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El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
CHICAS NO ESTOY EN MI CASA
VUELVO MAÑANA Y LES PROMETO PONER
UN ESPECIAL VALE
NOS LEEREMOS LUEGO BYE
VUELVO MAÑANA Y LES PROMETO PONER
UN ESPECIAL VALE
NOS LEEREMOS LUEGO BYE
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
ElitzJb escribió:CHICAS NO ESTOY EN MI CASA
VUELVO MAÑANA Y LES PROMETO PONER
UN ESPECIAL VALE
NOS LEEREMOS LUEGO BYE
hoy ?? :L
Ciin :)
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Donde estás! (?
Necesito más capitulos mujer!
Me tienes con el alma en un hilo!!
:imdead: :imdead: :imdead:
HeyItsLupitaNJ
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo 12
Primera Parte
Los mareos matutinos, en lugar de mejorar, fueron a peor. Todos los días
Nick le repetía, con la disciplina de un soldado, que sí, que los vómitos
eran horribles, pero que él la ayudaría a llevarlos lo mejor posible hasta
que desaparecieran. Decidieron guardar en secreto el embarazo hasta el
segundo trimestre básicamente por el riesgo de complicaciones y abortos
espontáneos. El ginecólogo les aseguró que después del segundo mes no
tendrían de qué preocuparse, pero aun así ellos prefirieron esperar antes
de decírselo a nadie.
(_Tn) ni siquiera se lo contó a Eliza, lo cual fue cualquier cosa
menos fácil, pero creía que era mejor que su amiga no lo supiera aún para
evitar que se le escapara sin querer mientras hablaba con alguien.
Nick estuvo a su lado, tal y como había prometido. De vez en cuando
no tenía más remedio que volar a Europa, pero los viajes siempre eran
cortos, de tres días como mucho. (_Tn) lo pasaba mal cuando se iba,
pero tenerle de nuevo en casa siempre era maravilloso.
Las semanas se sucedían a una velocidad vertiginosa. Las noches eran
una experiencia memorable en los brazos de Nick . Hasta que un día, tal y
como el ginecólogo había pronosticado, el hada de los mareos matutinos
interrumpió sus visitas diarias.
Un día, Nick regresó a casa tras pasar el día en la oficina. (_Tn)
había dedicado la jornada a retirar cuadros y a mover los muebles de la
habitación que había frente al dormitorio. Estaba levantando una mesita
de noche cuando oyó la voz alarmada de Nick gritando desde la puerta.
—¿Se puede saber qué demonios estás haciendo?
(_Tn) soltó la mesita y a punto estuvo de aplastarse un dedo del pie.
—Me has asustado —le dijo.
Nick se dirigió hacia ella con las manos en la cadera.
—No deberías estar levantando muebles. —Sus ojos recorrieron la
estancia—. ¿Has sacado tú todo lo que había aquí?
Solo quedaba el armario, la cama y las mesitas.
—Sí, ¿por qué? Dijimos que este sería el dormitorio del bebé —
respondió (_Tn) con un hilo de voz para que Louise, que estaba
limpiando el dormitorio principal, no oyera nada.
—Esto no está bien —susurró Nick , y dándose la vuelta gritó—:
¿Louise? ¿Mary?
—¿Qué estás haciendo?
Louise apareció en la habitación casi a la carrera, visiblemente
alarmada.
—¿Va todo bien?
—Ve a buscar a Neil —le dijo Nick .
(_Tn) tomó el brazo de su marido, debatiéndose entre la confusión
y la alarma. Por mucho que insistió, no consiguió que le contara qué
estaba pasando. Nick esperó a tener a sus tres empleados delante antes de
decir una sola palabra.
Y cuando finalmente lo hizo, (_Tn) se quedó muda de la sorpresa.
—(_Tn) está embarazada.
No daba crédito a lo que estaba pasando. Ambos habían acordado no
decir nada a nadie hasta la próxima visita con el ginecólogo, aunque en
cuestión de segundos comprendió sus motivaciones.
—Lo sabía —dijo Louise, mirando a Mary de soslayo.
Mary se encogió de hombros y recibió la noticia con una sonrisa
maternal.
—Por supuesto que sí.
—¿Lo sabíais? —preguntó (_Tn) .
—Querida, vivimos aquí. Pues claro que lo sabíamos.
Nick miró a Neil.
—A mí no me mire. No tenía ni idea.
—Si sabéis que (_Tn) está embarazada, ¿por qué permitís que se
dedique a mover muebles por toda la casa?
Neil miró a su alrededor.
—No quería que la ayudáramos.
—No necesito que me ayuden —se defendió (_Tn) , a ella misma y
a sus empleados—. ¿Dónde está el problema?
Neil dio un paso al frente.
—Las embarazadas no pueden cargar peso.
Nick sonrió y le dio una palmadita en la espalda.
—Al fin alguien que me entiende.
—¿Por eso tanto revuelo? ¿No me crees capaz de vaciar un dormitorio?
—(_Tn) empezaba a enfadarse por momentos, ella que aborrecía el
machismo...
—A partir de ahora, no quiero que (_Tn) levante nada que pueda
pesar más que un plato de comida o una bolsa llena de ropa. Y si la bolsa
pesa mucho, ni siquiera eso. —Nick habló mirándola a ella, pero en
realidad se dirigía al personal.
—Espera un momento...
Mary retrocedió y le hizo una seña a Louise.
—Creo que deberíamos dejarlos a solas.
—Nick tiene razón —intervino la voz de Neil—. Permítame que la
ayude con todo esto. Podría hacerse daño usted o al bebé.
(_Tn) levantó un brazo en alto cuando vio que Neil pasaba junto a
ella y se disponía a levantar la mesita de noche.
—Quieto ahí. Estoy embarazada, no enferma. El ginecólogo no dijo
nada de restricciones.
—Neil —intervino Mary—, creo que deberíamos dejar solos a los
señores para que lo solucionen sin nuestra ayuda.
Los tres se dirigieron hacia la puerta en silencio, mientras (_Tn) se
mordía la lengua e intentaba controlar su ira y Nick erguía la cabeza,
decidido a no dar el brazo a torcer.
—Creí que habíamos decidido entre los dos no contarle a nadie lo del
bebé.
Nick miró a su alrededor.
—Pues ese punto no lo hemos cumplido. Maldita sea, (_Tn) ,
podrías haberte hecho daño arrastrando cosas de un lado para otro.
—No son más que cosas.
—Cosas pesadas que tú no deberías levantar.
—Venga, por favor...
Nick puso una mano en alto para silenciar las protestas.
—¿Y si levantaras esta mesita —preguntó, dándole una patada a la
madera— y notaras un dolor en el vientre?
(_Tn) sintió un escalofrío que la cogió desprevenida.
—Eso no tiene por qué pasar.
—Pero ¿y si pasara?
Miró a su alrededor y de repente fue consciente por primera vez del
tamaño de la cama, de la masa imponente del armario que estaba decidida
a sacar de la habitación antes de que Nick la interrumpiera.
Quizá tenía razón.
—Puedo cargar las bolsas después de una tarde de compras —
respondió finalmente con un hilo de voz.
Nick se acercó a su mujer y la abrazó. Podía notar la frialdad de sus
manos acariciándole la espalda y el rápido latido de su corazón dentro del
pecho. Estaba preocupado, genuinamente sorprendido por sus acciones.
La parte más emocional de (_Tn) suspiró aliviada al constatar cuánto
se preocupaba por ella; la más independiente agitó el puño en alto.
—Por favor, prométeme que otra vez pedirás ayuda.
(_Tn) nunca prometía nada que no pensara cumplir, así que no se
apresuró a responder lo que Nick necesitaba oír.
—Prométemelo —insistió él, dando un paso atrás y sujetándole la
cabeza entre las manos.
—Esta mañana, cuando me he levantado, me sentía genial. Creo que se
han acabado los mareos.
—Prométemelo. —Nick no pensaba rendirse.
—Vale, está bien. No levantaré peso. ¿Satisfecho? —La respuesta sonó
más áspera de lo que (_Tn) pretendía, pero, a juzgar por su sonrisa, a
Nick no parecía importarle.
—¿Me lo prometes?
—¡Te lo prometo! —exclamó ella, dándole un empujón en el pecho—.
Santo Dios, ¿es que siempre te sales con la tuya?
Nick asintió.
—Prometo abalanzarme sobre cualquier cosa que necesites levantar.
Cuando quieras que haga algo, no tendrás que repetírmelo dos veces.
—Vale, machote, más acción y menos palabrería. Quiero que me vacíes
la habitación para empezar a preparar las paredes para pintarlas.
