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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
O W N :: Archivos :: Novelas Abandonadas
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Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Hahahaha, si, party, party, party okeyno .-. xd, lo sé es tan lindo, luego sabrás porque la llama así ;), ya la sigo, estaba haciendo un pequeño maratón.
-Vanessa.
-Vanessa.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 4. Parte II:
Me desperté a las seis en punto como siempre para apagar mi alarma; la silencio e intente, sin éxito, moverme lejos de Justin. Tenía mi cabeza en su pecho y mi pierna en su entrepierna, lo cual como siempre, ya estaba llena de “gloria matutina” que les pasaba a todos los chicos. El tenía su mano en mi rodilla, fijando mi pierna ahí, y su otro brazo envuelto tensamente alrededor de mi cintura. Cuando trate de moverlo, apretó su agarre, murmurando algo en sueño sobre ya no querer ir más a la universidad.
Moví mi brazo y toque su estomago.
— Seis en punto — murmure, tocándolo de nuevo cuando no abrió los ojos.
El gruño y apretó su agarre, moviéndome así que quede completamente encima de el. Podía sentir su erección presionando entre mis piernas. Jadee con la sensación, era extraño pero en verdad se sintió bien. ¿Qué demonios está mal conmigo? ¡Este es Justin por el amor de Dios! Trate de liberarme, pero eso solo nos hizo rozarnos en lugares en los que preferiría no pensar en el amigo mujeriego de mi hermano, en un contacto mejor amigo. Mi cuerpo comenzó a cosquillear y no pude evitar que un pequeño gemido se me escapara de los labios. Oh Dios Mío, ¡eso en verdad se siente bien!
— ¿Justin? — le susurre/grite.
El abrió sus ojos de golpe y me miro, impactado. Su expresión rápidamente cambio a una sonrisa de marca, la cual quería golpear fuera de su rostro.
— Bueno, buenas días, Ángel. Wow, esto es una primera vez — ronroneo, alzando sus cejas, su sonrisa de asombro.
— ¿Me soltarías por el amor de Dios? — le susurre grite. El alzo sus manos a modo de rendición y rápidamente rodé encima de el.
— Son las seis — refunfuñe, frunciendo el ceño.
El se volteo de lado para mirarme.
— Está bien. No estés enojada conmigo todo el día hoy, por favor. No sabía que había hecho eso, lo siento, Ángel, ¿está bien? —susurro, besando mi frente antes de salir rápidamente de la cama para ponerse su ropa.
— Esta bien, lo que sea — murmure, posicionándome en su lugar cálido de la cama donde había estado acostado.
— Te veré después — Me dirigió un guiño antes de salir por la ventana.
Dándome la vuelta, enterré mi rostro en su almohada, todavía puedo olerlo y eso me hace sentir segura y calmada. Me hundí en un sueño pacifico por otra hora.
Después de vestirme más pacíficamente que ayer, me concentre en mi iPod y estaba bailando felizmente cuando lo vi comiendo de mi cereal de nuevo. ¡Cada jodido día! Suspire y robe el cereal de sus manos.
— ¡Demonios, Justin, hay como cuatro cereales en las alacenas y solo comes el mío! ¿Por qué? ¿Lo hacer solo para enojarme? — pregunte, frunciendo el ceño, cuando comencé a masticar mi desayuno.
— Buenos días para ti también, Ángel —dijo educadamente, con una sonrisa de diversión en su rostro.
— Claro, hola — me deje caer y comí mi cereal mientras Jake entraba a la cocina.
— Hey, chicos, ¿están casi listos para irse? — pregunto Jake, lanzándonos a cada uno una caja dejugo como siempre.
Ambos asentimos y nos dirigimos al auto de Justin. Mientras me acercaba a la escuela, Sean me agarro y me llevo para una charla.
— ¿Qué pasa? — pregunte, preocupada.
Parecía un poco desesperado; su cabello estaba desorganizado, como si hubiera estado jalándolo o pasando sus manos por él un montón, sus ojos estaban tensos con estrés.
— Olvide que el cumpleaños de Terry es mañana, ¡y no tengo idea de que darle! — chillo desesperadamente, pasando su cabello fuertemente, confirmando mis sospechas sobre el estilo.
— Cálmate, todavía tienes tiempo. Ahora, ¿Qué clase de cosas le gustan? — pregunte, pensando en Terry y todo lo que sabía sobre ella.
— Quería darle algo que pudiera quedara con él, pero no se qué…— cerro sus ojos, obviamente entrando en pánico.
— Sean, cálmate. ¿Qué te parece unos lindos pendientes? ¿Le gustan las piedras, verdad? También podrías darle un nuevo joyero o algo para ponerlas dentro— sugerí.
Su rostro se ilumino.
— ¡Sí! Tiene un gusto por los joyeros antiguos en este momento. ¡Esa es una idea genial! Oh, gracias ______. ¡Te debo a lo grande! Voy a saltarme la mañana para conseguirla— dijo, sonriendo emocionado y corriendo, gritando adiós por su hombro.
Camine de regreso al colegio y note que no había casi nadie.
Mier’da santa, ¿Llego tarde? Comencé a correr por el pasillo; pude ver a Justin y un par de amigos caminar hacia mí.
— Disminuye la velocidad, Ángel, te caerás. —grito Justin, sonriéndome mientras yo medio corría, medio caminaba hacia él.
Cuando lo pase,el saco su pie para hacerme tropezar, pero antes de que golpeara el suelo envolvió sus brazos apretadamente alrededor de mi cintura, y me levanto.
— Caray, Ángel, sé que soy caliente, pero no necesitas caer a mis pies — bromeo, haciendo reír a todos sus amigos. Lo golpee en el pecho fuertemente, mirándolo —Oh también me gusta un poco rudo, Ángel, sabes eso —dijo, sonriendo retorcidamente.
Todavía no había soltado mi cintura, dio un paso hacia adelante y presiono su cuerpo contra el mío, sus manos se deslizaron hacia mi trasero.
— Mmm, genial —ronroneo en mi oído.
Odiaba ser tocada; traía recuerdos de mi padre. Jadee, y antes de que siquiera pudiera pensar en lo que estaba haciendo, subí mi pierna y lo golpee en las pelotas. El gruño y me soltó rápidamente, doblándose por la mitad y agarrando su ingle.
— ¡Mantén tus jodidas manos fuera de mi! — grite, tratando de no llorar. Estaba luchando por respirar y mis manos estaban temblando.
Me di la vuelta para alejarme corriendo, pero me agarro por la mano y me empujo de vuelta hacia él.
— Ángel, solo estaba bromeando, sabes que nunca te haría daño —gimió.
Su voz se quebró un poco, sonaba como si tuviera dolor. Miro directamente a mis ojos; pude ver la honestidad en sus profundos ojos mieles acuosos. Me dio un abrazo y puso sus labios en mi cuello, justo donde se unía con mis hombros y respiro profundamente por su nariz, enviando a su aliento caliente a bajar por mi cuello. Esto es lo que siempre hacia para calmarme, cuando lloraba en su hombro; esta era la única cosa que parecía funcionar. Podía sentir su corazón latiendo rápidamente contra mi pecho, así que me concentre en hacer juego con mi respiración y la suya. Respire su olor hasta que me había calmado. Me moví hacia atrás y el solo me estaba mirando, arrepentimiento en su rostro.
— Lo siento, no debería haber hecho eso, Ángel, no pensé — dijo en tono de disculpa.
Asentí con la cabeza y bufé, limpiándome la cara con la manga.
— Yo también lo siento. ¿Te duele? — le pregunté, haciendo una mueca ante la idea de cuan fuerte le había dado un rodillazo.
Se encogió de hombros.
— Estoy bien, fué mi culpa — respondió, inclinándose para mirarme a los ojos de nuevo. Aparte la vista rápidamente, sintiéndome incomoda. Tenía la sensación de que cuando Justin me miraba a los ojos, podía ver el verdadero yo, el que trataba de esconderse de todo el mundo, la niña asustada a la que no le gusta que la gente la toque, porque me traía recuerdos de aquellos domingos y mi padre llevándome al sofá, guiándome a sentarme en su regazo.
Cuando la gente me tocaba, incluso las chicas, mi corazón se iba a toda marcha y siempre comenzaba a sentirme enferma. Las únicas excepciones a esto son mi mama, Jake y Justin. Esta era la razón exacta por las que no tenia citas. La idea de que alguien me tocara o besara, hacia que mi piel se pusiera de gallina.
Aparte la vista de él y me di cuenta una gran mancha húmeda en el hombro en el que había estado llorando. La limpié, frunciendo el ceño.
— He arruinado tu camisa
— Tengo otras, Ángel, no te preocupes — contesto con una sonrisa fácil, que no era la sonrisa de satisfacción que le ha dado a otras personas, era una sonrisa sincera, que por lo general solo se consigue en la noche o cuando no hay nadie alrededor.
Miré a mi alrededor y me di cuenta que estábamos solos en el pasillo, me quede sin aliento en estado de shock.
— ¿Dónde? — murmure, mirando arriba y abajo del pasillo desesperadamente.
— Ellos fueron a clase — respondió — Vamos, no hay razón para ir al final, así que vamos a ir por un trago o algo así. — Me tomo de la mano hacia el estacionamiento, hacia su coche.
— Justin, ¿Qué? ¡No puedo faltar a clase! — grite, mirando a mi alrededor rápidamente para ver si alguien veía a dos estudiantes escapando fuera de la escuela.
Se echo a reír.
— Vamos, Ángel, una clase no te hará daño. Ya estas diez minutos tarde de todos modos —Abrió la puerta del pasajero y me hizo señas para entrar.
Suspire y de mala gana me subí dentro. Realmente no me importaba pasar tiempo con Justin, pero eso solo dependía de cual Justin estaría aquí conmigo, el de noche o el de día. El Justin de noche es considerado, cariñoso y atento. El Justin de día era un coqueto, un hijo de pu’ta y un pelmaz’o. Sin embargo, el Justin de día y de la noche me hacía sentir segura y protegida. Me volví a mirarlo mientras conducía, tenía una pequeña sonrisa en su rostro.
— ¿Qué te pasa? — le pregunte, un poco preocupada de que esto fuera a convertirse en una especie de broma que iba a acabar mal para mí o avergonzarme.
— ¿Qué quieres decir? ¿No puedo estar contento de que estemos pasando un tiempo juntos? — me pregunto, y me dio un guiño coqueto. Puse los ojos y gemí. Genial, una hora con el Justin del día es mi peor pesadilla.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 5. Parte I:
No estaba prestando atención a dónde íbamos, así que me sorprendí cuando nos estacionamos de la pista de hielo. El sonrió y se levanto, y yo le seguí con el ceño fruncido.
— ¿Qué estamos haciendo aquí? —le pregunte mientras me agarraba la mano y me llevaba dentro. Tal vez tenían un buen café en el interior o algo, que era la única razón que se me ocurrió para que me trajera aquí.
Hizo caso omiso a mi pregunta.
— Hola, por favor, dos —dijo a la señora detrás del mostrador, entregándole el dinero. Di un grito ahogado ¿en realidad íbamos a patinar? Había estado patinando un par de veces en mi vida, pero completamente terrible en ello.
— ¿Necesitas alquilar patines? — pregunto la señora con una sonrisa amigable, mientras sus ojos discretamente recorrían el cuerpo de Justin.
— Si, un once y un cinco por favor —respondió, guiñándome un ojo. Fruncí el ceño mientras hablaba, preguntándome cómo demonios conocía mi talla de zapato.
Le paso dos juegos de patines y el sonrió de nuevo, tomo mi mano y me arrastro a los bancos. Me di cuenta que la señora no dejaba de ver a Justin mientras se alejo, y ella se relamía los labios en su trasero. Me reí y puse los ojos en ella, lo cual la hizo ruborizarse y mirar hacia otro lado.
— ¿Qué es tan gracioso? — pregunto Justin, mirándome extrañamente.
— Tienes otra admiradora — declare, asintiendo con la cabeza hacia la mujer — Simplemente no puedes evitar ser tu mismo, ¿puedes? — bromee con una pequeña sonrisa.
— No te preocupes, no estoy interesado en ella — respondió, como si quisiera decirme algo.
— ¿Preocupada? Justin, yo no estaba preocupada —Me burle de eso, mientras ponía los ojos.
Nos cambiamos a nuestros patines y nos dirigimos hacia el hielo. No había nadie más allí, probablemente debido a que era solo justo después de las nueve de la mañana.
— ¿Por qué estamos haciendo esto? Sabes que no puedo patinar —hice una mueca, mirando el hielo, comenzando a entrar en pánico.
El se rio y tiro de mi hacia el hielo.
