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Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Gráficos por y codes hechos por Kaffei e Insxne.
Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
O W N :: Archivos :: Novelas Terminadas
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De quien quereis que sea la próxima novela?
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
NUEVA LECTORA!!
me encantaa tu novee!! :D
please SIGUELAAAAAAAA
me encantaa tu novee!! :D
please SIGUELAAAAAAAA
Lu!! =)
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
SIGUELA QUIERO SABER Q VA HACER NICK PARA Q ____ LE CREA
♥..:Tiff:..♥
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
SIGUELA!!!!!!!!!!!
Miley!!! :evil:
lo va a joder todo :|
S-I-G-U-E-L-A
porfa :P
Miley!!! :evil:
lo va a joder todo :|
S-I-G-U-E-L-A
porfa :P
Elena95
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
Elena95 escribió:SIGUELA!!!!!!!!!!!
Miley!!! :evil:
lo va a joder todo :|
S-I-G-U-E-L-A
porfa :P
si :/
Dilingdingdong
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
Capítulo 17
A la mañana siguiente, ___________ se despertó teniendo el periodo. De manera extraña, la llegada de la evidencia de que no había concebido le provocó una ligera punzada de decepción.
Después de un viaje al cuarto de baño, bajó para prepararse una taza de café, lo cual le recordó la conversación con Nick de la noche anterior, Realmente se había mostrado muy dura con él. Demasiado.
Sintiéndose culpable, miró el reloj de la cocina: eran poco más de las ocho. No era demasiado temprano para llamar a Nick y disculparse. Si él había podido ser lo suficientemente maduro como para ir a buscarla para pedirle perdón, seguro que ella podría hacer lo mismo. Además, tampoco había sido enteramente inocente de lo que había sucedido en Dream Island. Nunca debió haberle dejado pensar que estaban intentando tener un bebé. Eso había sido una maldad por su parte.
Sin pensárselo dos veces, descolgó el teléfono inalámbrico y marcó el número de Bellevue Hill.
—Residencia Jonas —respondió Roberta.
—Roberta, soy ___________. ¿Está Nick?
—No, ha salido para la oficina. Quizá lo localice en el teléfono del coche.
—No, no me gusta llamarlo cuando está conduciendo. Esperaré a que llegue. Ah, y… Roberta, tenía usted razón. Nick me quiere. Vino a verme anoche y hemos decidido volver a intentarlo.
—Sabía que algo bueno debía de haber sucedido. Esta mañana estaba de muy buen humor. Entonces… ¿cuándo volverá a casa?
—Aún no. Pronto, quizá. Me estoy haciendo la difícil.
—No es una mala táctica con hombres como él. Pero cuidado: ya sabe que la paciencia no es una de las virtudes del señor Jonas.
___________ se echó a reír.
—Ya lo sé. Seguiremos en contacto, Roberta. Adiós.
___________ colgó, todavía sonriendo. Era bueno que gente como Roberta también pensara que Nick la amaba. Eso reforzaba su confianza.
Sabía que su marido no tardaría mucho en llegar al centro de la ciudad. Media hora a lo sumo, dependiendo del tráfico. Images ocupaba uno de los pisos altos de un bloque de oficinas de Goulburn Street. Nick solía tener por costumbre entrar a las ocho y media. Desayunaría primero y después lo llamaría al móvil.
Veinte minutos después, eso era precisamente lo que estaba haciendo.
—¡___________! ¡Qué alegría que me hayas llamado tan pronto!
—Nick, he estado pensando…
—¿Sí?
—Me porté fatal contigo anoche.
—No, no, te mostraste perfectamente razonable. Y sensata.
—¿De veras?
—Absolutamente. Tienes todo el derecho a no confiar en mí. A no creerme.
—Pero yo te creo…
—¿Y confías también?
—Sí, también confío en ti.
—Oh, ___________… querida…
Parecía emocionado, lo cual la emocionó también a ella.
—Llévame a cenar esta noche por ahí —le pidió con voz ronca—. A algún lugar especial y romántico.
—Hecho. ¿A las siete y media?
—De acuerdo.
—Estupendo.