Nick abrió los ojos como platos y frunció los labios.
—¿Con el olor que desprende la pintura? —preguntó.
(_Tn) supo al instante que tendría que hacer unas cuantas promesas
más antes de que se hiciera de noche.
Al final, prometió dejarle el trabajo duro a Nick y a quienquiera que él
contratase para ello. A cambio, ella tenía rienda suelta para señalar, gastar
y ordenar tantos cambios como creyera necesarios.
En lugar de comunicar por carta a los abogados de su padre la futura
llegada de su heredero, Nick optó por una presentación mucho más
espectacular. En cuanto (_Tn) se sintió lo suficientemente bien como
para viajar, organizaron un viaje al hogar de sus ancestros para compartir
la noticia con el resto de la familia.
La pequeña cena festiva bullía de excitación hasta que Nick pidió
silencio y cogió a (_Tn) de la mano.
—Supongo que muchos de vosotros os debéis de estar preguntando por
qué os hemos reunido aquí esta noche.
—Ya sabes que me encantan las suposiciones —dijo su madre desde el
otro extremo de la mesa. Todos a su alrededor rompieron a reír y
esperaron a que Nick continuara.
—(_Tn) y yo esperamos nuestro primer hijo para finales de enero.
—Lo sabía. —Gwen se puso en pie de un salto y rodeó la mesa para
abrazar a (_Tn) y luego a su hermano.
Los presentes se deshicieron en felicitaciones y buenas intenciones. Si
alguien tenía dudas sobre cuándo se había quedado embarazada, no dijo
ni una sola palabra al respecto.
Howard captó la mirada de Nick desde el otro extremo de la mesa, y
sus labios dibujaron una fina línea recta. Nick siempre había culpado a su
padre por la mala relación que existía entre los dos primos. Si no le
hubiera nombrado su segundo heredero, tal vez Nick y Howard estarían
más unidos. Tristemente la realidad era bien distinta. Paul se acercó a su
hijo y le susurró algo, y Nick centró la atención en su mujer.
(_Tn) irradiaba orgullo y ese brillo especial que tanta gente atribuía
a las embarazadas. Llevaba un vestido de verano con las mangas cortas y
un cinturón alrededor de su —por momento— minúscula cintura. Nick
se había dado cuenta de que empezaba a tener los pechos ligeramente más
grandes y también más sensibles cuando hacían el amor. Cada mañana
descubría una nueva maravilla. En la última visita al ginecólogo antes de
volar a Gran Bretaña, habían escuchado el latido acelerado del corazón de
su hijo. A (_Tn) se le habían llenado los ojos de lágrimas y a él se le
había hecho un nudo en la garganta. De repente sintió un amor
incondicional hacia su hijo, una emoción más sólida que cualquier otra
que hubiese experimentado en toda su vida. Bueno, casi, musitó.
Buscó con la mirada a su mujer, engullida por una marea de personas
que esperaban para poder abrazarla. Descubrir el amor que sentía por su
hijo le había llevado a darse de bruces con otra realidad.
El amor que sentía por (_Tn) .
En lugar de huir de tantas emociones potencialmente devastadoras,
Nick las sujetó contra su pecho como si fueran una buena mano en una
partida de póker. Tendría tiempo suficiente para descifrar los sentimientos
de (_Tn) antes de confiarle los suyos. Al fin y al cabo, estaba
acostumbrado a jugar sus cartas hasta asegurarse de ganar la partida.
Al final de la noche, Parker se acercó a hablar con él justo antes de
abandonar la fiesta.
Nick le repetía, con la disciplina de un soldado, que sí, que los vómitos
eran horribles, pero que él la ayudaría a llevarlos lo mejor posible hasta
que desaparecieran. Decidieron guardar en secreto el embarazo hasta el
segundo trimestre básicamente por el riesgo de complicaciones y abortos
espontáneos. El ginecólogo les aseguró que después del segundo mes no
tendrían de qué preocuparse, pero aun así ellos prefirieron esperar antes
de decírselo a nadie.
(_Tn) ni siquiera se lo contó a Eliza, lo cual fue cualquier cosa
menos fácil, pero creía que era mejor que su amiga no lo supiera aún para
evitar que se le escapara sin querer mientras hablaba con alguien.
Nick estuvo a su lado, tal y como había prometido. De vez en cuando
no tenía más remedio que volar a Europa, pero los viajes siempre eran
cortos, de tres días como mucho. (_Tn) lo pasaba mal cuando se iba,
pero tenerle de nuevo en casa siempre era maravilloso.
Las semanas se sucedían a una velocidad vertiginosa. Las noches eran
una experiencia memorable en los brazos de Nick . Hasta que un día, tal y
como el ginecólogo había pronosticado, el hada de los mareos matutinos
interrumpió sus visitas diarias.
Un día, Nick regresó a casa tras pasar el día en la oficina. (_Tn)
había dedicado la jornada a retirar cuadros y a mover los muebles de la
habitación que había frente al dormitorio. Estaba levantando una mesita
de noche cuando oyó la voz alarmada de Nick gritando desde la puerta.
—¿Se puede saber qué demonios estás haciendo?
(_Tn) soltó la mesita y a punto estuvo de aplastarse un dedo del pie.
—Me has asustado —le dijo.
Nick se dirigió hacia ella con las manos en la cadera.
—No deberías estar levantando muebles. —Sus ojos recorrieron la
estancia—. ¿Has sacado tú todo lo que había aquí?
Solo quedaba el armario, la cama y las mesitas.
—Sí, ¿por qué? Dijimos que este sería el dormitorio del bebé —
respondió (_Tn) con un hilo de voz para que Louise, que estaba
limpiando el dormitorio principal, no oyera nada.
—Esto no está bien —susurró Nick , y dándose la vuelta gritó—:
¿Louise? ¿Mary?
—¿Qué estás haciendo?
Louise apareció en la habitación casi a la carrera, visiblemente
alarmada.
—¿Va todo bien?
—Ve a buscar a Neil —le dijo Nick .
(_Tn) tomó el brazo de su marido, debatiéndose entre la confusión
y la alarma. Por mucho que insistió, no consiguió que le contara qué
estaba pasando. Nick esperó a tener a sus tres empleados delante antes de
decir una sola palabra.
Y cuando finalmente lo hizo, (_Tn) se quedó muda de la sorpresa.
—(_Tn) está embarazada.
No daba crédito a lo que estaba pasando. Ambos habían acordado no
decir nada a nadie hasta la próxima visita con el ginecólogo, aunque en
cuestión de segundos comprendió sus motivaciones.
—Lo sabía —dijo Louise, mirando a Mary de soslayo.
Mary se encogió de hombros y recibió la noticia con una sonrisa
maternal.
—Por supuesto que sí.
—¿Lo sabíais? —preguntó (_Tn) .
—Querida, vivimos aquí. Pues claro que lo sabíamos.
Nick miró a Neil.
—A mí no me mire. No tenía ni idea.
—Si sabéis que (_Tn) está embarazada, ¿por qué permitís que se
dedique a mover muebles por toda la casa?
Neil miró a su alrededor.
—No quería que la ayudáramos.
—No necesito que me ayuden —se defendió (_Tn) , a ella misma y
a sus empleados—. ¿Dónde está el problema?
Neil dio un paso al frente.
—Las embarazadas no pueden cargar peso.
Nick sonrió y le dio una palmadita en la espalda.
—Al fin alguien que me entiende.
—¿Por eso tanto revuelo? ¿No me crees capaz de vaciar un dormitorio?
—(_Tn) empezaba a enfadarse por momentos, ella que aborrecía el
machismo...
—A partir de ahora, no quiero que (_Tn) levante nada que pueda
pesar más que un plato de comida o una bolsa llena de ropa. Y si la bolsa
pesa mucho, ni siquiera eso. —Nick habló mirándola a ella, pero en
realidad se dirigía al personal.
—Espera un momento...
Mary retrocedió y le hizo una seña a Louise.
—Creo que deberíamos dejarlos a solas.
—Nick tiene razón —intervino la voz de Neil—. Permítame que la
ayude con todo esto. Podría hacerse daño usted o al bebé.
(_Tn) levantó un brazo en alto cuando vio que Neil pasaba junto a
ella y se disponía a levantar la mesita de noche.
—Quieto ahí. Estoy embarazada, no enferma. El ginecólogo no dijo
nada de restricciones.
—Neil —intervino Mary—, creo que deberíamos dejar solos a los
señores para que lo solucionen sin nuestra ayuda.
