Love is Darkness (Justin&______Dearborn)

Jack estaba sentado en la cocina, su boca salivada por el hambre cuando escuchó a sus padres discutir acerca del gobierno italiano.

Una olla hervía sobre el fogón, silbando y ondeando vapor hacia afuera. Pero todavía no estaba lista, estaba... saltando, brincando ligeramente sobre el fogón, como si tuviera un mensaje de vida y muerte, si simplemente alguien quitara la tapa.

No quería soñar de nuevo con esto.

Miró fijamente la olla, su superficie color plata brillante y —allí estaba— un tenue azul, un reflejo centelleante. El brillo se alteró, cambió de forma hasta que esta fue azul, pequeña y distante pero volviéndose más grande.

Ahora, ella estaba cerca.

El sonido de pájaros, alas batiendo, el rumor de sus cuerpos, llenó sus oídos e hizo eco en las paredes de la cocina. Podía sentirlos golpear contra sus tímpanos.

Eso no tenía sentido.

No había ningún pájaro, era como el crujido del roce de la seda, y eso le crispaba los nervios, tensándose.


Es la hora de dar la vuelta.

Es la hora de verla venir.

Su corazón palpitaba con fuerza y recogió el cuchillo de la mantequilla, Su padre reía. Su madre sonrío. No sabían que la muerte se precipitaba a toda velocidad por el pasillo como un tren de carga.

Y entonces ella estaba allí. Su madre cayó al suelo, con el cuello roto, en un abrir y cerrar de ojos. La cara de su padre estaba sobre su comida, con el cuerpo flácido, el alma ya había desaparecido, dejando a Jack sentado en la mesa de la cocina, con un cuchillo de mantequilla patéticamente agarrado con fuerza, una protección inútil contra ella.

Las falda de seda de color zafiro de Marion cubrieron el resto del mundo.


Ella le dio una vuelta a la mesa de la pequeña cocina donde él había comido cada comida de su vida. Ella le susurró y burló, sonando coqueta.

Tres, cuatro veces, caminó alrededor de la mesa. La agonía de su caminar detrás de él, la tensión de saber que ella lo había pasado, pero estaba llegando nuevamente. Y cuando ella lo eligiera, él estaría muerto.

La vio tomar la decisión; su esquelética mano se extendió hacia él.

Muévete. Corre. Grita. ¡Haz algo!


En cambio se sentó helado, mirando a su madre y después a su padre, memorizando sus rasgos y este momento...


La punta de sus dedo lo tocó, como un cubo de hielo en la carne ardiente. Él gritó.

—¡Jack! ¡Jack! Despiértate.



Ambas manos están ahora sobre él, las sabanas sus cómplices, cuando ellas trataban de tirarlo hacia abajo. Un jadeo estalló de su pecho.

Había sido un sueño. Marion no estaba aquí. Jack ya no era un niño, sino que ya tenía diecinueve años y fuerza. Italia había desaparecido, estaba viviendo ahora en América con la gente que lo había salvado.

Estoy bien

Sus manos cubrieron sus ojos y oyó la voz de Invitado que le hablaba suavemente. Pero manteniendo un temblor de tristeza y temor, por lo que él trató de recomponerse.

—Estoy bien —dijo secamente.


—La llamaste por su nombre —dijo Invitado tranquilamente.

Dios, esperaba que ella quisiera decir su madre. Su respiración se detuvo en sus pulmones.

—Estaba soñando con mis padres.

—No, dijiste el nombre de Marion.

La respiración fluyó fuera de él.

—Han pasado casi dos meses desde la última vez que me despertaste en mitad de la noche. Imagino que no te lo tendré en cuanta por esta vez. —Hizo una pausa—. Eso está bien, ¿no?

¿Qué había de bueno en eso? Sus padres aún estaban muertos, él todavía estaba viviendo una pesadilla, así que ¿qué pasa si él no se había despertado gritando en un mes o dos? ¿Qué mierda era esa?

Pero sin embargo él le sonrió al mirarla, con su sonrisa demasiada brillante y de falsa inocencia que trató de proyectar. Porque ella sabía que las cosas no estaban bien. La madre de Invitado había sido asesinada por vampiros y eso les dio una unión más profunda que la sangre.

—¿Cuando fue la última vez que soñaste con tu madre? —sonó normal.

Su mirada se desplazó lejos.

