron al ama de llaves bajando la escalera.
—Martina, no nos pases ninguna llamada. Mi mujer y yo no queremos que nos molesten.
—Muy bien, señor Malik —sonriendo, la mujer se alejó a toda prisa.
Cuando llegaron a la habitación, Zayn la dejó en el suelo, tomó su cara entre las manos y la besó. Rabiosamente.
Invitado deslizó los dedos por su torso, sobre los fuertes latidos de su corazón, al compás de los suyos. Equivocada o no, había tomado la decisión de desatar la pasión que había mantenido sujeta durante tanto tiempo y ahora estaba deseando desnudarlo.
Tiró de la camisa para tocar el torso cubierto de fino vello oscuro que había admirado en el ático y disfrutó del calor de su piel. Cuando la camisa cayó al suelo deslizó los dedos por sus bien definidos pectorales, pero Zayn besó sus manos y las colocó a los lados para quitarle la blusa. Inclinándose, inhaló el perfume de su sujetador de color lavanda y luego bajó las tiras por sus brazos, aprisionándola en una camisa de fuerza de encaje, doblando las copas para exponer sus pechos desnudos a su hambrienta mirada.
Sus pezones se habían endurecido y sus músculos internos se contrajeron de anticipación. Pero Invitado contuvo el aliento mientras él inclinaba la cabeza para pasar la lengua por una de las aureolas, chupándola, mordisqueándola. Luego enredó los dedos en su pelo y lo sostuvo allí hasta que la espera resultó insoportable y tuvo que echar las manos hacia atrás para quitarse el sujetador. Necesitaba acariciarlo. Ansiosa, bajó la cremallera de sus pantalones y metió la mano para tocarlo. Duro, caliente, suave… desnudo.
—No llevas ropa interior —murmuró, sorprendida.
—No la llevo nunca —contestó él, quitándose zapatos y pantalones.
Su erección se levantó, dura y larga, desde una densa mata de rizos negros, pero no pudo admirarla durante mucho tiempo porque Zayn empezó a quitarle la falda, dejando al descubierto una braguita a juego con el sujetador.
—Muy bonita —murmuró, tirando de ella hacia abajo. Luego inclinó la cabeza sobre el triángulo de rizos y respiró profundamente—. Tu olor me vuelve loco.
Cuando la tumbó sobre las sábanas de algodón egipcio, la tela le pareció muy fresca en contraste con las ardientes manos masculinas que le quitaban las bragas… dejándole las sandalias puestas.
Zayn se puso en cuclillas para mirarla a placer.
—Eres preciosa.
Invitado había oído antes esas palabras, pero en los ojos de Zayn podía ver que lo decía de verdad. No estaba halagándola para conseguir lo que quería. La deseaba a ella, no sólo sexo. No a cualquier mujer, a ella.
Y, de repente, se dio cuenta de que aquello no era el sexo torpe y sin sentido de su adolescencia. Aquello era… más. Y eso la preocupaba, porque «más» no era parte del acuerdo que tenía con Zayn Malik.
Zayn empezó a acariciar sus piernas desde los tobillos, acercándose cada vez más al centro pero desviándose en las rodillas o en el interior de sus muslos hasta que por fin, por fin, estaba donde lo quería.
Invitado levantó las caderas ante el contacto inicial de sus dedos, pero Zayn se inclinó para poner la cara donde tenía las manos. Entonces hundió la lengua y el grito de éxtasis resonó por todo el dormitorio. Estaba llevándola al orgasmo, pero se detenía a tiempo, repitiendo el asalto una y otra vez hasta que, tensa y desesperada, Invitado se agarró a sus hombros, suplicándole con acciones más que con palabras.
—Ahora, Zayn…
Los ojos marrones, cargados de pasión, la mantuvieron cautiva durante un momento. Pero luego se apartó y Invitado estuvo a punto de gritar de frustración… hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo.
Un preservativo. ¿Cómo podía haberlo olvidado? Incluso en sus días más locos nunca había olvidado protegerse.
Zayn abrió un cajón de la mesilla y sacó un envoltorio cuadrado, pero cuando iba a ponérselo Invitado se lo quitó para hacerlo sufrir un poco. ¿Quería hacerla suplicar? Pues ella podía devolverle el favor. Sonriendo, pasó suavemente las uñas por su torso, su abdomen, sus caderas y, por fin, sobre el erguido miembro. Su gemido ronco, la contracción de sus músculos y la gotita de fluido en la punta del miembro masculino se combinaron para excitarla aún más. Cuando creyó que no podía esperar, rasgó el paquetito y le puso el preservativo con manos temblorosas.
Antes de que pudiera hacer nada más, Zayn la había tumbado de espaldas. Tenía los muslos entre sus piernas y la erección rozando la entrada de su húmeda cueva. Zayn levantó su trasero con las manos para enterrarse en ella y Invitado dejó escapar un grito.
—¿Invitado?
