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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
Ficha de la serie
• Titulo: White Horses [Hazza]
• Autor: Zacharynessa
• Adaptación: Nope
• Género: Romance, casi nada de Drama.
• Contenido: No tiene nada fuerte ni del otro mundo, solo una o dos escenas hots, yo aviso cuando.
• Advertencias: NO ES MÍA. Preparense para ver a un Hazza 100 veces mas sexy que la vida real (si es posible):
• Otras páginas: Fotolog (De ahí la saqué)
Prologo
Qué nerviosa se sentía, le temblaban las piernas. No recordaba, o eso creía, haber pasado un día tan emocionante como ese. Su cumpleaños número doce.
No podía dejar sus manos quietas y se mordía el labio, nerviosa.
Si, estaba nerviosa. Su padre le había dicho que su regalo estaba escondido en las caballerizas. Se podía imaginar perfectamente cuál era su regalo.
Respiró profundamente y entró al lugar. Aquel familiar olor a caballo y paja entró por su nariz. Lo respiró más aun… quizás fuera la última vez que lo hiciera.
Entró del todo y miró a su alrededor, para luego volver a mirar al frente. Su regalo estaba ahí. Una amplia sonrisa surcó su rostro, y sin poder evitarlo apresuró sus pasos hacia él.
Siempre quiso un caballo blanco y al fin lo tenía. Mordió sus labios, de nuevo, y comenzó a disminuir el paso. Un nuevo sentimiento acaparó toda su emoción. Miedo. Tenía miedo. Era lindo, pero era muy grande, para ella, y no sabía como iba reaccionar.
—No le tengas miedo —escuchó como alguien le hablaba.
Giró para encontrarse con él. Le dedicó una tímida sonrisa y sus mejillas se enrojecieron. Siempre se enrojecía cuando él estaba cerca. Sentía aquel cosquilleo lindo en el estomago y sentía aquellas molestas ganas de tomarle la mano y no soltarlo.
—¿Qué haces aquí? —le preguntó y se armó de valor para mirarlo.
Su amiga, Cher, siempre le decía que un niño se da cuenta de que una niña gusta de él cuando esta no lo mira a los ojos. Tenía que mirarlo si o si.
—Te estaba buscando. Mañana te vas a la capital, y no sé cuando nos volveremos a ver —le dijo él.
Ella sintió que las cosquillas se hacían más seguidas y algo parecido a la angustia se coló entre sus emociones. Sabía que no iba a volver por mucho tiempo. Su padre había decidió enviarla a estudiar a Londres. Lo iba a extrañar tanto.
—No pienses en eso. Volveré —dijo dulce.
—¿Cuándo?
—No lo sé. Pero volveré.
—Mi madre dice que Lotres…
—Londres —lo corrigió esbozando una pequeña sonrisa.
—Lo que sea —continuó —Queda muy lejos… tomé prestado un mapa del señor Greg para cerciorarme. Y sí, queda muy lejos ¿Y si te pasa algo? ¿Y si me necesitas? —preguntó él con impaciencia.
—Habrá mucha gente para cuidarme, salvaje —dijo divertida.
Él no pudo evitar sonreír, dejando ver sus dos paletas separadas. Salvaje, apodo que ella le había puesto un día que ambos jugaban en los matorrales del campo y él se había comportado tal y como ella lo había llamado.
—Sé que habrá mucha gente cuidándote —continuó. Se rascó la nariz y luego el mentón. Se sentía nervioso —Pero son gente desconocida…
—Mi amiga Cher está allá —comentó.
—Esa niña exasperante… —murmuró. Ella rió por lo bajo.
—Me gusta que utilices las palabras que te he enseñado —le dijo.
—Odio esas palabras que me enseñaste —aseguró —En la escuela se ríen de mí por tu culpa…
—No conozco a tus compañeros de escuela. Nunca los has traído a la casa o me has hablado de ellos. ¿Por qué? —ella caminó un poco hacia un costado acercándose, inconcientemente, al caballo.
—Porque son todos unos idiotas…
—¡Eso es una palabrota! —ella lo retó divertida.
—Solo saben pelearse y buscarme pelea. Porque saben que siempre les gano.
—Porque eres un salvaje.
—Exacto.
Ella comenzó a jugar con la punta de su vestido, apretándolo y arrugándolo en la palma de su mano. Las cosquillas de su estomago aun no se iban.
—La señorita Dolores dice que ella podría enseñarte en casa como a mí…
—No, eso es para niñas.
Ella lo contempló en silencio por unos cuantos segundos. Tenía ganas de decirle muchas cosas. Sabía que dentro de un par de horas ya no se las podría decir.
—¿Vas a extrañarme? —le preguntó ella.
Volvió a caminar hacia el caballo, y entonces chocó con él. El inmenso animal chilló e hizo un relinche. Ella lo miró asustada, pero de pronto sintió una mano que tomaba la suya y la apartaba un poco de la fiera.
—Es un potro salvaje, como yo —le dijo él.
Ella giró la cabeza para observarlo. Ahora estaba a su lado y sostenía su mano. Al parecer no tenía ninguna intención de alejarse o soltarla.
En eso Cher se había equivocado. Él no era como los demás niños… A él no le molestaba tomarla de la mano, tampoco que ella lo hiciera tomar el té o que le enseñara como hablar apropiadamente.
—No sé porque papá lo compró justo ahora que me voy —se lamentó.
—Lo hizo para que no le tomaras cariño y no te doliera tanto dejarlo… ¿Cómo quieres llamarlo?
—¿Es niño verdad? —inquirió.
—Macho… se dice macho.
—Lo que sea —dijo ella tratando de imitar la expresión de él cuando le decía así. Él rió quedamente —Quiero que se llame White.
—¿Quieres tocarlo? —preguntó.
Miró nerviosa al caballo y volvió la mirada a los verdes ojos que estaban frente a ella.
—No lo sé… tengo miedo.
Él tomó con más firmeza la mano de ella, para acercarla con cuidado al caballo.
—White —lo llamó él, por su nuevo nombre. El caballo levantó un poco la cabeza y los miró —Así es como te llamas ahora, potro.
Se acercaron más. El animal parecía tranquilo. Pero a ella no la convencía. Él estaba detrás de ella y todavía sostenía su mano. Estiró sus manos hasta que la de ella se apoyó primero en el hocico de White. El caballo se quedó quieto, recibiendo la caricia. Él hizo que ella moviera la mano un poco más.
—¿Lo ves? Él no te hará daño. Sabe que eres su dueña —le dijo.
Lo miró a los ojos. Parecía ese príncipe del cuento que ella siempre leía. Un príncipe un poco particular, ya que siempre estaba jugando en el barro o con los animales. Pero era tan lindo. Lo iba a extrañar, de todo esto a él era al que más iba a extrañar.
—¿Lo vas a cuidar por mí? —le preguntó. Él se alejó para que ella continuara acariciando a su nuevo caballo por si sola.
—Claro que si, cuando vuelvas no lo vas a reconocer de lo lindo que va a estar —dijo con una sonrisa.
Ella sonrió y se alejó del caballo para acercarse a él. Vio que algo brillaba colgando en su pecho. Semisonrió. Hacía casi dos meses que él había cumplido los trece.
—¿Aun tienes mi regalo? —le preguntó. Él asintió y lo buscó. Alzó a la vista una pequeña medallita de oro. Ella la tomó para mirarla —Siempre la vas a cuidar, ¿verdad?
—Siempre voy a cuidarla. Siempre voy a cuidar todo lo que tenga que ver contigo. Porque… porque… —dejó de hablar.
—¿Por qué? —quiso saber ella.
Él sintió aquel tonto cosquilleo en la boca del estomago. Parecía que se acababa de comer un enjambre de mariposas.
—Porque yo te quiero, enana —se animó a decir al fin.
Ella sintió una felicidad que nunca había sentido.
Él sacó algo del bolsillo de su pantalón y se lo tendió. Ella lo tomó apresuradamente y sin dudarlo abrió la pequeña cajita. Sus ojos no podían creer que lo que estaban viendo.
—¿Lo compraste? —dijo anonadada.
—Si —asintió él tímidamente —Dijiste que te gustaba cuando fuimos la última vez al pueblo. Y estuve ahorrando desde entonces para comprártelo.
—¿Por eso estabas haciéndole mandados al señor de la panadería?
Él solo asintió. Ella sacó el pequeño anillo que tenía una piedrita violeta en el medio y se lo puso. Sintió un nuevo dolor… nunca lo había sentido. Iba a extrañarlo tanto. Lo miró fijo a los ojos.
—Yo también te quiero, salvaje —le dijo dulce.
Con cuidado se acercó a él, se puso en puntas de pie y apoyó sus labios sobre los suyos. Ambos cerraron los ojos, compartiendo así su primer beso.
_______________________________
HOLAAAA, volvi. Como estos días estoy tan aburrida, decidí subir dos novelas a la vez, espero que esta tenga mas readers que la otra :c. Cuando tenga una o dos lectoras subo el primer capítulo, esta novela es una lindura♥
Última edición por lovesickforu el Jue 25 Abr 2013, 12:40 pm, editado 2 veces
hood.
Capítulo Uno
¿Cómo podía ser posible que se le perdiera aquella cadenita? ¿Cómo? Él no era descuidado, jamás lo había sido. Y ahora no la encontraba por ningún lado. No quería perder aquel recuerdo de los mejores años de su vida. Siendo un niño él había sido muy feliz… Ahora también lo era, pero desgraciadamente nunca iba a ser igual.
Se maldijo a si mismo… ¿Dónde podría haberla dejado? Ya la había buscado en todos lados: la caballeriza, su cuarto, el baño, el gallinero, la cocina, la casa grande…
Se detuvo a pensar un poco. Quizás la había dejado en la casa de Felicity. Aunque a decir verdad hacía como una semana que no iba a ver a su novia y la cadenita la había perdido ayer. Soltó un suspiro. Y se sentó con cuidado en una de las sillas de la cocina.
—¿Buscabas esto? —preguntó ella.
Al instante él levantó la vista y se puso de pie. Casi corrió hacia donde estaba su madre con la mano levantada y mostrándole lo que había estado buscando desde hacía tantas horas.
—¿Dónde estaba? —quiso saber mientras se la quitaba de la mano.
—La dejaste tirada cerca del horno anoche, después de que lo arreglaste.
—No la dejé tirada. Seguramente se me cayó…
Se la volvió a poner, y se sintió aliviado. Sus bonitos recuerdos ahora estaban de nuevo con él.
Harry Styles era un hombre de campo. Había nacido allí, se había criado allí y pensaba morir allí. Él no se consideraba una persona mala, y estaba muy orgulloso de lo que había logrado en todos esos año en los campos Brooks. Siendo muy joven (con apenas 15 años) su jefe lo había nombrado encargado del lugar, cuando había decidido irse a vivir a la cuidad. Y desde entonces Harry había llevado adelante los asuntos de aquella conocida estancia. Pero a pesar de dejarle toda la responsabilidad, Jhon Brooks iba a verlos todos los años en las vacaciones de verano. Se quedaba allí unos dos meses y luego volvía a su agitada vida de negocios. Harry siempre se preguntaba como era que ese hombre no se había vuelto loco viviendo en la cuidad, siendo que él también había nacido y criado en aquel campo. Pero lo sabía, Jhon era un gran hombre que se adaptaba a cualquier situación de cambio. Y Harry lo admirada… lo admiraba y lo quería como a un padre. Por eso mismo cada vez que el jefe llegaba todo el mundo estaba como loco arreglando y preparando todo.
—Es como la decimaquinta vez que pierdes ese colgante, Harry —lo retó ella pero sin retarlo del todo. Le besó la frente y se acercó a las hornillas para revisar la comida que estaba preparando. La cena siempre comenzaba a prepararse antes del atardecer.
—No es a propósito —aseguró él —Al parecer no le gusta estar en mi cuello.
Anne sonrió y lo miró de manera tierna.
—¿Ya está todo listo? Mira que hoy llega el señor Brooks.
—Si, todo está listo.
—Más te vale, Harry…
—Mamá… bien sabes que me gusta que el jefe venga a encontrar todo en orden y en perfecto estado.
—Si, lo sé. Pero solo te pregunto para que estés completamente seguro. No quiero que nada salga mal. Jhon… —sacudió la cabeza —Digo, el señor Brooks se merece lo mejor.
Harry puso los ojos en blanco. Si había alguien que se ponía quisquillosa con la llegada del jefe en aquel lugar, esa era su madre. Todos los peones huían de ella despavoridos. Se ponía insoportable, histérica y sobre todo intratable. Harry creía saber la razón de sus nervios. Aunque ella jamás llegara a admitirlo, él sabía que su madre sentía algo especial por ese hombre. Y cuando volvía al campo, ella parecía perder los estribos. Los únicos que podían con ella en días así eran Niall y él.
Niall Horan era más que un primo para Harry. Era como su hermano menor. El rubio se había mudado a vivir con ellos cuando su padre (el tío Roger) había muerto en un accidente de campo. Harry y Anne eran la única familia que le quedaba.
Horan entró a la cocina y se detuvo a mirarlos. Harry le sonrió y se puso de pie. Pero dejó de sonreír al ver la cara de preocupación y frustración que tenía su primo.
—¿Qué sucedió? —le preguntó al instante.
—White —murmuró el rubio simplemente.
Harry resopló. ¿Otra vez aquel caballo? ¿Cuándo iba a ser el día en que el corcel blanco no le diera dolores de cabeza?
—¿Qué hizo ahora? —quiso saber.
—Le ha dado un buen susto al pobre de Pedro, casi lo golpea. Luego rompió su bozal, rompió un par de mecheras en las caballerizas, salió hecho una fiera, saltó la cerca y se metió por el bosque.
Harry cerró los ojos y se masajeó el puente de la nariz. Ese caballo no cambiaba más. No había forma de que lo adiestrara. El muy cabeza dura jamás se terminaba de comportar. Solo le gustaba ser un caballo salvaje. Pero ¿Quién podría culparlo de ser así? Nadie.
El castaño se había encargado de criarlo… y jamás le había puesto verdaderamente los límites. Además de que se parecían demasiado. Podría decirse que hasta White estaba mimetizado con Harry. Por ejemplo: cuando él estaba enfermo, White también parecía estarlo. Cuando se sentía enojado, el caballo también. Cuando estaba contento, también él. Cuando se sentía atrapado, frustrado por el trabajo y quería salir corriendo y dejar todo en manos de alguien más… White hacía destrozos y huía al medio del bosque.
Al parecer hoy el caballo también se había mimetizado con él… aquello que White había hecho era lo mismo que Harry quería hacer. Huir.
Y no sabía exactamente por qué. La mayoría de las veces cuando su jefe venía al campo, él estaba contento. Pero hoy no era así. Hoy se sentía extraño. Algo le decía que pronto se sentiría más extraño aun.
Giró para mirar a Anne y le entregó una sonrisa galante. Ella casi siempre se quedaba tranquila cuando él le sonreía así.
—¿Te dije que llamó, Felicity? —le preguntó. Harry frunció el ceño.
—No, no me lo habías dicho —resopló —¿Qué te dijo?
—Que está enojada contigo porque no le devuelves las llamadas y ya no la vas a ver…
—¿Le dijiste que estoy muy ocupado? —inquirió mientras se acercaba a donde estaba parado Niall y le hacía una seña de que comenzara a caminar.
—Si, se lo dije… pero dice que como ella es tu novia tendría que ser tu prioridad.
Harry soltó un lento suspiro. A veces Felicity era demasiado ‘inmadura’. Y él sentía que necesitaba un respiro.
—A la noche iré a verla… si vuelve a llamar dile eso.
Su madre asintió y ellos dos salieron de la casa.
—Tú no estás realmente enamorado de Felicity —habló Niall mientras ambos caminaban hacia la caballeriza. Harry iría a buscar a White.
—¿Por qué lo dices? —preguntó extrañado.
—Porque si la amaras realmente… le harías un espacio aunque te estuvieras muriendo. Solo estás con ella por costumbre. Y créeme cuando te digo que eso no es amor.
—¿Y tú que sabes del amor? —inquirió divertido el castaño.
—Yo estoy enamorado. Solo que soy un maldito cobarde y no me animo a decírselo.
—¿Y por qué no te animas, tonto?
—Hazza, es la hija de un acensado. ¿Acaso no has visto como terminan ese tipo de romances? Si ella llegara a tener algo con un simple peón como yo, su familia sería capaz de darle la espalda y dejarla en la calle… en este caso en medio del campo.
Harry esbozó una pequeña sonrisa y despeinó un poco el cabello del rubio. Niall apenas tenía 19 años y ya sufría de aquella manera tan pasional.
— Lola no es de esas que menosprecian a los peones. Es más,… tú también le gustas.
Niall dejó de caminar. Harry lo miró realmente divertido.
—¿Cómo sabes que le gusto? —preguntó atónito.
—Me lo dijo un pajarito —se hizo el misterioso.
Le encantaba poner nervioso a Niall. Principalmente cuando se trataba de la pequeña Lola. Con apenas 17 años, aquella niña rompía más de un corazón por aquellos lados.
Y Niall no era la excepción.
Niall casi corrió detrás de Harry y lo llenó de preguntas, intentando sacar alguna información que le dijera como sabía que Lola también sentía algo por él.
Pero Harry no soltó nada. Aunque a decir verdad no sabía mucho. Pero no hacía falta saberlo. A Lola se le notaba a leguas el amor por Nialler. Y viceversa. Solo tenían miedo. Miedo de las reacciones de los demás. Miedo de la desaprobación, siendo que amar a alguien no es nada malo.
El castaño soltó un suspiro. A veces él mismo se preguntaba como era amar realmente a alguien. Felicity era su novia desde los 17 y jamás sintió las tontas cosquillas en la panza, la tonta sensación de no querer dejar de verla nunca. ¿Sería eso normal? Él no lo sabía.
Distinto había sido cuando era un niño y había sentido algo por una niña que le rompió el corazón el día en que se fue y no volvió jamás… todavía le dolía. Frunció el ceño. ¿Cómo podía dolerle algo tan… tonto? Era un niño. ¡Los niños no saben nada de amor!
Llegaron al establo. La mayoría de los peones estaban allí arreglando los líos que había hecho el caballo blanco y discutiendo de las nuevas medidas que tendrían que tomar para controlarlo. Pero al instante en que vieron a Harry guardaron silencio. Para ser uno de los peones más joven, después de Niall, a Harry le tenían mucho respeto. No solo por ser el encargado de todo, sino que se lo había ganado con el correr de los años.
Habiendo nacido y criado en aquellos campos, nadie conocía ese lugar tanto como él. Tal vez otro que todavía tenía más antigüedad que el castaño en esos lados era el viejo Pedro. Pero Pedro era más una especie de abuelo para todos que una autoridad.
—Voy a ir a buscar a White —habló a Harry —Prepárenme a Helios, ¿si?
Al instante se pusieron en marcha. Harry se acercó al anciano de cabellos blancos.
—Gran susto me dio el potrillo —dijo Pedro. Harry apoyó una de sus manos sobre su hombro.
—No estás herido, ¿verdad? —quiso saber.
—Nonono, no me ha hecho nada. Solo hizo una de sus típicas pataletas. Al parecer hoy no está de humor.
—Tampoco yo —aseguró el castaño. *Terminaron de preparar a Helios. Era uno de los pocos caballos pura sangre que quedaban en el campo. Por ende, era uno de los mejores. Claro que no superaba ni por asomo a White. Y Harry se sentía orgulloso de eso.
—¿Quieres que te acompañe? —le preguntó Niall mientras él se subía al caballo. Harry se acomodó y luego miró a su primo.
—No, gracias. Necesito que te quedes a supervisar como van con el marcado de las vacas. He escuchado que andan robando las vacas que no tienen marca. No quiero más perdidas.
—Está bien —murmuró Horan —Ve con cuidado por favor. Deberías llevar tu arma por si acaso. Dijeron que hay varios pumas por la zona.
—Tranquilo, Horan —dijo divertido—Estaré bien.
—Yo no estoy preocupado por ti, pelmazo —aseguró —Solo me preocupa que te suceda algo y luego sea yo el que tenga que soportar a la tía Anne.
