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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
yes yes yes yes !
AL FIN !! pasooooooooo ! ya era hora ! :P
jajajajaja... fue tan ... wow !
pero ....
que tan graande es esa brecha que se abrio?
amee el cap !
siguelaaaaaaaaaaaaaaa
AL FIN !! pasooooooooo ! ya era hora ! :P
jajajajaja... fue tan ... wow !
pero ....
que tan graande es esa brecha que se abrio?
amee el cap !
siguelaaaaaaaaaaaaaaa
Ciin :)
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
WOOOOO JAJJAA YA NICK ESTA SATISFECHO :P SIGUELA PORFAS ESTA MUY BUENA
Sam
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
OOOOHH PUES QUUIEN LOS ENTIENDE!!!????
YA QUE LO HICIERON Y VIENEN CONN ESO!!!... CIELOOOSSS!!! CON ESOS DOS ..... PARA QUE QUIEREN ENEMIGOS!!!!....
YA QUE LO HICIERON Y VIENEN CONN ESO!!!... CIELOOOSSS!!! CON ESOS DOS ..... PARA QUE QUIEREN ENEMIGOS!!!!....
chelis
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
:o me encanto!
Ahh fue tan asdfghjkl
Siguela, siguela, siguela...
Besos
Ahh fue tan asdfghjkl
Siguela, siguela, siguela...
Besos
DaisyB
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Meltabares de jonas escribió:Nueva Lectora.
Me ah encantado
Siguela
hola bienvenida cariño ;)
ElitzJb
Re: El Contrato Nick y (_Tn) (Terminada)
Capitulo Ocho
Primera Parte
Las ventajas de tener un avión privado eran aún más agradables con una
mujer al lado. Hicieron el amor y luego durmieron unas horas, lo cual
debería haber sido suficiente para relajarse y llegar a Gran Bretaña
descansados. Sin embargo, mientras el avión descendía, Nick percibió el
nerviosismo de (_Tn) e hizo todo lo que estaba en su mano para
distraerla.
Había reservado habitación en un hotel cercano al aeropuerto. Allí
pasarían la noche, y se reunirían con su familia al día siguiente en Albany.
Sin embargo, su familia tenía otro plan en mente.
Tomaron tierra a primera hora de la mañana, aunque para ellos seguía
siendo última hora de la tarde. Por la forma en que (_Tn) movía las manos,
Nick sabía que su esposa tenía los nervios a flor de piel.
Bajaron del avión, él rodeándola con un brazo. Siguiendo su consejo,
(_Tn) se había cambiado de ropa y llevaba unos vaqueros gastados y
una camiseta de manga larga. «No hace falta que te pongas guapa para el
chófer», le había dicho, asegurándole que tendrían tiempo para dormir,
darse una ducha y vestirse adecuadamente antes de acometer algo
importante.
Sin embargo, cuando la limusina que había pedido se detuvo junto al
avión y se abrió la puerta trasera, Nick y (_Tn) se quedaron
petrificados al ver uno de los tacones de la madre de él apoyándose en el
suelo.
—Me dijiste que no veríamos a nadie en el aeropuerto —murmuró
(_Tn) entre dientes.
—Y así es.
Era evidente que la mujer que acababa de bajarse del asiento trasero de
la limusina era su madre. El chófer sostenía un paraguas en alto encima de
ella para evitar que las gotas de lluvia que caían sobre la pista le
arruinaran el peinado que sin duda un peluquero había tardado horas en
crear.
A pesar del horrible matrimonio por el que había pasado, Linda
Jonas aparentaba diez años menos de los que tenía en realidad. Tenía el
pelo de color ocre y lo llevaba recogido bajo un elegante sombrero. Vestía
un abrigo largo y gris sobre, y de eso Nick estaba seguro, una falda
estrecha y una blusa. Su madre siempre iba vestida al detalle. A pesar de
que el sol se había escondido tras una gruesa capa de nubes, la madre de
Nick llevaba unas enormes gafas de sol, bajo las que ocultaba sus ojos y
los sentimientos que estos pudieran revelar.
—Entonces, ¿quién es esa?
Nick tragó saliva. Si algo había aprendido de su mujer era su tendencia
a la inseguridad. Tras la actitud guerrera de (_Tn) se escondía un
poderoso deseo de ser aceptada.
Estaba seguro de que la idea de sugerirle que se quitara el traje de seda
y se pusiera cómoda acabaría explotándole irremediablemente en la cara.
—Es mi madre.
(_Tn) vaciló, pero Nick la ayudó a seguir adelante poniendo una mano
sobre su espalda y empujándola con firmeza.
—Pero...
—¿Mamá? —Nick retiró la mano de la espalda de (_Tn) el tiempo
justo para darle dos besos a su madre—. No te esperábamos. —Parecía
despreocupado, pero confiaba en que su voz transmitiera el descontento
que sentía en aquel momento.
—No podía permitir que tu esposa y tú aterrizarais sin una bienvenida.
Nick volvió al lado de (_Tn) y la empujó para que diera un paso al
frente.
—(_Tn) , mi madre, Linda. Mamá, esta es mi esposa, (_Tn) .