Los tres se dirigieron hacia la puerta en silencio, mientras (_Tn) se
mordía la lengua e intentaba controlar su ira y Nick erguía la cabeza,
decidido a no dar el brazo a torcer.
—Creí que habíamos decidido entre los dos no contarle a nadie lo del
bebé.
Nick miró a su alrededor.
—Pues ese punto no lo hemos cumplido. Maldita sea, (_Tn) ,
podrías haberte hecho daño arrastrando cosas de un lado para otro.
—No son más que cosas.
—Cosas pesadas que tú no deberías levantar.
—Venga, por favor...
Nick puso una mano en alto para silenciar las protestas.
—¿Y si levantaras esta mesita —preguntó, dándole una patada a la
madera— y notaras un dolor en el vientre?
(_Tn) sintió un escalofrío que la cogió desprevenida.
—Eso no tiene por qué pasar.
—Pero ¿y si pasara?
Miró a su alrededor y de repente fue consciente por primera vez del
tamaño de la cama, de la masa imponente del armario que estaba decidida
a sacar de la habitación antes de que Nick la interrumpiera.
Quizá tenía razón.
—Puedo cargar las bolsas después de una tarde de compras —
respondió finalmente con un hilo de voz.
Nick se acercó a su mujer y la abrazó. Podía notar la frialdad de sus
manos acariciándole la espalda y el rápido latido de su corazón dentro del
pecho. Estaba preocupado, genuinamente sorprendido por sus acciones.
La parte más emocional de (_Tn) suspiró aliviada al constatar cuánto
se preocupaba por ella; la más independiente agitó el puño en alto.
—Por favor, prométeme que otra vez pedirás ayuda.
(_Tn) nunca prometía nada que no pensara cumplir, así que no se
apresuró a responder lo que Nick necesitaba oír.
—Prométemelo —insistió él, dando un paso atrás y sujetándole la
cabeza entre las manos.
—Esta mañana, cuando me he levantado, me sentía genial. Creo que se
han acabado los mareos.
—Prométemelo. —Nick no pensaba rendirse.
—Vale, está bien. No levantaré peso. ¿Satisfecho? —La respuesta sonó
más áspera de lo que (_Tn) pretendía, pero, a juzgar por su sonrisa, a
Nick no parecía importarle.
—¿Me lo prometes?
—¡Te lo prometo! —exclamó ella, dándole un empujón en el pecho—.
Santo Dios, ¿es que siempre te sales con la tuya?
Nick asintió.
—Prometo abalanzarme sobre cualquier cosa que necesites levantar.
Cuando quieras que haga algo, no tendrás que repetírmelo dos veces.
—Vale, machote, más acción y menos palabrería. Quiero que me vacíes
la habitación para empezar a preparar las paredes para pintarlas.
Nick abrió los ojos como platos y frunció los labios.
—¿Con el olor que desprende la pintura? —preguntó.
(_Tn) supo al instante que tendría que hacer unas cuantas promesas
más antes de que se hiciera de noche.
Al final, prometió dejarle el trabajo duro a Nick y a quienquiera que él
contratase para ello. A cambio, ella tenía rienda suelta para señalar, gastar
y ordenar tantos cambios como creyera necesarios.
En lugar de comunicar por carta a los abogados de su padre la futura
llegada de su heredero, Nick optó por una presentación mucho más
espectacular. En cuanto (_Tn) se sintió lo suficientemente bien como
para viajar, organizaron un viaje al hogar de sus ancestros para compartir
la noticia con el resto de la familia.
La pequeña cena festiva bullía de excitación hasta que Nick pidió
silencio y cogió a (_Tn) de la mano.
—Supongo que muchos de vosotros os debéis de estar preguntando por
qué os hemos reunido aquí esta noche.
—Ya sabes que me encantan las suposiciones —dijo su madre desde el
otro extremo de la mesa. Todos a su alrededor rompieron a reír y
esperaron a que Nick continuara.
—(_Tn) y yo esperamos nuestro primer hijo para finales de enero.
—Lo sabía. —Gwen se puso en pie de un salto y rodeó la mesa para
abrazar a (_Tn) y luego a su hermano.
Los presentes se deshicieron en felicitaciones y buenas intenciones. Si
alguien tenía dudas sobre cuándo se había quedado embarazada, no dijo
ni una sola palabra al respecto.
Howard captó la mirada de Nick desde el otro extremo de la mesa, y
sus labios dibujaron una fina línea recta. Nick siempre había culpado a su
padre por la mala relación que existía entre los dos primos. Si no le
hubiera nombrado su segundo heredero, tal vez Nick y Howard estarían
más unidos. Tristemente la realidad era bien distinta. Paul se acercó a su
hijo y le susurró algo, y Nick centró la atención en su mujer.
(_Tn) irradiaba orgullo y ese brillo especial que tanta gente atribuía
a las embarazadas. Llevaba un vestido de verano con las mangas cortas y
un cinturón alrededor de su —por momento— minúscula cintura. Nick
se había dado cuenta de que empezaba a tener los pechos ligeramente más
grandes y también más sensibles cuando hacían el amor. Cada mañana
descubría una nueva maravilla. En la última visita al ginecólogo antes de
volar a Gran Bretaña, habían escuchado el latido acelerado del corazón de
su hijo. A (_Tn) se le habían llenado los ojos de lágrimas y a él se le
había hecho un nudo en la garganta. De repente sintió un amor
incondicional hacia su hijo, una emoción más sólida que cualquier otra
que hubiese experimentado en toda su vida. Bueno, casi, musitó.
Buscó con la mirada a su mujer, engullida por una marea de personas
que esperaban para poder abrazarla. Descubrir el amor que sentía por su
hijo le había llevado a darse de bruces con otra realidad.
El amor que sentía por (_Tn) .
En lugar de huir de tantas emociones potencialmente devastadoras,
Nick las sujetó contra su pecho como si fueran una buena mano en una
partida de póker. Tendría tiempo suficiente para descifrar los sentimientos
de (_Tn) antes de confiarle los suyos. Al fin y al cabo, estaba
acostumbrado a jugar sus cartas hasta asegurarse de ganar la partida.
Al final de la noche, Parker se acercó a hablar con él justo antes de
abandonar la fiesta.
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo 12
Segunda Parte
—Veo que se ha asegurado todos los puntos del testamento de su
padre.
Dicho así, Nick no pudo evitar sentir que una fina capa de suciedad le
nublaba la conciencia. No había hecho nada malo para conseguir su
objetivo, pero tampoco le había contado a (_Tn) la necesidad de
asegurarse un heredero si quería cobrar la herencia.
—Eso parece —respondió Nick .
Parker le ofreció la mano.
—Nos reuniremos tras el nacimiento y firmaremos los papeles del
testamento. Felicidades de nuevo.
—Gracias.
Mientras seguía a Parker con la mirada mientras este salía de su casa,
Nick notó que alguien le observaba. Cuando se dio la vuelta, se encontró
a (_Tn) en medio del recibidor.
—El abogado de tu padre, ¿verdad?
Nick asintió levemente con la cabeza.
—Eran amigos íntimos.
(_Tn) se acercó a Nick y colocó una mano en su cintura antes de
apoyarse en él.
—Supongo que ahora ya no podrá dudar de tus intenciones —dijo,
desviando la mirada hacia la puerta.
—Me temo que seguirá dudando hasta que nazca el niño.
(_Tn) apoyó la cabeza en el hombro de su marido y disimuló un
bostezo con la mano.
—Estás cansada. Deberíamos irnos a la cama.
—Pero aún queda mucha gente que ha venido a verte.
—Pues tendrán que arreglárselas sin nosotros.
(_Tn) no se resistió. Era evidente que estaba muy cansada, así que
Nick la cogió de la mano y desaparecieron escaleras arriba.
Nick y (_Tn) se quedaron un par de días en Nueva York de regreso a
California. Mientras Nick se reunía con su abogado, (_Tn) se enfrentó al
calor sofocante de Manhattan y aprovechó para hacer un montón de
compras totalmente innecesarias.
Por mucho que intentara concentrarse en la ropa premamá que le hacía
falta, no podía evitar sentir una atracción irresistible hacía la sección
infantil de los centros comerciales. Quizá fuera porque todos los que
tenían que saber que estaba embarazada ya lo sabían, pero (_Tn) sentía la
extraña necesidad de comprar de todo.
No saber el sexo del niño dificultaba las cosas, pero nada que no se
pudiera salvar comprando un conjunto verde por aquí y otro amarillo por
allá. Encontró un arrullo blanco tejido a mano para envolver al niño
cuando salieran del hospital camino de casa. Con los brazos cargados de
bolsas, (_Tn) estaba rebuscando entre minúsculos calcetines y
peluches varios cuando sintió una mano en el hombro.