—No recuerdo mis sueños ya. —Es como si ella le estuviera contando un sórdido secreto, y tal vez lo estaba, porque a pesar de que odiaba los sueños, cada vez que él los tenía, era como estar con sus padres de nuevo. Oyendo sus risas. Viéndolos vivir. Pero cuando despertaba, realmente ellos habían desaparecido.


—¿Quieres recordar? —le preguntó.

—No. Y tu no deberías tampoco. Necesitas bloquearlo. Hacer lo que puedas para fingir que no sucedió.

Jack se inclinó, mientras encendía la lámpara del lado de la cama para ver su rostro.


—No puedes pretender que nuestras vidas estén... bien. —Su mirada era intensa, cómo si ella estuviera en la linea de salida de una carrera de cien metros—, yo la veía todos los días, y ahora no. A veces, incluso no estoy segura de que yo estuviera allí, Y eso es...

—Triste —dijó él, cortando sus palabras.

—No —dijo ella de una forma que lo hizo parpadear e intentar prestar atención—, no recordar su muerte es un milagro.

Luego se puso de pie sacudiendo ligeramente su cabeza, por lo que su castaño cabello largo cubrió su rostro y caminó hacia la puerta.


—Intenta dormir un poco, Jack. Mañana será otro gran día —Ella sonaba feliz.

Marion es la "seguidora" de Justin. Tranquila, estoy escribiendo la continuación, no te preocupes hun ;)
I love you too

Ella podía ver a Jack a través de la ventana de la ventana. Apagó el auto y esperó a que su clases de artes marciales terminara. La clase finalizó y él salió directamente de la puerta hacia el auto.

—Hey, chica ¿qué tal estás hoy? —Él sonaba feliz. Relajado. Debe haber sido una buena clase ya que Jack por lo general estaba tan estresado.

—Juro por Dios que te destriparé si no empiezas a llamarme por mi nombre. —Su voz fue un gruñido.

—Tu alegre bienvenida me hace pensar que no disuadiste a Nate con su pequeño plan con respecto a ti.

—No. —Eso fue hosco.

—Sabes que él sólo quiere lo mejor para ti.

¿En serio? ¿Él quería hablar de esto y se ponía del lado de Nate? Su humor se volvió espinoso, volviéndola imprudente.

—¿Sabes lo que sé? Sé que cada vez que alguien te dice que están haciendo "lo mejor para ti", significa que estás jodido. Esas son palabras que quieras oír. Es casi lo mismo que un "no eres tu, soy yo".

Él se rió un poco.

—¿Cuánto tiempo tenemos? Necesito una ducha.

—Pensé en bajar las ventanillas, pero no quise ser grosera. —Le dedicó una sonrisa que no fue agradable en lo absoluto.

—Si, bueno, tu después del tenis no es que seas apetecible tampoco.

—Bastante justo.

Pasaron el resto del camino en silencio. Jack tomó su ducha y Invitado se fue a su habitación. Su cama estaba cubierta con las ropas que usaría esta noche en su misión. Todo negro con un montón de velcro bolsillos para ocultar armas mortales.

Jack golpeó y abrió la puerta.

—¿Invitado? —La miró atentamente, como si estuviera intentando determinar cuan molesta estaba. Una simpatica sonrisa atravesó su rostro y se frotó la parte trasera del cuello como si también estuviera nervioso.

Invitado señaló la cama y sus ojos ahumados siguieron el movimiento. Miró al atuendo, asintiendo de forma ausente.

—Hmmm, estos son unos buenos cargos (son un estilo de pantalón que tiene bolsillos en la pierna. Fueron originalmente diseñados para la actividad en el aire libre.), sin duda. Aunque no estoy muy seguro de la parte superior.

—¿Puedo simplemente decirte lo caliente que me vería en una chaqueta de cuero negro? —Sus ojos aterrizaron sobre los suyos para encontrarlo estudiándola, imaginándola en la chaqueta, supuso.

Se ruborizó e inclinó para que él no se diera cuenta. Él alargó su mano para tocar su oscuro cabello castaño y sacó algo de éste entre sus dedos.

—¿Y esto? —dijo él en voz baja.

Ella se encogió de hombros y se retiró.

—No sé ¿Una trenza quizás? Córtala por el honor de mi familia, al estilo Mulan.

Sus labios se torcieron.

—La trenza está bien. Pero escóndela dentro de tu camisa. No querrás que él tenga por dónde asirte.

