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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
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“Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
¡Hola chicas!
Hoy regresando de la escuela les subo el capitulo editado y quizas edite otro si no tengo tarea, se los subo
Besos
Natuu!
Hoy regresando de la escuela les subo el capitulo editado y quizas edite otro si no tengo tarea, se los subo
Besos
Natuu!
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
8
Se sintió como si horas pasaron antes de que él apartara la vista de mí. Cuando lo hizo, la sonrisa que dio a la clase era incómoda, y tiró distraídamente de la corbata alrededor de su cuello.
—Gracias, Eric. Pero, por favor, todo el mundo, llámenme Joe.
Creo que en realidad podía sentir las hormonas liberándose en la atmósfera cuando las chicas en la habitación oyeron su acento. Sentí a Kelsey mirarme, pero fijé mis ojos en uno de los focos del escenario colgando por encima, y traté de que mi corazón latiera rápidamente hacia la sumisión. Esto era malo. ¡Esto era tan malo!
—Como dijo Eric, hice mi pre-grado aquí, y luego me gradué en mayo pasado con una maestría en Actuación de la Universidad de Temple en Filadelfia. Estuve trabajando en la escena teatral ahí por unos seis meses, cuando Eric me llamó y me preguntó si estaría interesado en el puesto temporal de aquí.
Le miré con el rabillo de mi ojo, a la vez anticipando y temiendo el pensamiento de hacer contacto visual con él. No me miraba. De hecho, todo su cuerpo se encontraba orientado hacia los estudiantes en el otro lado de la habitación, casi ignorando toda la sección donde me senté. Aparte del hecho de que él no miraba intencionadamente a un lado de la habitación, no había ninguna señal de que estuviera preocupado o cansado de ninguna manera; mientras yo podía sentir el calor en mis mejillas y mis manos temblaban mientras las presionaba en mis rodillas.
—Me encantaron mis cuatro años aquí, y estoy, eh…
Me miró, y no pude hacer otra cosa que devolverle la mirada, con los ojos abiertos y petrificada. Se aclaró la garganta y volvió la mirada hacia el otro lado de la habitación.
—Estoy muy emocionado de estar de vuelta.
Quería meterme en un agujero y morir.
Quería meterme en un agujero en el fondo de un barranco, y luego ser enterrada bajo una avalancha, y luego morir.
Yo quería… llorar.
Eric se excusó entonces, para dejarnos que conociéramos a nuestro nuevo maestro. Me hubiera gustado poder salir también, porque se me ocurrió que ya lo conocía muy bien.
—Bueno, entonces —comenzó Joe—. Me doy cuenta que no soy mucho mayor que muchos de ustedes. —Otro movimiento de sus ojos a los míos. Se volvía casi imposible tragar.
—Pero mi objetivo aquí es proveerles con alguna información sobre el siguiente paso en su viaje, de alguien que no está tan lejos de haber terminado. A todos nos gusta Eric, Ben, Kate, y el resto de la facultad, pero seamos sinceros, no son exactamente los más “chicos de la cuadra”. —Toda la clase se echó a reír. Yo estaba demasiado ocupada concentrándome en no vomitar—. Era un mundo diferente cuando empezaron sus carreras. Cuando yo me encontraba sentado donde ustedes están, llamábamos a esta clase Preparación Superior; creo que ahora se llama el Negocio del Teatro. En esta, vamos a estar cubriendo todo, desde las audiciones, a las opciones de carrera, a la Acción del Actor. También pasaremos algún tiempo hablando de la parte más abstracta de las cosas. Porque, odio desilusionarlos, chicos, pero la parte más difícil de este negocio, no está en conseguir los papeles o llegar a fin de mes, aunque eso es difícil. Lo más difícil es mantener el espíritu y recordar por qué elegiste esto en primer lugar.
No tenía que tratar tanto de asustarnos sobre nuestro futuro. Todos ya operábamos en Nivel de Riesgo Naranja. Habíamos estado teniendo en plena noche, conversaciones profundas (en estado de ebriedad, por supuesto) desde que el año comenzó.
—Ahora, si no les importa. Me gustaría saber un poco acerca de todos ustedes. Por qué no me dicen sus nombres y que están interesados en hacer después de graduarse.
Había cerca de veinte chicos en la clase. Los primeros ocho, o todos, recitaban sus nombres seguidos del obligatorio: “Me voy a mudar a Nueva York”.
Cuando eres un actor, mudarte a Nueva York es, más o menos, el sueño. Esos que son afortunados, en realidad, pueden llevar a cabo el plan. Algunos tenemos que pensar un poco más realistamente.
Cade, mi mejor amigo, además de Kelsey dijo: —Cade Winston. En este momento estoy un poco desgarrado entre la Escuela Superior o sólo ir directamente a las audiciones. Realmente, no puedo decir si de verdad quiero ir a la escuela superior o si sólo estoy asustado.
Joe sonrió, y aunque me volvía loca, sonreí también. Me sentía así acerca de un montón de cosas en mi vida… no sólo la actuación.
Él dijo: —Bien. Eso es honesto, Cade. Y, cuanto más honesto puedas ser contigo mismo, mejor. Las esperanzas y los sueños son geniales, pero son mucho más fáciles de romper que un plan sólido. Vamos a ver si podemos averiguar exactamente lo que quieres mientras estés en esta clase.
Después de eso, fue como si todos se sintieran bien por decir lo que realmente pensaban, en lugar de lo que nos parecía que se esperaba de nosotros.
Pasamos tanto tiempo defendiendo nuestra elección de hacer esto que se vuelve difícil demostrar cualquier vulnerabilidad en absoluto.
Sólo que hay tantas veces que puedes encontrarte con alguien que te pregunta por tu falla, cuando las cosas no funcionan antes, que empiezas a pensar que tal vez caer debería ser sólo tu plan.
A veces me gustaría ser un poco más como Kelsey. Ella prácticamente no tenía miedo. Aunque, supongo, que es fácil ser un poco valiente cuando tu familia está cargada.
—Kelsey Summers. Me estoy tomando un año sabático para viajar y simplemente explorar antes de decidir lo que voy a hacer. La gente siempre dice que los actores más interesantes son gente interesante, así que imagino que es una buena inversión pasar un poco de tiempo volviéndome más fascinante de lo que ya soy.
—Diva —murmuré en voz baja.
Entrecerró los ojos, y dio un rápido pinchazo en la parte posterior de mi brazo como respuesta. Grité, y casi caigo de mi asiento, al mismo tiempo que Joe volvió sus ojos hacia mí y dijo: —¿Y tú?
Frotando mi brazo, tuve que apartar la mirada de sus ojos antes de que pudiera responder.
—____ Edwards. Estoy un poco dividida entre la actuación y la dirección de escena. Y puesto que en realidad no ofrecen programas de doctorados donde puedas hacer las dos cosas, creo que voy a seguir adelante y entrar en el, um, mercado de trabajo o lo que sea.
Miré de nuevo hacia él, pero sus ojos ya se habían trasladado a Dom, quien se hallaba sentado una fila por encima de mí.
Cerré los ojos y respiré profundo. La mano de Kelsey encontró la mía, y la apretó.
Tomó otros veinte minutos para terminar la introducción porque, bueno, somos gente de teatro. Nos encanta oírnos hablar.