La madre permitió que sus labios esbozaran una sonrisa.
—Un placer —dijo, ofreciéndole la mano a su nuera.
—He oído hablar mucho de usted.
—¿Es eso cierto? Yo prácticamente no sé nada de ti.
(_Tn) se puso tensa y Nick tuvo que interponerse entre las dos
mujeres.
—Estamos aquí para remediarlo —le dijo a su madre—. No deberías
haber venido. Ya sabes lo largos que son los viajes desde Estados Unidos.
Linda palmeó el hombro de su hijo.
—Estoy segura de que habéis tenido tiempo suficiente para descansar
durante el vuelo.
—Llevamos unos días muy ocupados, como puedes imaginarte. Nos
apetecería dormir unas horas.
La madre miró al chófer que sostenía el paraguas sobre su cabeza y
luego el coche.
—En ese caso, será mejor que partamos cuanto antes.
Nick sintió que empezaba a perder el control. Lo peor fue que
(_Tn) no dijo absolutamente nada. Se limitó a mirarlos, primero a
uno, luego al otro, con los labios sellados.
—He reservado habitación en el Plaza.
—Eso es una estupid...
—¡Madre! —Nick ya había tenido más que suficiente.
—Linda. No te importa que te tutee, ¿verdad? —preguntó (_Tn) ,
que por fin había recuperado la voz.
—Por supuesto que no, querida.
—Bien. Como puedes ver, necesito darme una ducha desesperadamente
y recuperar unas horas de sueño. Espero que seas tan amable de aguardar
en Albany hasta nuestra llegada, hasta que Nick y yo nos hayamos
quitado de encima al menos parte de este horrible jet lag. —(_Tn)
escogió un tono y unas palabras muy formales, tanto que Nick no la
había oído hablar así hasta entonces.
—Supongo que tienes razón.
(_Tn) tomó el brazo de Nick y se apoyó en él.
—Te agradezco que hayas venido hasta aquí solo para recibirme. No
sabes cuánto significa para mí.
Nick se había quedado nuevamente sin palabras. Ayudó a su esposa y
a su madre a montarse en la parte trasera del coche y luego se unió a ellas.
En cuanto la puerta se hubo cerrado, (_Tn) se acurrucó contra su
marido.
—Llevas un abrigo precioso —le dijo (_Tn) a su suegra.
—Gra... gracias.
—Espero que me digas dónde te lo has comprado. Me temo que no
tengo nada parecido y, por el aspecto del cielo, creo que voy a necesitar
uno mientras dure mi estancia.
—Por supuesto, querida. Tendremos tiempo de sobra para ir de
compras.
La preocupación de Nick por la inesperada aparición de su madre
empezó a desvanecerse.
—Mi mujer y mi madre de compras. ¿Debería preocuparme? —se
burló.
—Depende —respondió (_Tn) .
—¿De?
—De si tu hermana se nos une. Tres mujeres y una tarjeta de crédito sin
límite son un auténtico peligro.
Todos rieron. Y a pesar de las diferencias más que evidentes entre su
madre y su esposa, a Nick no le preocupaba la posibilidad de que no se
llevaran bien. (_Tn) había prestado atención a la descripción de los
hábitos de su madre en cuanto al dinero, y la estaba utilizando para
ganarse su afecto. Para cuando llegaron al Plaza, Nick estaba seguro de
que su madre ni siquiera se había percatado de los vaqueros de centro
comercial y de los zapatos sin marca que llevaba (_Tn) , del mismo
modo que sabía que en cuanto pudiera su esposa le prendería fuego a
todo el atuendo.
Afortunadamente, su madre se despidió de ellos en la puerta y no los
siguió al interior del hotel. Todavía estaba amaneciendo y la recepción
estaba vacía. El botones los acompañó rápidamente hasta la habitación.
Nick le dio una propina y cerró la puerta tras él.
Por fin estaban solos. (_Tn) se quitó los zapatos y se dejó caer en el sofá.
—Puede que acabe gustándome tu madre, aunque antes tendré que
superar el hecho de que nos tendiera una emboscada en el aeropuerto.
—Le pedí que nos esperara en Albany.
—Es tu madre. Tiene curiosidad.
—Aun así, debería haber esperado. —Y así se lo haría saber en cuanto
tuviera una oportunidad.
—Necesitaba comprobar con sus propios ojos que no estoy embarazada
de cinco meses.
las palabras de (_Tn) .
—¿Embarazada?
—Por favor, ¿no te has dado cuenta de que no dejaba de mirarme la
barriga?
No, ni siquiera se le había ocurrido.
—No lo dices en serio.
—Muy en serio. Era una misión de reconocimiento. Primero para saber
si tiene un nieto de camino y segundo para asegurarse de que no soy un
desastre sin clase.
Nick se apoyó en la estructura de la cama y se preguntó si (_Tn)
tendría razón.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—Las mujeres son criaturas emocionales. Todo está en sus ojos.
Cuando tu madre se ha quitado las gafas, he podido leer cada mirada,
cada movimiento.
Nick se encogió de hombros.
—Creo que te llevaré conmigo al próximo consejo de administración.
Parece que se te da bien el espionaje.
—Cursé psicología como segunda especialidad.
