"It's cool because we're just friends" (Harry Styles)

Una vez instalada Gemma y secuestrado su pijama del cajón, mi amigo y yo volvimos a dirigirnos a su cuarto intentando no hacer ruido.
Obviamente, mientras más silencio tratábamos de guardar peor era. En la oscuridad me llevé puesto un mueble haciendo que un par de cosas cayeran al piso. En cuanto me agaché para juntarlas creo haber pisado a Harry que tras quejarse como una nena empezó a reir. Si no se callaba, ambos íbamos a tener problemas…y así fue.
Las luces se encendieron y un enfadado Sr. Styles apareció semi dormido por el pasillo.
-qué se supone que hacen ustedes dos? No ven que son las 3 de la mañana? – nos regañaba en susurros para no despertar a los demás.
Me apresuré a responderle yo mientras Harry seguía recogiendo mi desastre. –Perdón, es que hay una tormenta a fuera y no puedo volver a mi casa. Espero que no le moleste si me quedo. Perdón por los problemas, es culpa mía. Intentábamos no hacer ruido cuando me choqué ese mueble de allá – comenté señalándolo.
-Está bien, no hay problema con que te quedes. Pero ya váyanse a dormir y no molesten más. Anne y yo mañana trabajamos y debemos levantarnos temprano.- y dicho esto se dio media vuelta para regresar a su cuarto.
Nosotros pusimos el último portarretrato en su lugar y finalmente llegamos a la habitación de Hazza.
Por estúpido que parezca hice la muralla de almohadas en el medio de la cama. En definitiva salvarían a mi amigo de las patadas que suelo dar de dormida. Ambos nos acomodamos, nos saludamos y, casi por arte de magia, Harry quedó dormido al instante. En cambio, conciliar el sueño fue un poco más difícil para mí; siempre lo era.
Cerca de las 4 y media no aguanté más y me desperté. Los ronquidos de Styles se escuchaban a 6 kilómetros a la redonda.
Molesta y cansada, me giré a despertarlo o hacerle algo para ver si se callaba. Pero no pude. Harry dormía plácidamente abrazado a mi barrera de almohadas. Era tan adorable verlo así, tan relajado, frágil, libre de preocupaciones.
No pude evitar sonreír al verlo. Ya me empezaba a confundir. Harry es el mejor amigo que he tenido en mi vida, eso está más que claro. Pero…¿qué si empezaba a verlo de otra forma? O mejor dicho…¿y si siempre lo vi distinto y nunca me había dado cuenta?. Mi mente daba vueltas mientras seguía observándolo. Jamás había tenido un novio. Con todos los chicos con los que había salido pasaba lo mismo: o yo los dejaba porque “ellos no me entendían con Harry” o ellos me dejaban por tener celos de Hazza. Definitivamente no era su caso. El cambiaba de novia como cambiaba de par de medias. Una diferente cada tres meses. Y lo peor era que siempre parecía estar refregándolo en mi cara, “Helena es tan linda”, “Savanna es tan inteligente” y el cuerpo de Hayley esto y la sonrisa de Carly aquello y bla bla bla. Y yo…celos. Porque ellas me quitaban tiempo para estar con el.
Ahora todo cerraba, aunque no sabía que era peor. Si dejar las cosas como estaban o esperar a que Hazza despertara y contarle sobre mi debate filosófico a las 5 de la mañana. Obviamente, la segunda no era la mejor opción. Estaría actuando como él, y si hay algo que me molesta son las decisiones impulsivas. Y más aún estando confundida.
Para mi suerte, luego de una hora Styles dejó de emitir sonidos de aserradero y pude recobrar el sueño.
Ya eran las 10 cuando abrí los ojos. Y quise hacer un pozo y meter la cabeza adentro cual avestruz. Las almohadas yacían en el suelo y yo estaba lo más cómoda del mundo con la cabeza apoyada en el torso de Harry abrazándolo mientras él hacía trencitas en mi pelo desordenado. Esto no podía estar pasando. Y para colmo vio que estaba despierta y rompió el silencio.
-Veo que dormiste bien- comentó sonriendo.
-Em, en realidad no mucho…hubiese preferido que no roncaras como un oso en período de hibernación- dije riendo.
-Ah bue…critica la que habla de dormida- y ahí fue cuando empecé a buscar formas de suicidarme. Odiaba esa peculiaridad que la vida me había dado. Por experiencias anteriores, tendía a contar lo que pensaba sobre cualquier tema mientras dormía, y esta vez tenía una vaga idea de lo que pude haber dicho.
-Perdón en ese caso. Y qué se supone que dije?-Me arriesgué a preguntar. De todas formas ya la había cagado en sueños. Y por su expresión facial lo comprobé.
-Segura que querés saber?- este era definitivamente mi fin. “Si” me apresuré a responderle.
-Dijiste mi nombre varias veces…eso solo - tierra llévame contigo.

¿Y ahora qué se suponía que iba a decirle? ¿Qué una parte de mí perdida en lo muy profundo…repito: muy profundo de mi Inconsciente a lo mejor, por alguna remota casualidad lo quería más de lo que conscientemente yo creía? Se hizo un silencio en el que mi mente buscaba posibles soluciones al problema. Se sentía como cuando el Sistema Operativo de la computadora falla, y aparecen esos pop-ups que dicen “X programa dejó de funcionar y se cerró. Windows está buscando una solución al problema”. Llegué a la conclusión de que la única alternativa era correr hasta la venta, saltar hacia el árbol y tener suerte de poder agarrarme de alguna rama; posteriormente, bajar y correr. En caso de que el plan saliera mal caería al suelo terminando con severos politraumatismos que, al menos, me darían tiempo a pensar en qué decirle a Harry durante el largo tiempo que debería permanecer en el hospital. La otra opción era caer y morir, pero esa era muy dramática así que la descarté de la lista de posibles escapatorias.
