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Skin hecho por Hardrock de Captain Knows Best. Personalización del skin por Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Instinto || Niall Horan
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
Página 1 de 1. • Comparte
Instinto || Niall Horan
por demons. Dom 06 Oct 2013, 6:23 pm
Ficha de la serie
• Titulo: Instinto.
• Autor: Yo (?)
• Adaptación: Basada en la saga "Lazos de Sangre"
• Género: Acción, Ciencia Ficción, Romance.
• Contenido: Lenguaje subido de tono, contenido erótico, entre otros.
• Advertencias: Quizá no pueda subir seguido. No necesito chicas. Habrá contenido Hot.
• Otras páginas: Ninguna. Por favor, si la ves en otro lado, mándame un mp.
Instinto
La vida de Alice Bonham, de diecisiete años, da un giro inesperado tras conocer a Niall. Él es distinto a todo lo que jamás ha conocido Alice. Aunque todo vuelve a cambiar cuando conoce a Harry, hermano de Niall, cuya mirada parece traspasarla y la deja totalmente sin aliento.Harry parece odiarla, pero ese no es el verdadero problema que tiene Alice, ni el estar medio enamorada de dos chicos a la vez, sino que ambos son vampiros y ella tendrá que elegir entre el amor o su propia sangre.
Última edición por GreenSky♥ el Lun 07 Oct 2013, 8:39 am, editado 4 veces
demons.
Re: Instinto || Niall Horan
por Invitado Dom 06 Oct 2013, 6:26 pm
¡Holis! 
Nueva lectora (?). Ahsjdjdhaiah amé la sinopsis. Niall y Harry vampiros 
(?) Quiero leer mas ¡Síguela! :rene convulsiona: (?) 
¡Saludos!
Nueva lectora (?). Ahsjdjdhaiah amé la sinopsis. Niall y Harry vampiros (?) Quiero leer mas ¡Síguela! :rene convulsiona: (?) ¡Saludos!Invitado
Invitado
Re: Instinto || Niall Horan
por Kissha Schmidt Dom 06 Oct 2013, 6:35 pm
Me Encanta Tu novela Harry y Nialler Vampiros Dicen que los vampiros son mas sexys
Si Necesitas chicas me avisas sino no importa estare atenta por que... Tu Nove Me Encantaaaaaaa°!!
Si Necesitas chicas me avisas sino no importa estare atenta por que... Tu Nove Me Encantaaaaaaa°!!
Kissha Schmidt
Re: Instinto || Niall Horan
por demons. Dom 06 Oct 2013, 7:13 pm
HolaConny Carter escribió:¡Holis! :AA:Nueva lectora (?). Ahsjdjdhaiah amé la sinopsis. Niall y Harry vampiros
Bienvenida, pueh(?) Me alegro<3 Sí, amo los vampiros
Estoy editando el primer cap
Besos!
demons.
Re: Instinto || Niall Horan
por demons. Dom 06 Oct 2013, 7:20 pm
Hola! Me alegra que te guste<3Kissha Schmidt escribió:Me Encanta Tu novela Harry y Nialler VampirosDicen que los vampiros son mas sexys
Si Necesitas chicas me avisas sino no importa estare atenta por que... Tu Nove Me Encantaaaaaaa°!!
En realidad, los personajes ya están hechos, pro ser adaptación, y todo se centra en ellos tres, disculpa:c
demons.
Re: Instinto || Niall Horan
por demons. Dom 06 Oct 2013, 7:32 pm
Capítulo 1
Jane tenía la piel erizada y pateaba el suelo sin parar, al menos en parte por el frío. Hacía un momento, de todos modos, había asegurado que lo hacía simplemente por la frustración que le provocaba tener que hacer cola e insistía en que fumar un cigarrillo tras otro le
servía para mantenerse en calor.
—Esto es exasperante, de verdad —dijo, arrojando la colilla a la acera mojada y aplastándola con la bota de su puntiagudo tacón.
—Creo que lo mejor será que lo dejemos así por hoy —sugerí.
Nuestras identificaciones falsas no resultaron tan sensacionales como nos prometió el contacto de Jane y aquel sería el tercer local de donde nos rechazarían, si es que conseguíamos llegar a la puerta.
Como íbamos a salir, dejé que Jane me vistiera, y el resultado no era otro que un atuendo que me quedaba pequeño y resultaba demasiado revelador para la noche de Minnesota. Nos rodeaba una espesa neblina, pero ella seguía negándose a tiritar y a reconocer que la situación empezaba a enfurecerla. Su plan era emborracharse y enredarse con el primero que le apeteciera, y resultaba imposible hacerla entrar en razón.