— Lo sé, lo recuerdo. No te preocupes, te ayudare— Justin y mi hermano jugaban hockey sobre hielo para la escuela; Jake era el portero y Justin el delantero. Ambos habían patinado desde hace años, pero yo nunca había sido capaz de hacerlo. Me encantaba ver a la gente patinando y siempre desee poder aprender, pero literalmente no podía ponerme de pie. Tomo mis dos manos mientras resbalaba y me deslizaba por todo el lugar. El estaba mirando hacia atrás, frente a mí.
— Estas doblando los tobillos ligeramente, Ángel. Trata de mantenerlos de forma recta, por eso no tienes ningún control —dijo, mirando mis pies.
Me quede más recta y sentí que mis pies se deslizaban hacia afuera por debajo de mi, al instante, me agarro por la cintura y se inclino hacia atrás de manera que ambos caímos y caí encima de él, su cuerpo rompiendo mi cadera. Se rio debajo de mí, me empujo hasta las rodillas, así que yo estaba a caballo, luego me senté a su lado. Yo no podía ponerme de pie así que espere a que se levantara primero.
— Esta bien, intentemos el numero dos —Sonrió, tirando de mi a mis pies con facilidad — Párate derecha y mantén tus pies quietos, te voy a tirar de todo hasta que puedas conseguir el equilibro — Le dio una patada a mis patines con suavidad, empujándolos para juntarlos a medida que se apoderaba de mis manos con fuerza.
Me las arregle para mantenerme en pie durante un tiempo antes de perder el equilibrio. Una vez más, me agarro de la cintura y se inclino hacia atrás para que cayera encima de él.
— ¿Por qué sigues haciendo eso? — le pregunte, empujándome a mi misma en una posición sentada de nuevo. Podía sentir el hielo comenzar a mojar la parte de atrás de mis jeans, haciéndome temblar.
— ¿Haciendo qué? — pregunto, mirándome con una expresión confusa.
— Cada vez que comienzo a resbalarme, te dejas caer haciéndome aterrizar encima de ti. Te vas a lastimar —explique frunciendo el ceño.
Se encogió de hombros.
— Mejor que sea yo que tú — murmuro en voz baja, levantándome a mis pies otra vez. Me le quede mirando, sorprendida. ¿Acaba de decir eso? Tal vez le oí mal — Estas mejorando, duraste por lo menos un minuto que la ultima vez — bromeo con su sonrisa patentada.
OK, eso se parece más al Justin que conozco, debí haberlo escuchado mal después de todo.
— Ja, ja. Bueno un minuto está bien para mí. Sabes que no puedo hacer esto — Me queje, cayendo de nuevo al instante. Se las arreglo para sostenerme solo agarrando mis caderas, presionando nuestros cuerpos y levantándome del hielo de manera de que pudiera colocar mis pies de nuevo desde el principio. Sentí a mi corazón latir más rápido, pero no era el temor habitual de que alguien me estuviese tocando, era algo más que yo no podía entender. Me sonroje y mira hacia otro lado mientras él me puso de nuevo sobre mis pies.
— ¿Por qué te sonrojas? — pregunto, frunciendo el ceño, pero mirando divertido a la vez.
— No me sonrojo. Hace frio, eso es todo. Mi trasero está congelado, creo —Me di media vuelta para mostrarle mis pantalones mojados, frotando mi trasero para tratar de alejar un poco el frio. Mire hacia atrás para ver que estaba frunciendo el ceño con los ojos cerrados, lucia como si estuviera herido o algo.
— ¿Estás bien? — le pregunte, todavía frotándome el trasero. El asintió con la cabeza y se quito la camisa, allí parado con sus jeans de corte bajo y su camiseta apretada que dejaba ver los músculos que tenia. Coloco su camisa bajo mi cintura y la ato con un nudo en la frente.
— ¿Qué estás haciendo?, te vas a resfriar — lo regañe mientras trataba de desatar el nudo que había hecho.
— No te preocupes, estaré bien. La próxima vez traeré un suéter de repuesto para tu delicado trasero — respondió, agarrando mis manos y tirando de mi otra vez.
¿La próxima vez? ¿Qué quiere decir con la próxima vez? No es que no esté pasando un buen rato, pero estar aquí con Justin, era extraño, se sentía raro. Bueno, eso no era estrictamente cierto ya que en realidad se sentía bien, por lo que se sentía raro.
— ¡Eso es! Lo estas logrando — susurro, lo que por supuesto me hizo perder el equilibrio de nuevo. Me presione contra el por tercera vez, riendo histéricamente. OK, esto era realmente divertido y no hacía daño. Usualmente, cuando venía a patinar con Jake y se cansaba de atraparme, simplemente me dejaba caer contra mi trasero todo el tiempo. Es unos minutos estaba por lo general magullada y adolorida que me daba por vencida.
— Ves, ahora te estás divirtiendo — Justin se rio, sacudiendo los cristales de hielo de su espalda y sosteniéndome otra vez. Nos las arreglamos para patinar tres vueltas enteras a la pista antes de volverme a caer. Realmente estaba mejorando.
Después de lo que parecía una eternidad, la pista estaba empezando a estar más llena y mi estomago comenzó a gruñir. Ya me estaba cayendo cada vez menos, pero seguí agarrando sus manos con un apretón mortal.
— ¿Qué hora es? — pregunte casualmente cuando nos detuvimos al lado de la pista. El primer periodo sin duda debía estar terminando.
Saco su móvil del bolsillo y aspiro el aire a través de sus dientes blancos nacarados, produciendo un sonido sibilante. OK, eso no sonó bien, tal vez también nos perdimos el segundo periodo…
— Eh, Ángel, la escuela terminara en más o menos una hora — dijo haciendo una mueca.
— ¿QUE? — dije casi gritando, lo que me hizo dar un respingo que a la vez me hizo perder el equilibrio. El me agarro y me deslizo a la baranda plástica de la pista para mantenerme de pie., su cuerpo presionando contra el mío, su cara a centímetros de la mía. Mi corazón comenzó a acelerarse de nuevo. El no se movió. Simplemente se quedo allí mirándome, fijo en mis ojos hasta que comencé a sentirme un poco mareada. De repente me di cuenta que no estaba respirando, así que tome aire en un respiro irregular, el cual parecía sacarlo de allí.
Se retiro, pero dejo sus manos en mi cintura, sosteniéndome.
— Sera mejor que nos vayamos. Si tu hermano se entera que he estado contigo todo el día, me va a cortar las pelotas — dijo con fingido terror, haciéndome reír.
En lugar de sostener mis manos para ayudarme a llegar al lado, continúo sosteniéndome por la cintura, patinando en reversa mientras me arrastraba. En realidad no sabía qué hacer con mis manos, así que las coloque sobre sus hombros. Cuando comencé a caerme de nuevo, se agacho y me recogió en sus brazos, manteniendo uno de sus fuertes antebrazos bajo mi trasero y forzando mis muslos alrededor de su cintura con la otra mano como si no pesara nada. Se volteo en el lugar y patino hacia adelante, rápido. En realidad, daba un poco de miedo. Sostuve mi aliento y lance mis brazos alrededor de su cuello, presionando mi cuerpo contra el suyo tan fuerte como pude, probablemente ahogándolo y sacándole la vista de golpe, pero no se quejo. En lugar de salir por la puerta como esperara que hiciera, patino alrededor de toda la pista de nuevo, para luego caminar fuera del hielo y bajarme en una banca.
¿Qué demonios fue eso?
— ¿Por qué hiciste eso? — le pregunte, sintiéndome un poco incomoda de haber tenido todo mi cuerpo envuelto al suyo. Sin embargo, no sé porque me sentía incomoda al respecto, dado que el envolvía el suyo contra el mío cada noche.
— ¿Hacer que, Ángel? — pregunto, mirando confundido.
Señale el hielo.
— Patinar una vuelta más. ¿Por qué no simplemente tomaste la salida? Patinaste pasándola — esplique, frunciendo el ceño, pero al mismo tiempo sonriendo, ¡este chico es realmente raro!
Parecía un poco incomodo, pero luego reacomodo su expresión a su habitual sonrisa de “hago derretir a las chicas”.
— Me retrasaste todo el tiempo; simplemente quería una vuelta en la que pudiera patinar de frente, eso era todo — Se encogió de hombros.
Me sentí un poco culpable de no haberle permitido divertirse por haberme tenido que cuidar todo el tiempo.
— Justin, ve y patina un poco. Me quedare sentada aquí, está bien. Tu también debes tener un poco de diversión — le sugerí, regalándole una sonrisa.
El sonrió.
— Tuve mucha diversión — Su expresión parecía completamente honesta, se levanto rápidamente y fue por nuestros zapatos.
Última edición por ~RudeGirl~ el Sáb 05 Ene 2013, 3:45 pm, editado 1 vez
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 5. Parte II:
En el camino de regreso a la escuela paso por el auto servicio de McDonald’s.
— Hola, ¿puedo ayudarte? — pregunto el altavoz.
— Eh, sí, quiero un combo de Big Mac con coca-cola y un cuarto de libra con queso con malteada de fresa. ¿Todavía hacen esas cosas con queso fundido? — pregunto Justin.
— Si lo hacemos — crujió el altavoz
El sonrió.
— Genial, un paquete de eso también, por favor — Solo lo mire, un poco atónita, acababa de ordenar mi comida y sabía exactamente lo que quería. Se volvió hacia mí y frunció el ceño — ¿Por qué me miras de esa forma? ¿Me equivoque? — pregunto, mirando ligeramente preocupado y bajando la ventanilla de nuevo listo para cambiar la orden.
Negué con la cabeza mirándolo con asombro.
— ¿Cómo sabes lo que quiero?
El simplemente se rio y me miro como si hubiese dicho algo estúpido.
— Siempre pides lo mismo Ángel y adoras esas asquerosas cosas de queso pero no las tienen todo el tiempo, así que…— se encogió de hombros y rodo el auto hasta la siguiente ventana.
Bien, ahora está empezando a asustarme. ¿Primero, supo mi talla de zapato y ahora conoce lo que como en McDonald’s? Quiero decir, se que probablemente he venido aquí con él y Jake mil veces, pero ni siquiera Jake sabe lo que ordeno y es mi hermano por el amor de Dios. Justin se rio de nuevo y estaciono el auto y estaciono el auto en un espacio para que pudiéramos comer.
Estaba hablando abiertamente sobre un concierto al que quería ir y de una película que vio la semana pasada de zombies que según dijo, me habría matado del susto. Estaba sorprendida de cual fácil era hablar con él; nunca había pasado tanto tiempo con el por mi cuenta antes. Usualmente estaba con Jake o con una banda de chicos, o tenía alguna sanguijuela adherida a su cuerpo, o estábamos durmiendo. Era en realidad muy agradable y divertido. No podía dejar de preguntarme por que escondía esa asombrosa personalidad detrás de la fachada de prostituto, con una actitud masculina de cerdo chauvinista; debería ser así más a menudo.
— ¿Puedo hacerte una pregunta, Ángel? — pregunto, mirándome con seriedad. Asentí y termine el resto de mí malteada — ¿No confías en mí? ¿Cómo pudiste pensar que iba a hacerte daño más temprano en la escuela? He tenido muchas oportunidades de tocarte o forzarte a algo durante los últimos ocho años, ¿no? ¿Por qué crees que te haría daño? — pregunto, luciendo muy triste.
Tome una profunda respiración.
— Fue solo que me tomo por sorpresa, eso es todo; confió en ti, Justin, de verdad. Sé que no me harías daño, solo que es difícil para mí, no me gusta que la gente me toque — Fruncí el ceño al no querer hablar de esto. Nunca nadie me había presionado por detalles acerca de cómo hacia con mi padre. He rechazado ir a la terapia desde que se fue, mi mama y Jake han tratado de hablar sobre, pero yo simplemente no quería que nadie lo supiera. Estaba avergonzada de eso y de lo que el acostumbraba a hacerme. Nunca nadie me había forzado a hablar de ello y yo los amaba aun más por eso.
Justin tomo mi mano.
— Se que no, pero nunca te lastimaría. Necesito que lo sepas — dijo trazando en la palma de mi mano. Todavía lucia realmente herido y molesto y quería hacerlo sentir mejor, pero no sabía cómo.
Lo único que podía hacer era decirle la verdad.
— Justin, cuando alguien me toca, mi corazón se acelera y comienzo a sentirme mareada y enferma. Es algo sobre lo que no tengo control. Las únicas personas con las que no me pasa son con mi mama, con Jake y contigo. Lamento si te molesto, pero no puedo evitarlo. Confío en ti, de verdad.
Eso parecía hacerlo sentir mejor y su rostro se ilumino.
— OK, está bien. Regresemos antes de que tu hermano tenga los perros de ataque listo para rasgarme la garganta — sugirió, riendo entre dientes. Me acomode en mi asiento mientras el manejaba de regreso a la escuela. Entramos al estacionamiento de la escuela cinco minutos antes de la campana de salida.