—Podrías haber hecho carrera en la justicia.
—No lo creo. Por los cargos de mi padre y todo eso.
(_Tn) se levantó del sofá y puso punto final a la conversación.
Había dolor en su mirada. Sacó algunas cosas de la maleta y se dirigió al
lavabo. Su padre la había marcado de por vida. Desgraciadamente, Nick
no sabía cuán profundas eran las heridas. Tendría que descubrirlo.
(_Tn) apenas había tenido tiempo de apoyar la cabeza en la almohada
cuando Nick la despertó. Se dio una ducha larga con agua muy caliente y
tomó un pequeño refrigerio —la comida le provocaba náuseas— antes de
partir hacia Albany. La idea de que la familia de Nick observara cada uno
de sus movimientos le ponía la piel de gallina. Era consciente de que se
había librado del primer interrogatorio de la madre de Nick , pero no
sabía si sería capaz de repetirlo ahora que Linda estaría en su terreno.
Estaba preparada para conocer a la familia al completo. Había escogido
para la ocasión un traje de chaqueta con falda color óxido. Nick no se
había molestado en preguntarle por qué se había dejado los vaqueros y la
camiseta en el hotel, dentro de la papelera de la habitación para ser más
concretos. Simplemente se había reído al verlos. ¿Qué otra cosa podía
hacer? Nunca debería haber llevado esa ropa consigo y mucho menos
habérsela puesto el día en el que Linda había decidido hacer su aparición.
Si volvían a sorprenderla, sería vestida con sus mejores galas. Para ello se
aseguró de que toda la ropa que llevaba consigo fuera acorde con el gusto
de la anterior duquesa de Albany, quizá unas décadas más joven en cuanto
al estilo pero siempre digna de la mujer que caminase del brazo de Nick .
De camino a Albany Hall dejó de llover. Londres se desvaneció
lentamente y el paisaje se llenó de verdes colinas. (_Tn) intentó
relajarse en el asiento junto a su marido mientras este hablaba de su
hermana, que tenía aproximadamente la misma edad que ella.
—Gwen siempre ha querido que yo sentara la cabeza.
(_Tn) sintió que se le revolvía el estómago al escuchar aquellas palabras.
—¿No te preocupa...? —Dejó que la pregunta quedara suspendida en el
aire y sus ojos se posaron en el chófer. Quería preguntarle si le
preocupaba que su hermana le cogiera cariño a su nueva cuñada en el
poco tiempo que duraría su matrimonio.
Nick permaneció en silencio unos segundos y su rostro se cubrió de
incertidumbre.
—Gwen y tú os llevaréis bien. Es muy agradable. Tal vez un poco
consentida, pero no tiene mala intención.
(_Tn) aparcó aquella conversación para otro momento más
apropiado, cuando ambos pudieran hablar a solas. Empezaba a
preocuparle la posibilidad de decepcionar a toda la gente que estaba a
punto de conocer. De pronto se acordó de su padre, de los días previos a
que le pusieran las esposas.
Como licenciada en empresariales, (_Tn) pasaba muchas horas
fuera de clase discutiendo con los profesores sobre el éxito de su padre.
Incluso Dan, su novio de entonces, quería saberlo todo de Harris Elliot y
su pequeño imperio económico e inmobiliario.
Dan era encantador, carismático y más astuto que un zorro esperando
junto a una madriguera a que el conejo asomara su pequeña y peluda
cabeza.
(_Tn) era el conejo que no sabía que estaban jugando con ella.
Y pensar que se había acostado con el hombre que acabó metiendo a su
padre entre rejas... Qué estúpida era. Habían estado saliendo, quedando
para estudiar, o eso creía ella, y deshaciendo un buen número de camas.
Mientras tanto, Dan grababa todas las conversaciones, en las que le hacía
preguntas en apariencia inocentes pero que habían resultado cruciales para
construir las acusaciones contra su padre.
Incluso ahora, años más tarde y sentada junto al que iba a ser su marido
durante un breve espacio de tiempo, (_Tn) se ponía enferma al
recordarlo. Entonces no había sido consciente de estar revelando pruebas
cruciales contra su padre, pero los pecados del viejo eran una bola de
nieve cada vez más grande que acabó por matar a su madre y arruinar la
vida de Jordan.
(_Tn) recordaba el día en que Dan le había contado la verdad sobre
su identidad, cómo había permanecido impasible mientras un agente
federal la amenazaba con la encarcelación de su madre si no colaboraba
en la investigación. Le hablaron sobre los agujeros en las prácticas
empresariales de su padre y le revelaron que habían instalado micrófonos
por toda la casa.
—Tenemos razones para creer que su madre sabe más de lo que
aparenta sobre los delitos de su padre. Si usted no nos demuestra lo
contrario, ambos acabarán entre rejas.
(_Tn) sabía que su madre no estaba enterada de los negocios de su
padre, pero estaba demasiado desconcertada para preguntar por qué un
federal querría obligar a una hija a probar la inocencia de su madre. Al
final, Dan y sus amigos solo la utilizaron para cargarse a su padre. Sabían
que su madre, Martha, no tenía nada que ver con los planes de su padre.