—No pares, por favor.
—Eres tan estrecha… ¿No serás…?
—No, no, es que ha pasado mucho tiempo. Pero me gusta.
El brillo travieso volvió a sus ojos, aunque la preocupación no se había borrado del todo.
—¿Sólo te gusta?
Invitado levantó las caderas, apretándose más contra él.
—Me gusta mucho, muchísimo. No puedo esperar…
No tuvo que repetir el ruego porque Zayn volvió a empujar una y otra vez, llevándola al orgasmo más rápido y más profundo de su vida. Un orgasmo que fue como un tornado y que la dejó sin aire, agotada. Pero él no había terminado. Zayn la convenció para un segundo y un tercer asalto antes de reunirse con ella, llenando la habitación con sus gritos de placer.
Y luego cayó sobre ella, cubierto de sudor. Saciada por completo, Invitado cerró los ojos mientras acariciaba su pelo.
Sus aventuras adolescentes no la habían preparado para aquello.
No estaba sólo un poquito enamorada.
Estaba total, completamente enamorada de Zayn Malik.
Un hombre que sólo tenía relaciones temporales.
No había roto la promesa que se había hecho a sí misma de esperar al hombre de su vida. Pero había elegido a un hombre que no podía amarla.
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Lun 18 Mar 2019, 7:04 am
Capítulo Ocho {Parte II}
—¿Cuánto tiempo? —preguntó Zayn.
—¿Cuánto tiempo qué?
—¿Cuándo fue la última vez que te acostaste con un hombre?
Invitado se mordió los labios.
—Unas dos horas.
Zayn la miró como diciendo: «no me tomes el pelo» y ella dejó escapar un suspiro.
—Nueve años —admitió por fin.
—¿Qué? Ahora entiendo que estuvieras tan convencida de que podrías aguantar dos años sin hacer nada. Claro que eso fue antes de que perdieras la cabeza por mí —Zayn no podía disimular una sonrisa de satisfacción.
Invitado puso los ojos en blanco.
—Por favor, no dejes que se te suba a la cabeza.
—Mi cabeza no es lo que tú estás dejando para el arrastre, cariño.
¿Cariño? Zayn no sabía de dónde había salido ese término tan cariñoso. Él nunca decía esas cosas.
Sorprendido, siguió golpeando el suelo de uno de los vestidores y, cinco minutos después, uno de los tablones se dobló al empujarlo.
—¡Bingo!
—¿Lo has encontrado? —exclamó Invitado.
Zayn estaba apartando los tablones de una de las esquinas… para revelar un compartimento secreto.
La historia era cierta. Había una docena de libros encuadernados en piel sobre una tela azul, un pañuelo quizá. También había otras cosas: sobres atados con cinta de terciopelo, una cajita de madera…
Invitado, con las manos sobre el corazón, miraba el botín como hipnotizada.
—¿Estás bien?
—Sí, sí… es que casi había perdido la esperanza de encontrarlos. Pero me da un poco de miedo leerlos.
—Te preocupa que no te guste lo que pueda haber en ellos.
—Sí. ¿Te parece absurdo?
—No, me parece normal —contestó él—. A mí también me gustaría saber por qué mi padre me dejó fuera de la dirección de la empresa, pero quizá no me gustara la respuesta.
Zayn alargó una mano para ponerla sobre las de Invitado y sintió una conexión que nunca había tenido con nadie. Él no era particularmente cariñoso y, aunque en otro momento habría salido corriendo, sospechaba que Invitado podría necesitar su apoyo.
—¿Quieres quedarte sola?
—No —contestó ella—. Perdona, es una bobada. Si me ayudas a llevar todo esto al dormitorio puedes irte a trabajar. Estoy bien, de verdad.
Zayn no podía negar que se sentía aliviado, pero la verdad era que no quería dejarla sola.
—Como quieras.
—Espera…
Invitado se inclinó para tomar un papel que había quedado en el hueco.
—¿Qué es?
—Es mi partida de nacimiento —contestó ella—. La original.
—Vamos al dormitorio.
Una vez allí Zayn estudió su pálido rostro, la partida de nacimiento temblando en sus manos… y decidió marcharse antes de hacer algo tan estúpido como apretarla contra su corazón.
El sexo era una cosa: enamorarse de ella, otra muy diferente.
—¿Seguro que no quieres que me quede?
—No, el sábado es el día más importante en Estate y… además, probablemente debería hacer esto sola.
Vulnerable. Invitado parecía vulnerable. No era un adjetivo que le hubiese adjudicado antes. Ella era muchas cosas: capaz, inteligente, despierta, preciosa y sexy, pero nunca vulnerable.
—Tienes el número de mi móvil —murmuró, apartando el pelo de su cara—. Llámame si me necesitas.
Y luego se marchó.
Pero no fue tan fácil como esperaba.
--
—Sigues despierta —dijo Zayn.