— Eh, Ángel, probablemente lo mejor sea no contarle nada de lo de hoy a tu hermano. No se supone que tengo que pasar tiempo contigo — dijo encogiéndose de hombros.
No se supone que pase tiempo conmigo. ¿Qué significa eso?
— ¿Por qué no? — pregunte confundida.
Me miro a los ojos de nuevo, haciendo que mi corazón se acelerara un poco.
— Jake lo dijo. Y toma en cuenta de que soy un “desagradable prostituto” como tu tantas veces has dicho. Aparentemente, solo quiero tocar tu agradable trasero — dijo con una sonrisa— Lo cual estaría muy feliz de hacer, si tú lo quieres. Ya sabes, como pago por la clase de patinaje — bromeo, guiñándome el ojo.
Di un grito ahogado. Acababa de pasar todo el día con este chico pasándola muy bien y el podía arruinarlo todo en una loca frase.
— Realmente eres un cerdo, ¿sabías? — gruñí saliendo del colche y azotando la puerta. Pise fuerte en dirección al edificio de matemáticas donde debía estar, para por lo menos aparentar que había estado allí si caminaba en dirección correcta.
Vi a Jake caminar hacia el coche, así que le di unos minutos antes de hacer mi camino y meterme en la parte de atrás como si nada hubiera sucedido.
— Oye, _____, ¿tuviste un buen día? — pregunto Jake cuando entre en el coche.
— En realidad si lo fue, todo el día excepto justo al final cuando alguien lanzo un golpe hacia mi — le respondí con un escogimiento de hombros. Jake inmediatamente le dio una palmada a Justin en la parte posterior de la cabeza.
— ¡Ay, mierda! ¿Por qué fue eso? — pregunto Justin, frotándose la cabeza.
— Por golpear a mi hermanita — Jake se encogió de hombros.
— ¿Cómo sabes que fui yo? — se quejo Justin. Me reí mientras Justin me lanzaba una mirada sucia y saque mi iPod.
— _____, viéndose como es viernes…— dijo Jake, apagándose.
Gemí, sabiendo al instante de que se trataba. Su tradición semanal.
— ¡No! ¡Ninguna fiesta! Vamos, Jake, ¿en serio? ¿Tiene que ser en nuestra casa todas las semanas? ¡Ni siquiera hay juego esta noche! Se supone que es una fiesta para después del juego. Quiero decir, ¿nadie más puede hacerla por una semana para que no tenga que limpiar todo después de que se larguen tus idio.tas amigos borrachos? — pregunte, mirando a Justin de nuevo.
— ¡Oye, no me metas en esto; siempre ayudo a limpiar! — exclamo Justin a la defensiva.
Suspire, sintiéndome derrotada. Mi hermano hacia una fiesta en nuestra casa todos los viernes por la noche porque no teníamos supervisión paterna, así que era más fácil hacerla en nuestra casa. No sé porque me molestaba en quejarme al respecto, sucedía independientemente si me gustara o no. Subí el volumen de mi iPod para ahogar la voz de los chicos hablando sobre quien se iban a enredar y mire por la ventana. Pude ver a Justin tratando de hacer contacto visual conmigo pero no le hice caso y fingí que me perdía por completo en la canción.
Última edición por ~RudeGirl~ el Sáb 05 Ene 2013, 3:46 pm, editado 1 vez
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Les dejé un maratón, luego la sigo. Si comentan muchas, el maratón se hace más grande y me dan mucho ánimo de seguirla.
-Vanessa.
-Vanessa.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Perdón, era Patch.... Él es un ángel caído de uno de mis libros favoritos :3 y él le dice ángel a su novia...
jdmelanyprincess
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
new reader :oops: amo tu novelaa y me gustaria que la siguieras pronto please ;) !!!!!!!!
angelly vanee
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Hola! Aqui estoy yo de nuevo molestándote la vida :)
Hahahaha
SÍGUELA pronto
PD: Pásate por mi novela
https://onlywn.activoforo.com/t23310-vecino-asesino-harry-styles-y-____#1353511
Besos
Hahahaha
SÍGUELA pronto
PD: Pásate por mi novela
https://onlywn.activoforo.com/t23310-vecino-asesino-harry-styles-y-____#1353511
Besos
Anne Hale
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Hola de nuevo! :B, ya la sigo , gracias por comentar, besos para ti también Anne ;), ahorita me paso por tu nove.
-Vane.
-Vane.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
HOLAAAA DE NUEVO!!!
me encanta tu novela créeme que es simplemente hermosaa... adoro a Justin siguelaaa por fis es asombrosa!!
me encanta tu novela créeme que es simplemente hermosaa... adoro a Justin siguelaaa por fis es asombrosa!!
almendrita1802
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 6. Parte I:
Después de cenar, Jake y Justin salieron a buscar bebidas para la fiesta como siempre. Así que aproveche la oportunidad de tomar un agradable baño, haciéndome sentir relajada y fresca. Gruñí ante el pensamiento de otra fiesta. Ellos no se ponían salvajes o algo por el estilo, pero se quedarían hasta por lo menos dos o tres de la mañana. Encima de la falta de sueño, había un gran desastre que limpiar en la mañana, tanto dentro como fuera.
Me seque y me envolví en la toalla. Cuando di un paso fuera del baño, choque directo contra Justin. Sus manos se extendieron para sostenerme, agarrando mi muñeca para que no cayera. Apreté la toalla más fuerte y trate de calmar a mi acelerado corazón.
— Wow, me gusta tu atuendo —dijo, mirándome de arriba abajo lentamente. Retira sus manos de mi y entre pisoteando a mi habitación, azotando la puerta al pasar.
Tan pronto la puerta se cerro, el toco.
— ¿Qué, Justin? — pregunte amargamente a través de la puerta cerrada.
— Ángel, abre la puerta, por favor — pidió, agarrando el pomo.
— Justin, ¿podrías simplemente irte? Enserio, ¡no estoy vestida! — Fruncí el ceño y puse mi pie, y de inmediato me sonroje y le di las gracias a Dios que es estuviera del otro lado de la puerta y no pudiera verme.
— Ángel, ¿por favor? — rogo.
Me encogí de hombros. Odiaba cuando usabaese tonito de voz. Era su voz de hora-de-dormir a la que tenía problemas para decirle que no. Arrastre la puerta abriéndola y él me sonrió mientras me pasaba dentro de mi cuarto.
— Bien, ¿Qué demonios quieres? — pregunte, caminando hacia mi armario para sacar mi camisa favorita de las de Justin que encontré en la lavadora. Me la puse, teniendo cuidado de mantener la toalla firmemente enrollada contra mí.
— Hey, me preguntaba donde esa camiseta — dijo, asintiendo frente a mi camiseta.
Jadee pensando que me pediría que se la regresara. Era mi camiseta favorita. Me la ponía cada vez que comenzaba a sentirme vaga y descansada alrededor de la casa.
— No te la regresare, adoro esta camiseta — dije, sacudiendo mi mano con un gesto desdeñoso.
— Es justo. De todas maneras luce mejor en ti — replico, con una sonrisa, mirando mis piernas.
Suspire exaltada. ¿Por qué tenía que ser tan coqueto?
— Enserio, ¿Qué quieres? — repetí, caminando hacia la puerta y colocando mi mano en la manilla, lista para patear su trasero si hace algún otro comentario coqueto.
— Solo quería dejar mis cosas. Un cambio de ropa y algunas cosas para mañana, dado que pasare la noche aquí — Se encogió de hombros, soltando su bolso en mi cama.
— ¿Y no podías simplemente dármela en lugar de entrar aquí? — pregunte con rabia, ¿Por qué tenía que hacerlo todo tan difícil?
— Podría haberlo hecho, pero me habría perdido el placer de ver tu ardiente trasero en mi camiseta. Creo que es muy sexy que una chica vista la ropa de su hombre — ronroneo, escrutándome de nuevo, lo que me hizo estremecer.
Arrastre la puerta abriéndola y lo mire.
— ¡Tú no eres mi hombre, así que lárgate! — lo solté
— Lo que digas, Ángel —Se rio entre dientes y se fue, no sin antes dispararme su sonrisa coqueta.
Seque mi cabello alisándolo y me aplique maquillaje. De nuevo, casi nunca usaba maquillaje, ni siquiera en fiestas, así que solo aplique un poco de sombra plateada, algo de mascara y cambie mi brillo de labios transparentes por uno rosado. Me puse mi brazier y mi tanga a juego azul media noche y mire a través de mi armario. Las fiestas en nuestra casa eran siempre increíblemente calientes. Jake y Justin prácticamente invitaban a toda la escuela y todo el mundo venia, haciendo que todo el mundo estuviera acalorado y sudoroso por lo que no podía ponerme muchas capas. Hale un par de pantaloncillos bastante cortos de color negro y una camisa tipo tanque, luego me deslice en mi collar largo y mis sandalias plateadas trenzadas con un poco de tacón. Me mire en el espejo. Tenía una linda figura, tonificada, no muy delgada y curva en lugares adecuados. Había salido a mi mama, con largas piernas, caderas redondeadas, estrecha cintura y pechos ligeramente más grandes que el promedio. No era la chica más atractiva del lugar, pero estaba feliz conmigo misma y eso era todo lo que importaba.
A Jake no le gustaría este atuendo. Probablemente estaba mostrando demasiada piel para su gusto, a pesar que estaba completamente cubierta –y comparado con las sanguijuelas que él y Justin solían tener enganchadas alrededor – parecía una monja. Considere brevemente en cambiarme de ropa antes de decidir lo contrario, no estaría acalorada, toda sudada y vistiendo jeans solo porque a él no le gustara que los hombres miraran a su hermanita.
Espere hasta que la fiesta estuviera encendida, de manera que Jake no me dijera que me cambiara como si fuera una niña pequeña, en frente de todos. Debían hacer estado bebiendo por una hora –era patético. Jake me noto y me dio la mirada de la muerte que corría por mi familia y me señalo que me regresara a mi habitación, modulándome la palabra “cambio”. Negué con la cabeza y le sonreí dulcemente, mezclándome con la gente de la fiesta, llegando rápidamente al otro extremo del salón para que no pudiera ver donde estaba.
— Hola Sean — dije, mientras me plantaba cerca de uno de mis mejores amigos.
— Hey chica. Wow, luces ardiente esta noche —dijo mirándome, pero no de la manera pervertida de la que los chicos están acostumbrados a hacerlo. Sean y yo habíamos sido amigos por mucho tiempo, el estaba saliendo con la misma chica por los últimos dos años y estaba completamente embobado con ella, lo que resultaba realmente dulce.
— Gracias, tu también luces bien — replique, sintiendo y buscando alrededor a mis otros amigos — ¿Dónde están Taylor y Sarah? — pregunte arrugando mi frente. Ellas nunca se pierden estas fiestas, era solo una escusa para pasearse frente todos los chicos guapos de la escuela, sobre todo Jake y Justin.
— Están tratando con tu hermano — estableció, señalando a la cocina y riendo.
Mire hacia donde estaba apuntando, para ver a Taylor y Sarah riendo incontrolablemente por algo que Jake había dicho. Taylor tenía su mano en el brazo de él y Sarah estaba presionada a su lado. Jake lucia completamente desinteresado pero disfrutaba la atención, como siempre. Estaba acostumbrado a que ellas dos estén atentas a cada una de sus palabras, cada vez que venían a mi casa coqueteaban con el descaradamente y se paseaba por allí sin camisa, riendo entre sus lujuriosas expresiones.
Rodé mis ojos y volví mi atención a Sean.
— ¿No está Terry esta noche? — pregunte, escaneando la habitación buscándola.
Justo en ese momento, alguien me agarro desde atrás. Deje salir un pequeño grito antes de que hablara y me diera cuenta de que era Justin.
— Luces increíble, pero definitivamente prefiero la toalla — dijo seductoramente en mi oído. Su aliento caliente debajo de mi cuello, haciéndome estremecer. Podía oler la cerveza en su aliento, pero él nunca se emborrachaba. Jake lo hacía, pero Justin siempre parecía ser el que llevaba el control en caso de que las cosas se le salieran de las manos.
— Piérdete — gruñí, volteándome para caminar hacia la cocina. Todavía no había obtenido una bebida.
— ¡Hey Ángel, espérame! — dijo, agarrando mi mano mientras continuaba mi camino entre la multitud de gente besándose y apretujándose unos contra otros.
Dejo salir un grito entusiasmado cuando entre.
— Justin, ven nene, toma un trago de mi cuerpo — ronroneo seductoramente.
Justin apretó mi mano más duro y me hizo una cara de cachorrito, pidiendo ayuda—simplemente me reí y lo presione hacia ella.
— Anda, Justin, dale a la chica lo que quiere, tu sabes que quieres tomar uno de esos tragos —Me burle, riendo histéricamente ante su expresión horrorizada, la cual rápidamente se transformo a una sonrisa de satisfacción.
