Make you Believe |Harry Styles & Tu| Parte 1. Terminada

Se lo han ganado, puro por que las quiero mucho les subiré el segundo capítulo ya que tenía pensado subirlo mañana o el viernes.
Déjenme editarlo y se los subo :)

-Acabo de llegar y me dejarás solito – me hizo puchero Louis desde el marco de mi puerta

- Vamos Louis – le sonreí a través del espejo mientras me arreglaba un poco el pelo – volveré a las diez tal como te lo prometí.

- ¿Ha ido todo bien con Stefan? Digo la ultima vez que hablamos me dijiste que habían discutido – entro a mi habitación y se sentó en la cama mientras yo revoloteaba de un lado al otro arreglándome para mi salida con mi novio.

- Ya lo hemos solucionado – le sonreí para tranquilizarlo – Stefan es un poco impulsivo y solemos chocar en algunas opiniones, pero logramos solucionarlo.

- Me alegro, no dejes que jamás te pase a llevar ¿Si? – me pidió con su mirada celestina

- Claro que no Lou – le sonreí segura

Louis me siguió haciendo compañía mientras yo iba de un lado al otro dentro de la habitación, ordenando la ropa que sacaba del closet y que tiraba a cualquier parte de la pieza por que no sabía que ponerme. Finalmente me decidí por unos jeans un poco ajustados color oscuros y sobre esto una polera blanca con letras en negro que decían “Rock me”, regalo de Louis. Mi pelo tirado hacia un lado, y unos colgantes adornaban mis orejas.

-¿Cómo me veo? – le pregunte a mi hermana cuando llegamos al piso de abajo junto con Louis

- Linda, como siempre – me dio una pequeña sonrisa

- Iré a dejarla afuera – comento Louis a Eleanor mientras cerraba la puerta del departamento. Bajamos tranquilamente por el ascensor, y llegamos al lobby dónde estaba Stefan esperándome. Unos jeans oscuros y una camisa a cuadros adornaban su cuerpo, en cuanto me vio me dio una gran sonrisa.

- Hola linda – me saludó el depositando un corto beso en mis labios

- Hola – le sonreí tímidamente, en eso sentí una toz algo fingida por detrás de mí, Louis.

- Que vuelva a la hora, Stefan – le pidió mi cuñado de forma seria, siempre era así con cualquiera de los chicos que había estado conmigo, excepto uno.

- Tranquilo, a las diez estaremos aquí – le contestó Stefan mientras entrelazaba su mano con la mía

- Cuídate te veo a la noche – deposito un beso en mi frente Louis – Adiós Stefan

Luego del típico control parental de Louis al cual ya estábamos acostumbrados salimos del edificio. Empezamos a caminar bajo el sol de la tarde de Londres que no pegaba con fuerza, Stefan me contaba como le había ido en su trabajo como coordinador de eventos en una agencia conocida acá en Londres. Stefan había sacado un curso técnico por lo tanto no necesitaba de Universidad para trabajar, incluso fue en uno de esos eventos en dónde nos conocimos y hubo una extraña conexión entre nosotros desde un principio, lo que finalmente termino transformándose en un cariño mayor que al de amigos.

-Gracias – deposite un beso en su mejilla, mientras jugaba con la rosa que me había regalado entre mis manos.

- ¿Te parece si vamos al cine? – me preguntó el sonriendo

- Claro, me encantaría –

En cuanto llegamos al cine nos pusimos a ver la cartelera, había de todo tipo de películas desde miedo hasta las más románticas. Decidimos por entrar a ver “Ralph el demoledor” Lo sé era una película para niños, pero a mi me encantaban. Stefan compro las palomitas junto con unas bebidas y entramos a la sala. Había una que otras niñas que me quedaban mirando, debido a que muchas me reconocían como la hermana de Eleanor o la niña que siempre anda con Louis, o con otro de los chicos.

-¿Por qué te miran tanto? – pregunto entre dientes Stefan mientras se llevaba un poco de palomitas a la boca.

- Por Eleanor o por los chicos – levante un poco mis hombros restándole importancia – Ya sabes, me han fotografiado algunas veces con ellos.