Con sólo cinco minutos para el final de la clase Joe dijo: —Muy bien. Parece que todos le han dedicado al menos un pensamiento al siguiente paso. El miércoles quiero que todos vengan a clase con su hoja de vida, fotografías y estén dispuestos a audicionar.
—¿Por qué? —Preguntó Dom—. Es la primera semana de clase. No hay audiciones por un par de semanas. —A Dom le encantaba oírse hablar a sí mismo más que a la mayoría.
—No importa —respondió Joe—. En el mundo real, puedes ir a diez audiciones en un día. Puedes tener semanas para prepararte o puedes tener una hora. Tu trabajo es sólo actuar si consigues la parte, hasta entonces tu trabajo es audicionar, así que es mejor ser bueno en ello. Váyanse. Nos vemos el miércoles.
Sonrió. No fue tan impresionante como las sonrisas que tenía anoche, pero, aun así, era suficiente para hacer que mis pasos dudaran en mi camino por las rampas.
Me encontraba en los telones, a escasos tres metros de la puerta cuando escuché: —Señorita Edwards, ¿Puedo hablar con usted un momento?
La cara de Kelsey se quedó atrapada en algún lugar entre la compasión y alegría. Por primera vez en doce horas quería golpear a alguien además de mí.
—¿Almuerzo al mediodía? —preguntó ella. Asentí con la cabeza, aunque no estaba segura de que sobreviviría hasta el mediodía. Diablos, ni siquiera estaba segura de que podría soportar ir a mi siguiente clase.
Me tomé mi tiempo caminando hacia él, esperando que el resto de la clase se fuera. Dom actualmente bombardeaba a Joe con preguntas, así que me tomó un segundo distraerme con Cade. Donde Kelsey era la amiga que me llevaba a bares y me animaba a comportarme estúpida, Cade era el amigo que siempre sabía lo correcto para decir.
Sus primeras palabras…
—En una escala de uno a perra, ¿Cómo está tu resaca?
Levanté la comisura de mis labios en una sonrisa. Eso fue todo lo que pude manejar en mi vórtice de emociones, pero era una sonrisa de todos modos.
—Depende… ¿Ahora mismo? Un sólido siete. Si Dom intenta hablar conmigo… vamos a necesitar una escala más grande.
Se echó a reír, y algo me hizo preguntarme cómo habría ido anoche si le hubiera dicho a él mi secreto en lugar de a Kelsey. De alguna manera dudaba que las cosas hubieran resultado iguales.
—Tengo que correr. Cien-Poli. —Hizo una mueca, y concordé, contenta de que yo hubiera conseguido sacar eso del camino el año pasado.
—Vamos a hacer algo esta noche, ¿Está bien?
—Por supuesto. —Esta vez sonreí, porque Cade era estupendo para las distracciones, y eso era, sin duda, lo que necesitaba en este momento.
Me besó en la mejilla, y luego siguió su camino.
Me volví hacia Joe, para encontrarlo mirándome, sus ojos oscuros y entornados. Dom había desaparecido. Debe de haber salido por las puertas en el otro lado. Nos quedamos allí, torpemente, durante varios segundos. Sus manos metidas en los bolsillos, y la mía jugueteando con el bolso colgado sobre mis hombros.
Finalmente, se aclaró la garganta.
—¿Cómo está tu pierna?
Tragué saliva, y miré mis piernas. Hoy me había puesto una falda para mantenerla al descubierto. Incliné mi pierna para que pudiera ver el vendaje.
—Bien. Me volví a vendar de nuevo esta mañana. Está ampollada, pero hasta donde sé, o bien de acuerdo a internet, eso es normal.
Miré de vuelta, pero sus ojos seguían fijos en mis piernas.
Me puse rígida. Dios, esto era tan difícil.
Se aclaró la garganta otra vez.
—Así que… estás en la universidad.
—Así que… tú no lo estás.
Se quedó inmóvil durante un segundo y luego se volvió bruscamente hacia un lado, alejándose a varios metros de distancia de mí, y luego de regreso. Sus dedos pasaron a través de su pelo en frustración, y lo único en lo que yo podía pensar era en mis propios dedos en su pelo, y lo increíblemente suave que había sido.
—Pensé… —empezó—. Bueno, no pensaba mucho en absoluto. Pero, no pareces como si estuvieras en la universidad. Dije que fui a la escuela aquí, y que acababa de mudarme de vuelta, y tú dijiste “Yo también” así que supuse que habías hecho lo mismo.
Me mantuve teniendo esta necesidad irracional de parpadear. No iba a llorar ni nada, pero simplemente no podía parar. Dije: —Yo vivía en Texas cuando era muy joven. Quise decir que me mudé aquí por la escuela.
Asintió con la cabeza una vez, y luego siguió asintiendo. Así pues, él asentía con la cabeza y yo parpadeaba y ninguno de los dos decía lo que realmente necesitaba ser dicho.
Y como no podía soportar el silencio, fui la primera en romperlo.
—No se lo diré a nadie. —Sus cejas se arquearon, pero no podía decir si era por sorpresa o juzgando o sólo un tic facial—. Quiero decir que no hay nada… no es que nosotros… quiero decir que en realidad no… um, hicimos la bestia de dos espaldas y todo eso.
¡Oh mi Dios!
¡Mátame ahora! ¡Mátame ahora! ¡Mátame ahora! ¡Mátame ahora!
¿La bestia de dos espaldas? ¿En serio?
Tengo 22 años de edad, y en lugar de simplemente escupir la palabra sexo, ¡He usado una referencia a Shakespeare! Una muy embarazosa referencia a Shakespeare.
¡Y él sonreía! Y su sonrisa hacía cosas divertidas a mis adentros que me tenían pensando en la noche pasada, lo cual era algo que no necesitaba, en absoluto, estar pensando en estos momentos. Sin bestias. Sin espaldas. Sin anoche.
Aparté la mirada, tratando de no perder la cabeza. Tomé una respiración profunda, y dije con tanta calma como pude.
—Esto no tiene por qué ser un gran problema.
Se tomó un momento para contestar, y me pregunté si esperaba a que lo mirara. Si así era, él estaría esperando un rato.
—Tienes razón. Los dos somos adultos. Podemos olvidar lo que pasó.
No había manera de que yo pudiera olvidar lo que pasó. Pero podría fingir.
Podría actuar.
—Correcto. —Asentí.
Me volví para salir, pero su voz me detuvo.
—¿Cómo está tu gato?
—¿Qué gato? ¡Oh! Mi gato. El gato… que es mío. Oh, ella está… —Yo había dicho que era mujer, ¿Verdad?—. Está bien. Toda maullando y ronroneando y otras cosas de gato.
Dios, ¿Por qué la puerta tenía que estar tan lejos?
Seguí caminando, diciendo mis últimas palabras por sobre mis hombros.
—Tengo que ir a clase. Te veré el miércoles supongo, está bien, ¡Adiós!
Aceleré, saliendo por la puerta, por el pasillo, hacia el ala de arte, más allá del salón de clases de cerámica, y hacia el cuarto de baño inutilizado, que nadie usaba. Entonces me hundí hasta las rodillas (en el piso del baño. Claramente, yo estaba angustiada porque… ¡Torpe!).
Me concentré en no hiperventilar. Sólo yo podría tener un romance con un maestro de forma accidental. Sabía que una cosa era segura. No había manera en el infierno de que yo fuera a ir a mi siguiente clase.
¡Hola chicas!
