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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Pushing the Limits [ZM] - Terminada
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Capítulo 35
35
_____'s POV
¿Se te olvidó recogerme? —Todo dentro de mí se volvió tan duro como una roca, como si estuviera entumecido—. ¿Al igual que olvidaste recoger los huevos en la tienda o la ropa en la tintorería? ¿Como se te olvidó recoger un pedazo de cereal que cayó al suelo o una lata que se cayó de la bolsa de compras? Olvidaste recogerme.
Mi padre tironeó de su oreja y mantuvo la mirada fija en el suelo.
—Yo, eh... —Se aclaró la garganta—. Ashley tuvo su reunión de preparatoria esa noche e íbamos tarde al espectáculo de arte, te dejé en casa de tu madre para que pudieras decirle lo de la Copa del Gobernador y el tiempo se me fue.
Mis ojos se movieron entre mi padre y la Sra. Collins. El Dr. Reed se movió, pero no le hice caso. La Sra. Collins estaba inusualmente quieta, con sus ojos clavados en mí.
—¿Qué era? —exigí—. ¿El tiempo se te fue o se te olvidó recogerme?
La manzana de Adán se le agito cuando intento tragar. El caos en mi cabeza se despejo por un instante como si una bombilla se encendiera.
—Se suponía que la dejarías en la reunión, y luego vendrías a buscarme. Se suponía que iba a ser una visita corta, pero Ashley te convenció de quedarte.
Apenas asintió con la cabeza. —Lo siento, _____.
Luché contra el agujero negro en mi mente. Tenía que haber más.
—Es evidente que mamá no estaba bien, así que ¿por qué me dejaste ahí? Mejor pregunta, ¿por qué me quedé?
La Sra. Collins forzó optimismo en su voz y sonrió. —¿Por qué no vamos a mi oficina y hablamos sobre este nuevo avance? Podemos tomar una bebida. Te gusta la Coca-Cola Light, ¿verdad?
La ira me dio una audacia que sólo había soñado tener.
—Yo no voy a ninguna parte hasta que él me conteste. ¿Por qué me dejaste allí?
—Sr. Emerson, vamos a darle algo de tiempo a _____ para serenarse, mientras usted y yo tenemos una charla.
—De ninguna manera. —Di un paso hacia mi padre—. Él me va a responder.
—_____... —La Sra. Collins comenzó a protestar, pero levanté la mano para detenerla.
—¿Cree que está controlado ahora? Tendría que haberlo visto después del divorcio. No vi a mi madre durante dos años. ¿Sabe lo que era la escuela media, sin una madre? Períodos, sujetadores de entrenamiento, chicos. No tenía a nadie.
—Tenías a Ashley —dijo mi padre—. Yo no estaba manteniendo a tu madre lejos de ti. Ella sabía lo que tenía que hacer para conseguir visitas. Optó por no hacerlo.
—No —Estallé—. Tú elegiste a Ashley y arruinaste a mi madre. Pero mamá se mantuvo entera ¿no? Consiguió ayuda. Tomó sus medicamentos ¿y usted sabe lo que hizo mi padre, Sra. Collins? La trataba como a un asesino en serie. Tuvo que pasar aros de fuego con el fin de vernos. Ni una sola vez permitió la visita a menos que estuviera cien por ciento seguro de que ella era estable. Así que dime, papá, ¿por qué me dejaste allí?
—Porque tenía prisa y no comprobé como estaba ella cuando te dejé —reconoció mi padre mirándome a los ojos por primera vez y vi la verdad en ellos—. Se suponía que sólo me iría por quince minutos. Media hora como máximo.
—¿Sabías que llamé? —Porque yo lo había hecho. Vivir a través de dieciséis años los altos y bajos de mi madre me había enseñado que ella sin medicación equivalía a visitas supervisadas por adultos.
Miró de nuevo. —Sí.
La pesadez de sus palabras aplastó mi corazón. —¿Contestaste?
Mi padre metió las manos en los bolsillos y cerró los ojos.
Idiota. Yo era una idiota. Nadie me amaba. Nada de lo que pudiera hacer o decir alguna vez iba a cambiar ese hecho. Mi padre se limitaba a decir que saltara y yo preguntaba si necesitaba comprar un trampolín. Eso no era amor, eso era control. Papá eligió Ashley y Aries eligió a los infantes de marina por encima de mí. Zayn aún no me había dicho que me amaba a pesar de que yo se lo dije a él.
Solía creer que a mi padre le importaba. Después de todo se preocupaba lo suficiente como para tratar de controlar todos los aspectos de mi vida y se lo permití. Lo hice porque lo amaba y quería desesperadamente que él me quisiera a cambio. Pero estaba equivocada, tan equivocada. Ni siquiera le importa lo suficiente como para contestar el teléfono. Yo era indigna de ser amada antes de que mi madre me tocara.
Pase junto a él y saqué mis cosas de la oficina de la Sra. Collins.
—Lo siento. —Mi padre bloqueó mi camino mientras trataba de salir. No hice caso de su voz ronca, lo rodeé y salí corriendo por el pasillo. No volveré a ser controlada.
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:32 am, editado 1 vez
hopeless.
Capítulo 36
36
Zayn's POV
Debería haberme quedado. Si los papeles se hubieran invertido, ella habría esperado por mí, pero necesitaba ver a mis hermanos. Cuando ella me llamó, me gustaría haber corrido a verla.
Grandes construcciones nuevas, espaciosas casas formaban un círculo alrededor de un gran parque. El trato completo, senderos para caminar, árboles, arbustos, bancos y el más grande parque infantil en el planeta.