Allí estaba la víbora con su melena rubia al viento.
—¿Por qué no me sorprende encontrarte aquí? —preguntó Vanessa con
su lengua viperina asomando entre los labios pintados de rosa.
A (_Tn) poco le importaba lo que pensara aquella mujer y no tenía
la menor intención de entablar una conversación con ella. De todas
formas, ¿qué probabilidades tenía de encontrarse accidentalmente con ella
en una ciudad del tamaño de Nueva York? (_Tn) sabía que vivía allí, pero
¿qué posibilidades había?
—Vanessa.
Vanessa señaló el sonajero con forma de elefante que (_Tn)
sostenía en la mano.
—Qué monada. ¿Para cuándo esperas tu retoño?
—No es asunto tuyo. —(_Tn) dejó el sonajero donde lo había
encontrado y se dio la vuelta, dispuesta a alejarse.
—Déjame que haga mis cálculos. —Vanessa le bloqueó la salida,
acorralándola entre una estantería llena de parafernalia para bebés y una
serpiente venenosa—. ¿Antes del cumpleaños de Nick ?
No era muy difícil de imaginar y tampoco tenía importancia.
—¿Tienes envidia, Vanessa? ¿Tanto te ha afectado que Nick no te
escogiera a ti?
Vanessa echó la cabeza hacia atrás y soltó una sonora carcajada.
—Por favor. Ese cerdo manipulador. Es más fácil ver su verdadera
naturaleza cuando no se está cerca de él. Lástima que tú no te hayas dado
cuenta a tiempo... —Vanessa dejó las palabras en el aire y bajó la mirada
hasta el vientre de (_Tn) .
(_Tn) se cubrió la barriga con la mano como para proteger a su hijo de la
mirada de aquella horrible mujer.
—Nick es una de las personas más entregadas que he conocido.
—Nick solo se preocupa por sí mismo. Me pregunto si te pidió que
tuvieras un hijo suyo o si una noche se olvidó de utilizar protección «por
accidente» —dijo Vanessa, imitando la forma de unas comillas con los
dedos.
La conversación había coronado la cima de lo extraño y ahora se
precipitaba ladera abajo hacia lo estrambótico.
—No tengo tiempo para estas cosas, Vanessa. Si me disculpas...
(_Tn) se apartó pero Vanessa la cogió del brazo.
—Dios mío, no lo sabes, ¿verdad?
(_Tn) tiró del brazo pero la otra mujer se negaba a soltarla. De repente
sintió un ataque de pánico inexplicable, parecido a la sensación que un
perro debe de tener cuando hay un terremoto, que la dejó sin habla.
—Sabes que Nick necesita un heredero para recibir la herencia, ¿no?
«¿Qué?»
Vanessa sonrió abiertamente y apartó la mano del brazo de (_Tn) .
—Pobrecita. Me pregunto cómo lo ha hecho. ¿Te ha escondido las
píldoras? ¿O habrá agujereado los preservativos?
A (_Tn) empezaba a dolerle la mandíbula y tenía los músculos del
cuello tan tensos que en cualquier momento empezarían a partirse. ¿De
qué demonios hablaba Vanessa?
De pronto recordó las palabras de Parker. «Veo que se ha asegurado
todos los puntos del testamento de su padre.»
No estaba dispuesta a ser el hazmerreír de Vanessa durante más tiempo,
de modo que dio media vuelta y salió de la tienda tan deprisa como pudo.
Quería poner tierra de por medio a toda costa y el calor era tan intenso
que enseguida empezó a sudar.
«Nick necesita un heredero para poder cobrar la herencia.» Las
palabras se repetían como un eco infinito dentro de su cabeza. ¿Sería
verdad? Si lo era, tenía sentido que Nick hubiera recibido la noticia con
tanta calma. (_Tn) creía que eso era precisamente lo único que él no
quería de su matrimonio temporal con ella. No era de extrañar que no
hubiera perdido la cabeza al saber que iba a ser padre. Ni siquiera se había
encogido de hombros. Es más, ¿le había sorprendido?
No, ahora que pensaba en ello, (_Tn) comprendió que no.
Ya no tenía por qué hacerle más promesas por el bien del bebé. Ni una
más.
De todas formas, Nick se había comprometido a ser un buen padre y a
estar disponible siempre que su hijo lo necesitara.
(_Tn) se negaba a permitir que los sentimientos tomaran el control sobre
su cerebro. Paró un taxi y se dirigió hacia el condominio que Nick tenía
en la costa este de Manhattan.
Ya había estado allí dos veces, siempre en viajes hacia o desde Europa.
Cuando por fin entró en el edificio y sintió el frío aire climatizado del
lugar, empezaba a caer la tarde sobre la ciudad.
Sin quitarse las gafas de sol, (_Tn) saludó al portero y se dirigió
hacia los ascensores evitando cualquier tipo de conversación.
A diferencia de la casa de Malibú, allí no había sirvientas ni cocineros
con los que cruzarse.
Tiró las bolsas sobre el sofá y encendió el portátil de la habitación extra
que Nick utilizaba como despacho. Necesitaba hacer unas
comprobaciones antes de enfrentarse a Nick y pedirle explicaciones de lo
que le había contado Vanessa.
El porcentaje de error de los preservativos era algo que le había
parecido extraño desde el principio. Los hombres responsables como él
utilizaban condones toda su vida y se las arreglaban para que nunca nadie
tuviera que llamarlos «papá». Entonces, ¿qué había cambiado? ¿Por qué
con ella no había funcionado?
Sus dedos volaron sobre el teclado. En apenas unos minutos, había
encontrado varias páginas de salud en las que se hablaba de los condones,
de su uso y de su efectividad. Por un momento creyó que no encontraría
nada útil, hasta que dio con una web que se titulaba «¿Por qué fallan los
preservativos?».
La página estaba llena de información general y en ella se hablaba de
condones y de por qué se rompían. Pero a ellos nunca les había pasado, al
menos que (_Tn) supiera. También incluía algunas entrevistas a
mujeres que habían acabado formando parte de esa estadística del dos por
ciento. Muchas de ellas confesaban malos hábitos, roturas e incluso que el
látex estaba caducado.
Aun así, Nick y ella solo habían mantenido relaciones durante un mes
antes de que ella descubriera que estaba embarazada. Era como si no
hubieran utilizado protección desde el principio.
¿Cómo podía un hombre asegurarse de dejar embarazada a una mujer?
Incluso en sus momentos más tórridos, sus relaciones siempre habían
sido seguras.
(_Tn) se levantó de la mesa y se dirigió hacia el lavabo. Habían
utilizado el dormitorio de camino a la recepción, así que parecía razonable
que el condón de aquella noche hubiera salido de la caja que había en el
cajón de la mesita.
La misma caja que aún seguía allí.
(_Tn) comprobó que faltaban meses para que caducaran. Apenas
quedaban unos cuantos. Se llevó la caja al lavabo y sacó uno de los
envoltorios. Con cuidado de no dañarlo, lo abrió y sacó el contenido.
Todo parecía normal.
Por puro instinto, puso la boca del preservativo bajo el grifo y lo abrió.
Al principio no pasó nada.
Pero cuando cerró el grifo y observó de cerca la punta del condón, vio
que empezaba a formarse una minúscula gota de agua.
Primero fue una, luego otra, hasta que al final el goteo fue constante.
(_Tn) sintió que el corazón le daba un vuelco.
Le temblaban las manos, las rodillas, hasta el labio inferior. Dejó el
preservativo dentro del lavamanos y cogió otro. El proceso fue
exactamente el mismo.
Incapaz de creer lo que le decían sus ojos, o lo que le gritaba su
cerebro, (_Tn) sacó un tercer condón de la caja y volvió al
dormitorio. Apagó las luces del techo, puso el paquete sobre la bombilla
de una lámpara y la encendió.
Un minúsculo rayó de luz atravesó el plástico como si fuese un faro.
A pesar de la sinceridad, a pesar de la intención de abrirse el uno al
otro, Nick había ejecutado su plan para conseguir un heredero
manipulándola a su antojo para que creyera que no había sido más que un
accidente.
¿Cómo había podido ser tan inocente? ¿Tan crédula? Recogió los
condones y los escondió en el fondo de la papelera para que nadie los
encontrara, mientras las lágrimas le caían por las mejillas.
Guardó uno en el bolso y dejó dos más junto a la cama.
Si había algo que (_Tn) odiaba era que alguien la utilizara como un
peón en su propio beneficio.