Perdón por la tardanza, tuve que hacer una tarea antes, pero, aquí esta el capítulo.
Espero les guste. Mañana si puedo, subo el siguiente.
Besos
Natuu♥!
—Gracias, Eric. Pero, por favor, todo el mundo, llámenme Joe.
Creo que en realidad podía sentir las hormonas liberándose en la atmósfera cuando las chicas en la habitación oyeron su acento. Sentí a Kelsey mirarme, pero fijé mis ojos en uno de los focos del escenario colgando por encima, y traté de que mi corazón latiera rápidamente hacia la sumisión. Esto era malo. ¡Esto era tan malo!
—Como dijo Eric, hice mi pre-grado aquí, y luego me gradué en mayo pasado con una maestría en Actuación de la Universidad de Temple en Filadelfia. Estuve trabajando en la escena teatral ahí por unos seis meses, cuando Eric me llamó y me preguntó si estaría interesado en el puesto temporal de aquí.
Le miré con el rabillo de mi ojo, a la vez anticipando y temiendo el pensamiento de hacer contacto visual con él. No me miraba. De hecho, todo su cuerpo se encontraba orientado hacia los estudiantes en el otro lado de la habitación, casi ignorando toda la sección donde me senté. Aparte del hecho de que él no miraba intencionadamente a un lado de la habitación, no había ninguna señal de que estuviera preocupado o cansado de ninguna manera; mientras yo podía sentir el calor en mis mejillas y mis manos temblaban mientras las presionaba en mis rodillas.
—Me encantaron mis cuatro años aquí, y estoy, eh…
Me miró, y no pude hacer otra cosa que devolverle la mirada, con los ojos abiertos y petrificada. Se aclaró la garganta y volvió la mirada hacia el otro lado de la habitación.
—Estoy muy emocionado de estar de vuelta.
Quería meterme en un agujero y morir.
Quería meterme en un agujero en el fondo de un barranco, y luego ser enterrada bajo una avalancha, y luego morir.
Yo quería… llorar.
Eric se excusó entonces, para dejarnos que conociéramos a nuestro nuevo maestro. Me hubiera gustado poder salir también, porque se me ocurrió que ya lo conocía muy bien.
—Bueno, entonces —comenzó Joe—. Me doy cuenta que no soy mucho mayor que muchos de ustedes. —Otro movimiento de sus ojos a los míos. Se volvía casi imposible tragar.
—Pero mi objetivo aquí es proveerles con alguna información sobre el siguiente paso en su viaje, de alguien que no está tan lejos de haber terminado. A todos nos gusta Eric, Ben, Kate, y el resto de la facultad, pero seamos sinceros, no son exactamente los más “chicos de la cuadra”. —Toda la clase se echó a reír. Yo estaba demasiado ocupada concentrándome en no vomitar—. Era un mundo diferente cuando empezaron sus carreras. Cuando yo me encontraba sentado donde ustedes están, llamábamos a esta clase Preparación Superior; creo que ahora se llama el Negocio del Teatro. En esta, vamos a estar cubriendo todo, desde las audiciones, a las opciones de carrera, a la Acción del Actor. También pasaremos algún tiempo hablando de la parte más abstracta de las cosas. Porque, odio desilusionarlos, chicos, pero la parte más difícil de este negocio, no está en conseguir los papeles o llegar a fin de mes, aunque eso es difícil. Lo más difícil es mantener el espíritu y recordar por qué elegiste esto en primer lugar.
No tenía que tratar tanto de asustarnos sobre nuestro futuro. Todos ya operábamos en Nivel de Riesgo Naranja. Habíamos estado teniendo en plena noche, conversaciones profundas (en estado de ebriedad, por supuesto) desde que el año comenzó.
—Ahora, si no les importa. Me gustaría saber un poco acerca de todos ustedes. Por qué no me dicen sus nombres y que están interesados en hacer después de graduarse.
Había cerca de veinte chicos en la clase. Los primeros ocho, o todos, recitaban sus nombres seguidos del obligatorio: “Me voy a mudar a Nueva York”.
Cuando eres un actor, mudarte a Nueva York es, más o menos, el sueño. Esos que son afortunados, en realidad, pueden llevar a cabo el plan. Algunos tenemos que pensar un poco más realistamente.
Cade, mi mejor amigo, además de Kelsey dijo: —Cade Winston. En este momento estoy un poco desgarrado entre la Escuela Superior o sólo ir directamente a las audiciones. Realmente, no puedo decir si de verdad quiero ir a la escuela superior o si sólo estoy asustado.
Joe sonrió, y aunque me volvía loca, sonreí también. Me sentía así acerca de un montón de cosas en mi vida… no sólo la actuación.
Él dijo: —Bien. Eso es honesto, Cade. Y, cuanto más honesto puedas ser contigo mismo, mejor. Las esperanzas y los sueños son geniales, pero son mucho más fáciles de romper que un plan sólido. Vamos a ver si podemos averiguar exactamente lo que quieres mientras estés en esta clase.
Después de eso, fue como si todos se sintieran bien por decir lo que realmente pensaban, en lugar de lo que nos parecía que se esperaba de nosotros.
Pasamos tanto tiempo defendiendo nuestra elección de hacer esto que se vuelve difícil demostrar cualquier vulnerabilidad en absoluto.
Sólo que hay tantas veces que puedes encontrarte con alguien que te pregunta por tu falla, cuando las cosas no funcionan antes, que empiezas a pensar que tal vez caer debería ser sólo tu plan.
A veces me gustaría ser un poco más como Kelsey. Ella prácticamente no tenía miedo. Aunque, supongo, que es fácil ser un poco valiente cuando tu familia está cargada.
—Kelsey Summers. Me estoy tomando un año sabático para viajar y simplemente explorar antes de decidir lo que voy a hacer. La gente siempre dice que los actores más interesantes son gente interesante, así que imagino que es una buena inversión pasar un poco de tiempo volviéndome más fascinante de lo que ya soy.
—Diva —murmuré en voz baja.
Entrecerró los ojos, y dio un rápido pinchazo en la parte posterior de mi brazo como respuesta. Grité, y casi caigo de mi asiento, al mismo tiempo que Joe volvió sus ojos hacia mí y dijo: —¿Y tú?
Frotando mi brazo, tuve que apartar la mirada de sus ojos antes de que pudiera responder.
—____ Edwards. Estoy un poco dividida entre la actuación y la dirección de escena. Y puesto que en realidad no ofrecen programas de doctorados donde puedas hacer las dos cosas, creo que voy a seguir adelante y entrar en el, um, mercado de trabajo o lo que sea.
Miré de nuevo hacia él, pero sus ojos ya se habían trasladado a Dom, quien se hallaba sentado una fila por encima de mí.
Cerré los ojos y respiré profundo. La mano de Kelsey encontró la mía, y la apretó.
Tomó otros veinte minutos para terminar la introducción porque, bueno, somos gente de teatro. Nos encanta oírnos hablar.
Con sólo cinco minutos para el final de la clase Joe dijo: —Muy bien. Parece que todos le han dedicado al menos un pensamiento al siguiente paso. El miércoles quiero que todos vengan a clase con su hoja de vida, fotografías y estén dispuestos a audicionar.
—¿Por qué? —Preguntó Dom—. Es la primera semana de clase. No hay audiciones por un par de semanas. —A Dom le encantaba oírse hablar a sí mismo más que a la mayoría.