—Tengo el periodo —le informó de pronto, deseosa de librarse de aquel último resto de duda—. Cuando dejas de tomar la píldora, el periodo suele retrasarse un par de días. A no ser, por supuesto, que te hayas quedado embarazada por accidente.
—Bueno, eso no pudo haber sucedido, ¿verdad? Quiero decir que… nosotros no mantuvimos relaciones sexuales después de que yo te tirara las píldoras.
A ___________ no le gustó que lo hubiera llamado así: «tener relaciones sexuales» en lugar de «hacer el amor».
—El esperma puede vivir durante cuarenta y ocho horas, Nick. Yo creía que ya lo sabías.
—Oh. Bueno, supongo que sí. En teoría. Pero no se me ocurrió la posibilidad.
—A mí sí.
—Oh, ___________, lo siento. Seguro que estabas muy preocupada.
—Desde luego.
—___________…
—¿Sí?
—Quiero que sepas que te amo y que quiero que vuelvas conmigo… aunque no quieras tener hijos.
—Aprecio mucho que me digas eso, Nick. Pero puedes estar tranquilo. Quiero tener hijos. Que hoy haya tenido el periodo ha hecho que me dé cuenta de las ganas que tengo de tenerlos. Por muy extraño que pueda parecer, casi me he sentido un poquito… decepcionada.
—Sé que serás una madre maravillosa.
—Eso espero.
—___________, debo dejarte, cariño. Esta mañana tienen que ponerme al tanto de todo lo que ha pasado durante mi ausencia. Lo siento.
—No pasa nada. Nos vemos esta noche.
Esa misma mañana, algo más tarde, recibió una llamada de Nathan para informarle de que una cliente estadounidense había visitado la galería y se había enamorado de una de sus pinturas: la que tenía por título Desesperación.
Dos cosas persuadieron a ___________ de que la vendiera. La primera era la sorprendente oferta de cuarenta mil dólares. Y la segunda era el dato de que la mujer volaría de vuelta a Los Angeles ese mismo día.
—De acuerdo, pero quiero que retires la otra pintura del escaparate —le dijo a Nathan—. Envuélvemelo, por favor. Dentro de un rato pasaré a recogerlo.
Fue durante el trayecto a Bondi para recoger la pintura cuando decidió que no quería esperar hasta la noche para ver a Nick. Era demasiado tiempo. Quería verlo ya.
Así que, una vez recogida la pintura, en lugar de volver a casa de sus padres, puso rumbo a Images.
Faltaba poco para la hora de comer. Durante la comida, le contaría lo de las pinturas. Se había quedado muy sorprendido cuando se lo mencionó la noche anterior.
Encontró un lugar en el aparcamiento de varios pisos que se alzaba frente al edificio donde trabajaba Nick. Cinco minutos después subía en el ascensor hasta su planta.
Según le habían contado. Images no era como las demás agencias de publicidad. No se permitía el descuido en cuestiones de ropa, ni siquiera en los creativos. Los tejanos rotos estaban prohibidos. Imperaban los trajes.
Así que cuando ___________ empujó la puerta de cristal que llevaba a la zona de recepción, se alegró de haberse vestido y maquillado bien.
No reconoció a la atractiva rubia que atendía el mostrador principal.
—¿Dónde está Sheryl? —preguntó directamente.
—Ha salido a comer. ¿En qué puedo ayudarla, señora?
Evidentemente era nueva.
—He venido a ver a mi marido. El señor Jonas.
La joven abrió mucho sus enormes ojos azules.
—¡La señora Jonas! Oh, lo siento… No me había dado cuenta… Yo pensé que… Oh, perdone, debo de parecerle una tonta. Mire, creo que el señor Jonas está ocupado con alguien en este momento.
___________ suspiró: sabía que debería haber llamado. Pero ahora estaba allí. Y no iba a marcharse sin haber visto a Nick, al menos unos minutos.
—¿Sabe quién es? ¿Alguien importante?
—Yo, er… no estoy segura —balbuceó, azorada—. Pero su secretaria me dijo que no le pasara ninguna llamada.
—Oh, no hay problema. Pediré consejo a Rachel antes de entrar.
La secretaria pareció aliviada de poder transferirle la responsabilidad a otra persona.
—Oh, sí, eso será lo mejor. Rachel decidirá lo que es más oportuno.