¿Cómo había podido hacerle algo así el hombre del que se había
enamorado?
¿Cómo iba a sobrevivir a partir de entonces sin él?
—(_Tn) está embarazada —le dijo Nick a su abogado en la
privacidad de su despacho.
—Así que por una vez las revistas dicen la verdad. —Jeff levantó una
revistilla de mala muerte sujetándola con la punta de los dedos y la tiró
sobre la mesa.
Nick no había visto la portada, pero leyó el titular que ocupaba toda la
parte superior de la página: «De duque a papá».
—He pensado que tenía que decírtelo yo mismo para que no hicieras
suposiciones. Las cosas deberían calmarse a partir del año que viene.
—Le pediré a Parker que me envíe la documentación para la semana de
tu cumpleaños y en unas semanas lo tendremos todo encarrilado. —Jeff
se acomodó en su silla y sonrió—. No me puedo creer que lo hayas
hecho.
—¿El qué? —preguntó Nick , cruzando las piernas y apoyando el
tobillo en la rodilla opuesta.
—Convencerla para que se quedara embarazada. ¿Qué le has ofrecido a
cambio? ¿Diez millones más?
Al oír las palabras de Jeff, Nick sintió que se le ponía el vello de punta.
—Nada de eso. Ha sido cosa del destino.
—¿En serio?
—No es el primer embarazo no buscado de la historia.
—Eso dicen las ex esposas de mis clientes cuando les piden la pensión.
En mi opinión, los accidentes no pasan porque sí.
Nick había imaginado que eso era lo que le diría Jeff.
—Olvidas que soy yo el que se beneficia de la llegada de este bebé,
mucho más que (_Tn) . Estoy absolutamente seguro de que no ha sido
a propósito.
Jeff se inclinó sobre la mesa.
—¿Estás seguro?
—Del todo.
—En ese caso, felicidades. —Y le ofreció la mano por encima de la
mesa.
Tras estrechar la mano de su abogado, Nick pasó a temas más
urgentes.
—Sobre las cámaras en casa de (_Tn) , ¿sabemos algo?
Jeff abrió una carpeta y extendió su contenido sobre la mesa.
—Como recordarás, Vanessa se presentó en casa de (_Tn) , pero la
hemos estado siguiendo y no ha vuelto por allí y tampoco se ha puesto en
contacto con ningún detective privado. Nuestro detective le ha sacado
algunas fotos, pero la gente que aparece en ellas está limpia. Son hombres
de negocios como tú o profesionales como yo.
Nick reconoció la consabida imagen de Vanessa en las fotos, con sus
gafas de sol y sus rasgos de porcelana mientras tomaba café o hablaba por
teléfono. Sin embargo, una de las estampas le resultaba muy familiar. En
ella, Vanessa hablaba con una mujer que Nick había visto antes, pero no
conseguía recordar dónde.
—¿Sabes quién es esta mujer?
—Una estudiante de derecho... ¿O era secretaria en un despacho de
abogados? —se preguntó Jeff—. Sí, creo que era secretaria.
Nick repasó el resto de las fotos. Solo en esa le parecía que había algo
extraño.
—Creemos que el tipo de la limpieza se ocupó de deshacerse de las
cámaras. No nos llevó a ningún sitio. No encontramos nada que relacione
a Parker o a tu primo con Estados Unidos. Es como una calle sin salida.
Nick suponía que, llegados a esas alturas de la película, el tema de las
cámaras ya no era tan importante, pero aun así quería pillar al responsable
de invadir la intimidad de (_Tn) .
—Sigue trabajando en ello.
Algunos creían que un abogado solo servía para temas legales, pero uno
de los refranes favoritos de Nick , y que le había sido muy útil a lo largo
de la vida, era «hoy por ti, mañana por mí». Jeff conocía a gente que
podía vigilar lo que fuera, cosa o persona.
—Lo haré.
Cogió la fotografía de Vanessa y la secretaria de encima de la mesa.
Hasta que supiera el nombre de aquella mujer, no dejaría de mirarla.
No existía mensaje más directo que unas maletas junto a la puerta para
saber que algo no iba bien. O al menos eso era lo que (_Tn) esperaba.
Nick le había mentido. En lugar de confiarle un problema que
seguramente podrían haber solucionado entre los dos, había preferido
manipular la situación para obtener un resultado que se adaptara a sus
necesidades. De pronto los recuerdos del arresto de su padre o del dolor
que Dan le había infligido al engañarla parecían sacados de ayer.
Nick conocía todos sus secretos, sus inseguridades, y se había
aprovechado de todo ello para conseguir sus objetivos.
Sí, ambos se habían embarcado en aquel pacto con el diablo de forma
consciente. Casarse para cumplir la voluntad de un hombre muerto y salir
de allí más ricos que antes, ese era el plan. Pero aquello cambió a medida
que la atracción entre ellos se iba haciendo cada vez más fuerte, y el fruto
de esa atracción fue la concepción de un hijo.
(_Tn) se acarició la barriga, que había empezado a crecer y ya no le
cabía en los pantalones. En la otra mano sostenía una copa de vino de la
que solo había bebido una vez y que no tenía intención de acabarse. Por
mucho que quisiera hacerle daño a Nick , su hijo no tenía la culpa.
Lo maldijo una y mil veces por hacer que se enamorara, que confiara en
él para luego mandarlo todo al infierno.
De pronto, oyó el ruido de la llave en la cerradura. Clavó la mirada en
las maletas que esperaban junto a la puerta y levantó la copa de vino.
Quién sabe, quizá debería haber sido actriz, pero Nick sin duda había
dejado pasar su verdadera vocación.
Por el rabillo del ojo, vio cómo Nick daba dos pasos antes de
detenerse.
—¿(_Tn) ?
Llevaba toda la tarde pensando en qué le iba a decir. Una opción era
huir de allí cuanto antes, sin enfrentarse a él para que la única certeza
fuese que sencillamente se había ido. Sin embargo, al final había llegado a
la conclusión de que no podía marcharse sin unas últimas palabras de
reproche.
—¿Cuándo pensabas contármelo? —preguntó (_Tn) cuando Nick
entró en el dormitorio como quien atraviesa un campo de minas repleto de
bombas listas para explotar.
—¿Contarte qué?
—Has estado en el despacho de tu abogado. Seguro que habéis hablado
del testamento.
Nick permaneció inmóvil.
(_Tn) volvió lentamente la cabeza hacia él, pero se tomó su tiempo
antes de mirarle a los ojos. Cuando finalmente lo hizo, vio que su mirada
se debatía entre la copa que sostenía en la mano y su cara. Incluso en
aquel momento, pensó, se preocupaba más por el niño que por ella. Solo
por provocarle, se llevó la copa a los labios y fingió que bebía un buen
trago antes de volver a bajarla.
—¿Qué está pasando, (_Tn) ? —Los ojos de Nick se desviaron
hacia las maletas que ella había preparado con antelación para que su
salida fuese lo más digna posible.
—Creí que íbamos a ser siempre sinceros el uno con el otro. ¿Qué ha
pasado con eso, Nick ?
—(_Tn) , ¿de qué estás hablando?
Incapaz de permanecer sentada ni un segundo más, (_Tn) se puso
en pie y dejó la copa sobre una mesa cercana, derramando parte del
contenido al hacerlo. Si fuera él, pensaría que había estado bebiendo
demasiado. Mejor aún, se dijo (_Tn) .
—El testamento de tu padre. ¿Qué ponía en realidad? ¿O pensabas que
nunca lo descubriría?
Nick abrió los ojos como platos y su boca se convirtió en una delgada
línea recta. Su cara decía todo lo que ella quería saber. Culpabilidad...
Quizá un cierto remordimiento. Pero ¿por qué? ¿Remordimiento al
saberse sorprendido en una mentira?
—No pensé que fuera importante.
—¿No te pareció importante explicarme que tu padre te exigía que
engendraras un heredero?
Nick cerró los ojos, admitiendo sus palabras.
Y ese gesto lo decía todo.
Reprimiendo las lágrimas que amenazaban con nublarle la visión,
(_Tn) enderezó los hombros y se dirigió hacia el duque como una
exhalación.
—Lo que nos definía como pareja era la sinceridad, pero tú no podías
confiarme algo tan importante, ¿verdad?
Nick abrió los ojos y vio cómo se acercaba a él.
—No quería abrumarte con los detalles.
(_Tn) no pudo reprimir una carcajada de puro sarcasmo.
—¿Abrumarme? Dios, te crees tu propia historia. No eres mejor que tu
padre. Le dices a la gente que te rodea cómo tiene que hacer las cosas,
impones tu voluntad a quien sea y todos siguen tus órdenes.