¿Mar? ¿Estás ahí? Tierra llamando…
Recién cuando vi la mano de Harry pasar una y otra vez por delante de mi cara, sacudí un poco la cabeza y salí de mi trance.
-¿En qué se supone que pensabas? Hace al menos 10 minutos que estás mirando las vetas de la madera del techo.-preguntaba Harry ahora seguro de que yo lo escuchaba. Me apresuré a darle una respuesta.
-Pensaba en las probabilidades de morir saltando desde la ventana al árbol de la calle. ¿No te parece una cuestión interesante? – con un poco de suerte lograría evitar el tema anterior.
Harry me respondió como si fuese uno de los “cazadores de mitos” de Discovery Channel-Está probado que las posibilidades de morir dependen de la altura del individuo que salte. Elemental mi querida Mariana. Por ejemplo, si yo saltara, llegaría al árbol fácilmente, en cambio, si vos intentaras probablemente perecerías en el intento. De todos modos me gustaría saber cómo llegaste a esa conclusión. Estábamos hablando de que vos hablas dormida y de la nada salís con eso.
Básicamente, lo único que podía esperar ahora era que por un milagro, casualidad de la vida, o como sea que ustedes quieran llamarlo, algo me salvara. Pero era imposible. Ya estaba en el horno y tendría que afrontar las consecuencias de los malos hábitos de mi aparato psíquico. Hasta que…
“I can't get no satisfaction…”
Hacía su gloriosa aparición en escena una llamada en el celular de Styles. ¿De quién? Ni idea. ¿Me importaba? Para nada…bueno, para algo sí; para agradecerle a mi salvador.
Hazza buscó rápidamente el teléfono que yacía en la mesita de luz y atendió.
Como era más que obvio, solamente escuché la mitad de la conversación; los típicos “ummm, si.”, “ahá”, “bueno, bueno” “dale” y demás frases célebres de conversación telefónica. Sin embargo, por lo poco que mi oído distinguía, la voz era demasiado aguda para ser de alguno de los chicos.
Por descarte, mis amigas tampoco eran. Ellas nunca llamaban a Harry; solo hablaban por teléfono cada quien con su respectivo mejor amigo, novio, estado intermedio entre la amistad y el noviazgo. A lo que voy. Aldi solo llamaba a Liam, Clari hablaba con Zayn con quien…¿salía? Y Male se pasaba horas en el teléfono con su novio Niall. Por su parte, Louis venía siendo el soltero codiciado del grupo, o al menos eso pensábamos. Y yo que…bueno…no era una soltera sin apuro o algo así como Lou, yo era, una buena persona.
Retomando a la cuestión, la conversación telefónica con la persona misteriosa duró lo mismo que mi análisis mental. Cuando Styles cortó yo aparenté un completo desinterés.
-Mar, ¿Te acordás de Stacy?-preguntó admirando las machitas del tapiz de la pared.
-¿Stacy la de acá enfrente? ¿Esa decis vos?- ¿por qué me pregunta a mí por esa…persona? Se supone que es mi “enemiga”. Bueno no, no lo es. Lo sería si supiera que yo la detesto. Pero no lo sabe. Para ella yo soy solamente su ex compañera de escuela, la “rarita”. Para mí, es la persona que me trataba de “rarita” pensando que yo no me daba cuenta o lo que fuese.
-Em si…esa Stacy. Yo, voy a salir con ella. Hoy, bueno, dentro de una hora. – hablaba Styles rascándose la nuca. Debo admitir que odiaba la idea. No por Harry, el podía hacer lo que quisiera con su vida y es, como decirlo sin que le duela….un chico débil por los vestidos cortos y los corpiños de encaje. Pero, en cuanto a la chica esta, ¿Con qué descaro uno llama al teléfono de un chico al que definitivamente no le tiene confianza, con esa actitud de “ay si, salgamos por ahí! Tal vez luego podamos tener sexo o algo!”? Diganme la verdad ¿Tengo razón o soy una exagerada que no conoce nada de “cuestiones amorosas”? No voy a negar que, si hay algo de lo que no sé, es de relaciones amorosas, pero no hay que tener mucha experiencia para darse cuenta cuando una mujer es una zorra. ¿Será instinto femenino? Quien sabe…
Volví a emitir palabra, esta vez para decirle a Harry que, entonces yo volvería a mi casa. Sin embargo fue inútil. Para lo único que sirvió fue para recordarme que por no sé qué cosa de la tormenta de nieve del otro día, mi calle estaba cortada y no podía volver. Así que no me quedó más remedio que quedarme.
Al menos estaba Gemma. No sé qué haría sin ella. Anne y su esposo había salido a trabajar así que la casa era toda nuestra. Já, como si eso significara algo. Éramos más santas que los mismísimos santos.
Así que dejé el cuarto de Hazza para que este pudiera arreglarse o lo que sea que hagan los chicos antes de una cita. Crucé el pasillo de la planta alta y fui a golpear la puerta de Gemma.