Dos niños salieron volando de una casa color azul de tres pisos. Mi padre la hubiera amado, arquitectura del Segundo Imperio: techo abuhardillado, tragaluces, torre cuadrada, soportes decorativos y cornisa moldurada. Me acordé de mi padre riéndose mientras me mostraba fotografías.
—Creo que es la dama y el vagabundo, Zayn —había dicho él.
Cuando los niños corrieron más cerca, reconocí la sonrisa de mamá. Los dos subieron las escaleras del gimnasio de juegos y se deslizaron por el tobogán más alto. Jacob se detuvo varias veces para ayudar a Tyler a subir los escalones.
Me bajé del coche y me senté en un banco muy lejos del patio de recreo y vi a mis hermanos reír y jugar. Por dentro me dolía. Estaban tan cerca y lo único que quería era estar con ellos. Saqué mi teléfono, recordándome a mí mismo mi propósito, demostrar que sus padres adoptivos no eran aptos.
Hablando de eso, ¿dónde demonios estaban Carrie o Joe? Jacob sólo tenía ocho años. Tyler todavía no tenía cinco años. ¿No deberían ser supervisados? Levanté el teléfono para tomar una fotografía de la situación cuando una voz me sorprendió con la guardia baja. —Un poco a la derecha. Ella está sentada en el banco bajo el arce.
La Sra. Collins se sentó en el banco junto a mí. Efectivamente, desde un banco bajo el árbol, Carrie miraba todos los movimientos de mis hermanos. Metí el teléfono en mi bolsillo.
—A tus hermanos les gusta deslizarse. Podrían pasar horas subiendo y deslizándose hacia abajo.
Nos sentamos uno al lado del otro en silencio y escuchaba a mis hermanos reírse lejos. No tenía ni idea de cómo salir de ésta. Silencio: la defensa de los culpables.
—Por lo tanto, ¿estaban los dos trabajando juntos todo este tiempo o saltaste cuando la oportunidad se te presentó?
También podría intentar la negación. —Creo que ha perdido la cabeza.
—Soy una holgazana, pero soy una holgazana organizada. Pusiste tu archivo de vuelta en el lugar equivocado. ¿Tienes alguna idea de en cuántos problemas podrías estar por esto?
Maldita sea. —¿Qué quiere saber? —Tal vez si jugaba, ella se tranquilizaría.
—¿Estaban tú y _____ trabajando juntos?
Yo nunca vendería a _____. —Siguiente.
La Sra. Collins lanzó un suspiro.
—Le prometí privacidad a _____ y ella confió en mí. No deberías haber estado cerca de esa oficina hoy.
Tragué el sentimiento de culpa por haberla dejado. —¿Ella está bien?
Tyler chilló cuando Carrie lo empujó en el columpio. La Sra. Collins se alisó el cabello. —Probablemente deberías llamarla.
Apreté mis manos ligeramente entre mis rodillas mientras me inclinaba hacia delante. —¿Qué pasó con nunca hablar de _____ conmigo?
—¿Qué puedo decir? Ha sido un mal día para todos.
Nos sentamos en silencio otra vez. Joe se detuvo en la entrada y tomó la calle hasta el parque. Tyler saltó del columpio y se lanzó a sus brazos abiertos. Me sentí como si alguien me diera un puñetazo en el estómago.
—Ellos son felices aquí, Zayn. ¿Te complace alejarlos de todo esto?
Tuve que admitirlo, era agradable aquí. Supongo que los gurús financieros realmente lo hicieron bien.
—¿Qué tienes para ofrecerles? ¿Un apartamento de dos habitaciones en un menos que deseable extremo de la ciudad? Estoy asumiendo que leíste el archivo. Ellos van a la mejor escuela privada en el condado. En el estado, en realidad. Tus dos hermanos tienen múltiples actividades extracurriculares. ¿Cómo vas a equilibrar un trabajo a tiempo completo y dos niños pequeños? ¿Cómo vas a encontrar el tiempo para hacer malabares con su horario actual? Mejor aún, ¿cómo piensas pagar todo?
Joe cubrió sus ojos con una mano y empezó a jugar al escondite con mis hermanos. Jacob se escondió en la parte superior del tobogán, mientras que Tyler se escondió detrás de Carrie en el banquillo. Cuando Joe dejó de contar, vio a Tyler de inmediato, pero fingió que no lo hizo, para el deleite de Tyler.
La Sra. Collins se inclinó en mi línea de visión.
—Hay otras opciones. Puedes ir a la universidad. Continuar la relación con _____. Convertirte en el hombre que tus padres quisieron que fueras.
Mis músculos se tensaron. —¿Qué tiene _____ que ver con esto?
—¿Alguna vez le preguntaste cuáles son sus planes para el futuro? ¿Crees que está lista para salir con un padre soltero?
Me encontré con los ojos de la Sra. Collins por primera vez. Ellos gritaban sinceridad. Juré en voz baja y volví a mirar a mis hermanos. _____. En todos mis escenarios imaginarios relacionados con mis hermanos o _____, ni una sola vez había pensado en ellos en el mismo futuro. Por separado, sí. En conjunto, no. ¿Cómo diablos podía combinar los dos?
Carrie y Joe gritaron a los chicos, haciéndoles saber que era el momento de entrar. Jacob y Tyler iban adelante. Vi como un Suburban negro se acercó a unos pocos metros de mis hermanos.