—¿Cuánto tiempo qué?
—¿Cuándo fue la última vez que te acostaste con un hombre?
Invitado se mordió los labios.
—Unas dos horas.
Zayn la miró como diciendo: «no me tomes el pelo» y ella dejó escapar un suspiro.
—Nueve años —admitió por fin.
—¿Qué? Ahora entiendo que estuvieras tan convencida de que podrías aguantar dos años sin hacer nada. Claro que eso fue antes de que perdieras la cabeza por mí —Zayn no podía disimular una sonrisa de satisfacción.
Invitado puso los ojos en blanco.
—Por favor, no dejes que se te suba a la cabeza.
—Mi cabeza no es lo que tú estás dejando para el arrastre, cariño.
¿Cariño? Zayn no sabía de dónde había salido ese término tan cariñoso. Él nunca decía esas cosas.
Sorprendido, siguió golpeando el suelo de uno de los vestidores y, cinco minutos después, uno de los tablones se dobló al empujarlo.
—¡Bingo!
—¿Lo has encontrado? —exclamó Invitado.
Zayn estaba apartando los tablones de una de las esquinas… para revelar un compartimento secreto.
La historia era cierta. Había una docena de libros encuadernados en piel sobre una tela azul, un pañuelo quizá. También había otras cosas: sobres atados con cinta de terciopelo, una cajita de madera…
Invitado, con las manos sobre el corazón, miraba el botín como hipnotizada.
—¿Estás bien?
—Sí, sí… es que casi había perdido la esperanza de encontrarlos. Pero me da un poco de miedo leerlos.
—Te preocupa que no te guste lo que pueda haber en ellos.
—Sí. ¿Te parece absurdo?
—No, me parece normal —contestó él—. A mí también me gustaría saber por qué mi padre me dejó fuera de la dirección de la empresa, pero quizá no me gustara la respuesta.
Zayn alargó una mano para ponerla sobre las de Invitado y sintió una conexión que nunca había tenido con nadie. Él no era particularmente cariñoso y, aunque en otro momento habría salido corriendo, sospechaba que Invitado podría necesitar su apoyo.
—¿Quieres quedarte sola?
—No —contestó ella—. Perdona, es una bobada. Si me ayudas a llevar todo esto al dormitorio puedes irte a trabajar. Estoy bien, de verdad.
Zayn no podía negar que se sentía aliviado, pero la verdad era que no quería dejarla sola.
—Como quieras.
—Espera…
Invitado se inclinó para tomar un papel que había quedado en el hueco.
—¿Qué es?
—Es mi partida de nacimiento —contestó ella—. La original.
—Vamos al dormitorio.
Una vez allí Zayn estudió su pálido rostro, la partida de nacimiento temblando en sus manos… y decidió marcharse antes de hacer algo tan estúpido como apretarla contra su corazón.
El sexo era una cosa: enamorarse de ella, otra muy diferente.
—¿Seguro que no quieres que me quede?
—No, el sábado es el día más importante en Estate y… además, probablemente debería hacer esto sola.
Vulnerable. Invitado parecía vulnerable. No era un adjetivo que le hubiese adjudicado antes. Ella era muchas cosas: capaz, inteligente, despierta, preciosa y sexy, pero nunca vulnerable.
—Tienes el número de mi móvil —murmuró, apartando el pelo de su cara—. Llámame si me necesitas.
Y luego se marchó.
Pero no fue tan fácil como esperaba.
--
—Sigues despierta —dijo Zayn.
Sorprendida, Invitado levantó la cabeza y miró su reloj. Eran las seis de la mañana. Había estado leyendo toda la noche. Ocho horas. Agotada, cerró el diario que estaba leyendo en ese momento, el que detallaba el embarazo de su madre y su nacimiento.
—Quería tenerme, Zayn —su voz sonaba ronca por la emoción y por las lágrimas que había derramado.
—¿Lo dudabas?
—Pues claro que lo dudaba. Nunca intentó ponerse en contacto conmigo, aunque sabía perfectamente dónde vivía.
Y Invitado había temido algo mucho peor: que hubiera sido una niña a la que su madre no podía amar.
—Pero intentó ser una madre para mí. No entiendo algunos de los términos médicos de este diario, pero Adrianna tenía un problema de corazón. Los médicos y su familia le dijeron que debía abortar porque no era seguro llevar adelante un embarazo, pero ella quiso tenerme y se escapó. Nadie en Miami sabe nada sobre mí porque no le contó a nadie que había tenido una hija y la había dado en adopción. Su familia pensó que se había marchado para que le practicasen un aborto.
Zayn se puso de rodillas al lado de la cama.
—¿Y eso es bueno?
—Sí, es bueno. He conseguido las respuestas que quería y tengo que darte a ti las gracias por ello.
—No hace falta.
Invitado alargó una mano para acariciarle la cara.