Agarro mis caderas y me subió al mostrador, dando un paso entre mis piernas de manera de que nuestras caras quedaran a centímetros de distancia.
— En realidad si lo quiero. Acuéstate para mi entonces, Ángel — me dio una sonrisa maliciosa, pero sabía que solo estaba jugando.
— Justin Bieber, ¡saca tus coquetas manos de prostituto de mi, ahora! — Le grite en un susurro, lo que lo hizo reír de nuevo. Simplemente negó con la cabeza, luciendo divertido y dando un paso hacia atrás, halándome un poco del mostrador para establecerme de nuevo sobre mis pies.
Tome un vaso y me serví tres cuartas pates de vodka y le agregue un chorrito de jugo de naranja, preparando un trago de vodka que me tome una vez.
— Ángel, tómalo con calma, ¿sí? — Frunció el ceño ante mi trago, sacudiendo la cabeza con preocupación.
— De ninguna manera. Me voy a emborrachar esta noche y no habrá forma de que ordene nada mañana — Le di unas palmaditas en su pecho y camine de nuevo hacia mis amigos.
Después de unas cuantas horas, estaba bastante borracha. No me sentía muy estable sobre mis pies, pero continúe bailando con mis amigos de todas formas. Justin estaba conversando con alguno de sus compañeros de equipo no muy lejos de mí y continuaba mirándome.
— ¡En serio, Justin se está fijando en ti! — chillo Taylor en mi oído por quinta vez.
— ¡No lo hace! No seas estúpida, Taylor, probablemente esta asegurándose de que no vomite, pues le toca limpiar mañana — Termine mi bebida y solté mi vaso en la alfombra. Ja, ¡que limpien eso en la mañana porque yo no! Comencé a reír histéricamente, lo que hizo que Taylor también riera. — Voy a buscar otro trago — dije por encima de la música.
La canción cambio a “She’s like a star” de Taio Cruz, la cual es la canción favorita de Justin. Sentí a alguien agarrando mi mano y mire hacia atrás para encontrar a Justin sonriéndome, una sonrisa verdadera y no pude evitar sonreírle de vuelta.
— Baila conmigo, Ángel — dijo, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura.
Última edición por ~RudeGirl~ el Dom 06 Ene 2013, 7:34 pm, editado 1 vez
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 6. Parte II:
Estaba tan ebria que no me importaba estar bailando con Justin; enrolle mis brazos a su alrededor y apoye la cara en su cuello. Olía sorprendentemente bien, por lo que me pregunte a que sabía si lo lamia. Espera, ¿acabo de pensar en lamer a Justin como si fuera un helado o algo? Me eche a reír de mi propia estupidez. Justin se alejo un poco y puso cara de “¿Qué diablos?” lo cual me divirtió todavía más. Rodo sus ojos y sacudió su cabeza, luciendo divertido mientras presionaba su cuerpo contra el mío. La canción no era lenta en realidad, por lo que nos balanceábamos bastante rápido y medio frotándonos el uno contra el otro. Adoro bailar y el era bueno en eso, nuestros cuerpos parecían encajar perfectamente.
Pude sentirlo excitarse pero no me importo. Justin había presionado sus erecciones contra mi desde que tenía doce y el catorce. Se despierta con una todas las mañanas y la mayoría de las veces también tiene una cuando se queda dormido. Simplemente lo ignore. Fue raro la primera vez que paso y de verdad me volvió como loca. Esa mañana se había ido, tan avergonzado que casi lloraba, por lo que le conto a su padre lo que le había pasado y luego vino la noche siguiente a decirme que era normal en los chicos que eso sucediera porque estaban creciendo y su cuerpo estaba todo lleno de hormonas. Nunca supe si era verdad o no, pero no tenía ninguna razón para dudarlo. Fue embarazoso por un mes o dos, pero luego se convirtió en broma por cierto tiempo y ahora lo ignorábamos completamente. El se separo un poco para mirarme y darme una de esas agradables sonrisas, por lo que mi boca se curvo devolviéndole una sonrisa. En realidad lucia muy lindo cuando sonreía así y resultaba divertido que me acabara de dar cuenta de eso, dado que lo conocía desde siempre.
Jake apareció de la nada.
— Amigo, ¿Qué demonios? ¡Es mi hermana! — le grito a Justin, agarrando fuertemente su brazo y empujándolo lejos de mi.
— Jake, hombre, en serio, solo estoy bailando con ella, ¡esa es su canción! — dijo Justin, luciendo realmente enfadado.
— Justin, necesitas permanecer lejos de mi hermana, solo tiene dieciséis. Sabes por todo lo que ha pasado. ¡No necesita un tipo como tu persiguiéndola! — le replico Jake, dando un paso adelante y enfrentando a Justin. Podía decir que estaba borracho por el pequeño toque de rojo en sus orejas, que siempre lo delataban.
— ¡Nunca la lastimaría! — gruño Justin, sus pechos casi tocándose.
— ¡No me importa una mierda! ¡Te digo que te mantengas lejos! — grito Jake.
Solo me encogí de hombros y los deje en eso, no necesitaba atestiguar su pelea, de cualquier manera, ellos se arreglarían en un par de minutos, siempre lo hacían. Mientras di la vuelta en la esquina hacia la cocina, choque con un chico que no conocía. Era quizá un poco mayor que yo, probablemente de la edad de Jake y era realmente apuesto. Tenía cabello negro un poco alborotado, cayendo sobre su frente y prácticamente cubriendo uno de sus ojos marrones. Sonrió y sostuvo mi cintura tratando de estabilizarme mientras lo miraba. Inmediatamente di un respingo dado que el estaba tocándome, pero no demasiado fuerte porque los tragos habían adormecido parte de mi cerebro.
— Bien, hola — ronroneo con una voz sexy.
— Hola — Sonreí. Ya había quitado sus manos de mi cintura, así que di un paso atrás para recuperar un poco de espacio personal.
— Soy Trent — Sonrió, y cuando lo hizo me di cuenta que se le formaban unos hoyuelos realmente lindos.
— ________ — conteste sin apartar la mirada de su rostro. Era realmente guapo. No lo reconocía de la
escuela— ¿Vas en Penn State? — pregunte curiosa de por qué nadie lo conocía si estaba en la fiesta.
Sacudió su cabeza y sonrió.
— No, en realidad estoy buscando a mi hermanita, pero no puedo encontrarla.
— ¿Ah, sí? ¿Quién es tu hermana? — pregunte frunciendo el entrecejo; puedo decirte que alguien tiene como hermano un culo caliente.
— Jessica Sanders — afirmo. No pude evitar la reacción natural de mi cuerpo. Arrugue un poco la nariz, lo cual lo hizo reír. —No eres una gran fanática, ¿no? — pregunto, todavía riendo.
— Oh…eh…lo siento — balbucee, mirándolo en tono de disculpa y sonrojándome como loca. ¡no puedo creer que le hice esa cara a su hermano! ¡Qué idiota!
— No te preocupes por eso. Sé que puede llegar a ser un dolor en el trasero.
— Entonces, ¿quieres que te ayude a encontrarla? — Le ofrecí, mirando alrededor de la cocina buscándola. Nop, no está aquí. Me reí que acababa de salir de la cocina, así que ¡por supuesto que no estaba allí!
— Nah, ya aparecerá. ¿Qué tal si en vez de eso nos tomamos unos tragos? — sugirió, asintiendo hacia el mostrador de las bebidas.
— Si, seguro — Sonreí mientras el agarraba dos vasos y una botella de Jack Daniels.
Nos tomamos un par de tragos de eso hasta que me di cuenta que estaba realmente borracha. Me apoye sobre él mientras charlábamos y reíamos sobre cosas al azar que realmente no parecían tener sentido para mí. De repente, me presiono contra el mostrador de la cocina y presiono su cuerpo contra el mío. El pánico familiar comenzó a levantarse mientras mi corazón se aceleraba, el acercaba su cabeza lentamente hacia la mía. Sentí mi boca secarse. Santa mierda. ¡Iba a besarme! ¿Quería eso? ¿Qué pasaría si ponía sus manos sobre mi o algo? Mi mente estaba girando de un pensamiento a otro tan rápido que no podía seguirles el ritmo.
Di un grito ahogado y retire mi cabeza para atrás, golpeándome con el gabinete detrás de mí suficientemente fuerte como para hacer que mis ojos se llenaran de lágrimas. El negó con la cabeza, mirándome un poco desconcertado y luego choco sus labios contra los míos. Gemí y empuje su pecho, tratando de alejarlo de mi, pero sus manos estaban sujetando la parte de atrás de mi cuello sosteniéndome en el lugar mientras lo sentía lamiendo mi labio inferior. Apreté mi boca tan cerrada como pude, pero él no se movió. Empecé a volverme loca, literalmente podía sentir el ataque de pánico tomando lugar mientras mi corazón se estrellaba en mis oídos.
La siguiente cosa que se, es que se ha alejado. Levante la mirada, desconcertada, para ver a Justin recargado sobre la pared, su brazo cruzando sobre su garganta. Se veía tan enojado, que realmente comencé a sentir pena por el chico, quien ahora estaba empezando a cambiar de tono a un rojo de no ser capaz de respirar.
— ¡No la toques, maldita sea! ¿Crees que puedes simplemente entrar como tal cosa y darle un beso a pesar de que ella no quiere? — gruño Justin con enojo.
Comencé a sentirme enferma, literalmente enferma. Me puse de pie y me tambalee hacia mi baño, donde vomite lo que parecía ser litros de vodka. Gemí y me sonroje, me comencé a mover para sentarme, cuando me apoye en las piernas de alguien. No me asuste, podía oler su loción. Sabía que era Justin.
— ¿Estás bien? — pregunto, con voz simpática. Pero no pude responderle, solo me incline sobre el inodoro y vomite otra botella de vodka. ¡Wow, eso es un desperdicio de dinero!
Justin, bendito sea, me frotaba pequeños círculos en mi espalda y sostenía mi cabello. Después de unos minutos, me sentí mucho mejor.
— ¿Quieres ir a la cama? — pregunto, mirándome preocupado.
Asentí.
— Si, solo quiero cepillarme los dientes.
Me esforcé para levantarme del piso del baño, pero estaba tan descoordinada que no funciono muy bien. Justin sonrió y se inclino, deslizando sus brazos debajo de mi y levantándome fácilmente.
Me senté en la siguiente sección, junto al lavamanos. Tome el cepillo de dientes y le puse pasta dental. Sonreí débilmente y cepille mis dientes, asegurándome que todo el sabor a alcohol se había ido.
— ¿A la cama? — pregunto, cuando había terminado. Asentí y me levanto al estilo nupcial y me llevo de vuelta a mi habitación. Había quitado los cobertores y estaba a punto de dejarme en la cama, cuando recordé que todavía llevaba mi ropa de fiesta.
— ¡Espera! No quiero ir a la cama con esto — murmure, mirando hacia mis shorts y mi top, incluso todavía tenía mis joyas y zapatos también.
El asintió y me puso de pie, pero casi no podía mantenerme, y sentía como si mis pies estuvieran estropeándose. Justin puso un brazo alrededor de mi cintura, sosteniéndome, y me quito los collares.
Quite el botón de mi top y lo comencé a sacar por mi cabeza, pero me enrede en el proceso y empecé a reír. Lo oí suspirar, mientras me empujaba para que me sentara en la cama y me quito el top.
Cuando lo mire, vi que tenía una expresión divertida en su rostro. Me puse hacia atrás y me desabroche los shorts, levantando mis caderas mientras bajaban por mi trasero; él los tomo y los halo hacia abajo lentamente, mientras me acostaba en sujetador y tanga. El mantuvo en el aire mis piernas, mientras me quitaba una por una mis sandalias.
— Bonito — ronroneo, mirándome con su sonrisa marca registrada, pero no me importo; solo me quede ahí, riendo, hasta que mi estomago me sacudió de nuevo.
— ¡Oh, no! — jadee, tratando de sentarme, sujetando una mano sobre mi boca.
Rápido como un rayo, me levanto y me llevo de nuevo al baño, sosteniendo mi cabello de nuevo y frotando mi espalda mientras mi estomago se vaciaba.
Después de haber cepillado mis dientes de nuevo, se quito la camisa y la puso sobre mi cabeza.
— Aquí hay otra para añadir a tu colección de camisas — dijo con una sonrisa fácil, mientras me levantaba, y me llevo hacia la cama.
El camino hacia la puerta. Pensé que iba a salir y volver a la fiesta, pero no lo hizo, simplemente cerró la puerta y se quito sus jeans, subiendo a la cama junto a mí.
Todavía podía oír la fiesta en el exterior.
Justin envolvió sus brazos alrededor de mí y me movió hacia su pecho. No podía dejar de pensar en el tipo que me beso en la cocina. Antes de que supiera que estaba pasando, estaba llorando.