—¡No! —Jane negó con la cabeza—. Este lugar me gusta.
—Ya es más de medianoche, Jane. —Los zapatos de tacón que me prestó mi amiga me estaban destrozando los pies y descargué el peso de mi cuerpo sobre la pierna contraria en un intento de aliviar el dolor.
—¡Lo único que quiero es divertirme! —Se puso a gimotear y eso la hizo parecer aún menor de los diecisiete años que tenía, lo que disminuyó todavía más nuestras posibilidades de entrar en el antro—. ¡Vamos, Alice! ¡Ser joven consiste en esto!
—Espero que no —murmuré. Hacer colas interminables y que te negaran el acceso a los antros no me parecía divertido en absoluto—. Podemos intentarlo el fin de semana que viene, te lo prometo. Así tendremos más tiempo para conseguir unas credenciales mejores.
—Si ni siquiera he tomado una copa. —Fruncía ahora los labios para mostrar su enojo, aunque yo sabía que estaba empezando a rendirse.
—Una copa podemos tomarla en cualquier lado —dije.
Jane era capaz de encontrar alcohol con la misma facilidad con la que yo encontraba agua. No podía quejarse al respecto. Dondequiera que fuera Jane, había fiesta segura.
—De acuerdo. —Con un suspiro, abandonó la cola y echó a andar en dirección a mi casa; poco a poco empezamos a alejarnos de las luces de los antros y de la gente borracha que salía afuera a fumar—. Pero me debes una.
—¿Por qué te debo una? —le pregunté.
—Por obligarme a volver a casa temprano.
Estábamos aún a escasos metros de la cola y yo ya no podía más.
Me detuve para deshacerme de aquellos zapatos prestados, pues prefería caminar descalza sobre el asqueroso cemento que arriesgarme a sufrir más ampollas. Lo más probable era que se me acabara pegando un chicle o cualquier otra cosa en alguna de mis heridas abiertas y que, como resultado de ello, me contagiara del tifus o la rabia, pero aún así me pareció una alternativa mejor.
A medida que nos alejábamos de los antros nos fuimos adentrando en una zona desierta.
—Debiéramos parar un taxi —sugerí.
Jane movió la cabeza de un lado a otro, dando a entender su negativa a la idea. La verdad es que llevábamos poco dinero encima y cuanto más camináramos, más barato nos saldría el viaje. Yo vivía en Loring Park. En realidad no quedaba muy retirado, pero caminando la distancia era excesiva.
Nos adelantó un taxi verde y blanco; lo miré con anhelo.
—El ejercicio nos hará bien —comentó Jane, percatándose de mi expresión.
No tengo ni idea de por qué siempre acababa accediendo a sus tejemanejes. Siempre resultaban mucho más divertidos para ella que para mí. Ser la amiga menos sexy no implicaba llevar una vida muy glamurosa, que digamos.
—Jane, me duelen los pies —dije.
—No hay belleza…
—… sin dolor, sí, sí, ya lo sé —refunfuñé, cortándola.
Jane encendió otro cigarrillo y continuamos caminando en silencio. Sabía que estaba de mal humor por lo del local e intentaba tramar alguna nueva aventura, pero yo no tenía ninguna intención de
caer de nuevo en la trampa.
El sonido del tráfico de Hennepin Avenue había perdido la intensidad suficiente como para permitirme escuchar el eco de unos pasos detrás de nosotras. Jane parecía no darse cuenta de nada, pero yo no podía quitarme de la cabeza la sensación de que nos estaban siguiendo.
Los pasos empezaron a acelerarse, cada vez más fuertes y más próximos, y se combinaron con el sonido de respiraciones entrecortadas y voces masculinas llamando al silencio.
Jane me miró, y el pánico reflejado en sus ojos me dio a entender que también ella los oyó. De las dos, Jane era la más valiente y se atrevió a echar un vistazo por encima del hombro.
A punto estaba de preguntarle qué había visto cuando Jane echó a correr, y aquello me bastó como respuesta. Intenté alcanzarla, pero enseguida vi que no tenía la más mínima intención de bajar el ritmo para esperarme, de manera que continué corriendo varios metros por detrás de ella.
La calle terminaba en un garage. Jane se adentró en él, y yo la seguí. Seguro que había por allí otros lugares donde hubiera gente, pero su primera elección no fue otra que un garage subterráneo apenas
iluminado.
Me permití mirar atrás por vez primera. En la penumbra solo alcancé a ver la silueta de cuatro hombres. Cuando se dieron cuenta de que los miraba, uno de ellos se puso a silbarme.