Todo mi mundo se desaceleró. Me puse de pie y comencé a correr hacia ellos mientras Jacob y Tyler estaban rígidos frente al auto en movimiento. No. Por favor, no. No ellos, también. Los frenos chillaron, un pito resonó y Jacob se envolvió alrededor de nuestro hermano menor.
Mi corazón latió una vez cuando el coche se detuvo a pulgadas de Jacob y Tyler. Carrie y Joe se abalanzaron alzándolos y se apresuraron a la casa. Mi sangre latía nerviosamente a través de todo mi cuerpo y yo sólo podía tomar respiraciones cortas.
La Sra. Collins puso una mano sobre mi brazo. —Ellos están bien, Zayn. Ellos están a salvo
Al diablo con eso.
—Van a estar más seguros conmigo.
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:33 am, editado 1 vez
hopeless.
Capítulo 37
37
_____'s POV
Mi padre me siguió a casa, corriendo dos luces rojas con el fin de mantenerme el ritmo. Sus neumáticos gritaron cuando lanzó su vehículo contra Park, la puerta estaba abierta antes de apagar el motor. — ¡_____!
Oh, ahí está el hombre que conocía. Taladrante tono de sargento, rápido como un conejo. Él podía ladrarme órdenes tanto como quería. Me había liberado de su ejército. Me agarró del brazo en el momento que se cruzó conmigo en la cocina.
Cerró la puerta detrás de él, haciendo a Ashley saltar de la mesa. Su revista sensacionalista cayó al suelo.
—¿Qué ha pasado?
Tiré mi brazo. —Te diré lo que pasó. Yo nací. Un par de años más tarde mis padres genios descubrieron que mi madre era bipolar. Mientras se esforzaba por entender su condición manipulaste tu entrada a nuestras vidas y la echaste fuera justo cuando por fin aceptó que necesitaba los medicamentos.
Ashley parpadeó y miró a mi padre para la garantía.
—Owen, ¿qué pasó?
Ella me hizo daño. Ashley puede que no hubiera cavado los cortes en mis brazos, pero era tan responsable. Mi sangre goteaba de sus manos bien cuidadas.
—¿Cuántas veces empezaste a responder tu teléfono y lo detuviste? ¿Lo sedujiste a quedarse más tarde en su reunión estúpida o le has recordado que yo no valía la pena el esfuerzo?
Su boca cayó mal en la forma de una redonda O pequeña y su lápiz de labios rojo sangre resplandecía contra su rostro pálido ahora. Repugnancia tejió a través de mí. —Dime, Ashley, cuando trajeron mi cuerpo sin sangre, sin vida a el hospital, ¿estabas aliviada cuando te dijeron que tal vez yo no pudiera hacerlo? ¿Hiciste una celebración porque por fin estaba fuera de tu vida? Después de todo, Aries estaba muerto, mi madre echada para siempre. Yo era la única cosa que queda de pie en tu camino.
Ella negó con la cabeza varias veces y una lágrima falsa individual corrió por su mejilla. —No. Siempre te he amado. Tú, Aries y a tu padre. Todo lo que quería hacer es ser tu madre.
El delgado hilo conteniendo cualquier control tan fuerte que se rompió en un parpadeó. Mis ojos se abrieron hasta el punto de amenazar con salirse de las órbitas. —Eres una...
—Basta, _____ —gritó mi padre mientras él mismo se forzó entre mí y Ashley—. Estás enojado conmigo, no con ella. Deja a Ashley fuera de esto.
Le grité—: ¿Dejarla fuera de esto? Ella está en esto. Ella es todo esto. Dime que te dijo para aceptar la llamada. ¡Dime si explicó que toda patética cosa que estaba haciendo no era más importante que tu propia hija!
No dijo nada, mientras que aumentó un músculo de su mandíbula. Yo había encontrado. La verdad. La verdad que ninguno de ellos alguna vez querían que supiera. Mi madre siempre me decía que la verdad será la que me hará libre. No me sentía libre. La traición envenenado mi sangre como un lodo negro, haciéndose cargo de todo a su paso. Los dos de ellos ya no podían ocultar sus pecados. Me acordaba y exigía la penitencia.
Mi padre estaba estoicamente inmóvil. Había matado a mi alma y buscaba su regreso.
—Mamá se vino abajo después de que tú la dejaste por la niñera. Y luego robaste la custodia de nosotros. La dejaste sin nada. Tú eras su mundo. Ella no tenía nada por lo que vivir, no había razón para tomar los medicamentos. ¡Tú dejaste su derecha cuando ella estaba poniendo su desempeño!
Sus ojos se estrecharon.
—¿Son esas palabras tuyas, _____, o las de tu madre? Tienes razón en una cosa. Yo hice todo lo posible para asegurarme de tener la custodia tuya y la de tu hermano. Contraté a los mejores abogados semanas antes y saqué a tu madre para garantizar que nunca volvería a compartir la custodia conmigo. Lo único que lamento es que permití esas visitas, y le di tiempo para vomitar esas mentiras y hacerte daño.
Mamá dijo que Aries y yo éramos un juego para él. Que él nos utilizó para hacerle daño.
—¿Quieres decir que lamentas tenerme? ¿Te arrepientes de qué me enteré de que tú tomaste a Ashley sobre todas las cosas y todos los demás? —grité tan fuerte que mi garganta se convirtió en carne viva. Cada parte de mí se estremeció y calor enrojeció mis mejillas y la parte posterior de mi cuello. ¿Alguna vez me amo? ¿Alguna vez? —¿Cómo pudiste abandonarme?
La ira se drenó de la cara de mi padre, dejándolo pálido y viejo. —Lo siento. No tienes idea de cuánto lo siento.