—No importa —respondió Joe—. En el mundo real, puedes ir a diez audiciones en un día. Puedes tener semanas para prepararte o puedes tener una hora. Tu trabajo es sólo actuar si consigues la parte, hasta entonces tu trabajo es audicionar, así que es mejor ser bueno en ello. Váyanse. Nos vemos el miércoles.
Sonrió. No fue tan impresionante como las sonrisas que tenía anoche, pero, aun así, era suficiente para hacer que mis pasos dudaran en mi camino por las rampas.
Me encontraba en los telones, a escasos tres metros de la puerta cuando escuché: —Señorita Edwards, ¿Puedo hablar con usted un momento?
La cara de Kelsey se quedó atrapada en algún lugar entre la compasión y alegría. Por primera vez en doce horas quería golpear a alguien además de mí.
—¿Almuerzo al mediodía? —preguntó ella. Asentí con la cabeza, aunque no estaba segura de que sobreviviría hasta el mediodía. Diablos, ni siquiera estaba segura de que podría soportar ir a mi siguiente clase.
Me tomé mi tiempo caminando hacia él, esperando que el resto de la clase se fuera. Dom actualmente bombardeaba a Joe con preguntas, así que me tomó un segundo distraerme con Cade. Donde Kelsey era la amiga que me llevaba a bares y me animaba a comportarme estúpida, Cade era el amigo que siempre sabía lo correcto para decir.
Sus primeras palabras…
—En una escala de uno a perra, ¿Cómo está tu resaca?
Levanté la comisura de mis labios en una sonrisa. Eso fue todo lo que pude manejar en mi vórtice de emociones, pero era una sonrisa de todos modos.
—Depende… ¿Ahora mismo? Un sólido siete. Si Dom intenta hablar conmigo… vamos a necesitar una escala más grande.
Se echó a reír, y algo me hizo preguntarme cómo habría ido anoche si le hubiera dicho a él mi secreto en lugar de a Kelsey. De alguna manera dudaba que las cosas hubieran resultado iguales.
—Tengo que correr. Cien-Poli. —Hizo una mueca, y concordé, contenta de que yo hubiera conseguido sacar eso del camino el año pasado.
—Vamos a hacer algo esta noche, ¿Está bien?
—Por supuesto. —Esta vez sonreí, porque Cade era estupendo para las distracciones, y eso era, sin duda, lo que necesitaba en este momento.
Me besó en la mejilla, y luego siguió su camino.
Me volví hacia Joe, para encontrarlo mirándome, sus ojos oscuros y entornados. Dom había desaparecido. Debe de haber salido por las puertas en el otro lado. Nos quedamos allí, torpemente, durante varios segundos. Sus manos metidas en los bolsillos, y la mía jugueteando con el bolso colgado sobre mis hombros.
Finalmente, se aclaró la garganta.
—¿Cómo está tu pierna?
Tragué saliva, y miré mis piernas. Hoy me había puesto una falda para mantenerla al descubierto. Incliné mi pierna para que pudiera ver el vendaje.
—Bien. Me volví a vendar de nuevo esta mañana. Está ampollada, pero hasta donde sé, o bien de acuerdo a internet, eso es normal.
Miré de vuelta, pero sus ojos seguían fijos en mis piernas.
Me puse rígida. Dios, esto era tan difícil.
Se aclaró la garganta otra vez.
—Así que… estás en la universidad.
—Así que… tú no lo estás.
Se quedó inmóvil durante un segundo y luego se volvió bruscamente hacia un lado, alejándose a varios metros de distancia de mí, y luego de regreso. Sus dedos pasaron a través de su pelo en frustración, y lo único en lo que yo podía pensar era en mis propios dedos en su pelo, y lo increíblemente suave que había sido.
—Pensé… —empezó—. Bueno, no pensaba mucho en absoluto. Pero, no pareces como si estuvieras en la universidad. Dije que fui a la escuela aquí, y que acababa de mudarme de vuelta, y tú dijiste “Yo también” así que supuse que habías hecho lo mismo.
Me mantuve teniendo esta necesidad irracional de parpadear. No iba a llorar ni nada, pero simplemente no podía parar. Dije: —Yo vivía en Texas cuando era muy joven. Quise decir que me mudé aquí por la escuela.
Asintió con la cabeza una vez, y luego siguió asintiendo. Así pues, él asentía con la cabeza y yo parpadeaba y ninguno de los dos decía lo que realmente necesitaba ser dicho.
Y como no podía soportar el silencio, fui la primera en romperlo.
—No se lo diré a nadie. —Sus cejas se arquearon, pero no podía decir si era por sorpresa o juzgando o sólo un tic facial—. Quiero decir que no hay nada… no es que nosotros… quiero decir que en realidad no… um, hicimos la bestia de dos espaldas y todo eso.
¡Oh mi Dios!
¡Mátame ahora! ¡Mátame ahora! ¡Mátame ahora! ¡Mátame ahora!
¿La bestia de dos espaldas? ¿En serio?
Tengo 22 años de edad, y en lugar de simplemente escupir la palabra sexo, ¡He usado una referencia a Shakespeare! Una muy embarazosa referencia a Shakespeare.
¡Y él sonreía! Y su sonrisa hacía cosas divertidas a mis adentros que me tenían pensando en la noche pasada, lo cual era algo que no necesitaba, en absoluto, estar pensando en estos momentos. Sin bestias. Sin espaldas. Sin anoche.
Aparté la mirada, tratando de no perder la cabeza. Tomé una respiración profunda, y dije con tanta calma como pude.
—Esto no tiene por qué ser un gran problema.
Se tomó un momento para contestar, y me pregunté si esperaba a que lo mirara. Si así era, él estaría esperando un rato.
—Tienes razón. Los dos somos adultos. Podemos olvidar lo que pasó.
No había manera de que yo pudiera olvidar lo que pasó. Pero podría fingir.
Podría actuar.
—Correcto. —Asentí.
Me volví para salir, pero su voz me detuvo.
—¿Cómo está tu gato?
—¿Qué gato? ¡Oh! Mi gato. El gato… que es mío. Oh, ella está… —Yo había dicho que era mujer, ¿Verdad?—. Está bien. Toda maullando y ronroneando y otras cosas de gato.
Dios, ¿Por qué la puerta tenía que estar tan lejos?
Seguí caminando, diciendo mis últimas palabras por sobre mis hombros.
—Tengo que ir a clase. Te veré el miércoles supongo, está bien, ¡Adiós!
Aceleré, saliendo por la puerta, por el pasillo, hacia el ala de arte, más allá del salón de clases de cerámica, y hacia el cuarto de baño inutilizado, que nadie usaba. Entonces me hundí hasta las rodillas (en el piso del baño. Claramente, yo estaba angustiada porque… ¡Torpe!).
Me concentré en no hiperventilar. Sólo yo podría tener un romance con un maestro de forma accidental. Sabía que una cosa era segura. No había manera en el infierno de que yo fuera a ir a mi siguiente clase.
¡Hola chicas!
Perdón por la tardanza, tuve que hacer una tarea antes, pero, aquí esta el capítulo.
Espero les guste. Mañana si puedo, subo el siguiente.
Besos
Natuu♥!
Última edición por Natuu! el Lun 18 Feb 2013, 1:17 am, editado 1 vez
Natuu!
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
ahh poebrecita de ella!! Casi le da un infarto de verlo!!