Nick intentó tocarla, pero (_Tn) se apartó.
—No me toques. Eso ya es cosa del pasado.
—(_Tn) , por favor, sé que esto parece...
—No es que lo parezca, es que lo es, Nick . Me has mentido sobre el
testamento de tu padre.
—Descubrí la segunda condición después de casarnos.
A (_Tn) se le hizo un nudo en el estómago. Tanto estrés no podía
ser bueno para el niño. Se obligó a respirar profundamente y luego fue
soltando el aire poco a poco.
—Puede ser, pero eso no te detuvo, ¿verdad? Al final tú siempre tienes
que ganar.
Nick negó con la cabeza.
—¿De qué estás hablando? Ambos sabíamos a qué nos arriesgábamos
cuando nos acostamos.
—No te atrevas a mentirme. Da la cara, Nick . No eres el primero que
me miente a la cara, y los otros eran más grandes que tú y aguantaron más
tiempo. Puede que en los últimos meses me haya dejado llevar demasiado
por las emociones, pero no soy idiota. —Confiaba en que Nick tuviera el
valor de confesarle que había agujereado los preservativos para conseguir
lo que quería, y la decencia de pedirle perdón.
En vez de eso, lo que recibió fue una mirada vacía.
Sin mediar palabra, (_Tn) se dirigió hacia las maletas.
—¿Qué estás haciendo?
—Me voy. ¿O es que las maletas te han confundido?
—Por Dios, (_Tn) , podemos arreglarlo. Tendría que haberte
explicado lo del codicilo.
—Tienes toda la razón, deberías habérmelo explicado. Te habría dado
lo que tú quisieras, Nick . —El corazón se le rompió en mil pedazos
cuando las siguientes palabras salieron de su boca—: Solo tenías que
pedírmelo.
Dio media vuelta y se alejó de la vida de Nick .
Una parte de (_Tn) esperaba que saliera corriendo tras ella. Sin
embargo, ese era su lado más romántico, la parte de ella que creía que
había significado algo más para él que una yegua con la que reproducirse.
Daba igual si se iba o no. Nick habría conseguido su heredero.
Y ella una vida de remordimientos.
_______________________________________________________________________________________________________padre.
Dicho así, Nick no pudo evitar sentir que una fina capa de suciedad le
nublaba la conciencia. No había hecho nada malo para conseguir su
objetivo, pero tampoco le había contado a (_Tn) la necesidad de
asegurarse un heredero si quería cobrar la herencia.
—Eso parece —respondió Nick .
Parker le ofreció la mano.
—Nos reuniremos tras el nacimiento y firmaremos los papeles del
testamento. Felicidades de nuevo.
—Gracias.
Mientras seguía a Parker con la mirada mientras este salía de su casa,
Nick notó que alguien le observaba. Cuando se dio la vuelta, se encontró
a (_Tn) en medio del recibidor.
—El abogado de tu padre, ¿verdad?
Nick asintió levemente con la cabeza.
—Eran amigos íntimos.
(_Tn) se acercó a Nick y colocó una mano en su cintura antes de
apoyarse en él.
—Supongo que ahora ya no podrá dudar de tus intenciones —dijo,
desviando la mirada hacia la puerta.
—Me temo que seguirá dudando hasta que nazca el niño.
(_Tn) apoyó la cabeza en el hombro de su marido y disimuló un
bostezo con la mano.
—Estás cansada. Deberíamos irnos a la cama.
—Pero aún queda mucha gente que ha venido a verte.
—Pues tendrán que arreglárselas sin nosotros.
(_Tn) no se resistió. Era evidente que estaba muy cansada, así que
Nick la cogió de la mano y desaparecieron escaleras arriba.
Nick y (_Tn) se quedaron un par de días en Nueva York de regreso a
California. Mientras Nick se reunía con su abogado, (_Tn) se enfrentó al
calor sofocante de Manhattan y aprovechó para hacer un montón de
compras totalmente innecesarias.
Por mucho que intentara concentrarse en la ropa premamá que le hacía
falta, no podía evitar sentir una atracción irresistible hacía la sección
infantil de los centros comerciales. Quizá fuera porque todos los que
tenían que saber que estaba embarazada ya lo sabían, pero (_Tn) sentía la
extraña necesidad de comprar de todo.
No saber el sexo del niño dificultaba las cosas, pero nada que no se
pudiera salvar comprando un conjunto verde por aquí y otro amarillo por
allá. Encontró un arrullo blanco tejido a mano para envolver al niño
cuando salieran del hospital camino de casa. Con los brazos cargados de
bolsas, (_Tn) estaba rebuscando entre minúsculos calcetines y
peluches varios cuando sintió una mano en el hombro.
Allí estaba la víbora con su melena rubia al viento.
—¿Por qué no me sorprende encontrarte aquí? —preguntó Vanessa con
su lengua viperina asomando entre los labios pintados de rosa.
A (_Tn) poco le importaba lo que pensara aquella mujer y no tenía
la menor intención de entablar una conversación con ella. De todas
formas, ¿qué probabilidades tenía de encontrarse accidentalmente con ella
en una ciudad del tamaño de Nueva York? (_Tn) sabía que vivía allí, pero
¿qué posibilidades había?
—Vanessa.
Vanessa señaló el sonajero con forma de elefante que (_Tn)
sostenía en la mano.
—Qué monada. ¿Para cuándo esperas tu retoño?
—No es asunto tuyo. —(_Tn) dejó el sonajero donde lo había
encontrado y se dio la vuelta, dispuesta a alejarse.
—Déjame que haga mis cálculos. —Vanessa le bloqueó la salida,
acorralándola entre una estantería llena de parafernalia para bebés y una
serpiente venenosa—. ¿Antes del cumpleaños de Nick ?
No era muy difícil de imaginar y tampoco tenía importancia.
—¿Tienes envidia, Vanessa? ¿Tanto te ha afectado que Nick no te
escogiera a ti?
Vanessa echó la cabeza hacia atrás y soltó una sonora carcajada.
—Por favor. Ese cerdo manipulador. Es más fácil ver su verdadera
naturaleza cuando no se está cerca de él. Lástima que tú no te hayas dado
cuenta a tiempo... —Vanessa dejó las palabras en el aire y bajó la mirada
hasta el vientre de (_Tn) .
(_Tn) se cubrió la barriga con la mano como para proteger a su hijo de la
mirada de aquella horrible mujer.
—Nick es una de las personas más entregadas que he conocido.
—Nick solo se preocupa por sí mismo. Me pregunto si te pidió que
tuvieras un hijo suyo o si una noche se olvidó de utilizar protección «por
accidente» —dijo Vanessa, imitando la forma de unas comillas con los
dedos.
La conversación había coronado la cima de lo extraño y ahora se
precipitaba ladera abajo hacia lo estrambótico.
—No tengo tiempo para estas cosas, Vanessa. Si me disculpas...
(_Tn) se apartó pero Vanessa la cogió del brazo.
—Dios mío, no lo sabes, ¿verdad?
(_Tn) tiró del brazo pero la otra mujer se negaba a soltarla. De repente
sintió un ataque de pánico inexplicable, parecido a la sensación que un
perro debe de tener cuando hay un terremoto, que la dejó sin habla.
—Sabes que Nick necesita un heredero para recibir la herencia, ¿no?
«¿Qué?»
Vanessa sonrió abiertamente y apartó la mano del brazo de (_Tn) .
—Pobrecita. Me pregunto cómo lo ha hecho. ¿Te ha escondido las
píldoras? ¿O habrá agujereado los preservativos?
A (_Tn) empezaba a dolerle la mandíbula y tenía los músculos del
cuello tan tensos que en cualquier momento empezarían a partirse. ¿De
qué demonios hablaba Vanessa?
De pronto recordó las palabras de Parker. «Veo que se ha asegurado
todos los puntos del testamento de su padre.»
No estaba dispuesta a ser el hazmerreír de Vanessa durante más tiempo,
de modo que dio media vuelta y salió de la tienda tan deprisa como pudo.
Quería poner tierra de por medio a toda costa y el calor era tan intenso
que enseguida empezó a sudar.
«Nick necesita un heredero para poder cobrar la herencia.» Las
palabras se repetían como un eco infinito dentro de su cabeza. ¿Sería
verdad? Si lo era, tenía sentido que Nick hubiera recibido la noticia con
tanta calma. (_Tn) creía que eso era precisamente lo único que él no
quería de su matrimonio temporal con ella. No era de extrañar que no
hubiera perdido la cabeza al saber que iba a ser padre. Ni siquiera se había
encogido de hombros. Es más, ¿le había sorprendido?