Estaba tan ebria que no me importaba estar bailando con Justin; enrolle mis brazos a su alrededor y apoye la cara en su cuello. Olía sorprendentemente bien, por lo que me pregunte a que sabía si lo lamia. Espera, ¿acabo de pensar en lamer a Justin como si fuera un helado o algo? Me eche a reír de mi propia estupidez. Justin se alejo un poco y puso cara de “¿Qué diablos?” lo cual me divirtió todavía más. Rodo sus ojos y sacudió su cabeza, luciendo divertido mientras presionaba su cuerpo contra el mío. La canción no era lenta en realidad, por lo que nos balanceábamos bastante rápido y medio frotándonos el uno contra el otro. Adoro bailar y el era bueno en eso, nuestros cuerpos parecían encajar perfectamente.
Pude sentirlo excitarse pero no me importo. Justin había presionado sus erecciones contra mi desde que tenía doce y el catorce. Se despierta con una todas las mañanas y la mayoría de las veces también tiene una cuando se queda dormido. Simplemente lo ignore. Fue raro la primera vez que paso y de verdad me volvió como loca. Esa mañana se había ido, tan avergonzado que casi lloraba, por lo que le conto a su padre lo que le había pasado y luego vino la noche siguiente a decirme que era normal en los chicos que eso sucediera porque estaban creciendo y su cuerpo estaba todo lleno de hormonas. Nunca supe si era verdad o no, pero no tenía ninguna razón para dudarlo. Fue embarazoso por un mes o dos, pero luego se convirtió en broma por cierto tiempo y ahora lo ignorábamos completamente. El se separo un poco para mirarme y darme una de esas agradables sonrisas, por lo que mi boca se curvo devolviéndole una sonrisa. En realidad lucia muy lindo cuando sonreía así y resultaba divertido que me acabara de dar cuenta de eso, dado que lo conocía desde siempre.
Jake apareció de la nada.
— Amigo, ¿Qué demonios? ¡Es mi hermana! — le grito a Justin, agarrando fuertemente su brazo y empujándolo lejos de mi.
— Jake, hombre, en serio, solo estoy bailando con ella, ¡esa es su canción! — dijo Justin, luciendo realmente enfadado.
— Justin, necesitas permanecer lejos de mi hermana, solo tiene dieciséis. Sabes por todo lo que ha pasado. ¡No necesita un tipo como tu persiguiéndola! — le replico Jake, dando un paso adelante y enfrentando a Justin. Podía decir que estaba borracho por el pequeño toque de rojo en sus orejas, que siempre lo delataban.
— ¡Nunca la lastimaría! — gruño Justin, sus pechos casi tocándose.
— ¡No me importa una mierda! ¡Te digo que te mantengas lejos! — grito Jake.
Solo me encogí de hombros y los deje en eso, no necesitaba atestiguar su pelea, de cualquier manera, ellos se arreglarían en un par de minutos, siempre lo hacían. Mientras di la vuelta en la esquina hacia la cocina, choque con un chico que no conocía. Era quizá un poco mayor que yo, probablemente de la edad de Jake y era realmente apuesto. Tenía cabello negro un poco alborotado, cayendo sobre su frente y prácticamente cubriendo uno de sus ojos marrones. Sonrió y sostuvo mi cintura tratando de estabilizarme mientras lo miraba. Inmediatamente di un respingo dado que el estaba tocándome, pero no demasiado fuerte porque los tragos habían adormecido parte de mi cerebro.
— Bien, hola — ronroneo con una voz sexy.
— Hola — Sonreí. Ya había quitado sus manos de mi cintura, así que di un paso atrás para recuperar un poco de espacio personal.
— Soy Trent — Sonrió, y cuando lo hizo me di cuenta que se le formaban unos hoyuelos realmente lindos.
— ________ — conteste sin apartar la mirada de su rostro. Era realmente guapo. No lo reconocía de la
escuela— ¿Vas en Penn State? — pregunte curiosa de por qué nadie lo conocía si estaba en la fiesta.
Sacudió su cabeza y sonrió.
— No, en realidad estoy buscando a mi hermanita, pero no puedo encontrarla.
— ¿Ah, sí? ¿Quién es tu hermana? — pregunte frunciendo el entrecejo; puedo decirte que alguien tiene como hermano un culo caliente.
— Jessica Sanders — afirmo. No pude evitar la reacción natural de mi cuerpo. Arrugue un poco la nariz, lo cual lo hizo reír. —No eres una gran fanática, ¿no? — pregunto, todavía riendo.
— Oh…eh…lo siento — balbucee, mirándolo en tono de disculpa y sonrojándome como loca. ¡no puedo creer que le hice esa cara a su hermano! ¡Qué idiota!
— No te preocupes por eso. Sé que puede llegar a ser un dolor en el trasero.
— Entonces, ¿quieres que te ayude a encontrarla? — Le ofrecí, mirando alrededor de la cocina buscándola. Nop, no está aquí. Me reí que acababa de salir de la cocina, así que ¡por supuesto que no estaba allí!
— Nah, ya aparecerá. ¿Qué tal si en vez de eso nos tomamos unos tragos? — sugirió, asintiendo hacia el mostrador de las bebidas.
— Si, seguro — Sonreí mientras el agarraba dos vasos y una botella de Jack Daniels.
Nos tomamos un par de tragos de eso hasta que me di cuenta que estaba realmente borracha. Me apoye sobre él mientras charlábamos y reíamos sobre cosas al azar que realmente no parecían tener sentido para mí. De repente, me presiono contra el mostrador de la cocina y presiono su cuerpo contra el mío. El pánico familiar comenzó a levantarse mientras mi corazón se aceleraba, el acercaba su cabeza lentamente hacia la mía. Sentí mi boca secarse. Santa mierda. ¡Iba a besarme! ¿Quería eso? ¿Qué pasaría si ponía sus manos sobre mi o algo? Mi mente estaba girando de un pensamiento a otro tan rápido que no podía seguirles el ritmo.
Di un grito ahogado y retire mi cabeza para atrás, golpeándome con el gabinete detrás de mí suficientemente fuerte como para hacer que mis ojos se llenaran de lágrimas. El negó con la cabeza, mirándome un poco desconcertado y luego choco sus labios contra los míos. Gemí y empuje su pecho, tratando de alejarlo de mi, pero sus manos estaban sujetando la parte de atrás de mi cuello sosteniéndome en el lugar mientras lo sentía lamiendo mi labio inferior. Apreté mi boca tan cerrada como pude, pero él no se movió. Empecé a volverme loca, literalmente podía sentir el ataque de pánico tomando lugar mientras mi corazón se estrellaba en mis oídos.
La siguiente cosa que se, es que se ha alejado. Levante la mirada, desconcertada, para ver a Justin recargado sobre la pared, su brazo cruzando sobre su garganta. Se veía tan enojado, que realmente comencé a sentir pena por el chico, quien ahora estaba empezando a cambiar de tono a un rojo de no ser capaz de respirar.
— ¡No la toques, maldita sea! ¿Crees que puedes simplemente entrar como tal cosa y darle un beso a pesar de que ella no quiere? — gruño Justin con enojo.
Comencé a sentirme enferma, literalmente enferma. Me puse de pie y me tambalee hacia mi baño, donde vomite lo que parecía ser litros de vodka. Gemí y me sonroje, me comencé a mover para sentarme, cuando me apoye en las piernas de alguien. No me asuste, podía oler su loción. Sabía que era Justin.
— ¿Estás bien? — pregunto, con voz simpática. Pero no pude responderle, solo me incline sobre el inodoro y vomite otra botella de vodka. ¡Wow, eso es un desperdicio de dinero!
Justin, bendito sea, me frotaba pequeños círculos en mi espalda y sostenía mi cabello. Después de unos minutos, me sentí mucho mejor.
— ¿Quieres ir a la cama? — pregunto, mirándome preocupado.
Asentí.
— Si, solo quiero cepillarme los dientes.
Me esforcé para levantarme del piso del baño, pero estaba tan descoordinada que no funciono muy bien. Justin sonrió y se inclino, deslizando sus brazos debajo de mi y levantándome fácilmente.
Me senté en la siguiente sección, junto al lavamanos. Tome el cepillo de dientes y le puse pasta dental. Sonreí débilmente y cepille mis dientes, asegurándome que todo el sabor a alcohol se había ido.
— ¿A la cama? — pregunto, cuando había terminado. Asentí y me levanto al estilo nupcial y me llevo de vuelta a mi habitación. Había quitado los cobertores y estaba a punto de dejarme en la cama, cuando recordé que todavía llevaba mi ropa de fiesta.
— ¡Espera! No quiero ir a la cama con esto — murmure, mirando hacia mis shorts y mi top, incluso todavía tenía mis joyas y zapatos también.
El asintió y me puso de pie, pero casi no podía mantenerme, y sentía como si mis pies estuvieran estropeándose. Justin puso un brazo alrededor de mi cintura, sosteniéndome, y me quito los collares.
Quite el botón de mi top y lo comencé a sacar por mi cabeza, pero me enrede en el proceso y empecé a reír. Lo oí suspirar, mientras me empujaba para que me sentara en la cama y me quito el top.
Cuando lo mire, vi que tenía una expresión divertida en su rostro. Me puse hacia atrás y me desabroche los shorts, levantando mis caderas mientras bajaban por mi trasero; él los tomo y los halo hacia abajo lentamente, mientras me acostaba en sujetador y tanga. El mantuvo en el aire mis piernas, mientras me quitaba una por una mis sandalias.
— Bonito — ronroneo, mirándome con su sonrisa marca registrada, pero no me importo; solo me quede ahí, riendo, hasta que mi estomago me sacudió de nuevo.
— ¡Oh, no! — jadee, tratando de sentarme, sujetando una mano sobre mi boca.
Rápido como un rayo, me levanto y me llevo de nuevo al baño, sosteniendo mi cabello de nuevo y frotando mi espalda mientras mi estomago se vaciaba.
Después de haber cepillado mis dientes de nuevo, se quito la camisa y la puso sobre mi cabeza.
— Aquí hay otra para añadir a tu colección de camisas — dijo con una sonrisa fácil, mientras me levantaba, y me llevo hacia la cama.
El camino hacia la puerta. Pensé que iba a salir y volver a la fiesta, pero no lo hizo, simplemente cerró la puerta y se quito sus jeans, subiendo a la cama junto a mí.
Todavía podía oír la fiesta en el exterior.
Justin envolvió sus brazos alrededor de mí y me movió hacia su pecho. No podía dejar de pensar en el tipo que me beso en la cocina. Antes de que supiera que estaba pasando, estaba llorando.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 6. Parte III:
— ¿Cuál es el problema, Ángel? — pregunto, mirándome desconcertado.
— ¡Ese imbécil de robo mi primer beso! — gemí. Justin se echo a reír y me sentí aun peor ¡No podía creer que se estaba riendo de mi! — ¡No es gracioso, Justin! El primer beso de una chica es importante para ella. Solo porque seas una clase de súper puta a la que no le importe, y probablemente... no recuerda su primer beso, no significa que las pequeñas cosas no sean importantes — dije, con rabia, golpeando su pecho.
— Ángel, cálmate. El no te robo tu primer beso — dijo, seriamente, mirando directamente a mis ojos, haciéndome sentir ingravidez con sus estúpidos ojos mieles de mujeriego.
— ¿De qué estás hablando? ¡Él lo hizo! El me beso y me lo robo — gruñí, con una lagrima bajando de mi ojo. El la limpio con su pulgar y sacudió su cabeza.
— Si, el solo te beso, pero ese no fue tu primer beso. Yo lo fui hace mucho tiempo. — explico, con una media sonrisa que hacía que su rostro pareciera hermoso.
¿De qué demonios estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, tratando de recordar.
— ¿Recuerdas cuando me lastime al caer de ese árbol en mi jardín? Tenía trece años y mi maldita pierna me dolía demasiado, y me preguntaste que podías hacer para que el dolor se fuera. — el cerro sus ojos y sacudió su cabeza con el recuerdo, con una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.
Di un grito ahogado. Oh, dios mío. ¡Eso es verdad! El me pidió que lo besara y eso hice, bueno, dos veces en realidad. Dijo que todavía estaba doliéndole y me pidió que lo bese de nuevo. Justo después de eso, Jake salió de la casa y nos sorprendió. Le puso un puñetazo en el rostro a Justin por eso.
Oh, mierda ¡Justin tenía mi primer beso! No estaba segura de cómo sentirme sobre eso, fue agradable esa vez. El estaba siendo muy dulce ese día, estaba subiendo al árbol para bajar mi pelota que se había quedado atrapada ahí. Supongo que eso era bueno, al menos si Justin tenía mi primer beso, significaba que no fue robado por un imbécil mientras estaba borracha en una fiesta.