—Adrianna murió a los treinta y seis años y a mí me faltan diez para llegar a esa edad. Necesitaba saber si había alguna bomba de relojería en mi ADN, pero lo que tenía ella no es hereditario. Contrajo una infección cuando era adolescente que la dejó delicada del corazón. Dice que sus padres la mimaron tanto desde entonces que no la dejaron vivir como una chica normal. Y luego conoció a mi padre en Fort Lauderdale. Fue el primer hombre que no la trató como si fuera una niña y se enamoraron, aunque su amor no tenía futuro. No sólo por la diferencia de clases, sino porque mi padre era piloto y acababan de destinarlo a California. Cuando descubrió que estaba embarazada, ocho semanas después, pensó que tenerme era su única oportunidad de hacer lo que hacían las mujeres normales. Pero el embarazo debilitó su corazón y temía no tener fuerzas para criar a su hija si sobrevivía al parto. Se puso en contacto con mi padre cuando estaba de siete meses.
A Invitado se le hizo un nudo en la garganta. Su madre se había arriesgado a morir para darle la vida.
—He leído la carta, Zayn —continuó—. Cuando mi padre descubrió que estaba embaraza le pidió que se casara con él, pero Adrianna lo rechazó. Decía que no debían convertir un romance de una semana en algo que no podía ser. Pero mi padre me quiso, Zayn…
—Claro que sí, tonta.
—Cuando Adrianna se dio cuenta de que no tenía fuerzas para cuidar de mí llegaron a un acuerdo de adopción. Y mi padre encontró la solución perfecta casándose con Susan, la viuda de su mejor amigo. Después, Adrianna volvió aquí y prácticamente no salió de casa hasta que murió. Es tan triste… —la voz de Invitado se rompió.
Zayn la tomó entre sus brazos y ella apoyó la cabeza en su pecho. Estar con él la consolaba. Era como si hubiera encontrado el pasado y el futuro allí, en aquella casa, con su marido.
Invitado lo miró a los ojos y se dio cuenta de que tenía algo más que el ADN en común con su madre.
Como Adrianna, se había enamorado de un hombre con el que no tenía futuro y, como su madre, Invitado pensaba aprovechar el tiempo que tuviera con él.
Y luego lo dejaría ir. Aunque para hacerlo tuviera que arrancarse el corazón.
Fin Capítulo Ocho
—Quería tenerme, Zayn —su voz sonaba ronca por la emoción y por las lágrimas que había derramado.
—¿Lo dudabas?
—Pues claro que lo dudaba. Nunca intentó ponerse en contacto conmigo, aunque sabía perfectamente dónde vivía.
Y Invitado había temido algo mucho peor: que hubiera sido una niña a la que su madre no podía amar.
—Pero intentó ser una madre para mí. No entiendo algunos de los términos médicos de este diario, pero Adrianna tenía un problema de corazón. Los médicos y su familia le dijeron que debía abortar porque no era seguro llevar adelante un embarazo, pero ella quiso tenerme y se escapó. Nadie en Miami sabe nada sobre mí porque no le contó a nadie que había tenido una hija y la había dado en adopción. Su familia pensó que se había marchado para que le practicasen un aborto.
Zayn se puso de rodillas al lado de la cama.
—¿Y eso es bueno?
—Sí, es bueno. He conseguido las respuestas que quería y tengo que darte a ti las gracias por ello.
—No hace falta.
Invitado alargó una mano para acariciarle la cara.
—Adrianna murió a los treinta y seis años y a mí me faltan diez para llegar a esa edad. Necesitaba saber si había alguna bomba de relojería en mi ADN, pero lo que tenía ella no es hereditario. Contrajo una infección cuando era adolescente que la dejó delicada del corazón. Dice que sus padres la mimaron tanto desde entonces que no la dejaron vivir como una chica normal. Y luego conoció a mi padre en Fort Lauderdale. Fue el primer hombre que no la trató como si fuera una niña y se enamoraron, aunque su amor no tenía futuro. No sólo por la diferencia de clases, sino porque mi padre era piloto y acababan de destinarlo a California. Cuando descubrió que estaba embarazada, ocho semanas después, pensó que tenerme era su única oportunidad de hacer lo que hacían las mujeres normales. Pero el embarazo debilitó su corazón y temía no tener fuerzas para criar a su hija si sobrevivía al parto. Se puso en contacto con mi padre cuando estaba de siete meses.
A Invitado se le hizo un nudo en la garganta. Su madre se había arriesgado a morir para darle la vida.
—He leído la carta, Zayn —continuó—. Cuando mi padre descubrió que estaba embaraza le pidió que se casara con él, pero Adrianna lo rechazó. Decía que no debían convertir un romance de una semana en algo que no podía ser. Pero mi padre me quiso, Zayn…
—Claro que sí, tonta.