Ella se cruzo de brazos de forma protectora.

—Esto es una mala idea ¿Qué pasa si me congelo? Podría estar muerta antes de que llegues. O papá, antes de que él llegue ahí.

—No va a suceder. Voy a estar allí. —Su too era imperioso. Sacudió la cabeza hacia ella, los tormentos ojos grises viéndose ligeramente torturados. Eran tan guapo.

Suspiró.

Jack había incluso logrado escapar de la nariz italiana. Su nariz era recta y refinada. Invitado se reprendió a sí misma mentalmente.

Jack moriría para protegerla y el sólo pensar en ello hacía a sus rodillas temblar tanto de miedo como de lujuria.

—Sé que lo de mirar en verdad te pone, pero no hace que mi miedo a la muerte sea menor —dijo de mal humor, irritada por su atracción por él, cuando era parcialmente responsable de lo pasaría esa noche.

Su sonrisa era genuina.

—Culo inteligente. Quizá lo deje morderte.

—Quizá él ni siquiera esté allí. —Su tono de voz era de esperanza.

Sus ojos se encontraron con los suyos de nuevo.

—Él va estar allí. Prepárate para eso. No te vas a librar. Harás el trabajo, sin vacilación ¿Correcto?

Pasó un momento y ella comenzó a pensar en las cosas que podrían salir mal. Como si él pudiera leer su mente, trató de distraerla, golpeando ligeramente su puño en dirección a su estómago, ella lo bloqueó automáticamente.

—¿Cual es tu plan? —Él estaba intentando ser positivo.

—Papá y yo hablamos al respecto. Voy a tenderle una emboscada. Hemos eliminado las farolas alrededor de su casa. No es demasiado evidente, sin embargo. Él no debería sospechar. Me voy a esconder detrás del arbusto de hortensias frente su casa. Dispararé a través de él, intentando darle en el pecho, sin nada de mano a mano. Suponiendo que no consiga mi Money shot de inmediato...

—Diferente terminología, por favor —dijo Jack con voz ahogada ¿Se reía o estaba horrorizado? En realidad, ambas eran correctas.

—Me gusta Money shot. Si papá me va enviar allí a morir, entonces haré esto lo más incómodo posible para todos.

Jack le frunció el ceño y prosiguió.

—De acuerdo, le disparas, el continua su camino ¿Y entonces qué?

—Aquí es donde viene lo inteligente. Construí un dispositivo de arco y flecha y todo lo que él tiene que hacer es presionar la trampa con el cable y le disparará en la espalda. Asumiendo que él no cocine sus galletas... ¡Voy a darle un rodillazo en las gónadas y apuñalarlo en el corazón! —Ella dio un rodillazo a un atacante invisible, entonces le sonrió.

—Bueno, me has asustado lo suficiente para creerlo. De acuerdo, es bueno, sólido. Tienes opciones en caso de contingencia ¿Tienes la pastilla de cianuro?

No era realmente cianuro, pero así era como lo llamaban. Se trataba de una pequeña bola de plata que se desintegraría en trozos afilados al impacto. Ella una vez había visto un vampiro estallar en llamas al ser golpeado con la plata.

Sería un último esfuerzo para salvarse. Si contaba con ello para salvarla, estaba muerta. El terror ondulaba a través de su cuerpo, dejándola fría.

Los labios de Jack se volvieron una linea firme, su cuerpo entero repentinamente tenso. Ella levantó una mano, no queriendo que dijera nada de su repentino miedo y aparente obviedad.

Necesitaba mantener una conversación ligera.

Él lo entendió, ajustó su postura y deslizó una mano de apoyo sobre su rostro.

—Correcto. ¿Dónde la vas a poner?

—¿Un bolsillo? —dijo con esperanza.

—Oh, lo siento, eso es un error de novata. ¿Cómo vas alcanzarla en tu bolsillo cuando un molesto y hambriento vampiro está a punto de rasgarte la garganta? —Su tono era juguetón y agradeció el esfuerzo que hacía por ella.

—¿Qué sugiere su alteza?

Él se encogió de hombros.

—La ataría a tu muñeca. Así podrías simplemente aplastarla contra su rostro.

Eso hizo sobresaltar su corazón. Se podía imaginar a sí misma quedando atrapada bajo un vampiro e intentando aplastar la estúpida bola contra un lado de su cabeza antes que él la matara.

Oh, Dios, ella iba a vomitar.