Harry soltó una estrepitosa carcajada y salió rápidamente del establo. A veces Niall tenía cada ocurrencia y lo hacía sentirse un poco mejor. El buen sentido de su primo lo sacaba de su apestoso mal humor. Helios comenzó a adentrarse en el bosque. Harry estaba siguiendo el camino que los demás peones le habían indicado. Pero en realidad no tenía ni la menor idea de en dónde podía ser que White estaba. Comenzó a aminorar la marcha cuando el sonido de una cascada llegó a sus oídos. Y entonces recordó que por allí estaba el pequeño arroyo… hacía tanto que no iba a ese lugar.
Detuvo a Helios y se bajó con cuidado. Sin hacer ruido caminó hasta asomarse y observar la pequeña porción de paraíso que allí había. La cascada caía con fuerza, llenando el lugar del ruido más bonito del mundo. Y entonces lo vio. Allí estaba el gran caballo blanco tomando agua. Decidió hacerse ver… White casi nunca huía de él.
—Eeey, compañero —lo llamó. El caballo se volteó a verlo y resopló —¿Qué significa eso? Más respeto con tu cuidador… —volvió a rechinar y meneó la cabeza. Harry sonrió y se acercó con cuidado —¿Qué te pasa hoy? ¿Por qué hiciste todos esos líos? ¿Acaso era necesario? —White dio unos pasos hacia atrás —Oye, oye… no te alejes de mí. Solo quiero que vayamos para la estancia. Tengo tantas cosas que hacer, White..
Y de repente Harry vio aquella pequeña casita detrás del caballo. Se quedó quieto y sin poder evitarlo corrió hacia allí ¡Por dios! ¿Cómo pudo él haberse olvidado de que aquel lugar existía?
Se detuvo frente a la puerta. El lugar se veía viejo, abandonado… y su cabeza se llenó de recuerdos de su niñez. Realmente todo era más fácil cuando era niño. Intentó abrir la puerta pero al parecer estaba trabada. Y miró a White. El caballo lo miraba fijamente, como si quisiera decirle algo. Harry frunció el ceño y bajó la mirada hacia el final de la puerta. Se agachó y limpió un poco el polvo…
Salvaje, esto no es correcto. Yo no debería tallar puertas, pero creo que solo por hoy es necesario. Mañana me voy y quiero que cuando te sientas triste y no tengas con quien hablar vengas aquí… a nuestro lugar secreto y pienses en mí… yo siempre pensaré en ti. Jamás, jamás, jamás, jamás voy a olvidarme de ti y de tus ojos. Eres el príncipe de toda princesa, suerte tengo de tenerte. Me gustaría escribirte más pero se me está cansando la mano y tú me estás haciendo tontas preguntas y no me dejas terminar tranquila…
Te amo, Hazza.
Por siempre y para siempre, _.
Así terminaba aquella extraña nota que él jamás había leído… hasta ahora.
_________________________________
Soy una hiperactiva, no tengo ni una lectora pero subi igual, espero tener comentarios en algun momento, voy a subir otro cap ahora para mostrar la vida de rayita (ya que este cap es de Hazza♥)
Se maldijo a si mismo… ¿Dónde podría haberla dejado? Ya la había buscado en todos lados: la caballeriza, su cuarto, el baño, el gallinero, la cocina, la casa grande…
Se detuvo a pensar un poco. Quizás la había dejado en la casa de Felicity. Aunque a decir verdad hacía como una semana que no iba a ver a su novia y la cadenita la había perdido ayer. Soltó un suspiro. Y se sentó con cuidado en una de las sillas de la cocina.
—¿Buscabas esto? —preguntó ella.
Al instante él levantó la vista y se puso de pie. Casi corrió hacia donde estaba su madre con la mano levantada y mostrándole lo que había estado buscando desde hacía tantas horas.
—¿Dónde estaba? —quiso saber mientras se la quitaba de la mano.
—La dejaste tirada cerca del horno anoche, después de que lo arreglaste.
—No la dejé tirada. Seguramente se me cayó…
Se la volvió a poner, y se sintió aliviado. Sus bonitos recuerdos ahora estaban de nuevo con él.
Harry Styles era un hombre de campo. Había nacido allí, se había criado allí y pensaba morir allí. Él no se consideraba una persona mala, y estaba muy orgulloso de lo que había logrado en todos esos año en los campos Brooks. Siendo muy joven (con apenas 15 años) su jefe lo había nombrado encargado del lugar, cuando había decidido irse a vivir a la cuidad. Y desde entonces Harry había llevado adelante los asuntos de aquella conocida estancia. Pero a pesar de dejarle toda la responsabilidad, Jhon Brooks iba a verlos todos los años en las vacaciones de verano. Se quedaba allí unos dos meses y luego volvía a su agitada vida de negocios. Harry siempre se preguntaba como era que ese hombre no se había vuelto loco viviendo en la cuidad, siendo que él también había nacido y criado en aquel campo. Pero lo sabía, Jhon era un gran hombre que se adaptaba a cualquier situación de cambio. Y Harry lo admirada… lo admiraba y lo quería como a un padre. Por eso mismo cada vez que el jefe llegaba todo el mundo estaba como loco arreglando y preparando todo.
—Es como la decimaquinta vez que pierdes ese colgante, Harry —lo retó ella pero sin retarlo del todo. Le besó la frente y se acercó a las hornillas para revisar la comida que estaba preparando. La cena siempre comenzaba a prepararse antes del atardecer.
—No es a propósito —aseguró él —Al parecer no le gusta estar en mi cuello.
Anne sonrió y lo miró de manera tierna.
—¿Ya está todo listo? Mira que hoy llega el señor Brooks.
—Si, todo está listo.
—Más te vale, Harry…
—Mamá… bien sabes que me gusta que el jefe venga a encontrar todo en orden y en perfecto estado.
—Si, lo sé. Pero solo te pregunto para que estés completamente seguro. No quiero que nada salga mal. Jhon… —sacudió la cabeza —Digo, el señor Brooks se merece lo mejor.
Harry puso los ojos en blanco. Si había alguien que se ponía quisquillosa con la llegada del jefe en aquel lugar, esa era su madre. Todos los peones huían de ella despavoridos. Se ponía insoportable, histérica y sobre todo intratable. Harry creía saber la razón de sus nervios. Aunque ella jamás llegara a admitirlo, él sabía que su madre sentía algo especial por ese hombre. Y cuando volvía al campo, ella parecía perder los estribos. Los únicos que podían con ella en días así eran Niall y él.
Niall Horan era más que un primo para Harry. Era como su hermano menor. El rubio se había mudado a vivir con ellos cuando su padre (el tío Roger) había muerto en un accidente de campo. Harry y Anne eran la única familia que le quedaba.
Horan entró a la cocina y se detuvo a mirarlos. Harry le sonrió y se puso de pie. Pero dejó de sonreír al ver la cara de preocupación y frustración que tenía su primo.
—¿Qué sucedió? —le preguntó al instante.
—White —murmuró el rubio simplemente.
Harry resopló. ¿Otra vez aquel caballo? ¿Cuándo iba a ser el día en que el corcel blanco no le diera dolores de cabeza?
—¿Qué hizo ahora? —quiso saber.
—Le ha dado un buen susto al pobre de Pedro, casi lo golpea. Luego rompió su bozal, rompió un par de mecheras en las caballerizas, salió hecho una fiera, saltó la cerca y se metió por el bosque.
Harry cerró los ojos y se masajeó el puente de la nariz. Ese caballo no cambiaba más. No había forma de que lo adiestrara. El muy cabeza dura jamás se terminaba de comportar. Solo le gustaba ser un caballo salvaje. Pero ¿Quién podría culparlo de ser así? Nadie.
El castaño se había encargado de criarlo… y jamás le había puesto verdaderamente los límites. Además de que se parecían demasiado. Podría decirse que hasta White estaba mimetizado con Harry. Por ejemplo: cuando él estaba enfermo, White también parecía estarlo. Cuando se sentía enojado, el caballo también. Cuando estaba contento, también él. Cuando se sentía atrapado, frustrado por el trabajo y quería salir corriendo y dejar todo en manos de alguien más… White hacía destrozos y huía al medio del bosque.
Al parecer hoy el caballo también se había mimetizado con él… aquello que White había hecho era lo mismo que Harry quería hacer. Huir.
Y no sabía exactamente por qué. La mayoría de las veces cuando su jefe venía al campo, él estaba contento. Pero hoy no era así. Hoy se sentía extraño. Algo le decía que pronto se sentiría más extraño aun.
Giró para mirar a Anne y le entregó una sonrisa galante. Ella casi siempre se quedaba tranquila cuando él le sonreía así.
—¿Te dije que llamó, Felicity? —le preguntó. Harry frunció el ceño.
—No, no me lo habías dicho —resopló —¿Qué te dijo?
—Que está enojada contigo porque no le devuelves las llamadas y ya no la vas a ver…
—¿Le dijiste que estoy muy ocupado? —inquirió mientras se acercaba a donde estaba parado Niall y le hacía una seña de que comenzara a caminar.
—Si, se lo dije… pero dice que como ella es tu novia tendría que ser tu prioridad.
Harry soltó un lento suspiro. A veces Felicity era demasiado ‘inmadura’. Y él sentía que necesitaba un respiro.
—A la noche iré a verla… si vuelve a llamar dile eso.
Su madre asintió y ellos dos salieron de la casa.
—Tú no estás realmente enamorado de Felicity —habló Niall mientras ambos caminaban hacia la caballeriza. Harry iría a buscar a White.
—¿Por qué lo dices? —preguntó extrañado.
—Porque si la amaras realmente… le harías un espacio aunque te estuvieras muriendo. Solo estás con ella por costumbre. Y créeme cuando te digo que eso no es amor.
—¿Y tú que sabes del amor? —inquirió divertido el castaño.
—Yo estoy enamorado. Solo que soy un maldito cobarde y no me animo a decírselo.
—¿Y por qué no te animas, tonto?
—Hazza, es la hija de un acensado. ¿Acaso no has visto como terminan ese tipo de romances? Si ella llegara a tener algo con un simple peón como yo, su familia sería capaz de darle la espalda y dejarla en la calle… en este caso en medio del campo.
Harry esbozó una pequeña sonrisa y despeinó un poco el cabello del rubio. Niall apenas tenía 19 años y ya sufría de aquella manera tan pasional.
— Lola no es de esas que menosprecian a los peones. Es más,… tú también le gustas.
Niall dejó de caminar. Harry lo miró realmente divertido.
—¿Cómo sabes que le gusto? —preguntó atónito.
—Me lo dijo un pajarito —se hizo el misterioso.
Le encantaba poner nervioso a Niall. Principalmente cuando se trataba de la pequeña Lola. Con apenas 17 años, aquella niña rompía más de un corazón por aquellos lados.
Y Niall no era la excepción.
Niall casi corrió detrás de Harry y lo llenó de preguntas, intentando sacar alguna información que le dijera como sabía que Lola también sentía algo por él.
Pero Harry no soltó nada. Aunque a decir verdad no sabía mucho. Pero no hacía falta saberlo. A Lola se le notaba a leguas el amor por Nialler. Y viceversa. Solo tenían miedo. Miedo de las reacciones de los demás. Miedo de la desaprobación, siendo que amar a alguien no es nada malo.
El castaño soltó un suspiro. A veces él mismo se preguntaba como era amar realmente a alguien. Felicity era su novia desde los 17 y jamás sintió las tontas cosquillas en la panza, la tonta sensación de no querer dejar de verla nunca. ¿Sería eso normal? Él no lo sabía.
Distinto había sido cuando era un niño y había sentido algo por una niña que le rompió el corazón el día en que se fue y no volvió jamás… todavía le dolía. Frunció el ceño. ¿Cómo podía dolerle algo tan… tonto? Era un niño. ¡Los niños no saben nada de amor!
Llegaron al establo. La mayoría de los peones estaban allí arreglando los líos que había hecho el caballo blanco y discutiendo de las nuevas medidas que tendrían que tomar para controlarlo. Pero al instante en que vieron a Harry guardaron silencio. Para ser uno de los peones más joven, después de Niall, a Harry le tenían mucho respeto. No solo por ser el encargado de todo, sino que se lo había ganado con el correr de los años.
Habiendo nacido y criado en aquellos campos, nadie conocía ese lugar tanto como él. Tal vez otro que todavía tenía más antigüedad que el castaño en esos lados era el viejo Pedro. Pero Pedro era más una especie de abuelo para todos que una autoridad.
—Voy a ir a buscar a White —habló a Harry —Prepárenme a Helios, ¿si?
Al instante se pusieron en marcha. Harry se acercó al anciano de cabellos blancos.
—Gran susto me dio el potrillo —dijo Pedro. Harry apoyó una de sus manos sobre su hombro.
—No estás herido, ¿verdad? —quiso saber.
—Nonono, no me ha hecho nada. Solo hizo una de sus típicas pataletas. Al parecer hoy no está de humor.
—Tampoco yo —aseguró el castaño. *Terminaron de preparar a Helios. Era uno de los pocos caballos pura sangre que quedaban en el campo. Por ende, era uno de los mejores. Claro que no superaba ni por asomo a White. Y Harry se sentía orgulloso de eso.
—¿Quieres que te acompañe? —le preguntó Niall mientras él se subía al caballo. Harry se acomodó y luego miró a su primo.
—No, gracias. Necesito que te quedes a supervisar como van con el marcado de las vacas. He escuchado que andan robando las vacas que no tienen marca. No quiero más perdidas.
—Está bien —murmuró Horan —Ve con cuidado por favor. Deberías llevar tu arma por si acaso. Dijeron que hay varios pumas por la zona.
—Tranquilo, Horan —dijo divertido—Estaré bien.
—Yo no estoy preocupado por ti, pelmazo —aseguró —Solo me preocupa que te suceda algo y luego sea yo el que tenga que soportar a la tía Anne.
Harry soltó una estrepitosa carcajada y salió rápidamente del establo. A veces Niall tenía cada ocurrencia y lo hacía sentirse un poco mejor. El buen sentido de su primo lo sacaba de su apestoso mal humor. Helios comenzó a adentrarse en el bosque. Harry estaba siguiendo el camino que los demás peones le habían indicado. Pero en realidad no tenía ni la menor idea de en dónde podía ser que White estaba. Comenzó a aminorar la marcha cuando el sonido de una cascada llegó a sus oídos. Y entonces recordó que por allí estaba el pequeño arroyo… hacía tanto que no iba a ese lugar.
Detuvo a Helios y se bajó con cuidado. Sin hacer ruido caminó hasta asomarse y observar la pequeña porción de paraíso que allí había. La cascada caía con fuerza, llenando el lugar del ruido más bonito del mundo. Y entonces lo vio. Allí estaba el gran caballo blanco tomando agua. Decidió hacerse ver… White casi nunca huía de él.
—Eeey, compañero —lo llamó. El caballo se volteó a verlo y resopló —¿Qué significa eso? Más respeto con tu cuidador… —volvió a rechinar y meneó la cabeza. Harry sonrió y se acercó con cuidado —¿Qué te pasa hoy? ¿Por qué hiciste todos esos líos? ¿Acaso era necesario? —White dio unos pasos hacia atrás —Oye, oye… no te alejes de mí. Solo quiero que vayamos para la estancia. Tengo tantas cosas que hacer, White..
Y de repente Harry vio aquella pequeña casita detrás del caballo. Se quedó quieto y sin poder evitarlo corrió hacia allí ¡Por dios! ¿Cómo pudo él haberse olvidado de que aquel lugar existía?
Se detuvo frente a la puerta. El lugar se veía viejo, abandonado… y su cabeza se llenó de recuerdos de su niñez. Realmente todo era más fácil cuando era niño. Intentó abrir la puerta pero al parecer estaba trabada. Y miró a White. El caballo lo miraba fijamente, como si quisiera decirle algo. Harry frunció el ceño y bajó la mirada hacia el final de la puerta. Se agachó y limpió un poco el polvo…
Salvaje, esto no es correcto. Yo no debería tallar puertas, pero creo que solo por hoy es necesario. Mañana me voy y quiero que cuando te sientas triste y no tengas con quien hablar vengas aquí… a nuestro lugar secreto y pienses en mí… yo siempre pensaré en ti. Jamás, jamás, jamás, jamás voy a olvidarme de ti y de tus ojos. Eres el príncipe de toda princesa, suerte tengo de tenerte. Me gustaría escribirte más pero se me está cansando la mano y tú me estás haciendo tontas preguntas y no me dejas terminar tranquila…
Te amo, Hazza.
Por siempre y para siempre, _.
Así terminaba aquella extraña nota que él jamás había leído… hasta ahora.
_________________________________
Soy una hiperactiva, no tengo ni una lectora pero subi igual, espero tener comentarios en algun momento, voy a subir otro cap ahora para mostrar la vida de rayita (ya que este cap es de Hazza♥)
hood.
Capítulo Dos
Ser una adulta no le molestaba para nada. Le molestaba no saber como resolver algunas situaciones. Cuando era una niña no tenía problemas, no tenía responsabilidades, no tenía miedos. Ahora si… ahora todo eso pesaba sobre ella.
Respiró profundamente y miró por la ventana del coche. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte y a ella un escalofrío le bajó por la espalda. No podía creer que después de tanto tiempo estaba volviendo a aquel campo. Por poco y se había olvidado de que ese lugar existía. Siendo una niña había sido muy feliz allí.
—Sweetheart, ¿Se puede saber por qué me trajiste a este lugar? —le preguntó él, sacándola de sus pensamientos. Se giró a verlo y sonrió.
—Vamos Matt, me dijiste que no te quejarías —le dijo ella.
—Sabes que te adoro, eres mi mejor amiga en todo el world. Tú fuiste la única que siempre me ayudó a enfrentar mis miedos y bla bla bla bla. Pero esto,… esto es demasiado. Yo no podré soportar vacas, caballos, cerdos, gallinas. ¡Oh dios santísimo, mosquitos! —dijo nervioso pensando en aquello. Ella rió divertida.
—Ya lo verás, el campo te encantara. No solo porque es tranquilo, sino que además hay muchos peones —le dijo y le guiño un ojo.
—Eres una manipuladora horrible —dijo y se cruzó de brazos como si estuviera un poco ofendido.
Matt Donovan era su mejor amigo desde que ella se había ido del lugar en el que se había criado. Y desde entonces siempre habían estado juntos. Enfrentando cambios, peleas, decisiones. Más bien… él era como una hermana.
Se acercó un poco a su amigo y lo abrazó de costado. Sabía que él iba a quejarse, pero que al final iba a terminar amando el lugar.
—Te prometo que la vamos a pasar bien… serán solo un par de semanas.
—No lo sé —dijo con tono indiferente —Estoy pensando seriamente en pedirle a Charlie que me lleve de nuevo al aeropuerto.
—¿Serías capaz de abandonar a tu mejor amiga? —preguntó haciendo un leve puchero.
Matt la miró fijo y luego maldijo por lo bajo.
—Odio cuando me haces esas caras —exclamó —Siempre terminas ganándome.
Ella sonrió y luego besó su mejilla. Se alejó de él y giró para mirar a su padre. Jhon estaba concentrado leyendo. Ella se fijó en las expresiones de su rostro. Sonrió tiernamente al ver la concentración que él estaba manejando.
—Papá —lo llamó.
—¿Si, cariño? —le preguntó sin dejar de leer el diario.
—¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí? —quiso saber.
Por fin Jhon levantó la vista hacia ella. Su única hija lo era todo para él. _______ era la luz de sus ojos, un bello recuerdo de su madre.
—Tres meses —contestó Jhon.
—¡¿Tres meses?! —chilló Matt —¿Acaso has perdido el juicio, Jhoni?
—No, solo que por lo menos yo me quedaré todo ese tiempo. Es más… estoy pensando seriamente en quedarme a vivir aquí.
La boca se ______ se abrió por la sorpresa. Seguramente su padre estaba bromeando con ella. él no podía quedarse allí. No podía dejar la empresa en la cuidad, no podía dejarla a ella sola en la cuidad.
—Dime que es una broma —le pidió ella. Jhon soltó un suspiro y luego se sacó los anteojos de lectura.
—No, amor, no es una broma. Quiero quedarme a vivir en mi campo.
—Pero… papá… no puedes estar hablando en serio. Tienes negocios que atender… ¡no puedes dejarme sola!
—No voy a dejarte sola, amor —dijo tiernamente y miró por la ventana —Recuerda que Ashton está contigo…
Matt resopló y volvió a cruzarse de brazos.