—Cuando Adrianna se dio cuenta de que no tenía fuerzas para cuidar de mí llegaron a un acuerdo de adopción. Y mi padre encontró la solución perfecta casándose con Susan, la viuda de su mejor amigo. Después, Adrianna volvió aquí y prácticamente no salió de casa hasta que murió. Es tan triste… —la voz de Invitado se rompió.
Zayn la tomó entre sus brazos y ella apoyó la cabeza en su pecho. Estar con él la consolaba. Era como si hubiera encontrado el pasado y el futuro allí, en aquella casa, con su marido.
Invitado lo miró a los ojos y se dio cuenta de que tenía algo más que el ADN en común con su madre.
Como Adrianna, se había enamorado de un hombre con el que no tenía futuro y, como su madre, Invitado pensaba aprovechar el tiempo que tuviera con él.
Y luego lo dejaría ir. Aunque para hacerlo tuviera que arrancarse el corazón.
Fin Capítulo Ocho
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Lun 18 Mar 2019, 8:25 am
Capítulo Nueve {Parte I}
Invitado notó un delicioso olor a café y se dio la vuelta, sorprendida. Su marido estaba en la puerta del despacho con un vaso de plástico con el logo de su cafetería favorita en la mano y un brillo travieso en los ojos. Ese brillo que siempre aceleraba su pulso.
—Gracias.
—De nada. Pero pareces cansada, creo que te iría bien una siesta. ¿Quieres ir a casa un par de horitas?
Invitado estaba cansada, pero más feliz que nunca desde que hicieron el amor por primera vez tres días antes; desde que Zayn había abandonado el sofá. Hacer el amor con él y luego dormirse entre sus brazos era mucho mejor que cualquiera de sus fantasías.
Oh, sí, sabía que había muchas posibilidades de que aquello acabara en desastre, pero se enfrentaría al adiós cuando llegase el momento y no antes. Mientras tanto, intentaría demostrarle por qué deberían renegociar el acuerdo de dos años.
No quería ni pensar en el momento de la despedida. Le gustaba su trabajo y vivir en South Beach, pero no podría seguir oyendo rumores sobre la última conquista de Zayn y viendo las fotografías de esas mujeres en las revistas… como ahora publicaban las suyas.
Invitado respiraba profundamente cada mañana antes de abrir los periódicos. Había visto su fotografía en las páginas de sociedad varias veces desde que Brandon envió el comunicado de prensa.
—Bueno, vámonos. Estaremos fuera un par de horas, pero volveremos antes de las siete.
Su tono dictatorial no dejaba lugar a discusiones. Curioso, pero a Invitado no le molestó en absoluto… aunque tenía una montaña de trabajo esperando sobre la mesa.
—Muy bien.
—Vámonos a casa, esposa. Ah, por cierto, en la cafetería me han dicho que un hombre ha estado preguntando por ti. ¿Quién puede ser?
El corazón de Invitado dio un vuelco, pero decidió olvidar la momentánea alarma.
—Seguramente será algún reportero.
¿Quién si no podía ir preguntando por ella?
-
—Te has convertido en una criatura de costumbres, cariño.
La voz de su pasado hizo que Invitado se detuviera cuando iba a salir de la cafetería. Y al darse la vuelta vio a un hombre apartando el periódico con el que había ocultado su cara.
Tommy Saunders.
Su ex seguía pareciendo un motero, desde el pelo largo a la barbita estilo Fu Manchú y los vaqueros rotos. ¿Cómo podía haberlo encontrado atractivo alguna vez?
«Porque todo en él, desde los tatuajes a la coleta, volvían loco a tu padre».
—¿Qué haces aquí, Tommy?
—He venido a verte. ¿Cómo está el sargento?
—Muerto —contestó ella—. ¿Qué haces aquí?
—He venido a hablar contigo.
—No tenemos nada que hablar, Tommy. Lo nuestro se terminó el día que me pediste que fuera tu cómplice traficando con drogas —contestó Invitado en voz baja.
Y después salió de la cafetería sin mirar atrás. Pero enseguida oyó los pasos de Tommy tras ella.
—¿No quieres hablar con un viejo amigo?
Invitado tiró el café a una papelera. Ya no podría tragarlo.
—¿Qué quieres?
—Me han dicho que te has casado con un millonario. Y esa ropa tan cara te sienta bien. Un poco aburrida, pero… una pena que ese matrimonio no sea legítimo.
—¿Cómo?
—Nuestra anulación no fue legal.
El corazón de Invitado empezó a golpear sus costillas.
—Claro que lo fue.
—No, cariño. Y eso significa que tu matrimonio con ese tipo tampoco lo es —Tommy sonrió, tocando el bolsillo de su chaleco de cuero—. Aquí está la prueba de que la anulación no fue firmada y sellada. A tu papá se le olvidó.
—No puede ser…
No podía ser, era imposible. Su padre había sido un hombre meticuloso, no podía haber olvidado algo así.
—¿Estás segura? Porque estoy dispuesto a enseñarle esto a todos los periódicos. Todo el mundo cree que eres doña perfecta, pero no te conocen como yo. Y seguro que ese marido tuyo tampoco.
