Drugs (Zayn & Kristen)

—No lo sé, Harry—responde el moreno después de la pregunta curiosa de Harry. ¿Por qué estaba tan ensimismado por esa chica?, si tan solo la había visto dos veces.
— ¿A qué te refieres con que no sabes lo que te sucede? —indago Styles.
— ¡Solo déjame en paz un momento! —grito de pronto.
Todos los miraban con curiosidad y Zayn se escondió tras su bolso, Harry lo miro recriminándolo.
***
— ¿Quién es el nuevo, Kristen? —pregunto Liam cruzándose de brazos al frente de ella.
—No sé—musito. Lo miro con apatía y se sentó en su banco. Liam la imito al lado de ella.
—Se ve… extrañamente diferente—se toca la barbilla meditando.
Ella bufo y abrió su cuaderno para copiar lo que el profesor escribía en el pizarrón. Miro la sala de clases, inspeccionando cada movimiento de todos sus compañeros de clase, Matemáticas.
Encontró con la mirada a Harry, quien la estaba mirando con los ojos entrecerrados, ella rápidamente desvío la mirada, como si estuviera haciendo algo más interesante en su cuaderno.
Pensó durante un segundo la incoherencia que acababa de decir su hermano de la vida, Liam. El no concurría mucho a buscar tema de conversación con ella, solo dependiendo de los casos importantes, pero esta vez, algo mas filosófico quiso decir con esas cuatro simples palabras.
Lo miro de reojo, no tenían ningún parecido físico, absolutamente nada, pero se podía decir igualmente que eran hermanos. A lo mejor no de sangre, pero sí de corazón. Para ella su familia no existía, nunca hubo y nunca tendrá.

Zayn la miraba de reojo, mientras veía como ella anotaba lo de la pizarra. Era una chica bastante diferente a las demás.
Sonrió de lado, ella era la fantasía perfecta de Zayn, desde los diez años que soñaba con una chica así. Botas negras, pantalones ajustados negros, camisas de sus bandas favoritas y collares de punta, con pulseras.
—Mi fantasía Perfecta…—musito para el mismo.
— ¿Qué? —pregunto Harry, extrañado.
—Nada.

Las clases pasaron normales, con la excepción de la hora de almuerzo, en donde la hermanastra de Kristen se encontraba haciéndole un show a Liam y eso a la perra de Lindsay no se lo permitía.
Cruzo entre medio de todos los cuchicheos que se formaban en los pasillos, hasta llegar a la cafetería, en donde se encontró con Lindsay llorando falsamente. Liam la miraba serio, quizás cuantas mentiras habría estado diciéndole a la masa de chicos que los rodeaban, seguramente para apreciar el espectáculo.
— ¡Eres un cínico, Liam! —le gritaba Lindsay a él.
El se tocaba las sienes, ya lo habían sacado de sus casillas. Kristen sabía lo que se venía, si no hacia algo pronto. Conocía a Liam, desde la cabeza hasta la planta de los pies y no era buena señal que el hiciese eso.
—Liam —demando Kristen. Ella levanto la mano y el entendió la señal. Se fue de ahí, dejando con la palabra en la boca a Lindsay.
— ¿Qué significo eso? —cuestiono Liam.
—Nada—se encogió de hombros—. Solo que tenemos cosas más importantes que hacer, en vez de seguirle el juego a esa perra.
El sonrió y metió sus manos a los bolsillos de su pantalón.

***

— ¿Quién era ella? —pregunto Zayn, apuntando a Lindsay, quien aun se encontraba haciendo el ridículo en el circulo de masa estudiantil.
—Ni idea, no sé si aun te das cuenta, pero también soy nuevo en esta Secundaria.
El asintió y caminaron juntos hasta la sala de clases. Zayn con sus manos en los bolsillos pensaba en lo ocurrido hace unos minutos. La chica de cabello negro, una copia perfecta de una barbie, pero de cabello negro, no parecía ser tan inocente como aparentaba.
Llegaron a su sala de clases y se sentaron juntos en los dos últimos asientos, junto a la ventana. Zayn con la mirada busco inconscientemente a Kristen, si por casualidad le tocaba una clase con ella.
Pero no estaba.