___________ se alejó de recepción por el pasillo que separaba los despachos de los ejecutivos de la sala principal de trabajo. El de Nick estaba justo al final.
La mesa de Rachel se encontraba vacía. Parecía como si hubiera salido, así que decidió sentarse a esperarla. Una vez instalada en el sillón de cuero, el silencio reinante la hizo ser cada vez más consciente de las dos voces procedentes del despacho de Nick. No podía entender lo que estaban diciendo, pero una de ellas era femenina.
Cuando reconoció las palabras «lo siento muchísimo», aguzó todavía más los oídos. Pero fueron los sollozos de la mujer los que la hicieron levantarse. ¿Quién diablos estaría allí con Nick?
Tenía que averiguarlo.
Nick acababa de abrazar a una sollozante Miley cuando la puerta del despacho se abrió de golpe y ___________ apareció en el umbral. Por un instante, se quedó petrificada, muda: la imagen perfecta de la esposa traicionada. Hasta que giró sobre sus talones y se marchó.
Nick se apartó de Miley y corrió tras ella. La alcanzó en el pasillo.
—No te precipites a sacar conclusiones —le dijo, y la llevó de vuelta al despacho de Rachel. Una vez dentro, sin soltarla, cerró la puerta de una patada.
—¡Eres un canalla sin conciencia…! —le insultó mientras forcejeaba con él, golpeándolo en el pecho y en la cara.
—No es lo que tú piensas. Déjame explicarte.
—¡No! —chilló, ruborizada—. ¡No pienso dejar que me expliques nada!
—Entonces déjame que te lo explique yo.
Se quedó paralizada al escuchar la voz de Miley Foster. La última persona que hubiera querido que le explicase nada era la ex de Nick. La mujer a la que probablemente seguía amando. ¿Por qué si no la habría abrazado con tanta ternura?
—¿Por qué debería hacerte caso? —le espetó ___________.
—Porque mañana por la noche… —replicó la mujer en un tono de voz extrañamente tranquilo— probablemente estaré muerta.
¡Muerta! ___________ se la quedó mirando de hito en hito. No tenía aspecto de enferma. Quizá un poco delgada. Y tensa. Sí, parecía tensa y cansada. Estaba pálida y tenía los ojos congestionados. Aunque, por supuesto, había estado llorando.
—No tengo ningún motivo para mentirte —continuó Miley—. Tengo un tumor cerebral maligno. He venido a Sidney para operarme. La operación, muy arriesgada, tendrá lugar mañana: es mi única esperanza. Pero las posibilidades de que salga bien no son muchas, según me han dicho, Así que no podría quitarte a Nick, ni aunque quisiera. Nick te ama. ___________: a ti y sólo a ti. Él mismo me lo dijo hace cinco minutos. Simplemente me estaba ofreciendo un poco de consuelo… y de perdón.
___________ se volvió hacia su marido, que asintió lentamente con la cabeza.
—Necesitaba su perdón —continuó Miley—. Sin él, no podía enfrentarme a la muerte.
«Oh. Dios», exclamó ___________ para sus adentros, lanzando a Nick una desesperada mirada. Miley esbozó una sonrisa triste.
—Me pesaría terriblemente sobre la conciencia que mi aparición de hoy pudiera perjudicar de algún modo vuestra relación. Por favor. ___________, créeme. Tu marido es un hombre maravilloso. De lo que más me arrepiento es de no haberlo apreciado en su justo valor mientras estuve casada con él. Mi única excusa es casi un tópico: vengo de una familia desestructurada. Muy desestructurada. De niña tuve que soportar cosas horribles, que me dejaron incapacitada para tener hijos. Todo ello me convirtió en una mujer amargada. Odiaba a los hombres. Hasta que descubrí que mi belleza física me daba la oportunidad de hacérselo pagar —se volvió hacia él—. Nunca debí haberme casado contigo, Nick. Pero estaba obsesionada con la venganza, y con la idea de tenerlo todo, materialmente hablando. Te hice daño, lo sé, y lo lamento mucho. El hombre con el que estoy ahora… él sabe la verdad sobre mí y me quiere, a pesar de todo. Mañana estará conmigo en el hospital, y yo espero despertarme por él. Pero si no lo hago, me gustaría morir con la conciencia tranquila. Ya le he pedido perdón a Nick. Pero me gustaría contar también con el tuyo. ___________.