Jack le entregó un pequeño brazalete con una pequeña ventosa en él similar a una copa en la cual pudiese yacer la bola.


—¿Esto funciona? No quiero ser tu tonta de prueba.

—Sí, lo hace. Lo probé hace dos semanas.

Quería hacer preguntas ¿Lo había utilizado en un vampiro real? ¿Se había vuelto la cosa tan peludas y peligrosas, y la pelea había llegado al mano a mano? Pero no lo hizo. Él no le decía cosas como esa y ella no preguntaba.

—De acuerdo, me alistaré. Vete antes de que comience la desnudez.

Jack salió de forma rápida, dándole a la puerta a la puerta asegurándose de que estaba cerrada.

Después de vestirse, Invitado se tendió en su cama. El nerviosismo le hizo sentir náuseas, casi como si tuviera dos corazones latiendo frenéticamente en su pecho, en lugar de uno.

Se preguntó si Justin estaría allí esta noche. No, ¿Por qué habría de estarlo? Sólo lo había visto una vez, a pesar de que le había tomado meses sentir que no estaba siendo observada. A veces, tenía la sensación de que él estaba cerca. Como si sólo al darse la vuelta lo suficientemente rápido, lo vería.

¿Sí él estaba allí, la ayudaría de nuevo? Había dicho que quería protegerla ¿Cuantas noches de insomnio le había causado esa sola línea?

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Miró el reloj. Hora de irse. Al fondo de las escaleras se dio cuenta de que la casa estaba muy tranquila y de que no había oído a su padre volver a casa.

—¿Dónde está papá?

Jack se estremeció.

—Él no puede hacerlo.

—Bueno, habrán más vampiros en otra ocasión. Buena seguridad laboral, pero beneficios de mierda en el negocio de los vampiros. —Se dio la vuelta, lista para subir al piso de arriba y quitarse el traje negro de ataque.

—Él quiere que vayamos de todos modos.

El aire se precipitó fuera de sus pulmones, haciendo sus palabras un poco tambaleantes.

—¿Él me va a enviar a esto sola?

Jack se le acercó. Iba vestido con unos pantalones cargo también. Un cuello de tortuga con un cuchillo en una vaina y una funda de pistola también. Unas muy reales operaciones encubiertas.

—Voy a estar allí. No voy a dejar que nada te pase.

Sabía que jack trataría de salvarla y que por lo tanto podrían morir los dos esa noche. Lo mataría no poder salvarla. Incluso so había sido pequeño, se culpaba por la muerte de sus padres.

Sintió que la rápida ira y tristeza por su padre se derretía, convirtiéndose a los más familiares sentimientos de traición y desconcierto. En cierto modo, había sabido que su padre no iba a estar aquí. Cancelen el premio para el "padre del año".

Se subieron al auto y Jack condujo. Era un conductor muy prudente. Igual que una viejecilla dama italiana. Mientras otros chicos conducían a cien kilómetros por hora, Jack no quería invitar a más riesgos en su vida de los que tuviera que hacer.

Se estacionaron en la calle de la guarida del vampiro. En este caso se trataba de una casa. Una que verdaderamente había visto días mejores. Tenía una puerta metálica que colgaba por salvar su vida y pintura que había abandonado la lucha, despegándose de las paredes y cayendo hasta su último aliento en escamosos trozos.

La mayoría de las plantas también estaban muertas. Sin embargo unas abundantes hortensias y algunos feos arbustos seguían batallando por sobrevivir.

Podía fácilmente morir aquí.

Mierda.

El vampiro que la habitaba o era un completo perdedor o realmente le gustaba la imagen de monstruo. En realidad, si no podía ser un vampiro rico, entonces era un idiota.

Los vampiros tenían siglos para hacerse ricos. Eran fuertes y silenciosos. Podrían recurrir al robo, robar a sus víctimas, pero este sujeto no parecía haberlo hecho funcionar. Tener que hacerse cargo de un vampiro perdedor la haría más fácil... ¿cierto?

Quizá fuera un novato.

—¿Qué sabemos acerca de él?

—No mucho. Llegó a la ciudad hace un par de semanas. Fue a una discoteca y mató a una chica en el baño. Ella murió por la pérdida de sangre, obviamente. Lo encontraron en la cinta de seguridad. Gilbert nos envió la información. —Gilbert Arthur era un cazador en Australia que siempre parecía saber lo que estaba sucediendo.