Joe es tan lindo, Con su acento,
Awww siguela!!
Joe es tan lindo, Con su acento,
Awww siguela!!
aranzhitha
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
Nueva lectora!!! por favorrr siguelaaa
amor como escribes!!!!
me fascina de verdad aunque no me gusto a los 2 esten de acuerdo a olvidar todo :S
siguelaa porfiss!!
amor como escribes!!!!
me fascina de verdad aunque no me gusto a los 2 esten de acuerdo a olvidar todo :S
siguelaa porfiss!!
Yhosdaly
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
Pop por Dios
Joe va a seguir buscándola?????
Espero que sí síguela!!!!!!
Joe va a seguir buscándola?????
Espero que sí síguela!!!!!!
Julieta♥
Re: “Losing It” (Joe&Tú) [Terminada]
9
Lo juro había tanta incomodidad en el aire, que se sentía casi sólido.
Mi cara estaba presionada contra la mesa en la sala de estudiantes, mientras que Kelsey trataba de inflarme con papas fritas y otros carbohidratos maravillosos.
Ella me dio unas palmaditas en la espalda a medias. No había nada ni remotamente maternal en Kelsey, pero al menos estaba tratando.
—Estás exagerando, ____. La única cosa que sentía en el aire era la tensión sexual. Quiero decir, él no te miro a menudo, pero cuando lo hizo… ¡Hola! ¡Desmayo!
—No hay manera de que pueda sobrevivir a un semestre en esa clase.
—Eso es ridículo. Eres una actriz. Los actores duermen entre sí todo el tiempo, y luego siguen adelante. Demonios… ¿No te acuerdas del primer año de carrera cuando no querías salir con Dom en esa escena, y Eric los envió a la otra habitación y les dijo que se besaran hasta que ustedes estuvieran cómodos uno con el otro?
—¿Por qué traes a colación lo que es, hasta el día de hoy, el segundo momento más humillante de mi vida?
Ella rodó los ojos.
—Porque lo superaste.
—Nunca me olvidaré de haber tenido la lengua de Dom en mi garganta. Aún puedo sentir el asqueroso sabor.
—Vas a estar bien, ____. Son cinco meses. Y sólo tienes que verlo durante tres horas a la semana. Habrá terminado antes de que te des cuenta. Luego, puedes saltar sobre sus huesos una vez más antes de viajar por el mundo conmigo.
—Hay tantas cosas locas en esa declaración que ni siquiera sé por dónde empezar.
—Vas a comenzar por comer, o vamos a llegar tarde a Dirección.
Gruñendo, empujé unas cuantas papas fritas en mi boca para calmarla.
Hurgó en su bolso para buscar su teléfono, pero sus manos se cerraron en torno a algo más.
—Oh, lo olvidé. Tengo analgésicos… ¿Quieres alguno?
Tragué saliva y dije: —¿Por qué querría eso?
Ella arqueó su cabeza hacia un lado.
—¿No tienes dolor después de… tú sabes… enloquecer?
Estúpida ____. Tan loca y estúpida.
—¡Oh! Oh, cierto. No, no, estoy bien. Tomé un montón esta mañana. Estoy bien, gracias.
—Qué chica.
Avancé por el resto del día en piloto automático, lista para volver a casa y meterme en el capullo de olvido que es el sueño. Ni siquiera me molesté en quitarme la ropa antes de caer en la cama.
Mi teléfono me despertó unas horas más tarde. Era Cade.
—Hola nena. ¿Estás lista para pasar el rato?
Miré con ojos empañados al reloj. Pm. Eran sólo las 7 en punto.
Bostecé.
—Sí… claro. ¿Qué tienes en mente?
—Bueno, yo estaba pensando…
—No beber —lo interrumpí—. No puedo manejar ninguna bebida.
Se echó a reír.
—¿No hay pelo de perro para ti? Bien… Lindsay tocará esta noche en Grind. ¿Qué tal suena el café?
Volví a bostezar. Lindsay era una compañera de la clase de teatro. Una noche escuchando su música sería simple y suave. Exactamente lo que necesitaba.
—El café suena perfecto.
Cuando salí 20 minutos después, mi cabeza osciló de un lado a otro, paranoica de poder encontrarme con Joe. Cuando estuve segura de que no había nadie alrededor, corrí al estacionamiento y subí al golpeado y viejo Honda de Cade.
Me saludó con una sonrisa. Resistí a la tentación de mirar hacia atrás en la dirección del apartamento de Joe.
—Olvidé mencionarte antes, que te veías bien hoy. Quiero decir, menos que la encantadora resaca de calidad. Nunca usas faldas en clase.
Quería decir: ¡Sólo conduce ya! Pero eso habría sonado loco, incluso para mí. Así que respondí: —Oh, me quemé la pierna, y no tengo que usar ropa apretada sobre ella.
—¿En serio? —Preguntó—. ¿Qué pasó?
No podía decirle exactamente la verdadera razón. Porque entonces él querría saber de quién era la motocicleta en la que había estado y por qué había estado en ella y bla, bla, bla.
—Oh, me quemé con mi plancha.
—¿Te quemaste la pierna con tu plancha? ¿Qué tan largo es el vello de tus piernas?
Pensarías que después de todas las mentiras que había dicho en las últimas veinticuatro horas sería un poco mejor en eso. Estarías equivocado.
—Ja, ja. ¡Tan gracioso! —Hice una mueca—. La hice caer de la encimera, rufián, y me dio en la pierna.
Yo jugaba con la ventilación de aire acondicionado a pesar de que apenas funcionaba en su pedazo de coche chatarra.
—Solo no dejes caer el café en ti misma. O mejor aún… toma un café helado.
Le dije: —Sí, sí capitán.
Grind era una linda casita en el borde del campus que se había convertido en una cafetería hace unos años. En el interior pedias el café, y fuera había una terraza donde se organizaba música en vivo casi todas las noches. El interior estaba lleno. Envié a Cade fuera para que encontrara asientos, y le dije que obtendría las bebidas. Ordené un café moka helado para mí y un batido para Cade. Ni siquiera le gusta el café, pero viene aquí por mí.
Me paré en la fila durante 10 o 15 minutos, así que para cuando me dirigí afuera, no tenía ni idea de dónde estaba Cade. Caminé entre las mesas, asintiendo con la cabeza a la gente que conocía, evitando el contacto visual con aquellos que no. Capté con el rabillo del ojo a Lindsay en el escenario mientras se estaba preparando, y ella sonrió.
Finalmente, vi de pie a Cade en una mesa cerca de la parte delantera. Era un lugar impresionante teniendo en cuenta lo lleno que estaba este lugar.
Me acerqué por detrás y codeé su espalda.
—Jesús, Cade, pensé que nunca te encontraría aquí. ¿No podías al menos haber enviado un mensaje de texto?
Cade me miró por encima del hombro, luego envolvió su brazo alrededor del mío, y tomó el batido de mi mano izquierda.
—Lo siento, nena, estaba hablando y me distraje. ¡Mira quién es!
Me tira hacia delante, y ahí estaba Joe.
Esta vez, no tuve la suerte de dejar el café. Así que cuando vi a Joe, se deslizó de mi mano, y salpicó mis pies.
Cade, con sus súper rápidos reflejos, lo esquivó por poco, antes de tenerlo todo en sus zapatos.