—¿El mío?
—Sí, tengo la sospecha de que lo que hice pudo haber influido en tu matrimonio con Nick. Espero que no, pero tu reacción de hace un momento me da que pensar. No dejes que nada ni nadie te impida amar a este hombre. Se merece tu amor. Y se merece tener hijos. Será un padre fabuloso.
—Eso lo pienso yo también —repuso ___________, y lo tomó de la mano.
—Muy bien, entonces. Tengo que irme. He de estar en el hospital sobre las tres.
—¿Qué hospital? —le preguntó Nick.
—Royal Price Alfred.
—Iremos a verte mañana.
La expresión de Janet era tan triste, que a ___________ se le saltaron las lágrimas.
—Preferiría que no fuerais. Estaré en buenas manos. Cuidaos mucho.
—Tú también.
—Oh. Nick… —sollozó ___________ cuando Miley se hubo marchado.
Nick no pronunció una palabra. Simplemente la acercó hacia sí y la estrechó en sus brazos.
—Te quiero tanto… —pronunció al fin.
___________ alzó la cabeza y allí estaba: aquella mirada que siempre había anhelado ver. No la del deseo, sino la del amor. El amor profundo y verdadero.
Él suspiro que lanzó fue de completa satisfacción.
A la mañana siguiente, ___________ se despertó teniendo el periodo. De manera extraña, la llegada de la evidencia de que no había concebido le provocó una ligera punzada de decepción.
Después de un viaje al cuarto de baño, bajó para prepararse una taza de café, lo cual le recordó la conversación con Nick de la noche anterior, Realmente se había mostrado muy dura con él. Demasiado.
Sintiéndose culpable, miró el reloj de la cocina: eran poco más de las ocho. No era demasiado temprano para llamar a Nick y disculparse. Si él había podido ser lo suficientemente maduro como para ir a buscarla para pedirle perdón, seguro que ella podría hacer lo mismo. Además, tampoco había sido enteramente inocente de lo que había sucedido en Dream Island. Nunca debió haberle dejado pensar que estaban intentando tener un bebé. Eso había sido una maldad por su parte.
Sin pensárselo dos veces, descolgó el teléfono inalámbrico y marcó el número de Bellevue Hill.
—Residencia Jonas —respondió Roberta.
—Roberta, soy ___________. ¿Está Nick?
—No, ha salido para la oficina. Quizá lo localice en el teléfono del coche.
—No, no me gusta llamarlo cuando está conduciendo. Esperaré a que llegue. Ah, y… Roberta, tenía usted razón. Nick me quiere. Vino a verme anoche y hemos decidido volver a intentarlo.
—Sabía que algo bueno debía de haber sucedido. Esta mañana estaba de muy buen humor. Entonces… ¿cuándo volverá a casa?
—Aún no. Pronto, quizá. Me estoy haciendo la difícil.
—No es una mala táctica con hombres como él. Pero cuidado: ya sabe que la paciencia no es una de las virtudes del señor Jonas.
___________ se echó a reír.
—Ya lo sé. Seguiremos en contacto, Roberta. Adiós.
___________ colgó, todavía sonriendo. Era bueno que gente como Roberta también pensara que Nick la amaba. Eso reforzaba su confianza.
Sabía que su marido no tardaría mucho en llegar al centro de la ciudad. Media hora a lo sumo, dependiendo del tráfico. Images ocupaba uno de los pisos altos de un bloque de oficinas de Goulburn Street. Nick solía tener por costumbre entrar a las ocho y media. Desayunaría primero y después lo llamaría al móvil.
Veinte minutos después, eso era precisamente lo que estaba haciendo.
—¡___________! ¡Qué alegría que me hayas llamado tan pronto!
—Nick, he estado pensando…
—¿Sí?
—Me porté fatal contigo anoche.
—No, no, te mostraste perfectamente razonable. Y sensata.
—¿De veras?
—Absolutamente. Tienes todo el derecho a no confiar en mí. A no creerme.
—Pero yo te creo…
—¿Y confías también?
—Sí, también confío en ti.