(_Tn) reflexionó sobre muchas de las cosas que su padre había
hecho a lo largo de los años. Tenía socios, o eso decía él, pero (_Tn)
nunca los había conocido. No fue hasta su primer año de universidad,
cuando uno de sus profesores le preguntó por la profesión de su padre,
que empezó a sospechar. No pudo darle una respuesta concreta sobre qué
hacía para ganar dinero, solo que lo ganaba, y mucho.
En cuanto a su madre, era la esposa de un hombre rico. Comía con la
élite del barrio, nunca fregaba los platos y miraba hacia otro lado cuando
su padre tenía una aventura. Siempre iba perfectamente vestida y no
permitía que Jordan o ella salieran de casa con ropa que pudiera parecer
gastada o barata.
El primer año de universidad le abrió los ojos sobre cómo funcionaba
el mundo. Sus compañeras de la hermandad, que desaparecieron como
cucarachas cuando su padre ingresó en la cárcel, le enseñaron a
administrar el dinero. Dos de ellas provenían de matrimonios rotos y
tenían una habilidad especial para separar el dinero de papá de los gastos
de cada día y así poder irse de vacaciones en primavera con el resto de las
chicas de la hermandad. La llevaron a centros comerciales y grandes
superficies donde no tenía por qué dejarse una pequeña fortuna en las
compras habituales. (_Tn) le había contado a su madre con orgullo
cómo estaba administrando el dinero para reducir a la mitad el
presupuesto que le había asignado su padre.
Martha echó un vistazo a los vaqueros de (_Tn) y se negó a seguir
escuchando.
—Ninguna hija mía va por ahí vestida así.
Ofendida pero decidida a que la estrechez de miras de su madre no le
impidiera seguir aprendiendo sobre las finanzas del mundo real, (_Tn)
continuó ingresando cada mes casi la mitad de la asignación de su padre
en una cuenta aparte. Esa cuenta le salvó el pellejo cuando los federales
confiscaron todo el dinero de la familia.
Ahora que (_Tn) había recuperado el estilo de vida de antaño, le
preocupaba enormemente decepcionar a Linda, a Gwen y a toda la familia
cuando, en menos de un año, les llegara la noticia de su separación.
Nick cubrió las manos de (_Tn) con una de las suyas, llamando su
atención sobre el incesante modo de retorcerlas sobre su regazo. (_Tn)
buscó sus hermosos ojos grises y en ellos encontró compasión.
«Probablemente cree que estoy nerviosa por conocer a su familia.»
No tenía la menor idea de que sus preocupaciones eran mucho más
profundas.
Por primera vez desde que llevaba alianza, (_Tn) empezaba a
cuestionarse sus decisiones.
¿Y si decía o hacía algo que lo estropeara todo y la madre y la hermana
de Nick se quedaban sin nada? ¿Sería Linda capaz de soportarlo?
Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
¿Y si Linda seguía los pasos de su madre?
(_Tn) sacudió la cabeza y desterró los recuerdos del entierro de su
madre.
—Todo va a salir bien.
De repente, (_Tn) ya no estaba tan segura de ello. Albany Hall se
materializó ante sus ojos mientras la limusina recorría el camino que
llevaba a la casa.
—Oh, Dios mío —masculló entre dientes.
El hogar en el que Nick había pasado su infancia tenía el tamaño de un
castillo pequeño. Dos alas sobresalían de una estructura central. (_Tn)
contó tres plantas pero no descartó la posibilidad de que hubiese un
sótano enorme bajo tierra. Según Nick , la casa tenía treinta y cinco
dormitorios, sin contar los del servicio. También había un salón de baile y
un conservatorio, una biblioteca con más libros de los que nadie pudiera
leer en su vida y varios salones, bautizados según el color de la
decoración.
—El salón azul está junto a la entrada y el rojo al lado.
Al bajarse de la limusina y entrar en el mundo de su marido, (_Tn)
se sintió un poco como Cenicienta la noche del baile, solo que en su
versión del cuento el reloj no marcaría las doce de la noche hasta al cabo
de un año. Eso debería ser suficiente para que se sintiera más segura, al
menos durante un tiempo, pero no dejaba de imaginarse calabazas, ratones
corriendo entre sus pies, zapatos de cristal y reproches.
—¿Lista? —preguntó Nick antes de guiarla hacia el interior de la casa.
Si Gwen Jonas albergaba alguna duda sobre la presencia de (_Tn)
junto a su hermano, lo disimulaba increíblemente bien. En cuanto (_Tn)
hizo su aparición en la enorme mansión de la familia, Gwen se cogió del
brazo de su recién estrenada cuñada y no la volvió a soltar. Era joven,
guapa, llena de vida y sin duda alguna muy consentida. Linda la recibió
con una sonrisa y le presentó a una tía por parte materna, al tío de Nick y
a dos primos que la observaron detenidamente.
El personal de la casa esperaba a un lado, listo para recoger las maletas,
servir el té y fundirse con el entorno.
—No sabes la ilusión que me hace tener a alguien de mi edad por aquí
—le dijo Gwen a (_Tn) . Su hermano disimulaba el acento británico,
pero en su hermana era especialmente marcado.