Aspiré y luché por contener las lágrimas antes de caer. No iba a llorar delante de él. No le daría la satisfacción de saber que me había arrancado en mil pedazos. Pero necesitaba descansar. Necesitaba que todas las voces y las pesadillas desaparecieran. No tenía a nadie ahora. Nadie. Y los maldecí por hacerme rogar por la única cosa que me daría paz unas horas.
—Quiero mis pastillas para dormir. Estoy cansada y necesito dormir. Por una noche, sólo necesito dormir.
Ashley se deslizó por el lado de mi padre, poniendo una mano en su hombro. Ni una sola vez me miró.
—Las voy a conseguir. El médico dijo que se puede desplazarse hasta diez miligramos.
—Voy a estar en mi habitación —dije, sin importarme si alguna vez volvía a hablar con mi padre otra vez.
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:33 am, editado 1 vez
hopeless.
Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada
Me encantaron los capitulos Rose:)
Como te dije, AMO la novela.
Como te dije, AMO la novela.
jungkook.
Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada
LinIsInLoveHazza escribió:Me encantaron los capitulos Rose:)
Como te dije, AMO la novela.
woohoo! nuevo capítulo AHORA!
hopeless.
Capítulo 38
38
Zayn's POV
Ayer por la noche, _____ llamó mientras estaba en el trabajo. Dejó un mensaje diciéndome que estaba tomando pastillas para dormir y que no contestaría su teléfono hasta el amanecer. Había sonado... destruida.
En el borde, la esperé en su casillero antes de la escuela, pero nunca apareció, y me dejó sentado en tecnología de los negocios, volviéndome malditamente loco. Tres mensajes. Le dejé tres mensajes. Diablos, yo no solía dejar mensajes, sin embargo, le había dejado a esta chica tres. ¿Dónde estaba?
Me quedé mirando su asiento vacío en la parte delantera, deseando que apareciera por arte de magia. El Sr. Foster parloteaba sin cesar. Cada segundo en el reloj duraba tres veces más tiempo de lo normal. Mi bolsillo derecho vibró y se me cayó el lápiz tratando de tomarlo. Tanto Harry como Danny me lanzaron una mirada en el momento en que escucharon la vibración.
Cuando registré el identificador de llamadas, el corazón me dio un vuelco. _____.
—¿Sr. Malik? —preguntó el Sr. Foster.
Maldita sea. —Sí, señor. —Dejé que mi teléfono vibrara, enviando a _____ al correo de voz.
—¿Es un teléfono celular lo que escucho?
—Sí.
Harry saltó. —Lo siento, señor. Olvidé apagar el mío esta mañana. La mirada del Sr. Foster iba de la mía a la de Harry, obviamente no lo creía, pero aún así tendió su mano hacia Harry.
—Ya conoces las reglas. Puedes recogerlo al final del día.
Harry entregó su teléfono sin decir nada más, dándome una sonrisa socarrona cuando regresó a su asiento. Asentí con agradecimiento. ¿Qué había hecho para merecer un hermano como él?
Se inclinó hacia mí una vez que el Sr. Foster continuó su aburrida conferencia. —Dile que le mando saludos.
* * *
Salí de clase, golpeando la marcación rápida en un tiempo récord. Mi corazón tartamudeó con cada tono. Maldita sea. Atiende. Su hermosa voz llenó la línea. —Soy yo. Ya sabes qué hacer.
—Me estás matando, bebé. —Colgué.
Llegué a mi casillero, tiré mis libros y comprobé el buzón de voz. Harry se paseó hasta el otro lado del pasillo y se apoyó contra la pared. Lin se unió a él segundos después, con un cigarrillo sin encender en la mano.
—¿Qué está pasando?
—_____ lo ha llamado durante período pasado y no pudo atenderla. Ahora está enojado —respondió Harry.
—No, no lo estoy —espeté. Sí, sí lo estaba. Harry se encogió de hombros mientras reprimía una sonrisa. _____ había dejado un mensaje corto, sin vida. —Hey, creo que voy a intentarlo más tarde. Te quiero.
Maldita sea, _____. Tienes que darme más que eso. Todavía quedaban el almuerzo y tres periodos más. No iba a sobrevivir. —Voy a comer algo. Nos vemos en la cafetería, chicos.
—Espera. Vamos contigo —me llamó Lin—. Voy a fumar más tarde.
No llevé nada conmigo a la cafetería, así que en lugar de dirigirme a mi mesa, fui directamente a la línea. Los amiguitos de _____ se reunían en su mesa, ajenos al hecho de que en algún lugar al otro lado de los muros de la escuela, ella estaba sufriendo. Había tomado una ración doble cuando unos ojos azules se encontraron con los míos.
Sarina escribió furiosamente en su teléfono antes de llamarme. —¡Zayn! —Su mesa entera se congeló y la miré fijamente. —¿Sarina? —preguntó Marianne dócilmente.
Sarina le envió a Marianne una mirada de muerte y se acercó a mí. Mi concepto de ella aumentó.
—¿Has hablado con _____?
—Sólo por mensajes. ¿Qué está pasando?
Sarina miró por encima de mi hombro. Seguí su mirada para ver que Louis nos miraba fijamente. Y continuó—: No lo sé. Me llamó ayer por la noche, pero estaba con Niall.
En ese preciso momento, nuestros teléfonos sonaron para notificarnos de un mensaje de texto. Simultáneamente, los sacamos y contuvimos el aliento mientras leíamos el mensaje de _____: Estoy al otro lado de la calle.