Le sonreí y le devolví la sonrisa.
— Ese también fue mi primer beso, y aun lo recuerdo — dijo en voz baja, guiñándome el ojo en broma.
— Bueno, has tenido muchos más desde entonces, y algo mas— afirmo, refiriéndome a todas las chicas con las que se ha acostado.
— Si, pero ese es todavía el primero y el mejor — susurro, besando la parte superior de mi cabeza y tirando de sus brazos a mi alrededor, metiendo mi cabeza en el hueco de su cuello.
Solo nos quedamos en silencio; no sabía que decir, así que me quede callada.
Después de un rato, todavía estaba despierta por el ruido que llegaba de la fiesta. Eran como la una de la mañana, así que probablemente se prolongaría por lo menos una hora. Me di media vuelta para ver a Justin observándome.
— Tampoco puedes dormir, ¿eh? — pregunto, sonriendo.
Negué con la cabeza.
— ¿Por qué no sales y sacas provecho de la fiesta? No tiene sentido de que estemos aquí despiertos — Me aleje de él para que pudiera salir de la cama.
Pero el negó con su cabeza y me halo de nuevo a su pecho.
— Estoy bien donde estoy.
Después de aproximada media hora, levante mi cabeza y lo mire, se había quedado dormido y se veía tan tranquilo y dulce, y sin mencionar sexy. Prefiero nunca mirarlo de esta manera.
Sabía que él era guapísimo y tenía un cuerpo impresionante, pero nunca se me había ocurrido mirarlo así. Mis ojos se movieron hacia su pecho. El estaba realmente increíble y tenia abdominales perfectos.
Acerque uno de mis dedos y trace líneas en su estomago, solo preguntándome como se sentiría.
El se estremeció.
— Me siento un poco violado — afirmo, haciéndome saltar y alejar mi mano rápidamente.
Me reí porque había sido sorprendida.
— Bienvenido a mi mundo, me haces sentir así todo el tiempo — Me encogí de hombros.
— Supongo que sí, lo siento — dijo, casualmente. Inmediatamente me pregunte por qué no era así todo el tiempo; si lo fuera, probablemente estaría enamorada de él como todas las chicas los estaban.
— Oye, viendo que no podemos dormir… ¿Qué te parece jugar? — sugirió en tono emocionado, lo que era probablemente una mala señal.
Puse mis ojos en blanco, tratando de no pensar en los estúpidos juegos que el propondría.
— No estoy jugando contigo; será como un juego de quitarse la ropa, o algo que implicara que me veas desnuda — dije, frunciendo el ceño y haciendo una mueca con los labios.
El se rio y tomo mi labio inferior entre su pulgar y dedo índice.
— Sin pucheros, Ángel. Si el viento cambia te quedaras atascada así — bromeo, corriendo su pulgar por mi labio.
El movimiento me hizo agua por alguna razón. Saque mi lengua y lamí su pulgar en broma, esperando que él se alejara y me dijera que era asqueroso. Pero no lo hizo. En cambio, un pequeño gemido surgió de su garganta. El sonido hizo que algo muy profundo dentro de mí cosquilleara y palpitara.
Movió su cabeza cerca de la mía y luego se detuvo, sus labios estaban a pocos milímetros de los míos. No podía respirar, mi corazón estaba acelerado, pero no era el usual miedo que tenia, era porque quería que me besara. El parecía estar esperando que le diera una señal para decir que estaba bien.
Trague saliva y cerré la distancia. Presionando mis labios a los suyos ligeramente. Se sentía como si él me diera un shock, mi cuerpo empezó a temblar y vibrar con la necesidad de él tocándome. Un millón de mariposas parecían alzar el vuelo en mi estomago, pero sabía que no era causado por el alcohol.
Respondió de inmediato, acercándome a él y recorriendo mi espalda con sus manos. Levante mis brazos y los puse alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su cabello castaño y sedoso. Sus labios eran suaves y encajaban perfectamente con los míos. El chupo suavemente mi labio inferior y abrí mi boca, sin realmente saber que esperar de mi primer beso adecuado.
Deslizo su lengua en mi boca y masajeo la mía con ternura. El sabor de él era increíble mientras exploraba mi boca entera. Todo mi cuerpo estaba quemando queriendo más…
De repente, se aparto, haciéndome gemir y preguntándome en que me había equivocado. El levanto la cabeza a mi puerta, apretando su mano sobre su boca para mantenerme callada.
— Grita que estas bien — susurro. Lo mire, confundida.
— ¡_________! ¡Abre la puerta! — grito Jake, golpeando la puerta con fuerza.
Justin asintió con la cabeza y me retiro su mano de mi boca. Me aclare rápidamente la garganta.
— Jake, estoy bien. Estoy cansada, así que vete — grite, tratando de hacer sonar mi voz enojada.
— ________, ¿Has visto a Justin? — pregunto Jake, a través de la puerta. Mire a Justin, horrorizada. ¿Qué diablos se supone que tengo que responder a eso? Si, en realidad está en la cama conmigo, medio desnudo, y acabo de tener mi lengua en su garganta. Ahora te puedes ir, que estas interrumpiendo. Si, no creo que eso le agradaría mucho a mi hermano.
— Me fui a casa — susurro Justin, asintiendo con la cabeza alentadoramente.
— Dijo que se iba a casa, Jake. Ahora vete — grite, mordiéndome los labios y esperando que él se lo hubiera creído. Justin inclino su cabeza hacia abajo y sentí sus labios de nuevo en los míos otra vez, alejándose con un suspiro cuando Jake volvió a gritar.
— ______, ¿estás bien? Suenas un poco extraña.
Me reí.
— Si. Me enferme así que vine a la cama, pero ahora estoy bien. Te veré en la mañana. Oh, y por cierto, no voy a limpiar, así que necesitar hacerlo todo — bromee, sonriendo ante la idea de que el limpiara toda la casa solo.
— Lo que sea, _______. Ambos sabemos que me ayudaras de todos modos — dijo Jake, riendo.
Mire hacia Justin, que sonreía con su hermosa sonrisa y presiono sus labios contra los míos de nuevo, haciendo que el cosquilleo volviera al instante.
Su mano se deslizo lentamente por mi lado mientras su lengua regresaba a mi boca, su sabor en mis papilas gustativas. El llego a la parte inferior de la camisa que usaba y deslizo su mano por debajo., recorriendo mi muslo con su mano y tocando mi cadera. Sus dedos tranzaron lo largo del material de la tanga, de modo que mi mano estaba en su trasero.
Mi piel parecía arder donde me tocaba.
Fue en ese momento que regrese a mí misma. Esto era demasiado rápido. Moví mi cabeza hacia atrás y saque su mano para que dejara de moverse por mi top.
— Oh, lo siento. Demasiado rápido, ¿cierto? — pregunto, un poco culpable. Asentí con la cabeza, tratando de recuperar el aliento y calmar a mi cuerpo— Esta bien, Ángel. Vamos a dormir, entonces. — Sugirió, con una gran sonrisa.
Se alejo un poco de mi y se recostó, halándome a su lado.
Puse mi cabeza en su pecho y colgué mi pierna sobre él y mis brazos en su cintura. El se agacho y tomo mi mano, entrelazando nuestros dedos.
Sus labios rozaron la parte superior de mi cabeza y cerré los ojos, sintiéndome más feliz de lo que había estado por mucho tiempo.
Justo antes de dormir tuve una horrible sensación de que esto era un error que terminaría pagando por la mañana. Quiero decir, estaba con el mejor amigo de mi hermano, que era un total mujeriego, y que solo se preocupaba por el mismo.
— ¿Cuál es el problema, Ángel? — pregunto, mirándome desconcertado.
— ¡Ese imbécil de robo mi primer beso! — gemí. Justin se echo a reír y me sentí aun peor ¡No podía creer que se estaba riendo de mi! — ¡No es gracioso, Justin! El primer beso de una chica es importante para ella. Solo porque seas una clase de súper puta a la que no le importe, y probablemente... no recuerda su primer beso, no significa que las pequeñas cosas no sean importantes — dije, con rabia, golpeando su pecho.
— Ángel, cálmate. El no te robo tu primer beso — dijo, seriamente, mirando directamente a mis ojos, haciéndome sentir ingravidez con sus estúpidos ojos mieles de mujeriego.
— ¿De qué estás hablando? ¡Él lo hizo! El me beso y me lo robo — gruñí, con una lagrima bajando de mi ojo. El la limpio con su pulgar y sacudió su cabeza.
— Si, el solo te beso, pero ese no fue tu primer beso. Yo lo fui hace mucho tiempo. — explico, con una media sonrisa que hacía que su rostro pareciera hermoso.
¿De qué demonios estaba hablando? Nunca me había besado. Fruncí el ceño, tratando de recordar.
— ¿Recuerdas cuando me lastime al caer de ese árbol en mi jardín? Tenía trece años y mi maldita pierna me dolía demasiado, y me preguntaste que podías hacer para que el dolor se fuera. — el cerro sus ojos y sacudió su cabeza con el recuerdo, con una pequeña sonrisa en la comisura de sus labios.
Di un grito ahogado. Oh, dios mío. ¡Eso es verdad! El me pidió que lo besara y eso hice, bueno, dos veces en realidad. Dijo que todavía estaba doliéndole y me pidió que lo bese de nuevo. Justo después de eso, Jake salió de la casa y nos sorprendió. Le puso un puñetazo en el rostro a Justin por eso.
Oh, mierda ¡Justin tenía mi primer beso! No estaba segura de cómo sentirme sobre eso, fue agradable esa vez. El estaba siendo muy dulce ese día, estaba subiendo al árbol para bajar mi pelota que se había quedado atrapada ahí. Supongo que eso era bueno, al menos si Justin tenía mi primer beso, significaba que no fue robado por un imbécil mientras estaba borracha en una fiesta.
Le sonreí y le devolví la sonrisa.
— Ese también fue mi primer beso, y aun lo recuerdo — dijo en voz baja, guiñándome el ojo en broma.
— Bueno, has tenido muchos más desde entonces, y algo mas— afirmo, refiriéndome a todas las chicas con las que se ha acostado.
— Si, pero ese es todavía el primero y el mejor — susurro, besando la parte superior de mi cabeza y tirando de sus brazos a mi alrededor, metiendo mi cabeza en el hueco de su cuello.
Solo nos quedamos en silencio; no sabía que decir, así que me quede callada.
Después de un rato, todavía estaba despierta por el ruido que llegaba de la fiesta. Eran como la una de la mañana, así que probablemente se prolongaría por lo menos una hora. Me di media vuelta para ver a Justin observándome.
— Tampoco puedes dormir, ¿eh? — pregunto, sonriendo.
Negué con la cabeza.
— ¿Por qué no sales y sacas provecho de la fiesta? No tiene sentido de que estemos aquí despiertos — Me aleje de él para que pudiera salir de la cama.
Pero el negó con su cabeza y me halo de nuevo a su pecho.
— Estoy bien donde estoy.
Después de aproximada media hora, levante mi cabeza y lo mire, se había quedado dormido y se veía tan tranquilo y dulce, y sin mencionar sexy. Prefiero nunca mirarlo de esta manera.
Sabía que él era guapísimo y tenía un cuerpo impresionante, pero nunca se me había ocurrido mirarlo así. Mis ojos se movieron hacia su pecho. El estaba realmente increíble y tenia abdominales perfectos.
Acerque uno de mis dedos y trace líneas en su estomago, solo preguntándome como se sentiría.
El se estremeció.
— Me siento un poco violado — afirmo, haciéndome saltar y alejar mi mano rápidamente.
Me reí porque había sido sorprendida.
— Bienvenido a mi mundo, me haces sentir así todo el tiempo — Me encogí de hombros.
— Supongo que sí, lo siento — dijo, casualmente. Inmediatamente me pregunte por qué no era así todo el tiempo; si lo fuera, probablemente estaría enamorada de él como todas las chicas los estaban.
— Oye, viendo que no podemos dormir… ¿Qué te parece jugar? — sugirió en tono emocionado, lo que era probablemente una mala señal.
Puse mis ojos en blanco, tratando de no pensar en los estúpidos juegos que el propondría.
— No estoy jugando contigo; será como un juego de quitarse la ropa, o algo que implicara que me veas desnuda — dije, frunciendo el ceño y haciendo una mueca con los labios.
El se rio y tomo mi labio inferior entre su pulgar y dedo índice.
— Sin pucheros, Ángel. Si el viento cambia te quedaras atascada así — bromeo, corriendo su pulgar por mi labio.
El movimiento me hizo agua por alguna razón. Saque mi lengua y lamí su pulgar en broma, esperando que él se alejara y me dijera que era asqueroso. Pero no lo hizo. En cambio, un pequeño gemido surgió de su garganta. El sonido hizo que algo muy profundo dentro de mí cosquilleara y palpitara.