Seguí corriendo, y fue entonces cuando me di cuenta de que Jane ya no estaba delante de mí. No puede decirse que mis reflejos de luchar o salir huyendo sean muy refinados, de modo que me quedé paralizada al no verla.
—¡Por aquí! —dijo Jane entre dientes, pero el eco de aquel garage era terrible.
No conseguí adivinar de dónde procedía su voz, así que continué clavada debajo de una parpadeante luz amarilla, confiando en que mi muerte fuera rápida e indolora.
—Hola, pequeña —ronroneó uno de aquellos tipos con un tono de voz que sonaba a cualquier cosa menos amistoso.
Me giré hacia ellos. También habían dejado de correr y se acercaban a mí lentamente.
—¿Siempre corres cuando se te antoja un revolcón? —preguntó uno de ellos. Por algún motivo que desconozco, el comentario les pareció muy gracioso a los demás y sus carcajadas llenaron el garage.
Se me erizó el vello de la nuca y abrí la boca para decir algo, tal vez incluso para gritar, pero nada salió. Permanecí inmóvil sobre un charco de agua helada y aceite, y el foco que colgaba por encima de mi cabeza decidió apagarse definitivamente.
Cerré los ojos para combatir la oscuridad, no quería correr el riesgo de ver lo que fueran a hacerme. Aquellos tipos no paraban de hablar entre ellos, riendo y haciendo comentarios asquerosos. Supe que iba a morir.
Oí entonces el rechinar de unas llantas a mis espaldas y cerré con más fuerza los ojos.
servía para mantenerse en calor.
—Esto es exasperante, de verdad —dijo, arrojando la colilla a la acera mojada y aplastándola con la bota de su puntiagudo tacón.
—Creo que lo mejor será que lo dejemos así por hoy —sugerí.
Nuestras identificaciones falsas no resultaron tan sensacionales como nos prometió el contacto de Jane y aquel sería el tercer local de donde nos rechazarían, si es que conseguíamos llegar a la puerta.
Como íbamos a salir, dejé que Jane me vistiera, y el resultado no era otro que un atuendo que me quedaba pequeño y resultaba demasiado revelador para la noche de Minnesota. Nos rodeaba una espesa neblina, pero ella seguía negándose a tiritar y a reconocer que la situación empezaba a enfurecerla. Su plan era emborracharse y enredarse con el primero que le apeteciera, y resultaba imposible hacerla entrar en razón.
—¡No! —Jane negó con la cabeza—. Este lugar me gusta.
—Ya es más de medianoche, Jane. —Los zapatos de tacón que me prestó mi amiga me estaban destrozando los pies y descargué el peso de mi cuerpo sobre la pierna contraria en un intento de aliviar el dolor.
—¡Lo único que quiero es divertirme! —Se puso a gimotear y eso la hizo parecer aún menor de los diecisiete años que tenía, lo que disminuyó todavía más nuestras posibilidades de entrar en el antro—. ¡Vamos, Alice! ¡Ser joven consiste en esto!
—Espero que no —murmuré. Hacer colas interminables y que te negaran el acceso a los antros no me parecía divertido en absoluto—. Podemos intentarlo el fin de semana que viene, te lo prometo. Así tendremos más tiempo para conseguir unas credenciales mejores.
—Si ni siquiera he tomado una copa. —Fruncía ahora los labios para mostrar su enojo, aunque yo sabía que estaba empezando a rendirse.
—Una copa podemos tomarla en cualquier lado —dije.
Jane era capaz de encontrar alcohol con la misma facilidad con la que yo encontraba agua. No podía quejarse al respecto. Dondequiera que fuera Jane, había fiesta segura.
—De acuerdo. —Con un suspiro, abandonó la cola y echó a andar en dirección a mi casa; poco a poco empezamos a alejarnos de las luces de los antros y de la gente borracha que salía afuera a fumar—. Pero me debes una.
—¿Por qué te debo una? —le pregunté.
—Por obligarme a volver a casa temprano.
Estábamos aún a escasos metros de la cola y yo ya no podía más.
Me detuve para deshacerme de aquellos zapatos prestados, pues prefería caminar descalza sobre el asqueroso cemento que arriesgarme a sufrir más ampollas. Lo más probable era que se me acabara pegando un chicle o cualquier otra cosa en alguna de mis heridas abiertas y que, como resultado de ello, me contagiara del tifus o la rabia, pero aún así me pareció una alternativa mejor.
A medida que nos alejábamos de los antros nos fuimos adentrando en una zona desierta.