—Nunca te ha faltado compañía —le recordó Linda a su hija.
—Compañía sí, pero con la familia siempre es diferente. ¿No crees,
(_Tn) ? Nunca he tenido una hermana en quien poder confiar.
Gwen sonrió, mostrando unos dientes blancos y perfectos, y por un
instante (_Tn) se sintió culpable. A pesar de que ella sí tenía una hermana,
Jordan no estaba en condiciones de relacionarse con ella de la forma a la
que se refería Gwen.
Era como si alguien le diese una segunda oportunidad a través de Nick
para que pudiera disfrutar de una hermana, aunque el tictac de la bomba
que era aquella relación no dejaba de sonar.
mujer al lado. Hicieron el amor y luego durmieron unas horas, lo cual
debería haber sido suficiente para relajarse y llegar a Gran Bretaña
descansados. Sin embargo, mientras el avión descendía, Nick percibió el
nerviosismo de (_Tn) e hizo todo lo que estaba en su mano para
distraerla.
Había reservado habitación en un hotel cercano al aeropuerto. Allí
pasarían la noche, y se reunirían con su familia al día siguiente en Albany.
Sin embargo, su familia tenía otro plan en mente.
Tomaron tierra a primera hora de la mañana, aunque para ellos seguía
siendo última hora de la tarde. Por la forma en que (_Tn) movía las manos,
Nick sabía que su esposa tenía los nervios a flor de piel.
Bajaron del avión, él rodeándola con un brazo. Siguiendo su consejo,
(_Tn) se había cambiado de ropa y llevaba unos vaqueros gastados y
una camiseta de manga larga. «No hace falta que te pongas guapa para el
chófer», le había dicho, asegurándole que tendrían tiempo para dormir,
darse una ducha y vestirse adecuadamente antes de acometer algo
importante.
Sin embargo, cuando la limusina que había pedido se detuvo junto al
avión y se abrió la puerta trasera, Nick y (_Tn) se quedaron
petrificados al ver uno de los tacones de la madre de él apoyándose en el
suelo.
—Me dijiste que no veríamos a nadie en el aeropuerto —murmuró
(_Tn) entre dientes.
—Y así es.
Era evidente que la mujer que acababa de bajarse del asiento trasero de
la limusina era su madre. El chófer sostenía un paraguas en alto encima de
ella para evitar que las gotas de lluvia que caían sobre la pista le
arruinaran el peinado que sin duda un peluquero había tardado horas en
crear.
A pesar del horrible matrimonio por el que había pasado, Linda
Jonas aparentaba diez años menos de los que tenía en realidad. Tenía el
pelo de color ocre y lo llevaba recogido bajo un elegante sombrero. Vestía
un abrigo largo y gris sobre, y de eso Nick estaba seguro, una falda
estrecha y una blusa. Su madre siempre iba vestida al detalle. A pesar de
que el sol se había escondido tras una gruesa capa de nubes, la madre de
Nick llevaba unas enormes gafas de sol, bajo las que ocultaba sus ojos y
los sentimientos que estos pudieran revelar.
—Entonces, ¿quién es esa?
Nick tragó saliva. Si algo había aprendido de su mujer era su tendencia
a la inseguridad. Tras la actitud guerrera de (_Tn) se escondía un
poderoso deseo de ser aceptada.
Estaba seguro de que la idea de sugerirle que se quitara el traje de seda
y se pusiera cómoda acabaría explotándole irremediablemente en la cara.
—Es mi madre.
(_Tn) vaciló, pero Nick la ayudó a seguir adelante poniendo una mano
sobre su espalda y empujándola con firmeza.
—Pero...
—¿Mamá? —Nick retiró la mano de la espalda de (_Tn) el tiempo
justo para darle dos besos a su madre—. No te esperábamos. —Parecía
despreocupado, pero confiaba en que su voz transmitiera el descontento
que sentía en aquel momento.
—No podía permitir que tu esposa y tú aterrizarais sin una bienvenida.
Nick volvió al lado de (_Tn) y la empujó para que diera un paso al
frente.
—(_Tn) , mi madre, Linda. Mamá, esta es mi esposa, (_Tn) .
La madre permitió que sus labios esbozaran una sonrisa.
—Un placer —dijo, ofreciéndole la mano a su nuera.
—He oído hablar mucho de usted.
—¿Es eso cierto? Yo prácticamente no sé nada de ti.
(_Tn) se puso tensa y Nick tuvo que interponerse entre las dos
mujeres.
—Estamos aquí para remediarlo —le dijo a su madre—. No deberías
haber venido. Ya sabes lo largos que son los viajes desde Estados Unidos.
Linda palmeó el hombro de su hijo.
—Estoy segura de que habéis tenido tiempo suficiente para descansar
durante el vuelo.
—Llevamos unos días muy ocupados, como puedes imaginarte. Nos
apetecería dormir unas horas.
La madre miró al chófer que sostenía el paraguas sobre su cabeza y
luego el coche.
—En ese caso, será mejor que partamos cuanto antes.
Nick sintió que empezaba a perder el control. Lo peor fue que
(_Tn) no dijo absolutamente nada. Se limitó a mirarlos, primero a
uno, luego al otro, con los labios sellados.