Gracias, nena, por esas cuatro palabras hermosas. Giré sobre mis talones y murmuré hacia Sarina. — Vamos a ir.
Dudé cuando Sarina siguió mirando a su teléfono.
—Ella me necesita —dijo y su teléfono sonó de nuevo—. Pero dice que está bien si no voy. —Una guerra de emociones se desataba en su rostro—. Tengo un examen en el próximo período y...
—Tú no faltas.
Se alisó el pelo. —Mira, ella me dijo que eres un gran tipo. ¿Crees que podrías sorprenderme y mantener a mi mejor amiga bien hasta que pueda salir de la escuela?
Yo podía hacerlo mejor. Podía cuidar de ella ahora y después de la escuela.
—Sí.
—Dile que la quiero, ¿de acuerdo? —dijo Sarina—. Estaré allí tan pronto como pueda.
—Si. —Esta chica realmente se preocupaba por _____—. Puedo hacer eso.
* * *
Con las ventanas abiertas, _____ se encontraba sentada en el lado del conductor del Civic Honda gris que su padre le había comprado para remplazar al Dodge Neon. Me deslicé en el coche junto a ella. Cuando estaba a punto de cortar mi motor, encendió el suyo, y me miró mientras bajaba mi ventana.
—Quiero ir a un sitio —dijo ella—, pero no quiero ir sola. Siento haberte pedido que vinieras.
Yo no lo sentía. —Te llevaré a donde quieras ir, nena.
Me esperaba una sonrisa, pero en lugar de eso negó con la cabeza. ¿Qué había pasado ayer que era tan grave? —¿Me seguirías? Necesito unos minutos más a solas.
—Todo lo que necesites. —Aunque anhelaba estar respirando el mismo aire que ella.
—¿Zayn? —dijo antes de que yo volviera a subir mi ventana—. Gracias por faltar a tus clases por mí. —Y finalmente, sonrió. No era una sonrisa enorme y llena de alegría, pero aún así estaba allí.
—Cualquier cosa por ti.
* * *
A mamá le habría encantado un día como ese: se notaba la calidez de la primavera y las grandes nubes eran blancas y mullidas contra un cielo completamente azul.
Odiaba ese lugar, sin importar el clima. Resthaven siempre sería ese día gris, lluvioso y húmedo en junio, con mis hermanos y yo de quedándonos bajo una poco brillante tienda hecha por nuestras manos. Tyler estrangulando mi cuello, llorando por mamá, y Jacob preguntándome si mamá y papá se mojarían, explicándome una y otra vez que mamá odiaba mojarse. Ella no lo dejaba salpicarla en la bañadera. Papá estaba de traje y se enojaría si se mojaba.
Por primera vez en mi vida, me quería morir. Me hubiera gustado estar durmiendo en mi cama y haber muerto justo al lado de mis padres, pero si hubiera estado en casa, aquello nunca habría sucedido.
Mi culpa era un nudo alrededor de mi cuello. Una carga que manejar. Y cuando me graduara, haría las cosas bien. Yo tendría a mi familia junta de nuevo.
Aparqué detrás de _____ en el jardín del este, bajo los robles imponentes. _____ había evitado el semáforo entrando en el lugar y yo no lo había hecho, dándole una ventaja. Se sentó con las piernas cruzadas en medio de la sección de cementerio, descansando la cabeza sobre sus manos juntas, mirando a una lápida de mármol blanco. Sus rizos se movían con la brisa y el sol brillaba directamente sobre ella, un ángel en medio del infierno.
Ella nunca apartó la vista de la lápida. —Gracias por hacer esto, Zayn. Sé que estar aquí es difícil para ti, también.
Difícil era una subestimación, pero sólo estaba mostrándole lo mucho que me preocupaba por ella. —¿Crees que la Sra. Collins me va a culpar por tu repentina necesidad de abandonar la escuela?
_____ abrió la boca para responder, pero, en cambio, exhaló. Lo había dicho para mejorar su estado de ánimo, pero ella se encontraba demasiado hundida como para ver la luz del día.
Me senté a su lado. Incapaz de detenerme, rastrillé una mano por los rizos que fluían por su espalda. Tocarla en ese momento era una necesidad.
Me gustó la simplicidad de la lápida: Aries Owen Emerson: hijo, hermano, Marine.
—¿Qué fue lo que recordaste?
Se frotó la barbilla contra sus manos entrelazadas. —Me dejó allí. En casa de mi madre. Lo llamé y él no respondió. Él... umm... no. —_____ bajó la cabeza.
Seguí peinando su sedoso cabello y escuchando a los pájaros cantarse unos a otros. Sus hombros nunca se sacudieron. No había lágrimas corriendo por su rostro. El peor tipo de llanto no era el que todos podían ver, el llanto en las esquinas, el desgarro en la ropa. No. Lo peor sucedía cuando su alma lloraba y no importaba lo que hiciese, no había manera de consolarla. Una sección del alma se marchitaba y se convertía en una cicatriz. Para la gente como nosotros, el alma contenía más tejido cicatricial que la vida.
Tomó algunas hojas de hierba.
—Estoy sola ahora. Aries está muerto. Mamá está Dios sabe dónde. Y mis amigos... bueno... ya sabes. Mi padre era una posibilidad remota, pero fingí que lo tenía. Traté de llegar a ser la hija que él buscaba amar, pero... —Negó con la cabeza—. Es horrible estar sola.