Era extraño. Pero la información siempre era buena. Bueno, a veces el vampiro se había ido para el momento en que llegaban o los detalles eran difusos, pero siempre tenía razón sobre el ataque y la ubicación de por donde el vampiro había pasado.

Invitado suspiró.

—¿Qué hizo Gilbert para evitar que la policía arrestara a este sujeto?


—Ah, eso sería la cinta de seguridad pérdida.

Ella estalló.

—¡Gilbert está en Australia! ¿Por qué tiene la cinta? ¿Cómo la consiguió? ¿Por qué sabe estas cosas? ¿No deberíamos ser nosotros los que más saben? No, tú. Deberías ser el que más sabe. —Esta no era su lucha. Ella iba a la universidad.

Su futuro involucraba cerveza y noches de desvelo. Sin duda en ese orden.

—Ignoré el pronombre. Nadie sabe de donde consigue su información. —Jack dijo eso cuidadosamente, como si hubiera descubierto sobre Gilbert Arthur y su misteriosa información un montón. —Como sea, este tipo... —Jack señaló hacia la casa—, está inactivo por enfermedad, pero hoy estuvo husmeando en el campo de juegos. Así que fin del juego. Tú papa no quiere arriesgarse esperando hasta que regrese. Y esto debería ser fácil. Es pobre por el amor de Dios. ¿Qué clase de vampiro decente viviría en un basurero como este? Honestamente. —Su voz sonaba disgustada y ella sabía que estaba intentando hacerla reír.

Era algo que hacían durante las emboscadas. Cuando no quería que la dejara sola en casa todo el tiempo. Así que a veces iba. Especialmente sí sabía que no habría ninguna oportunidad de que encontrar un vampiro. Jack sólo la invitaba si sabía que era seguro.

Ella haría chocolate caliente, traería palomitas sobre la escuela, música, televisión, la vida. Jugarían veinte preguntas. Le gustaban esas noches.

Siempre se burlaban del vampiro en cuestión. usualmente era entretenido, pero no funcionó esta vez, no ahora que iba ser la que iba estar luchando.

Jack intentó tomar su mano, confortarla, pero ella la quitó con enojo. Abrió la puerta, luego el maletero y agarró sus cosas.

Revisando atentamente entre los árboles y las casas, Invitado buscó algún destello de dorado. Buscando a Justin.

Jack salió y la esperó, el sonido de su puerta cerrándose, interrumpiendo sus pensamientos. Él se quedaría escondido del otro lado del campo. Escondido en las sombras, solo por si acaso.

Jack desapareció en las sombras mientras ella rápidamente preparaba su trampa y se colocaba detrás de los arbustos, pétalos secos cayendo a su alrededor como nieve.

¿Cuchillos? Revisado. ¿Píldora? Revisado. ¿Arma? ¡Definitivamente revisado!

De acuerdo. Estaba lista para seguir adelante. Invitado se imaginaba la pelea una y otra vez. Las diferentes maneras en las que podía desarrollarse y las distintas formas en las que podía morir.

Invitado se agachó detrás de las hortensias y esperó. Veinte minutos es mucho tiempo para estar asustada y de verdad tengo que orinar.

Finalmente hubo un movimiento. Un hombre estaba caminando por la oscura calle, apareciendo y desapareciendo mientras pasaba por debajo de los postes de alumbrado de la calle. Podía ser un peatón normal, saliendo por una caminata. O no.

El tipo se movía muy suavemente, su estómago se tambaleó. Los vampiros no tenían ni cojeras, ni problemas para caminar. Los tendones no eran un problema y eso les hacía tener un andar elegante. No era algo que mayoría de las personas notaría. Pero para ella, era un indicio.

Él venía hacia la casa, y un auto pasó, Las luces capturaron sus ojos, y estos destellaron un monstruoso brillo. Sip. Este era el tipo.

Ella sintió el arma en su mano, asegurándose de que el seguro estuviera apagado, entonces inhaló y exhaló lentamente. Lento y silenciosamente.
Excepto por el deseo de huir gritando, estaba quieta y calmada. Él se volteó en el portón.

Tres pasos, bastardo.

Él caminó hacia delante, y ella apuntó con su arma. Era buena, muy certera por todas esa salidas y viajes de caza a las que su padre la había llevado, pero esto era diferente.