—He reservado habitación en el Plaza.
—Eso es una estupid...
—¡Madre! —Nick ya había tenido más que suficiente.
—Linda. No te importa que te tutee, ¿verdad? —preguntó (_Tn) ,
que por fin había recuperado la voz.
—Por supuesto que no, querida.
—Bien. Como puedes ver, necesito darme una ducha desesperadamente
y recuperar unas horas de sueño. Espero que seas tan amable de aguardar
en Albany hasta nuestra llegada, hasta que Nick y yo nos hayamos
quitado de encima al menos parte de este horrible jet lag. —(_Tn)
escogió un tono y unas palabras muy formales, tanto que Nick no la
había oído hablar así hasta entonces.
—Supongo que tienes razón.
(_Tn) tomó el brazo de Nick y se apoyó en él.
—Te agradezco que hayas venido hasta aquí solo para recibirme. No
sabes cuánto significa para mí.
Nick se había quedado nuevamente sin palabras. Ayudó a su esposa y
a su madre a montarse en la parte trasera del coche y luego se unió a ellas.
En cuanto la puerta se hubo cerrado, (_Tn) se acurrucó contra su
marido.
—Llevas un abrigo precioso —le dijo (_Tn) a su suegra.
—Gra... gracias.
—Espero que me digas dónde te lo has comprado. Me temo que no
tengo nada parecido y, por el aspecto del cielo, creo que voy a necesitar
uno mientras dure mi estancia.
—Por supuesto, querida. Tendremos tiempo de sobra para ir de
compras.
La preocupación de Nick por la inesperada aparición de su madre
empezó a desvanecerse.
—Mi mujer y mi madre de compras. ¿Debería preocuparme? —se
burló.
—Depende —respondió (_Tn) .
—¿De?
—De si tu hermana se nos une. Tres mujeres y una tarjeta de crédito sin
límite son un auténtico peligro.
Todos rieron. Y a pesar de las diferencias más que evidentes entre su
madre y su esposa, a Nick no le preocupaba la posibilidad de que no se
llevaran bien. (_Tn) había prestado atención a la descripción de los
hábitos de su madre en cuanto al dinero, y la estaba utilizando para
ganarse su afecto. Para cuando llegaron al Plaza, Nick estaba seguro de
que su madre ni siquiera se había percatado de los vaqueros de centro
comercial y de los zapatos sin marca que llevaba (_Tn) , del mismo
modo que sabía que en cuanto pudiera su esposa le prendería fuego a
todo el atuendo.
Afortunadamente, su madre se despidió de ellos en la puerta y no los
siguió al interior del hotel. Todavía estaba amaneciendo y la recepción
estaba vacía. El botones los acompañó rápidamente hasta la habitación.
Nick le dio una propina y cerró la puerta tras él.
Por fin estaban solos. (_Tn) se quitó los zapatos y se dejó caer en el sofá.
—Puede que acabe gustándome tu madre, aunque antes tendré que
superar el hecho de que nos tendiera una emboscada en el aeropuerto.
—Le pedí que nos esperara en Albany.
—Es tu madre. Tiene curiosidad.
—Aun así, debería haber esperado. —Y así se lo haría saber en cuanto
tuviera una oportunidad.
—Necesitaba comprobar con sus propios ojos que no estoy embarazada
de cinco meses.
las palabras de (_Tn) .
—¿Embarazada?
—Por favor, ¿no te has dado cuenta de que no dejaba de mirarme la
barriga?
No, ni siquiera se le había ocurrido.
—No lo dices en serio.
—Muy en serio. Era una misión de reconocimiento. Primero para saber
si tiene un nieto de camino y segundo para asegurarse de que no soy un
desastre sin clase.
Nick se apoyó en la estructura de la cama y se preguntó si (_Tn)
tendría razón.
—¿Cómo puedes estar tan segura?
—Las mujeres son criaturas emocionales. Todo está en sus ojos.
Cuando tu madre se ha quitado las gafas, he podido leer cada mirada,
cada movimiento.
Nick se encogió de hombros.
—Creo que te llevaré conmigo al próximo consejo de administración.
Parece que se te da bien el espionaje.
—Cursé psicología como segunda especialidad.
—Podrías haber hecho carrera en la justicia.
—No lo creo. Por los cargos de mi padre y todo eso.
(_Tn) se levantó del sofá y puso punto final a la conversación.
Había dolor en su mirada. Sacó algunas cosas de la maleta y se dirigió al
lavabo. Su padre la había marcado de por vida. Desgraciadamente, Nick
no sabía cuán profundas eran las heridas. Tendría que descubrirlo.
(_Tn) apenas había tenido tiempo de apoyar la cabeza en la almohada
cuando Nick la despertó. Se dio una ducha larga con agua muy caliente y
tomó un pequeño refrigerio —la comida le provocaba náuseas— antes de
partir hacia Albany. La idea de que la familia de Nick observara cada uno
de sus movimientos le ponía la piel de gallina. Era consciente de que se
había librado del primer interrogatorio de la madre de Nick , pero no
sabía si sería capaz de repetirlo ahora que Linda estaría en su terreno.