No, ahora que pensaba en ello, (_Tn) comprendió que no.
Ya no tenía por qué hacerle más promesas por el bien del bebé. Ni una
más.
De todas formas, Nick se había comprometido a ser un buen padre y a
estar disponible siempre que su hijo lo necesitara.
(_Tn) se negaba a permitir que los sentimientos tomaran el control sobre
su cerebro. Paró un taxi y se dirigió hacia el condominio que Nick tenía
en la costa este de Manhattan.
Ya había estado allí dos veces, siempre en viajes hacia o desde Europa.
Cuando por fin entró en el edificio y sintió el frío aire climatizado del
lugar, empezaba a caer la tarde sobre la ciudad.
Sin quitarse las gafas de sol, (_Tn) saludó al portero y se dirigió
hacia los ascensores evitando cualquier tipo de conversación.
A diferencia de la casa de Malibú, allí no había sirvientas ni cocineros
con los que cruzarse.
Tiró las bolsas sobre el sofá y encendió el portátil de la habitación extra
que Nick utilizaba como despacho. Necesitaba hacer unas
comprobaciones antes de enfrentarse a Nick y pedirle explicaciones de lo
que le había contado Vanessa.
El porcentaje de error de los preservativos era algo que le había
parecido extraño desde el principio. Los hombres responsables como él
utilizaban condones toda su vida y se las arreglaban para que nunca nadie
tuviera que llamarlos «papá». Entonces, ¿qué había cambiado? ¿Por qué
con ella no había funcionado?
Sus dedos volaron sobre el teclado. En apenas unos minutos, había
encontrado varias páginas de salud en las que se hablaba de los condones,
de su uso y de su efectividad. Por un momento creyó que no encontraría
nada útil, hasta que dio con una web que se titulaba «¿Por qué fallan los
preservativos?».
La página estaba llena de información general y en ella se hablaba de
condones y de por qué se rompían. Pero a ellos nunca les había pasado, al
menos que (_Tn) supiera. También incluía algunas entrevistas a
mujeres que habían acabado formando parte de esa estadística del dos por
ciento. Muchas de ellas confesaban malos hábitos, roturas e incluso que el
látex estaba caducado.
Aun así, Nick y ella solo habían mantenido relaciones durante un mes
antes de que ella descubriera que estaba embarazada. Era como si no
hubieran utilizado protección desde el principio.
¿Cómo podía un hombre asegurarse de dejar embarazada a una mujer?
Incluso en sus momentos más tórridos, sus relaciones siempre habían
sido seguras.
(_Tn) se levantó de la mesa y se dirigió hacia el lavabo. Habían
utilizado el dormitorio de camino a la recepción, así que parecía razonable
que el condón de aquella noche hubiera salido de la caja que había en el
cajón de la mesita.
La misma caja que aún seguía allí.
(_Tn) comprobó que faltaban meses para que caducaran. Apenas
quedaban unos cuantos. Se llevó la caja al lavabo y sacó uno de los
envoltorios. Con cuidado de no dañarlo, lo abrió y sacó el contenido.
Todo parecía normal.
Por puro instinto, puso la boca del preservativo bajo el grifo y lo abrió.
Al principio no pasó nada.
Pero cuando cerró el grifo y observó de cerca la punta del condón, vio
que empezaba a formarse una minúscula gota de agua.
Primero fue una, luego otra, hasta que al final el goteo fue constante.
(_Tn) sintió que el corazón le daba un vuelco.
Le temblaban las manos, las rodillas, hasta el labio inferior. Dejó el
preservativo dentro del lavamanos y cogió otro. El proceso fue
exactamente el mismo.
Incapaz de creer lo que le decían sus ojos, o lo que le gritaba su
cerebro, (_Tn) sacó un tercer condón de la caja y volvió al
dormitorio. Apagó las luces del techo, puso el paquete sobre la bombilla
de una lámpara y la encendió.
Un minúsculo rayó de luz atravesó el plástico como si fuese un faro.
A pesar de la sinceridad, a pesar de la intención de abrirse el uno al
otro, Nick había ejecutado su plan para conseguir un heredero
manipulándola a su antojo para que creyera que no había sido más que un
accidente.
¿Cómo había podido ser tan inocente? ¿Tan crédula? Recogió los
condones y los escondió en el fondo de la papelera para que nadie los
encontrara, mientras las lágrimas le caían por las mejillas.
Guardó uno en el bolso y dejó dos más junto a la cama.
Si había algo que (_Tn) odiaba era que alguien la utilizara como un
peón en su propio beneficio.
¿Cómo había podido hacerle algo así el hombre del que se había
enamorado?
¿Cómo iba a sobrevivir a partir de entonces sin él?
—(_Tn) está embarazada —le dijo Nick a su abogado en la
privacidad de su despacho.
—Así que por una vez las revistas dicen la verdad. —Jeff levantó una
revistilla de mala muerte sujetándola con la punta de los dedos y la tiró
sobre la mesa.
Nick no había visto la portada, pero leyó el titular que ocupaba toda la
parte superior de la página: «De duque a papá».
—He pensado que tenía que decírtelo yo mismo para que no hicieras
suposiciones. Las cosas deberían calmarse a partir del año que viene.
—Le pediré a Parker que me envíe la documentación para la semana de
tu cumpleaños y en unas semanas lo tendremos todo encarrilado. —Jeff
se acomodó en su silla y sonrió—. No me puedo creer que lo hayas
hecho.
—¿El qué? —preguntó Nick , cruzando las piernas y apoyando el
tobillo en la rodilla opuesta.
—Convencerla para que se quedara embarazada. ¿Qué le has ofrecido a
cambio? ¿Diez millones más?
Al oír las palabras de Jeff, Nick sintió que se le ponía el vello de punta.
—Nada de eso. Ha sido cosa del destino.
—¿En serio?
—No es el primer embarazo no buscado de la historia.
—Eso dicen las ex esposas de mis clientes cuando les piden la pensión.
En mi opinión, los accidentes no pasan porque sí.
Nick había imaginado que eso era lo que le diría Jeff.
—Olvidas que soy yo el que se beneficia de la llegada de este bebé,
mucho más que (_Tn) . Estoy absolutamente seguro de que no ha sido
a propósito.
Jeff se inclinó sobre la mesa.
—¿Estás seguro?
—Del todo.
—En ese caso, felicidades. —Y le ofreció la mano por encima de la
mesa.
Tras estrechar la mano de su abogado, Nick pasó a temas más
urgentes.
—Sobre las cámaras en casa de (_Tn) , ¿sabemos algo?
Jeff abrió una carpeta y extendió su contenido sobre la mesa.
—Como recordarás, Vanessa se presentó en casa de (_Tn) , pero la
hemos estado siguiendo y no ha vuelto por allí y tampoco se ha puesto en
contacto con ningún detective privado. Nuestro detective le ha sacado
algunas fotos, pero la gente que aparece en ellas está limpia. Son hombres
de negocios como tú o profesionales como yo.
Nick reconoció la consabida imagen de Vanessa en las fotos, con sus
gafas de sol y sus rasgos de porcelana mientras tomaba café o hablaba por
teléfono. Sin embargo, una de las estampas le resultaba muy familiar. En
ella, Vanessa hablaba con una mujer que Nick había visto antes, pero no
conseguía recordar dónde.
—¿Sabes quién es esta mujer?
—Una estudiante de derecho... ¿O era secretaria en un despacho de
abogados? —se preguntó Jeff—. Sí, creo que era secretaria.
Nick repasó el resto de las fotos. Solo en esa le parecía que había algo
extraño.
—Creemos que el tipo de la limpieza se ocupó de deshacerse de las
cámaras. No nos llevó a ningún sitio. No encontramos nada que relacione
a Parker o a tu primo con Estados Unidos. Es como una calle sin salida.
Nick suponía que, llegados a esas alturas de la película, el tema de las
cámaras ya no era tan importante, pero aun así quería pillar al responsable
de invadir la intimidad de (_Tn) .
—Sigue trabajando en ello.
Algunos creían que un abogado solo servía para temas legales, pero uno
de los refranes favoritos de Nick , y que le había sido muy útil a lo largo
de la vida, era «hoy por ti, mañana por mí». Jeff conocía a gente que
podía vigilar lo que fuera, cosa o persona.
—Lo haré.
Cogió la fotografía de Vanessa y la secretaria de encima de la mesa.
Hasta que supiera el nombre de aquella mujer, no dejaría de mirarla.
