Everything has changed -Larry Stylinson-.

Hacía dos meses Harry sentía esa sensación de dolor en el centro de su pecho. No podía evitarlo, seguía sintiéndose solo. Hacía dos meses la persona que más quería en el mundo, a excepción de su madre, había fallecido. Y de la peor manera posible. Su padre había muerto. Y la sensación que eso le provoco era algo que no podía soportar. Su madre estaba con él, sí, pero la relación con su padre era inigualable. Con él podía abrirse y contarle todo lo que le sucedía. Cosa que no podía hacer con ninguna otra persona, podía pedirle consejos sabiendo que recibiría uno y después le daría un gran abrazo agradeciéndole por aquellas palabras. Y cuando se sentía triste, sabía que allí estaría el diciéndole que no estaba solo, y que él jamás dejaría que nada malo le pasara, porque en verdad lo quería, lo quería demasiado.
Recordaba los primeros días después de la terrible muerte de su padre, cuando no podía dormir y se decía que la vida no tenía sentido, y que preferiría haber muerto con él. Pero empezó a recapacitar, necesitaba pensar en su madre. No le haría eso, no la dejaría sola en un momento tan difícil. Y tampoco podía rendirse y dejarla a ella con todo el peso de un esposo muerto y un hijo en depresión.
Su vida en Londres había terminado. La única razón por la que estaban allí era por el trabajo de su padre, pero toda su familia estaba en Holmes Chapel. No tenían a nadie en Londres, y tampoco tenían motivos para quedarse, ya que aquella ciudad no era muy acogedora.
Así que se devolvieron a aquel pueblo que conocían muy bien. A ese pequeño pueblo que los acogía. Iba a ser duro, para todos. Pero podían acostumbrarse.

Era mi primer día de escuela, me sentía extraño, ya no me sentía tan mal como antes, pero el dolor no había desaparecido del todo. Seguía allí.
Al menos esta vez no tendría que sentarme a almorzar solo, o practicar futbol aislado de los demás como lo hacía en Londres. Aquí tenía a un amigo incondicional. Un rubio llamado Niall James Horan.
Salí de mi casa lo más rápido que pude. Quería llegar temprano para buscar a Niall y decirle lo mucho que lo extrañaba, él era el único amigo que tenía. Llegue a la escuela, la conocía bastante, así que no era problema adentrarme en ella y buscar mi aula de clase correspondiente. Llegue corriendo y allí estaba. Sentado de espalda hablando con un chico.

-¡Niall! –grité entusiasmado. Se volteo para verme.
-¡Harry, volviste! –se acercó a mí y me dio un cálido abrazo. -¡No sabes cuánto te extrañe!
-Y yo a ti, más de lo que te puedes imaginar.
-Siento mucho todo lo que paso –baje mi cabeza, conteniendo el dolor. –Pero sabes que desde ahora estaré aquí para ti.
-Lo sé Niall, gracias –musite.
-Mira Hazza, él es Louis. Ha sido mi amigo desde que te fuiste.

Observe al chico con detenimiento. Tenía unos ojos azules que parecían perlas, una sonrisa que delineaba cada una de las facciones de su rostro haciéndolo ver delicado, un hermoso cabello que llevaba revolcado, y una hermosa figura. El chico era perfecto. Y hablaba enserio, era perfecto. Porque él jamás pensaba así de nadie, mucho menos si ese alguien era de su mismo sexo.

-Hola. –dijo aquel joven con una voz angelical que llego a mis oídos unos segundos después, ya que me había perdido en sus profundos ojos. –Soy Louis… Louis Tomlinson. –alcanzo su mano para estrecharla con la mía.
-Ha… Harry Styles. –dije mientras tartamudeaba. Algo que me hizo ver como un completo estúpido.