—Oh, ___________… querida…
Parecía emocionado, lo cual la emocionó también a ella.
—Llévame a cenar esta noche por ahí —le pidió con voz ronca—. A algún lugar especial y romántico.
—Hecho. ¿A las siete y media?
—De acuerdo.
—Estupendo.
—Tengo el periodo —le informó de pronto, deseosa de librarse de aquel último resto de duda—. Cuando dejas de tomar la píldora, el periodo suele retrasarse un par de días. A no ser, por supuesto, que te hayas quedado embarazada por accidente.
—Bueno, eso no pudo haber sucedido, ¿verdad? Quiero decir que… nosotros no mantuvimos relaciones sexuales después de que yo te tirara las píldoras.
A ___________ no le gustó que lo hubiera llamado así: «tener relaciones sexuales» en lugar de «hacer el amor».
—El esperma puede vivir durante cuarenta y ocho horas, Nick. Yo creía que ya lo sabías.
—Oh. Bueno, supongo que sí. En teoría. Pero no se me ocurrió la posibilidad.
—A mí sí.
—Oh, ___________, lo siento. Seguro que estabas muy preocupada.
—Desde luego.
—___________…
—¿Sí?
—Quiero que sepas que te amo y que quiero que vuelvas conmigo… aunque no quieras tener hijos.
—Aprecio mucho que me digas eso, Nick. Pero puedes estar tranquilo. Quiero tener hijos. Que hoy haya tenido el periodo ha hecho que me dé cuenta de las ganas que tengo de tenerlos. Por muy extraño que pueda parecer, casi me he sentido un poquito… decepcionada.
—Sé que serás una madre maravillosa.
—Eso espero.
—___________, debo dejarte, cariño. Esta mañana tienen que ponerme al tanto de todo lo que ha pasado durante mi ausencia. Lo siento.
—No pasa nada. Nos vemos esta noche.
Esa misma mañana, algo más tarde, recibió una llamada de Nathan para informarle de que una cliente estadounidense había visitado la galería y se había enamorado de una de sus pinturas: la que tenía por título Desesperación.
Dos cosas persuadieron a ___________ de que la vendiera. La primera era la sorprendente oferta de cuarenta mil dólares. Y la segunda era el dato de que la mujer volaría de vuelta a Los Angeles ese mismo día.
—De acuerdo, pero quiero que retires la otra pintura del escaparate —le dijo a Nathan—. Envuélvemelo, por favor. Dentro de un rato pasaré a recogerlo.
Fue durante el trayecto a Bondi para recoger la pintura cuando decidió que no quería esperar hasta la noche para ver a Nick. Era demasiado tiempo. Quería verlo ya.
Así que, una vez recogida la pintura, en lugar de volver a casa de sus padres, puso rumbo a Images.
Faltaba poco para la hora de comer. Durante la comida, le contaría lo de las pinturas. Se había quedado muy sorprendido cuando se lo mencionó la noche anterior.
Encontró un lugar en el aparcamiento de varios pisos que se alzaba frente al edificio donde trabajaba Nick. Cinco minutos después subía en el ascensor hasta su planta.
Según le habían contado. Images no era como las demás agencias de publicidad. No se permitía el descuido en cuestiones de ropa, ni siquiera en los creativos. Los tejanos rotos estaban prohibidos. Imperaban los trajes.
Así que cuando ___________ empujó la puerta de cristal que llevaba a la zona de recepción, se alegró de haberse vestido y maquillado bien.
No reconoció a la atractiva rubia que atendía el mostrador principal.
—¿Dónde está Sheryl? —preguntó directamente.
—Ha salido a comer. ¿En qué puedo ayudarla, señora?
Evidentemente era nueva.
—He venido a ver a mi marido. El señor Jonas.
La joven abrió mucho sus enormes ojos azules.
—¡La señora Jonas! Oh, lo siento… No me había dado cuenta… Yo pensé que… Oh, perdone, debo de parecerle una tonta. Mire, creo que el señor Jonas está ocupado con alguien en este momento.
___________ suspiró: sabía que debería haber llamado. Pero ahora estaba allí. Y no iba a marcharse sin haber visto a Nick, al menos unos minutos.
—¿Sabe quién es? ¿Alguien importante?