—Santa mierda, ____. Yo estaba bromeando sobre el café helado, pero me alegro de que me escucharas. Juro que no solías ser tan torpe.
Yo todavía no podía hablar. Mis pies estaban fríos y pegajosos. Y mi cara se sentía demasiado caliente.
—Aquí —dijo Cade—. Siéntate, el Sr. Jonas dijo que podíamos compartir su mesa.
—Es Joe, Cade. —Estoy segura de que se lo había dicho a Cade media docena de veces ya.
Cade no le hizo caso y se volvió hacia mí.
—Voy a correr dentro y conseguirte unas servilletas. ¿Quieres otra bebida?
—No, no. Estoy bien, Cade. Tú quédate. Iré a limpiarme.
—Olvídalo. Te gusta la música de Lindsay mucho más que a mí. Todas esas cosas de “ser el cambio” y “chicas al poder”. No quiero que te lo pierdas. Siéntate. —Esta vez, sus manos sobre mis hombros me empujaron hacia abajo hasta que mi trasero golpeó el asiento. Entonces se fue, y me quedé a solas con Joe de nuevo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Mi pregunta salió enojada.
En comparación, él estaba dulce y tranquilo, y posiblemente un poco triste.
—Mi internet todavía no está conectado en el apartamento, y tenía que revisar mi correo electrónico. Me puedo ir, si lo deseas.
Sí.
—No —suspiré—. No voy a sacarte corriendo. Desearía que no nos hubieras invitado a sentarnos contigo.
—Bueno, Cade no dijo que estaba aquí contigo. Sólo estaba tratando de ser amable.
—Lo siento… es que… esto es incómodo. Cade no sabe…
—… no voy a decirle, si es eso lo que te preocupa. Me gustaría conservar este trabajo, y además, tu vida personal no es asunto mío. Lo que pasó entre nosotros se acabó.
Su voz se endureció mientras hablaba. ¿Acabó? ¿Por qué se siente como un puñetazo en el estómago? Tenía los dientes apretados, dibujé con mis ojos la línea fuerte y suave de su mandíbula.
—Te afeitaste —le dije. Evidentemente… sin filtrar.
Su mandíbula se aflojó, y él me miró con confusión.
—Uh, sí, lo hice.
Nos sentamos en silencio, y no podía dejar de mirarlo. Sus ojos eran castaños, y sin el desaliño parecía más joven, menos robusto sexy y más el caliente chico de al lado.
Sus ojos se posaron en mis labios, y me di cuenta de que me estaba mordiendo el labio inferior. Dios, quería besarlo de nuevo.
Salté de mi asiento.
—Esta fue una mala idea. Me voy. Dile a Cade que me enfermé o algo así.
Se puso de pie, también.
—No, ____, espera. Lo siento. No te vayas. Yo… mierda, no sé lo que voy a hacer. Me sentaré aquí en silencio, y ustedes dos me pueden ignorar completamente. Te lo prometo.
En ese momento, Lindsay dio un paso hacia el pequeño escenario improvisado, y las luces se encendieron, y la gente aplaudió.
Si yo iba a salir, tenía que hacerlo ahora. Si me levantaba en medio de la canción, Lindsay me vería y estaría enojada.
Así que, en contra de mi mejor juicio, me senté de nuevo.
Joe mantuvo su promesa, y mantuvo sus ojos pegados a la pantalla. Me senté en silencio mientras Lindsay hizo su prueba de sonido, mi cuello se tensó con fuerza por resistir mirarlo.
Cade llegó de nuevo exactamente mientras Lindsay estaba dando su introducción.
—Hola —susurró—. Randy estaba en un transporte escolar, y me prestó una toalla. Pensé que sería mejor que un montón de servilletas.
Luego levantó uno de mis pies pegajosos en su regazo, me quitó el zapato y empezó limpiando mi pierna con la toalla húmeda. Me reí cuando pasó una sección particularmente delicada.
Oí a Joe dejar de escribir.
Por puro instinto, lo miré, pero él estaba mirando a Cade… y a mis piernas. Me aclaré la garganta y tiré mi pie hacia atrás. Tomé la toalla de Cade y dije: —Gracias, creo que puedo hacerlo. No confío en que no me hagas cosquillas.
Joe regresó a su ordenador, Cade se centró en Lindsay, y yo agaché la cabeza para echar un vistazo más de cerca a mis pies. Cuando estaba segura de que no me veían, apreté los ojos cerrados y deje escapar un grito silencioso. Un grito real me haría sentir mejor, pero tomaría lo que pudiera conseguir.
Reconocí algunas de las primeras canciones de Lindsay, después de haberlas oído tocar en varias ocasiones, tanto en el escenario y en la sala de espera durante los ensayos y entre clases. Tenía un gran sonido crudo, acústico, y sus letras eran siempre algún tipo de comentario social, llamando a la gente en sus mentiras. Es por eso que cuando ella se inclinó hacia el micrófono y presentó su siguiente canción, yo estaba tan increíblemente sorprendida.
—La siguiente es algo diferente para mí. El encantador propietario de este establecimiento —ella señaló a un lado—. Saluden a Kenny. —Él miró a la fuerza, pero ondeó la mano—. De todos modos… Kenny me pidió que tocara al menos una canción que no fuera… ¿Cómo lo dijiste, Kenny? Amarga o política, creo que es lo que dijo. Y ya que soy incapaz de escribir algo así, estoy cantando una canción escrita por un amigo mío, que desea permanecer en el anonimato. Se llama: Resistir.
La canción abrió con suavidad, con una simple progresión de cuerdas, similar al sonido normal de Lindsay. Luego dio vuelta, se convirtió en triste, apasionada, casi desesperada. Ella cantó… y deseé haberme ido cuando tuve la oportunidad.
Las tranquilas conversaciones que habían estado ocurriendo antes pararon. Fue un cambio tan dramático que todos los ojos estaban fijos en ella. Pero podría jurar que sentí un par de ojos en mí.
Su mirada era este peso físico presionando contra mi piel. Mi corazón latía rápidamente en mi pecho y mi respiración llegó más corta. No quería resistir. No podía evitarlo. Lo miré.
Pero él no me miraba. No estaba escribiendo, pero sus ojos estaban fijos en su computador, y parecía… inconsciente. ¿Era sólo yo? ¿Estaba imaginando todo?
De repente, yo no quiero estar más aquí. No podía estar cerca de él. Iba a volverme loca. Fue una estupidez… incluso más estúpido de lo que habría sido tener una aventura de una noche, pero me gustaba. A él no le gustaba Shakespeare, y manejaba una motocicleta, y era mi maestro… pero me gustaba.
¡Hola chicas!
Perdón por la demora, la universidad no me deja mucho tiempo libre u.u
Estoy aprovechando un momento para subirles este capítulo, cuando la escuela me lo permita subo el siguiente. Espero no se molesten y me entiendan.
Bueno, ojalá les guste.
Besos
Natuu♥!
Mi cara estaba presionada contra la mesa en la sala de estudiantes, mientras que Kelsey trataba de inflarme con papas fritas y otros carbohidratos maravillosos.
Ella me dio unas palmaditas en la espalda a medias. No había nada ni remotamente maternal en Kelsey, pero al menos estaba tratando.
—Estás exagerando, ____. La única cosa que sentía en el aire era la tensión sexual. Quiero decir, él no te miro a menudo, pero cuando lo hizo… ¡Hola! ¡Desmayo!