Podría arruinarlo tanto, que incluso la vida de Jack correría peligro.
Su mano comenzó a ceder ante el pensamiento, pero él se estaba acercando al cable detonador de la trampa. Era alto. ¿Por qué habría creído que sería más bajo? Se veía tímido y como si pudiera trabajar en una biblioteca.

Los vampiros deberían ser aterradores. Eso debería ser un requisito. Verse normal, era una ventaja injusta.

Invitado se obligó a sí misma a calmarse, volviendo a imaginar lo que se había sentido cuando Justin la había echo sentir tan inquieta y tan completamente carente de emociones.

El vampiro dio un paso dentro de la trampa y una flecha con punta plateada le cortó el aire, clavándose en sus costillas. Él se giró para encontrar la fuente del arma, simultáneamente sacando la flecha de su cuerpo.

La punta de la flecha se quedo clavada en su interior, justo como se suponía que lo hiciera, y una espiral de humo se levantó de su pecho donde la plata lo quemaba.

Pero no lo iba a matar.

¡Mierda! Solo hirió la carne. Si tan solo él hubiera estado tres pasos más atrás.

Invitado posicionó el arma y tiró del gatillo. Las balas estaban echas de madera y el arma tenía un silenciador. La planta se sacudió mientras la bala la atravesaba. Le dio en la espalda y él se volvió a girar, enfrentándola.

Tosió, sangre negra demarrándose de su boca como vomito. Le había dado a un pulmón.

Volvió a disparar y él cayó de rodillas.

Disparó de nuevo, sabiendo que esta sería la que lo liquidaría, pero el arma se atascó.

¡Por supuesto! Escribe eso en mi tumba, "Podría haberlo hecho, pero la Smith and Wesson se lo impidió"

Empuñó su cuchillo y corrió hacia él actuando por instinto, no queriendo darle tiempo para regenerarse.

Un húmedo rugido salió de su garganta mientras él intentaba agarrarla.

Invitado se agachó e intentó llegar por debajo de sus brazos, y apuñalarlo en el pecho, pero era rápido. Invitado intentó acomodarse y fue por su muslo. La arteria femoral era más difícil de encontrar, pero estaba comenzando a confundirse y a entrar en pánico, y sentía como si se estuviera quedando sin opciones. Tenía que terminar esto ahora, no había tiempo para ser paciente o pensar.

Él la agarró sosteniéndola por su camisa, sacudiéndola como una muñeca de trapo, antes de aventarla a muchos metros de distancia.

—Cerca de la puerta de enfrente. La manera más fácil de comerte, mi querida.

Motas de pintura y polvo se levantaron alrededor de ella en una brisa obstruida.

Invitado estaba paralizada, su falsa calma se fue, remplazada por violentos recuerdos, aturdida por el doloroso aterrizaje.

Sus pulmones necesitaban aire, pero aún no podía respirar. Necesitaba el cuchillo, pero sus músculos estaban temblorosos y lentos para responder.

¿Dónde está Jack?

El vampiro se abalanzó contra ella, lanzando todo su peso encima, golpeando su cabeza contra el piso. Se sentía como si fuegos artificiales hubieran explotado sobre su cabeza.

¡Su muñeca!

Golpeó su brazo en el rostro de él, y la bola explotó. Su piel chisporroteaba, fragmentos de la plata incrustándose en su piel.

Él gritó y rodó fuera de ella, sus manos cubriendo su rostro. Ella agarró la estaca de su cinturón y se lanzó hacia delante, sosteniendo fuertemente la estaca con ambas manos, apuñalando en el pecho con todas sus fuerzas.


No fue lo suficientemente profundo.

Recordó la última vez que había echo esto, con Justin sosteniendo al otro vampiro. Invitado había creído que esto sería sencillo, que sería más fuerte ahora que era mayor, pero aún era demasiado débil.

La madera se aferró a su carne, no como si pudiera salirse limpiamente de un tirón, sino como si se hubiera fundido dentro de su cuerpo. La sangre salió de él brotando en sincronización con los latidos del corazón, escurriéndose alrededor de la estaca.

¡Tan cerca!

Invitado fue por el mismo agujero, clavándolo hacia abajo con todas sus fuerzas, gritando con furia. Él explotó.

Cerró los ojos e intentó no respirar cenizas de vampiro. Todo había desaparecido, excepto algunos fragmentos de hueso. Había sido más viejo de lo que habían pensado. Los verdaderamente viejos, no dejaban nada detrás. En su estado natural ni siquiera serían polvo.

sostuvo la estaca en su mano, aun aferrándola fuertemente.