—Ven aquí, nena. —Y con mis palabras, _____ se inclinó hacia mí: suave, flexible, rota—. No estás sola —le susurré en su pelo mientras la acunaba en mis brazos—. No estás sola, porque me tienes a mí. —Y te amo más de lo que podrías imaginarte.
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:34 am, editado 1 vez
hopeless.
Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada
Wooooooooh! maraton :D
jajaja en cuanto pueda m actualizo dudette!
loveuu
jajaja en cuanto pueda m actualizo dudette!
loveuu
uranniousgirl
Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada
Se me ocurrio leer esto en mi momento chipi del dia
estoy que lloro... amé los capítulos! Pon los que siguen YA!!
!
estoy que lloro... amé los capítulos! Pon los que siguen YA!!
!
uranniousgirl
Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada
LinIsInLoveHazza escribió:Rose preciosa!
Me encanto el capitulo:D
Lo ame.
woohoo! ahi vienen más :)
uranniousgirl escribió:Se me ocurrio leer esto en mi momento chipi del dia
estoy que lloro... amé los capítulos! Pon los que siguen YA!!
!
YA VOY YA VOY no me regañes :(
LauraPH99 escribió:Ohh poorfa sigueela :D
wow! nueva lectora :D bienvenida nena :)
hopeless.
Capítulo 39
39
_____'s POV
Zayn se ofreció a llamar al trabajo para que pudiéramos pasar la noche juntos. Una gran parte de mí esperaba que lo hiciera. Quería quedarme en sus brazos por el resto de mi vida. Por eso, tomó cada onza de autocontrol para no saltar sobre su oferta. Sabía que él necesitaba el dinero. Por otra parte, Sarina comenzó a enviarme mensajes cada dos segundos al momento en que dejé la escuela.
—Tu papá llamó a mi mamá buscándote —dijo Sarina a mi derecha—. Ella le dijo que estabas aquí.
Nos sentamos en las masivamente amplias escaleras de su terraza trasera, con vistas al terreno detrás de su casa. Las campanas de viento tintineaban con la suave brisa, y el sol besó mis brazos desnudos.
—¿Viene a buscarme? —Tenía que saber que había faltado a la escuela.
—No, pero si le pidió a mi madre que te recordara que el toque de queda es a medianoche.
El impulso de reír sacudió mi cuerpo, y cuanto más duro intentaba mantenerlo dentro, crecía más poderoso. Finalmente, lo dejé escapar. Sarina sonrió al principio, y luego se echó a reír conmigo.
—¿Qué es tan gracioso?
Respiré hondo y me limpié los ojos. —Mi padre me dejó por muerta y tengo un maldito toque de queda.
Sarina se rió. —Eso es un poco gracioso. —Suspiró—. ¿Qué vas a hacer?
—No lo sé. —Y no lo hacía. La sola idea de ir a casa rechinando en mis nervios como papel de lija—. ¿Sabes lo que sé?
—¿Qué?
Extendí mis brazos. —Extraño la sensación del sol en mi piel. Sólo por curiosidad, ¿cómo reaccionarías si llevara camisetas de manga corta a la escuela?
La boca de Sarina se torció hacia arriba. —No hay diferencia si llevas camisetas de manga larga.
—Marianne tendría un infarto.
—Marianne se puede ir al infierno. —El arrebato inusual de ira de Sarina me sorprendió—. Tenemos dos meses hasta la graduación. Puedes vivir la vida para complacer a los demás o para ti misma. Ven el próximo otoño, voy a estar viviendo a lo grande en la Universidad de Florida y olvidando que alguna vez hice amistad con gente como Marianne. He tomado mi decisión. ¿Cuál es la tuya?
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:34 am, editado 1 vez
hopeless.
Capítulo 40
40
Zayn's POV
Tan pronto como terminé de ducharme, planeé llamar a _____ y luego dirigirme donde Liam y quedarme por el resto de la fiesta. A las once, _____ fácilmente seguiría despierta. Con suerte,
Sarina habría ayudado a disminuir el impacto de su nuevo recuerdo. No debí ir a trabajar. Debí quedarme con ella. Hombre, era un idiota. Se lo compensaría mañana.
Hace tres años, me imaginé gastando mi último año eligiendo en que Universidad jugaría al baloncesto, no negociando mi salario y beneficios para convertirme en el gerente diurno del Malt and Burger. Pero, ¿cómo podría discutir un salario, seguro médico y horas estables? No podía robar un banco, pero podría permitirme algo pequeño y decente para mí y mis hermanos. Tenía una enorme lista de cosas que preferiría hacer en vez de voltear hamburguesas. Voltear hamburguesas y enseñarles cómo hacerlo: mi maldito sueño hecho realidad.
El agua caliente lavó la grasa de mi turno. Buscar un apartamento sería lo siguiente: con dos habitaciones, o tal vez una. Podía dormir en el sofá y darles a mis hermanos la habitación. De cualquier forma, mi apartamento requeriría de una buena ducha y mucha agua hirviendo para eliminar el hastío de las hamburguesas volteadas.
Diez minutos después, el agua caliente se desvaneció, dejando sólo vapor. La niebla se arrastró dentro del cuarto de baño y dentro de mi cerebro. ¿Qué estoy haciendo? Mi madre me había llevado a su oficina en el campus al menos una vez al mes.
—La universidad es necesaria, incluso si eres un militar atado. La universidad es lo primero, luego decides tu futuro —manifestó su suave voz.
Limpié el espejo y vi los ojos de mi madre mirándome fijamente. —No me dijiste que diablos hacer si morían.