—Debiéramos parar un taxi —sugerí.
Jane movió la cabeza de un lado a otro, dando a entender su negativa a la idea. La verdad es que llevábamos poco dinero encima y cuanto más camináramos, más barato nos saldría el viaje. Yo vivía en Loring Park. En realidad no quedaba muy retirado, pero caminando la distancia era excesiva.
Nos adelantó un taxi verde y blanco; lo miré con anhelo.
—El ejercicio nos hará bien —comentó Jane, percatándose de mi expresión.
No tengo ni idea de por qué siempre acababa accediendo a sus tejemanejes. Siempre resultaban mucho más divertidos para ella que para mí. Ser la amiga menos sexy no implicaba llevar una vida muy glamurosa, que digamos.
—Jane, me duelen los pies —dije.
—No hay belleza…
—… sin dolor, sí, sí, ya lo sé —refunfuñé, cortándola.
Jane encendió otro cigarrillo y continuamos caminando en silencio. Sabía que estaba de mal humor por lo del local e intentaba tramar alguna nueva aventura, pero yo no tenía ninguna intención de
caer de nuevo en la trampa.
El sonido del tráfico de Hennepin Avenue había perdido la intensidad suficiente como para permitirme escuchar el eco de unos pasos detrás de nosotras. Jane parecía no darse cuenta de nada, pero yo no podía quitarme de la cabeza la sensación de que nos estaban siguiendo.
Los pasos empezaron a acelerarse, cada vez más fuertes y más próximos, y se combinaron con el sonido de respiraciones entrecortadas y voces masculinas llamando al silencio.
Jane me miró, y el pánico reflejado en sus ojos me dio a entender que también ella los oyó. De las dos, Jane era la más valiente y se atrevió a echar un vistazo por encima del hombro.
A punto estaba de preguntarle qué había visto cuando Jane echó a correr, y aquello me bastó como respuesta. Intenté alcanzarla, pero enseguida vi que no tenía la más mínima intención de bajar el ritmo para esperarme, de manera que continué corriendo varios metros por detrás de ella.
La calle terminaba en un garage. Jane se adentró en él, y yo la seguí. Seguro que había por allí otros lugares donde hubiera gente, pero su primera elección no fue otra que un garage subterráneo apenas
iluminado.
Me permití mirar atrás por vez primera. En la penumbra solo alcancé a ver la silueta de cuatro hombres. Cuando se dieron cuenta de que los miraba, uno de ellos se puso a silbarme.
Seguí corriendo, y fue entonces cuando me di cuenta de que Jane ya no estaba delante de mí. No puede decirse que mis reflejos de luchar o salir huyendo sean muy refinados, de modo que me quedé paralizada al no verla.
—¡Por aquí! —dijo Jane entre dientes, pero el eco de aquel garage era terrible.
No conseguí adivinar de dónde procedía su voz, así que continué clavada debajo de una parpadeante luz amarilla, confiando en que mi muerte fuera rápida e indolora.
—Hola, pequeña —ronroneó uno de aquellos tipos con un tono de voz que sonaba a cualquier cosa menos amistoso.
Me giré hacia ellos. También habían dejado de correr y se acercaban a mí lentamente.
—¿Siempre corres cuando se te antoja un revolcón? —preguntó uno de ellos. Por algún motivo que desconozco, el comentario les pareció muy gracioso a los demás y sus carcajadas llenaron el garage.
Se me erizó el vello de la nuca y abrí la boca para decir algo, tal vez incluso para gritar, pero nada salió. Permanecí inmóvil sobre un charco de agua helada y aceite, y el foco que colgaba por encima de mi cabeza decidió apagarse definitivamente.
Cerré los ojos para combatir la oscuridad, no quería correr el riesgo de ver lo que fueran a hacerme. Aquellos tipos no paraban de hablar entre ellos, riendo y haciendo comentarios asquerosos. Supe que iba a morir.
Oí entonces el rechinar de unas llantas a mis espaldas y cerré con más fuerza los ojos.
Última edición por GreenSky♥ el Lun 07 Oct 2013, 8:44 am, editado 1 vez
demons.
demons.
Re: Instinto || Niall Horan
por Mike Gallagherry Dom 20 Oct 2013, 11:28 pm
a Mi Si Perdon Por Comentar Tarde, En Serio. Soy Primer Lector o Que Bien
Mike Gallagherry
Re: Instinto || Niall Horan
por Mike Gallagherry Mar 12 Nov 2013, 3:24 pm
Chica De Oro Donde Te Meiste ¿Por Que No La Sigues?
Mike Gallagherry
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