Movió su cabeza cerca de la mía y luego se detuvo, sus labios estaban a pocos milímetros de los míos. No podía respirar, mi corazón estaba acelerado, pero no era el usual miedo que tenia, era porque quería que me besara. El parecía estar esperando que le diera una señal para decir que estaba bien.
Trague saliva y cerré la distancia. Presionando mis labios a los suyos ligeramente. Se sentía como si él me diera un shock, mi cuerpo empezó a temblar y vibrar con la necesidad de él tocándome. Un millón de mariposas parecían alzar el vuelo en mi estomago, pero sabía que no era causado por el alcohol.
Respondió de inmediato, acercándome a él y recorriendo mi espalda con sus manos. Levante mis brazos y los puse alrededor de su cuello, enredando mis dedos en su cabello castaño y sedoso. Sus labios eran suaves y encajaban perfectamente con los míos. El chupo suavemente mi labio inferior y abrí mi boca, sin realmente saber que esperar de mi primer beso adecuado.
Deslizo su lengua en mi boca y masajeo la mía con ternura. El sabor de él era increíble mientras exploraba mi boca entera. Todo mi cuerpo estaba quemando queriendo más…
De repente, se aparto, haciéndome gemir y preguntándome en que me había equivocado. El levanto la cabeza a mi puerta, apretando su mano sobre su boca para mantenerme callada.
— Grita que estas bien — susurro. Lo mire, confundida.
— ¡_________! ¡Abre la puerta! — grito Jake, golpeando la puerta con fuerza.
Justin asintió con la cabeza y me retiro su mano de mi boca. Me aclare rápidamente la garganta.
— Jake, estoy bien. Estoy cansada, así que vete — grite, tratando de hacer sonar mi voz enojada.
— ________, ¿Has visto a Justin? — pregunto Jake, a través de la puerta. Mire a Justin, horrorizada. ¿Qué diablos se supone que tengo que responder a eso? Si, en realidad está en la cama conmigo, medio desnudo, y acabo de tener mi lengua en su garganta. Ahora te puedes ir, que estas interrumpiendo. Si, no creo que eso le agradaría mucho a mi hermano.
— Me fui a casa — susurro Justin, asintiendo con la cabeza alentadoramente.
— Dijo que se iba a casa, Jake. Ahora vete — grite, mordiéndome los labios y esperando que él se lo hubiera creído. Justin inclino su cabeza hacia abajo y sentí sus labios de nuevo en los míos otra vez, alejándose con un suspiro cuando Jake volvió a gritar.
— ______, ¿estás bien? Suenas un poco extraña.
Me reí.
— Si. Me enferme así que vine a la cama, pero ahora estoy bien. Te veré en la mañana. Oh, y por cierto, no voy a limpiar, así que necesitar hacerlo todo — bromee, sonriendo ante la idea de que el limpiara toda la casa solo.
— Lo que sea, _______. Ambos sabemos que me ayudaras de todos modos — dijo Jake, riendo.
Mire hacia Justin, que sonreía con su hermosa sonrisa y presiono sus labios contra los míos de nuevo, haciendo que el cosquilleo volviera al instante.
Su mano se deslizo lentamente por mi lado mientras su lengua regresaba a mi boca, su sabor en mis papilas gustativas. El llego a la parte inferior de la camisa que usaba y deslizo su mano por debajo., recorriendo mi muslo con su mano y tocando mi cadera. Sus dedos tranzaron lo largo del material de la tanga, de modo que mi mano estaba en su trasero.
Mi piel parecía arder donde me tocaba.
Fue en ese momento que regrese a mí misma. Esto era demasiado rápido. Moví mi cabeza hacia atrás y saque su mano para que dejara de moverse por mi top.
— Oh, lo siento. Demasiado rápido, ¿cierto? — pregunto, un poco culpable. Asentí con la cabeza, tratando de recuperar el aliento y calmar a mi cuerpo— Esta bien, Ángel. Vamos a dormir, entonces. — Sugirió, con una gran sonrisa.
Se alejo un poco de mi y se recostó, halándome a su lado.
Puse mi cabeza en su pecho y colgué mi pierna sobre él y mis brazos en su cintura. El se agacho y tomo mi mano, entrelazando nuestros dedos.
Sus labios rozaron la parte superior de mi cabeza y cerré los ojos, sintiéndome más feliz de lo que había estado por mucho tiempo.
Justo antes de dormir tuve una horrible sensación de que esto era un error que terminaría pagando por la mañana. Quiero decir, estaba con el mejor amigo de mi hermano, que era un total mujeriego, y que solo se preocupaba por el mismo.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Capítulo 7. Parte I:
Me desperté por la mañana con un dolor de cabeza punzante. Mi teléfono estaba sonando en algún lugar cercano. Extendí mi mano para conseguirlo, pero no lo podía alcanzar. Me estire un poco mas y logre golpearlo sobre la cama para que lo pudiera responder.
— Hola — bostece.
— ¡______! ¿Dónde diablos estas? Se supone que debemos estar practicando — una voz de hombre grito enojada. Hice una mueca lejos del sonido y trate de levantarme, pero Justin estaba lo suficientemente cerca encima de mí. Me estaba fijando en mi estomago, el brazo y la pierna enganchada sobre mí, el estaba usando mi espalda como una almohada. En realidad, era sorprendentemente cómodo.
— ¿Liam? — dije con voz ronca, mirando mi reloj de alarma, pero los números eran borrosos, so los pude distinguir. Cerré los ojos luego los abrí para ver que eran las 8:42 de la mañana. ¡Mierda!
— Si, ¿Quién demonios crees que iba a ser? Se supone que estarías aquí a las ocho treinta, _______. ¿Vas a venir o qué?
— Oh, sí, estoy en camino.
Justin gruño.
— Dile que es sábado Ángel y estoy cansado — se quejo en mi espalda haciéndome dar risitas.
— Escucha, ________, patea ese pedazo de mierda fuera de tu cama y ¡vente para acá! Tenemos una nueva rutina y necesitas aprendértela — dijo Liam, sonando divertido ahora, el obviamente había escuchado a Justin.
Liam era la única persona que sabía que Justin se estaba quedando conmigo, el no sabía la historia completa así como por que, pero sabía que lo hacía.
Justin me llevaba a mis prácticas de baile todos los sábados, con resaca o no. Sus dos condiciones era que yo comprara su almuerzo, y no le dijera a mi hermano. Las cuales estaban muy bien conmigo. Jake sabía que yo bailaba, pero nunca me había visto hacerlo, tenia la sensación de que no le gustaría mucho si lo hacía. Justin y Liam se llevaban muy bien, lo que en realidad me sorprendió al principio, porque yo no hubiera pensado que un machista jugador de hockey sobre hielo podría ser hombre de un hombre abiertamente gay que le gustaba llevar algo rosa cada día. Muestra de lo mucho que se.
— Voy a estar allí en un momento y voy a comprar donas para disculparme, ¿de acuerdo? — le ofrecí dulcemente. No quería que se molestara conmigo toda la mañana, ya que me haría trabajar dos veces más duro.
Suspiro. — Bien, apúrate.
Me revolví un poco y empuje el teléfono de vuelta.
— Justin, Liam dijo que tengo que patear tu culo caliente fuera de mi cama y llegar
rápido — Me reí entre dientes. El gimió y enterró su cara en mi espalda.
— Maldición, los sábados son una dolor en el culo — murmuro, rodando sobre su espalda.
Volví la cabeza para mirarlo, el me estaba dando su sonrisa marca registrada.
— Tu camiseta está un poco levantada allí. ¿Quieres que baje eso por ti? — pregunto, mirando mi trasero.
Rápidamente tire mis manos hasta sentir que su camiseta que llevaba puesta, ya se había levantado alrededor de mi cintura, lo que significaba que el tenia una visión clara de mi culo en tanga. No sabía muy bien donde estábamos después de anoche, pero creo que tenía derecho a tomarle el pelo un poco. No es como que nunca me había visto en ropa interior antes, vio lo suficiente de mi ayer por la noche mientras estaba enferma, ¡solo con mi ropa interior!
— No, gracias. Ya lo tengo —Salí de la cama y me quite su camiseta, arrojándosela en la cama, así que estaba allí de pie en sostén y bragas. — Gracias por el préstamo — le dije con una sonrisa, caminando seductoramente a mi armario, tratando de encontrar algunos pantalones de chándal o algo que podría llevar a bailar, lo oí jadear, a continuación , gemir; en silencio me mordí los labios para no dejar escapar la risa. Los resortes de la cama crujían, de repente, su cálido aliento estaba soplando en mi nuca, por lo que mi cuerpo estallo en piel de gallina.
— Por lo tanto, ¿se me permite tocarte hoy? — pregunto en voz baja.
Vaya, ¿estaba realmente pidiéndome permiso? Me volví hacia él, estaba de pie justo detrás de mí en tan solo sus calzoncillos, pareciendo un dios griego.
— Um… No se… ¿Quieres hacerlo? — le pregunte, un poco insegura de mi misma.
El había estado con muchas chicas antes, todas ellas probablemente más bonitas que yo, y ese fue mi primer beso de verdad la noche anterior por el amor de Dios, apuesto a que ¡apestaba majestuosamente en eso! Asintió con la cabeza con impaciencia, y sus ojos clavados en los míos. Ni siquiera estaba mirando mi cuerpo a pesar de que estaba casi desnuda, lo cual hizo que mi estomago diera un tirón por alguna razón.
Me puse rígida mientras levantaba sus manos, poco a poco, dándome la oportunidad de detenerlo, el las puso en mi cadera. Su toque envió un sofoco a mi piel y mariposas a mi estomago. Me empujo hacia delante en su pecho, arrastraba sus dedos lentamente alrededor de mi espalda, por un lado agarraba la parte de atrás de mi cuello suavemente y la otra mano haciéndome cosquillas en su camino hacia abajo. Me paso la mano por el trasero con suavidad, solo una vez, antes de volverla a subir gradualmente y ponerla en la parte baja de mi espalda. Sus ojos no abandonaron los míos todo el tiempo. Excitación nerviosa estaba corriendo por mi cuerpo y me quede allí, congelada, sin saber realmente lo que debía hacer.
Todo esto era totalmente nuevo para mi y estaba asustada casi hasta la muerte, pero en el buen sentido de alguna manera. Inclino la cabeza lentamente y sentí que mis ojos se agrandaban, a la espera que sus suaves labios hicieron contacto con los míos. Justo cuando estaban a punto de conectar, mi celular volvió a sonar, haciéndome saltar. Miramos el teléfono, mi corazón estaba regresando lentamente a un ritmo normal cuando empecé a volver a la realidad. Justin estaba mirando el teléfono, y tuve la impresión de que estaba tratando de disparar rayos laser para que dejara de sonar. Me reí de su expresión exasperada y me aparte de el para responder. El identificador de llamadas, dijo Liam, una vez más. Suspire y lo abrí.
— ¡He dicho que estoy en camino! — puse los ojos en blanco a pesar de que sabia que no podía verme.
— Solo para asegurarme de que tu y tu amigo culo caliente no se vuelvan a dormir — Dijo con una sonrisa mientras colgaba.
Cerré el teléfono y volví a mirar a Justin, el seguía observándome, pero se estaba vistiendo al mismo tiempo. Le sonreí y devolvió la sonrisa, que era agradable. Por lo general, se transformaba en Justin el imbécil del día, burlándose de mi casi tan pronto como se despertaba, pero hoy en día parecía diferente. No pude evitar preguntarme cuanto tiempo duraría. Fui al armario y recogí un par de leggins negros y un top blanco ajustado que apenas cubría mi culo, agarre ropa interior fresca y fui al baño a cambiarme. Mientras caminaba junto a él, me agarro la mano, haciendo que me detuviera.
— Sabes que tienes el más sexy culo en el mundo, ¿verdad? — susurro, justo antes de que presionara sus labios con los míos ligeramente, enviando lo que se sentía como relámpagos en todo mi cuerpo.
Cuando me soltó, lo mire un poco sorprendida.
— Si, apuesto a que se lo dices a todas las chicas — murmure, sacudiendo la cabeza y caminando dentro del baño cerrando la puerta y tomando una respiración profunda.
¿Qué hay de malo en mí? ¿Por qué él estaba asiendo que me sienta así? ¡Es Justin por el amor de Dios! El te va a aplastar y vas a terminar como esa maldita puta Jessica, rogando por su atención una vez que él ha terminado y consiguió lo que quería.
Pero el no me haría eso a mí. Había pasado toda la noche conmigo por los últimos ocho años. Lo necesitaba para poder dormir, el mantuvo las pesadillas alejadas de mi. El no me haría daño, ¿verdad? Confío en él para mantenerme a salvo, pero ¿podría confiar en él con todo mi corazón? Sabía que la respuesta a eso era que no, no podía, pero por alguna razón quería. Cuando salí del cuarto de baño se había ido, pero esto no fue una sorpresa.