—No puedes estar hablando de dejar a tu hija con ese pedazo de imbécil —dijo Matt. _____ lo miró algo enojada —¡No me mires así, niña! —la retó —Tengo toda la razón del mundo al decir que es un imbécil. El rey de los imbéciles.
—Basta, Matt —le advirtió.
—Jhon… tú y yo sabemos perfectamente que ese idiota no quiere realmente a _____.
Jhon se encogió de hombros.
—Yo no puedo decirle a ______ a quien debe amar.
—¡Pues deberías! —aseguró —Ese tarado solo sabe hacerla llorar… ¡la engaña!
—¡Matthew Donovan, basta ya! —dijo enojada —No quiero seguir escuchándote hablar de Ashton. Déjalo ya.
—Eres tan tonta, ______… tan tonta —dijo él entre dientes —Dime una cosa… ¿Por qué el muy idiota no quiso venir con nosotros?
—Tenía cosas que hacer —respondió _______ al instante.
—¿Cosas como qué? —inquirió él.
—Trabajo —dijo ella simplemente.
—Oh, vamos. No eres una idiota, ¿o si? Sabes perfectamente que él no se quedó a trabajar precisamente… —los ojos de _______ comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Matt —le advirtió Jhon —Déjala ya… no podemos hacer nada si ella lo ama. Es su decisión. Como también es mi decisión quedarme a vivir aquí. ______ no volvió a hablar. Su mirada estaba fija en la ventana… observando la inmensidad en color verde. A lo lejos se podían ver varios árboles, más verde, algunos animales y más árboles.
A veces sentía que Matt la odiaba… pero al final terminaba comprendiendo que su mejor amigo solo quería protegerla. Pero estaba segura que aquella no era la forma. Él sabía que ella quería a Ashton. Y no entendía por qué él no lo aceptaba de una vez.
—Estamos ingresando, señor —habló Charlie desde adelante.
______ se acercó más a la ventana y la estancia comenzó a asomarse a sus ojos. Su corazón latió rápido. Su niñez estaba guardada en aquel lugar. Divisó un par de caballos y varios hombres que se giraban a ver la camioneta.
El auto se detuvo. ______ sonrió emocionada y sin dudarlo se bajó. Sus pies tocaron el firme suelo de mármol de la entrada de la mansión. Miró algo embobada aquella casa. No recordaba que fuera tan grande. El aire fresco golpeó su rostro. Respiró profundamente mientras cerraba los ojos. ¿Cuándo había sido la última vez que había respirado tan bien? No lo recordaba. Su padre y Matt se bajaron detrás de ella. Jhon sonrió y respiró profundamente
—Hogar dulce hogar —dijo en un susurró —Charlie, mete todas las cosas en la casa y luego puedes tomarte el día.
—Gracias, señor —dijo el chofer y se dispuso a bajar todas las valijas.
Jhon se acercó a la puerta y entró. _______ se quedó quieta en su lugar. No sabía muy bien que hacer. Se sentía algo perdida. Le daba la sensación de que no iba a conocer nada de lo que había dentro. Sintió que una mano tomaba la suya.
Levantó la cabeza y lo miró. Matt tenía aquella mirada de niño arrepentido en el rostro. Y sin poder evitarlo una sonrisa se le escapó de los labios. Jamás podía estar mucho tiempo enojada con él.
—Te perdono, Mattie —le dijo. Él sonrió aliviado.
—Yo también te perdono a ti —dijo. Ella lo miró divertida.
—Yo no te pedí perdón —aseguró.
—Pues deberías.
_____ rió y sin soltar la mano de su mejor amigo ingresaron a la casa. Ambos se detuvieron para contemplar todo. La boca de _______ casi tocó el piso al observar todo aquello. Realmente estaba completamente distinto a como ella lo recordaba.
—Papá… —dijo en un susurro. Jhon se giró a verla.
—¿Qué, mi amor? —le preguntó él.
—Esto está tan… distinto —estaba asombrada.
—Lo sé,… Anne se ha encargado de hacer que este lugar luciera cada vez mejor con el correr de los años…
—¿Quién? —preguntó Matt intrigado.
Entonces una de las puertas se abrió y una mujer de cabellos claros entró a la sala. Se detuvo al verlos. Primero miró a Jhon y luego su mirada se dirigió a ______ y Matt. Su rostro cambió radicalmente al ver a _____ .
—¿Niña ______? —murmuró.
_____ pestañeó seguidamente al sentirse algo… tonta. Pero recordó perfectamente a aquella mujer. ¿Cómo podía olvidarla? Ella le había hecho la mejor casa de muñecas de la historia.
—Anne —sonrió al fin luego de unos segundos.
La mujer se llevó una mano a la boca para sofocar un sollozo y luego se acercó a ella para abrazarla.
Algo confundida ______ le devolvió el gesto. La mujer parecía verdaderamente emocionada de verla. ______ se sintió algo tonta.
—No puedo creer que seas tú, mi niña —le dijo y luego se alejó para observarla a la cara. Le acarició el cabello —Estás tan hermosa…
______ sonrió algo tímida y luego miró a su padre. Jhon tenía una gran sonrisa en el rostro.
—Tú también estás hermosa, Anne —le aseguró —No has cambiado nada.
Alguien acomodó la garganta.
—Te estás olvidando de presentarme, Sweetness —le reprochó Matt.
—Lo lamento —dijo divertida y soltó a la mujer —Anne, él es mi mejor amigo… Matt Donovan. Mattie, ella es Anne… la mejor creadora de casa de muñecas del mundo.
Anne rió divertida y le tendió la meno a Matt.
—Mucho gusto.
—Anne, si tú eres la que ha estado manteniendo este lugar de esta forma… déjame decirte que eres excelente decorando. ¡Me encanta!
—Muchas gracias, muchacho.
—Solo dime Matt, Mattie o… como te guste.
Anne asintió y luego se giró a mirar a Jhon. Su corazón latió rápido. Siempre que lo veía se sentía como una tonta niña de 15 años.
—No me avisó que llegaba con la niña, señor —le habló luego de unos cuantos segundos.
Jhon esbozó una suave sonrisa y se acercó a ella para tomar su mano y besarle el dorso. El corazón de Anne latió más rápido aun.
—Quería darte una sorpresa —le dijo y luego soltó su mano.
_______ miró cómplice a Matt.
Este último le guiñó un ojo mientras asentía con la cabeza. _______ acomodó la garganta. Algo exaltada Anne la miró.
—¿Qué les parece si les muestro sus habitaciones? —preguntó algo nerviosa —Solo falta ponerles sábanas a las camas y listo…
—Me parece bien —dijo _____.
—Si —asintió Matt —Muero muerto por darme un baño y descansar. El viaje fue agotador.
—Me imagino que si —dijo Anne divertida.
—Mientras ustedes se acomodan yo voy a ir a mi despacho a hacer unas llamadas y a hablar con los muchachos…
Jhon le guiñó un ojo a Anne y desapareció por una de las puertas. Al instante la mujer se puso roja como un tomate. ______ la miró divertida.
—¿Qué sucede entre tú y papá, Anne? —preguntó _____. Anne la miró como espantada y luego sacudió la cabeza.
—Nada, mi niña, nada —dijo rápidamente.
—Anne, querida, —habló Matt y luego se acercó un poco para hablarle más bajo —No somos tontos… nos dimos cuenta de que ustedes dos se gustan.
—¡Dios me libre y me guarde! —exclamó ella escandalizada mientras comenzaba a subir las escaleras —Yo soy solo el ama de llaves de este lugar… y llevo muchos años trabajando aquí. El señor Jhon y yo solo tenemos un mutuo respeto.
—¿Sabes cuando fue la última vez que vi a mi padre besar la mano de una mujer? —le preguntó _____. Anne negó con la cabeza —Nunca…
—Ya basta, muchachos —dijo tan roja como un tomate. Se giró a ver al chofer que luchaba con las valijas —¿Necesitas ayuda, Charlie?
—No, Anne, muchas gracias —dijo él.
Siguieron subiendo hasta llegar al primer piso. Matt miraba realmente asombrado todo. Jamás pensó que ese lugar sería tan hermoso.
______ sentía una tonta emoción. Acababa de subir por las escaleras por las que había bajado corriendo más de un millón de veces. Estaba caminando por el pasillo por el que había bailado un millón de veces. Entonces se detuvieron frente a una puerta.
Sin dudarlo dos veces ______ abrió la puerta y entró a lo que había sido su antigua habitación. Estaba casi como ella recordaba. Solo que ahora había una cama más grande y ya no era rosa. Y sintió nostalgia… pensar que ella casi había olvidado todo eso.
¿Por qué había veces que las personas olvidaban lo importante de la vida? ¿Por qué al crecer… se dejaba de lado aquella hermosa niñez? ¿Por qué se le llamaba infantil a los sentimientos bonitos y confusos? Se acercó hasta la nueva cama. Se sentó con cuidado y luego miró a Anne y Matt. Estos dos la observaban confundidos. _______ soltó un suspiro y luego se dejó caer boca arriba en la cama. Su mirada quedó fija en el techo… techo que seguía teniendo las mismas nubes pintadas de siempre. Sonrió.
—¿Qué te pasa, Darling? —preguntó Matt.
—Nada… —ella sonrió aun más —Solo que me estoy sintiendo… muy en casa.
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Espero lectoras pronto, las amo aunque no existan♥ Cami.
Respiró profundamente y miró por la ventana del coche. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte y a ella un escalofrío le bajó por la espalda. No podía creer que después de tanto tiempo estaba volviendo a aquel campo. Por poco y se había olvidado de que ese lugar existía. Siendo una niña había sido muy feliz allí.
—Sweetheart, ¿Se puede saber por qué me trajiste a este lugar? —le preguntó él, sacándola de sus pensamientos. Se giró a verlo y sonrió.
—Vamos Matt, me dijiste que no te quejarías —le dijo ella.
—Sabes que te adoro, eres mi mejor amiga en todo el world. Tú fuiste la única que siempre me ayudó a enfrentar mis miedos y bla bla bla bla. Pero esto,… esto es demasiado. Yo no podré soportar vacas, caballos, cerdos, gallinas. ¡Oh dios santísimo, mosquitos! —dijo nervioso pensando en aquello. Ella rió divertida.
—Ya lo verás, el campo te encantara. No solo porque es tranquilo, sino que además hay muchos peones —le dijo y le guiño un ojo.
—Eres una manipuladora horrible —dijo y se cruzó de brazos como si estuviera un poco ofendido.
Matt Donovan era su mejor amigo desde que ella se había ido del lugar en el que se había criado. Y desde entonces siempre habían estado juntos. Enfrentando cambios, peleas, decisiones. Más bien… él era como una hermana.
Se acercó un poco a su amigo y lo abrazó de costado. Sabía que él iba a quejarse, pero que al final iba a terminar amando el lugar.
—Te prometo que la vamos a pasar bien… serán solo un par de semanas.
—No lo sé —dijo con tono indiferente —Estoy pensando seriamente en pedirle a Charlie que me lleve de nuevo al aeropuerto.
—¿Serías capaz de abandonar a tu mejor amiga? —preguntó haciendo un leve puchero.
Matt la miró fijo y luego maldijo por lo bajo.
—Odio cuando me haces esas caras —exclamó —Siempre terminas ganándome.
Ella sonrió y luego besó su mejilla. Se alejó de él y giró para mirar a su padre. Jhon estaba concentrado leyendo. Ella se fijó en las expresiones de su rostro. Sonrió tiernamente al ver la concentración que él estaba manejando.
—Papá —lo llamó.
—¿Si, cariño? —le preguntó sin dejar de leer el diario.
—¿Cuánto tiempo nos quedaremos aquí? —quiso saber.
Por fin Jhon levantó la vista hacia ella. Su única hija lo era todo para él. _______ era la luz de sus ojos, un bello recuerdo de su madre.
—Tres meses —contestó Jhon.
—¡¿Tres meses?! —chilló Matt —¿Acaso has perdido el juicio, Jhoni?
—No, solo que por lo menos yo me quedaré todo ese tiempo. Es más… estoy pensando seriamente en quedarme a vivir aquí.
La boca se ______ se abrió por la sorpresa. Seguramente su padre estaba bromeando con ella. él no podía quedarse allí. No podía dejar la empresa en la cuidad, no podía dejarla a ella sola en la cuidad.
—Dime que es una broma —le pidió ella. Jhon soltó un suspiro y luego se sacó los anteojos de lectura.
—No, amor, no es una broma. Quiero quedarme a vivir en mi campo.
—Pero… papá… no puedes estar hablando en serio. Tienes negocios que atender… ¡no puedes dejarme sola!
—No voy a dejarte sola, amor —dijo tiernamente y miró por la ventana —Recuerda que Ashton está contigo…
Matt resopló y volvió a cruzarse de brazos.
—No puedes estar hablando de dejar a tu hija con ese pedazo de imbécil —dijo Matt. _____ lo miró algo enojada —¡No me mires así, niña! —la retó —Tengo toda la razón del mundo al decir que es un imbécil. El rey de los imbéciles.
—Basta, Matt —le advirtió.
—Jhon… tú y yo sabemos perfectamente que ese idiota no quiere realmente a _____.
Jhon se encogió de hombros.
—Yo no puedo decirle a ______ a quien debe amar.
—¡Pues deberías! —aseguró —Ese tarado solo sabe hacerla llorar… ¡la engaña!
—¡Matthew Donovan, basta ya! —dijo enojada —No quiero seguir escuchándote hablar de Ashton. Déjalo ya.
—Eres tan tonta, ______… tan tonta —dijo él entre dientes —Dime una cosa… ¿Por qué el muy idiota no quiso venir con nosotros?
—Tenía cosas que hacer —respondió _______ al instante.
—¿Cosas como qué? —inquirió él.
—Trabajo —dijo ella simplemente.
—Oh, vamos. No eres una idiota, ¿o si? Sabes perfectamente que él no se quedó a trabajar precisamente… —los ojos de _______ comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Matt —le advirtió Jhon —Déjala ya… no podemos hacer nada si ella lo ama. Es su decisión. Como también es mi decisión quedarme a vivir aquí. ______ no volvió a hablar. Su mirada estaba fija en la ventana… observando la inmensidad en color verde. A lo lejos se podían ver varios árboles, más verde, algunos animales y más árboles.
A veces sentía que Matt la odiaba… pero al final terminaba comprendiendo que su mejor amigo solo quería protegerla. Pero estaba segura que aquella no era la forma. Él sabía que ella quería a Ashton. Y no entendía por qué él no lo aceptaba de una vez.
—Estamos ingresando, señor —habló Charlie desde adelante.
______ se acercó más a la ventana y la estancia comenzó a asomarse a sus ojos. Su corazón latió rápido. Su niñez estaba guardada en aquel lugar. Divisó un par de caballos y varios hombres que se giraban a ver la camioneta.
El auto se detuvo. ______ sonrió emocionada y sin dudarlo se bajó. Sus pies tocaron el firme suelo de mármol de la entrada de la mansión. Miró algo embobada aquella casa. No recordaba que fuera tan grande. El aire fresco golpeó su rostro. Respiró profundamente mientras cerraba los ojos. ¿Cuándo había sido la última vez que había respirado tan bien? No lo recordaba. Su padre y Matt se bajaron detrás de ella. Jhon sonrió y respiró profundamente
—Hogar dulce hogar —dijo en un susurró —Charlie, mete todas las cosas en la casa y luego puedes tomarte el día.
—Gracias, señor —dijo el chofer y se dispuso a bajar todas las valijas.
Jhon se acercó a la puerta y entró. _______ se quedó quieta en su lugar. No sabía muy bien que hacer. Se sentía algo perdida. Le daba la sensación de que no iba a conocer nada de lo que había dentro. Sintió que una mano tomaba la suya.
Levantó la cabeza y lo miró. Matt tenía aquella mirada de niño arrepentido en el rostro. Y sin poder evitarlo una sonrisa se le escapó de los labios. Jamás podía estar mucho tiempo enojada con él.
—Te perdono, Mattie —le dijo. Él sonrió aliviado.
—Yo también te perdono a ti —dijo. Ella lo miró divertida.
—Yo no te pedí perdón —aseguró.
—Pues deberías.
_____ rió y sin soltar la mano de su mejor amigo ingresaron a la casa. Ambos se detuvieron para contemplar todo. La boca de _______ casi tocó el piso al observar todo aquello. Realmente estaba completamente distinto a como ella lo recordaba.
—Papá… —dijo en un susurro. Jhon se giró a verla.
—¿Qué, mi amor? —le preguntó él.
—Esto está tan… distinto —estaba asombrada.
—Lo sé,… Anne se ha encargado de hacer que este lugar luciera cada vez mejor con el correr de los años…
—¿Quién? —preguntó Matt intrigado.
Entonces una de las puertas se abrió y una mujer de cabellos claros entró a la sala. Se detuvo al verlos. Primero miró a Jhon y luego su mirada se dirigió a ______ y Matt. Su rostro cambió radicalmente al ver a _____ .
—¿Niña ______? —murmuró.
_____ pestañeó seguidamente al sentirse algo… tonta. Pero recordó perfectamente a aquella mujer. ¿Cómo podía olvidarla? Ella le había hecho la mejor casa de muñecas de la historia.
—Anne —sonrió al fin luego de unos segundos.
La mujer se llevó una mano a la boca para sofocar un sollozo y luego se acercó a ella para abrazarla.
Algo confundida ______ le devolvió el gesto. La mujer parecía verdaderamente emocionada de verla. ______ se sintió algo tonta.
—No puedo creer que seas tú, mi niña —le dijo y luego se alejó para observarla a la cara. Le acarició el cabello —Estás tan hermosa…
______ sonrió algo tímida y luego miró a su padre. Jhon tenía una gran sonrisa en el rostro.
—Tú también estás hermosa, Anne —le aseguró —No has cambiado nada.
Alguien acomodó la garganta.
—Te estás olvidando de presentarme, Sweetness —le reprochó Matt.
—Lo lamento —dijo divertida y soltó a la mujer —Anne, él es mi mejor amigo… Matt Donovan. Mattie, ella es Anne… la mejor creadora de casa de muñecas del mundo.
Anne rió divertida y le tendió la meno a Matt.
—Mucho gusto.
—Anne, si tú eres la que ha estado manteniendo este lugar de esta forma… déjame decirte que eres excelente decorando. ¡Me encanta!
—Muchas gracias, muchacho.
—Solo dime Matt, Mattie o… como te guste.
Anne asintió y luego se giró a mirar a Jhon. Su corazón latió rápido. Siempre que lo veía se sentía como una tonta niña de 15 años.
—No me avisó que llegaba con la niña, señor —le habló luego de unos cuantos segundos.
Jhon esbozó una suave sonrisa y se acercó a ella para tomar su mano y besarle el dorso. El corazón de Anne latió más rápido aun.
—Quería darte una sorpresa —le dijo y luego soltó su mano.
_______ miró cómplice a Matt.
Este último le guiñó un ojo mientras asentía con la cabeza. _______ acomodó la garganta. Algo exaltada Anne la miró.
—¿Qué les parece si les muestro sus habitaciones? —preguntó algo nerviosa —Solo falta ponerles sábanas a las camas y listo…
—Me parece bien —dijo _____.
—Si —asintió Matt —Muero muerto por darme un baño y descansar. El viaje fue agotador.
—Me imagino que si —dijo Anne divertida.
—Mientras ustedes se acomodan yo voy a ir a mi despacho a hacer unas llamadas y a hablar con los muchachos…
Jhon le guiñó un ojo a Anne y desapareció por una de las puertas. Al instante la mujer se puso roja como un tomate. ______ la miró divertida.
—¿Qué sucede entre tú y papá, Anne? —preguntó _____. Anne la miró como espantada y luego sacudió la cabeza.
—Nada, mi niña, nada —dijo rápidamente.
—Anne, querida, —habló Matt y luego se acercó un poco para hablarle más bajo —No somos tontos… nos dimos cuenta de que ustedes dos se gustan.
—¡Dios me libre y me guarde! —exclamó ella escandalizada mientras comenzaba a subir las escaleras —Yo soy solo el ama de llaves de este lugar… y llevo muchos años trabajando aquí. El señor Jhon y yo solo tenemos un mutuo respeto.