***

— ¡¿Qué rayos?! —grito Liam refregándose los ojos al sentir el sonido de una bala. De seguro una pistola hechiza, hecha artesanalmente.
Rápidamente se levanto de la cama, se fue hasta la habitación de Kristen, que quedaba contigua a la de él y aun en bóxer entro. Kristen ya estaba sentada en la cama en ropa interior, Liam se sonrojo notoriamente. A ella no le importo y tomo una camisa de hombre y se la puso, le llegaba un poco más arriba de las rodillas. Era de Liam.
— ¡Vienen por nosotros, no puedes salir así! —grito desesperado Liam, ella lo miro aturdida, pero con cierta calma en su rostro.
—Liam, tranquilízate. Bajemos a abrir antes de que derrumben el campamento completo. —dicho eso, se acomodo una bata y se puso tranquilamente las pantuflas. Somnolienta bajo las escaleras y Liam pisaba exasperado sus talones.
Rápidamente abrió la puerta principal antes de que la derribaran a golpes.
— ¡¿Se puede saber que mierda quieren?! —volvió a gritar Liam, solo eran unos aliados del barrio y del “Mayor”.
—El jefe nos ha enviado a decirles que los necesita en el despacho en menos de veinte minutos —musito un chico mirando de pies a cabeza a Kristen, hasta encontrarse con su mirada. Fría y congeladora.
—Deja de mirarla, idiota— recrimino Liam.
El asintió y salieron de la casa, dejándolos desconcertados y aturdidos. ¿Tanto escándalo por un aviso?, no era necesario lanzar una balazo al aire para despertarlos, con los golpes y manotazos en la puerta, bastaban y sobraban.
Y estaba absolutamente consciente de que el jefe de seguro los llamaba para algo muy importante, de cierto modo el no solía mandar a gente a buscar y además no era muy cercano a sus sequitos y aliados. El era intocable, el era “El Mayor”.
Después de unos veinte minutos justos, Liam y Kristen se encontraban sentados esperando en el living de la gran mansión. Se suponía que deberían ser puntuales, o si no al jefe se le ocurría hacer más cosas de las ya planeadas.
La gran puerta de roble se abrió, dando paso a un joven hombre de veinte y cinco años, con una sonrisa encantadora y rostro de modelo de comercial, ni pinta de traficante tenía. Kristen lo miro de pies a cabeza con cierta confusión. El estaba vestido de terno a las tres de la madrugada, cuando todos dormían y descansaban.
Un mayordomo se le acerco al joven y le susurro al oído que ellos eran los chicos que él había mandado a buscar. Sonrió con sorna y se sobo las manos, ansioso. Extraño tic de él.
— ¿Kristen y Liam? —interrogo apuntándolos con burla en las palabras. El pensaba que serian más grandes. Explícitamente pregunto por los mejores del barrio en el sector de tráfico y sus colegas apuntaron a esos dos. El mayor pensaba que eran más grandes, nunca que fueran unos simples adolescentes. Ellos asintieron y el ahogo una carcajada. — Bueno, como ustedes ya saben, yo soy el “Mayor”, pero díganme Jeremy. A mis aliados les dejo llamarme así— ellos asintieron desinteresados. Jeremy carraspeo nerviosamente, pensó tener como respuesta más impresión y emoción de parte de ellos. —. Mi trato es simple, necesito más gente. Además de que tengo un negocio dentro de un mes y necesito guarda espaldas. ¿Aceptan?
Kristen miro de reojo la reacción sorpresiva de Liam. Ella ni muerta aceptaba, meterse directamente con ese hombre era comprarse un boleto directo al infierno. Una vez que alguien entraba en los sucios negocios y contratos del jefe, ya no puedes salir.
—Acepto. —dijo Liam. Kristen ahogo un grito de impresión y lo miro con los ojos abiertos. ¿Qué estás haciendo Liam?
—Contratados…
—No. Yo no acepto, tú sabes que tus negocios son sucios y turbios. No debes para que involucrar a mí y a Liam en ello.
Salió de allí, dejando a Liam y Jeremy con la palabra en la boca. El mayordomo personal del jefe a duras penas camino hasta la puerta, para abrirle la puerta caballerosamente, como lo tenían ordenado. Kristen no le importo y cerró la puerta de un portazo que nunca se olvidaran.
—Vaya, que chica tienes.
—No es mi chica. Es solo mi hermana.
—Oh, eso es mucho más interesante.