—No puede ser. Te estás tirando un farol.
—¿Estás dispuesta a jugártela?
El padre de Invitado se había encargado de todo desde que fue a buscarla a Tijuana. Entonces tenía dieciocho años y estaba muerta de miedo. Lo único que ella había tenido que hacer fue orinar en un vaso de plástico para el informe médico y firmar donde le dijeron.
Tenía que buscar la copia de la anulación entre los papeles de su padre, pensó. Pero los papeles de su padre estaban en una caja de seguridad en California y su madre, la única que tenía la llave, estaba en un crucero hasta la semana siguiente.
—Déjame ver ese papel.
Tommy sacó del bolsillo lo que parecía un documento oficial, pero no dejó que lo tocase.
—No pienso dejar que salgas corriendo con él. Pero mira, además de no haber un sello oficial está esto —Tommy señaló con el dedo un sello medio desteñido que decía Denegada.
Invitado pensó que iba a desmayarse. ¿Podrían haber denegado la anulación de su matrimonio? No, no, su padre se lo habría dicho. Le habría ayudado a conseguir el divorcio.
—Seguimos casados, cariño.
Tommy tenía que estar engañándola. Tenía que ser así. Pero no había forma de demostrar que mentía. Aunque su madre pudiera llamar al banco para autorizarla a abrir la caja de seguridad, al día siguiente era Acción de Gracias y los bancos cerraban hasta el lunes.
—Tú sabes que eso es mentira. ¿Qué es lo que quieres?
Tommy volvió a guardar el documento en el bolsillo del chaleco.
—Un poco de dinero podría hacer que me olvidase del asunto.
—Eso es extorsión.
—Yo lo llamaría un seguro de vida.
—Podría llamar a la policía.
—Hazlo. Pero entonces este papelito aparecería en todos los periódicos de Miami.
Invitado tragó saliva. Cierto o no, incluso el menor rumor destrozaría la credibilidad de Zayn. Y le importaba demasiado como para dejar que eso ocurriera. Le importaba tanto como para no querer que supiera nada de su estúpido e irresponsable pasado.
Necesitaba tiempo. Tiempo para demostrar que las acusaciones de Tommy no eran ciertas. Y tendría que comprarlo.
—No tengo mucho dinero…
—Venga, por favor, estás casada con un Malik. O crees que lo estás. Según Internet, era uno de los solteros más cotizados de Miami hasta que se casó contigo.
—¿Cuánto quieres por no decir nada? ¿Cinco mil dólares?
—Cariño, que no nací ayer. Cien mil dólares y cierro el pico.
—Yo no tengo cien mil dólares.
—Tu marido sí.
—Tenemos cuentas separadas, no puedo tocar su dinero.
—Entonces tendré que hablar con los periódicos —Tommy iba a darse la vuelta, pero Invitado lo detuvo.
—Espera, no estoy mintiendo. No tengo ese dinero y no sé cómo conseguirlo.
—¿Cuánto tienes?
—Veinticinco mil dólares.
—No, lo siento, es muy poco.
—Puedo conseguir hasta cuarenta mil dólares. Pero ni un céntimo más.
Tommy la miró de arriba abajo, pensativo.
—Muy bien, vamos al banco. Pero recuerda, cariño: si dices algo, se lo cuento a la prensa.
—Gracias.
—De nada. Pero pareces cansada, creo que te iría bien una siesta. ¿Quieres ir a casa un par de horitas?
Invitado estaba cansada, pero más feliz que nunca desde que hicieron el amor por primera vez tres días antes; desde que Zayn había abandonado el sofá. Hacer el amor con él y luego dormirse entre sus brazos era mucho mejor que cualquiera de sus fantasías.
Oh, sí, sabía que había muchas posibilidades de que aquello acabara en desastre, pero se enfrentaría al adiós cuando llegase el momento y no antes. Mientras tanto, intentaría demostrarle por qué deberían renegociar el acuerdo de dos años.
No quería ni pensar en el momento de la despedida. Le gustaba su trabajo y vivir en South Beach, pero no podría seguir oyendo rumores sobre la última conquista de Zayn y viendo las fotografías de esas mujeres en las revistas… como ahora publicaban las suyas.
Invitado respiraba profundamente cada mañana antes de abrir los periódicos. Había visto su fotografía en las páginas de sociedad varias veces desde que Brandon envió el comunicado de prensa.
—Bueno, vámonos. Estaremos fuera un par de horas, pero volveremos antes de las siete.
Su tono dictatorial no dejaba lugar a discusiones. Curioso, pero a Invitado no le molestó en absoluto… aunque tenía una montaña de trabajo esperando sobre la mesa.
—Muy bien.
—Vámonos a casa, esposa. Ah, por cierto, en la cafetería me han dicho que un hombre ha estado preguntando por ti. ¿Quién puede ser?