—No hay manera de que pueda sobrevivir a un semestre en esa clase.
—Eso es ridículo. Eres una actriz. Los actores duermen entre sí todo el tiempo, y luego siguen adelante. Demonios… ¿No te acuerdas del primer año de carrera cuando no querías salir con Dom en esa escena, y Eric los envió a la otra habitación y les dijo que se besaran hasta que ustedes estuvieran cómodos uno con el otro?
—¿Por qué traes a colación lo que es, hasta el día de hoy, el segundo momento más humillante de mi vida?
Ella rodó los ojos.
—Porque lo superaste.
—Nunca me olvidaré de haber tenido la lengua de Dom en mi garganta. Aún puedo sentir el asqueroso sabor.
—Vas a estar bien, ____. Son cinco meses. Y sólo tienes que verlo durante tres horas a la semana. Habrá terminado antes de que te des cuenta. Luego, puedes saltar sobre sus huesos una vez más antes de viajar por el mundo conmigo.
—Hay tantas cosas locas en esa declaración que ni siquiera sé por dónde empezar.
—Vas a comenzar por comer, o vamos a llegar tarde a Dirección.
Gruñendo, empujé unas cuantas papas fritas en mi boca para calmarla.
Hurgó en su bolso para buscar su teléfono, pero sus manos se cerraron en torno a algo más.
—Oh, lo olvidé. Tengo analgésicos… ¿Quieres alguno?
Tragué saliva y dije: —¿Por qué querría eso?
Ella arqueó su cabeza hacia un lado.
—¿No tienes dolor después de… tú sabes… enloquecer?
Estúpida ____. Tan loca y estúpida.
—¡Oh! Oh, cierto. No, no, estoy bien. Tomé un montón esta mañana. Estoy bien, gracias.
—Qué chica.
Avancé por el resto del día en piloto automático, lista para volver a casa y meterme en el capullo de olvido que es el sueño. Ni siquiera me molesté en quitarme la ropa antes de caer en la cama.
Mi teléfono me despertó unas horas más tarde. Era Cade.
—Hola nena. ¿Estás lista para pasar el rato?
Miré con ojos empañados al reloj. Pm. Eran sólo las 7 en punto.
Bostecé.
—Sí… claro. ¿Qué tienes en mente?
—Bueno, yo estaba pensando…
—No beber —lo interrumpí—. No puedo manejar ninguna bebida.
Se echó a reír.
—¿No hay pelo de perro para ti? Bien… Lindsay tocará esta noche en Grind. ¿Qué tal suena el café?
Volví a bostezar. Lindsay era una compañera de la clase de teatro. Una noche escuchando su música sería simple y suave. Exactamente lo que necesitaba.
—El café suena perfecto.
Cuando salí 20 minutos después, mi cabeza osciló de un lado a otro, paranoica de poder encontrarme con Joe. Cuando estuve segura de que no había nadie alrededor, corrí al estacionamiento y subí al golpeado y viejo Honda de Cade.
Me saludó con una sonrisa. Resistí a la tentación de mirar hacia atrás en la dirección del apartamento de Joe.
—Olvidé mencionarte antes, que te veías bien hoy. Quiero decir, menos que la encantadora resaca de calidad. Nunca usas faldas en clase.
Quería decir: ¡Sólo conduce ya! Pero eso habría sonado loco, incluso para mí. Así que respondí: —Oh, me quemé la pierna, y no tengo que usar ropa apretada sobre ella.
—¿En serio? —Preguntó—. ¿Qué pasó?
No podía decirle exactamente la verdadera razón. Porque entonces él querría saber de quién era la motocicleta en la que había estado y por qué había estado en ella y bla, bla, bla.
—Oh, me quemé con mi plancha.
—¿Te quemaste la pierna con tu plancha? ¿Qué tan largo es el vello de tus piernas?
Pensarías que después de todas las mentiras que había dicho en las últimas veinticuatro horas sería un poco mejor en eso. Estarías equivocado.
—Ja, ja. ¡Tan gracioso! —Hice una mueca—. La hice caer de la encimera, rufián, y me dio en la pierna.
Yo jugaba con la ventilación de aire acondicionado a pesar de que apenas funcionaba en su pedazo de coche chatarra.
—Solo no dejes caer el café en ti misma. O mejor aún… toma un café helado.
Le dije: —Sí, sí capitán.
Grind era una linda casita en el borde del campus que se había convertido en una cafetería hace unos años. En el interior pedias el café, y fuera había una terraza donde se organizaba música en vivo casi todas las noches. El interior estaba lleno. Envié a Cade fuera para que encontrara asientos, y le dije que obtendría las bebidas. Ordené un café moka helado para mí y un batido para Cade. Ni siquiera le gusta el café, pero viene aquí por mí.
Me paré en la fila durante 10 o 15 minutos, así que para cuando me dirigí afuera, no tenía ni idea de dónde estaba Cade. Caminé entre las mesas, asintiendo con la cabeza a la gente que conocía, evitando el contacto visual con aquellos que no. Capté con el rabillo del ojo a Lindsay en el escenario mientras se estaba preparando, y ella sonrió.
Finalmente, vi de pie a Cade en una mesa cerca de la parte delantera. Era un lugar impresionante teniendo en cuenta lo lleno que estaba este lugar.
Me acerqué por detrás y codeé su espalda.
—Jesús, Cade, pensé que nunca te encontraría aquí. ¿No podías al menos haber enviado un mensaje de texto?
Cade me miró por encima del hombro, luego envolvió su brazo alrededor del mío, y tomó el batido de mi mano izquierda.
—Lo siento, nena, estaba hablando y me distraje. ¡Mira quién es!
Me tira hacia delante, y ahí estaba Joe.
Esta vez, no tuve la suerte de dejar el café. Así que cuando vi a Joe, se deslizó de mi mano, y salpicó mis pies.
Cade, con sus súper rápidos reflejos, lo esquivó por poco, antes de tenerlo todo en sus zapatos.
—Santa mierda, ____. Yo estaba bromeando sobre el café helado, pero me alegro de que me escucharas. Juro que no solías ser tan torpe.
Yo todavía no podía hablar. Mis pies estaban fríos y pegajosos. Y mi cara se sentía demasiado caliente.
—Aquí —dijo Cade—. Siéntate, el Sr. Jonas dijo que podíamos compartir su mesa.
—Es Joe, Cade. —Estoy segura de que se lo había dicho a Cade media docena de veces ya.
Cade no le hizo caso y se volvió hacia mí.
—Voy a correr dentro y conseguirte unas servilletas. ¿Quieres otra bebida?
—No, no. Estoy bien, Cade. Tú quédate. Iré a limpiarme.
—Olvídalo. Te gusta la música de Lindsay mucho más que a mí. Todas esas cosas de “ser el cambio” y “chicas al poder”. No quiero que te lo pierdas. Siéntate. —Esta vez, sus manos sobre mis hombros me empujaron hacia abajo hasta que mi trasero golpeó el asiento. Entonces se fue, y me quedé a solas con Joe de nuevo.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Mi pregunta salió enojada.
En comparación, él estaba dulce y tranquilo, y posiblemente un poco triste.
—Mi internet todavía no está conectado en el apartamento, y tenía que revisar mi correo electrónico. Me puedo ir, si lo deseas.
Sí.
—No —suspiré—. No voy a sacarte corriendo. Desearía que no nos hubieras invitado a sentarnos contigo.