- No me agrada eso – bufó

- Stefan, no empieces – le pedí, no quería arruinar esta salida con alguna pelea

- Si, lo siento – se disculpo. Levanto el brazo del asiento del cine que nos separaba y abrió sus brazos para que yo me acomodara en ellos, cosa que hice. Me encantaba estar de esta forma con él, me sentía protegida, querida.

- Te quiero – susurre mientras depositaba un beso en su mejilla

- Yo te quiero más – susurró en mi oído, y rozaba su nariz contra mi mejilla de forma tierna.

La película empezó y simplemente no deje de reír, disfrutaba igual que niña pequeña viéndolas. Stefan río conmigo, uno que otro beso no falto a mitad de la película seguida de algunos cariños. Algo que me encantaba de Stefan es que siempre se comportaba de forma tierna conmigo – claro esta, menos cuando peleábamos – Nos dimos palomitas el uno al otro, molestamos a la gente de los asientos de adelante y puras idioteces, en verdad disfrutaba tiempo pasando con él, me distraía de todo.

-¿Me acompañas a otro lugar? – me preguntó en cuanto salimos de la sala de cine

- Claro, ¿Dónde? – pregunte mientras sacudía mis pies dónde tenía algunas palomitas pegadas

- A lo de unos amigos – contesto rápidamente él

- Espera – pare luego de un buen rato caminando - ¿Qué hora es?

- Las nueve con quince minutos – dijo mirando su hora – No te preocupes, no demoraremos.

Yo confíe en él. Empezamos a caminar, yo me aferraba fuerte a mi chaqueta ya que una brisa helada me estaba calando el cuerpo. Caminamos largas cuadras tomados de la mano hacia a la casa de uno de los amigos de Stefan, o eso pensaba yo. Cuando llegamos me quede de piedra, no era una casa, ni un departamento. Era un bar. Un extraño escalofrío recorrió mi cuerpo, no me gustaba para nada ese lugar no me daba buena espina. Todo era oscuro al interior, en cuanto entramos el olor a alcohol y cigarros llenaron mis fosas nasales causándome ganas de vomitar, era sumamente apestoso.

-Stefan, me quiero ir – le pedí en un susurro tirando un poco de su mano

- Tranquila, son cinco minutos y nos vamos – me dio una pequeña sonrisa él. Simplemente fui tras él, no me quedaba otra opción.

Había un montón de chicas con ropa ligera, sobre otros hombres, le estaban coqueteando descaradamente, no había ni un tipo de pudor en ellas, ninguna consideración con su esencia de mujer. Yo solo me dedicaba a mirar y caminar detrás de Stefan, el jamás me había llevado a un lugar así y tampoco me esperaba que el visitara estos sitios, realmente apestaban. Todos los tipos que se encontraban ahí me daban extrañas miradas, analizaban todo mi cuerpo con sus ojos alcoholizados para luego pasarse de forma obscena la lengua por sus labios, eso simplemente me repudiaba. Apretaba fuerte la mano de Stefan, quería salir en cuanto antes de este lugar pero al parecer todavía no llegábamos al destino que el quería.

-Hermano, que gusto verte, tanto tiempo – lo saludó un hombre en cuanto entramos en una pieza llena de humo de cigarrillo

- Mucho tiempo Carl, ¿Cómo ha estado todo? – preguntó mientras le hacía señas de saludo a los demás hombres que estaban ahí, que me miraban de forma curiosa.

- El juego, mejor que nunca – sonrío con sus dientes amarillentos - ¿No nos presentaras a tu acompañante?

En ese momento me di cuenta de todo, este era un lugar de Poker clandestino. Un montón de hombres estaban sentados alrededor de una gran mesa redonda y un montón de fichas y cartas sobre esta, vasos llenos de ron con hielo y mujeres a los alrededor rodeando como si fueran leonas a sus presas. Todo mi cuerpo se tenso en esta situación ¿Qué demonios hacia aquí Stefan? ¿Por qué me traía aquí?

-Ella es _________, mi novia – me tiró un poco hacia adelante para que Carl me pudiera mirar.