El corazón de Invitado dio un vuelco, pero decidió olvidar la momentánea alarma.
—Seguramente será algún reportero.
¿Quién si no podía ir preguntando por ella?
-
—Te has convertido en una criatura de costumbres, cariño.
La voz de su pasado hizo que Invitado se detuviera cuando iba a salir de la cafetería. Y al darse la vuelta vio a un hombre apartando el periódico con el que había ocultado su cara.
Tommy Saunders.
Su ex seguía pareciendo un motero, desde el pelo largo a la barbita estilo Fu Manchú y los vaqueros rotos. ¿Cómo podía haberlo encontrado atractivo alguna vez?
«Porque todo en él, desde los tatuajes a la coleta, volvían loco a tu padre».
—¿Qué haces aquí, Tommy?
—He venido a verte. ¿Cómo está el sargento?
—Muerto —contestó ella—. ¿Qué haces aquí?
—He venido a hablar contigo.
—No tenemos nada que hablar, Tommy. Lo nuestro se terminó el día que me pediste que fuera tu cómplice traficando con drogas —contestó Invitado en voz baja.
Y después salió de la cafetería sin mirar atrás. Pero enseguida oyó los pasos de Tommy tras ella.
—¿No quieres hablar con un viejo amigo?
Invitado tiró el café a una papelera. Ya no podría tragarlo.
—¿Qué quieres?
—Me han dicho que te has casado con un millonario. Y esa ropa tan cara te sienta bien. Un poco aburrida, pero… una pena que ese matrimonio no sea legítimo.
—¿Cómo?
—Nuestra anulación no fue legal.
El corazón de Invitado empezó a golpear sus costillas.
—Claro que lo fue.
—No, cariño. Y eso significa que tu matrimonio con ese tipo tampoco lo es —Tommy sonrió, tocando el bolsillo de su chaleco de cuero—. Aquí está la prueba de que la anulación no fue firmada y sellada. A tu papá se le olvidó.
—No puede ser…
No podía ser, era imposible. Su padre había sido un hombre meticuloso, no podía haber olvidado algo así.
—¿Estás segura? Porque estoy dispuesto a enseñarle esto a todos los periódicos. Todo el mundo cree que eres doña perfecta, pero no te conocen como yo. Y seguro que ese marido tuyo tampoco.
—No puede ser. Te estás tirando un farol.
—¿Estás dispuesta a jugártela?
El padre de Invitado se había encargado de todo desde que fue a buscarla a Tijuana. Entonces tenía dieciocho años y estaba muerta de miedo. Lo único que ella había tenido que hacer fue orinar en un vaso de plástico para el informe médico y firmar donde le dijeron.
Tenía que buscar la copia de la anulación entre los papeles de su padre, pensó. Pero los papeles de su padre estaban en una caja de seguridad en California y su madre, la única que tenía la llave, estaba en un crucero hasta la semana siguiente.
—Déjame ver ese papel.
Tommy sacó del bolsillo lo que parecía un documento oficial, pero no dejó que lo tocase.
—No pienso dejar que salgas corriendo con él. Pero mira, además de no haber un sello oficial está esto —Tommy señaló con el dedo un sello medio desteñido que decía Denegada.
Invitado pensó que iba a desmayarse. ¿Podrían haber denegado la anulación de su matrimonio? No, no, su padre se lo habría dicho. Le habría ayudado a conseguir el divorcio.
—Seguimos casados, cariño.
Tommy tenía que estar engañándola. Tenía que ser así. Pero no había forma de demostrar que mentía. Aunque su madre pudiera llamar al banco para autorizarla a abrir la caja de seguridad, al día siguiente era Acción de Gracias y los bancos cerraban hasta el lunes.
—Tú sabes que eso es mentira. ¿Qué es lo que quieres?
Tommy volvió a guardar el documento en el bolsillo del chaleco.
—Un poco de dinero podría hacer que me olvidase del asunto.
—Eso es extorsión.
—Yo lo llamaría un seguro de vida.
—Podría llamar a la policía.
—Hazlo. Pero entonces este papelito aparecería en todos los periódicos de Miami.
Invitado tragó saliva. Cierto o no, incluso el menor rumor destrozaría la credibilidad de Zayn. Y le importaba demasiado como para dejar que eso ocurriera. Le importaba tanto como para no querer que supiera nada de su estúpido e irresponsable pasado.
Necesitaba tiempo. Tiempo para demostrar que las acusaciones de Tommy no eran ciertas. Y tendría que comprarlo.
—No tengo mucho dinero…
—Venga, por favor, estás casada con un Malik. O crees que lo estás. Según Internet, era uno de los solteros más cotizados de Miami hasta que se casó contigo.
—¿Cuánto quieres por no decir nada? ¿Cinco mil dólares?
—Cariño, que no nací ayer. Cien mil dólares y cierro el pico.
—Yo no tengo cien mil dólares.