Jack corrió hacia ella, cayendo de rodillas a su lado, y dijo algo que no comprendió. Había estado tan asustada.

¡Esto fue tan horrible! Seguía reviviendo eso últimos momentos una y otra vez.

No podía ni siquiera explicarle lo traicionada que se sentía.

—Creí que estabas de mi lado. Que si podías protegerme lo harías. ¿No era ese el trato? Pero esa fue tu oportunidad y no lo hiciste. Me metiste en esto, justo como mi padre lo hubiera hecho. —Sintió como que estaba balbuceando y dejó de hablar.

Jack no la había dejado golpearlo, pero había agarrado sus muñecas, sosteniéndola tan sueltamente como podía mientras ella lo insultaba e intentaba golpearlo. Escuchó su torrente de palabras y no sabía si tenía razón. No sabría si esto habría dañado su amistad.

¿La cambiaría esto? ¿La volvería más distante y fría de lo que ya era?

Nadie podía hacerse cargo de ella, por que siempre se movía muy rápido por la vida.

Ella era toda velocidad, fuego, paredes y espinas para mantener alejada a la gente. Su atención y su afectos eran armas. Al menos ellos estaban para él.

Jack se aclaró la garganta, incapaz de hablar la primera vez que lo intentó. Aún sostenía sus manos, sin pensar soltarla.

¿Realmente tenía que cargar con un asesinato para el resto de su vida?


Invitado intentó soltarse de él, tirando sus manos de las de él.

Su cuerpo se desplomó como si fuera un perro apaleado y una lágrima aterrizó en su cuello. La sostuvo más fuerte.

—¡No, no es así! ¿Por qué no habrías de hacerlo? Yo lo hago. Tu padre lo hace. He renunciado a todo por ti y por tu padre. Se suponía que seríamos un equipo, pero no lo somos. Somos yo y tu padre, mientras pretendes que nada sucede. ¿Como puedes vivir contigo misma? Viéndonos salir sin saber si vamos a regresar. ¡Pero lo haces! Nos dejas salir, mientras sales de compras, tienes citas y te diviertes. ¡No somos normales! Ni tú no yo. Ese era el trato Invitado.

Ella lloraba enserio ahora. Mientras él había estado hablándole se había quedado quieta, dejándolo sostener sus puños cerrados. Ahora sus manos se relajaron, entrelazando sus dedos con los de él. El peso de su cuerpo, finalmente penetró los pensamientos de él. Estaba a horcajadas, sentada sobre él, y quería empujarse hacia arriba y acercarse a ella.

Ella murmuró:

—No, no puedo hacer eso. No me quedaré a vivir una vida de muerte, esperando a que tú regreses a casa en una bolsa para cadáveres o algo peor. No quiero estar muerta dentro de 5 años o menos. no puedo pasar mi vida temiendo por ti. —Las palabras fueron profundas y sin pasión. Sus ojos trabados con los de él, como si fuera una vampiro intentando capturar su mirada y obligarlo hacer su voluntad—. En el segundo en el que pueda salir de aquí, lo haré. —Dejó sus manos ir se empujó lejos de él, poniéndose de pie, y dirigiéndose al auto.

Jack se paró y recogió todas sus cosas, entonces entró en la casa para ver si podía encontrar alguna información sobre la razón por la que el vampiro estaba aquí, desesperadamente intentando no pensar en lo que acaba de suceder.

¡Oh por Dios! He sido la escritora más mala. Me he ido sin más, sin decirles el por qué: durante todo estos meses he estado viajando con mi hermano y, sin oportunidad de entrar al foro ya que mi laptop se dañó. Murió. Paso a la historia.
Todavía estoy viajando pero ya solucioné para subir capítulos; He echo una apuesta con el recepcionista del hotel (sin preguntas, please), y pues, ¿adivinen quién ganó? Yep ¡Yo! Así que subiré capítulo desde ahora.
Enserio disculpen por la tardanza.
De echo, este viaje me ha servido de un poco de inspiración y he comenzado a escribir otra novela, pero solo un bosquejo en mi cuaderno. Todo está basado en sueños que he tenido recientemente. A veces, pienso que mi mente es una sala de cine-.-' ¡Anyways! Si creo que está lista para publicar les avisaré. Claro, si están interesad@s.

Bien, sin más que decir ¡Manos a la obra!.