No existía mensaje más directo que unas maletas junto a la puerta para
saber que algo no iba bien. O al menos eso era lo que (_Tn) esperaba.
Nick le había mentido. En lugar de confiarle un problema que
seguramente podrían haber solucionado entre los dos, había preferido
manipular la situación para obtener un resultado que se adaptara a sus
necesidades. De pronto los recuerdos del arresto de su padre o del dolor
que Dan le había infligido al engañarla parecían sacados de ayer.
Nick conocía todos sus secretos, sus inseguridades, y se había
aprovechado de todo ello para conseguir sus objetivos.
Sí, ambos se habían embarcado en aquel pacto con el diablo de forma
consciente. Casarse para cumplir la voluntad de un hombre muerto y salir
de allí más ricos que antes, ese era el plan. Pero aquello cambió a medida
que la atracción entre ellos se iba haciendo cada vez más fuerte, y el fruto
de esa atracción fue la concepción de un hijo.
(_Tn) se acarició la barriga, que había empezado a crecer y ya no le
cabía en los pantalones. En la otra mano sostenía una copa de vino de la
que solo había bebido una vez y que no tenía intención de acabarse. Por
mucho que quisiera hacerle daño a Nick , su hijo no tenía la culpa.
Lo maldijo una y mil veces por hacer que se enamorara, que confiara en
él para luego mandarlo todo al infierno.
De pronto, oyó el ruido de la llave en la cerradura. Clavó la mirada en
las maletas que esperaban junto a la puerta y levantó la copa de vino.
Quién sabe, quizá debería haber sido actriz, pero Nick sin duda había
dejado pasar su verdadera vocación.
Por el rabillo del ojo, vio cómo Nick daba dos pasos antes de
detenerse.
—¿(_Tn) ?
Llevaba toda la tarde pensando en qué le iba a decir. Una opción era
huir de allí cuanto antes, sin enfrentarse a él para que la única certeza
fuese que sencillamente se había ido. Sin embargo, al final había llegado a
la conclusión de que no podía marcharse sin unas últimas palabras de
reproche.
—¿Cuándo pensabas contármelo? —preguntó (_Tn) cuando Nick
entró en el dormitorio como quien atraviesa un campo de minas repleto de
bombas listas para explotar.
—¿Contarte qué?
—Has estado en el despacho de tu abogado. Seguro que habéis hablado
del testamento.
Nick permaneció inmóvil.
(_Tn) volvió lentamente la cabeza hacia él, pero se tomó su tiempo
antes de mirarle a los ojos. Cuando finalmente lo hizo, vio que su mirada
se debatía entre la copa que sostenía en la mano y su cara. Incluso en
aquel momento, pensó, se preocupaba más por el niño que por ella. Solo
por provocarle, se llevó la copa a los labios y fingió que bebía un buen
trago antes de volver a bajarla.
—¿Qué está pasando, (_Tn) ? —Los ojos de Nick se desviaron
hacia las maletas que ella había preparado con antelación para que su
salida fuese lo más digna posible.
—Creí que íbamos a ser siempre sinceros el uno con el otro. ¿Qué ha
pasado con eso, Nick ?
—(_Tn) , ¿de qué estás hablando?
Incapaz de permanecer sentada ni un segundo más, (_Tn) se puso
en pie y dejó la copa sobre una mesa cercana, derramando parte del
contenido al hacerlo. Si fuera él, pensaría que había estado bebiendo
demasiado. Mejor aún, se dijo (_Tn) .
—El testamento de tu padre. ¿Qué ponía en realidad? ¿O pensabas que
nunca lo descubriría?
Nick abrió los ojos como platos y su boca se convirtió en una delgada
línea recta. Su cara decía todo lo que ella quería saber. Culpabilidad...
Quizá un cierto remordimiento. Pero ¿por qué? ¿Remordimiento al
saberse sorprendido en una mentira?
—No pensé que fuera importante.
—¿No te pareció importante explicarme que tu padre te exigía que
engendraras un heredero?
Nick cerró los ojos, admitiendo sus palabras.
Y ese gesto lo decía todo.
Reprimiendo las lágrimas que amenazaban con nublarle la visión,
(_Tn) enderezó los hombros y se dirigió hacia el duque como una
exhalación.
—Lo que nos definía como pareja era la sinceridad, pero tú no podías
confiarme algo tan importante, ¿verdad?
Nick abrió los ojos y vio cómo se acercaba a él.
—No quería abrumarte con los detalles.
(_Tn) no pudo reprimir una carcajada de puro sarcasmo.
—¿Abrumarme? Dios, te crees tu propia historia. No eres mejor que tu
padre. Le dices a la gente que te rodea cómo tiene que hacer las cosas,
impones tu voluntad a quien sea y todos siguen tus órdenes.
Nick intentó tocarla, pero (_Tn) se apartó.
—No me toques. Eso ya es cosa del pasado.
—(_Tn) , por favor, sé que esto parece...
—No es que lo parezca, es que lo es, Nick . Me has mentido sobre el
testamento de tu padre.
—Descubrí la segunda condición después de casarnos.
A (_Tn) se le hizo un nudo en el estómago. Tanto estrés no podía
ser bueno para el niño. Se obligó a respirar profundamente y luego fue
soltando el aire poco a poco.
—Puede ser, pero eso no te detuvo, ¿verdad? Al final tú siempre tienes
que ganar.
Nick negó con la cabeza.
—¿De qué estás hablando? Ambos sabíamos a qué nos arriesgábamos
cuando nos acostamos.
—No te atrevas a mentirme. Da la cara, Nick . No eres el primero que
me miente a la cara, y los otros eran más grandes que tú y aguantaron más
tiempo. Puede que en los últimos meses me haya dejado llevar demasiado
por las emociones, pero no soy idiota. —Confiaba en que Nick tuviera el
valor de confesarle que había agujereado los preservativos para conseguir
lo que quería, y la decencia de pedirle perdón.
En vez de eso, lo que recibió fue una mirada vacía.
Sin mediar palabra, (_Tn) se dirigió hacia las maletas.
—¿Qué estás haciendo?
—Me voy. ¿O es que las maletas te han confundido?
—Por Dios, (_Tn) , podemos arreglarlo. Tendría que haberte
explicado lo del codicilo.
—Tienes toda la razón, deberías habérmelo explicado. Te habría dado
lo que tú quisieras, Nick . —El corazón se le rompió en mil pedazos
cuando las siguientes palabras salieron de su boca—: Solo tenías que
pedírmelo.
Dio media vuelta y se alejó de la vida de Nick .
Una parte de (_Tn) esperaba que saliera corriendo tras ella. Sin
embargo, ese era su lado más romántico, la parte de ella que creía que
había significado algo más para él que una yegua con la que reproducirse.
Daba igual si se iba o no. Nick habría conseguido su heredero.
Y ella una vida de remordimientos.
se que equerran martarme x donde la deje
pero bueno prometo q cuando pueda coloco mas okis
gracias x la espera y por los comentarios
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
ahh maldita Vanessa vibora venenosa :muere:
Tenia que aventar su veneno!!
Rayiz por favor el Nicho no tiene la culpa!!!
Siguela!!
Tenia que aventar su veneno!!
Rayiz por favor el Nicho no tiene la culpa!!!
Siguela!!
aranzhitha
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
:o ME ENCANTO!
Se entero de la clausula del contrato *O*
__ se va :( noo
Siguela, siguela, siguela, siguela...
Besos
Se entero de la clausula del contrato *O*
__ se va :( noo
Siguela, siguela, siguela, siguela...
Besos
DaisyB
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
sip, sip...
en verdad te quiero matar por dejarla alli !!
DIOOOOOOOOSSSS !!
la rayis ya sabe todo... Y LO DEJO !!
omg... justo cuando nick se dio cuenta que la amaba... y a su bebe !
grrrr.. todo culpa de la zorra de vanessa !!! -.-
amee los capss
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
en verdad te quiero matar por dejarla alli !!
DIOOOOOOOOSSSS !!
la rayis ya sabe todo... Y LO DEJO !!
omg... justo cuando nick se dio cuenta que la amaba... y a su bebe !
grrrr.. todo culpa de la zorra de vanessa !!! -.-
amee los capss
siiguelaaaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Guuuuuaaauu.... Maldita víbora!!!!!!.. Como se atrevió y nick porque no le dijiste desde un principio!!!!!....
Ojala y vaya tras ella!!!!
Ojala y vaya tras ella!!!!
chelis
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Please
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
SIGUELAAAAAAAAAAAAAA
SIGUELAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA
SIGUELAAAAAAAAAAAAAA
Ines
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