—¿Sabes cuando fue la última vez que vi a mi padre besar la mano de una mujer? —le preguntó _____. Anne negó con la cabeza —Nunca…
—Ya basta, muchachos —dijo tan roja como un tomate. Se giró a ver al chofer que luchaba con las valijas —¿Necesitas ayuda, Charlie?
—No, Anne, muchas gracias —dijo él.
Siguieron subiendo hasta llegar al primer piso. Matt miraba realmente asombrado todo. Jamás pensó que ese lugar sería tan hermoso.
______ sentía una tonta emoción. Acababa de subir por las escaleras por las que había bajado corriendo más de un millón de veces. Estaba caminando por el pasillo por el que había bailado un millón de veces. Entonces se detuvieron frente a una puerta.
Sin dudarlo dos veces ______ abrió la puerta y entró a lo que había sido su antigua habitación. Estaba casi como ella recordaba. Solo que ahora había una cama más grande y ya no era rosa. Y sintió nostalgia… pensar que ella casi había olvidado todo eso.
¿Por qué había veces que las personas olvidaban lo importante de la vida? ¿Por qué al crecer… se dejaba de lado aquella hermosa niñez? ¿Por qué se le llamaba infantil a los sentimientos bonitos y confusos? Se acercó hasta la nueva cama. Se sentó con cuidado y luego miró a Anne y Matt. Estos dos la observaban confundidos. _______ soltó un suspiro y luego se dejó caer boca arriba en la cama. Su mirada quedó fija en el techo… techo que seguía teniendo las mismas nubes pintadas de siempre. Sonrió.
—¿Qué te pasa, Darling? —preguntó Matt.
—Nada… —ella sonrió aun más —Solo que me estoy sintiendo… muy en casa.
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Espero lectoras pronto, las amo aunque no existan♥ Cami.
hood.
Re: White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
Siguela me encanto ahora soy tu primera fiel lectora y si necesitas chicas me dejas con Nialler xfis?? aqui te dejo mi sexy ficha
Nombre: Andrea Salum Velazquez
Edad:18años
Apodo:Andy o Conejita
D.Fisica:soy asi -> http://loqueteintersahoy.blogspot.mx/2012/10/a-tenirse-las-puntas-si-salis-la.html?m=1 es la primera
D.Psicologica:Soy rara pero me quiero ,soy muy tierna, pero tambn tengo mis momentos de rudeza, soy muy sentimental y creo que ya
Gustos: La nutella, el color negro, mi patineta, los abrazos, las personas tiernas.
Disgustos:la gente hipocrita y falsa, el queso, que me critiquen y que me digan que hacer.
Estilo: http://ajwdf.blogspot.mx/2012/08/blog-post.html?m=1
Extras: tengo un piercing -> http://www.limonbay.com/index.php?option=com_content&view=article&id=74:icomo-son-los-piercings-de-auricula&catid=38:piercings-oreja&Itemid=44
Chico: Niall Horan :)
espero que esto sea suficiente y hojala me escogas y si no no importa seguire leyendo la nove
Nombre: Andrea Salum Velazquez
Edad:18años
Apodo:Andy o Conejita
D.Fisica:soy asi -> http://loqueteintersahoy.blogspot.mx/2012/10/a-tenirse-las-puntas-si-salis-la.html?m=1 es la primera
D.Psicologica:Soy rara pero me quiero ,soy muy tierna, pero tambn tengo mis momentos de rudeza, soy muy sentimental y creo que ya
Gustos: La nutella, el color negro, mi patineta, los abrazos, las personas tiernas.
Disgustos:la gente hipocrita y falsa, el queso, que me critiquen y que me digan que hacer.
Estilo: http://ajwdf.blogspot.mx/2012/08/blog-post.html?m=1
Extras: tengo un piercing -> http://www.limonbay.com/index.php?option=com_content&view=article&id=74:icomo-son-los-piercings-de-auricula&catid=38:piercings-oreja&Itemid=44
Chico: Niall Horan :)
espero que esto sea suficiente y hojala me escogas y si no no importa seguire leyendo la nove
anndy1D
Re: White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
anndy1D escribió:Siguela me encanto ahora soy tu primera fiel lectora y si necesitas chicas me dejas con Nialler xfis?? aqui te dejo mi sexy ficha
Nombre: Andrea Salum Velazquez
Edad:18años
Apodo:Andy o Conejita
D.Fisica:soy asi -> http://loqueteintersahoy.blogspot.mx/2012/10/a-tenirse-las-puntas-si-salis-la.html?m=1 es la primera
D.Psicologica:Soy rara pero me quiero ,soy muy tierna, pero tambn tengo mis momentos de rudeza, soy muy sentimental y creo que ya
Gustos: La nutella, el color negro, mi patineta, los abrazos, las personas tiernas.
Disgustos:la gente hipocrita y falsa, el queso, que me critiquen y que me digan que hacer.
Estilo: http://ajwdf.blogspot.mx/2012/08/blog-post.html?m=1
Extras: tengo un piercing -> http://www.limonbay.com/index.php?option=com_content&view=article&id=74:icomo-son-los-piercings-de-auricula&catid=38:piercings-oreja&Itemid=44
Chico: Niall Horan :)
espero que esto sea suficiente y hojala me escogas y si no no importa seguire leyendo la nove
PERDOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOON, como ya tengo la novela completa no le quiero cambiar los personajes por las dudas que quede desprolijo (que me olvide de cambiar un nombre y eso). Gracias igual por leer la nove, en un rato la sigo♥
hood.
Capítulo Tres
Harry detuvo a Helios y a White mientras veía a todos los peones algo alborotados. Le había costado un poco volver ya que White se había puesto algo rebelde. Pero al final lo había conseguido. Pero sobre todo había tardo por quedarse sentado leyendo una y otra vez aquella nota. Él no había vuelto a ese lugar luego de que ella se marchó… y así fue que se olvidó completamente de aquel último día que habían pasado juntos. Se le llenó el corazón de una extraña amargura… era raro. Haber leído eso 10 años después, era muy raro. Soltó un suspiro, no comprendía por qué le dolía. Antes era solo un niño.
Uno de ellos lo vio y le avisó a Niall. Al instante el rubio corrió hacia él. Extrañado, Harry, se bajó del caballo.
—¿Qué pasó? —le preguntó a su primo cuando este llegó a su lado.
—Llegó el jefe —dijo algo agitado.
Harry alzó amabas cejas. No esperaba que Jhon llegara tan temprano. Casi siempre lo hacía por la noche. Llamó a uno de sus compañeros y le pidió que guardara a los caballos. Se acercó a White antes de que se alejara.
—No más líos por hoy, ¿entendido? —le dijo. El caballo meneó la cabeza. Harry sonrió y palmeó su lomo antes de que se lo llevaran.
Comenzó a caminar hacia la casa. Niall se apresuró a seguirlo.
—Espera —le dijo. Harry siguió caminando.
—¿Por qué están tan alterados todos? —preguntó Harry y lo miró de costado —Es solo el jefe. No es la primera vez que viene…
—No es por eso —consiguió decir Horan mientras intentaba ir a la misma velocidad que su primo —No llegó solo…
Está vez Harry se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.
—¿No llegó solo? —inquirió.
—No,… llegó con una chica y un chico. Parecían una pareja o algo así. Entraron con él a la casa grande. Algunos de los muchachos dicen que… que deben ser compradores.
El corazón de Harry se detuvo. Eso no podía ser cierto. Seguro que no lo era.
Si se había rumoreado que Jhon Brooks tenía ganas de vender el campo. Pero hasta el momento Harry no lo había creído porque simplemente su jefe jamás le había mencionado nada. Pero de repente se sintió intranquilo. Aquel campo lo era todo para Harry y no se veía en otro lugar que no fuera ese.
—Voy a ir a hablar con él —le dijo y comenzó a correr hacia la casa.
Si Jhon tenía pensado vender el campo, Harry haría lo imposible para evitarlo. Incluso sería capaz de comprárselo él mismo. No por nada había ahorrado casi toda su vida. Se veía capaz de comprar aquellas tierras. O por lo menos una porción.
Entró a la casa por el lado de atrás, como siempre. Al primer lugar al que entraba era a la cocina. Su madre se sobresaltó un poco y giró para mirarlo.
—¿Qué te pasó? —le preguntó preocupada.
—¿Dónde está el señor Brooks? —dijo al instante.
—En su despacho —respondió ella extrañada.
—Bien —musitó Harry y comenzó a caminar para salir de allí.
—Harry, hijo… espera —ella lo siguió pero al parecer Harry no la escuchaba —¡El señor no vino solo!
Se quedó quieta en su lugar ya que al parecer él no la había escuchado. Soltando un suspiro volvió a la cocina. Aun no podía creer que ella estuviese allí de nuevo. Casi sonrió. Harry tampoco iba a creerlo cuando se enterara. Ella había sido tan importante para él cuando era un niño. ¿La recordaría? Estaba segura de que si. Volvió a concentrarse en la comida. Más tarde iba a ver la reacción de Harry hacia la llegada de _______.
Harry se detuvo frente a la puerta del despacho de su jefe. Tomó una gran cantidad de aire y luego golpeó.
—¡Adelante! —dijo él. El castaño abrió y se asomó —¡Harry! —exclamó contento y se puso de pie para acercarse. Él entró del todo. Jhon lo abrazó paternalmente y Styles le devolvió el gesto —¿Cómo ha estado mi mejor muchacho?
Esbozó una pequeña sonrisa.
—Bien, señor ¿Usted? —le preguntó.
—Yo estoy muy bien —aseguró y volvió a sentarse detrás de su escritorio. Le hizo una seña a Harry para que se sentara también —¿Cómo ha estado todo por aquí?
Harry se sentó algo inseguro. Había esperado llegar y encontrar a aquellas dos personas hablando con Jhon, pero estaba solo. Quizás no había nada de que preocuparse.
—Todo ha estado muy bien. Los muchachos y yo hemos estado trabajando muy duro con el tema de la marca de ganado… ya sabe, hay varios problemas con los ladrones por aquí. Y… hemos terminado de levantar la valla entre las propiedades de los Montoya y aquí.
—Si, he hablado con Robert y dijo que estaba muy contento con el trabajo. Creo que sobre todo porque ahora podrá tener más controlada a Lola.
Harry sonrió y asintió. Si había algo que Robert Montoya odiaba era que su hija menor saliera huyendo de casa solo para acercarse a ver a Niall. Por eso mismo fue que se había puesto en contacto con Jhon y habían hecho el acuerdo de levantar la valla. Pero lo que el señor Montoya no sabía era que Lola se iba a escapar igual.
—Espero que ahora se quede más tranquilo —dijo Harry.
—Lo dudo mucho —rió Jhon.
Al parecer todo estaba tranquilo. Harry no notaba nerviosismo, ni nada por el estilo en su jefe. Así que estaba descartando completamente el tema de que Brooks quería vender aquel campo. Quizás era una buena idea que se lo preguntara.
—Señor…
—¿Si, hijo? —preguntó mientras lo miraba con ambas cejas levantadas.
—Usted… ¿va a vender el campo?
Jhon frunció el ceño y luego lo miró fijo por unos cuantos segundos.
—No —dijo al fin. Harry sintió un gran alivio —¿De dónde sacaste eso?
—En realidad es un rumor —le contó —Se ha estado diciendo que usted quiere vender el campo para irse definitivamente a la cuidad.
—Eso es una locura —aseguró Jhon —Jamás vendería este lugar. Es más… tengo pensando quedarme a vivir aquí.
Los ojos de Harry se abrieron sin poder creerlo, y luego una tonta sonrisa se dibujó en su rostro.
—¿En serio? —inquirió sorprendido.
—Jamás bromeo con esas cosas, Harry.
—Lo sé, lo sé…
—Lo que me extraña es que hayas siquiera pensado que yo podía vender este lugar. ¿Por qué?
—Es que me dejé llevar —le quitó importancia —Además de que los muchachos lo vieron llegar con una… pareja o algo así. Pensaron que eran compradores.
—Ooooh, no, no, no. No son compradores —dijo divertido —Son solo Matt y mi…
La puerta del despacho se abrió y una agitada Anne entró rápidamente. Ambos hombre se levantaron exaltados.
—¿Qué pasó, mamá? —le preguntó Harry.
—Hirieron… hirieron a tu primo —dijo agitada.
—Mierrrda —murmuró Harry y salió rápidamente de allí.
Era increíble ver como en el campo todo se iba al carajo en menos de dos segundos. En un momento estaba todo tranquilo, pero al darte la vuelta y volver a mirar, todo era un desastre. Y que en ese momento el involucrado en los pleitos haya sido Niall lo ponía realmente de mal humor. A veces su primo no sabía mantenerse al margen. Le gustaban los problemas.
Salió de la casa con los pasos de Anne y Jhon detrás. Su madre hablaba efusivamente, mientras era contenida por el señor Brooks. Llegaron a las caballerizas. Todos los peones se giraron a verlo cuando entró. Divisó sentado sobre un barril a Niall con una venda rodeándole el brazo. El rubio miró con un poco de temor a su primo.
—Te juro que no quise que esto pasara —le dijo antes de que Harry pudiera hablar.
—¿Qué pasó? —preguntó y se acercó más a él para revisarle la herida. Le quitó la venda y revisó los daños.
—Al parecer la bala solo lo rozó —dijo Pedro —Pero estuvo cerca… muy cerca.
—Quiero saber que demonios pasó —gruñó Harry. Todos se quedaron callados —¡Es que nadie va a decirme nada!
—Fueron los Montoya —habló uno de ellos al fin. Niall lo miró asesinamente —Federico y Alejandro fueron los que le dispararon a Niall…
Harry se masajeó las sienes. Ya estaba realmente harto de que los hermanos de Lola intentaran asesinar a su primo. Estaba jodidamente cansado.
—Ya me tienen harto —dijo Harry luego de unos segundos. Miró a Niall —No vas a acercarte más a sus propiedades, ¿entendiste?
—Pero… pero, pero, pero…
—Pero nada, Niall. No te quiero ni a dos metros de sus tierras. No hasta que arregle cuentas con ese par de…
—Tranquilo, hijo —habló Jhon mientras ingresaba con Anne. La mujer sofocó un sollozo y se acercó rápidamente a su sobrino. Le besó la frente, le acarició el rostro.
—Ya, tía —dijo Niall algo avergonzado. Harry miró fijo a su jefe.
—Yo mismo voy a encargarme de hablar con ellos. Montoya me debe varias cosas —aseguró Jhon.
Uno de ellos lo vio y le avisó a Niall. Al instante el rubio corrió hacia él. Extrañado, Harry, se bajó del caballo.
—¿Qué pasó? —le preguntó a su primo cuando este llegó a su lado.
—Llegó el jefe —dijo algo agitado.
Harry alzó amabas cejas. No esperaba que Jhon llegara tan temprano. Casi siempre lo hacía por la noche. Llamó a uno de sus compañeros y le pidió que guardara a los caballos. Se acercó a White antes de que se alejara.
—No más líos por hoy, ¿entendido? —le dijo. El caballo meneó la cabeza. Harry sonrió y palmeó su lomo antes de que se lo llevaran.
Comenzó a caminar hacia la casa. Niall se apresuró a seguirlo.
—Espera —le dijo. Harry siguió caminando.
—¿Por qué están tan alterados todos? —preguntó Harry y lo miró de costado —Es solo el jefe. No es la primera vez que viene…
—No es por eso —consiguió decir Horan mientras intentaba ir a la misma velocidad que su primo —No llegó solo…
Está vez Harry se detuvo y lo miró con el ceño fruncido.
—¿No llegó solo? —inquirió.
—No,… llegó con una chica y un chico. Parecían una pareja o algo así. Entraron con él a la casa grande. Algunos de los muchachos dicen que… que deben ser compradores.
El corazón de Harry se detuvo. Eso no podía ser cierto. Seguro que no lo era.
Si se había rumoreado que Jhon Brooks tenía ganas de vender el campo. Pero hasta el momento Harry no lo había creído porque simplemente su jefe jamás le había mencionado nada. Pero de repente se sintió intranquilo. Aquel campo lo era todo para Harry y no se veía en otro lugar que no fuera ese.
—Voy a ir a hablar con él —le dijo y comenzó a correr hacia la casa.
Si Jhon tenía pensado vender el campo, Harry haría lo imposible para evitarlo. Incluso sería capaz de comprárselo él mismo. No por nada había ahorrado casi toda su vida. Se veía capaz de comprar aquellas tierras. O por lo menos una porción.
Entró a la casa por el lado de atrás, como siempre. Al primer lugar al que entraba era a la cocina. Su madre se sobresaltó un poco y giró para mirarlo.
—¿Qué te pasó? —le preguntó preocupada.
—¿Dónde está el señor Brooks? —dijo al instante.
—En su despacho —respondió ella extrañada.
—Bien —musitó Harry y comenzó a caminar para salir de allí.
—Harry, hijo… espera —ella lo siguió pero al parecer Harry no la escuchaba —¡El señor no vino solo!
Se quedó quieta en su lugar ya que al parecer él no la había escuchado. Soltando un suspiro volvió a la cocina. Aun no podía creer que ella estuviese allí de nuevo. Casi sonrió. Harry tampoco iba a creerlo cuando se enterara. Ella había sido tan importante para él cuando era un niño. ¿La recordaría? Estaba segura de que si. Volvió a concentrarse en la comida. Más tarde iba a ver la reacción de Harry hacia la llegada de _______.
Harry se detuvo frente a la puerta del despacho de su jefe. Tomó una gran cantidad de aire y luego golpeó.
—¡Adelante! —dijo él. El castaño abrió y se asomó —¡Harry! —exclamó contento y se puso de pie para acercarse. Él entró del todo. Jhon lo abrazó paternalmente y Styles le devolvió el gesto —¿Cómo ha estado mi mejor muchacho?
Esbozó una pequeña sonrisa.
—Bien, señor ¿Usted? —le preguntó.
—Yo estoy muy bien —aseguró y volvió a sentarse detrás de su escritorio. Le hizo una seña a Harry para que se sentara también —¿Cómo ha estado todo por aquí?
Harry se sentó algo inseguro. Había esperado llegar y encontrar a aquellas dos personas hablando con Jhon, pero estaba solo. Quizás no había nada de que preocuparse.
—Todo ha estado muy bien. Los muchachos y yo hemos estado trabajando muy duro con el tema de la marca de ganado… ya sabe, hay varios problemas con los ladrones por aquí. Y… hemos terminado de levantar la valla entre las propiedades de los Montoya y aquí.
—Si, he hablado con Robert y dijo que estaba muy contento con el trabajo. Creo que sobre todo porque ahora podrá tener más controlada a Lola.
Harry sonrió y asintió. Si había algo que Robert Montoya odiaba era que su hija menor saliera huyendo de casa solo para acercarse a ver a Niall. Por eso mismo fue que se había puesto en contacto con Jhon y habían hecho el acuerdo de levantar la valla. Pero lo que el señor Montoya no sabía era que Lola se iba a escapar igual.
—Espero que ahora se quede más tranquilo —dijo Harry.
—Lo dudo mucho —rió Jhon.
Al parecer todo estaba tranquilo. Harry no notaba nerviosismo, ni nada por el estilo en su jefe. Así que estaba descartando completamente el tema de que Brooks quería vender aquel campo. Quizás era una buena idea que se lo preguntara.
—Señor…
—¿Si, hijo? —preguntó mientras lo miraba con ambas cejas levantadas.
—Usted… ¿va a vender el campo?
Jhon frunció el ceño y luego lo miró fijo por unos cuantos segundos.
—No —dijo al fin. Harry sintió un gran alivio —¿De dónde sacaste eso?
—En realidad es un rumor —le contó —Se ha estado diciendo que usted quiere vender el campo para irse definitivamente a la cuidad.
—Eso es una locura —aseguró Jhon —Jamás vendería este lugar. Es más… tengo pensando quedarme a vivir aquí.
Los ojos de Harry se abrieron sin poder creerlo, y luego una tonta sonrisa se dibujó en su rostro.
—¿En serio? —inquirió sorprendido.
—Jamás bromeo con esas cosas, Harry.
—Lo sé, lo sé…
—Lo que me extraña es que hayas siquiera pensado que yo podía vender este lugar. ¿Por qué?
—Es que me dejé llevar —le quitó importancia —Además de que los muchachos lo vieron llegar con una… pareja o algo así. Pensaron que eran compradores.