Las gotas de agua colgaban en el aire pesado y húmedo, y en mi cuerpo. La calefacción en el sótano resonó varias veces antes de reaccionar, enviando aire fresco a través de la abertura en el suelo. Me quedé de pie mirando fijamente, esperando su respuesta.
—¿Zayn?
Una voz bienvenida —no la de mi madre, pero bienvenida igualmente: _____. Una sonrisa se dibujó en mi rostro. Esto era demasiado bueno. Yo en una toalla, solo en casa con mi ninfa. Salí del baño.
—Qué tal, nena.
_____ se asomó por la esquina y sus rizos rebotaron cuando rápidamente volvió su cabeza hacia la dirección opuesta. —Oh, Dios, lo siento tanto. Esperaré fuera o algo así hasta que tú... Um... Ya sabes, te vistas.
Caminé hasta la sala detrás de ella, pasando mi mano por su espalda.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Se les acabaron los chismes a Sarina y a ti?
—Yo, um, tomé una decisión. ¿Puedes ponerte algo de ropa? —Acercándote a tu toque de queda, ¿no? Se encogió de hombros y evitó mirar en mi dirección. —Ven aquí. —Tomé su mano y la guié hacia el sótano.
—No, en serio, Zayn —dijo. —Esperaré hasta que estés vestido.
¿Y perderme el rubor arrastrándose a través de su rostro? De ninguna manera.
—Date la vuelta si quieres, pero no me importa si miras. —Solté su mano cuando llegamos al final de las escaleras y caminé hacia mi cesta de ropa, tomando un par de jeans—. Date la vuelta ahora. O no. — Miré sobre mi hombro. _____ me daba la espalda y cubría sus ojos. Me reí—. ¿Qué está pasando, nena? No eres de las que rompe las reglas.
—No tengo ganas de volver a casa. Por lo menos no aún.
Cerré la cremallera. —Ya puedes mirar.
_____ se dio la vuelta y sus ardientes ojos color zafirio viajaron hasta mi pecho desnudo. Se lamió los labios y se centró rápidamente en doblar una manta que Lin había dejado en el sofá.
—Todavía estás mojado. Me deseaba, sólo que no tanto como cada palpitante músculo de mi cuerpo la deseaba a ella. Detrás del hambre en sus ojos se posaba un dolor silencioso. _____ colocó la manta perfectamente doblada en el sofá y la alisó varias veces, insistiendo en la búsqueda de la perfección en un mundo en donde ésta no existía.
—Si no quieres ir a casa, ¿qué quieres hacer? —pregunté, sentándome en la cama.
_____ se dejó caer en el sofá, envolviendo los brazos a su alrededor.
—Sarina dijo que podía quedarme esta noche con ella, pero Niall terminó llegando... —Su tono indicaba que preferiría clavarse las uñas en la frente que regresar a eso.
—Los padres de Liam están fuera de la ciudad. Lin y Harry ya están allí y planean quedarse toda la noche. —No necesitaba mencionar la cantidad de marihuana que Lin llevó consigo.
A penas escuché su suave comentario de “Yay”, pero sus manos animadas de forma sarcástica fueron difíciles de ignorar.
—Él específicamente llamó y preguntó si te llevaría. —Y esa sería la razón por la que nunca le mencionaría la fiesta a _____. Chico casero o no, era demasiado amistoso con mi chica. Pero si estar con otro gurú del arte la hacía sonreír, la llevaría.
—Podemos... —Su rodilla rebotó—. ¿Podemos quedarnos?
—Sí.
Se estiró las mangas y se quedó mirando el suelo. Por lo menos ya no usaba los guantes cerca de mí. Podía pensar en muchas cosas que hacer con _____ solos en casa. Diablos, había fantaseado con momentos como este, pero maldita sea si no me hacía querer ser un hombre mejor. — ¿Quieres hacer algo normal?
Un curioso destello cruzó su rostro. —¿Quieres estudiar?
—Hay otras cosas normales. —Discretamente reajusté mis jeans, tomé el control remoto, y me uní a _____ en el sofá atrayendo su esbelto cuerpo junto al mío. Me gustaba la sensación de ella fundiéndose conmigo mientras buscaba un canal prometedor—. Incluso haré palomitas.
A lo largo de la película nos movimos para comer palomitas, todo cambió de sentirse cómodo a incómodo; una torpe danza para retener mis manos y partes de las familiares, y no tan familiares, áreas del divino cuerpo de _____. Era capaz de ser un caballero durante la película, por lo menos. Los créditos aparecieron y mi mano izquierda, que había colocado detrás de mi cabeza para evitar su vientre tentador, hormigueó entumecida.
Mi paciencia finalmente se terminó. —Esto es ridículo. —La tomé y la alcé sobre mi hombro, sus pies desnudos colgando frente a mí.
Una risa tintineante llenó la habitación. —¿Qué estás haciendo?
La arrojé sobre la cama. Las ondas de su cabello se extendieron sobre la almohada.
Mi sirena me sonrió.
—Poniéndonos cómodos —dije.
_____ parpadeó y hambre pura remplazó la risa que bailaba en sus ojos momentos antes. Sus delicados dedos se deslizaron por mi brazo, excitando cada célula. —No luces muy cómodo. —El sensual tono causó que algo muy dentro de mí se moviera.
Tragué saliva, tratando de alejar el inesperado aleteo de nervios en mi estómago. —_____...
Mi corazón se llenó, haciendo que mi pecho doliera, y respirar se volvió casi imposible. Paralizado por su belleza, me cerní sobre ella. No era una ninfa, era una diosa.
