The Walkers: Londres |Niall Horan & Tu|

Encontró una gasolinera casi a la entrada. Había sido saqueaba así que con mucha suerte conseguiría algo.

-Busca algo de comer Jay, en el negocio…-le ordeno mientras bajaba de la moto caminando hasta los tanques de gasolina- Ten cuidado…-exclamo mientras ella pasaba a su lado.
Jayden entro cuidadosamente intentando hacer el menor ruido posible. Los productos estaban tirados en el suelo, un par abiertos, otros reventados, y otros con unas cuantas ratas a su alrededor. La chica se alejo de estos últimos y camino en dirección contraria.
Tomo un pequeño bolso de tela roja e introdujo en el unos cuantos paquetes de galletas que milagrosamente habían quedado olvidados al fondo de las góndolas. Saco un par de botellas de agua, y sin mas se retiro del lugar antes de encontrarse con alguna otra cosa no deseada.

-Espero que te gusten las galletas…-dijo ella llegando hasta el rubio que se había sacado nuevamente la camiseta producto del intenso calor.

-Me gusta todo lo comestible-soltó el haciendo reír a la castaña. El muchacho se encontraba agachado terminado de llenar el tanque de gasolina de su motocicleta.

-Tuviste suerte Niall, ahí dentro es un lío… Alguien mas paso por aquí y parece que se llevo todo… Todo menos las ratas- dijo Jay haciendo una mueca de asco. El rubio se incorporo dejando nuevamente sin aliento a la castaña. Aunque esta vez fue diferente.
Tenia un cuerpo espectacular y de eso no dudaba. Pero había algo mas sobre este. Algo macabro, masoquista.

-¡Niall!-chillo la chica viendo detenidamente los cortes que tenia sobre su piel. Ya estaba cicatrizados, pero resaltaban sobre su piel blanquecina y pecosa. Eran aproximadamente tres o cuatro, y de unos quince centímetros cada uno.-¿Qué te paso? ¿Cómo te hiciste eso?-

-No importa Jayden, nada de esto es importante…-contesto fríamente volviendo a ponerse su remera, seguida de su chaleco de cuero.

-¿Cómo que no es importante? Claro que lo es…-insistió ella detrás de el.

-¡Que no es importante!-grito el rubio haciendo sobresaltar a Jayden. A lo lejos se veían un par de caminantes doblar la esquina de la gasolinera- Mejor larguemos de aquí…-dijo el bajando un poco la voz. La chica bacilo un poco y luego subió nuevamente a la motocicleta. Aunque esta vez, por mas fuerte que fueran, ella no lo abrazo por miedo a lastimarlo. O a lastimarse.