—Tu marido sí.
—Tenemos cuentas separadas, no puedo tocar su dinero.
—Entonces tendré que hablar con los periódicos —Tommy iba a darse la vuelta, pero Invitado lo detuvo.
—Espera, no estoy mintiendo. No tengo ese dinero y no sé cómo conseguirlo.
—¿Cuánto tienes?
—Veinticinco mil dólares.
—No, lo siento, es muy poco.
—Puedo conseguir hasta cuarenta mil dólares. Pero ni un céntimo más.
Tommy la miró de arriba abajo, pensativo.
—Muy bien, vamos al banco. Pero recuerda, cariño: si dices algo, se lo cuento a la prensa.
keikorawr
Re: Esposa de alquiler {Zayn Malik & _____ Lowes}
por keikorawr Lun 18 Mar 2019, 9:06 am
Capítulo Nueve {Parte II}
—Invitado, ¿estás bien? —Zayn la llamó cuando pasaba por delante de su despacho.
—Sí, sí —contestó ella, sin pararse.
«Díselo».
Pero no podía hacerlo. Aun no. No hasta que hubiera solucionado aquel desastre. Soltando su bolso sobre la silla, Invitado se puso los dedos en las sienes.
—Has tardado más de lo normal —dijo Zayn detrás de ella.
—Es que… me duele un poco la cabeza y he dado un paseo por la playa para ver si se me pasaba.
No era mentira del todo. Después de dejar a Tommy había ido a dar un paseo por la playa porque se sentía sucia y esperaba que la brisa del mar la calmase un poco.
—Estás muy pálida —con expresión preocupada, Zayn se acercó para tomarla por los hombros—. ¿Quieres irte a casa?
Lo que quería era borrar el desagradable recuerdo de Tommy y trazar un plan. ¿Cómo podía conseguir una copia del documento que necesitaba? Ni siquiera sabía el nombre del abogado de su padre.
Susan tenía que saberlo, pero estaría fuera del país seis días más.
Podría perder a Zayn por eso… y aun no estaba dispuesta a dejarlo ir. ¿A quién quería engañar? Nunca estaría dispuesta a romper aquel matrimonio.
—¿Invitado?
—Abrázame, Zayn. Sólo abrázame —murmuró, tomando su cara entre las manos para memorizar la curva de su cráneo, el ángulo de su mandíbula, el brillo de sus ojos—. Si no paramos, nos verá alguien…
—¿Y a quién van a quejarse? Soy el jefe. ¿Dónde tienes el bolso?
—Ahí… ¿por qué?
—Porque soy demasiado viejo para llevar preservativos en el bolsillo del pantalón.
—Yo tampoco llevo.
—Dame tu bolso.
—¿Por qué?
—Porque guardé uno ahí la semana pasada.
—¿Qué?
Mientras ella tomaba el bolso, atónita, Zayn cerró la puerta con llave.
Ni siquiera se había dado cuenta de que estuviera ahí.
—¿Qué se te ocurrirá la próxima vez?
—Ven aquí, esposa —dijo él, tomándola por la cintura—. Y recuérdame que compre un sofá para tu despacho.
Invitado cerró los ojos mientras la besaba, intentando grabar en su memoria el calor de sus labios.
Tendría que contarle lo de Tommy y, cuando lo hiciera, Zayn probablemente la odiaría. Le había preguntado si había más secretos en su vida y ella le había dicho que no. Nunca creería que ella pensó que su pasado no tenía importancia. Qué ingenua había sido.
Pero antes tendría que soportar la cena de Acción de Gracias y luego el cumpleaños de Bonita, que Zayn quería celebrar en el club. Y después le contaría su sórdido pasado y rezaría para que la entendiese.
Mientras él desabrochaba la cremallera de su falda, ella desabrochaba su camisa, el cinturón, los pantalones. Los dos estuvieron desnudos en unos segundos. Su ardiente piel le quemaba las manos, la boca. No podía cansarse de él.
—Invitado —musitó, cuando empezó a acariciarlo—. Me encanta lo que me haces, pero ahora mismo necesito estar dentro de ti.
Zayn la sentó sobre el escritorio y se colocó entre sus piernas. Consciente de que había empleados al otro lado de la puerta, Invitado se mordió los labios para no hacer ruido mientras él la embestía una y otra vez.
«Demasiado pronto, espera».
Quería que durase, saborear ese calor, esa tensión… pero el orgasmo llegó como una tormenta rompiendo un dique y no pudo contenerse.
Zayn terminó casi a la vez y dejó caer la cabeza sobre su hombro, mientras el sonido de sus jadeos llenaba el despacho.
Invitado lo apretó contra su pecho hasta que quedaron pegados el uno al otro. No podía decirle adiós. No podía perderlo.
Y no pensaba dejar que Tommy Saunders arruinase su vida sin pelear.
Fin Capítulo Nueve
keikorawr
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