—Ooooh, no, no, no. No son compradores —dijo divertido —Son solo Matt y mi…
La puerta del despacho se abrió y una agitada Anne entró rápidamente. Ambos hombre se levantaron exaltados.
—¿Qué pasó, mamá? —le preguntó Harry.
—Hirieron… hirieron a tu primo —dijo agitada.
—Mierrrda —murmuró Harry y salió rápidamente de allí.
Era increíble ver como en el campo todo se iba al carajo en menos de dos segundos. En un momento estaba todo tranquilo, pero al darte la vuelta y volver a mirar, todo era un desastre. Y que en ese momento el involucrado en los pleitos haya sido Niall lo ponía realmente de mal humor. A veces su primo no sabía mantenerse al margen. Le gustaban los problemas.
Salió de la casa con los pasos de Anne y Jhon detrás. Su madre hablaba efusivamente, mientras era contenida por el señor Brooks. Llegaron a las caballerizas. Todos los peones se giraron a verlo cuando entró. Divisó sentado sobre un barril a Niall con una venda rodeándole el brazo. El rubio miró con un poco de temor a su primo.
—Te juro que no quise que esto pasara —le dijo antes de que Harry pudiera hablar.
—¿Qué pasó? —preguntó y se acercó más a él para revisarle la herida. Le quitó la venda y revisó los daños.
—Al parecer la bala solo lo rozó —dijo Pedro —Pero estuvo cerca… muy cerca.
—Quiero saber que demonios pasó —gruñó Harry. Todos se quedaron callados —¡Es que nadie va a decirme nada!
—Fueron los Montoya —habló uno de ellos al fin. Niall lo miró asesinamente —Federico y Alejandro fueron los que le dispararon a Niall…
Harry se masajeó las sienes. Ya estaba realmente harto de que los hermanos de Lola intentaran asesinar a su primo. Estaba jodidamente cansado.
—Ya me tienen harto —dijo Harry luego de unos segundos. Miró a Niall —No vas a acercarte más a sus propiedades, ¿entendiste?
—Pero… pero, pero, pero…
—Pero nada, Niall. No te quiero ni a dos metros de sus tierras. No hasta que arregle cuentas con ese par de…
—Tranquilo, hijo —habló Jhon mientras ingresaba con Anne. La mujer sofocó un sollozo y se acercó rápidamente a su sobrino. Le besó la frente, le acarició el rostro.
—Ya, tía —dijo Niall algo avergonzado. Harry miró fijo a su jefe.
—Yo mismo voy a encargarme de hablar con ellos. Montoya me debe varias cosas —aseguró Jhon.
hood.
Capítulo Cuatro
_____ sacaba ropa y más ropa de su valija, y con sumo cuidado la ordenaba en su nuevo placard. Se sentía realmente contenta de haber aceptado acompañar a su padre al campo. No pensó que le iba a hacer tan bien. Matt entró algo agitado a la habitación. Ella lo miró extrañada.
—Al parecer hay problemas por allí —le contó y volvió a salir al balcón.
______ frunció el ceño y dejó las cosas para salir también. A lo lejos observó las caballerizas. Sonrió al recordar aquel lugar. Luego iría a darle un vistazo.
Entonces divisó a Anne caminando con un muchacho rubio que venía acompañado de un señor que lo llevaba casi colgado. Al parecer estaba herido o algo así.
—¿Habrá pasado algo malo? —preguntó ella. Matt se encogió de hombros.
—No lo sé —dijo él —Pero allá va tu padre en un caballo.
_____ miró en la dirección que su amigo le había indicado. Y si, aquel hombre era su padre montado en un caballo. Al lado de él había otro hombre. No podía distinguirlo bien ya que se estaba alejando a toda velocidad.
—¿Qué habrá pasado? —preguntó ella.
—Podemos bajar a preguntarle a Anne —dijo Matt contento e ingresó de nuevo a la habitación.
______ se quedó unos segundo más, observando como su padre y aquel hombre se perdían en el horizonte. Por lo que sabía en aquella dirección quedaba la estancia de los Montoya. Tuvo que haber pasado algo malo para que su padre se fuera sin decirle nada. Soltó un suspiro y entró. Mattie ya estaba parado en la puerta.
—¿Qué te sucede? —dijo ella divertida.
—Vamos, beauty, necesito saber que pasó —dijo él.
—Eres tan… chismoso.
Salieron de la habitación y podría decirse que Matt casi la hace correr por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Bajaron a las risas, pareciendo dos niños más que dos personas grandes. Corrieron una carrera hasta la cocina y entraron rápidamente. Se detuvieron al verlos a allí. Anne los miró algo sorprendida. Y ______ posó su mirada en el chico rubio.
—¿Qué pasó, Glory? —preguntó Matt mientras se acercaba un poco más a la mesada.
—Nada, muchachos, tranquilos —les dijo ella. _____ seguía mirando al chico rubio. Este también la miraba fijamente.
—¿Niña _______? —inquirió él.
Ella levantó la cabeza para encontrarse con el hombre de cabellos casi blancos. Lo observó bien, tratando de reconocerlo. Hasta lo que lo hizo.
—¿Pedro? —preguntó sin poder creerlo.
El viejo se quitó el sombrero y la miró como si ella fuera de mentira. ______ se acercó sin dudarlo a él y lo abrazó. Aquel hombre era como un abuelo para ella. Cuando era pequeña él era siempre el que le contaba las mejores historias de hadas y duendes que habitaban por allí. Era como si de a poco su niñez la envolviera. El anciano le devolvió el gesto con algo de inseguridad, pero al final la abrazó.
Luego de unos segundos ella se alejó para mirarlo a la cara. El hombre tenía varias lágrimas en los ojos.
—Pensamos que se había olvidado de nosotros, niña —le dijo él.
—¿Olvidarme? —inquirió —¿Estás loco, Pedro? ¿Cómo iba a olvidarme yo de mi abuelito de campo?
—Estás más bonita de lo que recuerdo, mi niña —le dijo con ternura.
_____ sonrió algo emocionada y giró para mirar a su amigo.
—Mattie, él es Pedro… es el peón más antiguo de estos campos. Es como… el guardián.
El castaño se acercó a Pedro y le tendió la mano.
—Mucho gusto, señor. Soy el mejor amigo de ______… casi como hermanos.
—El gusto es mío, joven —dijo Pedro.
_______ se acercó de nuevo a Anne que estaba muy concentrada limpiando la herida del chico rubio.
—¿Y quién es él? —le preguntó. Niall la miró.
Él creía saber quien era esa chica… o eso creía. Una vez, hacía bastante tiempo, había encontrado una foto de ella, cuando era más niña, en la habitación de Harry. El castaño casi lo había asesinado por andar revisando sus cosas y luego había guardado la foto en algún lugar que él no supo encontrar más.
—Él es Nial, mi sobrino —dijo Anne. _____ le sonrió y le tendió la mano.
—Mucho gusto Niall, soy _____.
—_____ es la hija del señor Brooks —le aclaró su tía.
Algo inseguro Niall tomó la mano de ______. Ella le sonrió levemente.
—Es un placer conocerla, señorita —habló algo tímido.
—Ya —dijo Matt mirando a todos alternativamente —¿Alguien va a decirnos que pasó? Porque no por nada ese muchacho tiene una herida en el brazo y no por nada Jhoni se fue en caballo a toda velocidad no sé a donde.
Anne sonrió divertida y sin querer le apretó un poco el brazo a Niall. Este se quejó y la miró mal.
—No me mires así, jovencito —lo retó. Él dejó de mirarla —Hubo un pequeño problema con los hijos de Montoya…
—¿Con Alejandro y Federico? —inquirió ______.
—Si, con esos mismos —asintió Anne.
—Aaagh —resopló _____ —Siempre me cayeron mal esos dos. Cuando yo era niña no hacían nada más que molestarme…
—Te digo que no han cambiado mucho —le aseguró Pedro —Siguen siendo los mismos inútiles de siempre. Con la diferencia de que ahora se creen los dueños y señores.
—¿Y cuál fue el problema? —quiso saber ella.
—Niall está enamorado de Lola…
—¡Tía! —exclamó él sin poder creerlo.
Ella lo miró divertida.
—¿Qué? —le preguntó —Solo les estoy contando como son las cosas.
______ se sentó al lado de Anne para mirar a Lola.
—¿Estás enamorado de la pequeña Lola? No la recuerdo mucho porque su padre no la dejaba salir a jugar cuando era una niña.
—Emmm, yo no lo sé. A decir verdad… ella es linda, pero no porque su padre y… aaagh, no lo sé.
—Aaaw —Matt también se acercó para sentarse al lado de ______ —Me muero muerto, una historia de amor como en las novelas.
Niall se puso de todos los colores y Ane soltó una estrepitosa carcajada.
—Como les estaba diciendo… Niall está enamorado de Lola y al parecer ella también lo está de él. Cosa que puso como loco a Robert, desde que lo supo no la ha dejado salir ni por asomo. La pobre ha estado escapándose a cada rato de su casa. Por eso mismo han mandado a construir esa nueva valla.
—Maldito loco —murmuró ______ —Pobre niña, debe ser horrible tener un padre así.
—Si —musitó Niall —Lo odio.
—Y al parecer Niall se acercó a sus tierras… y los Montoya salieron a los tiros. Agradezco a dios que solo la bala lo haya rozado.
—Y por eso su padre ha decidido ir a hablar con el señor Montoya. Está situación no puede seguir así —agregó Pedro. ______ volvió la mirada a Niall.
—¿Cuántos años tienes? —le preguntó.
—19 —contestó él algo extrañado.
—Pareces más pequeño —aseguró. Él la miró con el ceño fruncido.
—Tú pareces más pequeña…
—Niall —lo retó Anne.
_____ rió por lo bajo.
—¿Por qué lo retas, Anne? —preguntó Matt —El muchacho tiene razón. ______ tiene 22, pero parece apenas una niña de 15.
—Cállate —le dijo ella —Que sea bajita no significa que parezca de 15.
—En realidad si —asintió Anne.
Todos rieron en la cocina y Anne terminó de curar bien a Niall. Lo mandó a acostarse y descansar, ya que había perdido bastante sangre. Matt se disculpó y se retiró a su habitación para dormir un poco antes de que la cena estuviera lista. Pedro salió para mandar a los demás peones a sus casas. El día ya había terminado.
______ se quedó con Anne en la cocina, ayudándola con la comida. Luego de unos cuantos minutos decidió salir a tomar un poco de aire.
—Ten cuidado, niña. Mira que por aquí hay muchos mosquitos —le advirtió Anne.
_______ le sonrió.
—Solo iré a ver a los caballos… tendré cuidado.
—Al parecer hay problemas por allí —le contó y volvió a salir al balcón.
______ frunció el ceño y dejó las cosas para salir también. A lo lejos observó las caballerizas. Sonrió al recordar aquel lugar. Luego iría a darle un vistazo.
Entonces divisó a Anne caminando con un muchacho rubio que venía acompañado de un señor que lo llevaba casi colgado. Al parecer estaba herido o algo así.
—¿Habrá pasado algo malo? —preguntó ella. Matt se encogió de hombros.
—No lo sé —dijo él —Pero allá va tu padre en un caballo.
_____ miró en la dirección que su amigo le había indicado. Y si, aquel hombre era su padre montado en un caballo. Al lado de él había otro hombre. No podía distinguirlo bien ya que se estaba alejando a toda velocidad.
—¿Qué habrá pasado? —preguntó ella.
—Podemos bajar a preguntarle a Anne —dijo Matt contento e ingresó de nuevo a la habitación.
______ se quedó unos segundo más, observando como su padre y aquel hombre se perdían en el horizonte. Por lo que sabía en aquella dirección quedaba la estancia de los Montoya. Tuvo que haber pasado algo malo para que su padre se fuera sin decirle nada. Soltó un suspiro y entró. Mattie ya estaba parado en la puerta.
—¿Qué te sucede? —dijo ella divertida.
—Vamos, beauty, necesito saber que pasó —dijo él.
—Eres tan… chismoso.
Salieron de la habitación y podría decirse que Matt casi la hace correr por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Bajaron a las risas, pareciendo dos niños más que dos personas grandes. Corrieron una carrera hasta la cocina y entraron rápidamente. Se detuvieron al verlos a allí. Anne los miró algo sorprendida. Y ______ posó su mirada en el chico rubio.
—¿Qué pasó, Glory? —preguntó Matt mientras se acercaba un poco más a la mesada.
—Nada, muchachos, tranquilos —les dijo ella. _____ seguía mirando al chico rubio. Este también la miraba fijamente.
—¿Niña _______? —inquirió él.
Ella levantó la cabeza para encontrarse con el hombre de cabellos casi blancos. Lo observó bien, tratando de reconocerlo. Hasta lo que lo hizo.
—¿Pedro? —preguntó sin poder creerlo.
El viejo se quitó el sombrero y la miró como si ella fuera de mentira. ______ se acercó sin dudarlo a él y lo abrazó. Aquel hombre era como un abuelo para ella. Cuando era pequeña él era siempre el que le contaba las mejores historias de hadas y duendes que habitaban por allí. Era como si de a poco su niñez la envolviera. El anciano le devolvió el gesto con algo de inseguridad, pero al final la abrazó.
Luego de unos segundos ella se alejó para mirarlo a la cara. El hombre tenía varias lágrimas en los ojos.
—Pensamos que se había olvidado de nosotros, niña —le dijo él.
—¿Olvidarme? —inquirió —¿Estás loco, Pedro? ¿Cómo iba a olvidarme yo de mi abuelito de campo?
—Estás más bonita de lo que recuerdo, mi niña —le dijo con ternura.
_____ sonrió algo emocionada y giró para mirar a su amigo.
—Mattie, él es Pedro… es el peón más antiguo de estos campos. Es como… el guardián.
El castaño se acercó a Pedro y le tendió la mano.
—Mucho gusto, señor. Soy el mejor amigo de ______… casi como hermanos.
—El gusto es mío, joven —dijo Pedro.
_______ se acercó de nuevo a Anne que estaba muy concentrada limpiando la herida del chico rubio.
—¿Y quién es él? —le preguntó. Niall la miró.
Él creía saber quien era esa chica… o eso creía. Una vez, hacía bastante tiempo, había encontrado una foto de ella, cuando era más niña, en la habitación de Harry. El castaño casi lo había asesinado por andar revisando sus cosas y luego había guardado la foto en algún lugar que él no supo encontrar más.
—Él es Nial, mi sobrino —dijo Anne. _____ le sonrió y le tendió la mano.
—Mucho gusto Niall, soy _____.
—_____ es la hija del señor Brooks —le aclaró su tía.
Algo inseguro Niall tomó la mano de ______. Ella le sonrió levemente.
—Es un placer conocerla, señorita —habló algo tímido.
—Ya —dijo Matt mirando a todos alternativamente —¿Alguien va a decirnos que pasó? Porque no por nada ese muchacho tiene una herida en el brazo y no por nada Jhoni se fue en caballo a toda velocidad no sé a donde.
Anne sonrió divertida y sin querer le apretó un poco el brazo a Niall. Este se quejó y la miró mal.
—No me mires así, jovencito —lo retó. Él dejó de mirarla —Hubo un pequeño problema con los hijos de Montoya…
—¿Con Alejandro y Federico? —inquirió ______.
—Si, con esos mismos —asintió Anne.
—Aaagh —resopló _____ —Siempre me cayeron mal esos dos. Cuando yo era niña no hacían nada más que molestarme…
—Te digo que no han cambiado mucho —le aseguró Pedro —Siguen siendo los mismos inútiles de siempre. Con la diferencia de que ahora se creen los dueños y señores.
—¿Y cuál fue el problema? —quiso saber ella.
—Niall está enamorado de Lola…
—¡Tía! —exclamó él sin poder creerlo.
Ella lo miró divertida.
—¿Qué? —le preguntó —Solo les estoy contando como son las cosas.
______ se sentó al lado de Anne para mirar a Lola.
—¿Estás enamorado de la pequeña Lola? No la recuerdo mucho porque su padre no la dejaba salir a jugar cuando era una niña.
—Emmm, yo no lo sé. A decir verdad… ella es linda, pero no porque su padre y… aaagh, no lo sé.
—Aaaw —Matt también se acercó para sentarse al lado de ______ —Me muero muerto, una historia de amor como en las novelas.
Niall se puso de todos los colores y Ane soltó una estrepitosa carcajada.
—Como les estaba diciendo… Niall está enamorado de Lola y al parecer ella también lo está de él. Cosa que puso como loco a Robert, desde que lo supo no la ha dejado salir ni por asomo. La pobre ha estado escapándose a cada rato de su casa. Por eso mismo han mandado a construir esa nueva valla.
—Maldito loco —murmuró ______ —Pobre niña, debe ser horrible tener un padre así.
—Si —musitó Niall —Lo odio.
—Y al parecer Niall se acercó a sus tierras… y los Montoya salieron a los tiros. Agradezco a dios que solo la bala lo haya rozado.
—Y por eso su padre ha decidido ir a hablar con el señor Montoya. Está situación no puede seguir así —agregó Pedro. ______ volvió la mirada a Niall.
—¿Cuántos años tienes? —le preguntó.
—19 —contestó él algo extrañado.
—Pareces más pequeño —aseguró. Él la miró con el ceño fruncido.
—Tú pareces más pequeña…
—Niall —lo retó Anne.
_____ rió por lo bajo.
—¿Por qué lo retas, Anne? —preguntó Matt —El muchacho tiene razón. ______ tiene 22, pero parece apenas una niña de 15.
—Cállate —le dijo ella —Que sea bajita no significa que parezca de 15.
—En realidad si —asintió Anne.
Todos rieron en la cocina y Anne terminó de curar bien a Niall. Lo mandó a acostarse y descansar, ya que había perdido bastante sangre. Matt se disculpó y se retiró a su habitación para dormir un poco antes de que la cena estuviera lista. Pedro salió para mandar a los demás peones a sus casas. El día ya había terminado.
______ se quedó con Anne en la cocina, ayudándola con la comida. Luego de unos cuantos minutos decidió salir a tomar un poco de aire.
—Ten cuidado, niña. Mira que por aquí hay muchos mosquitos —le advirtió Anne.
_______ le sonrió.
—Solo iré a ver a los caballos… tendré cuidado.
hood.
Capítulo Cinco
Harry y Jhon volvían de la charla con Robert, completamente en silencio. La charla no había sido buena. Y Harry temía que si la cosa seguía así de tensa, habría más enfrentamientos y tiros que nunca.
—Tendré que tomar otras medidas con respecto a Montoya —habló Jhon al fin.
—Tranquilo, señor —lo calmó —Todo va a estar bien. Solo tenemos que aprender a manejar un poco más la situación.
—No puedes prohibirle a Niall ver a Lola…
—No tenía pensado hacer eso. Ellos dos son libres de hacer lo que quieran. Y si necesitan apoyo… no estarán solos. Pero me preocupa lo que Montoya pueda llegar a hacer.
—Robert lo va a entender tarde o temprano, hijo.
—Eso espero —susurró el castaño.
Cabalgaron hasta detenerse frente a la casa grande. Jhon se bajó con cuidado y se giró a verlo.
—Quiero que hoy cenes con nosotros —le dijo. Harry frunció el ceño. Seguro que se estaba refiriendo a él y a la pareja.
—¿Le parece, señor? —inquirió.
—Si… quizás te lleves una gran sorpresa.
—Está bien —asintió.
Jhon entró a la casa. Harry soltó un lento suspiro y miró hacia el cielo. La noche estaba completamente despejada. Aquel manto de estrellas era un espectáculo. ¿Cuántas veces se había tirado a intentar contarlas? Miles… ¿Lo había conseguido? Nunca. Infinito el universo sobre su cabeza, lo llenaba de una cierta alegría. A veces él mismo se sentía infinito. Jamás llegaba a conocerse del todo. Siempre le aparecía una faceta nueva, un sentimiento nuevo, un miedo nuevo, una pasión, una necesidad.
No puedo evitar pensar en la nota que había encontrado casualmente en el pequeño valle. Sonrió levemente y cerró los ojos para recordarla. Jamás había conocido otra niña con una sonrisa tan bonita como la de ella. Jamás le había gustado, siendo un niño, tomar de la mano tanto a una niña como a ella.