-Que muchachita más linda – paso sus dedos por mi mejilla a lo que yo me hice un lado rápidamente – Y de un genio especial, sabes las reglas Stefan.

- Si tranquilo, es algo nueva y tímida – contesto Stefan a mi lado haciendo que yo abriera mis ojos como plato ¿De que hablaba? En eso se acercó a mi oído – No me dejes mal, escuchaste

- Que demonios pasa contigo – dije entre dientes bajo su filosa mirada, ese que estaba ahí no era mi novio, ni el chico que yo quería.

- Solo haz lo que te digo – me tiró bruscamente de nuestra unión - ¿Qué dices Carl, una jugada?

- Claro que si chico, te estábamos esperando – abrió los brazos invitando a que se sentara junto a los demás.

Stefan se alejo de mi lado, sacándose la chaqueta se sentó junto a los demás hombres en esa mesa y empezó el juego. Sacaban dinero para demostrar la puesta de sus fichas, el ron pasaba de mano en mano al igual que las mujeres. Estaban iban rodeando a los hombres, los besaban, acariciaban y yo simplemente no podía salir de mi estupor. Estaba desesperada yo quería salir de ese lugar, no era mi sitio ni nada que se asemejara a mí. Stefan tendría que explicarme seriamente todo esto.

-Nadie se va hasta que termine la partida – habló Carl con su voz dura

-Yo me tengo que ir, lo siento – hablé rápidamente mientras me agarraba de mi bolso

- ¡QUE NADIE SE RETIRA HE DICHO! – gritó enojado, haciendo que todo mi cuerpo se tensara

- No hagas problemas, quieres – me agarro fuertemente Stefan por el brazo

-¿Qué sucede contigo? Me quiero ir, quede de llegar a las diez a mi casa, ya voy tarde por quince minutos – dije entre dientes mirándolo fijamente.

- Espera solo cinco minuto más, deja de hacer rabieta como niña pequeña – me dio un último apretón y volvió a su puesto.

¿Qué demonios pasaba con él? ¿Quién demonios era el hombre que tenía en el frente? Simplemente no lo sabía. Las mujeres – si es que se podían llamar así – se me acercaron empezando hablarme de distintas tácticas sexuales, de que tenía que ser más sensual y vestirme más provocativa. Yo simplemente tenía ganas de vomitar, todo esto me repudiaba.

-¡Hijo de puta! – gritó uno de los participantes tirando el vaso de trago contra la pared haciendo que este se rompiera en mil pedazos, Carl había ganado.

-Tranquilo cariño – llegó la que era “su mujer”

- Guarda silencio, ¡puta! – la tomo por el pelo fuertemente, dejándome espantada.

-Ya es hora, vámonos – me tomo de la mano rápidamente Stefan tirándome hacia afuera, mientras se escuchaban unas quejas de la mujer maltratada.

-Me puedes explicar que demonios es eso – me solté de su mano cuando estuvimos a una distancia del bar

- Vamos chiquita, sabes muy bien lo que es – me volvió a tomar de la mano para empezar a caminar rápidamente.

- Yo no voy a volver a pisar ese lugar, escuchaste – mi voz sonó completamente seria.

- Lo harás, tienes que hacer el rol de mi mujer – me dijo frente a frente – Una vez dentro, ya no puedes salir.

-¡Aléjate de mi! – fue lo único que pude gritarle mientras me soltaba de él y empezaba a correr en dirección hacia mi departamento, mientras a lo lejos escuchaba sus gritos.

No se que demonios había pasado con él, parecía que estuviera poseído por eso. Empecé a caminar lo más rápido que podía hacia mi departamento, sentía como mi celular vibraba y vibrara en mi bolso, pero no quería contestar, tenía miedo. Llegue luego de largos veinte minutos al edificio, subí rápidamente en el ascensor y cuando estuve parada fuera de la puerta de mi departamento vi mi celular. “10 llamadas perdidas, tres mensajes. 23:15” Estaba muerta.

He aquí el segundo capítulo
dónde sale el adorado Stefan de la rayis...¿Oh no?
Espero que les guste, yo amo a Louis <3
Bueno chicas, nos vemos pronto, gracias por sus hermosos comentarios :'))
Cambio y fuera.