Sus manos continuaron quemando al subir por mi brazo y sobre mi pecho. Movimientos audaces para ella. Su pecho subía y bajaba a un ritmo más rápido.
—Quiero quedarme contigo esta noche.
Contuve el aliento mientras sus dedos se arrastraban por las hendiduras de los músculos de mi torso y la alentaban a continuar mientras hacia un lento descenso. Acariciando el tibio enrojecimiento que se formaba en su mejilla, me hundí en la cama.
—¿Estás segura? —Sí. —¿Qué hay de tu padre? Susurró—: Ya me encargaré de él.
Suaves manos se tejieron entre mi cabello, guiando mi cabeza hacia la suya. Aspiré su delicioso y cálido perfume: rollos de canela, directamente salidos del horno. El primer contacto con sus labios no me decepcionó. Dulce azúcar jugó con mi lengua, aumentando mi consciencia de lo que _____ me ofrecía.
Esta chica era dueña de mi alma y me robó el corazón. Se había abierto a mí, dándome amor y nunca pidió nada a cambio. Profundicé nuestro beso, las palabras te amo atrapadas en mi mente.
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:34 am, editado 1 vez
hopeless.
Capítulo 41
41
_____'s POV
Zayn trazó una línea de ardientes besos a lo largo de mi nuca y mi cuello, confundiendo mi cerebro. Parte de mí le respondió, se aferró a él, lo abrazó con más fuerza a mí. La otra parte se congeló de miedo, absolutamente aterrorizada de lo desconocido, horrorizada de decepcionarle.
—Dime qué hacer.
Su cálido aliento me hacía cosquillas en la oreja. —Relájate.
Pero contra mi voluntad, mis músculos hicieron exactamente lo contrario. Debajo del toque típicamente acogedor de Zayn, me encontraba rígida. —Por favor, Zayn, no quiero hacer esto mal. Dime cómo hacerte sentir bien.
Se movió para que su cuerpo descansara al lado del mío, su pierna y brazo todavía me cubrían. Me sentí pequeña bajo su calidez y fuerza. Sus ojos marrón chocolate se suavizaron.
—Estar contigo se siente bien. Tocarte... —Acomodo un rizo detrás de mí oreja—, se siente bien. Nunca he deseado nadie como te deseo. No hay nada que puedas hacer mal cuando sólo con respirar haces que todo esté bien.
Quería creerle, pero Zayn era experimentado y yo... no lo era. Podría estar intentando hacerme sentir mejor, pero aburrido con mi falta de conocimiento.
Su mano enmarcó mi cara y su tono bordeaba con ronca autoridad. —Te deseo, pero sólo si tú quieres.
—Duele la primera vez. Mis amigas, todas me dijeron. —Y la segunda y la tercera, y con el tiempo, a veces, no duele—. Y debo decirte, que estoy en control de la natalidad. Así que... sabes... Estoy protegida de... — Bebés—. Cosas. Pero deberías usar algo también... porque...
La sonrisa malvada que me encantaba se extendió por su rostro. Sus labios tocaron los míos, dibujando con ternura una respuesta.
—Relájate y yo me encargo de todo.
Le devolví el beso, permitiendo que mis brazos se enrollaran a su alrededor. Sus dedos suavemente masajeaban mi cuello, liberando la tensión, borrando mi inquietud. El beso se convirtió en una droga que ansiaba más con cada toque. Nuestros cuerpos entrelazados tan estrechamente entre sí, que no tenía ni idea de donde empezaba yo y terminaba él.
Zayn se sentía fuerte, caliente, musculoso y seguro y olía, oh, Dios, delicioso. No podía dejar de besarle si mi vida dependiera de ello: sus labios, su cuello, su pecho y Zayn parecía tan hambriento como yo. Rodamos y nos tocamos mientras nos despojamos de la ropa no deseada. Gemí y gimió y mi mente, alma y cuerpo se encontraban en el borde del puro éxtasis.
Y esperé. Esperé por ese momento de pausa para la protección y luego, el ardiente dolor que mis amigas me habían descrito, pero Zayn nunca se detuvo y el dolor nunca llegó, ni siquiera cuando susurré su nombre y alabé a Dios varias veces seguidas. Ambos jadeamos por aire mientras suavemente nos besábamos y luché por comprender que aún era virgen.
Se movió fuera de mí y me tiró cerca de él. Mi cuerpo entero se encontraba perezosamente cálido, feliz y satisfecho. Escuché los latidos de su corazón y cerré los ojos, disfrutando del relajante tirón de su mano en mi cabello.
—Zayn —susurré—. Pensé...
—Que íbamos a hacer el amor. —Alzo mi barbilla, obligándome a mirarlo. —Tenemos siempre para trabajar en eso _____. Vamos a disfrutar de cada paso del camino. Mi mente viajó de un lado a otro. Principalmente enfocado en su corazón, su tacto y la palabra más dulce que nunca había oído: siempre.
Un claro pensamiento forzó a mis ojos a abrirse nuevamente. —Estás poniéndome a dormir.
—¿Y? —preguntó un poco demasiado inocentemente.
Tragué saliva. —Voy a tener pesadillas. —Entonces tendremos una excusa para hacerlo otra vez.
Última edición por RoseFletcher el Sáb 23 Mar 2013, 2:43 am, editado 2 veces
hopeless.
Re: Pushing the Limits [ZM] - Terminada
chicas coquetas! les dejé tres capítulos :) espero los disfruten tanto como yo. encantada de complacerlas y por último: FELIZ DIA INTERNACIONAL DE LA MUJER! las amo
xx
xx
hopeless.
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