Y de repente aquel día en el que ella se marchó entró a su cabeza. Aquel sentimiento que lo había invadido jamás volvió a sentirlo. Se había sentido totalmente desolado, angustiado, perdido. Era como si ese día le hubiesen arrancado un pedazo de corazón, así sin más. Y recordó sus lágrimas, recordó el dolor en su mirada chocolate… ella no quería irse. Entonces, ¿Por qué no volvió? Un año después de su partida él la había estado esperando… pero jamás llegó. Tampoco le escribió como lo había prometido, tampoco lo llamó. Quizás ella si se olvidó de él. Sonrió con amargura, era completamente ilógico que él todavía pensara en ella… lo más ilógico era que todo el día había estado así. Jamás se le había ocurrido preguntarle a Jhon que había sido de la vida de ________ Brooks. Lo poco que sabía era gracias a su madre, y tampoco era demasiado. En los últimos años ella ni se le había asomado por la cabeza, pero al parecer hoy estaba completamente incrustada en su mente.
Se bajó del caballo y se quitó el sombrero. Se secó el sudor de la frente y se observó a si mismo. Estaba hecho un desastre. Tendría que ir a arreglarse si se jefe quería que cenara con él esta noche. Y tendría que fijarse que ropa adecuada para una cena iba a ponerse. Lo único que él solía utilizar eran camisas que terminaron como musculosa, vaqueros buenos para cabalgar y sus siempre cómodos borcegos. Tal vez iba ir así vestido a cenar… no iba a hacerse mucho problema.
Entró a la cocina sobresaltando un poco a su madre. Está se giró a verlo rápidamente con la mano sobre el pecho.
—Me asustaste —le dijo exaltada.
—Lo siento —sonrió él —No fue mi intención.
Ella respiró con más tranquilidad y se acercó a él.
—¿Cómo les fue con Montoya? —quiso saber.
Harry dejó el sombrero sobre la mesa y se sentó en una de las sillas.
—No muy bien —se lamentó —Está demasiado enojado con Niall. Y Lola no ayuda mucho escapándose a cada rato.
—Pobre niña, Harry —dijo ella —Hay que entenderla. A nadie le gustaría estar presa en su propia casa. Creo que Montoya necesita unas buenas clases de actualidad.
—Yo también lo creo, ma —dijo divertido —¿Cómo está Niall?
—Bien —sonrió ella —Gracias a dios solo fue un simple raspón… ahora está durmiendo.
—Ese chiquillo un día va a darnos un gran susto —aseguró y se rascó la nuca.
Pero entonces percibió algo… la cadenita no estaba allí. Apresurado se puso de pie y se alejó la musculosa del pecho para cerciorarse. Y si, no estaba. Maldijo por lo bajo.
—¿Qué pasó? —preguntó Anne.
—Tengo… tengo que ir a guardar a los caballos —dijo lo primero que se le vino a la mente. No podía decirle a su madre que había perdido de nuevo la cadenita.
—¿No vas a cenar? —inquirió. Él caminó hacia la puerta y la miró.
—El señor Jhon me invitó a cenar con él… así que voy a guardar los caballos, vengo a ducharme y ceno con él —le dijo. Harry abrió la puerta.
—Hijo, espera… —él, de nuevo, pareció no escucharla —¡La hija del señor Brooks está aquí, en el campo! —gritó para ver si él regresaba. Pero no, no volvió.
Había algo que no quería que Harry se enterara de que ella estaba de nuevo allí. Era la segunda vez que quiso decírselo, pero siempre pasaba algo… Se encogió de hombros y volvió a prestarle atención a la cena. Tal vez era mejor que se encontraran ellos mismos.
Harry caminaba a paso rápido sin saber bien a donde. No sabía bien en dónde comenzar a buscar su cadenita. Hoy había estado en todos lados. ¿Y si se le había caído en el pequeño valle? ¿Y si se le había caído en la casa de los Montoya? Mierrrda, si la encontraba iba a pegársela al cuello para que no se le cayera nunca más. Entonces se dirigió hacia las caballerizas… tal vez tenía suerte y la encontraba allí. Dios quiera que si.
_______ entró con cuidado. Aquel suave olor a alfalfa y animal le entró rápidamente por la nariz. Escuchó los sonidos de los caballos y miró a los que estaban allí guardados. Sonrió abiertamente… hacía tanto que no se subía a uno. Comenzó a caminar.
Se maldijo a si misma por haber salido con zapatos de tacón, y maldijo a Matt por casi obligarla a hacerlo. Según él, una mujer tenía que estar hermosa y con zapatos hasta para ir al baño. Suspiró y siguió caminando. Bajo sus pies la textura del suelo cambió, y miró por qué. Comenzaba a caminar sobre paja. Sonrió y volvió a mirar a su alrededor. ¿Cuántas cosas había vivido ella en ese lugar? Miles. Pero principalmente… su primer beso. Se mordió el labio inferior y siguió mirando. ¿Dónde estaría él? ¿Seguiría por aquellos campos? Se había olvidado completamente de preguntarle a Anne sobre su hijo. Él había sido muy importante para ella cuando era una niña. Su primer amor. Su primer dolor…
Tropezó con algo y cayó al suelo. Gracias a dios su caída no fue brusca, ya que la paja la amortiguó. Se sentó y se quitó los molestos zapatos. Y entonces escuchó que alguien entraba. Se quedó quieta y con sumo cuidado comenzó a arrastrarse hacia un rincón. No quería encontrarse con alguien desconocido estando sola. Quizás podrían pensar que ella era un ladrón o algo por el estilo. Llegó a un buen escondite y se quedó allí.
—¿Y ahora por donde mierrda voy a empezar a buscar? —escuchó que una voz masculina decía. Apretó los labios y se propuso salir de allí antes de que la viera.
Se inclinó y comenzó a moverse como si de un perro se tratara, mirando bien a su alrededor, fijándose si alguien la descubría.
Sintió una rara emoción, adrenalina. Ella no podía estar ocultándose como si fuera una extraña en sus propias tierras. Pero a decir verdad si lo era. Después de 10 años era una completa extraña para aquel lugar.
Fijó la mirada al frente y divisó algo que brillaba en medio de la paja. Puso la cabeza de costado y frunció el ceño. Sin poder evitarlo comenzó a acercarse hacia aquella cosa. Su mirada estaba fija en ello, sin prestar ni la más mínima atención a nada de lo que estaba a su alrededor. Entonces llegó al fin y lo observó bien. Era una pequeña cadenita que llevaba de colgante un caballo en su estado salvaje. Frunció más el ceño. Ella conocía esa cadenita, ella… ella la había comprado y se la había regalado a él.
Comenzó a estirar la mano para levantarla, pero entonces una mano más grande apareció frente a sus ojos y la tomó.
Al instante levantó la mirada y el aire se le quedó atrapado en los pulmones. Aquella mirada verde también enfrentó la suya. Él estaba agachado, en la misma posición que ella. El corazón de _______ comenzó a latir con fuerza. No estaba muy segura pero lo reconocía. Si… era él. Su amor de pequeña. Harry Styles. Allí estaba mirándola como si ella fuera una especie de fantasma. Se había puesto algo pálido y al parecer ni respiraba.
Ella comenzó a incorporarse, él también lo hizo. Ambos se quedaron parados como estatuas, mirándose fijamente a los ojos.
—¿Harry? —inquirió al fin. El castaño parpadeó atónito.
—________ —murmuró sin poder creerlo.
—Tendré que tomar otras medidas con respecto a Montoya —habló Jhon al fin.
—Tranquilo, señor —lo calmó —Todo va a estar bien. Solo tenemos que aprender a manejar un poco más la situación.
—No puedes prohibirle a Niall ver a Lola…
—No tenía pensado hacer eso. Ellos dos son libres de hacer lo que quieran. Y si necesitan apoyo… no estarán solos. Pero me preocupa lo que Montoya pueda llegar a hacer.
—Robert lo va a entender tarde o temprano, hijo.
—Eso espero —susurró el castaño.
Cabalgaron hasta detenerse frente a la casa grande. Jhon se bajó con cuidado y se giró a verlo.
—Quiero que hoy cenes con nosotros —le dijo. Harry frunció el ceño. Seguro que se estaba refiriendo a él y a la pareja.
—¿Le parece, señor? —inquirió.
—Si… quizás te lleves una gran sorpresa.
—Está bien —asintió.
Jhon entró a la casa. Harry soltó un lento suspiro y miró hacia el cielo. La noche estaba completamente despejada. Aquel manto de estrellas era un espectáculo. ¿Cuántas veces se había tirado a intentar contarlas? Miles… ¿Lo había conseguido? Nunca. Infinito el universo sobre su cabeza, lo llenaba de una cierta alegría. A veces él mismo se sentía infinito. Jamás llegaba a conocerse del todo. Siempre le aparecía una faceta nueva, un sentimiento nuevo, un miedo nuevo, una pasión, una necesidad.
No puedo evitar pensar en la nota que había encontrado casualmente en el pequeño valle. Sonrió levemente y cerró los ojos para recordarla. Jamás había conocido otra niña con una sonrisa tan bonita como la de ella. Jamás le había gustado, siendo un niño, tomar de la mano tanto a una niña como a ella.
Y de repente aquel día en el que ella se marchó entró a su cabeza. Aquel sentimiento que lo había invadido jamás volvió a sentirlo. Se había sentido totalmente desolado, angustiado, perdido. Era como si ese día le hubiesen arrancado un pedazo de corazón, así sin más. Y recordó sus lágrimas, recordó el dolor en su mirada chocolate… ella no quería irse. Entonces, ¿Por qué no volvió? Un año después de su partida él la había estado esperando… pero jamás llegó. Tampoco le escribió como lo había prometido, tampoco lo llamó. Quizás ella si se olvidó de él. Sonrió con amargura, era completamente ilógico que él todavía pensara en ella… lo más ilógico era que todo el día había estado así. Jamás se le había ocurrido preguntarle a Jhon que había sido de la vida de ________ Brooks. Lo poco que sabía era gracias a su madre, y tampoco era demasiado. En los últimos años ella ni se le había asomado por la cabeza, pero al parecer hoy estaba completamente incrustada en su mente.
Se bajó del caballo y se quitó el sombrero. Se secó el sudor de la frente y se observó a si mismo. Estaba hecho un desastre. Tendría que ir a arreglarse si se jefe quería que cenara con él esta noche. Y tendría que fijarse que ropa adecuada para una cena iba a ponerse. Lo único que él solía utilizar eran camisas que terminaron como musculosa, vaqueros buenos para cabalgar y sus siempre cómodos borcegos. Tal vez iba ir así vestido a cenar… no iba a hacerse mucho problema.
Entró a la cocina sobresaltando un poco a su madre. Está se giró a verlo rápidamente con la mano sobre el pecho.
—Me asustaste —le dijo exaltada.
—Lo siento —sonrió él —No fue mi intención.
Ella respiró con más tranquilidad y se acercó a él.
—¿Cómo les fue con Montoya? —quiso saber.
Harry dejó el sombrero sobre la mesa y se sentó en una de las sillas.
—No muy bien —se lamentó —Está demasiado enojado con Niall. Y Lola no ayuda mucho escapándose a cada rato.
—Pobre niña, Harry —dijo ella —Hay que entenderla. A nadie le gustaría estar presa en su propia casa. Creo que Montoya necesita unas buenas clases de actualidad.
—Yo también lo creo, ma —dijo divertido —¿Cómo está Niall?
—Bien —sonrió ella —Gracias a dios solo fue un simple raspón… ahora está durmiendo.
—Ese chiquillo un día va a darnos un gran susto —aseguró y se rascó la nuca.
Pero entonces percibió algo… la cadenita no estaba allí. Apresurado se puso de pie y se alejó la musculosa del pecho para cerciorarse. Y si, no estaba. Maldijo por lo bajo.
—¿Qué pasó? —preguntó Anne.
—Tengo… tengo que ir a guardar a los caballos —dijo lo primero que se le vino a la mente. No podía decirle a su madre que había perdido de nuevo la cadenita.
—¿No vas a cenar? —inquirió. Él caminó hacia la puerta y la miró.
—El señor Jhon me invitó a cenar con él… así que voy a guardar los caballos, vengo a ducharme y ceno con él —le dijo. Harry abrió la puerta.
—Hijo, espera… —él, de nuevo, pareció no escucharla —¡La hija del señor Brooks está aquí, en el campo! —gritó para ver si él regresaba. Pero no, no volvió.
Había algo que no quería que Harry se enterara de que ella estaba de nuevo allí. Era la segunda vez que quiso decírselo, pero siempre pasaba algo… Se encogió de hombros y volvió a prestarle atención a la cena. Tal vez era mejor que se encontraran ellos mismos.
Harry caminaba a paso rápido sin saber bien a donde. No sabía bien en dónde comenzar a buscar su cadenita. Hoy había estado en todos lados. ¿Y si se le había caído en el pequeño valle? ¿Y si se le había caído en la casa de los Montoya? Mierrrda, si la encontraba iba a pegársela al cuello para que no se le cayera nunca más. Entonces se dirigió hacia las caballerizas… tal vez tenía suerte y la encontraba allí. Dios quiera que si.
_______ entró con cuidado. Aquel suave olor a alfalfa y animal le entró rápidamente por la nariz. Escuchó los sonidos de los caballos y miró a los que estaban allí guardados. Sonrió abiertamente… hacía tanto que no se subía a uno. Comenzó a caminar.
Se maldijo a si misma por haber salido con zapatos de tacón, y maldijo a Matt por casi obligarla a hacerlo. Según él, una mujer tenía que estar hermosa y con zapatos hasta para ir al baño. Suspiró y siguió caminando. Bajo sus pies la textura del suelo cambió, y miró por qué. Comenzaba a caminar sobre paja. Sonrió y volvió a mirar a su alrededor. ¿Cuántas cosas había vivido ella en ese lugar? Miles. Pero principalmente… su primer beso. Se mordió el labio inferior y siguió mirando. ¿Dónde estaría él? ¿Seguiría por aquellos campos? Se había olvidado completamente de preguntarle a Anne sobre su hijo. Él había sido muy importante para ella cuando era una niña. Su primer amor. Su primer dolor…
Tropezó con algo y cayó al suelo. Gracias a dios su caída no fue brusca, ya que la paja la amortiguó. Se sentó y se quitó los molestos zapatos. Y entonces escuchó que alguien entraba. Se quedó quieta y con sumo cuidado comenzó a arrastrarse hacia un rincón. No quería encontrarse con alguien desconocido estando sola. Quizás podrían pensar que ella era un ladrón o algo por el estilo. Llegó a un buen escondite y se quedó allí.
—¿Y ahora por donde mierrda voy a empezar a buscar? —escuchó que una voz masculina decía. Apretó los labios y se propuso salir de allí antes de que la viera.
Se inclinó y comenzó a moverse como si de un perro se tratara, mirando bien a su alrededor, fijándose si alguien la descubría.
Sintió una rara emoción, adrenalina. Ella no podía estar ocultándose como si fuera una extraña en sus propias tierras. Pero a decir verdad si lo era. Después de 10 años era una completa extraña para aquel lugar.
Fijó la mirada al frente y divisó algo que brillaba en medio de la paja. Puso la cabeza de costado y frunció el ceño. Sin poder evitarlo comenzó a acercarse hacia aquella cosa. Su mirada estaba fija en ello, sin prestar ni la más mínima atención a nada de lo que estaba a su alrededor. Entonces llegó al fin y lo observó bien. Era una pequeña cadenita que llevaba de colgante un caballo en su estado salvaje. Frunció más el ceño. Ella conocía esa cadenita, ella… ella la había comprado y se la había regalado a él.
Comenzó a estirar la mano para levantarla, pero entonces una mano más grande apareció frente a sus ojos y la tomó.
Al instante levantó la mirada y el aire se le quedó atrapado en los pulmones. Aquella mirada verde también enfrentó la suya. Él estaba agachado, en la misma posición que ella. El corazón de _______ comenzó a latir con fuerza. No estaba muy segura pero lo reconocía. Si… era él. Su amor de pequeña. Harry Styles. Allí estaba mirándola como si ella fuera una especie de fantasma. Se había puesto algo pálido y al parecer ni respiraba.
Ella comenzó a incorporarse, él también lo hizo. Ambos se quedaron parados como estatuas, mirándose fijamente a los ojos.
—¿Harry? —inquirió al fin. El castaño parpadeó atónito.
—________ —murmuró sin poder creerlo.
hood.
Re: White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
¡Qué hermosa la novela! Me fascina, es maravillosa y me imagino a Harry como aquel niño lindo que no tiene modales y habla de una manera graciosa.
Y Rayita toda tierna y madura, ¡por favor síguela!
Y tengo una duda, ¿este es un libro? Porque me suena como a un libro.
¡Besos, linda!
Y Rayita toda tierna y madura, ¡por favor síguela!
Y tengo una duda, ¿este es un libro? Porque me suena como a un libro.
¡Besos, linda!
Invitado
Invitado
Capítulo Seis
Era como volver al pasado. Estar parado frente a ella era como tener 13 años de nuevo. Su corazón palpitó con fuerza. ¿Cómo podía ser posible? La había pensado todo el día y ahora ella estaba allí, mirándolo fijamente. Aquellos ojos profundos lo miraban con la misma sorpresa que él sentía. Recordó todo… una y cada una de las tardes que había pasado con ella vinieron a él. Y sintió una presión en medio del pecho. Quiso darse vuelta y salir de allí. No entendía bien por qué. Sacudió un poco la cabeza. Estaba confundido. Tal vez todo era un simple sueño y en cualquier momento iba a despertarse y ella no iba estar. De alguna manera tenía que comprobar que aquello era real. Dio un paso hacia ella.
_______ estaba totalmente consternada por la presencia del castaño. Se sentía una niña de nuevo, parada frente a aquel príncipe que ella había querido tanto. Su corazón latía rápido. Nada quedaba del Harry que ella tenía en la mente. Ahora era todo un hombre. Bonito hombre. La garganta se le secó. Más viendo la manera en la que él la estaba mirando. Aquellos ojos verdes que ella tanto había amado la miraban como si ella fuera un espejismo. Se notaba que estaba confundido.
Harry levantó una mano y sin dudarlo tocó su mejilla. _____ dejó de respirar al sentir aquella gran mano contra su piel, y pestañeó seguidamente. El aroma masculino entró por la nariz… llenándole el cuerpo de una extraña sensación. Harry olía a hombre, a sol y campo. Aroma suave y delicioso. Se estremeció.
Él frunció el ceño y movió el pulgar contra su suave piel, acariciándola. No se iba, el tacto era muy real. Su piel era sedosa y estaba algo fría, a comparación de su mano.
________ no pudo evitarlo y sonrió. Él tenía una mueca muy graciosa, parecía estar pensando demasiado. Su cuerpo tembló cuando él volvió a repetir el movimiento de su pulgar. ¿Cómo podía algo tan insignificante como una caricia hacerla sentir tan… tonta? ¿Cuándo había sido la última vez que un hombre la había acariciado de esa manera tan inocente? Como queriendo conocer, recordar.
Entonces ella también levantó la mano y tocó su rostro. Su palma cosquilleó ante la sensación de la piel masculina, algo rasposa. El levantó ambas cejas en un chistoso gesto de asombro.
—Hola, Hazza —habló al fin.
Harry estaba anonadado. Se sentía un completo idiota. El corazón le latía demasiado rápido para ser normal. Un nudo se le formó en la garganta.
—Hola… —logró decirle.
_______ sonrió aun más, mostrándole todos sus dientes. Él se sintió contagiado por esa hermosa sonrisa que pensó que había olvidado. Pero ahora que ella volvía a sonreírle de aquella manera… se dio cuenta de que era imposible de olvidar.
—¡Aquí están! —exclamó ella.
Ambos giraron la cabeza para mirarla. Toda la magia se perdió. Se alejaron rápidamente, totalmente avergonzados. Anne arqueó una ceja, y luego sonrió por lo bajo. Harry la fulminó con la mirada.
—¿Qué se te ofrece, madre? —le preguntó. Ella se aguantó la risa. Ambos estaban rojos como tomates. Como si ella los hubiese encontrado haciendo algo muy malo.
—Solo buscaba a la niña _____ —le dijo y la miró —Tu padre quiere verte… dice que tiene algo que mostrarte o algo así.
—Oh —musitó ella —Gracias, Anne.