Estaba preparada para conocer a la familia al completo. Había escogido
para la ocasión un traje de chaqueta con falda color óxido. Nick no se
había molestado en preguntarle por qué se había dejado los vaqueros y la
camiseta en el hotel, dentro de la papelera de la habitación para ser más
concretos. Simplemente se había reído al verlos. ¿Qué otra cosa podía
hacer? Nunca debería haber llevado esa ropa consigo y mucho menos
habérsela puesto el día en el que Linda había decidido hacer su aparición.
Si volvían a sorprenderla, sería vestida con sus mejores galas. Para ello se
aseguró de que toda la ropa que llevaba consigo fuera acorde con el gusto
de la anterior duquesa de Albany, quizá unas décadas más joven en cuanto
al estilo pero siempre digna de la mujer que caminase del brazo de Nick .
De camino a Albany Hall dejó de llover. Londres se desvaneció
lentamente y el paisaje se llenó de verdes colinas. (_Tn) intentó
relajarse en el asiento junto a su marido mientras este hablaba de su
hermana, que tenía aproximadamente la misma edad que ella.
—Gwen siempre ha querido que yo sentara la cabeza.
(_Tn) sintió que se le revolvía el estómago al escuchar aquellas palabras.
—¿No te preocupa...? —Dejó que la pregunta quedara suspendida en el
aire y sus ojos se posaron en el chófer. Quería preguntarle si le
preocupaba que su hermana le cogiera cariño a su nueva cuñada en el
poco tiempo que duraría su matrimonio.
Nick permaneció en silencio unos segundos y su rostro se cubrió de
incertidumbre.
—Gwen y tú os llevaréis bien. Es muy agradable. Tal vez un poco
consentida, pero no tiene mala intención.
(_Tn) aparcó aquella conversación para otro momento más
apropiado, cuando ambos pudieran hablar a solas. Empezaba a
preocuparle la posibilidad de decepcionar a toda la gente que estaba a
punto de conocer. De pronto se acordó de su padre, de los días previos a
que le pusieran las esposas.
Como licenciada en empresariales, (_Tn) pasaba muchas horas
fuera de clase discutiendo con los profesores sobre el éxito de su padre.
Incluso Dan, su novio de entonces, quería saberlo todo de Harris Elliot y
su pequeño imperio económico e inmobiliario.
Dan era encantador, carismático y más astuto que un zorro esperando
junto a una madriguera a que el conejo asomara su pequeña y peluda
cabeza.
(_Tn) era el conejo que no sabía que estaban jugando con ella.
Y pensar que se había acostado con el hombre que acabó metiendo a su
padre entre rejas... Qué estúpida era. Habían estado saliendo, quedando
para estudiar, o eso creía ella, y deshaciendo un buen número de camas.
Mientras tanto, Dan grababa todas las conversaciones, en las que le hacía
preguntas en apariencia inocentes pero que habían resultado cruciales para
construir las acusaciones contra su padre.
Incluso ahora, años más tarde y sentada junto al que iba a ser su marido
durante un breve espacio de tiempo, (_Tn) se ponía enferma al
recordarlo. Entonces no había sido consciente de estar revelando pruebas
cruciales contra su padre, pero los pecados del viejo eran una bola de
nieve cada vez más grande que acabó por matar a su madre y arruinar la
vida de Jordan.
(_Tn) recordaba el día en que Dan le había contado la verdad sobre
su identidad, cómo había permanecido impasible mientras un agente
federal la amenazaba con la encarcelación de su madre si no colaboraba
en la investigación. Le hablaron sobre los agujeros en las prácticas
empresariales de su padre y le revelaron que habían instalado micrófonos
por toda la casa.
—Tenemos razones para creer que su madre sabe más de lo que
aparenta sobre los delitos de su padre. Si usted no nos demuestra lo
contrario, ambos acabarán entre rejas.
(_Tn) sabía que su madre no estaba enterada de los negocios de su
padre, pero estaba demasiado desconcertada para preguntar por qué un
federal querría obligar a una hija a probar la inocencia de su madre. Al
final, Dan y sus amigos solo la utilizaron para cargarse a su padre. Sabían
que su madre, Martha, no tenía nada que ver con los planes de su padre.
(_Tn) reflexionó sobre muchas de las cosas que su padre había
hecho a lo largo de los años. Tenía socios, o eso decía él, pero (_Tn)
nunca los había conocido. No fue hasta su primer año de universidad,
cuando uno de sus profesores le preguntó por la profesión de su padre,
que empezó a sospechar. No pudo darle una respuesta concreta sobre qué
hacía para ganar dinero, solo que lo ganaba, y mucho.
En cuanto a su madre, era la esposa de un hombre rico. Comía con la
élite del barrio, nunca fregaba los platos y miraba hacia otro lado cuando
su padre tenía una aventura. Siempre iba perfectamente vestida y no
permitía que Jordan o ella salieran de casa con ropa que pudiera parecer
gastada o barata.