—Yo, er… no estoy segura —balbuceó, azorada—. Pero su secretaria me dijo que no le pasara ninguna llamada.
—Oh, no hay problema. Pediré consejo a Rachel antes de entrar.
La secretaria pareció aliviada de poder transferirle la responsabilidad a otra persona.
—Oh, sí, eso será lo mejor. Rachel decidirá lo que es más oportuno.
___________ se alejó de recepción por el pasillo que separaba los despachos de los ejecutivos de la sala principal de trabajo. El de Nick estaba justo al final.
La mesa de Rachel se encontraba vacía. Parecía como si hubiera salido, así que decidió sentarse a esperarla. Una vez instalada en el sillón de cuero, el silencio reinante la hizo ser cada vez más consciente de las dos voces procedentes del despacho de Nick. No podía entender lo que estaban diciendo, pero una de ellas era femenina.
Cuando reconoció las palabras «lo siento muchísimo», aguzó todavía más los oídos. Pero fueron los sollozos de la mujer los que la hicieron levantarse. ¿Quién diablos estaría allí con Nick?
Tenía que averiguarlo.
Nick acababa de abrazar a una sollozante Miley cuando la puerta del despacho se abrió de golpe y ___________ apareció en el umbral. Por un instante, se quedó petrificada, muda: la imagen perfecta de la esposa traicionada. Hasta que giró sobre sus talones y se marchó.
Nick se apartó de Miley y corrió tras ella. La alcanzó en el pasillo.
—No te precipites a sacar conclusiones —le dijo, y la llevó de vuelta al despacho de Rachel. Una vez dentro, sin soltarla, cerró la puerta de una patada.
—¡Eres un canalla sin conciencia…! —le insultó mientras forcejeaba con él, golpeándolo en el pecho y en la cara.
—No es lo que tú piensas. Déjame explicarte.
—¡No! —chilló, ruborizada—. ¡No pienso dejar que me expliques nada!
—Entonces déjame que te lo explique yo.
Se quedó paralizada al escuchar la voz de Miley Foster. La última persona que hubiera querido que le explicase nada era la ex de Nick. La mujer a la que probablemente seguía amando. ¿Por qué si no la habría abrazado con tanta ternura?
—¿Por qué debería hacerte caso? —le espetó ___________.
—Porque mañana por la noche… —replicó la mujer en un tono de voz extrañamente tranquilo— probablemente estaré muerta.
¡Muerta! ___________ se la quedó mirando de hito en hito. No tenía aspecto de enferma. Quizá un poco delgada. Y tensa. Sí, parecía tensa y cansada. Estaba pálida y tenía los ojos congestionados. Aunque, por supuesto, había estado llorando.
—No tengo ningún motivo para mentirte —continuó Miley—. Tengo un tumor cerebral maligno. He venido a Sidney para operarme. La operación, muy arriesgada, tendrá lugar mañana: es mi única esperanza. Pero las posibilidades de que salga bien no son muchas, según me han dicho, Así que no podría quitarte a Nick, ni aunque quisiera. Nick te ama. ___________: a ti y sólo a ti. Él mismo me lo dijo hace cinco minutos. Simplemente me estaba ofreciendo un poco de consuelo… y de perdón.
___________ se volvió hacia su marido, que asintió lentamente con la cabeza.
—Necesitaba su perdón —continuó Miley—. Sin él, no podía enfrentarme a la muerte.
«Oh. Dios», exclamó ___________ para sus adentros, lanzando a Nick una desesperada mirada. Miley esbozó una sonrisa triste.
—Me pesaría terriblemente sobre la conciencia que mi aparición de hoy pudiera perjudicar de algún modo vuestra relación. Por favor. ___________, créeme. Tu marido es un hombre maravilloso. De lo que más me arrepiento es de no haberlo apreciado en su justo valor mientras estuve casada con él. Mi única excusa es casi un tópico: vengo de una familia desestructurada. Muy desestructurada. De niña tuve que soportar cosas horribles, que me dejaron incapacitada para tener hijos. Todo ello me convirtió en una mujer amargada. Odiaba a los hombres. Hasta que descubrí que mi belleza física me daba la oportunidad de hacérselo pagar —se volvió hacia él—. Nunca debí haberme casado contigo, Nick. Pero estaba obsesionada con la venganza, y con la idea de tenerlo todo, materialmente hablando. Te hice daño, lo sé, y lo lamento mucho. El hombre con el que estoy ahora… él sabe la verdad sobre mí y me quiere, a pesar de todo. Mañana estará conmigo en el hospital, y yo espero despertarme por él. Pero si no lo hago, me gustaría morir con la conciencia tranquila. Ya le he pedido perdón a Nick. Pero me gustaría contar también con el tuyo. ___________.