Miró a Harry. Y le sonrió levemente. Él quiso decirle algo pero las palabras no salieron de su boca. Estaba tan sorprendido de que estuviera allí de nuevo. Jamás pensó que volvería a verla.
—Es gusto volver a verte, Harry…
—Igualmente, señorita.
Ella apretó los labios y caminó hacia la salida. Se giró a verlo una vez más y sin decir nada desapareció. El castaño se quedó quieto mirando por donde acaba de salir la morena.
—Creo que metí la pata —dijo Anne divertida.
Harry seguía con la mirada fija en la salida.
—No puede creer que esté aquí —murmuró.
—Intenté decírtelo un millón de veces —exageró —Pero siempre te ibas corriendo sin terminar de escucharme —él siguió con la mirada fija en aquel lugar. Todavía no lo entendía… ¿Por qué estaba de nuevo después de tanto tiempo? —Ya, Harry… quita esa cara de bobo.
—Ay, que graciosa eres, Anne —dijo con sarcasmo.
Caminó hasta su madre para empujarla levemente y que caminara hacia la casa. Tenía pensado llegar, arreglarse e ir a cenar como su jefe se lo había pedido. Tenía que averiguar por qué ella había decidido volver... y quién demonios era el tal Matt.
_______ estaba totalmente consternada por la presencia del castaño. Se sentía una niña de nuevo, parada frente a aquel príncipe que ella había querido tanto. Su corazón latía rápido. Nada quedaba del Harry que ella tenía en la mente. Ahora era todo un hombre. Bonito hombre. La garganta se le secó. Más viendo la manera en la que él la estaba mirando. Aquellos ojos verdes que ella tanto había amado la miraban como si ella fuera un espejismo. Se notaba que estaba confundido.
Harry levantó una mano y sin dudarlo tocó su mejilla. _____ dejó de respirar al sentir aquella gran mano contra su piel, y pestañeó seguidamente. El aroma masculino entró por la nariz… llenándole el cuerpo de una extraña sensación. Harry olía a hombre, a sol y campo. Aroma suave y delicioso. Se estremeció.
Él frunció el ceño y movió el pulgar contra su suave piel, acariciándola. No se iba, el tacto era muy real. Su piel era sedosa y estaba algo fría, a comparación de su mano.
________ no pudo evitarlo y sonrió. Él tenía una mueca muy graciosa, parecía estar pensando demasiado. Su cuerpo tembló cuando él volvió a repetir el movimiento de su pulgar. ¿Cómo podía algo tan insignificante como una caricia hacerla sentir tan… tonta? ¿Cuándo había sido la última vez que un hombre la había acariciado de esa manera tan inocente? Como queriendo conocer, recordar.
Entonces ella también levantó la mano y tocó su rostro. Su palma cosquilleó ante la sensación de la piel masculina, algo rasposa. El levantó ambas cejas en un chistoso gesto de asombro.
—Hola, Hazza —habló al fin.
Harry estaba anonadado. Se sentía un completo idiota. El corazón le latía demasiado rápido para ser normal. Un nudo se le formó en la garganta.
—Hola… —logró decirle.
_______ sonrió aun más, mostrándole todos sus dientes. Él se sintió contagiado por esa hermosa sonrisa que pensó que había olvidado. Pero ahora que ella volvía a sonreírle de aquella manera… se dio cuenta de que era imposible de olvidar.
—¡Aquí están! —exclamó ella.
Ambos giraron la cabeza para mirarla. Toda la magia se perdió. Se alejaron rápidamente, totalmente avergonzados. Anne arqueó una ceja, y luego sonrió por lo bajo. Harry la fulminó con la mirada.
—¿Qué se te ofrece, madre? —le preguntó. Ella se aguantó la risa. Ambos estaban rojos como tomates. Como si ella los hubiese encontrado haciendo algo muy malo.
—Solo buscaba a la niña _____ —le dijo y la miró —Tu padre quiere verte… dice que tiene algo que mostrarte o algo así.
—Oh —musitó ella —Gracias, Anne.
Miró a Harry. Y le sonrió levemente. Él quiso decirle algo pero las palabras no salieron de su boca. Estaba tan sorprendido de que estuviera allí de nuevo. Jamás pensó que volvería a verla.
—Es gusto volver a verte, Harry…
—Igualmente, señorita.
Ella apretó los labios y caminó hacia la salida. Se giró a verlo una vez más y sin decir nada desapareció. El castaño se quedó quieto mirando por donde acaba de salir la morena.
—Creo que metí la pata —dijo Anne divertida.
Harry seguía con la mirada fija en la salida.
—No puede creer que esté aquí —murmuró.
—Intenté decírtelo un millón de veces —exageró —Pero siempre te ibas corriendo sin terminar de escucharme —él siguió con la mirada fija en aquel lugar. Todavía no lo entendía… ¿Por qué estaba de nuevo después de tanto tiempo? —Ya, Harry… quita esa cara de bobo.
—Ay, que graciosa eres, Anne —dijo con sarcasmo.
Caminó hasta su madre para empujarla levemente y que caminara hacia la casa. Tenía pensado llegar, arreglarse e ir a cenar como su jefe se lo había pedido. Tenía que averiguar por qué ella había decidido volver... y quién demonios era el tal Matt.
Última edición por lovesickforu el Jue 04 Abr 2013, 10:48 am, editado 1 vez
hood.
Re: White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
¡¡Hazme*el*favor!! escribió:¡Qué hermosa la novela! Me fascina, es maravillosa y me imagino a Harry como aquel niño lindo que no tiene modales y habla de una manera graciosa.
Y Rayita toda tierna y madura, ¡por favor síguela!
Y tengo una duda, ¿este es un libro? Porque me suena como a un libro.
¡Besos, linda!
Aaaay si ¿No es tierno? Todavía falta leer lo demas.. ajhfasfa
Es de una chica de Fotolog, que escribe demasiado bien♥
hood.
Capítulo Siete
Salió de su despacho y miró a su alrededor para percatarse de que nadie lo veía. Se sentía como un tonto adolescente de 15 años… escondiéndose para no ser descubierto por sus padres. Volvió a observar por el pasillo. Soltó un suspiro. Al parecer todos estaban ocupados y él podría ir a verla sin ser interrumpido.
Desde que había llegado quiso estar a solas con ella. Pero si no era una cosa, era otra. Y jamás lo lograba. Tenía ganas de ver aquellos ojos verdosos que amaba en secreto desde hacía tanto tiempo. Sin dudarlo entró a la cocina, haciendo un poco de ruido.
Ella se sobresaltó y se giró a verlo con el corazón en la boca. Se sintió algo aliviada al saber que era él. Aunque de repente se sintió nerviosa. No quería estar a solas con Jhon Brooks. Carraspeó su garganta y volvió a mirar de nuevo al agua que comenzaba a hervir. Jhon se acercó un poco.
—¿Qué estás cocinando? —le preguntó y respiró profundamente para encontrarse con el inconfundible aroma al romero.
—Pastas —contestó ella simplemente.
—Mmm… mis favoritas.
Ella lo miró de reojo y su corazón dio un vuelco. ¿Por qué… por qué le seguía pasando aquello? Era como que no podía superarlo. Lo había amado siendo una niña y lo seguía amando siendo una adulta. Ellos dos se conocían desde que su padre había sido contratado para ser peón de aquellas tierras. Jhon tenía 15 años y ella 13… se habían amado tanto. Pero luego el se fue. Y después de unos años volvió casado. Ella también había hecho su vida. A veces se reprochaba por no haberse jugado por su verdadero amor.
—Lo sé —le dijo luego de unos segundos.
Jhon se quedó quieto, observándola. Quería decirle algo, pero no sabía que. Tenía aquella estúpida sensación en el pecho. Se preguntaba a si mismo, qué era lo que le impedía confesarle que la seguía amando. Su esposa había muerto cuando ________ apenas era un bebé. Y Anne se había separado del padre de Harry hacía muchos años.
—Anne…
—¿Qué? —preguntó ella.
—¿Crees que aun estamos a tiempo?
Ella se giró a verlo como si hubiese dicho algo sumamente malo. Sus ojos estaban bien abiertos y había dejado caer el repasador sobre la mesada.
—¿Qué? —murmuró.
—¿No lo crees?
—Yo…
Él dio un paso hacia ella. Se limitó a observarla fijamente.
—Voy a quedarme a vivir aquí —los ojos de ella se abrieron aun más —Y creo que voy a necesitar una… buena mujer para que me acompañe en la habitación grande.
Sus mejillas se tiñeron de un rojo casi intenso.
—Jhon —chilló avergonzada. Él rió por lo bajo.
—Cásate conmigo, Anne —ella sintió que iba a desmayarse —Fui un cobarde hace 30 años atrás… por no pelear por ti.
—Éramos joven, Jhon —musitó ella y dejó de mirarlo.
No podía mirarlo. Le dolía hacerlo. Le dolía recordar la manera en la que ella lo había esperado tontamente… y luego lo había visto llegar de la mano con una hermosa joven de cuidad.
—Era un idiota —murmuró él —Y lamento haberte hecho sufrir. Lamento… lamento todo lo que pasó.
—Ya no más —le pidió ella y se aguantó las ganas de llorar. Ya no era una niña, no iba a llorar delante de su dolor. Se armó de valor para mirarlo —La cena ya está lista, señor. Voy a avisarles a los muchachos…
Salió de allí dejándolo con el corazón acelerado. Jhon suspiró. Le iba a costar mucho trabajo hacerle entender a esa mujer que aun la amaba… más que a nada en ese mundo.
_______ bajaba las escaleras con Matt al lado. Este le hablaba de algo sobre moda, pero ella no lograba prestarle demasiada atención. Desde que había vuelto de las caballerizas, le había costado horrores concentrarse. Aun le temblaban las piernas. No podía entender como aquel hombre podía ser Harry…
—¿Por qué no me estás escuchando, Sweetness? —le dijo él mientras chasqueaba los dedos delante de su rostro. _______ sacudió la cabeza.
—¿Qué? —le preguntó. Mattie frunció el ceño.
—Estás más bolida de lo normal… dime, ¿Qué te sucede? —quiso saber.
_____ se tensó. Era increíble que alguien la conociera tanto. Matt podía darse cuenta de sus estados de ánimos en un abrir y cerrar de ojos. Eso a veces la aterraba.
—No me pasa nada, Mattie —dijo tratando de sonar muy convincente. Matt la miró entrecerrando los ojos, pero no le dijo nada.
Llegaron hasta la sala principal. Anne había subido a avisarles que la cena estaba lista y que ya podían ir a sentarse. _______ la había notado algo rara. Pero lo dejó pasar.
Mattie observó encantado aquel lugar. Amaba como estaba decorado y sin duda Anne tenía una excelente mano para aquellas cosas. Se sentaron un al lado del otro.
_______ observó bien la mesa. Habían tres platos más aparte de los de ellos dos. Se preguntó quienes irían a cenar con ellos además de Jhon.
Una de las puertas se abrió y Jhon entró por allí. Les sonrió a ambos y luego se sentó en la cabecera.
—¿Ya se acomodaron? —les preguntó.
—Si, Jhoni —dijo Matt —Me gusta mucho mi cuarto… es bastante amplio y tiene una maravillosa vista desde el balcón.
—Me alegro, Matt —dijo contento.
—Papi —lo llamó ella. Jhon estiró su mano y acarició su mejilla.
—¿Qué, cariño? —inquirió.
—¿Quiénes van a cenar con nosotros? —le preguntó.
—Anne y Harry —contestó él.
Y después de eso la puerta de la cocina se volvió a abrir y a ______ casi se le sale el corazón del cuerpo. Allí entraba él, ayudando a su madre con un par de bandejas. Tenía el cabello algo húmedo, dejando todos sus rulos perfectamente armados y alborotados. Llevaba puesta una camisa color celeste y unos vaqueros de jean. Por poco y se le hizo imposible respirar.
Harry levantó un poco la vista y se encontró con la de ella. Intentó sonreír pero nada salió de él. Todavía no entendía por qué… por qué no podía reaccionar ante ella. Pero entonces su mirada se posó en el hombre que estaba sentado al lado de ella. Sintió una pequeña presión en la boca del estomago.
—Apoya eso ahí, Harry —le dijo su madre, sacándolo de sus pensamientos.
Con cuidado puso la bandeja en medio de la mesa. Jhon se puso de pie y les indicó que se sentaran. Para su dicha y no tanta dicha Harry quedó justo frente a ella.
—Bueno… déjenme presentarlos —dijo Jhon —Matt, él es Harry Styles… mi mejor hombre en estás tierras.
—¿Qué tal, guapetón? —dijo el rubio. ______ se giró a verlo rápidamente.
—Mattie —le dijo apretando los dientes.
—¿Qué? —inquirió él. Harry lo miró extrañado. Jhon rió por lo bajo. Aquello si que iba a ser divertido.
—Harry, él es Mattie, el mejor amigo de _______ .
Y el volvió la vista a ______. No estaba seguro de aquello. Podría ser que él fuera su pareja y ellos no quisieran decirlo. Pero a decir verdad aquel hombre era demasiado raro. ¿Guapetón? Nadie jamás lo había llamado así.
Ella percibió algo en su mirada, nO estaba segura de qué, pero quería averiguarlo.
—Bien… ¿vamos a cenar? —dijo Anne.
—Por favor —pidió Jhon sonriéndole tiernamente —Muero de hambre.
Anne comenzó a servir. Pero ______ y Harry no podían dejar de mirarse. Era como si estuvieran completamente atrapados el uno en el otro. Había tantas cosas para decirse, pero no encontraban la manera de enfrentarse.
Harry quería ponerse de pie y llenarla de preguntas. Quería saber por qué se había olvidado de todo aquello. De él, del campo, de White…
_______ quería ponerse de pie y pedirle perdón. Pedirle perdón por haberse olvidado de todo eso que ella había amado tanto. De él, del campo… de su caballo blanco.
—Oye darling, ¿Por qué no deja de mirarte así? —le murmuró Matt acercándose un poco a su oído.
—Cállate —le dijo ella sin dejar de mirar a Harry.
Ya sabía ella que tendría que sentarse a hablar largamente con aquel hombre. Pero lo que no sabía era que tal vez iba a volver a enamorarse en el intento.
Desde que había llegado quiso estar a solas con ella. Pero si no era una cosa, era otra. Y jamás lo lograba. Tenía ganas de ver aquellos ojos verdosos que amaba en secreto desde hacía tanto tiempo. Sin dudarlo entró a la cocina, haciendo un poco de ruido.
Ella se sobresaltó y se giró a verlo con el corazón en la boca. Se sintió algo aliviada al saber que era él. Aunque de repente se sintió nerviosa. No quería estar a solas con Jhon Brooks. Carraspeó su garganta y volvió a mirar de nuevo al agua que comenzaba a hervir. Jhon se acercó un poco.
—¿Qué estás cocinando? —le preguntó y respiró profundamente para encontrarse con el inconfundible aroma al romero.
—Pastas —contestó ella simplemente.
—Mmm… mis favoritas.
Ella lo miró de reojo y su corazón dio un vuelco. ¿Por qué… por qué le seguía pasando aquello? Era como que no podía superarlo. Lo había amado siendo una niña y lo seguía amando siendo una adulta. Ellos dos se conocían desde que su padre había sido contratado para ser peón de aquellas tierras. Jhon tenía 15 años y ella 13… se habían amado tanto. Pero luego el se fue. Y después de unos años volvió casado. Ella también había hecho su vida. A veces se reprochaba por no haberse jugado por su verdadero amor.
—Lo sé —le dijo luego de unos segundos.
Jhon se quedó quieto, observándola. Quería decirle algo, pero no sabía que. Tenía aquella estúpida sensación en el pecho. Se preguntaba a si mismo, qué era lo que le impedía confesarle que la seguía amando. Su esposa había muerto cuando ________ apenas era un bebé. Y Anne se había separado del padre de Harry hacía muchos años.
—Anne…
—¿Qué? —preguntó ella.
—¿Crees que aun estamos a tiempo?
Ella se giró a verlo como si hubiese dicho algo sumamente malo. Sus ojos estaban bien abiertos y había dejado caer el repasador sobre la mesada.
—¿Qué? —murmuró.
—¿No lo crees?
—Yo…
Él dio un paso hacia ella. Se limitó a observarla fijamente.
—Voy a quedarme a vivir aquí —los ojos de ella se abrieron aun más —Y creo que voy a necesitar una… buena mujer para que me acompañe en la habitación grande.
Sus mejillas se tiñeron de un rojo casi intenso.
—Jhon —chilló avergonzada. Él rió por lo bajo.
—Cásate conmigo, Anne —ella sintió que iba a desmayarse —Fui un cobarde hace 30 años atrás… por no pelear por ti.
—Éramos joven, Jhon —musitó ella y dejó de mirarlo.
No podía mirarlo. Le dolía hacerlo. Le dolía recordar la manera en la que ella lo había esperado tontamente… y luego lo había visto llegar de la mano con una hermosa joven de cuidad.
—Era un idiota —murmuró él —Y lamento haberte hecho sufrir. Lamento… lamento todo lo que pasó.
—Ya no más —le pidió ella y se aguantó las ganas de llorar. Ya no era una niña, no iba a llorar delante de su dolor. Se armó de valor para mirarlo —La cena ya está lista, señor. Voy a avisarles a los muchachos…
Salió de allí dejándolo con el corazón acelerado. Jhon suspiró. Le iba a costar mucho trabajo hacerle entender a esa mujer que aun la amaba… más que a nada en ese mundo.
_______ bajaba las escaleras con Matt al lado. Este le hablaba de algo sobre moda, pero ella no lograba prestarle demasiada atención. Desde que había vuelto de las caballerizas, le había costado horrores concentrarse. Aun le temblaban las piernas. No podía entender como aquel hombre podía ser Harry…
—¿Por qué no me estás escuchando, Sweetness? —le dijo él mientras chasqueaba los dedos delante de su rostro. _______ sacudió la cabeza.
—¿Qué? —le preguntó. Mattie frunció el ceño.
—Estás más bolida de lo normal… dime, ¿Qué te sucede? —quiso saber.
_____ se tensó. Era increíble que alguien la conociera tanto. Matt podía darse cuenta de sus estados de ánimos en un abrir y cerrar de ojos. Eso a veces la aterraba.
—No me pasa nada, Mattie —dijo tratando de sonar muy convincente. Matt la miró entrecerrando los ojos, pero no le dijo nada.
Llegaron hasta la sala principal. Anne había subido a avisarles que la cena estaba lista y que ya podían ir a sentarse. _______ la había notado algo rara. Pero lo dejó pasar.
Mattie observó encantado aquel lugar. Amaba como estaba decorado y sin duda Anne tenía una excelente mano para aquellas cosas. Se sentaron un al lado del otro.
_______ observó bien la mesa. Habían tres platos más aparte de los de ellos dos. Se preguntó quienes irían a cenar con ellos además de Jhon.
Una de las puertas se abrió y Jhon entró por allí. Les sonrió a ambos y luego se sentó en la cabecera.
—¿Ya se acomodaron? —les preguntó.
—Si, Jhoni —dijo Matt —Me gusta mucho mi cuarto… es bastante amplio y tiene una maravillosa vista desde el balcón.
—Me alegro, Matt —dijo contento.
—Papi —lo llamó ella. Jhon estiró su mano y acarició su mejilla.
—¿Qué, cariño? —inquirió.
—¿Quiénes van a cenar con nosotros? —le preguntó.
—Anne y Harry —contestó él.
Y después de eso la puerta de la cocina se volvió a abrir y a ______ casi se le sale el corazón del cuerpo. Allí entraba él, ayudando a su madre con un par de bandejas. Tenía el cabello algo húmedo, dejando todos sus rulos perfectamente armados y alborotados. Llevaba puesta una camisa color celeste y unos vaqueros de jean. Por poco y se le hizo imposible respirar.
Harry levantó un poco la vista y se encontró con la de ella. Intentó sonreír pero nada salió de él. Todavía no entendía por qué… por qué no podía reaccionar ante ella. Pero entonces su mirada se posó en el hombre que estaba sentado al lado de ella. Sintió una pequeña presión en la boca del estomago.
—Apoya eso ahí, Harry —le dijo su madre, sacándolo de sus pensamientos.