El primer año de universidad le abrió los ojos sobre cómo funcionaba
el mundo. Sus compañeras de la hermandad, que desaparecieron como
cucarachas cuando su padre ingresó en la cárcel, le enseñaron a
administrar el dinero. Dos de ellas provenían de matrimonios rotos y
tenían una habilidad especial para separar el dinero de papá de los gastos
de cada día y así poder irse de vacaciones en primavera con el resto de las
chicas de la hermandad. La llevaron a centros comerciales y grandes
superficies donde no tenía por qué dejarse una pequeña fortuna en las
compras habituales. (_Tn) le había contado a su madre con orgullo
cómo estaba administrando el dinero para reducir a la mitad el
presupuesto que le había asignado su padre.
Martha echó un vistazo a los vaqueros de (_Tn) y se negó a seguir
escuchando.
—Ninguna hija mía va por ahí vestida así.
Ofendida pero decidida a que la estrechez de miras de su madre no le
impidiera seguir aprendiendo sobre las finanzas del mundo real, (_Tn)
continuó ingresando cada mes casi la mitad de la asignación de su padre
en una cuenta aparte. Esa cuenta le salvó el pellejo cuando los federales
confiscaron todo el dinero de la familia.
Ahora que (_Tn) había recuperado el estilo de vida de antaño, le
preocupaba enormemente decepcionar a Linda, a Gwen y a toda la familia
cuando, en menos de un año, les llegara la noticia de su separación.
Nick cubrió las manos de (_Tn) con una de las suyas, llamando su
atención sobre el incesante modo de retorcerlas sobre su regazo. (_Tn)
buscó sus hermosos ojos grises y en ellos encontró compasión.
«Probablemente cree que estoy nerviosa por conocer a su familia.»
No tenía la menor idea de que sus preocupaciones eran mucho más
profundas.
Por primera vez desde que llevaba alianza, (_Tn) empezaba a
cuestionarse sus decisiones.
¿Y si decía o hacía algo que lo estropeara todo y la madre y la hermana
de Nick se quedaban sin nada? ¿Sería Linda capaz de soportarlo?
Un escalofrío le recorrió el cuerpo.
¿Y si Linda seguía los pasos de su madre?
(_Tn) sacudió la cabeza y desterró los recuerdos del entierro de su
madre.
—Todo va a salir bien.
De repente, (_Tn) ya no estaba tan segura de ello. Albany Hall se
materializó ante sus ojos mientras la limusina recorría el camino que
llevaba a la casa.
—Oh, Dios mío —masculló entre dientes.
El hogar en el que Nick había pasado su infancia tenía el tamaño de un
castillo pequeño. Dos alas sobresalían de una estructura central. (_Tn)
contó tres plantas pero no descartó la posibilidad de que hubiese un
sótano enorme bajo tierra. Según Nick , la casa tenía treinta y cinco
dormitorios, sin contar los del servicio. También había un salón de baile y
un conservatorio, una biblioteca con más libros de los que nadie pudiera
leer en su vida y varios salones, bautizados según el color de la
decoración.
—El salón azul está junto a la entrada y el rojo al lado.
Al bajarse de la limusina y entrar en el mundo de su marido, (_Tn)
se sintió un poco como Cenicienta la noche del baile, solo que en su
versión del cuento el reloj no marcaría las doce de la noche hasta al cabo
de un año. Eso debería ser suficiente para que se sintiera más segura, al
menos durante un tiempo, pero no dejaba de imaginarse calabazas, ratones
corriendo entre sus pies, zapatos de cristal y reproches.
—¿Lista? —preguntó Nick antes de guiarla hacia el interior de la casa.
Si Gwen Jonas albergaba alguna duda sobre la presencia de (_Tn)
junto a su hermano, lo disimulaba increíblemente bien. En cuanto (_Tn)
hizo su aparición en la enorme mansión de la familia, Gwen se cogió del
brazo de su recién estrenada cuñada y no la volvió a soltar. Era joven,
guapa, llena de vida y sin duda alguna muy consentida. Linda la recibió
con una sonrisa y le presentó a una tía por parte materna, al tío de Nick y
a dos primos que la observaron detenidamente.
El personal de la casa esperaba a un lado, listo para recoger las maletas,
servir el té y fundirse con el entorno.
—No sabes la ilusión que me hace tener a alguien de mi edad por aquí
—le dijo Gwen a (_Tn) . Su hermano disimulaba el acento británico,
pero en su hermana era especialmente marcado.
—Nunca te ha faltado compañía —le recordó Linda a su hija.
—Compañía sí, pero con la familia siempre es diferente. ¿No crees,
(_Tn) ? Nunca he tenido una hermana en quien poder confiar.
Gwen sonrió, mostrando unos dientes blancos y perfectos, y por un
instante (_Tn) se sintió culpable. A pesar de que ella sí tenía una hermana,
Jordan no estaba en condiciones de relacionarse con ella de la forma a la
que se refería Gwen.
Era como si alguien le diese una segunda oportunidad a través de Nick
para que pudiera disfrutar de una hermana, aunque el tictac de la bomba
que era aquella relación no dejaba de sonar.
_______________________________________________________________________________________________________
Continuara
mis chicas gracias por sus comentarios
espero que les este encantando la nove
nos leeremos pronto .... se les quiere
espero que les este encantando la nove
nos leeremos pronto .... se les quiere
ElitzJb
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