—¿El mío?
—Sí, tengo la sospecha de que lo que hice pudo haber influido en tu matrimonio con Nick. Espero que no, pero tu reacción de hace un momento me da que pensar. No dejes que nada ni nadie te impida amar a este hombre. Se merece tu amor. Y se merece tener hijos. Será un padre fabuloso.
—Eso lo pienso yo también —repuso ___________, y lo tomó de la mano.
—Muy bien, entonces. Tengo que irme. He de estar en el hospital sobre las tres.
—¿Qué hospital? —le preguntó Nick.
—Royal Price Alfred.
—Iremos a verte mañana.
La expresión de Janet era tan triste, que a ___________ se le saltaron las lágrimas.
—Preferiría que no fuerais. Estaré en buenas manos. Cuidaos mucho.
—Tú también.
—Oh. Nick… —sollozó ___________ cuando Miley se hubo marchado.
Nick no pronunció una palabra. Simplemente la acercó hacia sí y la estrechó en sus brazos.
—Te quiero tanto… —pronunció al fin.
___________ alzó la cabeza y allí estaba: aquella mirada que siempre había anhelado ver. No la del deseo, sino la del amor. El amor profundo y verdadero.
Él suspiro que lanzó fue de completa satisfacción.
Invitado
Invitado
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
ATENCION CHICAS ESTE ES EL PENULTIMO CAPITULO
PERO YA TENGO PREPARADA UNA NUEVA QUE SE LLAMA EL ANGEL DE LUCIFER TB DE NICK CUANDO TERMINE ESTA LA PONDRE...
SOLO QUIERO DECIR QUE MUCHAS GRACIAS A TODAS VOSOTRAS POR VUESTROS COMENTARIOS
Y QUE SOIS LAS MEJORES....
PORCIERTO CHICAS SI TENEIS tWITTER O FACEBOOK AVISAR QUE OS AGREGO
MI TWITTER ES
http://twitter.com/xNickJonasTeam
SEGUIRME QUE OS SIGO
PERO YA TENGO PREPARADA UNA NUEVA QUE SE LLAMA EL ANGEL DE LUCIFER TB DE NICK CUANDO TERMINE ESTA LA PONDRE...
SOLO QUIERO DECIR QUE MUCHAS GRACIAS A TODAS VOSOTRAS POR VUESTROS COMENTARIOS
Y QUE SOIS LAS MEJORES....
PORCIERTO CHICAS SI TENEIS tWITTER O FACEBOOK AVISAR QUE OS AGREGO
MI TWITTER ES
http://twitter.com/xNickJonasTeam
SEGUIRME QUE OS SIGO
Invitado
Invitado
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
que lindo el cap.
se esta acabandio la novela :crybaby:,
pero la otra me llama mucho a la atencion "el angel de lucifre" :twisted:y con nick si
siguela pronto que el final se largote a y porfavor deja que tenga mellisos con nick si no es molestia. porfis ;)
bye
katherine1211
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
awwww Dios! Puedo llorar! :'(
Es hermosooooooo!!! Profavor SIGUELAAAA!!
Es hermosooooooo!!! Profavor SIGUELAAAA!!
Dayi_JonasLove!*
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
Awwwww que capitulo tan belloo aunque un poco triste :(
u.u pobre miley....
owwwwnn seeguillaaa!!
u.u pobre miley....
owwwwnn seeguillaaa!!
maiih* [:
Re: Luna de miel de un millonario (Nick y Tu)[TERMINADA]
awww...esta nove llega :'( es hermosaaaa! :')
Sigueee
Sigueee
Dilingdingdong
Página 17 de 20. • 1 ... 10 ... 16, 17, 18, 19, 20
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