Con cuidado puso la bandeja en medio de la mesa. Jhon se puso de pie y les indicó que se sentaran. Para su dicha y no tanta dicha Harry quedó justo frente a ella.
—Bueno… déjenme presentarlos —dijo Jhon —Matt, él es Harry Styles… mi mejor hombre en estás tierras.
—¿Qué tal, guapetón? —dijo el rubio. ______ se giró a verlo rápidamente.
—Mattie —le dijo apretando los dientes.
—¿Qué? —inquirió él. Harry lo miró extrañado. Jhon rió por lo bajo. Aquello si que iba a ser divertido.
—Harry, él es Mattie, el mejor amigo de _______ .
Y el volvió la vista a ______. No estaba seguro de aquello. Podría ser que él fuera su pareja y ellos no quisieran decirlo. Pero a decir verdad aquel hombre era demasiado raro. ¿Guapetón? Nadie jamás lo había llamado así.
Ella percibió algo en su mirada, nO estaba segura de qué, pero quería averiguarlo.
—Bien… ¿vamos a cenar? —dijo Anne.
—Por favor —pidió Jhon sonriéndole tiernamente —Muero de hambre.
Anne comenzó a servir. Pero ______ y Harry no podían dejar de mirarse. Era como si estuvieran completamente atrapados el uno en el otro. Había tantas cosas para decirse, pero no encontraban la manera de enfrentarse.
Harry quería ponerse de pie y llenarla de preguntas. Quería saber por qué se había olvidado de todo aquello. De él, del campo, de White…
_______ quería ponerse de pie y pedirle perdón. Pedirle perdón por haberse olvidado de todo eso que ella había amado tanto. De él, del campo… de su caballo blanco.
—Oye darling, ¿Por qué no deja de mirarte así? —le murmuró Matt acercándose un poco a su oído.
—Cállate —le dijo ella sin dejar de mirar a Harry.
Ya sabía ella que tendría que sentarse a hablar largamente con aquel hombre. Pero lo que no sabía era que tal vez iba a volver a enamorarse en el intento.
Última edición por lovesickforu el Jue 04 Abr 2013, 10:49 am, editado 1 vez
hood.
Capítulo Ocho
La cena había sido simplemente la cena más silenciosa de su vida. En sí los únicos que hablaban eran su padre y Harry. Algunas veces Matt opinaba algo, pero luego se quedaba quieto y le daba pequeños codazos debajo de la mesa para que lo mirara, y de una vez por todas dejara de mirar a Harry. Sacudió un poco la cabeza. ¿Qué era lo que estaba pasando con ella? Siguió ordenando mientras miraba de vez en cuando a su alrededor… Había vivido tantas cosas en aquella habitación. Se la pasaba tardes encerrada jugando con sus muñecas y haciendo tomar el té a Harry. Rió levemente al recordar aquello. Ahora no parecía ser alguien que tomara té. Y por la noche salía a andar a caballo con él. Volvió a sonreír al recordarlo de pequeño. De verdad estaba cambiado. Estaba mucho más… lindo y sexy de lo que ella recordaba. Todo un hombre frente a sus ojos.
Él se sentó lentamente en la cama y la miró fijo, esperando a que le dijera algo. Pero no, ella estaba muy concentrada terminando de guardar lo último de ropa que había dejado. No, él no era ningún jerk. Sabía perfectamente que algo pasaba entre ella y aquel guapetón de ojos verdes.
—Ya darling, ¿Vas a decirme por que te perturbó tanto ese bombón campestre? —le preguntó al fin luego de unos cuantos segundos.
______ se giró a verlo y reprimió una sonrisa al escuchar como lo había llamado.
—¿Cómo le dijiste? —le preguntó divertida.
—Bombón campestre —dijo él simplemente —¿Por qué lo mirabas tanto?
—Él y yo crecimos juntos aquí, y cuando éramos chicos él era mi único amigo en este lugar. Fue él el que me enseñó a andar a caballo. Me enseñó a subirme a los árboles y todas esas cosas que se hacen en el campo —le dijo y volvió la vista a su armario.
Matt resopló. Eso no le decía nada. Cualquiera pudo haberle enseñado esas cosas y ni loca ella iba a mirarlo de esa manera.
—¿Solo por eso lo mirabas tanto? Vamos, linda, no soy bolido. No solo lo mirabas porque te enseñó a subirte a un caballo.
—Bueno, en realidad no… —concedió ella —Solo está muy cambiado.
—¿Esta hecho un papitaso como de telenovela, verdad? Un estilo ‘pasión de gavilanes’. Es como un Mario Cimarro, pero con ojos claros —le dijo. Ella estalló en risas. A veces su mejor amigo tenía cada ocurrencia.
—No, no es eso. Solo que me sorprendió lo cambiado que está. Nada más. Hacía diez años que no lo veía…
—¡¿Diez años?! —exclamó exaltado —Con razón te miraba como si fueras una especie de hiper extraña roba campos. Te miraba con desconfianza, sweetheart.
—No creo que sea así. Quizás él también esté sorprendido de verme… Date cuenta que pasaron muchos años —sin darse cuenta sonrió mientras su mirada estaba fija en un punto vacío, como recordando —Además él fue mi primer beso…
Se maldijo internamente luego de soltar aquellas palabras. Cerró los ojos con fuerza. Ya se imaginaba las palabras que seguían… ‘Ajá, ¡te caché, linda!’
—Ajá, ¡te caché, linda! —casi gritó él. ______ rió por lo bajo. Mattie se puso de pie y comenzó a caminar a su alrededor —O sea… que el bombón campestre fue el primero que besarte.
—Si, eso dije —dijo algo incomoda —Pero teníamos 12 y 13 años…
—¿Cómo fue? —preguntó entusiasmado —Quiero saberlo.
—Mattie, no lo recuerdo —le mintió. Él entrecerró los ojos para mirarla mal.
—A mamá mona con bananas verdes no, chiquita —le aseguró él —Me lo cuentas ahora o se lo voy a preguntar a Anne.
—¡No! —exclamó ella —Eres tan chismoso.
—Lo sé —dijo muy orgulloso de si mismo. ____ suspiró.
—Bien… fue en las caballerizas. Yo estaba mirando a mi nuevo caballo y él vino a buscarme. Yo le tenía miedo al animal y no me animaba a tocarlo. Él se acerco e hizo que lo tocara. Luego giré para mirarlo y nos besamos. Fue como un impulso.
—Juro que me muero muerto, ese debió ser el beso más romántico de toda la historia de los primeros besos románticos —dijo emocionado.
Ella sonrió levemente.
—Eres un extremista —dijo divertida —Además estoy segura de que ni siquiera se acuerda bien de mí.
—Yo no estaría tan seguro —dijo él alzando un dedo y luego tocando su barbilla en forma pensativa —El bombón campestre parece estar tan perturbado como tú, por tu presencia… Se le notaba a leguas en la manera que te miraba.
—¿Y cómo me miraba según tú? —quiso saber ella.
—Era extraño —asintió él —A veces su mirada decía: wow, no puedo creer que ella esté aquí. Y en otras decía: ¿Por qué demonios está aquí? —_____ lo miró extrañada. Matt giró y la miró fijo a los ojos —En su mirada había una especie de dolor, sweetness.
Vanessa pensó bien aquellas palabras. Y eran ciertas. En algunos momentos Harry la miraba con dolor. Creía saber por qué. Ella misma sentía ese dolor sin sentido a veces. Soltó un suspiro y al fin terminó de arreglar todo.
—Voy a ir a la cocina a buscar un algo de tomar, ¿quieres venir conmigo? —le preguntó a su amigo. Mattie se dejó caer pesadamente en la cama.
—No, Beauty, ve tú solita —le sonrió con los labios sellados —Pero tráeme algo para tomar aquí.
—Está bien —resopló y salió de la habitación.
Sin hacer demasiado ruido bajó y entró a la cocina. Tenía tantos lugares para recorrer al día siguiente, que se sentía realmente emocionada. Pero a decir verdad tenía muchas ganas de encontrar a Harry y sentarse a hablar con él.
Se acercó a la cocina y prendió la hornalla. Si, iba a prepararse un té. La puerta se abrió…
—Mamá…
Él dejó de hablar al encontrarla a ella allí parada. _______ casi sonrió. Al parecer la suerte estaba de su lado.
—Hola —lo saludó.
—Hola —dijo algo tímido —Lo siento, solo estaba buscando a mi madre.
Dio media vuelta para salir de allí. ______ caminó hacia él.
—No, espera —le pidió. Harry se detuvo y giró para encontrarla un poco más cerca de él. Su corazón comenzó a palpitar rápido —Tanto tiempo, ¿verdad?
—Si, diez años —asintió —Usted está igual…
‘¿Usted?’ —pensó ______.
—En cambio tú has cambiado bastante.
El silencio se hizo algo insoportable entre ellos. Harry se quedó allí parado, observándola todo el tiempo. ¿Qué podían decirse? Eran unos completos extraños ahora.
El agua comenzó a hacer un pequeño burbujeo, avisando que ya estaba hirviendo. _______ miró sobre su hombro.
—No he vuelto a tomar té después de que usted se fue —dijo él.
Ella volvió a mirarlo. Y sintió un nudo en el estomago.
—¿Quieres uno? —fue lo único que se atrevió a decirle.
—No, muchas gracias, señorita…
—¿Por qué me tratas de usted? No soy una anciana.
—Respeto.
—Bueno, no tienes por qué. Puedes tutearme.
—No creo que sea correcto.
—Oh, Harry —dijo ella divertida y se acercó a buscar una taza —Estamos en el siglo XXI, no creo que sea necesario que me trates de usted.
—Bien, voy a intentarlo.
—Me alegra saberlo —le sonrió.
Él respiró profundamente. Si, iba a preguntárselo.
—¿Por qué no volviste más? —fue al grano sin rodeos.
El aire abandonó a ______. En aquella mirada verde había mucho reproche. Y si, tenía derecho a reprocharle. Ella le había prometido que iba a volver. Y no lo hizo. Y el por qué era muy estúpido. Simplemente se había dedicado demasiado a sus estudios y a su nueva vida en la cuidad.
Se llenó de extravagantes lujos, y numerosos amigos. Pero aun así jamás se había sentido tan bien como en el campo… y con él.
—Harry…
Él negó con la cabeza levemente, impidiéndole hablar.
—Ya no importa.
Salió de allí sin darle tiempo a nada. _____ se quedó quieta mirando como la puerta se mecía levemente de un lado hacia el otro. Él volvió a asomarse. Ella se sobresaltó.
—Mañana la espero en las caballerizas a las 7 en punto. Ni más tarde, ni más temprano.
Se fue de allí de nuevo, dejándola totalmente desconcertada.
Él se sentó lentamente en la cama y la miró fijo, esperando a que le dijera algo. Pero no, ella estaba muy concentrada terminando de guardar lo último de ropa que había dejado. No, él no era ningún jerk. Sabía perfectamente que algo pasaba entre ella y aquel guapetón de ojos verdes.
—Ya darling, ¿Vas a decirme por que te perturbó tanto ese bombón campestre? —le preguntó al fin luego de unos cuantos segundos.
______ se giró a verlo y reprimió una sonrisa al escuchar como lo había llamado.
—¿Cómo le dijiste? —le preguntó divertida.
—Bombón campestre —dijo él simplemente —¿Por qué lo mirabas tanto?
—Él y yo crecimos juntos aquí, y cuando éramos chicos él era mi único amigo en este lugar. Fue él el que me enseñó a andar a caballo. Me enseñó a subirme a los árboles y todas esas cosas que se hacen en el campo —le dijo y volvió la vista a su armario.
Matt resopló. Eso no le decía nada. Cualquiera pudo haberle enseñado esas cosas y ni loca ella iba a mirarlo de esa manera.
—¿Solo por eso lo mirabas tanto? Vamos, linda, no soy bolido. No solo lo mirabas porque te enseñó a subirte a un caballo.
—Bueno, en realidad no… —concedió ella —Solo está muy cambiado.
—¿Esta hecho un papitaso como de telenovela, verdad? Un estilo ‘pasión de gavilanes’. Es como un Mario Cimarro, pero con ojos claros —le dijo. Ella estalló en risas. A veces su mejor amigo tenía cada ocurrencia.
—No, no es eso. Solo que me sorprendió lo cambiado que está. Nada más. Hacía diez años que no lo veía…
—¡¿Diez años?! —exclamó exaltado —Con razón te miraba como si fueras una especie de hiper extraña roba campos. Te miraba con desconfianza, sweetheart.
—No creo que sea así. Quizás él también esté sorprendido de verme… Date cuenta que pasaron muchos años —sin darse cuenta sonrió mientras su mirada estaba fija en un punto vacío, como recordando —Además él fue mi primer beso…
Se maldijo internamente luego de soltar aquellas palabras. Cerró los ojos con fuerza. Ya se imaginaba las palabras que seguían… ‘Ajá, ¡te caché, linda!’
—Ajá, ¡te caché, linda! —casi gritó él. ______ rió por lo bajo. Mattie se puso de pie y comenzó a caminar a su alrededor —O sea… que el bombón campestre fue el primero que besarte.
—Si, eso dije —dijo algo incomoda —Pero teníamos 12 y 13 años…
—¿Cómo fue? —preguntó entusiasmado —Quiero saberlo.
—Mattie, no lo recuerdo —le mintió. Él entrecerró los ojos para mirarla mal.
—A mamá mona con bananas verdes no, chiquita —le aseguró él —Me lo cuentas ahora o se lo voy a preguntar a Anne.
—¡No! —exclamó ella —Eres tan chismoso.
—Lo sé —dijo muy orgulloso de si mismo. ____ suspiró.
—Bien… fue en las caballerizas. Yo estaba mirando a mi nuevo caballo y él vino a buscarme. Yo le tenía miedo al animal y no me animaba a tocarlo. Él se acerco e hizo que lo tocara. Luego giré para mirarlo y nos besamos. Fue como un impulso.
—Juro que me muero muerto, ese debió ser el beso más romántico de toda la historia de los primeros besos románticos —dijo emocionado.
Ella sonrió levemente.
—Eres un extremista —dijo divertida —Además estoy segura de que ni siquiera se acuerda bien de mí.
—Yo no estaría tan seguro —dijo él alzando un dedo y luego tocando su barbilla en forma pensativa —El bombón campestre parece estar tan perturbado como tú, por tu presencia… Se le notaba a leguas en la manera que te miraba.
—¿Y cómo me miraba según tú? —quiso saber ella.
—Era extraño —asintió él —A veces su mirada decía: wow, no puedo creer que ella esté aquí. Y en otras decía: ¿Por qué demonios está aquí? —_____ lo miró extrañada. Matt giró y la miró fijo a los ojos —En su mirada había una especie de dolor, sweetness.
Vanessa pensó bien aquellas palabras. Y eran ciertas. En algunos momentos Harry la miraba con dolor. Creía saber por qué. Ella misma sentía ese dolor sin sentido a veces. Soltó un suspiro y al fin terminó de arreglar todo.
—Voy a ir a la cocina a buscar un algo de tomar, ¿quieres venir conmigo? —le preguntó a su amigo. Mattie se dejó caer pesadamente en la cama.
—No, Beauty, ve tú solita —le sonrió con los labios sellados —Pero tráeme algo para tomar aquí.
—Está bien —resopló y salió de la habitación.
Sin hacer demasiado ruido bajó y entró a la cocina. Tenía tantos lugares para recorrer al día siguiente, que se sentía realmente emocionada. Pero a decir verdad tenía muchas ganas de encontrar a Harry y sentarse a hablar con él.
Se acercó a la cocina y prendió la hornalla. Si, iba a prepararse un té. La puerta se abrió…
—Mamá…
Él dejó de hablar al encontrarla a ella allí parada. _______ casi sonrió. Al parecer la suerte estaba de su lado.
—Hola —lo saludó.
—Hola —dijo algo tímido —Lo siento, solo estaba buscando a mi madre.
Dio media vuelta para salir de allí. ______ caminó hacia él.
—No, espera —le pidió. Harry se detuvo y giró para encontrarla un poco más cerca de él. Su corazón comenzó a palpitar rápido —Tanto tiempo, ¿verdad?
—Si, diez años —asintió —Usted está igual…
‘¿Usted?’ —pensó ______.
—En cambio tú has cambiado bastante.
El silencio se hizo algo insoportable entre ellos. Harry se quedó allí parado, observándola todo el tiempo. ¿Qué podían decirse? Eran unos completos extraños ahora.
El agua comenzó a hacer un pequeño burbujeo, avisando que ya estaba hirviendo. _______ miró sobre su hombro.
—No he vuelto a tomar té después de que usted se fue —dijo él.
Ella volvió a mirarlo. Y sintió un nudo en el estomago.
—¿Quieres uno? —fue lo único que se atrevió a decirle.
—No, muchas gracias, señorita…
—¿Por qué me tratas de usted? No soy una anciana.
—Respeto.
—Bueno, no tienes por qué. Puedes tutearme.
—No creo que sea correcto.
—Oh, Harry —dijo ella divertida y se acercó a buscar una taza —Estamos en el siglo XXI, no creo que sea necesario que me trates de usted.
—Bien, voy a intentarlo.
—Me alegra saberlo —le sonrió.
Él respiró profundamente. Si, iba a preguntárselo.
—¿Por qué no volviste más? —fue al grano sin rodeos.
El aire abandonó a ______. En aquella mirada verde había mucho reproche. Y si, tenía derecho a reprocharle. Ella le había prometido que iba a volver. Y no lo hizo. Y el por qué era muy estúpido. Simplemente se había dedicado demasiado a sus estudios y a su nueva vida en la cuidad.
Se llenó de extravagantes lujos, y numerosos amigos. Pero aun así jamás se había sentido tan bien como en el campo… y con él.
—Harry…
Él negó con la cabeza levemente, impidiéndole hablar.
—Ya no importa.
Salió de allí sin darle tiempo a nada. _____ se quedó quieta mirando como la puerta se mecía levemente de un lado hacia el otro. Él volvió a asomarse. Ella se sobresaltó.
—Mañana la espero en las caballerizas a las 7 en punto. Ni más tarde, ni más temprano.
Se fue de allí de nuevo, dejándola totalmente desconcertada.
Última edición por lovesickforu el Jue 04 Abr 2013, 10:50 am, editado 1 vez
hood.
Re: White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
lovesickforu escribió:¡¡Hazme*el*favor!! escribió:¡Qué hermosa la novela! Me fascina, es maravillosa y me imagino a Harry como aquel niño lindo que no tiene modales y habla de una manera graciosa.
Y Rayita toda tierna y madura, ¡por favor síguela!
Y tengo una duda, ¿este es un libro? Porque me suena como a un libro.
¡Besos, linda!
Aaaay si ¿No es tierno? Todavía falta leer lo demas.. ajhfasfa
Es de una chica de Fotolog, que escribe demasiado bien♥
WuaJaJaJa, sí, muy tierno.
¡Por supuesto! Ya creo que ella es una escritora sorprendente, hasta pensé que era un libro que se vendí en una librería cara.
Me gusta mucho la novela igual. ¿Sabes el nombre de ella? Si no puedes decirme no importa.
Y no te preocupes si no tienes lectoras, las cosas buenas no suelen ser tan admiradas.
¡Besos, linda!
Invitado
Invitado
Re: White Horses {Harry Styles} [TERMINADA]
¡¡Hazme*el*favor!! escribió:lovesickforu escribió:¡¡Hazme*el*favor!! escribió:¡Qué hermosa la novela! Me fascina, es maravillosa y me imagino a Harry como aquel niño lindo que no tiene modales y habla de una manera graciosa.
Y Rayita toda tierna y madura, ¡por favor síguela!
Y tengo una duda, ¿este es un libro? Porque me suena como a un libro.
¡Besos, linda!
Aaaay si ¿No es tierno? Todavía falta leer lo demas.. ajhfasfa
Es de una chica de Fotolog, que escribe demasiado bien♥
WuaJaJaJa, sí, muy tierno.
¡Por supuesto! Ya creo que ella es una escritora sorprendente, hasta pensé que era un libro que se vendí en una librería cara.
Me gusta mucho la novela igual. ¿Sabes el nombre de ella? Si no puedes decirme no importa.
Y no te preocupes si no tienes lectoras, las cosas buenas no suelen ser tan admiradas.
¡Besos, linda!
Creo que lo puse en la ficha de la novela:)
hood.
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