Me acerque a mi ventana para bloquearla como de costumbre y vi una pequeña margarita blanca en la repisa de la ventana. Mire por la ventana y sonreí, estas flores crecían a las afueras de mi ventana, tiene que haber elegido una para mi cuando salió, y la dejo allí sabiendo que la vería cuando cerrara la ventana. Mi corazón dio un vuelco y sonreí, un poco confundida. No era costumbre de Justin hacer esas cosas.
Suspire mientras metí la pequeña flor en mi cola de caballo y luego me dirigi a la cocina, tomando dos caja de jugo. Garabatee una nota para Jake diciéndole había ido a bailar, y le ayudaría a limpiar más tarde si dejaba que Taylor y Sarah vinieran a ver una película esta noche. Sabía que iba a ir por ello, este era mi soborno de costumbre por ayudar a limpiar después de sus fiestas, que venía a la nuestra casa en la tarde y el pagaría por la pizza y la película. Todo lo que tenía que hacer era aguantar a dos chicas coquetas golpeando sobre él y Justin toda la noche, ya que por lo general él se acercaba demasiado, si no tenía una cita.
Salte fuera de la puerta de entrada al coche de Justin que estaba esperando fuera de mi casa.
— Oye, ten esto — dije, dándole la bebida.
— Gracias. Ten esto — Sonrió, y me entrego una rebanada de pan tostado.
Me eche a reír.
— Ese es un cambio bastante bueno — le dije, sonriéndole y comiendo — Oh, tengo que ir a Benny y conseguir rosquillas, si eso está bien. — Lo mire esperanzada mientras conducía por la calle. El asintió y aun estaba radiante. — ¿Por qué tan feliz hoy? — pregunte con curiosidad por saber por qué sonreía tanto. No podía haber dormido mucho y sabia que el estaba cansado, me di cuenta por sus ojos.
— Tuve una buena noche ayer eso es todo. Finalmente anote con una chica muy caliente que he estado deseando por un tiempo. — Me guiño un ojo, su sonrisa autentica cambiada en su sonrisa estúpida.
Me desperté por la mañana con un dolor de cabeza punzante. Mi teléfono estaba sonando en algún lugar cercano. Extendí mi mano para conseguirlo, pero no lo podía alcanzar. Me estire un poco mas y logre golpearlo sobre la cama para que lo pudiera responder.
— Hola — bostece.
— ¡______! ¿Dónde diablos estas? Se supone que debemos estar practicando — una voz de hombre grito enojada. Hice una mueca lejos del sonido y trate de levantarme, pero Justin estaba lo suficientemente cerca encima de mí. Me estaba fijando en mi estomago, el brazo y la pierna enganchada sobre mí, el estaba usando mi espalda como una almohada. En realidad, era sorprendentemente cómodo.
— ¿Liam? — dije con voz ronca, mirando mi reloj de alarma, pero los números eran borrosos, so los pude distinguir. Cerré los ojos luego los abrí para ver que eran las 8:42 de la mañana. ¡Mierda!
— Si, ¿Quién demonios crees que iba a ser? Se supone que estarías aquí a las ocho treinta, _______. ¿Vas a venir o qué?
— Oh, sí, estoy en camino.
Justin gruño.
— Dile que es sábado Ángel y estoy cansado — se quejo en mi espalda haciéndome dar risitas.
— Escucha, ________, patea ese pedazo de mierda fuera de tu cama y ¡vente para acá! Tenemos una nueva rutina y necesitas aprendértela — dijo Liam, sonando divertido ahora, el obviamente había escuchado a Justin.
Liam era la única persona que sabía que Justin se estaba quedando conmigo, el no sabía la historia completa así como por que, pero sabía que lo hacía.
Justin me llevaba a mis prácticas de baile todos los sábados, con resaca o no. Sus dos condiciones era que yo comprara su almuerzo, y no le dijera a mi hermano. Las cuales estaban muy bien conmigo. Jake sabía que yo bailaba, pero nunca me había visto hacerlo, tenia la sensación de que no le gustaría mucho si lo hacía. Justin y Liam se llevaban muy bien, lo que en realidad me sorprendió al principio, porque yo no hubiera pensado que un machista jugador de hockey sobre hielo podría ser hombre de un hombre abiertamente gay que le gustaba llevar algo rosa cada día. Muestra de lo mucho que se.
— Voy a estar allí en un momento y voy a comprar donas para disculparme, ¿de acuerdo? — le ofrecí dulcemente. No quería que se molestara conmigo toda la mañana, ya que me haría trabajar dos veces más duro.
Suspiro. — Bien, apúrate.
Me revolví un poco y empuje el teléfono de vuelta.
— Justin, Liam dijo que tengo que patear tu culo caliente fuera de mi cama y llegar
rápido — Me reí entre dientes. El gimió y enterró su cara en mi espalda.
— Maldición, los sábados son una dolor en el culo — murmuro, rodando sobre su espalda.
Volví la cabeza para mirarlo, el me estaba dando su sonrisa marca registrada.
— Tu camiseta está un poco levantada allí. ¿Quieres que baje eso por ti? — pregunto, mirando mi trasero.
Rápidamente tire mis manos hasta sentir que su camiseta que llevaba puesta, ya se había levantado alrededor de mi cintura, lo que significaba que el tenia una visión clara de mi culo en tanga. No sabía muy bien donde estábamos después de anoche, pero creo que tenía derecho a tomarle el pelo un poco. No es como que nunca me había visto en ropa interior antes, vio lo suficiente de mi ayer por la noche mientras estaba enferma, ¡solo con mi ropa interior!
— No, gracias. Ya lo tengo —Salí de la cama y me quite su camiseta, arrojándosela en la cama, así que estaba allí de pie en sostén y bragas. — Gracias por el préstamo — le dije con una sonrisa, caminando seductoramente a mi armario, tratando de encontrar algunos pantalones de chándal o algo que podría llevar a bailar, lo oí jadear, a continuación , gemir; en silencio me mordí los labios para no dejar escapar la risa. Los resortes de la cama crujían, de repente, su cálido aliento estaba soplando en mi nuca, por lo que mi cuerpo estallo en piel de gallina.
— Por lo tanto, ¿se me permite tocarte hoy? — pregunto en voz baja.
Vaya, ¿estaba realmente pidiéndome permiso? Me volví hacia él, estaba de pie justo detrás de mí en tan solo sus calzoncillos, pareciendo un dios griego.
— Um… No se… ¿Quieres hacerlo? — le pregunte, un poco insegura de mi misma.
El había estado con muchas chicas antes, todas ellas probablemente más bonitas que yo, y ese fue mi primer beso de verdad la noche anterior por el amor de Dios, apuesto a que ¡apestaba majestuosamente en eso! Asintió con la cabeza con impaciencia, y sus ojos clavados en los míos. Ni siquiera estaba mirando mi cuerpo a pesar de que estaba casi desnuda, lo cual hizo que mi estomago diera un tirón por alguna razón.
Me puse rígida mientras levantaba sus manos, poco a poco, dándome la oportunidad de detenerlo, el las puso en mi cadera. Su toque envió un sofoco a mi piel y mariposas a mi estomago. Me empujo hacia delante en su pecho, arrastraba sus dedos lentamente alrededor de mi espalda, por un lado agarraba la parte de atrás de mi cuello suavemente y la otra mano haciéndome cosquillas en su camino hacia abajo. Me paso la mano por el trasero con suavidad, solo una vez, antes de volverla a subir gradualmente y ponerla en la parte baja de mi espalda. Sus ojos no abandonaron los míos todo el tiempo. Excitación nerviosa estaba corriendo por mi cuerpo y me quede allí, congelada, sin saber realmente lo que debía hacer.
Todo esto era totalmente nuevo para mi y estaba asustada casi hasta la muerte, pero en el buen sentido de alguna manera. Inclino la cabeza lentamente y sentí que mis ojos se agrandaban, a la espera que sus suaves labios hicieron contacto con los míos. Justo cuando estaban a punto de conectar, mi celular volvió a sonar, haciéndome saltar. Miramos el teléfono, mi corazón estaba regresando lentamente a un ritmo normal cuando empecé a volver a la realidad. Justin estaba mirando el teléfono, y tuve la impresión de que estaba tratando de disparar rayos laser para que dejara de sonar. Me reí de su expresión exasperada y me aparte de el para responder. El identificador de llamadas, dijo Liam, una vez más. Suspire y lo abrí.
— ¡He dicho que estoy en camino! — puse los ojos en blanco a pesar de que sabia que no podía verme.
— Solo para asegurarme de que tu y tu amigo culo caliente no se vuelvan a dormir — Dijo con una sonrisa mientras colgaba.
Cerré el teléfono y volví a mirar a Justin, el seguía observándome, pero se estaba vistiendo al mismo tiempo. Le sonreí y devolvió la sonrisa, que era agradable. Por lo general, se transformaba en Justin el imbécil del día, burlándose de mi casi tan pronto como se despertaba, pero hoy en día parecía diferente. No pude evitar preguntarme cuanto tiempo duraría. Fui al armario y recogí un par de leggins negros y un top blanco ajustado que apenas cubría mi culo, agarre ropa interior fresca y fui al baño a cambiarme. Mientras caminaba junto a él, me agarro la mano, haciendo que me detuviera.
— Sabes que tienes el más sexy culo en el mundo, ¿verdad? — susurro, justo antes de que presionara sus labios con los míos ligeramente, enviando lo que se sentía como relámpagos en todo mi cuerpo.
Cuando me soltó, lo mire un poco sorprendida.
— Si, apuesto a que se lo dices a todas las chicas — murmure, sacudiendo la cabeza y caminando dentro del baño cerrando la puerta y tomando una respiración profunda.
¿Qué hay de malo en mí? ¿Por qué él estaba asiendo que me sienta así? ¡Es Justin por el amor de Dios! El te va a aplastar y vas a terminar como esa maldita puta Jessica, rogando por su atención una vez que él ha terminado y consiguió lo que quería.
Pero el no me haría eso a mí. Había pasado toda la noche conmigo por los últimos ocho años. Lo necesitaba para poder dormir, el mantuvo las pesadillas alejadas de mi. El no me haría daño, ¿verdad? Confío en él para mantenerme a salvo, pero ¿podría confiar en él con todo mi corazón? Sabía que la respuesta a eso era que no, no podía, pero por alguna razón quería. Cuando salí del cuarto de baño se había ido, pero esto no fue una sorpresa.
Me acerque a mi ventana para bloquearla como de costumbre y vi una pequeña margarita blanca en la repisa de la ventana. Mire por la ventana y sonreí, estas flores crecían a las afueras de mi ventana, tiene que haber elegido una para mi cuando salió, y la dejo allí sabiendo que la vería cuando cerrara la ventana. Mi corazón dio un vuelco y sonreí, un poco confundida. No era costumbre de Justin hacer esas cosas.
Suspire mientras metí la pequeña flor en mi cola de caballo y luego me dirigi a la cocina, tomando dos caja de jugo. Garabatee una nota para Jake diciéndole había ido a bailar, y le ayudaría a limpiar más tarde si dejaba que Taylor y Sarah vinieran a ver una película esta noche. Sabía que iba a ir por ello, este era mi soborno de costumbre por ayudar a limpiar después de sus fiestas, que venía a la nuestra casa en la tarde y el pagaría por la pizza y la película. Todo lo que tenía que hacer era aguantar a dos chicas coquetas golpeando sobre él y Justin toda la noche, ya que por lo general él se acercaba demasiado, si no tenía una cita.
Salte fuera de la puerta de entrada al coche de Justin que estaba esperando fuera de mi casa.
— Oye, ten esto — dije, dándole la bebida.
— Gracias. Ten esto — Sonrió, y me entrego una rebanada de pan tostado.
Me eche a reír.
— Ese es un cambio bastante bueno — le dije, sonriéndole y comiendo — Oh, tengo que ir a Benny y conseguir rosquillas, si eso está bien. — Lo mire esperanzada mientras conducía por la calle. El asintió y aun estaba radiante. — ¿Por qué tan feliz hoy? — pregunte con curiosidad por saber por qué sonreía tanto. No podía haber dormido mucho y sabia que el estaba cansado, me di cuenta por sus ojos.
— Tuve una buena noche ayer eso es todo. Finalmente anote con una chica muy caliente que he estado deseando por un tiempo. — Me guiño un ojo, su sonrisa autentica cambiada en su sonrisa estúpida.
~RudeGirl~
Re: El chico que se escabulle en la ventana de mi habitación (Justin Bieber y Tú)
Hola almendrita1802! :B, no se tu nombre jaja, que bueno que te guste asfghkj!, les deje algunos capítulos ;). Bye Bye.
-Vane.
-Vane.
~RudeGirl~
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