—Bueno, Cade no dijo que estaba aquí contigo. Sólo estaba tratando de ser amable.
—Lo siento… es que… esto es incómodo. Cade no sabe…
—… no voy a decirle, si es eso lo que te preocupa. Me gustaría conservar este trabajo, y además, tu vida personal no es asunto mío. Lo que pasó entre nosotros se acabó.
Su voz se endureció mientras hablaba. ¿Acabó? ¿Por qué se siente como un puñetazo en el estómago? Tenía los dientes apretados, dibujé con mis ojos la línea fuerte y suave de su mandíbula.
—Te afeitaste —le dije. Evidentemente… sin filtrar.
Su mandíbula se aflojó, y él me miró con confusión.
—Uh, sí, lo hice.
Nos sentamos en silencio, y no podía dejar de mirarlo. Sus ojos eran castaños, y sin el desaliño parecía más joven, menos robusto sexy y más el caliente chico de al lado.
Sus ojos se posaron en mis labios, y me di cuenta de que me estaba mordiendo el labio inferior. Dios, quería besarlo de nuevo.
Salté de mi asiento.
—Esta fue una mala idea. Me voy. Dile a Cade que me enfermé o algo así.
Se puso de pie, también.
—No, ____, espera. Lo siento. No te vayas. Yo… mierda, no sé lo que voy a hacer. Me sentaré aquí en silencio, y ustedes dos me pueden ignorar completamente. Te lo prometo.
En ese momento, Lindsay dio un paso hacia el pequeño escenario improvisado, y las luces se encendieron, y la gente aplaudió.
Si yo iba a salir, tenía que hacerlo ahora. Si me levantaba en medio de la canción, Lindsay me vería y estaría enojada.
Así que, en contra de mi mejor juicio, me senté de nuevo.
Joe mantuvo su promesa, y mantuvo sus ojos pegados a la pantalla. Me senté en silencio mientras Lindsay hizo su prueba de sonido, mi cuello se tensó con fuerza por resistir mirarlo.
Cade llegó de nuevo exactamente mientras Lindsay estaba dando su introducción.
—Hola —susurró—. Randy estaba en un transporte escolar, y me prestó una toalla. Pensé que sería mejor que un montón de servilletas.
Luego levantó uno de mis pies pegajosos en su regazo, me quitó el zapato y empezó limpiando mi pierna con la toalla húmeda. Me reí cuando pasó una sección particularmente delicada.
Oí a Joe dejar de escribir.
Por puro instinto, lo miré, pero él estaba mirando a Cade… y a mis piernas. Me aclaré la garganta y tiré mi pie hacia atrás. Tomé la toalla de Cade y dije: —Gracias, creo que puedo hacerlo. No confío en que no me hagas cosquillas.
Joe regresó a su ordenador, Cade se centró en Lindsay, y yo agaché la cabeza para echar un vistazo más de cerca a mis pies. Cuando estaba segura de que no me veían, apreté los ojos cerrados y deje escapar un grito silencioso. Un grito real me haría sentir mejor, pero tomaría lo que pudiera conseguir.
Reconocí algunas de las primeras canciones de Lindsay, después de haberlas oído tocar en varias ocasiones, tanto en el escenario y en la sala de espera durante los ensayos y entre clases. Tenía un gran sonido crudo, acústico, y sus letras eran siempre algún tipo de comentario social, llamando a la gente en sus mentiras. Es por eso que cuando ella se inclinó hacia el micrófono y presentó su siguiente canción, yo estaba tan increíblemente sorprendida.
—La siguiente es algo diferente para mí. El encantador propietario de este establecimiento —ella señaló a un lado—. Saluden a Kenny. —Él miró a la fuerza, pero ondeó la mano—. De todos modos… Kenny me pidió que tocara al menos una canción que no fuera… ¿Cómo lo dijiste, Kenny? Amarga o política, creo que es lo que dijo. Y ya que soy incapaz de escribir algo así, estoy cantando una canción escrita por un amigo mío, que desea permanecer en el anonimato. Se llama: Resistir.
La canción abrió con suavidad, con una simple progresión de cuerdas, similar al sonido normal de Lindsay. Luego dio vuelta, se convirtió en triste, apasionada, casi desesperada. Ella cantó… y deseé haberme ido cuando tuve la oportunidad.
No importa qué tan cerca, tú siempre estás demasiado lejos.
Mis ojos se sienten atraídos donde quiera que estás.
Mis ojos se sienten atraídos donde quiera que estás.
Las tranquilas conversaciones que habían estado ocurriendo antes pararon. Fue un cambio tan dramático que todos los ojos estaban fijos en ella. Pero podría jurar que sentí un par de ojos en mí.
Estoy cansado de la forma que ambos pretendemos.
Cansado de siempre querer y nunca ceder.
Puedo sentirlo en mi piel, lo veo en tu sonrisa.
Somos más. Siempre lo hemos sido.
Piensa en todo lo que hemos perdido.
Cada caricia y cada beso.
Debido a que ambos insistimos.
Resistimos.
Cansado de siempre querer y nunca ceder.
Puedo sentirlo en mi piel, lo veo en tu sonrisa.
Somos más. Siempre lo hemos sido.
Piensa en todo lo que hemos perdido.
Cada caricia y cada beso.
Debido a que ambos insistimos.
Resistimos.
Su mirada era este peso físico presionando contra mi piel. Mi corazón latía rápidamente en mi pecho y mi respiración llegó más corta. No quería resistir. No podía evitarlo. Lo miré.
Aguanta la respiración y cierra los ojos.
Distráete con otros hombres.
No son ninguna sorpresa, tus suspiros derrotados.
¿No estás cansada de las mentiras?
Distráete con otros hombres.
No son ninguna sorpresa, tus suspiros derrotados.
¿No estás cansada de las mentiras?
Pero él no me miraba. No estaba escribiendo, pero sus ojos estaban fijos en su computador, y parecía… inconsciente. ¿Era sólo yo? ¿Estaba imaginando todo?
Piensa en todo lo que hemos perdido.
Cada caricia y cada beso.
Debido a que ambos insistimos.
Resistimos.
No importa qué tan cerca, tú siempre estás demasiado lejos.
Mis ojos se sienten atraídos donde quiera que estás.
Cada caricia y cada beso.
Debido a que ambos insistimos.
Resistimos.
No importa qué tan cerca, tú siempre estás demasiado lejos.
Mis ojos se sienten atraídos donde quiera que estás.
De repente, yo no quiero estar más aquí. No podía estar cerca de él. Iba a volverme loca. Fue una estupidez… incluso más estúpido de lo que habría sido tener una aventura de una noche, pero me gustaba. A él no le gustaba Shakespeare, y manejaba una motocicleta, y era mi maestro… pero me gustaba.
Ya he terminado. No voy a ignorarlo.
No voy a pretender o resistir.
Quiero más.
No voy a pretender o resistir.
Quiero más.
¡Hola chicas!
Perdón por la demora, la universidad no me deja mucho tiempo libre u.u
Estoy aprovechando un momento para subirles este capítulo, cuando la escuela me lo permita subo el siguiente. Espero no se molesten y me entiendan.
Bueno, ojalá les guste.
Besos
Natuu♥!
Última edición por Natuu! el Lun 18 Feb 2013, 1:12 am, editado 1 vez
Natuu!
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